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La última noche del mundo

¿Qué harías si supieras que esta es la última noche del mundo?


-¿Qué haría? ¿Lo dices en serio?
-Sí, en serio.
-No sé. No lo he pensado.
El hombre se sirvió un poco más de café. En el fondo del vestíbulo las niñas jugaban
sobre la alfombra con unos cubos de madera, bajo la luz de las lámparas verdes.
En el aire de la tarde había un suave y limpio olor a café tostado.
-Bueno, será mejor que empieces a pensarlo.
-¡No lo dirás en serio!
El hombre asintió.
-¿Una guerra?
El hombre sacudió la cabeza.
-¿No la bomba atómica, o la bomba de hidrógeno?
-No.
-¿Una guerra bacteriológica?
-Nada de eso -dijo el hombre, revolviendo suavemente el café-. Solo, digamos, un
libro que se cierra.
-Me parece que no entiendo.
-No. Y yo tampoco, realmente. Solo es un presentimiento. A veces me asusta. A
veces no siento ningún miedo, y solo una cierta paz -miró a las niñas y los cabellos
amarillos que brillaban a la luz de la lámpara-. No te lo he dicho. Ocurrió por vez
primera hace cuatro noches.
-¿Qué?
-Un sueño. Soñé que todo iba a terminar. Me lo decía una voz. Una voz
irreconocible, pero una voz de todos modos. Y me decía que todo iba a detenerse
en la Tierra. No pensé mucho en ese sueño al día siguiente, pero fui a la oficina y
a media tarde sorprendí a Stan Willis mirando por la ventana, y le pregunté: “¿Qué
piensas, Stan?”, y él me dijo: “Tuve un sueño anoche”. Antes de que me lo contara
yo ya sabía qué sueño era ese. Podía habérselo dicho. Pero dejé que me lo contara.
-¿Era el mismo sueño?
-Idéntico. Le dije a Stan que yo había soñado lo mismo. No pareció sorprenderse.
Al contrario, se tranquilizó. Luego nos pusimos a pasear por la oficina, sin darnos
cuenta. No concertamos nada. Nos pusimos a caminar, simplemente cada uno por
su lado, y en todas partes vimos gentes con los ojos clavados en los escritorios o
que se observaban las manos o que miraban la calle. Hablé con algunos. Stan hizo
lo mismo.
¿Y todos habían soñado?
-Todos. El mismo sueño, exactamente.
-¿Crees que será cierto?
--Sí, nunca estuve más seguro.3
-¿Y para cuándo terminará? El mundo, quiero decir.
-Para nosotros, en cierto momento de la noche. Y a medida que la noche vaya
moviéndose alrededor del mundo, llegará el fin. Tardará veinticuatro horas.
Durante unos instantes no tocaron el café. Luego levantaron lentamente las tazas
y bebieron mirándose a los ojos.
-¿Merecemos esto? -preguntó la mujer.
-No se trata de merecerlo o no. Es así, simplemente. Tú misma no has tratado de
negarlo. ¿Por qué?
-Creo tener una razón.
-¿La que tenían todos en la oficina?
La mujer asintió.
-No quise decirte nada. Fue anoche. Y hoy las vecinas hablaban de eso entre ellas.
Todas soñaron lo mismo. Pensé que era solo una coincidencia -la mujer levantó de
la mesa el diario de la tarde-. Los periódicos no dicen nada.
-Todo el mundo lo sabe. No es necesario -el hombre se reclinó en su silla mirándola-
. ¿Tienes miedo?
-No. Siempre pensé que tendría mucho miedo, pero no.
-¿Dónde está ese instinto de autoconservación del que tanto se habla?
-No lo sé. Nadie se excita demasiado cuando todo es lógico. Y esto es lógico. De
acuerdo con nuestras vidas, no podía pasar otra cosa.
-No hemos sido tan malos, ¿no es cierto?
-No, pero tampoco demasiado buenos. Me parece que es eso. No hemos sido casi
nada, excepto nosotros mismos, mientras que casi todos los demás han sido
muchas cosas, muchas cosas abominables.
En el vestíbulo las niñas se reían.
-Siempre pensé que cuando esto ocurriera la gente se pondría a gritar en las calles.
-Pues no. La gente no grita ante la realidad de las cosas.
-¿Sabes?, te perderé a ti y a las chicas. Nunca me gustó la ciudad ni mi trabajo ni
nada, excepto ustedes tres. No me faltará nada más. Salvo, quizás, los cambios de
tiempo, y un vaso de agua helada cuando hace calor, y el sueño. ¿Cómo podemos
estar aquí, sentados, hablando de este modo?
-No se puede hacer otra cosa.
-Claro, eso es; pues si no estaríamos haciéndolo. Me imagino que hoy, por primera
vez en la historia del mundo, todos saben qué van a hacer de noche.
-Me pregunto, sin embargo, qué harán los otros, esta tarde, y durante las próximas
horas.
-Ir al teatro, escuchar la radio, mirar la televisión, jugar a las cartas, acostar a los
niños, acostarse. Como siempre.
-En cierto modo, podemos estar orgullosos de eso… como siempre.
El hombre permaneció inmóvil durante un rato y al fin se sirvió otro café.
-¿Por qué crees que será esta noche?
-Porque sí.
-¿Por qué no alguna otra noche del siglo pasado, o de hace cinco siglos o diez?
-Quizá porque nunca fue 19 de octubre de 2069, y ahora sí. Quizá porque esa fecha
significa más que ninguna otra. Quizá porque este año las cosas son como son, en
todo el mundo, y por eso es el fin.4
-Hay bombarderos que esta noche estarán cumpliendo su vuelo de ida y vuelta a
través del océano y que nunca llegarán a tierra.
-Eso también lo explica, en parte.
-Bueno -dijo el hombre incorporándose-, ¿qué hacemos ahora? ¿Lavamos los
platos?
Lavaron los platos, y los apilaron con un cuidado especial. A las ocho y media
acostaron a las niñas y les dieron el beso de buenas noches y apagaron las luces
del cuarto y juntaron la puerta.
-No sé… -dijo el marido al salir del dormitorio, mirando hacia atrás, con la pipa
entre los labios.
-¿Qué?
-¿Cerraremos la puerta del todo, o la dejaremos así, junta, para que entre un poco
de luz?
-¿Lo sabrán también las chicas?
-No, naturalmente que no.
El hombre y la mujer se sentaron y leyeron los periódicos y hablaron y escucharon
un poco de música, y luego observaron, juntos, las brasas de la chimenea mientras
el reloj daba las diez y media y las once y las once y media. Pensaron en las otras
gentes del mundo, que también habían pasado la velada cada uno a su modo.
-Bueno -dijo el hombre al fin.
Besó a su mujer durante un rato.
-Nos hemos llevado bien, después de todo -dijo la mujer.
-¿Tienes ganas de llorar? -le preguntó el hombre.
-Creo que no.
Recorrieron la casa y apagaron las luces y entraron en el dormitorio. Se desvistieron
en la fresca oscuridad de la noche y retiraron las colchas.
-Las sábanas son tan limpias y frescas…
-Estoy cansada.
-Todos estamos cansados.
Se metieron en la cama.
-Un momento -dijo la mujer.
El hombre oyó que su mujer se levantaba y entraba en la cocina. Un momento
después estaba de vuelta.
-Me había olvidado de cerrar los grifos.
Había ahí algo tan cómico que el hombre tuvo que reírse.
La mujer también se rió. Sí, lo que había hecho era cómico de veras. Al fin dejaron
de reírse, y se tendieron inmóviles en el fresco lecho nocturno, tomados de la mano
y con las cabezas muy juntas.
-Buenas noches -dijo el hombre después de un rato.
-Buenas noches -dijo la mujer.
Fuente: Ray Bradbury. “La última noche del mundo”. Recuperado el 10 de noviembre de 2016 de
http://ciudadseva.com/texto/la-ultima-noche-del-mundo/

Según lo leído, ¿cuándo confirmó el hombre que su sueño era realmente premonitorio?

A. Cuando leyó la noticia en el periódico.


B. Cuando relató lo soñado a las vecinas.
C. Cuando conversó con sus compañero de trabajo.
D. Cuando escuchó que la mujer había soñado lo mismo.

¿Qué hacen el hombre y la mujer luego de convencerse de que es su última noche?

A. Lloran juntos.
B. Siguen su rutina.
C. Recuerdan el pasado.
D. Les avisan a sus hijas.
¿Qué reacción tienen quienes han soñado que el mundo se acaba?

A. Pasividad.
B. Aceptación.
C. Desconcierto.
D. Desconfianza

A partir de las conversaciones entre los personajes, ¿qué ocasiona el fin del mundo?

A. La simple llegada de un día determinado.


B. Las acciones negativas de los seres humanos.
C. La confluencia de personas teniendo el mismo sueño.
D. La naturalidad con que bombarderos sobrevuelan el océano.

¿Qué es lo único que finalmente le importa al hombre del cuento?

A. Su mundo.
B. Su familia.
C. Su trabajo.
D. Su salvación

¿Qué hizo la mujer luego de acostar a sus hijas?

A. Se tomó otra taza de café y se fue a dormir.


B. Se sentó con su marido a leer el periódico y escuchar música.
C. Lavó los platos con cuidado y se fue a acostar junto a su marido.
D. Fue rápidamente a cerrar las llaves de agua en la cocina y se desvistió.

¿Cuál de las siguientes ideas se desprende de la lectura global del texto?

A. En el futuro la posibilidad del fin del mundo será una amenaza permanente.
B. Los seres humanos se convirtieron en habitantes de un mundo que no sentían propio.
C. Las personas se unen más cuando se enfrentan a situaciones que los ponen en
peligro.
D. El fin del mundo se vive como el término de ciclo natural del que no es posible
rebelarse.

¿Por qué el cuento leído es parte de la literatura fantástica?

A. Porque da cuenta de un futuro desconocido y posible.


B. Porque describe los miedos desconocidos de una sociedad.
C. Porque incorpora una situación extraña en un mundo normal.
D. Porque sitúa a los personajes dentro de un contexto onírico y confuso.

Éramos los elegidos del sol


Vicente Huidobro

Éramos los elegidos del sol


Y no nos dimos cuenta
Fuimos los elegidos de la más alta estrella
Y no supimos responder a su regalo
Angustia de impotencia
El agua nos amaba
La tierra nos amaba
Las selvas eran nuestras
El éxtasis era nuestro espacio propio
Tu mirada era el universo frente a frente
Tu belleza era el sonido del amanecer
La primavera amada por los árboles
Ahora somos una tristeza contagiosa
Una muerte antes de tiempo
El alma que no sabe en qué sitio se encuentra
El invierno en los huesos sin un relámpago
Y todo esto porque tú no supiste lo que es la eternidad
Ni comprendiste el alma de mi alma en su barco de
tinieblas
En su trono de águila herida de infinito.
Fuente: Huidobro, V. “Éramos los elegidos del sol”. En Obras completas, 2 vols., Santiago de Chile, Zig-Zag, 1964
(recopilación de Braulio Arenas).

Según el hablante, ¿de qué eran dueños?

A. Del sol.
B. Del agua.
C. De las selvas.
D. De los árboles.

Relee el fragmento:

“El alma que no sabe en qué sitio se encuentra

El invierno en los huesos sin un relámpago”

¿Con qué sensación se relacionan los versos anteriores?

A. Desorientación.
B. Desapego.
C. Cansancio.
D. Lejanía.

El médico a palos
ACTO I
ESCENA I
BARTOLO, MARTINA.
BARTOLO.- ¡Válgate Dios y qué durillo está este tronco! El hacha se mella toda, y
él no se parte... (Corta leña de un árbol inmediato al foro;deja después el hacha
arrimada al tronco, se adelanta hacia el proscenio, siéntase en un peñasco, saca
piedra y eslabón, enciende un cigarro y se pone a fumar.) ¡Mucho trabajo es este!...
Y como hoy aprieta el calor, me fatigo, y me rindo, y no puedo más... Dejémoslo, y
será lo mejor, que ahí se quedará para cuando vuelva. Ahora vendrá bien un rato
de descanso y un cigarrillo, que esta triste vida, otro la ha de heredar... Allí viene
mi mujer. ¿Qué traerá de bueno?
MARTINA.- (Sale por el lado derecho del teatro.) Holgazán, ¿qué haces ahí sentado,
fumando, sin trabajar? ¿Sabes que tienes que acabar de partir esa leña y llevarla
al lugar, y ya es cerca de mediodía?
BARTOLO.- Anda, que si no es hoy, será mañana.
MARTINA.- Mira qué respuesta.
BARTOLO.- Perdóname, mujer. Estoy cansado y me senté un rato a fumar un
cigarro.
MARTINA.- ¡Y que yo aguante a un marido tan poltrón y desidioso! Levántate y
trabaja.
BARTOLO.- Poco a poco, mujer, si acabo de sentarme.
MARTINA.- Levántate.
BARTOLO.- Ahora no quiero, dulce esposa.
MARTINA.- ¡Hombre sin vergüenza, sin atender a sus obligaciones! ¡Desdichada de
mí!
BARTOLO.- ¡Ay, qué trabajo es tener mujer! Bien dice Séneca, que la mejor es peor
que un demonio.
MARTINA.- Miren qué hombre tan hábil para traer autoridades de Séneca.
BARTOLO.- ¿Si soy hábil? A ver, búscame un leñador que sepa lo que yo, ni que
haya servido seis años a un médico latino, ni que haya estudiado el quis vel qui,
quæ, quod vel quid y más adelante, como yo lo estudié.
MARTINA.- Malaya la hora en que me casé contigo.
BARTOLO.- Y maldito sea el pícaro escribano que anduvo en ello.
MARTINA.- Haragán, borracho.
BARTOLO.- Esposa, vamos poco a poco.
MARTINA.- Yo te haré cumplir con tu obligación.
BARTOLO.- Mira mujer, que me vas enfadando. (Se levanta desperezándose,
encamínase hacia el foro, coge un palo del suelo y vuelve.)
MARTINA.- ¿Y qué cuidado se me da a mí, insolente?
BARTOLO.- Mira que te he de cascar, Martina.
MARTINA.- Cuba de vino.
BARTOLO.- Mira que te he de solfear las espaldas.
MARTINA.- Infame.
BARTOLO.- Mira que te he de romper la cabeza.
MARTINA.- ¿A mí? Bribón, tunante, canalla, ¿a mí?
BARTOLO.- ¿Sí? Pues toma. (Da de palos a MARTINA.)
MARTINA.- ¡Ay!, ¡ay!, ¡ay!, ¡ay!10
BARTOLO.- Éste es el único medio de que calles... Vaya: hagamos la paz. Dame
esa mano.
MARTINA.- ¿Después de haberme puesto así?
BARTOLO.- ¿No quieres? Si eso no ha sido nada. Vamos.
MARTINA.- No quiero.
BARTOLO.- Vamos, hijita.
MARTINA.- No quiero, no.
BARTOLO.- Malayan mis manos que han sido causa de enfadar a mi esposa...
Vaya, ven: dame un abrazo. (Tira el palo a un lado y la abraza.)
MARTINA.- ¡Si reventaras!
BARTOLO.- Vaya, si se muere por mí la pobrecita... Perdóname, hija mía. Entre
dos que se quieren, diez o doce garrotazos más o menos, no valen nada... Voy hacia
el barranquitero, que ya tengo allí una porción de raíces; haré una carguilla, y
mañana con la burra la llevaremos a Miraflores. (Hace que se va y vuelve.) Oyes, y
dentro de poco hay feria en Buytrago; si voy allá, y tengo dinero, y me acuerdo, y
me quieres mucho, te he de comprar una peineta de concha con sus piedras azules.
(Toma el hacha y unas alforjas, y se va por el monte adelante. MARTINA se queda
retirada a un lado, hablando entre sí.)
MARTINA.- Anda, que tú me las pagarás... Verdad es que una mujer siempre tiene
en su mano el modo de vengarse de su marido; pero es un castigo muy delicado
para este bribón, y yo quisiera otro, otro que él sintiera más, aunque a mí no me
agradase tanto.
ESCENA II
MARTINA, GINÉS, LUCAS, salen por la izquierda.
LUCAS.- Vaya, que los dos hemos tomado una buena comisión... Y no sé yo todavía
qué regalo tendremos por este trabajo.
GINÉS.- ¿Qué quieres, amigo Lucas? Es fuerza obedecer a nuestro amo; además
que la salud de su hija a todos nos interesa... Es una señorita tan afable, tan alegre,
tan guapa... vaya, todo se lo merece.
LUCAS.- Pero, hombre, fuerte cosa es que los médicos que han ido a visitarla no
hayan descubierto su enfermedad.
GINÉS.- Su enfermedad bien a la vista está; el remedio es lo que necesitamos.
MARTINA.- (Aparte.) ¡Que no pueda yo imaginar alguna invención para vengarme!
LUCAS.- Veremos si este médico de Miraflores acierta con ello... Como no hayamos
equivocado la senda...
MARTINA.- (Aparte, hasta que repara en los dos, y les hace cortesía.) Pues ello es
preciso, que los golpes que acaba de darme los tengo en el corazón. Yo puedo
olvidarlos... (A GINÉS y LUCAS.) Pero, señores, perdonen ustedes que no los había
visto, porque estaba distraída.
LUCAS.- ¿Vamos bien por aquí a Miraflores?
MARTINA.- Sí señor. (Señalando adentro, por el lado derecho.) ¿Ve usted aquellas
tapias caídas junto a aquel noguerón? Pues todo derecho.
GINÉS.- ¿No hay allí un famoso médico que ha sido médico de una vizcondesita, y
catedrático, y examinador, y es académico, y todas las enfermedades las cura en
griego?
MARTINA.- ¡Ay! Sí señor. Curaba en griego; pero hace dos días que se ha muerto
en español, y ya está el pobrecito debajo de tierra.
GINÉS.- ¿Qué dice usted?
MARTINA.- Lo que usted oye. ¿Y para quién le iban ustedes a buscar?11
LUCAS.- Para una señorita que vive ahí cerca, en esa casa de campo junto al río.
MARTINA.- ¡Ah, sí! La hija de Don Jerónimo. ¡Válgate Dios! Pues, ¿qué tiene?
LUCAS.- ¿Qué sé yo? Un mal que nadie le entiende del cual ha venido a perder el
habla.
MARTINA.- ¡Qué lástima! Pues... (Aparte, con expresión de complacencia.) ¡Ay qué
idea me ocurre! (A GINÉS) Pues mire usted, aquí tenemos el hombre más sabio del
mundo, que hace prodigios en esos males desesperados.
GINÉS.- ¿De veras?
MARTINA.- Sí señor.
LUCAS.- ¿Y en dónde le podemos encontrar?
MARTINA.- Cortando leña en ese monte.
GINÉS.- Estará entreteniéndose en buscar algunas yerbas salutíferas.
MARINA.- No señor. Es un hombre extravagante y lunático, va vestido como un
pobre batán; hace empeño en parecer ignorante y rústico, y no quiere manifestar
el talento maravilloso que Dios le dio.
GINÉS.- Cierto que es cosa admirable, que todos los grandes hombres hayan de
tener siempre algún ramo de locura, mezclada con su ciencia.
MARTINA.- La manía de este hombre es la más particular que se ha visto. No
confesará su capacidad, a menos que no le muelan el cuerpo a palos; y así les aviso
a ustedes, que si no lo hacen, no conseguirán su intento. Si le ven que está
obstinado en negar, tome cada uno un buen garrote, y zurra, que él confesará.
Nosotros cuando le necesitamos nos valemos de esta industria, y siempre nos ha
salido bien.
GINÉS.- ¡Qué extraña locura!
LUCAS.- ¿Habrase visto hombre más original?
GINÉS.- ¿Y cómo se llama?
MARTINA.- Don Bartolo. Fácilmente le conocerán ustedes. Él es un hombre de
corta estatura, morenillo, de mediana edad, ojos azules, nariz larga, vestido de
paño burdo, con un sombrerillo redondo.
LUCAS.- No se me despintará, no.
GINÉS.- ¿Y ese hombre hace unas curas tan difíciles?
MARTINA.- ¿Curas dice usted? Milagros se pueden llamar. Habrá dos meses que
murió en Lozoya una pobre mujer, ya iban a enterrarla, y quiso Dios que este
hombre estuviese por casualidad en una calle, por donde pasaba el entierro. Se
acercó, examinó a la difunta, sacó una redomita del bolsillo, la echó en la boca una
gota de yo no sé qué, y la muerta se levantó tan alegre, cantando el frondoso.
GINÉS.- ¿Es posible?
MARTINA.- Como que yo lo vi. Mire usted, aún no hace tres semanas que un chico
de unos doce años se cayó de la torre de Miraflores, se le troncharon las piernas, y
la cabeza se le quedó hecha una plasta. Pues, señor, llamaron a don Bartolo, él no
quería ir allá; pero mediante una buena paliza, lograron que fuese. Sacó un cierto
ungüento que llevaba en un pucherete y con una pluma le fue untando, al pobre
muchacho, hasta que al cabo de un rato se puso en pie, y se fue corriendo a jugar
a la rayuela con los otros chicos.
LUCAS.- Pues ese hombre es el que necesitamos nosotros. Vamos a buscarle.
MARTINA.- Pero, sobre todo, acuérdense ustedes de la advertencia de los
garrotazos.
GINÉS.- Ya, ya estamos en eso.
MARTINA.- Allí debajo de aquel árbol hallarán ustedes cuantas estacas necesiten.
LUCAS.- ¿Sí? Voy por un par de ellas. (Coge el palo que dejó en el suelo BARTOLO,
va hacia el foro y coge otro, vuelve, y se le da a GINÉS.)
GINÉS.- ¡Fuerte cosa es, que haya de ser preciso valerse de este medio!

MARTINA.- Y si no, todo será inútil. (Hace que se va, y vuelve.) ¡Ah!, otra cosa:
cuiden ustedes de que no se les escape, porque corre como un gamo, y si les coge
a ustedes la delantera, no le vuelven a ver en su vida. (Mirando hacia dentro a la
parte del foro.) Pero, me parece que viene. Sí, aquél es. Yo me voy, háblenle ustedes,
y si no quiere hacer bondad, menudito en él. Adiós señores.
ESCENA III
GINÉS, LUCAS.
LUCAS.- Fortuna ha sido haber hallado a esta mujer. Pero, ¿no ves qué traza de
médico aquella?
(Los dos miran hacia el foro.)
GINÉS.- Ya lo veo... Mira, retirémonos uno a un lado, y otro a otro, para que no se
nos pueda escapar. Hemos de tratarle con la mayor cortesía del mundo. ¿Lo
entiendes?
LUCAS.- Sí.
GINÉS.- Y sólo en el caso de que absolutamente sea preciso...
LUCAS.- Bien... Entonces me haces una seña, y le ponemos como nuevo.
GINÉS.- Pues, apartémonos, que ya llega. (Ocúltanse a los dos lados del teatro.)
Fuente: Molière. El médico a palos. (Fragmento.)
Vocabulario:
Mella: rompe en alguna parte.
Proscenio: parte del escenario de un teatro más inmediata al público.
Poltrón: flojo, perezoso, haragán, enemigo del trabajo.
Desidioso: negligencia, falta de cuidado.
Malaya: maldición.
Solfear: castigar con golpes.
Barranquitero: barranco.

Según lo leído, ¿qué buscan Ginés y Lucas?

A. Engañar al amo con un médico impostor.


B. Reemplazar al médico que acababa de morir.
C. Encontrar un remedio para la hija de Don Jerónimo.
D. Contar que la hija de su amo tiene una extraña enfermedad.

Según Martina, ¿qué se debía hacer con Bartolo si negaba ser un médico?

A. Obligarlo a correr.
B. Golpearlo con palos.
C. Darle una buena comisión.
D. Amenazarlo con el castigo del amo.

Según Martina, ¿qué caracterizaba al “médico” del que habla?

A. Era un genio que escondía su real identidad.


B. Era un esposo cruel que golpeaba a su mujer.
C. Era un impostor que había que desenmascarar.
D. Era un flojo leñador que tenía poderes especiales.

En la Escena I, ¿qué tema se toca indirectamente?

A. El trabajo del campo.


B. La medicina informal.
C. El maltrato a la mujer.
D. La adicción al tabaco

Relee el fragmento:

“GINÉS.- Ya lo veo... Mira, retirémonos uno a un lado, y otro a otro, para que no se nos
pueda escapar. Hemos de tratarle con la mayor cortesía del mundo. ¿Lo entiendes?”
¿Cuál es la intención de Ginés hacia Bartolo en la oración subrayada?

A. Engañarlo con tratos amables.


B. Hacerlo hablar a como dé lugar.
C. Provocar que muestre su verdadera personalidad.
D. Evitar tener que seguir la recomendación de Martina.

¿Qué enunciado sintetiza el fragmento leído?

A. La complicidad de una pareja.


B. La oportunidad para vengarse.
C. El engaño a un hombre poderoso.
D. Las ganas de obtener dinero fácilmente.

Carta a la Federación de Estudiantes Universitarios


Queridos compañeros:
No desmayéis un solo instante en esta hermosa labor de despertar a la juventud; mañana
recordaremos estos días de entusiasmo como lo mejor de nuestra vida y quizás este
recuerdo prolongue nuestro vigor y retarde para nosotros la hora de la vejez.
Nuestro gesto es solo un gesto de afirmación magnifica. Existimos y queremos probarlo. En
medio de la baba gaseosa que se respira en el ambiente chileno, en medio de la piara
estúpida y taciturna que enmienda de mediocridad nuestra vida cotidiana, hemos lanzado
un grito y es preciso que este grito, reflejo de todos nuestros anhelos, se condense en el
espacio como la nebulosa que forma un sol de primera magnitud.
Jóvenes, seamos jóvenes, seamos dinámicos, seamos enérgicos, seamos puros,
desinteresados y dispuestos al sacrificio. Sacudamos esta apatía de buey durmiente que
adormece hasta el paisaje de primavera con su sola presencia.
Ayer uno de vosotros decía que yo he sido siempre como una descarga eléctrica, que soy
un despertador. Esa frase me basta como recompensa, es el mejor elogio al que puedo
aspirar y si realmente he logrado sacudir el adormecimiento de siesta española que nos
caracteriza, podré volver a Europa pensando que valía la pena haber venido a la patria,
pues he realizado en ella algo grande.
¡Hicimos nacer la juventud!
Ninguno de vosotros, vaya donde vaya, podrá olvidar jamás estos momentos de lucha, de
fiebre fecunda, en que vuestros ojos se iluminaban de fe, vuestros ojos de apóstoles del
Cristo abstracto.
Por favor, amigos, no desmayéis. Nada nos importa el triunfo, pues solo queremos afirmar
esto: no creemos en ellos, ni en su ciencia, ni en su virtud, ni en su inteligencia, ni en su
experiencia.
Ellos nos han condenado a vivir en un país sin atractivos y nada interesante, han hecho de
este país un país tal que el pueblo ha llegado a perder el sentido de la palabra patria y no
sabe por qué debe amar su tierra.
Nuestro deber es resucitar este Lázaro, aún recién muerto, antes de que ya, podrido,
tengamos que ir a buscar sus parcelas en el vientre de los gusanos.
Hagamos un país hermoso y próspero para dejarlo a nuestros hijos y que no se vean
obligados a huir de estos parajes como de una tierra maldita.
Salud y entusiasmo.
Vicente Huidobro.
Fuente: Huidobro, V. (1925). Recuperado el 15 de noviembre de 2016 de:
http://www.vicentehuidobro.uchile.cl/cartas_2.htm
Vocabulario:
Piara: manada de cerdos.
Lázaro: mendigo de la parábola del Evangelio de san Lucas, XVI.
Según lo leído, ¿qué cree Vicente Huidobro sobre la vejez?

A. Que se debe preparar.


B. Que es inevitable vivirla.
C. Que se puede retardar su llegada.
D. Que es parte del aprendizaje de ser joven.

¿Qué motivación tiene Vicente Huidobro al escribir esta carta?

A. El amor por la patria.


B. El desprecio por la ciencia.
C. El respeto por la experiencia.
D. El sacrificio por la educación.

¿Cuál es el conflicto que aborda Huidobro en su carta?

A. Los chilenos buscan obligar a los jóvenes a irse del país.


B. La sociedad chilena desconoce la influencia de su poesía.
C. La juventud chilena requiere un llamado a activarse y reaccionar.
D. Los adultos han perdido la batalla de motivar y atraer a los jóvenes.

Relee:

“Por favor, amigos, no desmayéis. Nada nos importa el triunfo, pues solo queremos
afirmar esto: no creemos en ellos, ni en su ciencia, ni en su virtud, ni en su inteligencia, ni
en su experiencia.

¿A qué se refiere Vicente Huidobro con la expresión subrayada?

A. A que no deben desconfiar.


B. A que no tienen que perder el valor.
C. A que no tienen que dejarse influenciar.
D. A que no deben perder el conocimiento.

¿Qué pregunta se puede responder a partir de la lectura del texto global?

A. ¿Quién era Vicente Huidobro?


B. ¿Qué hizo Vicente Huidobro en Chile?
C. ¿Cuál era el rol de los jóvenes según Vicente Huidobro?
D. ¿Qué buscaba Vicente Huidobro en su regreso a Europa?

¿Cuál es el tema principal de la carta?

A. La poesía.
B. La muerte.
C. La juventud.
D. La educación.

Y la tribu cazó el último mamut


Investigadores españoles desvelan las causas de una de las grandes extinciones del
paleolítico.
El cambio climático que alteró los paisajes de Eurasia al final de la última glaciación diezmó la
población de mamuts, de los 200 millones de especímenes hace 21.000 años cayendo por
debajo de los diez millones cuando se retiraron los glaciares 10.000 años más tarde. Pero fueron
los Homo sapiens que se adentraron con sus lanzas en los territorios ganados al hielo quienes
abatieron los últimos especímenes y causaron al final la extinción de la especie.
Este es el principal resultado de una investigación que cierra el viejo debate sobre si los mamuts
lanudos - la especie más emblemática de mamut- se extinguieron por el cambio climático o por
la caza. “Fue por ambas causas”, declaró ayer David Nogués-Bravo, biólogo del Museo Nacional
de Ciencias Naturales del CSIC en Madrid y primer autor de la investigación que se presenta hoy
en la revista científica PLOS Biology.
De no haber sido por el final de la glaciación, los mamuts hubieran seguido gozando de amplios
territorios en los que las temperaturas bajaban a 30 bajo cero en invierno y subían hasta un
máximo de 14 grados en verano - el rango de temperaturas en que vivían los mamuts, según los
resultados de la investigación-.
Y de no haber sido por los humanos, los mamuts probablemente se hubieran recuperado como
habían hecho en otra ocasión anterior, hace 126.000 años, cuando otro cambio climático había
reducido su hábitat a 300.000 kilómetros cuadrados.
Pero la combinación de reducción de hábitat y de caza fue demasiado para ellos. “Estos resul-
tados son en cierto modo una lección para entender lo que está ocurriendo en la actualidad, en
que el clima está cambiando y se está reduciendo el hábitat de numerosas especies por la
presión humana”, explica Nogués-Bravo. “A diferencia de los humanos prehistóricos, que no
sabían que estaban extinguiendo a los mamuts, las poblaciones humanas actuales son
conscientes de su impacto y pueden adoptar medidas para preservar los hábitats de especies
amenazadas”.
La investigación, en la que han participado científicos del Reino Unido y de EE. UU., es parte de
un proyecto más amplio de conservación de la naturaleza. El objetivo final del proyecto es
comprender el futuro impacto del cambio climático en los ecosistemas de América Latina.
“Hemos desarrollado modelos informáticos que tienen en cuenta distintas variables para poder
hacer pronósticos sobre este impacto”, explica Nogués-Bravo. Para saber si estos modelos
informáticos son buenos, “hemos comprobado si pueden predecir lo que ocurrió en el pasado a
partir de una situación cuyos resultados conocemos”.
Es la misma estrategia que se emplea en las predicciones sobre cambio climático: se introducen
las condiciones de la atmósfera en un año determinado y las emisiones de gases invernadero
desde entonces, y se comprueba si predicen con acierto lo que ocurre en la actualidad. En el
caso de los mamuts, “el modelo predice con gran precisión lo que ocurrió”.
Fuente: Recuperado el 17 de noviembre de 2016 de:
http://www.lavanguardia.com/vida/20080401/53451168382/y-la-tribu-cazo-el-ultimo-mamut.html
Según el texto, ¿cuándo ocurrió el primer cambio climático que afectó a los mamuts?

A. Hace 1.600 años.


B. Hace 21.000 años.
C. Hace 100.000 años.
D. Hace 126.000 años.

Según la infografía, ¿cuál es una diferencia relevante entre los mamuts y los elefantes?

A. La trompa.
B. Las orejas.
C. La dieta alimenticia.
D. El tiempo de gestación

¿Cuál de los siguientes enunciados corresponde a una opinión planteada en el texto?

A. “Hemos comprobado si pueden predecir lo que ocurrió en el pasado”.


B. “Es la misma estrategia que se emplea en las predicciones sobre cambio climático”.
C. “Estos resultados son en cierto modo una lección para entender lo que está
ocurriendo”.
D. “El objetivo final del proyecto es comprender el futuro impacto del cambio climático en
los ecosistemas de América Latina”.

¿Cuál de las siguientes ideas es relevante para la comprensión del texto global?

A. Los Homo sapiens utilizaban lanzas para cazar a los enormes mamuts.
B. La investigación ha sido realizada por científicos del Reino Unido y de EE. UU.
C. De no haber sido por la caza humana, los mamuts se hubieran recuperado como ya lo
habían hecho.
D. Las predicciones sobre cambio climático se hacen al combinar datos de condiciones de
la atmósfera y emisiones de gases invernadero.

Relee el fragmento:

“El cambio climático que alteró los paisajes de Eurasia al final de la última glaciación
diezmó la población de mamuts, de los 200 millones de especímenes hace 21.000 años
cayendo por debajo de los diez millones cuando se retiraron los glaciares 10.000 años
más tarde.”

¿Qué opción explica el significado de la palabra destacada?

A. Se sacó partido de algo inesperado.


B. Se hizo desaparecer algo de improviso.
C. Se mantuvo el orden establecido de algo.
D. Se produjeron bajas considerables de algo.

¿Qué se puede concluir sobre el hallazgo hecho por los científicos?

A. La naturaleza está expuesta a situaciones extremas que la hacen peligrar.


B. La influencia del ser humano en la sobrevivencia de las especies es crucial.
C. Los animales han sobrevivido siempre a los más complejos cambios climáticos.
D. La desinformación de la población respecto de su efecto en la naturaleza se mantiene.

¿Qué función complementaria al texto tiene el mapa comparativo presentado en la


infografía?

A. Aclara la tesis de que efectivamente los mamuts podrían haber sobrevivido en hábitats
poco ideales.
B. Permite dimensionar cómo habría incidido el cambio en el hábitat sobre la disminución
de los mamuts.
C. Ordena los datos sobre la cantidad de mamuts antes y después de las glaciaciones
nombradas.
D. Grafica la situación ideal que debieran haber tenido los mamuts sin la intervención hu-
mana planteada por los científicos.

¿Qué idea sintetiza el texto leído?

A. La supervivencia de las especies depende de una serie de factores.


B. La caza indiscriminada se ha convertido en un grave problema actual.
C. La investigación científica se ha enfocado en desmitificar el efecto del clima.
D. La única causa de la extinción de las especies es responsabilidad del ser humano.
Discurso Malala Yousafzai en la entrega del Premio Nobel de la
Paz 2014
“Majestades, miembros del Comité Noruego para el Nobel, queridos hermanos y hermanas:
Hoy es un día de gran alegría para mí. Con humildad recibo este hermoso premio.
Gracias a todos por vuestro continuo apoyo y amor. Gracias por las cartas y postales que
sigo recibiendo de todos los rincones el mundo. Vuestro cariño y vuestros ánimos me
fortalecen y me inspiran.
Quiero agradecer a mis padres su amor incondicional. Gracias, padre, por no sujetar mis
alas, por dejarme volar. Gracias, madre, por enseñarme a ser paciente y a decir siempre la
verdad.
Estoy muy orgullosa de ser la primera Pastún, la primera pakistaní y la primera joven que
recibe este premio. Estoy segura de que soy también la primera receptora del Premio Nobel
de la Paz que sigue luchando junto con sus hermanos jóvenes. Quiero la paz para todo el
mundo, y mis hermanos y yo seguimos trabajando en ello.
Este premio no es solo para mí. Es para esos niños olvidados que quieren educación. Es
para esos niños asustados que quieren paz. Es para esos niños sin voz que quieren cambio.
Estoy aquí para defender sus derechos, para hacer oír su voz…no es tiempo de
compadecerles. Es tiempo de actuar para que esta sea la última vez que veamos a un niño
privado de educación.
La gente habla de mí de diferentes maneras. Algunos me conocen como la niña a la que
dispararon los Talibán. Otros, la joven que lucha por sus derechos.
La educación es una de las bendiciones de la vida y una de sus necesidades. Esta ha sido
mi experiencia durante mis 17 años de vida. En mi hogar, en Swat Valley al norte de
Pakistán, siempre me ha gustado la escuela y aprender cosas nuevas. Recuerdo cómo mis
amigas y yo decorábamos nuestras manos con henna en ocasiones especiales. En lugar
de dibujar flores o diseños, pintábamos nuestras manos con fórmulas matemáticas y
ecuaciones.
Teníamos sed de educación porque nuestro futuro estaba allí, en aquella aula. Allí nos
sentábamos y leíamos y aprendíamos juntas. Nos gustaban nuestros uniformes limpios y
arreglados y nos sentábamos allí con los ojos llenos de grandes sueños. Queríamos que
nuestros padres se sintieran orgullosos, demostrar que podíamos destacar en el estudio y
alcanzar cosas que algunos piensan alcanzables solo por hombres.
Pero las cosas cambiaron. Cuando tenía 10 años, Swat, que era un precioso lugar turístico,
se convirtió de repente en un nido de terrorismo. Más de 400 escuelas fueron destruidas.
Se prohibió que las niñas estudiaran. Las mujeres recibían palizas. Se mataba a personas
inocentes. Todos sufríamos. Y nuestros sueños maravillosos se convirtieron en pesadillas.
La educación pasó de ser un derecho a ser un delito. Al cambiar mi mundo, cambiaron
también mis prioridades. Tenía dos opciones. Una era callarme y esperar a que me
matasen. La otra hablar fuerte y que me matasen entonces. Elegí la segunda opción. Decidí
hablar fuerte.
Los terroristas trataron de detenernos y nos atacaron a mí y a mis amigas el 9 de octubre
de 2012, pero sus balas no pudieron vencernos. Sobrevivimos. Y desde aquel día
nuestras voces no han hecho más que crecer. Cuento mi historia no porque sea única,
sino porque no lo es. Es la historia de muchas niñas.
Hoy, cuento también sus historias. He traído conmigo a Oslo a algunas de mis hermanas
que comparten esta historia, amigas de Pakistán, Nigeria y Siria. Mis valientes hermanas
Shazia y Kainat Riaz a las que también dispararon aquel día en Swat.
Aunque me presento aquí como una jovencita, no soy solamente una voz. Soy muchas
voces.
Soy Shazia.
Soy Kainat Riaz.
Soy Kainat Somro.
Soy Mezon
Soy Amina.
Soy esos 66 millones de niñas que no van a la escuela.
A la gente le gusta preguntarme por qué la educación es importante, especialmente para
las niñas. Mi respuesta es siempre la misma.
Lo que he aprendido de los primeros dos capítulos del Corán es la palabra Iqra, que significa
“lee”, y la palabra wal-qalam, que significa “con la pluma”.
Por eso, como dije el año pasado en Naciones Unidas, “Un niño, un maestro, una pluma y
un libro, pueden cambiar el mundo”.
Hoy se ve un progreso rápido, modernización y desarrollo. Pero hay países donde millones
de personas siguen sufriendo los problemas de siempre: hambre, pobreza, injusticia y
conflictos.
Todavía cientos de miles de inocentes pierden la vida. En Siria, Gaza e Irak muchas familias
se han convertido en refugiados. Todavía hay niñas que no son libres para ir a la escuela
en el norte de Nigeria. En Pakistán y Afganistán vemos cómo se mata a gente inocente en
ataques suicidas o con bombas.
Muchos niños en África no tienen acceso a la escuela a causa de su pobreza.
Muchos niños en India y Pakistán no tienen derecho a la educación a causa de tabúes
sociales, o se les obliga a realizar trabajo infantil y se les obliga a las niñas a casarse.
En mi aldea no existe aún escuela de secundaria para chicas. Quiero construir una, para
que mis amigas puedan recibir educación y la oportunidad de hacer realidad sus sueños.
Es allí donde quiero empezar, pero no quiero pararme allí. Quiero continuar esta lucha hasta
ver que todos los niños están en la escuela. Me siento mucho más fuerte después del
ataque que sufrí porque ahora sé que nadie puede detenerme o detenernos, porque ahora
somos millones los que resistimos juntos.
Como dije, hemos dado ya muchos pasos en la dirección correcta. Ahora es el momento
de dar un salto.
No es tiempo de decir a los líderes que comprueben lo importante que es la educación.
Ellos ya lo saben: sus hijos estudian en buenos colegios. Es momento de llamarles a la
acción.
Pedimos a los líderes mundiales que se unan y hagan de la educación su prioridad más
importante.
Algunos dirán que esto no es práctico, o que es muy caro, o muy duro. O, incluso, imposible.
Pero ha llegado el momento de que el mundo piense en grande.
El llamado mundo de los adultos puede entender esto, pero nosotros, los niños, no lo
entendemos. ¿Por qué razón países que llamamos “poderosos” tienen tanto poder para
crear guerras y son tan débiles para traer la paz? ¿Por qué razón dar fusiles es tan fácil y
dar libros es tan duro? ¿Y por qué razón es tan fácil fabricar tanques y tan difícil construir
escuelas?
Vivimos una edad moderna, el siglo XXI, y todos creemos que nada es imposible. Podemos
llegar a la Luna y pronto aterrizaremos en Marte. Por lo tanto, en este siglo XXI debemos
tomar la determinación de que nuestro sueño de una educación de calidad para todos se
convierta en realidad.
Llevemos igualdad, justicia y paz a todos. No son solo los políticos y los líderes mundiales
deben contribuir. Yo. Tú. Es nuestro deber.
Mi llamada se dirige a todos los niños del mundo. Queridas hermanas y hermanos, seamos
la primera generación que decida ser la última.
Las aulas vacías, la infancia perdida, el potencial desperdiciado, haced que estas cosas se
acaben con nosotros.
Que sea la última vez que un niño o una niña pase su niñez en una fábrica.
Que sea la última vez que una niña se vea forzada a un matrimonio temprano.
Que sea la última vez que un niño inocente pierda la vida en una guerra.
Que sea la última vez que un aula se quede vacía.
Que sea la última vez que se le diga a una niña que la educación es un delito y no un
derecho.
Que sea la última vez que un niño se quede fuera de la escuela.
Que empecemos este final.
Que esto se termine con nosotros.
Y que construyamos un futuro mejor aquí y ahora.
Gracias.”
Fuente: Recuperado el 10 de noviembre de 2016 de:
http://pediatriasocial.es/HtmlRes/Files/DiscursoMalala.pdf
Vocabulario:
Henna: planta medicinal conocida por su uso en algunas culturas como tintura para
tatuajes temporales, adornos en las manos y también para teñir el cabello.
Según el texto, ¿a quién representa Malala Yousafzai?

A. A las víctimas de actos terroristas.


B. A las millones de niñas que no van a la escuela.
C. A las mujeres que han ganado premios internacionales.
D. A las habitantes de Pakistán que no han salido de su país.

Según el texto, ¿qué quiere construir Malala Yousafzai en su aldea?

A. Un hospital.
B. Una universidad.
C. Un centro para la paz.
D. Una escuela secundaria.

Según el texto, ¿cómo se ha sentido Malala Yousafzai desde que su caso se convirtió en
una oportunidad de denunciar las injusticias que viven muchas niñas en el mundo?

A. Cuestionada.
B. Asustada.
C. Apoyada.
D. Aliviada.

Relee el fragmento:

“Gracias, padre, por no sujetar mis alas, por dejarme volar.”

¿Qué quiere decir la frase subrayada?

A. Limitarla.
B. Cuidarla.
C. Apoyarla.
D. Castigarla.

¿Qué duda se puede resolver al leer el discurso de Malala Yousafzai?

A. ¿Qué pasará con las niñas de Pakistán que deban casarse obligadas?
B. ¿Qué piensa una niña pakistaní sobre las prioridades de los gobernantes?
C. ¿Cuál es el legado que hay que dejar en el mundo para obtener un Premio Nobel?
D. ¿Cómo reaccionaron sus atacantes cuando ella obtuvo el reconocimiento
internacional?
¿Crees que es posible que las propuestas de Malala se lleven a cabo? ¿Por qué?
Fundamenta tu respuesta con tres (3) ejemplos del mismo texto, además de tus
conocimientos previos relacionados con el tema.

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