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PRINCIPIOS DE
AGROCLIMATOLOGÍA
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La Universidad de Aquino-Bolivia te brinda, a través de las Ediciones UDABOL, la
oportunidad de contar con textos útiles para el desarrollo y profundización de tus
estudios.
ISBN: 978-99905-955-4-3.
Depósito legal: DL8-1-144-08.
© Sobre esta edición: Ediciones UDABOL Santa Cruz, 2013.
Ediciones UDABOL Santa Cruz, 3er Anillo Interno esq. Radial 23, a cuadra y
media del Hotel Los Tajibos. Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.
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FICHA BIOGRÁFICA DEL AUTOR. (En la solapa del libro).
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A MANERA DE PRÓLOGO
Hacen seis años publiqué por vez primera el texto titulado Agroclimatología*. Este
libro vino a llenar el sentido vacío que existía en las universidades e institutos de
enseñanza superior de Bolivia de contar con un buen texto guía para ayudar a
comprender mejor el fascinante mundo de los fenómenos naturales como es el
clima, con relación a las actividades agropecuarias.
Después de cuatro años, tiempo necesario para que se agotara la primera edición,
y como respuesta al gran interés surgido entre los estudiantes e investigadores de
las universidades bolivianas y diferentes productores agropecuarios de la localidad
por contar con un libro que indique claramente la formación, desarrollo e impacto
de los elementos del clima y demás fenómenos meteorológicos respecto a la
productividad, surge el presente libro, que tiene una orientación más profunda que
el anterior porque incluye los criterios y las herramientas necesarias para realizar
un trabajo de investigación de calibre profesional como muestra de su
competencia profesional. Es que ni los estudiantes de ciencias agrícolas ni los del
área pecuaria pueden tener una formación integral si no se les proporciona la
oportunidad de obtener un entrenamiento serio en las actividades de la
agroclimatología.
Consecuentes con esta filosofía, debemos preparar a nuestra juventud profesional
para enfrentar los desafíos del desarrollo sostenible que nuestro país necesita, y la
forma más expedita de hacerlo será el entrenar a los estudiantes del pregrado en
las actividades del desarrollo del tiempo y clima y en el desarrollo innovador de
procesos y productos para que puedan en el futuro diseñar y crear industrias
competitivas en el país. Se trata de que, en el ambiente actual de globalización y
competitividad en que vivimos, la introducción rápida y sostenida de productos
nuevos de alta calidad nos obliga a brindar a los estudiantes un libro veraz,
práctico y simple.
Finalmente estamos convencidos de que todo estudiante — sea de pre o de
postgrado — necesita de un buen texto guía que le indique cómo planificar,
recolectar y organizar datos, variables y, finalmente, lo que es más importante,
que él mismo sienta satisfacción y placer al realizar el trabajo y así pierda el miedo
de abordar la realización de un proyecto de calibre profesional.
Esperamos que el presente libro sea el catalizador para hacer de este empeño
una realidad.
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PRESENTACIÓN
(ABSTRACT)
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explica el instrumento de medición de la presión atmosférica. Este capítulo hace
un estudio somero de las diferentes instalaciones para medir la temperatura del
aire y la temperatura en la superficie del suelo.
Los capítulos VII y VIII abordan la descripción y medición del rocío, la niebla, las
características y clasificación de las nubes y la formación de las diferentes
precipitaciones. Asimismo trata sobre el agua y su significado para las plantas y
los animales, además del significado de la sequía en la agricultura. La obra
conduce de una manera sistemática, paso a paso, a la circulación general del
viento en la atmósfera, sus flujos energéticos, las masas de aire y las brisas.
Y, finalmente en los capítulos IX y X se estudian la fenología en los cultivos y, para
concluir, se incluye un análisis acerca de los factores que determinan el clima de
Bolivia y sus clasificaciones del mismo.
El objetivo planteado es ayudar a los estudiantes, investigadores y productores en
general a apreciar la perspectiva de la Agroclimatología y las formas en que esta
afecta a la productividad agropecuaria.
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ÍNDICE
A MANERA DE PRÓLOGO
PRESENTACIÓN (ABSTRACT)
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Determinación de la evapotranspiración
Significado biológico de la evaporación
Los hidrometeoros
La contaminación atmosférica
La atmósfera y la producción agropecuaria
Generalidades de la presión atmosférica
Ejercicios de autoevaluación
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Efectos de la temperatura
La integral térmica
Las temperaturas críticas
Heladas y medios de defensa
Heladas (escarcha). Su efecto sobre los cultivos
Otros efectos de la temperatura del aire en la producción agropecuaria
Ejercicios de autoevaluación
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La lluvia
Composición del agua de lluvia
El balance hídrico
El rocío
Medición del rocío: el rociómetro
La niebla
El granizo y la escarcha
Las nubes
Características: subdivisión y clasificación de las nubes
El agua y su significado para las plantas y los animales
Ejercicios de autoevaluación
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CAPÍTULO X. LOS FACTORES QUE DETERMINAN EL CLIMA DE BOLIVIA
Características del clima boliviano
Descripción general del clima de Bolivia
La cordillera
El Altiplano
Los Yungas
Los valles secos
La llanura amazónica
La llanura chaqueña
Ejercicios de autoevaluación
BIBLIOGRAFÍA
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CAPÍTULO I
(1) INTRODUCCIÓN A LA AGROCLIMATOLOGÍA
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Precipitación pluvial.- Determina las diferentes zonas hídricas y los límites dentro
de los que se desarrollan los organismos, especialmente las plantas en cuanto a
sus necesidades de agua.
Vapor de agua, dióxido de carbono (CO 2) y oxígeno (O2).- Los dos últimos y el
déficit de saturación de agua pueden afectar el crecimiento.
El viento.- Puede afectar el crecimiento de las plantas al cambiar la concentración
del CO2 a la altura de ellas; asimismo, puede causar daños mecánicos a las
plantaciones y ser el responsable total o parcial de la propagación de esporas,
plagas, enfermedades, contaminantes, etc.
La luz.- También determina la intensidad fotosintética y el fotoperiodismo.
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La agrometeorología y la climatología son inseparables, por lo que es necesario
conocer algunos aspectos generales de esta última para comprender la primera.
La palabra “meteorología” deriva de las voces griegas, “meteoro”, que significa
fenómeno celeste, y “logos”, tratado o estudio. La meteorología es una rama de la
física que se dedica al estudio de la atmósfera y de los fenómenos que en su seno
tienen lugar. La atmósfera y los fenómenos que en ella transcurren, no se
estudian, salvo algunos aspectos, por pura curiosidad o interés científico como
“ciencia pura” sino que, por el contrario, esta ciencia tiene como finalidad su
aplicación útil a determinados sectores de la humanidad por sus implicaciones en
ciertas esferas de la actividad del hombre. Bajo este precepto, se han desarrollado
distintas ramas de la meteorología: meteorología dinámica, física, sinóptica,
marítima o náutica, hidrometeorología, climatología, aerología, meteorología
médica, meteorología agrícola o agrometeorología.
Aerología.- Estudia las circunstancias y fenómenos de la atmósfera superior.
Meteorología médica.- Analiza la relación entre las condiciones meteorológicas y
climáticas y la salud humana.
Meteorología dinámica.- Estudia las leyes de los movimientos que tienen lugar
en la atmósfera y las trayectorias de las perturbaciones.
Climatología.- Tiene por objeto el estudio de los climas, sus causas,
clasificaciones y su influencia en las actividades humanas.
Agroclimatología.- Es la ciencia que estudia las condiciones meteorológicas e
hidrológicas que tienen relación con los objetos y procesos de la producción
agropecuaria.
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ya que este tiene una función espacial, lo contrario del tiempo atmosférico, que es
una función del tiempo cronológico (mínimo 30 años).
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A través de los años se han expuestos diferentes definiciones sobre la
agroclimatología o climatología agrícola, pero en todas se expresa de una forma u
otra que esta ciencia estudia las características y condiciones atmosféricas que
influyen en el crecimiento, desarrollo y rendimiento de las plantas, así como
también de los animales.
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(2) VARIABLES AGROCLIMATOLOLÓGICAS
En la agroclimatología se manejan dos tipos de variables a saber:
Variable climatológica.- Define un elemento meteorológico desde el punto de
vista puramente del fenómeno. Por ejemplo: los simples datos de temperatura,
radiación solar, viento, precipitación, y otros.
Variable agroclimatológica.- Es la que presenta una relación evidente entre la
variable meteorológica y las plantas o animales; es decir, tiene un carácter no
solamente físico, sino también biológico. Ejemplo: la evapotranspiración, la
humedad del suelo y la temperatura del suelo en el que se desarrollan las plantas,
la temperatura del follaje de las plantas y la suma de temperaturas durante
determinada fase de un cultivo.
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(3) Ejercicios de autoevaluación
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CAPÍTULO II
(1) LA ATMÓSFERA
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Figura 1.- Experimento de Torricelli con el tubo capilar.
Al retirar el dedo del extremo abierto de tubo, el mercurio comenzó a pasar de este
último a la cubeta, hasta descender a una altura de 760 mm, a partir de la
superficie libre del líquido. ¿Cómo es esto posible? Para que no continuara
saliendo líquido del tubo a la cubeta era necesario que alguna presión exterior
equilibrara la presión hidrostática de la columna líquida. Esta presión exterior, es
precisamente, la que ejerce la columna de aire atmosférico sobre la superficie libre
de la cubeta, la presión atmosférica, que es capaz de equilibrar la columna de
mercurio del experimento de Torricelli. Como ambas presiones están en equilibrio,
se pudo determinar la magnitud de la presión atmosférica, a través del cálculo de
la presión hidrostática de la columna líquida.
Según el experimento de Torricelli, la altura alcanzada por la columna líquida (Hg)
en condiciones normales fue de 76 cm, por lo que pudiera decirse que la presión
atmosférica normal equivale a 76 cm o a 760 mm de Hg.
La aceleración de la gravedad de la Tierra aumenta del Ecuador hacia los polos y
disminuye con la altura. Para eliminar la influencia de estos factores sobre la altura
de columna de mercurio, equivalente a la presión atmosférica, se realiza la
corrección de acuerdo con la aceleración de la gravedad a la latitud de 45°.
La presión igual a la masa de la columna de mercurio, cuya altura alcanza 760
mm, a una temperatura de 0° C, en la altitud de 45° y sobre el nivel del mar, recibe
el nombre de “presión atmosférica normal”.
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(2) UNIDADES ABSOLUTAS DE FUERZA POR UNIDAD DE SUPERFICIE
Si se multiplica la masa de mercurio por la aceleración de la gravedad, se obtiene
la fuerza en unidades absolutas.
La masa de la columna de mercurio es 1033,3 g y la aceleración es la de la
gravedad. Así se tiene:
Por lo tanto:
F = 1033, 3 g * 980, 6 cm/s² F= 1 013 250 dinas
Como esta fuerza actúa sobre 1 cm², tendremos una presión de 1 013 250
dinas/cm². La fuerza puede expresarse también en newton (N).
Durante mucho tiempo las unidades que se utilizaron para expresar la presión
atmosférica en la práctica fueron el milímetro de mercurio (mm de Hg) y el milibar
(mb). A partir de 1980 y de acuerdo con el Sistema Internacional de Unidades (2)
se comenzó a usar el Pascal, en calidad de unidad internacional, para expresar la
presión atmosférica. Por consiguiente, se tiene que:
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Según los estudios más recientes, la atmósfera puede dividirse en Troposfera,
Estratosfera, Mesosfera, Ionosfera, Termosfera y Exosfera. (Figura 2). Cada una
de estas capas posee características propias, y están separadas entre sí
respectivamente por la Tropopausa, Estratopausa, Mesopausa y Termopausa. Los
límites de la división varían de cola con las diversas latitudes y para una misma
localidad, varían en el tiempo.
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c) Composición.- La composición del aire de la atmósfera se mantiene constante
gracias a los permanentes movimientos verticales que aseguran su mezcla
continua. Las turbulencias impiden que los gases menos pesados, como el
hidrógeno y el helio se disocien de los más pesados y escapen hacia las capas
más altas.
Nitrógeno 78,08
Oxígeno 20,94
Argón 0,93
Dióxido de carbono 0,03
Neón y otros gases 0,001
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Las emisiones naturales se encuentran recompensadas por la existencia de dos
grandes sumideros o pozos, de manera que existe un intercambio natural en el
intercambio de CO2 con la atmósfera.
Los responsables de la absorción del CO 2 son los océanos y la vegetación. Los
océanos pueden presentarse como fuentes o como sumideros en función de la
temperatura de las aguas. En general, los océanos actúan absorbiendo CO 2 en
las latitudes altas, donde la disminución de la temperatura aumenta la solubilidad
del CO2, y liberándolo en los trópicos.
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d) El agua.- El vapor de agua es otro compuesto que presenta grandes
variaciones de concentración en la atmósfera. A baja altura, la proporción de vapor
de agua presente en el aire oscila entre 0 y 4 % en volumen. Disminuye
rápidamente con la altura, de tal forma que a los 12 km de altura, se encuentra
casi ausente de la composición del aire.
El agua presente en la atmósfera procede de la evaporación de las aguas
superficiales y de la evapotranspiración de las plantas. Llega a las zonas altas de
la troposfera gracias a los movimientos verticales del aire. El agua no se encuentra
nunca en equilibrio en la atmósfera y está circulando constantemente en un ciclo
cerrado. El agua que se evapora en los océanos y continentes es transportada a
latitudes medias, se condensa en forma de nubes y se precipita, regresando de
nuevo a la superficie.
La cantidad de agua contenida en el aire es un factor muy importante en el estudio
del clima, y en la agroclimatología, por el gran número de fenómenos en el que
interviene: condensación, congelación, sublimación, precipitación, liberación
de calor latente en los cambios de estado y balances energéticos, siendo el
principal agente del efecto invernadero que atrapa la radiación terrestre.
Si la cantidad de CO2 alcanza valores inferiores a los 100 ppm, la intensidad de la
fotosíntesis disminuye. Esta disminución sólo se da en invernaderos cerrados,
donde no existe intercambio con la atmósfera libre. Durante el día, la atmósfera
del invernadero se va empobreciendo en CO 2. En estas condiciones, la actividad
fotosintética es muy baja y hasta puede llegar a pararse. Este defecto de CO 2
puede solucionarse aplicando directamente dióxido de carbono (abonado
carbónico).
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Estas características de la atmósfera del suelo hacen que su composición no sea
homogénea como la de la atmósfera libre, por el contrario, es muy variable,
dependiendo de la actividad biológica existente en cada suelo y momento y de la
capacidad de intercambio que tengan con la atmósfera libre.
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ejemplo, aire, a 20° C, puede poseer desde un mínimo de cero gramos, hasta un
máximo de 17 gramos. Finalmente, el aire a 40° C, podrá tener un mínimo de cero
gramos hasta un máximo de 51 gramos.
Es fácil advertir que la cantidad mínima de vapor de agua que puede contener un
metro cúbico de aire es siempre 0 gramos, cualquiera que sea la temperatura.
Cuando 1 metro cúbico de aire posee 0 gramos de vapor de agua se dice que el
aire está completamente seco.
Es diferente cuando se trata de la cantidad máxima; en los tres ejemplos, los
valores máximos fueron de 12, 17 y 51 gramos.
Toda vez que un metro cúbico encierra la cantidad máxima de vapor de agua que
es capaz de admitir, se dice que el aire se halla saturado, pues una inyección
suplementaria produce condensación de todo el excedente.
Los ejemplos anteriores indican que la cantidad de vapor de agua necesaria para
saturar un metro cúbico de aire aumenta notablemente con la elevación de la
temperatura.
Entre los extremos de aire completamente seco y aire saturado, se presentan
todos los casos intermedios. Para definir estos últimos en cifras se recurre a la
llamada “humedad relativa”.
Por eso, se define la humedad relativa como el cociente porcentual entre la
cantidad de vapor de agua presente en el aire a una determinada
temperatura y la cantidad máxima de vapor de agua que el aire podría
contener a la misma temperatura.
Anteriormente se dijo que un metro cúbico de aire, a 14° C de temperatura puede
contener, como máximo, 12 gramos de vapor de agua. Si ese metro cúbico
realmente posee 6 gramos, la humedad relativa, según lo establecido sería:
6
––– * 100 = 50%
12
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0
––– * 100 = 0%
12
12
––– * 100 = 100%
12
Cabe recalcar que todos los ejemplos dados se refieren siempre a una atmósfera
con 14° C de temperatura. Es evidente que si la temperatura es de 40° C, el
divisor será en todos los casos 51, puesto que esta es la cantidad máxima de
vapor de agua que es capaz de contener un metro cúbico de aire a 40° C de
temperatura.
La humedad relativa se expresa siempre en porcentaje y su valor difícilmente
puede exceder de 100 %.
La humedad relativa del aire depende de la temperatura, de forma que las
variaciones diarias de temperatura hacen que aumente durante la noche y
disminuya durante el día. También existe una variabilidad estacional, de modo
que la humedad relativa es mayor en invierno que en verano, pues las bajas
temperaturas hacen que la cantidad máxima de agua que puede contener el aire
sea menor. Por el contrario, la humedad absoluta es máxima en verano, cuando la
radiación solar y la evaporación son mayores, y mínima en invierno. Al depender
directamente de la temperatura, también puede haber variaciones locales en la
humedad del aire en función de las condiciones meteorológicas.
En invierno la humedad relativa no es tan alta como podría esperarse, por las
temperaturas bajas. Esto se debe a la limitación que provoca la baja humedad del
suelo como fuente de vapor de agua para la atmósfera.
La humedad absoluta de una masa de aire es la cantidad de gramos de agua
que se recogería de un metro cúbico de ese aire al producirse la
precipitación total del vapor que contiene por efecto de un enfriamiento
suficientemente intenso.
Por ejemplo: ¿cuál es la humedad absoluta de una masa de aire muy húmedo
(saturado) y que posee una temperatura de 20° C?
Enfriando un metro cúbico de ese aire a 50° C bajo cero, se condensa
prácticamente todo su vapor acuoso. Si luego se pesa la precipitación, se
comprobará que el peso es de 17 gramos. Por lo tanto, la humedad absoluta de
dicha masa de aire es de 17 gramos por metro cúbico.
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Si la masa de aire muy húmedo (saturado) en lugar de acusar una temperatura de
20° C fuese de 35° C, la humedad absoluta sería mucho mayor: 39 gramos por
metro cúbico. Si por el contrario, la temperatura fuese de 3° C, la humedad
absoluta sólo sería de 6 gramos por metro cúbico.
La humedad relativa del aire presenta valores diferentes según:
(2) LA EVAPOTRANSPIRACIÓN
Es el conjunto de agua evaporada por las plantas a través de sus estomas
(transpiración) y la evaporada por la superficie del suelo donde se encuentran
esas plantas. En condiciones naturales es muy difícil separar el agua que se
evapora desde la superficie del suelo de la que se evapora por transpiración. Es
más fácil evaluar el conjunto de agua evaporada por la vegetación y por el suelo
ocupado por esta. El dato de evapotranspiración es de suma importancia en la
planificación del riego de los cultivos. La evaporación y la transpiración dependen
del estado y tipo del suelo, del tiempo atmosférico, de la especie de planta
cultivada y la fase de desarrollo en que se encuentra, del estado de la masa verde
y del sistema radicular.
Medición de la evaporación.- El grado de evaporación se expresa en el espesor
de la lámina de agua que se ha evaporado desde cierta superficie en un tiempo
dado. La unidad en que se expresa es el milímetro (mm).
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basan en la medición, cada cierto tiempo, del nivel del agua alcanzado por la
superficie libre. La diferencia del nivel, expresada en milímetros entre dos
observaciones sucesivas, constituye la evaporación producida en el intervalo
correspondiente. Este instrumento consta de las partes siguientes: tanque, pozo
de reposo y el tornillo micrométrico, con ayuda del cual se hacen las lecturas.
b) En la superficie del suelo.- La evaporación desde la superficie del suelo se
puede determinar mediante cálculos o con los llamados “evaporímetros del suelo”
o “lisímetros”.
Si en condiciones controladas se lleva un record de las entradas y salidas de agua
en un tiempo dado, al ser la pérdida por evaporación la única incógnita, esta se
puede hallar utilizando un método de cálculo conocido como “de balance hídrico”,
que viene expresado por la fórmula siguiente:
E = P – R – S + W1 - W2.
Donde:
E = Evaporación.
P = Precipitación.
R = Pérdida de agua por escurrimiento superficial.
S = Agua perdida por percolación hacia las capas más profundas.
W1 = Reserva de agua del suelo al inicio de la observación.
W2 = Reserva de agua del suelo al final de la observación.
Los evaporímetros de suelo pueden ser de variados tipos. Algunos hasta realizan
un registro continuo de la evaporación (evaporígrafos); pero todos se basan en el
mismo principio: pesar sucesivamente una muestra de suelo sometida a
determinadas condiciones de evaporación. Por la diferencia de dos pesadas
sucesivas se determina el agua evaporada en el intervalo correspondiente.
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PSH - PSS
% H = ------------- x 100
PSS
Donde:
PSH = Peso del suelo húmedo (g).
PSS = Peso del suelo seco (g).
d) Densidad aparente (DA).- La densidad aparente del suelo es el peso del suelo
seco por unidad de volumen en condiciones de campo. Se calcula con la
ecuación:
PSS
DA = --------
VT.
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Donde: DA = densidad aparente (g/cc).
PSS = peso del suelo seco (g).
VT = volumen total (cc).
a) Método de Penman.- Sugiere una fórmula que utiliza el balance de calor diario
en la superficie terrestre, datos de evaporación desde una superficie líquida y la
humedad del aire.
Este método es quizás el más usado para estimar la evapotranspiración potencial
vegetal, y en términos generales, se ha obtenido resultados satisfactorios sobre
todo para zonas húmedas. En muchos estudios comparativos para zonas áridas y
semiáridas, los valores obtenidos con la ecuación de Penman han estado por
debajo de los valores reales.
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b) Método de Thornwait.- Se basa en la temperatura del aire. Ayudado con
gráficas y tablas, determina el valor de la evapotranspiración según la temperatura
del aire.
c) Método de Blaney-Cridle.- Calcula la evapotranspiración mediante una
fórmula que tiene en cuenta la temperatura del aire y la duración del período de
radiación.
Una de las ecuaciones más precisas para estimar la evapotranspiración potencial
para condiciones áridas y semiáridas es la propuesta por Blaney-Cridle y se puede
utilizar en diferentes cultivos, incluso para los que no son de cobertura completa, y
el resultado obtenido se puede considerar como la evapotranspiración máxima.
El método se basa en la ecuación siguiente:
ETM = KF Donde:
ETM = evapotranspiración máxima para un determinado cultivo (cm).
K = coeficiente global de evapotranspiración estacional.
F=f
P (l + 17.78) (valores mensuales)
f= ---------------------------------------------
21,87.
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La transpiración excesiva perjudica a las plantas al provocarle una pérdida rápida
de su contenido normal de agua, disminuyendo la turgencia de las células y
ocasionando el marchitamiento temporal o permanente de la planta. La pérdida de
turgencia implica el cierre parcial de los estomas y, por tanto, la disminución de la
fotosíntesis. La deshidratación parcial altera la normal relación entre almidón y
azúcar en la planta, la respiración y otros procesos.
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En las latitudes medias la distribución de lluvias es irregular. La estación que tiene
un mínimo pluviométrico es el verano, en el cual se dan los máximos de
temperaturas, agravándose así el problema de déficit hídrico.
Las características del suelo y algunas manifestaciones climáticas pueden atenuar
o empeorar los efectos de la distribución de las lluvias. Como las plantas no
pueden absorber agua directamente de las precipitaciones, sino que lo hacen a
través de las raíces, las condiciones de un suelo con una freática elevada son
equivalentes a los de un clima con precipitaciones importantes. Las residencias
con suelo permeable o poco profundo, corresponden a las de un clima con pocas
precipitaciones.
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Ante valores superiores, llamados “olas de calor”, se origina el asurado de las
hojas y brotes, que, por deshidratación, pierden el agua de sus tejidos, se
marchitan, atabacan y necrosan, con lo que los árboles son desfoliados
temporalmente. El asurado o golpe de sol también puede ser provocado por una
excesiva insolación o por un ambiente muy seco.
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(2) GENERALIDADES DE LA PRESIÓN ATMOSFERICA.
Las moléculas de aire al chocar contra la superficie de un objeto provocan un
empuje sobre él. Este empuje, dividido por el área de la superficie que lo recibe,
es lo que se llama “presión atmosférica”.
Billones de moléculas de aire constantemente chocan contra el cuerpo humano. Al
nivel del mar, las moléculas del aire provocan una fuerza promedio de 1 kg/cm 2.
Esta fuerza es igual en todas las direcciones y por eso sus efectos se neutralizan.
Por ejemplo, la presión del aire que empuja la mano, por detrás es la misma que
empuja la palma. Las personas no son aplastadas por la fuerza porque otros
billones de moléculas también producen un empuje (fuerza) de adentro hacia
fuera.
La presión a cualquier nivel de la atmósfera puede ser medida en términos del
peso total del aire sobre ese nivel. A alturas superiores hay menos moléculas, por
lo que la presión atmosférica siempre disminuye con la altura. Además, se ha
determinado también que la presión atmosférica disminuye a medida que aumenta
la elevación sobre el nivel del mar. Se ha demostrado que la disminución es de un
milibar (mb) por cada ocho metros de altura.
La presión atmosférica en la cima de una montaña es menor que en el valle, pues
hay menos volumen de aire encima. Por otra parte, el aire caliente pesa menos
que el aire frío, y el aire húmedo menos que el aire seco. Así pues, en un mismo
lugar la presión atmosférica varía según la naturaleza de las diferentes capas de
aire que gravitan sobre aquel lugar.
El aire, además de ser elástico y expansible, es también un cuerpo pesado. En
la atmósfera, las capas superiores presionan sobre las capas inferiores
comprimiéndolas. Para que haya equilibrio en una masa dada de aire, es
necesario que la fuerza elástica del aire, sea igual a la presión que soporta por el
efecto de las capas superiores.
En agroclimatología se emplea el término “presión atmosférica” para designar,
indiferentemente, la fuerza elástica del aire o la presión que soporta.
La presión atmosférica también afecta a la presión del vapor de agua: a igual
temperatura, la última es menor conforme disminuye la primera. Así, cuanto más
baja sea la presión del aire, menor será la presión de saturación del vapor, y por lo
tanto, menor es la temperatura en el punto de ebullición. Esto explica por qué el
agua hirviendo en las montañas a más de 2400 m de altura es menos caliente, ya
que su punto de ebullición es inferior a los 100° C, como se puede observar en la
siguiente figura:
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Figura 3. Temperatura del punto de ebullición (° C).
A más baja presión del aire, menor será la presión de saturación de vapor y, por lo tanto,
menor es la temperatura en el punto de ebullición.
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(3) Ejercicios de autoevaluación
2. ¿Por qué el vapor de agua contenido en la atmósfera ejerce tan gran influencia
meteorológica y climática?
3. Señale por lo menos cuatro agentes que producen la contaminación del aire,
ya sean provocados por el hombre o naturales.
8. Complete:
El ozono protege la vida de la Tierra al filtrar los rayos…………….
- Las plantas verdes en el proceso fotosintético desprenden la sustancia
siguiente: …………………………; y en la respiración desprenden esta otra:
………………………….
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CAPÍTULO III
(1) LA RADIACIÓN SOLAR
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• La atmósfera se deja atravesar fácilmente por las radiaciones luminosas de
longitud de onda mayor (rojo, anaranjado y amarillo) y difícilmente por las
luminosas de longitud de onda menor (violeta y azul).
• Las radiaciones de longitud de onda muy larga, o radiaciones térmicas, son
absorbidas en forma variable, según la cantidad de vapor de agua y anhídrido
carbónico existente en la atmósfera: cuanto más abundan, más debilitadas
resultan dichas radiaciones.
Cabe destacar que esa absorción también se produce en las radiaciones térmicas
de la Tierra.
La atmósfera absorbe esas radiaciones, aumentando su temperatura e irradiando
calor hacia la tierra y hacia el espacio.
Las radiaciones térmicas de la atmósfera que llegan a la superficie terrestre,
atenúan el enfriamiento de la misma, especialmente durante la noche. Este
fenómeno es conocido como “amparo térmico” de la atmósfera.
• Reflexión.- Se produce cuando una radiación, al incidir sobre un cuerpo, es
desviada o devuelta sin modificarse sus caracteres.
La atmósfera refleja una parte de la radiación solar a través de sus componentes
(gases, partículas sólidas y otros); otra parte llega a la Tierra, donde es absorbida
o reflejada (albedo) (4).
• Dispersión.- Es un fenómeno similar a la reflexión, diferenciándose de esta en
que la radiación modifica sus caracteres al ser devuelta o desviada.
Cuando un haz de rayos solares atraviesa una habitación oscura, es dispersado
en todas las direcciones por el polvo atmosférico; del mismo modo, la radiación
solar es dispersada en la alta atmósfera por las moléculas de los gases del aire.
Los rayos luminosos de onda más corta (violeta y azul) son más fácilmente
dispersados, dando así el color azulado al cielo.
Los demás rayos luminosos (rojo, anaranjado y amarillo) llegan directamente al
suelo, dado que casi no son dispersados por las moléculas de los gases del aire.
Sin embargo, su dispersión suele notarse cuando deben atravesar un espesor de
atmósfera de considerable magnitud, por ejemplo en los crepúsculos. En estos
casos, el cielo presenta un color que va del amarillo al rojo intenso.
La reflexión y dispersión de los rayos solares dan como resultado la radiación
solar difusa. A ella corresponden, por ejemplo, las primeras luces antes de la
salida del sol.
Merced a la radiación solar difusa, el pasaje del día a la noche y viceversa, se
lleva a cabo en forma paulatina y no brusca.
Se puede decir que todas las manifestaciones climáticas de la atmósfera tienen su
causa primaria en la energía solar recibida por la Tierra. Esta energía viaja a
través del espacio en forma de radiación electromagnética.
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El conjunto de la radiación electromagnética tiene características ondulatorias y se
desplaza a una misma velocidad de 300.000 km/seg.
Sin embargo, las radiaciones difieren en su longitud de onda, o distancia entre dos
máximos sucesivos de la onda, que se expresa en nanómetros (1 nm = 10 -7 cm
= 1 milimicra).
El espectro de la radiación electromagnética incluye desde los rayos X y gamma
que tienen longitudes de onda muy pequeñas (menores que 100 millonésimas de
centímetros) hasta las hondas de radio, con longitudes de onda del orden de
0,0001 cm.
Composición de la radiación solar.- La radiación solar está compuesta por una
gama de ondas electromagnéticas de longitudes diferentes que se dividen de la
siguiente forma: la radiación actínica o química, la luminosa y la térmica. La
actínica está compuesta por longitudes de ondas muy pequeñas (< 360 nm)
también recibe el nombre de “radiación ultravioleta”. Este rango es invisible para el
ojo humano.
Las radiaciones lumínicas (espectro visible al ojo humano) oscila entre 360 y 760
nm de longitud de onda. Es el espectro que conforma lo que llamamos luz.
Las radiaciones térmicas o infrarrojas oscilan entre 760 y 4000 nm y, al igual que
la región ultravioleta, no son visibles para el ojo humano.
El aporte energético relativo de cada una de estas regiones en el límite superior de
la atmósfera es como sigue:
Ultravioleta 9
Visible 41
Infrarrojo 50
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solar diferida cambia según la región y la estación del año, debido a la forma
esférica de la Tierra y a la inclinación de su eje de rotación sobre sí misma,
respecto al plano elíptico de rotación alrededor del Sol. Las regiones que captan
más energía son aquellas en las que los rayos del Sol inciden perpendicularmente,
tal como sucede prácticamente en todo el año en las regiones ecuatoriales.
Figura 4. Descomposición de la luz blanca mediante pasaje por un prisma. (Colores del
arco-iris, indicando cada uno la longitud de onda en nm).
En las demás regiones, en la medida en que vamos del Ecuador hacia los polos,
los rayos del sol inciden cada vez más oblicuamente, con la consecuente
disminución de la energía solar absorbida.
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La radiación solar incide claramente en la fotosíntesis y, a través de esta, en el
crecimiento vegetativo del árbol, en la inducción floral y en el tamaño, color y
composición del fruto. Todo ello determina la cantidad y la calidad de la
producción.
La falta de luz afecta también a la inducción y diferenciación floral y a la propia
floración y fructificación. Disminuye la cosecha en el interior de la copa, el tamaño
de los frutos es menor, y el color es más tenue, debido a la débil formación de
pigmentos por falta de luz.
La falta de luz condiciona la elección de la variedad: es aconsejable la de color
verde o amarillo. También condiciona el tipo de podas: se debe aplicar formas
planas para aprovechar al máximo la insolación.
Los excesos de insolación coinciden normalmente con temperaturas altas y
ambiente seco, lo que agrava los daños ocasionados.
En los frutos se destruyen los pigmentos, oscureciendo la coloración. Un efecto
característico es la chapa de color que se observa en la cara soleada del fruto,
debido a una excesiva insolación. Se observa sobre todo en ciruelas, manzanas y
peras. En la vegetación, ocasiona marchitez, desecación, necrosis y defoliación.
Esto se conoce como golpe de sol o de calor. Se observa especialmente en las
mismas especies antes citadas.
En la madera el exceso de insolación resulta altamente peligroso. Se forman
grandes ulceraciones, a veces profundas, de muy difícil cicatrización. Para su
recuperación, se necesitará el mismo tratamiento que para los daños producidos
por heladas. Una práctica eficaz para la protección del tronco es el encalado. Esta
operación protege la madera del sol y evita plagas o enfermedades.
Los principales accidentes climáticos son el viento, el granizo, el pedrisco y la
nieve.
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Figura 5. Diversas formas radiactivas que se producen en el recorrido de la radiación
solar hasta la superficie de la Tierra y en su retorno a la atmósfera.
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Donde:
(Q+q) = radiación global, suma de la radiación directa y difusa (de onda
corta), es un dato del actinograma
& = albedo o coeficiente de reflexión de la superficie
l ! = radiación atmosférica que llega al suelo (de onda larga), depende
del contenido de agua en el aire y del grado de nubosidad
l ¡ = radiación terrestre (de onda larga), depende de la temperatura
absoluta del suelo
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(2) RADIACIÓN REFLEJADA Y ABSORBIDA POR LA TIERRA
“El albedo de la Tierra”, es decir su brillo, “su capacidad de reflejar la energía, es
-²
de alrededor de un 0.3. Esto significa que alrededor de un 30% de los 342 W•m
-²
que se reciben (es decir algo más de 100 W•m ) son devueltos al espacio por la
reflexión de la Tierra. Se calcula que alrededor de la mitad de este albedo es
causado por las nubes, aunque este valor es lógicamente muy variable,
dependiendo del lugar y de otros factores” (5).
-²
“El 70% de la energía que llega, es decir uno 240 W•m es absorbido. La
absorción es mayor en las zonas ecuatoriales que en los polos y es mayor en la
superficie de la Tierra que en la parte alta de la atmósfera. Estas diferencias
originan fenómenos de convección y se equilibran gracias a trasportes de calor por
las corrientes atmosféricas y a fenómenos de vaporación y condensación. En
definitiva son responsables de la marcha del clima.” (6)
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La constante térmica para un determinado cultivo es la cantidad acumulada de
unidades desde la emergencia hasta la madurez fisiológica. Para un lugar
específico, lo más práctico será calcular la curva acumulativa de unidades calor,
ajustada con un modelo matemático, y, con la ecuación encontrada, determinar las
constantes térmicas (KT) para el cultivo de interés, usando para cada variedad las
fechas medias de emergencia y madurez fisiológica, con lo que se obtendrá una
buena aproximación. Una vez calibrado el método en el campo para un lugar
determinado, se podrá utilizar para etapas fenológicas, aparición de nudos,
variaciones del ciclo vegetativo, calendarios de riegos, etc.
Deficiencia de Radiación.- La deficiencia de radiación luminosa generalmente no
actúa como factor limitante. En plantaciones muy densas pueden darse defectos
de iluminación en los que las hojas inferiores reciben menos radiación. Si hay
pocas plantas, estas podrían quemarse.
En las plantaciones con una gran densidad de plantas puede producirse un
amartelamiento o una caída de las hojas inferiores, deficiente ramificación, caída
de ramas inferiores y debilitación de los tallos, alargados y pocos lignificados; con
el consiguiente "encamado" a que esto da lugar en los cereales. Una deficiencia
de radiación, también puede afectar la fertilidad de determinadas plantas. Un
ejemplo, lo podemos encontrar en el maíz, donde las inflorescencias femeninas se
encuentran hacia la mitad del tallo, y como consecuencia de la deficiencia de
radiación algunas enzimas quedan inactivas. No debemos olvidar que esta
deficiencia tiene consecuencias ventajosas en determinados cultivos como la
lechuga cuyas hojas se atan para que no llegue la luz a los interiores y estas
resulten "blancas". Las plantas forrajeras serán más asimilables por los animales
cuanto menos lignificadas estén.
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exista el fenómeno de fotorrespiración, bien este sea mínimo, bien tengan un
punto de saturación luminoso muy elevado.
Estas plantas, aun cuando la radiación solar sea muy fuerte, presentan una
asimilación elevada. Entre ellas se encuentran el maíz, el sorgo y la caña de
azúcar.
También se puede incrementar la tasa de asimilación neta, aumentando
cuantitativamente las clorofilas de las hojas y las enzimas responsables de la
formación de los hidratos de carbono. Estos aumentos se consiguen mediante
mejoras genéticas o con una buena nutrición mineral, especialmente de nitrógeno.
Otro sistema consiste en favorecer el transporte de los hidratos de carbono desde
las partes verdes a los órganos de acúmulo y de reserva (raíces, tubérculos,
semillas, y otros), ya que si los productos formados permanecen en el lugar donde
se han sintetizado disminuye su velocidad de formación.
Esto se obtiene por diversos caminos. Por ejemplo, asegurando una oportuna
alternancia de las temperaturas del día y la noche en un invernadero, o aplicando
otros métodos de creación de condiciones ambientales favorables al transporte.
Otro método es procurar que no falten los depósitos para los productos de la
fotosíntesis (semillas, frutos, tubérculos, etc.). Si por ejemplo, por efecto de
fecundación se redujera mucho el número de frutos de una planta, los
carbohidratos producidos abundantemente durante el día podrían no encontrar
donde acumularse y, por ello, se reduciría la asimilación neta. Esto ocurre cuando
se cultiva maíz, para forraje, con inflorescencia estéril.
El aumento de la interceptación de la luz es otro método para mejorar la utilización
de la radiación. Como ya se ha dicho antes, no toda la energía luminosa, se
convierte en energía química mediante el proceso de la fotosíntesis. Uno de los
motivos de esta baja transformación es la incompleta interceptación de la luz. La
mejor cosecha del año se consigue aprovechando al máximo la luz. Si en una
masa vegetal las hojas superiores reciben más luz que las inferiores, disminuye la
asimilación global de las plantas, porque en las hojas inferiores los procesos de
respiración son superiores a los de fotosíntesis, y no puede alcanzarse el punto de
compensación, definido como aquél en que la fotosíntesis es igual a la respiración.
Para evitar este problema, se debe procurar que a todas las hojas les llegue la
cantidad de luz necesaria para alcanzar el punto de compensación y sobrepasarlo.
Para aumentar la interceptación de la luz por todas las hojas, se deben realizar
siembras espesas y uniformes, los sistemas de podas de explotación deben
asegurar la mejor interceptación luminosa, y las plantas deben orientarse en
dirección norte-sur.
(2) EL FOTOPERIODISMO
La floración de muchas plantas depende de una serie de ciclos diarios de luz y
oscuridad. El fotoperiodismo es la respuesta de la planta a la luz del día, sin
tomar en cuenta la intensidad de la radiación.
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En el Ecuador el día y la noche son de doce horas cada uno, pero esto es una
excepción. La longitud del día varía según un ciclo estacional, con variaciones de
la duración relativa del día y de la noche dependientes de la latitud.
A 15° latitud: de 13 a11 horas.
A 30° latitud: de 14 a 10 horas.
A 45° latitud: de 15 a 9 horas.
A 60° latitud: de 18 a 6 horas.
La selección natural ha favorecido, en el curso de la evolución, el desarrollo de
mecanismos de seguridad para garantizar a las plantas mayores probabilidades
de supervivencia frente a determinadas condiciones, como las que se dan en los
climas templados por ejemplo, en las que sólo las estaciones primavera-verano
(de días largos y noches cortas) son favorables a la vegetación, y no así la
estación invernal, con días cortos y noches largas. Pero las plantas no florecen
más que cuando la longitud del día, o sea la estación, es la apropiada, gracias al
fenómeno del fotoperiodismo, independientemente de las ocasionales condiciones
favorables de temperatura o de humedad que puedan producirse durante la
estación adversa.
Según observaciones, se dedujo que muchas plantas se desarrollan o florecen
normalmente sólo cuando el fotoperíodo es inferior a un cierto umbral crítico,
denominándose estas plantas brevidiurnas. Otras, en cambio, exigen un
fotoperíodo superior para florecer y se denominan longidiurnas y plantas
fotoindiferentes.
Para florecer las plantas brevidiurnas necesitan un período de oscuridad más
largo que el umbral crítico (12 a 14 horas) y no puede florecer bajo condiciones de
iluminación continua. Las especies de origen tropical y subtropical generalmente,
pertenecen a este grupo: soya, tabaco, sorgo, crisantemo, papa, etc.
En las plantas longidiurnas se inhibe la floración si el período de floración supera
el fotoperíodo crítico (12 a 14 Horas) y pueden florecer bajo iluminación continua.
Estas plantas son de altas y medias latitudes por ejemplo, trigo, habas, remolacha,
trébol, etc.
La floración de las plantas fotoindiferentes no depende de la duración de la
noche, como ejemplo, el girasol, el zapallo, el tomate y otras. Frecuentemente las
plantas fotoindiferentes son el resultado de la adaptación de plantas brevidiurnas a
un nuevo ambiente.
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La Morfología.- Las plantas reaccionan a la intensidad luminosa mediante una
modificación de sus formas. Esta reacción es muy variada y depende de las
necesidades de intensidad luminosa de la especie.
En general, podemos decir que la alta intensidad luminosa (en comparación con la
baja) induce en las plantas las características morfológicas de tallos gruesos,
entrenudos cortos, xilema bien desarrollado, hojas más pequeñas y más rugosas,
estomas más pequeños y más numerosos, cutícula y pared celular gruesas,
cloroplastos en menor número, mejor desarrollo del tejido de empalizada y
deficiente desarrollo del tejido esponjoso, además de una mayor relación raíz-
parte aérea.
La Fisiología.- La intensidad lumínica influye en procesos fisiológicos tan
importantes como la fotosíntesis y la transpiración. Si no existen otros factores
limitantes, la fotosíntesis aumenta con el aumento de la intensidad luminosa hasta
un límite, a partir del cual, un aumento de esta puede provocar efectos dañinos a
la planta, al comenzar a producirse los fenómenos de fotooxidación, que dan lugar
al blanqueamiento de la clorofila y a la inactivación de ciertas enzimas.
El valor óptimo de fotosíntesis para una hoja individual se produce con una
intensidad luminosa muy baja, aproximadamente con la cuarta parte de la
intensidad luminosa existente cuando hay exposición plena al sol. Para que haya
crecimiento en la planta es necesario que los productos elaborados por la
fotosíntesis sobrepasen a los consumidos por la respiración.
El crecimiento de una planta está dado por la acumulación de materia orgánica
elaborada por la fotosíntesis. La influencia de la intensidad luminosa tiene gran
importancia en el crecimiento.
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Figura 6.- Distribución de la radiación solar directa y reflejada en relación con el cuerpo
del animal.
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(3) Ejercicios de autoevaluación
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CAPÍTULO IV
(1) TEMPERATURA Y CALOR
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Los procesos de fotosíntesis y respiración de las plantas transcurren
simultáneamente durante las horas diurnas. El primero se efectúa bajo la acción
de la luz solar, y el segundo, tanto en las horas diurnas como durante las
nocturnas. Ambos procesos transcurren más intensamente a temperaturas altas
que a temperaturas bajas dentro de ciertos límites. A causa de esto, la
acumulación de materia orgánica dependerá de las temperaturas diurnas y
nocturnas. Una marcha diaria normal de la temperatura, es decir, temperaturas
relativamente altas por el día y temperaturas relativamente bajas por las noches,
contribuye a la acumulación de materia orgánica. Los días frescos y las noches
cálidas no contribuyen a una gran acumulación de materia orgánica, ya que la
débil acumulación durante el día fresco no cubre los gastos de materia orgánica
para la respiración por el día y para la respiración relativamente intensa durante la
noche calida.
(2) LA TEMPERATURA
Es un término cualitativo que expresa el grado o nivel térmico de los
cuerpos. Cuando un cuerpo está más caliente que otro, se dice que está a
temperatura mayor. Al poner en contacto dos cuerpos con temperaturas
diferentes, después de un breve espacio de tiempo, se establece un equilibrio
térmico en el que los dos cuerpos han alcanzado la misma temperatura. La
temperatura del cuerpo más caliente disminuye, mientras que la del cuerpo más
frío aumenta. En este proceso "algo" pasa del cuerpo caliente al frío, lo que se
designa con el nombre de “calor”. El calor es una forma de energía, y es un
concepto cuantitativo.
La propagación del calor de los cuerpos calientes a los fríos puede hacerse de tres
maneras: por conducción, por convección y por radiación. El procedimiento de
transmisión de calor por intermedio del contacto físico entre dos cuerpos, o entre
dos partes de un mismo cuerpo que están a temperaturas distintas, se denomina
transmisión de calor por conducción.
Otro procedimiento es el denominado “de convección”, que tiene gran
importancia entre dos cuerpos fluidos, líquidos o gases. Cuando existen dos
fluidos a distintas temperaturas, la igualación de la temperatura se puede
conseguir por la mezcla de las moléculas del fluido caliente con las del fluido frío.
Así se propaga por ejemplo, parte del calor que procede de un radiador de
calefacción, y que se distribuye por todo el aire de una habitación.
Un tercer procedimiento de transmisión de calor, lo constituye la radiación. Todos
los cuerpos, por el hecho de estar a una determinada temperatura, emiten
radiaciones semejantes a la luz. Si este fuese el único fenómeno que tuviera lugar,
acabaría por perder toda su energía. Pero al mismo tiempo ocurre que dicha
energía llega a los cuerpos que le rodean, los cuales absorben una parte y reflejan
otras. Se establece así un flujo de energía en dos direcciones para cada cuerpo
(emitiendo y recibiendo) hasta que se logra alcanzar un nuevo equilibrio.
Por este medio, llega a la Tierra el calor del Sol, pues la radiación
electromagnética se propaga en el vacío.
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Para medir la temperatura existen diversos instrumentos. En agricultura, interesa
conocer la temperatura del aire y del suelo, ya que de estas depende la de las
plantas. La temperatura del aire se determina a dos metros de altura de la
superficie del suelo, mediante termómetros simples, o de máxima y mínima, o
mediante termómetros registradores. La medición de temperatura, también es
interesante hacerla en el nivel del cultivo.
El registro de la temperatura del suelo es muy importante porque de ella dependen
el desarrollo y funcionamiento de las raíces, la vida de los organismos del suelo y
las condiciones para la germinación de las semillas. Se mide con geotermómetros
de sonda o con geotermógrafos.
(2) EL TERMOPERIODISMO
Como termoperiodismo se conoce la respuesta de las plantas a una fluctuación
rítmica de la temperatura. Una serie de procesos fisiológicos, entre los que figuran
la germinación, el alargamiento del tallo, el desarrollo floral, la fructificación y el
aumento de la resistencia al frío, se verifican de la manera más satisfactoria bajo
un ritmo alternante de temperaturas. Especialmente sorprendentes han sido los
resultados obtenidos por Went en 1944 (7) en la producción de tomates cultivados
bajo condiciones de temperaturas constante y alternante. Se encontró que el
tomate era sensible a las temperaturas nocturnas. Para las plántulas jóvenes, la
temperatura nocturna óptima era de 26 a 30° C. A medida que la planta envejecía,
la temperatura nocturna óptima bajaba hasta ser finalmente de 13° C a 18 C,
según la variedad. La fructificación se verificaba abundantemente con
temperaturas diurnas de 26,5° C y nocturnas de 15 a 20° C Una temperatura
diurna óptima es efectiva debido a que incrementa la proporción de fotosíntesis. El
tomate crece principalmente en las noches y con temperaturas superiores a 18° C;
la translocación de azucares se convierte en un factor determinante. La
fructificación en el campo es escasa a temperaturas nocturnas superiores a los
22° C inferiores a los 10° C. En otro estudio de 1957, Went destacó la relación que
existe entre los límites de temperaturas diurnas en varias latitudes en relación con
el crecimiento nocturno de las plantas.
Algunas plantas, entre ellas ciertas especies de Lupinus, son bastantes
intolerantes a las altas temperaturas nocturnas. La germinación y pasos sucesivos
de desarrollo, hasta la madurez, pueden estar restringidos a ciertas temperaturas
favorables, y por ello la amplitud en los límites de la temperatura diurna puede ser
un factor de considerable importancia en el control de la distribución de las
plantas.
Von Sachs (8) en su momento indicó que las plantas de tomate, maíz, pimiento y
patata parecían crecer principalmente durante las horas nocturnas.
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misma dan lugar a las grandes variaciones de temperaturas que nos resultan
familiares.
Cuando amanece, la Tierra empieza a recibir más calor que el emitido por esta
misma a la atmósfera con lo que aumenta considerablemente su temperatura. A lo
largo del día, las ganancias del calor son compensadas por las pérdidas por
irradiación, convección y conducción. Este equilibrio se mantiene hasta después
del medio día, cuando la radiación solar es más débil. Al anochecer, la superficie
de la Tierra sigue cediendo calor, pero no recibe aporte de este, con lo que la
temperatura del aire decrece, y la del suelo aún más, llegándose a un mínimo
térmico en el momento de la salida del Sol.
Las variaciones de temperaturas diurnas y estacionales en el suelo sufren un
retraso de horas, días o semanas respecto a la temperatura del aire a medida que
aumenta la profundidad.
De esto se deduce que la temperatura del suelo en primavera es baja para
favorecer la germinación, cosa que no sucede con la temperatura del aire, que es
suficientemente alta para permitir el desarrollo de la planta.
Este fenómeno también explica las deficiencias nutricionales de ciertos cultivos,
que pueden ocurrir en primavera. Si la nitrificación que depende de la temperatura
del suelo se retrasa (más que el reemprendimiento de la actividad vegetativa del
cultivo ligado a la temperatura del aire) está claro que habrá una deficiencia de
nitrógeno.
La altitud es un factor fundamental para la distribución de las temperaturas.
Cuando se sube a una montaña, se nota que el aire se va enfriando. Esto es
debido a que con la altitud la presión atmosférica disminuye y el aire, por ser un
gas, al expandirse se enfría.
La variación de la temperatura (gradiente térmico) de una masa de aire seco
ascendente es aproximadamente de 1° C por cada 100 metros de altitud. Pero si
este aire está saturado, se forman nubes, y el agua, al condensarse cede calor. El
enfriamiento del aire es más lento, de manera que la variación térmica queda
reducida aproximadamente a la mitad.
El gradiente térmico medio es de 0,6° C por cada 100 metros.
Se presentan, no obstante, excepciones locales a esta regla general, pues son
frecuentes los casos en que las capas inferiores de la atmósfera, justamente las
que más influyen sobre la cobertura vegetal o sobre los cultivos en particular, son
más frías que las superiores. Este fenómeno llamado “inversión térmica”, (Figura
7) es un cambio de signo del gradiente térmico y tiene lugar en el fondo de los
valles.
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Figura 7. Durante las noches serenas, el aire del fondo de los valles se enfría por
radiación de la Tierra, de manera muy exagerada. Si hay poco viento y el aire no se
mueve, este queda inmóvil en el fondo. Como el aire frío es más denso que el aire
caliente, permanece en el fondo hasta que haya un viento fuerte que lo mueva o que el
calentamiento del aire lo haga levantar.
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(2) FACTORES QUE REGULAN LA TEMPERATURA DEL SUELO
Existe un conjunto de factores regulados por el hombre que pueden influir en la
temperatura del suelo. En esto, como en cualquier otra práctica agrícola, lo mejor
es aliarse con las ventajas que proporcione el terreno a fin de practicar algún
método de intervención indirecta, basada en los siguientes procedimientos de
control.
a) Color del suelo.- La cantidad de calor que puede absorber un suelo y la
cantidad de calor que pueda almacenar, están en relación directa con su color. Si
en el suelo no hay cobertura vegetal y el color es claro, el albedo (reflexión de
calor hacia la atmósfera) es muy alto, y el suelo se enfría.
Cuando el color del suelo es oscuro absorbe casi todas las radiaciones que le
llegan, y en tal caso, reflejan muy pocas, aumentando de ese modo su
temperatura.
b) Contenido de agua del suelo.- Cuanta más agua contiene el suelo, más lentos
son los cambios de temperaturas en este, porque el calor específico del agua es
mayor que el calor específico de sus sustituyentes sólidos. Es decir, el agua
retiene una mayor cantidad de calor que las partículas sólidas.
De ello se deduce cuáles son los procedimientos más adecuados para lograr un
aumento de la temperatura del suelo. El principio básico reside en la realización de
trabajos de acondicionamiento, estos consistirán en métodos o dispositivos que
garanticen en mayor o menor medida una adecuada evacuación del agua.
Naturalmente, hay que proporcionar también al suelo la aireación, que es el
complemento imprescindible de un buen escurrimiento.
Las pérdidas de calor para el suelo están determinadas por los siguientes factores:
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- Radiación reflejada por la superficie.
- Calor consumido en la evaporación del agua.
- Calor consumido en el calentamiento del aire.
- Calor perdido por la transferencia hacia las capas más profundas de la
Tierra.
- Calor perdido por la emanación terrestre.
Por el día, cuando la radiación solar incide sobre la superficie del suelo, esta
última la absorbe, calentándose enormemente. Al estar más frías las capas
inferiores el calor se irá trasladando, por conducción, hacia las capas inferiores
calentándolas. De esta forma el suelo gana el calor durante el día. Las ganancias
son normalmente mayores que las pérdidas. El balance en este caso será positivo.
Durante la noche, como no se recibe radiación solar, la superficie se enfría
considerablemente producto de la emanación terrestre, entregándole su calor al
aire superyacente. Al enfriarse la capa superior, las inferiores quedan más
calientes en comparación con la primera, por lo que el calor empieza a ascender
hacia las capas superiores hasta escaparse hacia la atmósfera desde la superficie.
De esta manera el suelo pierde calor durante la noche, porque generalmente las
ganancias son menores que las pérdidas. El balance será, por lo tanto, negativo.
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La temperatura a la cual las reacciones biológicas se realizan a velocidad máxima,
recibe el nombre de”temperatura óptima”.
Los efectos de la temperatura no son iguales para todas las especies vegetales.
Las especies microstermas, son aquellas cuyas funciones vitales se desarrollan
mejor a bajas temperaturas. Por el contrario, las especies macrostermas se
desarrollan mejor a temperaturas más elevadas. Esto determina que la siembra
tenga que hacerse en primavera o en otoño, según la planta escogida para el
cultivo.
Dentro de una misma especie, pueden encontrarse variedades resistentes al frío y
otras que no lo son. Si disponemos de una variedad resistente al frío, en nuestras
latitudes, podremos sembrarla en otoño.
Los límites térmicos de las funciones vitales de una misma planta son también
diferentes. Por ejemplo, la respiración tiene su temperatura óptima más alta que la
de la fotosíntesis, y esta última, a su vez, es más alta que la óptima para el
transporte de carbohidratos.
Los distintos órganos de las plantas tienen exigencias distintas de temperaturas.
Así por ejemplo, los órganos florales son muy sensibles a las bajas temperaturas,
al igual que las hojas jóvenes.
Las distintas fases de desarrollo de una planta tienen exigencias térmicas
crecientes. Por ejemplo para el trigo, se han encontrado las siguientes
temperaturas cardinales mínimas, 0 - 5° C para germinar, 10 - 12° C para espigar,
17° C para florecer y 19° C para madurar.
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que los procesos nocturnos de transporte de azúcares, desde las hojas a los
frutos, son más lentos.
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El enfriamiento de la atmósfera en el nivel del cultivo se puede producir por
convección o por irradiación.
En los valles estrechos, al irradiar las laderas el calor que el suelo ha acumulado,
enfrían el aire de la parte alta, y este, por ser más denso, baja por la pendiente y
se acumula en el fondo del valle. Este es el mecanismo que da lugar a la helada
por convección.
La helada por irradiación tiene lugar cuando el suelo pierde calor, al cesar el
aporte de radiación del sol. Una atmósfera seca y la ausencia de viento favorecen
la aparición de la helada.
Durante el invierno, los daños causados por la helada son menores, primero
porque la planta se ha "endurecido" y segundo, porque el agricultor ha escogido
especies y variedades resistentes a las bajas temperaturas. Además de proteger
el cultivo con paja, esteras, etc., existen diversos métodos de protección contra las
heladas tardías y precoces.
Para evitar las escarchas otoñales, se emplean procedimientos, tales como la
elección de la especie o variedades adoptadas de maduración precoz. Así se
consigue que los cardos, las alcachofas y las lechugas maduren antes de que
lleguen las heladas. Cuando por el contrario, se quiere evitar las escarchas tardías
primaverales, se eligen las especies y variedades de brote tardío. Estos son los
llamados “medios indirectos de defensa”.
Sobre la base de estos conocimientos se han desarrollado tipos de medios
directos de lucha contra la escarcha. Los medios antiirradiantes son muy útiles
para evitar las escarchas por irradiación, al crear una capa opaca a los rayos
infrarrojos del terreno.
Existen varios métodos para prevenir las heladas, todos ellos basados en el
empleo de humos:
• La incineración de material residual (paja húmeda, estiércol, turba, cubiertas de
llantas de automóvil y otros) produce importantes cantidades de humo.
• Los hornillos fumígenos, que son antorchas de materiales varios, producen
grandes cantidades de humo y se consumen muy lentamente (cada antorcha
necesita de 25 a 30 minutos y se requieren 5 antorchas por hectárea).
• La quema de pastas antiescarchas constituye otro método para producir
cantidades significativas de humo.
• Finalmente, los generadores de humos químicos aprovechan la reacción que
se produce entre el anhídrido sulfuroso y el amoniaco, para dar lugar a la
formación de cristales microscópicos de bisulfito de amonio; mediante unos tubos
que los mezclan y proyectan hacia la atmósfera.
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(2) HELADAS (ESCARCHA). SU EFECTO SOBRE LOS CULTIVOS
En las mañanas posteriores a las noches calmadas y despejadas, es frecuente
advertir sobre el césped, la vegetación baja y los objetos, un depósito de gotitas
de agua que recibe el nombre de “rocío”.
Las gotitas de rocío provienen exclusivamente de la condensación del vapor de
agua contenido en la capa de aire que rodea a las flores, hojas, etc. Pues dicha
capa sufre un pronunciado enfriamiento al encontrarse en contacto con las
superficies de los vegetales o de ciertos objetos que, por efecto de una fuerte
irradiación, pierden gran cantidad de calor.
En otras ocasiones, después de noches calmadas y despejadas, el césped y
plantas bajas, en lugar de aparecer recubiertos de gotitas de rocío, presentan una
cubierta blanca de apariencia cristalina, que se denomina helada o escarcha. Pese
a su apariencia cristalina, estas partículas demuestran ser de estructura amorfa.
La helada o escarcha se produce, entonces, al pasar el rocío a estado sólido por
haberse depositado sobre una superficie que acusa una temperatura muy baja,
cercana o igual a cero grados centígrados.
Las condiciones que determinan la formación de una helada o escarcha se
pueden resumir de la siguiente manera:
• Poco grado de nubosidad.
• Poca velocidad del viento.
• Alto grado de exposición a la intemperie.
• Mayor densidad del aire frío.
• Poder emisivo de los diferentes cuerpos.
• Conductividad calorífica de los cuerpos.
• Sequedad del aire, que hace posible una mayor irradiación de los objetos y
plantas y, consecuentemente su enfriamiento.
Desde el punto de vista agrícola, la presencia o ausencia de escarcha no interesa
tanto como el saber que se ha registrado un descenso de la temperatura fuera de
lo normal.
Los órganos de las plantas y de los animales mueren cuando son sometidos a la
acción de un frío suficientemente intenso y prolongado.
El daño que produce sobre el cultivo o el animal una helada de intensidad y
duración también determinadas, depende principalmente del momento del ciclo
vegetativo en el cual esta ocurre. Sin embargo, el daño puede ser aumentado o
disminuido en cierta proporción por otros factores, tales como el vigor de la
plantación, las condiciones meteorológicas previas, las condiciones físicas del
suelo y otras.
Entre los adelantos más notables realizados en los últimos años respecto de las
causas que regulan la resistencia al frío, cabe destacar la influencia de la duración
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del día. Según experiencia efectuada, cada especie causa mayor resistencia al frío
cuando está expuesta a duración óptima del día: bajo la influencia de días de
período más largo o más corto que el óptimo, la resistencia al frío decrece
notablemente.
En plantas anuales, bienales o perennes, que son cultivadas para aprovechar el
fruto, se pueden establecer cuatro grados de perjuicios por heladas:
1. el frío daña o mata órganos vegetativos, tales como hojas y tallos, perturbando
las funciones de los demás órganos restantes;
2. el frío destruye gran porcentaje de flores, impidiendo así que muchas de ellas
se transformen en frutos;
3. la baja temperatura destruye los frutos en formación y los que sobreviven
resultan malformados;
4. si el frío es suficientemente prolongado, puede prolongar la muerte de la
planta.
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resistente al frío tenía unas hojas más estrechas, firmes y cutinizadas. En 1917
pudo determinarse que los cereales más resistentes tenían hojas más estrechas y
un hábito de crecimiento más tendido, mientras que los trigos blandos, la cebada y
la avena, los tres de invierno, tenían hojas anchas y un crecimiento otoñal más
erguido.
El sistema de la raíz puede manifestar también diferencias con respecto a su
resistencia al frío. Algunos estudios verificados en Canadá en 1921 indicaron la
existencia de un alto grado de correlación entre la proporción de ramificación del
sistema radicular y la resistencia al frío.
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(3) Ejercicios de autoevaluación
• En relación con los procesos fisiológicos de las plantas, defina los conceptos
siguientes:
a).- Temperatura mínima.
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• Cite la manera o el procedimiento para lograr aumentar la resistencia de las
plantas a la baja temperatura.
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CAPÍTULO V
(1) LA HUMEDAD ATMOSFÉRICA Y LOS VIENTOS
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vapor de aire saturado, a una misma temperatura) y déficit de humedad
(diferencia entre la tensión saturada y la tensión real del vapor de agua a una
temperatura y presión dadas).
Aunque invisible, en la atmósfera siempre existe vapor de agua. La menor o mayor
cantidad de vapor acuoso existente en la atmósfera tiene grandes consecuencias
meteorológicas y climáticas, pues:
1. El vapor de agua absorbe muy fácilmente las radiaciones térmicas, por lo tanto,
el aire húmedo se calienta más que el aire seco bajo la acción directa de los
rayos solares.
2. El vapor de agua, ya sea al formarse o al condensarse, produce variaciones
considerables de la temperatura del aire. Un kilogramo de vapor de agua, al
formarse o al condensarse, puede enfriar o calentar en un grado 2000 metros
cúbicos de aire.
3. La cantidad de vapor de agua existente en la atmósfera regula la velocidad con
que se evapora el agua sobre la superficie terrestre y de los mares.
4. El vapor de agua, por su condensación o congelación, produce numerosos
fenómenos meteorológicos, por ejemplo, nubes, lluvia, niebla, granizo y rocío y
otros.
Desde el punto de vista agrícola, el vapor acuoso también es muy importante dado
que este:
• Regula la desecación de los suelos.
• Influye en la velocidad de transpiración de las plantas.
• Provoca o no la aparición de las plagas agrícolas. Por ejemplo, la “sarna” del
peral y la “roya negra” del trigo se manifiestan especialmente con tiempo
húmedo. La “arañita roja” de la alfalfa, por el contrario, requiere de tiempo
seco.
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condiciones meteorológicas, las particularidades biológicas de las plantas y por el
nivel de la aerotecnia.
La necesidad de agua por las plantas se intensifica con el aumento de la velocidad
del viento y de la temperatura del aire, así como con la disminución de la humedad
relativa, lo cual se debe al incremento de la evaporación desde la superficie del
suelo y a la transpiración.
El gasto de agua por la transpiración y la evaporación desde la superficie del suelo
de un campo dado se puede juzgar por la cantidad de calor gastado en estos
procesos.
Los cultivos de especies distintas, e incluso de variedades de la misma especie,
reaccionan de modo diferente al grado de aridez. Las plantas resistentes a la
sequía pueden crecer y desarrollarse normalmente en suelos con escasez de
agua, lo que sería mortífero para las plantas hidrófilas. En particular, el sorgo, a
causa de su resistencia a la sequía, en regiones de lluvia escasa puede dar
buenas cosechas.
Las condiciones de sequía pueden provocar el abatimiento de las plantas e incluso
su marchitez total.
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recogida de la cosecha garantiza la conservación de agua equivalente a desde 20
mm hasta 35 mm. Es decir, desde 200 hasta 350 toneladas métricas (Tm) de agua
por hectárea.
La nivelación de la superficie de un campo arado disminuye la evaporación y
preserva a la capa laborable del secamiento. La destrucción oportuna de la
corteza formada sobre la superficie del suelo después de las lluvias, igualmente
puede evitar las pérdidas de 10 a 30 mm de agua. La lucha contra la maleza
permite conservar el agua del suelo que se perdería por transpiración de las
yerbas y arbustos indeseables.
Cuando la cantidad de sustancias nutritivas en la solución del suelo es
insuficiente, la transpiración de las plantas se intensifica para, mediante este
mecanismo compensador, evitar el deterioro del proceso de asimilación.
La concentración de ciertas sustancias alimenticias en la solución del suelo varía
las propiedades de carácter hídrico del protoplasma, tales como la facultad de
retención del agua y la presión osmótica. Si la concentración de la solución del
suelo es la adecuada, los procesos de transpiración se realizan con eficiencia, es
decir, en la forma más productiva respecto al gasto del agua. El paso de
sustancias nutritivas desde la solución del suelo hacia el sistema radical de las
plantas se realiza con más facilidad con una concentración moderadamente
elevada de la solución, la cual se puede propiciar mediante la fertilización
adecuada. El coeficiente de transpiración disminuye con el aumento de la
concentración de sales en la solución nutritiva hasta un límite determinado.
Por lo anterior, las medidas aerotécnicas de elaboración y fertilización del suelo
deben estar dirigidas hacia la conservación del agua del suelo acumulada en el
período lluvioso y con ello crear condiciones favorables para el cultivo de las
plantas en el período de sequía o en la primera mitad del mismo.
El cultivo de especies y variedades resistentes a la sequía y de productividad
óptima, es uno de los medios más importantes de lucha contra la sequía. La
experimentación con especies nuevas y su regionalización, se realiza
considerando las condiciones agrometeorológicas y agroclimáticas.
Las cortinas rompevientos son muy importantes en la lucha contra la sequía. A
causa de su acción protectora contra el viento, la evaporación desde la superficie
del suelo en los campos entre cortinas es menor que en los campos sin cortinas.
Las cortinas permeables disminuyen la evaporación de los campos entre cortinas
como promedio de 20 a 30% en comparación con los campos sin cortinas. Como
resultado de lo expuesto, la capa laborable en los campos entre cortinas
permanece bajo mejores condiciones de humedad, en el transcurso de casi todo el
período vegetativo de las plantas de cultivo.
El mejor abastecimiento de agua para las plantas en los campos entre cortinas
contribuye al aumento de la cantidad de materia seca. Mediante experimento se
ha determinado que este aumento en algunos casos puede ser del 30% en
comparación con un campo sin cortinas.
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En muchas partes del mundo se utiliza como medio de lucha contra la sequía, el
aislamiento geográfico de los cultivos, es decir, escoger territorio para realizarlos
en los que las sequías no sean comunes. Sin embargo, el aislamiento geográfico
de los cultivos no garantiza por completo la protección contra los efectos dañinos
de la sequía ya que, en algunos años, esta abarca un territorio muy extenso.
El regadío, como medida de lucha contra la sequía, varía las condiciones
meteorológicas de la capa superficial de aire, el régimen hídrico y el térmico del
suelo. El regadío es el medio más eficaz de lucha contra la sequía. En las zonas
de clima tropical, a causa de la radiación solar intensa, la evaporación es elevada,
y, por ello, es particularmente efectivo. El rendimiento obtenido por el regadío es
por regla general mayor en la zona tropical que en la zona templada.
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Cabe citar que los daños producidos en forma ocasional por lluvias están
centrados principalmente en la época de floración. Si coincide con esta última un
período continuado de lluvias, la polinización y fecundación de las flores serán
afectadas. Las razones principales son:
• Los insectos - y las abejas en particular - no vuelan en tiempos lluviosos.
• El polen es arrastrado al suelo y, además, desaparece de los estigmas de las
flores por el efecto del agua.
• Disminuye la temperatura, por lo que el proceso de polinización y
fecundación es más lento.
• Durante las lluvias intensas la flor queda destruida.
Las lluvias también pueden ocasionar daños en los frutos. Después de un período
de sequía, una absorción intensa de agua provoca un agrietado en las epidermis,
no demasiado elásticas. Estas grietas son vías de accesos para los hongos, que
descompondrán el fruto.
Si las grietas son muy pequeñas, pueden suberificar cicatrizando sin más daños,
pero formando manchas acorchadas de color marrón. Este aspecto de piel de
patata se conoce como russeting.
Existen otras causas que pueden provocar este aspecto, como las heladas ligeras
en las primeras fases del desarrollo del fruto, enfermedades producidas por virus,
carencias de determinados nutrientes o algunos productos químicos utilizados en
el tratamiento fitosanitario.
Las lluvias intensas pueden provocar caídas de los frutos o encharcamiento del
terreno, lo cual conlleva a problemas de asfixia radicular. La gravedad depende de
la resistencia de cada especie a este estado.
Un nivel alto de humedad en el ambiente favorece la propagación e intensidad en
el ataque de las enfermedades criptogámicas y bacterianas.
En períodos húmedos, los hongos se convierten en un verdadero problema. Por el
contrario, en períodos secos, el problema lo accionan principalmente los ácaros.
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(2) EL ENFRIAMIENTO DEL AIRE.
El principal mecanismo para la condensación del vapor de agua en la atmósfera
es el enfriamiento del aire. Si por algún motivo la temperatura del aire desciende
por debajo del punto de rocío, se producirá el fenómeno de la condensación.
El enfriamiento del aire se puede producir de diferentes maneras. Puede ser por
radiación, convección, mezcla, accidentes topográficos, frentes fríos y otros.
Por radiación.- Principalmente en las noches claras y serenas el enfriamiento de
la superficie terrestre por emanación es tal que enfría las capas de aire húmedo
cercanas a la superficie. Si el enfriamiento rebasa el punto de rocío se produce la
condensación en dichas capas.
Por convección.- Cuando una masa de aire se eleva en la atmósfera, se
encuentra con masas de aire adyacentes cada vez menos densas, y, por tanto,
queda sometida a una presión atmosférica cada vez menor. Por esta razón, la
misma masa de aire va continuamente expandiéndose y ocupando volúmenes
mayores. Como esta expansión constituye un trabajo, habrá un consumo de
energía para realizarlo. La energía utilizada sale del calor interno de la masa de
aire. Sin que haya escapes de calor hacia el exterior, la temperatura de esta masa
de aire disminuye, pues el mismo calor se reparte en mayor volumen. Esto
constituye una variación adiabática de temperatura, porque se produce sin haber
entrada ni salida de energía del sistema.
Mientras más se alcance el punto de rocío, la temperatura descenderá a un ritmo
de 1° C por cada 100 m que se eleve la masa de aire en la atmósfera libre.
Por mezcla.- Si se mezclan dos masas de aire de diferentes temperaturas y
contenidos de humedad cercana a la saturación, se obtendrá una nueva masa de
aire con temperatura y valor relativo de humedad diferentes. La masa de aire frío
hará descender la temperatura del conjunto hasta un valor en que se podrá
producir la condensación en el contenido de humedad de la nueva masa de aire
resultante.
Así por ejemplo, si un metro cúbico de aire a 0° C contiene 4 g de vapor, y otro a
30° C contiene 30 g, en ambos casos dichas masas de aire se encuentran muy
cercanas al punto de saturación. Si mezclamos los dos volúmenes de aire, la
temperatura y el contenido de vapor de agua de la mezcla serán respectivamente:
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Como a 15° C la humedad absoluta máxima ( Q ) que puede contener el aire es de
12,8 g/m3, el exceso de vapor de agua (17 – 12,8 = 4,2 g/m 3) tiene que
condensarse.
Por accidentes topográficos.- Si una masa de aire cargada de humedad que se
mueve horizontalmente se encuentra con una elevación, es obligada ascender y
por lo tanto sufrirá un enfriamiento adiabático, tanto por la expansión que
experimenta como por la mezcla con masas de aire más frías que va encontrando
al elevarse. De esta forma puede producirse la condensación del vapor de agua
presente.
Por frentes fríos.- Es una masa de aire frío que avanza hacia otra de aire
caliente. Como el aire frío es más denso que el aire caliente, el frente frío actuará
como una cuña que avanza por debajo del aire caliente, haciendo que este se
eleve. Al elevarse este aire caliente cargado de vapor de agua, sufre el proceso de
enfriamiento y la consiguiente condensación, de igual manera que la descrita en
los casos anteriores.
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(2) EL VIENTO: PERJUICIOS Y BENEFICIOS
El viento es el aire en movimiento respecto a la superficie terrestre. Si la
temperatura y presión atmosféricas fuesen uniformes en toda la Tierra, el aire se
estaría quieto. La radiación solar y el movimiento de rotación de nuestro planeta,
producen un desequilibrio en la atmósfera, haciendo que las masas de aire se
pongan en movimiento.
El aire, como una masa que es, sufre la fuerza de atracción de la Tierra y ejerce
un peso (presión) sobre la superficie de esta última. La diferencia de presiones
en la atmósfera provoca el viento. Así pues, se ve que la propiedad más
conspicua del aire, es su movilidad, que se manifiesta en los vientos.
El viento define el movimiento de las masas atmosféricas dándoles dirección y
velocidad. La continuidad de la acción del viento, en dirección y velocidad, es el
elemento que más afecta la forma de la vegetación.
El aire es un recurso natural renovable del que dependen el hombre, la flora
y la fauna para su supervivencia.
Entre los principales beneficios y perjuicios ocasionados por los vientos a la
cubierta vegetal, se pueden citar los siguientes:
Beneficios:
- Renovación del aire que favorece a las plantas.
- Transporte de polen, fecundación de flores y transporte de semillas de
especies vegetales.
- Aumento de la dureza del tronco, de las ramas y logro de un mejor
enraizamiento de las plantas.
- El viento, al renovar las capas de aire frío que hay junto al suelo, evita las
heladas nocturnas de irradiación, como se presentan en los valles y mesetas
interandinas. También sirven para barrer las nieblas que dificultan la visibilidad.
Perjuicios:
- Desecación y endurecimiento de los suelos después de las lluvias o riegos.
- Deformación de la copa de los árboles en zonas con vientos muy persistentes
en una dirección.
- Los vientos violentos pueden arrancar hojas y flores, tronchar ramas y
desenterrar árboles desde su raíz.
- Transporta semillas de hierbas no deseadas en un momento dado e insectos
catalogados como dañinos (langostas, pulgones y mariposas), así como
esporas de hongos y helechos.
- Los vientos persistentes y fuertes “roban” o transportan del suelo la capa de
tierra fértil, produciendo la llamada “erosión eólica”. Otras veces el viento
contribuye a invadir con arena, las tierras de cultivos (dunas) o con suelos
improductivos que sepultan los suelos fértiles.
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Cuando el viento alcanza y supera una intensidad apreciable, crea dos tipos de
efectos negativos:
Los efectos mecánicos.- Ocasionan daños en flores, frutos, ramas y hojas. Estos
elementos pueden ser arrancados, batidos o golpeados por la intensidad del
viento. Otro efecto mecánico se observa en plantaciones jóvenes en zonas de
vientos dominantes. La inclinación del tronco y capa es deformada, quedando el
árbol desequilibrado. En relación con las técnicas de cultivos, la presencia de
viento dificulta la aplicación de tratamientos sanitarios y la distribución del riego
por aspersión.
Los efectos fisiológicos.- En relación con la floración, el viento anula el vuelo de
insectos y abejas, con lo cual la polinización se hace imposible.
Una de las causas importantes del llamado “golpe de sol” o “calor” es la existencia
de vientos cálidos y secos. Otro efecto fisiológico es el aumento de la
transpiración. El árbol pierde agua rápidamente y se deshidrata con la
consiguiente desecación, defoliación y debilitamiento general. Si la plantación está
cerca del mar, el problema es el viento salino, que provoca fitotoxicidad en los
árboles, con lo que el desarrollo se reduce.
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- Competencia radicular de la barrera viva con los frutales, generalmente porque
la barrera esta compuesta por especies rústicas.
- Sombreo de la barrera sobre la plantación. Naturalmente depende de la
orientación de la barrera cortavientos.
- Aumento de las enfermedades criptogámicas debido a la mayor humedad
ambiental, y de las plagas que se refugian en los cortavientos.
- Necesidad de la acción de la barrera durante los primeros años, cuando la
barrera también es joven. Para ello se tendría que plantar la barrera años antes
o colocar árboles de un tamaño determinado.
- Aumento del riesgo de heladas de irradiación en primavera, y de las
temperaturas en verano.
Los vientos cálidos representan casos especiales. Cuando soplan, la colocación
de barreras puede aumentar los daños. En el caso de los vientos salinos, la mejor
barrera es la impermeable. Las especies como barreras cortavientos deben reunir
una serie de características, tales como:
- Crecimiento rápido y vertical.
- Gran altura.
- Ser rústicas, robustas y de fácil adaptación.
- Tener un sistema radicular no invasor.
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(3) Ejercicios de autoevaluación
1. Exponga las cuatro funciones esenciales del agua en relación con los procesos
vitales.
3. Señale tres de los efectos más importantes, desde el punto de vista agrícola,
del vapor de agua.
8. Señale las medidas agrotécnicas más importantes que deben llevarse a cabo
en un suelo agrícola para conservar su humedad.
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CAPÍTULO VI
(1) MEDICIÓN DE LA TEMPERATURA DEL AIRE Y DEL SUELO
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máxima, la mínima, la temperatura ambiente (a la hora de la observación) y la
temperatura media diaria.
Tanto la máxima como la mínima deben leerse siempre en el extremo inferior de
los índices correspondientes, es decir, en el que se encuentra más cercano a la
columna de mercurio. Una vez hechas las lecturas de la temperatura máxima y
mínima, se prepara el termómetro para la observación próxima inmediata.
La preparación del termómetro Six, consiste en remover los índices hasta ponerlos
en contacto con los extremos de la columna de mercurio, para lo cual se utiliza un
imán auxiliar que acompaña a cada termómetro.
La temperatura ambiente es la que prevalece en el momento de la observación y
puede leerse en cualquier extremo de la columna de mercurio, siempre y cuando
ambas lecturas sean iguales. Sin embargo, puede suceder que exista una
pequeña diferencia entre ambas lecturas (frecuente entre los termómetros Six), en
cuyo caso deberá realizarse la lectura de la temperatura ambiente, en la rama de
la mínima.
La instalación correcta del termómetro Six implica que la posición del conjunto se
encuentre con una inclinación de 30° con respecto a la horizontal. Es importante
que al realizar la lectura de los termómetros, la visual del observador sea
perpendicular al termómetro, para evitar error de paralaje.
Por lo general, las mediciones de temperatura del aire abarcan las temperaturas
intermedias y las extremas: máximas y mínimas. En dependencia de ellas se
utilizará uno u otro termómetro.
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Figura 8. Termómetro ordinario.
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Figura 10. Termómetro de mínima.
Cuando la temperatura asciende, el alcohol pasa entre las paredes del capilar y la
aguja, permaneciendo esta inmóvil; en cambio, si la temperatura desciende el
alcohol arrastra consigo la aguja.
Al realizar la observación o lectura, se toma la posición del extremo de la aguja
más alejado del tubo (más cercano del menisco del alcohol que marca la
temperatura mínima). Cuando se instala el termómetro es necesario inclinarlo (con
el bulbo hacia arriba) de forma que la aguja baje hasta chocar con el extremo más
alejado del bulbo con el menisco o la superficie del alcohol.
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un resorte. El aumento de la presión atmosférica produce un aplastamiento de la
cápsula y la disminución produce una distensión de la misma. Estos ligeros
aplastamientos y distensiones son transmitidos por un juego de palancas hasta la
aguja indicadora de presión, que se mueve sobre un cuadrante graduado.
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Psicrómetro de aspiración.- Es el conjunto de dos termómetros de mercurio
(Figura 12), en el cual uno registra la temperatura ambiente (bulbo seco), y el otro
está conectado a una mecha de gasa que se humedece antes de tomar la lectura
(bulbo húmedo). Con la temperatura seca ( t ) y la temperatura húmeda (t´), se
obtiene la diferencia entre ambas, con cuyo dato y t´ se accede a tablas
psicrométricas para obtener la humedad relativa (HR).
Se conocen diversas tablas para este fin: en algunas, se debe acceder con t y t´
para obtener HR. Generalmente, las tablas están constituidas para HR en el nivel
del mar, y es necesario corregirlas para otras altitudes, es decir, para presiones
diferentes.
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bulbo seco y de bulbo húmedo en posición vertical. Los termómetros de máxima y
mínima se conservan en posición horizontal y el de máxima, con cierta inclinación
del bulbo hacia abajo.
Desde el punto de vista agrometeorológico, esta instalación no es la más
adecuada, ya que generalmente las plantas y árboles son de tamaño menor a dos
metros, y, por tanto, las lecturas obtenidas no corresponden a su verdadero
ambiente. Otra desventaja son las exageradas dimensiones de la caseta que no
permiten situarla entre las plantas, pues estas se dañarían.
Para hacer una lectura correcta del termómetro, es necesario observar el extremo
de la columna termométrica y relacionarlo con la escala. Hay que situarse lo más
alejado posible del termómetro, sin comprometer la posición de la lectura para
evitar que el calor del cuerpo afecte el instrumento. Cuando se realice esta
observación, la línea visual debe ser normal (perpendicular) a la columna de
mercurio (o alcohol), a fin de evitar errores que puedan ser de importancia.
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Los termómetros ordinarios de máxima y de mínima que se utilizan para medir la
temperatura de la superficie del suelo son los mismos que se colocan en la caseta
meteorológica para medir la temperatura del aire. Estos termómetros se colocan
en la superficie del suelo en posición horizontal, ligeramente enterrados hasta la
mitad en toda su longitud. Los bulbos deben estar orientados hacia el oeste y en el
siguiente orden de norte a sur: primero, el ordinario; en el centro, el de mínima, y
luego, el de máxima, con una distancia de 5 a 6 cm entre estos.
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Figura 14. Termómetro de tubo curvo.
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han marcado divisiones cada cm para poder determinar la profundidad de la
medición. La división 0 se encuentra en la punta metálica en el nivel del bulbo del
termómetro. La parte superior de la armadura muestra una ranura a través de la
cual se observa la escala. El valor de la división de una escala es de 1° C. Para
realizar la medición, se entierra el termómetro en posición vertical en el lugar
escogido para la observación y se realiza la lectura en la escala que se ve a
través de la ranura.
El termómetro debe mantenerse durante 5 minutos en cada profundidad donde se
esté realizando la medición, y la medición se completará sin retirar el termómetro
del suelo.
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un flotador y un sistema de palancas, el nivel que alcanza el agua precipitada y se
registra en una banda de papel. Al alcanzar 10 mm registrados, por medio de un
sifón se vacía al recipiente para iniciar nuevamente el registro a partir de cero
milímetros. El pluviógrafo nos brinda los siguientes datos, referentes a la lluvia:
a). - Hora de comienzo.
b). - Forma de lluvia (intermitente o continua).
c). - Cantidad.
d). - Duración.
e). - Intensidad.
La veleta.- Sirve para medir la dirección del viento y se coloca a 4 m de altura del
suelo sobre un mástil. Posee una rosa de los vientos (puntos cardinales) y una
flecha cuya punta se mueve indicando hacia la dirección de donde sopla el viento.
En forma vertical tiene graduaciones y una lámina sensible al impulso del viento
para indicar en forma aproximada la velocidad de este. Al instalarla se orienta
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hacia el norte, se sujeta fuertemente su mástil y se nivela en sentido vertical. El
mantenimiento consiste en vigilar que este nivelada, lubricada y bien orientada.
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(3) Ejercicios de autoevaluación
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CAPÍTULO VII
(1) LAS PRECIPITACIONES: LA LLUVIA, EL ROCIO, LA NIEBLA Y LAS
NUBES
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5. Finalmente, se ha formulado otra teoría que plantea que las fuerzas
electrostáticas presentes, unas positivas ( + ) y otras negativas ( - ), accionan
entre sí y constituyen un posible factor de crecimiento por atracción de fuerzas
opuestas.
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no es capaz de formar gotas que reúnan esos requisitos. Por esta razón, es de
esperar que en el agrandamiento de las gotas que conforman una nube
intervengan procesos más complicados.
Varias son las teorías que han tratado de explicar el mecanismo mediante el cual
las gotas de agua alcanzan el tamaño adecuado para precipitarse. Una de estas
teorías supone el aumento de tamaño por la unión de gotas más pequeñas de
distinta carga eléctrica. Esta formulación es rechazada, ya que en las nubes las
distancias entre las gotas de agua son demasiado grandes y las diferencias entre
las cargas demasiado pequeñas.
Otra teoría, que sugiere que las gotas grandes podrían crecer aún más a
expensas de las más pequeñas, también ha sido rechazada, pues en las nubes el
tamaño de las partículas es bastante uniforme y varía solo entre 10 y 15 mm de
radio. Pocas gotas son las que presentan radio superior a 40 mm. También existe
la teoría de que la turbulencia atmosférica provocaría la mezcla de las nubes más
calientes con nubes más frías. Esto podría ocasionar que las gotas de agua de las
primeras se evaporaran y pasaran a engrosar las gotas de las nubes más frías. La
contradicción se demuestra por el hecho de que la temperatura de las gotas
pequeñas de agua en las nubes es demasiado baja para que se produzca este
fenómeno.
(2) LA LLUVIA
Las nubes están constituidas por gotitas de agua de muy pequeño diámetro, de
0,01 mm, por termino medio.
Dada la gran superficie de contacto con el aire, considerada la pequeñez de las
gotas, estas caen muy lentamente por efecto del rozamiento con el aire y, en
consecuencia, de la resistencia que aquel opone.
Por lo general, las mismas, en su movimiento descendente encuentran capas de
aire más seco y caluroso, lo que hace que se evaporen antes de llegar al suelo.
Bajo ciertas condiciones, varias gotitas pueden reunirse y formar una gota
suficientemente voluminosa, que mide por lo general, entre algo menos de 1mm y
algo más de 2 mm de diámetro. En este caso, la velocidad de caída es grande, y
la gota puede llegar al suelo: es el fenómeno de la lluvia.
La cantidad de lluvia se expresa por la altura de la capa de agua que forma sobre
un suelo completamente horizontal e impermeable, suponiendo que sobre dicha
capa no se produzca ninguna evaporación.
Es necesario tener en cuenta que una lluvia de 1 mm precipita 1 litro por metro
cuadrado, o sea, 10 metros cúbicos de agua por hectárea.
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(2) COMPOSICIÓN DEL AGUA DE LLUVIA.-
El agua de lluvia no es absolutamente pura. Cuando se inicia una precipitación, las
primeras gotas arrastran el polvo atmosférico y microorganismos que encuentran,
cargándose así de impurezas.
Ello explica las causas de ciertas lluvias particulares, como las conocidas por
“lluvias azufradas”; en estas, las impurezas son granos de polen que las gotas al
caer encuentran en gran cantidad.
Pero además de estas impurezas, constituidas por el polvo atmosférico y
microorganismos, el agua de lluvia generalmente lleva en solución dos gases
existentes en la atmósfera, el amoniaco y el ácido nítrico que, al reaccionar,
producen nitrato de amonio.
El amoniaco en la atmósfera se produce por la putrefacción de materia orgánica
nitrogenada. También es originado por ciertas industrias y otros factores. El ácido
nítrico se origina cuando se combinan el nitrógeno y el oxígeno de la atmósfera en
presencia de agua.
La producción de ácido nítrico está determinada por el efecto de las descargas
eléctricas durante las tormentas, pero en parte, debe ser atribuida a la acción de
los rayos ultravioletas de la luz solar. La cantidad del nitrógeno total que aporta al
suelo el agua de lluvia no es despreciable.
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evaporarse el agua, quedan en la solución del suelo con lo cual se aumenta su
concentración.
Cuando hay agua suficiente o excesiva producida por las precipitaciones
atmosféricas, el suelo y las capas profundas se saturan hasta el nivel del agua
subterránea, y una parte del agua drena hasta el agua subterránea. Este régimen
hídrico se denomina “el lavado”. Bajo este régimen, la cantidad de agua producto
de las precipitaciones sobrepasa la suma del gasto de agua en la transpiración y
la evaporación desde la superficie del suelo.
En las regiones en las que el nivel hidrostático o límite superior del agua está muy
profundo, el agua de las precipitaciones atmosféricas no satura la zona de
aeración (espacio desde el nivel hidrostático hasta la superficie del suelo) y no hay
relación entre el agua que llega desde arriba y el agua subterránea. El régimen
hídrico en este tipo se denomina de “no lavado”. En el balance hídrico durante el
régimen de no lavado, las magnitudes de abastecimiento subterráneo y del
desagüe son iguales a cero.
Otros componentes importantes del balance hídrico son el consumo de agua en
la transpiración, la evaporación desde la superficie del suelo y el desagüe
superficial. La evaporación desde la superficie del suelo es una de las fases
fundamentales del ciclo del agua en la naturaleza. La evaporación requiere gran
cantidad de calor; por ese motivo es el factor principal del intercambio térmico, que
ejerce influencia sobre los regímenes hídrico y térmico del suelo y de la capa de
aire adyacente al suelo.
El efectuar la suma, las entradas de agua al suelo se consideran con signo
positivo y las salidas con signo negativo.
Tienen signo positivo las precipitaciones ( P ) y el agua de escurrimiento que
llega desde las partes más elevadas del terreno ( S 1 ).
Poseen signo negativo la evapotranspiración ( E ), el agua que se pierde por
escurrimiento hacia las partes más bajas del terreno ( S 2 ) y el exceso de agua del
suelo que percola ( D ).
En resumen, el balance hídrico ( BH ) sería:
BH = P + S1 – E – S2 - D
Los valores de P, E, etc, pueden ser diarios, semanales o mensuales, con cuyo
conocimiento se obtiene la variación de la humedad del suelo en un período dado
de tiempo.
La determinación del balance hídrico tiene su aplicación en estudios de
disponibilidades hídricas regionales, aprovechando el agua edáfica en los
períodos más convenientes, ubicación de cultivos según sus exigencias hídricas,
momento oportuno de riego y otros.
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(2) EL ROCÍO
El rocío, depósito de gotitas de agua sobre el césped, vegetación baja y
determinados objetos, es frecuente observarlo en las mañanas posteriores a las
noches de calma y despejadas. El rocío se forma cuando el aire que rodea a la
planta se enfría hasta llegar hasta su punto de rocío.
El rocío no se produce cuando el cielo está nublado, ni cuando el cielo sopla a
velocidades apreciables. La calma favorece su formación, la superficie de una
planta se enfriará más intensamente cuanto más expuesta esté a la intemperie,
(enfriamiento por irradiación) y, en consecuencia, se recubrirá de una mayor
cantidad de rocío. Esto explica por qué bajo condiciones iguales, el césped
expuesto al aire libre se cubre de rocío, mientras que el que está bajo una
arboleda está libre de él. Además del aire frío, se requiere una adecuada densidad
del mismo: aire frío y poco denso no permitirá la formación de rocío, como puede
suceder en las copas de los árboles. Medir el agua que produce el rocío es muy
difícil, ya que su cantidad depende de las características de los cuerpos sobre los
cuales se forma.
Cuando el balance térmico de la superficie terrestre es negativo, esta se enfría, y
a la vez enfría el aire cercano a ella. Si la temperatura desciende por debajo del
punto de rocío, el vapor de agua de la atmósfera cercana a la superficie terrestre
se condensa y se deposita sobre los objetos (hojas de las plantas, suelo, alambre
de las cercas y de tendidos eléctricos y telefónicos, etc.). Estas gotas de agua,
depositadas sobre tales objetos, que se observan muchas veces al amanecer, se
conocen como rocío. El rocío se forma principalmente sobre las hojas de las
plantas y, en general, sobre aquellas superficies que irradian gran cantidad de
calor, es decir, las que más se enfrían.
La formación del rocío está afectada por muchos factores. Entre ellos se
encuentran el balance de radiación solar, los valores de la humedad y de la
temperatura alcanzados por el aire, la velocidad del viento y las formas y las
propiedades térmicas de la superficie radiante.
La cantidad de agua precipitada producto del rocío es insignificante en
comparación con la aportada por la lluvia. Sólo se precipitan anualmente de 30 a
40 mm de rocío. No obstante, no deja de tener importancia agrícola. En primer
lugar, el calor latente de vaporización que se desprende al formarse al rocío,
atenúa el enfriamiento del aire. El aire se enfriaría más intensamente sin la
formación del rocío.
El rocío es una fuente de suministro de agua en las plantas; su importancia es
considerable, particularmente en los períodos de sequía y en las áreas con
precipitaciones bajas. Se plantea que algunas plantas utilizan directamente el
agua del rocío. Además, la presencia de este sobre el follaje de la vegetación,
reduce, por lo menos durante las primeras horas de la mañana, las pérdidas de
agua por transpiración vegetal. Esto puede observarse en aquellas plantas que
durante el día presentan una marchitez marcada y aparecen con turgencia normal
al amanecer.
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99
(2) MEDICIÓN DEL ROCÍO: EL ROCIÓMETRO
La organización mundial climatológica aceptó oficialmente el rociómetro de
Duvdevani, que consta de un soporte metálico para sostener unas tablillas de
dimensiones conocidas, colocadas a diferentes alturas y recubiertas con un barniz
rojo especial. El rocío se deposita sobre estas, y su valor cuantitativo se determina
con un patrón fotografiado previamente elaborado. Las tablillas se colocan al
atardecer y se retiran para ser evaluadas al amanecer. El valor del rocío se
expresa por el espesor del agua acumulada ( mm ). Este instrumento también
recibe el nombre de “drosómetro”.
Influencia del rocío sobre la vegetación.- Mucho se ha escrito sobre la
influencia del rocío sobre los vegetales, pero la utilidad que el rocío presta resulta
ser diferente según el vegetal que se considere; por esta razón, es necesario
distinguir los siguientes casos:
a).- Vegetales inferiores (algas, líquenes, musgos, etc.) que viven sobre rocas,
postes, troncos de árboles, y otros, aprovechan perfectamente el agua de rocío.
b).- Vegetales inferiores (bacterias, hongos, etc.) parásitos. Muchos de ellos en su
desarrollo vegetal, son favorecidos por la presencia del rocío, como ocurre con la
“plasmopora vitícola”, hongo que provoca en la vid la enfermedad conocida como
“mildiu”.
c).- Vegetales superiores o epífitas (bromeliáceas, orquidáceas, etc.). Existen
especies que por estar dotadas de dispositivos muy especializados, aprovechan
perfectamente el agua de rocío.
d).- Vegetales superiores, (árboles y arbustos) muy bien adaptados a las regiones
áridas y semiáridas, han demostrado capacidad de absorber el rocío.
e).- Plantas comunes de nuestros cultivos, sometidas a condiciones
experimentales muy particulares, demuestran ser capaces de absorber agua por
las hojas. Tal es el caso de la planta del tomate cuando es colocado en una
atmósfera saturada de humedad. Sin embargo, bajo las condiciones que
predominan en la naturaleza, la cantidad de agua que absorbe por dicho conducto
es muy pequeña y, en consecuencia, la influencia del rocío parece ser ciertamente
débil.
El espolvoreo del insecticida es recomendable efectuarlo cuando las plantas se
hallan recubiertas por un leve rocío, pues así se adhieren mejor a las mismas. En
épocas de sequía, el agua suministrada por el rocío puede permitir la
supervivencia de algunas especies vegetales. Ejemplares de pinos ponderosa, por
ejemplo, colocados en suelos secos, sobrevivían más tiempo, si por las noches se
pulverizaba con agua el follaje, simulando el depósito del rocío.
(2) LA NIEBLA
Al igual que el rocío, la niebla es una condensación que se produce en las capas
cercanas a la superficie terrestre, por debajo de 1 km de altura, reduciendo la
visibilidad entre dos puntos en el espacio. A diferencia del rocío, la niebla está
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constituida por pequeñas gotas de agua que flotan en el seno del aire, sin
precipitarse sobre los objetos. La niebla se caracteriza por ser muy fugaz, ya que
con la salida del sol desaparece rápidamente debido a que vuelve a evaporarse.
La niebla, además de gotas de agua en estado líquido, en general también
contiene pequeños cristales de hielo, pero en nuestras condiciones climáticas,
esto no ocurre. Algunos autores consideran a la niebla como una nube baja.
La importancia agrícola de la niebla es la misma que la del rocío, aunque menos
pronunciada por ser más fugaz. Constituye una termorregulación de la
atmósfera; puede ser absorbida directamente por algunas plantas y disminuye la
transpiración en las primeras horas de la mañana.
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se secan, se nota en ellas zonas oscuras impregnadas con agua. Uno de los
métodos más comunes para la prevención de la escarcha consiste en el uso de
quemadores, así como también quemar rastrojos o basura para calentar el aire frío
en contacto con el suelo.
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Figura 18. Clasificación internacional de las nubes.
(km)
II Nubes 2 a 6 km Altocúmulos Ac
II Medias. 2 a 6 km Altoestratos As
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Figura 19. Distintas clases y formas de nubes en la atmósfera.
Tipos de nubes
CIRROS
Están formados por cristales de hielo,
8000-10000 m Separados en forma de filamentos blancos Cirrostratos
de aspecto fibroso y plumoso, con ganchos
(como cabellera)
ALTOCÚMULOS
En su mayoría están constituidos por gotitas
de agua que pueden originar cristales de hielo.
4000 – 7000 m Se componen de elementos en forma de losa. Cirrocúmulos
Forman globos y mechones blancos parecidos
al algodón.
ESTRATOS
Están constituidos por gotitas muy pequeñas de
agua. La base de estas nubes es muy uniforme, Nimboestratos
2000 – 4000 m pueden dar origen a nieblas. Son nubes desde Estratocúmulos
las que casi siempre llueve o nieva
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CÚMULO - NIMBUS
Son nubes muy densas, de contorno muy bien
definido, que se desarrollan verticalmente, que
dan origen a lluvias considerables, en muchos
casos en forma de chubascos. Tienen forma de
cúpula o de madeja de lana. Se suelen ver
durante el medio y al final del día.
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Las nubes altas del género de los cirros (Figura 20) están formadas por cristales de los
hielos que les dan un aspecto general filamentoso. Las nubes estratiformes (Figura 21)
están formadas por capas superpuestas, mientras que los cúmulos (Figura 22), tienen
un aspecto apelotonado y presentan generalmente un desarrollo vertical progresivo. Con
el uso de los prefijos alto, para las nubes que se forman en mediana altura, y nimbo
(Figura 23), para las nubes bajas de espesor considerable, se completa el cuadro de
clasificación de las nubes. Las características de cada uno de los géneros así formados
están dadas por el significado de cada término que los compone.
De las formas descritas de condensación, las nubes son las que tienen mayor
importancia agronómica, ya que constituyen la fuente que provee el agua de las
precipitaciones atmosféricas. Además, las nubes determinan un factor climático de
mayor importancia al interceptar el paso de la radiación solar, reduciendo
notablemente su intensidad, su período y la estructura de su espectro. También
son el componente más importante del invernadero natural que modifica las
condiciones de humedad y temperatura de la atmósfera.
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Como material constituyente del protoplasma celular, el agua puede formar parte
hasta del 90 % o más del cuerpo de las plantas y de los animales. El agua es un
reactivo fundamental para la fotosíntesis y los procesos hidrolíticos. Las plantas
sólo pueden absorber las sustancias nutritivas del suelo en solución acuosa.
El agua actúa como vehículo idóneo para el transporte o circulación por el interior
de los organismos. En el interior de los tallos de las plantas las sustancias
minerales son transportadas en sentido ascendente, por las corrientes
determinadas por la transpiración.
En los animales, a pesar de que la mayoría toma alimentos sólidos, los materiales
deben ser disueltos antes de ser absorbidos por la sangre y los tejidos. El agua es
el principal constituyente de los fluidos circulatorios,
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(3) Ejercicios de autoevaluación
1. Indique las diferencias existentes entre los tres tipos de condensación del
vapor de agua.
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CAPÍTULO VIII
(1) EL VIENTO
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Debido a esta dilatación vertical, si bien la presión al nivel del mar se mantiene
igual a 760 mm, para hallar la presión de 660 mm habrá que ascender a una altura
mayor que la del primer caso. Por la misma razón, las presiones de 560 mm y 460
mm se encontrarán a mayores alturas que antes. (Ver Figura 24).
Esto lo podemos expresar en otras palabras diciendo que a cualquier altura, la
presión es mayor en la columna caliente que en la fría. Como es fácil de
comprender, esta diferencia de presiones entre la columna caliente y la fría es
mayor, cuanto más grande es la altura.
Si ahora se saca el tabique que separa las dos columnas, como en la parte
superior la presión de vapor es mayor en la columna caliente, el aire se correrá
hacia la columna fría, tendiendo a uniformar la presión.
Figura 24 Origen térmico del viento. Los valores 760, 660, etc., indican los milímetros
de presión atmosférica a distintas alturas sobre el nivel del mar.
La columna fría, al recibir este aporte extra de aire, aumentará su presión al nivel
del mar. Debido a este aumento de presión al nivel del mar, en esta parte inferior
se producirá una afluencia de aire desde la columna fría hacia la columna caliente.
Este flujo de aire es el viento que se observa en la superficie terrestre.
Es casi innecesario decir que para completar el circuito, en la columna caliente el
aire debe elevarse y, en la fría, debe descender.
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Resumiendo se puede decir que sobre las regiones calientes la presión al nivel del
mar es más baja que en las regiones frías, y, en consecuencia, el viento sopla de
las altas presiones (frías) hacia las bajas presiones (calientes).
En las alturas, por el contrario, el viento sopla de las regiones calientes hacia las
frías. Si la Tierra no tuviera movimiento de rotación, el viento, que como se ha
visto se origina por la diferencia de presiones que se producen entre regiones
vecinas, soplaría siempre en la dirección en que las diferencias son más
acentuadas o rápidas.
Como factor atmosférico, el viento puede producir diversos efectos sobre las
plantas:
a) Aumento de la transpiración.- La transpiración es el proceso mediante el cual
las plantas pierden agua en estado de vapor. El movimiento del aire sobre la
superficie de una hoja tiende a eliminar el vapor de agua y a aumentar la
tendencia a la evaporación del agua contenida en los vegetales, lo que favorece la
transpiración. Sin embargo, el viento a alta velocidad provoca una disminución de
la intensidad de transpiración debido a que ocasiona un cierre de las células por
las cuales sale el vapor de agua —llamado “cierre automático”— por perturbación
mecánica o por desecación incipiente de la hoja.
Los vientos cálidos invernales pueden determinar el marchitamiento invernal de
los bosques por un exceso de transpiración.
Las plantas arbóreas están más expuestas a la acción del viento. Debe elegirse,
por tanto, cuidadosamente la ubicación, la orientación de las hileras, los sistemas
de explotación, etc.
b) Aumento del recambio del CO2.- El movimiento del aire favorece el
intercambio de gases y, en consecuencia, incrementa el intercambio de CO 2 en el
interior de la masa vegetal y en el interior de las plantas, lo que favorece la
fotosíntesis.
c) Alteraciones morfológicas.- Si los vegetales están expuestos a vientos secos,
sus células son pequeñas por falta de hidratación. En las costas y en las cimas de
las montañas, donde los vientos soplan fuertemente, la altura de los árboles se
reduce. En los lugares donde la dirección del viento es constante, el tronco de los
árboles es asimétrico, se desarrollan más los anillos a sotavento y la copa adopta
la forma de bandera.
d) Encamado.- Por efecto de los vientos, los tallos de las plantas herbáceas
(maíz, sorgo, girasol) se tumban sobre el suelo.
e) Tronchamiento.- Los vientos también pueden producir la rotura de un vegetal
por el tronco o el tallo; también puede producirse la caída del fruto.
f) Caída de frutos y transporte de sales.- Los vientos marinos transportan
cantidades importantes de cloruro sódico, muy tóxico para los vegetales.
g) Abrasión.- El viento transporta partículas de suelo que, al chocar contra los
vegetales, pueden producirles daños en las cortezas o en los brotes.
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111
Contra estos efectos, el agricultor puede plantear diversas defensas. Los cultivos
hortícolas, debido a su altura, suelen ser poco afectados por el viento; por esta
razón, generalmente no se protegen si no son de un gran valor económico. Suelen
plantarse al igual que los frutales, perpendicularmente a la dirección dominante del
viento.
Cuando se requiere proteger del viento extensas zonas de cultivo, se recurre a los
cortavientos. Consisten en simples encañados, formando empalizadas, muros, etc.
o, de modo más general, la acción protectora la ejercen la hierba, arbustos o
árboles vivos que se disponen paralelamente a la dirección del viento.
Cuando el viento se acerca a un obstáculo, una parte de este lo atraviesa con una
reducción de su velocidad, mientras que otra parte se desvía en dirección
ascendente. La capacidad de protección del cortaviento se suele calcular,
aproximadamente, por su altura multiplicada por diez.
Si el cortaviento es muy denso, todo el viento lo remonta, dando lugar, al otro lado
de la barrera, a una zona de baja presión que acarrea fenómenos de turbulencia y
una notable restricción de la zona protegida. Esto puede suceder cuando son
plantas de cipreses muy juntas.
Si el cortaviento está plantado de manera que exista un 30 % de abertura, se da la
situación de equilibrio y la eficacia es máxima.
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Figura 25. El dibujo representa las tres células de circulación como una imagen elemental
del proceso el cual es, en realidad, mucho más complejo, pues participan todos los
componentes indicados en la figura.
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Aparte, dos grandes corrientes oceánicas como el Gulf Stream y el Kurosivo, son
potentes fuentes de energía, la cual transmiten en su contacto con las corrientes
de aire frío que contactan con ellas.
En cada hemisferio existen tres zonas de circulación intertropical:
• Zona de altas presiones subtropicales (calmas subtropicales).
• Zona de los alisios.
• Zona de convergencia intertropical.
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las masas de aire puedan dividirse en dos tipos: masas de aire frías (pueden ser
secas y estables o húmedas e inestables) y masas de aire calientes (secas, e
inestables en superficies y estables en altura o húmedas e inestables). También
pueden establecerse estas clasificaciones atendiendo a las temperaturas de las
superficies terrestres con las cuales se encuentra la masa de aire en sus
movimientos. Las primeras se caracterizan por las temperaturas de aire que es
menor que la de la superficie terrestre por la cual avanza la masa de aire, mientras
que en el caso contrario, la temperatura del aire será mayor, hablándose de
masas de aire caliente.
En general, una masa de aire frío tiende a ser inestable, porque el aire frío en
contacto con la superficie cálida se calienta, creando un gradiente de presión que
hace que se generen vientos racheados y turbulentos, los que provocan que la
visibilidad sea buena. Las masas calientes, en cambio, son inestables en la
superficie, ya que el contacto propicia que se cree una capa de inversión térmica
con concentración de contaminación, aerosoles, etc., reduciéndose con ello la
visibilidad. Se pueden formar, además, brumas y nieblas en caso de que las
masas de aire caliente estén húmedas.
Tenemos, por tanto, que en un primer momento las masas de aire se forman en
unas regiones determinadas (manantiales) y que después, fruto de su recorrido
por distintas zonas, adquieren progresivamente características de humedad
(pérdida o ganancia de humedad por evaporación, condensación, precipitación, y
otros), temperatura, estabilidad, etc. Así, se convierten en lo que podríamos llamar
masas de aire secundarias.
En función de las características primarias de las masas de aire y de los cambios
que sufren posteriormente (de los que dependen mucho la extensión del manantial
así como el régimen de presiones que predominan en él), habrá un tiempo
determinado en las regiones por las que se desplazan, y es precisamente en las
latitudes medias donde se producen más variaciones, donde mayores son los
cambios de tiempo. En estas zonas se dan algunos fenómenos atmosféricos
importantes, como son los frentes. Llamamos frente a la intersección o zona de
transición entre dos masas de aire de características diferentes cuando se
encuentran en contacto con la superficie terrestre.
Podemos distinguir algunos tipos de frentes: fríos, cálidos y ocluidos.
En los frentes fríos, la masa de aire frío avanza y desplaza al aire cálido y, como la
primera es más densa que el aire cálido, iniciará un movimiento por debajo de esta
a lo largo de una pendiente de dos grados y hará que la masa cálida sea obligada
a ascender rápidamente. De esta manera se da lugar a nubes, que provocan a su
vez lluvias y tormentas en una banda estrecha de mal tiempo.
Cuando es el aire frío el que es obligado a retroceder por la masa cálida, el límite
entre ambos se llama “frente cálido”. En este caso, al igual que en el anterior, la
masa cálida asciende, y se originan nubes. Estas ocuparán una superficie frontal
con menor pendiente desde la superficie hasta los 10 km de altitud.
Posteriormente, originarán precipitaciones en una banda de mal tiempo mayor que
en el primer caso.
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El tercer tipo de frente es el ocluido. Este se forma cuando una masa de aire de
mayor temperatura y de mayor densidad, al entrar en contacto con otra de
menor temperatura y de menor densidad, es elevada y despegada
completamente del suelo, formándose entre ambos nubosidad de tipo
cumuliforme con generación de chubascos. El frente ocluido puede ser cálido o
frío según sea el carácter (temperatura) de las masas de aire que entren en
contacto.
Los frentes no permanecen estáticos, van avanzando y, cuando ocurre esto,
originan una geometría ondulada que se modifica, dando lugar a cambios de
tiempo diarios. En este proceso, las capas altas de la troposfera establecen las
condiciones para el movimiento de las masas de aire, creando superficies
frontales y torbellinos circulares que se desplazan hacia el Este y forman
depresiones y anticiclones. Las primeras son áreas de bajas presiones que se
forman, al igual que los anticiclones (zonas de altas presiones), por la coincidencia
de masas de aire de características diferentes. En estas áreas la superficie frontal
adquiere forma de onda y, en su cima, ocurre el centro de la baja presión. En los
anticiclones, el centro de la alta presión estará en la cima. Estos están
constituidos, por lo tanto, por isobaras cerradas de forma circular o elíptica.
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Los monzones son vientos típicamente estacionales que se producen
principalmente por el mayor calentamiento de los continentes con respecto a los
mares en verano y por el enfriamiento de aquellos en invierno.
En verano, por efecto de dicho calentamiento, se forma sobre el continente un
centro de baja presión. Por lo tanto, los vientos convergen hacia él, soplando del
mar hacia la tierra.
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(3) Ejercicios de autoevaluación
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CAPÍTULO IX
(1) LA FENOLOGÍA VEGETAL Y ANIMAL
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- Las características intrínsecas de la especie (o variedad) considerada, pues
algunas especies, como el almendro, son de floración temprana; en cambio,
otras, como el manzano, son de floración tardía.
- Las condiciones ambientales, especialmente el tiempo.
Los ejemplos mencionados anteriormente corresponden a estudios de fenología
vegetal, mientras que las migraciones de los pájaros, el pelecho de los animales, y
otros, son capítulos de la fenología animal.
Fase.- La aparición, transformación o desaparición rápida de los órganos de las
plantas, se lama fase.
Así, si en octubre en la región templada se observa de cerca un trigal, se verá
cómo en pocos días las plantas emiten su espiga. Cuando se siembra lino a los 8
ó 10 días, aparecen rápidamente sobre la faz de la tierra las plantitas recién
nacidas.
Tales fenómenos como la aparición de las espigas en la germinación del lino, son
verdaderas fases.
Lo mismo se puede decir de la floración del duraznero, del manzano, de la
aparición de los brotes en la vid, de la defoliación del ciruelo, damasco o
albaricoquero, de la maduración del peral, el maíz, y otros.
Subperíodo.- El estudio experimental de los vegetales ha demostrado que un
fenómeno meteorológico útil, cuando actúa sobre una planta en determinado
momento, puede ser completamente perjudicial si se produce fuera de esa
ocasión.
De acuerdo a las investigaciones científicas, se ha determinado que las lluvias
abundantes son muy benéficas cuando el trigo está por espigar; en cambio, son
muy perjudiciales cuando el trigo está madurando. Ello es debido a que las
exigencias meteorológicas del vegetal varían en forma notable, según el momento
del desarrollo.
Por esta razón, para conocer las características ecológicas de un vegetal, es
imprescindible dividir la vida de este en sus varias “etapas”, y esto se consigue
naturalmente por medio de las fases. Dos fases sucesivas, delimitan una “etapa”,
que en fenología se designa con mas propiedad bajo el nombre de “subperíodo”.
En el trigo, se ha establecido los cuatro períodos siguientes:
- Desde la siembra, hasta el comienzo de la aparición de las macollas
- Desde el comienzo hasta el fin de la aparición de las macollas
- Desde el fin de la aparición de las macollas, hasta la aparición de las espigas
- Desde la aparición de las espigas hasta la madurez
Como se observa, las fases son verdaderos jalones que limitan los subperíodos
que constituyen la vida completa del vegetal.
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(2) PRONÓSTICO FENOLÓGICO
Se refiere a los pronósticos sobre el momento de aparición de las fases de
desarrollo de los cultivos y otros. Ejemplo de pronóstico para el cultivo de la papa.
La velocidad de desarrollo de las plantas depende en lo fundamental de la
temperatura del aire. A medida que se aumenta la temperatura (hasta un límite)
aumenta la velocidad de crecimiento y se adelanta la aparición de las fases con
respecto a temperaturas más bajas. Esta relación entre la temperatura y la
aparición de las fases se expresa a través de la ecuación siguiente:
A
n = --------------
t – t´
Donde:
n = número de días necesarios para la aparición de una fase a partir de la
anterior o duración del período interfásico
A = suma de temperaturas efectivas necesaria para la aparición de la fase dada
t = temperatura media diaria del período
t´ = cero biológico (temperatura mínima para el crecimiento del cultivo)
Así, por ejemplo, si se quiere determinar la fecha en que deben aparecer los
primeros brotes en el cultivo de la papa que ha sido sembrada el 10 de diciembre;
la suma de temperaturas necesarias para la aparición de la fase, A = 177° C; la
temperatura media que se pronostica para el período es de 21 ° C y como cero
biológico podemos usar 10 ° C, los cálculos serán los siguientes:
177 ° C
n = ------------------ = 16 días.
21° - 10° C
A = 177° C.
t = 21 ° C.
t´ = 10° C.
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Es conveniente plantear que una limitante de este método está dada por el poco
conocimiento que se tiene de los ceros biológicos, tarea que tienen ante sí los
agrometeorólogos. Además, se necesita también que los pronósticos de
temperaturas sean altamente confiables.
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Por ejemplo, el trigo, si se siembre en junio, julio o agosto, madura con una
diferencia de días en diciembre. La forma y distribución de las isófanas de
cosecha, dependen en primer término, del elemento temperatura, pero también
tiene una marcada influencia el régimen pluviométrico.
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1. La fecha de la floración, polinización y otros procesos es difícil de señalar. En
algunos casos puede haber una variación hasta de 7 o más días en las
estimaciones hechas por distintos observadores.
2. Las fases observadas por la fenología son el resultado de la actuación de
todos los factores del medio y no puede hacerse por separado el estudio de un
solo factor.
3. Podrían hacerse adaptaciones genéticas de la vegetación con variedades más
resistentes, creciendo en climas más favorables.
4. A pesar de que los registros fenológicos de un área grande son normalmente
comparados con las observaciones locales del tiempo, el microclima del lugar
donde están los vegetales es el que controla o influye en las fases de éstos.
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124
(3) Ejercicios de autoevaluación
1. Defina la fenología.
2. ¿Cuáles son las condiciones esenciales a las que debe atribuirse la aparición
de flores, hojas, etc.?
5. ¿Cuáles son los tres grupos de plantas que se diferencian en toda observación
fenológica?
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CAPÍTULO X
(1) LOS FACTORES QUE DETERMINAN EL CLIMA
DE BOLIVIA
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fondo del valle, debido a su peso específico más alto. Por esta razón son los valles
los que presentan las fluctuaciones más grandes de temperaturas.
Otra característica muy importante de las grandes elevaciones es la baja presión
atmosférica y la disminución de la presión parcial de oxígeno. A una altura de
2.000 m, la presión de oxígeno se reduce a un 20% en relación con la del nivel del
mar. A los 5400 m esta presión se reduce a la mitad, lo que, por supuesto, tiene
efectos fisiológicos importantes sobre todos los organismos aeróbicos.
El ciclo anual del clima en Bolivia presenta una alternancia entre un período
seco y un período lluvioso, con duraciones variables de acuerdo a las zonas
geográficas. Las precipitaciones, a su vez, dependen de los vientos dominantes
que son diferentes de acuerdo a la época del año. Estos vientos son causados por
la existencia de dos masas de aire de alta presión (o anticiclones), situadas en la
parte sur de los océanos Pacífico y Atlántico respectivamente. La zona de
convergencia intertropical, cerca del Ecuador, es una zona de baja presión que
contribuye directamente a la humedad de las regiones terrestres que cubre,
porque recibe los vientos cargados de humedad que vienen de los océanos.
Los desplazamientos del aire húmedo que pertenecen a la zona de convergencia
intertropical hacia el sur en diciembre y enero y hacia el norte en junio y julio, son
la causa directa de la distribución estacional de las precipitaciones en los Andes
Centrales. Este desplazamiento resulta a su vez de los cambios de posición de las
zonas oceánicas de alta presión y produce las precipitaciones características del
verano y las sequías invernales.
La aridez relativa del Altiplano, y la aridez absoluta de las laderas occidentales de
los Andes, se deben a las "sombras de lluvia" (11) producida por la cadena
montañosa de la cordillera oriental y, por otro lado, por la corriente marina de
Humboldt y la presencia de la zona de alta presión del Pacífico Sur. La sombra de
lluvia se produce cuando el aire húmedo proveniente del anticiclón del Atlántico
pierde su humedad mientras sube por la ladera oriental de los Andes. En efecto, a
medida que se eleva, el aire se enfría, y su capacidad de contener agua
disminuye, de manera que se producen precipitaciones (Figura 26). Este
fenómeno explica los altos índices de precipitación en los Yungas y,
especialmente, en el Chapare.
En las zonas costeras de Perú y Chile la corriente de Humboldt actúa de manera
similar, enfriando el aire que proviene de la zona de alta presión del Pacífico y
causa una inversión estable de temperaturas que impide las precipitaciones en
las laderas occidentales de los Andes. Esta influencia, máxima en el desierto de
Atacama, se extiende hasta la parte sur del Altiplano. Durante ciertos años, la
corriente marina caliente de "El Niño" desplaza la corriente de Humboldt,
resultando en fuertes lluvias e inundaciones a lo largo de la costa y fuertes
perturbaciones en el clima de Bolivia.
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Figura 26. Efecto de las grandes masas montañosas sobre las precipitaciones.
(2) LA CORDILLERA
El paisaje altoandino de las cordilleras, occidental y oriental, se caracteriza por
un clima frío, con heladas durante todo el año. La línea de nieve perpetua se
sitúa aproximadamente a 5300 m de altura, siendo un poco más alta en los
lugares con menos precipitación. Se observa una estacionalidad marcada por
invierno seco y "veranos" con nevadas.
(2) EL ALTIPLANO
La temperatura media anual oscila entre los 11° C en el norte y 7° C en el sur. Sin
embargo, estas mediciones no nos dan idea de los cambios extremos de
temperatura que pueden ocurrir en 24 hrs. Por ejemplo: en Anallajchi, al norte del
monte Sajama se pueden medir variaciones de 36° C entre la temperatura diurna y
la nocturna de un mismo día. En los lugares más fríos (Charaña), la temperatura
nocturna puede bajar a (- 25° C). El lago Titicaca ejerce una influencia moderada
importante, pero aun en sus orillas las heladas nocturnas son corrientes durante la
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mayor parte del año. Los vientos que causan precipitaciones en el Altiplano
provienen de la cuenca amazónica después de haber descargado la mayor parte
de su humedad en las laderas orientales de los Andes. El Altiplano recibe también
una masa de aire del sur que causa olas de frío, nevadas y neblina. Alrededor del
lago Titicaca, las precipitaciones pueden alcanzar entre 650 y 900 mm anuales. El
sur del Altiplano es la zona más seca del país, con menos de 100 mm de
precipitación anual. Entre los extremos, existe un gradiente continuo de humedad
que disminuye de norte a sur, por ejemplo, en Oruro es de 300 a 400 mm y en
Potosí, de sólo 200 a 300 mm.
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(2) LA LLANURA CHAQUEÑA
La región del Chaco y el sur de Santa Cruz tienen un clima cálido con invierno
seco. El calor y la humedad disminuyen de norte a sur, por ejemplo, en Santa Cruz
la precipitación anual es de 1400 mm. En Villamontes sólo de 780 mm; la
temperatura media anual es de 24° C, pero ocurren descensos bruscos de
temperatura, y los vientos del sur llevan aire frío cargado de humedad: "surazos".
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(3) Ejercicios de autoevaluación
1. Explique, con sus palabras, las principales características del clima de Bolivia.
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(1) BIBLIOGRAFÍA
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(1) NOTAS
(1) Evangelista Torricelli (Faenza, actual Italia, 1608 - Florencia, 1647), uno de los
primeros discípulos de Galileo, fue un físico y matemático italiano a quien se
atribuye la invención del barómetro. Sus aportes a la geometría fueron
determinantes en el desarrollo del cálculo integral. (N. de la E.)
(5) Tomado de “Causas y consecuencia del Cambio Climático, sobre los recursos
hídricos”, enviado por Ing. Yurisbel Gallardo Ballat, Monografías.com,
http://www.monografias.com/trabajos42/cambio-climatico/cambio-climatico.shtml.
(N. del A.)
(6) Ídem.
(7) Frits Warmolt Went (n. Utrecht, mayo de 1903; m. Nevada, mayo de 1990).
Biólogo holandés, cuyos experimentos de 1928 demostraron la existencia de
auxina en las plantas. (N. de la E.)
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(8) Julius von Sachs (n. Breslau, Silesia, octubre de 1832; m. mayo de 1897).
Botánico alemán y profesor de la Universidad de Würzburgo, fundó la fisiología
experimental de las plantas. Demostró la importancia de la transpiración para las
plantas, así como el rol de la clorofila en su metabolismo. (N. de la E.)
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