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LA NUEVA E STRATEGIA
MARÍTIMA DE EE UU Y
ESTRATEGIA COOPERATIVA
SIGLO XXI
U.S . GOV E R N ME N T
O F F I C I A L E D I T I O N N OT I C E
LA NUEVA E STRATEGIA
MARÍTIMA DE EE UU Y
ESTRATEGIA COOPERATIVA
SIGLO XXI
2009008598
Índice
Introducción, por el Almirante James G. Stavridis, Armada de los Estados Unidos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . vii
Prefacio, por el Contraalmirante James P. WISECUP, Armada de los Estados Unidos . . . . . . . . . . . . . . xiii
Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . xv
PARTE UNO: Ensayos de las Américas
Formulación de una estrategia marítima
Capítulo 8 Una nueva estrategia marítima de los Estados Unidos para el siglo veintiuno,
vista desde una perspectiva institucional. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
Contraalmirante Jorge BALARESQUE Walbaum, Armada de Chile (Retirado)
Vicealmirante Oscar L. MANZANO, Armada de Chile (Retirado)
Comandante Hugo F. FONTENA, Armada de Chile (Retirado)
Capítulo 12 Gris sobre gris: La asociación crítica entre las armadas de Canadá y de
los Estados Unidos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121
Dr. James BOUTILIER, Armada Canadiense
Capítulo 15 Una estrategia cooperativa para el poder marítimo en el siglo XXI. . . . . . . . . . 153
PARTE TRES: Comentarios sobre Una estrategia cooperativa para el poder marítimo en el siglo
XXI
Capítulo 17 El comercio que circula por los mares y la estrategia marítima . . . . . . . . . . . . . 183
Sr. Steve CARMEL
Capítulo 21 La aparición de una nueva estrategia marítima para los Estados Unidos. . . . . . 221
Profesor LU Rude
Contribuyentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 229
Introducción: Una Estrategia Marítima en las Américas
“Las naciones, como los hombres”, dijo el constitucionalista argentino del siglo XIX
Juan Bautista Alberdi, “no tienen alas; ellos hacen las jornadas a pie, paso a paso.” El
hecho de que esos pasos han sido con frecuencia dirigidos - y continúan dirigiéndose -
hacia el mar o los grandes ríos no es un accidente, ni es una consecuencia insignificante;
especialmente aquí en las Américas donde todos, excepto dos de nuestros vecinos
(Bolivia y Paraguay), comparten fronteras con el mar, y donde muchas naciones cuentan
con ríos muy poderosos como fuente central para su economía y comercio.
Aquellos de nosotros que llamamos a las Américas nuestro hogar, también compartimos
los lazos comunes del mundo marítimo. Estos lazos nos han unido no sólo geográfica y
comercialmente, sino también a través de nuestra historia compartida. Cada nación en
este vecindario puede vincular al menos una parte de su herencia a los océanos y a los
ríos del mundo, en donde juntos podamos trazar el rumbo hacia un futuro seguro y
próspero.
Es con una experta visión de ese futuro - definido por un cambio rápido, hecho posible
por las avanzadas tecnologías y el incremento de los sistemas, sociedades y economías en
red – que Una estrategia cooperativa para el poder marítimo del siglo XXI fue elaborada y
presentada en octubre de 2007 por los líderes de los tres Servicios Marítimos.
Sin ser de ninguna manera perfecta – ningún esfuerzo de visión futura lo es - esta
estrategia marítima es un salto colosal hacia adelante en la forma en que los Estados
Unidos se aproximan a sus vecinos alrededor del mundo y cómo se ve así mismo
viii PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
Si cumple con algo, Una estrategia cooperativa para el poder marítimo del siglo XXI,
reconoce que los intereses de los Estados Unidos son mejor respaldados promoviendo
un sistema mundial compuesto por redes interdependientes de comercio, finanzas,
información, leyes, gente y formas de gobierno. Las Américas no están aisladas de este
sistema mundial y los Estados Unidos indudablemente no se apartan de nuestros vecinos
del norte y del sur. De hecho, la seguridad y la prosperidad de los Estados Unidos están
íntimamente ligadas a la de ellos, y mucho del comercio global de los Estados Unidos
fluye del norte a sur y del este a oeste.
El cuarenta por ciento de nuestro comercio transita dentro de las Américas, y la mitad de
éste es con América Latina y el Caribe, y la mayor parte de dicho comercio es por mar.
Más de la mitad del petróleo crudo y sus derivados consumidos en los Estados Unidos
provienen de nuestro propio hemisferio, con más de una tercera parte, una vez más,
originados dentro de Latinoamérica y el Caribe. Decir que dependemos uno del otro, no
es ninguna hipérbole exagerada.
Reconociendo que ningún país puede garantizar la seguridad marítima total, Una
estrategia cooperativa para el poder marítimo del siglo XXI por encima de todo, concede
una gran importancia a la palabra “Cooperativa.” La estrategia, reconoce acertadamente
que los intereses vitales de los Estados Unidos - la seguridad de nuestros ciudadanos y la
de nuestros vecinos, nuestro bienestar económico, nuestra integridad territorial, y la
seguridad regional - están indisolublemente ligados a los intereses de otras naciones en la
región y más allá.
Como en todo vecindario, nosotros en las Américas tenemos conexiones mutuas que
son más que físicas o geográficas. Estamos unidos por la economía, la demografía, los
territorios comunes, las culturas compartidas y las relaciones militares.
A medida que las economías de Latinoamérica, el Caribe y los Estados Unidos estén cada
vez más ligadas a la economía mundial, es vital asegurarse que todos continuemos
nuestra jornada hacia las costas y más allá. El acceso a las aguas internacionales, al
comercio marítimo y al resto del mundo es primordial. Más importante aún, el trabajar
juntos potenciando la fortaleza de los demás, de forma tal de asegurar nuestra habilidad
colectiva de influir en los acontecimientos en tierra, es una necesidad.
aprendiendo el uno del otro, viendo al mundo a través de los ojos del otro, y no
simplemente tratando de ver el punto de vista nuestro, los Estados Unidos y nuestros
amigos y socios en América Latina y el Caribe estamos trabajando juntos para enfrentar
los retos de un futuro incierto.
El USS McInerney fue guiado hacia un débil contacto que navegaba hacia México o a los
Estados Unidos al amparo de la oscuridad. Éste era el SPSS más avanzado hasta la fecha.
Pero gracias a los esfuerzos conjuntos de JIATF-Sur y al trabajo de múltiples recursos
basados en el mar, el aire, la tierra y en el espacio, fue capturado. Contaba con una
tripulación de cuatro miembros y una capacidad de carga de siete toneladas métricas de
cocaína, y gracias a las disposiciones del Acta de Interdicción de Embarcaciones que
Trafican Drogas del 2008, los operadores fueron procesados judicialmente con éxito.
La captura de este SPSS, en particular, es una historia exitosa. Lo más importante, sin
embargo, es el hecho de que por cada uno que capturamos, creemos que otros se nos
escapan. Los SPSS que logran evadir la captura representan un promedio del 30 por
ciento de la cocaína en circulación en las zonas de tránsito de droga. Las implicancias
son enormes, especialmente cuando nosotros seguimos combatiendo el fanatismo en
todo el mundo. Las conexiones potenciales entre narcotraficantes y grupos terroristas no
son triviales. Las tácticas y la capacidad de carga de los SPSS podrían utilizarse para fines
mucho más infames que para el transporte de narcóticos.
Aparte del tráfico de narcóticos y los desastres naturales, las mayores amenazas en la
región son alimentadas por la pobreza y por la desigualdad, tanto social como de
ingresos. La pobreza y la desigualdad en América Latina y el Caribe proporcionan un
terreno fértil para las actividades ilícitas y desestabilizadoras (por ejemplo, la producción
y el uso de drogas, el crimen, las pandillas y la inmigración ilegal), y otorgan la
posibilidad de que ideologías radicales echen raíces.
Con ese fin, el Comando Sur de los Estados Unidos ha construido relaciones amistosas
de seguridad cooperativa y ha promovido los intereses de los Estados Unidos entre las
fuerzas armadas, en su área de interés. Lamentablemente, algunas tendencias en ciertos
países dificultan la seguridad cooperativa. Algunos líderes - tanto de adentro de la región
como de muy lejos de sus costas - también han adoptado una voz, y en algunos casos
una posición popular, en contra de los Estados Unidos. Al hacerlo, ellos han construido
barreras aún más altas para entrar a lo que actualmente es un ambiente competitivo.
Para contrarrestar esas fuertes voces contrarias a los Estados Unidos y derribar esas
barreras, el Comando Sur de los Estados Unidos ha tomado la iniciativa y pondrá
vigorosamente en práctica Una estrategia cooperativa para el poder marítimo del siglo
XXI. Mediante planteamientos innovadores, como la Estación de la Flota Global (Global
Fleet Station), la Estación de la Alianza del Sur (Southern Partnership Station), la
Operación Promesa Continua (Operation Continuing Promise), Amistad y Cooperación
de las Américas (Partnership of the Americas), y en los despliegues humanitarios del
buque hospital USNS Comfort (T-AH 20), el buque de Asalto Anfibio USS Boxer (LHD
4), y el buque de asalto anfibio USS Kearsarge (LHD 3), nosotros también nos hemos
hecho presentes. Pero lo hemos hecho con palabras de buena voluntad, competencia y
profesionalismo. Hemos hablado con la voz de la amistad, y no de la enemistad.
segura para aquellos de nosotros que estamos tratando de preservar la paz, a la vez que
dificultamos las condiciones para aquellos que buscan fracturarla.
Nosotros en el Comando Sur de los Estados Unidos nos enfocamos, por supuesto, en la
cooperación militar. Nuestros socios en la Agencia para el Desarrollo Internacional
(AID) trabajarán en el desarrollo y nuestros amigos del Departamento de Estado (State
Department) llevarán a cabo las tareas diplomáticas. Donde podamos ayudar a la
Agencia de Desarrollo Internacional (Agency for International Development) y al
Departamento de Estado lo haremos. La clave está en mantenernos todos trabajando
juntos en apoyo a la política de los Estados Unidos.
A medida que las naciones de las Américas continúan en nuestra jornada paso-a-paso
hacia los mares tempestuosos del siglo XXI, el Comando Sur de los Estados Unidos -
como parte de un esfuerzo más amplio – mantendrá constante el curso establecido por
Una estrategia cooperativa para el poder marítimo del siglo XXI. Estamos comprometidos
a prevenir la guerra y a preservar la tranquilidad y el acceso legítimo al medio ambiente
marítimo para todos. Pero, como nuestra estrategia marítima lo demanda, también
estaremos listos para llevar a cabo operaciones de combate si es necesario. Entendiendo,
sin embargo, que en un conflicto militar a gran escala en la región es altamente
improbable, nosotros nos guiaremos por una brújula que nos indique hacia una mayor
interdependencia económica y prosperidad, la persistente presencia y el compromiso,
una mejorada capacidad de colaboración, un mayor entendimiento cultural, el continuo
compartir de ideas y una comunicación estratégica efectiva; todo impulsado por nuestro
amplio apoyo a una aproximación interagencial.
Este volumen y los reflexivos documentos que contiene, cumplen con el propósito de
perpetuar el diálogo y mejorar nuestro entendimiento, de la función que el medio
ambiente marítimo desempeña en las Américas. Aplaudo esos trabajos y estoy honrado
por la oportunidad de contribuir con mis propios pensamientos al esfuerzo general. Mi
desafío a los diversos autores que escribieron los ensayos que siguen, así como a los
lectores que gozan de los beneficios de esos escritos, es para que continúen observando,
analizando, debatiendo y escribiendo sobre la mejor manera de lograr la cooperación y
la integración de los servicios militares, con aquellas iniciativas interagenciales,
internacionales, y del sector público o privado, de los así llamados “socios marítimos
regionales”, en Una estrategia cooperativa para el poder marítimo del siglo XXI.
JAMES G. STAVRIDIS
Almirante de la Armada de los Estados Unidos
Comandante del Comando Sur de los Estados Unidos
Prefacio
La Participación de la Escuela de Guerra Naval de los Estados Unidos en el desarrollo y
la evaluación de la estrategia marítima, documentada en este volumen, representa una
continuación de una misión histórica y, a la vez, un cambio en la institución que tengo el
honor de encabezar.
Así que cuando el Almirante Mike Mullen, en su calidad de Jefe de Operaciones Navales
decidió con sus colegas del Cuerpo de la Infantería de Marina y del Servicio de
Guardacostas desarrollar en 2006 una nueva estrategia marítima, fue natural que se
dirigiera a la Escuela de Guerra Naval para obtener apoyo. Dió a la Escuela la tarea de
redactar una estrategia “de y para su tiempo”. En respuesta, la Escuela, junto con
muchos otros, trabajó afanosamente por más de un año en la elaboración de opciones
para los jefes de los servicios mediante análisis de escenarios, juegos de guerra,
conferencias de alto nivel, simposios y otros intercambios profesionales con eruditos,
oficiales y muchas Armadas, tanto en Newport como en otros lugares del mundo.
El Almirante Mullen había admitido que “la Armada de Estados Unidos no podrá, por sí
sola, preservar la libertad y la seguridad de todo el dominio marítimo”. Por lo tanto,
nuestros esfuerzos para elaborar una nueva estrategia marítima incluyeron extensas
consultas con los servicios marítimos de otros países, dirigidas a obtener perspectivas y
xiv PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
recomendaciones para una nueva estrategia de Estados Unidos. Esa labor produjo
comentarios muy valiosos y aportó diversas perspectivas que ayudaron a hacer que la
estrategia fuera robusta en múltiples dimensiones y útil tanto para los líderes navales
como para los formuladores de políticas nacionales para entender el papel fundamental
que deben desempeñar las fuerzas marítimas en un sistema internacional en evolución.
Los jefes de la Armada de Estados Unidos, del Cuerpo de Infantería de Marina y de los
Guardacostas presentaron la nueva estrategia marítima, A Cooperative Strategy for 21st
Century Seapower (Una estrategia cooperativa para el poder marítimo en el siglo XXI), en
el Décimoctavo Simposio Internacional de Poder Marítimo realizado en la Escuela de
Guerra Naval en octubre 2007. Los ensayos de las Américas y los vastos aportes de
nuestras interacciones con los servicios marítimos de otros países ejercieron una
profunda influencia sobre la forma de la nueva estrategia y reflejaron la convicción del
Jefe de Operaciones Navales actual, el Almirante Gary Roughead, de que la confianza y la
cooperación no podrían crearse espontáneamente en tiempo de necesidad. Ambas se
basan en relaciones que se deben forjar paciente y progresivamente, a fin de que los
intereses estratégicos de los participantes se tengan continuamente en consideración y
que se promuevan la comprensión y el respeto mutuo.
Este volumen representa la primera vez que la imprenta de la Escuela de Guerra Naval
realizó una publicación en un idioma distinto del inglés. La decisión de hacerlo es un
ejemplo más de nuestro compromiso a obrar conjuntamente con otros países del
mundo, con miras a mantener una conversación apropiada sobre la estrategia marítima
y apoyar los esfuerzos internacionales para implementarla con efectividad.
JAMES P. WISECUP
Contraalmirante de la Armada de los Estados Unidos
Presidente de la Escuela de Guerra Naval
Prólogo
El presente volumen edita en español documentos que se imprimieron antes en inglés en
tres publicaciones distintas. La Parte Primera consiste en trece ensayos sobre la estrategia
marítima preparados por autores de las Américas, fuera de los Estados Unidos. Fueron
respuestas a una invitación del presidente de la Escuela de Guerra Naval de los Estados
Unidos para ayudar en la preparación de una nueva estrategia marítima para los Estados
Unidos. Los ensayos y un capítulo de conclusión escrito por el editor se publicaron
originalmente en agosto de 2008 como el Newport Paper 31, Perspectives on Maritime
Strategy: Essays from the Américas. La Parte Segunda es la nueva estrategia marítima de
los Estados Unidos, que se publicó en octubre de 2007 como A Cooperative Strategy for
21st Century Seapower (Una estrategia cooperativa por el poder naval en el siglo XXI), tal
como quedó reimpresa más tarde en el Naval War College Review de invierno de 2008
(vol. 61, no. 1). La última sección, Parte Tercera, consiste en seis ensayos que tratan de la
nueva estrategia marítima de los Estados Unidos. Uno fue preparado por un autor del
Reino Unido y otros cuatro por autores de los Estados Unidos; estos cinco aparecieron
en el Naval War College Review de primavera de 2008 (vol. 61, no. 2). El sexto artículo,
por un analista chino, se publicó en el Review, otoño de 2008 (vol. 61, no. 4).
Los capítulos en esta sección, agrupados en tres subsecciones temáticas, ofrecen una rica
variedad de visiones hacia la estrategia marítima desde las perspectivas de unas dos
docenas de peritos de cinco países de las Américas. Entre los autores se cuentan oficiales
navales de alto rango, eruditos civiles y personas con experiencia tanto militar como
académica.
En su ensayo, el Capitán de Navío Juan Carlos Del Álamo y sus colegas de la Marina de
Guerra y la Fuerza Aérea Peruanas tratan los cambios en el ambiente internacional que
afectan la seguridad marítima. Señalan hacia nuevas amenazas en forma de terrorismo
internacional, tráfico de narcóticos y material que pudiera destinarse a armas de
destrucción masiva, piratería, contrabando y sobrepesca ilegal. Ven en estas amenazas
asimétricas algo que genera consecuencias nacionales y regionales y sugieren respuestas
estratégicas a las mismas.
El Dr. James Boutilier, asesor especial (políticas) del Comandante de las Fuerzas
Marítimas del Pacífico de Canadá, reseña la asociación de larga data entre las armadas de
Canadá y los Estados Unidos. Hace un recuento de los métodos que han sido exitosos
para responder a los desafíos de la interoperabilidad tecnológica y, en el caso de
interoperabilidad informativa, han funcionado en cierta medida. También es de interés
su planteo de cómo las dos armadas han respondido a los asuntos relacionados con la
división de tareas entre ellas. Cita la necesidad de una cooperación más estrecha entre la
Armada Canadiense y el Servicio de Guardacostas de los Estados Unidos en una era de
terrorismo global, pero reconoce problemas cuyas raíces se remontan a las diferencias
culturales entre las dos organizaciones.
El capítulo de “Reflexiones finales sobre los ensayos de las Américas” identifica temas
comunes que corren como un hilo a través de los escritos y resalta comparaciones y
contrastes en el tratamiento que les han dado los autores. Reciben particular atención las
oportunidades de cooperación internacional en materia de estrategia marítima y las
sugerencias que surgen de los ensayos para superar los obstáculos a los esfuerzos
comunes.
Parte Tercera: Comentario sobre Una estrategia cooperativa por el poder naval en el siglo XXI
El profesor Geoffrey Till del King’s College, Londres, observa que el final de la guerra fría
y la expansión de la globalización han dado mayor amplitud al concepto de seguridad,
haciéndolo pasar de nociones ante todo militares a otras que abarcan las dimensiones de
seguridad política, seguridad económica y seguridad ambiental. Hace énfasis en el
proceso altamente inclusivo por el cual los servicios marítimos de los Estados Unidos
desarrollaron su nueva estrategia marítima y concluye que en ciertos aspectos el proceso
fue tan importante como el producto. Encuentra que el énfasis sobre la cooperación
entre servicios que se encuentra en la estrategia es nuevo pero considera aun más
llamativos la consolidación de la iniciativa de la Asociación Marítima Mundial y el
reconocimiento por parte de los Estados Unidos de que ella refleja la necesidad de
trabajar con otras naciones.
El Sr. Steve Carmel, Vicepresidente Directivo de Maersk Line, también observa que la
nueva estrategia está encaminada a reconocer los cambios y desafíos generados por la
globalización en los espacios marítimos comunes. Señala que el transporte marítimo es
el gran facilitador de la globalización y pregunta cómo pueden colaborar
productivamente la industria del transporte y los servicios marítimos. La presencia
arrolladora y persistente de barcos comerciales, argumenta, ofrece grandes posibilidades
de concientización marítima acrecentada en todo el mundo. Examina las posibilidades
de una mayor cooperación e intercambio de información, a la vez que reconoce la
posible necesidad de tomar en cuenta el valor comercial de la confidencialidad en ciertas
circunstancias.
El profesor Robert C. Rubel, Decano del Centro de Estudios de Guerra Naval, explica el
proceso que empleó la Escuela de Guerra Naval para evaluar las amenazas, explorar
alternativas y formular opciones para la consideración de los líderes de los servicios
navales en la formulación de la nueva estrategia marítima estadounidense. Es
significativo, señala, que este trabajo de elaboración de la nueva estrategia se realizó
estando proscrita toda discusión sobre estructura de las fuerzas. Los analistas buscaron
activamente modos de catalizar un mayor nivel de cooperación marítima con otros
países. La estrategia final se diseñó para operar continuamente, en contraste con las
estrategias del pasado sujetas a la contingencia de la guerra, las cuales se invocarían
únicamente en caso de guerra.
Agradecimientos
Acorde con la índole académica de este volumen, toda la sustancia de esta publicación,
salvo la nueva estrategia marítima de los Estados Unidos, A Cooperative Strategy for 21st
Century Seapower, debe considerarse como el parecer personal de los autores y no las
posturas de sus instituciones ni gobiernos.
La mayor parte de la obra en este volumen la realizaron, desde luego, los autores de cada
capítulo. Sin embargo, otras muchas personas han participado para que la obra viera la
luz. Los jefes de las armadas y los directores de las escuelas de guerra naval en las
Américas han promovido gran parte del trabajo que figura en la Parte Primera.
Igualmente, varias personas en la Escuela de Guerra Naval en Newport contribuyeron
grandemente al esfuerzo: el Capitán de Navío Michael Sherlock, USN; el Coronel Leo
Boucher, USA; el Comandante Sean P. Henseler, USN, y los Profesores Richmond Lloyd
y Donald Marrin, quienes brindaron asesoría editorial invaluable. El Dr. Carnes Lord,
Director, y el Sr. Pelham Boyer, Director Gerente del Naval War College Press, y su
personal se ocuparon de temas de edición y coordinaron el esfuerzo de producción; la
Sra. Elizabeth Davis produjo los elementos gráficos de la tapa y la contratapa. Mi mayor
agradecimiento a todos.
PAUL D. TAYLOR
PARTE UNO
Ensayos de las Américas
FORMULACIÓN DE UNA
ESTRATEGIA MARÍTIMA
Parte uno
Ensayos de las Américas
1
Una estrategia marítima para el Atlántico Sur
Contraalmirante Álvaro J. Martínez, Armada Argentina
La historia nos demostró que el progreso de las naciones estuvo siempre vinculado a su
actitud de apertura hacia el mundo, también nos ha enseñado que ese progreso sólo es
sustentable si se encarna en una conducta responsable y con vocación de solidaridad,
alejada de pretensiones de dominio o explotación desaprensivas.
Como marinos, nos resulta sencillo imaginar el rol de lo marítimo en este nuevo
proceso: así como el mar es sinónimo de la apertura de las naciones al mundo (lo que
por un lado lo ha convertido, como señala la historia, en escenario de múltiples
contiendas), también puede ser sinónimo de paz y cooperación.
Que los océanos sean el escenario de tal evolución representa una oportunidad
trascendente para la especie humana y el planeta: siete décimos de la superficie terrestre
se encuentran cubiertos por el agua, dos tercios de la población mundial se asientan a no
más de 150 kilómetros de las costas y está previsto que para el año 2025, el 70 por cierto
de la humanidad habitará en una franja costera aún más reducida, de unos 40 kilómetros
6 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
de ancho. Por otra parte, en el concierto mundial, más del 65 por ciento de los estados
son costeros.
Pero allí no se agotan las numerosas líneas de trabajo posibles en un escenario tan vasto
y dinámico como los océanos: el respeto de la ley y el orden internacionales, la
salvaguarda de la vida humana, la preservación del medio ambiente marino y su
explotación sustentable, la provisión de ayuda humanitaria, la exploración científica, la
investigación y desarrollo científico – tecnológico, la integración de las economías y
hasta la misma educación son sólo algunos ejemplos de áreas de trabajo que pueden ser
incrementadas y mejoradas.
Todo ello hace que la importancia del mar y su utilización no solo continúen, sino que
cobren una dimensión aún más trascendente. En tal sentido, entendemos que la región
del Atlántico Sur constituye un espacio privilegiado por sus potencialidades para encarar
este nuevo paradigma.
En este caso, nos abocaremos al Océano Atlántico Sur, el cual baña las costas orientales
de Amerisur y es de nuestro interés primario por ser Argentina uno de sus estados
costeros. Para hablar del Atlántico Sur debemos antes precisar sus límites. El meridiano
UNA ESTRATEGIA MARÍTIMA PARA EL ATLÁNTICO SUR 7
que pasa por el Cabo de las Agujas al este y el que lo hace por el Cabo de Hornos al oeste,
encuadran al Atlántico Sur en el sentido este-oeste, en tanto que el paralelo 60º s es
considerado su límite austral donde aparece la Convergencia Antártica. En cuanto al
límite norte no existe un criterio uniforme, pero razonablemente se considera, desde el
punto de vista geopolítico, la línea imaginaria que partiendo del cabo San Roque en
Brasil, se dirige en diagonal al Cabo Verde en África; es decir el angostamiento del
Atlántico entre ambos continentes.
Posee dos frentes: uno es el frente americano conformado por Argentina, Brasil y
Uruguay y el otro es el frente africano, que incluye 21 países del África, siendo Sudáfrica
uno de los países pioneros en las relaciones con sus vecinos de América del Sur.
El Atlántico Sur puede ser proyectado como un espacio económico que constituye una
prolongación natural y complementaria de los territorios de los estados de ambos
frentes. Por un lado, de su frente americano, con eje N-S cuyo extremo norte se ubicaría
en el triángulo vital brasileño conformado por San Pablo, Río de Janeiro, Belo
Horizonte, y en cuyo extremo sur se sitúa en la Pampa Húmeda argentina. Por el otro de
su frente africano.
la subregión en una zona de paz y han avanzado hacia la consideración mutua como
verdaderos aliados estratégicos. En este sentido, cabe recordar la declaración política del
MERCOSUR, Bolivia y Chile como Zona de Paz, suscrita por los respectivos presidentes
el 24 de julio de 1998 en la ciudad de Ushuaia, capital de la provincia argentina de Tierra
del Fuego.
Esta cooperación entre los estados que conforman el frente americano puede ser un
instrumento de alto valor para estrechar las relaciones entre los 24 países de ambas
márgenes. Es decir, puede constituir un sólido punto de apoyo para ampliar y redirigir
los vínculos en la dirección sur-sur en los distintos planos: político, social, diplomático,
económico y militar.
Desde esta percepción de la Argentina como protagonista del entorno marítimo regional
y mundial, la Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur, la cual fue aprobada por
Resolución 41/11 de la Asamblea General de las Naciones Unidades el 27 de octubre de
1986 con 124 votos a favor, 1 en contra (Estados Unidos) y ocho abstenciones (Bélgica,
Francia, Italia, Japón, Luxemburgo, Holanda, Portugal y la entonces República Federal
de Alemania), constituye una herramienta relevante para las naciones de la cuenca. Una
herramienta que, por otra parte, contribuye a garantizar los intereses vitales de la Nación
UNA ESTRATEGIA MARÍTIMA PARA EL ATLÁNTICO SUR 9
Los intereses vitales de nuestra nación –y los estratégicos que los complementan-, por
tratarse de una nación marítima, presentan invariablemente un componente marítimo
esencial.
La cooperación en esta zona se viene desarrollando con base en los principios de respeto
a la soberanía e integridad territorial de los Estados y otros principios relevantes de
Derecho Internacional, así como en el derecho de todos los pueblos de determinar de
forma libre sus sistemas económicos y políticos.
Coherentemente con ello, entre las políticas a establecer deberían incluirse, al menos:
· Contribuir a fortalecer la paz y seguridad internacional y a la promoción de los
principios y propósitos de la ONU.
· Promover el desarrollo sustentable de la ZPCAS.
· Proteger el medio ambiente marino: masa de agua, lecho, subsuelo y espacios aéreos y
costeros.
· Facilitar y estimular la libertad de navegación.
· Ejercer el control de la exploración y explotación de los recursos renovables y no
renovables de las respectivas jurisdicciones.
· Preservar el Atlántico Sur del accionar de ilícitos.
· Vedar en el Atlántico Sur el tránsito del tráfico que viole la normativa legal vigente,
cualquiera sea su naturaleza y procedencia.
· Mantener la región libre de medidas de militarización (armas convencionales y
nucleares) nacionales e internacionales y “exhortar a todos los Estados de todas las
demás regiones, en especial a los Estados militarmente importantes, a que respeten
escrupulosamente la región del Atlántico Sur como zona de paz y cooperación, en
particular mediante la reducción y eventual eliminación de su presencia militar en la
región, la no introducción de armas nucleares o de otras armas de destrucción masiva
y la no extensión de rivalidades y conflictos que le sean ajenos” (Articulo 3,
Resolución 4111, ONU).
Las políticas no pasan de ser enunciados cuya implementación necesita de estrategias, las
cuales “en definitiva” constituyen políticas en movimiento. Las estrategias que se diseñen
necesitarán una estrecha vinculación entre los distintos niveles de cooperación y se
inscriben bajo la condición sine qua non de la política exterior y de defensa de la
Argentina que van de la mano y tienen como objetivo primordial la consolidación de
una presencia activa y comprometida en el Atlántico Sur, incrementando las actividades
cooperativas vinculadas a la región.
ZPCAS como reservorio de paz mundial y alcanzar los objetivos comunes, en el marco
internacional, con la mejor relación costo/ beneficio.
· La gestión de acuerdos entre los diferentes sectores productivos de cada uno de los
países involucrados en la ZPCAS tendientes a fomentar la radicación de empresas
conjuntas (joint ventures) con el objetivo de diversificar la actividad en toda la región
y dotarla de una mayor competitividad, desarrollando lazos comerciales con nuevas
regiones para la inserción de los productos.
Los sistemas de defensa de los países integrantes del ZPCAS, en particular sus fuerzas
armadas, podrían tener así una misión clave en este porvenir que se define con rasgos
nítidos: interpretar y sumarse a la integración regional en marcha. Esta sería, a mi juicio,
una misión histórica reservada a la actual generación militar de nuestros países.
La Argentina y la ZPCAS
Tan es así, que la principal innovación que giró en torno a la creación de la ZPCAS fue la
anexión de la palabra “cooperación” a la “zona de paz”. La intención de neutralizar la faz
“negativa” de una “zona de paz”, dirigida esencialmente a preservar una situación de paz
y a impedir o eliminar los obstáculos de cualquier tipo que la pongan en peligro, con
otra “positiva” que conlleve la consolidación y fortalecimiento de las relaciones
intrazonas.
Pero allí no se agota nuestro desafío. Sabemos que, sin abandonar nuestros vínculos con
las demás Armadas amigas del resto del continente y del mundo, podemos sumar más
esfuerzos para la construcción de una estrategia marítima común para el fortalecimiento
de la ZPCAS y que ello contribuirá a la seguridad, el bienestar y el progreso de nuestros
pueblos, así como a la concordia y seguridad internacionales.
2
Cambiar las amenazas asimétricas requiere nuevas acciones
Capitán de Navío Juan Carlos Del Álamo Carrillo, Marina de Guerra del Perú
Capitán de Navío José Carvajal Raymond, Marina de Guerra del Perú
Coronel Charles Lambruschini Acuy, Fuerza Aérea del Perú
Análisis de escenarios
Escenario global
Este tipo de acciones demuestra que el terrorismo internacional lleva a cabo su accionar
en cualquier país del mundo, sea porque atente contra intereses norteamericanos o
contra los estados que son aliados o amigos de Estados Unidos en su lucha contra ese
flagelo. En tal sentido, el Perú y otros países de la región no están exentos de riesgos,
siendo así que el terrorismo internacional es reconocido como una amenaza seria para
su seguridad interna y externa.
Las políticas de seguridad y defensa de los países son influidas en grado variable por la
unipolaridad política y militar que se vive en el mundo en los últimos lustros. Asimismo,
los estados, las organizaciones internacionales, los organismos multilaterales y otras
fuerzas, también influyen, directa, indirecta, formal o informalmente, en dichas
políticas.
Este proceso ha alimentado una serie de conflictos intraestatales que afectan la paz
mundial, surgidos por problemas étnicos o religiosos, nacionalismos exaltados, luchas
tribales y confrontaciones políticas.
Escenario regional
En el marco de ese esfuerzo, las enormes brechas que existen en varios países de la región
en aspectos económicos, sociales, educativos y de salud, entre otros, generan focos de
inestabilidad política, lo cual representa una amenaza indirecta a la paz y a la seguridad
regional.
Los países de la Cuenca del Pacífico Sur tienen similares deficiencias en el control y
vigilancia de las áreas marítimas contiguas a sus costas, agravándose esta situación en
aquellos estados que se encuentran más al norte y cercanos a los Estados Unidos. La poca
eficacia para el control y vigilancia marítima por parte de estos países, se debe en buena
medida a carencias logísticas que pueden ser clasificadas en dos grandes rubros:
limitaciones económicas y limitaciones tecnológicas. Las primeras impiden a dichos
Estados disponer de los recursos suficientes para ejercer control y vigilancia marítima en
forma permanente; mientras que las segundas se refieren a tecnologías modernas para
dicha labor, tales como el empleo de sistemas satelitales, que permitiría una mejor
supervisión de estas extensas áreas marítimas y terrestres.
CAMBIAR LAS AMENAZAS ASIMÉTRICAS REQUIERE NUEVAS ACCIONES 15
Escenario nacional
Si bien la globalización ha generado efectos positivos para la economía del país, también
ha agudizado algunas contradicciones en los ámbitos político, social y económico, las
que pueden constituirse en amenazas para la seguridad nacional. Repasemos algunos
aspectos de este escenario.
El accionar de las FARC en las áreas adyacentes al río Putumayo, en colusión financiera
con el narcotráfico, ha incrementado la comercialización de drogas a través de los ríos
amazónicos. Este accionar trae como efecto colateral la destrucción del medio ambiente
y de la biodiversidad.
Del mismo modo, vinculados a otras actividades ilícitas, como la tala ilegal del bosque o
la búsqueda de oro con componentes químicos contaminantes, han surgido grupos
organizados de delincuentes comunes de alta peligrosidad, cuyas actividades traspasan
fronteras y amenazan la seguridad de otros estados.
Para efectos del presente estudio vamos a limitar el análisis a aquellas amenazas que, sin
ser completamente nuevas, son denominadas como tales o amenazas emergentes.
Asimismo, dado que el tema se concentra en el ámbito marítimo, nos concentraremos
en aquellas nuevas amenazas que se produzcan u operen en el ámbito marítimo, sea en
aguas interiores, aguas jurisdiccionales o aguas internacionales.
Amenazas comunes
Referidas a acciones ilícitas que afecten tanto nuestros intereses como los de otros
estados. En este tipo de amenazas podemos identificar las siguientes:
16 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
Tráfico ilícito de drogas: actividad delictiva que subsiste hoy en día en casi todo el mundo
con tendencia a acentuarse y con el riesgo de integrarse a las redes del terrorismo
internacional.
En décadas pasadas el transporte aéreo fue el preferido para esta actividad ilícita; hoy en
día es el mar, debido a los mayores volúmenes de droga que permite transportar,
ocasionando que el tráfico de drogas por vía marítima sea una actividad en auge.
Amenazas propias
Entendidas como aquellas que afectan directamente a los intereses nacionales y que de
alguna manera pueden repercutir negativamente en los intereses de otros estados. Entre
ellas podemos señalar:
Piratería: práctica delictiva tan antigua como la navegación misma, que no se limita al
asalto de barcos en alta mar, sino que a menudo lleva a cabo estas actividades delictivas
en instalaciones portuarias o en fondeaderos. Las zonas de mayor actividad seguirán
siendo aquellas donde los estados no tienen verdadero control de su jurisdicción.
Contrabando: referido al ingreso y salida de mercadería que se comercializa sin pagar los
derechos aduaneros, defraudando a las autoridades y al fisco. En el ámbito marítimo es
más común detectar este tipo de actividad ilícita cuando los buques se encuentran en
puerto, existiendo la posibilidad de detectar, interceptar e e incautarse de esta
mercadería en aguas jurisdiccionales propias, cuando se dispone de la información de
inteligencia necesaria.
Marco legal
La constitución política del Perú considera que uno de los deberes fundamentales del
estado es proteger a la población de las amenazas contra su seguridad. Una de estas
amenazas es el tráfico ilícito de drogas, al que debe combatir y sancionar, en el ámbito
del territorio nacional. Para atender éste y otros tipos de problemas, el Sistema de
Defensa Nacional, coordinado por el Ministerio de Defensa, cuenta con las Fuerzas
Armadas.
Por otro lado, las diferentes fuerzas políticas del país arribaron en el año 2002 a un
consenso de políticas de largo plazo, que bajo la denominación de Acuerdo Nacional,
traza algunos lineamientos para la seguridad nacional y para la lucha contra el
narcotráfico.
Interdependencia de los mercados y las economías: Es innegable que como parte del
proceso de globalización, que exige una creciente competitividad en las empresas para
atender una demanda global, se viene dando un creciente proceso de alianzas
estratégicas que comprende entidades en diversos países. Independientemente de los
factores de carácter ideológico o sociopolítico, tanto la globalización como las alianzas
estratégicas son fenómenos que están presentes en el acontecer económico actual, con
importancia creciente y con un carácter irreversible, por lo menos en el mediano plazo.
Seguridad y libertad del comercio marítimo: El papel que han jugado las armadas a lo
largo de la historia en el surgimiento de las principales potencias ha estado vinculado a la
protección de su comercio marítimo y al apoyo de su política exterior. Este papel sigue
estando vigente, pero la creciente interdependencia de las economías nos señala que
estamos frente a una relación más compleja que la de antaño. Hoy se hace necesario que
los países emergentes cuenten con un poder naval que, además de brindar seguridad y
libertad en sus mares jurisdiccionales, también pueda proteger a un comercio exterior
cada vez más diversificado, actuando en concordancia con una política exterior más
amplia.
18 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
Vigilancia y control del mar territorial: La paz mundial y la prosperidad de los estados
depende, en gran medida, de la seguridad del ámbito marítimo mundial, puertos, costas,
aguas territoriales y alta mar, pues es a través de él que se conduce la mayor parte del
comercio y en él se llevan a cabo importantes actividades económicas. Como citara el
Almirante Michael Mullen de la Armada de los Estados Unidos durante el foro de la
estrategia actual, en la Escuela de Guerra Naval en Newport en junio de 2006, más de
cincuenta mil grandes buques lo surcan llevando a cabo casi el 80 por ciento del
comercio mundial, transportando el 60 por ciento de todo el petróleo producido y a
más de once millones de pasajeros por año. Todo esto hace que el mar no sólo sea medio
de tránsito de las nuevas amenazas, sino también escenario de actuación de las mismas.
“El Perú, dentro del marco del respeto a la soberanía de los Estados y la firme adhesión a
las normas y principios del Derecho Internacional, contribuirá a la Seguridad y Libertad
del Comercio Marítimo, como parte integrante de la Seguridad Hemisférica, mediante la
Vigilancia y Control del Mar Jurisdiccional, protegiendo el libre comercio internacional
en la región y de ésta con el mundo, contra los enemigos asimétricos que puedan afectar
las economías de los mercados.”
Para ello habría que crear una organización permanente en el ámbito marítimo, del tipo
organización de tarea, de carácter flexible y adecuada a las amenazas por combatir, y
que, de manera integral, busque aglomerar la sinergia de los diferentes componentes
operacionales y/o administrativos de nuestra institución naval. La organización
propuesta sería una unidad operativa de alta movilidad, comando centralizado y
ejecución descentralizada, con capacidad para operar en forma conjunta, combinada y
con otras agencias que tengan los mismos objetivos. De esa manera tendría una
capacidad aceptable para combatir a los enemigos asimétricos en el corto y en el
mediano plazo.
infringiendo la ley. Esto obligará a un constante rediseño de las estrategias y tácticas para
combatirlos, convirtiéndose el proceso de neutralizarlos en un ciclo permanente de
cambios.
Implementación de la estrategia
FASE I
FASE II
Conclusión
Es necesario diseñar nuevas estrategias para combatir a los enemigos asimétricos, las
mismas que tienen que tener un particular énfasis en la seguridad y el control de los
mares, tanto a nivel regional como global. Sólo así se evitará que el comercio marítimo
se vea amenazado, contribuyendo de esa manera a que la globalización e
interdependencia de los mercados y las economías actúen beneficio del país y de la
región.
3
Desde una perspectiva local
Hacia una estrategia marítima para el Atlántico Sur
Capitán de Navío Cristian Sidders, Armada Argentina
L a invitación a contribuir con elementos que permitan definir una nueva estrategia
marítima concita a pensar en algo nuevo, innovador, como si súbitamente lo
anterior hubiera perdido vigencia.
No obstante, una primera reflexión nos hace advertir que los criterios que rigen hoy
fueron elaborados a lo largo de mucho tiempo, con una lógica común para esta parte del
globo, y que nunca han sido estáticos, si no que poco a poco se han ido actualizando de
acuerdo a la evolución tecnológica y de las relaciones internacionales.
Por ello podemos considerar que la situación actual es un estadio de un largo proceso de
evolución. Este desarrollo ha sido fruto de alternancias naturales de cooperación y de
tensiones entre diversos actores. La Comunidad Internacional procura hoy consolidar
los criterios de seguridad a través del progreso y la cooperación entre los pueblos.
En las siguientes líneas trataremos de ir esbozando los factores que guiaron la evolución
de la estrategia marítima argentina.
Es entonces necesario comenzar estos lineamientos resaltando cuáles han sido los
elementos más significativos que a nivel general constituyen o forman el concepto de
estrategia marítima. En el mar se han desarrollado principalmente dos actividades: el
transporte y la obtención de recursos, generalmente pesqueros y en menor medida
petróleo y gas. También frecuentemente ha sido escenario de contiendas y aunque rara
22 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
vez se han dado batallas decisivas, sí fue el control del mar un factor categórico para el
vencedor.
La evolución de la Estrategia Marítima tanto a nivel de cada nación así como a nivel
global, es una materia trascendente para la especie humana y el planeta.
Esto se sustenta sólidamente por valores por todos conocidos sobre el porcentaje de la
superficie terrestre cubierta por mares y sobre la población establecida y las perspectivas
de asentamientos futuros en una estrecha franja costera.
Factores geográficos
Visto el mar como una ruta que enlaza naciones, el Atlántico Sur exhibe rasgos muy
significativos. En primer lugar la conexión del Atlántico Sur con los otros océanos define
áreas focales de particular relevancia. Hacia el oeste, la conexión del Atlántico con el
Pacífico es la única alternativa de paso para los buques que exceden la capacidad del
Canal de Panamá. Igualmente, el área del Cabo de Buena Esperanza concentra el tráfico
hacia y desde el Océano Índico. De sur a norte, los recursos de las economías más
avanzadas circulan por la Garganta Atlántica. Hacia la Antártida, Tierra del Fuego posee
los puertos más cercanos.
Los ríos navegables permiten conectar el vasto océano con zonas productoras del
interior. Las nuevas posibilidades tecnológicas y los mercados más demandantes de
materias primas han llevado a que el corazón mismo de Sudamérica tenga contacto
directo con el ambiente marítimo. De ello se desprende la importancia de los grandes
ríos en una concepción marítima totalizadora.
Podríamos decir que los límites marinos, antes próximos a la costa y restringidos a los
países ribereños, constituyen hoy fronteras lejanas y móviles que dejan abierto un
interrogante sobre la evolución futura del Derecho Internacional. Solo mediante el
ejercicio efectivo, permanente y responsable de las facultades y obligaciones que aquél
determina a cada Nación, éstas gozarán de las ventajas que de él se desprenden.
DESDE UNA PERSPECTIVA LOCAL 23
Conceptos consuetudinarios versus evolución del derecho del mar – la libertad de la alta mar
– nuevos usuarios – nuevas amenazas
No se agotan allí las numerosas líneas de trabajo posibles en un escenario tan vasto y
dinámico como los océanos: el respeto de la ley y el orden internacionales, la salvaguarda
de la vida humana, la preservación del medio ambiente marino y su explotación
sustentable, la provisión de ayuda humanitaria, la exploración científica, la investigación
y desarrollo científico – tecnológico, la integración de las economías y hasta la misma
educación son sólo algunos ejemplos de áreas de trabajo que pueden ser incrementadas y
mejoradas. Todo ello hace que la importancia del mar y su utilización no sólo
continúen, sino que cobren una dimensión aun más trascendente.
Esta evolución, que se plantea sin inconvenientes desde los ámbitos específicos, puede
colisionar de por sí con principios ancestrales tales como la libertad de la alta mar.
¿Y cuál es el límite de ese crecimiento de las posibilidades de los Estados? Una rápida y
virtual navegación partiendo de una costa hacia el otro lado de un océano nos lleva a
pasar sucesivamente de zonas de mayor exclusión o hegemonía estatal en disminución
en beneficio de la libertad e igualdad de todos, sólo restringida por el Estado de Pabellón
y esta zona limita una vez más con jurisdicciones crecientes de los países ribereños de la
otra orilla.
Cómo superar esta contingencia en términos de respeto del orden internacional y de los
intereses de las naciones representados en su marco legal, aún dentro de relaciones de
indubitable cooperación, supone un desafío adicional al justo equilibrio. En la
expectativa común, los organismos multinacionales juegan un rol protagónico para
conciliar posiciones.
El concepto del uso del mar – expectativas del país – intereses argentinos en el mar
El escenario estratégico donde la Armada Argentina debe actuar está definido por los
“espacios marítimos y fluviales de jurisdicción o de interés nacional”. Este es un espacio
estratégico cuyos límites no responden a un concepto geográfico rígido, sino que
abarcan las áreas en las que es posible el empleo de los medios navales, en procura de los
objetivos establecidos por la legislación vigente en función de los intereses nacionales.
En los últimos años el escenario de seguridad global y regional ha estado signado por la
presencia creciente de fenómenos de naturaleza no militar, comúnmente denominados
“nuevas amenazas”, referidas al terrorismo transnacional y a la criminalidad organizada,
el narcotráfico o las migraciones ilegales.
Asegurar para los argentinos y la comunidad internacional los beneficios del mar así
como otorgar seguridad al tráfico marítimo, proteger la vida humana, contribuir a la
preservación del medio ambiente y garantizar que allí se cumpla la legislación nacional e
internacional supone como capacidad básica la de control de los espacios marítimos y
fluviales de jurisdicción e interés nacional. El control tiene por objeto la protección de
nuestros recursos y derechos y el ejercicio de las responsabilidades que nos competen en
dichos espacios.
La diversidad de misiones o tareas en el mar para hacer de él un ámbito cada día más
seguro, hace necesario reformar muchas de las capacidades actuales. Esta es una tarea
que actualmente muchas Marinas están llevando a cabo, haciendo un replanteo del
concepto de seguridad que brinda la base para el desarrollo y conformación de cada
fuerza. Hoy podemos ver que ante la aparición de una situación determinada, la
respuesta se materializa a través de una coalición ad hoc.
Hay factores que no se vislumbra hoy que puedan variar significativamente. Algunos de
ellos son:
• La importancia del transporte marítimo: las posibilidades de acarreo masivo de bienes
no presenta a la fecha otras alternativas viables.
• El valor de las áreas focales: su ponderación puede variar según criterios temporales,
pero tienden a revitalizarse en épocas de crisis.
• La vastedad del mar: si bien la tecnología puede facilitar la obtención de información,
la inmensidad de las áreas hace irremplazable la presencia efectiva de medios
“humanizados”, que permitan hacer un control del mar efectivo. La presencia de
medios navales en los espacios marítimos de interés permite reducir las posibilidades
de conflictos y dar respuesta gradual a incidentes de distinta naturaleza.
26 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
Consideraciones finales
Como primer elemento a considerar surge que, la estrategia marítima es por definición
la estrategia de un actor particular en este escenario y responde a sus intereses. No es una
construcción abstracta.
El concepto mismo de evolución implica que muchas cosas ya están hechas y pueden ser
utilizadas en la actualización que se persigue.
NOTAS
1. Ken Booth, Navies and Foreign Policy, (Buenos 3. Almirante Michael Mullen, International
Aires: Instituto de Publicaciones Navales, 1980) Seapower Symposium 2005. El concepto del
pp. 19-32. almirante Mullen, inicialmente llamado la
“Escuadra de Mil Navíos”, ahora se conoce
2. La situación actual permitió que la Asamblea como la Asociación Marítima Global.
General de las Naciones Unidas, en virtud de la
Resolución 41/11 del 27 de octubre de 1986, 4. 14ª Recomendación (XXII Conferencia Naval
declarara la región del Atlántico Sur como una Interamericana, Mar del Plata, Argentina, 3 al
zona de paz y cooperación. La voluntad de 7 de abril de 2006
aumentar la cooperación en zonas de interés
común surgió por consenso en la declaración 5. Se realizan regularmente ejercicios de control
presentada en la Quinta Reunión Ministerial de naval, con armadas de CAMAS;
la Zona (1998) y del plan de acción realizado TRANSAMÉRICA, entre Armadas del Sistema
posteriormente para desarrollar los objetivos Interamericano y TRANSOCEANIC, entre
acordados en dicho documento. Armadas del Sistema Interamericano y la
Armada Sudafricana.
4
A pedido de la Escuela de Guerra Naval de los Estados Unidos (Naval War College,
NWC), la Escuela de Guerra Naval de Brasil acordó redactar un ensayo sobre “la
Cooperación para la Seguridad Global y Regional: Sobre las consecuencias para una
Nueva Estrategia Marítima de los Estados Unidos.” Aparentemente es una tarea difícil,
especialmente si creemos que nuestros estudios podrán ejercer influencia sobre una
nueva estrategia marítima. Hablamos de sugerencias orientadas hacia un país, que según
ciertos expertos en la materia, tiene o cree tener el “control de zonas de uso común”: el
1
comando del mar, el aire y del espacio . Sin duda, este pilar de la hegemonía
estadounidense es, como mínimo, un objetivo final a ser buscado y alcanzado. Sin
embargo, sería un objetivo más razonable si los Estados Unidos pudieran contar con la
2
cooperación de sus aliados y asociados.
Desarrollo
Plataforma teórica
Para los fines de este ensayo, emplearemos la teoría de “la guerra hegemónica” de Robert
Gilpin, ya que tiene una estrecha relación con la situación actual y el tema propuesto por
30 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
4
la Escuela de Guerra Naval de los Estados Unidos. Pensando en los aspectos
subyacentes del tema en cuestión, opinamos que, en la actualidad, el sistema
internacional es anárquico y comprende estados independientes. Según Gilpin, el
sistema internacional tiene tres dimensiones: el prestigio jerárquico, la división
5
territorial y la economía internacional. Una vez que el sistema internacional se
estructura bajo la hegemonía de un estado dominante, el poder puede distribuirse entre
6
los estados poderosos. La transformación de uno o más de esos participantes poderosos
7
podrá afectar el sistema internacional establecido, que tiende a resistir los cambios.
Según Gilpin, las relaciones internacionales tienen una estrecha conexión causal con un
diferencial en el aumento del poder de los países. Una alteración de ese diferencial de
poder puede desequilibrar el sistema internacional. En el caso de las guerras para
mantener el orden, hay un país que no tiene un mayor poder de amenazar, pero que
desafía al país hegemónico.
El contexto
Sin duda, Estados Unidos ejerce una hegemonía mundial. El poder militar, económico y
tecnológico de ese país es indiscutible. Con todo eso, desde hace un cierto tiempo, China
ha empezado a esbozarse como un posible aspirante a la hegemonía estadounidense,
resultante en su expansión económica y –en particular — en la expansión de sus fuerzas
8
armadas. La figura I, que compara el gasto de China y de los Estados Unidos en las
fuerzas armadas, demuestra la tendencia hacia la reducción de esa diferencia. La menor
9
disparidad ocurrió en 1999. No es nuestra intención alegar que China desafiará a los
Estados Unidos, sino señalar la amenaza inminente de China a la hegemonía
estadounidense, que podrá desatar una guerra —fría o caliente— en la competencia por
la hegemonía mundial.
Sin embargo, el 11 de septiembre demostró a los Estados Unidos que había surgido una
nueva amenaza contra el país, una que sabe aprovechar su vulnerabilidad y causar daños,
especialmente a su prestigio como la mayor potencia del mundo. Es indiscutible que ese
acontecimiento ha tenido un fuerte impacto en el sistema internacional. Sin embargo, la
causa de dicha amenaza no pertenece a los componentes tradicionales del sistema;
además, puede ser planteada por cualquier estado del sistema internacional.
DOS ENFOQUES HACIA LA SEGURIDAD 31
FIGURA 1
Gasto de China y de los Estados Unidos en las fuerzas armadas
Comparado con un misil que se dispara al sistema de defensa y que, con lógica
inmutable, da en el blanco, el terrorista emplea una táctica cambiante al destruirse junto
con su objetivo. Por lo tanto, si bien no es un estado, el terrorista representa una
amenaza a los verdaderos cimientos del sistema internacional. A este respecto, podemos
identificar una variación de la teoría de Gilpin, si bien el efecto sobre la estabilidad es
similar.
Pese a que los terroristas no actuaron en nombre de uno o más estados, se puede
considerar que el ataque terrorista del 11 de septiembre no fue una consecuencia de una
variación en la relación de poder, sino de un desafío a la hegemonía existente, resultando
en una “guerra para mantener el orden” o en la “guerra contra el terrorismo” declarada
por el presidente Bush.
Cabe señalar dos iniciativas del “área crítica de la misión”, denominadas “seguridad del
transporte y las fronteras”, porque son pertinentes para el estudio presente.12 Estas
iniciativas tienen como propósito la creación de “fronteras inteligentes” e incrementar la
seguridad del transporte marítimo de contenedores.
La estrategia medular es la NSHS; todas las demás estrategias y acciones derivan de ella,
incluyendo la NSS. La NSHS puede evaluarse también por su coherencia, ya que no fue
enmendada desde su publicación, en comparación con la NSS, que fue emitida en
septiembre de 2002 y nuevamente en marzo de 2006.
El texto básico consiste de una propuesta del Jefe de Operaciones Navales de la Armada
de los Estados Unidos en la que comenta sobre la capacidad que la Marina de Brasil
16
podrá considerar tener en los próximos veinte o veinticinco años. Según el Almirante
Michael G. Mullen, “la cooperación es de suma importancia, porque ningún país puede
hacer por sí solo lo que se debe hacer”. El almirante recalca que “debemos trabajar en un
entorno combinado” y, añadimos nosotros, es obviamente importante para la seguridad
de los Estados Unidos y para reducir la inestabilidad del sistema internacional.
Entretanto, podríamos decir que de este modo, la Armada de Estados Unidos alcanza
dos objetivos: extender la línea de defensa de los Estados Unidos hacia afuera y mejorar
la seguridad del transporte marítimo de contenedores, todo de acuerdo con el principio
DOS ENFOQUES HACIA LA SEGURIDAD 33
Según la Constitución brasileña, las relaciones internacionales están regidas por diez
principios: la independencia nacional, la prevalencia de los derechos humanos, la
autodeterminación de los pueblos, la no intervención, la igualdad entre los países, la
defensa de la paz, la conciliación pacífica de las disputas, el rechazo del terrorismo y del
racismo, la cooperación entre los pueblos en aras del progreso de la humanidad y la
concesión de asilo político.
FIGURA 2
TECNOLOGÍA POSICIÓN DE LOS ESTADOS UNIDOS
En las universidades de Tema de seguridad nacional (Lista de Alerta
los Estados Unidos de Tecnología)
Etanol de Brasil Acceso a tecnología brasileña
El inciso 3.3 pone de manifiesto cierto interés en los procesos que aportan a la reducción
de la probabilidad de que surjan conflictos en el área estratégica. Esos procesos
comprenden “el fortalecimiento del proceso de integración, las relaciones estrechas entre
los países amazónicos, la intensificación de la cooperación y el comercio entre los países
africanos, facilitado por los lazos étnicos y culturales, así como la consolidación de la
“Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur”. Una vez más, el término “cooperación”
surge como una forma de lograr la paz, y no como una forma de incrementar nuestro
poder militar. Por lo tanto, “el proceso de un desarrollo integrado y armónico de
Sudamérica se convierte en una prioridad que abarca la defensa regional y el área de
21
seguridad”. Podemos ver que Brasil no se preocupa por la hegemonía, sino por “un
orden internacional basado en la democracia, el multilateralismo, la cooperación, la
prohibición de armas químicas, biológicas y nucleares, y el intento de alcanzar la paz
22
entre los países.”
Por último, el inciso 4.8 de la PDN dice que: “Brasil sostiene que el terrorismo pone en
peligro la paz y la seguridad mundial. Condena categóricamente los actos terroristas y
apoya las resoluciones de la ONU, reconociendo que todos los países del mundo deben
trabajar conjuntamente hacia la prevención de las amenazas terroristas y la lucha contra
ellas”. Partiendo de esta premisa, la Marina de Brasil, mediante el Departamento de
Gestión de Puertos y Costas, ayuda a crear iniciativas basadas en el Código Internacional
23
de Protección de Buques e Instalaciones Portuarias. Es un tipo de cooperación,
posterior al 11 de septiembre, en el que participan los países miembros de la
Organización Marítima Internacional (OMI).
En resumen, Brasil está en busca de un camino hacia la paz por el bien de su propia
seguridad, pese a lo utópico que pudiera parecer. Si bien Brasil admite que las amenazas
existen, cree que probablemente no afectarán ni el territorio ni el pueblo brasileño.
DOS ENFOQUES HACIA LA SEGURIDAD 35
Conclusión
En primer término, señalemos las diferencias entre dos conceptos de lo que significa la
seguridad. Para los Estados Unidos, la seguridad nacional depende del poder tecnológico
y militar que apuntala la hegemonía del país. La intención de los Estados Unidos es
incrementar, en la mayor medida posible, su poder hegemónico, con miras a enfrentar
todos los desafíos que surjan en el sistema internacional. Para Brasil, por el contrario, la
seguridad nacional se basa en la creencia en la paz entre los pueblos del mundo y en un
tipo de cooperación bastante diferente al propuesto por los Estados Unidos. El caso de la
transferencia tecnológica facilitada por los países asociados del sur, pero bloqueada por
los países asociados del norte, es un ejemplo de los diferentes enfoques.
La asociación entre la Marina de Brasil y el Comando Sur de los Estados Unidos en aguas
fluviales o marítimas para prevenir el terrorismo y luchar contra él no interesa a Brasil,
porque podrá conducir a algún tipo de intervención. Eso contradeciría uno de los
principios de las relaciones internacionales establecidos en la Constitución de Brasil.
Para poder cooperar con la paz y la seguridad internacionales — incluyendo la seguridad
de los Estados Unidos — la Marina de Brasil deberá hacer frente a todos los tipos de
amenazas terroristas identificadas dentro de su jurisdicción, como lo ha hecho de
conformidad con el Código ISPS. Además, puede integrar medios de comunicaciones
navales en misiones como las del Comando Sur de los Estados Unidos. Este tipo de
interoperabilidad puede ser fundamental para el éxito de las operaciones militares contra
el terrorismo.
Por último, Brasil entiende que los navíos de los Estados Unidos que vengan para
participar en cualquier tipo de esfuerzo de cooperación no deben llevar armas químicas,
biológicas o nucleares ya que, evidentemente, no son apropiadas para luchar contra las
amenazas terroristas y hasta pueden poner en riesgo los intereses de Brasil en la
consolidación de la “Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur”.
36 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
NOTAS
1. Ver Barry R. Posen, “Command of the 14. Denegar a los países en desarrollo el acceso a
Commons: The Military Foundation or U.S. ciencia y tecnología fundamentales para su
Hegemony”. International Security 28, no.1 desarrollo crea un gran impedimento para la
(Verano de 2003). cooperación internacional. Un ejemplo es la
Harvard University List, disponible en
2. En el sentido pragmático de la relación www.hio.harvard.edu.
costo-beneficio.
15. Contraalmirante James W. Stevenson
3. Ver Alyson J.K. Bailes and Andrew Cottey, (conferencia, Seminario Naval Brasileño,
“Regional Security Cooperation in the Early 21st Escola de Guerra Naval, Río de Janeiro, 17 de
Century”, capítulo 4 en SIPRI Year Book 2006: noviembre de 2005).
Armament, Disarmament and International
Security (Oxford: Oxford Univ. Press, 2006) pág. 16. Adm. Michael G. Mullen, cuyo cargo es
1, disponible en yearbook2006.sipri.org/. equivalente al de Comandante de la Marina de
Brasil.
4. Robert Gilpin, “The Theory of the Hegemonic
War”, en The Origin and Prevention of Major 17. Según el contraalmirante Stevenson, ello
Wars, ed. Robert I. Rotberg and Theodore K. significa capacidad las veinticuatro horas del
Rabb (London: Cambridge Univ. Press, 1998), día y los siete días de la semana.
pp. 15-37.
18. A comienzos de los 1990, Brasil tuvo que
5. Estas tres dimensiones dependen de acatar la hegemonía estadounidense y aceptar
demostraciones del poderío político, social, las prioridades cambiantes del gasto público al
económico, militar y tecnológico. establecerse límites sobre el gasto en las fuerzas
armadas, lo que afectó la política de defensa
6. Eso no significa que no hay otros países fuertes. del país. Luiz Alberto Moniz Bandeira,
7. Transformación, por ejemplo, mediante el Formaçao do imperio americano: da guerra
desarrollo económico, militar y tecnológico. En contra a Espanha à guerra no Iraque (Río de
teoría, ciertos componentes del sistema Janeiro: Civilizaçao Brasileira, 2005), páginas
internacional no estarían dispuestos a ceder su 518 a 20.
poderío, total o parcialmente. 19. Orientación brindada por el presidente Bush a
8. Jornal da Ciéncia, disponible en su embajador ante Brasil, Clifford Sobel, sobre
www.jornaldaciencia.org.br/ y BBC Brasil, el acuerdo del etanol: “Traigan a sus científicos
disponible en www.bbc.co.uk/portuguese/ para aquí, traigan sus universidades”
noticias/. [traducción libre], disponible en
clipping.planejamento.gov.br/.
9. Los datos de diseño del cuadro fueron extraídos
del SIPRI y se encuentran disponibles en 20. Ministerio de Defensa de Brasil, Política de
www.first.sipri.org/non_ first/milex.php. Defensa Nacional, aprobada por Decreto Nº
5.484, 30 de junio de 2005, inciso 3.1.
10. Otras estrategias derivadas incluyen: National
Strategy to Combat Weapons of Mass 21. Ibid., inciso 3.6.
Destruction (diciembre de 2002), National 22. Ibid., inciso 4.7.
Strategy for Combating Terrorism (febrero de
2003), The National Military Strategy of the 23. El Código ISPS fue preparado por la Comisión
United States of America (2004), and The de Seguridad Marítima de la Organización
National Defense Strategy of the United States Marítima Internacional (IMO) y aprobado por
of America (marzo de 2005). la Resolución 2 de la Conferencia Diplomática
SOLAS de 1974 durante una reunión celebrada
11. National Strategy for Homeland Security del 9 al 13 de diciembre de 2002 en Londres.
(Washington, D.C.: Office of Homeland
Security, julio de 2002), p. vii, disponible en 24. En la segunda mitad del siglo pasado, Cuba, la
www.whitehouse.gov/homeland/book/. República Dominicana, Granada, Panamá y
Haití fueron ejemplos de países
12. Ibid., p. viii. latinoamericanos invadidos por Estados
13. Ibid., p.x. Unidos.
5
Los intereses nacionales contenidos en esos grupos de intereses originaron las políticas
públicas que fueron dando, junto a las circunstancias que gobernaban la vida entre las
diferentes naciones del orbe, los fundamentos de la estrategia marítima de la nación. Si
bien en todas las etapas de su vida como Nación existió la necesidad de desarrollar una
estrategia marítima, en la medida que fuimos creciendo, esa estrategia pasó a ser cada vez
más importante.
Cuando nace la patria, en 1810, nuestros prohombres tuvieron que resolver dos grandes
problemas que requirieron urgente atención. Lo ocurrido el 25 de mayo en Buenos Aires
había que trasladarlo a las otras ciudades construidas a lo largo de los caminos que unían
el Alto Perú y la Capitanía de Chile con el puerto en el Río de la Plata. Urgía incorporar
al sueño de Buenos Aires a las restantes ciudades. Y el segundo problema consistía en
cómo esta nueva nación se iba a relacionar con el mundo para ser tolerada e incluso
ayudada, a tomar el físico necesario que asegurara su supervivencia.
La amenaza mayor a estos propósitos era, evidentemente, la que podría provenir del mar
y la materialización de la misma estaba, precisamente, en ese punto estratégico que era la
boca del Río de la Plata. El General José Francisco de San Martín consideraba que una
buena estrategia naval brindaría la mejor cobertura que sus espaldas podían requerir
para su obra libertadora de América. Así valorizó al combate naval de Montevideo como
el mejor aporte recibido para su campaña libertadora.
Otro patriota como Juan Manuel de Pueyrredón, en función de gobierno, al igual que el
General San Martín, reconocían la importante contribución a la formación de la Nación
del accionar propio en el estuario del Río de la Plata y sus alrededores.
Era necesario integrar a las provincias incorporadas a la patria Argentina. Para hacerlo,
Juan Bautista Alberdi, uno de los hacedores de nuestra constitución, sugirió al entonces
presidente Nicolás Avellaneda “educar”, pero no para cualquier cosa sino para que los
argentinos supieran extraedle a la tierra las riquezas que esta poseía. Así nació, en la
mitad norte del País, el granero del mundo.
También había que unir al patrimonio nacional la mitad del sur del país, la “Patagonia”.
El gobierno Nacional, como consecuencia de lo dispuesto por el Congreso de la Nación
HACIA UNA ESTRATEGIA MARÍTIMA 39
emprendió la “Campaña del Desierto” e incorporó efectivamente los territorios del Sur a
la soberanía argentina.
Por último, había que relacionarse con el mundo que ahora era diferente y que
reconocía al Reino Unido como la potencia dominante. Se decidió comerciar con el
exterior apoyándose precisamente, en la potencia dominante, logrando el país, en pocos
años, una transformación espectacular a punto tal de ser considerado una de las
primeras y más promisorias naciones.
Hoy
Después fue otra historia. El mundo cambió en 1930 y los argentinos no nos
apercibimos debidamente de estos cambios. Se continuó con la política anterior sin
introducir las modificaciones que la evolución mundial señalaba como convenientes de
realizar y lentamente empezamos a declinar como Nación hasta llegar a nuestros días.
Hoy estamos ingresando en el siglo en que las naciones se apropiarán del mar. Los
estados ribereños tiene una enorme responsabilidad para mantener bajo su soberanía lo
que en la ley del mar está establecido. Argentina es poseedora de la 8va. plataforma
marítima. Enorme y riquísima extensión con posibilidades de explotación sustentable de
recursos muy valiosos.
Todo esto en un mundo mucho más cercano, donde los actores se multiplican por
doquier, donde varias tendencias de diferente índole impulsan a las naciones a moverse
acertadamente y con presteza para alcanzar su bienestar y desarrollo.
A diferencia de las generaciones que nos precedieron, nosotros tenemos ante nuestra
vista cuatro grandes grupos de intereses:
· Necesitamos desarrollar la mitad norte de nuestra Patria, aquella que la generación del
año 1880 transformó en el granero del mundo. Necesitamos hacerlo para que el objeto
de riqueza que ella posee sea explotado en su mejor forma y alcance.
· Por otro lado, nos urge adecuar la integración de la Patagonia a la vida del País,
dándole a su transformación un sentido que, además de sustentable, sea atractivo
mutuamente con el resto de las regiones argentinas.
· Enfrentamos la tarea de incorporar el mar, aquel que genuinamente nos pertenece y
que el mundo reconoce como tal, al patrimonio nacional. No podemos quedarnos
con la declamación de soberanía.
· Por último, surge como conveniente seguir conectados con el mundo de la mejor
manera posible, teniendo en cuenta que la potencia hegemónica es los Estados
Unidos, que en el mundo se observan, además de ella, otros dos focos de poder, uno
40 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
Pero vayamos al “vivir” y “convivir” de los argentinos del hoy, observados a través del
prisma de estos cuatro grupos de intereses. El “Desarrollo de la mitad norte del país,
fundamentalmente de la Cuenca del Plata”, amerita la generación de una “geoestrategia
para la integración regional”.
El desarrollo del potencial de la Cuenca más rica del subcontinente depende de las
decisiones que adopten los países pertenecientes a ella. Este potencial es enorme y
mucho más enorme y sustentable será, si las decisiones son producto del razonamiento y
la negociación previa entre estos países. No existen problemas de difícil solución toda
vez que la Cuenca del Plata es una Cuenca que corre en el sentido de los meridianos, lo
que la hace totalmente aprovechable con diversidad de posibilidades para cada latitud.
De esta zona sale la mayor parte de la riqueza argentina que se comercia con el mundo y
este comercio sigue dos grandes itinerarios: el primero que va hacia Europa y/o los
Estados Unidos siguiendo una ruta hacia el norte por el Atlántico bordeando el Brasil o
la costa oeste de África, y el segundo que se dirige al resto de África, Asia u Oceanía a
través del Cabo de Buena Esperanza. En esta mirada, la boca del Río de la Plata se
evidencia como un punto estratégico de envergadura, tal cual lo fue desde antes del
nacimiento de nuestra patria. Existe una tercera ruta que busca el sur del continente a
través de los pasos bioceánicos ente Chile y Argentina. Si bien menos importante
comercialmente, requiere una permanente consideración. Muchas cuestiones derivadas
de esta simple descripción constituyen incentivos para estrategias particulares y
operativas.
los brinda la tierra y esta tierra es, en su mayoría, la Patagonia. También surge lo que ya
viera la generación de 1880. La integración de la Patagonia a la Nación tendrá, en la
“autopista marítima” (unión entre la desembocadura del Río de la Plata y los pasos
bioceánicos del sur) su mejor herramienta. Precisamente por esto es que ellos encararon
con decisión la construcción de bases y puntos de apoyo marítimos hacia el sur del Río
de la Plata. Hay que actualizar ese esfuerzo ahora ampliado por el soporte que
necesariamente requerirá la “explotación del mejor camino a la Antártida”; las tareas
derivadas del futuro comercio exterior de cada uno de los compartimentos del terreno
ya mencionados; y las tareas de apoyo requeridas por la incorporación del mar a nuestro
patrimonio, de acuerdo a la Convención del Mar.
Probablemente es el que genere, desde el punto de vista estratégico más tareas. Si vamos
a incorporar el mar no podemos quedarnos con los títulos y declamaciones. Hay que ir
hacia el mar y estar en el mar. Para ello, no podemos dejar de mencionar que los
argentinos recién empezamos a manifestar nuestra real vocación por asimilar al
patrimonio nacional estos territorios. Como ya lo mencionara, ocurre que la Argentina
se construyó desde la tierra hacia el mar; que la secuencia de esta construcción fue
precisamente el orden en que hemos señalado estos grupos de intereses, lo que hace que
recién ahora arribemos masivamente a la consideración de lo que es nuestro en el mar.
Lo que preocupó de siempre a los hombres de mar empieza a interesar ahora a todos los
argentinos. Esto obliga, desde un punto de vista estratégico, a una urgente y seria
educación al respecto.
Por último, nuestra existencia como Nación y la labor de quienes nos precedieron
fueron creando obligaciones y acuerdos internacionales que no podemos dejar de
cumplir y que requieren nuestra presencia efectiva (por ejemplo las tareas SAR –
salvamento y rescate en el mar) en lugares muy alejados de nuestros apostaderos. Esto
involucra esfuerzos que implican la utilización de recursos significativos en forma
permanente e ineludible.
Nuestra relación con el mundo constituye nuestro “cuarto grupo de intereses”. Relación
cada vez más interdependiente, que exige un permanente dar pruebas de confiabilidad,
que contiene amenazas que van más allá de las derivadas de las relaciones entre estados,
que exige cooperación creciente; que muestra tendencias en lo geopolítico hacia la
integración regional; en lo económico a sufrir problemas de adaptación a la economía
mundial que durarán bastante tiempo; en lo social hacia los movimientos migratorios
sin control; en lo tecnológico a la conformación de estructuras transnacionales sobre las
que es difícil el control y al aumento de brechas entre ricos y pobres.
La estrategia marítima debe contribuir a que el Atlántico Sur sea una zona de paz y
armonía con lo que ha sido hasta el momento. La correcta y segura comunicación
Atlántico Norte – Atlántico Sur; lo mismo que por el Cabo de Buena Esperanza; y los
pasos bioceánicos Atlántico – Pacífico; el facilitar el mejor camino hacia la Antártida;
serán aspectos resultantes de ello.
42 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
NOTA
1. Argumento esgrimido por el secretario del
Consulado Real, don Manuel Belgrano y
González, al crear la Escuela Real de
Navegación en 1799, “la primera Escuela
Náutica del Virreinato”,
www.escueladenautica.edu.ar
SUGERENCIAS PARA UNA
NUEVA ESTRATEGIA
MARÍTIMA DE LOS
ESTADOS UNIDOS
Parte uno
Ensayos de las Américas
6
E ste ensayo intenta definir con claridad las áreas de cooperación que se pueden
establecer entre la Armada de Chile y la Armada de los Estados Unidos, teniendo en
cuenta las distintas alternativas de una nueva estrategia naval para los Estados Unidos.
Para comenzar, nos referiremos al fenómeno de la globalización y su influencia en la
realidad contemporánea mundial. Después analizaremos los problemas derivados de la
globalización y cómo afectan el sistema internacional, destacando las deficiencias de las
organizaciones que se supone iban a resolverlos. Mostraremos después la manera en que
Chile participa en un mundo afectado por la globalización, señalando que lo hace
observando y ejercitando la ley internacional en calidad de miembro activo de las
Naciones Unidas y las organizaciones regionales.
Después mencionaremos el hecho que un estado oceánico como Chile sólo puede
prosperar en un entorno de estabilidad, seguridad y respeto por la ley internacional. En
ese sentido, observaremos las similitudes entre los conceptos de “alerta en el espacio
marítimo” (maritime domain awareness) de los Estados Unidos y “Mar presencial” de
1
Chile, que persiguen objetivos muy similares en lo que hace a estrategia marítima.
Remarcaremos el hecho de que la seguridad marítima es responsabilidad de todos, y por
lo tanto debemos contribuir en forma proporcional y de acuerdo a nuestra capacidad,
nuestras leyes y nuestros intereses nacionales. Compararemos los objetivos estratégicos
de los Estados Unidos y los intereses nacionales chilenos, determinando los posibles
campos de cooperación.
Visión estratégica
Otro elemento crucial del mundo actual es la preocupación por los seres humanos y sus
derechos, como también la democracia, el libre comercio y la interconectividad.
Además, si bien el actor principal sigue siendo el estado, hay también varios otros: las
organizaciones internacionales, las organizaciones no gubernamentales e individuos
cuyas opiniones deben ser tenidas en cuenta.
Los cambios ocurridos en las décadas pasadas han afectado el sistema internacional,
exponiendo las deficiencias de algunas organizaciones que fueron creadas originalmente
para satisfacer las necesidades de otras épocas y para resolver problemas que ya no
existen. Ignacio Walker, ex ministro de relaciones exteriores de Chile, describe esta
situación:
libertades que imperan en los espacios comunes, buscar estar atento, observar y tomar
parte en las actividades que allí se llevan a cabo; pero también está preparado para
defenderse de las amenazas que provengan de los espacios marítimos no sujetos a
jurisdicción. Es por ello que se estima que el concepto de “maritime domain awareness”
tiene ciertas similitudes con nuestro concepto de Mar Presencial.
Somos conscientes del hecho que la seguridad marítima es una responsabilidad común,
y que debemos contribuir conforme a nuestras capacidades. Es por eso que Chile
participa activamente en las conferencias marítimas relacionadas con el tema, y en
particular en la Organización Marítima Internacional.
Estamos de acuerdo en que la idea de la seguridad marítima global no es sólo una tarea
para las armadas y los servicios de guardacostas. En palabras del Captain Bruce Stubbs,
USCG, en su trabajo “Making the 1000-ship Navy a Reality,” “La seguridad marítima es
más que la seguridad física y la disuasión ejercitada por buques de patrulla y las
aeronaves de una flota global. La seguridad marítima se alcanza combinando las
actividades públicas y privadas de seguridad marítima a escala global, generando así un
esfuerzo comprensivo e integrado que confronte todas las amenazas marítimas. La
seguridad marítima demanda una asociación cercana entre gobiernos y el sector privado
para establecer un régimen riguroso de prevención para la seguridad marítima.”7
Por lo tanto, Chile está dispuesto a cooperar, en la medida de sus posibilidades, con la
estrategia marítima de los Estados Unidos, teniendo en cuenta el interés nacional, las
motivaciones humanitarias y el orden legal internacional.
PERSPECTIVAS DE LA ARMADA DE CHILE 49
De lo anterior se desprende que los últimos tres objetivos de los Estados Unidos están
directamente relacionados con los intereses nacionales de Chile. También encontramos
similitudes en las pautas básicas para “preservar la libertad de los mares, facilitar y
defender el comercio, y facilitar el movimiento de bienes y personas deseables a través de
9
nuestras fronteras, impidiendo la entrada a personas y materiales peligrosos”.
Los Estados Unidos vislumbran una serie de tareas para su armada a las que la Armada
de Chile podría contribuir por medio de su estrategia. Estas tareas se clasifican en tres
áreas de acción: defensa nacional, llevadas a cabo por medio de una acción conjunta con
las fuerzas armadas de Chile; participación internacional, que incluye trabajos conjuntos
y probablemente combinados; y tareas relacionadas con la protección y promoción de
los intereses marítimos, que se llevan a cabo en coordinación con otras organizaciones
gubernamentales y son de importancia económica primordial.
La interesante iniciativa de cooperación llamada la “armada de los mil navíos” parece ser
un instrumento realista y práctico para confrontar uno los desafíos más grandes del
mundo globalizado, donde el éxito depende de las comunicaciones marítimas. Una
interrupción, aunque sea parcial, del transporte marítimo puede causar una falla
50 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
Nuestras armadas han estado participando en ejercicios combinados durante los últimos
cincuenta años, y últimamente estas actividades han crecido significativamente.
Tomemos como ejemplo el año 2007 (ver el cuadro a continuación): una fragata chilena
se integró a un grupo expedicionario de superficie de los Estados Unidos, un submarino
chileno brindó apoyo de entrenamiento a la tercera flota de los Estados Unidos durante
cinco meses, y Chile participó en los ejercicios PANAMAX, UNITAS y TEAMWORK
SOUTH de 2007. Ésta es una realidad, y si bien se trata sólo de ejercicios, la participación
de Chile destaca nuestro interés en mejorar la interoperabilidad en todas las áreas,
porque creemos firmemente que ésa es la mejor manera de estar lo más preparado
posible para contribuir de manera efectiva, no simbólica, cuando llegue el momento.
Igualmente importantes son los crecientes esfuerzos interactivos de otras agencias, como
el Servicio de Guardacostas de los Estados Unidos y la Dirección General del Territorio
Marítimo (DGTM) de Chile para compartir actividades de corto plazo, como la
incorporación de oficiales y personal enlistado a bordo de navíos del Servicio de
Guardacostas de los Estados Unidos, un proyecto derivado del Comité Naval
Operacional (ONC) Estados Unidos-Chile; visitas chilenas realizadas a bases del Servicio
de Guardacostas de los Estados Unidos; intercambio de experiencias navales en
conferencias formales, como el ONC; ejercicios multinacionales como PANAMAX; y
entrenamiento para oficiales en la estación del Servicio de Guardacostas de los Estados
Unidos en Georgetown, Carolina del Sur.
Restricciones
Un enfoque realista del problema que estamos analizando reflejará el hecho que los
intereses nacionales de Chile y los Estados Unidos son de distinta magnitud. Esto
conlleva distintas motivaciones para el uso de la fuerza. La Política de Defensa Chilena
acepta el uso coercitivo de fuerzas para autodefensa y otras acciones respaldadas por
resoluciones de la ONU.
Por otro lado, a pesar de la lentitud de los esfuerzos de la ONU para establecer normas
adecuadas, y del hecho que los “acuerdos bilaterales” pueden ser más expeditos, es
preferible que nuestros líderes políticos electos democráticamente, y la sociedad civil en
general, desarrollen una cooperación naval con los Estados Unidos dentro del marco de
la CNUDM y la Organización Marítima Internacional.
· Contrainsurgencia
· Contra-proliferación de armas de destrucción masiva
· Defensa antiaérea y antimisil
· Operaciones de información.
Del análisis de estas trece áreas de misión y comparándolas con los ámbitos de acción
que ha definido la Armada de Chile, se desprende que existe compromiso o voluntad de
12
cooperación en las siguientes:
· Presencia naval
· Respuesta de crisis
· Proyección del poder
· Operaciones de seguridad marítima
· Control del mar
· Disuasión
· Cooperación de seguridad
· Operaciones civiles-militares
· Operaciones de información
· Contraterrorismo
· Contrainsurgencia
Otras
Chile ha ofrecido a las Naciones Unidas una serie de recursos reservados en el término
de catorce días para realizar operaciones bajo el comando de las Naciones Unidas,
incluyendo:
· Una fragata con helicóptero
PERSPECTIVAS DE LA ARMADA DE CHILE 53
La Armada de Chile y la Armada de los Estados Unidos han hecho avances en este
aspecto. Ésta última ha realizado contribuciones significativas, pero este apoyo tiene que
convertirse en permanente. También es importante tener en cuenta que si bien estamos
desarrollando interoperabilidad entre armadas, para poder lograr una cooperación
efectiva esa interoperabilidad tiene que construirse junto con otras entidades, como las
agencias de cumplimiento de las leyes internas (por ejemplo, las aduanas y las fuerzas
policiales).
común. La conectividad es un aspecto muy sensible, que incluye el acceso a una base de
datos altamente protegida, un sine qua non.
A nivel táctico, la adquisición por parte de la Armada de Chile de nuevas unidades con
equipos de la OTAN, y la disposición de la Armada de los Estados Unidos a respaldar las
necesidades de las operaciones combinadas, contribuyen a un alto nivel de conectividad
entre las dos armadas. Esta conectividad se ha ensayado exitosamente durante los
ejercicios multinacionales RIMPAC y otras operacionales navales bilaterales.
Los intercambios a nivel operacional han sido menos significativos. Hay oficiales
chilenos estacionados con las flotas del Pacífico y el Atlántico, como también en el
Comando Sur de los Estados Unidos, pero no es posible comparar este nivel de
interacción con el nivel táctico descrito anteriormente. No obstante, hay oportunidad
para mejorar en el área de recursos humanos y otras áreas, como por ejemplo las
imágenes marítimas de zonas de interés común.
Otro elemento importante para lograr una contribución efectiva a la seguridad global es
una estructura de respuesta rápida. La Armada de Chile, además de los esfuerzos
realizados para mejorar y completar su red de información, está respondiendo a este
desafío en dos áreas:
· Comprometiéndose con las Naciones Unidas a mantener en un alto nivel de
alistamiento a las fuerzas para respuesta inmediata antes mencionadas, toda vez que
los mandatos de esa organización así lo demanden.
· Mediante el desarrollo de medios capaces de reaccionar oportunamente para enfrentar
los desafíos que se presenten en sus aguas jurisdiccionales.
Consideraciones finales
La Armada de Chile es consciente del hecho que vivimos en un mundo cambiante, y que
Chile no podrá evitar nuevas situaciones y los efectos que las mismas puedan llegar a
provocar. Estos cambios crearán nuevos desafíos que habrá que confrontar.
La prosperidad de Chile se basa en el libre comercio. Ahora que el país está abierto al
mundo, sólo puede crecer en un ambiente de estabilidad, seguridad y respeto por la ley
internacional y los acuerdos con los miembros de la comunidad internacional. La
protección de este ambiente es vital para la seguridad y el progreso de Chile. Es por eso
que Chile debe cooperar. El aislamiento no es una opción; por el contrario, la historia
exige que Chile participe activamente en la escena internacional, contribuyendo a
gobernar la globalización y a desarrollar nuestra región.
PERSPECTIVAS DE LA ARMADA DE CHILE 55
Debido a ello, la Armada de Chile está preparada para contribuir al avance de los
intereses regionales y globales. Esta contribución proviene de la necesidad de defender
los intereses nacionales, motivaciones humanitarias y el respaldo a sistemas
internacionales regionales y multilaterales.
56 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
Notas
1. Ignacio Walker, “La política exterior chilena” del Instituto Naval de los Estados Unidos, 133,
[Chile’s Foreign Policy], Revista de Estudios no. 1 (enero de 2007), p. 60.
Internacionales, 2006, p. 14.
7. Departamento Naval de los Estados Unidos,
2. Ibid., p. 16. Naval Operations Concept 2006 (Concepto de
Operaciones Navales de 2006) (Washington,
3. Convención de las Naciones Unidas sobre el D.C.), p. 7.
Derecho del Mar, disponible en
www.un.org/depts/los/convention. 8. Ibid., p. 8.
5. En abril de 2006, Chile patrocinó el Foro de 11. Rear Adm. Eri Solis (Ret.), Reflexiones
Agencias de Seguridad Marítima de político-estratégicas (Academia de Guerra Naval
Asia-Pacífico, creado por la iniciativa de de Chile, 2006), p. 166.
Comercio Seguro en la Región de la 12. No obstante, el Libro de la Defensa Nacional de
Cooperación Económica de Asia Pacífico Chile 2002 [Ministerio de Defensa, 2003])
(CEAP). señala en la página 64 que “que el rol de las
6. Capitán Bruce B. Stubbs, USCG (Ret.), “Making Fuerzas Armadas es respaldar a las autoridades
the 1000-Ship Navy a Reality” (Cómo hacer del país (es decir, mantener el orden y la
realidad la armada de mil navíos). Actuaciones seguridad)”.
7
E l mar es la vía de cerca del 90 por ciento del comercio internacional total, una
actividad básica que asegura la expansión económica y la estabilidad de los países.
Además, una parte significativa de la producción mundial de petróleo y gas proviene del
mar. El mar también es potencialmente una fuente considerable de recursos naturales, si
bien en la actualidad la gran cantidad de recursos naturales en el lecho marino no es
recuperable económicamente. La explotación de los recursos marinos renovables, como
el pescado, es otro factor de gran importancia para la economía de un número de países.
Este rico patrimonio permanece relativamente seguro, a pesar de que de tanto en tanto
está perturbado por actos terroristas relativamente insignificantes y por actos ilícitos
perpetrados por piratas. Sin embargo, muchos líderes mundiales consideran que a causa
de su importancia para sus países y en vista de la dificultad de mantener un control
efectivo, es probable que, en el futuro cercano, el mar pase a ser el blanco de numerosas
amenazas a la seguridad marina. Esas amenazas podrán incluir piratería, narcotráfico,
tráfico humano y esclavitud, entrada ilegal a zonas económicas exclusivas, interrupción
del comercio, delito organizado, ataques contra el medio ambiente, extremismo político
y religioso y terrorismo.
Los actos mencionados arriba, además de otros que se discutirán más adelante en este
trabajo, fueron un factor determinante que impulsó a muchos países, encabezados por
los Estados Unidos, una potencia mundial hegemónica, a iniciar estudios para examinar
un enfoque integrado de todos los países dirigido a garantizar la seguridad marina en el
mundo entero. La participación de un gran número de marinas en la evacuación de
ciudadanos libaneses durante el conflicto reciente entre Israel y Hezbolá fue un ejemplo
de esa cooperación.
58 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
El propósito de este trabajo es analizar esos hechos, especialmente los que tienen que ver
con la nueva estrategia marítima a ser establecida por los Estados Unidos.
El panorama estratégico
Según este punto de vista, la seguridad de la patria es la primera prioridad del país, y la
primera línea de defensa de la nación se halla situada en el extranjero. Por lo tanto, las
amenazas al territorio norteamericano se deben eliminar en sus orígenes y con la
cooperación efectiva de los países aliados.
Para poder alcanzar estos objetivos se tendrán que eliminar – o al menos reducir
considerablemente – ciertas vulnerabilidades: la habilidad norteamericana de lidiar con
los problemas de seguridad en el mundo es insuficiente, los países aliados y asociados
podrán decidir no actuar de manera integrada o perder su habilidad de actuar de manera
integrada, muchos países resienten la predominancia norteamericana en la solución de
los problemas del mundo y se oponen a la manera en que actúa Estados Unidos y,
finalmente, los Estados Unidos y sus aliados serán el blanco principal de los ataques
terroristas.
El Contraalmirante Martoglio habló sobre los temas que, en su opinión, eran los puntos
principales de la estrategia nacional para alcanzar la seguridad marítima y las medidas de
mayor prioridad para garantizar la libertad de los mares, el acceso a los puertos, la
libertad de navegación en aguas internacionales y el paso inocente. El Contraalmirante
Martoglio finalizó su discurso presentando un diagrama de asociaciones y coaliciones
según el que se crearía la integración deseada de países deseosos de establecer y mantener
la seguridad marítima.
Otro diagrama representó la “red global”. La estructura apoyada por el diagrama está
dividida en tres partes. En la primera parte, la base, están los puertos, las aguas
territoriales, las zonas económicas exclusivas y las líneas limítrofes. Este nivel se refiere a
los países individualmente. En la parte del medio están los estrechos internacionales, las
UN PUNTO DE VISTA BRASILEÑO DE LAS INICIATIVAS MARÍTIMAS DE LOS ESTADOS UNIDOS 59
aguas regionales, los límites y las aguas archipelágicas. Este nivel está vinculado
directamente a iniciativas de seguridad nacional y está basado en asociaciones regionales
como la Coordinación del Área Marítima del Atlántico Sur, o CAMAS. Con la
participación de Brasil, Paraguay, Uruguay y Argentina, CAMAS realiza control naval y
protección del tráfico marítimo continental, con el fin de asegurar el uso de las vías de
comunicación marítimas de interés. La parte superior de la pirámide incluye las líneas
limítrofes y el mar abierto.
FIGURA 1
Oportunidad de asociarse a la coalición
FIGURA 2
Creación de la red global
60 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
Esta nueva situación está representada por la globalización, cuyos tres efectos principales
señalan la necesidad de formular una nueva estrategia marítima. Estos efectos incluyen la
creciente interdependencia de los mercados y las economías del mundo. La mayor parte
del comercio mundial depende del mar y, por lo tanto, la seguridad marítima es
fundamental para todos los países. La búsqueda de nuevos yacimientos de petróleo y el
mantenimiento de los pozos existentes en el mar podrá generar conflictos entre países, lo
que presenta otro problema de seguridad. Finalmente, la globalización generó lo que
algunos autores llaman “enemigos de cuarta generación”: terroristas, traficantes de
armas de destrucción masiva, organizaciones delictivas, contrabandistas,
2
narcotraficantes y piratas.
Otro motivo para la formulación de una nueva estrategia es que la naturaleza de los
cambios en las operaciones militares está forzando a todas las potencias a reevaluar sus
estructuras y doctrinas, porque es muy probable que la información pase a ser el recurso
más valioso de la guerra.
Como si los motivos que anteceden no fueran suficientes, los ataques terroristas de 2001,
que ocurrieron cuando Estados Unidos estaba enfrentando una recesión, condujeron a
un aumento en los gastos de defensa del país, sumado al costo de la guerra de Afganistán
y, posteriormente, la de Irak. Esas guerras forzaron un aumento del déficit
presupuestario, lo que a su vez causó que el presupuesto de la Marina estuviera bajo
mucha presión. Arrinconada por esos hechos y presionada por la declaración del ex
secretario de Defensa Donald H. Rumsfeld de que “la guerra mundial contra el
terrorismo confirió un nuevo impulso y un sentido de urgencia a los esfuerzos de
transformación en curso y a una nueva determinación de convertir las fuerzas armadas
de los Estados Unidos en una fuerza más ágil, eficiente y expedicionaria, lista para
enfrentar los desafíos asimétricos de un tiempo nuevo e incierto”, la Armada de los
Estados Unidos se vio forzada a escoger entre reducir proporcionalmente sus recursos de
lucha y dar prioridad a un tipo de combate en lugar de otro o tomar nuevas medidas
3
para aumentar su capacidad sin aumentar el número de sus navíos.
Según algunos autores estadounidenses, la Armada de los Estados Unidos necesita una
amenaza y una estrategia que le permita combatir amenazas asimétricas. Sin ello, estará
compitiendo en posición desventajosa con otras fuerzas por recursos presupuestarios
4
escasos.
UN PUNTO DE VISTA BRASILEÑO DE LAS INICIATIVAS MARÍTIMAS DE LOS ESTADOS UNIDOS 61
Eso condujo a una discusión sobre la participación de los países aliados y asociados en
esta nueva estrategia.
Así, la nueva política debe ser fruto del consenso entre todos los sectores involucrados,
incluyendo ciudadanos, políticos, las fuerzas armadas, los países aliados y las empresas
privadas, además de contener aspectos relacionados a la asistencia humanitaria, la
asistencia cuando ocurren desastres y las operaciones previas a los conflictos. En el
contexto interno de los Estados Unidos, el CNO consideró importantísimo llevar la
discusión sobre la capacidad marítima del país y la importancia de la Armada para el
futuro del país a nivel de una agenda nacional.
Los efectos a ser obtenidos por la nueva estrategia eran los siguientes: dominar el mar
abierto y las aguas internas y costeras, según sea necesario para proporcionar capacidad
naval a las fuerzas navales combinadas, así como otras capacidades de índole
interdependiente, conforme a las solicitadas por la fuerza combinada; mantener una
presencia avanzada dirigida a atacar y desmantelar las redes terroristas y las campañas
convencionales; apoyar la fuerza combinada actuando para desanimar a otras
naciones-estados potencialmente adversarias, así como las amenazas transnacionales,
profundizar la cooperación con las fuerzas navales de los socios estratégicos y de los
socios emergentes; moldear y alinear la infraestructura costera para proporcionar un
apoyo efectivo a la escuadra; dimensionar, capacitar y motivar a los recursos humanos y
7
reducir el estrés de la fuerza combinada.
62 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
La actuación conjunta con otras marinas se debe realizar con una mayor cooperación en
el nivel operacional y en los asuntos tecnológicos. También se debe prever un aumento
del intercambio de información y un mayor número de ejercicios multinacionales.
En resumen, se espera que la nueva estrategia obtenga el apoyo del pueblo americano, así
como el respaldo internacional, y que sea apropiada para los desafíos del siglo XXI. La
nueva estrategia debe poder combatir un solo enemigo, como lo hacían las estrategias
anteriores y, a la vez, ser capaz de atacar las amenazas de cuarta generación. Debe hacer
hincapié en elementos que fomenten la seguridad regional, cooperativa y multilateral,
con responsabilidades compartidas y mecanismos ágiles que posibiliten las acciones
operacionales oportunas. También debe asegurar la libertad de las líneas de
comunicación y del tráfico marino, prevenir y combatir el terrorismo y las actividades
delictivas en el mar, las vías fluviales y las áreas portuarias, prestar asistencia humanitaria
o socorro a las víctimas de desastres naturales y restringir los daños al medio ambiente.
Por el otro lado, es un hecho conocido que el bienestar económico del pueblo
estadounidense y de todo el mundo dependerá en gran medida del comercio que circula
por los mares, lo que hace que la seguridad marítima sea fundamental para todos. Todos
los países consideran que defenderse contra el terrorismo es tan importante como la
protección del comercio marítimo. Por lo que antecede, la nueva estrategia marítima
debe considerar que si todos se benefician de la seguridad colectiva, a todos compite
compartir la obligación de preservar esa seguridad controlando las amenazas en sus
respectivos dominios.
La idea de una escuadra de mil navíos, la piedra fundamental de esta nueva estrategia, se
apoya en estos hechos. Esa fuerza, a estar compuesta por trescientos navíos
estadounidenses y setecientos navíos de otras marinas, funciona con la idea de
restablecer la profundidad estratégica perdida y la concientización marítima global.
Otra idea, concebida junto con la de la escuadra de mil navíos, es la “Estación de Flota
Global” (Global Fleet Station, GFS). La GFS consistiría de un “comando” y una “base” a
ser empleados por organizaciones militares, no gubernamentales e internacionales, que
se concentrarían en la seguridad marítima regional. Cada GFS tendría un navío de
comando, uno o más navíos de superficie de menor tamaño y tal vez una unidad
ribereña y helicópteros. La GFS también dispondría de un centro de información,
instalaciones médicas y otros tipos de apoyo. La idea de crear las GFS provino del CNO,
8
que cree que las GFS podrán aportar a la creación de una capacidad de reacción flexible.
Un aspecto importante que se debe tener en cuenta sobre la puesta en práctica de esta
escuadra tiene que ver con la interoperabilidad necesaria entre las fuerzas. Por lo general,
UN PUNTO DE VISTA BRASILEÑO DE LAS INICIATIVAS MARÍTIMAS DE LOS ESTADOS UNIDOS 63
las marinas tienen reglas, sistemas y procedimientos diferentes. Por lo tanto, las
cuestiones relacionadas con el comando, el control y la tecnología se podrán convertir en
desafíos a ser superados, lo que requeriría una estandarización de los equipamientos y
procedimientos.
Los Estados Unidos consideran que la idea de una escuadra de mil navíos y de GFS ha
estado recibiendo apoyo efectivo de un número de países, un hecho demostrado por la
cooperación internacional en la evacuación de ciudadanos durante la invasión reciente
del Líbano, que contó con la participación de 170 navíos de diecisiete países. Está
también en pleno desenvolvimiento la instalación de una base en la costa africana,
específicamente en Sto. Tomé y Príncipe, que tendrá la capacidad de vigilar una gran
parte del Océano Atlántico Sur. A cambio de ello, y dentro del espíritu de la nueva
estrategia de colaboración con todos los países, los Estados Unidos afirman que el centro
colaborará con los africanos en el control de la pesca ilegal, la piratería y la inmigración
9
ilegal. Recientemente, en un simposio realizado en Europa en el que participaron países
de ese continente, así como de México, Singapur y la Organización Marítima
Internacional (International Maritime Organization, IMO), el asunto fue ampliamente
discutido y, en principio, aceptado por los países participantes.
La nueva estrategia debe ser capaz de superar tres tipos de obstáculos diferentes.
Primero, la nueva estrategia debe ganarse la confianza de los que tendrán la
responsabilidad de hacerla funcionar, es decir el personal de la Armada de los Estados
Unidos. Segundo, tiene que convencer a los políticos que la analizarán. Finalmente, tiene
que ser persuasiva para amigos y aliados, así como una amenaza para los adversarios.
Esto último parece ser lo más difícil de ser superado. De hecho, la nueva estrategia puede
ser considerada como una revisión contemporánea de la teoría de Mahan del poder
naval y como una nueva forma de imperialismo americano.
Sobre este último aspecto cabe realizar un comentario pertinente. La ascensión de los
Estados Unidos a la condición de líder mundial, a pesar de las innegables ventajas
provenientes de ello, da a los Estados Unidos la responsabilidad de ejercer la función de
policía del mundo, algo que no siempre es una situación envidiable. También contribuye
al rechazo de algunos países de algunas de las posiciones defendidas por los Estados
Unidos o de políticas adoptadas por diversos gobiernos estadounidenses, como en el
caso de Irak, en el que el gobierno de los Estados Unidos actuó sin tener en
consideración las decisiones de los organismos internacionales. También cabe señalar
que ese país, que ahora está dispuesto a depender del apoyo internacional en el área de la
seguridad marítima, es el mismo país que hasta el momento ha rehusado ratificar la
Convención de las Naciones Unidas para el Derecho del Mar (CONVEMAR).
64 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
Si bien al principio de este trabajo se mencionó la postura del CNO de que la soberanía y
la autodeterminación de los pueblos deben ser totalmente respetadas, la mayoría de los
países no confiarán en alguien que, respaldado en su poder militar, ignora las decisiones
del consenso de las naciones.
Por esos motivos, nuestras principales áreas de seguridad son el Atlántico Sur, donde
están situadas nuestras fuentes principales de energía (gas y petróleo) y las Amazonías
Azul y Verde. La Amazonía Verde es, por supuesto, la región amazónica brasileña
reconocida internacionalmente, cuya selva ha sido llamada los “pulmones del mundo”.
Abarca cuatro millones de kilómetros cuadrados, vastos suministros de agua dulce,
extensas reservas minerales y la mayor diversidad biológica del planeta.
Por estos motivos, la idea de aumentar la seguridad marítima internacional parece ser
conveniente, como la apoya los Estados Unidos, porque si bien es poco probable que
enfrentemos una amenaza militar en el futuro cercano, no debemos olvidar que en el
futuro podremos estar amenazados por disputas sobre nuestros suministros de agua y
energía o por el posicionamiento de nuestras fronteras, así como por actos contra
nuestra diversidad biológica, del terrorismo internacional y del delito transnacional.
Políticamente nuestro gobierno reconoce la necesidad de un fuerte esfuerzo integrado de
todos los países para prevenir y defenderse de las amenazas terroristas, lo que nos acerca
todavía más a las ideas americanas de seguridad.
Durante la segunda guerra mundial, dos factores acercaron nuestras marinas. Primero,
el gobierno brasileño permitió que los Estados Unidos usara las instalaciones de la Base
Naval de Natal. El segundo factor, centrado más específicamente en operaciones navales,
tuvo que ver con la protección que proveyeron los buques de guerra brasileños a las
UN PUNTO DE VISTA BRASILEÑO DE LAS INICIATIVAS MARÍTIMAS DE LOS ESTADOS UNIDOS 65
flotas aliadas. En ambas situaciones hubo un gran intercambio entre las dos marinas,
especialmente por el hecho de que nuestros navíos estaban equipados con
equipamientos antisubmarinos modernos.
Así, consideramos que el aumento de la cooperación entre nuestra marinas será posible
si esa cooperación incluye apoyo mutuo en el campo de la seguridad militar,
intercambio de inteligencia, la realización de ejercicios conjuntos, los intercambios
académicos y doctrinarios y el intercambio de tecnología. Los intereses que nos unen
tienen que ver con las nuevas maneras de luchar contra el terrorismo, la seguridad
marítima, la cooperación y la paz regional y la eliminación o la reducción de los delitos
transnacionales.
Conclusión
Tras haber analizado todos los hechos relacionados con la propuesta de los Estados
Unidos de poner en práctica una nueva estrategia marítima que pretende considerar una
participación efectiva de las marinas de otros países, de los guardacostas, de
organizaciones no gubernamentales y de organismos internacionales, podemos llegar a
la conclusión de que el objetivo de incrementar el nivel de seguridad marítima
internacional cumple con los deseos de la mayoría de los países, que también ansían
alcanzar ese objetivo.
En el caso particular de Brasil, que tiene como pilar de su política de defensa el aumento
de la seguridad nacional, esta conclusión es totalmente aplicable. Los vínculos que han
unido a Brasil y a los Estados Unidos desde la segunda guerra mundial también se deben
tener en consideración. Sin embargo, se debe recordar, siguiendo el razonamiento del
CNO, que la clave de una estrategia exitosa es que la Armada de los Estados Unidos oiga
66 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
al pueblo estadounidense y a sus líderes políticos. Nuestra Marina también debe adoptar
un procedimiento similar.
En vista de lo que antecede, se puede anticipar que habrá que resolver numerosos
problemas antes de que Brasil se integre a esa nueva red internacional. Si bien esto puede
ser conveniente y adecuado para la Marina en particular, los dirigentes políticos y el
pueblo brasileño podrán tener otra opinión, por estar acostumbrados a ver a su país
ignorado en la discusión de los grandes problemas internacionales.
Notas
1. Contraalmirante Charles Martoglio, “U.S. Conferencias Internacionales sobre Poder
Navy’s Strategic Plan” (Seventeenth Marítimo, Escuela de Guerra Naval Brasileña ,
International Seapower Symposium, Naval War Río de Janeiro, Brasil, noviembre de 2007), p.
College, Newport, R.I., 21 de septiembre de 2.
2005).
6. Chief of Naval Operations, 2007.
2. “CNO Calls for New Maritime Strategy,” Navy
News, 20 de junio de 2006, disponible en www 7. Stevenson, “Marinha dos Estados Unidos tem
.military.com/features/. em mente para os próximos 20 ou 25 anos,”
p. 3.
3. Office of the Assistant Secretary for Public
Affairs, Facing the Future: Meeting the Threats 8. Amy Klamper, “Traction: The 1,000-Ship
and Challenges of the 21st Century Navy,” Sea Power 49, no. 12, pp. 10–13
(Washington, D.C.: febrero de 2005), p. 3. (diciembre de 2006).
4. Sam Bateman, “Analyzing the New U.S. 9. “EUA vai financiar um centro regional de
Maritime Strategy,” International Relations and supervisão marítima,” S.T.P. Vitrina, año 4,
Security Network, 15 de agosto de 2006, no. 14 (junio de 2006), disponible en
www.isn.ethz.ch/news/sw/details.cfm?=16527. www.estome.net/vitrina/EUA.htm.
E n la introducción del Almirante Mullen a su documento Sea Power for a New Era
(Poder naval para una nueva era), podemos encontrar todos los elementos que
permiten o significan claras orientaciones a sus subordinados, es decir la Armada de los
1
Estados Unidos, de su visión y de lo que espera de su institución.
Lo descrito seguiría una lógica de arriba hacia abajo, similar a las que se aprecia, por
ejemplo, en el gobierno británico con sus periódicos “informes” o “revistas estratégicas,”
donde el gobierno claramente orienta y define escenarios, objetivos, recursos y medios
para la defensa. El documento analizado, aparentemente constituye una apreciación
profesional de un subordinado (USN) a su superior, es decir sigue una lógica de abajo
hacia arriba.
Si bien la lógica teórica indicaría que es preferible la ruta de arriba hacia abajo (aunque
en oportunidades muy dolorosa por los recortes que normalmente significa para las
instituciones de defensa), la alternativa de abajo hacia arriba no es de ninguna manera
mala o indeseable, ya que constituye la opinión profesional de una institución que
cuenta con el respaldo de una experiencia lograda en más de un siglo de participación en
70 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
Los cambios importantes en los escenarios, sobre todo cuando existe incertidumbre en
cuanto a quienes serán realmente los probables enemigos, siempre serán muy difíciles de
enfrentar. Sobran los ejemplos históricos para ilustrar lo anterior, donde los errores
fueron muy costosos: grandes flotas que no fueron suficientes para evitar la Iª GM,
tampoco fueron resolutivas y ni siquiera tuvieron el rol preponderante que se esperaba
de ellas; en la IIª GM, se enfrentaron alemanes y británicos con medios inapropiados e
insuficientes para lograr los objetivos que se habían planteado.
Los Estados Unidos posterior a los atentados terroristas del 11 de setiembre comprobó
que su participación en los conflictos de Medio Oriente le generó una profunda
animadversión de los sectores mas radicales del islamismo que se manifestó en una
respuesta muy violenta, con un accionar propio del terrorismo de estado.
Las características del atentado antes mencionado, plantearon un desafío gigantesco para
la seguridad nacional norteamericana al haber sido atacado dentro su territorio, dejando
en evidencia que el instrumento militar diseñado para los escenarios tradicionales post
guerra fría, era inapropiado para estas nuevas amenazas de un mundo globalizado.
NUEVA ESTRATEGIA MARÍTIMA DE LOS ESTADOS UNIDOS 71
De esta forma los análisis de seguridad nacional concluyeron que el problema planteado,
además de requerir una readecuación de sus estrategias operacionales, no tenía solución
con su exclusiva capacidad defensiva por lo que resultaba imperativo entonces la
colaboración global. A amenazas globales, respuestas globales.
Para los nuevos escenarios post guerra fría y amenazas asimétricas no convencionales de
un mundo globalizado, donde las fronteras se han hecho mas permeables y donde
cualquier grupo terrorista por la vía del mar puede acceder al interior de la nación la
estrategia histórica de combate y proyección del poder, resulta ahora insuficiente, por lo
que se requiere complementarla con una estrategia marítima de naturaleza defensiva y
global.
Mientras que los enemigos de ayer eran fiables, homogéneos, rígidos, jerárquicos, y
resistentes al cambio, los enemigos de hoy son dinámicos, imprevisibles, diversos y
conectados en red. Ellos se benefician de muchas tecnologías y materiales que están
fácilmente disponibles para la venta en los mercados ilícitos del mundo para interrumpir
sistemas y fabricar armas de destrucción masivas (WMD). Estos enemigos no operan
sobre campos de batalla convencionales y prosperan en estados débiles y áreas grises
donde los terroristas montan sus estructuras para el crimen transnacional.
La Armada de los Estados Unidos, por años ha disfrutado del dominio y control del mar
en el nivel táctico mediante Grupos de Portaaviones, sin embargo ahora, en el contexto
de la guerra global contra el terrorismo (GWOT), este dominio toma una dimensión
estratégica para lo cual, dichas fuerzas no son suficientes.
Políticas
Muy relacionado con lo anterior y requisito básico para prosperar, es que cualquier
iniciativa de empleo combinado de fuerzas, esté inserto en el espíritu y acuerdos
internacionales sometidos al ámbito de la Organización de las Naciones Unidas, ONU.
Sin duda que el aspecto más sensible para la comunidad internacional es el libre acceso a
áreas donde los estados ribereños tienen derechos soberanos o en áreas aledañas. La
clave del correcto relacionamiento internacional es el respeto de las facultades que el
derecho internacional marítimo determina, convención que si no es respetada e
interpretada de igual forma por todos, se genera una fuente de conflicto o al menos de
discrepancia que afectará cualquier iniciativa de cooperación multilateral.
Estratégicas
En Chile se da una situación legal ventajosa, donde la autoridad facultada por ley, para
actuar en el ámbito de la seguridad marítima, recae en el Director General del Territorio
Marítimo quién asimismo integra la estructura orgánica de la Armada, teniendo ambas
organizaciones medios comunes que operan conjuntamente y de forma complementada
en el ámbito operativo, factor determinante para alcanzar con éxito y eficiencia los
objetivos que se plantean frente a desafíos y/o amenazas marítimas; estos serán entonces
los instrumentos nacionales para actuar en defensa del buen orden en el mar.
Por otra parte, considerando que las características de las crisis del futuro estarán menos
relacionadas con las competencias y conflictos tradicionales vecinales, es de alta
probabilidad que las Armadas de potencias medianas como Chile, deberán asumir roles
expedicionarios integrando organizaciones operativas multinacionales que intenten
estabilizar áreas de común interés político y para mitigar sus impactos en las economías
particulares. Para ello, por las consideraciones políticas ya mencionadas, será
fundamental que exista una alta adhesión internacional, sean requeridas por las naciones
afectadas y/o cuenten con el beneplácito de ONU. (Mantención de la Paz y Ayuda
Humanitaria).
El centro del esfuerzo de Estados Unidos está definido por lo que ellos llaman su
territorio nacional y su teatro de operaciones es el mundo, para lo cual han desarrollado
NUEVA ESTRATEGIA MARÍTIMA DE LOS ESTADOS UNIDOS 75
una estructura de fuerzas y medios de apoyo que le permiten operar en este escenario. La
estrategia de la Armada de los Estados Unidos que considera un Sea Shield (escudo
oceánico), un Sea Strike (ataque oceánico) y un Sea Basing (bases oceánicas), es
concordante y coherente con lo indicado precedentemente. Sin embargo, a pesar de las
tremendas capacidades que las fuerzas armadas de los Estados Unidos han desarrollado,
no poseen la capacidad de operar en forma simultánea en todas partes, de allí entonces,
la necesidad de colaboración que necesitan de parte de potencias más pequeñas
obviamente, pero que son eficaces en sus respectivas áreas de influencia.
Interoperatividad.
Este factor de interoperación, es el mayor estímulo que tienen las Armadas medianas y
pequeñas para integrar con los Estados Unidos organizaciones multinacionales; de esta
forma su no obtención, generará un sentimiento de frustración y pérdida de rentabilidad
operativa y logística que sin duda incidirá para desincentivar su ejecución.
Conclusiones.
Este es un desafío global que requiere una respuesta global y por lo tanto los Estados
Unidos mas allá de sus realidades y objetivos políticos necesita de la cooperación
internacional al menos en aquellos escenarios que superan sus desafíos particulares.
Independiente del diseño de fuerzas que los Estados Unidos resuelva, la integración de
armadas menores, ya sea en el mantenimiento del buen orden en el mar o en
operaciones expedicionarias para mitigar la inestabilidad internacional, que afecte al
comercio mundial y particular de los países integrantes de la coalición a estructurar,
requiere como imperativo de participación, alcanzar un grado de interoperatividad
suficiente para dar efectividad al esfuerzo operativo.
Notas
1. Ver Departamento de la Armada de los Estados Vectores”, que comprende el Vector de
Unidos, Sea Power for a New Era 2007 (Poder Defensa (perspectiva estratégica), el Vector
naval para una nueva era, 2007) (Washington, Marítimo (perspectiva socioeconómica) y el
D.C.: 2006), disponible en Vector Internacional (perspectiva
www.navy.mil/navydata/policy/seapower/ multilateral).
spne07/top-spne07.html.
4. Contraalmirante Federico Niemann F., “Visión
2. Estrategia para la defensa de los Estados Unidos de la Armada chilena sobre una nueva
de Norteamérica (marzo de 2005). estrategia marítima de los Estados Unidos”
(Seminario NCC, Valparaíso, Chile, 7 de
3. La Armada chilena lleva a cabo el control del marzo de 2007).
mar bajo la estrategia naval de los “Tres
9
S e puede entender una estrategia como el camino a recorrer entre “dónde estamos” (el
presente) y “dónde queremos estar” (el futuro). Este concepto extremadamente
simple nos sirve para demostrar que, una vez logrado el objetivo ideado, la razón para
tener una estrategia deja de existir, siendo necesario diseñar una nueva estrategia, a la luz
de un nuevo objetivo. Por lo tanto, toda estrategia es finita. Similarmente, mientras se
encuentra en vigencia una estrategia exitosa, deben realizarse correcciones para evitar
que las desviaciones nos impidan alcanzar los objetivos establecidos.
Para diseñar este curso de acción, deben tomarse varios pasos. Primero, tenemos que
comprender “dónde estamos” y, por lo tanto, ser conscientes de las circunstancias
prevalecientes. Segundo, se deben establecer intereses vitales. Finalmente, se debe crear
una visión del futuro, para lo cual las técnicas de escenarios, o situaciones hipotéticas,
juegan un papel fundamental. En la mayoría de los casos, los lineamientos principales de
una estrategia se definen de antemano, aunque no se pongan por escrito. Esto se debe a
que una estrategia es normalmente el resultado de conceptos desarrollados en
documentos de alto nivel que se revisan periódicamente,
Intentamos aquí comentar sobre tres temas que subyacen la manera en que encaramos
nuestra propuesta de cooperación: ¿Cuál es la estrategia que queremos discutir? ¿En qué
áreas de interés estratégico se deben implementar las acciones acordadas? ¿Cómo
podemos trabajar juntos? Además, introduciremos algunas ideas sobre el diseño de una
nueva estrategia marítima para los Estados Unidos.
82 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
Para poder realizar contribuciones que nos puedan ayudar a diseñar una nueva
estrategia, tenemos que asegurarnos que los conceptos empleados por ambas partes sean
comprendidos básicamente de la misma manera, evitando así los desentendimientos.
Los Estados Unidos define el “dominio marítimo” como “todas las áreas y cosas
pertenecientes a, debajo de, relacionadas con, próximas a, o limitadas por, el mar, el
océano o cualquier otro cuerpo de agua navegable, incluyendo todas las actividades
marítimas que involucren infraestructura, gente, cargamento, navíos y otros elementos
1
similares”. Este concepto es bastante similar al de la definición brasileña de los
elementos de poderío marítimo, en el cual los medios empleados por una nación para
alcanzar sus propios objetivos asociados con el mar, los ríos, las lagunas y los lagos
navegables son “de naturaleza política, económica, militar y social, e incluyen, entre
otros, la conciencia marítima de su población y clase política, la marina mercante y la
Armada, la industria de construcción de navíos, los puertos y la estructura comercial
2
marítima”.
Si bien esta discusión puede parecer meramente semántica, tiene mucho que ver con la
contribución a una futura estrategia. En vista de lo anterior, una estrategia marítima, al
abarcar todos los elementos del poder naval (o, más bien, incluidos en el dominio
marítimo), es validada por estudios detallados preparados especialmente por entes
gubernamentales y no gubernamentales, y por cuerpos asociados con el comercio
internacional, la marina mercante, la comunidad de relaciones internacionales, las
industrias de construcción de navíos y de equipos marítimos, y la Armada, entre otros.
Además, cada uno de estos sectores puede relacionarse con sus contrapartes en otros
países, ya sea de forma global o regional. Debido a su alcance comprensivo, la estrategia
marítima tiene que ser desarrollada por el más alto nivel de un país: la presidencia de la
república. En ese sentido, los Estados Unidos diseñaron en setiembre de 2005 la
Estrategia Nacional de Seguridad Marítima (National Strategy for Maritime Security o
NSMS), la cual, suplementada por ocho planes de apoyo escritos por varios cuerpos de
5
rango ministerial, se dedica de lleno a la seguridad marítima.
Por otro lado, al determinar que hay que diseñar una nueva estrategia marítima, la Guía
del CNO para 2007 establece que “dicha estrategia debe reflejar los roles y misiones que
nosotros [la Armada de los Estados Unidos] pretendemos llevar a cabo: en la guerra
contra el terrorismo, en las campañas convencionales, en la defensa nacional y en las
6
operaciones de 'moldeo' y 'estabilización'.” La sociedad estadounidense no ha sido
7
dejada de lado en el proceso de diseñar esta nueva estrategia. El propio CNO ha
CONTRIBUCIONES AL DISEÑO DE UNA NUEVA ESTRATEGIA MARÍTIMA PARA LOS ESTADOS UNIDOS 83
Vale la pena señalar que en la responsabilidad por el poder naval es compartida entre la
Armada, la Infantería de Marina y el Servicio de Guardacostas. En Brasil, la
responsabilidad por estas tres instituciones se concentra en la Armada, con pocas
excepciones. Las excepciones principales tienen que ver con las actividades marítimas de
la Policía Federal y las funciones de inspección en un ambiente marino del Instituto
Brasileño del Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables. Por lo tanto, al intentar
lograr una visión balanceada de nuestra comprensión conceptual, podemos inferir que el
problema consiste en establecer una estrategia para la Armada de los Estados Unidos que
contribuya a la estrategia marítima del país. Estos entendimientos parecen ser los más
apropiados, dado el esfuerzo de los Estados Unidos para diseñar la NSMS y tomar
medidas para guiar la estrategia futura bajo el liderazgo del CNO.
Otro aspecto relevante es la elaboración de una estrategia común entre las partes cuando
los intereses de ambos países pueden llegar a entrar en conflicto. Por el lado de, la
primera indicación se puede encontrar en el texto de la Estrategia de Seguridad Nacional
(National Security Strategy o NSS), la cual señala que un elemento integral de la política
de los Estados Unidos es procurar y respaldar los movimientos e instituciones
democráticas de cada nación y cultura, con el objetivo de eliminar la tiranía en el
mundo. Hoy en día, el carácter fundamental de los regímenes mundiales es tan
importante como la distribución de poder entre ellos. Nuestro gobierno está
determinado a ayudar a crear un mundo de estados democráticos bien gobernados,
comprometidos con satisfacer las necesidades de sus ciudadanos y al mismo tiempo
comportándose en forma responsable en el contexto internacional. Ésta es la mejor
8
manera de brindarle seguridad a largo plazo al pueblo estadounidense.
Para poder tener una presencia militar activa en la escena global, los Estados Unidos han
creado el sistema de Comandos Combatientes Unificados (Unified Combatant
Commands o UCC), donde los oficiales del rango más alto asumen el comando
unificado de las fuerzas militares, tanto dentro de ciertas áreas geográficas
predeterminadas de responsabilidad como para realizar actividades funcionales
11
específicas alrededor del mundo. Los funcionarios civiles de varios entes
gubernamentales también participan en los comandos combatientes unificados.
el entonces Presidente George W. Bush autorizó la creación del Comando África de los
Estados Unidos (USAFRICOM), poniendo al contralmirante Robert Moeller a cargo del
13
equipo de transición. USAFRICOM debía estar plenamente operativo en setiembre de
2008. Dicho comando será responsable por áreas previamente asignadas a tres otros
14
UCC, como se muestra en la figura 2.
FIGURA 1
FIGURA 2
Áreas de responsabilidad (borrador)
Por nuestra parte, la Política de Defensa Nacional (NDP) señala que “el subcontinente
sudamericano es el entorno regional del cual Brasil es parte integral”. En un intento por
definir más específicamente sus relaciones cooperativas, el país vislumbra un contorno
estratégico que se extiende más allá del territorio subcontinental para abarcar el
15
Atlántico Sur y los países africanos que limitan con él. Además menciona que “el
planeamiento de defensa incluye todas las regiones, y en particular las áreas centrales de
CONTRIBUCIONES AL DISEÑO DE UNA NUEVA ESTRATEGIA MARÍTIMA PARA LOS ESTADOS UNIDOS 85
Para ilustrar estos puntos, hemos creado la figura 3, donde se resaltan las áreas de
responsabilidad del Comando Sur, el Comando África, y las áreas marítimas estratégicas
21
centrales y principales de la Marina de Brasil.
Esta figura identifica dos aspectos importantes. Primero, muestra que los intereses
estratégicos de la Marina de Brasil no están asociados solamente con el Comando Sur de
los Estados Unidos, como entendíamos tradicionalmente, sino que se extiende sobre el
área futura de USAFRICOM. Segundo, al nivel operacional, las acciones acordadas
tienen que ser coordinadas por el comandante del Comando Sur o África de los Estados
Unidos (conforme al área de responsabilidad correspondiente) y el Jefe de Operaciones
Navales de Brasil (Chefe de Operações Navales, o CON), considerando que la flota,
infantería de marina y las fuerzas de distrito reportan a él.
86 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
FIGURA 3
¿Cómo cooperar?
búsqueda y rescate realizados junto con la armada china en las aguas próximas a Hawái,
California del Sur y Zhanjiang; el despliegue del buque hospital Mercy en una misión
humanitaria de cinco meses de duración en el sudeste asiático, Bangladesh, Indonesia,
Timor Oriental y las Filipinas; y la evacuación de miles de ciudadanos estadounidenses
del Líbano. Mencionó también la contribución de pequeños botes y Sistemas de
Identificación Automática (Automatic Identification Systems o AIS) a las naciones del
Golfo de Guinea, expandiendo así el control del tráfico marítimo en el área.
El Jefe de Operaciones Navales también habló sobre la idea de crear una Estación de
Flota Global (Global Fleet Station o GFS), un centro de apoyo para la armada de mil
barcos dentro del área de interés regional, estructurada en el concepto de “base
marítima”. La GFS es una base de operaciones marítimas que se concentra
principalmente en operaciones de “moldeo”, en cooperación de seguridad en el teatro de
operaciones y en la alerta del dominio marítimo global. De acuerdo al CNO, la GFS
brinda un medio para aumentar la seguridad marítima regional explotando los esfuerzos
combinados de fuerzas militares, agencias, socios multinacionales y organizaciones no
gubernamentales, sin necesidad de presencia terrestre.
Por nuestra parte, la visión del futuro de la Marina brasileña consiste en formar una
“fuerza moderna, balanceada y apropiada, con recursos de superficie, aéreos y de
infantería de marina conmensurables con el rol político y estratégico de nuestro país en
el escenario internacional, y consistente con los deseos de la sociedad brasileña,
preparada para actuar, ya sea individualmente o en conjunto, en aguas 'azules',
'marrones' e interiores, para llevar a cabo su misión”.
CEMA ha señalado que hoy en día Brasil no tiene amenazas, desde el punto de vista
militar convencional, pero ello no quiere decir que no las tendrá en el futuro. Por lo
tanto, nuestro poderío naval tiene que seguir siendo capaz de disuadir posibles
amenazas, hacer cumplir nuestras leyes y defender nuestros intereses económicos en
aguas jurisdiccionales brasileñas, garantizando la seguridad del tráfico marítimo dentro
de las áreas de interés para Brasil, proyectar nuestro poderío sobre el territorio,
participar en operaciones de paz y coaliciones con los aliados e influir sobre las armadas
vecinas del Atlántico Sur.
FIGURA 4
FIGURA 5
· Apoyo a las relaciones internacionales a varios niveles con países africanos, como por
ejemplo el Acuerdo de Cooperación Naval con Namibia, a través del cual la Marina
brasileña ha transferido la ex corbeta Purus a ese país. Además, hemos respaldado la
educación de oficiales y personal enlistado de Namibia en nuestras escuelas y centros
de entrenamiento, la construcción de un navío de patrullas y cuatro botes de patrulla,
y la implementación del programa de delimitación de la plataforma continental en
dicho país, en forma similar a nuestro Amazonas azul.
Podemos concluir que, en el campo de la cooperación, las áreas cubiertas por la Marina
brasileña y la Armada de los Estados Unidos coinciden considerablemente,
especialmente con respeto a la armada de mil barcos.
Este documento pretende responder a tres preguntas. Primero, apunta a definir el nivel
al cual se pueden iniciar propuestas de cooperación, conforme a la esfera de acción de la
Marina de Brasil. Segundo, pretende identificar las áreas de interés común para ambas
armadas, estableciendo al mismo tiempo cuáles son las partes responsables por la
implementación del esfuerzo de cooperación. Este enfoque realza la importancia de
tener en cuenta los intereses de ambas partes y la relevancia de las interacciones entre el
Jefe de Operaciones Navales brasileño y los comandantes de los Comandos Sur y África
de Estados Unidos. Finalmente, intenta ofrecer una amplia gama de esfuerzos
convergentes de cooperación entre la Marina brasileña y la Armada de los Estados
Unidos.
No obstante, si bien estas respuestas pueden contribuir a diseñar una estrategia marítima
para los Estados Unidos, no son suficientes para definirla por completo. Esto nos lleva a
reflexionar sobre algunos puntos adicionales. Al primero se hizo referencia al comienzo
de este documento, cuando definimos la estrategia como un camino a seguir. Dicho
camino sólo puede ser recorrido por aquéllos que lo han pavimentado. Los de afuera, ya
sea amigos o socios, pueden ofrecer sólo “contribuciones”, que pueden o no ser tenidas
en cuenta, y aún en el primer caso, los contribuyentes pueden asignarles un peso relativo
que después debe ser confirmado por el que toma las decisiones estratégicas. Una
estrategia añade valor sólo a aquéllos que tienen que llevarla a cabo.
90 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
Otro factor a tener en cuenta es el “acto de consultar”. Este acto se puede comprender de
dos maneras distintas: una manera positiva (visto como una búsqueda de cooperación,
amistad más cercana y confianza mutua) y una manera negativa, correspondiendo a un
esfuerzo o acción para ganar el apoyo de una decisión futura (ya que la estrategia no ha
sido aún diseñada y aprobada) que puede llegar a ser disputada por cualquier parte
interesada. En este caso, la respuesta a las objeciones puede muy bien ser “pero si a usted
se lo escuchó y ya tuvo la oportunidad de dar su opinión en esta materia”. Este tipo de
actitud sólo serviría para reducir el nivel de confianza ganado inicialmente por el
llamado a la cooperación, debilitando así el esfuerzo inicial de construir una coalición,
que parece ser uno de los objetivos más altos de esta estrategia.
NOTAS
1. National Strategy for Maritime Security en la ejecución) (Washington, D.C.: 2 febrero
(Estrategia Nacional para la Seguridad Marítima) 2007), p. 5.
(Washington, D.C.: Casa Blanca, setiembre
2005) [de aquí en más NSMS], p. 1. 8. National Security Strategy of the United States of
America (Estrategia de seguridad nacional de los
2. National Maritime Policy (Política Marítima Estados Unidos de Norteamérica (Washington,
Nacional) [Brasil] (Presidencia de la República , D.C.: Casa Blanca, marzo 2006), p. 1.
11 octubre 1994), p. viii.
9. Las definiciones incluyen: tiranía: una forma
3. Ver Bruce B. Stubbs, “The Maritime Component: de gobierno ejercida por una persona que usa
Coast Guard Plays Expanded Role in U.S. Sea el poder para beneficio propio; y democracia:
Power Equation” (El componente marítimo: el una forma de gobierno en que el poder emana
servicio de guardacostas juega un rol más amplio del pueblo. Estas interpretaciones, por sí
en la ecuación de poder marítimo de los Estados mismas, podrían generar varios
Unidos) Sea Power, Agosto 2001, disponible en desentendimientos.
www.navyleague.org/sea_power/aug_01_06.php.
10. NSMS, p. ii.
4. Ver Relaciones Públicas del Jefe de Operaciones
Navales (CNO), “CNO Calls for New Definition 11. Incluyendo el Comando Espacial, el Comando
of Sea Power” (CNO llama a una nueva de Operaciones Especiales, el Comando
definición de poder marítimo), Navy.mil, 6 Estratégico y el Comando de Transporte de los
setiembre 2005, www.news.navy.mil/search/ Estados Unidos.
display.asp?story_id=19924. 12. Ver Ley Goldwater-Nichols Act de 1986, Código
5. Ellos son: National Plan to Achieve Maritime de los Estados Unidos 10, secs. 151-55,
Domain Awareness (Plan nacional para obtener disponible en www.au.af.mil/
dominio del territorio marítimo) (octubre2005); au/awc/awcgate/congress/title_10.htm.
Plan de integración de inteligencia marítima 13. Ver www.cdi.org/issues/usforces/
global; Plan de respuesta a amenazas commands _Oct02.html.
operacionales marítimas; International Outreach
and Coordination Strategy (Estrategia de 14. Ver “Comando África de los Estados Unidos”,
coordinación y extensión internacional) Wikipedia, ehttp://es.wikipedia.org/wiki/
(noviembre 2005); Maritime Infrastructure Comando_África_de_Estados_Unidos.
Recovery Plan (Plan de recuperación de la
infraestructura marítima) (abril 2006); Maritime 15. National Defense Policy, Junio 2005, punto 3.1.
Transportation System Security Plan (Plan de 16. Ibid., punto 4.3.
seguridad para el sistema de transporte marítimo)
(octubre 2005); Maritime Commerce Security 17. Ibid., punto 4.9.
Plan (Plan de seguridad para el comercio
marítimo) (octubre 2005); y Domestic Outreach 18. Ibid., punto 6.12.
Plan (Plan de extensión nacional) (octubre 2005). 19. Almirante de escuadra Kleber Luciano de Assis,
6. Las operaciones de “moldeo” son acciones “La Marina brasileña: aspectos estratégicos”
destinadas a construir coaliciones con [en portugués] (presentación, Colegio Naval
organizaciones gubernamentales y no de Guerra Brasileño, 5 de marzo de 2007),
gubernamentales a nivel local, regional o disponible en www.egn.mar.mil.br/eventos/
internacional, llevadas a cabo en forma continua ocorridos/2007/aulaInauguralCEMA.zip.
y proactiva para confrontar una mayor 20. Ibid., p. 18.
inestabilidad y por lo tanto dar por terminado o
mitigar un conflicto o una crisis, o para crear un 21. Si bien no se muestra en la figura 3, es fácil ver
entorno global que sea seguro y favorable a los que el área marítima estratégica secundaria cae
intereses de. Ver Teniente Coronel Matt Lopez, dentro del área de responsabilidad del
“Military Support to Shaping Operations JOC” Comando Sur.
(Respaldo militar a operaciones de “moldeo”)
(presentación, Conferencia combinada conjunta 22. CNO Guidance for 2007 (Guía del CNO para
de CDE, 9 enero 2007), disponible en 2007), p.6.
www.dtic.mil/futurejointwarfare/strategic/ 23. Almirante de escuadra Kleber Luciano de Assis,
cdeday1_shaping.ppt. “La Marina brasileña: aspectos estratégicos,”
7. M. G. Mullen, CNO Guidance for 2007: Focus on p. 11.
Execution (Guía del CNO para 2007: concentrarse
10
Pasamos enseguida a examinar los compromisos concretos adquiridos por nuestro país
con respecto a la seguridad global y regional. Revisamos nuestra posición, que privilegia
el empleo de agendas múltiples. Se hace ver que Chile promueve el multilateralismo y su
participación en operaciones de paz. Se hace énfasis en que Chile no podría abstenerse
de contribuir a la estabilidad internacional, debiendo para ello sus compromisos ser
vinculantes y estar dispuesto a participar en operaciones internacionales.
Hoy día, el peligro de guerra ha disminuido, pero han surgido otras amenazas, que si
bien no son nuevas, afectan globalmente a un mundo interconectado y frente a las cuales
se plantean distintas respuestas: unos ponen el énfasis en acciones de prevención, pero
alientan el uso de la fuerza cuando ellas fallan; otros promueven respuestas
multilaterales; y hay quienes se oponen de manera regional o bilateral y, en ciertos casos,
unilateralmente. En tal gestión, algunos se apegan más que otros al Derecho
Internacional.
Aún así, algunos de los mayores momentos de nuestra historia provinieron de ceñirnos a
nuestros valores y de defenderlos en nombre de otros, así como de nosotros mismos.
Hemos reconocido en esos momentos, como debemos reconocerlo hoy en día, que
tenemos que estar con otros países, en lugar de por encima de ellos, y que debemos jugar
con las mismas reglas que ellos si deseamos alcanzar objetivos comunes. Y si realmente
creemos que nuestros valores son universales, no podemos pensar que tenemos el
monopolio de su interpretación o aplicación.
La búsqueda de la libertad en un estado de derecho tanto dentro como entre las naciones
es una gran estrategia para fortalecer la seguridad de Estados Unidos… Reconociendo
que el complejo equilibrio que se debe alcanzar entre el orden y la libertad para contar
con una verdadera democracia liberal significa hacer que algunos gobiernos participen
en el afianzamiento del orden y otros en la promoción de la libertad, pero sin sacrificar
2
el orden.
Por otra parte, concordamos con quienes sostienen que el orden y la seguridad se
alcanzarán en mejor forma si se adecuan las instituciones internacionales a los nuevos
tiempos, lo que hace aparecer como absolutamente necesaria una reforma integral de la
3
Organización de Naciones Unidas y de otros órganos internacionales.
porque el mar es cada vez más importante, en términos relativos, para las economías
locales, porque el desorden en el mar empeora la situación en tierra. El éxito del delito
transnacional, como el contrabando de drogas, aumenta el poder del tipo de personas
que desafían a los países civilizados y la habilidad de conectarse con otros países. Los
países que fracasan por esos motivos tienden, además, a ser objeto de preocupación por
la seguridad de otros. . . . [E]l mantenimiento del buen orden en el mar requiere un
4
mayor nivel de toma de conciencia, políticas efectivas y un gobierno integrado.
En mayo del 2006, se adoptó otro mecanismo de seguridad de gran relevancia para la
seguridad y protección marítima, el llamado “Sistema de Identificación y Seguimiento
de Largo Alcance” (Long Range International Tracking, LRIT), incorporado al Convenio
SOLAS que establece un acuerdo multilateral para compartir información sobre
6
búsqueda y rescate para lograr la seguridad marítima.
Es cierto que existe un marco jurídico relativamente adecuado para mantener el orden
en los mares, a través de una gran cantidad de convenios internacionales y de
regulaciones tanto internacionales como nacionales, pero –como ya se señaló– el
problema que se enfrenta es su implementación y cumplimiento, lo que ocurre –en
7
ocasiones– porque los estados no pueden o no quieren exigir dicho cumplimiento. De
allí la importancia que los estándares que se establezcan sean adecuados, realistas,
alcanzables y efectivos en su cumplimiento.
Con los parámetros que otorga el derecho internacional y las instituciones que norman y
regulan al respecto, a nivel de la seguridad global, el sistema debe operar a través de
esfuerzos comunes orientados al desarrollo armónico y a la expansión del comercio
mundial en un ámbito cuyo sustento principal se concreta a través de la cooperación
entre los distintos países beneficiados. En el ámbito marítimo, ese propósito se alcanza a
través del accionar de las marinas de los países cuya política exterior está comprometida
en las tareas de mantener las condiciones de paz, estabilidad y seguridad, no sólo en las
rutas marítimas de las exportaciones e importaciones, sino también, en las regiones
geográficas donde estén afectados los intereses compartidos. La capacidad de
98 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
Similar situación caracteriza al nivel regional, donde a través de acuerdos entre países
geográficamente cercanos, se busca compartir la labor que significa mantener las
condiciones de paz y seguridad en el mar, y restablecerlas cuando ellas sean alteradas.
Como ello puede ser imposible de realizar con los recursos de un solo Estado, resulta
indispensable el desarrollo de estrategias de cooperación y acción conjunta con las
10
armadas de aquellos países cercanos que puedan hacerlo.
Por otra parte, los países de la región desarrollan distintos esfuerzos tendientes a
11
materializar una “Soberanía Efectiva” a través de presencia y acción concreta de
control en su área marítima jurisdiccional, lo cual ha sido visualizado por los Estados
Unidos, como un deber más que un derecho. Asimismo, aquellos cuyas armadas
cuentan con mayores capacidades, materializan aportes y cooperación permanente a la
estabilidad marítima, participando en ejercicios combinados de magnitud mayor y
desarrollando acciones como el control marítimo de los accesos oceánicos, apoyo a la
lucha contra el terrorismo y otras acciones que Estados Unidos identifica como parte de
12
una “Amistad Duradera”.
Frente a estos desafíos y sin variar sus objetivos esenciales, que descansan en la defensa
de su integridad territorial e intereses nacionales, la política exterior de Chile ha debido
ampliar su acción internacional. Chile ha realizado un aporte moderado, pero
consistente en el ámbito de la seguridad internacional, participando selectivamente en
iniciativas multilaterales orientadas a mantener la paz, apoyando y promoviendo la
creación de normas y regímenes que faciliten la prevención y el manejo colectivo de
problemas que afectan a la estabilidad a nivel global o regional.
A nivel global
Son hitos importantes de tal compromiso, entre otros, la plena adhesión al Tratado de
Tlatelolco; la presencia en la Fuerza de Paz desplegada en Camboya; la participación en
el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en el período 1996 – 1997; la directiva
presidencial que codifica las condiciones bajo las cuales Chile contribuye a las
Operaciones de Paz; la organización de la 1ª Conferencia para promover Medidas de
Confianza Mutua realizada en Santiago en 1995; el compromiso con la Convención que
prohíbe las armas químicas y bacteriológicas; la adhesión al Tratado de No Proliferación
Nuclear; el reciente acuerdo que prohíbe los ensayos nucleares y la ratificación del
Tratado de Ottawa.
En el ámbito de las Operaciones de Paz, dentro del marco Regional y de las Naciones
Unidas, Chile tiene una larga trayectoria de participación en los mecanismos
multilaterales de prevención y mantención de la paz y seguridad internacionales.
A nivel regional.
En cuanto a los contenidos de las agendas de defensa y de seguridad, existe una gran
diferencia entre la Región Andina y el Cono Sur. Mientras que la mayoría de los
gobiernos andinos consideran a las Fuerzas Armadas como responsables del combate
contra el tráfico de drogas, en el Cono Sur los gobiernos insisten en que los militares
100 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
deben ser marginados en esta tarea, por ser una responsabilidad de las fuerzas policiales
locales.
Con todo, en lo relacionado con el narcotráfico, los actores latinoamericanos han tenido
la voluntad política y han sido capaces de desarrollar una cooperación creciente, cuando
han logrado establecer criterios comunes. Los acuerdos dieron origen al mecanismo
multilateral de evaluación y a una amplia agenda de cooperación a través de la Comisión
Internacional para el Control y Abuso de Drogas (CICAD). Más recientemente, se ha
coincidido en reconocer al terrorismo como una nueva amenaza común.
A nivel institucional
nos referimos a los compromisos concretos adquiridos por nuestro país al respecto, y
especialmente acerca de su vigencia real. Considerando que la finalidad del presente
trabajo es reflexionar acerca de la forma en que la Armada de Chile cooperaría con su
símil estadounidense en la implementación internacional de una Estrategia para la
Seguridad Marítima; para seguir avanzando se hace necesario examinar reflexivamente la
manera en que ese gran país entiende e implementa su logro.
17
La Estrategia Nacional para la Seguridad Marítima, promulgada por el Gobierno de
Estados Unidos en septiembre de 2005, afirma que la seguridad general y económica de
Estados Unidos depende, en parte substancial, del uso seguro de los océanos del mundo.
La superación de las amenazas a la seguridad marítima demanda una comprensión
común, un esfuerzo conjunto y una acción a escala global. Se requiere la seguridad
marítima para asegurar la libertad de los océanos, facilitar la libertad de la navegación y
del comercio, mejorar la prosperidad y la libertad mundiales y proteger los recursos
marinos.
Por otra parte las naciones tienen interés común en alcanzar dos objetivos
complementarios: facilitar el comercio marítimo que apuntala a la seguridad económica
y protegerse contra actos hostiles, terroristas, criminales y peligrosos realizados en el
medio marino. Y puesto que todas las naciones se benefician con esta seguridad
colectiva, todas ellas deben tomar parte en la responsabilidad de mantener la seguridad
marítima, contrarrestando las amenazas que se presenten en este dominio.
Estados Unidos reconoce que, debido a la extensa relación global entre los negocios y los
gobiernos, sus políticas de seguridad marítima afectan a otras naciones y que los
incidentes locales y regionales significativos tendrán efectos globales. El éxito en asegurar
el dominio marítimo no se alcanzará con Estados Unidos actuando solo, sino a través de
una poderosa coalición de naciones que mantengan un frente unido y fuerte.
La seguridad del dominio marítimo sólo puede ser lograda con el empleo simultáneo de
todos los instrumentos del poder nacional, en concertación con otras naciones-estados,
de una manera altamente coordinada y en conformidad con el Derecho Internacional.
En este contexto, se consideran las siguientes acciones estratégicas:
· Solicitar y obtener cooperación internacional, para asegurar acciones legítimas y
oportunas contra las amenazas en el medio marítimo.
· Maximizar el conocimiento situacional en el dominio marítimo, para apoyar una
afectiva toma de decisiones.
· Introducir seguridad en las prácticas comerciales, para reducir las vulnerabilidades y
facilitar el comercio.
102 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
Finalmente, entre las conclusiones atinentes, se establece que los desafíos que persisten
para Estados Unidos, los adversarios que confrontan y el ambiente en el que operan, los
obliga a fortalecer sus lazos con los aliados y amigos y a buscar nuevas asociaciones. Tal
colaboración es fundamental para el crecimiento y estabilidad económica mundial y es
vital para los intereses de los Estados Unidos. Sólo a través de tal aproximación integrada
entre todos los socios marítimos –gubernamentales y no gubernamentales, públicos y
privados– se podrá aumentar la seguridad del dominio marítimo.
En este sentido, y partiendo del hecho de que nuestro país es un país oceánico, el
ejercicio de la soberanía y el control de su territorio marítimo, resultan esenciales para su
desarrollo integral.
La seguridad y estabilidad que Chile necesita se logra por medio de un marco legal
internacional que las asegure. En tal sentido, y teniendo presente tanto el marco legal
internacional vigente ya mencionado, así como las ideas de los Almirantes Morgan y
19
Martoglio con su concepto de la “Marina de los Mil Buques”, Chile comparte la
necesidad de cooperar en el cuidado, la vigilancia y la protección de los mares del
mundo. Este compromiso por la protección de los mares se refleja en nuestra
participación, por medio de la Armada, en una serie de ejercicios multinacionales
destinados a la protección de determinadas zonas marítimas, que revisten singular
importancia tanto para nuestro país como para la Comunidad Internacional.
De lo dicho se pueden deducir varias premisas, de entre las cuales quisiera destacar:
· La estabilidad, prosperidad y progreso de nuestros vecinos es buena para nosotros.
· Los Estados y grupos que atentan contra la libertad de movimiento, particularmente
en el ámbito marítimo, e introducen inseguridad en el sistema internacional
(terrorismo) nos hacen daño y, por consiguiente, son adversarios nuestros.
· Los Estados que pretenden aplicar sistemas discrecionales o unilaterales de solución de
controversias políticas, comerciales, financieras o de cualquier otro orden contradicen
nuestro interés. Nos sentimos comprometidos con Naciones Unidas, por lo que
apoyamos sus acciones y trabajamos para reforzar la Organización en todo aquello
que diga relación con la paz, la seguridad y el orden internacional.
· Compartimos el interés en el libre comercio con la comunidad internacional.
Lo anterior se suma a los esfuerzos realizados por el Estado para cumplir con la
normativa que emana de los acuerdos internacionales suscritos y que aseguran el
transporte marítimo, especialmente la completa implementación del Código ISPS, la
puesta en marcha del sistema de última generación asociados a VTS y AIS; y la adopción
del nuevo sistema de Control de Transporte Marítimo (Naval Cooperation and
Guidance Shipping, NCAG).
Ahora bien, habiéndonos referido a lo que Chile está realizando hoy en día, y que en el
futuro ha de resultar útil para cooperar con la Nueva Estrategia Marítima
Estadounidense, exploremos nuevas ideas que contribuyan eficazmente a implementar
dicha estrategia.
Asimismo, habría una mejor cooperación con una nueva estrategia marítima
estadounidense al intensificarse el control de nuestros espacios marítimos, ejercerlo
sobre importantes pasos oceánicos, como el Estrecho de Magallanes, el Canal Beagle y el
Paso Drake, y observar lo que ocurre en nuestro Mar Presencial, evitando, en la medida
de nuestras posibilidades, que en la alta mar adyacente a nuestras costas se cometan
actividades ilícitas. Al mismo tiempo, se ejercerían con mayor rigor las facultades que
otorga el Derecho Internacional y Nacional, como Estado del Pabellón, Estado Costero y
Estado Rector del Puerto. Conforme a lo anterior, frente a una Nueva Estrategia
Marítima estadounidense, Chile estaría dispuesto a cooperar, en la medida de sus
capacidades, en todo aquello que se enmarque dentro de los intereses nacionales,
motivaciones humanitarias y del ordenamiento jurídico internacional. Pensemos
constructivamente, por lo tanto, en cómo traducir esa voluntad política en compromisos
y restricciones comúnmente acordados, que faciliten los objetivos estratégicos de ambos
países.
Las oportunidades para que Chile actúe coordinadamente con los Estados Unidos
emanarán esencialmente de los compromisos para participar en forma cooperativa bajo
el mandato de las Naciones Unidas y de la voluntad política nacional.
comunes, entrenar los medios y compartir información en tiempo real, para ser capaces
de complementar los esfuerzos en demanda de intereses comunes.
Conclusiones
Por su parte, Estados Unidos declara que la seguridad del dominio marítimo sólo puede
ser lograda con el empleo simultáneo de todos los instrumentos del poder nacional, en
concertación con otras naciones-estados y en conformidad con el derecho internacional.
Asimismo, reconoce un interés común con otras naciones, por obtener seguridad
económica y protegerse contra actos hostiles realizados en el medio marino. Cree que
todas las naciones beneficiadas deben tomar parte en la responsabilidad de mantener la
seguridad marítima. Afirma, igualmente, que sólo a través de una aproximación
integrada entre todos los socios marítimos –gubernamentales y no gubernamentales,
públicos y privados– se podrá aumentar la seguridad del dominio marítimo.
La Armada de Chile comparte con la Armada de los Estados Unidos una similar
concepción de cooperación y del deber de cumplir con la normativa que emana de los
acuerdos internacionales suscritos. Por lo tanto, está dispuesta, sin apartarse de la
Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar y la legislación aprobada
en los organismos internacionales; a cooperar, a nivel regional y global, para lograr una
adecuada seguridad marítima, dentro del marco conceptual que plantee una nueva
estrategia marítima estadounidense.
COOPERACIÓN PARA LA SEGURIDAD REGIONAL Y GLOBAL 107
NOTAS
1. John Ikenberry y Anne-Marie Slaughter, Forging 12. Ibid.
a World of Liberty under Law: U.S. National
Security in the 21st Century, Princeton Project 13. José Miguel Insulza, ex ministro de asuntos
Papers (Princeton, N.J.: Woodrow Wilson exteriores de Chile, presentación (II Jornada
School of Public and International Affairs, Internacional de Defensa y Seguridad Regional
Princeton University, 2006), p. 59, disponible en en el Cono Sur, noviembre de 1997).
www.wws/princeton/edu. 14. Ver la intervención de Jaime Ravinet, ex
2. Ibid, Sec: 1 (59) ministro de defensa de Chile, “Global and
Regional Security as an Opportunity for Latin
3. Naciones Unidas, A More Secure World: Our America” Latinoamérica (ensayo, “Strategic
Shared Responsibility; Report of the High-Level Opportunities: Charting New Approaches to
Panel on Threats, Challenges and Changes Defense and Security Challenges in theWestern
(Nueva York: Naciones Unidas, 2004), Hemisphere”, Miami, Fla., 11 de marzo de
disponible en www.un.org. 2005), disponible en www.gobernabilidad.cl.
4. Geoffrey Till, Seapower: A Guide for the 15. Michelle Bachelet, Programa de Gobierno
Twenty-first Century (Portland, Ore.: Frank 2006–2010 (Santiago, Chile: noviembre de
Cass, 2004), p. 333. 2005), p. 98.
5. Código Internacional de Seguridad de Buques e 16. Adm.Miguel A. Vergara, “Desarrollo y poder
Instalaciones Portuarias, adoptado por la naval chileno en un mundo globalizado”
Organización Marítima Internacional en 2002, (ensayo, Seminario Inaugural Mes del Mar
junto con nuevas disposiciones del Convenio 2003, Base Naval Talcahuano, Chile, mayo de
dirigidas a aumentar la protección del sector de 2003), disponible en www.armada.cl/site/
envíos por vía marítima. noticias/pags/20030430104747.
6. “Long Range Identification and Tracking,” 17. Ver National Strategy for Maritime Security
International Maritime Organization, (Washington, D.C.: White House, septiembre
www.imo.org/Safety/mainframe.asp?topic_id= de 2005), p. 1, disponible en
905. www.whitehouse.gov/homeland/maritime
-security.html, revisado en marzo de 2007.
7. Geoffrey Till: “Frecuentemente, los problemas
de cumplimiento se pueden atribuir a grados de 18. Se podría añadir que el primer intento de
fallo estatal y a dificultades de gobernanza en alcanzar cooperación en asuntos de seguridad
tierra… A menudo los peores adversarios no naval fue realizado a principios del siglo XIX,
son países en competencia, sino actores de cuando el tercer presidente de Estados Unidos,
países de uno u otro tipo determinados a extraer Thomas Jefferson (1801 -1809), envió una flota
beneficios del mar sin tener en consideración a naval al Mediterráneo para restringir la
nadie más. Hasta en el caso de los países piratería de los países de Berbería (Marruecos,
efectivos, los diferentes usos del mar se Argelia, Túnez y Trípoli), que amenazaban el
superponen y a menudo compiten, y requieren comercio entre Estados Unidos y Europa. Sin
vigilancia”. Seapower, pp. 340 y 341. embargo, esa idea no floreció, principalmente a
causa de la guerra entre Inglaterra y la Francia
8. Miguel Vergara Villalobos, “Acepción ampliada napoleónica y por las diferentes percepciones
de la interoperabilidad”, Revista de Marina europeas y americanas de esa amenaza.
(Chile), 2003, no. 1, pp. 7–13.
19. En Vicealmirante John G. Morgan, Jr. y
9. David Hardy, “La seguridad cooperativa, un Contraalmirante Charles W. Martoglio, “The
modelo de seguridad estratégica en evolución”, 1,000 Ship Navy: Global Maritime Network,”
Revista de Marina (Chile), 2003, no. 5, p. 532. U.S. Naval Institute Proceedings (noviembre
10. Ver Francisca Möller, “La gobernabilidad: El de 2005), págs. 14 a 17.
desafío de América Latina,” Cuadernos de 20. En las materias que dicen relación, por
Difusión (Academia de Guerra Naval, Chile) 5, ejemplo, con el apoyo de un petrolero y de
no. 11. aeronaves (Orión P-3) de exploración que
permitan incrementar la capacidad de
11. Fernando Thauby, “La armada en la seguridad
operación y vigilancia en el Pacífico.
naval y marítima”, Revista de Marina (Chile),
2003, no. 5, p. 435.
LA COOPERACIÓN
MEDIANTE LAS
ASOCIACIONES
MARÍTIMAS REGIONALES
Parte uno
Ensayos de las Américas
11
Los estados del hemisferio americano deben atender a las amenazas tradicionales y a
aquellas de naturaleza diversa y alcance multidimensional que han crecido en
importancia en los últimos años. Dado que estas amenazas comprenden aspectos
políticos, económicos, sociales, de salud y ambientales, se les debe enfrentar en todos
esos ámbitos.
Por otro lado, la región ha vivido numerosos conflictos internos que han derivado en
enfrentamientos armados de carácter doméstico, entre otras razones por la ausencia o
debilidad de mecanismos institucionales establecidos para la prevención o resolución de
112 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
Los cambios acaecidos en el sistema internacional a partir de la década del ochenta han
introducido un nuevo conjunto de factores que inciden en el potencial incremento de
conflictos armados, asociados al debilitamiento del estado y de las instituciones, al
surgimiento de nuevos actores a nivel transnacional y local, y al surgimiento de nuevas
amenazas, predominantemente de carácter transnacional.
Con la finalidad de lograr un equilibrio entre la gran cantidad de variables que nos
permitan visualizar una estrategia marítima regional con una visión de largo plazo que
se adecue al entorno actual y al futuro previsible, esbozaremos los lineamientos generales
para el desarrollo estratégico, tomando como referencia el modelo propuesto por el
1
profesor Henry C. Bartlett.
Los ataques del 11 de septiembre del 2001 contra los Estados Unidos marcaron una
nueva agenda internacional en temas de seguridad. El eje de esta nueva agenda se centra
en la lucha frontal contra el terrorismo global, así como contra las redes y estados que
pudieran sostenerlo, apoyarlo o dar lugar a su desarrollo. Sin embargo, la percepción de
cercanía y/o inminencia de esta amenaza varía radicalmente en las distintas regiones del
mundo.
Para muchos de los países americanos el terrorismo es también percibido como una seria
amenaza, así como el narcotráfico, pero ese terrorismo se identifica muchas veces con
movimientos locales. En un segundo rango, se ubican la pobreza y las carencias sociales,
el tráfico de armas, los problemas medioambientales y los desastres naturales. En un
tercer nivel, se ubica al crimen organizado, aunque esto pudiera vincularse tanto al
tráfico de armas como al terrorismo y el narcotráfico.
Las cartas constitutivas de la ONU y de la OEA inducen a los estados miembros a tener
conductas proactivas para mantener la paz y la seguridad internacional, tomando
medidas colectivas eficaces para prevenir y eliminar amenazas a la paz, y para suprimir
actos de agresión u otros quebrantamientos de la paz.
A nivel hemisférico los órganos que operan esta arquitectura de seguridad son la
Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD), el Comité
Interamericano Contra el Terrorismo (CICTE) y el Comité Interamericano para la
Reducción de los Desastres Naturales (CIRDN). Adicionalmente, se cuenta con la Corte
Interamericana de Derechos Humanos y con la Junta Interamericana de Defensa (JID).
114 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
Todos estos tratados y declaraciones constituyen el marco legal sobre el cual se puede
construir un mejor sistema de seguridad americano, pero la condición fundamental para
lograrlo es que las normas evolucionen en consonancia con los acontecimientos. En tal
sentido, es imperioso revisar este marco regulador y adecuarlo a las actuales y futuras
necesidades de seguridad y defensa del continente, construyendo así un verdadero
sistema cooperativo de seguridad regional que permita dar respuesta eficaz a las nuevas
3
amenazas a la paz y a la estabilidad continental.
Objetivos
Supuestos estratégicos
· Las nuevas amenazas no se pueden conjurar por vía de la negociación.
· La forma más efectiva de combatirlas es la intervención militar directa, rápida y
oportuna.
· La inestabilidad política y la limitación de recursos de algunos países representan un
peligro para el eficiente funcionamiento de un sistema de seguridad cooperativo en la
región.
· Las nuevas amenazas continuarán utilizando extensamente el medio marítimo para el
desarrollo de sus actividades.
· Las operaciones combinadas multinacionales se verán limitadas por los diferentes
grados de alistamiento y entrenamiento de sus elementos involucrados, así como por
las diferencias tecnológicas de sus sistemas.
Estrategia. Para combatir eficazmente a las nuevas amenazas en el ámbito marítimo será
necesario contar con un modelo de seguridad regional o continental que permita llevar a
cabo operaciones navales combinadas multinacionales.
Deben ser fuerzas multinacionales con gran capacidad de reacción y flexibilidad, capaces
de un despliegue rápido tanto en ámbito nacional como internacional. Fuerzas de este
tipo proveen una respuesta inicial y urgente a la seguridad colectiva pues son
organizaciones stand by, en condiciones de ser movilizadas en un corto período de
tiempo ante determinadas emergencias. Su alta movilidad y alistamiento les permite
116 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
estar en el terreno de conflicto en poco tiempo, pudiendo ser empeñadas por el tiempo
que se requiera para neutralizar la amenaza.
Para que esto se pueda llevar a cabo, cada país integrante del sistema debe aportar cierta
cantidad y tipo de unidades para llevar a cabo las tareas y operaciones que se requieran,
debiendo encontrarse listas en sus puertos base para conformar la organización de tarea
en tiempos relativamente cortos. Se conformarían organizaciones de tarea por
subregiones, como se señala más adelante, y las fuerzas se clasificarían según su grado de
disponibilidad.
Asimismo, un esquema como el propuesto pondera las capacidades singulares que posee
cada Armada, y perfecciona las capacidades nacionales al compatibilizar la logística y la
interoperabilidad de los sistemas.
Enfrentar nuevas amenazas puede implicar situaciones de crisis y/o conflicto, siendo
necesario desarrollar conceptos estratégicos específicos, tales como:
Las armadas con mayor disponibilidad de medios podrán actuar en una o más
subregiones, colaborando en la protección de áreas de interés común.
Subregiones Países
se excluyen mutuamente. Las fuerzas armadas compiten por recursos con muchas
otras entidades del estado, especialmente cuando no se percibe una amenaza seria a la
seguridad nacional. Es pues importante resaltar que el grado de inversión en seguridad
y defensa nacional irá en proporción directa a la percepción que tiene la sociedad
sobre las amenazas que se ciernen sobre ella.
Conclusiones
Los recursos siempre son limitados, especialmente los presupuestarios. En este contexto,
lo que destinen los países para la seguridad regional en relación a la dicotomía de
seguridad versus gasto social será un limitante a considerar para cualquier acción
conjunta ante las nuevas amenazas comunes.
UNA ESTRATEGIA MARÍTIMA REGIONAL CONTRA NUEVAS AMENAZAS 119
NOTAS
1. Henry C. Bartlett, G. Paul Holman Jr. y considerado como un ataque contra todos los
Timothy E. Somes, “El Arte de la Estrategia y el Estados Americanos, y en consecuencia, cada
Planeamiento de Fuerzas” publicado una de las Partes Contratantes se compromete
originalmente como “The Art of Strategy and a ayudar a hacer frente al ataque en ejercicio
Force Planning,” capítulo 2 en Strategy and del derecho inminente de legítima defensa
Force Planning (Estrategia y planificación de individual o colectiva que reconoce el Artículo
fuerzas) 4a ed. (Newport, R.I.: Naval War 51 de la Carta de las Naciones Unidas”.
College Press, 2004) disponible en
www.nwc.navy.mil/academics/courses/nsdm/ 3. Almirante Ricardo Arboccó Licetti,
spanish/Chap2(SP).pdf. “Concepción estratégica de la Marina de
Guerra del Perú” Revista de Marina
2. Firmado el 2 de septiembre 1947 en Río de (Valparaíso, Armada de Chile, 2003), nº 4.
Janeiro, el Tratado Interamericano de Asistencia
Recíproca establece en su artículo 3.1 que, en 4. Consideradas en base a las establecidas por el
caso de “...un ataque armado por cualquier Centro de Estudios Hemisféricos de Defensa
Estado contra un Estado Americano, será (CHDS)
12
L a Armada Canadiense es una armada de tamaño mediano. Está conformada por tres
destructores de clase Iroquois, doce fragatas de clase Halifax con misiles teledirigidos,
dos buques cisterna, cuatro submarinos convencionales de clase Victoria y doce buques
de defensa costera, todo ello complementado por una flota modesta de helicópteros y
aviones de patrulla marítima.
Nacida como la Armada Real Canadiense (RCN) el 4 de mayo de 1910, la armada fue, en
muchos aspectos, producto de la Armada Real (RN). El naciente servicio marítimo
acogió la cultura de la RN y quedó como un subconjunto de hecho de la Armada Real
hasta la Segunda Guerra Mundial, cuando empezó a arrimarse al campo gravitacional de
otra gran armada, la Armada de los Estados Unidos (USN).
Lo que daba todavía más valor a los navíos fué el hecho de que los doce navíos de
defensa costera entraron en servicio al mismo tiempo, lo cual dejaba libres a los buques
más grandes para desplegarse en aguas azules. Tales hechos afortunados se acentuaron
con la decisión de enmendar la tradicional disposición de los activos navales canadienses
a raíz del reconocimiento de la creciente importancia del océano Pacífico. Antes de
mediados de los 1990, aproximadamente el 70 por ciento de la Armada Canadiense se
encontraba estacionada en Halifax. Esto no es de sorprender, vistos los imperativos de la
guerra antisubmarina en el Atlántico, para no mencionar los nexos institucionales que
unían a Canadá con la OTAN así como los 250 años de vinculación de Halifax con el
poder marítimo.
El litoral occidental de Canadá, a modo de contraste, se veía como algo alejado de los
conflictos de la guerra fría y más apto para fines de entrenamiento. Tal percepción
empezó a cambiar tras la caída del Muro de Berlín. En 1994, informes oficiales de
defensa y política extranjera resaltaban la creciente importancia de Asia (como que el
comercio transpacífico había superado el transatlántico en 1983) e instaban a las fuerzas
canadienses a entenderse más de cerca con Asia. La Armada Canadiense era el medio
obvio para hacerlo, y se trasladaron buques de las Fuerzas Marítimas del Atlántico
(MARLANT) de Halifax a las Fuerzas Marítimas del Pacífico (MARPAC) en Esquimalt,
Columbia Británica.
Las fragatas, en virtud de sus “piernas largas” eran muy apropiadas para tales
despliegues. Sería erróneo insinuar que la Armada Canadiense estuviese haciendo sus
GRIS SOBRE GRIS 123
operaciones por su cuenta, ya que el final de la década de los 1990 fue testigo de una
cooperación tecnológica que se profundizaba de modo constante entre la Armada
Canadiense y la USN, especialmente en los ámbitos de C4ISR. Tal cooperación se debió
en gran parte a la visión y osadía de los almirantes en la USN conscientes no sólo de que
su armada estaba perdiendo tamaño (y, como la Armada Real de fama en tiempos
anteriores a la Primera Guerra Mundial, necesitaba el apoyo de amigos y aliados) sino
también de que había un efecto multiplicador inherente en los sistemas de operación
comunes y en la información/inteligencia compartida. No era esta, desde luego, una
estrategia exenta de riesgo en una época en que la confianza de los estamentos de defensa
e inteligencia estadounidenses se vieron sacudidos por las violaciones de seguridad
fatales asociadas con los Walker, Aldrich Ames y Robert Hanssen. No obstante, existía
un hondo reservorio de confianza entre las dos comunidades navales tras medio siglo de
labores conjuntas, y se decidió elevar la asociación a un nuevo nivel.
La USN es la armada tecnológicamente más avanzada del mundo, y toda armada que
actúe como su asociada ha de situar sus comunicaciones en estado congruente con los
equipos estadounidenses. Esto es una dificultad grande porque la tecnología cambia tan
rápidamente que las armadas pequeñas tienen que mantener gastos considerables y
continuos para mantenerse a la par con la USN. El resultado práctico de este proceso
adaptativo es que los buques tienden a modernizarse tecnológicamente “en escalerilla”.
Es decir que el navío más recientemente desplegado con un CVBG o con un SAG estará
plenamente modernizado mientras que sus buques hermanos se encontrarán en diversas
etapas de atraso tecnológico. Para bien o para mal, la USN no parece estar interesada en
disminuir el ritmo de modernización para beneficiar a sus socios más pequeños
Estos retos tecnológicos, principalmente en el mundo de C4ISR, son apenas la punta del
témpano de hielo, en el sentido de que la compatibilidad en materia de comunicaciones
es apenas el primer paso hacia una asociación completa. Un reto igualmente complejo es
la interoperabilidad informática. Es decir, los datos provenientes de ciertas fuentes o
considerados sensibles se rotulan de inmediato como “NOFORN” para que ningún
extranjero tenga acceso a ellos. Afortunadamente para los canadienses, esta prohibición
ha empezado a disminuir después de años de colaboración cercana y efectiva. Mas el
acceso aún no está exento de impedimentos, y paradójicamente, los comandantes
navales canadienses se encuentran con frecuencia prohibiendo la difusión adicional de
datos a otros asociados en la coalición porque los últimos no tienen la inestimable
ventaja de ser parte de la comunidad de los “Cuatro Ojos”, conformada por Gran
Bretaña, Australia, Canadá y los Estados Unidos.
Los despliegues a la zona del océano Índico presentan un reto de índole diferente: la
tiranía de la distancia. Las fragatas o destructores que se despachan al norte del mar de
Arabia para unirse a la Fuerza de Trabajo de la Coalición 150, fuerza dedicada a la guerra
124 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
contra el terrorismo, encuentran que tardan entre treinta y cinco y cuarenta días en
simplemente asumir su estación. Según las circunstancias, su pasaje podría ser en
compañía de un grupo de batalla con portaaviones, mas con frecuencia van solos.
Cualquiera de las situaciones se presta para perfeccionar las destrezas de navegación
marítima y batalla pero recorta considerablemente el tiempo que queda para el servicio
en estación.
Estos despliegues globales encierran sin embargo, una dimensión positiva en el sentido
de que el recorrido de los buques generalmente los lleva cerca a los destinos preferidos
para ejercicios y diplomacia, como Australia, Singapur o la India. De hecho, en febrero
de 2007 el HMCS Ottawa, a su salida de la zona del Golfo Pérsico, se detuvo en la costa
occidental de la India para unirse al Ejercicio MALABAR con sus contrapartes de los
Estados Unidos y la India.
Esto ha significado, entre otras cosas, que la Armada Canadiense ha tenido que formar
complejas cadenas de suministro y reparación a escala mundial—proeza nada pequeña
para una armada de tamaño mediano. Por otro lado, el personal naval canadiense ha
tenido acceso a sistemas impresionantes de alerta de situación del teatro. Se podría
argumentar que los aportes más grandes a la guerra en coalición se presentaron en dos
esferas distintas: el papel de comodoros canadienses como comandantes como
comandantes delegados de fuerzas de trabajo y el papel de las tripulaciones de buques
canadienses de recibir o abordar centenares de navíos para inspecciones marítimas.
Otro fenómeno post-9/11tiene que ver con la Conciencia del Dominio Marítimo. Por
largo tiempo, el mundo conservador, amplio y privado (por no decir secreto) de la
navegación comercial se ha sustraído al ámbito de la información que asociamos con el
transporte aéreo, donde se rastrea cada avión de aerolínea importante en su ruta
programada. Tal conocimiento es inexistente en lo que respecta al movimiento de
barcos, particularmente en un momento en que tales movimientos aumentan
notoriamente como consecuencia del proceso de globalización en permanente
aceleración. La Conciencia del Dominio Marítimo —conocer integralmente los
movimientos de los navíos a escala mundial— implica no solamente dispositivos
técnicos para el rastreo sino también cooperación entre diversas entidades y en el
interior de las mismas. Esto supone un reto en el ámbito marítimo por ser tantos los
departamentos gubernamentales cuyos mandatos abarcan el territorio costero o se
extienden mar afuera.
Mientras que la colaboración entre las armadas de los Estados Unidos y Canadá siempre
ha sido estrecha, también se ha vuelto más cercana en años recientes entre la Armada de
Canadá y diferentes distritos del Servicio de Guardacostas estadounidense.
Desafortunadamente, el concepto de una presencia de seguridad continental sin
GRIS SOBRE GRIS 125
Otro reto planteado por la guerra global contra el terrorismo es la tensión entre los
“juegos locales” y los “juegos lejanos”, o sea un debate sobre el empleo más apropiado de
las fuerzas navales nacionales, uno que tenga repercusiones directas en la asociación
entre la Armada Canadiense y la USN. Si bien la Armada de los Estados Unidos puede
dejar la seguridad costera a los USCG, la Armada Canadiense, por los motivos indicados,
no se puede dar ese lujo. En su lugar, hay, o hubo, un debate en ciertos campos sobre si
la Armada Canadiense debe o no limitarse a patrullar las aguas nacionales canadienses a
expensas de la diplomacia naval de largo alcance, la realización de ejercicios y las
empresas en coalición—el llamado “juego lejano”. Esta representación que implicaba
escoger lo uno o lo otro gustaba a nivel periodístico pero resultaba simplista al tratar la
complejidad de las amenazas marítimas.
Felizmente, parece que se ha descartado esa falsa dicotomía al comprender los políticos y
formuladores de políticas que el concepto de “juego local” es demasiado parroquiano
como estrategia. La posibilidad de influir en los puntos de origen de las amenazas
internacionales es una prioridad clara y se logra mejor con despliegues globales. Los
despliegues globales también permiten que la Armada Canadiense cumpla los
compromisos de Canadá con la Iniciativa de Seguridad contra la Proliferación, una de
varias iniciativas post-9/11 en materia de reglamentación cuyo objetivo es atacar las
raíces del terrorismo y la proliferación de armas de destrucción masiva o sus partes
componentes.
Esta reducción cuantitativa quizá fuera un tanto más soportable si los compromisos
mundiales de los Estados Unidos no hubieron aumentando. Pero lo están, y esa realidad
ha dado lugar a lo que Kennedy ha llamado, en otro contexto, una “sobre-extensión
imperial”. En la práctica, la situación recuerda aquella que afrontó la Armada Real en
vísperas de la Primera Guerra Mundial, cuando los almirantes, desesperados, acudieron
a los autoridades en busca de aportes de hombres y material para una Gran Flota que se
oponía a la creciente amenaza planteada por la Flota Alemana de Alta Mar. Un siglo más
126 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
tarde, la USN busca cerrar la brecha entre los fines y los medios apelando a la fraternidad
marítima para que comparta la carga de mantenimiento de la paz y el orden en el mar.
Hay, desde luego, otra motivación, una que surge al comprender que los océanos son las
últimas grandes extensiones comunes del mundo, y que incumbe a todas las
comunidades navegantes acoger aquel principio. Aquí también entran en juego los
antiguos vínculos entre la Armada Canadiense y la USN. El ejercicio de aquella
asociación no es un lujo sino un imperativo, especialmente en momentos cuando la
región indo-pacífica empieza a exhibir un inquietante grado de fragilidad en el mar.
Ahora bien, el hecho de que primero los buques de guerra canadienses complementaran
los CVBGs, SAGs y formaciones de los Estados Unidos y luego reemplazaran buques
navales estadounidenses dentro de tales formaciones no significa necesariamente que
Canadá pueda sostener aquella asociación en todas las circunstancias. Es claro que la
Armada Canadiense no ha participado en la guerra en Irak, si bien en la práctica puede
ser borrosa la línea divisoria entre rastrear navíos como parte de la guerra global contra
el terrorismo y rastrear navíos que pueden, al examinarse más de cerca, resultar con
alguna asociación con elementos hostiles en Irak. Otro tanto puede decirse respecto de
Taiwán o Corea del Norte. Puede haber buques canadienses obrando en aguas asiáticas
con sus contrapartes estadounidenses, pero sería muy improbable que permanecieran en
compañía de estos navíos de la USN en caso de hostilidades relacionadas con Taiwán o
Corea del Norte. La determinación última vendría en forma de una decisión del gabinete
en Ottawa, y el resultado más probable sería que los buques de guerra canadienses
permanecieran a un lado.
No obstante, la asociación será cada vez más difícil de lograr cuando la Armada
Canadiense empieza un período de extensa recapitalización en la cual algunos buques de
guerra de largo servicio saldrán de las filas de espera para reemplazos pendientes y otros
se sacarán de servicio para reparaciones a mitad de sus vidas útiles. Así, pues, la Armada
Canadiense comienza un período de especial dificultad en que la transformación de las
fuerzas canadienses, unida a las exigencias asociadas con la campaña en Afganistán y a
los gastos asociados con la revitalización de la flota, tendrán el efecto de calificar la
eficacia general de la Armada en el preciso momento en que el avance de las asociaciones
marítimas en general, y con la USN en particular, representa un imperativo nacional.
GRIS SOBRE GRIS 127
NOTA
Las opiniones presentadas en este escrito son únicamente del autor y no representan políticas oficiales del
Departamento Nacional de Defensa de Canadá.
13
Es innegable que estas amenazas existen, pero también es cierto que cada Estado
reacciona de manera diferente, en la medida en que se siente afectado por ellas. Pese a
ello, todos los estados se deben dotar de los medios y recursos necesarios para brindar un
adecuado nivel de seguridad a sus pobladores, permitiéndoles desarrollar su potencial de
modo libre y armónico, en un ambiente social y económicamente estable. Esto también
demanda estar listos para defender de manera efectiva sus correspondientes intereses
contra los actores que puedan amenazarlos.
Lamentablemente, este esquema parece no estar respondiendo a los retos planteados por
los nuevos desafíos a la seguridad, plasmados en amenazas que en gran medida asumen
un carácter transnacional y asimétrico. Estas amenazas incluyen el terrorismo, el
narcotráfico, la contaminación ambiental, la inmigración ilegal, el tráfico ilegal de
armas, el contrabando, la piratería, la proliferación de armas de destrucción masiva y la
sobreexplotación de recursos naturales.
Planteado de esta manera el panorama, resulta crecientemente necesario que los estados
actúen de manera cooperativa para defenderse ante estas nuevas amenazas. Esto conlleva
130 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
Situación
Luego del desmoronamiento de la Unión Soviética y con ella del principal impulsor del
comunismo, los países occidentales debieron reorientar sus esquemas de seguridad, pues
hasta entonces sus organizaciones multilaterales y regionales de defensa partían del
supuesto de que la influencia comunista se materializaría en un conflicto directo. En ese
sentido, durante más de cuarenta y cinco años, las doctrinas de defensa de las principales
potencias se centraron en amenazas simétricas, con capacidades convencionales y
nucleares, sin descartar la posibilidad del empleo de armas químicas y bacteriológicas.
En nuestro continente, este tipo de amenaza estuvo representado por Cuba y los
movimientos de izquierda que optaron por la lucha armada. Paralelamente, varios países
latinoamericanos mantuvieron disputas limítrofes que, en mayor o menor medida,
impedían consolidar un esquema de seguridad cooperativa, enturbiándolo con asuntos
bilaterales pendientes. La desaparición de la amenaza comunista eliminó uno de los
argumentos centrales para el funcionamiento del Sistema de Seguridad Hemisférica y
trajo nuevamente a la palestra viejos diferendos y desconfianzas que se reflejan aún hoy
en los documentos relativos a la seguridad generados al interior de la OEA y en otros
foros regionales y subregionales.
En efecto, a pesar del esfuerzo desplegado por los Jefes de Estado, los Ministros de
Relaciones Exteriores y los de Defensa, el continente americano no ha llegado a
consolidar sus mecanismos de solución pacífica de controversias, tal como se previó en
2
el Pacto de Bogotá. Si bien estos mecanismos han llegado a actuar con éxito en algunos
casos, esto se debió, con escasas excepciones, a la intervención de mecanismos
3
extra-continentales, tales como arbitrajes o la Corte Internacional de Justicia.
Las nuevas amenazas que hoy se ciernen sobre el continente, que en el fondo no son del
todo nuevas, han cobrado proporciones que desbordan y trascienden las fronteras
estatales. Problemas como el terrorismo, que anteriormente circunscribía su accionar al
territorio de algunos países y era impulsado generalmente por ideologías políticas
radicales de corte marxista, han dado origen a verdaderas organizaciones delictivas que
se financian a través de la realización de actividades ilícitas y que se desplazan de un país
a otros según sus necesidades de financiamiento lo demanden. De esta manera,
COOPERACIÓN EN LA SEGURIDAD NACIONAL 131
Proyección
La situación descrita hace prever que, en el mediano plazo, las amenazas que
actualmente se ciernen sobre el Hemisferio vayan ganando terreno ante la incapacidad
de los Estados para combatirlas de manera concertada. En este escenario, es posible que
el narcotráfico extienda sus redes de influencia a través de la corrupción, utilizando los
fondos obtenidos de la comercialización de drogas y del lavado de dinero. Asimismo,
podrá auspiciar movimientos reivindicatorios de campesinos sembradores de coca,
marihuana y amapola, que eventualmente pueden convertirse en grupos políticos de
gran influencia en países como Perú, Bolivia, Ecuador y Colombia. También es
previsible que los medios para el traslado de la droga a los mercados de los Estados
Unidos y Europa continúen variando para adaptarse a la respuesta de las fuerzas del
orden, no excluyendo ningún medio ni espacio para lograr el objetivo de llevar la
mercancía a su destino.
Por esa razón, ningún país puede considerarse a salvo de la influencia del narcotráfico,
sólo por el hecho de no ser productor de la materia prima para su elaboración, pues
buena parte de la actividad de las grandes organizaciones de narcotraficantes se lleva a
cabo en países no productores. De igual manera, se considera factible el incremento de
los vínculos del narcotráfico con grupos violentos, con el fin de llevar a cabo acciones
que sirvan de “cortinas de humo” para distraer la atención de las autoridades locales. El
terrorismo internacional encontrará en este ambiente de confusión un campo apropiado
para preparar o incluso lanzar sus ataques.
Escenarios
Optimista. El narcotráfico reduce su accionar como fruto del éxito de las medidas
represivas implementadas en el Hemisferio. Esta situación lleva a los narcotraficantes a
encontrar nuevas zonas de cultivo en Asia, hacia donde se trasladan sembríos y
laboratorios de procesamiento. La falta de ingresos hace languidecer a los grupos
delictivos violentos vinculados al narcotráfico. Se reduce la necesidad de actuar de
manera conjunta en el combate de estas amenazas, permitiendo que cada país pueda
controlar las actividades ilícitas dentro de su territorio.
Situación
Proyección
Los tres escenarios sobre la posible evolución de las amenazas evidencian la necesidad de
contar con un sistema de seguridad cooperativa a nivel del Hemisferio. En cualquiera de
los casos descritos debemos tener en cuenta que las amenazas calificadas como “nuevas”
son en realidad problemas que existen desde hace mucho tiempo, pero que en los
últimos años han cobrado importancia al haber sobrepasado la capacidad de acción de
los estados en forma individual. Por tal motivo, resulta evidente que aun cuando en un
escenario optimista las amenazas pudieran reducir su accionar, éstas podrían resurgir de
un momento a otro. En los otros dos escenarios (probable y pesimista), la necesidad de
articular un sistema realmente efectivo se convierte en algo aún más urgente.
Este proceso debe realizarse sobre la base de una apreciación objetiva de las amenazas,
procurando despolitizar la agenda regional para evitar que diferendos o disputas
pendientes impidan llegar a acuerdos concretos. El Sistema de Seguridad Hemisférica
debe ser un instrumento de cooperación con carácter operativo y no un foro de
discusión ni un instrumento de imposición de la voluntad de unos sobre otros. Debe ser
rediseñado como un mecanismo para enfrentar las amenazas que sobrepasen la
capacidad de los estados o que desborden sus fronteras.
Este proceso debe construirse en torno a la confianza mutua. Como señaló Hernán
Patiño Mayer, primer presidente de la Comisión Especial de Seguridad Hemisférica de la
OEA, la construcción de confianza es una de las características fundamentales del
5
modelo cooperativo de seguridad. La reconfiguración del Sistema de Seguridad debe
darse de manera progresiva pero eficaz, para lo cual será necesario elaborar un programa
que considere etapas y acciones definidas hasta su funcionamiento pleno como
organismo regional y que si bien debe estar plenamente subordinado al poder civil
legítimo de los Estados, debe ser de carácter apolítico y de naturaleza únicamente
operativa.
Escenarios
Optimista: los estados del Hemisferio optan por enfrentar las amenazas de manera
conjunta, articulando un sistema de seguridad cooperativa realmente operativo y con
capacidad de enfrentar dichas amenazas de manera continua (no coyuntural), en
cualquier ámbito del continente, contribuyendo con ello a consolidar la democracia y la
gobernabilidad en el mediano y largo plazo.
Etapas previas
Estructura Propuesta
Nivel Político. Constituido por el Consejo de Seguridad Hemisférica, conformado por los
Jefes de Estado del Hemisferio o por sus representantes (Ministros de Relaciones
Exteriores o de Defensa), siendo el organismo de más alto nivel del sistema.
CONCLUSIONES
· Las nuevas amenazas a la seguridad hemisférica, que asumen en gran medida un
carácter transnacional y asimétrico y el escenario probable de evolución de las
mismas, evidencian la necesidad de actuar de manera cooperativa a nivel de las
Américas, con el fin de enfrentarlas y defender los intereses comunes.
· El actual Sistema de Seguridad Hemisférica se encuentra estancado y sin capacidad
real para actuar frente a las amenazas tradicionales y nuevas.
· La posibilidad de lograr articular un Sistema de Seguridad Hemisférica
verdaderamente eficaz dependerá de la voluntad política de sus integrantes.
· Una vez tomada la citada decisión política, será necesario llevar a cabo un proceso
despolitizado para definir su ámbito de acción y las amenazas a enfrentar, así como su
estructura y los parámetros dentro de los cuales deberá desenvolverse.
· El Sistema de Seguridad Hemisférica debe desarrollarse sobre la base de la articulación
con los estados y el control de sus autoridades legítimamente elegidas sobre las
actividades que desarrolla.
· El Sistema de Seguridad Hemisférica debe constituirse como un organismo regional,
con carácter apolítico y de naturaleza netamente operativa.
COOPERACIÓN EN LA SEGURIDAD NACIONAL 137
NOTAS
1. Organización de los Estados Americanos, 5. OEA, Asamblea General, Resolución AG/RES.
Declaración Sobre Seguridad en las Américas, Art. 1240 (XXIII-O/93)
42, (Ciudad de México, 28 de octubre de 2003)
disponible en www.oas.org/36ag/espanol/doc_ 6. Aportes a un nuevo concepto de seguridad
referencia/DeclaracionMexico_Seguridad.pdf. hemisférica-seguridad cooperativa, Comisión
Especial sobre Seguridad Hemisférica, OEA,
2. “American Treaty on Pacific Settlement,” mayo de 1993.
suscrito en Bogotá el 30 de abril de 1948.
7. Randall Forsberg, “La Creación de un Sistema
3. Como en el caso de Perú y Ecuador, que Global de Seguridad Cooperativa” Revista
resolvieron sus diferencias en 1998 con la Fuerzas Armadas y Sociedad, Vol. X, Nº4
intervención de los países garantes del Protocolo (Facultad Latinoamericana de Ciencias
de Río de Janeiro (Brasil, Argentina, los Estados Sociales, Santiago de Chile, 1995).
Unidos y Chile).
4. Carta de la OEA, suscrita en Bogotá en 1948 y
reformada por el Protocolo de Buenos Aires en
1967, por el Protocolo de Cartagena de Indias en
1985, por el Protocolo de Washington en 1992,
y por el Protocolo de Managua en 1993.
14
En su ensayo, el Capitán de Navío Sidders recuerda a los lectores que el interés en el mar
va más allá del comercio. La exploración científica y el desarrollo tecnológico son
actividades fundamentales, como también lo son la protección de la vida humana y del
140 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
medio ambiente. El capitán Teixeira Martins les recuerda que, mientras el 90 por ciento
del comercio mundial viaja por mar, también un porcentaje importante de petróleo y
gas se extrae del océano. Por lo tanto, la expansión y la estabilidad económica dependen
de la existencia de un ambiente marítimo seguro.
Con respecto a otro cambio en el ámbito internacional, el Capitán de Navío Del Álamo y
sus colegas sostienen que los ataques del 11 de septiembre y los que siguieron,
representan una nueva amenaza internacional frente a la cual ni Perú ni otros países
están exentos. De la misma manera, el tráfico ilegal de drogas y materiales radiactivos
presentan una nueva amenaza transnacional. Con frecuencia, estas amenazas son
asimétricas y, por lo tanto, exigen respuestas nuevas e imaginativas.
La Profesora Möller y sus asociados consideran que las características particulares de las
nuevas amenazas tienden a sobrepasar las capacidades que los estados han desarrollado
individualmente para neutralizar su vulnerabilidad, riesgos y amenazas a sus intereses
vitales, y que esto genera la “necesidad de respuestas coordinadas multilaterales de
cooperación que se deben integrar al ambiente multilateral transnacional mediante
cooperación para la seguridad”.
Adjuntando otra dimensión al análisis de la estrategia marítima con base en una mirada
a la historia colonial, el Contraalmirante Troitiño sostiene que la estrategia marítima
desempeñó un papel fundamental en la formación de Argentina como nación, puesto
que España buscaba la manera de proteger el transporte de tesoros desde el virreinato del
Perú hasta Europa. El poderío marítimo se usó posteriormente para integrar las
diferentes regiones de Argentina y, según el almirante Troitiño, podría contribuir a
lograr esta meta aún en el presente.
Puesto que el 95 por ciento del comercio de Brasil se mueve por mar y el 90 por ciento
del petróleo de su país se extrae del mar, el Capitán de Navío Teixeira Martins piensa
que la cooperación con los Estados Unidos es atractiva para mejorar su seguridad
marítima “si dicha cooperación es de apoyo mutuo en el campo de la seguridad militar,
el intercambio de inteligencia, la implementación de maniobras conjuntas, e
intercambios académicos, de doctrinas y de tecnología”.
La Profesora Möller y su equipo hacen énfasis en que “al final, la región presenta una
situación de condiciones de seguridad cambiantes y activas”, pero, en general,
“demuestra que existe un alto grado de cooperación. Se han dado algunos pasos para
disminuir el grado de conflicto entre estados y para eliminar la amenaza de las armas de
destrucción masiva. Por tal motivo, las medidas de cooperación para la seguridad que se
han perfeccionado, han mejorado la transparencia y equilibrado las relaciones en el
ámbito de la defensa”. Algunos ejemplos son “el establecimiento de medidas de mutua
confianza, publicaciones sobre defensa y el desarrollo de metodologías para comparar
los gastos de defensa entre Argentina y Chile” y entre Perú y Chile, como también entre
Perú y Ecuador.
El Capitán de Navío Del Álamo y sus colegas proponen unos nuevos arreglos
internacionales de organización para hacer frente a las nuevas amenazas. En el primer
caso, la armada del Perú debería trabajar más de cerca con la Policía Nacional. Los
autores subrayan la necesidad de que haya mayor cooperación entre los cuerpos de ley y
las organizaciones de inteligencia. Igualmente, argumentan que las nuevas amenazas
requieren de un llamado para mayor cooperación entre armadas.
142 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
De las lecciones aprendidas por América del Norte, el Dr. Boutilier recuerda que después
de la Guerra Fría, “la inmensidad del Pacífico y la ausencia de un marco institucional
como la OTAN, redobló la importancia de la cooperación de las armadas de Canadá y
los Estados Unidos en ese océano. Un acuerdo entre estas dos naciones delegó el
cuadrante del Pacífico nororiental al Comandante de las Fuerzas Navales Canadienses en
el Pacífico en la eventualidad de una guerra. Al mismo tiempo, las áreas de
entrenamiento en el sur de California eran ideales para las tripulaciones de destructores
y fragatas, ansiosas por escapar del frío y de las turbulentas aguas del Pacífico Norte en el
invierno”.
Según el Dr. Boutilier, esta “cooperación se debió en gran parte a la visión y osadía de los
almirantes en la USN conscientes no sólo de que su armada estaba perdiendo tamaño (y
como la Armada Real famosa en tiempos anteriores a la Primera guerra Mundial,
necesitaba el apoyo de amigos y aliados) sino también de que había un efecto
multiplicador inherente en los sistemas de operación comunes” y en compartir
información e inteligencia. Más aun, “existía mucha confianza entre las dos
comunidades navales después de medio siglo de trabajar juntas; por eso decidieron llevar
su cooperación a un nivel más alto”.
La Profesora Möller y sus colegas sugieren que la mejor cooperación de Chile “con la
nueva estrategia marítima de los Estados Unidos, sería posible si intensificáramos el
control y la vigilancia de nuestros espacios marítimos sobre pasos oceánicos
importantes, como el estrecho de Magallanes, el canal de Beagle, el paso de Drake y
nuestro mar Presencial, impidiendo que se lleve a cabo cualquier actividad ilegal en alta
mar cerca de nuestras costas”. Más aún, el ejercicio de autoridad con el apoyo de leyes
nacionales e internacionales, podría aplicarse con mayor rigor tratándose de una nación
de bandera, una nación costera o una autoridad portuaria.
El Capitán de Navío Sidders reconoce que existe una tensión conceptual entre la
gobernabilidad en el mar y la libertad de navegación. El reto, dice, es hallar una manera
de “respetar el orden internacional y los derechos de cada nación dentro de un marco de
cooperación indiscutible”. Luego plantea un dilema: “si se debe conservar el principio
tradicional de libertad en el mar o ejercitar más control en todas las áreas marítimas
—esto es, garantizar su uso a aquellos que detentan el derecho de hacerlo y negarlo a
aquellos que quieren realizar actos ilegales”. Refiriéndose al mismo tema, el
Contraalmirante Balaresque y sus colegas piensan que el aspecto más sensible de la
integración operativa es el libre acceso a las áreas en que las naciones costeras tienen
derechos de soberanía. No ven substituto alguno para la autoridad que establece la ley
marítima internacional.
Estrategias contrastantes
La Profesora Möller y sus colegas dicen que, mientras los gobiernos de muchos países
andinos “consideran que sus fuerzas armadas son las responsables de combatir el tráfico
de drogas”, los gobiernos en los países del cono sur insisten que los militares deben
144 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
Ven un contraste entre las aproximaciones de Chile y de los Estados Unidos. La Armada
de Chile está dispuesta a participar, en la medida de sus capacidades y recursos, en
operaciones internacionales como manejo de crisis, operaciones de paz o ayuda
humanitaria. Para Chile, las obligaciones internacionales que acepte deben estar
apoyadas por leyes internacionales. Desde el punto de vista de Chile, los Estados Unidos
considera que la seguridad en el espacio marítimo solamente se puede alcanzar mediante
el uso simultáneo de todos los recursos de su poder nacional, en concordancia con otras
naciones estados, y bajo leyes internacionales. Igualmente, reconoce un interés común
con otras naciones para obtener seguridad económica y protección contra actos hostiles
realizados en el mar. Los Estados Unidos creen que todas las naciones beneficiarias
deben ser conjuntamente responsables de mantener la seguridad marítima. A la vez,
afirma que solamente mediante una aproximación de integración entre socios
—gubernamentales, no gubernamentales, públicos y privados— es posible incrementar
la seguridad en el ámbito del mar.
Interoperabilidad
El Capitán de Navío Teixeira Martins sostiene que, puesto que las armadas tienen sus
propias reglas, sistemas y procedimientos, los asuntos relativos al comando, el control y
la tecnología podrían ser retos que habría que superar, requiriendo procedimientos y
equipos estándar.
El grupo del Contraalmirante Balaresque también señala que si los Estados Unidos están
involucrados en una operación multinacional, las grandes diferencias tecnológicas se
convierten en el primer factor que dificulta la interoperabilidad a nivel
estratégico-operativo. Advierten que si no se establecen códigos e interfaces que
permitan comunicaciones veloces, efectivas y oportunas entre unidades y comandos, las
operaciones perderían sus beneficios sinérgicos de cooperación y apenas se lograrían
resultados operativos modestos, e incluso arriesgados.
CONCLUSIONES: ENSAYOS SOBRE LAS AMÉRICAS 145
Mientras que la colaboración entre las armadas de los Estados Unidos y Canadá siempre
ha sido estrecha, también se ha vuelto más cercana en años recientes entre la Armada de
Canadá y diferentes distritos de la Guardia Costera estadounidense.
Desafortunadamente, el concepto de una presencia de seguridad continental sin
“costuras” es particularmente difícil de alcanzar dadas las diferencias culturales entre el
Servicio de Guardacostas de los Estados Unidos y su contraparte canadiense.
La Profesora Möller y sus colegas hacen énfasis en la idea de que “si queremos un mundo
más seguro”, las naciones deben actuar “como comunidad internacional y bajo el
imperio de la ley”. Relacionando la cooperación para la seguridad marítima con el
derecho internacional, el almirante Balaresque y sus asociados afirman que el requisito
básico para obtener el apoyo político necesario para unir fuerzas es que “se lleve a cabo
bajo la ley escrita y el espíritu de los acuerdos internacionales aprobados por las
Naciones Unidas”.
El Capitán de Navío Sidders anota que “actualmente, cuando se presenta una situación
crítica, la respuesta inmediata provee una coalición ad hoc”. Sugiere que
“probablemente podríamos llegar a una solución más efectiva y eficiente para la región”
si hiciéramos “una evaluación de nuestras capacidades combinadas con base en el
principio de complementariedad estratégica”. Aboga por el desarrollo de “una
CONCLUSIONES: ENSAYOS SOBRE LAS AMÉRICAS 147
Aclarando que la total integración operativa con los Estados Unidos es políticamente
compleja, el Contraalmirante Balaresque y sus colegas solicitan el establecimiento de
“una agenda regional que refleje los intereses objetivos y recíprocos…para que las
iniciativas de integración estratégica logren apoyo y autorización a nivel político”. La
profesora Möller y su equipo recuerdan que a nivel regional, los países geográficamente
cercanos han buscado la forma de compartir actividades que conduzcan a condiciones
de paz y seguridad en el mar y a restaurar estas condiciones cuando se vean alteradas.
Dado que esto podría ser imposible para una nación sola, “resulta indispensable
formular estrategias de cooperación y acciones conjuntas” con los países vecinos.
Reconocen que sus propuestas plantean una nueva atmósfera de confianza y dedicación
entre socios. Este factor se puede lograr solamente mediante un intenso diálogo
profesional dentro de un marco legal efectivo. Un reto importante que se debe tratar en
este esquema es la distribución desigual de recursos entre los países del hemisferio.
Habrá que lograr entendimiento para permitir que cada país pueda participar de
acuerdo con su propia capacidad y, tal vez, buscar maneras de compartir recursos entre
los países participantes que cuentan con diferentes medios.
El análisis sobre cómo responder ante varios escenarios hipotéticos lleva al Capitán de
Navío Thornberry y sus colegas a cuestionar la suficiencia e importancia de los acuerdos
de seguridad hemisférica para hacer frente a las contingencias que se podrían presentar.
Esta reflexión sugiere un buen número de instituciones que van desde un consejo para la
seguridad del hemisferio que coordinaría los cargos en materia de seguridad a nivel
político, hasta una comisión de seguridad hemisférica a nivel estratégico, una junta
reestructurada para la defensa interamericana a nivel operativo, y una serie de comandos
operativos con funciones tácticas.
Conclusión
De todos estos ensayos, podríamos extraer muchos argumentos para concluir que la
copa de la seguridad marítima interamericana está medio vacía. Los países de las
Américas no comparten exactamente las mismas percepciones sobre las amenazas que
deben enfrentar. En todo caso, ninguno está sugiriendo que los actuales desafíos
alcanzan el nivel de amenaza existencial que reunió a las naciones democráticas en la
Organización del Tratado del Atlántico Norte —la manifestación más importante de
una alianza por la seguridad en tiempos recientes. Más aun, varios escritores han hecho
hincapié en las dificultades que existen en el ámbito de la interoperabilidad, y que van
desde equipos incompatibles hasta la imposibilidad de compartir códigos e inteligencia,
incompatibilidad de sistemas de control y comando y, peor aun, el problema de la
cultura humana a nivel de organización y de nación.
Área de cooperación
Sin embargo, los ensayos también alimentan una visión más optimista. No es preciso
que dos o más países miren de modo idéntico las amenazas en el ámbito marítimo para
poder establecer una base de trabajo conjunto en materia de seguridad marítima. Basta
que exista alguna coincidencia en sus percepciones para que encuentren una causa
común. Es claro, como lo recuerda autor tras autor, que el comercio marítimo cumple
un papel vital en el bienestar de todos los países de las Américas. La gran masa del
comercio internacional de los países del hemisferio occidental se realiza con otros países
del hemisferio, y la mayor parte de ese comercio se mueve por mar. Más aun, la
contribución de todos los países reconoce que el terrorismo internacional y otros
crímenes transnacionales presentan ciertas amenazas para cada país, aunque no todos le
dan la misma prioridad que le darían los legisladores estadounidenses.
INTRODUCCIÓN
La seguridad, prosperidad e intereses vitales de los Estados Unidos están ligados cada vez
más con los de otras naciones. Nuestros intereses nacionales están mejor servidos
mediante la promoción de un sistema global pacifico integrado por redes
interdependientes de comercio, finanzas, información, ley, gente y gobernabilidad.
Este sistema de intercambio entre naciones es el que nos permite prosperar, pero es
también vulnerable a una serie de perturbaciones que pueden causar efectos dañinos y
repercutir muy lejos del lugar donde se originaron. Una guerra entre grandes potencias,
un conflicto regional, actos de terrorismo, anarquía y siniestros naturales: cualquiera de
estos eventos conlleva el potencial de amenazar la seguridad nacional de los Estados
Unidos y la prosperidad mundial.
Los océanos conectan a las naciones del mundo, aun a los países sin salida al mar. El
dominio marítimo - los océanos, mares, bahías, estuarios, islas, áreas costeras, litorales y
el espacio aéreo entre ellas - alimenta el 90% del comercio mundial. Son los vasos
sanguíneos de un sistema global que vincula a todos los países del mundo. Los océanos,
que cubren tres cuartas partes del planeta, convierten en vecinos a los países del mundo.
Nos permite ayudar a nuestros amigos, y confrontar y derrotar la agresión lejos de
nuestras costas.
Hoy, los Estados Unidos y sus socios están compitiendo por tener influencia global en
una era en que es poco probable que nos encontremos completamente en guerra o
completamente en paz. Nuestro desafío es aplicar nuestro poderío marítimo para
proteger los intereses vitales de los Estados Unidos, y al mismo tiempo promover una
mayor seguridad, estabilidad y confianza colectivas. Si bien la defensa de nuestra patria y
la derrota de nuestros adversarios en caso de guerra siguen siendo el objetivo
indisputable del poderío marítimo, se lo debe aplicar de manera más amplia para servir
el interés nacional.
Creemos que prevenir guerras es tan importante como ganar guerras. Hay una tensión, sin
embargo, entre los requisitos de participar en forma continua en actividades de paz y
mantener al mismo tiempo las destrezas necesarias para luchar y ganar en combate. Las
fuerzas marítimas deben contribuir a ganar guerras en forma decisiva al mismo tiempo
que aumentan su capacidad para prevenir guerras, ganar la larga lucha contra las redes
terroristas, influir en forma positiva en eventos mundiales y reducir el impacto de los
siniestros naturales.
Como ha sido siempre, estas tareas críticas serán llevadas a cabo por nuestra gente, la
clave del éxito en cualquier estrategia militar. Por lo tanto, tenemos que brindar a
nuestra gente – nuestros marineros, infantes de marina y guardacostas – el
entrenamiento, la educación y las herramientas necesarias para promover la paz y
prevalecer en un conflicto.
utilizarán el espectro completo de sus operaciones militares para defender a los Estados
Unidos contra un ataque directo, garantizar el acceso estratégico y retener la libertad de
acción global, fortalecer las alianzas y coaliciones existentes y emergentes, y establecer
condiciones de seguridad favorables.
La gran mayoría de la población del mundo vive a pocos cientos de millas de los
océanos. La inestabilidad social en ciudades cada vez más hacinadas, muchas de las
cuales están situadas en partes ya inestables del mundo, puede generar potencialmente
perturbaciones significativas. Los efectos del cambio climático también pueden
amplificar el sufrimiento humano por medio de tormentas catastróficas, la pérdida de
tierras arables e inundaciones costeras, causando pérdidas de vida, migraciones
involuntarias, inestabilidad social y crisis regionales.
Esta estrategia reafirma el uso del poder marítimo para influir sobre las acciones y
actividades desarrolladas en el mar y en la costa. El carácter expedicionario y versátil de
las fuerzas marítimas brinda a los Estados Unidos la ventaja asimétrica de poder ampliar
o contraer su presencia militar en áreas de acceso limitado o nulo. La presencia
permanente o prolongada de fuerzas militares en el extranjero causa con frecuencia
repercusiones económicas, sociales o políticas impensadas. El mar es un vasto campo de
maniobras, donde la presencia de fuerzas marítimas se puede adaptar a las circunstancias
del caso, otorgando flexibilidad para ampliar, reducir y disuadir conflictos.
UNA ESTRATEGIA COOPERATIVA PARA EL PODER MARÍTIMO EN EL SIGLO XXI 157
El poder marítimo de los Estados Unidos adoptará una postura que garantice la seguridad
de nuestra nación y nuestros ciudadanos contra un ataque directo, y avance nuestros
intereses alrededor del mundo. Como nuestra seguridad y prosperidad están
inexorablemente ligadas con las de otras naciones, las fuerzas marítimas de los Estados
Unidos se desplegarán para proteger y sostener el sistema pacífico global, compuesto por
redes de comercio, finanzas, información, leyes, poblaciones y gobiernos
interdependientes.
Donde se produzca un conflicto que amenace nuestro sistema global y nuestros intereses
nacionales, las fuerzas marítimas estarán listas para responder junto con otros elementos
de nuestro poderío nacional y multinacional, para brindar a nuestros líderes políticos
una gama de opciones para disuadirlo, ampliarlo o reducirlo. Para forzar el ingreso a un
área, en una era de acceso cada vez más difícil, la opción principal con la que cuenta el
país es una fuerza marítima con presencia persistente y lista para el combate, brindando
al mismo tiempo los medios para responder velozmente a otras crisis. Ya sea que se
encuentren más allá del horizonte, o se desplieguen poderosamente a la vista de todos,
las fuerzas marítimas pueden disuadir las ambiciones de agresores regionales, brindar
seguridad a nuestros amigos y aliados, obtener y mantener el acceso a áreas de conflicto,
y proteger a nuestros ciudadanos al mismo tiempo que trabajamos para sustentar el
orden global.
Disuadir la guerra entre grandes potencias. No hay ningún trastorno potencialmente tan
calamitoso para la estabilidad global como una guerra entre grandes potencias. El
mantenimiento y extensión de la ventaja comparativa del poder marítimo del país es un
componente esencial para disuadir una guerra entre grandes potencias. Si bien la guerra
con otra potencia resulta improbable a los ojos de muchos, la casi certeza de un efecto
ruinoso demanda que se la disuada usando todos los elementos del poder nacional. El
carácter expedicionario de las fuerzas marítimas, nuestro poder letal, alcance global,
velocidad, resistencia, capacidad para superar las vallas de acceso y agilidad operacional,
ponen a disposición del comandante conjunto un abanico de opciones de disuasión.
Nuestras opciones de disuasión incluirán una capacidad convincente y adaptable para
tomar represalias contra nuestros agresores por medios convencionales, no
convencionales y nucleares.
Ganar las guerras de nuestro país. En tiempos de guerra, nuestra capacidad para imponer
el control sobre el mar, superar las barreras de acceso, forzar el ingreso, y proyectar y
sustentar nuestro poderío en las costas, hace de las fuerzas marítimas un elemento
indispensable de una fuerza conjunta o combinada. Se debe conservar esta ventaja
expedicionaria porque brinda a los comandantes de fuerzas conjuntas y combinadas la
libertad necesaria para maniobrar. El control del mar y la proyección de nuestro
poderío, reforzados con una robusta capacidad de transporte para poder concentrar y
sustentar tropas, nos permitirán extender nuestras campañas en tierra.
Los servicios marítimos establecerán una presencia global persistente usando fuerzas
distribuidas que se organizarán para cada misión y estarán compuestas por recursos
integrados de la Armada, la Infantería de Marina y el Servicio de Guardacostas. Esta
distribución global se debe extender más allá de las áreas de despliegue tradicionales y
debe poder sustentar misiones de otro tipo, desde operaciones humanitarias hasta
acciones contra el terrorismo y acciones bélicas irregulares. Nuestras fuerzas marítimas
UNA ESTRATEGIA COOPERATIVA PARA EL PODER MARÍTIMO EN EL SIGLO XXI 159
Una de las claves para cultivar estas relaciones es que nuestros marineros, infantes de
marina y guardacostas adquieran los conocimientos culturales, históricos y lingüísticos
necesarios para nutrir una interacción efectiva con nuestros socios internacionales. La
construcción y renovación de estas relaciones por medio de la Cooperación para la
Seguridad del Teatro (Theater Security Cooperation) exige un mayor énfasis en el
aumento de la capacidad operativa, la ayuda humanitaria, los marcos regionales para
mejorar la administración de los mares, y la cooperación para hacer cumplir las leyes en
el dominio marítimo.
Además, los servicios marítimos tienen que ser adeptos para forjar coaliciones
internacionales, en coordinación con otros servicios y departamentos gubernamentales
de los Estados Unidos. Con ese fin, la iniciativa de Asociaciones Marítimas Globales
(Global Maritime Partnerships) propone un enfoque cooperativo hacia la seguridad
marítima, promoviendo el estado de derecho contra la piratería, el terrorismo, la
proliferación de armas, el tráfico de drogas y otras actividades ilícitas.
Prevenir o contener las alteraciones locales antes de que afecten el sistema global. Las fuerzas
marítimas colaborarán con otros para garantizar un nivel de seguridad y conocimiento
adecuado de lo que ocurre en el dominio marítimo. De esa manera se confinarán las
amenazas transnacionales: el terrorismo y extremismo, la proliferación de armas de
destrucción masiva, la piratería, el tráfico de personas, drogas y armas convencionales, y
otros actos criminales.
160 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
Para poner en práctica con éxito esta estrategia, los servicios marítimos tienen que
expandir colectivamente las aptitudes centrales del poder marítimo de los Estados
Unidos para poder combinar nuestra participación en actividades pacíficas con
operaciones de combate mayor.
Si bien los servicios marítimos realizan muchas misiones, las seis capacidades que siguen
conforman el centro del poderío marítimo de los Estados Unidos y reflejan el mayor
énfasis asignado a las actividades para prevenir la guerra y construir coaliciones.
Disuasión. Prevenir una guerra es preferible a tener que pelear en ella. La disuasión de la
agresión se debe poner en práctica de manera global, regional y transnacional, por
medios convencionales, no convencionales y nucleares. Las actividades efectivas de
Cooperación para la Seguridad del Teatro son una forma de disuasión extendida,
generando seguridad y eliminando factores de conflicto. La defensa con misiles balísticos
marítimos contribuirá a la disuasión al proporcionar un paraguas de protección a las
fuerzas que se encuentran en posiciones adelantadas, y a nuestros amigos y aliados,
contribuyendo a una arquitectura extendida para la defensa de los Estados Unidos.
Nuestra ventaja en la órbita espacial, de la cual dependemos en gran medida para poder
operar en una red dispersa en todo el mundo, debe ser protegida y extendida. Usaremos
fuerzas ubicadas y desplegadas en posición adelantada, dispositivos extraterrestres,
UNA ESTRATEGIA COOPERATIVA PARA EL PODER MARÍTIMO EN EL SIGLO XXI 161
disuasión estratégica oceánica y otras iniciativas para disuadir a aquéllos que quieren
causarnos daño.
Control del mar. La capacidad para operar libremente en el mar es uno de los factores
más importantes para permitir operaciones conjuntas e interagenciales, y el control del
mar exige aptitudes en todos los aspectos del domino marítimo, incluyendo el dominio
extraterrestre y el dominio cibernético. Existen muchos desafíos a nuestra capacidad
para ejercer el control del mar, pero quizás ninguno sea tan significativo como el
creciente número de naciones que están utilizando submarinos, tanto diesel eléctricos
como nucleares. Seguiremos refinando nuestras tácticas, entrenamiento y tecnologías
para neutralizar esta amenaza. No permitiremos que se generen condiciones en las que
nuestras fuerzas marítimas se vieran impedidas de maniobrar libremente y acceder
libremente, y tampoco permitiremos que un adversario perturbe la cadena de suministro
global intentando bloquear los carriles marítimos vitales de comunicación y comercio.
Seremos capaces de ejercer control local sobre el mar donde sea necesario, idealmente en
concierto con nuestros amigos y aliados, pero por cuenta propia de ser necesario.
Proyección de poder. Nuestra capacidad para superar las barreras de acceso, y proyectar y
sustentar nuestro poderío en tierra, forman la base de nuestra credibilidad de combate.
Nuestras ventajas se sustentarán por medio de fuerzas de tamaño apropiado, tecnologías
innovadoras, información sobre la capacidad del adversario, procesos de planificación
conjunta adaptable, y la habilidad y creatividad de nuestros marineros, infantes de
marina y guardacostas. Mantendremos una capacidad robusta de transporte estratégico
marítimo para poder concentrar y sustentar fuerzas, y respaldar nuestras campañas
conjuntas o combinadas. Esta capacidad depende de una potente industria de transporte
marítimo comercial norteamericana y de sus elementos intermodales críticos.
Prioridades de implementación
La cooperación más amplia con fuerzas marítimas de otras naciones exige una mayor
interoperabilidad con socios multinacionales que poseen diversos niveles de tecnología.
La iniciativa Asociación Marítima Global servirá de catalizador para una mayor
interoperabilidad internacional, respaldando una seguridad marítima cooperativa.
Mejorar la Alerta. Para ser efectivos, tenemos que aumentar significativamente nuestro
compromiso con la alerta del dominio marítimo (maritime domain awareness, o MDA) y
ampliar nuestra capacidad de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (intelligence,
surveillance and reconnaissance, o ISR). Las nuevas asociaciones con los intereses
comerciales marítimos del mundo y las fuerzas marítimas de naciones participantes
reducirán el peligroso anonimato del transporte marítimo de personas y carga. Ya se ha
progresado mucho en ese sentido, y la Estrategia Nacional de Seguridad Marítima ha
propuesto un nivel aún más alto de cooperación interagencial para obtener un
conocimiento más efectivo del dominio marítimo. Las fuerzas marítimas contribuirán a
mejorar el intercambio de información, cimentando y energizando nuestra capacidad
para neutralizar las amenazas contra nuestro país lo más lejos posible de nuestras costas.
Un aspecto crítico para poder aprovechar los beneficios de un mayor conocimiento del
dominio marítimo es nuestra capacidad para proteger la información por medio de
robustas medidas de seguridad informática. Dichas medidas aumentarán la confianza de
nuestros socios internacionales de que la información que proporcionen sólo será
compartida con las entidades destinatarias.
Preparar a nuestras fuerzas. Dada la naturaleza distribuida de las fuerzas que ejecutan
esta estrategia, debemos preparar adecuadamente a nuestros marineros, infantes de
marina y guardacostas para los desafíos y oportunidades que se avecinan. Estamos
creando una fuerza dispersa bajo una autoridad descentralizada, en un mundo con
rápido intercambio de información. Las fuerzas marítimas operarán normalmente de
manera menos concentrada que en la actualidad, y se confiará a líderes de menor rango
un mayor nivel de responsabilidad y autoridad para llevar adelante aspectos importantes
de misiones estratégicas. El personal de menor rango deberá interactuar con una mayor
variedad de socios, tanto nacionales como internacionales, y con más poblaciones
164 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
En forma similar, si queremos tener éxito con la comunidad internacional, tenemos que
mejorar nuestros conocimientos regionales y culturales tomando más iniciativas para
expandir el entrenamiento, la educación y el intercambio.
Significativamente, esta estrategia exige nuevas maneras de pensar, tanto para otorgar
más poder a los comandantes individuales como para comprender el efecto neto de
operaciones dispersas. Dichas operaciones exigen una amplia responsabilidad
compartida entre: el comandante en el teatro de operaciones, responsable por llevar a
cabo las acciones de conformidad con la intención del comandante; el comandante de
mayor rango, responsable por transmitir la intención y guía a sus subordinados; el
servicio a cargo de las fuerzas dispersas, responsable por asegurar que las unidades estén
entrenadas, equipadas y culturalmente preparadas para las misiones que deben llevar a
cabo, y finalmente los comandantes regionales, responsables por determinar los niveles
de fuerzas apropiados y las posturas de preparación.
CONCLUSIÓN
Como estrategia declaratoria, este documento desafía a los servicios marítimos a que
evolucionen hacia una gama extendida de aptitudes integradas para lograr los objetivos
perdurables de la estrategia nacional. Será necesario efectuar más experimentación,
contar con más experiencia operativa y profundizar nuestro análisis, y por sobre todo
necesitaremos el compromiso de los servicios marítimos para suplementar las ideas
propuestas por este documento. No obstante, los servicios marítimos no pueden hacer
esto por sí mismos. Se deben inspirar y respaldar en los diversos elementos de la gran
comunidad marítima, a medida que invierten en asegurar la paz y la prosperidad a través
del dominio marítimo.
de los Estados Unidos es una fuerza para el bien, que protege los intereses vitales de la
nación al mismo tiempo que se une a otros para promover la seguridad y prosperidad a
lo largo y ancho del globo.
L as armadas de todo el mundo están lidiando con los problemas de seguridad que
deben confrontar en el mundo posterior al 11 de setiembre. Ésta es una tarea difícil,
porque deben resolver problemas que parecen ser mucho más complicados que lo que
recordamos de la Guerra Fría. En parte debido a la desaparición de ese conflicto, aunque
sea por el momento, pero principalmente debido al impacto de la globalización, el
concepto de seguridad ha dejado de ser una noción fundamentalmente militar,
adoptando también dimensiones de seguridad política, seguridad económica, seguridad
de la sociedad y seguridad ambiental. Todas estas dimensiones se pueden aplicar al
ciudadano individual, a grupos dentro de un país, al país entero, a una región o al
mundo. Más aún, estas dimensiones y niveles están íntimamente interconectados, tanto
vertical como horizontalmente, de manera que la respuesta a una amenaza percibida en
una de estas intersecciones tendrá probablemente una serie de efectos, tanto buenos
como malos, en todas las demás.
Por si esto fuera poco, todo esto tiene además una dimensión temporal: lo que un país
haga ahora para responder a un peligro claro e inmediato puede tener repercusiones
impensadas para su capacidad para responder a otros desafíos más adelante. Estos
asuntos exigen un “enfoque comprensivo”, donde la acción militar esté cuidadosamente
integrada con las acciones políticas y económicas para lograr el efecto deseado. Para que
su contribución sea completa, las fuerzas militares tendrán que pensar sobre sus tareas
tradicionales de otra manera, e incorporar además tareas nuevas. Las experiencias
abrasadoras de Irak y Afganistán añaden urgencia a esta llamada, o por lo menos así
dicen algunos.
Otros analistas, no obstante, se preguntan cuán real, cuán nueva o cuán permanente es
realmente esta situación. Argumentan que la Guerra Fría realmente no fue tan sencilla
en su momento y que, si bien el eje principal puede haber sido la confrontación
170 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
Estos dos enfoques sobre la manera de pensar acerca del rol y el carácter de las fuerzas
militares han sido denominados, respectivamente, “posmoderno” o “no tradicional”, y
“moderno” o “tradicional”. A la hora de dimensionar y dar forma a una flota, hay
tensiones evidentes entre estos dos enfoques. Muchas armadas alrededor del mundo
están tratando de dar sus propias respuestas a esta serie de dilemas, y ha habido mucho
interés en saber cómo la Armada de los Estados Unidos intentará resolver este acertijo.
¿Cómo se desarrollará su pensamiento estratégico? ¿Cómo va a reestructurar su flota?
¿Cómo operará? ¿Cómo deberían responder todos los demás? Por lo tanto, el resto del
mundo ha esperado el documento “Una estrategia cooperativa para el poder marítimo
para el siglo XXI”, si no con ansiedad, por lo menos con un verdadero interés en el
desarrollo y el resultado del debate.
El camino elegido por la Armada de los Estados Unidos para construir su estrategia ha
tenido ciertamente la intención de ser novedoso. El ex Jefe de Operaciones Navales
(CNO), Almirante Mike Mullen, lanzó la campaña para diseñar una nueva estrategia en
junio de 2006. “Cuando inicié la discusión sobre cuál tendría que ser”, dijo, “mi opinión
era simplemente que necesitábamos una estrategia. No habíamos tenido una en más de
20 años, y es necesario contar con una estrategia para cimentar la manera en que
operamos, definir nuestros conceptos y, literalmente, establecer dónde invertir”. Esta
reexaminación fue catalizada por el alcance y magnitud de las nuevas amenazas, la
complejidad de la globalización y la increíble velocidad a la que se producen los cambios.
La tarea fue asignada al Vicealmirante John Morgan, Subjefe de Operaciones Navales
para Información, Planes y Estrategia.
En forma similar a lo que los británicos habían hecho una década antes con su Revisión
Estratégica de Defensa de 1997, la Armada de los Estados Unidos decidió incluir a la
mayor cantidad posible de partes interesadas en el proceso. “Una de las cosas que dije
[Mullen] cuando llegué al CNO [fue que] no iba a tomar decisiones importantes sin la
anuencia de mis otros cuatro estrellas. De manera que el Cuerpo de Infantería de Marina
y el Servicio de Guardacostas se incorporaron a este proceso desde el comienzo. La
2
Armada también decidió iniciar una serie de “conversaciones con los Estados Unidos’.
En cierta manera, el proceso fue tan importante como el producto, ya que, de ser
exitoso, no sólo produciría una estrategia sino también el apoyo necesario para poder
implementarla más adelante. Finalmente, se solicitó la participación extranjera en
UNA ESTRATEGIA COOPERATIVA PARA EL PODER MARÍTIMO EN EL SIGLO XXI 171
Hasta el precepto de dar la misma importancia a ganar y prevenir guerras puede ser
menos que novedoso, dado el gran énfasis dado a la disuasión en la era de la Guerra Fría,
que al fin y al cabo consistió en prevenir la guerra. No obstante, lo que sí parece distinto
es el concepto mucho más amplio de lo que la disuasión realmente significa, y cuáles son
los medios requeridos para obtenerla en la actualidad. Este enfoque coercitivo de
demostrar a los presuntos malhechores que no podrán realizar sus acciones, o que serán
castigados si lo intentan, ha sido absorbido en un concepto mucho más amplio de bregar
contra las condiciones sociales, ambientales y económicas que generan dichos actos
maléficos. Estos conceptos posmodernos de poder marítimo, sin embargo, ya habían
sido incluidos en el “Concepto de Operaciones Navales” y el “Plan Estratégico Naval” de
2006.
Es razonable llegar a la conclusión, por lo tanto, que en realidad hay elementos nuevos,
posmodernos, en esta estrategia, que vienen acompañados por los elementos viejos y
que, en las palabras de Loren Thompson “es difícil contradecir un enfoque tan razonable
7
sobre la seguridad global”.
UNA ESTRATEGIA COOPERATIVA PARA EL PODER MARÍTIMO EN EL SIGLO XXI 173
CRÍTICAS
8
No obstante, ha habido críticas. En realidad, bastantes críticas. En gran medida esto es
inevitable, ya que el documento trata de abarcar un tema muy amplio con
comparativamente pocas palabras, sin duda con la presunción de que nadie leería algo
más largo. En menos de cuatro mil palabras analiza los cambios extraordinariamente
importantes producidos en la escena mundial y trata de definir en términos doctrinarios,
operacionales y de adquisición, los objetivos, métodos y planes de implementación para
la armada, infantería de marina y guardacostas más grandes del mundo. Más aún, fué
producido por medio de un proceso de consulta con el abanico más grande de partes
interesadas en el tema marítimo imaginable. La nueva declaración de estrategia es
esencialmente un compromiso entre longitud, postura general y detalle de sustancia.
Dado el nivel de compresión y la complejidad del tema, es quizás inevitable que haya una
medida de superficialidad y ambigüedad (posiblemente constructiva).
Cada una de las partes interesadas principales consultadas en este proceso podría, sin
embargo, argumentar con un poco de justificación que no se dio el peso suficiente a sus
intereses particulares respectivos. La comunidad “cinética”, preocupada por la posible
reencarnación de una guerra entre estados con un competidor estratégico dentro de
veinte o treinta años, o por la posibilidad de un conflicto con un país como Irán o Corea
del Norte en un futuro más cercano, puede muy bien sentir que el péndulo ha oscilado
demasiado de un poder marítimo “duro” a uno “blando”. Ya se hizo notar la falta de
referencia a operaciones de ataque y asaltos anfibios en la sección sobre proyección de
poder. Según algunos observadores, los borradores anteriores del documento contenían
aún menos referencias a las fuentes de efecto cinético. En el texto final las referencias a la
defensa con misiles balísticos están ocultas de forma más bien incómoda en la discusión
sobre disuasión, por ejemplo. Esto explica en parte el énfasis sobre la necesidad de
conservar la “insistencia mahaniana de dominio marítimo por parte de los Estados
Unidos” señalada por el Secretario de la Armada, Donald Winter. “Que nadie se
confunda”, dijo. “No nos estamos alejando, reduciendo o retirando de ninguna manera
de aquellos elementos de poder “duro” que ganan una guerra, o que sirven para evitar
que la guerra siquiera se inicie… La fortaleza de la armada de una nación sigue siendo
9
una medida esencial del puesto ocupado por una gran potencia y su rol en el mundo”.
Además de las críticas de partes interesadas específicas, que puedan creer que se debería
haber dado más peso a su manera de ver las cosas, otro sector de críticas se concentra en
el documento como una declaración de estrategia. Los eventos actuales en Irak y
Afganistán sugieren que los Estados Unidos y sus aliados han encontrado verdaderas
dificultadas para establecer una guía conectada y continua para describir cómo se deben
implementar los objetivos políticos estratégicos amplios a nivel operacional y táctico,
tanto ahora como en el futuro previsible. Los críticos señalan que el documento hace
una serie de declaraciones visionarias, y también describe planes estructurales detallados
para sus fuerzas, pero que ambos no se corresponden.
Como consecuencia, de acuerdo a estas críticas, los aliados fueron a la guerra en Irak y
Afganistán con un sentido amplio de lo que tenían que hacer, pero sin los recursos y a
veces el marco institucional necesario para hacerlo. Por lo tanto, hay una gran urgencia
por satisfacer las demandas tiránicas del compromiso inmediato. De esa manera,
estaríamos hipotecando el futuro en aras del presente. Ésta no es tanto una crítica de la
nueva estrategia marítima como un comentario de que no queda claro cuál es el lugar
que ocupa este documento en la familia de declaraciones políticas que los Estados
Unidos, o cualquier otro país, valga el caso, necesita para traducir una política en
10
acciones exitosas.
UNA ESTRATEGIA COOPERATIVA PARA EL PODER MARÍTIMO EN EL SIGLO XXI 175
En forma similar, se pueden hacer preguntas más específicas sobre la conexión entre este
documento y la estructura de fuerzas, particularmente, si bien no exclusivamente, en la
Armada de los Estados Unidos. Una posibilidad, como ya se mencionó, sería argumentar
que este documento es en realidad un intento de justificar una serie de planes de
construcción ya establecidos en el Plan Estratégico Naval de 2006, al que ya hicimos
referencia, introducido por el Almirante Mullen para estabilizar el programa de
construcción de navíos de la Armada. Algunos son bastante claros en lo que ven como el
último intento de la Armada de articular el rol de las fuerzas marítimas y de dar un
justificación razonable a su plan para incrementar su flota actual de 278 navíos a 313
durante las próximas tres décadas. Los oficiales de la Armada están preocupados porque
los esfuerzos de expansión de la flota podrían naufragar si el Departamento de Defensa
llegara a cortar el presupuesto naval para pagar por los miles de tropas que el Ejército y
11
la Infantería de Marina necesitarán en los próximos cuatro años.
En efecto, el Secretario Winter remarcó que “nuestro programa de treinta años para
construcción de navíos no ha cambiado; nuestro cronograma de adquisición de
aeronaves permanece intacto; y nuestros objetivos finales para la fuerzas no cambiarán
como resultado de esta nueva estrategia”. Si ésta realmente era la intención, uno podría
decir que las cosas se deberían haber hecho a la inversa: el plan de construcción debería
ser una consecuencia de un examen abierto de necesidades, y éste no debería haber sido
elaborado para adaptarse a aquél.
Pero quizás, se imaginan algunos, hay un nuevo anexo adjunto clasificado que articula y
justifica los planes de construcción de la Armada y que brinda respaldo a la aspiración de
contar con una armada de 313 navíos, si no más.14 El Vicealmirante Morgan ofrece una
explicación más sutil. Ha hablado de su esperanza de que “la nueva estrategia ‘conducirá
a un pensamiento estratégico’ en la elaboración de presupuestos en el futuro. La
intención es que la estrategia se ‘refresque’ cada dos años, justo antes de finalizar los
planes presupuestarios de largo plazo.”15 En otras palabras, la estrategia tiene como
intención brindar una guía continua y actualizada para los programas existentes, y sirve
más bien de acompañamiento a los mismos, más que precederlos o sucederlos.
176 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
Más aún, el momento en que se lleva a cabo este debate es interesante, ya que implica un
alistamiento por parte de los servicios marítimos para hacer que la gente comience a
pensar en las necesidades de defensa después de Irak y Afganistán, en cuyo momento la
composición de la Casa Blanca y el Congreso podría ser bastante distinta.
Por todo ello, está claro que no hay manera de complacer a todo el mundo; la propia
naturaleza del documento exigió grandes compromisos por parte de todos los
participantes. La Armada no podría haber hecho un reclamo más específico de una
estructura de fuerzas más ambiciosa, en los términos generales o particulares de la
disciplina naval, en este documento abreviado, producido en conjunto con los otros dos
servicios marítimos. Y tampoco lo podría haber producido por sí misma. Los servicios
marítimos, en su afán colectivo por llamar la atención del país sobre la importancia del
entorno físico en el cual todos ellos operan, también tenían que tener en cuenta que ésta
no es una declaración de una política nacional. La temática que este documento intentó
abarcar es vasta, tanto desde el punto de vista geográfico como sustantivo y temporal; su
tratamiento ha sido por lo tanto muy comprimido. Por eso, la declaración no podía
haber tenido la exactitud cristalina y los indicadores de desempeño exhibidos, de por
ejemplo, la estrategia marítima de la década de 1980. Por todas estas razones, el veredicto
final de la importancia y el impacto de este documento dependerán de los eventos que
sucedan. No se sabe si algo es bueno hasta que se lo pone a prueba.
¿Y AHORA QUÉ?
Para que la nueva estrategia convenza a los observadores de que realmente ha habido
una desviación significativa de la norma, tal como aducen, sus progenitores tendrán que
demostrarlo por las acciones que tomen ahora que la han publicado. El primer paso sería
una campaña seria y sostenida de comunicación estratégica entre las propias partes
interesadas, entre ellas y el resto del país, y entre los Estados Unidos y otros países. Los
recelos (o malentendidos) indicados previamente se tendrán que resolver.
En particular, éste es un momento ideal para que los Estados Unidos se embarquen en
una campaña de (re)encuentro con el resto del mundo, dadas las tensiones causadas por
la guerra de Irak. El problema se ejemplifica por la preocupación mundial de que los
Estados Unidos no solamente son demasiado poderosos sino que también tienen una
inclinación por un unilateralismo contraproducente. Es en ese marco que el resto del
mundo sigue el debate sobre la ratificación por parte de los Estados Unidos de la
Convención de las Naciones Unidas sobre el derecho del mar, cuyos adversarios
significativamente denominan LOST (abreviatura de Law of the Sea Treaty, o Tratado
sobre el derecho del mar; en inglés, “lost” es “perdido”). Los críticos de la ratificación
exponen sus argumentos desde una concepción tradicional, moderna, de la soberanía y
16
el interés nacional de los Estados Unidos.
una aceptación por parte de los Estados Unidos de la noción que la seguridad marítima
es algo que se puede alcanzar mejor en concierto con todos los demás.
Con esto nos acercamos al aspecto más posmodernista del pensamiento marítimo
norteamericano en este documento: las continuas referencias a su naturaleza
“cooperativa”. Si bien algunos países se ven atraídos por la noción de la Asociación
Marítima Global, existe un residuo de sospecha acerca de si los Estados Unidos
17
realmente están comprometidos con el concepto. Esta sensación de incomodidad se
manifiesta por la duda demostrada por África sobre el nuevo Comando del África de los
Estados Unidos. África, dicen los locales, no está para ser comandada por los Estados
Unidos. Una verdadera asociación deberá reconocer esto, aceptar en muchos casos
alianzas locales que se encargarán de dar la primera respuesta cuando surjan problemas
locales, y admitir que las prioridades locales en el mantenimiento del orden en el mar no
son necesariamente las mismas que las de los Estados Unidos. Los norteamericanos
tienden a poner el “terrorismo internacional” en el primer lugar de su lista de amenazas;
otros países están mucho más preocupados por la pesca ilegal o el contrabando de
personas. Hasta los europeos no ponen a veces el contraterrorismo a la cabeza de su lista
18
de prioridades.
Para concretar el concepto de asociación, sin embargo, habrá que adoptar ciertos pasos
prácticos. Ello podría incluir un esfuerzo concertado para realizar tareas de “alerta del
dominio marítimo”, pasar de una cultura de información basada en la “necesidad de
saber” o otra basada en la “necesidad de compartir”, y suministrar a manos abiertas las
destrezas y el equipo necesario para campañas sofisticadas de aumento de aptitudes para
los países que los necesitan. En este caso, el término “sofisticadas” quiere decir dos cosas.
Primero, denota la apreciación práctica de la necesidad de integrar plenamente los
esfuerzos navales con los de los servicios de guardacostas, tanto nacionales como
extranjeros, de manera de dar crédito a estos últimos por sus esfuerzos particulares en
esta área. Segundo, exigirá una toma de conciencia particular sobre las sensibilidades
políticas y culturales en las regiones en cuestión. El énfasis actual en la capacitación de
idiomas y conciencia cultural, junto con la creación de un “comando de asuntos civiles”
de oficiales del área extranjera son pasos alentadores en esta dirección. También lo son
las demostraciones de intención en los recientes cruceros realizados por los buques
hospitales Mercy y Comfort, vistos en el contexto de las reacciones efectivas de las
Armada de los Estados Unidos frente a siniestros naturales como el tsunami de 2004. Las
acciones, al fin y al cabo, tienen más fuerza que las palabras, y son este tipo de cosas que
hacen realidad el concepto de “estaciones de la flota global” para persuadir a los demás
20
que los servicios marítimos verdaderamente creen en lo que dice el documento. Todo
178 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
esto parece presagiar una desviación del pensamiento tecnocéntrico que caracterizó la
política de defensa de los Estados Unidos en los últimos años.
Éstos, por supuesto, son sistemas caros, y alientan la tendencia a una flota más pequeña
pero más poderosa. Al mismo tiempo, las producciones más pequeñas dificultan la
modernización incremental y segura de la flota. Esto a su vez obliga a la Armada a
especificar saltos “transformativos” en sus plataformas, como se puede ver en el Buque
de Combate Litoral (Littoral Combat Ship, o LCS), los Zumwalts y el CG(X), programas
que son inherentemente más riesgosos, y más costosos de reparar cuando las cosas no
van bien, que sus predecesores. Si bien la nueva estrategia marítima no toca este tema
(porque no define las prioridades relativas, como se indicó anteriormente), habrá que
resolver qué tipo de equilibrio deberá lograrse en la mezcla “alta/baja”.
Más aún, las armadas extranjeras están realizando sus propias revisiones estratégicas de
cómo deberían reaccionar frente a los desafíos contemporáneos. En muchos casos, los
debates sobre el equilibrio entre poder “duro” y “blando”, y entre menor cantidad de
plataformas de mayor calidad o mayor cantidad de menor calidad, siguen las mismas
líneas que el debate dentro de los Estados Unidos; son los equivalentes foráneos de todos
los intereses y partes interesadas que también inciden en los Estados Unidos. Por lo
tanto, su visión sobre la nueva estrategia de los Estados Unidos tenderá a reflejar sus
propias preocupaciones y conclusiones emergentes, que a su vez determinará sobre qué
parte del proceso y el producto norteamericano decidirá concentrar sus comentarios.
Por esa razón, una campaña de comunicación estratégica sería probablemente bien
recibida, por lo menos por los aliados más cercanos de los Estados Unidos, ya que muchos
de ellos confrontan problemas idénticos. El Reino Unido, por ejemplo, no ha establecido
todavía una estrategia nacional en la que los recursos disponibles para defensa se
corresponden con los objetivos fijados para ella, y en la que las necesidades del futuro están
garantizadas por las demandas inmediatas de un presente urgente. Debido a su
concentración en el “aquí y ahora”, la Armada Real está confrontando dificultades agudas
24
para alcanzar un equilibrio moderno/postmoderno aceptable. Aquí también el objetivo
es que la gente comience a pensar en el mundo después de Irak. Inevitablemente, la
cuestión de cómo estructurar la flota está dominada por la combinación “alta/baja”.
Habiéndose asegurado la provisión de portaaviones para el futuro, ¿cuántas otras naves de
180 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
combate de superficie de alto calibre necesita y puede darse el lujo de obtener la Armada
Real? Al considerar el programa de Combatientes de Superficie del Futuro, ¿cuál debería
ser la relación entre las variantes C3, (relativamente) baratas y atractivas, y el más
ambicioso C1? Esto es en gran medida un problema de recursos, pero la obtención de
recursos parece depender esencialmente de difundir el mensaje al público, a los medios de
comunicación y a una clase política concentrada mayormente al presente en armamentos
25
terrestres y aéreos, en vez de las necesidades navales y aeronavales futuras.
Hasta un cierto punto, todas estas preocupaciones de estructura y fuerza reflejan una
aceptación más amplia en Europa de un impulso expedicionario, que parece fluir
naturalmente de las preocupaciones sobre la seguridad global que dominan sus
concepciones de defensa necesaria. Por lo tanto, tienden a simpatizar más ampliamente
con los objetivos y métodos delineados en la estrategia. Otros países europeos tienen una
visión más constreñida geográficamente de sus prioridades de seguridad, y si bien no la
ven con malos ojos, tampoco verán en la nueva estrategia demasiados elementos
relevantes para su caso. En el mundo en desarrollo el respaldo será mucho más
condicionado, ya que las sospechas residuales de la política exterior de los Estados
Unidos siguen siendo altas, si bien muchos de esos países reconocen la necesidad de una
mayor seguridad marítima, definida en el sentido amplio. Algunos otros países, como
Irán y Corea del Norte, tendrán una visión más negra de una estrategia que, con o sin
razón, piensan que está dirigida esencialmente en su contra. Será especialmente
interesante ver la reacción que emerja de China, y también quizás de la Rusia del
Sr. Putin.
Evidentemente, la Armada de los Estados Unidos no está sola a la hora de adaptarse a las
difíciles condiciones del siglo veintiuno. Las incertidumbres y diferencias de opinión
actuales son comprensibles, y hasta inevitables. Pero el hecho de que la Armada de los
Estados Unidos sea incapaz de resolver este enigma por sí misma sugiere que quizás una
estrategia cooperativa es realmente el camino a seguir.
UNA ESTRATEGIA COOPERATIVA PARA EL PODER MARÍTIMO EN EL SIGLO XXI 181
NOTAS
Las opiniones expresadas en este artículo son propias quiénes son y lo tomarán, espero, como prueba
del autor y no deberían tomarse necesariamente como de mi gratitud por la ayuda prestada.
un reflejo de la opinión oficial del Reino Unido o los
Estados Unidos. Este artículo complementa otro 9. Discurso en el 18avo Simposio internacional
trabajo del autor: “New Directions for Maritime sobre el poder marítimo, Escuela Naval de
Strategy? Implications for the U.S. Navy” (¿Nuevas Guerra, Newport, R.I.
direcciones para la estrategia marítima? Implicancias 10. Hew Strachan, “Making Strategy:
para la Armada de los Estados Unidos) en el número de Civil-Military Relations after Iraq”
otoño de 2007 es esta publicación. El texto original fue (Desarrollando una estrategia: relaciones civiles
preparado para ser presentado en el taller “Defense militares después de Irak) Survival (otoño de
Strategy and Forces: Setting Future Directions” 2006), pp. 59–82.
(Estrategia y fuerzas de defensa: sentando direcciones
para el futuro) llevado a cabo en la Escuela Naval de 11. “Facing Uncertainty, Navy Contemplates
Guerra, Newport, Rhode Island, del 13 al 15 de Alternative Futures” (Confrontando
noviembre de 2007, patrocinado por cátedra William incertidumbre, la Armada contempla futuros
B. Ruger de Economía de Seguridad Nacional de la alternativos) National Defense Magazine, 10 de
Escuela. octubre de 2007.
1. Colin Gray, Another Bloody Century (Otro siglo 12. Citado en Christopher Cavas, “New US
sangriento) (Londres: Phoenix, 2005). Maritime Strategy Is Incomplete” (Nueva
estrategia marítima de los Estados Unidos es
2. Geoff Fein, “Maritime Strategy Still a Priority incompleta) Defense News, 22 de octubre de
for Outgoing CNO” (La estrategia marítima 2007.
sigue siendo una prioridad para el Jefe de
Operaciones Navales saliente) Defense Daily, 26 13. Ibid.
de setiembre de 2007.
14. “Analysts Question Navy Assertions about
3. “Strategy Lacks Specifics, Covers Familiar NMS” (Los analistas cuestionan las
Ground” (Estrategia sin especificidad, cubre un aseveraciones de la Armada sobre la estrategia
terreno conocido) Navy Times, 29 de octubre de militar nacional) Inside the Navy, 22 de octubre
2007. de 2007.
4. Loren Thompson, QDR 2005 Issues Facing the 15. Cavas, “New US Maritime Strategy Is
Navy (Asuntos que debe confrontar la Armada) Incomplete” (La nueva estrategia marítima de
(Washington, D.C.: Lexington Institute, 2005), los Estados Unidos es incompleta)
p. 7.
16. William P. Clark y Edwin Meese, “Another UN
5. El Almirante Mike Mullen lanzó formalmente Power Grab” (Otro intento de toma de poder
este concepto en el 17 avo Simposio internacional por parte de la ONU) Wall Street Journal, 8 de
sobre poder marítimo en setiembre de 2005. Ver octubre de 2007.
John Hattendorf, ed., Report of the Proceedings
(Informe de las actuaciones), 19 al 23 de 17. Ver, por ejemplo, “Charting the Course: World
setiembre 2005 (Newport, R.I.: Escuela Naval de Navy Chiefs Look to the Future” (Marcando el
Guerra, 2006), pp. 3–8. rumbo: los jefes de las armadas del mundo miran
hacia el futuro) Jane’s Defence Weekly, 2 de
6. Vicealmirante John G. Morgan, Armada de los mayo de 2007, pp. 23–50.
Estados Unidos, nombrado en “Maritime
Strategy to Be Unveiled Next Month” (La 18. Esther Brimmer, Seeing Blue: American Visions
estrategia marítima se dará a conocer el mes que of the European Union, (Viendo azul: las
viene) Navy Times, 26 de setiembre de 2007. visiones de la Unión Europea desde los Estados
Unidos) Chaillot Paper 105 (Paris: Instituto de
7. Loren B Thompson, “New Maritime Strategy: estudios sobre la seguridad, setiembre de
Three Cheers, and Three Complaints” (Nueva 2007), p. 15.
estrategia marítima: tres aplausos y tres quejas)
Issue Brief 3 (Washington, D.C.: Lexington 19. Almirante Mullen en el 17 avo Simposio
Institute, 23 de octubre de 2007). internacional de poder marítimo; ver nota 5
más arriba.
8. Las ideas que siguen surgieron de
conversaciones mantenidas con una serie de 20. “Estaciones de la flota global” puede ser otro
colegas en Washington y el Reino Unido. Es término que se deba examinar con más detalle.
imposible nombrarlos a todos, pero ellos sabrán Para algunos observadores se trata de algo así
como una base naval flotante para realizar
182 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
(posiblemente) acciones ofensivas como un 24. Vicealmirante Sir Jeremy Blackham y Gwyn
medio para aliviar tribulaciones locales. Prins, “Storm Warning for the Royal Navy”
(Signos de tormenta para la Armada Real)
21. Ésta era claramente la intención de las Proceedings (Actuaciones) del Instituto Naval
declaraciones del secretario Winter en el 18 avo de los Estados Unidos (octubre de 2007).
Simposio internacional de poder marítimo.
25. Almirante Sir Jonathan Band, “The Strategic
22. Robert D. Kaplan, “America’s Elegant Decline” Vision for Navies” (La visión estratégica para
(La declinación elegante de los Estados Unidos) las armadas) RUSI Journal (febrero de 2007).
Atlantic Monthly (3 de octubre de 2007). Combatiente de Superficie para el Futuro
23. William S. Lind, “A ‘Little Ship’ Navy” (Una (FSC, por sus siglas en inglés) es un programa
armada de navíos pequeños) United Press de gran alcance para reemplazar las fragatas de
International, 29 de octubre de 2007. Tipo 23 que operan actualmente en la Armada
Real y suplementar los destructores de clase
Daring Tipo 45, más grandes y caros. Quizás se
producirán dos docenas de estos FSC, pero hay
mucho debate sobre la combinación de
variantes necesaria.
17
Como punto de partida para ese análisis cabe citar el artículo de gran influencia del
Vicealmirante John Morgan y del Contraalmirante Charles Martoglio sobre “la armada
de mil navíos” publicado en Proceedings del U.S. Naval Institute: “Vigilar los mares
requerirá mucha más capacidad que la que puede proporcionar Estados Unidos o
cualquier otro país individualmente. Requerirá la cooperación nacional, internacional y
del sector privado para proporcionar las plataformas, la gente y los protocolos necesarios
para proteger los mares contra las amenazas transnacionales”.2 Posteriormente señalan
la importancia de entender la naturaleza de la amenaza que enfrentan los Estados
Unidos y la mayoría de los países que comercian internacionalmente. Un análisis
coherente se debe concentrar en los dos puntos principales que ponen de relieve. El
primero es la posibilidad de cooperación del sector privado, o mejor dicho, la
oportunidad que se perdió al no haber invitado a la comunidad del transporte marítimo
184 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
a participar en este esfuerzo. El segundo punto tiene que ver con la capacidad específica
que puede aportar esa comunidad si se le permite hacerlo. Maersk Line Limited (MLL),
especialmente, desea participar.
El Vicealmirante Morgan, el jefe de estrategia de la Marina, habló varias veces sobre este
tema y parece entender claramente lo que puede ofrecer la industria y, todavía más
importante, lo que se pierde si no se le permite participar. El mero hecho de que este
artículo esté publicado en el Naval War College Review indica que otros en la Marina
aprecian ese potencial. Sin embargo, parece ser que el mensaje no ha sido difundido
suficientemente, porque Maersk o empresas similares rara – o ninguna – vez se
mencionan en las conversaciones cotidianas sobre táctica, excepto como objetos (no
parte) de la estrategia marítima. Eso no significa que no ha habido participación, pero
participar en la formulación de una estrategia y participar en su ejecución son dos cosas
muy diferentes.
Por lo tanto, el objetivo principal de este artículo es hacer que los oficiales de la Marina
estén más conscientes de lo que puede ofrecer la industria del transporte marítimo.
Segundo, se dirige a la naturaleza de la amenaza, que necesariamente significa el
entorno, que a su vez, como cuestión práctica, está constituido por las operaciones
diarias de la industria del transporte marítimo comercial. Estos dos puntos, entender el
entorno y la participación de la industria del transporte marítimo comercial en la
estrategia marítima, representa una intersección de las operaciones navales y
comerciales, y una en la que el resultado final para la seguridad marítima mundial no
está del todo claro. Los transportistas tienen una visión del mundo muy diferente de la
de los líderes de la Marina de los Estados Unidos, lo cual es comprensible porque sus
papeles y misiones son diferentes, pero es posible que esa diferencia no se entienda
suficientemente bien. Es importante entender las diferencias entre estas dos formas de
ver el mundo.
Es probable que estos datos no sorprendan a los que conocen a Maersk, así que echemos
una ojeada al próximo mayor competidor en el negocio de los contenedores. La
Mediterranean Shipping Company (MSC), con sede en Ginebra, Suiza, opera 362
buques. Eso significa que una empresa situada en un pequeño país alpino sin salida al
mar cuenta con una flota 25 por ciento mayor que la de la Marina de los Estados
4
Unidos. Esto también nos recuerda que en el mundo globalizado de hoy en día lo que
constituye un “país marítimo” está mucho menos claro que lo que solía estar.
realidad es que muy pocas partes del océano no muestran algo de actividad todos los
meses. Lo bueno para la estrategia marítima—si los transportistas comerciales participan
activamente en ella – es que están en todas partes. Lo malo para la estrategia, si fueran el
único objetivo de ella, es que están en todas partes.
Prácticamente todos los artículos y documentos oficiales recientes describen los mares
compartidos como “inseguros” y citan la necesidad de proteger las vías marítimas para
permitir el movimiento de productos sin impedimentos. Las compañías de transporte se
rascan la cabeza y se preguntan a qué se debe tanta alharaca. No ven una amenaza en el
mar. Eso no significa que no hay vulnerabilidades significativas que debemos tomar muy
seriamente, como la infraestructura portuaria. Los chinos, por ejemplo, están muy
conscientes de la importancia del puerto de Los Ángeles para la economía de su país (si
bien es dudoso que haya una apreciación similar en este país sobre la importancia de
Hong Kong o Singapur para la economía de los Estados Unidos).
Sin embargo, vulnerabilidad y amenaza no son la misma cosa. De hecho, las verdaderas
amenazas al comercio marítimo son las medidas de seguridad mal concebidas que
revelan una falta de comprensión fundamental de la manera en que funciona el
transporte marítimo. La naturaleza del comercio en esta era de globalización – es decir,
la entrega de productos intermedios empleados como insumos en el proceso de
producción, así como de productos de consumo listos para la venta minorista – exige un
sistema de transporte “hipereficiente” que no puede tolerar interrupciones. Para dar una
idea de la eficiencia del sistema de transporte marítimo comercial, cuesta menos enviar
un contenedor de Hong Kong a Los Ángeles por barco que hacerlo en camión las
últimas cien millas por tierra hasta su destino final en Estados Unidos; además, la
variación en los plazos de entrega del viaje de Hong Kong a Los Ángeles se mide en
horas. Esta red altamente eficiente de redes de cadenas de suministro depende en gran
medida de un sistema de transporte en perpetuo movimiento en todas sus formas. Una
buena analogía es la imagen en un aviso anteriormente muy conocido de una gran
empresa de transporte en la que aparecía una red de correas transportadoras
entrecruzadas moviendo paquetes continuamente hasta su destino final. Se debe pensar
de esa misma manera en el sistema de envíos por diferentes medios. Todos están
constantemente en movimiento y una interrupción en cualquier lugar propaga efectos
por todo el sistema, causando que se paralice en todas partes. Toda estrategia que no
tenga en consideración este hecho probablemente hará más daño que bien; el remedio
no debe ser peor que la enfermedad y, volviendo al tema de la visión del mundo, las
compañías de transporte ni siquiera están convencidas de que estamos enfermos. Si el
objetivo de los maleantes es perturbar el comercio y causar daños económicos, es
evidente que si alcanzamos sus objetivos por ellos mediante nuestra reacción
(anticipatoria) a ellos, ganan.
formar el tipo de asociación con los intereses de los transportistas que los que abogan el
concepto de “la escuadra de mil navíos” consideran que es necesario formar.
¿Y LA PIRATERÍA?
No cabe duda de que la piratería es algo malo para sus víctimas, pero no lo es para
Maersk o sus colegas. La piratería es un tema importante para el comercio regional y
costero en algunas partes del mundo, como África (con los consiguientes problemas
muy visibles para World Food y otras organizaciones humanitarias similares), pero para
el comercio internacional y los navíos que lo facilitan, no lo es tanto. Tómese por
ejemplo el informe reciente de que la Marina de Indonesia interrumpió un ataque a un
buque cisterna en el Estrecho de Malaca. Si leemos el artículo – cosa que la mayoría no
hace – en lugar de limitarnos a los titulares, el “buque cisterna” resulta ser un navío de
dos mil toneladas con una carga de aceite de cocina. Es necesario distinguir entre un
buque cisterna de trescientas mil toneladas con una carga de petróleo crudo y una
barcaza con pretensiones con una carga de un par de tazas de Crisco. Desgraciadamente,
las estadísticas no lo hacen. Para peor, incluso un ataque que uno piense que pueda
ocurrir, pero que no ocurre, se sigue informando como un acto de piratería. Eso causa
que las estadísticas de la International Maritime Bureau sean muy sospechosas. Es
indudable que estas estadísticas hacen que el problema parezca ser mucho peor de lo que
es. Lamentablemente, hoy en día se tiende a combinar ladronzuelos en chinchorros —
algo con lo que hemos estado lidiando por muchísimo tiempo – con un concepto más
amplio de la piratería, así como a hacer que el panorama parezca mucho más sombrío
que lo que es desde el punto de vista de los transportistas.
Sin embargo, lo que realmente es preocupante es el tema de los polizones, un tema sobre
el que las dos maneras de ver el mundo probablemente están alineadas, si bien por
diferentes motivos. Los polizones son un problema grave en lugares como África, hasta
el punto en que empresas como Maersk emplean frecuentemente servicios privados de
seguridad costosos (oficiales británicos y tropas gurkha), para que los ayuden a lidiar
con él. Eliminar el problema de los polizones requiere mejorar la seguridad de los
puertos, lo que a su vez significa capacitar a los agentes de la ley locales, cuyo personal a
menudo actúa como vendedores de pasajes de los polizones, en lugar de cumplir con su
tarea de disuasión.
TRANSPARENCIA
Esto no significa que Maersk y sus colegas no estén dispuestos a ayudar a las marinas y a
los guardacostas a crear alerta del dominio marítimo (en inglés, maritime domain
awareness o MDA). Maersk ha propuesto ideas de programas de prueba y hasta ofreció
el uso de sus navíos para poner a prueba las ideas de otros. Por ejemplo, en la actualidad
Maersk está avanzando con ensayos en varios de sus navíos de tecnología MDA
innovadora creada por Lockheed Martin que se dirige a algunas de las limitaciones de los
sistemas de identificación automática (en inglés, automatic identification systems o
AIS). Recientemente, las autoridades navales estadounidenses en Nápoles preguntaron a
Maersk si permitiría que se pusieran receptores AIS de rastreo a bordo de sus navíos para
ver qué datos podrían generar; Maersk aceptó sin vacilar.
Esto pone de relieve otra capacidad de los transportistas comerciales que no se conoce
bien. Debido al gran número de navíos que operan en el mundo, agrupados en ofertas de
servicio permanente, los transportistas pueden realizar experimentos controlados en una
escala mayor que la que podría hacer la Armada de los Estados Unidos por sí sola.
Pueden obtener datos rápidamente que de lo contrario requeriría años para generar, si es
que se pudiera hacer en primer lugar. Finalmente, los transportistas pueden permitir que
pequeños números de oficiales navales anden en sus navíos en las zonas de interés del
mundo. Este enfoque desconectaría la presencia naval persistente en una zona de los
activos de la Armada de los Estados Unidos y permitiría que los oficiales navales
obtengan una gran cantidad de conocimientos locales en los muelles sin llamar mucho la
atención y con muy poco costo. Si navíos colaboradores hacen esos tratos con las
compañías de transporte marítimo de los países, los oficiales de la marina podrán tener
acceso a prácticamente todos los rincones del mundo. Los transportistas también podrán
actuar, como lo hace actualmente Maersk, como lugares de capacitación del personal de
los Guardacostas, la Marina y el cumplimiento de la ley, así como participar en
ejercicios. Maersk participó recientemente en un ejercicio de seguridad nacional llamado
NOBLE RESOLUCIÓN, por ejemplo. En la actualidad, Maersk está participando en un
programa del Ministerio de Defensa Británico en el que coloca pequeños dispositivos,
aproximadamente del tamaño de una computadora portátil grande, en algunos de sus
navíos, incluyendo algunos que ostentan el pabellón estadounidense. El dispositivo es
completamente autosuficiente; funciona independientemente de todos los sistemas y de
la energía del navío, porque tiene una batería que dura siete años. Las tripulaciones
simplemente quitan la capa protectora de la superficie adhesiva y la pegan a una
mampara. Con ese dispositivo los británicos pueden determinar dónde se hallan los
navíos de Maersk en tiempo real, todo el tiempo. Lo único que tiene que hacer la
empresa es evitar pintar el dispositivo, lo que confieso que a veces es difícil para los
marineros. Este programa surgió de un deseo de dar seguimiento a los navíos que
llevaban pertrechos militares británicos (hay lugares a los que, comprensiblemente, los
EL COMERCIO QUE CIRCULA POR LOS MARES Y LA ESTRATEGIA MARÍTIMA 189
británicos prefieren no ir con sus pertrechos a bordo). Cabe señalar que los
estadounidenses no tienen un programa similar para los navíos que llevan pertrechos de
los Estados Unidos, pero si existiera, Maersk no tendría ningún inconveniente en
participar. Considerando que en 2006 solamente el Departamento de Defensa envió por
barco cerca de un cuarto de millón de contenedores mediante el sistema de transporte
comercial, la mayor parte de ellos para apoyar sus actividades en Irak, probablemente
sería una buena idea.
NOTAS
Este artículo es una adaptación de una presentación Unidos], “The 1,000-Ship Navy: Global
realizada en el Thirty-seventh Institute for Foreign Maritime Network,” Proceedings, U.S. Naval
Policy Analysis–Fletcher School Conference on Institute 131 (noviembre de 2005), p. 15.
National Security Strategy and Policy, con el
patrocinio del Naval War College y la Defense Threat 3. Robert O. Work, “To Take and Keep the Lead:
Reduction Agency, en Washington, D.C., el 26 y 27 de A Naval Fleet Platform Architecture for
septiembre de 2007. Enduring Maritime Supremacy” (Washington,
D.C.: Center for Strategic and Budgetary
1. Alfred Thayer Mahan, “Considerations Assessments, diciembre de 2005), p. 84,
Governing the Disposition of Navies,” in disponible en www.csbaonline.org.
Retrospect and Prospect (Boston: Little, Brown,
1902), p. 144. 4. En noviembre de 2007, como se indica en el
sitio web de la empresa, en www.mscgva.ch/.
2. John G. Morgan, Jr. [Vicealmirante, Armada de
los Estados Unidos], and Charles Martoglio 5. “Reliability of Ship-Identification System in
[Contraalmirante, Armada de los Estados Doubt,” TradeWinds, 7 September 2007, p. 42.
18
Dicho de otro modo, una colaboración eficaz implica relaciones hacia arriba, laterales y
hacia abajo. La unidad de propósito hacia arriba resulta difícil porque la política y la
guerra han de llegar a una lógica unida, impulsada por un objetivo, a la vez que se
2
comunican con diferentes gramáticas. La unidad de acción lateral resulta difícil porque
los diferentes servicios miran el mismo problema a través de lentes distintos y aspiran a
soluciones distintas. En nuestro mundo globalizado, la colaboración entre los diferentes
servicios es difícil porque no se trata solamente de las fuerzas armadas de los Estados
Unidos. Ahora bien, la colaboración de los servicios marítimos de los Estados Unidos
reviste una importancia especialmente crítica, y la mayor parte de lo que sigue busca
promover acciones bien coordinadas dentro y entre la Armada de los Estados Unidos,
el Cuerpo de Marines y el Guardacostas.
Los ejemplos de fricción en las operaciones en Irak quizá estén aun muy cercanos a
nosotros, pero hay abundantes ejemplos históricos que muestran que el ideal de una
acción cohesiva es inalcanzable. La Segunda Guerra Mundial ofrece casos espectaculares
de voluntariedad. El genio guerrero del General Dwight Eisenhower fue promover la
cooperación y unidad entre facciones dispares. Unió a los irascibles dirigentes franceses
en el África del Norte. Trabajó con los comandantes navales y de la fuerza aérea que
recibió para el día D. Neutralizó los egos de Bernard Montgomery y George Patton
durante el avance de los aliados por Francia después de franquear la cabeza de playa de
Normandía. En todo momento, conservó la confianza del Primer Ministro Churchill,
192 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
La Segunda Guerra Mundial es por dos motivos un laboratorio neutro y apropiado para
estudiar los desafíos planteados por la acción colectiva. El primero es que la guerra es
diferente a las circunstancias estadounidenses de hoy y no se puede imitar como si fuera
un patrón. De hecho, las dos guerras mundiales son precedentes dignos de evitarse al
establecer los modos y medios de tratar con nuestro par emergente, la República Popular
de China. En segundo lugar, las dos grandes guerras ilustran el alcance mundial del
poder marítimo. Ni una ni otra se habría ganado sin alcanzar el dominio marítimo y sin
explotar la maniobra operacional desde el mar.
LOS LOGROS
y como queda demostrado por hechos recientes, la estrategia de dos-CRP reclamaba una
capacidad que era inalcanzable: la de dos operaciones rápidas y definitivas contra
enemigos que se doblegarían a nuestra voluntad “espantados y admirados” antes el
poder estadounidense.
En el mar
Responder por la seguridad de bienes y servicios. Una armada protege el movimiento de los
buques y de los medios bélicos en los mares y salvaguarda las fuerzas estacionadas, entre
las cuales han de incluirse submarinos nucleares con misiles balísticos (SNMB), fuerzas
de bloqueo, patrullas costeras y buques en estación fija para defensa anti-misiles de
teatro. Actualmente los servicios marítimos de los Estados Unidos tienen un papel
mundial de enorme amplitud.
Negar el movimiento seguro del enemigo. Una armada de poder marítimo debe contar con
los medios visibles para impedir el movimiento de buques y medios bélicos del enemigo.
Impedir las fuerzan enemigas estacionadas como SNMBs es una capacidad menos clara,
pero la simetría es válida en principio.
Desde el mar
Distribuir bienes y servicios. Una armada coloca fuerzas terrestres en la costa para tomar y
ocupar territorio y lanzar golpes aéreos y de misiles con varios objetivos. Esta fue la
función principal de la Armada para las contingencias regionales en la estrategia de
dos-CRP. La capacidad de proyectar un poder hacia ultramar persiste, pero es más difusa
y global en la nueva estrategia.
Impedir la distribución de bienes y servicios por parte del enemigo. La Armada y el Servicio
de Guardacostas protegen la patria contra toda suerte de amenazas. Para muchos
estados, esta ha sido la función primordial de sus fuerzas costaneras. Hasta hace poco, la
necesidad de defender el terreno estadounidense era inexistente gracias a la superioridad
marítima. Mas la Estrategia cooperativa para el poder marítimo en el siglo XXI deja en
claro que la amenaza de ataques terroristas ha elevado la importancia de esta función.
LA CONDUCCIÓN DE OPERACIONES
Analizarlo en toda su complejidad incumbe a los peritos, mas ofrecemos dos ejemplos.
Tras el colapso de la Unión Soviética y durante el decenio de los noventas, los Estados
Unidos no tenían un competidor igual, ni diplomático, ni económico ni militar. La
nueva estrategia señala la necesidad de estar preparados para la guerra pero asevera que
igualmente importante, y muy de preferir, es la influencia pacífica de otra potencia
importante. Si bien la estrategia no menciona ninguna potencia igual, y podría
argumentarse que la República Popular de China aún no ha alcanzado tal condición, las
relaciones de los Estados Unidos con China sirven a modo ilustrativo. Las
administraciones pasadas y futuras han intentado en varias ocasiones ejercer influencia
sobre China y sus vecinos por medio de la cooperación, la competencia y a veces la
confrontación.
Las implicancias para el planeamiento de las fuerzas navales son duales. Primero, una
armada capaz de responder ha de estar formada por ladrillos más pequeños y numerosos
IMPLEMENTACIÓN DE LA ESTRATEGIA DEL PODER MARÍTIMO
RECURSOS Y ACCESIBILIDAD
Sin los medios bélicos—los recursos—una estrategia es una aspiración. Los recursos
traen capacidades. Las capacidades provienen del dinero y de personal militar diestro. La
estrategia de poder marítimo es consciente de los costos hasta cierto punto, pero su
puesta en práctica dependerá de la accesibilidad y ésta exigirá un análisis intenso por
parte de analistas de la defensa. Una capacidad marítima de alcance global no es cosa
barata y nadie aceptará la aspiración de la estrategia entre tanto no se puntualicen sus
5
costos en el presupuesto de defensa.
Un poder marítimo costeable exigirá el más delicado sentido del equilibrio a fin de
lograr este alcance global dentro de límites presupuestarios. El equilibrio es cuestión de
tener un énfasis correcto. La disposición a influir y prevenir una “guerra entre grandes
potencias” parece más costeable si la otra gran potencia no es una abstracción. Nuestra
planificación sería más nítida si consideráramos a China como la gran potencia en
cuestión. Además, nuestra influencia positiva debe ser extensiva a los vecinos de China
también. Entonces la estrategia puede ser más específica, de modo costeable, respecto de
asociaciones, bases e inteligencia, enfocada en Asia Oriental.
La estrategia de poder marítimo es benéfica en cuanto promueve más atención a los dos
extremos del espectro, con énfasis—que mucho ha tardado—en capacidades diseñadas
para guerras pequeñas y operaciones “policiales”. Pero por ningún lado encontramos el
peso relativo de los recursos por dedicar a cada extremo. Las dos capacidades no son
mutuamente excluyentes, y la Armada global estadounidense de ningún modo será dos
flotas separadas, pero un examen atento revela que coinciden en poco.
Este es un ejemplo. Cuando Britania regía las olas con una armada mundial protectora
del imperio, Sir Julian Corbett puntualizó tres componentes de la Armada Real: la flota
de batalla para derrotar todo reto al control sobre los mares; “cruceros” para patrullar las
vías marítimas y proteger el comercio británico; y “la flotilla “de pequeños combatientes
capaces de pelear en zonas costeras, adonde no se podían aventurar los buques de guerra,
pese a todo su poder ofensivo, porque los torpederos, submarinos y minas prometían
7
bajas baratas. Con el surgimiento de la Flota Alemana de Alta Mar en los decenios
anteriores a la primera guerra mundial, el primer lord de los mares, Almirante Sir John
Fisher, se encontró entre dos desagradables perspectivas. Por una parte, Gran Bretaña
veía una creciente amenaza al control marítimo en el Mar del Norte, a la vez que
garantizaba el libre comercio y patrullaba el imperio. Por otra parte, Fisher estaba bajo
severas presiones de un gobierno liberal que deseaba trasladar presupuesto naval a
programas sociales y un ejército que deseaba más dinero para defensa de la patria contra
una invasión alemana. Colaborar con el primer ministro en el recorte del presupuesto de
la Armada Real era algo bien alejado de la mente maquiavélica de Fisher, pero resolver
una nueva composición de la Armada Real y a la vez maquinar para hacerla realidad es
8
una historia que hoy viene muy al caso.
Algunos críticos pueden inquietarse de que una fuerza bimodal para influir en China y
librar guerras pequeñas en muchos lugares desecharía las capacidades de la armada para
ocuparse de “guerras a medias”. Estas inquietudes carecen de fundamento. La actual
Armada de los Estados Unidos está diseñada para tales conflictos y estamos apoyándolos
ahora. Nadie puede inferir que la estrategia de poder marítimo desecharía las fuerzas de
combate actuales para comprar y mantener una flota nueva. Sean cuales fueren las
implicaciones de la nueva estrategia en materia de fuerzas, las fuerzas actuales estarán
con nosotros por muchos decenios en el futuro.
LA COMPOSICIÓN DE FUERZAS
Es más fácil forjar una nueva estrategia que forjar un conjunto apropiado de fuerzas para
ponerla en práctica. Las fuerzas actuales tendrán que aplicar poder de combate de modos
adaptativos para responder a las nuevas necesidades estratégicas para el futuro
inmediato. Citamos a continuación tres ejemplos tomados de la armada estadounidense.
IMPLEMENTACIÓN DE LA ESTRATEGIA DEL PODER MARÍTIMO
La Segunda Guerra Mundial. Entre el ataque japonés a Pearl Harbor del 7 de diciembre
de 1941 y el comienzo de la majestuosa barrida de la flota a través del Pacífico Central en
noviembre de 1943 con el desembarco anfibio en Tarawa, todas las clases de buques de
guerra cambiaron su función excepto los barreminas. Logramos los cambios entrenando
en nuevos medios de combate. Los nuevos métodos de uso fueron igualmente grandes
en el teatro del Atlántico, pero con muchas diferencias a fin de luchar contra los
submarinos alemanes y realizar ataques anfibios en Europa. También instalamos
tecnologías componentes, como centenares de armas antiaéreas de 20 mm y 40 mm, el
9
sensor VT, radar, IFF y el CIC. Tuvimos el lujo de desembolsar dinero y de añadir
personal casi sin límite, situación que probablemente no se volverá a dar. Hicimos estos
amplios ajustes—una verdadera transformación de la capacidad naval—en escasos dos
años recortando muchos trámites burocráticos y con la ayuda de un Congreso que veía
con buenos ojos la tarea y no pretendía sobre-controlar el proceso presupuestario con
“eficiencias”. El Ejército, Fuerza Aérea del Ejército, Cuerpo de Infantería de Marina y
Guardacostas también desarrollaron enormes capacidades nuevas, pero las suyas
ocurrieron durante concentraciones desde bases muy pequeñas, mientras que la Armada
había entrado en la guerra con una flota importante que se vió en la necesidad de
transformarse.
La guerra de Corea. En junio de 1950, cuando Corea del Norte avanzó hacia el sur, el,
Presidente Truman y su secretario de defensa supieron de pronto el valor de las
capacidades navales de ataque aéreo y anfibio desde el mar, el valor de combate especial
del Cuerpo de Marines y el papel indispensable de la flota mercante. La Armada se había
recortado drásticamente y sus buques de guerra en servicio tenían media tripulación. En
este caso, los buques de la Segunda Guerra Mundial eran más aptos para la guerra “a la
antigua” como fue la Guerra de Corea que los lanzamientos nucleares desde el aire
previstos en la parsimoniosa estrategia del Secretario de Defensa Louis Johnson para
contener a la Unión Soviética. Para Corea, la nación necesitaba la vieja armada. La
recibió porque los dirigentes de la armada habían tenido la prudencia de guardar
centenares de buques de guerra y buques mercantes que podían recuperarse
rápidamente. De una Reserva Naval que tenía apenas seis años de antigüedad provino el
personal entrenado.
Material Naval, cuando sus Jefes de Operaciones Navales Almirantes Elmo Zumwalt y
James Holloway procuraban de dar nueva forma a la Armada en los años posteriores a
Vietnam, en que escaseaban los recursos económicos).
En ello radican tres lecciones. Primero, la Armada es un servicio con plazos de espera
largos. Cuando cambia una estrategia y se imponen demandas nuevas, no podemos
desechar la flota y volver a comenzar. La modificamos con algunas tecnologías nuevas y
tácticas correspondientes— recortando las trabas burocráticas hasta donde lo
permitan—pero en la mayoría de los casos operará un buen tiempo con los mismos
buques y aviones, así como con los mismos satélites espaciales y redes de comunicación,
que tienen sus propias formas de inflexibilidad. En el corto plazo, nos adaptamos.
En los últimos cinco o seis años hemos visto un considerable esfuerzo por transformar
los servicios armados desde arriba. A veces, resulta más productivo desde abajo. Cuando
nuestros oficiales y suboficiales tuvieron que luchar contra la insurgencia en los litorales
y ríos de Indonesia y las Filipinas, cuando nuestros pilotos de portaaviones aprenden a
competir con los mejores aviones chinos, cuando nuestros tripulantes de submarinos se
han entrenado para derrotar submarinos de Corea del Norte en sus aguas locales de
escasa profundidad y cuando nuestras fuerzas de desembarcos aprenden a ganarse los
corazones de gente buena que está siendo intimidada por terroristas, entonces
simultáneamente nos dirán el modo de mejorar los sensores, redes, buques, aviones y la
logística de guerra.
Hemos visto en acción esta modalidad “de abajo a arriba”. Los vehículos aéreos no
tripulados se utilizan ahora en todas partes porque su valor saltó a la vista en los
IMPLEMENTACIÓN DE LA ESTRATEGIA DEL PODER MARÍTIMO
Balcanes, Afganistán e Irak y su eficacia comparada con los costos es indudable. Las
tácticas para confrontar enjambres de pequeños combatientes se están desarrollando con
sus sistemas acompañantes de búsqueda y ataque. Hemos vuelto a darnos cuenta de los
peligros de las minas y de submarinos enemigos silenciosos que tuvimos prácticamente
en el olvido por demasiado tiempo.
Las asociaciones promovidas por la estrategia del poder marítimo ¿acaso no deben
ayudar a desarrollar nuevas capacidades acordes con le estrategia? A continuación damos
tres ejemplos de amplia base de aprendizaje en el trabajo.
Primero las operaciones bilaterales con armadas asiáticas como las de Corea del Sur,
Japón, Singapur, Australia y la India deben incluir aprendizaje colaborativo de parte y
parte. De allí deben surgir nuevas tácticas, técnicas y tecnologías oceánicas. Mediante tal
colaboración, los servicios marítimos (y también el Ejército de los Estados Unidos)
percibieron los Vehículos de Alta Velocidad australianos, vehículos comerciales veloces,
aptos para navegación, altamente adaptables y de bajo costo. Hemos ensayado los VAV
en diversos ejercicios y operaciones reales. Sus cascos de catamarán que rompen las olas
han ayudado a superar un atasco de cuarenta años en los experimentos estadounidenses,
mayormente si resultados, con cascos de diferentes diseños como los SWATH, vehículos
de colchón de aire e hidro-deslizadores.
los éxitos y fracasos pasados de las armadas costeras extranjeras, resulta difícil señalar
casos específicos de adaptaciones en los Estados Unidos. Quizá nos convenga ser más
humildes y reconocer que ellos son los expertos que nos pueden enseñar—por ejemplo,
que no tenemos necesidad de dorar cada lirio con tecnologías más avanzadas, buques
más grandes y costosos y aviones que no podemos darnos el lujo de perder.
Tercero, los servicios marítimos pueden aprender el arte de la ayuda extranjera eficaz a
los países subdesarrollados, por ejemplo en el Caribe y África, acudiendo a expertos
estadounidenses con decenios de experiencias: personal de operaciones especiales,
especialistas en operaciones psicológicas del ejército y oficiales de asuntos extranjeros.
Algunos de los estados que debemos ayudar no tienen armada pero deben, por ellos
mismos y por nosotros, unirse a la armada internacional de mil buques. Un resultado de
la asistencia deben ser equipos sencillos, costeables pero confiables, porque desearemos
entrenar sus armadas para la autosuficiencia, después de lo cual podemos regalarles el
equipo.
En resumen, establecida una nueva estrategia, los servicios marítimos de los Estados
Unidos pueden aprender, así como enseñar, las tácticas y tecnologías que nos ayuden a
efectuar la transición a ella. Hay expertos en operaciones costeras a quienes no debemos
vacilar en estudiar. Hay países que todavía están emergiendo en lo económico y que
podemos ayudar con sistemas ingeniosamente sencillos, los cuales bien podríamos
considerar para nosotros también. Las asociaciones por las cuales aboga la estrategia del
poder marítimo pueden ser una importante fuente de conocimientos.
ANÁLISIS CUANTITATIVO
Planteé anteriormente que el control marítimo impide que el enemigo ataque desde el
mar y le da a un estado marítimo el poder de elegir el lugar de la acción en la costa de
una potencia terrestre. La maniobra operacional naval es una gran ventaja de las
potencias marítimas, pasadas y presentes. Los estrategas bien lo saben y los historiadores
citan ejemplos más recientes que los que encontramos en los clásicos de Mahan. El
General Erwin Rommel probablemente no tomó a Alejandría en1941 porque precisaba
una base marítima avanzada y un año más tarde el General Bernard Montgomery
atribuyó a su larga línea de comunicación terrestre la culpa por su persecución de
Rommel a paso de tortuga a través de Egipto y Libia a Túnez. El Mediterráneo se había
transformado en un mar demasiado peligroso para la navegación mercante.
Las descripciones como esta tienen más significado cuando sus datos de base ponderan
la ventaja marítima estadounidense. Una fuerza anfibia en camino recorrerá
aproximadamente quinientas millas náuticas en un día. Los modernos buques
contenedores andan a todavía mayor velocidad, mas para comparar el traslado en mar
con el traslado en tierra tomaré como dato el que los navegantes independientes en la
Segunda Guerra Mundial recorrían 250 millas náuticas al día o más.11 En tierra un
ejército que maniobra a velocidad operativa contra una oposición débil avanzará unas
IMPLEMENTACIÓN DE LA ESTRATEGIA DEL PODER MARÍTIMO
De modo conciso, en la velocidad de traslado operativo los buques tienen una ventaja de
orden de magnitud sobre un ejército. La ventaja en cuanto a movilidad ha sido una gran
constante de los buques desde hace mucho tiempo. En cuanto a número de personal
logístico necesario para dar fuerza al escenario de la acción y sostenerlo, la ventaja de los
buques sobre el transporte terrestre es de dos órdenes de magnitud. Es razonable
conjeturar que en cuanto a peso de potencial de combate transportado al lugar de la acción
por unidad de energía consumida, la ventaja de los buques sobre el transporte terrestre
¡puede ser hasta de dos y tres órdenes de magnitud!!
Hemos visto, por una parte, que la estrategia de poder marítimo es poderosa y oportuna
como plan unificador para la acción colaborativa. Reafirma valores casi olvidados
durante el decenio de la presunta paz que nunca llegó a ser, en los años noventa y en el
decenio actual, cuando los conflictos en Afganistán e Irak llaman demasiado la atención
sobre las operaciones terrestres. La nueva estrategia habla de un alcance mundial, del
poder de influir y de la bondad de las asociaciones mundiales.
Hemos visto, por otra parte, que la nueva estrategia de poder marítimo es un
fundamento necesario pero no suficiente por cuando no puede expresar más que
aspiraciones. Primero, los presidentes y sus administraciones deciden en cuanto empleo
entre las posibilidades ofrecidas por el alcance mundial y el dominio marítimo. Las
demandas impuestas por los comandantes en jefe de los Estados Unidos cambiarán, y la
vida de sus administraciones será breve comparada con la vida de los buques, aviones,
sensores y estructuras de mando de los tres servicios marítimos. Segundo, la estrategia
debe tener en cuenta la accesibilidad, en parte porque esa es la voluntad del pueblo y en
parte porque la salud económica y la competitividad son tan importantes a la larga como
el poder militar. Tercero, los actuales Servicio de Guardacostas, Cuerpo de Infantería de
Marina y Armada tendrán que bastar a corto plazo, de modo que debemos reorientar sus
capacidades operativas mediante una educación y entrenamiento que respondan a la
estrategia. Cuarto, y por último, la experiencia adquirida en futuras operaciones
multifacéticas conducirá a cambios en la estructura de las fuerzas de abajo a
arriba—siempre y cuando los líderes en los servicios marítimos y sus superiores estén
atentos a lo que probablemente será una serie considerable de cambios.
202 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
NOTAS
El autor expresa su gratitud por sus sugerencias 6. Quienes mejor entenderán la analogía son los
constructivas al Capitán de Navío Jeffrey Kline, que saben que la Línea Maginot jamás se
Armada de los Estados Unidos (Retirado), franqueó. Primero, Francia le vertió tanto
Departamento de Investigación en Operaciones de la dinero—los presupuestos desbordados no son
Naval Postgraduate School en Monterey, California fenómeno nuevo—que no quedó suficiente en
(quien también enseña una secuencia optativa en el presupuesto de defensa para las fuerzas
análisis ejecutivo en la Escuela de Guerra Naval) y al móviles que eran esenciales para el concepto.
profesor George Baer, jefe pasado del departamento Segundo, los pánzer alemanes encontraron una
de estrategia y políticas en la Escuela de Guerra Naval . forma de evadir la Línea Maginot y de igual
manera los terroristas encontrarán puntos
1. Entre las muchas listas de principios, el débiles en una defensa “perfecta”.
cuasi-sinónimo más frecuente es unidad (de
esfuerzo). Henry Eccles, cuyo estudio de 7. J. S. Corbett, Some Principles of Maritime
logística en la Segunda Guerra Mundial es Strategy (Annapolis, Md.: Naval Institute Press,
clásica, se refirió a la cooperación como el 1988 [1911]). Ver el capítulo 2, “Theory of the
ingrediente vital en el suministro eficaz. Means—The Constitution of Fleets.”
2. El profesor George Baer me señaló esta verdad 8. Ver J. T. Sumida, In Defence of Naval
tradicional de Clausewitz. Supremacy: Finance, Technology y British Naval
Policy (New York: Routledge, 1993) y R. K.
3. La estrategia clásica del ejército busca destruir a Massie, Dreadnought: Britain, Germany and the
las fuerzas combatientes del enemigo y su Coming of the Great War (New York: Random
voluntad de resistir. Pero estos no son fines sino House, 1991).
medios. También en el mar, dicen los
mahanianos, el objeto de la flota de batalla es 9. Es decir, el fusible de tiempo variable,
hundir a la flota enemiga, pero Corbett y otros identificación amigo o enemigo y el centro de
han demostrado que esto no basta. Una guerra información de combate.
de guerrillas en el mar con submarinos, minas y
enjambres de naves de superficie sigue siendo 10. El acertado término “armada de mil navíos” se
una grave amenaza para los buques principales ha desvirtuado en la estrategia hasta
de una flota. convertirse en el apelativo más formal
“Asociaciones Marítimas Globales”.
4. Ver W. P. Hughes, Jr., “A Bimodal Strategy for
the National Maritime Strategy,” Naval War 11. La navegación en convoy en el Atlántico era
College Review 60, no. 2 (Primavera de 2007), más lenta, como que recorría 150 millas
pp. 29–47. náuticas por día. En la era de la vela, una
expectativa razonable era cien millas náuticas
5. En otra parte he sugerido que la mitad de los por día con vientos alisios.
costos de la Armada de los Estados Unidos
probablemente corresponde al alcance mundial. 12. No debe sostenerse que el poder marítimo
Por ejemplo, un portaaviones es un permite el desembarco en cualquier parte, es
extraordinario instrumento de poder decir en el centro de gravedad del enemigo. Los
internacional porque se puede despachar allá desembarcos en Normandía se difirieron dos
adonde se necesite, pero sin aviones queda años porque cualquier desembarco sería contra
reducido a una pista de aterrizaje móvil. El costo el “centro de gravedad” alemán.
de la pista artificial en su ciclo de vida es
aproximadamente igual al costo de la flota aérea
que apoya.
19
L os Estados Unidos están atravesando una Nueva Era que comenzó hace más de una
década y media con el colapso de la Unión Soviética y el fin de la Guerra Fría. Como
todas las nuevas eras en la historia, ésta trae consigo tanto nuevas amenazas como
nuevas oportunidades. Para que los Estados Unidos puedan proteger y avanzar sus
intereses nacionales y asegurar su supervivencia, se debe adaptar al cambio y establecer
una estrategia nacional que pueda confrontar estos nuevos desafíos. Es importante que
esta nueva estrategia nacional sea respaldada también por una estrategia militar
comprensiva. Uno de los elementos de esta estrategia militar debería ser una estrategia
marítima que permita emplear las fuerzas navales de la manera más efectiva posible
como parte de una estrategia de fuerzas conjuntas. Una estrategia cooperativa para el
poder marítimo en el siglo XXI (A Cooperative Strategy for 21st Century Seapower),
octubre de 2007, disponible en www.navy.mil/maritime/MaritimeStrategy.pdf) es el
último de una serie de intentos por definir dicha estrategia. Desafortunadamente, de la
misma manera que las publicaciones de estrategias nacionales a que hace referencia, esta
estrategia marítima trata de ser omnia omnibus (todo para todos) y por lo tanto deja de
ser realista y viable. Se parece más a un documento de relaciones públicas desarrollado
en asambleas populares. Aun una estrategia declaratoria tiene que tener varios elementos
principales para poder ser considerada seriamente.
Primero, una estrategia militar tiene que hacer un análisis correcto del entorno de
seguridad global para el que fue diseñada, y dentro del cual deberá ser implementada.
Los mayores aciertos de esta nueva estrategia militar son en esta área. Reconoce la mayor
complejidad de esta Nueva Era. Evita hacer referencia a un mundo unipolar o a los
Estados Unidos como “nación indispensable”. Dichas representaciones falsas y
arrogantes del sistema internacional, y del rol cumplido por los Estados Unidos, han
204 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
En segundo lugar, una estrategia militar tiene que identificar y priorizar las amenazas y
oportunidades presentadas por una nueva era. No basta con catalogar simplemente las
amenazas, como lo hace esta nueva estrategia marítima. Para ser relevante, debería
priorizar las amenazas tanto en término de plazos como del peligro que representan para
los intereses nacionales de los Estados Unidos.
Además, hay un peligro potencial de que los Estados Unidos se vean envueltos en
conflictos en Corea o el Estrecho de Taiwán, donde las estrategias de disuasión han
mantenido la paz por más de medio siglo. Si bien estos conflictos parecen improbables y
disuadibles en el futuro previsible, no se pueden descartar. Cualquier estrategia militar
debe tratar por lo tanto de preservar la capacidad para reforzar la disuasión y prevalecer
en cualquier conflicto si las soluciones políticas llegaran a fracasar.
LA NUEVA ESTRATEGIA MARÍTIMA 205
Para ser exitosa, una estrategia también tiene que aprovechar las oportunidades que se
presentan. Como las amenazas principales a los intereses de los Estados Unidos se
concentran en su mayor parte en el amplio arco islámico que se despliega entre África y
el Sureste Asiático, hay una oportunidad para reducir la presencia militar de los Estados
Unidos en otros lugares del mundo. De esa manera también se contrarrestarían los
argumentos de que los Estados Unidos buscan establecer un tipo de hegemonía global o
imperial, y reduciría tanto la carga política soportada por los gobiernos amigos como los
blancos para organizaciones terroristas. Esta redistribución de fuerzas también
permitiría una utilización más apropiada y un posicionamiento más estratégico de las
fuerzas armadas de los Estados Unidos, incluyendo las fuerzas marítimas.
En el Noreste Asiático hace falta el mismo tipo de transferencia de liderazgo militar para
cumplir un papel de soporte. Esta transición ha sido muy lenta en Corea, a pesar del
progreso económico y político significativo demostrado allí. La alianza con Japón es un
modelo útil, ya que los Estados Unidos juegan claramente un papel de respaldo en la
defensa militar de Japón, consolidando y reduciendo su presencia militar en esa zona.
Ambos países se benefician de una alianza política global más amplia, mientras realizan
los ajustes necesarios en su alianza militar. Corea del Norte no es una amenaza
significativa para los Estados Unidos. Las potencias regionales, Japón, Corea del Sur y
206 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
Los Estados Unidos han debido confrontar un desafío global dos veces en el último siglo.
Primero, los Estados Unidos y sus aliados se enfrentaron a la combinación de la
Alemania nazi, el Japón imperial y la Italia fascista. Ése era realmente un eje. Irak, Irán y
Corea del Norte no se encuentran en la misma categoría. Segundo, la Unión Soviética y
la ideología comunista representaron una amenaza global durante la Guerra Fría. Los
intentos de caracterizar la amenaza del terrorismo como una amenaza global exageran su
capacidad. China es un estado en ascenso en Asia, pero también ella confronta desafíos
internos considerables y limitaciones de recursos. En términos militares seguirá siendo,
en el mejor de los casos, una potencia regional durante el futuro previsible. Si se deja de
lado el problema de Taiwán, es difícil construir una hipótesis realista para que se
produzca un conflicto sino-americano. Los Estados Unidos no confrontan ninguna
amenaza global, por parte de cualquier nación, actor extranacional o ideología, ya sea
hoy o en el futuro previsible, que se aproxime a las que tuvo que confrontar en el pasado.
Una estrategia militar efectiva se tiene que concentrar en las realidades estratégicas del
presente y las probabilidades del futuro. Debe confrontar las amenazas que realmente
existen, no aquéllas que prefiere. También tiene que reasignar recursos, desarrollar
alianzas y reposicionar sus fuerzas para sacar partido de los cambios y oportunidades
que se ofrecen. Como esta nueva estrategia marítima no identifica ni prioriza claramente
las amenazas y las oportunidades, sus propuestas son demasiado generales y fuera de
foco como para servir siquiera como una estrategia declaratoria relevante.
En tercer lugar, dado que una estrategia debe realizar un análisis correcto del entorno de
seguridad global, e identificar y priorizar claramente las amenazas y oportunidades de la
época en que se deberá implementar, también debe explicar en su núcleo cómo va a
garantizar la seguridad de los Estados Unidos. ¿Cómo se propone tener éxito, y cómo
difiere o se parece a la estrategia militar actual? En este sentido, esta nueva estrategia
marítima está llena de contradicciones.
Es desafortunado que este último intento reconozca tan bien el cambio en el entorno de
seguridad global y el amplio espectro de amenazas que se deben confrontar, pero deje de
proponer una verdadera estrategia militar. Promete hacerlo todo, sin reconocer los
requisitos de recursos o las demandas contrapuestas.
La sección titulada “Cómo poner en práctica esta estrategia” incluye una lista de las
capacidades centrales que deberían poseer las fuerzas marítimas de los Estados Unidos:
presencia en posiciones adelantadas, poder de disuasión, control de mar, proyección de
poder, seguridad en el mar y actividades humanitarias. Describe cómo se podría utilizar
cada capacidad operacional y por qué sería necesaria.
Esta sección está bien escrita y nos recuerda a las discusiones sostenidas al final de la
Guerra Fría, en las postrimerías del gobierno de G. H. W. Bush y los primeros días del
gobierno de Clinton. Con el colapso de la Unión Soviética, la amenaza estratégica había
208 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
desaparecido, y sin dicha amenaza era posible que el presupuesto de defensa se fuera en
picada, permitiendo que el país soñara con un “dividendo de paz”.
Si bien las aptitudes centrales enumeradas en la sección “Cómo poner en práctica esta
estrategia” son las que las fuerzas marítimas de los Estados Unidos deberían poseer, son,
desafortunadamente, aptitudes centrales a la búsqueda de una estrategia. La sección de la
estrategia marítima propuesta que se refiere a “Prioridades de ejecución” se concentra en
la gestión y administración de fuerzas. Menciona la necesidad de integración e
interoperabilidad entre las fuerzas, como también el conocimiento del dominio
marítimo y la preparación de personal de servicio. Éstos son todos elementos
importantes en la operación de una fuerza marítima, pero no son las prioridades reales
para ejecutar una estrategia. Estas prioridades deberían ser: dónde se deben desplegar las
fuerzas, qué roles se deben enfatizar y qué fuerzas marítimas se deberían desarrollar y
desplegar en forma crítica para asegurar el éxito de esta estrategia. Los memorandos
divulgados recientemente detallando tres armadas distintas demuestran tanto la ausencia
como la necesidad de una estrategia marítima real que contenga esta recomendación de
prioridades.
La nueva estrategia marítima enumera adecuadamente las aptitudes que tendría que
tener una fuerza marítima, y destaca en forma efectiva la importancia de la
interoperabilidad, el entrenamiento y la integración de las fuerzas. Sin embargo, esto
hará que algunos la caractericen como una estrategia declaratoria basada en capacidades,
a pesar de que ni siquiera prioriza dichas capacidades. Dadas las realidades fiscales, el
crecimiento de las demandas internas, y el hecho de que los Estados Unidos confrontan
amenazas reales e inmediatas, una estrategia basada en capacidades no es lo que
necesitamos en este momento para tomar las difíciles decisiones necesarias para
garantizar la seguridad de los Estados Unidos.
Una estrategia para derrotar a los terroristas que se base principalmente en la fuerza
militar está destinada al fracaso. Si además depende de un gran número de tropas en
tierra, intervenciones, ocupaciones y operaciones extendidas de contrainsurgencia
llevadas a cabo por fuerzas extranjeras, estaremos reforzando al enemigo. Dicha
estrategia puede recibir inicialmente el apoyo del pueblo estadounidense, pero a medida
que el conflicto se prolongue dicho apoyo se irá desvaneciendo, dando a los terroristas
una oportunidad de victoria, no debido a su superioridad militar o al fracaso de las
fuerzas norteamericanas, pero debido a que la estrategia militar de los Estados Unidos ha
sido fundamentalmente defectuosa.
Una estrategia exitosa para derrotar a los terroristas debe ser comprensiva, integrando
los aspectos políticos, diplomáticos, económicos y de comunicaciones. El elemento
militar de la estrategia se debe concentrar en el desarrollo de un sistema de inteligencia
robusta y una capacidad para atacar blancos en forma oportuna a gran distancia con
cada vez mayor precisión y letalidad, tanto desde plataformas piloteadas como
autónomas. Debe ser una estrategia de ultramar que evite las bases o despliegues de
tropas dentro de naciones islámicas, basándose principalmente en el uso de unidades de
operaciones especiales, armas inteligentes, inteligencia robusta y el respaldo de las
fuerzas nativas. Si bien es correcto pensar en una larga guerra en que se contendrá o
contrarrestará en gran medida la acción terrorista, el terrorismo no será derrotado en el
sentido tradicional o convencional. Sería un error estratégico grave dejarse arrastrar a
una serie de campañas militares llevadas a cabo por tropas terrestres de los Estados
Unidos dentro del mundo islámico.
También hace falta una estrategia comprensiva para oponerse a la proliferación. Dicha
estrategia debe contar con un elemento militar. Se pueden producir situaciones
específicas en que la amenaza deba ser contrarrestada por medio de una acción militar,
para eliminar el desarrollo de armas de destrucción masiva o su transferencia a
terroristas o a regímenes que respalden a dichas organizaciones. Los mismos medios
militares de ultramar descritos más arriba se podrían aplicar a la eliminación de la
amenaza de proliferación si las medidas diplomáticas, políticas y económicas no llegaran
a tener éxito.
Finalmente, cualquier estrategia militar para los Estados Unidos debe seguir contando
con una estrategia convincente de disuasión nuclear. El elemento marítimo es la fuerza
210 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
nuclear estratégica con mayor probabilidad de supervivencia, y por lo tanto la pieza más
importante de la estrategia de disuasión.
Se tuvo la oportunidad de desarrollar una estrategia marítima que fuera efectiva contra
las amenazas del terrorismo y la proliferación, y al mismo tiempo sustentara la disuasión
en Corea y el Estrecho de Taiwán y conservara la estrategia de disuasión nuclear de los
Estados Unidos. Los Estados Unidos y sus aliados marítimos principales, Gran Bretaña,
Japón y Australia, no son potencias continentales. Dicha alianza requiere una estrategia
marítima de ultramar, con énfasis en inteligencia, y que brinde una proyección de poder
oportuna y decisiva tanto desde plataformas marítimas como sistemas terrestres, con
alcance intercontinental. En la nueva estrategia marítima no hay ninguna mención
significativa de las bases marítimas.
Si bien el propósito de una estrategia marítima es hacer el uso más efectivo del poderío
marítimo para proteger y avanzar los intereses de los Estados Unidos, puede, y debe,
remarcar las contribuciones únicas que las fuerzas terrestres y aeronáuticas pueden hacer
a dicha estrategia militar de ultramar. También se debe reconocer que los medios y la
voluntad del pueblo estadounidense no son ilimitados, y que por lo tanto toda estrategia
militar realista debe saber elegir y priorizar.
Si bien es fácil ser crítico de esta nueva estrategia marítima, el problema verdadero que
tienen los Estados Unidos es la falta de una estrategia nacional coherente para esta
Nueva Era. Una estrategia nacional debe definir el rol que los Estados Unidos
desempeñarán en el mundo, y con qué fin. También debe asegurar que dichos fines
concuerden con la voluntad del pueblo. El desafío más importante que deben confrontar
hoy los Estados Unidos no viene de afuera, sino de haber descuidado los cimientos de su
poder interno. La reconstrucción de los cimientos internos de los Estados Unidos, para
poder asegurar su futuro como gran potencia, exigirá un ajuste importante en sus
compromisos externos y la estrategia militar de los Estados Unidos.
Será difícil, no obstante, vislumbrar una estrategia militar realmente realista y efectiva
que dé cuenta de las amenazas externas en esta nueva era hasta que los Estados Unidos
tomen conciencia de los cambios significativos que se están produciendo, tanto en sus
amenazas globales como internas, y elabore una estrategia nacional para confrontarlos.
En su forma actual, la estrategia marítima produce una lista de amenazas presentes y
potenciales, y un catálogo de las capacidades centrales de las fuerzas marítimas. Más allá
de eso, desafortunadamente, se trata de una oportunidad perdida para desarrollar una
estrategia más efectiva y comprensiva para proteger y adelantar los intereses de los
Estados Unidos en esta nueva era.
20
Se debe recalcar desde el inicio que la estrategia marítima fue redactada por un conjunto
de oficiales miembros del personal del subjefe de Operaciones Navales para
Información, Planes y Estrategia (N3/N5) y por eruditos y contratistas civiles. La Escuela
de Guerra Naval les entregó una serie de opciones, que serán discutidas más adelante,
que emplearon como la materia prima para la redacción del documento de estrategia. En
el proceso íntegro del desarrollo todos evitaron atribuir ideas a individuos, para que las
posiciones no se endurecieran a causa de un sentido de “propiedad”. Por lo tanto, si bien
no se puede señalar a ninguna persona como el progenitor de la estrategia publicada, un
claro sendero de auditoría intelectual serpentea por los eventos de su elaboración, que
incluyeron juegos de guerra y talleres.
212 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
Una de las cosas que nos permitieron oír mejor fue un taller inicial al que trajimos
algunas de las personas que habían participado en la elaboración de la Estrategia
2
Marítima de los 1980 (en mayúscula para diferenciarla del esfuerzo actual). En ese
taller, uno de los participantes dijo que lo que había tenido esa estrategia, y que lo que
había estado faltando desde el final de la Guerra Fría, era contexto. Lo que quiso decir
con eso fué que la estrategia marítima había indicado a los oficiales navales contra
quiénes pelearían, por qué y dónde, además de cómo. La serie de libros blancos “...Desde
el Mar” (From the Sea), emitida en la década de los 1990, había sido más bien de índole
doctrinaria. Para hacer que su estrategia fuera convincente y útil, la Armada necesitaba
redescubrir el contexto. Otro hilo de la discusión fue la necesidad de “reglobalizar” la
Armada. No había ningún aglutinante intelectual que uniera las operaciones en el Mar
de Filipinas a las del Golfo Pérsico o del Caribe, si bien la mayoría de los participantes en
el taller, así como aquellos en diferentes juegos de guerra en años recientes, sintieron
instintivamente que lo que pasaba en un lugar del mundo tenía consecuencias
importantes en otras partes. En vista de ello, diseñamos y jugamos nuestro juego de
guerra teniendo eso en consideración y prestamos atención a lo que podría constituir un
nuevo contexto de estrategia marítima y el fundamento de una nueva visión global.
El Juego de Fundamentos Estratégicos demoró unas seis semanas en jugarse y contó con
la participación de cuatro equipos de los Estados Unidos, uno para cada posible futuro
político y cinco “entidades estratégicas”, así como de países y grupos no de países
seleccionados para juego detallado. Se indicó a los equipos que elaboraran estrategias a
gran escala para los próximos veinte años que maximizaran su seguridad, aspiraciones e
intereses. No se requirió que los equipos no estadounidenses demostraran hostilidad
hacia los Estados Unidos, excepto si ello tenía sentido en términos de sus estrategias
generales. Eso representó una variación de los juegos habituales, en los que predominan
las peores situaciones. En las sesiones de adjudicación abierta, en la que cada equipo
proclamaba su estrategia, fue surgiendo un hilo convincente. Todos los estados tenían
un interés intrínseco en el funcionamiento del sistema global de comercio, incluso los
actores “apartados de la manada”, como Irán y Corea del Norte. Sólo al-Qa‘ida y los
grupos vinculados a él manifestaron una hostilidad endémica hacia el sistema. Esta
percepción produjo la “gran idea” de que la protección del sistema de comercio global
existente y de la seguridad (en lugar del proceso de globalización) proporcionaba el
contexto de la nueva estrategia y el aglutinante intelectual que unía a todas las regiones
del mundo. Es por ello que la noción de un sistema de seguridad y defensa figura
prominentemente en el documento de estrategia marítima, tanto en su introducción
como en la descripción del concepto de la estrategia en sí. Esto no podría haber sido más
importante ni tampoco, a su manera, más revolucionario. Sentó las bases no sólo de una
estrategia marítima, sino de una gran estrategia nacional no dirigida contra una amenaza
o un país específicos, sino de una estrategia positiva y no agresiva. El concepto
estratégico en el que se basa la estrategia marítima, la defensa del sistema global de
comercio y seguridad, brinda la oportunidad de que futuras administraciones adopten
una postura defensiva estratégica general claramente expresada, con todas las ventajas
que ello trae. Como estrategia defensiva, hace que la cooperación marítima global sea
mucho más fácil de alcanzar.
Si bien los participantes en el juego y los talleres pudieron identificar fácilmente las
amenazas actuales y futuras, excepto en el caso de los extremistas islámicos, esas
amenazas eran incipientes o equívocas. ¿Es China una verdadera amenaza? ¿Y una Rusia
resurgente? Irán y Corea del Norte, si bien eran claramente posibles agresores, no eran
214 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
4
el sistema global se hallan cerca de países potencialmente agresivos. Según las prácticas
actuales de la Armada de los Estados Unidos, estas “fuerzas verosímiles” se dispersarán
para fines de combate, pero podrán reagruparse fácilmente en caso de necesidad.
Corbett dijo que el comercio por vía marítima en otros lugares podría ser protegido por
cruceros y una “flotilla” de embarcaciones de menor tamaño capaces de lidiar con la
mayoría de las amenazas, con la excepción de las fuerzas de primera clase, es decir los
tipos que no se encontrarían normalmente en las partes más remotas del imperio. La
versión análoga contemporánea es la “armada de mil navíos”, la red suelta de navíos que
cooperarán para la seguridad marítima. La parte estadounidense de esa flotilla serán las
unidades asignadas a los Puestos de la Flota Global y a otros despliegues más apropiados
para el caso, para catalizar mayores niveles de cooperación. La palabra clave es catalizar.
No formaríamos una escuadra de navíos de patrulla para hacer el trabajo de otros países
por ellos, sino que despacharíamos buques y otros tipos de fuerzas que ayudarían a otras
armadas y guardacostas a adoptar estrategias congruentes y a proporcionarles la
capacitación y tal vez el equipamiento necesario para ponerlas en práctica. Los tipos y
números de fuerzas requeridas no son evidentes y deben ser objeto de análisis y juegos.
estaban siendo cada vez más costosos y en que un solo país no tendría la capacidad
suficiente para mantener los mares del mundo libres de peligros. Por lo tanto, propuso
que las armadas de varios países actuaran conjuntamente (no necesariamente como una
alianza) para asegurar que las potencias regionales no pudieran impedir el comercio
6
cerrando grandes partes del océano. En la actualidad, a pesar de que los Estados Unidos
disfrutan una medida de relativa ventaja naval que Mahan ni podría haber soñado, el
mundo sigue siendo demasiado grande como para que una sola armada actúe como el
alguacil de los mares. Por lo tanto, la nueva estrategia marítima recomienda un
consorcio de armadas y guardacostas que trabajen unidos en aras de la seguridad
marítima, la nueva manifestación del control de los mares.
Se podría decir en este punto que la lógica expresada arriba no tiene por objetivo ser un
plan de retirada. El “Equilibrio extraterritorial” fue en efecto una de las cuatro políticas
de los Estados Unidos que fueron examinadas, pero finalmente nadie pensó que los
Estados Unidos se retirarían de sus alianzas estratégicas ni de sus intervenciones y
especialmente que no alteraría la postura de despliegue hacia el frente de sus fuerzas. En
lugar de ello, tiene por objetivo ser un mandato de ver al mundo como un todo. A nivel
mundial, y porque el mundo es 70 por ciento agua, la estrategia general adquiere
obligadamente un sabor marítimo. Además, Eurasia es sólo una masa terrestre; hay
otras. Los Estados Unidos están a punto de establecer un comando en África. África es el
segundo mayor continente del mundo, después de Eurasia, y si Eurasia puede absorber
todos los recursos estratégicos de una nación poderosa, entonces Eurasia, África,
América del Sur y América del Norte pueden arrollar a cualquier potencia que intente
emplear su superioridad terrestre para garantizar su seguridad. Se debe buscar
apalancamiento, posibilitar que se maniobre a escala global y establecer criterios de
inversión y riesgo. Sólo un gran concepto estratégico, y por ende marítimo, podrá
proporcionar la perspectiva y la orientación necesarias. Por lo tanto, parte de lo que
inspiró el proceso de elaboración de una estrategia marítima fue la esperanza de al
menos iniciar un nuevo diálogo sobre una estrategia nacional general.
opción, que “entró por el travesaño” provino de fuera de la Escuela. La idea era tener
fuerzas de primer nivel para combatir la capacidad de impedir el acceso de Asia
nororiental y de fuerzas de menor nivel para la Guerra Larga y las operaciones en otras
partes. La última opción, que también provino de una fuente externa, fue producto del
futuro de política de Actuación Selectiva y requirió que se elevara la prevención de la
guerra al mismo nivel de importancia que ganar la guerra. La prevención se lograría
mediante una combinación de disuasión mediante la fuerza y la actuación generalizada
para reducir las causas de descontento, la competencia por los recursos y los malos
gobiernos que pueden conducir a guerras.
Estas cinco opciones se ofrecieron al Comité Ejecutivo, que las redujo rápidamente a
tres: la avanzada capaz de ganar guerras, asegurar las zonas globales de uso común y la
prevención de la guerra. Finalmente, las tres fueron combinadas en una sola estrategia, la
misma que ha sido publicada.
incidentes. Creo que los comentarios realizados sobre la cooperación naval entre Estados
Unidos y China por un erudito chino que asistió al taller merecen ser repetidos en este
trabajo: “Por lo tanto, la cooperación en asuntos no competitivos puede sentar las bases
interactivas y cognoscitivas para la realización de más esfuerzos conjuntos dirigidos a
mitigar las consecuencias de la competencia marítima y naval”.
Ningún documento estratégico de diez páginas puede explicar claramente las ideas
complejas que lo produjeron. Para los que trabajaron en la elaboración del documento,
está claro que se puede malinterpretar fácilmente, es el precio que se paga por ser
conciso. Es también el precio de producir un documento de consenso proveniente de un
proceso de elaboración en estrecha colaboración. Pero esperamos que las explicaciones
individuales, como ésta, puedan ayudar a la gente a interpretar mejor lo que realmente
está diciendo el documento de estrategia marítima.
220 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
NOTAS
1. Para éste y otros fenómenos de juego, ver la 6. Mahan, Interest of America in Sea Power Present
obra del autor “The Epistemology of War and Future, pp. 110–16. Es interesante señalar
Gaming,” Naval War College Review 59, no. 2 que Mahan habla sobre la necesidad de no
(primavera de 2006), pp. 108–28, esp. p. 124ff. forzar alianzas y, en lugar de ello, dejar que los
intereses comunes, en este caso entre Estados
2. Para el desarrollo de esa estrategia, ver John B. Unidos y Gran Bretaña, conduzcan a una
Hattendorf, The Evolution of the U.S. Navy’s cooperación naval natural. Esto refleja en gran
Maritime Strategy, 1977–1986, Newport Paper medida la lógica de la Asociación Marítima
19 (Newport, R.I.: Naval War College Press, Global contemporánea, anteriormente
2004). conocida como la “armada de los mil navíos”.
3. Sir Julian Corbett, Some Principles of Maritime 7. Niall Ferguson, The War of the World (New
Strategy (London: Longmans, Green, 1918). Ver York: Penguin, 2006) p. 73.
parte 2, chap. 3, en la que figura una discusión
de la concentración y la dispersión; ver part 2, 8. La Doctrina Weinberger, enunciada en 1984, y
chap. 2, en la que figura una discusión de los su sucesora derivada, la Doctrina Powell (en
papeles de los cruceros y de la flotilla. realidad un neologismo inventado por
periodistas, pero ver el artículo de Powell “U.S.
4. U.S. Navy, A Cooperative Strategy for 21st Forces: Challenges Ahead” en Foreign Affairs
Century Seapower, pp. 4–5, disponible en del invierno de 1992/1993), en el que presenta
www.navy.mil/maritime/MaritimeStrategy .pdf una serie de preguntas que deben ser
y reimpreso en Naval War College Review respondidas afirmativamente antes de que una
(Invierno de 2008), en www.nwc.navy.mil/ acción militar sea considerada apropiada y
press/review/documents/NWCRW08.pdf. practicable. La primera pregunta, ¿Está
5. Alfred Thayer Mahan, Naval Strategy (Boston: amenazado un interés vital de seguridad
Little, Brown, 1918), pp. 18–19. Ver también su nacional? revela las deficiencias de ambos,
The Interest of America in Seapower Present and porque ninguno de ellos ofrece un concepto
Future (Boston: Little, Brown, 1918), pp. geoestratégico que pueda ayudar a una
182–83. administración a responderla más claramente.
21
P ara poder hacer frente a las amenazas, y salvaguardar los intereses de los Estados
Unidos, la nueva estrategia marítima de los Estados Unidos se propone seis misiones
principales para ejercer su poder en el mar: desplegar un poder marítimo decisivo en
posiciones adelantadas en conflictos limitados de escala regional; disuadir la guerra entre
las potencias principales; ganar guerras para el país; salvaguardar la seguridad nacional a
distancia; promover y mantener relaciones cooperativas con más socios internacionales;
y prevenir o eliminar la destrucción regional antes de que afecte el sistema internacional.
Para llevar a cabo estas seis misiones, el poder marítimo de los Estados Unidos debe
poseer seis aptitudes centrales conmensurables, incluyendo la capacidad para adoptar
una posición adelantada (desplegarse globalmente), la capacidad de disuasión, la
capacidad para controlar el territorio marino, la capacidad para proyectar su fuerza, la
capacidad para salvaguardar el orden público en el mar, y la capacidad para responder
en casos de asistencia humanitaria y siniestros.
Una estrategia cooperativa para el poder marítimo en el siglo XXI (A Cooperative Strategy
for 21st Century Seapower), la estrategia más reciente propuesta por Estados Unidos,
representa la primera revisión importante de la estrategia marítima [de los Estados
Unidos] en veinte años. En 1986, la estrategia marítima era esencialmente una estrategia
de la Guerra Fría, “centrada en la guerra”, y se basaba principalmente en establecer la
supremacía marítima. El objetivo era la confrontación global con la Armada soviética.
Obviamente, con la desintegración de la Unión Soviética y la declinación de la Armada
soviética, la “edición 1986” de la estrategia marítima de los Estados Unidos ya era
obsoleta. Al confrontar la nueva situación internacional del contraterrorismo después
del incidente del “11 de setiembre” y las guerras en Afganistán e Irak, como también el
rápido surgimiento de las naciones en desarrollo y la formación de un mundo
multipolar, [y] como resultado de más de dos años de debate y discusión dentro del
círculo teórico de la Armada de los Estados Unidos, se publicó finalmente la edición
222 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
Una estrategia cooperativa para el poder marítimo en el siglo XXI se compone de seis
secciones: introducción, desafíos para una nueva era, conceptos de estrategia marítima,
implementación estratégica, prioridad de tareas para la implementación y conclusión.
Este ensayo proporciona un breve análisis para ofrecer una perspectiva de las nuevas
tendencias en la Armada de los Estados Unidos.
Una estrategia cooperativa para el poder marítimo en el siglo XXI describe las amenazas
presentes y futuras para los Estados Unidos como “el aumento continuo de actores
transnacionales, estados renegados, la proliferación de tecnología e información sobre
armamentos y siniestros naturales”. “La gran mayoría de la población del mundo vive a
pocos cientos de kilómetros del mar. Esto obliga a una manera completamente nueva de
pensar sobre el rol del poder marítimo”. Después de la realización de la Convención de
las Naciones Unidas sobre el derecho del mar, las tendencias oceánicas del mundo han
experimentado un gran cambio, y los mares se han convertido en un nuevo campo de
rivalidad. Los Estados Unidos reconocieron que “no hay un solo país que tenga los
recursos suficientes para garantizar la seguridad de todo el espacio marítimo”. Por lo
tanto, esta estrategia “atrae a todos los gobiernos, organizaciones no gubernamentales,
organizaciones internacionales e instituciones privadas para que desarrollen asociaciones
de acuerdo a sus intereses comunes y confronten las nuevas amenazas frecuentes”.
del “11 de setiembre”, no obstante, los Estados Unidos han recuperado el sentido, “los
enemigos pueden llegar a usar métodos de guerra no convencionales para contrarrestar
la superioridad militar de los Estados Unidos”. Esto ha obligado a los Estados Unidos a
repensar su estrategia marítima y a tomar conciencia de que la seguridad nacional y sus
intereses estratégicos globales ya no estaban amenazados por un oponente estratégico
fijo. Por el contrario, Estados Unidos confronta una multitud de amenazas potenciales.
Se puede ver que la nueva estrategia marítima de los Estados Unidos pone énfasis en el
“software militar”, como por ejemplo “las misiones humanitarias de rescate y mejorar
las relaciones de cooperación entre los Estados Unidos y todos los demás países”,
intentando así alcanzar el objetivo de prevenir la guerra y mantener la paz. Si se pudiera
lograr, ésta sería una opción racional para las presentes circunstancias internacionales.
Todos los países tienen una gran necesidad de explorar el nuevo pensamiento de
desarrollar asistencia mutua y prosperidad común para eliminar divergencias y
salvaguardar en conjunto la paz en los océanos. Ésta es también la obligación
internacional del “uso pacífico de los océanos” y “la gestión conjunta de los océanos”
promovida en la Convención de las Naciones Unidas sobre el derecho del mar”.
224 PERSPECTIVAS SOBRE ESTRATEGIA MARÍTIMA
Una estrategia cooperativa para el poder marítimo en el siglo XXI declara: de ahora en
adelante, el poder militar de los Estados Unidos estará concentrado en “áreas donde
haya un escalamiento de la tensión, o en regiones donde queramos demostrar a naciones
amigas y aliadas la determinación de los Estados Unidos para mantener la estabilidad, y
regiones donde los Estados Unidos deba cumplir con sus obligaciones con sus aliados”.
El Océano Índico y el Mar Arábigo son las “arterias del comercio energético” y
constituyen una ruta estratégica que debe ser garantizada por la estrategia global de
Estados Unidos. El Medio Oriente es un “barril de pólvora”, y estos mares constituyeron
el campo de batalla marítimo de la guerra entre Irán e Irak, la guerra de Irak “para
derrocar a Sadam” y la guerra de Afganistán. Es más, en esta región hay varios países que
poseen armas nucleares y existe el peligro de la proliferación nuclear. Al sentar sus
defensas en forma intencional y llevar a cabo su despliegue estratégico, los Estados
Unidos están preparados para actuar e intervenir en todo momento.
multinacionales no hubieran sido posibles hace más de una década, y esto pone en
evidencia que la nueva estrategia marítima de los Estados Unidos ya se ha puesto en
marcha.
Una estrategia cooperativa para el poder marítimo en el siglo XXI dice: se han producido
cambios importantes en el entorno estratégico global, y los Estados Unidos confronta
amenazas dispersas por todo el mundo. Por lo tanto, es necesario dar rienda suelta a las
características “expedicionarias” y “de roles múltiples” del poder marítimo, y adoptar un
“despliegue global disperso para defender la seguridad nacional y a los ciudadanos de
Estados Unidos, y para promover nuestros intereses en una escala global”.
Algunos países asiáticos están ascendiendo rápidamente, tienen una gran fortaleza
económica y tecnológica, y poseen armas nucleares o la capacidad para desarrollarlas;
tendrán una influencia directa en la región y desafiarán la hegemonía de Estados
Unidos.
El nuevo concepto estratégico marítimo de los Estados Unidos sostiene que aunque una
guerra regional sea limitada, sigue siendo muy difícil alcanzar la victoria completa sin el
respaldo internacional, de manera que la “guerra contra el terrorismo” sólo se puede
prevenir, y sólo se puede obtener la paz, por medio de la cooperación internacional. El
nuevo concepto estratégico integra cláusulas como “promover y mantener las relaciones
de cooperación con más socios internacionales” y afirma que “se pondrá énfasis en la
prevención de conflictos por medio de operaciones de rescate humanitario y asistencia, y
reforzando la cooperación internacional”. Recalca que prevenir una guerra es tan
importante como impedir que una guerra se difunda, y que sólo se puede lograr que una
guerra no se difunda por medio de la cooperación internacional, para no afectar el
sistema global y los intereses de los Estados Unidos. Ésta es una transformación que ha
llamado la atención de la gente.
RESEÑA DE NOTICIAS
La conclusión de Una estrategia cooperativa para el poder marítimo en el siglo XXI señala
que: “esta estrategia se concentra en las oportunidades, no en las amenazas; en el
optimismo, no el miedo; y en la confianza, no la duda... En el futuro, la Armada seguirá
unida para ejecutar esta estrategia. Las fuerzas marítimas de los Estados Unidos siempre
defenderán a la nación y sus intereses principales”. Obviamente, la publicación de la
nueva estrategia marítima de Estados Unidos demuestra que el nivel estratégico de las
fuerzas marítimas de los Estados Unidos es aún más elevado que antes. Ésta es también
la razón que motivó y permitió a las tres fuerzas marítimas del país a colaborar entre sí
para elaborar esta nueva estrategia marítima.
Si bien Una estrategia cooperativa para el poder marítimo en el siglo XXI proyecta los
términos agradables de “paz,” “cooperación” y “prevención de la guerra”, su sustento
principal sigue siendo el pensamiento hegemónico. Por ejemplo: “no podemos permitir
que se produzca una circunstancia en que nuestro poder marítimo pierda la movilidad o
libertad para poder operar en los carriles marítimos”. En forma similar: “no podemos
permitir que ningún enemigo bloquee o perturbe los principales canales del comercio o
la comunicación internacional, cortando las líneas de suministro mundiales. En casos de
necesidad, tenemos la capacidad para controlar el espacio marítimo en cualquier región,
idealmente con la participación de socios y aliados, pero solos si fuera necesario”.
Claramente, detrás de la “cooperación” se encuentran los intereses de los Estados
Unidos. La “participación de socios o aliados” también sirve a los intereses globales de
los Estados Unidos.
El Capitán de Navío Juan Carlos DEL ÁLAMO Carrillo, de la Marina de Guerra del
Perú, se graduó de la Academia Naval en 1982 y luego se capacitó en submarinos. Como
Segundo Comandante, participó en la Fase “0” en UNITAS, Puerto Rico, en 1996.
Participó en el primer ejercicio SIFOREX como Comandante de submarino en Perú en
2001. Obtuvo su título de magíster en administración educativa en Lima en 1996, y
completó el curso de Comando y Estado Mayor de la Escuela de Las Américas, Estados
Unidos, en 2000. También completó el curso sobre seguridad nacional para cuerpos de
reserva, Estados Unidos, 2004. Actualmente participa en el curso de Comando Naval de
la Academia de Guerra Naval del Perú.
El Capitán de Navío Carlos PILCO Pérez de la Marina de Guerra del Perú se capacitó en
combate de superficie e ingeniería naval. Completó el curso básico de Estado Mayor y el
curso de Comando y Estado Mayor General. Actualmente está inscripto en el curso de
Comando Naval de la Academia de Guerra Naval del Perú. Obtuvo magíster en
administración de negocios de la Université du Québec en Montreal, Canadá, y de la
Escuela de Postgrado de la Universidad de San Ignacio de Loyola. Prestó servicios como
Comandante de la fragata Mariátegui y secretario del Comandante en Jefe del Estado
Mayor y del Servicio Industrial de la Armada.