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Liderazgo en su Máximo Potencial

Coaching Ontológico: El Observador


Coach: Analía Griselda Alonso

El Observador.

El observador… ALGUIEN que ve el mundo de una determinada manera.

Por este motivo vivimos en esas eternas diferencias en las conversaciones, de quién tiene la
razón, o quién está equivocado. No se trata de que uno vea mejor que el otro, o uno tiene la
verdad y el otro se equivoca, el hecho es que no vemos igual.

Hay algo interesante en todo esto!!!

¿Hay un solo mundo y nosotros no nos ponemos de acuerdo? o ¿hay tantos mundos como
personas?

Si hay un solo mundo, entonces el observador que yo soy tiene 2 posibilidades: tiene la razón
o está equivocado, lo que es bastante pobre como explicación. Desde el coaching entonces
decimos que lo vemos distinto.

“No vemos el mundo como es, sino como somos.

Vivimos en mundos interpretativos”

El observador, es la coherencia, unión, relación entre tres dominios primarios del ser humano:
lenguaje, emocionalidad y cuerpo. Nos encontramos en un estado de ánimo, más el cuerpo
disponible para la acción y las conversaciones internas y externas que tengamos. Priorizamos
el lenguaje porque nos permite comprender y dar sentido a los demás dominios.

Y si nos preguntamos…

¿Qué hace que yo observe el mundo de una cierta manera? ¿Cómo se constituye el
observador que yo soy?

Si queremos responder a ésa pregunta hay 3 elementos que hay que tener en cuenta, son los
dominios del observador:

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1) El lenguaje.

Por siglos y siglos el lenguaje ha sido entendido como un código compartido para describir el
mundo. Era considerado un acuerdo para describir el mundo, es decir el lenguaje venía
después que el mundo.

En el siglo pasado un grupo de filósofos dijeron algo extraordinario “Es cierto que el lenguaje
sirve para describir el mundo, eso es innegable, pero no es todo, el lenguaje también genera el
mundo” y eso sonó muy extraño ¿Cómo es eso que genera el mundo?. Sí, dijeron ellos, el
lenguaje tiene una capacidad increíble, que es obvia y que no la vemos: el lenguaje tiene la
capacidad de generar distinciones.

Un ejemplo: el que es un conocedor de vinos, nos puede introducir a un mundo inmenso e


inimaginable de nuevas distinciones: el año, la tierra, la cosecha, la zona, el sol, la viña, etc.

A lo mejor a muchos de nosotros nos ponen una venda y nos dan a probar un vino tinto y un
blanco y con mucha dificultad vamos a distinguir uno del otro. Pero la persona que tiene las
distinciones sobre vinos podrá describirlos y reconocerlos.

Tenemos la ilusión de que cuando abrimos los ojos, vemos todo lo que hay que ver.

Esa ilusión es parte de nuestra capacidad de entendernos, para legitimarnos, porque


suponemos que los otros ven lo mismo que nosotros.

Cuando dos personas conversan, por ejemplo, hablan de lo que ellos hablan, ellos hablan del
observador que son, de lo que está accesible en el mundo que ellos miran.

El lenguaje construye realidades, tomamos posesión de lo observado a través de nuestros


juicios y le damos sentido construyendo narrativas

El lenguaje es más que esto, el lenguaje también es acción y es historia. Cuando yo estoy
dentro de un lenguaje estoy dentro de un discurso interpretativo, lo europeo por ejemplo o la
argentinidad en particular, o un discurso femenino.

¿Qué otro elemento tiene que ver con la constitución del observador?
Aquí aparece un elemento gigantesco

2) Las Emociones.

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Desde el punto de vista de la constitución de la palabra, emoción quiere decir “lo que te
mueve, lo que te pone en acción”.

Si yo estoy hablando con alguien por el que siento gratitud, mi disposición es muy distinta si lo
que tengo es rabia. En la rabia lo quiero castigar, en la gratitud le quiero regalar.

Cada emoción puede ser entendida como una predisposición a la acción.

Cuando la humanidad vive desde el miedo está predispuesta a la acción de una manera muy
distinta a que si la humanidad viviese en la gratitud.

Las emociones, si son predisposiciones a la acción, podrán entender que el mundo emotivo en
el que habito me hace entrar en el mundo de distintas maneras, actuar en el mundo de
maneras diversas.
También están las emociones en la que habitamos en forma permanente, o que tienden a
perpetuarse, a estos vamos a llamarlos estados de ánimo.
No podemos decidir que emoción sentir, pero si decidir qué hacer con eso que estoy sintiendo.
Tampoco puedo decidir qué estado de ánimo tener, pero si puedo elegir permanecer en el o
no.
Esto sin duda tiene que ver con el observador que somos, no hay desplazamiento en el
observador si no hay un desplazamiento en este territorio emocional. Podemos ver
conceptualmente muchas cosas, pero si la emocionalidad continúa siendo la misma, no hay
cambios fundamentales.

Y por último está este otro elemento:

3) El cuerpo.

Nuestra biología y mucho más que la biología, tiene que ver con el proceso de aprendizaje y
con el observador que somos. Nosotros no vemos el mundo de la misma manera en los
distintos cuerpos que habitamos y no me refiero al cuerpo en el sentido de la edad o el sexo,
me refiero a una cierta postura que adquirimos en la vida, una cierta manera de pararnos en el
mundo.

Hay una coherencia entre la postura y el mundo emocional, fíjense que si ustedes ven
caminando a una persona que infla el pecho levanta el mentón en tono arrogante y va
apuntando con el dedo índice, y les dice que vive “en la humildad”, ¿le creen? Y ¿Por qué?...
muy simple, ese cuerpo no corresponde al cuerpo de la humildad.

Muchas veces queremos cambiar en la vida y pensamos que el cambio es una cuestión
conceptual. Podemos cambiar los conceptos pero salimos afuera y seguimos haciendo lo

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mismo… pero con conceptos más interesantes, eso no es cambio.

Para que exista un cambio verdadero se requiere de una coherencia nueva y es la coherencia
entre estos tres mundos: Lenguaje, emociones y cuerpo.

Cuando esa coherencia cambia hemos aprendido en el sentido de la integridad de todos los
dominios, pero si el cambio es de nuevos conceptos y no ha cambiado la emocionalidad ni ha
cambiado la postura ¿saben lo que está pasando?, tienen nuevos conceptos pero la vieja
coherencia te llama de vuelta y después de un tiempo volvemos a lo mismo de siempre.

Es fundamental entender que el aprendizaje no es sólo un aprendizaje conceptual.


Mi parada en el mundo es coherente con la emocionalidad y con lo conceptual, y es una
coherencia que está en constante reajuste. Un pequeño ajuste en esa coherencia produce un
cambio que muchas veces nos sorprende.

El observador lo constituyen al menos estos tres espacios y cuando trabajamos con ellos nos
hemos instalado en el centro de los mundos interior y exterior, en la integración de ambos.

El coaching ontológico busca crear “observadores diferentes” para comprender e interpretar


mejor nuestra existencia. Entiende que el “tipo de observador” que uno es determina las
“acciones” y éstas los “resultados” e incluso el mismo “ser”.

“Lo que ocurre en el nivel de la corporalidad arrastra la emocionalidad y el lenguaje. Lo que


ocurre en nuestras emociones se expresa a través de nuestra postura corporal y del tipo de
historias que nos contamos. Lo que nos decimos a nosotros mismos o a otros impacta
también en nuestra corporalidad y en nuestra emocionalidad.”

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Preguntas para el observador que estas siendo

Antes de responder, te pido que te conectes verdaderamente con tus


pensamientos, tus emociones y con lo que sentís en tu cuerpo. Que
respondas desde el verdadero observador que estas siendo.

 Somos observadores distintos…


Yo soy un observador determinado, hago ciertas cosas en mi vida y produzco
resultados. Cuando no me gustan esos resultados:

a. ¿Qué hago?
b. ¿De qué manera veo el mundo?
c. ¿Qué hace que yo observe el mundo de esta manera?
d. ¿Cómo se constituye el observador que yo soy?

 Reflexionemos, hay momentos en que yo tengo rabia pero luego se me pasa,


tengo momentos de alegría y también se me pasa, pero ¿se han dado cuenta
que también tenemos otro espacio emocional?, por ejemplo algunos de
nosotros vivimos en la vergüenza o vivimos en el miedo o vivimos en la culpa.
No es que tengamos un momento de culpa sino que habitamos en la culpa.

a) ¿Cuál es mi espacio emocional habitual?


b) ¿Por qué razón me quedo en ese espacio emocional?
c) ¿Qué hago para permanecer o cambiar mi estado de ánimo? ¿qué me
otorga, qué me quita?
 Ahora hablemos de corporalidad: si yo veo el mundo desde el miedo…

a) ¿Cómo crees que te pararías con el cuerpo que tenes en este momento?
¿Qué le pasaría a tu cuerpo?
b) Habitualmente, ¿Cuál es la postura de tu cuerpo? ¿A que emoción o
sentimiento corresponde y con qué pensamiento está ligado?

Gracias…

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