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Estudiante 2160876
Bucaramanga
García-Pelayo, Manuel. Del mito y de la razón en la historia del pensamiento político. Madrid.
Editorial Revista de Occidente S.A. 1968. Páginas 65-140.
Palabras Claves
El capítulo de las ideas jurídicas medievales es dividido por el autor en dos grandes grupos: lo
que atañe a la alta edad media (siglos IX-XIII) y lo que respecta a la baja edad media (siglos
XIII-XVI)
Surge igualmente, según García-Pelayo, una tensión entre el universalismo entendido como la
manera en que el ciudadano se sentía miembro de la comunidad universal de Cristo y por tanto
ese derecho regía su vida, y el localismo que llevaba al ciudadano a condicionarse bajo las
costumbres de su vida inmediata. Además, el derecho de la comunidad se consideraba un
patrimonio inquebrantable al no haber un órgano quien dictara la última palabra en materia de
creación jurídica, lo cual explica la manera en que se entendía el acto de gobernar en aquella
época: no es crear derecho, sino guardarlo y aplicarlo (primacía de atribuciones judiciales).
En cuanto a otras tensiones en materia de derecho durante este período, el autor español expresa
que el derecho de antaño prevalece al igual que el subjetivo como consecuencia de la ya
mencionada carencia de institución central legisladora y evidenciado en el privilegio de libertas:
status jurídico subjetivo que le brindaba al individuo el beneficio de no sumisión frente a otros
derechos que no fueran los de su propia comunidad. Así mismo, no hay conciencia clara de las
distinciones entre derecho objetivo, subjetivo, privado y público.
Todo lo anterior duró mientras fue aplicable a comunidades pequeñas y controlables. Pero con el
avance de la edad media se van ampliando los sistemas de relaciones sociales, lo cual conlleva a
que el derecho se torne más complejo y se reflejen en él ciertas falencias como la falta de
seguridad jurídica (consecuencia de la confusión brindada por la penuria de objetividad en el
derecho) y su calificación de irracional (carente de justificación sumado a la opinión de los
burgueses que exigían un derecho “cierto, racional y flexible”).
En consecuencia y según García-Pelayo, surge una nueva idea del derecho para la época de la
baja edad media que va de la mano con una concepción iuscéntrica en la sociedad –siendo la
primera teoría del estado moderno–, pues el derecho del rey ocupa ahora lo que antes era propio
de la figura de Cristo. Así, al derecho le urge por ende buscar una espiritualidad original y propia
materializada en la metafísica, que es en el campo del derecho de aquel tiempo la idea abstracta
que ubica a la justicia como anterior a toda ley y como madre del mismo.
Seguido a ello, el autor precisa que se forma el derecho legal y nace el oficio profesional del
jurista. Este oficio bien podía responder a una vocación (o llamamiento) o a una ocupación de la
cual el que la ejercía se sustentaba para vivir. De esta forma, y de la mano de lo ya tratado
respecto a la espiritualidad propia del derecho, se empiezan a considerar los juristas como a una
especie de sacerdotes no divinos pero sí humanos, como unos dioses para los hombres. Así, este
nuevo saber laico que conllevaba estudios universitarios extensos, se asienta como una élite
política y social que crea el derecho y prepara las leyes, siendo esta última labor evidente hoy
día, según manifiesta García-Pelayo.
En conclusión, el autor realiza un formidable recorrido por los sucesos relevantes del derecho
medieval que se componen principalmente del tránsito del teocentrismo al iuscentrismo y todo lo
que conlleva este proceso. Su trabajo consiste en desglosar y exponer los métodos de derecho de
cada época de la edad media y su concepción según los momentos históricos. Un parangón muy
significativo surge de la evolución de los conceptos de universalismo y localismo, tan variantes y
dicientes, propios de la ideología de cada periodo. Y finalmente, todo ello constituye una mirada
retrospectiva de las realidades jurídicas relacionadas con las de nuestros días que si bien han
evolucionado, mantienen vigentes muchas de las características y de los interrogantes y
tensiones de antaño.