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Aspiración: Elevando el agua desde su nivel hasta la bomba, por medio de la tubería de
aspiración. En esta fase la bomba ejerce un vacío en la tubería de aspiración, con el fin de
que el agua pueda subir por ella impulsada por la presión atmosférica.
Impulsión: Conducción del agua desde la bomba hasta su destino, por medio de la tubería
de impulsión. En esta fase la bomba ejerce la presión necesaria para que el agua se traslade
a lo largo de la tubería de impulsión.
Altura manométrica total o altura total de elevación (Hm): Es la suma de las alturas
manométricas de aspiración e impulsión. Esta debe ser suministrada por la bomba, y es
independiente del peso específico del líquido, por lo que sólo puede expresarse en
metros de columna de agua (mca).
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Figura 7.1. Instalación de una bomba centrífuga horizontal
Haciendo referencia a los tres sumandos de energía mecánica referida a energía por unidad
de peso (masa líquida), los grupos de máquinas elevadoras o bombas hidráulicas según el
sumando principal afectado, queda:
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- Gravimétricas: trasladan el líquido desde una cota a otra más elevada (norias, cigüeñal,
elevador de cangilones, tornillo de Arquímedes), siendo el sumando afectado la altura de
elevación (z).
Las bombas más utilizadas en riego son las rotodinámicas, que a su vez se clasifican en
tres grupos, según la dirección del flujo:
- Bombas de hélice o de flujo axial: el impulsor tiene la forma de hélice o tornillo, por lo que
el flujo del agua se produce en la dirección del eje del mismo. Estas bombas se fundan en
el mismo principio de propulsión de los barcos, con la diferencia de que en el caso de la
bomba, la hélice gira en posición fija y desplaza al agua de forma continua. La relación altura
de elevación y caudal en este tipo de bombas en bajo, por lo que su uso se limita a
instalaciones de evacuación en redes de saneamiento.
En la figura 7.2, se representa los elementos de impulsión que caracterizan a los tres tipos
de bombas rotodinámicas:
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Bombas centrífugas
Las bombas centrífugas mueven un cierto volumen de líquido entre dos niveles; son pues,
máquinas hidráulicas que transforman un trabajo mecánico en otro de tipo hidráulico. Los
elementos constructivos de que constan son (figura 7.3):
b) El impulsor o rodete, formado por una serie de álabes de diversas formas que giran
dentro de una carcasa circular. El rodete va unido solidariamente al eje y es la parte móvil
de la bomba.
El líquido penetra axialmente por la tubería de aspiración hasta el centro del rodete, que es
accionado por un motor, experimentando un cambio de dirección más o menos brusco,
pasando a radial, (en las centrífugas), o permaneciendo axial, (en las axiales), adquiriendo
una aceleración y absorbiendo un trabajo.
Los álabes del rodete someten a las partículas de líquido a un movimiento de rotación muy
rápido, siendo proyectadas hacia el exterior por la fuerza centrífuga, de forma que
abandonan el rodete hacia la voluta a gran velocidad, aumentando su presión en el impulsor
según la distancia al eje. La elevación del líquido se produce por la reacción entre éste y el
rodete sometido al movimiento de rotación; en la voluta se transforma parte de la energía
dinámica adquirida en el rodete, en energía de presión, siendo lanzados los filetes líquidos
contra las paredes del cuerpo de bomba y evacuados por la tubería de impulsión.
La carcasa, (voluta), está dispuesta en forma de caracol, de tal manera, que la separación
entre ella y el rodete es mínima en la parte superior; la separación va aumentando hasta
que las partículas líquidas se encuentran frente a la abertura de impulsión; en algunas
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bombas existe, a la salida del rodete, una directriz de álabes que guía el líquido a la salida
del impulsor antes de introducirlo en la voluta.
Este es, en general, el funcionamiento de una bomba centrífuga aunque existen distintos
tipos y variantes. La estructura de las bombas centrífugas es análoga a la de las turbinas
hidráulicas, salvo que el proceso energético es inverso; en las turbinas se aprovecha la
altura de un salto hidráulico para generar una velocidad de rotación en la rueda, mientras
que en las bombas centrífugas la velocidad comunicada por el rodete al líquido se
transforma, en parte, en presión, lográndose así su desplazamiento y posterior elevación.
Este tipo de bombas son las más utilizadas en el riego, por numerosas ventajas que tienen:
reducido tamaño, caudales constantes, presiones uniformes, bajo mantenimiento y
flexibilidad de regulación.
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Características generales de las bombas centrífugas
Una vez es estudiado el funcionamiento de una bomba centrífuga vamos a estudiar en
detalle los elementos más importantes que la forman, como es el rodete y el difusor o voluta
a) Rodete o impulsor.
El rodete o impulsor es un elemento móvil , formado por unas paletas o álabes divergentes
unidos a un eje que recibe energía del exterior como podemos observar en la figura 7.4 que
nos muestra el despiece de una bomba centrífuga.
Figura 7.4. Despiece de una bomba horizontal centrífuga donde se aprecian dos rodetes
colocados en serie.
Según que estos álabes vayan sueltos o unidos a uno o dos discos, los rodetes pueden ser
(figura 7.5):
Abiertos: cuando van sueltos. Tienen la ventaja de que permite el paso de impurezas,
pero tiene poca eficacia.
Cerrados: cuando van unidos lateralmente a dos discos (figura 7.6). Se obstruyen con
más facilidad que los anteriores, pero tienen mayor rendimiento.
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Figura 7.5. Tipos de impulsor (rodetes)
Figura 7.6. Detalle de un rodete cerrad. a) desmontados ; b) aperturas por donde entra el
agua
b) Difusor
El difusor junto con el rodete, están encerrados en una cámara, llamada carcasa o cuerpo
de bomba, según como se ve en la figura 7.4.
El difusor está formado por unos álabes fijos divergentes, que al incrementarse la sección
de la carcasa, la velocidad del agua irá disminuyendo lo que contribuye a transformar la
energía cinética en energía de presión, mejorando el rendimiento de la bomba.
De voluta: la carcasa tiene forma de caracol, rodeando el rodete de tal forma que el área
de flujo de agua aumenta progresivamente hacia la tubería de descarga (figura 7.7 a).
De turbina: la carcasa va provista de unos difusores fijos dispuestos de tal forma que el
área de flujo se ensancha progresivamente hacia la salida, (figura 7.4 y figura 7.7 b).
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c) Eje
El eje de la bomba es una pieza en forma de barra de sección circular no uniforme que se
fija rígidamente sobre el impulsor y le transmite la fuerza del elemento motor, como se puede
apreciar en la figura 7.3.
Las bombas centrífugas para agua se clasifican atendiendo a la posición del eje en bombas
de eje horizontal y bombas de eje vertical.
Múltiples o multicelulares: con varios rodetes, que se colocan en serie, de tal forma que
el flujo que sale por cada uno de ellos entra en el siguiente.
A su vez, las bombas simples o múltiples, según la disposición del eje de giro pueden ser:
de eje horizontal y de eje vertical, como hemos comentado anteriormente.
Bombas horizontales.- La disposición del eje de giro horizontal presupone que la bomba y
el motor se hallan a la misma altura (figura 7.8); éste tipo de bombas se utiliza para
funcionamiento en seco, exterior al líquido bombeado que llega a la bomba por medio de
una tubería de aspiración.
Las bombas centrífugas, sin embargo, no deben rodar en seco, ya que necesitan del líquido
bombeado como lubricante entre aros rozantes e impulsor, y entre empaquetadura y eje.
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del líquido, que es el caso más corriente con bombas horizontales, siendo a menudo
necesarias las válvulas de pie, (aspiración), y los distintos sistemas de cebado.
Como ventajas específicas se puede decir que las bombas horizontales, (excepto para
grandes tamaños), son de construcción más barata que las verticales y, especialmente, su
mantenimiento y conservación es mucho más sencillo y económico; el desmontaje de la
bomba se suele hacer sin necesidad de mover el motor y al igual que en las de cámara
partida, sin tocar siquiera las conexiones de aspiración e impulsión.
Bombas verticales.- Las bombas con eje de giro en posición vertical tienen, casi siempre,
el motor a un nivel superior al de la bomba, por lo que es posible, al contrario que en las
horizontales, que la bomba trabaje rodeada por el líquido a bombear, estando, sin embargo,
el motor por encima de éste.
Podemos diferenciar dentro de las bombas centrífugas de eje vertical, dos tipos:
El eje alargado puede ser rígido o flexible por medio de juntas universales, lo que simplifica
el siempre difícil problema del alineamiento. Se emplean muy a menudo las mismas bombas
horizontales modificadas únicamente en sus cojinetes.
La ventaja de las bombas verticales, es que requieren muy poco espacio horizontal que las
hace insustituibles en barcos, pozos, etc; sin embargo se necesita un espacio vertical
superior suficiente para permitir su cómodo montaje y desmontaje.
Para bombas de gran caudal, la construcción vertical resulta en general más barata que la
horizontal. Las bombas verticales se emplean normalmente en aplicaciones marinas, para
aguas sucias, drenajes, irrigación, circulación de condensadores, etc.
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Si esta profundidad es menor de lo debido, 2 ó 3 veces el diámetro del orificio de aspiración,
se pueden crear en la superficie vórtices o remolinos por cuyo centro se introduce aire en la
bomba, con la consiguiente pérdida de caudal y deficiente funcionamiento.
El eje del que van provistas estas bombas, va guiado normalmente por cojinetes de fricción
separados a intervalos regulares (de 1,5 a 3 metros) y lubricados por aceite, grasa, o el
mismo líquido bombeado; en este último caso, el eje se suele disponer en el interior de la
tubería de impulsión vertical, cerca del motor, en que ésta se desvía horizontalmente
mediante un codo adecuado.
En los casos de lubricación por grasa o aceite, el eje va dentro de un tubo portador de los
cojinetes, siendo este conjunto, a su vez, exterior o interior a la tubería de impulsión.
La otra solución tiene la ventaja de requerir un menor espacio, siendo en ambos casos
innecesaria la empaquetadura, lo que constituye también una circunstancia muy favorable,
dados los inconvenientes que ésta lleva a veces consigo.
Las bombas sumergidas tienen la ventaja de ocupar un espacio horizontal mínimo, sólo el
necesario para acomodar el motor vertical y la impulsión, siendo incluso ésta a veces
subterránea.
Las ventajas hidráulicas son evidentes al desaparecer todos los problemas de aspiración
que constituyen el principal inconveniente en el funcionamiento de las bombas centrífugas.
Desde un punto de vista mecánico, esta disposición presenta grandes inconvenientes con
respecto a la horizontal. Las bombas son inicialmente más caras y su mantenimiento mucho
más elevado, ya que cualquier reparación exige el desmontaje de la bomba para izarla a la
superficie.
El eje alargado, somete a los cojinetes a un trabajo duro que sobre todo, si están lubricados
por agua o líquidos sin grandes propiedades lubricantes, hace que su vida sea corta e
imprevisible.
Los tipos más importantes de bombas centrífugas verticales sumergidas son las bombas
de turbina verticales o de pozo profundo que fueron desarrolladas para la explotación de
pozos, perforaciones y sondeos de diámetro reducido. Esta circunstancia limita
forzosamente la altura por etapa, lo que conduce al concepto de bombas multicelulares para
reducir el espacio.
El impulsor de aspiración simple, puede ser radial o diagonal, según las condiciones de
servicio y su construcción cerrada o semiabierta. Los impulsores semiabiertos, sin embargo,
aparte de su mayor empuje axial, hasta el 50% mayor, requieren un ajuste vertical más
cuidadoso durante el montaje.
El conjunto de difusores del cuerpo de bomba y la tubería de impulsión, cuelgan del cabezal
sobre el que va montado el motor, constituyendo el codo de desviación de la impulsión. A
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veces, los difusores se recubren interiormente de un esmalte especial que disminuye la
rugosidad de la fundición y las pérdidas hidráulicas consiguientes, aumentando el
rendimiento, dotando de una cierta uniformidad a las distintas unidades, lográndose una
mejor resistencia a la corrosión y a la abrasión.
La construcción de estas bombas permite montar el número de etapas deseado, que puede
llegar a 20 o más, añadiendo simplemente difusores e impulsores semejantes uno sobre
otro, lo que dota de cierta elasticidad a las aplicaciones, con las consiguientes ventajas de
estandarización, disponibilidad de repuestos, etc; no obstante, estas bombas participan de
las desventajas mencionadas para las bombas verticales sumergidas, de ser caras y exigir
unos costes de mantenimiento elevados.
Las bombas verticales de turbina han llegado a un grado de perfección notable con
rendimientos altos y determinadas ventajas hidráulicas; aunque empezaron siendo
empleadas exclusivamente para riegos en pozos y perforaciones, sus aplicaciones
industriales aumentan cada vez más, siendo en la actualidad más numerosas que las
agrícolas, por lo que la denominación de bombas de pozo profundo va desapareciendo para
adaptarse a la de bombas de turbina vertical.
Dentro de este tipo se pueden distinguir las bombas provistas de eje alargado y accionadas
por motor sumergible dispuesto inmediatamente por debajo de la bomba o bombas buzo.
El conjunto de impulsores y eje soportado por los cojinetes de empuje están colocados en
el mismo cabezal o en la parte superior del motor, si su eje y el de la bomba están
rígidamente acoplados (motores de eje hueco).
Con estas bombas se pueden alcanzar unos 200 m.c.a., pero los problemas que ocasiona
cualquier imperfección en la rectitud del eje, que influye en gran manera en la vida de los
cojinetes y en la vibración del funcionamiento, crecen enormemente con la longitud del eje.
Se puede considerar que la seguridad del eje es proporcional a su rigidez o resistencia a la
flexión viniendo dada por el factor D4/L3, siendo D el diámetro del eje y L su longitud.
De esta forma, colocando los motores inmediatamente por debajo de la bomba, desaparece
la necesidad del eje, cojinetes y tubo protector, por lo que la columna puede ser de menor
diámetro para pérdidas de carga semejantes.
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Los motores pueden ser de funcionamiento en seco con cierre hermético, o inundados, en
cuyo caso los aislamientos han de tener características muy especiales. Las ventajas del
motor sumergido se hacen apreciables, sobre todo, en pozos muy profundos de más de 30
m, o bien inclinados o curvados. El espacio requerido en la superficie es, evidentemente
mínimo e incluso nulo con descarga subterránea.
Las desventajas son un menor rendimiento y menor vida del motor y la necesidad ineludible
del desmontaje total para cualquier revisión o reparación de la bomba o del motor.
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Curvas características de una bomba.
El comportamiento hidráulico de una bomba viene especificado en sus curvas características
que representan una relación entre los distintos valores del caudal proporcionado por la
misma con otros parámetros como la altura manométrica, el rendimiento hidráulico, la
potencia requerida y la altura de aspiración, que están en función del tamaño, diseño y
construcción de la bomba.
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Curva altura manométrica-caudal. Curva H-Q.
H = a + b·Q + c·Q2
H = a + c · Q2
Las curvas características H-Q, típicas de los 3 grupos de bombas vienen indicadas en las
siguientes figuras 7.13.
La curva que se obtiene corta el eje (Q = 0) en un punto en el que la bomba funciona como
agitador, elevando un caudal nulo. Esta situación se consigue cerrando totalmente la llave
de paso en el origen de la tubería de impulsión. El llamado caudal a boca llena es el que
corresponde a H=0, dando un caudal máximo.
a) b)
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c)
Figura 7.13. Curvas características de tres tipos de bombas hidraulicas. a) Bomba radial
centrífuga; b) Bomba helicocentrífuga; c) Bomba de hélice
Curva rendimiento-caudal.
En general la curva del rendimiento podrá ajustarse a una expresión del tipo:
El rendimiento es nulo para un caudal nulo y para un caudal máximo. Entre ambos el
rendimiento varía, alcanzando el máximo en un punto correspondiente a un cierto caudal,
llamado caudal nominal de la bomba, que es aquel para el cual ha sido diseñada la bomba.
Curva potencia-caudal.
Ph = potencia hidráulica
En la práctica, las perdidas por rozamiento hidráulico, mecánico y las posibles fugas dan
lugar a que la potencia al freno P absorbida al motor por el eje de la bomba difiere de Ph. Su
valor se obtiene en laboratorio mediante un dinamómetro o freno, aplicando la relación:
P=T·N
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de tiempo, o velocidad angular. La relación entre la potencia hidráulica (P salida) y la
potencia al freno (P entrada) mide el rendimiento global. Se determina a partir de la ecuación:
La potencia absorbida por el eje de la bomba o potencia al freno es la potencia que necesita
la bomba para realizar una determinada cantidad de trabajo. Es igual a la potencia hidráulica
o potencia que necesita la bomba para elevar el agua, más la potencia consumida en
rozamientos, y viene determinada por la formula:
Donde:
Q = caudal (m3/s)
Donde:
Q = caudal (l/s)
Para cada posición de la llave de regulación del caudal, se determinará la potencia P, con
lo que la curva característica P (Q) queda determinada con la figura 7.13.
La potencia absorbida por la bomba es la que tiene que suministrar el motor (eléctrico o
combustión o hidráulico) por el rendimiento de dicho motor (ηm).
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Curvas carga neta positiva de aspiración requerida (NPSHr)-Caudal.
Figura 7.14. Curvas NPSHr - Q, de 4 bombas iguales pero con distinto diámetro de rodete
La NPSHr en una bomba a velocidad constante aumenta con el caudal como se muestra
en la figura 7.14. Este tipo de curva se estudiará detalladamente en el punto 9 de este
tema.
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Curvas características de la conducción
Un sistema de impulsión también llamado sistema de distribución queda definido por la
topografía de su trazado y por la longitud, diámetro y aspereza de sus canalizaciones, así
como por los accesorios instalados en ellos: válvulas, codos, llaves, tes, reducciones, etc.
Es posible calcular la altura que ha de ser suministrada para que se distribuya un caudal Q
prefijado. En consecuencia, siempre es posible obtener una relación H (Q), que se denomina
curva característica del sistema de impulsión, y que tiene la siguiente forma:
Donde:
H = altura (m)
K·Q2 = pérdida de carga total de al conducción en función del caudal (hr total)
donde
Sustituyendo:
hr = K·Q2
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Punto de funcionamiento de una bomba
El régimen de trabajo de una bomba centrífuga se determina, siempre, por el punto de
intersección de las características de la bomba y de la tubería, y por eso, al ser la
característica de la conducción (tubería) invariable, salvo que se actúe sobre la válvula de
impulsión, el cambio del número de revoluciones de la bomba provocará el desplazamiento
del punto de trabajo a lo largo de la característica de la tubería. Si ésta corta a una parábola
de regímenes semejantes, al cambiar el número de revoluciones y pasar a otra curva
característica, la semejanza se conservará, pudiéndose considerar en este caso que el
cambio del número de revoluciones de la bomba no alterará la semejanza de los regímenes
de trabajo.
Pero si por la tubería se trasiega el líquido de un nivel inferior a otro superior, la característica
de la tubería tendrá la forma indicada en la figura 7.17, y el cambio de revoluciones de la
bomba, de n1 a n2, provocará el desplazamiento del punto de trabajo de A a B, que
pertenecen a distintas parábolas de regímenes semejantes, alterándose así la semejanza
de los regímenes.
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Como parece natural, las bombas centrífugas se construyen para que funcionen en
condiciones de rendimiento máximo y, por lo tanto, en su elección parece lógico pensar que
para una tubería de impulsión determinada, no sirva cualquier bomba, sino aquella que
cumpla precisamente con la premisa de que su zona de máximo rendimiento, coincida con
la inmediata al punto de funcionamiento.
Designando por λ la relación de las medidas lineales de dos bombas semejantes elevando
un fluido dado y por k la relación de sus velocidades de rotación que dan lugar a diagramas
de velocidades semejantes, se tiene:
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de la ecuación de coeficiente de caudal se obtiene:
Gráficamente:
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Figura 7.18. Variación del caudal, altura y potencia, para variaciones de velocidad de
rotación
Velocidad específica
Despejando el Diámetro (D) de la ecuación del coeficiente de altura (CH)
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Para energía total (H) pequeña, una cota de elevación grande o una altura cinética grande
implica valores bajos de presión (P), que pueden dar lugar a bolsas de vapor y
discontinuidades en la corriente.
Las burbujas gaseosas (bolsas de vapor) que se forman en un punto de baja presión se
reabsorben cuando ésta aumenta, lo que puede provocar explosiones violentas que
ocasionan la erosión mecánica de las paredes del conducto en la zona de condensación.
En la figura 7.18 se muestra un esquema de una instalación típica de una bomba centrífuga
horizontal. El eje de la bomba se encuentra a una cota ZA sobre el nivel de agua, también
llamada altura geométrica de aspiración Ha.
h a= HA + hrA
Donde ZA = Ha
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(F1)
Denominando altura o carga neta positiva en la aspiración disponible, cuyo valor depende
de las condiciones de la tubería de aspiración, por lo que es un dato que ha de obtener el
proyectista de cada instalación: si ese valor llega a anularse el caudal previsto no puede
alcanzar la entrada de la bomba.
(F2)
Luego hv + KBQ2 representa el valor mínimo del parámetro NPSH requerido a la entrada en
la aspiración para que no llegue a presentarse en B las bolsas de vapor que caracterizan el
fenómeno citado, es decir:
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NPSHr no depende más que del proceso que tiene lugar dentro de la bomba, sin que sea
afectada por las características de la aspiración. Por ello, la curva que relaciona NPSHr para
cada valor de Q es característico de la bomba y debe ser suministrado por el fabricante.
NPSHd es tanto más pequeña cuanto más grande es la altura de aspiración, por lo que para
instalación de una bomba ha de estudiarse de forma que su valor siempre supere a la
NPSHrseñalada en la curva característica suministrada por el constructor o fabricante de la
bomba.
Para determinar la altura de aspiración en una impulsión, debemos seguir los siguientes
pasos:
2. Sobre el eje de caudales del gráfico se traza una perpendicular a dicho eje por el
caudal máximo, que cortará a la curva NPSHr en un punto A.
3. De las infinitas curvas NPSHd que pueden obtenerse en una instalación (dependiendo
de la altura de aspiración Ha escogida), una tiene que pasar por el punto A. Para dicho
punto A se tiene que verificar:
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De donde despejamos Ha:
Ha = ha - hv - hrA - NPSHr
Que sería la máxima altura de aspiración. Para asegurarnos de que ésta no se produzca es
aconsejable disminuir dicha altura en 0,5 m.
La altura de aspiración no superará en general los 6,5 m; aunque puede resultar mucho más
pequeña, incluso negativa a veces.
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Acoplamientos de bombas
Bombas en paralelo:
En instalaciones importantes en las que se prevé una significativa fluctuación de caudal, por
ejemplo una comunidad de regantes o una ciudad, resulta interesante repartir la demanda
máxima de caudal entre varias bombas iguales acopladas en paralelo, descargando a la vez
en un colector común conectado a la tubería de impulsión.
A medida que aumenta la demanda de caudal en la red, irían entrando una a una en
funcionamiento. Lo normal es que la puesta en marcha y la parada de las sucesivas bombas
se haya automáticamente.
Bombas iguales:
H = a + c · Q2
Al acoplar las bombas en paralelo, el caudal total Q demandado se reparte por igual entre
ellas. La expresión matemática de las curvas resultantes serían:
H=a+c·
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La curva C es la característica de la tubería, en la que se ha tenido en cuenta la altura
geométrica a la que se encuentra el depósito, y cuya intersección con la curva característica
conjunta II, da el punto de funcionamiento B del conjunto bombas-tubería de impulsión.
Cada bomba funcionará con un caudal y una misma altura manométrica HmB .
En resumen:
Q = Q1 + Q2
H = H1 = H2
Bombas diferentes:
Lo más frecuente y deseable es que las bombas a acoplar sean iguales, aunque es frecuente
instalar bombas auxiliares más pequeñas para mantener en carga la red cuando no hay
demanda y para cubrir pequeños caudales.
Q = Q1 + Q2
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Despejando Q de la ecuación característica H = H (Q) arriba indicados, se obtiene para cada
bomba:
Q1 = Q1 (H)
Q2 = Q2 (H)
Q1 (H) + Q2 (H) = Q
Bombas en serie:
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Es poco frecuente encontrar instalaciones con bombas diferentes acopladas en serie. El
acoplamiento en serie resulta de interés cuando hay que suministrar alturas elevadas y
existe limitación de diámetros (por ejemplo, bombas en pozo profundo); son las bombas
multicelulares, figura 7.24.
Figura 7.24. Bomba multicelular constituida por 4 rodetes iguales (impulsores) acoplados
en serie
H = a + c · Q2
H = n · (a + c · Q2)
Dos o más bombas están acopladas en serie, cuando el tubo de impulsión de una de ellas,
está unido al de aspiración de la siguiente, y así sucesivamente.
Las diferentes bombas tendrán el mismo caudal, mientras que la altura manométrica
resultante será la suma de las alturas manométricas correspondientes a cada bomba, es
decir:
H = HA + HB
Q = QA = QB
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Para ello se dibujan sobre
un mismo gráfico, figura
7.25, las curvas
características de las
bombas individuales; a
continuación se traza, para
un caudal cualquiera QA, la
vertical correspondiente, y
sobre ella se llevan las
alturas manométricas
correspondientes a cada
bomba, que se sumarán,
obteniéndose así la altura
manométrica total del
conjunto para dicho caudal
QA y así sucesivamente
para los demás caudales,
dando esto lugar a la curva
característica conjunta.
Para conseguir el punto de
funcionamiento, hay que
actuar siempre dentro de la
zona de rendimientos
óptimos, y procurar que en
dicha zona se produzca la
intersección de las curvas
características de la
tubería y del conjunto de
las bombas.
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Maniobras de arranque y parada.
Puesta en marcha de una bomba centrífuga.- Para poner en marcha una bomba
centrífuga hay que tener presente las siguientes consideraciones:
b) Si la bomba está recién instalada, comprobar que puede girar sin dificultad rodándola a
mano. Comprobar que el sentido de rotación del motor es el correcto.
f) Si la bomba está accionada por una turbina, hay que purgar la línea de vapor a través de
la misma con el fin de calentarla y eliminar condensados. Asegurarse que la válvula de vapor
de escape está abierta. Comprobar asimismo la lubricación.
g) Poner en marcha la bomba hasta alcanzar la presión normal y abrir entonces la válvula
de impulsión lentamente y asegurarse que la presión se mantiene en su valor. Hay que tener
en cuenta que si se abre demasiado rápidamente la válvula de impulsión, se puede originar
una pulsación repentina con la pérdida de la succión.
a) Cerrar la válvula de impulsión; esto reduce la carga del motor y evita el retroceso si la
válvula de retención no funcionase.
c) Dejar la bomba llena de líquido a menos que el producto tenga un alto punto de
congelación o viscosidad. En este caso vaciar la bomba cerrando previamente la válvula de
aspiración. Abrir la purga de presión de la bomba. Volver a cerrar esta purga. Si la bomba
se deja preparada para entrar en servicio, dejar la aspiración abierta.
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b) Comprobar la empaquetadura. Si tiene anillo empaquetador, comprobar que no está
sobrecalentada o comprobar la presión si tiene engrase de anillo. Si el cierre es mecánico
no se precisa ajuste.
El motor no anda
a) Pararlo inmediatamente.
b) Si la bomba no impulsa líquido, puede que no esté bien cebada, por lo que es necesario
llenarla completamente de líquido, siendo a veces difícil expulsar hasta la última burbuja de
aire o vapor. También puede ser que la velocidad de giro es demasiado baja, con lo que la
altura alcanzada no es suficiente para vencer la carga de la bomba.
e) La succión no es suficiente.
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La bomba no entrega agua.
e) Impulsor atascado.
g) La altura de aspiración ha aumentado como consecuencia de una bajada del nivel del
agua.
Presión insuficiente
a) Velocidad baja;
f) Anillos gastados.
g) Defectos mecánicos tales como: eje descentrado o torcido, caja de estopas demasiado
apretada, cojinetes desgastados, empaquetaduras defectuosas, etc.
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Excesivo consumo de energía motriz.
a) Velocidad excesiva.
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