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ABUSO SEXUAL

Puede revestir cualquiera de las formas de abuso sexual. Comprende diferentes hechos que
consisten en exhibicionismo, manoseos sexuales, sexo oral (fellatio) o el coito propiamente dicho por
vía anal o vaginal.

Puede tratarse de un proceso lento y progresivo o de un hecho abrupto, instantáneo. El abusador


sexual es generalmente un conocido de la víctima o un miembro de la familia en el 60 % a 85 % de
los casos. Opera mediante extorsiones, seducciones, amenazas o intimidaciones, que envuelven al
menor en pactos de silencio que gobiernan la situación.

El examen del menor debe ser hecho preferentemente a solas y el secreto profesional debe guardar
las mismas condiciones que para los adultos. Ni la anamnesis ni el examen físico deben ser forzados
por el médico.

1) INDICADORES DE CERTEZA:

Desgarro himeneal, importantes signos de acceso carnal violento, desgarros perineales, infecciones
de transmisión sexual (sífilis adquirida, gonorrea)

Presencia de esperma en cavidades naturales (ano, vagina) o en las ropas del menor, donde pueden
investigarse plasma seminal y aun espermatozoides si la muestra es reciente, fosfatasa ácida
prostática en la vagina, región vulvar, ano y/o cavidad rectal, piel, ropas u orina.

2) INDICADORES DE ALTA SOSPECHA:

Relato afirmativo del niño o de terceros y la existencia de dimensiones del diámetro transverso
himeneal mayor de 1 cm en niñas antes de la pubertad. Los valores normales son de 0,5 a 1 cm, y se
presentan dudosos los casos con buena relajación muscular y aperturas himeneales límites en niñas
que no fueron abusadas sexualmente.

Observación de hematomas o excoriaciones genitales o paragenitales únicos o conjuntos; la


dilatación del esfínter anal con borramiento de los pliegues del margen del ano o línea del pecten;
fisuras simples o múltiples preferentemente en horas 3 a 9 (del cuadrante horario) con desgarro en
profundidad (estallido anal) o sin él.

Después de un lapso prolongado de penetración anal se produce una dilatación del ano ("ano
complaciente" o "estupor anal") con marcada atonía. En otros casos y con tiempo de penetración
anal menores, la respuesta refleja es distinta, observándose hipertónica: especialmente si es violenta
y no consentida por la víctima, generándose una contracción espasmódica de los esfínteres interno y
externo del ano que tarda hasta 2 o 3 días en recuperar el tono normal.

Otros indicadores inespecíficos, tales como el padecimiento de parasitosis, vulvovaginitis


inespecíficas, hemorragia vaginal, disuria, dolor durante la defecación, etcétera.

3) INDICADORES DE PROBABILIDAD:

Transitan genéricamente por la observación psicopatológica, tales como juegos erotizados del niño,
trastornos de conducta, curiosidad sexual, agresividad, fobias, dificultades escolares, aislamiento. En
la adolescencia se aprecian respuestas emocionales más elaboradas (acting out) tales como fugas del
hogar, tentativas de suicidio, agresión al victimario, denuncia de los hechos.

Los indicadores de certeza son los únicos que pueden confirmar el diagnóstico de abuso sexual en
niños, ya que los restantes pueden ser indicadores de otras patologías de implicancia pediátrica.
Los exámenes auxiliares de diagnóstico para casos de abuso sexual son comunes para los que se
aplican a los adultos víctimas de similares delitos, debiendo -dentro de lo posible- practicarse dentro
de las 72 horas de cometido el hecho.

El diagnóstico diferencial demanda establecer el descarte de patologías no vinculadas al abuso


sexual, por ejemplo dermopatías localizadas (dermatitis atópica, liquen escleroatrófico), infecciones
(vulvovaginitis inespecífica) o derrames con hematomas por hemofilia o traumatismo local
(contusiones) y fisuras anales por constipación.

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