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Universidad Nacional de Cajamarca

Facultad de Derecho y Ciencias Políticas

DERECHO ADMINISTRATIVO

CURSO : Derecho Administrativo


DOCENTE : Dra. Teresa Isabel Terán Ramírez
ESTUDIANTE : Romero Romero Roy Robert
MODALIDAD : Consejería
TURNO : Mañana

CAJAMARCA – PERÚ

2019
INTRODUCCION

El objeto del derecho administrativo ha sido un tema ampliamente estudiado,


pero poco acordado; a su alrededor se han perfilado las más variadas
posiciones, y el hecho de que después de tantos años actualmente se siga
estudiando refleja la complejidad de tal empresa. Para "Rafael Bielsa" el Derecho
Administrativo es un complejo de principios y normas de Derecho público interno
que regula: la organización y comportamiento de la administración pública,
directa e indirectamente; las relaciones de la administración pública con los
administrados; las relaciones de los distintos órganos entre sí de la
administración pública; a fin de satisfacer y lograr las finalidades
del interés público hacia la que debe tender la Administración.

Uno de los elementos a tener en cuenta es que hoy en día el derecho


administrativo ejerce su esfera de poder sobre todas aquellas instituciones y
entidades que forman, justamente, la administración pública. Así, aquellas
entidades responsables de temáticas tales como la salud, la educación, la
seguridad, la sociedad civil, empresas públicas, las secretarías y ministerios, los
diferentes cargos públicos, son ejemplos de los espacios en los cuales el
derecho administrativo ejerce control y legisla jurídicamente para determinar
funciones, responsabilidades, limitaciones, capacidades, etc.
CAPITULO I

1. ÁMBITOS DEL DERECHO ADMINISTRATIVO

1.1. Bienes del Estado.


La doctrina contemporánea, desde una perspectiva privatista, define
a los bienes como aquellas entidades individualizadas capaces de
otorgar alguna utilidad económica a sus titulares logrando así
satisfacer sus distintas necesidades o carencias. En ese sentido, «el
concepto jurídico de bien abarca tanto las cosas (jurídicamente
entendidas como objetos corporales con valor económico), como los
objetos inmateriales (derechos), también con valor económico. En el
caso de los bienes del Estado, es este último, representado por las
distintas entidades que lo integran, quien ostenta alguna clase de
dominio (entendido en sentido amplio) sobre los mismos. Ello se
debe a que, al igual que los privados, el Estado también tiene
necesidades que satisfacer de cara al logro de sus distintas
finalidades de interés general, para lo cual deberá valerse de medios
idóneos como los bienes. Consecuentemente, la utilización de estos
últimos deberá encontrarse siempre en sintonía con la finalidad
particular de las entidades a las que pertenecen, de conformidad con
sus estatutos y normas. En ese sentido, no resulta erróneo afirmar
que los bienes de propiedad estatal tienen un destino
predeterminado. Cabe destacar que nuestro sistema jurídico acogía
positivamente la clasificación de los bienes en función al sujeto titular
en el Código Civil de 1936. No obstante, ello, el Código de 1984 no
hace mención alguna acerca de los bienes estatales, probablemente
debido a que el legislador consideró que su regulación debía ser
íntegramente determinada por el Derecho Administrativo. Debemos
precisar que dicha omisión resultó errónea toda vez que nuestro
sistema jurídico no contaba con un régimen general de bienes
estatales que se encargara de desarrollar los alcances de las
disposiciones constitucionales sobre la materia. Al margen de esto,
dicha distinción resulta plenamente vigente y se fundamenta en las
diferencias ostensibles en el tratamiento normativo de ambas
categorías genéricas. En otros términos, «la regulación jurídico
privada de los bienes contenida en el Código Civil de 1984
presupone la existencia de su concepto antitético: los bienes del
Estado.

1.2. El Régimen Jurídico de los Bienes del Estado


Líneas atrás señalamos que la doctrina nacional suele afirmar que
el dominio privado del Estado pertenece al mismo régimen normativo
que los bienes de los particulares (régimen de la propiedad privada
común). De igual manera, dejamos en claro nuestra discrepancia
con dicha posición, basada en la constatación de que la disciplina
de los bienes estatales obedece a intereses distintos a los que
subyace la regulación del mencionado estatuto civil. Efectivamente,
la disciplina de los bienes estatales tiene como trasfondo y principal
elemento diferenciador, la protección del interés general que es una
constante en el Derecho Administrativo. Sin embargo, lo
mencionado anteriormente parecería contrastar con la universal
afirmación de que el dominio privado se integra por el estatuto de la
propiedad civil. En nuestra opinión, ello es cierto, sin embargo, no
equivale a decir que dicho régimen común sea el único, ni mucho
menos el principal, que integra el régimen de la propiedad estatal.
Lo que queremos decir es que los distintos sistemas nacionales,
aunque con mayor o menor dispersión, establecen un cuerpo
normativo genérico de carácter administrativo que se encuentra
llamado a regular a la totalidad de bienes estatales, prescindiendo
de su pertenencia al dominio público o privado. Dicha disciplina será
conocida por la doctrina como el régimen jurídico básico de los
bienes estatales. De lo señalado anteriormente, se podrá deducir
que tanto los bienes de dominio público, como los de dominio
privado, se sujetarán a este régimen y, solo subsidiariamente, a
normas privadas. Ello nos permite arribar a dos conclusiones. Los
bienes de dominio privado no pertenecen al estatuto de la propiedad
civil, sino que se rigen, en primer orden, por las normas
administrativas que atiendan a su naturaleza singular; en segundo
orden, por el régimen básico de los bienes estatales; y, finalmente,
de manera subsidiaria, por las normas del régimen de la propiedad
civil. Al margen de la existencia del llamado régimen básico, los
bienes de dominio público serán disciplinados por un estatuto aún
más intenso que atienda a sus características y finalidades.
1.3. El Dominio Público
Actualmente se suele sostener que el mencionado régimen se
encuentra integrado por aquellos bienes estatales adscritos a un fin
público o a un uso público. Sin embargo, como ya hemos
mencionado, dicha definición resulta insuficiente debido a que el
estudio de la totalidad de bienes estatales pertenece al Derecho
Administrativo, el cual se encontrará siempre orientado hacia la
satisfacción del interés general. Consecuentemente, ya sea mediata
o inmediatamente, los bienes estatales siempre se encontrarán
destinados a cumplir una finalidad pública. Ahora bien, de manera
previa a la definición de esta categoría, resulta necesario referirnos
a las teorías que buscan explicar la naturaleza de las atribuciones
que el dominio público le confiere al Estado. Al respecto, coincidimos
con la opinión que señala que dicha tarea no se trata de un debate
estéril o con meras pretensiones dogmáticas, sino que detrás del
mismo está en juego el afianzamiento de la seguridad jurídica, la
eficacia en la actuación administrativa y la garantía de los derechos
de los ciudadanos frente a la Administración. Alrededor del dominio
público se teje un importante debate doctrinario orientado a
determinar si dicha categoría establece a favor del Estado algún tipo
de estatuto particular de propiedad, o si constituye un régimen
singular sustancialmente distinto del mencionado derecho real.
Sobre el particular, existen dos posturas contrapuestas a las que
llamaremos la postura funcional y dominical. A continuación
señalaremos de manera esquemática los términos esenciales de
cada una de ellas. La postura funcional niega el hecho de que el
Estado ostente alguna clase de propiedad sobre sus bienes de
dominio público. Los partidarios de esta postura argumentan que el
uso, disfrute y disposición (facultades inherentes a cualquier estatuto
dominical) son incompatibles con las tutelas de inalienabilidad,
inembargabilidad e imprescriptibilidad que excluyen del tráfico
jurídico económico a los bienes pertenecientes a esta clase de
dominio.19 En ese sentido, se señala que, en vez de las facultades
y poderes que el mencionado derecho confiere, la Administración
contará con ciertas potestades que constituirán el título jurídico de
intervención sobre el demanio público.
1.4. EL DOMINIO PRIVADO
Lo primero que debemos mencionar acerca de los bienes de
dominio privado (también llamados bienes patrimoniales) es que
conforman una categoría disciplinada por auténtico régimen de
propiedad privada estatal. Ello se debe, en primer lugar, a que
comprende bienes que se ubican dentro del tráfico comercial, sin
que resulten de aplicación las inmunidades reservadas al demanio
público. En segundo lugar, si bien la utilización de estos bienes
debe servir al interés público (lo que naturalmente deriva de su
comprensión por el Derecho Administrativo), la consecución del
mismo solo se logrará mediata mente. En ese sentido, la
Administración deberá ejercer sobre su dominio privado un uso que
coadyuve a la consecución de su finalidad institucional o interna, y
ya no a una meta externa a su estructura, por más que se trate de
una finalidad pública. En otros términos, los bienes de dominio
privado deberán ser empleados de acuerdo a los fines propios
dentro de la Administración, deberán ser destinados a una finalidad
privativa, uno uso interno o doméstico. Ahora bien, como ya hemos
señalado con anterioridad, las entidades estatales no ejercen sobre
los bienes de dominio privado su derecho de propiedad como lo
haría particular. Ello se debe a que, si bien el régimen del dominio
privado se encuentra integrado por normas de la propiedad civil, la
aplicación de éstas últimas va a ser sustancialmente trastocada por
dos tipos de regulaciones administrativas: por aquellas que
constituyan el régimen básico al que hicimos referencia
anteriormente y por aquellas especialmente previstas atendiendo a
su singularidad. Dichas regulaciones se superponen y
desnaturalizan al régimen de la propiedad civil, transformándolo en
un régimen especial distinto a este último. Consecuentemente, la
aplicación de normas privadas a los bienes estatales de dominio
privado deviene siempre en subsidiaria, lo cual, evidentemente, no
ocurre en el régimen de la propiedad de los particulares. En otros
términos, el régimen privado constituye un derecho singular
regulado por el Derecho Administrativo lleno de exorbitancias o
derogaciones respecto del derecho común.

CAPITULO II

2. SERVICIO PÚBLICO

2.1. SERVICIOS PÚBLICOS DEFINICIÓN


Son las actividades asumidas por órganos o entidades públicas o privadas,
creados por la Constitución o las leyes, para dar satisfacción en forma
regular y continua a cierta categoría de necesidades que son de interés
general, bien sea en forma directa, mediante concesionario, o a través de
cualquier otro medio legal, con sujeción a un régimen de derecho público o
privado, según corresponda.

2.2. CARACTERÍSTICAS
- A menudo hay conflicto entre interés público y privado.
- Siempre hay competencia.
- Su prestación puede ser hecha por públicos o privados.
- Tienen un fin no lucrativo.
- Actúan de modo más eficaz que los monopolios.
- Funcionan de manera permanente.
- Provienen del Interés público.
2.3. SISTEMAS DE PRESTACIÓN DE SERVICIOS PÚBLICOS

Un servicio público, otorgado por el Estado, no solo es aquello que comúnmente


conocemos y que son tendientes a los actos de la administración pública. Existen
otros servicios que el Estado tiene a favor del particular, que sirven para cubrir
ciertas necesidades de vida y sociales. En estos, es necesario, vivir en una
comunidad que cuente con ellos, y después solicitarlos para que sean llegados.
Como, por ejemplo: El agua que diariamente consumimos en hecho de higiene
personal o higiene en el hogar son parte de los servicios públicos.
Podemos observar dos grandes rubros bajo los cuales son otorgados a los
particulares los servicios públicos: la administración directa y la administración
indirecta.

La primera consiste en que el estado se hace cargo por medio de sus órganos
administrativos, de organizar el desempeño de determinados servicios públicos,
y de esa manera asegura su dirección y funcionamiento.

Este sistema, como ha sido expresado, fue el primero en surgir, y su desarrollo


como lo conocemos, se opera en la segunda mitad del siglo XIX, al grado de no
atribuirle al estado más función que la de prestar los servicios públicos
necesarios para el desenvolvimiento económico que exigían los gobernados. En
la actualidad, esta forma de prestación de servicios públicos reviste mayor
complejidad debido a la proliferación de diversos entes creados por el estado,
exclusivamente para ello; tales son los organismos públicos descentralizados por
servicio o bien algunas empresas de participación estatal.

Por lo que se refiere al segundo sistema (administración indirecta), el estado


cede o concesiona a los particulares la facultad de prestar determinados
servicios públicos, sobre las bases establecidas por él, y las cuales corresponden
al derecho público. En lo que respecta a la administración indirecta, está la
telefonía, la constitución de fianzas y seguros, casi todo el transporte público,
etc.

2.4. CLASIFICACIÓN DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS


a) Federales. La distribución de energía eléctrica, el transporte público en
rutas nacionales, la telefonía, etcétera.

b) Locales o estaduales. Todos aquellos desempeñados por los gobiernos


de las entidades federativas o bien concesionados por los mismos y cuya
gestión no le haya sido reservada constitucionalmente a la federación; por
ejemplo, el transporte urbano, la realización de los servicios culturales y
recreativos, etcétera.

c) Municipales. De acuerdo con el artículo 115 de la constitución política


federal, los municipios tendrán a su cargo los servicios públicos de agua
potable, alcantarillado, alumbrado público, limpia, mercados y centrales de
abasto, panteones, rastros, calles, parques y jardines, seguridad pública y
tránsito, así como los que determinen sus legislaturas locales.

Los servicios públicos pueden ser otorgados de manera directa o indirecta.


La manera directa es que el estado se hace cargo por medio de sus órganos
administrativos, de organizar el desempeño de determinados servicios
públicos, y de esa manera asegura su dirección y funcionamiento. Mientras
la manera indirecta es en la que el Estado concesiona a los particulares la
facultad de prestar determinados servicios públicos, como la telefonía, la
constitución de fianzas y seguros, y casi todo el transporte público Los
servicios públicos pueden ser federales como la energía eléctrica, el
transporte público en rutas nacionales, la telefonía, etc. Los servicios
públicos locales o estaduales son el transporte urbano, la realización de los
servicios culturales y recreativos, etc. Y finalmente los servicios públicos
municipales como agua potable, alcantarillado, alumbrado público, limpia,
mercados y centrales de abasto, panteones, rastros, etc.
2.5. El TEMA DE LA PARTICIPACIÓN PRIVADA EN LA PRESTACIÓN
DE SERVICIOS PÚBLICOS: LOS ORGANOS SUPERVISIORES.
Como consecuencia de la referida reorientación del papel del Estado en la
economía se crearon organismos reguladores de los servicios públicos
(telecomunicaciones, electricidad, saneamiento) y de las concesiones de
obras públicas de infraestructura de transporte (puertos, aeropuertos,
carreteras, vías ferroviarias) claramente inspirados en los modelos de los
países anglosajones, con el objeto de garantizar un tratamiento técnico de
la regulación y supervisión de las actividades económicas calificadas como
servicios públicos, o que se desarrollan en condiciones de monopolio natural
o poco competitivas y las que requieren para su desarrollo la utilización de
redes e infraestructuras.

A. FUNCIONES
La ley marco de los organismos reguladores y las leyes y demás
disposiciones reglamentarias especiales que disciplinan su régimen
establecen el conjunto de funciones y potestades de carácter público
(Supervisora, Reguladora, Normativa, Fiscalizadora, Solución de
controversias entre empresas y Solución de reclamos de los usuarios)
que se les atribuye para cumplir de la manera más eficaz el objetivo de
interés general que constituye su cometido. Sin embargo, antes de
emprender el estudio de las funciones, de Solución de controversias
entre empresas y de Solución de reclamos de los usuarios
consideramos indispensable analizar el rol que tienen a su cargo los
organismos reguladores en relación con las competencias atribuidas a
otros organismos del Estado que también tienen injerencia en la
actividad económica materia de regulación.
2.6. ORGANISMOS REGUALRES
Tenemos organismos reguladores como: OSIPTEL, OSINERMING,
SUNASS, OSITRAN a continuación detallaremos cada uno de estos.
A. SUNASS
La SUNASS, Superintendencia Nacional de Servicios de
Saneamiento, es un organismo público descentralizado, creado por
Decreto Ley N° 25965, adscrito a la Presidencia del Consejo de
Ministros, con personería de derecho público y con autonomía
administrativa, funcional, técnica, económica y financiera; cuya
función es normar, regular, supervisar y fiscalizar la prestación de
los servicios de saneamiento
B. OSINERMING
Es el Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería, una
institución pública encargada de regular y supervisar que las empresas
del sector eléctrico, hidrocarburos y minero cumplan las disposiciones
legales de las actividades que desarrollan. OSINERGMIN tiene
personería jurídica de derecho público interno y goza de autonomía
funcional, técnica, administrativa, económica y financiera. Las labores
de regulación y supervisión de esta institución se rigen por criterios
técnicos, de esta manera contribuye con el desarrollo energético del
país y la protección de los intereses de la población.
C. OSIPTEL
Organismo Supervisor de Inversión Privada en Telecomunicaciones, una
entidad pública descentralizada encargada de regular y supervisar el
mercado de servicios públicos de telecomunicaciones, independiente de
las empresas operadoras. El OSIPTEL está adscrito a la Presidencia del
Consejo de Ministros. Fue creado el 11 de julio de 1991 mediante
Decreto Legislativo N.º 702, e inició sus actividades con la
instalación de su primer Consejo Directivo el 26 de enero de 1994.
D. OSITRAN
El Organismo Supervisor de la Inversión en Infraestructura de
Transporte de Uso Público (OSITRAN) tiene como misión el regular
la conducta y condiciones de acceso en los sectores donde operan
las Entidades Prestadoras, supervisando la ejecución de los
contratos de concesión, cautelando en forma imparcial y objetiva los
intereses de los usuarios, de los inversionistas y del Estado, a fin de
garantizar la eficiencia en la explotación de la infraestructura de
Transporte de Uso Público.
CAPITULO III
3. FUNCIONES DE LA POLICIA.

3.1. FUNDAMENTOS

No creemos que pueda afirmarse sencilla y sinceramente que no existía


un derecho público, como por ejemplo dice Mayer, pues incluso ese
principio del poder ilimitado y las normas por él emanadas constituyeron un
cierto ordenamiento positivo, aunque "no eran obligatorias para
el gobierno en sus relaciones con sus ciudadanos; no constituían, para
éstos, ninguna garantía, en todo caso, es claro que no existía una rama
del conocimiento en torno a él.
En el Estado de Policía se hablaba de un "Poder de Policía", que era un
poder estatal jurídicamente ilimitado de coaccionar y dictar órdenes para
realizar lo que el gobernante creyera conveniente; se advertirá que existe
total coincidencia semántica entre el concepto de Estado de Policía y el
Poder de Policía.
Al pasarse al estado de derecho la noción fue recortada, excluyendo
al empleo ilimitado de la coacción, pero de todos modos se mantiene como
instrumento jurídico no fundado conceptualmente y que además de su
manifiesta desactualización conceptual y terminológica, frecuentemente
desemboca en abusos.
Algunos autores prefieren mantener el concepto, diciendo que ellos lo
pueden limitar, lo que no han logrado demostrar pues en las épocas en
que la política se caracteriza por la desmesura y el apriete o la violencia,
este tipo de pensamiento y de conceptualización suele ser un elemento de
apoyo y funcional al ejercicio abusivo del poder, junto a normas derogadas
como la ley de abastecimiento que se vuelve a introducir en el conjunto
de armas estatales contra los derechos individuales; no parece una buena
idea.

3.2. CARACTERISTICAS

a) El poder de policía, entendido como competencia jurídica asignada y no


como potestad política discrecional (arts. 1º y 3º del Código), es la facultad
de hacer la ley policiva, de dictar reglamentos de policía, de expedir normas
generales, impersonales y preexistentes, reguladoras del comportamiento
ciudadano, que tienen que ver con el orden público y con la libertad... De
acuerdo con Diego Younes (2007, p. 242), sólo lo ejercen quienes tienen
origen representativo: el Congreso, el presidente de la república, las
asambleas departamentales y los concejos municipales.

b) La función de policía es la gestión administrativa concreta del poder de


policía, ejercida dentro de los marcos impuestos por éste... Younes (2007,
p. 242), dice que sólo la ejercen las autoridades administrativas de policía,
esto es, el cuerpo directivo central y descentralizado de la administración
pública, como un superintendente (Ej. el de salud, el de vigilancia y
seguridad privada, el de sociedades), un alcalde, un inspector de policía. El
ejercicio de esta función en principio les corresponde a los uniformados de
la policía y luego sí a la administración.

c) La actividad de policía. En cambio, los oficiales, suboficiales y agentes


de policía... no expiden actos, sino que actúan, no deciden, sino que
ejecutan; son ejecutores del poder y de la función de policía; despliegan
por orden superior la fuerza material instituida como medio para lograr los
fines propuestos por el poder de policía; sus actuaciones se tildarían de
discrecionales sólo limitadas por actos jurídicos reglados de carácter legal
y administrativo. Una instrucción, una orden, que son ejercicio concreto de
la función de policía, limitan el campo de acción de un agente de policía,
quien es simple ejecutor, quien manda obedeciendo, y hace cumplir la
voluntad decisoria del alcalde o inspector, como funcionario de policía. Por
eso, Orlando García-Herreros (2001, p. 270), dice que no debe confundirse
a quienes ostentan el poder de policía, con quienes tienen al mando el
cuerpo de policía.

3.3. PRINCIPIOS

Repitiendo a B. A. Fiorini, el peruano Gustavo Baca corzo considera que


son principios del Poder de Policía, la razonabilidad, el orden público, la
prevención y la ejecución; por otro lado recuerda; que
la administración actúa legítimamente por delegación legislativa; las
normas que de ella emanen son jerárquicamente inferiores, a menos
que hayan sido dadas aun por el Poder legislativo; al decir de Rafael
Bielsa, "en el dominio más restringido del derecho administrativo, el
concepto de policía designa el conjunto de servicios organizados por la
administración pública, con el fin de asegurar el orden público y
garantizar la integridad física y aun moral de las personas, mediante
limitaciones impuestas a la actividad individual y colectiva de ellas.
El Poder de Policía tiene dos manifestaciones claramente identificables;
la prevención y ejecución, siendo en algunos casos tan eficiente y eficaz,
así como oportuna la prevención, que no es necesario realizar la
segunda; la prevención no es solamente ver los hechos que puedan
venir, es preferentemente un conjunto armónico de acciones destinadas
a que no se produzcan tales hechos previsibles, o que sus
consecuencias sean atenuadas, en tanto que la ejecución, no solamente
es incidir en aspectos materiales como incautar balanzas fraudulentas,
medicinas con vencimiento o requisar obras pornográficas, etc., sino
también reprimir o frenar en la mayoría de veces brutal y delictivamente
a quienes protestan en pública manifestación, sea ésta autorizada o no
(sobre todo si es contraria al gobierno).

3.4. LA DISTINCIÓN ENTRE POLICÍA Y PODER POLICIA.

Garantías constitucionales
Frente a los excesos o abusos del poder del policía, pueden ejercitarse acciones
constitucionales, acciones civiles o responsabilidad administrativa, acciones penales por
responsabilidad administrativa, así como las impugnaciones o recursos que permite la
nueva ley general de normas y procedimientos administrativos; el docente que suscribe
desde un punto de vista pragmático, considera que el Poder de Policía es la parte residual,
que como elemento indispensable debe existir en la dinámica de aplicación de las normas y
reglamentos tendientes a una convivencia social pacifica, eficiente y eficaz dentro del que
debe considerarse no solamente el respeto a las libertades de la personalidad (ente
biológico, sino más bien a las libertades del ser (parte psicológica, económica y espiritual).
Por último cabe distinguir los tres momentos del poder de policía; el pasado, el presente y
el futuro; el pasado porque nos permite evolucionar con las experiencias en la ejecución
precisa del poder de policía; el presente que implica una versión racional de esta fuerza
organizadora y normativa; y, el futuro que nos permitirá evaluar de una forma inmediata el
ejercicio del poder sin distorsiones por exceso, desviación, dilación innecesaria, etc.

La distinción entre "policía" y "poder de policía"


Villegas Basavilbaso partiendo de una diferenciación hecha por Bielsa, intentó separar lo
que él denominaba meramente "Policía" de lo que constituiría estrictamente "Poder de
Policía"; sostiene dicho autor que "Policía" es "una función administrativa que tiene por
objeto la protección de la seguridad, moralidad y salubridad públicas y de
la economía pública en cuanto afecta directamente a la primera; y en cuanto al "Poder de
Policía", dice que es la "potestad legislativa que tiene por objeto la promoción del bienestar
general, regulando a este fin los derechos individuales, expresa o implícitamente
reconocidos por la Ley fundamental".
Las diferencias entre ambas nociones serían a continuación; la "Policía" es una atribución
de la administración, el "poder de policía" una facultad del Congreso; el objeto de la
"Policía" está limitado a la tetralogía "Seguridad, moralidad, salubridad, economía",
mientras que el objeto del "Poder de Policía" es más amplio, comprendiendo todo el
bienestar colectivo en general; sin embargo, bien se advierte que ello no resuelve nada,
porque no es exacto que la llamada actividad administrativa de "Policía", se limite
exclusivamente a la seguridad, salubridad, moralidad y economía públicas, sin referirse en
general al bienestar colectivo.
Toda la legislación que el Congreso dicta sobre el bienestar general puede también estar en
su ejecución y reglamentación a cargo de la administración; no puede en verdad afirmarse
que la promoción de la seguridad social, por ejemplo no esté también a cargo de la
administración (cajas de jubilaciones, seguro de vida obligatorio, obras sociales, etc.) o que
la tarea de embellecimiento de la ciudad (plazas, parques, jardines, arreglos, etc.); no esté a
cargo de la administración y si en cambio exclusivamente del Congreso; todos los ejemplos
señalados anteriormente para referirnos a la insuficiencia de la trilogía "seguridad,
salubridad, moralidad" son aplicables aquí en toda su plenitud; por lo demás, la distinción
tampoco agrega principio alguno al sistema constitucional y administrativo que no
pudiéramos conocer sin necesidad de él; que la restricción de los derechos individuales está
a cargo del Congreso y no de la administración ya lo deducimos del Artículo 14° de la
Constitución en cuanto dice que los derechos están sometidos "a las leyes" que reglamentan
su ejercicio; ¿Qué nos habrá de explicar entonces la noción de "Poder de Policía"? Nada en
absoluto; sólo contribuye a arrojar dudas y confusiones a través de la necesidad de
conceptuarla y distinguirla de una figura cuya denominación similar no puede sino dar
lugar a equívocos y por lo demás, lo superfluo de la distinción entre "Policía" y "Poder" de
Policía" se advierte hasta en que su propio autor los desarrolla conjuntamente en el
tratamiento concreto de sus problemas.

Derecho Administrativo Anglosajón: Es el imperante


principalmente en Inglaterra y donde no existe un derecho especial
que regule las relaciones entre la administración pública y los
particulares, sino que estas relaciones son reguladas por el derecho
común, es decir, por el derecho civil.

Derecho Administrativo Frances: Como consecuencia de la


Revolución Francesa nace el derecho administrativo, como un
derecho especial que regulara las relaciones que se dan entre la
administración pública y los particulares y las que se dan entre las
mismas instituciones administrativas.

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