Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Director Científico
COAUTORES
Adriano Sant’Ana Pedra, Alan E. Vargas Lima, Alejandro
Ramelli Arteaga, Alessandro Zavatteri, Aléxia Domene
Eugenio, Alfonso Jaime Martínez Lazcano, Alinne Cardim
Alves, Álvaro Camargo Solano, Ana Betty Cárdenas Herrera,
Andrés Fernando Ruíz Hernández, Antonio Celso Baeta
Minhoto, Antonio Fajardo Rico, Catherine Díaz Sanabria,
César Andres Tirado Pertuz, Claudia Lujan Oviedo, Claudia
Patricia Martínez Londoño, Cassiane de Melo Fernandes,
Edgar Andrés Quiroga Natale, Eduardo Andrés Velandia
Canosa, Eudoro Echeverri Quintana, Fernanda de Matos
Lima Madrid, Fernando Luna Salas, Fredy Alonso Cubillos
Poveda, Gianluca Famiglietti, Guillermo Andrés Barón
Barrera, Haideer Miranda Bonilla, Héctor Francisco Arévalo
Fómeque, Hugo Ramón Quintero Gómez, Ivón Calaña Pérez,
Jaime Alfonso Cubides Cárdenas, John Freddy Espíndola
Soto, Jorge Isaac Torres Manrique, José López Oliva, José
Reynaldo López Viera, Jose Ricardo Artunduaga Céspedes,
Juan Marcelino González Garcete, Juliana Sánchez Vallejo,
Karla Elizabeth Mariscal Ureta, Lucas Octávio Noya dos
Santos, Luis Andrés Cucarella Galiana, Mabel Caridad Cubela
García, Maicol Andrés Rodríguez Bolañoz, María Micaela
Alarcón Gambarte, Milton Eduardo Riofrio, Pablo Darío
Villalba Bernié, Pablo Echeverri Calle, Patricio Maraniello,
Paola Alexandra Sierra Zamora, Paula Andrea Barreto
Cifuentes, Ricardo Martínez Quintero, Riccardo Perona,
Sérgio Tibiriçá Amaral, Stefano María Ronco, William Felipe
Hurtado Quintero y Wisman Johan Diaz Castillo.
Velandia Canosa, Eduardo Andrés (Director Científico)
Coedicion:
© VC Editores Ltda.
© Asociación Colombiana de Derecho Procesal Constitucional
© Asociación Mundial de Justicia Constitucional
© Universidad La Gran Colombia
© Corporación Universitaria Republicana
Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida sin permiso previo de VC
Editores o del Director de la obra. Las opiniones consignadas son responsabilidad
de cada autor.
ISBN:978-958-57887-6-3
Presidentes Honorarios
Ernesto Rey Cantor
Héctor Fix-Zamudio
Presidente
René Moreno Alfonso
Vicepresidente
Edgar Andrés Quiroga Natale
Directora Ejecutiva
Diana Johanna Beltrán Grande
Secretario General
Jaime Alfonso Cubides Cárdenas
PARES EVALUADORES
Michele Zeizza (Italia) Irina Graciela Cervantes Bravo (México)
Doctor en Justicia Constitucional y tutela Doctora en Derecho de la Universidad
de los Derechos fundamentales de la Complutense de Madrid (España), Ex-
Univerdidad de Pisa. Coordinadora y profesora del Doctorado
Interinstitucional de Derecho, Profesora de
Derecho Constitucional y tratidista.
Eduardo Andrés Velandia Canosa
Presidente de la Asociación Mundial de Justicia Constitucional
Director Científico
Presidente de la Consiliatura
Eduardo Carvajalino Contreras
Presidente de la Universidad
José Galat Noumer
Rector
Santiago José Castro Agudelo
Secretario General
Marco Tulio Calderón Peñaloza
Revisora Fiscal
Myriam Luz Vargas
LÍNEA
Derecho constitucional, reforma a la
administración de justicia y bloque de
constitucionalidad.
ESTUDIANTES SEMILLERISTAS
Alejandra París Corrales
Andrés Felipe Torres Hurtado
Cristian Andrés Sepúlveda Ardila
Jorge Arley Villamil Burgos
Juan Santiago Quesada Martínez
Jhon Jairo Ovalle Fonseca
Roger Smith Rodríguez Vera
Ruby Stella Villamizar Cuburuco
Angie Tatiana Buitrago Ardila
Merly Patricia Forero
Karen Yiseth Palacios
Jeimy Valentina García Rodríguez
Camila Lorena González Guzmán
Judy Marcela Aparicio Acosta
DIRECTIVOS
CORPORACIÓN UNIVERSITARIA REPUBLICANA
Rector
Gustavo Adolfo Tellez Fandiño
Vicerrector
Gerardino Vivas Hernandez
Vicerrector Académico
Alejandro Castillo Rivas
Secretaria Académica
Esperanza Rodríguez Calderón
ÍNDICE
Primera Parte
DOGMÁTICA DEL DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL
Capítulo I
¿Supremacía constitucional o convencional?
Una controversia defectuosamente concebida
Capítulo II
Del estado de derecho al estado constitucional de derecho.
La aparición del derecho procesal constitucional
1. A modo de introducción.............................................................................................53
2. Del Estado de Derecho al Estado Constitucional de Derecho.......................................54
3. El constitucionalismo y sus implicancias en el Estado de Derecho............................56
4. El Estado de Derecho Constitucional: algunas de sus
características principales y el nuevo rol de los jueces..............................................57
4.1. La Constitución como norma política pero también jurídica.............................57
4.2. Los derechos fundamentales como preceptos primordiales
en el Estado Constitucional y la jerarquía igualitaria entre los
órganos del Estado.............................................................................................58
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
14 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Capítulo III
La evolución de la justicia constitucional en Bolivia.
Apuntes sobre el modelo de control concentrado y plural de constitucionalidad
Segunda Parte
CONTROL E INTERPRETACIÓN CONSTITUCIONAL
Capítulo IV
La acción pública de inconstitucionalidad contra los actos legislativos en el
ordenamiento jurídico colombiano
1. Origen y antecedentes................................................................................................97
2. Aspectos sustanciales...............................................................................................102
2.1. Aproximación conceptual y características......................................................102
2.2. Objeto de control. Acción de inconstitucionalidad frente
a los actos legislativos......................................................................................105
2.3. Respecto de los vicios de procedimiento en el
trámite de acto legislativo.................................................................................105
2.4. Respecto de los vicios competenciales en el trámite de acto legislativo..........109
2.4.1. El “Test de Sustitución Constitucional”..................................................119
Derecho Procesal Constitucional
Índice 15
3. Régimen procesal.....................................................................................................113
3.1. Titularidad y Legitimación por Activa..............................................................113
3.2. Legitimación en causa por pasiva.....................................................................114
3.3. Jurisdicción y Competencia..............................................................................114
3.4. Caducidad.........................................................................................................114
3.5. Requisitos de la Demanda................................................................................115
3.5.1. Requisitos Generales..............................................................................115
3.5.2. Requisitos Especiales en la demanda contra actos
legislativos por cargos de sustitución constitucional..............................117
3.5.3. La cualificación de la acción pública de inconstitucionalidad................117
3.5.4. La precisión conceptual sobre el juicio de sustitución...........................117
3.5.5. La sujeción a una metodología particular para
adelantar el juicio de sustitución.............................................................118
3.6. Del trámite de la Demanda...............................................................................118
3.6.1. Control de Procedibilidad.......................................................................118
3.6.2. Traslado y fijación en lista......................................................................119
3.6.3. Pruebas, Audiencia Pública e Invitaciones.............................................119
3.6.4. Fallo........................................................................................................120
Capítulo V
El control judicial de las reformas constitucionales: tensiones entre el principio
democrático y la garantía de los derechos fundamentales
1. Introducción.............................................................................................................125
2. Fundamentos del control constitucional por vicios de competencia
en materia de reformas a la Carta Política................................................................127
3. Identificación y concreción de los “elementos definitorios”
de la Constitución de 1991.......................................................................................128
4. El test de sustitución.................................................................................................130
5. Conclusiones............................................................................................................131
Capítulo VI
El control de constitucionalidad sobre las leyes electorales
1. Introducción.............................................................................................................135
2. Las decisiones sobre la legitimidad constitucional de los
sistemas electorales: la “temporada de los referéndums”........................................136
3. La “hiperpoliticidad” de la sentencia n. 1 del año 2014 y el intento de
“reequilibrar” operado con la decisión sobre el porcentaje de votos
mínimo para las elecciones europeas.......................................................................139
4. El último acto (hasta hoy) del “camino electoral” de la Corte Constitucional..........143
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
16 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Capítulo VII
Los cambios informales de la Constitución y la elasticidad del texto
Constitucional
1. Introducción.............................................................................................................145
2. Las alteraciones informales de la constitución.........................................................146
3. La supremacía normativa de la constitución............................................................147
4. La elasticidad del texto.............................................................................................149
5. Las mutaciones inconstitucionales............................................................................153
6. Consideraciones finales............................................................................................158
Capítulo VIII
Los problemas del poder legislativo. ¿eficientes corporaciones democráticas o
marionetas del ejecutivo?
Capítulo IX
Tutela de los derechos constitucionales desde la misión del Centro Nacional de
Educación Sexual
Capítulo X
La omisión de un efectivo control de constitucionalidad y convencionalidad en el
indulto de Alberto Fujimori
1. Antecedentes Históricos...........................................................................................203
1.1. Procesos y condenas.........................................................................................203
1.1.1. Por usurpación de funciones...................................................................203
1.1.2. Por las masacres de Barrios Altos, La Cantuta y secuestros del
Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE)..............................................204
1.1.3. Por el delito de peculado.........................................................................206
1.1.4. Por el delito de corrupción......................................................................206
1.1.5. Por los hechos de los ‘Diarios chicha’....................................................206
2. El irregular indulto humanitario concedido.............................................................207
3. Posibilidad de actuacion de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos en el sub lite..............................................................................................212
4. ¿Puede la Corte Penal Internacional hacer alguna manifestación al
respecto del indulto del señor Alberto Fujimori?.......................................................215
4.1. De la autoría mediata y su desarrollo jurisprudencial en la
Corte Penal Internacional.................................................................................217
4.1.1. La autoría mediata por dominio de la voluntad en
aparatos de poder organizados..........................................................................218
5. De la aplicación del control de convencionalidad....................................................220
6. Bibliografía..............................................................................................................224
Capítulo XI
La apertura constitucional de Bolivia a los sistemas internacionales
1. Antecedentes y evolución........................................................................................229
2. Previsión constitucional...........................................................................................234
3. El valor de los tratados internacionales....................................................................237
4. Procedimiento de adhesión......................................................................................238
5. Denuncia de tratados internacionales.......................................................................240
6. Control previo de constitucionalidad.......................................................................244
7. La posición de los tratados internacionales en el
ordenamiento jurídico boliviano..............................................................................246
8. Bibliografía..............................................................................................................248
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
18 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Tercera Parte
PROCESOS CONSTITUCIONALES
Capítulo XII
La creación pretoriana del derecho procesal constitucional en la Acción de Tutela
1. Introducción.............................................................................................................253
2. Ubicación jurídica del derecho procesal constitucional...........................................254
3. La jurisdicción constitucional..................................................................................256
4. Sobre el procedimiento constitucional en la acción de tutela
como acción constitucional......................................................................................258
4.1. Aspectos procesales de la acción de tutela........................................................259
4.1.1. La competencia.......................................................................................260
4.1.2. La legitimación y procedencia................................................................261
4.1.3. Trámite judicial.......................................................................................262
4.1.4. Técnica para fallar la acción de tutela.....................................................263
5. Consideraciones finales............................................................................................264
6. Bibliografía..............................................................................................................266
Capítulo XIII
O habeas data e a proteção dos direitos da personalidade
1. Introdução.................................................................................................................269
1.1. Os direitos de personalidade no ordenamento jurídico brasileiro....................270
1.1.1. O direito de personalidade......................................................................270
1.1.2. Conceituação atual dos direitos da personalidade..................................273
1.1.3. O direito à privacidade e à intimidade enquanto
direitos da personalidade.........................................................................277
1.1.4. A tutela constitucional dos direitos a personalidade...............................279
1.1.5. A Proteção De Dados Pessoais................................................................282
1.1.6. O habeas data e a proteção dos direitos da personalidade......................285
2. Conclusão.................................................................................................................288
Capítulo XIV
Control de constitucionalidad a través del amparo colectivo mexicano frente al
derecho a un medio ambiente sano y derechos conexos
1. Introducción.............................................................................................................291
2. El juicio de amparo mexicano.................................................................................292
3. La reforma constitucional de 2011..........................................................................296
4. El amparo colectivo.................................................................................................299
5. Casos importantes en México..................................................................................306
6. Medio ambiente sano y amparo colectivo................................................................308
7. Conclusiones............................................................................................................312
Derecho Procesal Constitucional
Índice 19
Capítulo XV
Excepción de inconvencionalidad como mecanismo de protección de derechos
políticos: Caso Gustavo Petro vs Colombia
1. Introducción.............................................................................................................315
2. Bloque de constitucionalidad: circularidad e integración normativa.......................316
3. Control de convencionalidad: aspectos generales....................................................318
4. Excepción de inconvencionalidad en Colombia......................................................320
4.1. Competencia in genere.....................................................................................320
4.2. Aplicación oficiosa o a solicitud de parte.........................................................321
4.3. Tiene condiciones objetivas de aplicación........................................................321
4.4. Sus efectos son inter partes...............................................................................322
5. Derechos políticos en la Convención Americana de Derechos Humanos...............323
6. Restricción de derechos políticos en el ordenamiento jurídico colombiano:
Regulación inconvencional......................................................................................324
6.1. Frente al principio de juridicidad......................................................................327
6.2. Frente a la finalidad de la medida.....................................................................328
7. Caso Gustavo Petro vs. Colombia: inhabilidad política impuesta por la
procuraduría general de la nación............................................................................330
7.1. Relatoría Fáctica...............................................................................................330
7.1.1. Sanción...................................................................................................330
7.1.2. Medidas cautelares de la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos............................................................................330
7.1.3. Nulidad y Restablecimiento del Derecho ante el
Consejo de Estado...................................................................................331
7.1.4. Aplicación de la excepción de inconvencionalidad por parte
del Consejo de Estado............................................................................332
7.1.5. Elementos de la excepción de inconvencionalidad en el
fallo del Consejo de Estado....................................................................332
7.1.6. Efectos inter partes..................................................................................333
7.1.7. Competencia in genere............................................................................333
7.1.8. Aplicación rogada u oficiosa....................................................................333
7.1.9. Condición objetiva..................................................................................333
Capítulo XVI
El recurso constitucional de habeas corpus en Ecuador
1. Planteamiento general..............................................................................................335
2. El origen de habeas corpus.......................................................................................335
3. El habeas corpus en Europa y América....................................................................337
4. El habeas corpus en la constitución ecuatoriana.......................................................339
5. Bibliografía..............................................................................................................341
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
20 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Capítulo XVII
La exclusión de la prueba por la utilización del neuroderecho en procesos por
responsabilidad médica
1. Introducción.............................................................................................................343
2. El neuroderecho y sus implicaciones en el derecho procesal......................................345
2.1. El concepto de neuroderecho y el amparo de los derechos humanos...............345
2.2. El neuroderecho y el conocimiento del derecho
fundamental a la salud......................................................................................346
3. El neuroderecho, el uso del polígrafo y el indicio grave
de ausencia de veracidad..........................................................................................348
3.1. Antecedentes del uso del polígrafo y la vulneración del habeas data...............350
3.2. Las tensiones generadas por la utilización del polígrafo .................................351
3.3. Los protocolos del uso del polígrafo y la vulneración de los
derechos humanos del procesado .....................................................................352
3.4. Las preguntas realizadas a las partes del proceso.............................................353
3.5. Las disciplinas involucradas con el uso del polígrafo........................................354
4. El uso del polígrafo en colombia: la admisión o la exclusión de la prueba.............356
5. El polígrafo y la vulneración de los derechos fundamentales del interrogado........358
6. Los límites a la investigación científica...................................................................360
6.1. Los límites a la investigación científica en aras de la protección
de los derechos constitucionales del procesado................................................360
7. El daño producido al paciente y la búsqueda de la verdad, la justicia
y la reparación integral de los perjuicios causados..................................................361
7.1. Los perjuicios generados por el daño médico..................................................361
7.1.1. Perjuicios materiales: daño emergente y lucro cesante...........................362
7.1.2. Perjuicios inmateriales o extrapatrimoniales..........................................363
7.1.3. Perjuicios morales...................................................................................363
7.1.4. Perjuicios a la salud o fisiológicos..........................................................364
7.1.5. Perjuicio relacionado con la pérdida de la oportunidad..........................367
8. Conclusiones............................................................................................................367
9. Bibliografía..............................................................................................................368
Cuarta Parte
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL TRANSNACIONAL Y
CONTROL DE CONVENCIONALIDAD
Capítulo XVIII
Justicia transicional y control de convencionalidad: posición jurisprudencial de la
Corte Interamericana frente a la verdad, la justicia y la reparación
1. Introducción.............................................................................................................375
2. Justicia transicional..................................................................................................376
2.1. Verdad...............................................................................................................378
2.2. Justicia..............................................................................................................380
Derecho Procesal Constitucional
Índice 21
2.3. Reparación........................................................................................................383
3. Jurisprudencia Interamericana..................................................................................384
4. Conclusiones............................................................................................................394
Capítulo XIX
La incidencia del control de convencionalidad (CCV) en la Justicia Transicional
implementada en Colombia
1. Introducción.............................................................................................................397
2. Justicia transicional..................................................................................................399
3. El control de convencionalidad (CCV)....................................................................400
4. Justicia transicional y CCV......................................................................................403
5. Conclusiones............................................................................................................407
Capítulo XX
Alcances y aplicación de los fallos de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos
1. Introducción.............................................................................................................409
2. Fallo de la CSJN in re:“Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto”...................410
3. Análisis del caso.......................................................................................................412
3.1. Margen de apreciación Nacional......................................................................413
3.2. Fórmula Argentina............................................................................................414
4. Resolución de supervisión de cumplimiento de la sentencia de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos.....................................................................415
5. Resolución 4015/17 de la Corte Suprema de Justicia de la Nación............................417
6. Alcances y efectos de los fallos de la Corte Interamericana
en el orden interno....................................................................................................418
7. La necesidad de una ley que regule la ejecución interna de las
sentencias de la corte IDH.......................................................................................420
7.1. Perú..................................................................................................................421
7.2. Colombia..........................................................................................................422
7.3. Guatemala.........................................................................................................422
7.4. Ecuador.............................................................................................................422
7.5. España...............................................................................................................423
8. A modo de reflexión final.........................................................................................423
Capítulo XXI
La aplicación del control de convencionalidad en recientes sentencias de la Sala
Constitucional de Costa Rica
1. Introducción.............................................................................................................427
2. La influencia de jurisprudencia constitucional en la formalización del control
de convencionalidad por la Corte Interamericana de Derechos Humanos...............428
3. El control de convencionalidad en la jurisprudencia de la Sala
Constitucional de Costa Rica (1989 – 2006)............................................................431
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
22 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Capítulo XXII
Breves consideraciones a propósito del examen de la convencionalidad. Luces,
sombras y agenda pendiente
1. Introducción.............................................................................................................449
2. Acerca de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.............................450
3. Sobre el control de la convencionalidad..................................................................451
4. Parámetro y objeto de control..................................................................................453
5. Fines del control de convencionalidad.....................................................................453
6. Tipos de las sentencias de los tribunales y salas constitucionales cuando
aplican el control convencional................................................................................454
6.1. Sentencias interpretativas conforme con el
parámetro de Convencionalidad.........................................................................454
6.2. Sentencia “declarativa de inconvencionalidad”................................................454
6.3. Sentencia “desestimatoria de inconvencionalidad”..........................................454
7. ¿Uniformidad o compatibilidad de su acatamiento?.................................................454
8. Consecuencias de las sentencias la Corte IDH y de la declaratoria
de inconvencionalidad..............................................................................................455
9. Problemas de su aplicación......................................................................................455
10. El Estado convencional como cuarto estadío.........................................................456
11. Conclusiones..........................................................................................................458
12. Sugerencias............................................................................................................460
Capítulo XXIII
Atuação do Sistema Interamericano e justiça de transição: controle de
convencionalidade na sentença da Corte IDH do caso Gomes Lund vs. Brasil
1. Introdução................................................................................................................461
2. O trabalho da Comissão Interamericana de Direitos Humanos................................462
3. Organização e competências da Corte Interamericana de Direitos Humanos..........464
4. Os princípios e fontes do Sistema Interamericano de Proteção...............................466
5. Justiça de transição..................................................................................................469
Derecho Procesal Constitucional
Índice 23
6. Controle de convencionalidade................................................................................471
7. Caso Gomes Lund vs. Brasil....................................................................................475
8. Conclusões...............................................................................................................480
Capítulo XXIV
La prisión preventiva en América Latina. Una mirada desde el control de
convencionalidad
Quinta Parte
EL DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL COMO GARANTÍA DE LA
JUSTICIA TRANSICIONAL
Capítulo XXV
Estándares internacionales y regionales para la implementación de la justicia
transicional en las sociedades que transiten hacia la paz
1. Introducción.............................................................................................................499
2. Conceptualización de la justicia transicional...........................................................501
3. Descripción de los pronunciamientos internaciones y regionales sobre
justicia transicional...................................................................................................502
4. Categorización de los estándares internacionales y regionales para la
implementación de la justicia transicional...............................................................508
5. Casos particulares de justicia transicional...............................................................509
6. Conclusiones............................................................................................................514
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
24 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Capítulo XXVI
Aportes sobre justiça de transição
1. Introdução................................................................................................................517
2. O trabalho da Comissão...........................................................................................518
3. Corte Interamericana................................................................................................519
4. Controle de convencionalidade.................................................................................521
5. As fases da justiça de transição.................................................................................524
6. Os princípios de Chicago para justiça de transição..................................................527
7. Os parâmetros da Corte Interamericana de Direitos Humanos
para justiça de transição...........................................................................................531
8. Caso Gomes Lund vs. Brasil....................................................................................533
9. Não cumprimento de sentenças................................................................................537
10. Conclusões.............................................................................................................537
Capítulo XXVII
Justicia transicional como trasplante jurídico
1. La justicia.................................................................................................................539
2. Justicia transicional..................................................................................................540
2.1. Concepto...........................................................................................................540
2.2. Características...................................................................................................540
2.2.1. Justicia legal............................................................................................540
2.2.2. Justicia extraordinaria y deficitaria en su legitimidad.............................541
2.2.3. Trágica y transaccional...........................................................................541
2.2.4. Altamente emocional..............................................................................541
2.2.5. Limitada y parcial...................................................................................541
2.2.6. Se configura y despliega por medio de múltiples mecanismos...............541
2.2.7. Contribuye a la producción de la verdad................................................541
2.2.8. Contribuye aún ejercicio de la memoria.................................................542
2.2.9. Creciente reparadora...............................................................................542
2.2.10. Pedagógica............................................................................................542
2.2.11. Crecientemente un asunto global..........................................................542
2.3. Derechos de las víctimas..................................................................................542
2.3.1. Derecho a la verdad................................................................................543
2.3.2. Derecho a la justicia................................................................................543
2.3.3. Derecho a la reparación..........................................................................544
2.4. Legislación.......................................................................................................544
2.4.1. Balance y retos ley 975 de 2005.............................................................544
2.4.2. Ley 1448 de 2011 ley de víctimas..........................................................545
2.4.3. Marco jurídico para la paz......................................................................546
3. Trasplanté jurídico(tj)...............................................................................................546
4. La justicia transicional como trasplanté jurídico.....................................................547
4.1. Alternativa jurídica a la justicia transicional....................................................548
4.1.1. Derecho comparado: la indemnización de las víctimas bajo
el principio de solidaridad......................................................................549
Derecho Procesal Constitucional
Índice 25
Capítulo XXVIII
La desaparición forzada de los mecanismos de participación ciudadana en
Colombia tras los acuerdos de paz de 2016
1. Introducción.............................................................................................................555
2. La participación ciudadana......................................................................................558
3. Los mecanismos de participación.............................................................................559
4. El voto......................................................................................................................560
5. El plebiscito..............................................................................................................560
6. El referendo..............................................................................................................561
7. El cabildo abierto.....................................................................................................562
8. La iniciativa legislativa............................................................................................562
9. La revocatoria del mandato.......................................................................................563
10. Conflicto armado....................................................................................................563
11. El proceso de paz....................................................................................................567
12. El plebiscito del 2 de octubre de 2016...................................................................568
13. La desaparición forzada de los mecanismos de participación ciudadana
en colombia tras los acuerdos de paz de 2016........................................................569
14. Conclusiones..........................................................................................................571
15. Bibliografía............................................................................................................572
Capítulo XXIX
Defensa de la Constitución y Amparo de derechos humanos: legitimación
plural y tutela colectiva
1. Introducción.............................................................................................................575
2. Los desafíos del modelo europeo de justicia constitucional y la protección
de los derechos humanos en el ámbito interno.........................................................576
2.1. Panorama general.............................................................................................576
2.1.1. Concreción de los cauces a través de los cuales se puede
controlar la constitucionalidad de las normas..........................................576
2.1.2. Determinación del momento para el
control de constitucionalidad..................................................................577
2.1.3. Designación de los magistrados..............................................................578
2.1.4. Competencia de los tribunales constitucionales.....................................578
2.2. Análisis de un supuesto en particular: el proceso de amparo
seguido ante el Tribunal Constitucional español..............................................578
2.2.1. Objeto del proceso..................................................................................579
2.2.2. Aspectos subjetivos.................................................................................580
2.2.3. Tramitación de la demanda de amparo y su especial
trascendencia constitucional...................................................................581
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
26 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
2.2.4. Resolución..............................................................................................587
3. Convenio para la protección de los derechos humanos y de las libertades
fundamentales hecho en Roma el 4 de noviembre de 1950....................................588
3.1. Ámbito..............................................................................................................588
3.2. Mecanismo de control previsto.........................................................................589
3.2.1. El TEDH.................................................................................................589
3.2.2. Características del Tribunal.....................................................................589
3.3. Los desafíos en la ejecución forzosa................................................................592
3.3.1. El TEDH carece de poder coercitivo.......................................................592
3.3.2. Papel del Comité de Ministros................................................................592
3.3.3. Instrumentos normativos existentes y necesidad de
reformar los ordenamientos jurídicos internos.......................................593
Capítulo XXX
Justicia transicional, medida cautelar, componente necesario de efectividad del
derecho protegido
Capítulo XXXI
Jurisdicción especial de paz para la fuerza pública a la luz del Sistema
Interamericano de Derechos Humanos - caso Colombia
1. Introducción.............................................................................................................611
2. Lineamientos sobre justicia transicional..................................................................612
3. Estándares del Sistema Interamericano de Derechos Humanos sobre amnistía,
indulto y tratamiento especial en procesos de transición..........................................615
3.1. Estándares de la Corte Interamericana en procesos de transición....................615
3.2. Alcance del tratamiento que brinda la Jurisdicción Especial de Paz
en Colombia a la Fuerza Pública a la luz de los estándares
del Sistema Interamericano de Derechos Humanos.........................................622
4. Conclusiones............................................................................................................626
Derecho Procesal Constitucional
Índice 27
Capítulo XXXII
Reparación integral de las victimas en la justicia transicional: historia, debate y
actualidad dentro del acuerdo de paz firmado por el gobierno de Colombia y las
FARC-EP
Capítulo XXXIII
Importancia de la aplicación del principio de proporcionalidad en el marco de la
justicia transicional
1. Principio de proporcionalidad..................................................................................643
1.1. Concepto general..............................................................................................643
1.2. Principio de Proporcionalidad de las Penas......................................................644
1.2.1. Subprincipio de idoneidad......................................................................645
1.2.2. Subprincipio de necesidad......................................................................646
1.2.3. Subprincipio de proporcionalidad...........................................................646
1.3. Corte Constitucional Colombiana, concepto y alcance.....................................646
2. Control de convencionalidad....................................................................................647
2.1. Origen...............................................................................................................647
2.2. Concepto...........................................................................................................649
2.3. Alcance.............................................................................................................650
2.4. Aceptación del Estado Colombiano por parte del
Tribunal Constitucional.....................................................................................651
3. Antecedente de la Corte IDH respecto de la justicia transicional.............................651
3.1. Voto concurrente Caso masacres de El Mozote y Lugares
Aledaños vs. El Salvador de 25 de octubre de 2012..........................................651
4. Lista de referencias...................................................................................................654
Capítulo XXXIV
Justicia transicional. La reinterpretación de un sueño constitucional
a partir de un nuevo pensamiento
1. Nota previa...............................................................................................................657
2. Introducción.............................................................................................................657
3. Una breve, pero fundamental, reseña y sinopsis histórica........................................659
4. Del tema de la paz en Colombia...............................................................................661
5. De la transicionalidad de la justicia a la justicia transicional en Colombia.............666
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
28 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Capítulo XXXV
Acuerdo de paz y formas de amnistía en materia tributaria:
consideraciones desde un enfoque comparativo
1. Introducción.............................................................................................................687
2. Referencias generales respecto al sistema italiano de sanciones..............................689
3. El régimen en materia de voluntary tax disclosure..................................................692
4. Breves referencias de carácter penal en relación con el régimen de
voluntary tax disclosure...........................................................................................694
5. Consideraciones finales............................................................................................695
Sexta Parte
JURISDICCIÓN INDÍGENA Y JUSTICIA TRANSICIONAL
Capítulo XXXVI
Conflicto de competencia entre la jurisdicción especial indígena y la jurisdicción
ordinaria en el marco de la justicia transicional colombiana
Capítulo XXXVII
A demarcação da reserva indígena “raposa sierra del sol” como manifestação de
justiça de transição: limites do ativismo judicial na proteção das minorias
1. Introdução................................................................................................................717
2. Ativismo Judicial E Separação Dos Poderes Estatais..............................................718
3. Ativismo Judicial No Brasil E Seus Reflexos..........................................................721
4. O Caso Da Reserva Indígena “Raposa Serra Do Sol”
E A Justiça De Transição.........................................................................................724
5. Considerações Finais................................................................................................727
6. Referências...............................................................................................................730
Capítulo XXXVIII
Las acciones de los pueblos indígenas en defensa de sus derechos colectivos y el
rol de la Corte IDH
1. A modo de introducción...........................................................................................733
2. Protección de los derechos de los pueblos indígenas...............................................734
3. Jurisprudencia de la corte IDH.................................................................................739
4. Derecho al reconocimiento de su personalidad jurídica............................................742
5. A modo de cierre......................................................................................................743
Capítulo XXXIX
El medio ambiente como víctima del conflicto armado en Colombia y los pasivos
ambientales dentro de la justicia transicional
6.4. Financiación......................................................................................................776
7. Conclusiones............................................................................................................777
Capítulo XL
El buen vivir: un principio innovador en el marco del acuerdo final
* Doctor, Prof. de Derecho Procesal Civil en la Universidad Católica “Ntra. Sra. de la Asunción”, Sede Regional
Itapúa, Encarnación, Paraguay; Presidente de la Asociación Paraguaya de Derecho Procesal Constitucional; Secretario
General de la Asociación Mundial de Justicia Constitucional; Miembro del Instituto Iberoamericano de Derecho Procesal;
Miembro del Instituto Paraguayo de Derecho Procesal; Presidente del Instituto Itapuense de Derecho Procesal; Secretario
General del Colegio de Abogados Procesalistas Latinoamericanos. Conferencista internacional, autor de libros y artículos
especializados. villalbabernie@gmail.com.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
34 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
El paisaje del mundo internacional se ha modificado, allí donde no había nada, hay un
complejo mundo de protección, un nuevo paisaje internacional que incide en lo nacional. Se
está dando el mejor rostro de la mundialización sin dejar de reconocer sus aspectos negativos.
Una aspiración hacia la Globalización basado en la observancia de los derechos y libertades
a través de los Derechos Humanos.
En este sesgo fluye el accionar de la protección regional de los derechos humanos, basados
en la Convención ADH, pero fundamentalmente al obrar de la Corte IDH, que por medio del
control de convencionalidad en un primer momento parecía haber afectado la supremacía
constitucional, pero que por estos tiempos ha constatado una incidencia notable en todas las
áreas de la ciencia jurídica, potenciando paradójicamente a la Supremacía Constitucional sin
restarle trascendencia.
VILLALBA BERNIÉ, Pablo Darío
¿Supremacía constitucional o convencional? Una controversia defectuosamente concebida 35
En este contexto se enmarcan los derechos humanos, ejerciendo influencia desde fuera
de las fronteras a todo el contorno constitucional de los diversos países. En contrapartida, la
nueva concepción de “Constitucionalización” muestra un estrecho acercamiento con el orden
internacional, porque partiendo del reconocimiento literal realizado en la Constitución de los
Tratados Internacionales, se otorga validez y vigencia a los Derechos Humanos.
Trasmite la imagen de un inicial contenido político que pivotea sobre la relación individuo-
Estado introduciendo el concepto de Ley Universal; en un segundo significado, contiene
una aspiración de legalidad que condiciona y obliga a los Estados a respetar y garantizar
a los seres humanos sometidos a su jurisdicción estándares jurídicos mínimos en materia
de derechos y garantías individuales, derechos que se consideran inherentes a la condición
humana y anteriores al Poder de los Estados2; por último, plantea una metodología crítica de
análisis de la relación derecho-poder y de la relación poder-dominación.
1 VILLALBA BERNIE, Pablo Darío, Sistema Interamericano de Derechos Humanos, p. 196, Editorial La Ley,
Asunción, Paraguay, Año 2014.
2 VEGA, Juan Carlos, “Los Derechos humanos: idea política, metodología de análisis crítico, legalidad
supranacional”, publ. en “Derechos Humanos: legalidad y jurisdicción supranacional”, Editorial Mediterránea, p.
38, Córdoba, Argentina, 2.006.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
36 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Si bien yace innegable, que la incidencia del orden supranacional se da más acertadamente
en el plano constitucional, no es menos cierto que estos deberán ser hitos orientadores a los
efectos que los derechos humanos se inserten definitivamente, para que a nivel interno se
pueda operativizar la protección de los derechos fundamentales, introduciendo en los sistemas
legales normas de protección de los derechos humanos. Generar un novel paradigma jurídico,
concebido a partir de una supra valoración de los derechos humanos.
Recordemos que los derechos humanos no son logros de una clase carenciada, perseguida
o de menos alternativas económicas, resplandeciendo como una conquista de la integralidad
de los seres humanos en contra de los poderes no controlados de los Estados, de modo que la
garantía de custodia de los derechos fundamentales siempre configurará una superación y no
un retroceso para todas las personas por igual.
La mayoría de las veces no lleva consigo conflicto alguno, pues el orden interno fluye
en concordancia con el internacional actuando complementariamente. Sucede sin embargo,
que en muchas oportunidades el Estado se vuelve renuente a aplicar aquello normativamente
positivizado, con el pretexto del vigor de la supremacía constitucional o soberanía nacional
por sobre toda otra norma.
Las más de las veces surgen conflictos donde no deberían desencadenarse, al no constar
las disposiciones legales en contraposición de postulados constitucionales que expresamente
protegen a los derechos fundamentales, por tanto la Constitución y la Convención ADH no
constituyen marcos contradictorios, siendo absolutamente complementarios; eso sí, para
comprender el efecto de complementariedad, partir de una concepción distinta a la de divisar
a la Constitución encerrada en sus fronteras.
En este orden de ideas, asoma visible que la situación de confrontación entre ambos
órdenes solo se concibe en quienes pretenden evitar impere un nuevo tenor jurídico. Sí
se formula una falta de comprensión de los noveles paradigmas que circundan el ámbito
constitucional, que no podrán ser absorbidas por aquellos que prosigan con una noción de
Supremacía Constitucional intensa, que no condice con los actuales postulados vigentes.
Afirmamos, “Supremacía Constitucional sí, pero impregnada de derechos humanos”.
El cimiento del orden jurídico emerge sustentado en la Constitución, que como norma
fundamental establece los arbotantes jurídicos, políticos y sociales de una comunidad
determinada. No obstante esta afirmación concreta, no resulta menos cierto, que en la
actualidad ya no corresponde hablar solo de Constitución, por cuanto la Norma Fundamental
generalmente escrita (predominante en el sistema europeo y latinoamericano, en contraste
con la tradición del comman law) es insuficiente para satisfacer todas las expectativas
normativas de los sujetos jurídicos.
su propio texto transmita la idealización de aceptar que no todo está en la Constitución, sino
que hoy día corresponde conjeturar un verdadero Bloque de Constitucionalidad, superadora
de la visión estrecha y cerrada de antaño.
La Norma Fundamental si bien escrita y básica, estará en coordenada con una textura
abierta que asienta la inclusión de otros mecanismos normativos, que aunque no son
propiamente constitucionales, tienen rango constitucional o cuasi-constitucional, como
ocurre con los Tratados Internacionales de Derechos Humanos.
Es preciso enfatizar que la “cláusula de apertura” debe surgir desde el mismo texto
constitucional, apuntalando y legalizando esta situación, conlleva la complementación con
otras normativas, en especial que aporten valores, principios, normas y reglas que desbordan
el mero texto escrito y que obliga a su aplicabilidad en el orden interno.
Del BC se visualiza una Norma Suprema amplia, donde confluyen: a) la propia literalidad
de la Norma Fundamental; y, b) los otros instrumentos o sistemas normativos que también
son normas constitucionales por mandato de la propia Constitución, a través de la “clausula
de inserción” que la contiene.
Somos consientes que la Norma Fundamental no puede acabar en el ámbito del mero
texto escrito de la misma, de su literalidad expositiva, sino que requiere de un criterio de
amplitud integrando todas las posibilidades jurídicas de un determinado sistema jurídico,
solo así otorgará una eficiente protección a los derechos fundamentales.
Reluce inequívoco que para que esta amplitud se produzca, partirá de una norma
constitucional expresa o tácita que transija el acoplamiento de aquellas disposiciones
no constitucionales, pero esenciales para el orden jurídico, al punto de equipararlas en
intensidad a los preceptos constitucionales. Ciertamente el BC se conforma a partir de la
propia Constitución mediante una “Cláusula de inserción” que facilite la incorporación
de normas no plasmadas en el texto constitucional, que por su trascendencia merezcan ser
catalogadas cuanto menos de cuasi-constitucionales ubicadas en el mismo nivel que las
normas constitucionales.
surgir tácitamente no se conformaría, justamente por carecer del punto de partida para su
consideración posterior. Implica que de carecer de una cláusula de inserción se inviabilizaría
la aplicabilidad efectiva del BC.
c) También podría suceder que las normas de inserción sean una o varias, se noten
dispersas en el texto constitucional, con el reparo que si fuesen diversas se vincularán
con la unidad normativa del ámbito constitucional. Sea que estén plasmadas en una
sola norma o en varias -la cláusula o cláusulas- siempre deberán ser apreciadas en la
unidad esencial del orden constitucional.
d) La cláusula de inserción puede ser expresa o tácita. La expresa surge cuando la propia
Constitución acepta una regla de inclusión manifiesta, explicitando los mecanismos
que se suman al texto constitucional (Ej. La asimilación en el orden interno de los
Tratados Internacionales de Derechos Humanos, como se presenta en la Constitución
Argentina).
Puede acontecer también, que la cláusula de inserción sea tácita, que no aparezca de
forma expresa en el texto legal, para lo cual será necesario que la cláusula implícita dictamine
sobre la relevancia de otras normativas que de ser interpretadas sistemáticamente permitan la
conformación del Bloque de Constitucionalidad.
6. SUPREMACÍA DE LA CONSTITUCIÓN
La noción de Supremacía Constitucional es uno de los puntos angulares sobre los que
reposa el ordenamiento jurídico, implicando reconocer a la Constitución como norma
fundamental del Estado, ubicada en la cima de la pirámide jurídica, todo el ejido legal
estructurado alrededor del imperio de la Constitución, nada por sobre ella, todo dentro de
ella. Trasluce erigir a la Constitución en fuente y fundamento del orden legal, cuya misión
fundamental consiste en regular la vida humana en sociedad.
como se daría con el respeto de la dignidad humana que es uno de los valores fundamentales,
exhibe que para cumplirlo incluso asiente salir de la literalidad constitucional albergando una
mejor cobertura de derechos, en especial porque la Supremacía debe ser entendida dentro de
un marco de Bloque de Constitucionalidad también consagrada por la Norma Fundamental.
Parangonando aquello, que todos los caminos conducen a Roma, en este ámbito todas las
variables conducen a consolidar la Supremacía Constitucional en los órdenes jurídicos de los
distintos países, los que presentan naturalmente sesgos y matices propios. Aun a pesar de la
disparidad de criterios, emerge indudable la idea de apuntalar al orden constitucional como
centro de la legalidad.
7.2. La variabilidad
En este contorno demarcatorio destacar que perdieron los Estados la “Soberanía Solitaria”
de Supremacía Constitucional, para comenzar a entender una idea de “Soberanía Solidaria”,
orientada en el sentido de integrar al cuerpo constitucional otras normativas de igual rango
dimanada como una opción asumida por el Estado en la norma fundamental.
“Supremacía convencional”, por las repercusiones devastadoras del orden internacional hacia
el repertorio doméstico que tiene que ajustarse a aquel, en reemplazo de la literal Supremacía
Constitucional.
Los derechos humanos encarnan valores o bienes globalmente similares a los que, a nivel
interno, protegen los derechos fundamentales, es decir, los derechos humanos se movilizan en
el orden internacional y los derechos fundamentales tienen su ámbito en el derecho interno.
Figura una clara coincidencia de finalidad entre los dos sistemas, debiendo añadir que
las influencias recíprocas les han caracterizado mutuamente acentuando sus convergencias,
haciendo que los esquemas sean bastantes más complementarios de lo que a primera vista
pudieran parecer4. Prueba de ello, es que el ámbito constitucional reconoce la existencia del
orden internacional y la identificación de los derechos que protege; asimismo se reconoce
la contribución de los ordenamientos transnacionales en la aplicación del derecho interno,
aunque con los valores reconocidos en los instrumentos internacionales.
Con seguridad auscultar un Estado que de alguna manera no violente los derechos
humanos será una tarea difícil, por no catalogarla de imposible, por cuanto la actuación
de los Estados se posiciona en una constante contraposición con estos derechos, que como
3 VEGA, Juan Carlos, “Los Derechos humanos: idea política, metodología de análisis crítico, legalidad
supranacional”, publ. en “Derechos Humanos: legalidad y jurisdicción supranacional”, Editorial Mediterránea, p.
46, Córdoba, Argentina, 2.006.
4 RIDEAU, Joel, “Los derechos fundamentales comunitarios y los derechos humanos”, publ. en “La protección
de los derechos fundamentales en la Unión Europea”, Director: MATIA PORTILLO, Francisco Javier, p. 64, Editorial
Civitas, Madrid, España, Año 2.002.
VILLALBA BERNIÉ, Pablo Darío
¿Supremacía constitucional o convencional? Una controversia defectuosamente concebida 45
A modo conclusivo, esta distinción entre orden internacional y orden interno cada vez
surge más desprendida de las reales funciones que se dan entre ambas, equiparando su
relevancia jurídica.
b) Sin vueltas, destaca como un valor fundamental que aflora del texto constitucional
el “respeto a la dignidad humana”. Aseverar sin temor a equívocos que: “derechos
humanos = a protección de la dignidad humana”.
Asoma, la umbilical relación que desde el punto de vista axiológico tiene el cuerpo
constitucional con los tratados de derechos humanos, ambos dando realce al valor “dignidad
humana”. Trasluce que la dignidad humana, se acierta consagrada a nivel constitucional,
como en convenios de derechos humanos suscriptos por los Estados.
d) Subyace entre tanto, el gran ligamen que tiene la concepción axiológica de la dignidad
humana con los derechos fundamentales consagrados en la Constitución, que a su vez
contienen también una directa vinculación con los derechos humanos.
El fortalecimiento cada vez mayor de los derechos humanos compone una mística
caracterizante del orden internacional, invitando a reflexionar agudamente sobre este
fenómeno, en especial, cuando gira en torno al “control de convencionalidad”, doctrina
instaurada con el objeto dominante de posicionar a los derechos humanos en la cúspide del
ámbito de protección.
7 CHEN STANZIOLA, María Cristina, Los derechos fundamentales…” ob. cit., p. 65.
VILLALBA BERNIÉ, Pablo Darío
¿Supremacía constitucional o convencional? Una controversia defectuosamente concebida 47
Fueron varias las consecuencias angulares generadas a raíz de la crisis del “Estado
Liberal de Derecho”, no solo ocasionada por la primacía de los Derechos Humanos, sino por
influencias de su propio peso específico, como por el surgimiento de nuevas ideas sobre un
“Estado Social de Derecho”, refrendando como primera consecuencia la vigorización de la
universalidad de los Derechos Humanos, acentuando la vigencia plena de los mismos, que
hoy día ha generado la instauración de un “Estado Constitucional y Social de Derecho” como
novel modelo político8.
Algunos incluso afirman, que el iuspositivismo resulta incompatible con visiones que
potencian a los principios, germinando de las ideas de la mayoría de los neoconstitucionalistas10.
Evidencia una verdadera crisis en el iuspositivismo, al que consideran como una teoría
superada, un simple residuo histórico11.
8 ZAGREBELSKI, Gustavo, El Derecho Dúctil, Editorial Trotta, Sexta Edición, p. 34, Madrid, España, Año 2006.
9 VIGO, Rodolfo Luis, Constitucionalización y Neoconstitucionalismo: riesgos y prevenciones, publ. en La
Ciencia del Derecho Procesal Constitucional, Coordinadores Eduardo Ferrer Mac-Gregor y Arturo Zaldívar, T. I, p.
345, Edit. Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, Argentina, Año 2009.
10 Alexi, Dworkin, Ferrajoli, Zagrebelski, Perez Luño, Prieto Sanchiz, Atienza, entre otros.
11 ZAGREBELSKI, Gustavo, ob. cit., p. 41. “Si el positivismo todavía no ha sido abandonado ni en la teoría
ni en la práctica jurídica del tiempo presente, y si los juristas continúan considerando su labor básicamente como
un servicio a la Ley, aunque integrada con la “ley constitucional”, no es porque aun pueda ser válida en la nueva
situación, sino porque las ideologías jurídicas son adaptables. La supervivencia ideológica del positivismo jurídico
es un ejemplo de la fuerza de inercia de las grandes concepciones jurídicas, que a menudo continúan operando como
residuos, incluso cuando ya han perdido su razón de ser a causa del cambio de la circunstancia que originariamente
las habían justificado.”
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
48 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Dentro del contenido esencial del Derecho Procesal Constitucional, destaca el rol
fundamental que cumple la expansión de los derechos fundamentales, así a la luz de una
Constitución dinámica y abierta, en conjunción con los Tratados y Convenios Internacionales
de Derechos Humanos se modifica el abarcativo de la nueva disciplina, ensanchando
considerablemente sus fronteras.
Como toda idea novel a instalar en el entorno jurídico, su asimilación o no, dependerá de
factores externos que cumplen un rol determinante para el grado de intensidad y alcance que
asume el control de convencionalidad. En este aviso, dejar en claro de modo sintético cuales
son los factores que inciden de manera concluyente para que el control de convencionalidad
se consolide en el orden interno.
e) Efecto erga omnes de la sentencia: El efecto erga omnes o el efecto al caso concreto
de las sentencias constitucionales, constituye otro factor para la eficacia del control de
convencionalidad. En los modelos que asienten el efecto erga omnes, la vigorización
se dará de una manera mucho más rápida y efectiva, que en aquellos modelos que solo
prevean que las sentencias tienen efecto para el caso en concreto.
VILLALBA BERNIÉ, Pablo Darío
¿Supremacía constitucional o convencional? Una controversia defectuosamente concebida 51
13. DESENLACE
A la luz de los nuevos principios impulsados por los derechos humanos, queda el
camino de construir un orden jurídico que reubique a la persona humana como eje de
la protección, dejando de lado vetustas concepciones que hacían primar a la Ley por
sobre la persona humana.
En resumen:
a) Se trata en puridad de alcanzar la Supremacía del principio pro hómine o pro persona,
logrando su aplicabilidad efectiva, no importa de donde provenga.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
52 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
d) Carece de relevancia de que cuerpo legal provenga el mejor amparo, sino cuál es la
normativa que protege más adecuadamente al hombre, esto es lo importante.
Nos sumamos a aquellos juristas, que creen fervorosamente que el cambio llegue, con
una visión constructiva y positiva de nuestra sociedad. Todavía queda un largo trecho y un
sinuoso camino, para burlar a las máquinas de impedir, pero tarde o temprano respiraremos
el aire fresco y oxigenado con un venturoso constitucionalismo convencionalizado.
CAPÍTULO II
“A todo lo largo de nuestra historia hemos vencido muchas veces las tendencias
naturales a la apatía y la inercia política. Y gracias a la prudencia de quienes nos armaron
con la Constitucion hemos frustrado los intentos encaminados a destruir la libertad
mediante la legislación coercitiva. Pero ahora los ataques son más vigorosos y sutiles,
y me temo que lo que los alienta es el hecho de que hayamos omitido comunicar a las
nuevas generaciones la estima por la Constitucion y su historia, cuando estas son las que
pueden proporcionar el mejor de todos los amparos a la libertad: el interés inteligente y
consciente de quienes disfrutan de ella”.
1. A MODO DE INTRODUCCIÓN
Es un “imperativo categórico” –utilizando las palabras del gran filosofo Emmanuel Kant-
que para que los ciudadanos sepan cuáles son sus derechos fundamentales, la manera como
hacerlos respetar, así como la estructura y funcionamiento de sus órganos estatales, deberían
conocer el documento más importantes dentro del espectro político-jurídico de su sociedad:
La Constitucion. Hace mucho tiempo la mayoría de Estados Constitucionales viven lo que
se denomina el “fenómeno de la constitucionalizacion” dentro del cual uno de los aspectos
más resaltantes es la subordinación de la ley y cualquier otro tipo de acto estatal e inclusive
particular a los principios, valores y derechos que presenta la Constitucion, como un plexo
* Abogado y Politólogo por la UIGV, Maestría en Derecho Constitucional por la UNFV y Estudios de Maestría
en Política Jurisdiccional por la PUCP y la Universidad Castilla-La Mancha en España. Director en Perú y Docente
visitante del Instituto Español de Investigación y Formación Internacional (INEFIN) con sede en Murcia –España.
Ex Director de la Dirección de Asuntos Internacionales de la Dirección General de Derechos Humanos del Ministerio
de Justicia. Miembro de la Asociación Mundial de Justicia Constitucional. Miembro de la Asociación Peruana de
Derecho Constitucional (APDC). Catedrático de Pregrado de la Universidad Privada TELESUP, UPN, Cesar Vallejo
y Universidad Alas Peruanas de los cursos de Derecho Constitucional, Procesal Constitucional, Derechos Humanos,
Filosofía del Derecho, Ciencia Política, Teoría del Estado, Historia del Derecho, Derecho Internacional Público y
Realidad Nacional e Internacional. Catedrático de Postgrado en la Maestría de Derecho Constitucional en la Universidad
José Carlos Mariátegui. Docente invitado del Ejército del Perú, Ministerio Público, del Colegio de Abogados de Lima,
Callao, etc y diversas Cortes Superiores del Perú. Socio Principal del Estudio Jurídico JRLV-ABOGADOS. Presidente
fundador de la Asociación Académica “Atlantida”. Director del círculo de estudios Político-Constitucional: “Carl
Schmitt”
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
54 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
armónico, orgánico y sobre todo directamente efectivo. Lamentablemente, una cosa es la teoría
y otra es la realidad, una cosa es el “deber ser” y otra es el “ser” como dice el genial jurista
Hans Kelsen. En muchos Estados Constitucionales los problemas acerca de la vulneración
de los derechos fundamentales, la corrupción, la ineficacia de los órganos estatales, entre
otros se presenta por la falta de este “conocimiento constitucional” que no permite despertar
el “espíritu constitucional” en los ciudadanos para que el Estado Constitucional deje de
ser irreal y se convierta en una autentica y bella realidad. El presente tiene como objetivo
central dar una miríada analítica y critica acerca de lo que ha significado la evolución del
antiguo Estado de Derecho al moderno Estado Constitucional, justamente para llenar –en la
medida de lo posible- ese vacío de conocimiento constitucional en los que lean el presente
y se interesen por el tema, no es nuestro objetivo ahora hablar de los problemas del Estado
Constitucional actual, sino describir su evolución, para que luego de conocer y entender esta,
podamos describir los problemas y buscar soluciones. Comencemos entonces la descripción
breve pero analítica y critica de esta evolución, objetivo central del presente trabajo.
Zagrebelsky1 nos cuenta cómo nació el Estado de Derecho en el siglo XVIII producto de
las ideas liberales que impulsaron la Revolución Francesa en contra del Machtstaat (Estado
bajo el regimen de fuerza) y el Polizeistaat (Estado bajo el regimen de Policía) en donde el
poder estaba concentrado en manos de un solo hombre. A raíz de las ideas de Montesquieu
(Principio de separación de poderes, principio de legalidad, etc) se crea el Estado de Derecho,
en donde ya no se hablaría de un “gobierno de hombres, sino de un gobierno de leyes”.2
En este contexto, aparece la primera Constitucion de Francia de 1791. Sin embargo, esta
Constitucion solo era concebida como norma política porque dentro de ella se encuentra la
estructura, organización y funciones de los órganos que conforman la sociedad política y
jurídicamente organizada llamada “Estado”. Cabe recordar que, solo como “norma política”,
las constituciones no tienen implicancias jurídicas, es decir, son normas “declarativas” en
donde si se incumplen o vulneran, no cabria ningún tipo de sanción a ese incumplimiento
o vulneración. Este era el sentido o significado de las constituciones a finales del siglo
XVIII, cuando comenzaron a aparecer las primeras constituciones en los países del “derecho
romano-germánico” 3 encabezados por Francia.4 En efecto, como se sabe la Constitucion más
que proteger efectivamente los derechos de las personas, tenía una finalidad eminentemente
política: Limitar al poder. Esto dio origen al cambio de Estado, de un Estado Monárquico
absolutista, se paso a un Estado Liberal de Derecho, ya no era el “gobierno de los hombres”
1 ZAGREBELSKY, Gustavo. El Derecho Dúctil: Ley, derechos, justicia. Editorial Trotta. 2009, Madrid-España,
pp. 21-45.
2 LOCKE, Jhon (2006). En: Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil. Madrid. Tecnos. PP. 131-142.
3 Me refiero a los países del “derecho romano-germánico” porque en los países de la “commonwealth”, el
desarrollo y el significado de las Constituciones y, en sí, el sentimiento constitucional fue muy distinto.
4 Francia fue el primer país de la Europa Continental y el segundo en el mundo, en emitir una Constitucion
escrita, fue la Constitucion francesa de 1791. Cabe recordar que la primera Constitucion escrita del mundo no fue
dada por un país del “derecho romano-germánico” sino de un país con raíces en el “common law”: EEUU, fue la
Constitucion de Filadelfia de 1787, que entro en vigor en 1789 y está vigente hasta la actualidad con 27 enmiendas.
LÓPEZ VIERA, José Reynaldo
Del Estado de Derecho al Estado Constitucional de Derecho. La aparición del derecho procesal constitucional 55
ahora seria “el gobierno de las leyes”. Aquí nace, el “Principio de Legalidad” y la supremacía
de la ley frente a cualquier acto estatal o particular. Todo ello desemboco en la “Soberanía del
Parlamento” que a la larga socavaría los cimientos del propio Estado de Derecho dando paso
al actual Estado Constitucional de Derecho. En efecto, influenciados por las tesis del Barón
de Montequieu (en “Del Espíritu de las Leyes”) que a su vez estaba inspirado en Jhon Locke
(en el “Tratado sobre el Gobierno Civil”), los franceses fueron consientes que para limitar el
poder absoluto que había ostentado el Monarca, la solución era “dividir el poder” (“Principio
de separación de poderes”). El error fue que se creyó de manera ciega, que de los tres poderes
(Ejecutivo, Legislativo y Judicial), el Poder Legislativo debería tener supremacía sobre los
otros dos, por ostentar la representación popular y eso conllevo a una desnaturalización, en
donde la historia demostraría que efectivamente “ya no era la voluntad arbitraria de uno”
sino que “era la voluntad arbitraria de unos pocos”, y ¿Quiénes eran esos pocos? Eran los
parlamentarios, y sus creaciones “las leyes”, eran dogmas irrefutables. Esto conllevo a la
decadencia del Estado Liberal de Derecho y tuvo consecuencias negativas para el derecho,
la sociedad y la historia de los países que tomaron este modelo de manera incuestionable.
Con todo ello, el Estado Legal de Derecho tendría que variar, centrar su punto de gravitación
en algo más importante que la ley, algo por encima de ella, pues esta era la única manera de
detener la supremacía arbitraria del parlamento. Ese cambio de paradigma del Estado de
Derecho se da cuando este pasa a convertirse en el Estado Constitucional de Derecho, y con
ello por primera vez la ley se encuentra en una relación de adecuación y subordinación, a un
estrato más alto de derecho establecido por la Constitucion.
La Constitución se vuelve norma jurídica suprema recién después del periodo de Post
Segunda Guerra Mundial5, cuando la mayoría de Estados europeos se percatan que el Estado
de Derecho que había originado “La soberanía Parlamentaria” no podía seguir vigente o
al menos bajo esa misma concepción, pues el modelo había demostrado sus consecuencias
negativas, al punto que ni siquiera había servido para limitar el poder y peor aún no había
servido para proteger los valores esenciales más importantes del ser humano: Su dignidad y
los derechos que derivan de la misma. Casos históricos emblemáticos para demostrar esto se
dieron en la Europa de los años 20 y 30 del siglo pasado, pues si se hace un estudio analítico-
jurídico del porque de algunos Estados Fascistas en la Europa del siglo XX, podremos
observar que en gran parte se debió a este endeble y tergiversado modelo de “Estado
Legislativo” en donde las Constituciones no eran más que “pactos de caballeros” y todo lo
que regia era la ley como norma suprema. Así se tiene que en vista de ello, los Parlamentos
Europeos comenzaron a avalar el poder absolutista de los dictadores a través de las leyes. El
caso más emblemático es el de la Alemania Nazi, en donde fue el mismo Parlamento alemán
( El “Reichstag”) quien le dio “Plenos poderes a Hitler” para dictar “leyes del mismo rango
que la Constitucion de Weimar”, es decir, el Estado de Derecho que se había creado para
limitar el poder y cuyo máximo exponente era el Supremo Parlamento, contrariamente a su
naturaleza, se lo entregaba a un solo hombre para que lo utilizara sin ningún control y con
ello se sometía al Ejecutivo, algo que representaba una contradicción tremenda con la propia
5 Recuérdese que las Constituciones que proclaman el Estado Constitucional son básicamente las siguientes:
Constitucion Italiana de 1947, Constitucion Alemana de 1949 (Ley Fundamental de Bonn), Constitucion Francesa
de 1958, Constitucion Portuguesa de 1976 y Constitucion Española de 1978.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
56 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
esencia del Estado Liberal. Obviamente el pretexto era de que ese Parlamento representaba a
la mayoría y eso significaba efectivizar la democracia, por eso que nadie podía refutarle nada
al Parlamento Alemán y Hitler ejercía el poder absoluto dentro de un “Estado de Derecho”,
tan cierto e increíble como suena. Ya sabemos después como termino esta historia.
Por ello que cuando los Estados y sus representantes toman conciencia de que el
Parlamento debía de tener un límite en sus actos, es necesario que la Constitución se coloque
por encima de ella y sea el Juez el encargado de fiscalizar y cumplir dicha situación. Aquí, el
“Estado de Derecho Legislativo” pasa a convertirse en “Estado Constitucional de Derecho” y
el “Principio de Legalidad” cede frente al “Principio de Supremacía Constitucional”.6
3. EL CONSTITUCIONALISMO Y SUS IMPLICANCIAS EN EL ESTADO DE
DERECHO
6 Aquí debemos mencionar que este “Principio de Supremacía Constitucional”, en la actualidad y desde que
el “Estado de Derecho” se convierte en “Estado Constitucional de Derecho”, crea instituciones y mecanismos
para poder concretizarse en la realidad. En el caso de las instituciones podemos ver a los Tribunales y a las Cortes
Constitucionales que si bien habían sido creados antes de la era del Estado Constitucional, recién comienzan a tener
protagonismo en esta etapa como los verdaderos guardianes de las constituciones. En el caso de los mecanismos, sin
duda alguna tenemos a las garantías constitucionales como los procesos idóneos para lograr salvaguardar eficazmente
la Constitucion y por ende a los derechos fundamentales.
7 GUASTINI, Ricardo. La constitucionalizacion del ordenamiento: El caso italiano. En: Estudios de teoría
constitucional, IIJ-UNAM, México, 2001.
LÓPEZ VIERA, José Reynaldo
Del Estado de Derecho al Estado Constitucional de Derecho. La aparición del derecho procesal constitucional 57
8 Decía el Barón de la Brede y Montesquieu: “Podría ocurrir que la ley, que es ciega y clarividente a la vez,
en ciertos casos, demasiado rigurosa. Los jueces de la nación no son, como hemos dicho, más que el instrumento
que pronuncia las palabras de la ley, seres inanimados que no pueden moderar ni la fuerza ni el rigor de las
leyes”. (resaltado y subrayado nuestro). MONTESQUIEU. “Del Espíritu de las Leyes”. Traducción y preparación
de Mercedes Blázquez y Pedro de Vega, Tecnos, Madrid, 1980. Libro XI.
9 AGUILO, Josep. La Constitución del Estado Constitucional. Palestra Editores, Lima, 2004, pp. 23 y 24.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
58 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Con respecto a los derechos fundamentales10, tenemos claro que estos son los valores
esenciales más importantes dentro del esquema del Estado Constitucional: Son el objeto y
fin del mismo. Los derechos ya no son concebidos como meras normas preceptivas, sino
como principios que exigen un máximo desarrollo de optimización por parte de todos los
órganos estatales y no estatales de un Estado11. Los derechos fundamentales legitiman la
organización estatal, al constituir el “mínimo de moralidad” exigible a todo derecho12. La
supremacía de la Constitución garantiza que los derechos contenidos en las constituciones
no se vean cancelados o vaciados de contenido en el proceso político a través de la actuación
de la legislación. Por ello, la garantía de la jurisdicción constitucional supone un control
desde el Derecho de defensa, tanto de la primacía constitucional como también en defensa
de los derechos. Por ello, una Constitución debe incluir una lista o catalogo de derechos
fundamentales, que por supuesto -en vista de los cambios que se presentan en la realidad hoy
más que nunca por situaciones como la globalización, la tecnología, etc- no puede ser cerrado
sino solo enunciativo13, pero siempre tratando también de tener un fundamento claro, concreto
y esencial del por qué se debe decir que ha nacido un “nuevo derecho fundamental”, y en
esto el legislador y sobre todo la jurisdicción constitucional jugaran un papel trascendental
para evitar que en base a esto se genere una “inflación de derechos” que obviamente los
terminaría desnaturalizando14. Con respecto a la estructura del Estado, debemos precisar que
en las Constituciones están determinadas las competencias generales y elementales de todos
los órganos constitucionales, en donde ninguno goza de supremacía frente a los demás, sino
que todos se encuentran en la misma jerarquía, plasmando un verdadero “check and balance”
o “pesos y contrapesos”15.
10 Dejamos en claro que “derechos fundamentales” para nosotros es sinónimo de “derechos constitucionales”,
pues la misma Constitucion a través del articulo 3° les da a los derechos fundamentales, a los derechos civiles y
políticos, y a los derechos económicos sociales y culturales el mismo rango y para nada los excluye.
11 ALEXY, Robert. Teoría de los derechos fundamentales. Traducción hecha por Carlos Bernal Pulido. Centro
de Estudios Políticos y Constitucionales, Madrid, 2007.
12 PECES-BARBA, Gregorio. Curso de derechos fundamentales. Madrid: Dikinson, Universidad Carlos III, 2005.
13 Es el caso de nuestra Constitucion de 1993, que a través de su artículo 3°, conocido en doctrina como “clausula
numerus apertus”, permite la incorporación de otros derechos fundamentales que se deriven de la dignidad humana,
estado, democrático, forma republicana de gobierno y soberanía popular. Cabe resaltar que esta clausula tiene
antecedente en nuestra Constitucion de 1979. Sin embargo, a nivel mundial el primer país en incluir una clausula de este
tipo en su Carta Fundamental, fueron los EEUU en 1791 a través de su Novena Enmienda de la Constitucion de 1787.
14 El Tribunal Constitucional en reiterada jurisprudencia a citado este articulo 3° y mediante el mismo ha deducido
nuevos derechos fundamentales, sin embargo, según la doctrina especializada, aun falta mucho por desarrollar en este
tema, pues nuestro Tribunal no ha sido muy claro en determinar la diferencia entre “derechos nuevos” y “contenidos
nuevos de derechos viejos”, ni tampoco cuales serian los requisitos indispensables para catalogar a un “derecho”
como un “derecho fundamental” y en consecuencia, darle protección y cobertura constitucional.
15 Cierto sector de la doctrina señala que aun no existiendo jerarquía entre los órganos constitucionales en la
Constitucion, en la praxis los Tribunales o Cortes Constitucionales hoy en día si gozan de cierta posición privilegiada
frente a los demás órganos, pues resuelven los conflictos de competencias entre ellos, pueden determinar la validez o
invalidez constitucional de los actos emitidos por los demás órganos (legislativo, ejecutivo, judicial, etc) y asimismo,
sus actos jurisdiccionales no son revisables por ningún otro órgano estatal. Nosotros creemos que esta polémica
enciende encarnizados debates sobre la posición, naturaleza y competencias de los Tribunales Constitucionales, que
no es menester tratar en el presente trabajo.
LÓPEZ VIERA, José Reynaldo
Del Estado de Derecho al Estado Constitucional de Derecho. La aparición del derecho procesal constitucional 59
Asimismo, a los derechos fundamentales y a los preceptos que versan sobre la estructura
del Estado, debemos añadir las garantías constitucionales como forma de protección de la
supremacía y eficacia de los derechos fundamentales, pues sin procesos de este tipo sería
ingenuo pensar en un verdadero y real Estado Constitucional que tiene como punto de
partida una Constitucion eficaz, vinculante y de aplicación inmediata. Pero sin duda, esto
genera reticencias por parte de los aun defensores de la supremacía parlamentaria. En efecto,
hay muchas voces que señalan que es difícil comprender que un Tribunal Constitucional o
un Poder Judicial que no tienen representación directa del pueblo, terminen invalidando o
decidiendo por encima de las leyes emanadas del Parlamento que si ostenta la representación
popular. Sin embargo, este problema más que todo se encuentra presente en los países
del derecho occidental, pues en los países del derecho anglosajón, la situación es distinta.
Básicamente la diferencia entre estos dos grupos radica en la tarea o la idea que se tiene del
rol del Juez en cada familia jurídica. Mientras en los países del derecho anglosajón siempre
se tuvo la imagen de un juez como creador del derecho en concordancia con el legislador16,
en los países de la Europa continental como Francia por ejemplo, se tuvo la creencia errada
y absolutista que solo era el legislador quien creaba derecho, pues el Juez solo se limitaba a
aplicarla y en ningún caso podía interpretarla. Como se puede apreciar entonces, el fenómeno
de la constitucionalizacion genera todo un cambio paradigmático dentro del sistema jurídico-
estatal. Es allí entonces donde al disminuir la supremacía de los Parlamentos, estos pasan a
tener un control de sus creaciones por parte de otros órganos del Estado, llámese Tribunal
Constitucional y Poder Judicial, y eso genera unos “celos prejuiciosos del representante
del pueblo (el parlamento)” pero que más que nada tienen que ver con la “falta de control
alguno” con el que los parlamentos contaban en el pasado, en el Estado Liberal de Derecho.
Y justamente, para defender su posición, se ha creado la idea de que el control judicial de
la constitucionalidad de las leyes, es contrario a la Democracia, pues se dice que un Poder
Judicial o un Tribunal Constitucional no representan el poder soberano del pueblo que si
se encuentra perfectamente representado en el Parlamento, tesis que considero errada pues
“Control Judicial de constitucionalidad” y “democracia” pueden ir de la mano y no solo
pueden, sino que deben ir de la mano pues se necesitan recíprocamente para poder existir
la una y la otra de manera efectiva. Ya ha quedo demostrado líneas arriba y en la lectura
también se hace referencia a esto, que la supremacía del Parlamento y el no control de sus
actos por parte de otros órganos genera arbitrariedad y el pretexto perfecto es la “voluntad de
la mayoría”, ocasionando consecuencias totalmente contrarias a la democracia. Hoy en día,
la forma de concebir la democracia dista de ser la que se tuvo en el Estado Legal de Derecho,
pues la democracia hoy se entiende como “el gobierno de la mayoría, pero con respeto
pleno a las minorías” y en ese sentido, allí también entra la importancia de los órganos
jurisdiccionales, haciendo que los derechos fundamentales no solo sean efectivos para las
16 Está bastante claro, que en estos países del derecho anglosajón, tanto en Inglaterra como en los EEUU, se
entendía que: “El legislador crea el dispositivo, pero el Juez es quien crea la norma”. Es decir, se tenía muy distinguidas
ambas funciones, pues el legislador crea el dispositivo legal pero él no es quien lo aplica, es el Juez quien lo aplica y
por ende él es el encargado de darle un significado a ese dispositivo a la luz del caso en concreto. Por tanto, los dos
–tanto legislador como Juez- crean el derecho, algo que en Francia a finales del Siglo XVIII era totalmente impensable.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
60 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
mayorías sino también para las minorías, es decir, se evita la dictadura de las mayorías y con
eso tenemos como resultado una Democracia de avanzada, una democracia para todos, en
donde el control constitucional jurisdiccional de las leyes se convierte en portaestandarte de
la efectividad de los derechos fundamentales para todos y no solo para un grupo mayoritario,
en desmedro de un grupo minoritario.
Es por ello que actualmente, como podemos observar, en nuestro país y en América Latina,
ya se impuso el nombre de “Derecho Procesal Constitucional”, casi por completo, surgiendo
así una nueva disciplina jurídica, con un nomen iuris, que creemos es el correcto por ser el
más amplio y sobre todo el más completo; y el nombre de “Jurisdicción Constitucional”
stricto sensu o en su significado restringido (como debe ser), ha sido reemplazado y además,
replanteado para ser considerado como uno de los capítulos de aquella, como pensamos es
lo más adecuado.
17 Hablar de los contenidos de la jurisdicción constitucional durante el período que se inicia a mediados de
1920 y dura hasta hace algunos años, es hablar en sí de la sistematización -aceptada por unanimidad por la doctrina-
enunciada por Mauro Cappelletti y afinada por Fix- Zamudio, que se basa en una concepción tripartita que se desarrolla
considerando los aspectos tanto subjetivo como objetivo de la jurisdicción constitucional. Estos tres aspectos, además,
se separaran sólo para efectos de estudio, pero en la práctica están estrechamente relacionados. La diferencia de
estos, radica en su objeto, finalidad y en el foro de ubicación de su debate y desarrollo; pero principalmente en su
pretensión. De acuerdo a ello, los contenidos de la Jurisdicción Constitucional serían, de acuerdo con Cappelletti y Fix,
los siguientes: La Jurisdicción constitucional de la libertad, la Jurisdicción Constitucional Orgánica y la Jurisdicción
Constitucional Comunitaria o Internacional.
18 García Belaunde, Domingo (2001) “Derecho Procesal Constitucional”, Editorial TEMIS S.A., P. 26.
LÓPEZ VIERA, José Reynaldo
Del Estado de Derecho al Estado Constitucional de Derecho. La aparición del derecho procesal constitucional 61
se tramitan ante ellos, entonces, por la fuerza de las cosas, se va a un “Derecho Procesal
Constitucional”. Y tal clasificación tripartita, iniciada por Cappelletti, válida en su momento,
pierde hoy su valor científico, si bien, por comodidad, se sigue utilizando.
Bajo esta concepción, entonces, como bien señala la doctrina mayoritaria, ya no nos vamos
a referir a los Contenidos de la Jurisdicción Constitucional, sino a la clasificación de los
Procesos Constitucionales en: Procesos Constitucionales de la Libertad (antes: Jurisdicción
Constitucional de la libertad) y los Procesos Constitucionales Orgánicos (antes: Jurisdicción
Constitucional orgánica). Nuestro Código Procesal Constitucional también se refiere a ellos
bajo la denominación de “Procesos Constitucionales” y ya no de “Acciones de Garantía”,
como se refiere nuestra Constitución de 1993.
Por ejemplo, García Belaunde nos dice que:”…este tercer contenido completaba los
dos anteriores y era bueno establecerlo así, dada la estrechez y relación cada vez mayor
entre los ordenamientos internos y los de carácter supranacional o transnacional; pero todo
ello era correcto en la medida de que la Jurisdicción Constitucional no era propiamente
una disciplina jurídica y más se constituía en un empeño académico. Pero cuando la
Jurisdicción Constitucional y sus temas, por el hecho de su crecimiento vertiginoso,
adquieren una fisonomía adecuada y se enrola, con todas sus consecuencias teóricas y
prácticas, en la teoría general del proceso, que es la parte básica y fundante del Derecho
Procesal como ciencia, entonces, surge el Derecho Procesal Constitucional, que, como se
sabe, es una disciplina de derecho público interno, aun cuando vinculada con el entorno
internacional. Pero aquella parte denominada “Jurisdicción Constitucional Internacional”,
al tomar una forma adecuada, debe insertarse en la problemática internacional, y en
consecuencia, enrolarse en el Derecho Internacional Público, en donde se desarrolla y crece
armónicamente y al que en rigor pertenece. Y dentro del derecho externo, se ubican no sólo
el clásico Derecho Internacional Público, con todas sus ramas y contenidos, sino además,
el Derecho Internacional Comunitario, el Derecho Internacional Humanitario y el más
reciente Derecho Internacional de los Derechos Humanos. De esta suerte, el grueso sector
de la Jurisdicción Constitucional Supranacional, desaparece y se aloja, con los rigores del
caso, en dicho sector internacional del derecho, y básicamente en el Derecho Internacional
de los Derechos Humanos…”
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
62 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Está claro que, el Derecho Procesal Constitucional tiene entre sus diversas funciones
desarrollar los procesos constitucionales que se encuentran en la Constitución, y, por
ejemplo, en nuestro país, encontramos la Jurisdicción Constitucional Internacional
claramente establecida en nuestra Constitución Política19 y también en nuestro Código
Procesal Constitucional20; además porque el Derecho Procesal Constitucional tiene como
finalidad primordial mantener la vigencia de los derechos fundamentales y la supremacía
de la Constitución, pero si en el caso del Perú o de cualquier nación, está tutela es denegada
por parte de las instancias jurisdiccionales internas, es obligación de esta disciplina jurídica
ahondar y dar a conocer cuáles son los instrumentos internacionales de los que se podrá
valer la persona afectada para hacer efectiva la tutela de sus derechos en las instancias
internacionales de las cuales el Perú forme parte, tal como lo señala la Constitución y el
Código Procesal Constitucional. Por otro lado, el Derecho Internacional de los Derechos
Humanos tiene que tomar vital importancia al estudio de la Jurisdicción Internacional porque
justamente, es que, a través de ella, va cumplir su objetivo fundamental: La de salvaguardar y
proteger todos los Derechos Humanos establecidos en los distintos tratados adoptados por los
Sujetos de Derecho Internacional y que constituyen principios generales del Derecho, para
impedir, de esta manera, que las personas sean violentadas ya sea por los Estados o por otras
personas. Es por estas razones que considero, que la llamada “Jurisdicción Constitucional
Internacional” sea estudiada por ambas ramas jurídicas de derecho interno y externo.
De acuerdo a esto, habrá que distinguir entre las diversas modalidades que se dan en
los países con respecto a estos procesos, sobre todo en el caso de América Latina, donde
se han desarrollado y enriquecido, dándoles matices distintos que los diferencian de los
19 Constitución Política del Perú, Artículo 205: “Agotada la Jurisdicción interna, quien se considere lesionado en
los derechos que la Constitución reconoce puede recurrir a los tribunales u organismos internacionales constituidos
según tratados o convenios de los que el Perú es parte”
20 Código Procesal Constitucional, Artículo 114: “Para los efectos de lo establecido en el artículo 205º de la
Constitución, los organismos internacionales a los que puede recurrir cualquier persona que se considere lesionada
en los derechos reconocidos por la Constitución, o los tratados sobre derechos humanos ratificados por el Estado
peruano son: el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos de la Organización de Estados Americanos y aquellos otros que se constituyan en el futuro y que sean
aprobados por tratados que obliguen al Perú”.
LÓPEZ VIERA, José Reynaldo
Del Estado de Derecho al Estado Constitucional de Derecho. La aparición del derecho procesal constitucional 63
existentes en Europa. Por otro lado, hay que recalcar la diferencia que existe entre los
Procesos que nacen en la Constitución en forma expresa para cautelar valores o principios
constitucionales, de aquellos mecanismos, de carácter incidental, que también sirven para
proteger la constitucionalidad, como es el caso de la inaplicación de normas o Judicial
Review que rige en los Estados Unidos. Para lo doctrina la Judicial Review es una técnica
jurídica que opera dentro de un proceso, que no necesariamente es constitucional; por lo que
no podemos considerarla en sí como un proceso, sino como una técnica.
En consecuencia, del artículo 200° de la Constitución Política del Perú y el actual Código
Procesal Constitucional, los procesos constitucionales en el Perú se clasifican de la siguiente
manera:
En ese sentido, con respecto a este fenómeno analizado en líneas superiores, paso a dar
algunas conclusiones:
21 Bastaría dar una miríada a las obras de los autores que postularon y forjaron los cimientos del Estado de
Derecho (Locke, Montequieu o Rosseau) y sus respectivas obras para darnos cuenta que ellos en ningún momento
tomaron a la Constitucion como una fuente jurídica que subordinaría a las demás normas, sino que solo la tomaron
como una norma política que se encargaría de limitar al poder y nada más.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
64 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
negativas al punto de desnaturalizar la propia esencia del Estado de Derecho. Pero, no se debe
permitir que bajo pretexto de salvaguarda de la Constitucion como norma suprema y por ende
el sometimiento del legislador a ella, saquemos a relucir la imagen excesivamente del Juez
y que este pase a tomar la posición que antes tenía el legislador, como autoridad soberana,
arbitraria e ilimitada, por ello hay que tener cuidado con que se termine por desnaturalizar
la propia esencia del Estado de Derecho Constitucional dejando todo en manos de un Juez,
como en antaño el Estado de Derecho dejo todo en manos del legislador.
En ese sentido, no puedo dejar de preocuparme con el abuso que los jueces pueden ejercer
de su nuevo rol, so pretexto de ejercer el control constitucional de las leyes y de salvaguardar
a la Constitucion como norma suprema, le delegemos tanta confianza al punto de que este se
comience a atribuir facultades omnímodas como lo hizo el legislador de antaño.22 Eso si seria
contraprudecente para el propio Estado Constitucional, pues pasaríamos a estar en un peligro
latente de que los jueces –y sobre todo los constitucionales- empiecen a creer tener un poder
omnímodo y comiencen a aplicar las tesis que los Jueces Supremos de EEUU tenían hace
muchos atrás: “La Constitucion es lo que los Jueces Supremos dice que es”. Eso a mi criterio,
seria usurpar de manera temible el Poder Constituyente que descansa en el pueblo.
Como bien advierte el profesor García Amado preocupándose por esta situación: “Pero
en un Estado Constitucional y de Derecho no puede hacerse de la Constitucion el depósito de
las supremas verdades morales omniabarcadoras y con capacidad de producir solución por
si para cualquier cuestión, concretadas por los jueces y los tribunales constitucionales a
base de enmendar al legislador en razón de la justicia de cada caso concreto y haciendo,
de este modo, ocioso el juego de la política y vano el ejercicio de los derechos políticos de
los ciudadanos”. (el resaltado y subrayado es nuestro)23
22 Aquí es importante señalar lo que el propio Tocqueville ya había referido: “Ahora bien, mientras más necesario
es que un poder sea fuerte, es más preciso darle extensión e independencia. Cuanto más extenso e independiente es
un poder, más peligroso es el abuso que se puede hacer de él. El origen del mal no está en la constitución de ese
poder, sino en la constitución misma del Estado que necesita la existencia de ese poder”. (el resaltado y subrayado
es nuestro) TOCQUEVILLE, Alexis de, ob. Cit. P. 148.
23 En: ZAVALA EGAS, Jorge. 2010) Derecho Constitucional, Neoconstitucionalismo y Argumentación Jurídica.
Tomado del Blog Dura Lex. Editorial, EDILEX SA. Quito, pp. 523 y ss.
CAPÍTULO III
Una breve revisión de las reformas y modificaciones del sistema constitucional de nuestro
país, en cuanto se refiere al sistema de control de constitucionalidad, permite afirmar que el
Estado boliviano en su desarrollo histórico-legislativo adoptó los diferentes modelos que se
conocen en la doctrina del Derecho Procesal Constitucional. Así en un primer momento de
su vida republicana (1826 – 1861), bajo la influencia del liberalismo francés, configuró un
modelo político de control de constitucionalidad a través de un Consejo de Estado; en una
segunda etapa (1861 – 1994), adoptó el modelo americano, es decir, el sistema jurisdiccional
difuso de control de constitucionalidad a través de la Corte Suprema de Justicia; en la
tercera etapa (1994 – 2009), adoptó el sistema jurisdiccional concentrado de control
de constitucionalidad con la atribución exclusiva del control a un órgano especializado
proveniente del modelo europeo, que fue denominado Tribunal Constitucional1; y finalmente,
* El presente trabajo fue presentado en las Jornadas Sudamericanas de Derecho Constitucional, evento organizado
por la Asociación Chilena de Derecho Constitucional, y que se realizó los días 5 al 6 de mayo de 2016, en la
Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Fue expuesto en el III Congreso Boliviano de
Derecho Constitucional y Primeras Jornadas Nacionales de Derecho Procesal Constitucional “Homenaje al Dr. Pablo
Dermizaky Peredo”, evento organizado por la Academia Boliviana de Estudios Constitucionales (ABEC), y que se
realizó los días 28 al 30 de julio de 2016, en la ciudad de Cochabamba (Bolivia). Así también, fue presentado en el
Primer Congreso Argentino de Justicia Constitucional, evento organizado por la Asociación Argentina de Justicia
Constitucional, que se realizó los días 3 y 4 de octubre de 2016, en la ciudad de Iguazú, Provincia de Misiones
(Argentina). Finalmente, fue expuesto en el XIII Congreso Iberoamericano de Derecho Constitucional: “Trayectoria
y porvenir del constitucionalismo contemporáneo. Homenaje a la Constitución de Querétaro en su centenario”, que
se realizó los días 1 al 3 de febrero de 2017, en Ciudad de México.
** Especialista en Derecho Constitucional y Procedimientos Constitucionales (UMSA). Docente de la Universidad
Privada Franz Tamayo (UNIFRANZ), del Centro de Capacitación Municipal (CCaM) y de la Universidad Salesiana
de Bolivia (USB). Autor de distintos Libros sobre Derecho Constitucional, Derecho Procesal Constitucional y
Derechos Humanos. Miembro de la Academia Boliviana de Estudios Constitucionales (www.abec.org.bo); del Instituto
Iberoamericano de Derecho Procesal Constitucional – Sección Nacional (Bolivia), y Secretario Académico de la
Asociación Boliviana de Derecho Procesal Constitucional. Abogado de la Dirección de Asesoría Legal del Gobierno
Autónomo Municipal de La Paz. Responsable del Blog Jurídico: Tren Fugitivo Boliviano (http://alanvargas4784.
blogspot.com/).
1 Un breve análisis exhaustivo sobre las bases doctrinales y las experiencias de los sistemas de control de
constitucionalidad predominantes en el mundo, así como los antecedentes del control jurisdiccional en el caso
boliviano, con especial énfasis sobre los alcances, implicaciones, y consecuencias del modelo de control político, así
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
66 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
como del modelo de control jurisdiccional de constitucionalidad, y su evolución en Bolivia desde 1826 hasta 1967
puede verse en: (Galindo De Ugarte, 1994). Por otro lado, los antecedentes del Debate Nacional sobre la creación
del Tribunal Constitucional en Bolivia, así como las tesis favorables y contrarias acerca de su implementación en
nuestro país, se encuentran ampliamente detalladas en el trabajo de: (Galindo Decker, 1994). Asimismo, para constatar
la evolución del control de constitucionalidad en nuestro país de acuerdo a su configuración constitucional, es de
utilidad consultar el ensayo de: (Rivera Santivañez, 1999: 45-86). Respecto a la evolución normativa, doctrinal
y jurisprudencial que ha tenido el modelo americano de control jurisdiccional difuso en nuestro país, es muy útil
consultar el trabajo de: (Urcullo Reyes, 2003: 65-99). Finalmente, cabe considerar que un estudio sobre el Sistema
de Control de Constitucionalidad vigente en Bolivia, ha sido ampliamente analizado y expuesto por el ex Magistrado
Decano del Tribunal Constitucional (Durán Ribera, 2003: 187-202).
VARGAS LIMA, Alan E.
La evolución de la justicia constitucional en Bolivia 67
Apuntes sobre el modelo de control concentrado y plural de constitucionalidad
Sin embargo, el autor español Francisco Fernandez Segado, realizando un análisis objetivo
de los antecedentes del control de constitucionalidad en Bolivia, ha llegado a afirmar que
ciertamente, en el Mensaje al Congreso Constituyente de Bolivia (Bolívar, 1973: 99-112), el
Libertador Simón Bolívar hizo una observación en torno a la necesidad de instaurar un sistema
de control de la constitucionalidad de los actos del poder público, razón por la cual, pensó en
un órgano político encaminado a velar por la salvaguarda de la Constitución, y ese órgano
fue la tercera cámara del Poder Legislativo: la Cámara de Censores (cámara que se situaba
junto a la Cámara de Tribunos y a la Cámara de Senadores); a cuyo efecto, estableció que
“serán ellos (los Censores) los fiscales contra el Gobierno para celar si la Constitución y los
Tratados públicos se observan con religión”. Entonces, “el modelo político de control de la
constitucionalidad esbozado en Francia, estaba en buena medida presente en el pensamiento
bolivariano y de él pasaría a la Constitución de 1826” (Fernández Segado, 2002: 11).
De ahí que, la Constitución Política del Estado de 1826, haciendo plenamente suya la
idea bolivariana, acogía un Poder Legislativo tricameral, una de cuyas cámaras, la Cámara
de Censores, asumía la faculta de velar si el gobierno cumple y hace cumplir la Constitución,
las leyes y los tratados públicos, debiendo acusar ante el Senado, las infracciones que el
Ejecutivo hiciera tanto de la Constitución, como de las leyes y los tratados públicos. “en
definitiva, en esta primera etapa del constitucionalismo boliviano, que se prolonga hasta
la Constitución de 21 de septiembre de 1851, que sentará las bases para un cambio de
orientación, el control político de constitucionalidad, con una u otra característica, aparece
profundamente arraigado, situación que bien puede considerarse como paradigmática, pues
ciertamente, con notables alteraciones cronológicas en ocasiones, se repite en muchos otros
países” (Fernández Segado, 2012: 424).
Mediante la reforma constitucional del año 1839 se suprimió el Consejo de Estado sin que
se asigne la tarea del control de constitucionalidad a un órgano específico. Sin embargo, de
acuerdo al artículo 77 de la misma Constitución, entre las atribuciones del Poder Ejecutivo
se preveía: “2º Velar en la exacta observancia de la Constitución y hacer que todos los
funcionarios públicos desempeñen cumplidamente sus deberes” (Trigo, 2003: 293); lo que
pareciera mostrar que se pretendió concentrar la labor del control de constitucionalidad en un
órgano de naturaleza política, como es el Poder Ejecutivo.
Resulta importante señalar, que en la reforma constitucional del año 1861, paralelamente
a la creación del Consejo de Estado, se adoptó el modelo de control de constitucionalidad
conocido como control jurisdiccional difuso o modelo americano; toda vez que la Constitución
reformada consagró, por una parte, el principio de la supremacía constitucional cuando en
su artículo 86 estableció textualmente lo siguiente: “Las autoridades y tribunales aplicarán
esta Constitución con preferencia a las leyes, y éstas con preferencia a cualesquiera otras
resoluciones” y, por otra parte, encomendó la labor de control de constitucionalidad, por la
vía de acción concreta, al Tribunal Supremo de Justicia, cuando en su artículo 65 dispuso
que: “son atribuciones de la Corte de Casación (Tribunal Supremo de Justicia), además
de las que señalan las leyes: 2º Conocer de los negocios de puro derecho, cuya decisión
depende de la constitucionalidad o inconstitucionalidad de las leyes” (Trigo, 2003: 358).
2 De manera concordante con este criterio, Norbert Lösing señala que en la Constitución de 1851 no se preveía
ningún tipo de control constitucional, ni ejecutivo, legislativo o judicial; sin embargo, el artículo 82 de la Constitución
de 1851 reconocía por primera vez la supremacía de la Constitución frente a las leyes ordinarias. “No obstante, no
se infirió de esa regla una competencia para el control constitucional por vía judicial. Hasta ese momento no se
conocieron en Bolivia los mecanismos procesales para garantizar la efectividad de los derechos fundamentales”
(Lösing, 2002: 241).
3 “Tanto el artículo 82 de la Constitución de 1851, como el párrafo 2º del artículo 228 de la Constitución de
1967, contienen un compulsivo mandato que magistrados y jueces no pueden ni deben olvidarlo porque él constituye
una de las más preciadas garantías del ordenamiento jurídico de la Nación”. Asimismo, cabe tener presente que:
“La facultad o atribución del Supremo Tribunal para conocer de este proceso solemne y quizá el más importante y
valioso, cual es el proceso de constitucionalidad o inconstitucionalidad de las leyes, decretos y resoluciones, aparece
por primera vez en la Constitución de 1861” (Virreira Flor, 1977: 87).
VARGAS LIMA, Alan E.
La evolución de la justicia constitucional en Bolivia 69
Apuntes sobre el modelo de control concentrado y plural de constitucionalidad
4 “El nuevo Código de Procedimiento Civil, dice pues, que el proceso de inconstitucionalidad procede en todos
los casos en que una persona individual o colectiva (natural o jurídica) ‘se creyere agraviada por los efectos de una
ley, decreto o cualquier género de resolución’, pudiendo interponer la respectiva demanda ante el Supremo Tribunal
pidiendo ‘se declare la inaplicabilidad’ de la ley, del decreto o de la resolución, en todo o en parte, en el caso concreto
en que el demandante se cree agraviado. Se pide la declaración de ‘inaplicabilidad’ de la ley, decreto o resolución,
por ‘inconstitucional’, porque el Poder Judicial no puede declarar llanamente la inconstitucionalidad, ya que no
es ‘censor directo de los Poderes Legislativo y Ejecutivo’. Y, esa declaración deberá recaer sobre el punto concreto
demandado (…)” (Virreira Flor, 1977: 93).
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
70 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
De ahí que, en criterio de Rivera Santivañez, haciendo una evaluación objetiva del control
de constitucionalidad en la etapa anterior a la creación del Tribunal Constitucional, se puede
concluir que no fue eficiente ni logró los resultados esperados, pues no existió un desarrollo
doctrinal ni jurisprudencial sólido, sino que por el contrario, se caracterizó por la excesiva
retardación de justicia (Rivera Santivañez, 2007).
Plena vigencia y protección de los derechos humanos5 como base del orden
5 Algunos autores estiman que la expresión, “derechos humanos” o derechos del hombre, llamados clásicamente
derechos naturales, y actualmente derechos morales, no son en realidad auténticos derechos protegidos mediante acción
procesal ante un juez, sino criterios morales de especial relevancia para la convivencia humana, y que en todo caso,
una vez que determinados derechos humanos se positivizan, adquieren la categoría de verdaderos derechos protegidos
VARGAS LIMA, Alan E.
La evolución de la justicia constitucional en Bolivia 71
Apuntes sobre el modelo de control concentrado y plural de constitucionalidad
Ahora bien, revisando los antecedentes de creación de ésta institución –y según nos recuerda
el ex Magistrado René Baldivieso Guzman–, la idea de crear un Tribunal Constitucional
resultó polémica en Bolivia, ya que diferentes instituciones cívicas, políticas, forenses,
académicas y otras representativas de la opinión pública, recibieron con algún escepticismo
la iniciativa. Inclusive los órganos jerárquicos del entonces Poder Judicial (actual Órgano
Judicial) sumaron su disidencia y protesta por la creación del Tribunal Constitucional. Así
por ejemplo, en un documento emitido por la Corte Suprema de Justicia en fecha 29 de marzo
de 1993, se sostuvo que:
De ahí que la creación del Tribunal Constitucional en Bolivia no fue fácil, pues tuvo que
enfrentar muchos obstáculos como la reacción de oposición cerrada e irracional de la entonces
Corte Suprema de Justicia, así como algún sector del foro de Abogados, llegando inclusive
a considerar como un “Golpe de Estado” la propuesta de su creación como organismo
independiente de los demás órganos de poder, lo que inevitablemente dio lugar a que su
configuración institucional en la Constitución no fuera óptima, y con el tiempo, se constituyó
en uno de los factores que debilitó la eficacia de sus actividades (Rivera Santivañez, 2008:
47-48).
Sin embargo, la oposición radical de la Corte Suprema y las críticas “doctrinales” opositoras
a la creación de un Tribunal Constitucional como un órgano de control constitucional
independiente de los demás órganos de poder, nunca tuvieron asidero jurídico válido; es
más, el legislador constituyente, a través de la Reforma Constitucional del año 1994, y
considerando la importancia de la creación del nuevo órgano de control de constitucionalidad,
así como la necesidad de promover la defensa de los derechos humanos en el país, creó el
Tribunal Constitucional –que comenzó a ejercer sus funciones jurisdiccionales en el mes
de junio de 1999–, incorporándolo como parte constitutiva del entonces denominado Poder
Judicial, vale decir, como uno de sus órganos jurisdiccionales especializados, encargado de
realizar el control de constitucionalidad, debiendo ejercer dicho control sobre todos los actos,
resoluciones y decisiones de los demás órganos de poder, con independencia de cualquier
otra autoridad estatal, en su labor jurisdiccional, es decir, colocado fuera del alcance de los
poderes públicos cuyos actos controla, estando sometido solamente a la Constitución.
Por otro lado, en cuanto se refiere al modelo de control de constitucionalidad vigente hasta
hace una década atrás, cabe hacer notar que, en opinión de algunos autores, el sistema de
control de constitucionalidad adoptado por el Estado boliviano en la reforma constitucional
efectuada el año 1994 (y que se mantuvo en la reforma del año 2004) no era en esencia un
sistema de control concentrado puro, sino por el contrario, un sistema en el que concurren los
elementos del modelo americano como también del europeo6; sin embargo, interpretando el
verdadero alcance de las normas que consagran el sistema de control de constitucionalidad
6 En este sentido se ha pronunciado el ex Magistrado del Tribunal Constitucional, José Antonio Rivera Santivañez,
quien desarrolla su tesis sosteniendo que: “por un lado, a través de la referida reforma constitucional (de 1994),
se ha creado el Tribunal Constitucional como el órgano encargado del control concentrado de constitucionalidad
y máximo intérprete de la Constitución, lo que encuadra el sistema adoptado en el modelo europeo. Pero por otra
parte, el Constituyente no modificó el texto del artículo 228 de la Constitución reformada, por cuyo mandato los
tribunales y jueces, al revolver un caso concreto dentro de un proceso judicial, tienen la obligación de no aplicar
las disposiciones legales que sean contradictorias o incompatibles con las normas previstas en la Constitución, lo
cual constituye un acto de control de constitucionalidad y se encuadra en el modelo americano del ‘judicial review’
o revisión judicial” (Rivera Santivañez, 2002: 583-603).
VARGAS LIMA, Alan E.
La evolución de la justicia constitucional en Bolivia 73
Apuntes sobre el modelo de control concentrado y plural de constitucionalidad
que nació en la citada reforma constitucional de 1994, vale decir, de las competencias que
la Constitución le asignaba al reciente Tribunal Constitucional, se extrae con toda claridad
que el legislador constituyente, le encomendó a éste órgano jurisdiccional, las tres funciones
esenciales que el control de constitucionalidad representa: 1) el control normativo de
constitucionalidad, 2) el control de los límites del ejercicio del poder político, 3) el control
sobre la salvaguarda de los derechos y garantías; debiendo considerarse que la idea que
subyace al modelo de control concentrado de constitucionalidad que nació en la reforma de
19947, fue confirmada en la Ley de desarrollo constitucional, esto es en la Ley Nº 1836 del
Tribunal Constitucional (LTC), que estuvo vigente hasta antes de la entrada en vigor de la
actual Ley Nº 27 del Tribunal Constitucional Plurinacional (Ley del TCP).
Cabe tener presente que según la norma prevista por el artículo 179, parágrafo III de la
Constitución Política del Estado aprobada el año 2009, la justicia constitucional será ejercida
por el Tribunal Constitucional Plurinacional, el cual, por mandato del artículo 196 del mismo
texto constitucional, debe velar por la supremacía de la Constitución, ejerciendo el control de
constitucionalidad, y precautelando el respeto y la vigencia de los derechos fundamentales y
las garantías constitucionales.
7 Se debe recordar que inicialmente, el Dr. Jorge Asbun, en su estudio dedicado a analizar la evolución y
perspectivas del Control Constitucional en Bolivia, afirmó de manera inequívoca que: “En Bolivia, la reforma de
1994, incorporó a la Constitución a través de los artículos 116 y siguientes el modelo de control concentrado de
constitucionalidad, encargando al Tribunal Constitucional, mediante el artículo 119, las siguientes atribuciones:
control de constitucionalidad, defensa de los derechos fundamentales, conflictos de competencia interorgánicas y
demandas respecto a procedimientos de reforma constitucional” (Asbun, 1999: 149-150). Años más tarde, estas
ideas serían confirmadas por autores internacionales estudiosos de la jurisdicción constitucional en Latinoamérica;
así por ejemplo, el profesor chileno Humberto Nogueira llegó a afirmar que “en Bolivia existe un sistema de control
constitucional centralizado en un único órgano especializado, integrado por letrados, con un ámbito amplio de
competencias, que ejerce dicha jurisdicción con plena independencia de todo otro órgano, tanto respecto de normas
como de actos inconstitucionales, por vía de acción y de excepción, teniendo sus sentencias efectos de cosa juzgada,
sin existencia de recurso ulterior. Existe así en Bolivia un auténtico Tribunal Constitucional”. (Nogueira Alcalá,
2006: 129).
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
74 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
En efecto, dicho autor sostiene su tesis señalando que en el ámbito del control de
constitucionalidad de las normas, el Tribunal Constitucional Plurinacional tiene el
monopolio para anular y expulsar del ordenamiento jurídico, las disposiciones legales
infraconstitucionales que sean incompatibles con la Constitución, por contradecir e infringir
sus preceptos; empero, en esa labor participan los jueces y tribunales de la jurisdicción
ordinaria, promoviendo la Acción de Inconstitucionalidad concreta. De otro lado, en el
ámbito del control de constitucionalidad sobre el ejercicio del poder político, el Tribunal
Constitucional Plurinacional tiene el monopolio de esa función, a través del conocimiento
y resolución de las acciones de conflictos de competencia; sin embargo, en el ámbito de
control tutelar de los derechos fundamentales, la labor es realizada por los jueces y tribunales
de garantías constitucionales en única instancia, en cambio, el Tribunal Constitucional
Plurinacional interviene posteriormente, conociendo y resolviendo las acciones tutelares en
grado de revisión de oficio.
Asimismo, Rivera Santivañez señala que uno de los fundamentos para sostener la tesis de
que el modelo adoptado por el Estado Plurinacional de Bolivia es el europeo – kelseniano,
con resabios del modelo americano de control de constitucionalidad, lo que equivale a un
sistema de control mixto, se encuentra en las normas previstas por el artículo 410, parágrafos
I y II de la Constitución, por cuyo mandato, todas las personas, naturales y jurídicas, así
como los órganos públicos, funciones públicas e instituciones, se encuentran sometidos a la
Constitución, que es la norma suprema del ordenamiento jurídico boliviano y goza de primacía
frente a cualquier otra disposición normativa; entonces, “de las normas glosadas se puede
inferir que los jueces y tribunales de la jurisdicción ordinaria, por mandato constitucional,
están impelidos a aplicar la Constitución y no la Ley en un caso concreto en el que tengan la
certeza absoluta de que esta última es incompatible con la norma constitucional”.
Según este autor, se podría afirmar que el modelo adoptado por el Estado Plurinacional
de Bolivia, no es un modelo puro, sino que mantiene los resabios del modelo americano,
conocido clásicamente como el modelo de control jurisdiccional difuso, porque las normas
previstas por el artículo 410 de la Constitución, al proclamar el principio de la supremacía
constitucional y el principio de la jerarquía normativa, implícitamente faculta a los jueces
y tribunales a inaplicar la ley, decreto o resolución cuyas normas sean contrarias a la
Constitución. “Por consiguiente –concluye Rivera Santivañez–, todo juez o tribunal ordinario,
que tenga la seguridad de que la norma legal sobre cuya base deberá dictar su resolución
o sentencia, es contraria a la Constitución, tiene la obligación de no aplicar dicha norma
por inconstitucional, y sólo en aquellos casos en los que tenga duda y no certeza, o pretenda
que la disposición legal sea anulada a través de una sentencia constitucional con efecto erga
omnes, deberá promover el recurso indirecto o incidental de inconstitucionalidad” (Rivera
Santivañez, 2011: 130-131).
A lo indicado, debe agregarse que la misma Constitución boliviana aprobada el año 2009,
consagra como atribución del Tribunal Constitucional, absolver las consultas de la Presidenta
o del Presidente de la República, de la Asamblea Legislativa Plurinacional, del Tribunal
Supremo de Justicia o del Tribunal Agroambiental sobre la constitucionalidad de proyectos
de ley, en cuyo caso la decisión del Tribunal Constitucional es de cumplimiento obligatorio.
A su vez, tiene la atribución de absolver inclusive las consultas de las autoridades indígenas
originario campesinas sobre la aplicación de sus normas jurídicas aplicables a un caso
concreto, y en consecuencia, la decisión del Tribunal Constitucional es obligatoria, lo que
corrobora el entendimiento interpretativo expuesto, de que la misma Constitución como Ley
Fundamental de nuestro ordenamiento jurídico, encomienda el control de constitucionalidad
de manera exclusiva al nuevo Tribunal Constitucional Plurinacional (Duran Ribera, 2003:
187-202).
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
76 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Por lo expuesto –siguiendo el criterio María Elena Attard–, esta esquematización tripartita
del control de constitucionalidad, y el elemento del pluralismo como eje rector no sólo de
VARGAS LIMA, Alan E.
La evolución de la justicia constitucional en Bolivia 77
Apuntes sobre el modelo de control concentrado y plural de constitucionalidad
Es importante que este diseño sea analizado en base a un elemento esencial: su composición
plural, para asegurar así una interpretación que consagre la interculturalidad plural que, en
términos de descolonización, se plasmen procesos constitucionales interculturales para una
real materialización del bloque de constitucionalidad.
Asimismo, es necesario señalar que de acuerdo al artículo 199 del texto constitucional,
como puntuación adicional para la calificación de méritos de los aspirantes a magistrados
y magistradas, se tomará en cuenta el haber ejercido la calidad de autoridad originaria bajo
su sistema de justicia. Además, el numeral segundo del referido artículo, establece que los
candidatos podrán ser propuestos por organizaciones de la sociedad civil y naciones y pueblos
indígena originario campesinos.
Ahora bien, la referencia normativa antes citada es importante toda vez que la real
materialización del bloque de constitucionalidad, en el marco de la visión del modelo de
Estado boliviano, encontrará razón de ser en un aspecto esencial: la composición plural,
es decir que los magistrados y magistradas del Tribunal Constitucional Plurinacional, no
solamente deben tener una visión de la justicia construida desde occidente, sino también de
aquella que emana de las normas y procedimientos ancestrales de las naciones y pueblos
indígena originario campesino, para que a través de una interpretación intercultural de las
problemáticas a ser conocidas, opere el principio de complementariedad a través de una
interculturalidad plural que irradiará todo el ordenamiento jurídico en el Estado Plurinacional
de Bolivia.
VARGAS LIMA, Alan E.
La evolución de la justicia constitucional en Bolivia 79
Apuntes sobre el modelo de control concentrado y plural de constitucionalidad
C) Además, la necesidad de una composición plural para asegurar una real materialización
del bloque de constitucionalidad imperante, debe ser analizada desde los
procedimientos constitucionales y roles encomendados por la función constituyente
al Tribunal Constitucional Plurinacional, a cuyo efecto, será menester sistematizar los
ámbitos de ejercicio de las atribuciones asignadas a esta instancia, lo cual se resume a
continuación.
De acuerdo con las atribuciones que le confieren la Constitución y la Ley Nº 27, el TCP
ejerce un control sobre la constitucionalidad de todas las disposiciones legales, sean éstas
Leyes, Estatutos Autonómicos, Cartas Orgánicas, Decretos y todo género de Resoluciones
no judiciales, declarando, su inconstitucionalidad con carácter general o “erga omnes” y el
efecto derogatorio o abrogatorio conforme corresponda en cada caso.
A este efecto, el ordenamiento jurídico establece dos modalidades (en forma previa y
posterior) de control de la normatividad:
la disposición legal incompatible con la Constitución y expulsándola del ordenamiento jurídico del Estado. Dada la
naturaleza jurídica de la función que desempeña, es el supremo intérprete de la Constitución, lo cual no significa que
el resto de los órganos del poder público en general, los jueces y tribunales en particular, estén impedidos de realizar
la interpretación de la Constitución para resolver el caso concreto sometido a su conocimiento; lo que sucede es que,
si bien todas las autoridades y funcionarios públicos interpretan la Constitución, quien cierra el proceso realizando
una interpretación que vincula a todos los órganos del poder público, autoridades y particulares es el Tribunal
Constitucional, por ello se convierte en el último intérprete de la Constitución. (…)” (Rivera Santivañez, 2007: 58-59).
9 En cuanto a los alcances del control de constitucionalidad que ejerce el Tribunal Constitucional a través de los
Recursos (ahora denominados Acciones) de Inconstitucionalidad, por cualquiera de las dos vías reconocidas –abstracta
o concreta–, dicha labor abarca los siguientes ámbitos: “(…) a) la verificación de la compatibilidad o incompatibilidad
de las disposiciones legales impugnadas con las normas de la Constitución Política del Estado, lo que incluye el
sistema de valores supremos, principios fundamentales, así como los derechos fundamentales consagrados en dicha
Ley Fundamental; b) la interpretación de las normas constitucionales así como de la disposición legal sometida al
control desde y conforme a la Constitución Política del Estado; c) el desarrollo de un juicio relacional para determinar
si una norma legal es o no conforme con las normas constitucionales; determinando previamente el significado de la
norma legal por vía de interpretación; y d) la determinación de mantener las normas de la disposición legal sometida
al control. De lo referido se concluye que el control de constitucionalidad no alcanza a la valoración de los fines, los
propósitos, la conveniencia o beneficios que pudiese generar la disposición legal sometida a control; lo que significa
que el Tribunal Constitucional, como órgano encargado del control de constitucionalidad, no tiene a su cargo la
evaluación de si son convenientes, oportunos o benéficos los propósitos buscados por las normas impugnadas, su
labor se concentra en el control objetivo de constitucionalidad de las disposiciones legales impugnadas” (Cfr.
Sentencia Constitucional Nº 0051/2005, de 18 de agosto; entendimiento reiterado posteriormente por la Sentencia
Constitucional Nº0048/2010, de fecha 6 de diciembre de 2010).
VARGAS LIMA, Alan E.
La evolución de la justicia constitucional en Bolivia 81
Apuntes sobre el modelo de control concentrado y plural de constitucionalidad
aquellos casos en los que exista una duda fundada sobre su constitucionalidad. Para el efecto,
la Ley del TCP ha previsto las siguientes acciones:
10 De acuerdo al Código Procesal Constitucional (Artículos 133 al 138), este recurso tiene por objeto garantizar
que toda disposición legal que cree, modifique o suprima un tributo, impuesto, tasa, patente, derecho o contribución de
cualquier clase o naturaleza, se establezca de acuerdo con la Constitución Política del Estado. Asimismo, la Sentencia
Constitucional Plurinacional Nº0677/2012, de fecha 2 de agosto (Sala Plena), desarrolla entre sus fundamentos
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
82 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Es un control que tiene por objeto establecer un equilibrio en el ejercicio del poder
político, resolviendo los conflictos constitucionales referidos al ámbito de las competencias
asignadas por la Constitución a los distintos órganos del poder público, y a las nuevas
entidades territoriales autónomas. El nuevo Tribunal Constitucional Plurinacional deberá
cumplir esta función, conociendo y resolviendo:
a) los conflictos de competencia que pudiesen suscitarse entre los órganos del poder
público (atribución 3ra., del art. 12 de la Ley del TCP);
d) los recursos directos de nulidad, que proceden contra todo acto o resolución de
autoridad pública que usurpe funciones que no le competen, así como contra los actos
de la autoridad pública que ejerza jurisdicción o potestad que no emane de la Ley
(atribución 13ava., del art. 12 de la Ley del TCP).
Éste control tiene la finalidad de resguardar y garantizar el pleno ejercicio de los derechos
fundamentales y garantías constitucionales de las personas, que operan como límites naturales
al ejercicio del poder público del Estado. De acuerdo a lo establecido en la Atribución
7ma., del art. 12 de la Ley Nº 27, el Tribunal Constitucional Plurinacional debe ejercer este
control a través de la revisión de las resoluciones emitidas a la conclusión de los procesos
constitucionales emergentes de las siguientes acciones de defensa:
a) Acción de Libertad, que extiende su ámbito de protección hacia toda persona que
considere que su vida está en peligro, que es ilegalmente perseguida, o que es
indebidamente procesada o privada de su libertad personal; vale decir que en el
nuevo sistema constitucional boliviano se han ampliado los alcances de ésta acción
tutelar, con la finalidad de dar una efectiva protección no sólo a quienes se encuentran
ilegalmente privados de libertad, sino también a quienes consideren que su libertad
física o personal y su propia vida estén amenazadas (Vargas Lima, 2014: 249-288).
jurídicos: 1) Naturaleza jurídica y alcances del recurso contra tributos, impuestos, tasas, patentes, derechos o
contribuciones especiales; 2) De la legitimación activa y pasiva; 3) De los requisitos del recurso, de su contenido y
forma; 4) De la procedencia del recurso contra tributos, impuestos, tasas, patentes, derechos o contribuciones especiales.
VARGAS LIMA, Alan E.
La evolución de la justicia constitucional en Bolivia 83
Apuntes sobre el modelo de control concentrado y plural de constitucionalidad
los derechos reconocidos por la Constitución y las Leyes; vale decir que se trata de
una acción extraordinaria que tiene por objeto la protección inmediata de los derechos
fundamentales de las personas, siempre que no exista otro medio o recurso legal para
su defensa, a cuyo efecto ésta acción tutelar se rige esencialmente por los principios
de subsidiariedad e inmediatez, lo que implica la necesidad de otorgar una protección
inmediata y eficaz a los derechos fundamentales que en su momento resultaren
lesionados (Arias Lopez, 2011: 37-55)11.
e) Acción Popular, que procede contra todo acto u omisión de las autoridades públicas o
de personas individuales o colectivas que “violen”(sic) (léase vulneren) o amenacen
con “violar”(sic) (léase vulnerar) derechos e intereses colectivos, relacionados con el
patrimonio, el espacio, la seguridad y salubridad pública, el medio ambiente y otros
de similar naturaleza reconocidos por la misma Constitución14.
11 Una argumentación jurídico-constitucional, que desarrolla temáticas referidas a: i) Los alcances del control
tutelar de constitucionalidad para el resguardo de los derechos fundamentales; ii) Las fases procesales de la acción de
amparo constitucional; iii) La interpretación desde y conforme a la Constitución Política del Estado, de los arts. 33 y 53
del Código Procesal Constitucional (CPCo): Análisis de los requisitos de forma y causales de improcedencia reglada;
iv) La duda razonable para la aplicación del principio pro-actione en etapa de admisibilidad; y, v) La apelación y la
compulsa como mecanismos idóneos para la defensa intra-procesal de derechos; puede consultarse en la Sentencia
Constitucional Plurinacional Nº0030/2013, de fecha 4 de enero de 2013.
12 Algunos fundamentos jurídicos sobre la naturaleza jurídica de la Acción de Protección de Privacidad (antes
denominado recurso de hábeas data), los derechos a la intimidad y privacidad como base de la protección de datos
personales, los alcances de esta acción tutelar, sus presupuestos indispensables de procedencia, la legitimación
activa y pasiva, así como las reglas de procedimiento para su tramitación, pueden verse ampliamente detalladas en
la Sentencia Constitucional Nº1738/2010-R, de fecha 25 de octubre de 2010.
13 El entendimiento jurisprudencial sobre la naturaleza jurídica de la acción de cumplimiento, así como su
ámbito de protección, puede consultarse en la Sentencia Constitucional Plurinacional Nº0890/2013-L, de fecha 16
de agosto de 2013.
14 Un entendimiento jurisprudencial sobre los derechos e intereses colectivos protegidos a través de la Acción
Popular, que conforme señala el artículo 135 de la CPE, se encuentran relacionados con el patrimonio, el espacio, la
seguridad y salubridad pública, el medio ambiente y otros de similar naturaleza reconocidos por la Ley Fundamental,
puede encontrarse en la Sentencia Constitucional Plurinacional Nº0176/2012, de fecha 14 de mayo de 2012; misma que
desarrolla también el alcance del derecho al agua como derecho fundamental y fundamentalísimo en la Constitución
Política del Estado y el bloque de constitucionalidad, así como sus vías idóneas de protección. Cabe tener presente
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
84 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
f) Los Recursos contra las Resoluciones del Órgano Legislativo, cuando sus resoluciones
afecten a uno o más derechos, cualesquiera sean las personas afectadas (atribución
6ta.)15.
ii) El segundo procedimiento de control previo, que es una innovación del modelo
constitucional boliviano, es decir la consulta que realizan las autoridades de las
naciones y pueblos indígena originario campesinos ante el Tribunal Constitucional
Plurinacional, es un verdadero canal para la materialización de un “diálogo
intercultural”; en ese orden, este procedimiento no es conocido ni resuelto por el Pleno
del Tribunal Constitucional Plurinacional, sino por la Sala Especializada, compuesta
por los dos magistrados que devienen de la jurisdicción indígena originaria campesina.
Así configurado, este procedimiento no genera ninguna disfunción orgánica y, por
el contrario, armoniza con los postulados del pluralismo, la interculturalidad y la
descolonización en el nuevo modelo de Estado.
iii) Los procedimientos inmersos tanto en control normativo como en control competencial
de constitucionalidad, son conocidos por el Pleno del Tribunal Constitucional
Plurinacional, por cuanto en este ámbito, debe realizarse la misma crítica plasmada en
el anterior inciso i).
también, que la jurisprudencia constitucional ha identificado los derechos colectivos, unas veces como derechos
difusos (Así las SSCC 1018/2011-R, 1974/2011-R, 1982/2011-R, 1970/2011-R, 1973/2011-R y 1979/2011-R, entre
otras) o como derechos de los pueblos (Así la SC 1008/2004-R). Por otro lado, un análisis de las disposiciones
referidas a la admisión de la acción popular, en cuanto a sus requisitos de forma y de contenido, puede consultarse
en la Sentencia Constitucional Plurinacional Nº0462/2012, de fecha 4 de julio de 2012. Finalmente, las temáticas
referidas a la legitimación extraordinaria como presupuesto procesal de la Acción Popular, su carácter subsidiario
y la inexistencia de plazo de caducidad, así como el derecho difuso al medio ambiente, pueden consultarse en la
Sentencia Constitucional Plurinacional Nº1082/2013-L, de fecha 30 de agosto de 2013.
15 El Tribunal Constitucional Plurinacional ha establecido que el Recurso contra Resoluciones del Órgano
Legislativo Plurinacional, de acuerdo a su concepto y naturaleza jurídica, es un proceso constitucional de naturaleza
tutelar que tiene por objeto reponer los derechos y garantías constitucionales de la persona, en aquellos casos en los
que hubiesen restringido o suprimido, al emitir una resolución legislativa; a cuyo efecto, ha analizado la naturaleza
jurídica de este recurso en la Sentencia Constitucional Plurinacional Nº1572/2014, de fecha 11 de agosto de 2014.
VARGAS LIMA, Alan E.
La evolución de la justicia constitucional en Bolivia 85
Apuntes sobre el modelo de control concentrado y plural de constitucionalidad
Constitucional, sino por las tres salas existentes, y de esas tres salas, solamente una es
la especializada y compuesta por dos magistrados o magistradas que devienen de la
justicia indígena originaria campesina, las otras dos podrían no tener una composición
plural (ya que no se exige una composición mixta), por tanto, las acciones tutelares
que devengan de contextos interculturales o que estén vinculadas a pueblos y naciones
indígena originario campesinos, podrían en revisión ser resueltas por una sala que
no tenga composición plural, aspecto que implicará un análisis desde una visión
occidental del derecho y que además podría evitar un avance y desarrollo de pautas
interculturales de interpretación y de procedimientos constitucionales interculturales.
Por otro lado, los jueces y tribunales de garantías constitucionales, tienen la atribución de
conocer en primera instancia las acciones tutelares disciplinadas por el régimen constitucional
imperante, las cuales, tal como ya se dijo, serán conocidas y resueltas en revisión por
cualquiera de las salas del Tribunal Constitucional Plurinacional.
Debe tenerse en cuenta también, que en las capitales de los nueve departamentos del
Estado Plurinacional de Bolivia, las acciones tutelares son conocidas en primera instancia
por los vocales de los Tribunales Departamentales de Justicia, divididos en salas, quienes no
actúan como tribunales ordinarios sino como tribunales de garantías constitucionales, y sus
decisiones son elevadas en revisión, y en el plazo de 24 horas, ante el Tribunal Constitucional
Plurinacional.
Sin embargo, la disfunción sistémica en esta instancia, se da por dos razones especiales
(Attard Bellido, 2014: 47):
Conforme a ello, la Constitución Política del Estado, sobre la base del carácter plurinacional
del Estado y el principio de interculturalidad, ha diseñado la justicia constitucional a través
del Tribunal Constitucional Plurinacional, como la institución encargada de ejercer el control
constitucional sobre la actividad de todas las jurisdicciones y, en general sobre todos los
órganos del poder público, a partir del diálogo intercultural que se entable en este órgano, que
tiene la representación de los dos sistemas de justicia: el ordinario y el indígena originario
campesino.
Constitucional Plurinacional tanto de los derechos y garantías como de las propias normas
constitucionales, pues, por el carácter vinculante de sus resoluciones, todos los jueces y
autoridades, están vinculados a la interpretación efectuada por este órgano.
Cabe agregar, por otro lado, que las Sentencias Constitucionales Plurinacionales
Nº1227/2012 y Nº2143/2012, entre otras, establecieron con claridad que el Estado
Plurinacional de Bolivia, adoptó a partir de la aprobación de la Constitución Política
del Estado del año 2009, un sistema jurisdiccional plural y concentrado de control de
constitucionalidad.
4. CONCLUSIONES
Como se ha podido apreciar a lo largo de este estudio, una breve revisión de las reformas
y modificaciones del sistema constitucional, permite afirmar que durante la evolución y
desarrollo histórico del sistema constitucional boliviano, se han adoptado progresivamente
los diferentes modelos de control que se conocen en la doctrina del Derecho Procesal
Constitucional.
Estas facultades fueron introducidas en la actual Constitución Política del Estado, en mérito
al reconocimiento expreso a los derechos de los pueblos indígenas originario campesinos, a
la igualdad jerárquica de sistemas jurídicos y jurisdicciones; ello, pone de manifiesto que la
Ley Fundamental aprobada en la Asamblea Constituyente (2007) y refrendada por el pueblo
boliviano (2009), a pesar de las diferentes vicisitudes que tuvo que atravesar, fue el resultado
de un proceso dialógico en el que intervinieron diferentes sectores de la población boliviana,
incluyendo también a las naciones y pueblos indígena originario campesinos, que tuvieron
un rol protagónico para la implementación del actual Estado Plurinacional en construcción.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
90 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
5. BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
Galindo Decker, Hugo. (1994). Tribunal Constitucional. La Paz, Bolivia: Editorial Jurí-
dica Zegada.
Trigo, Ciro Félix. (2003). Las Constituciones de Bolivia. Prólogo de Manuel Fraga Iri-
barne. Adiciones y actualizaciones (1961 – 2002), Dr. Jorge Antonio Asbun Rojas. Segunda
Edición. La Paz, Bolivia: Fondo Editorial de la Biblioteca y Archivo Histórico del Honorable
Congreso Nacional.
1. ORIGEN Y ANTECEDENTES
i) Ley 3 del 22 de junio de 18501 (artículo 23): “Cuando las objeciones hayan versado
sobre la inconstitucionalidad o ilegalidad del proyecto, después de puesta la sanción en el
caso del articulo anterior, el funcionario respectivo tiene el deber de pedir inmediatamente la
anulación de la ordenanza ante la corte suprema de justicia, y la del acuerdo ante el tribunal
del distrito, previo informe del personero provincial o parroquial, en su caso, y sin que por
* Posdoctorado en Derecho y Justicia Constitucional (PphD) Universidad de Bolonia (Italia). Doctor en Derecho
(Phd) Universidad Santo Tomás. Magíster en Derecho Económico (Msc) Universidad Externado de Colombia.
Especialista en Justicia Constitucional y Protección Jurisdiccional de los Derechos Fundamentales Universidad de
Pisa (Italia). Especialista en Resolución de Conflictos y Estrategias de Negociación Universidad Castilla La Mancha
(España). Especialista en Derecho Constitucional Universidad Nacional de Colombia. Especialista en Derecho
Administrativo Universidad Santo Tomás. Especialista en Pedagogía para el Desarrollo del Aprendizaje Autónomo,
Unad. Abogado (Summa Cum Laude) Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. Procurador 122 Judicial
Administrativo II. Docente Universitario (Andes, Externado, Nacional, Libre, Sabana, Santo Tomás, entre otras).
edgarandresq80@gmail.com.
** Magíster en Derechos Humanos (Msc) Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. Especialista
en Justicia Constitucional y Protección Jurisdiccional de los Derechos Fundamentales Universidad de Pisa (Italia).
Especialista en Derecho del Trabajo. Universidad Nacional de Colombia. Abogada Universidad Antonio Nariño.
Docente e Investigadora Universitaria.
1 La cual adiciona y reforma las leyes de 3 de junio de 1848 y 30 de mayo de 1849, orgánicas de la administración
y régimen municipal.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
98 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
ii) Ley 4 del 2 de junio de 18513 (artículo 21): “Toda ordenanza, acuerdo o acto de
las Cámaras de provincia o cabildos parroquiales que sea contrario a la Constitución
o a las leyes, es anulable por la Corte Suprema de Justicia o Tribunal del Distrito,
en su caso; siempre que no tenga por objeto el nombramiento o elección de algún
funcionario público, de los que corresponde hacer.”.
ii) Constitución de 18635 (artículo 72): “Corresponde a la Corte Suprema suspender, por
unanimidad de votos, a pedimento del Procurador General o de cualquier ciudadano,
la ejecución de los actos legislativos de las Asambleas de los Estados, en cuanto sean
contrarios a la Constitución o a las leyes de la Unión, dando, en todo caso, cuenta
al Senado para que éste decida definitivamente sobre la validez o nulidad de dichos
actos”.
“(…)En el nombramiento –no en la elección– del personal del Consejo, se tuvo el cuidado
de balancear mecánicamente el número de representantes de la antigua filiación conservadora
y de antigua filiación independiente [...] De ese modo, no hay exactitud al afirmar que en
el Cuerpo Constituyente estuvieran representados dos partidos, el independiente y el
conservador; lo estaba uno solo, el nuevo, el nacional, y de este solo partido es obra la
Constitución de 1886(…)”7
ley 153 de 1887 asegura que las leyes aprobadas por esa mayoría partidista no puedan ser
desconocidas por quienes deben aplicarlas ni siquiera bajo el argumento de que las mismas
podrían conculcar la Constitución.
Tan evidente era la falta de sujeción directa de los “derechos constitucionales” que la
misma Carta Política ordenó incorporar algunos de ellos al Código Civil con el objeto de
garantizar su aplicación preferente; es decir, de forma paradójica, para aumentar la protección
de algunos derechos constitucionales, el constituyente de 1886 ordena consagrarlos en la ley,
hecho que supone un proceso de “legalización de los derechos constitucionales”. Sobre el
Particular María Maya comenta:
“(…) los constituyentes de 1886 habían rebajado los derechos constitucionales al rango
de ley: para garantizar los derechos del Título III de la Constitución, el artículo 52 de la
misma ordenó incorporarlos al Código Civil como título preliminar, bajo el entendido de
que este estatuto tenía aplicación preferencial (Código Civil de la Unión 1873, Art. 10). A
pesar de que el Código Civil gozara de una mayor jerarquía con respecto a otras leyes, el
efecto sigue siendo el mismo: esta forma de protección reducía la garantía de los derechos
constitucionales al nivel de la ley (…)”9.
“(...) obviamente esto no añadía nada a su fuerza, pues en virtud de esta disposición no se
elevaba el título III a una categoría superior, sino que, por el contrario, se le colocaba en una
norma de rango inferior [...] en teoría la Constitución era ley suprema, pero los jueces podían
aplicar solamente la ley, no la Constitución; así, entonces para dar efectividad práctica a los
derechos civiles y garantías sociales consagrados en la Constitución, era el caso incorporar
8 MAYA CHAVES, María José. “Discordia, reforma constitucional y Excepción de inconstitucionalidad”. En:
Revista de Estudios Sociales, Universidad de Los Andes, 2012, pág 120.
9 MAYA CHAVES, María José. Ob.Cit. pág 127.
QUIROGA NATALE, Edgar Andrés / DÍAZ SANABRIA, Catherine
La acción pública de inconstitucionalidad contra los actos legislativos en el ordenamiento jurídico colombiano 101
Nociones respecto de su origen, dimensión sustancial, test de sustitución y régimen procesal
tales disposiciones a la legislación ordinaria con base en las cuales debían producirse los
pronunciamientos judiciales. (...)”10.
Los artículos 40 y 41 del referido acto legislativo consagran por primera vez en la historia
jurídica de Colombia, el control de constitucionalidad extendido bajo las siguientes cláusulas
normativas:
10 SANIN, Jaime. 1971. “La defensa judicial de la Constitución”. Temis. Bogotá, 1971, pág 105.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
102 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
ya que este se dio aproximadamente 10 años antes de que Hans Kelsen lo propusiera como
diseño de control en la Constitución austriaca de 1920.
Las anteriores reformas posibilitan realizar un control de la ley por fuera del imperium
del Congreso, lo que permite que la configuración de determinadas mayorías coyunturales en
el parlamento no pueda hacer nugatorio los derechos ya reconocidos constitucionalmente ni
llegar a desconocerlos por parte de leyes posteriores, derogando así la presunción “pétrea” de
constitucionalidad de las leyes explicitada en el artículo 6 de la ley 153 de 1887.
2. ASPECTOS SUSTANCIALES
18 MENDIETA González, David. “La acción pública de inconstitucionalidad: A propósito de los 100 años de su
vigencia en Colombia”. En: Revista Vniversitas No. 120. Universidad Javeriana, Bogotá, 2010, pág. 64.
19 Corte Constitucional. Sentencia C-241 de 2009. M.P. Nilson Pinilla Pinill
20 Corte Constitucional. Sentencia C-932 de 2004. M.P. Jaime Córdoba Triviño.
21 Corte Constitucional. Sentencia C-932 de 2004. M.P. Jaime Córdoba Triviño.
QUIROGA NATALE, Edgar Andrés / DÍAZ SANABRIA, Catherine
La acción pública de inconstitucionalidad contra los actos legislativos en el ordenamiento jurídico colombiano 105
Nociones respecto de su origen, dimensión sustancial, test de sustitución y régimen procesal
ii) Es una acción pública: pues no se le exige al ciudadano que tenga que demostrar un
interés subjetivo en la causa, pues la misma siempre se entenderá objetiva y no es otra
que la defensa del orden constitucional.
iv) Es indesistible: Una vez incoada la acción no opera el desistimiento de la misma por
el carácter público de su naturaleza, razón por el cuál el Iudex constitucional tiene el
deber de dar impulso oficioso una vez admitida la causa sin que su trámite dependa de
la diligencia o impulsión procesal del accionante.
Los actos legislativos se definen en el artículo 221 de la ley 5 de 199222 como normas
expedidas por el Congreso23 que tengan por objeto modificar, reformar, adicionar o derogar
los textos constitucionales. Los actos legislativos junto al referendo constitucional y la
asamblea nacional constituyente se erigen como los tres mecanismos previstos por la misma
Constitución (artículo 374) para ser reformada.
El artículo 241 superior (numeral 1), establece que el control sobre los actos legislativos
solo puede efectuarse por vicios de procedimiento en su formación. De esta disposición se
decanta del precedente constitucional en la materia dos elementos importantes respecto de su
alcance y comprensión:
a) En primer lugar, establece (por antonomasia) que dicho control no puede ser efectuado
por vicios sustanciales o de fondo, pues riñe con el ordenamiento jurídico hacer
control constitucional a una norma constitucional (como lo es un acto legislativo),
ya que prima facie todas las disposiciones constitucionales se encuentran dentro del
mismo grado de jerarquía y no puede predicarse la supremacía de una sobre la otra24.
Además, si se hiciera efectivo el control mediante la declaratoria de inexequibilidad,
se estaría creando un nuevo mecanismo de reforma constitucional no establecido en el
artículo 274 superior. Entorno a este tópico la alta Corporación ha sostenido:
La anterior precisión resulta necesaria por cuanto (en respeto a los principios
de separación de poderes, democracia material y prevalencia del derecho
sustancial sobre las formas, entre otros), no toda irregularidad en el trámite de
un proyecto de acto legislativo configura un vicio de procedimiento; por lo tanto,
resulta importante distinguirlo de figuras como la irregularidad irrelevante27, las
irregularidadesreglamentarias28 y las irregularidades subsanables29, todas ellas no
tendrían la entidad suficiente para llevar a una declaratoria de inexequibilidad.
24 Lo cual no quiere decir que no existan disposiciones constitucionales más relevantes que otras.
25 Corte Constitucional. Sentencia C-1040 de 2005. Magistrados Ponentes: Humberto Sierra Porto, Manuel
José Cepeda Espinosa, Rodrigo Escobar Gil, Marco Gerardo Monroy Cabra, Avaro Tafur Galvis y Clara Inés Vargas
Hernández.
26 Corte Constitucional. Sentencia C-816 de 2004. Magistrados Ponentes: Jaime Córdoba Triviño y Rodrigo
Uprimny Yepes.
27 Aquella “(…) que no vulnera ningún principio ni valor constitucional, y en especial no llega a afectar el proceso
de formación de la voluntad democrática en las cámaras, ni desconoce el contenido básico institucional diseñado por la
Carta. (…). Corte Constitucional. Sentencia C-737 de 2001. M.P. Eduardo Montealegre Lynett. Ejemplo de ello es el
incumplimiento del plazo que tienen los ponentes para presentar el informe.
28 Aquellas derivadas de disposiciones normativas distintas a las establecidas en la Constitución y la Ley 5 de
1992 o que siendo parte de las mismas no resulten sustanciales para el trámite legislativo. (Ver Sentencias C-551 de
2003 y C-1040 de 2005).
29 Aquellas que aunque se presentan fueron saneadas dentro del trámite legislativo. Algunas de ellas obligan a
la repetición de lo actuado y en otras no resulta necesario. Respecto del particular la Corte sostiene: “(…) Es posible
que habiéndose presentado una irregularidad, la misma se sanee durante el trámite legislativo, y por consiguiente no
da lugar a un vicio de procedimiento. Tal es el caso, por ejemplo, del aval presentado por los ministros a iniciativas
parlamentarias en materias reservadas a la iniciativa del gobierno. Tal hipótesis no requiere la repetición de lo actuado.
En otros casos el saneamiento puede darse repitiendo la actuación irregular, como sería el caso de si se inicia el debate
en plenaria en el día séptimo contado a partir de la aprobación del proyecto en la respectiva comisión y, al advertirse
QUIROGA NATALE, Edgar Andrés / DÍAZ SANABRIA, Catherine
La acción pública de inconstitucionalidad contra los actos legislativos en el ordenamiento jurídico colombiano 107
Nociones respecto de su origen, dimensión sustancial, test de sustitución y régimen procesal
a) La Constitución Política podrá ser reformada por el Congreso, por una Asamblea
Constituyente o por el pueblo mediante referendo (artículo 374). b) Podrán presentar
proyectos de acto legislativo el Gobierno, diez miembros del Congreso, el veinte por
ciento de los concejales o de los diputados y los ciudadanos en un número equivalente
al menos, al cinco por ciento del censo electoral vigente. El trámite del proyecto
tendrá lugar en dos períodos ordinarios y consecutivos. Aprobado en el primero de
ellos por la mayoría de los asistentes, el proyecto será publicado por el Gobierno. En
el segundo período la aprobación requerirá el voto de la mayoría de los miembros de
cada Cámara. En este segundo período sólo podrán debatirse iniciativas presentadas
en el primero. (artículo 375). c) Los Actos Legislativos, la convocatoria a referendo, la
consulta popular o el acto de convocación de la Asamblea Constituyente, sólo podrán
ser declarados inconstitucionales cuando se violen los requisitos establecidos en este
título. La acción pública contra estos actos sólo procederá dentro del año siguiente
a su promulgación, con observancia de lo dispuesto en el artículo 241 numeral 2.
(artículo 379).
ii) Las reglas especiales estipuladas en el capítulo VII, sección I del Reglamento del
Congreso tales como:
la irregularidad, se deja sin efectos lo actuado y el debate se reinicia nuevamente el día octavo. Es claro que de no
mediar el saneamiento, se estaría ante un vicio de procedimiento (…). Sentencia C-1040 de 2005.
30 Respecto de las mayorías decisorias, el artículo 117 de la ley 5 de 1992 establece: ““Las decisiones que se
adoptan a través de los diferentes modos de votación surten sus efectos en los términos constitucionales. La mayoría
requerida, establecido el quórum decisorio, es la siguiente: 1. Mayoría simple. Las decisiones se toman por la
mayoría de los votos de los asistentes. 2. Mayoría absoluta. La decisión es adoptada por la mayoría de los votos
de los integrantes. 3. Mayoría calificada. Las decisiones se toman por los dos tercios de los votos de los asistentes
o de los miembros. 4. Mayoría especial. Representada por las tres cuartas partes de los votos de los miembros o
integrantes. (negrilla y subrayado fuera de texto)”.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
108 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
En suma, los pasos o etapas para la expedición de un acto legislativo han sido
sistematizados por el precedente constitucional conforme a la interpretación integral de las
disposiciones constitucionales y orgánicas que rigen la materia así:
iii) Las reglas generales referidas al proceso legislativo ordinario que no sean incompatibles
con las regulaciones constitucionales, tendrán en el trámite legislativo constituyente plena
aplicación y vigencia. Por ejemplo, aquellas referidas al proceso de votación, quórum
aprobatorio42, trámite de las sesiones, proposiciones, etc.
A tenor del citado numeral 1 del artículo 241 superior, el control de los actos legislativos
debe circunscribirse a los vicios de procedimiento en su formación; no obstante, la Corte
Constitucional vía precedente43 (aplicando una interpretación sistemática44 de la Carta
Política), ha decantado que el conocimiento de la posible irregularidad en el trámite
parlamentario trae consigo el connatural examen de la competencia que el constituyente
derivado tiene sobre el poder de reforma, ya que esta habilitación es de mutación pero nunca
de sustitución; es decir, el Congreso está facultado para reformar pero no para reemplazar
la Constitución por otra, ya sea derogándola o modificando los elementos esenciales de su
naturaleza e identidad.
Sin embargo, no toda modificación, cambio o transformación que a través de los actos
legislativos se hace a la Carta Fundamental implica per se sustitución45, por lo tanto, se
introduce en la doctrina constitucional el concepto de “vicio competencial” para examinar
aquellos eventos en los cuáles podría el Congreso extralimitar sus poderes de reforma. Para
tal efecto, la Corte Constitucional decantó la metodología que se expone sucintamente a
continuación.
Para examinar el concepto y alcance del vicio competencial, el máximo Tribunal introdujo
el “test de sustitución”. Por medio de la sentencia C-551 de 200346 se hace una aproximación
42 Sobre el concepto de quórum y sus diferentes clases, el artículo 116 de la ley 5 de 1992 prevé: “El quórum es
el número mínimo de miembros asistentes que se requieren en las Corporaciones legislativas para poder deliberar o
decidir. Se presentan dos clases de quórum, a saber: 1. Quórum deliberatorio. Para deliberar sobre cualquier asunto
se requiere la presencia de por lo menos la cuarta parte de los miembros de la respectiva Corporación o Comisión
Permanente. 2. Quórum decisorio, que puede ser: - Ordinario. Las decisiones sólo podrán tomarse con la asistencia de
la mayoría de los integrantes de la respectiva Corporación, salvo que la Constitución determine un quórum diferente.
- Calificado. Las decisiones pueden adoptarse con la asistencia, al menos, de las dos terceras partes de los miembros
de la Corporación legislativa. - Especial. Las decisiones podrán tomarse con la asistencia de las tres cuartas partes de
los integrantes. PARÁGRAFO. Tratándose de sesiones conjuntas de las Comisiones Constitucionales Permanentes,
el quórum decisorio será el que se requiera para cada una de las Comisiones individualmente consideradas”.
43 Ver sentencias C-551 de 2003, C-1200 de 2003, C-970 de 2004, C-971 de 2004, C-1040 de 2005, C-141
de 2010, C-288 de 2012, C-1056 de 2012, C-053 de 2016, C-699 de 2016 y C-174 de 2017, entre otras.
44 Integrando al análisis del artículo 241 también lo preceptuado en los artículos 1, 114, 374 y 379 entre otros
45 “(…) En todo caso, asimilar sustitución a modificación implicaría petrificar toda la Constitución puesto
que una reforma constitucional, por definición, modifica la Constitución, la afecta y la contradice. El concepto de
sustitución alude a un fenómeno jurídico distinto consistente en que un elemento esencial definitorio de la identidad
de la Constitución es sustituido, o sea, remplazado por otro opuesto o integralmente diferente (…)”. Sentencia C-1040
de 2005. Magistrados Ponentes: Humberto Sierra Porto, Manuel José Cepeda Espinosa, Rodrigo Escobar Gil, Marco
Gerardo Monroy Cabra, Avaro Tafur Galvis y Clara Inés Vargas Hernández.
46 Por medio de la cual se hace la revisión de constitucionalidad de la Ley 796 de 2003, “Por la cual se convoca
un referendo y se somete a consideración del pueblo un proyecto de Reforma Constitucional”.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
110 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
“(…) a. Que el poder de reforma definido por la Constitución colombiana está sujeto
a límites competenciales. b) Que por virtud de esos límites competenciales el poder de
reforma puede reformar la constitución, pero no puede sustituirla por otra integralmente
distinta u opuesta. c) Que para establecer si una determinada reforma a la Constitución es,
en realidad, una sustitución de la misma, es preciso tener en cuenta los principios y valores
del ordenamiento constitucional que le dan su identidad. d) Que la Constitución no contiene
cláusulas pétreas ni principios intangibles y que, por consiguiente, todos sus preceptos son
susceptibles de reforma por el procedimiento previsto para ello. e) Que el poder de reforma
no puede, sin embargo, derogar, subvertir o sustituir en su integridad la Constitución. f) Que
sólo el constituyente primario tendría la posibilidad de producir una tal sustitución (…)”49.
En la sentencia C-970 de 200450 (reiterada por la C-971 del mismo año)51, la Corporación
introdujo la metodología para el ejercicio del control de constitucionalidad en relación con
cargos por sustitución de la Constitución, imbricando un test de corte silogista (por lo menos
desde su estructura) en donde se introduce el análisis de una premisa mayor, una premisa
mayor y la conclusión así52:
47 Aunque es preciso aclarar que las reglas vertidas en dicha providencia se generaron respecto del examen de
una ley que convocaba a un referendo y NO sobre un acto legislativo, sin embargo, dichas reglas fueron acuñadas
en posteriores sentencias (C-1200 de 2003, C-970 y C-971 de 2004 y C-1040 de 2005) las cuales propiamente si
examinaron la sustitución constitucional en el poder de reforma del Congreso a través de actos legislativos
48 “(…) Esta proyección de los problemas de competencia, tanto sobre los vicios de procedimiento como sobre
los vicios de contenido material, es clara, y por ello tanto la doctrina como la jurisprudencia han señalado, de manera
reiterada, que la competencia es un presupuesto ineludible del procedimiento, a tal punto que el procedimiento está
siempre viciado si el órgano que dicta un acto jurídico carece de competencia, por más de que su actuación, en lo que
al trámite se refiere, haya sido impecable. En tales circunstancias, no tendría sentido que la Constitución atribuyera a
la Corte el control de los vicios de procedimiento de las reformas constitucionales, pero la excluyera de verificar si los
órganos que adelantaron esa reforma tenían o no competencia para hacerlo, pues esa regulación lleva a una situación
inaceptable: así, ¿qué ocurriría si un órgano incompetente adelanta una reforma constitucional, pero con un trámite
impecable? ¿Debería la Corte Constitucional limitarse a considerar los trámites de la reforma, a pesar de la absoluta
invalidez de la reforma por carencia de competencia? ¿En qué quedaría su función de velar por “la guarda de la
integridad y supremacía de la Constitución” que le asignada el artículo 241 de la Carta? Esto muestra entonces que
si esta Corte no verifica la competencia del órgano que adelanta la reforma, no estaría verdaderamente controlando
que el procedimiento de aprobación de la reforma se hubiera hecho en debida forma (…)”. Sentencia C-551 de 2003.
49 Corte Constitucional. Sentencia C-551 de 2003. M.P. Eduardo Montealegre Lynett.
50 M.P. Rodrigo Escobar Gil y tuvo por objeto resolver la demanda del inciso segundo del artículo 4º transitorio
del Acto Legislativo No. 03 de 2002.
51 M.P. Manuel José Cepeda Espinosa y cuyo objeto fue el estudio de la demanda del parágrafo transitorio del
artículo 3º del Acto Legislativo No. 01 de 2003.
52 Tabla de fuente propia la cual incorpora las consideraciones 4.1, 4.2 y 4.3. de la Sentencia C-970 de 2004.
QUIROGA NATALE, Edgar Andrés / DÍAZ SANABRIA, Catherine
La acción pública de inconstitucionalidad contra los actos legislativos en el ordenamiento jurídico colombiano 111
Nociones respecto de su origen, dimensión sustancial, test de sustitución y régimen procesal
Enunciar aquellos aspectos definitorios de Procede luego el examen del Al contrastar las anteriores
la identidad de la Constitución que se acto acusado, para establecer premisas con el criterio de
supone han sido sustituidos por el acto cual es su alcance jurídico, en juzgamiento que se ha
reformatorio. relación con los elementos señalado por la Corte, esto es,
definitorios identificadores de la verificación de si la
Ello permite a la Corte establecer los la Constitución, a partir de las reforma reemplaza un
parámetros normativos aplicables al cuales se han aislado los elemento definitorio
examen de constitucionalidad del acto parámetros normativos del identificador de la
acusado. control. Constitución por otro
integralmente diferente, será
Se trata de un enunciado específico, que posible determinar si se ha
no se limita a plantear los aspectos que de incurrido o no en un vicio de
manera general tiene una determinada competencia.
institución en el constitucionalismo
contemporáneo, sino la manera particular
como un elemento definitorio ha sido
configurado en la Constitución
colombiana y que, por consiguiente, hace
parte de su identidad.
i) Enunciar con suma claridad iv) Establecer si ese elemento Una vez cumplida la carga
cuál es dicho elemento. esencial definitorio de la Constitución argumentativa desarrollada en los
de 1991 es irreductible a un artículo 5 pasos anteriores, la Corte,
ii) Señalar a partir de múltiples de la Constitución, - para así evitar procede a determinar si:
referentes normativos cuáles que éste sea transformado por la
son sus especificidades en la propia Corte en cláusula pétrea a vi) Dicho elemento esencial
Carta de 1991. partir de la cual efectúe un juicio de definitorio ha sido reemplazado
contradicción material-. por otro –no simplemente
(iii) Mostrar por qué es esencial modificado, afectado, vulnerado
y definitorio de la identidad de v) Verificar si la enunciación o contrariado-.
la Constitución integralmente analítica de dicho elemento esencial
considerada. definitorio no equivale a fijar límites (vii) Y si el nuevo elemento
materiales intocables por el poder de esencial definitorio es opuesto o
reforma, para así evitar que el juicio integralmente diferente, al punto
derive en un control de violación de que resulte incompatible con los
algo supuestamente intangible, lo elementos definitorios de la
cual no le compete a la Corte. identidad de la Constitución
anterior.
53 Magistrados Ponentes: Humberto Sierra Porto, Manuel José Cepeda Espinosa, Rodrigo Escobar Gil, Marco
Gerardo Monroy Cabra, Avaro Tafur Galvis y Clara Inés Vargas Hernández. Y que tuvo como objeto el estudio de la
demanda contra el Acto Legislativo No. 02 de 2004 (reelección del ex – presidente Álvaro Uribe). Esta providencia se
constituye en una sentencia Hito ya que ha sido la única (hasta la fecha) en donde la Corte declaro la inexequibilidad
por Sustitución de la Constitución respecto de unas facultades transitorias y residuales que el Congreso le había
otorgado al Consejo de Estado para reglamentar.
54 Tabla de fuente propia tomando apartes de la ratio decidendi de la sentencia C-1040 de 2005.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
112 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Resulta de valía reiterar que el test de sustitución es una técnica autónoma e independiente
a la empleada en los juicios de intangibilidad o de violación del contenido material de
la Constitución, algunas de las principales reglas ratio decidendi fijadas respecto a esta
distinción son55:
JUICIO DE JUICIO DE JUICIO DE SUSTITUCIÓN
INTANGIBILIDAD VIOLACIÓN DE
CONTENIDO
MATERIAL
55 Tabla de fuente propia tomando apartes de las reglas ratio fijadas en sentencias C-551 de 2003, C-970 de
2004 y C-1040 de 2005.
QUIROGA NATALE, Edgar Andrés / DÍAZ SANABRIA, Catherine
La acción pública de inconstitucionalidad contra los actos legislativos en el ordenamiento jurídico colombiano 113
Nociones respecto de su origen, dimensión sustancial, test de sustitución y régimen procesal
La metodología descrita para ejecutar el test de sustitución ha sido reiterada hasta la fecha
en varias providencias56 en donde se destaca la reciente sentencia C-699 de 2016 mediante la
cual se analizó la demanda presentada contra el Acto Legislativo No. 1 de 201657 “por medio
del cual se establecen instrumentos jurídicos para facilitar y asegurar la implementación y
el desarrollo normativo del acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción
de una paz estable y duradera”, así como la sentencia C-174 de 201758 que analiza la
constitucionalidad del Decreto Ley 121 de 2017 por el cual el Presidente de la República
hace ejercicio de las facultades conferidas por el artículo 2 del acto legislativo No. 1 de 2016.
3. RÉGIMEN PROCESAL
i) Ser persona natural. Ya que por su naturaleza (pública y política), no resulta procedente
su ejercicio por parte de personas jurídicas.
ii) Ser nacional colombiano. Lo cual por antonomasia excluye que dicha acción pueda
ser presentada por extranjeros aún bajo su condición de residentes.
iii) Tener ciudadanía en ejercicio. Por lo tanto, se requiere ser mayor de 18 años, y no
haber perdido completamente del ejercicio de los derechos políticos (por ejemplo, en
caso de la renuncia a la nacionalidad colombiana).
201562 en donde estableció que los ciudadanos colombianos privados de su libertad (aún con
condena ejecutoriada) si pueden interponer acciones públicas de inconstitucionalidad y que
si bien es cierto por su condición algunos derechos políticos se encontrarían temporalmente
restringidos (por ejemplo el derecho a ser elegido en un cargo público), también es igual
de cierto que dicha restricción resulta desproporcionada cuando se extiende a ámbitos de
ejercicio de los derechos políticos que se encuentran inescindiblemente conectados con
esferas iusfundamentales como lo es el acceso a la administración de justicia.
La Jurisdicción respecto de la cual se ejerce la acción es para todos los casos la Jurisdicción
Constitucional, y la competencia para conocer las demandas de inconstitucionalidad en
contra de las leyes (o normas con fuerza material de ley) así como de las promovidas frente
a los actos legislativos recae funcionalmente en la Corte Constitucional tal y como lo prevé
el artículo 241 superior.
3.4. Caducidad
“(…) Si bien la jurisprudencia ha precisado que los vicios de un acto pueden clasificarse
en: vicios de competencia, vicios de forma y vicios de fondo, en la Constitución de 1991 existe
una cláusula de caducidad de las acciones públicas de inconstitucionalidad, cuando en ellas
se plantea un cargo por vicios de forma en la expedición del acto demandado, preceptuándose
que: “[l]as acciones por vicios de forma caducan en el término de un año, contado desde la
publicación del respectivo acto”, y por lo tanto la caducidad, no pesa sobre las acciones de
inconstitucionalidad que plantean vicios de fondo, ni sobre las que se sustentan en un vicio de
competencia, esto es, cuando se impugna la constitucionalidad de una norma, bajo el cargo
de haberse expedido por un órgano incompetente. (…)
Cuando la acusación por incompetencia del órgano se hace valer contra actos legislativos,
por expresa y especial disposición constitucional, debe declararse la caducidad de la acción si se
presenta después de pasado un año desde la promulgación del acto. En este caso, la caducidad
opera por expreso mandato del artículo 379, que dice: [l]a acción pública contra estos actos sólo
procederá dentro del año siguiente a su promulgación, con observancia de lo dispuesto en el
artículo 241 numeral 2°. La caducidad cobija todos los vicios - tanto los vicios de forma como
los vicios de competencia - para el caso de las reformas constitucionales.(…)”63
“(…) La norma constitucional es muy clara en indicar que las acciones por vicio de
forma caducan en el término de un año, contado desde la publicación del respectivo acto.
Este término no puede ser interpretado con base en las normas legales atinentes a plazos
que se señalen en las leyes y actos oficiales, sino que debe ser aplicado de acuerdo con las
especificidades características del procedimiento constitucional, el cual está regulado por
normas superiores que fijan plazos de orden público. El texto constitucional fija un término
perentorio para instaurar la acción de inconstitucionalidad por vicios de forma, de tal manera
que una vez transcurrido ese plazo ya no es posible demandar la inconstitucionalidad de una
norma por este motivo. El Constituyente determinó que los debates constitucionales acerca
de la manera en que se aprobaron las normas debían clausurarse en un término máximo e
improrrogable muy preciso para que se pudiera demandar una norma por vicios de forma,
con lo cual le concedió prevalencia en este punto al principio de la seguridad jurídica (…)64
De las reglas precedente en cita se puede discernir que las acciones de inconstitucionalidad
promovidas en contra de las leyes (o normas con fuerza material de ley) en donde se atacan
por vicios de fondo no tienen término de caducidad; no obstante, aquellas promovidas en
contra de los actos legislativos y las leyes65 por vicios de forma o de procedimiento (en donde
se incluyen los cargos de sustitución), caducan en el término de un año contado desde la
publicación del respectivo acto (artículo 242.3 y 379 constitucionales).
63 Corte Constitucional. Sentencia C-1120 de 2008. M.P. Manuel José Cepeda Espinosa.
64 Corte Constitucional. Sentencia C-801 de 2008. M.P. Manuel José Cepeda Espinosa.
65 O normas con fuerza material de ley.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
116 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
iii) Las razones por las cuales dichos textos se estiman violados.
iv) Cuando fuere el caso, el señalamiento del trámite impuesto por la Constitución para
la expedición del acto demandado y la forma en que fue quebrantado.
Respecto del requisito de dar cuenta de las razones de violación de la norma que se
demanda, la Corte Constitucional a partir de la sentencia C-1052 de 200166 introdujo unas
CLARIDAD CERTEZA ESPECIFICIDAD PERTINENCIA SUFICIENCIA
exigencias argumentales que el demandante debe satisfacer como requisito formal sine
quanon para la procedencia de los cargos de inconstitucionalidad, las cuales son a saber67:
Esta exigencia se hace para evitar que a través del ataque vía sustitución se termine
realizando un juicio material o de fondo, lo cual riñe con la misma competencia funcional
que tiene la Corte frente a esta clase de actos. En punto de discusión ha dicho la Corte:
“(…) Por su parte, la llamada precisión conceptual sobre el juicio de sustitución alude a
la ya comentada circunstancia según la cual este análisis debe diferenciarse plenamente de
un control material sobre el contenido del acto reformatorio, pues como es evidente, la Corte
no puede ejercer en estos casos un control de esta naturaleza, por al menos dos razones, una
de orden práctico y otra de carácter jurídico. La primera de ellas tiene que ver con la real
imposibilidad de adelantar ese tipo de control, pues contrario a lo que ocurre cuando a través de
esta acción se cuestiona un texto de carácter legal, en el caso de las reformas constitucionales
un control material supondría la confrontación de dos normas que en realidad tienen un
mismo nivel jerárquico-normativo, lo que de suyo resulta imposible, además de que, como
ya se mencionó, los contenidos del acto reformatorio serían por definición distintos y en tal
67 Tabla de fuente propia tomando como referentes algunas reglas ratio decidendi de las sentencias C-1052 de
2001, C-539 de 2011 y los comentarios que respecto de las misma hizo Manuel Fernando Quinche en su obra “Acción
de inconstitucionalidad” páginas 156 a 158.
68 M.P. Luis Ernesto Vargas Silva.
69 M.P. Nilson Pinilla Pinilla.
70 Sentencia C-288 de 2012.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
118 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
medida opuestos a los del precedente texto constitucional. La segunda razón, de carácter
jurídico, es el hecho de que el artículo 241 expresamente excluye la posibilidad de control
material por parte de esta corporación sobre las reformas constitucionales, al restringir ese
análisis a los posibles vicios de procedimiento en su formación (…)”71.
Es posible acumular demandas que versen parcial o totalmente respecto de las normas
que se enjuician. Una vez recibida la demanda por el magistrado sustanciador, éste deberá
realizar el respectivo control de procedibilidad sobre la misma para lo cual cuenta con un
término de 10 días hábiles72.
i) Admitir la demanda. Cuando esta cumpla con todos los requisitos establecidos en el
artículo segundo de la norma en cita y además se haya satisfecho la carga argumental
respecto del concepto de la violación.
Conforme lo establece el artículo 7 del decreto en comento, una vez admitida la demanda,
se ordena correr traslado de la misma por 30 días al Procurador General de la Nación para que
este rinda concepto. Concomitante a ello, se ordena fijar en lista las normas acusadas por el
término de 10 días hábiles para que cualquier ciudadano las impugne o defienda.
Conforme lo prevé el artículo 10 del decreto 2067, cuando sea necesario para el
conocimiento de los trámites que antecedieron al acto enjuiciado o para establecer hechos
relevantes para adoptar la decisión, se podrá decretar las pruebas (en el auto admisorio) que
se estimen conducentes las cuales deberán ser practicadas dentro de los 10 días siguientes a
la notificación de la admisión. Para tal efecto la práctica de las pruebas podrá ser delegada en
un magistrado auxiliar.
75 En los eventos contemplados en los literales b) y c), la Corte podrá diferir la decisión sobre estos asuntos
para la sentencia.
76 Según lo estipula el artículo 50 del decreto 2067 de 1991.
77 Si es su deseo.
78 Conforme lo establece el artículo 244 constitucional.
79 Hasta 10 días antes del vencimiento del término para decidir.
80 Por sí mismo o mediante apoderado.
81Con el objeto de contribuir al esclarecimiento de un punto concreto de naturaleza constitucional.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
120 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
De igual manera, el magistrado ponente podrá invitar a expertos en las materias que se
debaten así como a organizaciones privadas y entidades públicas a que rindan concepto por
escrito sobre puntos importantes para la toma de la decisión. La Corte en sesión (por mayoría
absoluta), podrá decidir citar a dichos invitados para que intervengan en la audiencia pública
antes referida.
“(…) Ahora bien, es preciso aclarar que este Tribunal ha reconocido que el control de
constitucionalidad que se adelanta contra los Actos Legislativos por vicios de procedimiento
en su formación (C.P. art. 241-1 y 379), tiene un carácter rogado, por virtud del cual la
competencia que le asiste a la Corte para llevar a cabo el citado juicio de inconstitucionalidad,
se restringe a los cargos efectivamente formulados por los accionantes. Así las cosas, en
tratándose de Actos Legislativos, este Tribunal carece por completo de cualquier atribución
oficiosa de control constitucional, siendo su deber estarse a las acusaciones que formal y
materialmente cumplan con las condiciones de admisibilidad establecidas en la Constitución
y en el Decreto 2067 de 1991 (…)”82
3.6.4. Fallo
Una vez vencido el término anterior, la Corte dispone de 60 días hábiles para adoptar
la decisión. Entre la presentación del proyecto de fallo y su deliberación, deberá transcurrir
por lo menos 5 días hábiles. La anterior exigencia será relevada cuando: i) se trate de decidir
objeciones a proyectos de ley o, ii) se trate de casos de urgencia nacional83.
Por explícita estipulación contenida en el artículo 49 del decreto 2067 de 2001, contra
las sentencias de la Corte Constitucional no procede recurso alguno. No obstante, el inciso
segundo de la norma en cita prevé la posibilidad de proponer la nulidad de los procesos ante
la Corte Constitucional en los siguientes términos:
82 Corte Constitucional. Sentencia C-1040 de 2005. Magistrados Ponentes: Humberto Sierra Porto, Manuel
José Cepeda Espinosa, Rodrigo Escobar Gil, Marco Gerardo Monroy Cabra, Avaro Tafur Galvis y Clara Inés Vargas
Hernández.
83 Artículos 8 y 9 del decreto en cita.
QUIROGA NATALE, Edgar Andrés / DÍAZ SANABRIA, Catherine
La acción pública de inconstitucionalidad contra los actos legislativos en el ordenamiento jurídico colombiano 121
Nociones respecto de su origen, dimensión sustancial, test de sustitución y régimen procesal
“La nulidad de los procesos ante la Corte Constitucional sólo podrá ser alegada antes
de proferido el fallo. Sólo las irregularidades que impliquen violación del debido proceso
podrán servir de base para que el Pleno de la Corte anule el Proceso.”
“(…) No puede olvidarse que el juez al dictar la sentencia no solamente tiene que
observar las formas procesales consagradas en la ley, sino cumplir la Constitución. Y si es la
misma Constitución la que expresamente manda respetar la cosa juzgada constitucional, una
sentencia que sea contraria a ésta, rompe la armonía del orden jurídico, pues contradice la
propia Constitución. En este caso, como se ha dicho, el desconocimiento de la cosa juzgada
constitucional ha implicado la violación del debido proceso, y la consecuente nulidad de la
sentencia. Pero, se pregunta: Ante el texto expreso del artículo 49 del decreto 2067 de 1991,
según el cual “La nulidad de los procesos ante la Corte Constitucional sólo podrá ser alegada
antes de proferido el fallo”, ¿es admisible alegar la nulidad de la sentencia después de dictada
ésta, basándose en hechos o motivos ocurridos en la misma sentencia? La respuesta no
requiere complicadas lucubraciones. El mismo inciso segundo del artículo 49 citado, continúa
diciendo: “ Sólo las irregularidades que impliquen violación del debido proceso podrán servir
de base para que el Pleno de la Corte anule el proceso.” A la luz de esta disposición, es
posible concluír: a). La Sala Plena es competente para declarar nulo todo el proceso o parte
de él. Pues, según el principio procesal universalmente aceptado, la nulidad de un proceso
sólo comprende lo actuado con posterioridad al momento en que se presentó la causal que
la origina. b). Como la violación del procedimiento, es decir, del debido proceso, sólo se
presentó en la sentencia, al dictar ésta, la nulidad comprende solamente la misma sentencia.
Y, por lo mismo, únicamente podía ser alegada con posterioridad a ésta, como ocurrió. Nadie
podría sostener lógicamente que la nulidad de la sentencia por hechos ocurridos en ésta,
pudiera alegarse antes de dictarla. Lo anterior no significa, en manera alguna, que exista
un recurso contra las sentencias que dictan las Salas de Revisión. No, lo que sucede es que,
de conformidad con el artículo 49 mencionado, la Sala Plena tiene el deber de declarar las
nulidades que se presenten en cualquier etapa del proceso. Y la sentencia es una de ellas
(…)”86.
84 Reiterada en Autos 05 de 1997 M.P. Carlos Gaviria Díaz, A-062 de 2000. M.P. José Gregorio Hernández,
A-091 de 2000 M.P. Antonio Barrera Carbonell. A-360 de 2006 M.P. Clara Inés Vargas Hernández, A-281 de 2010
M.P. Gabriel Eduardo Mendoza Martelo, A-155 de 2013 M.P. Gabriel Eduardo Mendoza Martelo. Auto 241 de 2015.
M.P. María Victoria Calle Correa y A-020 de 2017 M.P. Gabriel Eduardo Mendoza Martelo, entre otras.
85 Pues de una herméutica restringida del artículo 49 del decreto 2067 se concluiría lo contrario.
86 Auto 08 de 1993. M.P. Jorge Arango Mejía.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
122 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
“(…) Con todo, por razones de seguridad jurídica y de certeza ante el derecho, se ha
considerado que la declaratoria de nulidad de una sentencia de la Corte reviste características
particulares, puesto que “se trata de situaciones jurídicas especialísimas y excepcionales,
que tan sólo pueden provocar la nulidad del proceso cuando los fundamentos expuestos por
quien la alega muestran, de manera indudable y cierta, que las reglas procesales aplicables a
los procesos constitucionales, que no son otras que las previstas en los decretos 2067 y 2591
de 1991, han sido quebrantadas, con notoria y flagrante vulneración del debido proceso. Ella
tiene que ser significativa y trascendental, en cuanto a la decisión adoptada, es decir, debe
tener unas repercusiones sustanciales, para que la petición de nulidad pueda prosperar(…)”87
“Sobre las nulidades. Una vez presentada oportunamente una solicitud de nulidad y previa
comunicación a los interesados, la misma deberá ser resuelta por la Sala Plena de acuerdo con
las siguientes reglas: a. Si la nulidad se invoca con anterioridad a la sentencia, la misma podrá
ser decidida en dicha providencia o en un auto separado. Si la nulidad se refiere a aspectos
meramente de trámite se resolverá en auto. En este último caso, la decisión se adoptará en
los quince días siguientes al envío de la solicitud al magistrado ponente por la Secretaría
General. b. Si la nulidad se invoca con respecto a la sentencia, la misma será decidida en
auto separado, en el término máximo de tres meses, contado desde el envío de la solicitud
al magistrado ponente por la Secretaría General. Sin perjuicio de lo anterior, el proyecto se
deberá registrar por lo menos quince días antes de su vencimiento”.
“(…) Si bien el referido artículo 49 del Decreto 2067 de 1991 establece que “contra las
sentencias de la Corte Constitucional no procede recurso alguno” y que las nulidades de los
procesos ante esta Corte solo podrán alegarse antes de proferido el fallo, “por violación al
debido proceso”, esta corporación viene aceptando la posibilidad de que se solicite nulidad
de las sentencias de revisión de tutela con posterioridad a su pronunciamiento, siempre que
la irregularidad alegada surja de la misma sentencia (…)”.88
i) Aunque si bien es cierto, la solicitud de nulidad solo era procedente respecto de las
irregularidades durante el trámite del proceso conforme lo establece el citado artículo
49 del decreto 2067 de 1991, también es igual de cierto que la Corporación mediante
consolidada doctrina estableció reglas precedentes que permitieron estudiar la nulidad
87 Auto A-033 de 1995 M. P. José Gregorio Hernández Galindo, muchas veces reiterado.
88 Auto 020 de 2017. M.P. Gabriel Eduardo Mendoza Martelo.
QUIROGA NATALE, Edgar Andrés / DÍAZ SANABRIA, Catherine
La acción pública de inconstitucionalidad contra los actos legislativos en el ordenamiento jurídico colombiano 123
Nociones respecto de su origen, dimensión sustancial, test de sustitución y régimen procesal
de sus propios fallos, posición que actualmente fue vertida en el artículo 106 de su
reglamento interno.
89 Resulta tan excepcional (sobre todo en fallos de constitucionalidad) que en aproximadamente 25 años de
tareas de la Corte se han producido muy pocas declaratorias de nulidad de sus fallos. Al respecto refiere Quinche:
“Como casos específicos de declaratorias de nulidad sobre sentencias de constitucionalidad pueden mencionarse el
Auto 091 de 2000, que declaró la nulidad de la sentencia C-993 de 2000 (Ambas decisiones tuvieron como ponente
al Magistrado Antonio Barrera Carbonell) por contrariedad manifiesta entre la parte motiva y la parte resolutiva
del fallo; y el Auto 062 de 2000, que declaró la nulidad de la sentencia C-642 DE 2000 (ambas decisiones tuvieron
como ponente al Magistrado José Gregorio Hernández), por haberse tomado la decisión por mayoría relativa y no
absoluta, como debió ser.” QUINCHE Ramírez, Manuel Fernando. “La acción de inconstitucionalidad”. Ed. Ibañez,
Bogotá, 2016, páginas 205 y 206.
90 Las reglas indicadas en los numerales iv) y v) fueron vertidas en la ratio decidendi del Auto 155 de 2013.
CAPÍTULO V
1. INTRODUCCIÓN
* Magistrado de la Jurisdicción Especial para la Paz en Colombia “JEP”. Profesor investigador con publicaciones
en Colombia, Ecuador y México sobre temas de derechos humanos, derecho internacional humanitario, derecho penal
internacional y derecho constitucional. Profesor en varias universidades colombianas e invitado en Ecuador, México,
Panamá y España. alejandro.ramelli70@gmail.com.
1 Corte Suprema de los Estados Unidos, asunto Dred Scott vs. Sandford, sentencia del 6 de marzo de 1857, 60,
U.S., 393, 1857.
2 Amar, Akhl, America’s Constitution: A biography, Nueva York, Random House, 2006, p. 332.
3 Corte Suprema de la India, asunto Kesavaranda Bharati vs. State of Kerala, sentencia del 24 de abril de 1973,
(1973) 4 SCC 225.
4 Vicente Benítez Rojas, Constitución popular, no judicial. Una teoría democrática del control de constitucionalidad
de las reformas a la Constitución en Colombia, Bogotá, Edits. Temis-Universidad de La Sabana, 2014, p. 2.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
126 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
En el año 2008, la Corte Constitucional de Turquía anuló una enmienda a la Carta Política
de 1982, mediante la cual se introducían algunas modificaciones a dos cláusulas de derechos
fundamentales: los artículos 10 (igualdad ante la ley) y 42 (derecho a la educación). El
fundamento de la decisión fue: desconocimiento del principio esencial de República laica5.
Los defensores del principio democrático sostienen que los autores de un Texto
Fundamental no pueden amarrar ad infinitum a las generaciones futuras. En palabras de
Thomas Jefferson: “la tierra pertenece a las generaciones vivientes” (the earth belongs
to the living), y por ende, “es absurdo que los muertos puedan, mediante la Constitución,
imponer su voluntad a los vivos”, reflexiones que quedaron consignadas en el artículo 28 de
la Constitución francesa de 1793: “un pueblo tiene siempre el derecho a revisar, reformar y
cambiar su Constitución. Una generación no puede someter a las generaciones futuras”.6
Desde esta perspectiva, los diversos mecanismos que prevén las Constituciones actuales
para su reforma, aseguran que ciertos grupos políticos puedan canalizar, por medios pacíficos,
sus aspiraciones ideológicas. Las denominadas cláusulas pétreas carecerían de sentido, por
cuanto las mayorías terminarían por acudir a vías no institucionales, con miras a modificar,
corregir o actualizar un modelo constitucional vigente8. Adicionalmente, dicha Carta Política
no resultaría ser verdaderamente democrática, “puesto que aunque formalmente se exprese
que la soberanía está en el pueblo, se impide su reforma mediante canales institucionales
democráticos como el Congreso”.9
5 Ibrahim Kaboglu, “Le contrôle jurisdictionnel des amendements constitutionnels en Turquie”, Les cahiers du
Constitutionnel, París, 2009, p. 39.
6 Gonzalo Ramírez Cleves, Los límites a la reforma constitucional y las garantías-límites del poder constituyente:
los derechos fundamentales como paradigma, Bogotá, Universidad Externado de Colombia, 2003, p. 44.
7 Alexander Hamilton, James Madison y John Jay, El Federalista, México, Fondo de Cultura Económica, 1994.
8 B. Ackerman, Constitucional Politics. Constitutional Law, The Yale Law Journal, núm. 99, 1989.
9 Vicente Benítez, Jueces y democracia: entre Ulises y los cantos de sirenas, Revista de la Facultad de Derecho
y Ciencias Políticas, 2012.
RAMELLI ARTEAGA, Alejandro
El control judicial de las reformas constitucionales: tensiones entre el principio democrático y la garantía de los derechos fundamentales 127
Autores como Elster11 comparan los referidos límites al clásico mito de Ulises: el pueblo,
ante la incertidumbre del futuro, decide “atarse al mástil”, y preservar los elementos básicos
de un Estado Social de Derecho, ante las envestidas de las mayorías. En este símil, los
Tribunales Constituciones juegan el papel de marineros, evitando que su capitán se desate y
conduzca la nave del Estado hacia el abismo.
Uno de los mayores retos que ha asumido la Corte en la configuración del control de
constitucionalidad por vicios de competencia en materia de enmiendas a la Carta Política ha
sido justificar la existencia de tal atribución.
10 Según el artículo 139 de la Constitución italiana: “La forma republicana no puede ser objeto de revisión
constitucional”.
11 J. Elster, Ulises y las sirenas, Estudios sobre racionalidad, precompromiso y restricciones, Barcelona, Fondo
de Cultura Económica, 1989.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
128 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Congreso de la República había excedido sus competencias al momento de aprobar una ley
que hacía parte de un proceso de reforma a la Carta Política, es decir, no se limitó, como
antaño, a verificar la validez del procedimiento surtido por el texto normativo sometido a su
examen.
El punto de partida del análisis del juez constitucional fue la clásica diferencia, creada
en su momento por Sieyes, entre poderes constituyentes originario y derivado. Así, mientras
el primero no está sujeto a límites jurídicos, y comporta, por encima de todo, un ejercicio
pleno del poder político de los asociados, el segundo se refiere a la capacidad que tienen
ciertos órganos del Estado, en ocasiones con la consulta a la ciudadanía, para modificar una
Constitución existente, pero dentro de los cauces determinados por ella.
Una de las razones que explican tal grado de dificultad estriba en las numerosas, y en
ocasiones profundas, enmiendas que ha conocido el actual Texto Fundamental. A la fecha,
han sido adoptadas un total de cuarenta (40) reformas constitucionales (ver cuadro anexo):
Serie 1
RAMELLI ARTEAGA, Alejandro
El control judicial de las reformas constitucionales: tensiones entre el principio democrático y la garantía de los derechos fundamentales 129
Del total de cuarenta (40) reformas constitucionales, ocho (8) afectan directamente
cláusulas de derechos fundamentales, es decir, cerca de una cuarta parte. Tales enmiendas
han introducido ajusten, de mayor o menor calado, en temas tales como: extradición de
nacionales, límites al derecho a la propiedad privada, régimen pensional, sostenibilidad fiscal
y protección de los derechos económicos, sociales y culturales, incorporación del Estatuto de
Roma de la Corte Penal Internacional, entre otros.
Por el contrario, el grueso de las modificaciones a la Carta Política de 1991 versa sobre
temas de estructura y funcionamiento del Estado: ordenamiento territorial, sistema político,
reelección presidencial, función pública y sistema penal acusatorio, principalmente.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
130 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Una vez identificado un “eje definitorio” se deben concretar sus contenidos y alcances,
lo cual implica desentrañar sus elementos definitorios, actividad que resulta compleja, por
cuanto aquéllos suelen presentar una estructura de principio y no de regla. En otras palabras,
no se trata de normas que prevean un supuesto fáctico y una consecuencia jurídica, sino
de mandatos de optimización. De allí que sus contornos suelan ser imprecisos, abiertos,
abstractos, debiendo ser precisados recurriendo a distintas técnicas: origen y evolución
histórica del principio, aportes del derecho comparado, antecedentes de los debates en la
Asamblea Nacional Constituyente, instrumentos internacionales que hacen parte del bloque
de constitucionalidad, entre otros.
En otros países, como en Italia, la Corte Constitucional jamás ha elaborado una lista cerrada
o definitiva de aquellos principios que considera “supremos”, y por ende, inmodificables.
Con todo, ha calificado como fundamentales, los siguientes: unidad de jurisdicción del
Estado (fallo número 30 de 1971); derecho a la protección constitucional (fallos números 98
de 1965, 232 de 1989 y 349 de 2007); carácter laico del Estado (fallos números 203 de 1989,
259 de 1990, 13 de 1991, 421 de 1993 y 508 de 2000); el principio democrático (fallo número
30 de 1971); y la protección de los derechos inalienables (fallos números 183 de 1973, 170
de 1984, 232 de 1989, 73 de 2001, 348 de 2007 y 454 de 2006).12
4. EL TEST DE SUSTITUCIÓN
12 Massimo Luciani, “Le contrôle de constitutionnalité des lois constitutionnelles en Italie”, Les cahiers du
Constitutionnel, París, 2009, p. 27.
13 Pedro de Vega, La reforma constitucional y la problemática del poder constituyente, Madrid, Tecnos, 1985.
RAMELLI ARTEAGA, Alejandro
El control judicial de las reformas constitucionales: tensiones entre el principio democrático y la garantía de los derechos fundamentales 131
En Sentencia C- 303 de 2010, con ocasión del examen de una demanda de inconstitucionalidad
contra la Reforma Política de 2009, la Corte hizo una acotación importante: no toda enmienda
de la Constitución, por profunda que sea, configura necesariamente una sustitución de la
misma. De igual manera, se concretaron los tres componentes básicos del test de sustitución:
Una premisa meno, conformada por la interpretación que la Corte realice del contenido y
alcance del acto reformatorio acusado.
Finalmente, una conclusión, que resulta de confrontar la premisa menor con la mayor,
lo cual se traduce en la adopción de un fallo de exequibilidad simple, condicionada o
inexequibilidad.
5. CONCLUSIONES
Cuarta: la vía por la cual la Corte asume el conocimiento de la validez de una reforma
constitucional –salvo el caso de los referendos constitucionales- ofrece no pocas dificultades
e incertidumbres. Por tratarse de un control rogado, y no automático, sólo puede asumir
competencia cuando un ciudadano, actuando dentro del año siguiente a la expedición de
la enmienda constitucional, logre configurar uno o varios cargos de inconstitucionalidad
por sustitución de la Constitución, lo cual exige un grado de conocimiento amplio de la
jurisprudencia de la Corte. En otras palabras, difícilmente un ciudadano lego en la materia,
puede acceder a la justicia constitucional.
Constitucional14 salvaron sus votos en relación con el Auto número 368 del 26 de agosto de
2015, mediante el cual se determinó la inviabilidad de decretar la suspensión provisional
de la aplicación de los artículos 14, 15, 16, 17, 18 y 19 del Acto Legislativo 2 de 2015.
Para los disidentes, la Corte sí cuenta con dicha competencia, la cual debe ser ejercida de
forma excepcional (principio del self restraint), con fundamento en lo siguiente: (i) se trata
de un corolario de la competencia de la Corte para conocer sobre vicios de competencia en
materia de reformas constitucionales; (ii) configura una aplicación de la teoría de los poderes
implícitos; y (iii) existen algunos ejemplos similares en el derecho comparado.
1. INTRODUCCIÓN
Creo que para hacer funcionar correctamente una democrácia también concurre un
eficiente sistema de justicia electoral; este axioma aparece todavía más convincente teniendo
en cuenta el actual momento político-institucional italiano, una fase (por cierto muy larga)
agitada por ásperas tensiones entre los niveles institucionales y por irreconciliables conflictos
entre las fuerzas políticas.
Y precisamente, con el fin de vislumbrar un mejor horizonte, no contribuyen para nada los
mecanismos muy enredados de justicia electoral.
en números cada vez màs pequeños, visto que la tendencias electorales de los últimos años
celebran “lo de la abstención” como el primer partido).
Para hacer más complicada la situación, se observa que en Italia existen seis sistemas
electorales – a menudo muy diferentes entre ellos – para elegir al Parlamento Europeo,
a la Cámara de Diputados, al Senado de la República, a los Consejos Regionales1, a los
Ayuntamientos de más de quince mil habitantes y a los Ayuntamientos que están por debajo
de este límite.
El eje principal alrededor del cual se desarrollará la presente reflexión no serà representado
por los temas más tipicos del derecho electoral, como es el tema de los limites al acceso a los
cargos electivos, así como el tema más general de la “calidad” – bajo el perfil subjetivo – de
las listas electorales; la vía principal se articulará a lo largo de un análisis acerca del nuevo y
para ciertos versos desconocido papel desempeñado por el Juez Constitucional en orden a la
definición de los sistemas electorales.
1 Sin considerar aquellas Regiones con estatuto ordinario que han dado su propia legislación electoral,
implementando las disposiciones del art. 122, primer párrafo, de la Constitución: «El sistema de elección y los casos
de inelegibilidad y de incompatibilidad del Presidente y de los demás componentes de la Junta regional, así como de
los concejales regionales, se regulan por la ley de la Región, dentro de los principios fundamentales establecidos por
una ley de la República, que establece asimismo la duración de las órganos electivos». Cada Región también adopta
un estatuto que determina la forma de gobierno y los principios fundamentales de organización y funcionamiento
(art. 123 Const.). En las Regiones que no han adoptado su propia ley electoral (Liguria, Emilia-Romagna, Basilicata,
Molise y Piemonte), el sistema electoral se rige por la legislación nacional, un complejo de normas cuyo núcleo
fundamental está constituido por la l. n. 108/1968, la l. n. 43/1995, el art. 5 de la l. const. n. 1/1999 y finalmente la l.
n. 165/2004, que establece los principios a los que debe cumplir el poder legislativo de la Región en materia electoral.
Se han dado su propia ley electoral Abruzzo, Calabria, Campania, Lombardia, Marche, Puglia, Umbria y Toscana.
FAMIGLIETTI, Gianluca
El control de constitucionalidad sobre las leyes electorales 137
la posibilidad para los partidos políticos de designar candidatos propios «a fin de garantizar
mejor la realización de aquellas líneas programáticas que estos presentan a la elección del
cuerpo electoral», y por esto también la libertad de «indicar el orden de presentación de las
candidaturas», siempre que el elector permanezca «libre y garantizado en su manifestación
de voluntad, sea en la elección de la agrupación que concurre a las elecciones, sea en el votar
por este o aquel candidato incluido en la lista electoral, a través el voto de preferencia»,
resultando de otra manera comprometida «la libertad de voto del ciudadano».
Frente a aquellas ocasionales indicaciones, en los últimos años se debe en cambio notar
un cierto activismo de parte de la Corte Constitucional en hacer pronunciamientos en relación
a la legitimidad constitucional de las leyes electorales.
Esta reciente “tendencia electoral”, que ha culminado con la sent. n. 1/2014 que ha
declarado la inconstitucionalidad de algunas disposiciones fundamentales de la ley electoral
por el Parlamento Nacional (l. n. 270/2005) y sobre la cual volveremos en un rato, comenzó
hace una década en la temporada de los referendum electorales, con las sentencias nn. 15, 16
y 17 del año 2008.
Con estas tres decisiones la Corte – en el ámbito del juicio sobre la admisibilidad de
las peticiones de referéndum derogatorios de leyes o partes de leyes (art. 75 Const. y l. n.
352/19702) – admitió tres peticiones referendarias sobre la misma ley electoral del 2005: las
primeras dos peticiones querían derogar todas las normas que preveían la posibilidad para
las listas concurrentes a las elecciones de la Cámara de los Diputados y del Senado de unirse
entre ellas y, en consecuencia, adquirir el premio de gobernabilidad (o premio de mayoría);
con la tercera petición se quería la derogación de las candidaturas múltiples a las elecciones
de la Camara de los Diputados, es decir la posibilidad que el mismo sujeto pudiese candidarse
en más de un distrito electoral, elegiendo tras las elecciones donde resultar ganador, dejando
así la plaza libre a los segundos no-elegidos en los demás distritos.
2 Según el art. 75: «Se convocará un referéndum popular para decidir sobre la derogación total o parcial de una
ley o de un acto con fuerza de ley cuando así lo citaran quinientos mil electores o cinco Consejos regionales. No se
admitirá el referéndum para las leyes tributarias y presupuestarias, de amnistía y de indulto, ni de autorización para la
ratificación de tratados internacionales. Tendrán derecho a participar en el referéndum todos los ciudadanos llamados
a elegir la Cámara de los Diputados. La propuesta sometida a referéndum será aprobada si hubiera participado en su
votación la mayoría de quienes tengan derecho y si se alcanzara la mayoría de los votos válidamente emitidos. La
ley determinará las modalidades de aplicación del referéndum». La ley a la que hace referencia el último apartado
de la disposición constitucional fue por cierto la ley n. 352 del año 1970, cuya aprobación hizo finalmente posible
la celebración de los primeros referéndum, entre otras cosas asignando a la Corte Constitucional el juicio sobre la
admisibilidad de las peticiones referendárias.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
138 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
electoral, así como otros factores de naturaleza económica, social y cultural, extraños al campo
de las valoraciones que pertenecen al juez constitucional», llegando finalmente a precisar
que «esta Corte puede llegar solamente hasta evaluar un dato de absoluta objetividad, es
decir la permanencia de una legislación electoral aplicable, a garantía de la misma soberanía
popular, que exige la renovación periodica de los órganos representativos. Cualquier otra
consideración debe seguir las vías normales de acceso al juicio de constitucionalidad de las
leyes».
En estas ocasiones la Corte hizo emerger también algunos datos procesales importantes:
sobretodo que un referéndum derogatorio puede tener como objeto la materia electoral; que las
leyes electorales son «leyes constitucionalmente necesarias», y por lo tanto debe ser excluida
para ellas la posibilidad de una petición derogatoria total; y finalmente que los referéndum
electorales resultan en tal caso «intrínsecamente e inevitablemente “manipulativos”». Sin
embargo la Corte excluyó que hubiese podido ocuparse, en un juicio de admisibilidad,
de perfiles de constitucionalidad de la normativa electoral que saldría de la consultación
referendaria (la así llamada normativa di risulta): «Un juicio anticipado sobre la situación
normativa resultante de la ocurrida, en hipótesis, abrogación referendaria, sería relacionado
con normas futuras e inciertas, en obvia violación de las reglas del proceso constitucional
italiano, que prohíben al juez de las leyes de proceder al escrutinio de constitucionalidad sin
que la cuestión surgiese en ocasión de una concreta historia aplicativa de la norma censurada»
(sent. n.15/2008).
Los tres referéndum sobre la ley electoral se celebraron el 21 y 22 de julio de 2009, pero
la afluencia a las urnas fue baja para todas las tres peticiones, el quórum de participación (el
50% + 1 de los que tienen derecho a votar, previsto por el art. 75 Const.) no se alcanzó y los
tres referéndum fueron declarados no validos4.
3 Así leemos en la sent. n. 16/2008: «La imposibilidad de dar, aquí, un juicio anticipado de legitimidad
constitucional no exime a esta Corte de su deber de señalar al Parlamento la necesidad de considerar cuidadosamente
los aspectos problemáticos de una legislación que no subordina la asignación del premio de mayoría al logro, aunque
a nivel regional, de un umbral mínimo de votos y/o de escaños».
4 Estos fueron los datos sobre la participación en las tres peticiones: 23,31% para las dos primeras y 23,84%
para la tercera.
FAMIGLIETTI, Gianluca
El control de constitucionalidad sobre las leyes electorales 139
Es sin embargo con la decisión n. 1 del 2014 que la Corte Constitucional se ha “apropiado”
definitivamente de la materia electoral.
La cuestión se originó por un juicio iniciado en el 2009 frente al juez de primer grado por
un ciudadano que sostenía de haber sido vulnerado en su derecho de voto en las elecciones
del 2006 y del 2008 a causa de algunas previsiones de la ley electoral del 2005.
5 Mantiene unidos los dos caminos, el alemán y el italiano, la reflexión de Delledonne, Giacomo, «Corti
costituzionali e legislazione elettorale: una comparazione italo-tedesca»: Rivista trimestrale di diritto pubblico
(2014, 1031).
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
140 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Hay que añadir la falta de intervención en el juicio frente a la Corte Constitucional del
Presidente del Consejo de Ministros, que casi siempre está presente (constituyendose) en
los juicios incidentales y siempre en posición “de defensa” respecto a la ley impugnada: la
decisión de no constituirse por parte del Gobierno se puede de manera clara interpretar como
la voluntad de abandonar la ley a su destino, en cuanto considerada constitucionalmente
indefendible, favoreciendo sin duda de esta manera una intervención caducatoria por parte
de la Corte Constitucional6.
Cuanto al fondo, la Corte, afrontando el tema de los límites del respeto de las decisiones
discrecionales del legislador en la materia electoral, hace referencia expresa a la «perdurante
inercia del legislador ordinario» para someter la ley impugnada a un escrutinio de
proporcionalidad y de razonabilidad, a fin de verificar que «el equilibrio de los intereses
constitucionalmente relevantes no se haya llevado de tal forma que se determine el sacrificio
o la compresión de uno de esos de manera excesiva y por tanto incompatible con el dictado
constitucional»; el test de proporcionalidad se resuelve por la Corte de manera negativa, en la
consideración que el legítimo objetivo de facilitar la formación de una mayoría parlamentaria
se persiguió por la ley impugnada en manera de determinar una excesiva brecha entre la
composición del Parlamento y la voluntad de los ciudadanos expresada a través del voto.
6 Ha observado Romboli, Roberto, «La riforma della legge elettorale ad opera della Corte costituzionale: attenti
ai limiti»: Foro italiano (2014, I, 677): «La mayor o menor “politicidad” de una decisión del juez constitucional puede
derivarse en muchos casos del objeto de la cuestión sometida al juicio de la Corte, que se enfrenta cada vez más y
debe resolver, dentro de sus diversas competencias, asuntos políticamente relevantes que quizás deberían haberse
abordado y resuelto en otros lugares. El vacío creado por la política, como se dice, por necesidad se llena por parte
de sujetos de naturaleza exclusiva o principalmente jurisdiccional».
7 Va en esta dirección el análisis de Romboli, Roberto, «La costituzionalità della legge elettorale 270/05: la
Cassazione introduce, in via giurisprudenziale, un ricorso quasi diretto alla Corte costituzionale?»: Foro italiano
(2013, I, 1836).
FAMIGLIETTI, Gianluca
El control de constitucionalidad sobre las leyes electorales 141
cuya configuración por lo tanto sigue perteneciendo a la ley ordinaria; de esa manera, la
«determinación de las fórmulas y de los sistemas electorales constituye un ámbito en el
cual se expresa con gran evidencia la politización de la decisión legislativa». El principio
constitucional de la igualdad del voto – resaltan por otra parte los jueces constitucionales –
exige que el ejercicio del electorado activo se desarrolle en condición de paridad, en cuanto
«cada voto contribuye potencialmente y con igual eficacia a la formación de los órganos
elegidos», pero «no se extiende al resultado concreto de la manifestación de voluntad del
elector, que depende exclusivamente del sistema que el legislador ordinario, no teniendo
la Constitución disposición al respecto, ha adoptado para las elecciones políticas y
administrativas».
así como los dos Parlamentos anteriores, en 2006 y en 2008), en la motivación la Corte
asegura que, jurídicamente, el Parlamento electo sobre la base de aquella ley está en grado
de funcionar normalmente con la plenitud de sus poderes, en obsequio al principio de la
continuedad en el funcionamiento de los órganos constitucionales; aunque muy diversa
aparece la incidencia de la decisión sobre la legitimación política de aquel Parlamento. Es el
propio Tribunal Constitucional que señala que la ley impugnada no representa adecuadamente
la «voluntad de los ciudadanos expresada mediante el voto, que constituye el principal
instrumento de manifestación de la soberanía popular», y permite «una compresión ilimitada
de la representatividad de la asamblea parlamentaria», hasta «determinar una alteración del
circuito democrático definido por la Constitución, sobre la base del principio fundamental de
la igualdad de voto».
Algunos años después, por último sobre este ascpecto, cabe señalar que a una distancia
de unos meses del “histórico” precedente de la sent. n. 1/2014, que parece haber inaugurado
un nuevo curso sobre el control de la constitucionalidad en materia electoral, el 9 de mayo de
2014 el Tribunal de Venecia planteó una cuestión de legitimidad constitucional precisamente
sobre las disposiciones de la ley electoral para el Parlamento Europeo que ya fueron objeto
de la decisión n. 271 del año 2010 «en la parte donde, con una elección manifiestamente
irrazonable, introducen para las elecciones del Parlamento Europeo una barrera para las listas
que no han alcanzado al menos el 4% de los votos válidos expresados a nivel nacional» (así
en el auto de planteamiento).
Esta cuestión sigue el mismo enfoque por el cual el Tribunal de Casación había enviado
al Tribunal Constitucional la duda sobre la ley electoral del 2005 (e indudablemente la
influencia de la grande decision de hace unos meses se percibe en la motivación del juez
8 La ley n. 18 del 24 de enero de 1979 establece un sistema electoral proporcional, con la posibilidad de expresar
hasta tres preferencias; la ley n. 10/2009 introdujo una barrera del 4% para reducir la fragmentación de la representación
entre las diversas fuerzas políticas.
FAMIGLIETTI, Gianluca
El control de constitucionalidad sobre las leyes electorales 143
veneciano9): la cuestión de hecho se deriva de una acción judicial para determinar el derecho
al voto de algunos ciudadanos electores.
Con la sentencia n. 110/2015 la Corte, a diferencia de lo que hizo con la anterior decisión
del año 2014, declara la cuestión inadmisible sobre la base de que «fuera de un asunto
electoral determinado en el que se deduce la violación de un derecho de voto específico,
no puede admitirse una acción que solicite la evaluación abstracta del contenido de este
derecho», tal como está disciplinado por las disposiciones impugnadas, «sobre la suposición
de la ilegitimidad constitucional de estas».
En la ocasión hay también que resaltar el esfuerzo cumplido por la Corte Constitucional
para marcar el perímetro del juicio en vía incidental sobre las leyes electorales, un intento
llevado a cabo justo en comparación con su “historico” precedente: la diferencia que
distingue la ley electoral para el Parlamento Europeo de la ley electoral nacional radica en
el hecho de que para la segunda «el control de los resultados electorales se quita al juez
común y es remitido por el art. 66 de la Constitución a las Cámaras a las que pertenecen los
miembros elegidos [...]. Por lo tanto, el vulnus que se pueda provocar al derecho fundamental
de voto, de parte de una ley electoral que se sospecha ser constitucionalmente ilegítima,
no podría eliminarse mediante el instrumento del juicio incidental», mientras que para la
primera (la ley electoral para el Parlamento Europeo) los eventos electorales están sujetos
a los normales recursos jurisdiccionales por disposición expresa de la ley, «en los cuales
cualquier evaluación relacionada con la protección del derecho al voto puede tener lugar y
puede ser planteada cuestión de constitucionalidad sobre las normas que la disciplinan».
Y llegamos a lo que a este momento podemos considerar como el último acto del
“camino electoral” de la Corte constitucional. Quién dudaba de que la decisión de la Corte
Constitucional sobre la cuestión de la legitimidad constitucional de la barrera mínima de
votos prevista por la ley electoral europea hubiese representado la abrupta interrupción del
proceso de progresiva apropiación de los asuntos electorales por parte del Juez de la leyes
– sugiriendo que el alto nivel de politicidad logrado con la sentencia n. 1/2014 seguiría
siendo un pico inalcanzable10 – en cambio, recibió nuevas y poderosas confirmaciones en esa
dirección de la succesiva decisión sobre la constitucionalidad de la ley electoral n. 52/2015
(ya nos hemos referido a esta nueva ley electoral, que fue aprobada paralelamente al debate
sobre la reforma constitucional con la que se quería superar el bicameralismo perfecto,
9 Así como tuvieron un efecto indudable en la iniciativa del Tribunal de Venecia las dos decisiones del Tribunal
Constitucional Federal alemán de 2011 y de 2014 sobre la ley electoral alemana para el Parlamento Europeo, en
particular, precisamente sobre el perfil de la legitimidad constitucional del porcentaje mínimo de votos (antes del 5,
luego del 3%) censurado por el Tribunal de Karlsruhe.
10 Además, la diferenciación entre la admisibilidad de la cuestión sobre la ley electoral nacional y la de la ley
electoral europea, operada en la sent. n. 110/15, dio la impresión a muchos de que en la ocasión el mismo Tribunal
Constitucional había tenido la intención de admitir, por una parte, cómo la decisión de 2014 se había caracterizado
por un forzamiento de las reglas procesales y, en segundo lugar, de hacer un cierre claro hacia las futuras solicitudes
de constitucionalidad sobre las leyes electorales.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
144 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
una ley inaplicada y “congelada” en espera del resultado del referéndum sobre la reforma
constitucional), la sentencia n. 35 del año 2017.
Parece muy interesante lo que afirma de manera lapidaria la Corte: «la ley electoral –
que sale de la declaración de inconstitucionalidad – es susceptible de aplicación inmediata».
Esta afirmación parece pleonástica si se considera la jurisprudencia constitucional, ya que en
la doctrina de la Corte es constante la preocupación de que siempre haya una ley electoral
que permita en todo momento la renovación de las dos Camaras (ya desde la epoca de los
referendum la Corte define la ley electoral como ley constitucionalmente necesaria).
Es obvio que constituye una advertencia al legislador, que no produce una ley electoral
constitucionalmente compatible desde 1993, poniendo en riesgo la gobernabilidad del País:
el escenario politico de los últimos años se ha movido hacia “grandes coaliciones” que no son
capaces – como ha demostrado la experiencia reciente – de ofrecer soluciones estructurales a
las ancestrales deficiencias del País.
Un Parlamento bicameral todavía perfecto no puede permitirse el lujo de tener dos leyes
electorales con significativas diferencias entre las dos ramas del Parlamento que se van a
elegir, dos leyes electorales además que son el producto – en vez de la actividad legislativa –
de la acción demolitoria de la Corte constitucional.
CAPÍTULO VII
1. INTRODUCCIÓN
* Doctor en Derecho Constitucional (Pontificia Universidad Católica de São Paulo - PUC/SP). Máster en
Derechos y Garantías Fundamentales (Facultad de Derecho de Vitória - FDV). Profesor de Derecho Constitucional
de la Facultad de Derecho de Vitória (FDV) en los cursos de graduación, especialización, maestría y doctorado.
Procurador Federal (Brasil).
1 Sin embargo, es posible identificar otros tipos de límites a las mutaciones constitucionales, que no se abordan
en este estudio. Cf. v.g.: PEDRA, Adriano Sant’Ana. Mutación constitucional de los derechos fundamentales y
prohibición de retroceso. In: Memoria del X Congreso Iberoamericano de Derecho Constitucional, 2009, Lima (Peru).
Tomo 1. Lima: Idemsa, 2009, p. 395-414.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
146 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
2 PEDRA, Adriano Sant’Ana. A construção judicial da fidelidade partidária no Brasil. Revista Brasileira de
Estudos Constitucionais – RBEC, Belo Horizonte, ano 2, n. 6, p. 207-249, abr./jun. 2008, p. 226.
3 PEDRA, Adriano Sant’Ana. A Constituição viva: poder constituinte permanente e cláusulas pétreas. Belo
Horizonte: Mandamentos, 2005, p. 154.
4 PEDRA, Adriano Sant’Ana. A importância do concreto no processo interpretativo dos direitos fundamentais.
Depoimentos – Revista de Direito da FDV, Vitória, n. 14, p. 9-12, jul./dez. 2008, p. 12.
SANT’ANA PEDRA, Adriano
Los cambios informales de la Constitución y la elasticidad del texto constitucional 147
5 URRUTIA, Ana Victoria Sánchez. Mutación constitucional y fuerza normativa de la Constitución. Una
aproximación al origen del concepto. Revista Española de Derecho Constitucional, Madrid, ano 20, n. 58, p. 105-
135, jan./abr. 2000, p. 110.
6 VEGA, Pedro de. La reforma constitucional y la problemática del poder constituyente. Madrid: Tecnos, 1999,
p. 214-215.
7 SILVA, José Afonso da. Curso de direito constitucional positivo. 20. ed. São Paulo: Malheiros, 2002, p. 45.
8 VEGA, Pedro de. La reforma constitucional y la problemática del poder constituyente. Madrid: Tecnos,
1999, p. 215.
9 TEIXEIRA, José Horácio Meirelles. Curso de direito constitucional. Rio de Janeiro: Forense Universitária, 1991, p. 152.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
148 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
10 HESSE, Konrad. A força normativa da constituição. Trad. Gilmar Ferreira Mendes. Porto Alegre: Sergio
Antonio Fabris, 1991, p. 25.
11 HESSE, Konrad. Elementos de direito constitucional da República Federativa da Alemanha. Trad. Luís
Afonso Heck. Porto Alegre: Sergio Antonio Fabris, 1998, p. 503.
12 HESSE, Konrad. A força normativa da constituição. Trad. Gilmar Ferreira Mendes. Porto Alegre: Sergio
Antonio Fabris, 1991, p. 20-21.
13 URRUTIA, Ana Victoria Sánchez. Mutación constitucional y fuerza normativa de la Constitución. Una
aproximación al origen del concepto. Revista Española de Derecho Constitucional, Madrid, ano 20, n. 58, p. 105-
135, jan./abr. 2000, p. 106.
14 VEGA, Pedro de. La reforma constitucional y la problemática del poder constituyente. Madrid: Tecnos, 1999, p. 211.
15 HESSE, Konrad. A força normativa da constituição. Trad. Gilmar Ferreira Mendes. Porto Alegre: Sergio
Antonio Fabris, 1991, p. 25.
SANT’ANA PEDRA, Adriano
Los cambios informales de la Constitución y la elasticidad del texto constitucional 149
16 HESSE, Konrad. A força normativa da constituição. Trad. Gilmar Ferreira Mendes. Porto Alegre: Sergio
Antonio Fabris, 1991, p. 22-23.
17 HESSE, Konrad. Escritos de derecho constitucional. 2. ed. Trad. Pedro Cruz Villalon. Madrid: Centro de
Estudios Constitucionales, 1992, p. 101.
18 TAVARES, André Ramos. Teoria da justiça constitucional. São Paulo: Saraiva, 2005, p. 219.
19 CALLEJÓN, María Luisa Balaguer. Interpretación de la Constitución y ordenamiento jurídico. Madrid:
Tecnos, 1997, p. 108-109.
20 ADEODATO, João Maurício. Ética e retórica: para uma teoria da dogmática jurídica. 2. ed. São Paulo:
Saraiva, 2006, p. 230-231.
21 KELSEN, Hans. Teoría pura del derecho. México: Porrúa, 2007.
22 BARROSO, Luís Roberto. Interpretação e aplicação da Constituição: fundamentos de uma dogmática
constitucional transformadora. 4. ed. São Paulo: Saraiva, 2002, p. 148.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
150 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
23 CANOTILHO, José Joaquim Gomes. Direito constitucional e teoria da constituição. 5. ed. Coimbra:
Almedina, 2002, p. 1202.
24 STERN, Klaus. Derecho del Estado de la Republica Federal Alemana. Trad. Javier Pérez Royo y Pedro Cruz
Villalón. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales, 1987, p. 263.
25 HESSE, Konrad. Escritos de derecho constitucional. 2. ed. Trad. Pedro Cruz Villalon. Madrid: Centro de
Estudios Constitucionales, 1992, p. 24.
26 En ese sentido, se discrepa aquí de la comprensión del Ministro Eros Grau en el juzgamiento de la Reclamación
nº 4.335-5/AC (Supremo Tribunal Federal de Brasil, Rel. Min. Gilmar Mendes, juzgamiento no concluido hasta la
terminación de este trabajo), acerca del artículo 52, X, de la Constitución brasileña: “En la mutación constitucional,
caminamos no de un texto a una norma, por el contrario, de un texto a otro texto, que substituye al primero. De
allí que la mutación constitucional no se da simplemente por el hecho de un intérprete extraer de un mismo texto
norma diversa de la producida por otro intérprete. Eso se verifica inveteradamente, a cada instante, en razón de ser
la interpretación una prudencia. En la mutación constitucional hay más. En ella no sólo la norma es otra, sino que
el propio enunciado normativo es alterado. El ejemplo que hay en el caso es extremamente rico. Aquí pasamos, en
verdad, de un texto ‘compete privativamente al Senado Federal suspender la ejecución, en todo o en parte, de ley
declarada inconstitucional por decisión definitiva del Supremo Tribunal Federal’ a otro texto: ‘compete privativamente
al Senado Federal dar publicidad a la suspensión de la ejecución, operada por el Supremo Tribunal Federal, de ley
declarada inconstitucional, en todo o en parte, por decisión definitiva del Supremo’. Esto es precisamente lo que el
eminente Ministro Relator pretende haya ocurrido, una mutación constitucional”. Curiosamente, en el mismo voto,
algunas líneas antes, el Ministro Eros Grau decía de forma diferente: “La mutación constitucional es la transformación
del sentido del enunciado de la Constitución sin que el propio texto sea alterado en su redacción, vale decir, en su
dimensión constitucional textual”.
27 QUEIROZ, Cristina. Direitos fundamentais sociais: questões interpretativas e limites de justiciabilidade. In:
SILVA, Virgílio Afonso da (org.). Interpretação constitucional. São Paulo: Malheiros, 2007, p. 174.
28 BELAUNDE, Domingo Garcia. O precedente vinculante e sua revogação pelo Tribunal Constitucional (análise
do caso Provías Nacional, Proc. Nº 3.909-2007-PA/TC). Revista Brasileira de Estudos Constitucionais – RBEC, Belo
Horizonte, ano 3, n. 11, p. 35-42, jul./set. 2009, p. 38-39.
SANT’ANA PEDRA, Adriano
Los cambios informales de la Constitución y la elasticidad del texto constitucional 151
Sin embargo, se debe resaltar que, en ciertos casos, la elasticidad del texto normativo
permite la extracción de una norma bastante distante de la letra de la Constitución, sin que
esto implique su rompimiento.
Es lo que ocurrió, por ejemplo, con el concepto de familia dado por la Constitución
brasileña de 1967/1969 (ya no está en vigor), que decía que “la familia es constituida por
el casamiento y tendrá derecho a la protección de los Poderes Públicos” (artículo 167 del
texto constitucional de 1967 y artículo 175 del texto constitucional de 1969). Dentro de
este concepto, no había la idea de protección a la situación de un hombre y una mujer
que cohabitasen como cónyuges, sin ser casados. A pesar de la literalidad del dispositivo
constitucional anteriormente citado, en su proceso de concretización, el Supremo Tribunal
Federal entendió, en la sentencia del Recurso Extraordinario RE nº 60.657/GO29 que, en
razón de las mudanzas en las concepciones culturales y sociales brasileñas, el derecho debería
también proteger la relación constituida a partir de la convivencia, bajo el mismo techo, de
hombre y mujer no casados. Se puede decir que este hiato entre el texto constitucional –
reciente en relación a estas decisiones del Supremo Tribunal Federal – y la realidad brasileña
se debía, en gran parte, al hecho del referido texto constitucional haber sido otorgado de
una manera dictatorial, y no discutido en una asamblea constituyente formada por legítimos
representantes del pueblo.
29 Supremo Tribunal Federal. Segunda Turma. Rel. Min. Adalicio Nogueira. J. 20/11/1970. DJ 16/12/1970.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
152 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
de encontrar justificativa plausible para ofrecer solución jurídica que trate de modo
diferenciado los integrantes de uniones homoafectivas. Indudablemente, constituyen
familia.
José Joaquim Gomes Canotilho31 reconoce que el problema más complicado es el que se
suscita cuando existe una radical mudanza de sentido de las normas constitucionales, y señala
como ejemplo admitir que en el artículo 36º/1 de la Constitución portuguesa32 están previstos
los casamientos entre personas del mismo sexo.
Como observa María Luisa Balaguer Callejón, es muy difícil establecer hasta dónde es
posible ir con la interpretación.
Por ejemplo, el artículo 55 de la Constitución Nacional argentina34 exige, para ser Senador,
que se cuente con una renta anual de dos mil pesos fuertes. Esta cantidad, que correspondería
hoy cerca de dos mil dólares por mes35, comporta una exigencia oligárquica axiológicamente
inaceptable.
Es preciso distinguir las novas lecturas que se mantienen dentro del espectro de los
significados aceptables de un texto jurídico de aquellas otras creaciones subrepticias de
nuevos preceptos, que ocurren a través de interpretaciones que sobrepasen el sentido literal
posible de los enunciados jurídicos y acaban por transformar sus “intérpretes en legisladores
sin mandato”36.
30 Tribunal Superior Electoral. Recurso Especial Electoral nº 24.564, fallo publicado en sesión, el 01/10/2004:
“Registro de candidato. Candidata al cargo de prefecto. Relación estable homosexual con la prefecta reelecta del
municipio. Inelegibilidad. Art. 14, § 7º, de la Constitución Federal. Los sujetos de una relación estable homosexual,
a semejanza de lo que ocurre con los de relación estable, de concubinato y de casamiento, se someten a la regla de
inelegibilidad prevista en el art. 14, § 7º, de la Constitución Federal”.
31 CANOTILHO, José Joaquim Gomes. Direito constitucional e teoria da constituição. 5. ed. Coimbra: Almedina,
2002, p. 1213-1214.
32 In verbis: “Todos tienen el derecho de constituir familia y de contraer casamiento en condiciones de plena
igualdad”.
33 CALLEJÓN, María Luisa Balaguer. Interpretación de la Constitución y ordenamiento jurídico. Madrid:
Tecnos, 1997, p. 34.
34 In verbis: “Son requisitos para ser elegidos senador: tener la edad de treinta años, haber sido seis años ciudadano
de la Nación, disfrutar de una renta anual de dos mil pesos fuertes o de una entrada equivalente, y ser natural de la
provincia que lo elija, o con dos años de residencia inmediata en ella”.
35 SAGÜÉS, Néstor Pedro. La interpretación judicial de la Constitución. 2. ed. Buenos Aires: Lexis Nexis, 2006, p. 34.
36 MENDES, Gilmar Ferreira; COELHO, Inocêncio Mártires; BRANCO, Paulo Gustavo Gonet. Curso de
direito constitucional. 2. ed. São Paulo: Saraiva, 2008, p. 132.
SANT’ANA PEDRA, Adriano
Los cambios informales de la Constitución y la elasticidad del texto constitucional 153
Sin embargo, debe resaltarse que el límite para la mutación constitucional es la elasticidad
del texto constitucional como un todo, y no de un enunciado específico analizado aisladamente.
Ese principio ordena interpretar normas constitucionales de tal manera que se evite
contradicciones con otras normas constitucionales y especialmente con decisiones
sobre principios del derecho constitucional. La “unidad de la Constitución”, en
su calidad de visión orientadora de la metódica del derecho constitucional, debe
anteponerse ante los ojos del intérprete, como punto de partida, y, sobre todo, como
representación del objetivo, la totalidad de la Constitución como un sistema de
normas. Este, por un lado, no es destituido de tensiones ni está centrado en sí, no
obstante forma, por otro lado, probablemente un todo integrado con sentido38.
37 BELAUNDE, Domingo Garcia. O precedente vinculante e sua revogação pelo Tribunal Constitucional (análise
do caso Provías Nacional, Proc. Nº 3.909-2007-PA/TC). Revista Brasileira de Estudos Constitucionais – RBEC, Belo
Horizonte, ano 3, n. 11, p. 35-42, jul./set. 2009, p. 40.
38 MÜLLER, Friedrich. Métodos de trabalho do direito constitucional. Trad. Peter Naumann. 2. ed. São Paulo:
Max Limonad, 2000, p. 84.
39 El diálogo establecido en la Escena I del Acto IV de la obra de William Shakespeare expone esta situación:
“Pórcia: – Te pertenece una libra de carne de ese mercader; la ley te la da y el tribunal te la adjudica. Shylock: –
¡Rectísimo juez! Pórcia: – Y podéis cortar esa carne de su pecho; la ley lo permite y el tribunal os lo autoriza. Shylock:
– ¡Doctísimo juez! ¡He ahí una sentencia! ¡Vamos, preparaos! Pórcia: – Detente un instante. Hay todavía alguna otra
cosa que decir. Este pagaré no te concede una gota de sangre. Las palabras formales son estas: ‘una libra de carne’.
Toma, pues, lo que te concede el documento; toma tu libra de carne. Pero si al cortarla te ocurre verter una gota de
sangre cristiana, tus tierras y tus bienes, según las leyes de Venecia, serán confiscados en beneficio del Estado.” Cf.
SHAKESPEARE, William. O mercador de Veneza. Trad. Carlos Alberto Nunes. Rio de Janeiro: Ediouro, 2000, p. 138.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
154 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
La mutación inconstitucional se revela por la práctica que venga a violar los límites de
modo manifiesto y perceptible o aún de modo desapercibido o poco perceptible, como el
provocado por el desuso o por la inercia.
40 VEGA, Pedro de. La reforma constitucional y la problemática del poder constituyente. Madrid: Tecnos,
1999, p. 291.
41 SCHMITT, Carl. Teoría de la Constitución. Trad. Francisco Ayala. Madrid: Alianza, 2006, p. 115-116.
SANT’ANA PEDRA, Adriano
Los cambios informales de la Constitución y la elasticidad del texto constitucional 155
Con todo, Paolo Biscaretti di Ruffia destaca que, casi siempre, las mutaciones
constitucionales “se presentan de modo que no pueden ser neutralizadas, jurisdiccionalmente,
por vicio de inconstitucionalidad”43. El gran problema se da cuando los límites de la mutación
constitucional no son respetados por el propio guardián de la Constitución. En esta hipótesis,
la pregunta que se hace es: ¿Quis custodiet custodes?
42 AGRA, Walber de Moura. Curso de direito constitucional. 2. ed. Rio de Janeiro: Forense, 2007, p. 17.
43 BISCARETTI DI RUFFIA, Paolo. Direito constitucional: instituições de direito público. Trad. Maria Helena
Diniz. São Paulo: RT, 1984, p. 234.
44 BARROSO, Luís Roberto. Curso de direito constitucional contemporâneo: os conceitos fundamentais e a
construção do novo modelo. São Paulo: Saraiva, 2009, p. 128. V. tb. BARROSO, Luís Roberto. Mutação constitucional.
In: MOREIRA, Eduardo Ribeiro; PUGLIESE, Marcio. Vinte anos da Constituição brasileira. São Paulo: Saraiva,
2009, p. 215.
45 Véase, por ejemplo, que el Supremo Tribunal Federal decidió, en el juicio de la ADIn nº 3367-1/DF, que
“no precisa ser re-apreciada por la Cámara de Deputados expresión suprimida por el Senado Federal en texto de
proyecto que, en la redacción remaneciente, aprobada en ambas Casas del Congreso, no perdió sentido normativo”.
Cf. ADIn 3367-1/DF. Supremo Tribunal Federal, Pleno, Relator Min. Cezar Peluso. J. 13/04/2005, DJ 13/03/2006.
Cabe señalar que el texto constitucional brasileño establece que, si el proyecto de ley es modificado, debe volver a
la primera Casa (artículo 65, párrafo único).
46 FERRAZ, Anna Candida da Cunha. Processos informais de mudança da Constituição. São Paulo: Max
Limonad, 1986, p. 213-214.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
156 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
De hecho, habrá situaciones de difícil aferición sobre la extrapolación de los límites que se
imponen a las mutaciones constitucionales. Como reconoce Klaus Stern, “entre la mutación
constitucional admisible por vía de interpretación concretizadora mediante el desarrollo
judicial del derecho y la mutación constitucional inadmisible sólo hay un pequeño espacio”47.
47 STERN, Klaus. Derecho del Estado de la Republica Federal Alemana. Trad. Javier Pérez Royo y Pedro Cruz
Villalón. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales, 1987, p. 339.
48 FERRAZ JUNIOR, Tercio Sampaio. Introdução ao estudo do direito: técnica, decisão, dominação. 3. ed.
São Paulo: Atlas, 2001, p. 185.
49 SÁNCHEZ, José Acosta. Transformaciones de la Constitución en el siglo XX. Revista de Estudios Políticos.
n. 100. abr-jun 1998. Centro de Estudios Políticos y Constitucionales. Madrid, 1998, p. 85-86.
SANT’ANA PEDRA, Adriano
Los cambios informales de la Constitución y la elasticidad del texto constitucional 157
De esa forma, “la tesis de la mutación constitucional aboga, en último análisis, una
concepción decisionista de la jurisdicción y contribuye para la comprensión de las cortes
constitucionales como poderes constituyentes permanentes”51.
Otro ejemplo de este orden que puede ser apuntado en Brasil fueron las interminables
reediciones de medidas provisorias por el presidente de la República54, que existían antes
de la Enmienda Constitucional nº 32/2001, que hacían que tales medidas dejasen de ser
“provisorias”. Se sostiene que “hubo una mutación inconstitucional, una interpretación
inconstitucional de la medida provisoria, con fundamento en la costumbre”55. En la línea de
pensamiento del Supremo Tribunal Federal, la reedición de la medida provisoria no rechazada
por el Congreso Nacional “no es dato configurador de la no ocurrencia de los requisitos de
urgencia y relevancia. Al contrario, la reedición demuestra, de cierta forma, la necesidad de
la medida y su urgencia”56. Sin embargo, Clèmerson Merlin Clève anota que el Supremo
Néstor Pedro Sagüés59 escribe que, a veces, ocurre una manipulación constitucional, esto
es, la utilización de la Constitución con un interés particular. En esta hipótesis, el manipulador,
al revés de servir a la Constitución, se sirve de ella. Los mecanismos manipuladores son
muchos, dentro de los cuales el autor cita: (i) dar a las palabras de la Constitución un sentido
absurdo; (ii) interpretar aisladamente un artículo de la Constitución; (iii) realizar afirmaciones
infalibles y sin necesidad de demostración; (iv) practicar analogías improcedentes; (v) postular
algo como regla, pero no aplicarla siempre; y (vi) crear excepciones que la Constitución no
prevé. El autor argentino destaca que el tema de la manipulación constitucional no es nuevo, y
ya apareció en la interpretación del Instrument of Government inglês, de 1653. En su artículo
8º determinaba que el Parlamento solamente podría ser disuelto, sin su consentimiento,
después del lapso de cinco meses a contar del día de su primera reunión. Se interpretó que el
intervalo de tempo se refería a meses “lunares”, y no meses “solares”, como era (y todavía
es) comúnmente usado.
6. CONSIDERACIONES FINALES
57 CLÈVE, Clèmerson Merlin. Medidas provisórias. 2. ed. São Paulo: Max Limonad, 1999, p. 110-111.
58 BARROSO, Luís Roberto. Curso de direito constitucional contemporâneo: os conceitos fundamentais e a
construção do novo modelo. São Paulo: Saraiva, 2009, p. 135. V. tb. BARROSO, Luís Roberto. Mutação constitucional.
In: MOREIRA, Eduardo Ribeiro; PUGLIESE, Marcio. Vinte anos da Constituição brasileira. São Paulo: Saraiva,
2009, p. 222.
59 SAGÜÉS, Néstor Pedro. La interpretación judicial de la Constitución. 2. ed. Buenos Aires: Lexis Nexis,
2006, p. 165-172.
60 STERN, Klaus. Derecho del Estado de la Republica Federal Alemana. Trad. Javier Pérez Royo y Pedro Cruz
Villalón. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales, 1987, p. 337.
SANT’ANA PEDRA, Adriano
Los cambios informales de la Constitución y la elasticidad del texto constitucional 159
La elasticidad del texto servirá de límite para que no se extraiga del texto un significado
que no le es posible. Pero debe ser destacado que el límite es la elasticidad de todo el texto
constitucional, y no de un enunciado específico aisladamente analizado.
Este trabajo pretende propiciar un sano debate acerca de la importancia del Poder
Legislativo, sin menoscabo de las críticas válidas que le son imputables, pero todo ese
panorama no puede deslegitimar la trascendencia de la institución política más cara en la
democracia.
Ese pretérito poder absoluto del Parlamento en Inglaterra nos trae a la memoria a William
Blackstone (1723-1780) cuando afirmaba: “El poder del Parlamento es absoluto y sin control;
tiene autoridad soberana e incontrolable para hacer, confirmar, ampliar, restringir, abrogar,
revocar, restablecer o interpretar cualquier ley… En verdad lo que hace el Parlamento ninguna
autoridad sobre la tierra pude deshacerlo”1. Impone recordar asimismo esa soberanía del
Parlamento Inglés en palabras de Walter Bagehot (1826-1877) al sentenciar que todo lo podía
menos convertir a un hombre en mujer o viceversa. Enorme poder que siglos antes había ya
matizado el célebre Sir Edward Coke (1552-1634), Juez de alta estatura jurídica y pionero del
control de constitucionalidad, doscientos años antes que lo hiciera John Marshall en Estados
Unidos de América, en efecto, en 1610, en el Caso Bonham´s, había sostenido: “Y aparece en
nuestros Libros, que en muchos casos el Derecho común controla las leyes del Parlamento,
y a veces debe declararlas nulas, pues cuando una ley del Parlamento es contraria al Derecho
común y la razón, contradictoria o imposible de ser cumplida, el Derecho común debe tener
autoridad sobre ella y declarar que tal ley es nula”.
Por ello se analiza sucintamente su relación con la democracia y, en ese orden de ideas,
se plantea la crítica de cómo el Ejecutivo ha usurpado sistemáticamente la órbita funcional
del Legislativo y cómo dicho órgano2 ha sucumbido ante factores extra-institucionales,
entregando su dignidad. Asimismo se examinan los controles de esta Rama del Poder
Público al ser de su condición desplegar el control al Presidente3 de la República o al Jefe
de Gobierno, se trate de un régimen Presidencialista o Parlamentario, a través de lo que se
conoce como “checks and balances”4. El control político, insistimos a lo largo del estudio,
es por antonomasia la solución de sus males porque obligaría al titular del Poder Ejecutivo a
cumplir con sus funciones. Las reuniones ordinarias en sus sesiones son parte de la estructura
logística que atestigua su independencia. La moción de censura es un dúctil mecanismo para
garantizar el control efectivo, echado a menudo de menos. Por último, también se deriva
de todo lo explorado que los integrantes del Poder Legislativo igualmente deban responder
políticamente ante el electorado a través de, verbigracia, mecanismos como la revocatoria
del mandato.
2 En este texto hemos preferido el concepto del “Poder Legislativo” por cuanto, dependiendo de la estructura
institucional de cada Estado, el órgano encargado de cumplir dichas funciones puede denominarse Parlamento,
Congreso, Asamblea u otros. En ese sentido, es conveniente desarrollar conceptualmente el género, no la especie.
3 La hipertrofia del Poder Ejecutivo fue desarrollada con mucha claridad por la profesora ROSE-ACKERMAN,
Susan. “Hyper-Presidentialism: Separation of Powers without Checks and Balances in Argentina and the Philip-
pines”. Yale Law School Legal Scholarship Repository. Paper 4155. (Consultado el 20 de diciembre de 2016 http://
digitalcommons.law.yale.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=5170&context=fss_papers ). El lector también puede
consultar MAINWARING, Scott & SHUGART, Matthew S. “Juan Linz, Presidentialism, and Democracy A Critical
Appraisal”. Comparative Politics, Vol. 29, No. 4 (Jul., 1997), pp. 449-471. (Consultado el 4 de enero de 2017 en
http://scholar.harvard.edu/files/levitsky/files/mainwaring_shugart.pdf ).
4 Este concepto ha sido ampliamente desarrollado por la literatura especializada anglosajona. El lector puede re-
mitirse a GREENE, Abner S. “Checks and Balances in an Era of Presidential Lawmaking”. The University of Chi-
cago Law Review. Issue 63:123. Pp. 123-196. (Consultado el 13 de enero de 2017 en http://chicagounbound.uchi-
cago.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=4805&context=uclrev ). Desde una perspectiva enfocada en el Poder Judicial,
la Universidad de Columbia publicó un texto muy interesante en el cual desarrollan la manera cómo esta Rama del
Poder Público también ha eclipsado al Poder Legislativo. Cfr. LÓPEZ-DE-SILANES, Florencio; POP-ELECHES,
Cristian; SHLEIFER, Andrei; LA PORTA, Rafael; “Judicial Checks and Balances”. University of Columbia pu-
blished paper. (Consultado el 14 de enero de 2017 en http://www.columbia.edu/~cp2124/papers/JudicialChecksFi-
nal_JPE.pdf ).
5 ECHEVERRI QUINTANA, Eudoro. Las causales del control de constitucionalidad. Edit. Legis, Bogotá, 1ª
edic., 2014.
ECHEVERRI QUINTANA, Eudoro / ECHEVERRI CALLE, Pablo
Los problemas del Poder Legislativo. ¿Eficientes corporaciones democráticas o marionetas del ejecutivo? 163
Desde luego los otros poderes no son menos significativos en el cumplimiento de los
fines del Estado Social, pero la vanguardia política debe estar a cargo del Parlamento, su
protagonismo es y debe ser indiscutible. “Ahora bien, la legitimidad democrática se debe
exigir de todos los órganos del Estados a través de los cuales se expresa su poder. De este
modo si el Parlamento es el primero y más importante de los poderes del Estado se debe a
su composición, a la forma en que obtiene información y la convierte en un acto político
normativo”6. Ahora, esto no significa como erróneamente creen algunos que el rol del
Gobierno sea subsidiario y peor aún dependiente. “Pero, además del Parlamento, órgano
de deliberación y de creación de la voluntad del Estado, hace falta el gobierno, en cuanto
órgano de ejecución de dicha voluntad que asegura la gestión política de un país. Al tratarse
de un órgano que ejecuta una voluntad ajena, está claro que las exigencias de legitimidad
democrática no tienen por qué ser las mismas que las que se necesitan para la configuración del
Parlamento”. Y un par de hojas adelante en el texto citado a pié de página, Ángela Figueruelo
Burrieza, anotó: “Así las cosas, puesto que el sistema parlamentario es el Parlamento el único
órgano del Estado que tiene legitimación democrática directa, el Gobierno debe depender
de él en todo momento; esta es la única manera en que el Gobierno está legitimado como
Gobierno de la nación”7.
Justamente esa relación de lege ferenda de independencia es la que permite el control por
parte del Parlamento respecto al Ejecutivo que encarna al Gobierno de orden positivo como
es la moción de confianza o equivalente a un sólido espaldarazo o la negativa como se conoce
la moción de censura o voto de desconfianza cuya consecuencia es la dimisión del Jefe de
Gobierno.
Hay conceptos que parecieran agotados por su mal uso o vacíos de contenido debido
al manoseo de los protagonistas de la cosa pública, como ocurre por ejemplo con nociones
como pueblo, política, corrupción8, transparencia y por supuesto no escapa de ese escenario
el de Parlamento. Robert Merton en su teoría sociológica exponía, que como muchas frases
excesivamente usadas, la palabra teoría amenazaba quedar vacía de sentido. Así parece
ocurre con el Parlamento.
Pero sucede que la Democracia es una categoría política difusa, ambivalente, polivalente,
bifronte, precaria, desgastada y tan esquiva que deviene inalcanzable en términos reales. Sin
embargo es lo que tenemos y hay que batallar titánicamente para conservarlo desde luego
mejorándolo. No obstante hay unos fondos o eslabones irreductibles como son el respeto por
los derechos humanos y el pluralismo político. La democracia es un tipo de cultura y necesita
constantemente un elevado monto de acción y discurso, en tal sentido la democracia es un
9 ARBÓS, Xavier. Escrito “La cultura de la democracia y la Constitución”. En el libro “La cultura de la de-
mocracia: el futuro”. Varios autores. Editorial Ariel S.A. Barcelona, 1ª edic., diciembre de 2000; 1ª reimpresión en
Colombia, mayo de 2001, Edit. Planeta Colombiana S.A., p. 69.
10 Laila Yousef Sandoval. Ideas para pensar el Parlamento en tiempos de crisis. Res Pública. Revista de Historia
de las Ideas Políticas 546. Vol. 17 Núm. 2 (2014): 543-558 http://www.saavedrafajardo.org/Archivos/_17211.pdf
11 Cumbre Mundial de 2005. Documento final de la Cumbre Mundial de 2005. Los dirigentes del mundo,
reunidos en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York del 14 al 16 de septiembre, acordaron adoptar medidas
sobre varios desafíos mundiales.
12 RESTREPO PIEDRAHITA, Carlos. Esquicio para una perspectiva histórica del Congreso en Colombia.
Universidad Externado de Colombia. Instituto de Estudios Constitucionales Carlos Restrepo Piedrahita. Bogotá.
1986, p. 7, 8. Ponencia presentada al III Congreso de Derecho Constitucional del Instituto Iberoamericano de Dere-
cho Constitucional (México 1985).
ECHEVERRI QUINTANA, Eudoro / ECHEVERRI CALLE, Pablo
Los problemas del Poder Legislativo. ¿Eficientes corporaciones democráticas o marionetas del ejecutivo? 165
Hay otras latitudes diferentes en los convencionales controles. Por ejemplo la Constitución
Política de Colombia de 199117, instauró un procedimiento de control que llamamos nosotros
“mixto”, figura quizá poco ortodoxa, pero que con voluntad política debería funcionar
al consagrar la moción de censura a cargo de una de las Cámaras18 del Congreso de la
Republica con relación a los Ministros o Superintendentes o Directores de Departamentos
Administrativos. Control que se predicaría de manera “mediata” contra el Presidente de
la República, como acontece, guardando las proporciones constitucionales con el régimen
gubernativo semi-parlamentario o semi-presidencial de Francia.
13 VALCÁRCEL, Amelia. Escrito “Cultura y democracia. En el libro “La cultura de la democracia: el futuro”.
Varios autores. Editorial Ariel S.A. Barcelona, 1ª edic., diciembre de 2000; 1ª reimpresión en Colombia, mayo de 2001,
Edit. Planeta Colombiana S.A., p. 134.
14 SUNSTEIN, Cass. En la presentación al libro de GARGARELLA, Roberto. La justicia frente al gobierno.
Sobre el carácter contra-mayoritario del poder judicial. Editorial Ariel, S.A. Barcelona. España. 1ª edic. abril 1996.
15 Ibídem.
16 ARAGÓN REYES, Manuel. Constitución y control del poder. Introducción a una teoría constitucional del
control. Universidad Externado de Colombia, Bogotá, 1999, p. 126.
17 Artículo 135.
18 Cámara de Representantes y Senado.
19 VEGA GARCÍA, Pedro de. Mundialización y Derecho Constitucional: para una palingenesia de la realidad
constitucional. Temas de Derecho Público. N° 50. Universidad Externado de Colombia. Instituto de Estudios Cons-
titucionales Carlos Restrepo Piedrahita. Bogotá. 1ª edic. agosto de 1998, p. 48.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
166 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
del mismo, no puede ser otra que el rescate del principio democrático”. Consideramos
que podría intentarse la redención del Parlamento cuando la ciudadanía sepa elegir a sus
miembros. “La elección es la base del modelo democrático”. “Las elecciones competitivas,
en las cuales los ciudadanos escogen entre varios candidatos, son la piedra angular de las
democracias liberales”20.
El Congreso y/o el Parlamento deberían limitarse a las tres grandes tareas que le reserva
la democracia: Fungir como control político (estimamos la más prominente), dictar las leyes
(para materializar el pluralismo ideológico y cristalizar la Constitución Política), y con
explícitos condicionamientos reformar la Constitución Política (como acaece en Europa). No
desconocemos por supuesto la notable misión de legislar (para muchos juristas la más relevante)
por ser canal de expresión de todas las formas de poder al interior de la sociedad a través
de los partidos políticos y encausar con sus distintas expresiones la Constitución Política por
20 DUVERGER, Maurice. Instituciones políticas y Derecho Constitucional. Editorial Ariel Ciencia Política,
S.A. Barcelona, 6ª edic., 4ª reimpresión 1988, p. 72.
21 DE LA ESPRIELLA, Ramiro. Las ideas políticas de Bolívar. Talleres de Publicación Cultural. Bogotá, 1ª
edic., p. 203. Mensaje del Libertador al Congreso Constituyente de Bolivia, Lima, 25 de mayo de 1826.
22 RESTREPO PIEDRAHITA, Carlos. Constituciones Políticas Nacionales de Colombia. Compilación. Insti-
tuto de Estudios Constitucionales Carlos Restrepo Piedrahita. Universidad Externado de Colombia. Bogotá. 2ª edic.,
1995, p. 97.
23 Puede revisarse al respecto el estudio de Anabella Busso, El paralelismo “Watergate - Sexgate”, donde anali-
zó los escándalos caso Watergate, “Irangate”, “Sexgate”, publicado en la Revista de Relaciones Internacionales Nro.
15. http://www.iri.edu.ar/revistas/revista_dvd/revistas/R15/R15-EBUS.html
24 ECHEVERRI QUINTANA, Eudoro y ECHEVERRI CALLE, Pablo. Algunos apartes tomados del estudio “Del
melodrama del fuero presidencial ¿Pasado y futuro de inaceptable impunidad?”, publicado en el libro “Colección
Latinoamérica y Derecho en Exposición”. Volumen VI. Río de Janeiro –Brasil-. 2017.
ECHEVERRI QUINTANA, Eudoro / ECHEVERRI CALLE, Pablo
Los problemas del Poder Legislativo. ¿Eficientes corporaciones democráticas o marionetas del ejecutivo? 167
Empero, y a menudo echado de menos, deviene implícito como soporte de una democracia
parlamentaria el respeto de los derechos humanos por parte de los Parlamentos o Congresos al ser
los órganos políticos por antonomasia en su promoción y acatamiento en las políticas públicas
derivadas de su “reserva legal”. Ingrediente medular en su vital función. La característica
basilar derivada en el derecho internacional consistente en que: “Todos los derechos humanos
son universales, indivisibles e interdependientes y están relacionados entre sí. La comunidad
internacional debe tratar los derechos humanos en forma global y de manera justa y equitativa,
en pie de igualdad y dándoles a todos el mismo peso”26.
Algunos destacan cómo en forma tardía hubo preocupación para legislar sobre derechos
humanos: “No fue sino hasta la tercera ola de democratización y la caída del modelo de
bienestar a partir de los años 80 del siglo XX cuando las legislaturas recuperaron su papel de
creadores, vigilantes y agentes para el perfeccionamiento de los derechos humanos. A partir
de las democracias liberales (ya fuera en sistemas presidenciales o parlamentarios) vieron una
división más clara de poderes, las asambleas han jugado un papel fundamental en las temáticas
vinculadas a los derechos humanos”27. Aunque esos enormes vacíos deban ser remediados por
los Jueces, no deja de ser preocupante la omisión mencionada: “Ciertamente que el deterioro de
la práctica parlamentaria coloca en grave riesgo la eficacia de los derechos humanos. El Juez,
como cualquier otro órgano de poder, cubre los espacios que deja el órgano cuya vocación
garantista es primigenia. Al abandonar esa obligación el Parlamento cede, en perjuicio de la
sociedad, su capacidad para imponer el control a través del principal instrumento que es la
ley”28. La omisión en cuestión afecta desde luego los fines del Estado, afectando gravemente
el núcleo de la democracia: “IV. Incumplimiento del Legislativo. El Poder Legislativo es
también corresponsable del incumplimiento del Estado cuando las leyes no se generan
condiciones de vida digna para las personas. El legislador tiene obligación de desarrollar
una legislación que garantice la efectividad de todos los derechos, cuando no lo hace hay una
omisión y en consecuencia una restricción al ejercicio mismo de los derechos”29.
Una condición ineluctable para garantizar la independencia del Parlamento del Ejecutivo
es a través del derecho de reunirse ordinariamente y por derecho propio. De hecho, para
imposibilitar esa cualidad, el Ejecutivo se las ingenia para limitar ese derecho hasta su
inoperancia o enervarlo haciéndolo a través de convocatoria a sesiones extraordinarias para
debatir solo los temas de su interés. En Colombia tuvimos tristes ejecutorias al respecto.
“El doctor Rafael Núñez fue en la historia colombiana del siglo XIX el más caracterizado
despreciador del Congreso. Cuando en 1885-86 se avecinaba el cambio institucional violento
de la federación a la república centralista, su opinión era que el poder legislativo no tuviera
reuniones ordinarias sino cada diez años! …”33.
Colombia atraviesa ahora por un mayúsculo aprieto, para llamarlo con indulgencia,
de colosales consecuencias. El Congreso de la República y la Corte Constitucional,
sucumbieron ante el poder avasallante del Ejecutivo encarnado por Juan Manuel Santos,
el Presidente de turno. El Congreso a través del Acto Legislativo 01 de 2016 le confirió
amplísimas facultades de Sultán o Emperador, sin control efectivo alguno, al Presidente de
la República, para expedir reformas constitucionales, leyes y decretos con fuerza de ley,
con el pretexto de concretar el Acuerdo de Paz celebrado con el grupo guerrillero de las
Farc. “Cualquier despreocupado observador ajeno al Derecho, intuiría que con la lúcida
reforma constitucional del Acto Legislativo 01 de 201637 que incorporó el “fast track” y que
recibió previsiblemente como crónica anunciada la bendición de la Corte Constitucional,
34 Luego fue Presidente. El titular a la sazón era Alfonso López Pumarejo. Figuras preclaras del Liberalismo.
35 Ortega y Gasset, José (1942). Esquema de la crisis.
36 De Vega García, Pedro (1996). “En torno a la crisis de las ideas de representación y de legitimidad en la
democracia actual”. En: Temas de Derecho Público. N° 42. 1ª ed. Bogotá: Universidad Externado de Colombia.
37 “Por medio del cual se establecen instrumentos jurídicos para facilitar y asegurar la implementación y el desa-
rrollo normativo del acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera”.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
170 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
como mecanismo veloz sin debate alguno por el Congreso de la República para aprobar
lo que le enviaba el Ejecutivo, se colarían impunemente toda clase de reformas legales y
constitucionales sin relación alguna con el Acuerdo del proceso de paz. El dictador Gustavo
Rojas Pinilla presumía de sus buenas relaciones judiciales aludiendo a la Corte Suprema de
Justicia, órgano a la sazón guardián de la Constitución Política, calificándola afectuosamente
como la Corte Amiga. Ver para creer. La historia, según Karl Marx, se repite como tragedia
y farsa. Ahora se reitera ese axioma”38. En efecto, la Corte Constitucional mediante la
sentencia C-699 de 2016 la declaró exequible.
El Parlamento como institución política está inventado. Que haya motivos para mejorar
su funcionamiento, no parece exista disenso, pero conservarlo como lo más preciado en la
democracia es de una realidad irreductible y cualquier constitucionalista serio no lo pondría
en duda.
fase decisoria del procedimiento de investidura, no todas las minorías salen beneficiadas por
igual. Aunque existen otros factores, como el número de fuerzas mayoritarias y minoritarias
en liza, que pueden alterar lo que a continuación se afirmará, generalmente las mayorías
exigidas es el elemento clave que permite determinar el grado de protección que disfrutan las
minorías: cuanto más elevada sea, más ventajas supondrá para los que estén en inferioridad
numérica, sin distingos de intensidad; cuanto menos elevada sea, más ventajas generará para
los que dentro de los menos tengan mayor peso cuantitativo o para aquellos que, desde una
inferioridad numérica severa, vean incrementando su número, gracias a la unión con otra
fuerzas en su misma situación”43.
En el marco del Estado Social, el Estado responde por las fallas en el servicio a través de la
acción de reparación directa44 y por las violaciones de derechos imputables a las autoridades
que encarnan su poder en el derecho internacional de los derechos humanos. Así entonces
los Parlamentos deben responder por la expedición de leyes inicuas que causan afectaciones
a la comunidad45. Pero la responsabilidad que nos ocupa en este estudio es la política. Si
la democracia es participativa, la consecuencia es la responsabilidad de sus integrantes a
través de la revocatoria del mandato. Así se predica como consecuencia obvia frente a los
elegidos popularmente. Juan Jacobo Rousseau46 hacía el símil de la soberanía popular en el
entendido que cada uno de los asociados era partícipe del mismo porcentaje de soberanía en
proporción cuantitativa. La remota democracia directa que se pierde en los tiempos greco-
romanos, constituyó el primer eslabón de la forma en que se elegía al “delegado” y de su
responsabilidad por conducto de esa clase de revocatoria.
El voto imperativo no tiene porqué ser excluyente del mandato representativo. Las
Constituciones Políticas en una mayoría patética proscriben esta clase de responsabilidad
defendida en esta ponencia, consagran y mantienen sin pudor en estos tiempos del siglo XXI
que es nulo el mandato imperativo. Como sucede con las Constituciones de Francia56, Italia57,
Alemania58, España59, entre otros Estados.
50 “Las ecuatorianas y ecuatorianos gozan de los siguientes derechos: (…). 6. Revocar el mandato que hayan
conferido a las autoridades de elección popular. (…)”.
51 “Las personas en goce de los derechos políticos podrán revocar el mandato a las autoridades de elección popular. (…)”.
52 “(…). Para la aprobación de un asunto propuesto a referéndum, consulta popular o revocatoria del mandato,
se requerirá la mayoría absoluta de los votos válidos, salvo la revocatoria de la Presidenta o Presidente de la Repú-
blica en cuyo caso se requerirá la mayoría absoluta de los sufragantes. (…)”.
53 “La Presidenta o Presidente de la República cesará en sus funciones y dejará vacante el cargo en los casos
siguientes:(…).6. Por revocatoria del mandato, de acuerdo con el procedimiento establecido en la Constitución”.
54 Sección II. Control de la acción de Gobierno. en los siguientes casos:1. Por delitos contra la seguridad del
Estado.2. Por delitos de concusión, cohecho, peculado o enriquecimiento ilícito.3. Por delitos de genocidio, tortura,
desaparición forzada de personas, secuestro u homicidio por razones políticas o de conciencia. Para iniciar el juicio
político se requerirá el dictamen de admisibilidad de la Corte Constitucional, pero no será necesario el enjuiciamien-
to penal previo.
55 Por arrogarse funciones que no le competan constitucionalmente, previo dictamen favorable de la Corte
Constitucional y por grave crisis política y conmoción interna.
56 “Artículo 27. Será nulo todo mandato imperativo. El derecho de voto de los miembros del Parlamento será
personal. La ley orgánica podrá autorizar excepcionalmente la delegación de voto. En tal caso nadie podrá recibir la
delegación de más de un mandato”.
57 “Artículo 67. Todo miembro del Parlamento representa a la Nación y ejerce sus funciones sin estar ligado a
mandato alguno”.
58 “Artículo 38. Principios electorales. (1) Los diputados del Bundestag Alemán serán elegidos por sufragio
universal, directo, libre, igual y secreto. Son los representantes del pueblo en su conjunto, no ligados a mandatos ni
instrucciones, y sujetos únicamente a su conciencia”.
59 “Artículo 67. El mandato parlamentario( ).2. Los miembros de las Cortes Generales no estarán ligados por mandato
imperativo( )”.
ECHEVERRI QUINTANA, Eudoro / ECHEVERRI CALLE, Pablo
Los problemas del Poder Legislativo. ¿Eficientes corporaciones democráticas o marionetas del ejecutivo? 173
Una de las características del Parlamento es la de ser responsable de sus actos: “los
parlamentarios rinden cuentas al electorado acerca del desempeño de sus funciones y la
integridad de su conducta”60. La Unión Interparlamentaria61 (UIP 1889) es el organismo
político con legitimidad para establecer recomendaciones a los Parlamentos del mundo en
la búsqueda de una institución política más decente. Entre ellas están adicionalmente en el
documento citado a pie de página, se trata de la responsabilidad horizontal y vertical, la primera
incumbe a órganos reglamentarios y otros órganos de control compuestos por profesionales
que actúan en nombre del público; la segunda se refiere al control efectuado desde abajo
por la ciudadanía misma a través de diversos mecanismos como elecciones, procedimientos
de denuncia e indemnización, actividades de las organizaciones de la sociedad civil, etc.;
dimensiones que pueden combinarse, permitiendo una rendición de cuentas efectiva (p. 97,
98). Asimismo la revocación de los parlamentarios y un control eficaz del Poder Ejecutivo
(p. 129).
7. CONCLUSIONES
“Esperando a Godot” de Samuel Beckett, obra perteneciente al teatro del absurdo. Así
es la realidad con la actuación de los Parlamentos en el mundo. Hace tiempo la comunidad
mundial aguarda exultante que finalmente dicho órgano de representatividad popular haga
sin tanto ruido su trabajo político. Debe entonces el Parlamento ser fortalecido a través
de medidas audaces como la supresión de normas constitucionales que declaran nulo la
imposición del mandato imperativo.
Investigarse más si está fatalmente garantizado el trabajo parlamentario con las Cámaras
convencionales o si por le contrario debe reducirse a una sola Cámara con un número
reducido de sus miembros, respondiendo al clamor público de disminuirse a un mínimo de
representantes por entidad territorial y un número razonable proporcional por la población.
Aunque este aspecto no fue tratado en este trabajo, sí es esencial, en el entendido de hurgar las
medidas pertinentes para rescatar al Parlamento en su dimensión integral en una democracia.
60 El Parlamento y la Democracia en el Siglo Veintiuno. Una guía de buenas prácticas. Unión Interparlamenta-
ria 2006. Escrito y revisado por David Beetham. http://www.ipu.org/pdf/publications/democracy_sp.pdf
61 La estrategia de la UIP para 2012-2017 designada como “Mejores parlamentos para democracias más fuertes”.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
174 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Aspirar a que el Parlamento funja seriamente como actor incondicionado del control
político, quizá sea una entelequia. Devienen vigentes las palabras de Michel Foucault: “¿Qué
no se ha dicho sobre la sociedad burguesa, hipócrita, pudibunda, avara de sus placeres,
empeñada en no reconocerlos ni nombrarlos?” Por contera no hay que hacerse muchas
ilusiones, pero los idealistas cambiamos el mundo de la dialéctica con nuestras disquisiciones
inútiles.
8. BIBLIOGRAFÍA
ARAGÓN REYES, Manuel. Constitución y control del poder. Introducción a una teoría
constitucional del control. Universidad Externado de Colombia, Bogotá, 1999.
CHIRAC, Jacques. Reforma constitucional del Parlamento francés. Volverá a ser lugar
privilegiado para el debate político. En Revista Derecho del Estado. N° 1, enero 1997.
Departamento del Derecho Público y Ciencia Política. Universidad Externado de Colombia.
Bogotá.
DE VEGA GARCÍA, Pedro (1996). “En torno a la crisis de las ideas de representación
y de legitimidad en la democracia actual”. En: Temas de Derecho Público. N° 42. 1ª ed.
Bogotá. Universidad Externado de Colombia.
LASSEN, David D & ALT, James E. “Political and Judicial Checks on Corruption:
evidence from American State Governments”. En Economics and Politics. Volume 20. 2008.
(Consultado el 3 de enero de 2017 en http://projects.iq.harvard.edu/gov2126/files/altlassen.
pdf ).
LEVINSON, Daryl J. and PILDES, Richard H., “Separation of Parties, Not Powers” (2006).
New York University Public Law and Legal Theory Working Papers. Paper 25. (Consultado el
10 de enero de 2017 en http://lsr.nellco.org/cgi/viewcontent.cgi?article=1024&context=nyu_
plltwp ).
RESTREPO PIEDRAHITA, Carlos. Esquicio para una perspectiva histórica del Congreso
en Colombia. Universidad Externado de Colombia. Instituto de Estudios Constitucionales
Carlos Restrepo Piedrahita. Bogotá. 1986.
REYES HEREDIA Oscar De los. “La urgente reforma al Congreso y los derechos
humanos”. En el libro: La Constitución mexicana de 1917. 100 años después. Coordinadores:
Vicente Fernández Fernández, Carlos Manuel Villabella Armengol, Juan Ramírez Marín.
Editorial Porrúa, México, 1ª edic., 2017.
SCHLESINGER, Arthur. Citado por BUSSO, Anabella. En “El paralelismo…, ob. cit.
Los derechos humanos, como el término claramente indica, son aquellos que le asisten
a las personas naturales por el mero hecho de ser humanos. Son derechos inherentes a la
personalidad y se identifican como constitucionales debido a su inclusión en la mayoría de
las Constituciones.
* Especialista Principal del Grupo Asesor Jurídico y Relaciones Internacionales, Centro Nacional de Educación
Sexual (CENESEX), Cuba.
**Asesora Jurídica, Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), Cuba.
1 Cutié Mustelier, Daniela y Méndez López, Josefina, Tribunales y tutela de los derechos humanos en Cuba.
¿Una cuestión pendiente?, Revista del Instituto de Ciencias Jurídicas, 2008, p. 224.
2 Ídem.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
180 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
“Toda persona tendrá acción de tutela para reclamar ante los jueces, en todo momento
y lugar, mediante un procedimiento preferente y sumario, por sí misma o por quien actúe a
su nombre, la protección inmediata de sus derechos constitucionales fundamentales, cuando
quiera que estos resulten vulnerados o amenazados por la acción o la omisión de cualquier
autoridad pública.”4
También es considerado como una garantía procesal añadida para el ciudadano, cuando el
órgano judicial que conoció del asunto, al aplicar la legislación vigente, vulneró sus derechos
fundamentales. Ejemplo de ello lo encontramos en el Artículo 43 (primer párrafo) de la
reforma de 1994 de la Constitución Nacional de Argentina, en el Capítulo titulado “Nuevos
derechos y garantías”:
“Toda persona puede interponer acción expedita y rápida de amparo, siempre que no
exista otro medio judicial más idóneo, contra todo acto u omisión de autoridades públicas
o de particulares, que en forma actual o inminente lesione, restrinja, altere o amenace,
con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta, derechos y garantías reconocidos por esta
Constitución, un tratado o una ley. En el caso, el juez podrá declarar la inconstitucionalidad
de la norma en que se funde el acto u omisión lesiva.”5
3 Prieto Valdés, Martha, “Las garantías constitucionales de los derechos fundamentales y la Constitución de
1976”, en Matilla Correa, Andry (coordinador), La Constitución cubana de 1976: cuarenta años de vigencia, Editorial
UNIJURIS, La Habana, 2016, p. 171.
4 Ver Constitución de Colombia de 1991, Título Dos, Capítulo 4, Protección y aplicación de los Derechos,
artículo 86.
5 Ver Constitución Nacional de Argentina (reforma de 1994), Capítulo Nuevos derechos y garantías, Artículo
43, primer párrafo.
CALAÑA PÉREZ, Ivón / CUBELA GARCÍA, Mabel Caridad
Tutela de los derechos constitucionales desde la misión del Centro Nacional de Educación Sexual 181
de los derechos, haciéndose eco en el derecho internacional, desde 1948, con su presencia
en las declaraciones americanas y en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre
(artículo 8), que establecen la necesidad de que los países reconozcan en sus ordenamientos
un procedimiento sencillo y breve que ampare a los particulares contra la violación de los
derechos fundamentales.6
Dentro de los derechos humanos que hoy se defienden en el mundo, se plantea que todas
las personas deben gozar con plenitud de los derechos consagrados como vitales para los
seres humanos, y que es deber de los Estados garantizar su protección.
6 Fernández Segado, Francisco, “Los orígenes del control de la constitucionalidad y del juicio de amparo en
el constitucionalismo mexicano de la primera mitad del siglo XIX. El impacto del voto particular de Don Mariano
Otero”, pp. 67 y ss. en González Piloto, Luisis Mariely, El amparo constitucional como garantía de los derechos,
Justicia y Derecho, revista del Tribunal Supremo Popular de la República de Cuba, publicación semestral No. 26,
año 14, junio de 2016, p.137.
7 Guanche, Julio César y Fernández Estrada, Julio, Derechos y garantías en Cuba; fundamentación y propuesta
(ponencia), SELA, 2013, p. 7.
8 González Piloto, Luisis Mariely, ob. cit., p. 141.
9 Pérez Hernández, Lissette, La Constitución en sede judicial, Justicia y Derecho, revista del Tribunal Supremo
Popular de la República de Cuba, publicación semestral No. 26, año 14, junio de 2016, p. 322.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
182 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Otros derechos importantes para el hombre, como la ciudadanía, los derechos al sufragio,
a participar en la vida política del país, a la igualdad, a la propiedad y a la herencia, a la libre
creación artística, científica e intelectual, también son reconocidos en el texto constitucional.
Otros derechos son extraíbles del cuerpo constitucional, como el derecho a un medio
ambiente sano, al deporte y a una vivienda confortable, entre otros.13
Las garantías jurisdiccionales son aquellos mecanismos que constituyen una forma de
protección más directa de los derechos humanos. En la generalidad de los países devienen
en la garantía de primer orden, pues la sola posibilidad de acudir a un órgano imparcial,
independiente, dotado de la necesaria fuerza coercitiva para hacer cumplir sus decisiones,
integrado por un personal capacitado capaz de aplicar los derechos fundamentales de
conformidad con su contenido constitucionalmente reconocido, puede permitir a quien ve
vulnerado un derecho humano, obtener su protección y reparación, lo que sin dudas constituye
la gran ventaja de este tipo de garantía con relación a las demás.17
Mientras que las garantías jurisdiccionales específicas son remedios procesales creados
exclusivamente para proteger los derechos humanos. Se distinguen por brindar de forma
directa, rápida y eficaz tutela a los derechos humanos reconocidos por el ordenamiento
constitucional, siendo los efectos del fallo protector esencialmente reparador, es decir, no
sólo requiere de la sanción sino que dispone la restitución al afectado en el goce de sus
derechos.19
Aún y cuando la Ley No. 82 de 1997, “Ley de los Tribunales Populares”, establece
entre sus principales objetivos: “amparar la vida, la libertad, la dignidad, las relaciones
familiares, el honor y el patrimonio, y los demás derechos e intereses legítimos de los
ciudadanos” (artículo 4 inciso c.); a los tribunales les han quedado reservadas únicamente
las cuestiones de legalidad, no existiendo la jurisdicción constitucional, al quedar reducido
el subsistema de garantías jurisdiccionales a las llamadas garantías generales o medios
procesales ordinarios, o sea, los procedimientos ordinarios o comunes (civil, penal, laboral,
administrativo y económico), a través de los cuales se protegen los derechos de carácter
ordinario y de forma indirecta pueden utilizarse para la tutela de los derechos humanos;21lo
que resulta viable porque, como establecen los artículos 121 y 122 de la Constitución, los
tribunales son órganos independientes e imparciales y “los jueces, en su función de impartir
justicia, son independientes y no deben obediencia más que a la ley.”
En este sentido, los tribunales cuando determinan la norma aplicable al caso concreto,
lo cual significa, esencialmente, administrar justicia, protegen los derechos humanos. Los
jueces al fallar un caso concreto están en el deber de buscar la norma aplicable, en el caso
concreto sometido a su decisión, es decir que la interpretación y aplicación de las leyes
por los tribunales, debe siempre estar regida por la valoración y el respeto a los derechos
humanos reconocidos por el texto constitucional;22 a tenor del principio establecido en el
artículo 8 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, del cual Cuba es
signataria: “Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo ante los tribunales nacionales
competentes que la ampara contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos
por la Constitución y por la Ley.”23
19 Ídem.
20 Ídem.
21 Ídem, p. 225.
22 Ídem.
23 Declaración Universal de los Derechos Humanos, 1948, en González Piloto, Luisis Mariely, ob. cit., p. 146.
CALAÑA PÉREZ, Ivón / CUBELA GARCÍA, Mabel Caridad
Tutela de los derechos constitucionales desde la misión del Centro Nacional de Educación Sexual 185
Con función garantista, está determinado en el artículo 127, el papel de la Fiscalía General
de la República como el órgano encargado del control y preservación de la legalidad y su
restablecimiento ante las violaciones de derechos ciudadanos.25 En este sentido, la Ley No.
83 de 1997, “Ley de la Fiscalía General de la República”, la habilitó para “actuar ante
violaciones de los derechos constitucionales y las garantías legalmente establecidas y frente
a las infracciones de la legalidad en los actos y disposiciones de organismos del Estado y
sus dependencias, las direcciones subordinadas a los órganos locales y demás entidades
económicas y sociales, exigiendo su restablecimiento” (art. 8 inciso b), al tiempo que la
facultó para restablecer la legalidad a través de resolución dictada por el fiscal actuante.26
Por otro lado, aunque la Constitución cubana de 1976 se ha considerado siempre más
como un programa que como un texto normativo de aplicabilidad inmediata –que, como
sostiene el profesor Andry Matilla Correa27, no tiene sustento expreso en ningún precepto
constitucional–,28 y de hecho, solo excepcionalmente se invoca la Constitución en los
tribunales del país, a partir de la preponderancia de la idea de tenerle más como norma
enunciadora de principios o norma de carácter programático, que como norma jurídica
plenamente operativa, ningún criterio legal impide hacerlo.29
24 Ver Constitución de la República de Cuba (reforma de 1992), art. 63: “Todo ciudadano tiene derecho a dirigir
quejas y peticiones a la autoridades y a recibir la atención o respuestas pertinentes y en plazo adecuado, conforme a la ley.”
25 Ver Constitución de la República de Cuba (reforma de 1992), art. 127: “La Fiscalía General de la República,
es el órgano del Estado al que corresponde, como objetivos fundamentales, el control y la preservación de la legalidad,
sobre la base de la vigilancia del estricto cumplimiento de la Constitución, las leyes y demás disposiciones legales,
por los organismos del Estado, entidades económicas y sociales y por los ciudadanos; y la promoción y el ejercicio
de la acción penal pública en representación del Estado.”
26 Guanche, Julio César y Fernández Estrada, Julio, ob. cit., p. 23.
27 Doctor en Ciencias Jurídicas. Profesor Titular Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana. Presidente
de la Sociedad Cubana de Derecho Constitucional y Administrativo de la Unión Nacional de Juristas de Cuba.
28 Matilla Correa, Andry, “Unas líneas (preliminares para un libro) con motivo de los cuarenta años de vigencia
de la Constitución cubana de 1976” en Matilla Correa, Andry (coordinador), ob. cit., p. 15.
29 Guanche, Julio César y Fernández Estrada, Julio, ob. cit., p. 12.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
186 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
con los mandatos constitucionales provoca inaplicación, o como prefiero [decir], una
inconstitucionalidad por omisión”.30
Ahora bien, el ordenamiento cubano contiene normas especiales que suplen en parte las
carencias constitucionales:
- La Ley No. 62 de 1987, “Código Penal”, en el Libro II Parte Especial, sanciona tipos
delictivos que describen conductas que atentan contra el derecho porque obstaculizan
el ejercicio del mismo, es decir, impiden que el titular del derecho lo ejerza de acuerdo
a su dimensión constitucional.
El Título IX, “Delitos Contra los Derechos Individuales”, regula una serie de conductas
delictivas que atentan contra algunos de los derechos fundamentales recogidos en el
capítulo VII de la Constitución, como es el caso de la libertad e la inviolabilidad
personal, la inviolabilidad del domicilio, la inviolabilidad de la correspondencia,
libertad de palabra y prensa, los derechos de reunión, asociación, queja y petición y
la libertad de cultos. También son protegidos el derecho de propiedad y la igualdad
(derecho de la no discriminación), aunque estos dos, no aparecen dentro del capítulo
VII.
El Título X, “Delitos contra los Derechos Laborales”, tutela penalmente los derechos
al trabajo y a la protección e higiene del trabajo, mientras que el capítulo V del Título
30 Prieto Valdés, Martha, “Reflexiones en torno al carácter normativo de la Constitución” en Pérez Hernández,
Lissette y Prieto Valdés, Martha, Temas de Derecho constitucional cubano, Editorial Félix Varela, La Habana, 2000,
pp. 11-12.
31 Guanche, Julio César y Fernández Estrada, Julio, ob. cit., p. 12.
32 Ídem, p. 19.
CALAÑA PÉREZ, Ivón / CUBELA GARCÍA, Mabel Caridad
Tutela de los derechos constitucionales desde la misión del Centro Nacional de Educación Sexual 187
III, protege el derecho a la salud. Por su parte, el Título VIII, “Delitos contra la
vida y la integridad corporal”, reconoce y tutela el derecho a la vida y el Título
XII, artículos 318-321, protege el derecho al honor; dos derechos humanos de gran
significación, que la Constitución no reconoce expresamente.
- La Ley No. 72 de 1992, “Ley Electoral”, en su título XI, “De lo ilícito de lo electoral”,
establece una serie de conductas delictivas, algunas de las cuales atentan contra este
derecho.
- La Ley No. 7 de 1977 –modificada por Decreto-Ley No. 241 de 2006–, “Ley de
Procedimiento Civil, Administrativo, Laboral y Económico”, garantiza derechos
patrimoniales y familiares mediante procedimientos ordinarios y especiales, como
por ejemplo, el proceso de amparo en la posesión ante cualquier acto o actuación
proveniente de autoridades u órganos administrativos, incluso de particulares,
regulado en los artículos 393 al 424, del Capítulo II del Título IV, “De los procesos
especiales”. O el proceso sucesorio, reglamentado en el Libro Cuarto, que brinda
tutela al derecho a la herencia previsto en el artículo 24 de la Constitución.
- La Ley No. 116 de 2013, “Código de Trabajo”, garantiza la protección de los derechos
de índole laboral. Por ejemplo, el artículo 2, sobre los principios fundamentales que
rigen el derecho de trabajo, en el inciso k), establece el derecho de los trabajadores
a promover acciones ante los órganos, autoridades e instancias competentes, para
el reconocimiento y cumplimiento de los derechos de trabajo y de seguridad social
consagrados en la legislación; y en artículo 160, determina el derecho del trabajador
a recibir del empleador la reparación de daños e indemnización de los perjuicios
sufridos por la violación de sus derechos de trabajo y por imposición indebida de
medidas disciplinarias.
- La Ley No. 59 de 1987, “Código Civil”, Capítulo IV, Sección segunda, artículos 82-
98, establece la obligación de Indemnización por daños y perjuicios. A través de él se
puede tutelar cualquier derecho siempre que la lesión resulte un daño o perjuicio para
su titular y es un medio efectivo para la restitución de los derechos.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
188 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Los derechos sexuales permiten a las personas el disfrute pleno de la sexualidad; entendida
esta, como define el profesor Manuel Vázquez Seijido,33como una esfera significativa de la
personalidad, que comprende todo lo relativo al sexo, la identidad de género, los roles de
género, la orientación sexual, el placer, el erotismo y la reproducción.34
33 Máster en Criminología, Subdirector del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX). Profesor Asistente
de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana. Miembro de la Sociedad Cubana Multidisciplinaria para
el Estudio de la Sexualidad (SOCUMES).
34 Vázquez Seijido, Manuel, “Derechos sexuales relativos a la orientación sexual y la identidad de género:
algunas reflexiones sobre sus garantías en Cuba”, en Derecho constitucional en el Caribe: género, sexualidad y raza,
Facultad de Derecho de la Universidad Interamericana de Puerto Rico, 2015, pp. 11-12.
35 Vázquez Seijido, Manuel, ob. cit., p. 11.
36 Ídem, pp. 12-13.
37 Ídem, p. 15.
CALAÑA PÉREZ, Ivón / CUBELA GARCÍA, Mabel Caridad
Tutela de los derechos constitucionales desde la misión del Centro Nacional de Educación Sexual 189
Además, por vía indirecta se obtienen en Cuba algunos mecanismos para la promoción
y defensa de los derechos sexuales relativos a la orientación sexual e identidad de género,
toda vez que se encuentran garantizados otros derechos humanos y por esta forma se ejerce la
defensa de los derechos sexuales.38 Resaltamos, en tal sentido, la Constitución de la República
y la Ley No. 62 de 1987, “Código Penal”.
Por su parte, como quedó ilustrado en el epígrafe anterior, el Código Penal cubano tipifica
como delitos aquellas conductas que atenten contra la vida y la integridad corporal de las
personas como bienes jurídicos superiores, contra los derechos individuales y contra el
normal desarrollo de las relaciones sexuales y contra la familia, la infancia y la juventud; lo
cual a todas luces garantiza el disfrute del derecho a la libertad sexual, así como el derecho
a la autonomía, la integridad y seguridad sexuales.40 Por otra parte, regula el delito contra el
derecho de igualdad, sancionando la conducta discriminadora hacia otra persona.
38 Ídem, p. 16.
39 Ver Constitución de la República de Cuba (reforma de 1992), art. 1: “Cuba es un Estado socialista de trabajadores,
independiente y soberano, organizado con todos y para el bien de todos, como república unitaria y democrática para el
disfrute de la libertad política, la justicia social, el bienestar individual y colectivo y la solidaridad humana.”
40 Vázquez Seijido, Manuel, ob. cit., p. 19.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
190 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Como espacio para el ejercicio de los derechos humanos en Cuba, especialmente de los
derechos sexuales, el CENESEX dirige la Comisión Nacional de Atención Integral a Personas
Transexuales (CNAIPT) del Ministerio de Salud Pública; identifica los principales problemas
que requieren la atención de servicios de salud sexual atendiendo a la misión del CENESEX;
confecciona y actualiza la documentación que se requiera para el funcionamiento de los
servicios de la salud sexual; desarrolla la investigación científica en temas relacionados con
la sexualidad humana y generaliza sus resultados; diseña, desarrolla y evalúa servicios de
consejería, orientación y terapia sexual, así como de orientación jurídica relacionados con la
salud sexual y los derechos sexuales; diseña, produce y comercializa productos comunicativos
y comunicológicos correspondientes al PRONESS, según las regulaciones vigentes; forma
sistemáticamente como activistas y promotores(as), profesionales y no profesionales, a
diferentes actores sociales y atiende las redes sociales comunitarias y de internet que tributan
al desarrollo de una sexualidad plena y responsable.
41 El Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), surge mediante la Resolución Ministerial No. 235
de 28 de diciembre de 1988, emitida por el Ministro de Salud Pública, como unidad independiente del Sistema
Nacional de Salud.
CALAÑA PÉREZ, Ivón / CUBELA GARCÍA, Mabel Caridad
Tutela de los derechos constitucionales desde la misión del Centro Nacional de Educación Sexual 191
Es un servicio jurídico único, toda vez que no se tienen otros referentes en el país, y va
encaminado también a cubrir la atención legal que complementa los procesos de atención
integral a personas trans, a mujeres víctimas de violencia y a menores que han sido abusados
sexualmente o han sufrido algún tipo de violencia, así como aquellas personas que han
resultado discriminadas por motivos de género, orientación sexual, identidad o expresión de
género.
Los temas a tratados suelen derivarse de la misión o encargo social del CENESEX dentro
del Sistema de Salud Pública. Su calificación permite al/a la especialista determinar la forma
de atención, así como la ruta de solución y la orientación legal requerida, según sea el caso.
Esta acción exige del/de la especialista el dominio de conocimientos teóricos y prácticos que
le permitan calificar correctamente el hecho sometido a su valoración; para ello se auxilia,
de ser necesario, de especialistas de otras ramas del Derecho así como de profesionales de
otras disciplinas.
42 Ver Manual de Procedimiento, Grupo Asesor Jurídico y Relaciones Internacionales, Centro Nacional de
Educación Sexual, 2017.
43 Carbonell, M, “Estudio introductorio. Derechos fundamentales y justicia constitucional” en Rolla, Giancarlo,
Derechos fundamentales, Estado democrático y Justicia constitucional, UNAM, México, 2002, p. 21.
44 Vázquez Seijido, Manuel y colectivo de autores, Derechos sexuales en Cuba, Experiencias desde la praxis en
el Servicio de Orientación Jurídica del Centro Nacional de Educación Sexual, Editorial Cenesex, La Habana, 2017.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
192 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Además, suelen tratarse otros temas que no guardan relación directa con la misión
institucional, como pueden ser casos sociales, problemas de vivienda, enfermedades
poco comunes que requieren una atención especial, entre otros que, si bien trascienden
la razón de ser de la Institución, son atendidos por cuestiones humanitarias debido a
que acuden al Centro en muchas ocasiones cuando han agotado las vías establecidas
para canalizar su situación, esperanzados en que al menos puedan ser escuchados.
Existe otro grupo de personas que no se incluyen dentro de estas categorías y cuyos
derechos vulnerados no guardan relación directa con la misión de la Institución, que
exceden el nivel de competencia del centro, pero que acuden solicitando orientación y
ayuda, debido al reconocimiento del CENESEX por parte de la ciudadanía, como un
espacio efectivo para la solución de violaciones de los derechos humanos.
5.2.2.1. Personas trans
Es utilizado este término, por considerarlo más englobador, que intenta incluir con
mayor acierto a la gran diversidad de expresiones e identidades de género.46
47 Mediante esta misma Resolución se crea el Centro de Atención a la Salud Integral de las Personas Transexuales,
con el objetivo básico de brindar los servicios de salud integral que incluye el estudio, tratamiento, investigación
asistencial y seguimiento a las personas trans.
48 La Comisión Nacional de Atención Integral a Personas Transexuales (CNAIPT), tiene entre sus funciones
la elaboración, implementación y coordinación de la política nacional de atención integral a personas trans y su
promoción y la aprobación, de acuerdo a los criterios de elegibilidad y disponibilidad contenidos en los protocolos
de actuación para el tratamiento, la pertinencia o no de la cirugía de reasignación sexual.
49 Vázquez Seijido, Manuel y colectivo de autores, ob. cit., p. 9.
50 Vázquez Seijido, Manuel, ob. cit., p. 20.
51 Vázquez Seijido, Manuel y colectivo de autores, ob. cit., p. 10.
52 Nomenclatura utilizada por los actuales procesos ordinarios acontecidos en sede judicial previa a su posterior
rectificación en el asiento registral correspondiente al sexo. También se han nombrado como proceso ordinario sobre
estado civil y proceso ordinario sobre rectificación de inscripción registral de nacimiento.
53 Vázquez Seijido, Manuel y colectivo de autores, ob. cit., p. 9.
54 Ídem, p. 13.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
194 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
reconoce una conducta como violenta cuando la acción u omisión está tipificada como
delito, como los sancionados en el Título VIII, “Delitos contra la vida y la integridad
corporal”, como Asesinato (art. 263 y 264), Homicidio (art. 262), Lesiones (art. 227,
273 y 274), Amenazas (art. 284), Coacción (art. 286) o Violación (art. 298), entre
otros, o cuando la violencia constituye elemento de cualificación del delito, como la
forma agravada del delito contra el derecho de igualdad (art. 295.2).
La función del Servicio de Orientación Jurídica en este sentido, conecta con la Dirección
de Atención a la Ciudadanía de la Fiscalía General de la República y con la Dirección General
de la Policía Nacional Revolucionaria, a través de despachos y conciliaciones, además de
otros organismos administrativos y organizaciones de la sociedad civil, como la Federación
de Mujeres Cubanas (FMC)55, que entre sus objetivos se encuentra lograr el pleno ejercicio
de la igualdad de la mujer en todos los ámbitos y niveles de la sociedad y que, a través de las
Casas de Orientación a la Mujer y la Familia, opera directamente en la protección de la mujer
víctima de violencia de género, al amparo de la Convención de las Naciones Unidas sobre la
Eliminación de todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW) de 197956,
vinculante para los Estados partes y que Cuba ratificó en 1980 y los principios recogidos en
la Conferencia Mundial de Derechos Humanos celebrada en Viena en 1993.57
Entendemos como abuso infantil como toda forma de maltrato físico y/o emocional,
abuso sexual, abandono o trato negligente, explotación comercial o de otro tipo, de
la que resulte un daño real o potencial para la salud, la supervivencia, el desarrollo
o la dignidad del niño y la niña en el contexto de una relación de responsabilidad,
confianza o poder (OMS).58
Del análisis del Ordenamiento Jurídico cubano y a partir de la práctica en la gestión
del Servicio de Orientación Jurídica, se pudo constatar que la protección a la infancia
y el respeto a sus derechos, la prevención y la atención al maltrato infantil, ocupan un
lugar prioritario en la agenda política del Estado cubano. La Constitución a lo largo
de su articulado ofrece un conjunto de garantías y postulados jurídicos con respecto
55 La Federación de Mujeres Cubanas (FMC), creada en agosto de 1960, es una organización de masas que
desarrolla políticas y programas encaminados a lograr el pleno ejercicio de la igualdad de la mujer en todos los
ámbitos y niveles de la sociedad, entre otros aspectos. Se trazó como objetivo principal la incorporación de la
mujer a la sociedad y al empleo, así como al programa de cambios sociales y económicos en marcha en el país. La
organización creó las Casas de Orientación a la Mujer y la Familia en las que radican equipos multidisciplinarios,
que en la actualidad coadyuvan a la protección de la mujer víctima de violencia de género.
56 La CEDAW es el principal instrumento jurídico internacional de DDHH para la promoción y defensa de los
derechos humanos de las mujeres. Se le conoce también como la Convención de la Mujer.
57 Reconoce que los derechos humanos de las mujeres y las niñas son parte inalienable, integrante e indivisible de
los Derechos Humanos Universales. Subrayó especialmente la necesidad de la labor destinada a eliminar la violencia
contra la mujer. Como resultado, la Asamblea General de las Naciones Unidas en su 48 periodo de sesiones, aprobó
la Resolución No. 104 que proclamó la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer y la CEDAW
pasa a ser considerada un instrumento de Derechos Humanos.
58 Acosta Tieles, N, Maltrato infantil, 3ª ed., Editorial Científico-
Técnica, La Habana, 2007.
CALAÑA PÉREZ, Ivón / CUBELA GARCÍA, Mabel Caridad
Tutela de los derechos constitucionales desde la misión del Centro Nacional de Educación Sexual 195
Igualmente encuentra cauce en el mandato constitucional del artículo 42, que proscribe
toda forma de discriminación que resulte lesiva a la dignidad humana.
El SIGESEX, es un servicio de fácil acceso, que no discrimina, que permite que cualquier
persona que tenga acceso a la web, pueda denunciar o registrar un hecho de violación de
los derechos humanos, en especial de los derechos sexuales. A través del SIGESEX, los y
las especialistas del Servicio de Orientación Jurídica del CENESEX, pueden acceder a la
información de los hechos y los reportes que han hecho las personas; siendo una vía segura,
rápida, directa e interactiva, de denuncia y para la orientación a los ciudadanos y ciudadanas
y permite, que cualquier persona, víctima o no, pueda denunciar un caso de vulneración
de derechos humanos, dado que la víctima puede estar hospitalizada, recluida en un centro
penitenciario, ser incapaz físico/a o mental o menor de edad y por esa razón, no tener acceso
al Sistema de Gestión.
pleno ejercicio de los derechos humanos. Esto permite conocer dónde hay que reforzar el
trabajo y hacia dónde hay que orientar las áreas de atención.
A su vez, funciona como un alerta para los operadores del Derecho (Policía, Fiscalía y
Tribunales) encargados de la persecución y enjuiciamiento oportunos de los delitos, toda
vez que aporta los elementos constitutivos del hecho, como la identificación de la víctima y
su agresor o victimario (institucional o natural), persona que realiza la denuncia, lugar del
hecho, fecha y tiempo en que ocurrió, testigos, pruebas documentales, dígase archivos de
audio, videos y de texto.
Ha servido durante diez años para elevar la comprensión de estos derechos humanos
indisolubles de la dignidad humana y para apoyar la lucha por la igualdad entre todas las
personas, independientemente de sus identidades de género, orientaciones sexuales, edad y
color de la piel, entre otras características.
Ha servido para llamar la atención acerca de las normas cuyas interpretaciones amplias
y modificaciones posibles pueden hacer que el Ordenamiento Jurídico cubano sea todo lo
diverso e inclusivo a que se aspira.
6. CONCLUSIONES
66 Doctor en Ciencias Jurídicas. Profesor de Derecho Constitucional y Teoría del Derecho de la Facultad de
Derecho de la Universidad de La Habana.
CALAÑA PÉREZ, Ivón / CUBELA GARCÍA, Mabel Caridad
Tutela de los derechos constitucionales desde la misión del Centro Nacional de Educación Sexual 199
como para que sus principios tengan una función prescriptiva en sede judicial y legislativa.67
Toda vez, que existe una voluntad política del Estado, consagrada en la propia Constitución,
encaminada a la protección de los derechos fundamentales, desde la base del cumplimiento
irrestricto de la Ley. Es por ello, que pretendemos el desarrollo y perfeccionamiento del
Servicio de Orientación Jurídica del Centro Nacional de Educación Sexual, como espacio
para el ejercicio efectivo y el amparo de los derechos humanos, en especial, los derechos
sexuales de los ciudadanos en Cuba.
7. BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
Cutié Mustelier, Daniela y Méndez López, Josefina, Tribunales y tutela de los derechos
humanos en Cuba. ¿Una cuestión pendiente?, Revista del Instituto de Ciencias Jurídicas,
2008, pp. 222-242.
Guzmán Hernández, Yan, La Dignidad Como ‘Ley Primera De Nuestra República’ Y ‘Con
Todos Y Para El Bien De Todos’: Dos Deberes Dialécticos Desde La Axiología Martiana en
La Constitución Cubana, Rev. Derecho del Estado [online], No. 34, 2015, pp. 127-151. ISSN
0122-9893.
67 Guzmán Hernández, Yan, La Dignidad Como ‘Ley Primera De Nuestra República’ Y ‘Con Todos Y Para El
Bien De Todos’: Dos Deberes Dialécticos Desde La Axiología Martiana en La Constitución Cubana, Rev. Derecho
del Estado, No. 34, 2015, p. 149.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
200 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Prieto Valdés, Martha, Una mirada desde y para el ordenamiento jurídico cubano; en
defensa de los derechos, Revista Anales de la Academia de Ciencias de Cuba, Vol. 3, No. 2,
2013.
Convención Internacional de los Derechos del Niño, aprobada por la Asamblea General
de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989.
Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano, aprobada por la Asamblea
Nacional Constituyente francesa el 26 de agosto de 1789, en https://es.wikipedia.org/.../
Declaración_de_los_Derechos_del_Hombre_y_del_Ciudadano
Ley No. 7 de 1977 –modificada por Decreto-Ley No. 241 de 2006–, “Ley de Procedimiento
Civil, Administrativo, Laboral y Económico”
Instrucción No. 216 de 2012 del Consejo de Gobierno del Tribunal Supremo Popular.
1. ANTECEDENTES HISTÓRICOS
Una vez asumió el poder como presidente de Perú, el señor Fujimori cometió una serie
de actos contrarios a los Derechos Humanos, lo cual, ha llevado al poder judicial a iniciar
procesos penales en su contra, unos ya han culminado con sentencia condenatoria y a su
vez, hay procesos en trámite, los cuales, se están viendo altamente afectados por el Indulto
Humanitario concedido al condenado Alberto Fujimori en diciembre de 2017, tal como lo
examinaremos más adelante, pero, es menester examinar las condenas en firme, para recalcar
su vulneración al derecho de gentes, por ser considerados Crímenes de Lesa Humanidad. En
ese orden de ideas, tenemos:
La primera sentencia en contra se dictó el 11 de diciembre del 2007 al probarse que había
ordenado a un militar suplantar a un fiscal para allanar ilegalmente la casa de Trinidad Becerra,
esposa de su ex asesor Vladimiro Montesinos y desaparecer los llamados ‘vladivideos’.
Motivos por los cuales la judicatura peruana decidió condenarlo a 6 años de prisión por este
delito.
* Abogado Universidad del Cauca, Magíster (C) en Derecho Médico Universidad Externado de Colombia y miembro
de la Asociación Colombiana de Derecho Procesal. maicolrodriguez90@gmail.com
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
204 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
a. Los perpetradores materiales de ambos crímenes fueron los miembros del denominado
“Grupo Colina”, del Ejército peruano (un grupo de aniquilamiento especialmente
concebido para dicho fin y para otras operaciones especiales de inteligencia). Los
asesinatos los realizaron selectivamente, bajo el estigma de que las víctimas eran
terroristas, y en el “Caso La Cantuta” contaron con una lista previamente elaborada.
b. El poder político, fue utilizado para proveer al “Grupo Colina” de los recursos
necesarios para el logro de sus fines, a la vez que, se garantizó un marco de impunidad
y estímulos a sus miembros con ocasión a la violación sistemática de violación a los
Derechos Humanos. Hubo ascensos y se otorgaron felicitaciones a los integrantes del
“Grupo Colina”, así́ como favoreció la impunidad con una ley de amnistía, entre otras
prebendas.
c. En el atentado de “La Cantuta” no sólo se incrimina el delito de asesinato por alevosía,
también el delito de desaparición forzada de personas.
d. El ex presidente Fujimori no sólo conocía de la existencia del “Grupo Colina” sino
que permitía sus acciones. Ejerció el dominio del hecho al tener la facultad y la
posibilidad para decidir si se ejecutaban o no esos hechos, el ex presidente Fujimori
tuvo un control anterior, simultáneo y posterior a su ejecución.
e. En los años 1992, 1993, 1996 y 1997, se mantuvieron detenidas a numerosas personas
en las instalaciones del Servicio de Inteligencia del Ejército, entre ellos el periodista
Gorriti Ellenbogen, y el empresario Samuel Edward Dyer Ampudia. En los Sótanos
del SIE no sólo se privó de libertad a varias personas, sino que se les maltrató y, en
algunos casos, se hicieron desaparecer y se las incineró. Empero, se puntualiza que la
sentencia extraditoria no acogió esos hechos, por lo que no fueron analizados.
1 Corte Suprema De Justicia De La República. Sala penal especial. Exp. No fecha: A.V. 19-2001 7 abril 2009.
Confirmada por la Corte Suprema De Justicia De La República primera sala penal transitoria. Exp. 19-2001-09 A.V.
diciembre 30 de 2009
RODRÍGUEZ BOLAÑOZ, Maicol Andrés
La omisión de un efectivo control de constitucionalidad y convencionalidad en el indulto de Alberto Fujimori 205
Como aspectos específicos para la configuración de los crímenes de lesa humanidad, que
igualmente se deben analizar a la luz de los controles de constitucionalidad y convencionalidad,
se tiene:
- El día 3 de noviembre de 1991, como a las dos de la tarde, se llevó a cabo una
pollada peruana en el solar del Jirón Huanta número 840, Barrios Altos --Cercado
de Lima, con la finalidad de recaudar fondos para reparar el sistema de agua y
desagüe del predio--. La pollada era considerada por el SIE como una modalidad de
funcionamiento de Sendero Luminoso para transmitir información a sus dirigentes,
así como, para recaudar fondos para la organización, por lo que, con el conocimiento,
aprobación o aquiescencia de las altas instancias del Ejército, y del señor Fujimori
Fujimori, optaron por incursionar sorpresivamente, tildando de terroristas y lanzando
improperios a los asistentes, para luego, matar a quienes podrían estar involucrados
con esa organización terrorista, no sin antes, colocarlos en el patio y hacer una
selección de los mismos bajo la indicación de un agente encubierto.
1.1.2.2. Atentado en “la cantuta”3
- El Gobierno del señor Fujimori Fujimori, dispuso el ingreso al campus universitario
de La Cantuta de efectivos del ejercito e instauró una Base de Acción Cívica. La
misión de esa Base consistía en mantener el orden interno, restablecer y garantizar las
actividades de la Universidad, e impedir el desenvolvimiento y actividades delictivas
de las organizaciones terroristas. Ello motivó frecuentes enfrentamientos, hasta que
el día 17 de julio de 1992, miembros de la Base, vistiendo chompas negras de cuello
alto, pantalones oscuros y botas negras, cubriéndose el rostro con pasamontañas,
seleccionan a 10 estudiantes y los introducen en las camionetas. Éstas salen de la
Universidad con rumbo a la avenida Ramiro Prialé y en la zona conocida como
“Boca del Diablo”, allí se les dió la orden de victimarlos, utilizando las pistolas
ametralladoras que portaban. A continuación, proceden a enterrarlos en una fosa que
se cava al instante aprovechando las características del terreno. Es así como, en horas
de la noche de ese mismo día los integrantes del ejercito efectuaron el traslado de los
cadáveres a unas laderas del cerro muy cercana al lugar del entierro inicial, donde los
incineran, los vuelven enterrar en tres fosas y les arrojan cal.
2 Corte Interamericana De Derechos Humanos. Caso Caso Barrios Altos Vs. Perú. Sentencia de 14 de marzo
de 2001. (fondo)
3 Corte Interamericana De Derechos Humanos Caso La Cantuta Vs. Perú. Sentencia de 29 de
noviembre de 2006. (fondo, reparaciones y costas)
4 Corte Suprema De Justicia De La República. Sala penal especial. Exp. No fecha: A.V. 19-2001 7 abril 2009.
Confirmada por la Corte Suprema De Justicia De La República primera sala penal transitoria. Exp. 19-2001-09 A.V.
diciembre 30 de 2009.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
206 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Gustavo Andrés Gorriti Ellenbogen. Este hecho ocurrió el 6 de abril de 1992, como a
las tres de la madrugada, en que personal militar se presentó a su domicilio, lo detuvo
y trasladó, sin comunicación previa ni información razonada, a las instalaciones del
SIE.
- Se atribuye al señor Fujimori Fujimori que, de uno u otro modo, dispuso o autorizó
la privación ilegal de libertad del empresario Samuel Edward Dyer Ampudia. El
citado, sin orden judicial, fue impedido de viajar a los Estados Unidos el día 27 de
julio de 1992 cuando se encontraba en el Aeropuerto Internacional “Jorge Chávez”.
Luego fue trasladado violentamente, por personal policial a los calabozos del SIE,
donde permaneció privado de libertad hasta el día 5 de agosto; fue sometido a una
investigación por el supuesto delito de terrorismo realizada a partir del treinta de julio
y hasta el tres de agosto, arrojando resultados negativos para vinculaciones terroristas.
5 ibídem.
6 Corte Suprema De Justicia De La República Sala Penal Especial. Exp. No Av–23–2001 arts. 17o cpp – 34o.
4 lopj pon.: sr. San Martin Castro
RODRÍGUEZ BOLAÑOZ, Maicol Andrés
La omisión de un efectivo control de constitucionalidad y convencionalidad en el indulto de Alberto Fujimori 207
Como se ha señalado en este escrito, hubo condenas por hechos que atentaron contra el
derecho de gentes, y fueron en su momento considerados delitos de lesa humanidad, en el sub
examine, el señor Fujimori solo podía recibir una reducción de condena si el presidente en
ejercicio le otorgaba el indulto humanitario, el cual consiste en una gracia extraordinaria para
reclusos con enfermedades graves y con riesgo de empeorar por las condiciones carcelarias,
circunstancias que en el caso de marras están en entredicho.
De acuerdo con lo prescrito por el artículo 118º inc. 21 de la Carta de 19938, el beneplácito
del indulto es potestad exclusiva del presidente de la República. Se trata, en síntesis, de
una gracia de larga data, a través de la cual la autoridad concedía el perdón a sus súbditos
condenados por algún delito.
Las anteriores líneas, son algunos de los argumentos que se solían utilizar cada vez que
la familia del condenado o él mismo, presentaban solicitud formal de otorgamiento del
beneplácito, habiendo sido condenado por los delitos arriba mencionados, pero, reiteramos
que, explícitamente, Fujimori no ha sido condenado por la concreción de delitos de lesa
humanidad. Chile autorizó la extradición en el 2007 sin avocación alguna de haber perpetrado
un crimen de naturaleza y alcance internacional. Por ello, no fue juzgado ni condenado por
crímenes de lesa humanidad, pese a lo cual, la sentencia arguyó que los delitos comunes
cometidos por él –asesinato y secuestro– debían entenderse como delitos de lesa humanidad,
afirmación que tuvo injerencia solo para la imposición de la pena máxima.
En resumen, tal y como he expuesto en las líneas anteriores, considero que el instituto
jurídico del indulto, de acuerdo con las premisas del Estado de Derecho, debe responder
a los siguientes criterios: (a) sujeción al principio de legalidad, (b) control judicial de los
7 Oficina General De Asesoría Jurídica Del Ministerio De Justicia. Reglamento de la comisión de gracias
presidenciales. Consultada el día 27 de diciembre de 2017 en http://sistemas3.minjus.gob.pe/transparencia2/rm-
0162-2010-jus-reglamento.pdf
8 Constitución Política del Perú. Consultada el día 28 de diciembre de 2017, en la pagina http://www4.congreso.
gob.pe/ntley/imagenes/constitu/cons1993.pdf
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
208 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
elementos reglados, (c) consecución de la Justicia material, (d) concesión acorde con los
principios y valores constitucionales, y por ultimo, una (e) indispensable motivación.
El control constitucional del indulto es también incuestionable, ya que es una exigencia del
Estado de derecho. Como he anticipado, aunque el indulto es discrecional en su otorgamiento
contiene elementos reglados que permiten y exigen el control constitucional. Otros aspectos
son, las dificultades prácticas de dicho control, por la poca motivación, la inexistencia de
regulación de un recurso por el interesado si se incumplen los requisitos legales o un control
judicial que no tiene doble instancia, es aquí, donde entra a jugar un papel importante el
control de convencionalidad, que si bien tampoco es claro ni definido procesalmente, imparte
un margen mas amplio al control de constitucionalidad.
En ese entendido, el indulto no puede ser producto de la mentira, así lo dejó también
en claro el Tribunal Constitucional en el Caso Crousillat9, pues la Resolución Suprema Nº
285-2009-JUS del Ministerio de Justicia, en los considerandos explicó que el indulto fue
concedido por los problemas físicos que padece el reo y que al estar en prisión, “puede
colocar en grave riesgo su vida” por su avanzada edad. Sin embargo, aquel indulto se
dejó sin efecto al haberse observado que las autoridades encargadas de tramitar el pedido
de indulto habían ocultado información sobre el real estado de salud del reo José Enrique
Crousillat. Así, pues, el indulto adolecía de vicios, por lo que procedía su anulación. Ahora
bien, en el sub examine, si el beneplácito está justificado en una enfermedad degenerativa o la
edad progresada del reo y el presidente Kuczynski decidió indultar a Fujimori, en base a tan
excepcionales argumentos de prevención especial, no lo hizo con una convincente y expresa
motivación, habiendo unas serias dudas de la imparcialidad del comité médico del INPE y
falta de rigores procesales para su concesión.
No cabe hablar ya, de una potestad absoluta del presidente de la república para otorgar
gracias y conceder indultos. Esta facultad, se encuentra dentro de los causes que el
constitucionalismo ha señalado como valores superiores para la sociedad: la dignidad del ser
humano y la supremacía de la Constitución y debe seguir un rigor procesal.
Según la comisión de gracias del estado peruano, toda solicitud de los internos, deben
llegar acompañadas por los documentos requeridos por los reglamentos de cada comisión, en
este caso, la de gracias humanitarias y, una vez se comprueba que no carezcan de los requisitos
previstos en ellos, pasan a ser evaluadas por cada comisión, obteniéndose como resultado de
esta etapa, la recomendación o no recomendación del caso. Sin embargo, es necesario aclarar
que la recomendación o no recomendación de cualquier comisión no determina la decisión
final del presidente cuyo criterio y punto de vista puede ser distinto que el de las comisiones.
En el caso de marras, se tiene que la recomendación de la gracia humanitaria para el señor
Fujimori Fujimori la efectuó el comité médico del INPE, cuando es contrario al deber ser,
tornando en irregular el beneplácito otorgado.
Con respecto a la figura del indulto el Tribunal Constitucional ha señalado que si bien es
cierto que se trata de una gracia presidencial que posee un alto grado de discrecionalidad esto
no significa que: “se trate de una potestad que pueda ser ejercida sin control jurisdiccional y
con la más absoluta arbitrariedad”11. Lo anterior, no significa de ninguna manera que existan
aspectos exentos de control constitucional, pues, el tribunal constitucional si se encuentra
facultado para desarrollar en su jurisprudencia criterios de evaluación y concesión de las
gracias, pero, nunca tal facultad llegaría al extremo de inaplicarla en virtud de las razones
constitucionales.
Para redondear la idea, el Tribunal plantea que el indulto no puede ser anulado de manera
administrativa (es decir de la misma forma en que se emitió, por vía de una Resolución
Suprema) sino, sólo por control de constitucionalidad (en este caso control difuso del Poder
10 ver “Jueza Declara Inaplicable A Jalilie El Derecho De Gracia Presidencial”, diario la república, martes 15
de agosto de 2006. Lima, Perú.
11 Tribunal Constitucional, Crousillat (2011, Exp. N° 03660-2010-Hc) Fundamento 3.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
210 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Y, se podrá dejar en claro que este es un mecanismo de impunidad, no esta siendo una
medida de humanidad para que el condenado no muera en prisión, sino, una decisión política,
razón por la cual, podrá esperarse, por ejemplo, que Fujimori realice actividades proselitistas
o políticas, generando como en el Caso Crousillat, de un indulto fraudulento, un dispositivo
de impunidad, violatorio del derecho internacional y, por ende, revocable y con retorno a
la prisión hasta el fiel cumplimiento del resto de la pena. En razón de lo anterior, se debió
hacer un análisis exhaustivo del caso, pues ha quedado en evidencia la necesidad de que
el alto tribunal en ejercicio de su control constitucional y convencional estudie en mayor
profundidad el indulto concedido al señor Fujimori, en tanto, se debe indagar sobre el modo
o procedimiento de evaluación y trámite de las gracias presidenciales y por sobre todo, si
se trataba en realidad de un tema humanitario. Por otro lado, estimo que resulta pertinente
exigir que se motiven todas las resoluciones supremas que concedan gracias presidenciales,
de acuerdo con el carácter y el tipo de cada una de ellas.
Por otro lado, resulta ineluctable indagarnos si ¿es una limitante del indulto
humanitario los crímenes de lesa humanidad?. Aunque a muchos les cuesta creer, los tratados
internacionales no la condicionan. La misma Corte Interamericana de Derechos Humanos no
prohíbe el indulto a los condenados por delitos de lesa humanidad. Distinto es el caso de la
amnistía, el cual en sede internacional está proscrita para este tipo de delitos. Probablemente
allí radique la confusión de la que hablamos al inicio del presente artículo.
B. no indica porqué son inaplicables al caso concreto las Leyes N° 26478 y 28760 que
prohíben el indulto y la conmutación de la pena frente a condenas por secuestro, e
independiente de la facultad presidencial de conceder gracias humanitarias, tendría
que motivar tal inaplicación.
D. El deber de reparación subsiste con la concesión del beneplácito, pero no debe ser
asumida esa carga por parte del Estado, tal como ha ocurrido en el sub lite.
Lo anterior, nos refleja una violación fundamental al estado de Derecho, como lo es, atentar
contra la democracia y la confianza en sus instituciones, no manipular, ni usar políticamente,
el dolor de los familiares que perdieron a sus seres queridos producto de estas violaciones a
los derechos humanos, y a cambio de ello, conceder beneplácitos a estas personas que han
causado tato daño y dolor a la sociedad peruana y a la comunidad internacional.
Además, debemos tener en cuenta que, el efecto de cosa juzgada del indulto de un lado
proscribe relacionar medios impugnatorios tendientes a revisar lo ya zanjado a favor de
un condenado, y de otro lado, imposibilita una posterior persecución penal basada en los
mismos hechos, cuya consecuencia penal fue dejada sin efecto por el indulto. Es decir, el
indulto no solo elimina la pena sino también la posibilidad de volver a perseguir penalmente
a la persona por los mismos hechos.
A su vez, las resoluciones que ponen fin a un proceso judicial, que tienen la capacidad
de producir efectos de cosa juzgada pueden ser cuestionadas a través de procesos
constitucionales (amparo o hábeas corpus contra resolución judicial). De este modo, es
posible ratificar que la calidad de cosa juzgada que ostenta una resolución está sujetada a que
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
212 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
De este modo, para que un acto del poder público sea constitucionalmente válido, no
solo debe haber sido emitido conforme a las competencias propias, sino, ser respetuoso de
los derechos fundamentales, principios y valores constitucionales y convencionales. Así, por
ejemplo, resulta exigible un estándar mínimo de motivación que garantice que éste no se
haya llevado a cabo con arbitrariedad. Ello supone que si bien el indulto genera efectos de
cosa juzgada, lo cual conlleva el impedimento de ser revocado en instancias administrativas o
por el propio Presidente de la República, cabe un control jurisdiccional excepcional a efectos
de determinar la constitucionalidad del acto y en segunda medida puede ser objeto de un
control de convencionalidad en busca del respeto de las obligaciones internacionales del
estado. Naturalmente, dicho control no versa sobre la conveniencia o no del indulto, pues,
ello resulta una materia reservada a la propia discrecionalidad del Presidente de la República,
sino, sobre su constitucionalidad y convencionalidad.
Todo lo anterior, nos lleva a concluir que el indulto del señor Fujimori Fujimori ha sido
emitido de manera irregular y por ende, ha vulnerado la constitucionalidad y convencionalidad
del mismo. Por ende, sabiendo que existe un control interno que puede revertir la decisión
presidencial, ahora analizaremos si la Corte Interamericana y la Corte Penal Internacional,
pueden involucrarse en este asunto de relevancia internacional, en atención al carácter de
crímenes contra el derecho de gentes.
El contexto de la adopción del indulto del señor Fujimori, impide que la decisión
sea transparente e incuestionable, pues, recordemos que, el beneplácito es una potestad
constitucional discrecional del Presidente de la República, pero, debe estar regida por
principios constitucionales y normas internacionales de derechos humanos. En este sentido,
como factores de injerencia internacional se podrían establecer los siguientes tópicos: no
cumplir con requisitos legales fundamentales, como tampoco con elementos del debido
proceso legal e independencia y transparencia de la junta de evaluación técnica. Pues, la
existencia de enfermedades no terminales graves, reclamarían el traslado del sentenciado
a dependencias hospitalarias por el tiempo necesario, constituyendo una medida menos
restrictiva al derecho de las víctimas a la justicia, en tanto, el indulto otorga un perdón de la
penas, que es algo distinto a la atención medica que pueda requerir y recibir el condenado y
seguir privado de su libertad en cumplimiento de la pena establecida.
Interamericana sobre Derechos Humanos13, por lo que no deben quedar impunes, por lo tanto,
deben respetar el principio de proporcionalidad, y en este caso, la decisión concedida a favor
del señor Fujimori Fujimori desconoce el mentado principio pues no se vislumbra ese juicio
entre el perdón de la pena y la gravedad de los delitos perpetrados.
Con ese panorama, lo que podría efectuar la Corte Interamericana en coadyuvancia con
las partes en los casos de “Barrios Altos” y “La Cantuta”, es una supervisión a la ejecución
de la sentencias interamericanas. Como antecedente se tiene la Resolución de la CIDH del 7
de septiembre del año 2012, en la supervisión de la sentencia del caso Barrios Altos, donde
se dejó sin efecto un fallo de la Corte Suprema que había excluido la calificación del hecho
como delito de lesa humanidad y reducido la pena a los condenados del grupo Colina. El
sustento de la Corte es que disposiciones de esa naturaleza violan el derecho de las víctimas
a la protección judicial como producto de la imposibilidad de investigar, juzgar y sancionar.
18 Informe Nº 30/97. Caso 10.087. Gustavo Carranza Vs Argentina 30 de septiembre de 1997. Consultada en la
pagina https://www.cidh.oas.org/annualrep/97span/argentina10.087.htm
19 Corte Interamericana De Derechos Humanos. Caso Pollo Rivera Y Otros Vs. Perú. Sentencia De 21 De Octubre
De 2016 (Fondo, Reparaciones Y Costas)
20 Corte Interamericana De Derechos Humanos. Caso De La Corte Suprema De Justicia (Quintana Coello Y
Otros) Vs. Ecuador. Sentencia De 23 De Agosto De 2013. (Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones Y Costas)
21 Corte Interamericana De Derechos Humanos. Caso Granier Y Otros (Radio Caracas Televisión) Vs. Venezuela
Sentencia De 22 De Junio De 2015. (Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones Y Costas)
22 Tomado de resolución de la corte interamericana de derechos humanos sobre el cumplimiento de la sentencia
del Caso Barrios Altos C. Perú, de 7 de septiembre de 2012.
RODRÍGUEZ BOLAÑOZ, Maicol Andrés
La omisión de un efectivo control de constitucionalidad y convencionalidad en el indulto de Alberto Fujimori 215
En base a lo expuesto cabría afirmar, entonces, que la Constitución otorga al jefe del
Estado poderes militares para la Defensa Nacional que se desarrollan preeminentemente en
el plano del mando político militar. Sin embargo, la normativa constitucional no especifica
los alcances del mando militar efectivo o mando en estricto sentido que coyunturalmente éste
podría ejercer.
Justamente, el control que ejerció el acusado Fujimori Fujimori sobre los mandos
militares y policiales, se basó en juramentos de disímil índole, de prerrogativas funcionales,
de promoción institucional o de acceso a cargos y responsabilidades políticas. De esta manera
consolidó una tajante sujeción y obediencia de las FFAA y PNP a su régimen.
Con esa base fáctica, analicemos el indulto otorgado a la luz del derecho penal internacional,
y miremos como en el Estatuto del Tribunal Internacional de Ruanda se estableció que sí se
podía dar el indulto. Pero, hay que tomar en cuenta lo siguiente: el indulto no lo puede
conceder el presidente de la República, sino un ente con representatividad internacional. Por
lo tanto, si los hijos de Fujimori presentan una solicitud de indulto para que el presidente
Kuczynski, pueda otorgar ese beneplácito, no sería posible, porque Kuczynski representa
únicamente al Perú, y un crimen internacional ofende no solo a la nación peruana sino a
todas las naciones. Y, quien tiene que perdonar al criminal internacional sería en este caso,
todas las naciones. Por ende, al no existir un presidente de todas las naciones, se puede
establecer que únicamente el Tribunal de la Corte Penal Internacional, podría tomar esa
decisión. En tanto, pienso que el debate en sede nacional es infructuoso, dado el caso que la
Corte Interamericana no defina de fondo la situación con las supervisiones a sus sentencias.
Y en ese orden de ideas, el indulto, si se le quiere dar a Fujimori, tendría que ser concedido
por un tribunal internacional que represente a todas las naciones.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
216 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
23 GIL GIL, ALICIA: los crímenes contra la humanidad y el genocidio en el estatuto de la corte penal
internacional a la luz de “los elementos de los crímenes”. En: la nueva justicia penal supranacional, KAI AMBOS
– coordinador, editorial Tirant Lo Blanch, Valencia, 2002, página 94. La decisión del dos de septiembre de mil
novecientos noventa y ocho, párrafos 565-568, dictada por la cámara I del tribunal penal internacional para Ruanda,
y recaída en el Caso Prosecutor V. Jean Paul Akayesu, caso número ictr-96-4-t, apunta en el mismo sentido desde una
perspectiva general. Anotó que los elementos esenciales de los delitos de lesa humanidad son los actos inhumanos en
naturaleza y carácter que causan gran sufrimiento o serios daños en la salud física o mental, además de ser cometidos
como parte de un ataque generalizado y sistemático y en contra de la población civil. Se trata de “...serios actos de
violencia que dañan a los seres humanos al golpear lo más esencial para ellos: su vida, su libertad, su bienestar
físico, su salud y/o su dignidad; son actos inhumanos que por su extensión y gravedad van más allá de los límites
de lo tolerable para la comunidad internacional...” [TPIY Prosecutor V. Drazen Erdemovic, It-96-22-A, Cámara De
Apelaciones, del siete de octubre de mil novecientos noventa y siete].
24 La sentencia dictada por el TPIY Prosecutor V. Dusko Tadic, Caso Número It-94-1-T, Cámara II, Del siete
de mayo de mil novecientos noventa y siete, párrafo 271
25 Sentencia TPIY Prosecutor V. Zoran Kupresckic Y Otros, Caso Número It-95-16-T, Cámara II, del catorce
de junio de dos mil, párrafos 654-655. En igual sentido, la ya citada sentencia Prosecutor V. Tadic, del siete de mayo
de mil novecientos noventa y siete, párrafo 654.
26 La sentencia Prosecutor V. Tadic ya citada consideró que el ataque debía ser generalizado o sistemático,
esto es, no era necesario la concurrencia de ambas bases. En los dos supuestos se requiere que el acto se perpetre en
seguimiento de una política, lo que excluye situaciones de comisión de actos inhumanos por su propia iniciativa o
en desarrollo de su propio plan criminal, sin el aliento o dirección de un gobierno o un grupo organizado [así, TPIR,
sentencia Prosecutor V. Akayesu, del dos de septiembre de mil novecientos noventa y ocho, párrafo 580]. La sentencia
Prosecutor V. Kunarac, Cámara II, del veintidós de febrero de dos mil uno, párrafo 428, precisó que el carácter
‘generalizado’ del ataque se determinará, principalmente, a partir de la cantidad de víctimas; y, la sentencia prosecutor
V. Kunarac, Cámara De Apelación, del doce de junio de dos mil dos, párrafo 94, estableció que la calificación como
‘sistemático’ del ataque se refiere a la naturaleza organizada de los actos de violencia y a la improbabilidad de su
ocurrencia por mera coincidencia.
27 La sentencia de apelación recaída en el asunto Prosecutor V. Tadic, del dos de octubre de mil novecientos
noventa y cinco (it-94-1-ar 72), párrafo 141, consideró que el derecho internacional consuetudinario ya no requería
como condición la existencia de un lazo entre los crímenes contra la humanidad y un conflicto armado internacional;
por consiguiente, éste puede cometerse en tiempos de paz. Por lo demás, ya en la convención de mil novecientos
RODRÍGUEZ BOLAÑOZ, Maicol Andrés
La omisión de un efectivo control de constitucionalidad y convencionalidad en el indulto de Alberto Fujimori 217
2. Desde el aspecto subjetivo, se requiere que el agente o sujeto activo conozca el contexto
amplio y general en que el acto ocurre, así como que la conducta es o será parte de
un ataque generalizado o sistemático en contra de la población civil en desarrollo de
un plan o política29. Es claro que, el Derecho Internacional consuetudinario no había
reconocido nunca como crimen contra la humanidad cualquier comisión de un acto
inhumano aislado, el acto debía ser parte de de una campaña mayor de atrocidades
cometidas contra civiles30.
Ahora bien, a partir de lo expuesto resulta evidente que los actos de asesinato y lesiones
graves, objeto de juzgamiento, en “Barrios Altos” y “La Cantuta” son también delitos contra
la humanidad. Básicamente, porque ellos se ejecutaron en el marco de una política estatal de
eliminación selectiva y sistemática de sospechosos integrantes de grupos subversivos. Esta
política, de un lado, fue diseñada, planificada y controlada desde los más altos niveles de
poder del Estado, y ejecutada por agentes públicos, lo cual, afectó a un número importante de
personas indefensas de la población civil.
Además, en las sentencias se reconoce que la participación criminal del señor Alberto
Fujimori, se ocasionó bajo la figura de la Autoría Mediata, por lo tanto, ante un eventual
control de convencionalidad de la Corte Penal Internacional en el indulto del ex presidente,
se debe tener en claro, los siguientes aspectos.
Por tanto, será un autor mediato aquél que se aprovecha o utiliza la actuación de otra
persona para alcanzar su objetivo delictivo. Tales supuestos tradicionalmente han sido
vinculados al empleo de la coacción sobre el intermediario material; o aprovechando el error
en que éste se encuentra; o empleando en la ejecución del delito a personas incapaces31.
sesenta y ocho sobre la imprescriptibilidad de los crímenes de guerra y los crímenes de lesa humanidad, se hacía
referencia en su artículo 1°, literal b), a los crímenes de lesa humanidad “cometidos tanto en tiempo de guerra como
en tiempo de paz según la definición dada en el estatuto del Tribunal Militar Internacional De Nuremberg, de ocho de
agosto de mil novecientos cuarenta y cinco, y confirmada por las resoluciones de la asamblea general de las naciones
unidas 3 (1) de trece de febrero de mil novecientos cuarenta y seis y 95 (1) de once de septiembre de mil novecientos
cuarenta y seis, ...” [stse número 798/2007, del uno de octubre de dos mil siete, fundamento jurídico sexto, ordinal 3].
28 WERLE, GERHARD: tratado de derecho penal internacional, editorial Tirant Lo Blanch, Valencia, 2005,
página 365. Se protege a cualquier población civil. Ello destaca el carácter colectivo del crimen y la exclusión de
los ataques contra personas individuales y de los actos aislados de violencia. En ese sentido, sentencia Prosecutor
V. Tadic, Cámara II, del siete de mayo de 1997, párrafo 644 (it- 94-1-t). Población civil son todas aquellas personas
que no forman parte del poder organizado del que proviene la violencia.
29 Ibídem. El artículo 30° del estatuto de roma establece presupuestos subjetivos comunes, cuyo objeto es el hecho
global en sí. “el autor debe conocer, por tanto, que se está llevando a cabo un ataque (generalizado o sistemático)
contra una población civil y que su hecho represente una parte de este ataque. Por el contrario, no es preciso que el
autor conozca los detalles de la planificación o de la política del estado o de la organización”
30 GIL GIL, ALICIA: los crímenes contra la humanidad… obra en cita #25.
31 FEDERICO NICOLÁS ARANA SAGANOME. La autoría mediata en virtud de aparatos organizados de poder
de Claus Roxin y su aplicación en Colombia. Universidad Nacional De Colombia Facultad De Derecho Bogotá D.C.,
Colombia. 2014. Consultable en la pagina http://www.bdigital.unal.edu.co/39870/1/80244643.2014.pdf
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
218 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Fue el jurista alemán CLAUS ROXIN quien comenzó a construir las bases teóricas de
una nueva forma de autoría mediata, a la que denominó “autoría mediata por dominio de la
voluntad en aparatos de poder organizados”.
El surgimiento de este proyecto tuvo como punto de partida los casos Eichmann33 y
Staschynski34. La evaluación de estos procesos judiciales demostró que no era posible enlazar
a los procesados con las opciones clásicas de autoría mediata. Sin embargo, ROXIN constató
que ambos involucrados estuvieron integrados en un aparato de poder organizado y que
los delitos que les fueron inculpados en realidad respondían a propósitos y órdenes de los
órganos centrales de dichas estructuras, los cuales dominaban y conducían su realización. A
partir de ello, se podía sentar que el ejecutor inmediato del delito, los mandos intermedios y
el órgano central de la estructura de poder que ordenó su ejecución, poseían distintas formas
de dominar el hecho, pero que no eran excluyentes entre sí. Así, mientras el primero de ellos
tenía en sus manos el dominio de la acción, esto es, la producción material del hecho punible,
el segundo y el tercero poseían el dominio de la organización. Es decir, lo que hacía de estos
últimos, los verdaderos autores mediatos, ya que “el dominio del hecho del hombre de atrás
se basa en que puede a través del aparato que está a su disposición producir el resultado con
mayor seguridad que incluso en el supuesto de dominio mediante coacción y error, que son
reconocidos casi unánimemente como casos de autoría mediata”35
32 La autoría mediata es una figura jurídica que desde mediados del siglo xix fue desprendida del concepto de
causalidad, sobre todo para cubrir las lagunas de punibilidad, que derivaban de que se exigiera un hecho principal
cometido culpablemente para el caso de una instigación [derecho penal parte general i el hecho punible, cuarta edición
(traducción Cancio Meliá, Manuel / Sancinetti, Marcelo A.), Editorial Hammurabi, Buenos Aires, 2001, Página 379].
CLAUS ROXIN. La Autoría Mediata: El Caso Fujimori. Editores Kai Ambos, Iván Fabio Meini Méndez. Editorial
Ara Editores, 2010. ISBN 9972238725, 9789972238727. N.º de páginas 269 páginas.
33 KAI AMBOS, El Caso Eichmann. Versión original publicada en W. S. Schabas (Ed.), «The Cambridge
Compa- Nion To International Criminal Law», Cup 2016. Traducción Del Inglés A Cargo De Leandro A. Dias,
Revisada Por El Autor.
34 ENRIQUE EDUARDO ALDUNATE ESQUIVEL. El autor detrás del autor. Reflexiones sobre el dominio
de voluntad en virtud de aparatos organizados de poder. Revista latinoamericana de derecho penal y criminología.
2000. ROXIN, CLAUS, “Autoría Y Dominio Del Hecho En Derecho Penal”, pág. 268, traducción de la 6ª Edición
Alemana Por Joaquín Cuello Contreras Y José Luis Serrano Gonzalez De Murillo, Marcial Pons, 1998; Welzel, Das
Deutsche Strafrecht, Pág. 142ss; Bruns, Hermann “Kritik Der Lehre Vom Tatbestand”.
35 ROXIN, CLAUS: el dominio de organización como forma independiente de autoría mediata. En: rej. Revista
de estudios de la justicia – no 7 – año 2006. Página 15.
RODRÍGUEZ BOLAÑOZ, Maicol Andrés
La omisión de un efectivo control de constitucionalidad y convencionalidad en el indulto de Alberto Fujimori 219
jerárquicamente y que pone de relieve su estricta verticalidad, es, pues, (i) la “asignación
de roles”. En este sentido, ROXIN ha precisado que “tampoco puede hablarse de “división
del trabajo” cuando el detentador de poder deja a órganos ejecutantes toda la realización
de su orden”36.
Es importante destacar, el que (ii) desarrollan una vida funcional que es independiente
a la de sus integrantes. El fundamento de ello no radica en un estado de ánimo especial
del nivel superior estratégico, sino en el “mecanismo funcional del aparato”37, esto es, su
“automatismo” o desarrollo de un proceso o funcionamiento por sí sólo. En consecuencia,
el hombre de atrás podrá confiar siempre en que su orden o designio criminal se van a
cumplir sin necesidad de que tenga que conocer al ejecutor inmediato. Será, pues, este
“funcionamiento automático del aparato” lo que realmente garantice el cumplimiento de
la orden38.
Estas condiciones marco deben ser estudiadas de manera junta. No obstante, su evaluación
debe hacerse caso por caso, evitando así una visión parcial, sesgada o desnaturalizada de su
estructura y de su funcionamiento.
El tratadista CLAUS ROXIN afirma que el señor Fujimori Fujimori si bien, no ejecutó
materialmente la conducta típica, reúne los elementos personales o especiales de la autoría
exigido por el tipo legal40, cumple el resto de sus elementos constitutivos, ya que perpetró
la conducta típica a través del dominio de la voluntad de los ejecutores materiales a quienes
subordinó a sus propósitos. En el sub lite, el dominio de la voluntad se realizó por medio de
un aparato organizado de poder, cuya esencia es la fungibilidad del ejecutor, quien operó
y controló como titular de la organización. Fujimori Fujimori tenía el poder de ordenar y
conducir el sistema sobre una voluntad indeterminada.
36 Ibídem.
37 ROXIN CLAUS: voluntad de dominio de la acción mediante aparatos organizados de poder, 1985, página 402.
38 FERNÁNDEZ IBÁÑEZ, EVA: la autoría mediata en aparatos organizados de poder, editorial Comares,
Granada, 2006, página 12.
39 Al respecto véase: MEINI MENDEZ, IVÁN: el dominio de la organización en derecho penal, obra citada,
página 25. PARIONA ARANA, RAÚL: la doctrina de la “disposición al hecho”. ¿fundamento de la autoría mediata
en virtud de dominio por organización? En: Jus Doctrina & Práctica, Editorial Grijley, Lima, 2008, página 44 [nota
32]. ROXIN, CLAUS: el dominio de organización como forma independiente de autoría mediata. En rej, revista de
estudios de la justicia – número siete – año 2006, páginas 15 – 20. AMBOS, KAI: dominio por organización. Estado
de la discusión. En: aa.vv.: dogmática actual de la autoría y la participación criminal”, Editorial Idemsa, Lima, 2007,
páginas 82 – 83. Este mismo artículo también aparece publicado en Revista Derecho Penal Contemporáneo, Legis,
Bogotá, 2007. Página 28.
40 Raúl Pariona Arana. El posicionamiento de la teoría de la autoría mediata por organización en la jurisprudencia
peruana. Análisis de la fundamentación dogmática de la sentencia de la corte suprema contra alberto fujimori. Revista
oficial del poder judicial: año 4 - 5, n° 6 y n.° 7 / 2010-2011
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
220 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
La Fiscalía peruana, sostiene esta misma postura en sus escritos, en tanto el señor
Fujimori operó como autor mediato por dominio de la organización. En los hechos
cometidos por la organización criminal “Grupo Colina”, el condenado intervino en la
cúspide de su estructura vertical, trazó y decidió una política de Estado mediante métodos de
guerra de baja intensidad y eliminación de enemigos, cuyas órdenes se cumplieron infalible
e irreparablemente. Él tenía el dominio del hecho en relación con los ejecutores materiales
por dominio de la organización criminal, sólo él tenía la capacidad de decidir la ejecución
de las acciones delictivas, él decidía, si se llevaba a cabo o no una determinada actividad u
“operación especial”, concretada en la eliminación física de aquellos que arbitrariamente se
consideraban como “presuntos terroristas”. El señor Fujimori Fujimori sabía que sus órdenes,
por la relación de subordinación de sus miembros, se cumplirían41.
Con estos postulados, en tanto, la Corte Penal Internacional, también, podría manifestarse
en el asunto de marras, pasaré como ultima medida al efectivo cumplimiento del control de
constitucionalidad y convencionalidad en el indulto del señor Fujimori Fujimori.
Entendido el mismo como el deber del las autoridades Estatales que forman parte del
Pacto de San José de darle a la norma jurídica nacional una interpretación (constitución,
ley, decreto, reglamento, etc.) que encuadre con la Convención Americana y con el corpus
iuris interamericano conformado por la Convención Americana sobre Derechos Humanos, la
jurisprudencia de la Corte y demás anexos e instrumentos materia de derechos humanos, pero
si llegara a haber una contradicción entre la normativa jurídica interna y los instrumentos
internacionales en materia de derechos humanos, el Estado deberá abstenerse de aplicar la
normativa interna para no provocar una violación a derechos fundamentales reconocidos
internacionalmente. Las autoridades del estado deben darle una interpretación conforme al
control de convencionalidad, con un debido proceso y competencia para hacer los ajustes
necesarios que se adecuen con el precepto internacional. 42
41 Corte Suprema De Justicia De La República. Sala penal especial. Exp. No fecha: A.V. 19-2001 7 abril 2009.
Confirmada por la Corte Suprema De Justicia De La República primera sala penal transitoria. Exp. 19-2001-09 A.V.
diciembre 30 de 2009.
42 GONZALES PABLO, REYES NATALIE, ZUÑIGA MARCELA, la doctrina del control de convencionalidad
y su aplicación en algunas experiencias nacionales, centro de estudios de justicia de las americas.2016
RODRÍGUEZ BOLAÑOZ, Maicol Andrés
La omisión de un efectivo control de constitucionalidad y convencionalidad en el indulto de Alberto Fujimori 221
no violentar el derecho fundamental de ningún individuo por lo que se dice que la Función
Judicial debe aplicar un tipo de “control de convencionalidad” entre la normativa interna
en casos específicos y la CADH no solo bajo la lectura de este instrumento sino bajo una
interpretación realizada por la Corte Interamericana que funciona como su intérprete.43
El termino “Control de convencionalidad”, fue aplicado por primera vez en 2003 en el caso
“Myrna Mack Chang”, a través del voto razonado del juez Sergio García Ramírez en donde
buscó una reparación integral de los derechos violados asi como la mejor contextualización
para sus efectos44. Y dicha decisión de la corte establece que un Estado a la hora de ser
juzgado tiene que ser tomado como una integración de todas sus funciones y organismos
(legislativo, ejecutivo y judicial) porque, no se puede separar ningún organismo a nivel
internacional sin que perjudique la integración de un Estado y, dejar fuera de la obligación
de convencionalidad que trae consigo la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia.
Este mandato es muy interesante, ya que señala el carácter oficioso con el que los jueces
deben llevar a cabo el control de convencionalidad. No importa que se trate de un litigio
de derecho público o de derecho privado: la eficacia de los tratados internacionales y el
pleno cumplimiento de las obligaciones que en ellos se consignan, justifican que los jueces
tengan siempre presentes las disposiciones convencionales al resolver los litigios objeto de
su conocimiento.
Por otro lado, el artículo 2o. de la Convención Americana establece el deber (ya también
señalado) de adoptar disposiciones de carácter interno a efecto de dotar de plena efectividad
a sus normas. El texto del artículo 2o. se refiere a “medidas legislativas o de otro carácter”; en
este último supuesto (“medidas… de otro carácter”) se encuentra la actuación de los jueces,
los cuales des-de luego juegan un papel fundamental en el cumplimiento de los mandatos de
la Convención45.
Las líneas jurisprudenciales respectivas han atravesado al menos cuatro etapas, muy
bien sintetizadas por Víctor Bazán46. En la primera etapa la Corte refiere que el sujeto que
debe llevar a cabo el control de convencionalidad es el “Poder Judicial” (caso Almonacid
Arellano); en un segundo momento la Corte señala a “Órganos del Poder Judicial”
(caso Trabajadores Cesados del Congreso); en un tercer desarrollo ya se habla de “Jueces
y órganos vinculados a la administración de justicia en todos los niveles” (caso Cabrera
García y Montiel Flores); y finalmente se establece que el control de convencionalidad recae
en “cualquier autoridad pública y no solamente el Poder Judicial” (caso Gelman contra
Uruguay).
De acuerdo con la aplicación en algunos países de esta figura, estos son los pasos básicos
y generales a seguir para llevar a cabo un control de convencionalidad debido, en tanto, el
Poder Judicial al ejercer un control de convencionalidad ex officio en materia de derechos
humanos, deberá realizar los siguientes pasos:
desarrollados en la observación general (OG) número 3 del Comité de Derechos Humanos de la ONU y la OG número
3 del Comité de Derechos Eco-nómicos, Sociales y Culturales de la misma Organización de las Naciones Unidas.
46 BAZÁN, VÍCTOR, “estimulando sinergias: de diálogos jurisdiccionales y con-trol de convencionalidad”, en
Ferrer Mac-Gregor, Eduardo (coord.), el control difuso de convencionalidad. Diálogo entre la corte interamericana
de derechos humanos y los jueces nacionales, Querétaro, Fundap, 2012, p. 18.
47 CARL SCHMITT. La defensa de la constitución. Traducida por Manuel Sánchez Sarto. Editorial labor.
España. 1931.
RODRÍGUEZ BOLAÑOZ, Maicol Andrés
La omisión de un efectivo control de constitucionalidad y convencionalidad en el indulto de Alberto Fujimori 223
a. Interpretación conforme en sentido amplio, lo que significa que los jueces del país, al
igual que todas las demás autoridades del Estado, deben interpretar el orden jurídico
a la luz y conforme a los derechos humanos reconocidos en la Constitución y en los
tratados internacionales en los cuales el Estado sea parte, favoreciendo en todo tiempo
a las personas con la protección más amplia;
b. Interpretación conforme en sentido estricto, lo que significa que cuando hay varias
interpretaciones jurídicamente válidas, los jueces deben, partiendo de la presunción
de constitucionalidad de las leyes, preferir aquella que hace a la ley acorde a los
derechos humanos reconocidos en la Constitución y en los tratados internacionales
en los que el Estado sea parte, para evitar incidir o vulnerar el contenido esencial de
estos derechos; y la,
En el asunto sub lite, lo que se debe realizar es el control difuso, que es llevado a cabo
por los Estados, en el ámbito de sus competencias a través de las autoridades competentes
en facultades y atribuciones. Es el caso de los servidores públicos, cuando hacen la revisión
sobre la legislación del estado que aplican o, las conductas que realizan los órganos del
estado para asegurarse que no contravengan los principios de la Convención Americana y
otros tratados y convenios internacionales.
Este tipo de control nace para obligar que los Estados miembros, sean ellos mismos,
quienes velen, observen y protejan los Derechos Internacionales a través de sus instituciones
judiciales nacionales. En otras palabras, en el control difuso cualquier juez, servidor y autoridad
publica, sin importar su competencia ni su nivel, puede analizar la constitucionalidad de la
ley que deberá aplicar y en las que se basan los actos de las autoridades responsables. Es
por ello que, primero entra un control difuso nacional y cuando éste no puede cumplirse, es
cuando entra el control difuso concentrado.
En ese entendido, es que podemos establecer que, no hay constitución sino hay control
de la constitución. Es de lógica jurídica, una forma piramidal, lo cual constituye una via para
la construcción del ius comune en las americas o un ius constitucionale, el cual presenta las
siguientes caracteristicas:
2. Pretende asegurar:
Ahora bien, habiendo llegado al final de este artículo, y como conclusión de todo lo
anterior, se puede establecer que los controles de constitucionalidad y convencionalidad,
poco a poco se van desplegando como una red de un ius cogens con pretensión mundial
y no solo de las américas, concretado a partir de una constelación de principios, valores y
reglas universales que se van plasmando a través de declaraciones, tratados, convenios y
jurisprudencia internacionales.
Lo anterior, permite concluir que, el indulto del señor Fujimori Fujimori no es libre de
escapar a estos controles estudiados, porque se constituyen como un limite a la arbitrariedad
del servidor público, pues siempre deben propender por la supremacía de la constitución del
estado y del respeto de la normativa internacional. Porque de lo contrario, se activarían las
injerencias de órganos internacionales, los cuales pueden, en el marco de sus competencias,
establecer unos postulados que son de obligatorio cumplimiento para los estados y por ende,
para los funcionarios públicos en su interior.
En consecuencia, puede decirse que cuando se discute sobre una autoridad que ejerció
indebidamente el control difuso o dejó de hacerlo cuando estaba obligada a ello, o que
el contenido de su respectiva decisión fue errado, se actualiza una cuestión de estricta
constitucionalidad y habría una violación directa a la constitución. Y a la par, se debe
analizar las decisiones internas, a la luz de las obligaciones internacionales que el estado
se ha comprometido a cumplir, en respeto a las garantías y derechos de la humanidad, para
mantener la armonía y/o unidad en ciertas decisiones comunes a la comunidad internacional,
por tratarse de delitos de lesa humanidad.
6. BIBLIOGRAFÍA
• Corte Suprema De Justicia De La República. Sala penal especial. Exp. No fecha: A.V.
19-2001 7 abril 2009.
• Corte Suprema De Justicia De La República primera sala penal transitoria. Exp. 19-
2001-09 A.V. diciembre 30 de 2009
• Corte Interamericana De Derechos Humanos. Caso Caso Barrios Altos Vs. Perú.
Sentencia de 14 de marzo de 2001. (fondo)
• Corte Interamericana De Derechos Humanos Caso La Cantuta Vs. Perú. Sentencia de
29 de noviembre de 2006. (fondo, reparaciones y costas)
RODRÍGUEZ BOLAÑOZ, Maicol Andrés
La omisión de un efectivo control de constitucionalidad y convencionalidad en el indulto de Alberto Fujimori 225
• ROXIN, CLAUS, “Autoría Y Dominio Del Hecho En Derecho Penal”, pág. 268,
traducción de la 6ª Edición Alemana Por Joaquín Cuello Contreras Y José Luis
Serrano Gonzalez De Murillo, Marcial Pons, 1998; Welzel, Das Deutsche Strafrecht,
Pág. 142ss; Bruns, Hermann “Kritik Der Lehre Vom Tatbestand”.
• Ibídem.
1. ANTECEDENTES Y EVOLUCIÓN
La Constitución Política del Estado es la Ley Suprema del ordenamiento jurídico nacional.
Los tribunales, jueces y autoridades la aplicarán con preferencia a las leyes, y éstas con
preferencia a cualesquiera otras resoluciones.2
Del citado texto constitucional, se deduce que los Tratados y Convenios Internacionales
eran Ley de la República, y en consecuencia, gozaban de un rango legal.
* Abogada, Máster en Derecho Constitucional y Derecho Procesal Constitucional (UMSA), obtenida con honores
por la Universidad Mayor de San Andrés, Bolivia; doctoranda en el Programa de Doctorado en Derecho Constitucional
y Administrativo Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) Bolivia, ex Miembro Titular de la Comisión de Reforma
de Justicia del Estado Plurinacional de Bolivia, Miembro de la Academia Boliviana de Estudios Constitucionales,
Miembro Adjunto Extranjero de la Asociación Argentina de Justicia Constitucional.
1 Constitución Política del Estado, Artículo 1°.- I. Bolivia libre, independiente, soberana, multiétnica y
pluricultural constituida en República Unitaria, adopta para su gobierno la forma democrática representativa y
participativa, fundada en la unión y la solidaridad de todos los bolivianos. II. Es un Estado Social y Democrático
de Derecho que sostiene como valores superiores de su ordenamiento jurídico, la libertad, la igualdad y la justicia.
Artículo 2°.- La soberanía reside en el pueblo; es inalienable e imprescriptible; su ejercicio está delegado a los
poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial. La independencia y coordinación de estos poderes es la base del gobierno.
Las funciones del poder público: legislativa, ejecutiva y judicial, no pueden ser reunidas en el mismo órgano. Artículo
4°.- I. El pueblo delibera y gobierna por medio de sus representantes y mediante la Asamblea Constituyente, la
iniciativa Legislativa Ciudadana y el Referéndum, establecidos por esta Constitución y normados por Ley. II. Toda
fuerza armada o reunión de personas que se atribuya la soberanía del pueblo comete delito de sedición.
2 Constitución Política del Estado de 2004, 13 de abril de 2004, Artículo 228.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
230 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Dicha jurisprudencia sentó que las normas de la Constitución Política del Estado se
encuentren equiparadas a las normas contenidas en los Tratados y Convenios Internacionales
en materia de Derechos Humanos, con lo cual la supremacía constitucional no quedó
restringida sólo a las normas constitucionales.
3 Cabe tomar en cuenta las palabras de Pablo Luis Manili cuando analiza el caso argentino, sostiene que: Se
trata de una denominación creada en Francia a partir de una decisión adoptada por el Consejo Constitucional
en 1970 y tomada luego por el Tribunal Constitucional Español en 1982, y por la Corte Suprema de Justicia de
Panamá en 1990. De allí, el término fue tomado e introducido en la doctrina nacional [refiriéndose a la argentina]
por Bidart Campos en 1995 y luego seguida por diversos autores. En esos países se considera dentro de ese bloque
a ciertas normas que están fuera de la Constitución, pero que comparten con ésta su posición privilegiada dentro del
ordenamiento jurídico. La diferencia aparece en el tipo de normas que incorporan al bloque: en esos países ingresan
al bloque distintas normas de derecho interno, mientras que en Argentina ingresan al bloque ciertos instrumentos
internacionales de derechos humanos, es decir: esas normas no provienen de nuestro derecho, sino de una fuente
exterior como es el derecho internacional. Manili, Pablo Luis, El Bloque de Constitucionalidad. La Recepción del
Derecho Internacional de los Derechos Humanos en el Derecho Constitucional Argentino, La Ley, Buenos Aires,
2003, p.186 y 187.
4 El Tribunal Constitucional boliviano sostuvo a través diferentes fallos: Que, conforme ha establecido este
Tribunal Constitucional a través de la interpretación integradora, los tratados, convenciones y declaraciones
en materia de derechos humanos forman parte del ordenamiento jurídico del Estado como parte del bloque
de constitucionalidad, entonces se convierten también en parámetros del juicio de constitucionalidad de las
disposiciones legales impugnadas; en ese marco se pasa a someter a juicio de constitucionalidad las disposiciones
legales esgrimidas con las normas de los tratados, convenciones o declaraciones internacionales invocados, como
lesionados, por los solicitantes que se promueva el recurso (…) De la jurisdicción glosada, se deduce que el bloque
de constitucionalidad en Bolivia lo conforman, además del texto de la constitución, los tratados y las declaraciones
y convenciones internacionales en materia de derechos humanos ratificados; de lo expuesto queda claro que no todo
tratado, declaración convención o instrumento internacional es parte del bloque de constitucionalidad, sino solo
aquellos referidos a los derechos humanos; dicha comprensión es posible, como lo explica la jurisprudencia glosada,
por la cláusula abierta prevista por el artículo 35 de la CPE, ya que tal como la doctrina de otros países de la región
concibe, solo es posible aceptar a las normas internacionales dentro del bloque de constitucionalidad, cuando existe
una permisión expresa en la Constitución. Sentencias Constitucionales No. 1662/2003 de 17 de noviembre de 2003;
1420/2004 de 6 de septiembre de 2004; 790/2006 de 15 de agosto de 2006; 1494/2003 de 22 de octubre de 2003 y
1662 de 17 de noviembre de 2003.
ALARCÓN GAMBARTE, María Micaela
La apertura constitucional de Bolivia a los sistemas internacionales 231
Jerarquía emergente de la
Jerarquía conforme a la Constución
Jurisprudencia del Tribunal
Políca del Estado de 1967
Constucional
Bloque de Constucionalidad:
Constución Políca del Estado de 1967. Constución Políca del Estado de 1967 y Tratados y
Convenios Internacionales de Derechos Humanos.
Con la vigencia de la Constitución Política del Estado de 2009, esta jerarquía normativa
fue modificada, conforme se desprende del artículo 410, parágrafo II del nuevo texto
constitucional:
3. Las leyes nacionales, los estatutos autonómicos, las cartas orgánicas y el resto de
legislación departamental, municipal e indígena.
Así como, lo dispuesto en el artículo 14, parágrafos I y II del texto constitucional: “Todo
ser humano tiene personalidad y capacidad jurídica con arreglo a las leyes y goza de los
derechos reconocidos por esta Constitución, sin distinción alguna” (…) “El Estado garantiza
a todas las personas y colectividades, sin discriminación alguna, el libre y eficaz ejercicio
de los derechos establecidos en esta Constitución, las leyes y los tratados internacionales de
derechos humanos”.
Finalmente, el artículo 257, parágrafo I de la carta constitucional que afirma: “Los tratados
internacionales ratificados forman parte del ordenamiento jurídico interno con rango de ley”.6
Sin embargo, por otra parte, debe señalarse los artículos que determinan una jerarquía
constitucional de los Tratados y Convenios Internacionales en materia de Derechos Humanos,
como lo establece la carta constitucional:
6 Con relación a este artículo, algunos juristas consideran que es una contradicción que establece el texto
constitucional, con lo cual recurren a diferentes métodos de interpretación para salvar esta contradicción.
7 Constitución Política del Estado, Artículo 13, parágrafo IV.
ALARCÓN GAMBARTE, María Micaela
La apertura constitucional de Bolivia a los sistemas internacionales 233
(…) Existen, por lo tanto, normas que están dentro y otras que están fuera de la constitución,
pero todas ellas tienen la misma jerarquía normativa, y, en conjunto y armónicamente,
sirven de parámetro para el control de constitucionalidad de las normas inferiores. Las
normas del derecho internacional de los derechos humanos que se han incorporado al bloque
permanecen afuera de la constitución, pero en el mismo rango jerárquico: no se incluyeron
en la constitución misma, sino que en el bloque de constitucionalidad.9
No constituye requisito, que las normas de Derecho Comunitario versen sobre Derechos
Humanos, porque según la Constitución Política de 2009, integran directamente el bloque de
constitucionalidad.11
De ahí, se tiene una nueva jerarquía normativa conforme a la Constitución Política del
Estado:
2. PREVISIÓN CONSTITUCIONAL
integración andina prevalece en su aplicación sobre las normas internas o nacionales, por ser característica esencial
del Derecho Comunitario, como requisito básico para las construcción integracionista’. Asimismo, a través de la S.
Stauffer Chemical Company No. 1-IP-88, se consolidó el efecto directo de la normativa comunitaria andina. Garrón
Bozo, Rodrigo Javier, Derecho Comunitario, Cima, La Paz, 2004, p. 32.
12 Constitución Política del Estado, Artículo 256, parágrafo I.
ALARCÓN GAMBARTE, María Micaela
La apertura constitucional de Bolivia a los sistemas internacionales 235
a) El nivel constitucional.
Este nivel jerárquico del ordenamiento jurídico está conformado por aquéllos Tratados
y Convenios Internacionales que no se refieren a los Derechos Humanos, es decir aquéllos
referidos a las materias comercial, diplomática, consular, económica, de cooperación
internacional entre otras.
13 Andaluz Vegacenteno, Horacio, Aplicación Judicial de la Constitución, El País, Santa Cruz de la Sierra,
2011, p. 51 y 52.
14 Constitución Política del Estado, Artículo 172.5): Dirigir la política exterior; suscribir tratados internacionales;
nombrar servidores públicos diplomáticos y consulares de acuerdo a la ley; y admitir a los funcionarios extranjeros
en general.
15 Constitución Política del Estado, Artículo 158. 14).
16 Andaluz, Horacio, Aplicación Judicial de la Constitución, Óp. Cit., p. 51, 52 y 53.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
236 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
a través de sus artículos 255 al 260, las normas que ordenan la negociación, suscripción y
ratificación de los Tratados y Convenciones Internacionales en el Estado boliviano.
La utilización del término Tratado es aceptada en el Derecho Internacional, toda vez que
posee carácter genérico y comprende todas las formas históricas adoptadas por las normas de
derecho internacional convencional.
Por naturaleza un acto jurídico (manifestación de voluntad que tiene por fin producir un
efecto jurídico) al que el derecho internacional exige la forma escrita.21
Por su parte, la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados define el término
“tratado”, como:
Un acuerdo internacional celebrado por escrito entre Estados y regido por el derecho
internacional, ya conste en un instrumento único o en dos o más instrumentos conexos y
cualquiera que sea su denominación particular.22
Toda concordancia de voluntades entre dos o más sujetos del Derecho Internacional,
destinada a producir efectos jurídicos; es decir, a crear, modificar o extinguir un derecho.23
En este mismo sentido, Max Sorensen sostiene, que un Tratado Internacional es: “Un
acuerdo entre Estados que obliga en virtud del principio pacta sunt servanda”; y agrega que:
La Constitución Política del Estado boliviano, establece que los Tratados de Derechos
Humanos y los que prohíben su limitación en los estados de excepción prevalecen en el orden
interno.25
4. PROCEDIMIENTO DE ADHESIÓN
Así, la Carta Fundamental deriva al desarrollo de una ley ordinaria, la regulación del
procedimiento para la celebración de los Tratados Internacionales. En el caso específico se
promulgó la Ley de Celebración de Tratados No. 401 de 18 de septiembre de 2013.
Entre los principios que establece esta normativa para la negociación, suscripción y
ratificación de Tratados Internacionales, se encuentran los siguientes:
23 Jiménez de Aréchaga, Eduardo, Curso de derecho internacional público, Montevideo, 1959, p. 98.
24 Sorensen, Max, Manual de derecho internacional público, Fondo de Cultura Económica, México, 1981, p. 200.
25 Constitución Política del Estado, Artículo 13.
26 Ley No. 401, de Celebración de Tratados, de 18 de septiembre de 2013, Artículo 4, parágrafos I y II.
ALARCÓN GAMBARTE, María Micaela
La apertura constitucional de Bolivia a los sistemas internacionales 239
No obstante, la misma norma, regula además dos modalidades. Los denominados Tratados
abreviados, son aquéllos que versan sobre competencias exclusivas del Órgano Ejecutivo,
en consecuencia por las mismas materias de su competencia, no requieren ratificación por
parte del Órgano Legislativo, con lo cual, bastará la firma del Presidente para su entrada en
vigencia.27
Y Los llamados Tratados formales, son aquéllos que cumplen con las fases de negociación,
adopción y autenticación del texto, quedando perfeccionados con la firma, por lo que
requieren someterse a procedimiento de ratificación por el Órgano Legislativo.28
Así mismo, corresponde al Órgano Ejecutivo denunciar y en su caso renegociar los Tratados
Internacionales suscritos, adheridos o ratificados por el Estado boliviano, con anterioridad al
7 de febrero de 2009 y que sean contrarios a la Constitución Política del Estado.
Concretamente, constituyen los Tratados Bilaterales sobre Inversiones, que deben adecuarse
al artículo 320 de la Constitución Política del Estado, dicha disposición establece que toda
inversión extranjera se someterá a la jurisdicción, a las leyes y a las autoridades bolivianas
y no se podrá invocar situación de excepción, ni apelar a reclamaciones diplomáticas para
obtener un tratamiento más favorable.
Con lo cual, la contradicción evidente entre varias cláusulas de los diferentes Tratados
Bilaterales de Inversión, con los preceptos constitucionales y el nuevo régimen que debe
regular las inversiones extranjeras en Bolivia, condujeron a denunciar los referidos Tratados
en cumplimiento del plazo constitucional establecido.
(3) Fecha de vigencia del ACE No. 66, que reemplaza el ACE No. 31.
En el caso en que el Tratado Internacional fue negociado por el Órgano Ejecutivo, este
lo remitirá al Órgano Legislativo para su respectiva ratificación, es cuando corresponde
a la Presidenta o Presidente de la Asamblea Legislativa Plurinacional enviar de forma
obligatoria y dentro de un plazo máximo de veinte días desde su recepción, al Tribunal
Constitucional Plurinacional para efectos de control previo de constitucionalidad, y antes
de que tales instrumentos internacionales procedan a ser ratificados; así mismo, a tiempo de
que la Presidenta o el Presidente de la Asamblea Legislativa Plurinacional remita el Tratado
Internacional al Tribunal Constitucional Plurinacional de forma obligatoria, podrá demostrar
la duda fundada que tenga sobre su contenido.38
En este mismo sentido, el Código Procesal Constitucional, regula que cualquier Tratado
Internacional que requiera la aprobación mediante referendo, en conformidad a los mandatos
de la Carta Fundamental, o cuando lo soliciten los ciudadanos o representantes de la
36 Constitución Política del Estado, Artículo 203: Las decisiones y sentencias del Tribunal Constitucional
Plurinacional son de carácter vinculante y de cumplimiento obligatorio, y contra ellas no cabe recurso ordinario
ulterior alguno.
37 Ley No. 254, Código Procesal Constitucional, de 5 de julio de 2012, Artículo 107, parágrafo I.
38 Ley No. 254, Código Procesal Constitucional, de 5 de julio de 2012, Artículo 107, parágrafo II.
39 Ley No. 254, Código Procesal Constitucional, de 5 de julio de 2012, Artículo 108.
40 Ley No. 254, Código Procesal Constitucional, de 5 de julio de 2012, Artículo 109.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
246 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
3. Las leyes nacionales, los estatutos autonómicos, las cartas orgánicas y el resto de
legislación departamental, municipal e indígena.
Artículo 13. IV. Los tratados y convenios internacionales ratificados por la Asamblea
Legislativa Plurinacional, que reconocen los derechos humanos y que prohíben su
limitación en los Estados de Excepción prevalecen en el orden interno. Los derechos y
deberes consagrados en esta Constitución se interpretarán de conformidad con los Tratados
internacionales de derechos humanos ratificados por Bolivia.
41 Ley No. 254, Código Procesal Constitucional, de 5 de julio de 2012, Artículo 110, parágrafo I,
42 Ley No. 254, Código Procesal Constitucional, de 5 de julio de 2012, Artículo 110, parágrafo III.
ALARCÓN GAMBARTE, María Micaela
La apertura constitucional de Bolivia a los sistemas internacionales 247
Artículo 257. I. Los tratados internacionales ratificados forman parte del ordenamiento
jurídico interno con rango de ley.
8. BIBLIOGRAFÍA
Libros.
Normativa Nacional.
Normativa Internacional.
• Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados, 23 de mayo de 1969, con entra-
da en vigencia el 27 de enero de 1980.
TERCERA PARTE
PROCESOS CONSTITUCIONALES
CAPÍTULO XII
1. INTRODUCCIÓN
emanada de esta institución (incluyendo autos y sentencias); lo que permitirá una mejor
comprensión y por lo tanto mejor uso jurídico de esta acción, que de lejos desde 1992, se
ha convertido en la herramienta de los colombianos para defender de manera directa sus
derechos, rayando incluso en el abuso de la misma.
Con esto de presente, tenemos como contenido temático, primero una ubicación jurídica
del derecho procesal constitucional, luego precisiones sobre la jurisdicción constitucional, y
por último trataremos las características procesales de la acción de tutela, haciendo énfasis
en aspectos como la competencia, la legitimación y procedencia, el tramite y la técnica para
fallar la acción de tutela.
Tal vez, la mejor definición que se ha creado del derecho procesal constitucional es la
del Dr. César Astudillo, quien lo define como un sistema unitario de normas de status
constitucional, dirigido a la determinación de las categorías jurídicas elementales a través
de las cuales se tutela la Constitución, cuyo empleo exclusivo por el máximo órgano de
garantía constitucional posibilita que la norma fundamental se traduzca en parámetro
concreto de enjuiciamiento para la resolución de las controversias surgidas del propio
entorno constitucional.” (César Astudillo; Doce Tesis en torno al Derecho procesal
TIRADO PERTUZ, César Andrés / LUNA SALAS, Fernando
La creación pretoriana del derecho procesal constitucional en la Acción de Tutela 255
De lo anterior, se entiende que la teoría general del proceso sufre una transformación
cualitativa, ya que el objeto no serán las instituciones plasmadas en los tradicionales códigos
y leyes, y que tenía como consecuencia la definición clásica del derecho procesal según
el cual, es derecho procesal ese mediante el cual se materializa el derecho sustancial, se
convertía en una herramienta practica en la vida de los litigantes y jueces. Por el contrario el
derecho procesal constitucional, tiene por objeto las acciones constitucionales, o mejor
la constitución misma, ya que en realidad las acciones que le permiten a los ciudadanos
una mayor participación en su relación con el estado, constituyen derechos en el concepto
de estado consagrado en el Art 1º de la Constitución. Debe aclararse en este punto, que
aunque la mayoría de las acciones llamadas constitucionales, no son creación de la carta del
91, ya que estas estaban plasmadas en la legislación o en la misma constitución y carecían
de un carácter práctico que les permitiera a los ciudadanos un verdadero ejercicio de
sus derechos, es esta una de las principales características y diferencias del estado social
y democrático de derechos y el estado liberal de derecho que venía manejando Colombia
antes de la carta del 91; en este sentido DIEGO LÓPEZ MEDIDA dirá que: “ (…) dentro del
concepto tradicional de “Estado de derecho”, los jueces entendían que su misión consistía
en aplicar las reglas y principios anunciados por los códigos y las leyes. La constitución
se expresaba en la ley, suprimiendo así la necesidad de interpretar directamente el texto
superior. Los niveles de constitucionalización del conflicto común eran, por tanto, muy bajos”
(DIEGO LÓPEZ MEDIDA; INTERPRETACION CONSTITUCIONAL, Consejo Superior
de la Judicatura, sala administrativa, escuela Judicial “Rodrigo Lara Bonilla”, Universidad
nacional de Colombia, Bogotá 2002).
En este sentido, la tesis de Peter Häberle por la cual el derecho procesal constitucional
es derecho constitucional “concretizado” cobra gran sentido, dejando de lado las tendencias
latinoamericanas de ubicar el derecho procesal constitucional como una rama del derecho
procesal, o más bien de la teoría general del proceso. Según Häberle, “[E]l derecho procesal
constitucional significa en dos sentidos la concretización de la constitución. De un lado, es
por sí mismo un derecho procesal concretizado y por otro, le sirve al TFCA a concretizar
la constitución.”(Peter Häberle, El Derecho Procesal Constitucional como Derecho
Constitucional Concretizado frente a la judicatura de Tribunal Federal Constitucional Alemán
(TFCA), publicado en la Revista Ibero Americana de Derecho Procesal Constitucional Nº 1).
Siguiendo la línea de Häberle, ubicar al derecho procesal constitucional como una rama
dependiente de la teoría del proceso, resulta paradójico, pues este es el resultado de la
interpretación constitucional, y nos son meros procedimientos o reglas a seguir en las
acciones constitucionales, de tal manera que “[E]s mucho más importante la preparación
de la judicatura para el derecho procesal constitucional que la “imaginación del legislador”
respecto al alcance de la jurisdiccionalidad constitucional según la Constitución, que carece
de modelo a seguir, ya que no puede prever todas las posibilidades que se dan en este ámbito
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
256 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
3. LA JURISDICCIÓN CONSTITUCIONAL
Históricamente las constituciones del mundo siempre han sido normas especiales que
regulan y organizan políticamente el estado, que por su importancia están por encima de la
ley, aunque se dice que estas tienen su primer uso en la época de Aristóteles, lo cierto es que
la constitución como la conocemos hoy es una creación del estado de derecho liberal, por
eso un estado constitucional debe ser teóricamente liberal; de tal suerte que el derecho
constitucional ha tenido las mismas fases que o por lo menos se ha visto desarrollado a la par
del modelo de estado, así por ejemplo en un estado de derecho como el de la carta del 86 en
Colombia, la constitución se expresaba en la ley, suprimiendo así la necesidad de interpretar
directamente la constitución y se aplicaba perfectamente el silogismo exegético del modelo
francés. Pero en un estado social de derecho donde el termino social tiene una gran incidencia
en la concepción del derecho, pues supone un cambio trascendental en la organización
socio política del estado liberal de derecho, ya que le impone a los gobernantes el deber de
garantizar la eficacia de los estándares mínimos de la vida, tales como salario, alimentación,
salud, habitación, educación, el conjunto de libertades individuales y colectivas… en fin todo
el catálogo de derechos protegido por la constitución y más exactamente hoy por el bloque de
constitucionalidad; creando así una conciencia totalmente distinta en el ciudadano, una idea
de derecho y no de caridad como sucedía en el modelo de la carta del 86; supone entonces
un replanteamiento en las condiciones del “contrato social”.
Así pues, el estado social, constitucional y democrático de derecho ejerce un control jurídico
y político de esta nueva idea de contrato social. Político, en la consagración del catálogo de
principios y derechos constitucionales fundamentales que inspiran toda la interpretación y
funcionamiento de la organización política; y jurídica, en cuanto al nuevo papel del juez, pues
que es necesario aplicar la constitución directamente, pues las condiciones de la nueva idea
de contrato social así lo exige, se desvanece buena parte de la importancia formal (validez)
TIRADO PERTUZ, César Andrés / LUNA SALAS, Fernando
La creación pretoriana del derecho procesal constitucional en la Acción de Tutela 257
del derecho y se prepondera la parte material de las normas, de tal manera que, el sentido
y alcance las normas constitucionales no pueden ser desentrañados por una interpretación
exegética, que se limita a la confrontación formal de los presupuestos objetivos de la norma;
sino que en virtud de que cada palabra de la constitución tiene una carga semántica, es decir
es un texto abierto, debe el juez constitucional llenar ese texto abierto y darle sentido y
alcance las palabras de la normas; por esta razón se dice que la Corte constitucional es
creadora de derecho en el ejercicio de interpretar la constitución.
tanto al crear cualquier regla o figura de carácter procesal en este sentido será parte integral
de ese bloque de constitucionalidad, dicho en palabras de la Corte Constitucional “[E]ntre la
Constitución y la Corte Constitucional, cuando ésta interpreta aquélla, no puede interponerse
ni una hoja de papel” (Corte Constitucional, sentencia C-113 de 1993, Magistrado Ponente:
Jorge Arango Mejía.). Por otra parte, esta definición de jurisdicción constitucional, nos lleva a
entender porque las decisiones de la Corte, y las de cualquier Tribunal o Sala Constitucional,
son decisiones políticas, ya que en virtud de sus facultades, este controla las actuaciones
de las demás ramas de poder. En este sentido, la actuación de la jurisdicción constitucional
se resume al control constitucional, ya sea difuso en materia de tutela y excepción de
constitucionalidad, y concentrado en las sentencias de constitucionalidad, bien sea oficioso
en los casos expresamente señalados o por acción ciudadana y por revisión de tutelas.
La acción de tutela es el instrumento jurídico por el cual todos los colombianos pueden
proteger sus derechos fundamentales, las definiciones de la acción de tutela, han sido
muy variadas, pues todos los constitucionalistas nacionales y extranjeros desarrollan una
propia, sin embargo todos tienen como idea central que la acción de tutela es un trámite
más o menos informal para la protección y aplicación de la acción de tutela, esta idea es la
que maneja el Art. 86 de la C.N., cuando hace referencia a “un procedimiento preferente
y sumario, por sí misma o por quien actúe a su nombre, la protección inmediata de sus
derechos constitucionales fundamentales”; con todo la mejor definición para los fines de
este trabajo, es la que construyó la Corte Constitucional desde su primera sentencia de
tutela, en ella se dijo que: “La acción de tutela es un instrumento jurídico confiado por la
Constitución a los jueces, cuya justificación y propósito consisten en brindar a la persona
la posibilidad de acudir sin mayores requerimientos de índole formal y en la certeza de que
obtendrán oportuna resolución, a la protección directa e inmediata del Estado, a objeto de
que, en su caso, consideradas sus circunstancias específicas y a falta de otros medios, se
haga justicia frente a situaciones de hecho que representen quebranto o amenaza de sus
derechos fundamentales, logrando así que se cumpla uno de los fines esenciales del Estado,
consistente en garantizar la efectividad de los principios, derechos y deberes consagrados en
la Constitución.” (Corte Constitucional, Sentencia T-001 de 1992, M.P. JOSÉ GREGORIO
HERNÁNDEZ GALINDO).
En cuanto al objeto, la acción de tutela recae sobre lo que los derechos fundamentales;
o mejor sobre el catálogo de derechos que conforme a las características dadas por la
corte constitucional, son de aplicación inmediata.
4.1.1. La competencia
El que interponga la acción de tutela deberá manifestar, bajo la gravedad del juramento,
que no ha presentado otra respecto de los mismos hechos y derechos. Al recibir la solicitud,
se le advertirá sobre las consecuencias penales del falso testimonio.
De las acciones dirigidas contra la prensa y los demás medios de comunicación serán
competentes los jueces de circuito del lugar.”.
Podemos observar entonces que solo operan en materia de tutela dos reglas mínimas de
competencia, la primera es un criterio territorial obvio, atendiendo a que en cualquier parte
donde ocurriere la violación se puede interponer la acción de tutela y en cuanto a las acciones
que se interpongan contra prensa o medios de comunicación. En tal sentido las reglas que
establece el decreto 1382 de 2002, son una mera guía ilustrativa para las oficinas de
reparto de las instalaciones judiciales y para efectos de mejorar la calidad del servicio;
en este sentido la Corte Constitucional que mediante A-124 de 2009, reiteró tajantemente su
posición sobre este asunto diciendo que “De acuerdo con la jurisprudencia constitucional,
las únicas normas que determinan la competencia en materia de tutela son el artículo 86 de
la Constitución, que señala que ésta se puede interponer ante cualquier juez, y el artículo
37 de Decreto 2591 de 1991, que establece la competencia territorial y la de las acciones
de tutela, que se dirijan contra los medios de comunicación, la cual asigna a los jueces del
circuito.
1 Auto 009A de 2004. Reiterado por los autos A. 230/06, A. 145/06, A. 146/06, A. 004/07, A. 008/07, A. 123/07,
A. 033/08, y A. 031/08, entre otros.
TIRADO PERTUZ, César Andrés / LUNA SALAS, Fernando
La creación pretoriana del derecho procesal constitucional en la Acción de Tutela 261
La legitimación es una figura procesal por la cual una persona se hace sujeto de
un derecho, y tiene la capacidad de interponer la acción para reclamarlo en el caso de la
legitimación por activa, o es la persona a la cual se le puede reclamar por el derecho en el
caso de la legitimación por activa. En el caso de la acción de tutela, todos los ciudadanos son
titulares potenciales de la acción, en caso de que una autoridad pública o un particular en los
casos específicamente señalados, vulnere por cualquier medio sus derechos fundamentales,
o alguno en conexidad con estos; así, el inciso primero del artículo 86 de la Constitución
Política, dispone que “[T]oda persona tendrá acción de tutela para reclamar ante los jueces,
en todo momento y lugar, mediante un procedimiento preferente y sumario, por sí misma
o por quien actúe a su nombre, la protección inmediata de sus derechos constitucionales
fundamentales, cuando quiera que éstos resulten vulnerados o amenazados por la acción o
la omisión de cualquier autoridad pública.”; en concordancia el artículo 10 del Decreto 2591
de 1991, establece “[L]a acción de tutela podrá ser ejercida, en todo momento y lugar, por
cualquiera persona vulnerada o amenazada en uno de sus derechos fundamentales, quien
actuará por sí misma o a través de representante. Los poderes se presumirán auténticos.
También se pueden agenciar derechos ajenos cuando el titular de los mismos no esté
en condiciones de promover su propia defensa. Cuando tal circunstancia ocurra, deberá
manifestarse en la solicitud.”
En cuanto a la legitimación por pasiva, ha señalado la corte que: “[E]n efecto, esta
Corporación, interpretando el contenido normativo de las disposiciones reseñadas, ha
sostenido que la acción de tutela procede no sólo frente a las actuaciones de las autoridades
públicas que vulneren o amenacen los derechos fundamentales, sino también frente al actuar
de los particulares cuando éstos asumen la prestación de un servicio público o detentan una
posición de autoridad desde la cual producen un desequilibrio a una relación en principio
entre iguales, específicamente en los eventos en que el particular (i) se encargue de la
prestación de un servicio público, (ii) cuando con su conducta afecte grave y directamente
el interés colectivo, y (iii) cuando el solicitante se encuentre en estado de subordinación o
indefensión respecto de quienes amenazan o lesionan sus derechos fundamentales.” (Corte
Constitucional, Sentencia T-1198 de 2005, M. P.: Dr. Rodrigo Escobar Gil.).
En este sentido, en ningún caso podrá negarse el juez a conocer la tutela, ya que como
puede colegirse de la jurisprudencia de la corte “todos los jueces de la república, son por
definición jueces constitucionales, por tanto todos son competentes para conocer la acción
de tutela”, y en ningún caso puede negarse la admisión de la tutela; sobre todo teniendo en
cuenta que la acción de tutela per-se, tiene como único requisito la especificación del hecho
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
262 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
o acción violatoria de los derechos fundamentales, por lo tanto puede ser incluso presentada
de manera verbal2.
En este módulo, podemos observar que la rama judicial ha determinado que en un solo
acto como es el auto admisorio, se decreten todas las actuaciones que considere necesarias
para dictar el fallo de tutela, con lo cual se demuestra como este solo acto no es de la naturaleza
de la teoría del proceso, sino más bien, de la constitucional, no solo porque las declaraciones
en dicho auto son de fondo, sino porque lo decretado en él constituyen verdaderos derechos
y garantías constitucionales cuya titularidad la ostentan las partes, los cuales devienen de la
protección y aplicación de los derechos protegidos por la acción de tutela. Desde luego, que
dirán los procesalistas que en la teoría general del proceso, el auto admisorio constituye una
garantía al derecho fundamental de contradicción y de defensa; sin embargo, no es menos
cierto que la naturaleza del auto admisorio en la acción de tutela contiene en ese solo acto,
no es una acto de mera comunicación para que se el demandado o denunciado, ejerza su
derecho a contradecir, sino que el mismo es el juez quien ejerce la defensa del derecho
fundamental, tomando las medidas necesarias para proteger de manera efectiva el derecho
supuestamente violado. También podrá decirse que en acciones como la de nulidad en el
caso de la jurisdicción contenciosa administraba, el auto admisorio contiene también algunas
disposiciones de fondo para la solución del caso planteado; pero entonces debe recordarse
que la naturaleza de la acción de nulidad, es de control de legalidad, por lo cual el juez
debe actuar de esta manera; la acción de nulidad es el antecedente histórico de la acción de
inconstitucionalidad.
Otro aspecto a considerar, está dado por la celeridad del proceso, en realidad el trámite
de la acción de tutela en virtud del principio por el cual debe ser resuelta en máximo 10
días, deben tomarse este tipo de medidas, que obedecen a la psicología jurídica de los jueces
de la república, procesalistas en su mayoría; pero en la praxis constituyen una verdadera
invención de dicho tramites. Así, por ejemplo en la acción de tutela, el juez puede decretar
2 Caso en el cual, por costumbre el secretario levanta un acta, sobre la manifestación de los hechos e identifica
el actor.
TIRADO PERTUZ, César Andrés / LUNA SALAS, Fernando
La creación pretoriana del derecho procesal constitucional en la Acción de Tutela 263
pruebas de cualquier naturaleza y de oficio en cualquier tiempo, siempre que éstas sirvan
para determinar la violación del derecho fundamental; aspecto este de lejos muy distinta a lo
ocurre con los procedimientos tradicionales. De esta manera, este tipo de medidas son una
verdadera “concretización” de los derechos fundamentales.
El fallo de la acción de tutela es en esencia una orden, así se desprende del texto
constitucional, al decir que “La protección consistirá en una orden para que aquel respecto
de quien se solicita la tutela, actúe o se abstenga de hacerlo.”, por lo tanto deberá el juez
analizar si existe o no la violación de los derechos fundamentales del actor. Este análisis,
exige al juez de tutela la aplicación en toda su extensión del principio Iura Novit curia3;
de tal suerte que esta labor del juez constitucional le exigirá conocer la filosofía del derecho, y
más específicamente con lo que respecta a los derechos fundamentales; además un criterio de
equidad y justicia; y sobre todo de la jurisprudencia de la Corte Constitucional, en virtud de la
fuerza vinculante del precedente aplicado al derecho Constitucional Colombiano en materia
de Tutela. Esto, sin perjuicio de las elementales reglas de interpretación y argumentación
de un fallo4. De allí, que en aplicación de dicho principio el juez constitucional goce de un
amplio margen de acción.
Ahora bien, no podemos decir que la sentencia de tutela de un juez promiscuo municipal,
constituya una creación de un derecho procesal constitucional; sin embargo, la aplicación de
las normas constitucionales, si constituyen una “concretización” de la constitución, y en este
sentido cualquier fallo de tutela es una manifestación del derecho procesal constitucional.
Cosa distinta sucede en las sentencias de la Corte Constitucional, quien por ser el interprete
autorizado por la constitución “crea derecho” a través de sus fallos, y su aplicación conforme
a la doctrina del precedente.
5. CONSIDERACIONES FINALES
Decimos que el derecho procesal constitucional no puede ser creación del legislador
por dos razones fundamentales, la primera es consecuencia de separar al derecho procesal
constitucional de la teoría general del proceso y entenderlo como una forma de expresión de
la Constitución misma, y en tal sentido las normas de Derecho Procesal Constitucional serán
normas Constitucionales, encontramos en este aspecto un límite al poder derivado que ostenta
el congreso de la república, ya que si bien es cierto éste puede reformar la constitución, no
puede desde ningún punto de vista crear normas Constitucionales que cambien de manera
cualitativa la esencia de la Constitución, pues estas solo provienen del pueblo como titular
de la soberanía, principio este que fue entendido desde el antiguo derecho romano clásico,
que expresaba “In XII Tabulis legem ese, ut quod cumque postremum populis jussisset, id jus
ratumque esset7” (Tito Livio, Ley de las XII Tablas; Tabla XII. Tomado de la Enciclopedia
Jurídica Omeba tomo XIV, DRISKILL S.A., Buenos Aires 1990.), obviamente que no
podemos comparar la sociedad romana con la colombiana, pues la aplicación del derecho
es muy distinta, lo que es importante señalar es que desde esa época se entendía que si
bien el legislador crea una normatividad, es el pueblo quien realmente determina el
Derecho en virtud del carácter religioso del este, donde el Pretor (Sacerdote) en nombre
de Popolum Romanum lo declaraba al decir que decía IOVE en su Pretatium.
En segundo término, es menester aclarar que existen muchos vacíos que los jueces
constitucionales -por debajo de los magistrados del alto tribunal constitucional- que en
virtud de la naturaleza de la Acción de Tutela, deben superar muchas veces improvisando
y aplicando un pseudo procedimiento civil o penal –dependiendo el despacho-, apelando
en muchos casos al criterio de la analogía y a los principios generales del derecho (Art. 5
del C.P.C). Dicho trámite, no es desde ningún punto de vista una manifestación del derecho
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
266 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
procesal in genere, puesto que aunque en la mayoría de los casos el juez no lo sepa, al aplicar
normar constitucionales estas normas sufren un cambio cualitativo en la naturaleza; tal cual
se analizó en el contenido del auto admisorio de la acción de tutela.
Así las cosas la creación jurídica, en el proceso de fallar una acción de tutela con todos
sus aspectos procesales, que a su vez son creados o deben ser aplicados en los términos
del alto tribunal constitucional, es un proceso de “concretización” de derecho procesal
constitucional. Mucho más lo será, la jurisprudencia del órgano limite en materia
constitucional, pues este puede incluso crear o dejar sin efectos normas de índole
“procesal”, a través de su jurisprudencia, como ocurrió con el decreto 1382 de 2003,
que fue prácticamente derogado por el Auto 124 de 2009., o el trámite del incidente de
desacato que bien merecería un estudio más detallado en otro artículo.
6. BIBLIOGRAFÍA
ASTUDILLO, Cesar, (2007) Doce Tesis en torno al Derecho procesal
Constitucional, publicada en la Revista Ibero Americana de Derecho Procesal
Constitucional Nº 7. Editorial Porrúa, SA de CV, México.
ENCICLOPEDIA Jurídica Omeba, (1990) tomo XIV, DRISKILL S.A., Buenos Aires.
Referencias jurisprudenciales:
Debe advertirse que no se encuentra en esta reseña, todo el acervo jurisprudencial que ha
dictado la Corte Constitucional, en cuanto a aspectos procesales específicamente se refiere.
Enunciamos aquí las más representativas para efectos de este trabajo:
Corte Constitucional, Auto 053 de 2002, M.P: Dr. JAIME CORDOVA TRIVIÑO.
Corte Constitucional, Auto 124 de 2009 M.P: Dr. HUMBERTO ANTONIO SIERRA
PORTO.
Corte Constitucional, Sentencia T-406 de 1992, M.P: Dr. CIRO ANGARITA BARON.
Corte Constitucional, sentencia C-113 de 1993, M.P: Dr. JORGE ARANGO MEJÍA.
1. INTRODUÇÃO
Desta forma, a proteção dos direitos da personalidade é construída com base nos
preceitos fundamentais, constantes na Constituição Federal expressos em diversos
artigos e a vida intima e privados resguardos pelo artigo 5º, inciso X e orientados pela
dignidade da pessoa humana.
* Mestre em Direito Constitucional pelo Centro de Pós Graduação da Instituição Toledo de Ensino – ITE/
Bauru. Especialista em Direito Constitucional pela Universitá Degli Studi di Pisa. Bacharel em Ciências Jurídicas
e Sociais pela Faculdade de Direito de Bauru/ITE. Membro da Asociación Mundial de Justicia Constitucional,
Membro Adjunto da Asociación Argentina de Justicia Constitucional e Membro da Asocianón Colombiana de
Direito Processual Constitucional Advogada e Professora. Avenida: Getúlio Vargas nº 21-51, sala 65, Jardim
Europa, Bauru -SP- CEP: 17017-383- Tel. (14) 55.14. 998654581- abbcardim@hotmail.com.
** Mestre em Direito pela Faculdade de Direito de Ribeirão Preto/SP – UNAERP. Especialista em Direito
Empresarial pela Faculdade Barretos (FB). Conciliadora do Poder Judiciário. Docente da Faculdade Barretos.
Membro da Asociación Mundial de Justicia Constitucional. Membro Adjunto da Asociación Argentina de Justicia
Constitucional e Membro da Asociación Colombiana de Direito Processual Constitucional. Advogada.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
270 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
comunicações e interações nas redes sociais que povoam o ambiente virtual, usualmente
são disponibilizadas informações pessoais bastante reveladoras sobre os internautas,
sobressaindo-se aquelas que tomam a forma de dados pessoais, objeto de análise no presente
estudo.
Assim, conta-se com o mecanismo de defesa do habeas data que tem sua previsão legal
no artigo 5º, inciso LXXII, da Constituição Federal do Brasil, para a proteção da privacidade
por meio de uma interpretação extensiva da Constituição Federal. Conforme disposto nessa,
o instituto tem uma função bem definida, a qual seria informar a um titular, se existem dados
respectivos à sua pessoa em bancos de dados, de natureza pública (não necessariamente
estatal), dando-lhe a oportunidade de corrigi-los, caso esses dados não correspondam à
realidade. Seu procedimento é previsto na Lei nº 9.507, de novembro de 1997, que “regula o
direito de acesso a informações e disciplina o rito processual do habeas data”.
Da leitura do caput do artigo sob exame, observa-se que estão afastados de sua tutela
os escravos e estrangeiros residentes no País. É de se apontar, neste sentido, que a tutela
à personalidade, na realidade do Brasil-Império, era semelhante ao regime vivenciado em
Roma, em que havia regimes de tutela absolutamente diferentes e determinados pelo local
que o indivíduo ocupava na escala social.
1 Atribui-se à primeira constituição brasileira a primazia mundial na subjetivação e positivação dos direitos do
homem. Esta atribuição, contudo, é contestada em favor da Constituição belga de 1831. SILVA, José Afonso da.
Curso de Direito Constitucional Positivo. 17. ed. São Paulo: Malheiros, 2000.
CARDIM ALVES, Alinne / DE MELO FERNANDES, Cassiane
O habeas data e a proteção dos direitos da personalidade 271
Na Constituição de 1824, que propõe uma falsa liberdade, é de se dizer que a noção
constitucional de regra contra majoritária, reclamada pela modernidade, já estava presente.
Ainda que embrionária, a noção de direitos da personalidade já apontava para um escudo
contra o arbítrio estatal. A Constituição de 1824, que se seguiu à independência proclamada
em 1822, determinava expressamente (art. 179, XVIII) que se elaborasse o mais rápido
possível um Código Civil e um Código Criminal. Atendendo a esta determinação, surgiu
rapidamente o Código Criminal do Império em 1830. A determinação de criação de um
Código Civil, todavia, não foi atendida nos 67 anos que vigeu a carta sob exame.
Na linha constitucional, chega-se à Constituição de 1934, que vigeu até 1937. Esta trouxe
algumas inovações. A primeira delas foi a presença de um “título especial para a Declaração
de Direitos, nele inscrevendo não só os direitos e garantias individuais, mas também os de
nacionalidade e os políticos. ”2 Esta metodologia foi repetida na demais Cartas, ressalvada
a de 1937. Em referência à Constituição de 1934, é de se comentar seu artigo 113, que
no caput consagrava a liberdade. Nos seus incisos, aponta ainda para: sigilo de correspondência
(inciso VIII), inviolabilidade de domicílio (inciso XVI), direito à propriedade intelectual,
abrangendo o direito às marcas e patentes e direito autoral (incisos XVIII a XX). O artigo
114, complementando o sentido do que anterior, explicita entendimento de que o rol previsto
na Constituição não é exaustivo.
2 SILVA, José Afonso da. Curso de Direito Constitucional Positivo. 17. ed. São Paulo: Malheiros, 2000, p. 169.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
272 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
De modo muito produtivo para uma Constituição denominada cidadã, a Carta brasileira
de 1988 coroa em seu artigo 5º a vitória histórica do povo brasileiro, marcado pela opressão
nos mais variados planos. As disposições protetivas deste artigo, por isto mesmo, se
irradiam em direções múltiplas, servindo de proteção contra os abusos estatais e até mesmo
de particulares. Uma proteção que se faz perene e se pretende efetiva. Perene por não se
sujeitar à possibilidade de reforma, o que é salutar em um país que em 22 anos (até fev/2016)
produziu 91 emendas. Pretensamente efetiva, porque ainda não se conseguiu implementar
as promessas da modernidade de modo destacável, daí a teoria da “constituição dirigente
adequada a países de modernidade tardia”7
Ao se consagrar a dignidade da pessoa humana, tem-se que vida digna implica em se ter,
como pressuposto, o respeito a todos os aspectos físicos, psíquicos e intelectuais de cada ser
humano.
Embora a perspectiva positivista seja defensável na esfera dogmática, não parece ser
este o espírito preservado na Constituição da República vigente. Por ser assim, partindo da
premissa que o direito deve ser lido a partir da Constituição, que consagra a pessoa humana,
denota-se que a personalidade se liga e se realiza no ser humano. Desta forma, ainda que se
possa abstrair eventual privação de um direito da personalidade pelo ordenamento jurídico,
esta privação não se mantém de per si. Não há meios de esta se manter, caso contrarie o
regime depreendido da dignidade.
Na linha tracejada, importante salientar a visão jusnaturalista que afirma serem os direitos
da personalidade, no chamado núcleo duro, inerentes à própria natureza humana, ocupando
posição supra-estatal. A positivação, por isto mesmo, é um meio de se garantir o exercício
dos mesmos e de assegurar coercitividade e possibilidade de exigência, e, jamais, um veículo
a partir do qual se possa negar direitos.
Serpa Lopes9 define os direitos da personalidade como sendo atributos inatos ao indivíduo.
Verdadeiras projeções biopsíquicas integrativas da pessoa humana que se constituem em
bens jurídicos assegurados e disciplinados pela ordem jurídica imperante.
A definição de Serpa Lopes parece muito produtiva, porque não parte da premissa de que
os direitos da personalidade são aqueles que a ordem jurídica estatui. Esta consideração se
apresenta válida porque não se pode deixar de considerar que os direitos em exame não se
encerram na sistemática dos numerus clausus. Ademais, existiriam antes mesmo do Estado,
porque estão na ordem de constituição dos indivíduos e é a partir da reunião destes que o
Estado é formado.
Na linha reflexiva que se percorre, tem-se que os Direitos da Personalidade são atributos
jurídicos que se convertem em projeções da Pessoa Humana. Por esta razão são reputados
direitos subjetivos privados de caráter não patrimonial. Trata-se de direitos com os quais
8 No dizer de a pessoa física (natural) como sujeito de deveres e direitos não é o ser humano cuja conduta é
o conteúdo desses deveres ou desses direitos. A pessoa física é apenas a personificação desses deveres e direitos:
concatena um conjunto de normas jurídicas que, por constituir deveres e direitos contendo a conduta de um mesmo
ser humano, regula a conduta deste ser. Cf.: KELSEN, Hans. Teoria geral do direito e do Estado. São Paulo:
Martins Fontes, 1995.
9 SERPA LOPES, Miguel Maria de. Curso de direito civil. Rio de Janeiro: Freitas Bastos, 1989, p. 205.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
274 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
No século XIX, quando eram percorridos os primeiros passos no estudo dos direitos da
personalidade, surgiu a controvérsia acerca de como os definir. Para tanto foram consolidadas
duas posições antagônicas. De um lado, os que acreditavam tratar a personalidade de um
todo indivisível. Do outro, os que asseguravam ter a personalidade variadas projeções,
entendimento que deu corpo à chamada teoria atomista (princípio da aplicação da norma
mais favorável).
Referida teoria ganhou maior número de adeptos, principalmente porque permitia uma
tutela mais concreta destes direitos. Ao anunciá-los de forma separada, permitia a construção
paulatina do instituto, isto é, permitia que se amadurecesse a percepção jurídica no sentido
de se reconhecer os direitos inerentes à personalidade. Esta teoria oferece um diferencial em
relação à monista, porque não obrigava ao ordenamento reconhecer, de uma só vez, todos os
caracteres que se associam ao regime da personalidade.
A questão monista ou atomista, embora aparentemente resolvida, volta à cena nos dias de
hoje. Ocorre que, porém, marcada por outro enfoque. O uso indiscriminado da teoria atomista
levou a que muitos considerassem os direitos da personalidade típicos, isto é, reconhecidos
apenas se positivados.
Não parece ser este o melhor entendimento. Os direitos da personalidade, no que realizam
a dignidade da pessoa humana, são anteriores ao direito positivo. O que este faz é reconhecer
os caracteres associados à personalidade.
Como se percebe, não se trata da criação de direitos, mas de reconhecimento. Por isto
afirma-se não ser produtiva a sustentação de que direitos da personalidade são os que a ordem
positiva assegura. A previsão positiva é importante, sim, em razão da cultura jurídica que
prima pela segurança da subsunção. Esta importância, então, é conjuntural, e não estrutural.
Justifica-se enquanto tivermos aplicadores do direito envolto nos velhos dogmas positivistas.
A personalidade deve ser entendida como um valor ilimitado a ser tutelado. Tal
consideração não impede que o ordenamento jurídico regulamente de forma expressa suas
vertentes mais relevantes. Isto ocorrerá no empenho de se facilitar a aplicação do direito10,
mas não a constituição do mesmo.
10 Pietro Pellingieri defende a ideia da personalidade como valor indivisível. Nesta alinha assegura que a tutela
irrestrita da personalidade estaria por toda Constituição, cujo cerne é o princípio da Dignidade da Pessoa Humana. Disto
CARDIM ALVES, Alinne / DE MELO FERNANDES, Cassiane
O habeas data e a proteção dos direitos da personalidade 275
O Código Civil de 1916, de autoria de Clóvis Beviláqua, não continha disposição expressa
sobre os direitos da personalidade. Esta lacuna é atribuída à materialidade que o diploma
parecia querer preservar.
A doutrina vem tratando dos Direitos da Personalidade. Orlando Gomes12, por exemplo,
divide tais direitos em direitos à integridade física e direitos a integridade moral. Caio Mário
da Silva Pereira cuida do direito ao nome, direitos à integridade física, direito à vida e direitos
à integridade moral13.
se diz que os direitos da personalidade não se encontram tipificados em sua totalidade. Cf.: PERLINGIERI, Pietro.
Perfis do Direito Civil: Introdução ao Direito Civil Constitucional. 2. ed. Rio de Janeiro: Renovar, 2002, p. 153 e ss.
11 CAMPOS, Diogo Leite de. Os Direitos da Personalidade. Categoria em Reapreciação. Revista da Faculdade
de Direito Milton Campos. Belo Horizonte, v.1, n.1, 1994, p.38.
12 GOMES, Orlando. Introdução ao Direito Civil. 19. ed. Rio de Janeiro: Forense, 1998, p. 141-160.
13 PEREIRA, Caio Mário da Silva. Instituições de direito civil. Rio de Janeiro: Forense, 1997, p. 141-160.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
276 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
A proteção à pessoa é tendência marcante do direito atual e é este o ponto de partida para
que Tepedino formule sua concepção da “cláusula geral de tutela da personalidade”.14
Diante dos limites prescritos nos artigos do Código Civil, tem-se que os Direitos da
Personalidade são irrenunciáveis e intransmissíveis, conforme prevê o artigo 11 do diploma
em comento. Desta forma, não há que se falar em afastamento volitivo de tais direitos.
Pode-se, sim, falar em afastamento de sucedâneos, sobretudo patrimoniais, dos Direitos da
Personalidade, mas não o afastamento destes direitos considerados em si próprios.
Vida privada e intimidade são conceitos que, ao menos no campo do direito, carregam
consigo uma grande controvérsia. Há certa dificuldade em conceituá-los, é difícil ainda
conceber se são figuras autônomas ou interdependentes. Além do mais, é desaconselhável
na opinião de alguns doutrinadores, delimitar precisamente os bens jurídicos contemplados
nessas espécies. Os aspectos da integridade moral dos direitos da personalidade tais como a
honra, a imagem, a vida privada e a intimidade sofrem, constantemente, intromissões alheias.
RODOTÀ sustenta que
“[...] ao lado da percepção, cada vez maior, dos riscos do progresso tecnológico, está a
consciência da impossibilidade de deter tal progresso, mesmo se este não se apresenta mais
com prognósticos somente positivos. ”16
A Constituição Federal de 1988, por sua vez, garantiu o direito à vida privada e à intimidade
como direito fundamental, em seu artigo 5º, X. Ainda no direito brasileiro, o direito à vida
privada e à intimidade foi reconhecido, enquanto direito da personalidade, pelos artigos 20
e 21 do Código Civil de 2002. A inexistência de um consenso a respeito da conceituação de
direito à vida privada e à intimidade, sobretudo no âmbito internacional, parece ser reflexo
das diferenças culturais e históricas que existem entre os povos.
considerada en sí misma, a sus atributos físicos y morales, a todo lo que suponga desarrollo y desenvolvimiento
de la misma”. DIÉZ-PICAZO, Luis; GULLÓN, Antonio. Sistema de Derecho Civi. Madrid: Tecnos, 1988, p.
338. (destacou-se)
16 RODOTÀ, Stefano. A vida na sociedade da vigilância: a privacidade hoje. p. 41-42.
17 SZANIAWSKI, Elimar. Direitos da Personalidade e sua tutela. São Paulo: Revista dos Tribunais, 2005, p. 289.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
278 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Da análise de tais conceituações, afigura-se possível retirar talvez uma terceira classificação
partindo-se da premissa de que, se íntimo é tudo aquilo que se encontra mentalmente dentro da
própria pessoa, restaria protegido de per si, pois não há (até então) como violar o pensamento
do ser humano. Melhor se afigura, então, adotar a perspectiva de que íntimo é tudo aquilo
que o sujeito guarda como estritamente pessoal, mas que divide com uma ou pouquíssimas
pessoas nos meios que lhe são mais próximos, como é o caso entre cônjuges ou familiares.22
Já o privado, poderia ser considerado como, na esteira do íntimo, o que de igual forma
pertence ao seu titular como confidencial, mas que restou externalizado a uma ou poucas
18 Conforme explica o Professor Elimar, foi no caso Rachel, julgado pelo Tribunal do Sena em 1858 que pela
primeira vez se “reconheceu a existência de uma esfera íntima, ou de um círculo mais restrito do direito à vida privada
[...], na qual ninguém pode penetrar sem expresso consentimento.” (SZANIAWSKI,. Op. cit., p. 322).
19 FERREIRA, Aurelio Buarque De Holanda. Novo Dicionário Da Lingua Portuguesa. Rio de Janeiro: Editora
Nova Fronteira, 1986, p. 961.
20 JABUR, Gilberto Haddad. Dignidade e o Rompimento de Privacidade. In MARTINS FILHO, Ives Gandra da
Silva; PEREIRA JÚNIOR, Antonio Jorge (coord.). Direito à privacidade. São Paulo: Idéias e Letras, 2005, p. 85- 106.
21 ALONSO, Feliz Ruiz. Pessoa, Intimidade e o Direito à Privacidade. In MARTINS FILHO, Ives Gandra da
Silva; PEREIRA JÚNIOR, Antonio Jorge (coord.). Direito à privacidade. São Paulo: Idéias e Letras, 2005, p. 11-35.
22 FERRARI, Graziela Maria Rigo; ROSA, Tais H. Privacidade, intimidade e proteção de dados pessoais.
Disponível em: < http://seer.uenp.edu.br/index.php/argumenta/article/viewFile/495/pdf_69>. Acesso em: 01 nov. 2015.
CARDIM ALVES, Alinne / DE MELO FERNANDES, Cassiane
O habeas data e a proteção dos direitos da personalidade 279
(...) a vida social do indivíduo se divide em duas esferas: a pública e a privada. Por
privacidade, de conseguinte, deve-se entender os níveis de relacionamento social que o
indivíduo habitualmente mantém oculto ao público em geral, dentre eles: a vida familiar,
as aventuras amorosas, o lazer e o segredo dos negócios. Assim, dentro dessa esfera
teríamos demarcado o território próprio da privacidade. Entretanto, como se disse, no
território da privacidade é que se desenvolvem, por exemplo, as relações conjugais, as
relações entre pai e filho, irmãos, namorados etc., que são peculiarizadas exatamente
pela interpessoalidade. Assim, havendo mais de uma pessoa envolvida, existe, por
evidente, espaço para a violação de direitos, e é nessa porção dos relacionamentos
sociais – a chamada ‘tirania da vida privada’ – que ganha importância o conceito de
intimidade. A privacidade resguarda o indivíduo da publicidade. Entretanto, qual seria
a proteção jurídica individual em face de abusos cometidos dentro da esfera privada?
23 ARAUJO, Luiz Alberto David. NUNES JUNIOR, Vidal Serrano. Curso de direito constitucional. São Paulo:
Editora Verbatin, 2011, p. 182-183.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
280 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Com o advento da vigente Constituição, mais precisamente em seu artigo 5º, incisos V,
X e XXVIII, “a”24, houve expressa proteção da imagem, ensejando, por consequência, novos
conceitos sobre o tema, subdividindo o direito de imagem relacionado à imagem-retrato e a
imagem atributo.25
24 Art.5º Todos são iguais perante a lei, sem distinção de qualquer natureza, garantindo-se aos brasileiros e aos
estrangeiros residentes no país a inviolabilidade do direito à vida, à liberdade, à igualdade, à segurança e à propriedade,
nos termos seguintes: (...) V – é assegurado o direito de resposta proporcional ao agravo, além da indenização por
dano material ou à imagem; (...) X – são invioláveis a intimidade, a vida privada, a honra e a imagem das pessoas,
assegurando o direito à indenização pelo dano material ou moral decorrente de sua violação (...) XXVIII – são
assegurados, nos termos da lei: a) a proteção às participações individuais em obras coletivas e à reprodução da imagem
e voz humanas, inclusive nas atividades desportivas”
25 Esta dualidade de conceitos de imagens foi elabora pelo constitucionalista Luiz Alberto David Araujo que,
com o advento da Constituição de 88, enfrentou o tema primeiramente através de sua dissertação de mestrado
e, posteriormente, após críticas recebidas na defesa e outras colhidas na docência, ensejaram o livro A proteção
constitucional da própria imagem, obra consagrada sobre o tema.
CARDIM ALVES, Alinne / DE MELO FERNANDES, Cassiane
O habeas data e a proteção dos direitos da personalidade 281
Vale frisar que este direito, inerente à dignidade da pessoa, deve ser elevado ao mais alto
grau de proteção pelo Estado, a fim de se evitar danos irremediáveis ao indivíduo. Isto é, é
uma tutela que, quando colocada à frente do magistrado, este deve levar em consideração
que o bem juridicamente tutelado que está em risco é um dos direitos inatos da personalidade
humana, analisando o caso com extrema prudência e cautela.
26 Apelação Cível n.º 70038432001, Nona Câmara Cível, Tribunal de Justiça do RS, Relator: Iris Helena Medeiros
Nogueira, Julgado em 29/09/2010.
27 DE CUPIS, Adriano. Os Direitos da Personalidade. Campinas: Romana Jurídica, 2004, p. 140.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
282 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Com o aumento das relações pessoais através da rede mundial de computadores começou
a surgir diversas situações nas quais se faz necessária a utilização do direito, tais como
transações bancárias eletronicamente, contratos eletrônicos, proteção dos dados pessoais e
outras diversas situações que acontecem no dia a dia, no qual é imprescindível a mão da
justiça para resolver.
28 ALEXY, Robert. Teoria dos direitos fundamentais. São Paulo: Malheiros, 2008, p. 529.
29 Colisão de Direitos Fundamentais e Realização de Direitos Fundamentais no Estado de Direito Democrático.
Revista de Direito Administrativo, Renovar, n.º 217, p. 67-79, 1999.
30 A Lei 12.737/2012 modificou os artigos 266 e 298 e acrescentou os artigos 154-A e 154- B ao Código Penal
Brasileiro. A Lei foi promulgada ao toque de caixa, em reação ao fato da atriz global Carolina Dieckmann ter fotos
da sua vida privada veiculadas na internet.
31 AMARAL, Sérgio Tibiriçá, Parâmetros constitucionais do direito à liberdade de expressão na internet.
Tese (Doutorado em Direito) Centro de Pós Graduação, Instituição Toledo de Ensino de Bauru, Bauru, 2010. p. 265.
CARDIM ALVES, Alinne / DE MELO FERNANDES, Cassiane
O habeas data e a proteção dos direitos da personalidade 283
Mas é preciso avançar, dar garantias à sociedade e criar mecanismos de amparo. Esse
novo Direito surgiu com a necessidade de regular os avanços tecnológicos e a norma
reguladora deve abarcar a proteção e garantias fundamentais à sociedade e estar alinhada
com os desafios que estão por vir, acompanhando a evolução tecnológica.
Se, de um lado, houve aperfeiçoamento dessas relações, por outro, a realidade trouxe
consequências no que tange à questão da exposição dos dados pessoais dos internautas, de
maneira instantânea, podendo causar danos à pessoa que tem seus dados expostos.
A utilização de dados pessoais nas atividades do quotidiano não é, de per si, um problema.
A bem da verdade, ela torna possível certas empreitadas com um alto grau de eficiência,
em áreas que vão do planejamento administrativo à pesquisa de mercado. Ocorre que esta
atividade requer instrumentos que a harmonizem com os parâmetros de proteção da pessoa
32 A Sociedade em Rede. 11. ed. Traduzido por Roneide Venâncio Majer. São Paulo: Paz e Terra, 199,. v. 1.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
284 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Por fim, o Brasil despertou seu olhar para o direito digital e está caminhando na
regulamentação de normas jurídicas sobre o assunto, merecendo destaque a Lei 12.737/2012
- Lei Carolina Dieckmann que trata de aspectos penais e a Lei 12.965/2014 - Marco Civil
da Internet, que estabelece princípios, garantias, direitos e deveres para o uso da Internet no
Brasil.
Art. 2o A disciplina do uso da internet no Brasil tem como fundamento o respeito à
liberdade de expressão, bem como:
[...]
II - proteção da privacidade;
33 DONEDA, Danilo. Da Privacidade à Proteção de Dados Pessoais. Rio de Janeiro: Renovar, 2006, p. 02
CARDIM ALVES, Alinne / DE MELO FERNANDES, Cassiane
O habeas data e a proteção dos direitos da personalidade 285
No tocante aos bancos de dados e dos direitos a ele inerentes, estes surgiram como
ferramenta para que comerciantes que pretendessem conceder empréstimo de dinheiro,
vender a prazo ou qualquer outra forma de comércio, que não tivesse o pagamento à vista
como contraprestação, pudessem fazê-lo com maior confiança ao pretenso consumidor,
reduzindo os riscos da inadimplência.
Nos dias atuais, há severas críticas a esses bancos de dados, seja pela falta de controle do
Estado, seja pela forma com que atua no interesse de grandes detentores do capital, sendo de
grande importância a transcrição das palavras de Francisco Eduardo Pizzolante34:
Ademais, ressalta-se que tais informações são veiculadas na sociedade do consumo sem o
consentimento da pessoa a qual a informação diz respeito, e como se não bastasse, ainda, estes
bancos de dados lucram sobre informação alheia, violando sua privacidade e sua imagem.
Da análise dos institutos até então violados pela divulgação abusiva de dados dos
consumidores, de suma importância buscar um meio que inviabilize tal mácula, e não
apenas uma reparação pecuniária pela violação e ofensa a bens jurídicos constitucionalmente
tutelados, mas a imediata cessação da violação. Nesse caso, pode-se do habeas data.
Corroborando com esse entendimento Calmon de Passos37 que “[...] para a tutela do
direito de obter informações de caráter pessoal, isto é, informações que dizem respeito à
pessoa titular do direito à informação, ou para retificar essas, previu nossa Carta Magna o
remédio do habeas data [...]”.
De fato, o habeas data tem sua previsão legal no artigo 5º, inciso LXXII, da Constituição
Federal do Brasil. Seu procedimento é previsto na Lei nº 9.507, de novembro de 1997, que
“regula o direito de acesso a informações e disciplina o rito processual do habeas data”.
Nesse sentido, o habeas data é remédio constitucional que tem como objeto o
“asseguramento do acesso às informações pessoais do impetrante constante dos registros de
dados de entidades governamentais ou de caráter público com o fim de retificação”.38
37 PASSOS, J. J. Calmon de. Mandado de Segurança Coletivo, mandado de injunção, habeas data (Constituição
e Processo). Rio de Janeiro, Forense, 1989, p. 139.
38 BASTOS. Celso Ribeiro, MARTINS, Ives Gandra. Comentários à Constituição do Brasil: promulgada
em 5 de outubro de 1988. São Paulo: Saraiva, 1988-1999. p. 362.
CARDIM ALVES, Alinne / DE MELO FERNANDES, Cassiane
O habeas data e a proteção dos direitos da personalidade 287
39 Apelação Cível n.º 70040844821, Décima Segunda Câmara Cível, Tribunal de Justiça do RS, Relator: Ana
Lúcia Carvalho Pinto Vieira Rebout, Julgado em 24/02/2011.
40 Apelação Cível n.º 70039704531, Décima Primeira Câmara Cível, Tribunal de Justiça do RS, Relator: Luiz
Roberto Imperatore de Assis Brasil, Julgado em 16/02/2011.
41 Art. 7° Conceder-se-á habeas data:
I - para assegurar o conhecimento de informações relativas à pessoa do impetrante, constantes de registro ou
banco de dados de entidades governamentais ou de caráter público;
II - para a retificação de dados, quando não se prefira fazê-lo por processo sigiloso, judicial ou administrativo;
III - para a anotação nos assentamentos do interessado, de contestação ou explicação sobre dado verdadeiro mas
justificável e que esteja sob pendência judicial ou amigável.
42 WAMBIER, Teresa Arruda Alvin (Coord.). Habeas data. São Paulo: Editora Revista dos Tribunais, 1998. p. 86.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
288 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Com efeito, verifica-se que o habeas data possui todos os pressupostos para maximizar e
potencializar a proteção da privacidade e imagem do consumidor e proteger a violação de seus
dados, circunstância essa, via de consequência, que não está a impedir, quando necessário, a
integração de todo o sistema jurídico, visando, sempre, a máxima efetividade na solução dos
conflitos de interesses relacionados aos direitos da personalidade.
2. CONCLUSÃO
Em razão dessa evolução na comunicação por meio da utilização da Internet e redes sociais,
surgiram algumas problemáticas quanto ao uso dos dados pessoais na rede, considerando que,
ao acessar qualquer website de relacionamento ou rede social há necessidade de informar
43 ÁBALOS. María G., CANALS, Olga P. Arrabal, (Coord.) Derecho a la información, Habeas data e internet.
1 ed. Buenos Aires: Editora La Rocca. 2002, p. 389.
44 WATANABE, Kazuo. Da Cognição no Processo Civil. São Paulo: Editora Revista dos Tribunais, 1987, p. 585.
CARDIM ALVES, Alinne / DE MELO FERNANDES, Cassiane
O habeas data e a proteção dos direitos da personalidade 289
alguns dados pessoais mediante um cadastro. Assim, ao expor os dados pessoais na Internet,
o usuário fica vulnerável quanto ao uso dessas informações depositadas.
O uso dos dados pessoais pode servir para inúmeros fins, podendo atingir de forma
negativa o usuário, no que diz respeito aos dados sensíveis, que são os dados mais
íntimos do internauta. Essa situação de vulnerabilidade pode ocorrer quando os dados são
espontaneamente disponibilizados nas interações sociais, como ocorre com publicações
feitas em sites de redes sociais; ou quando os dados são recolhidos pelo fornecedor para
permitir a abertura de contas, por exemplo, que garantirão o acesso a serviços e produtos ou,
ainda, em situações de captura indevida por meio de algum programa espião.
Uma vez amparado pelo inciso LXXII do art. 5º da CF, o Habeas Data passou a ter dois
principais objetivos: proteger o direito ao acesso e à retificação de informações pessoais
constantes de bancos de dados de caráter público e privado, sendo este, seu objetivo imediato.
Em segundo lugar, como objetivo mediato, mais abrangente e fundamentado nos princípios
constitucionais, garantir os direitos de privacidade, embasado no preceito moral.
Sendo expressão latina, o Habeas Data, “tome os dados”, como garantia constitucional,
visa proteger o direito a uma pessoa conhecer qualquer informação relativa à sua pessoa
constante de um banco de dados de registros públicos ou particulares, (não importando se
este for virtual e informatizado ou mecânico e tradicional), e, ao tomar conhecimento do
teor das informações , caso seja de seu interesse, corrigir erros ou apagar dados, na tentativa
de restaurar assim sua esfera particular de intimidade. Atrás dos institutos garantidores
encontrados na Constituição existem direitos protegidos por eles; portanto, jamais podemos
nos esquecer o caráter mediato de uma proteção constitucional que resguarda muito mais
do que um simples mandamento, protege toda uma área de interesses jurídicos. Como o
Habeas Data assegura e regula as informações relativas à pessoa constantes de bancos de
dados, caso haja dados potencialmente lesivos, esse instituto possuiria um potencial para
atuar reprimindo e prevenindo os danos causados por eles. Partindo desta hipótese, o estudo
foi direcionado para saber sua efetividade para a proteção da privacidade. O que deve ser
buscado, portanto, é uma reforma em seu conteúdo constitucional para que possa ser aplicado
não só na tutela individual específica, mas também coletivamente, atuando sobre os bancos
de dados, (sendo estes formados por conteúdo informacional pessoal e particular) em prol
dos direitos da privacidade.
CAPÍTULO XIV
1. INTRODUCCIÓN
* Licenciada y Doctora en Derecho por la Universidad Autónoma de Sinaloa, México, Coordinadora del Doctorado
en Ciencias del Derecho de la Universidad Autónoma de Sinaloa, integrante del Sistema Nacional de Investigadores,
CONACYT Nivel I.
** Presidente del Colegio de Abogados Procesalistas Latinoamericanos; Vicepresidente de Investigación de la
Asociación Mundial de Justicia Constitucional y miembro del Instituto Iberoamericano de Derecho Procesal. Profesor
e investigador de la Universidad Autónoma de Chiapas. integrante del Sistema Nacional de Investigadores, CONACYT
Nivel I. alfonso.martinez@unach.mx.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
292 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
En suma congruencia, el derecho debe ser tan dinámico como la realidad le exija, de
tal manera que es trascendente, para la comunidad jurídica que se dibuja desde escenarios
globales y regionales como el Sistema Interamericano, la atención a problemáticas tan
comunes para todos como la protección del Derecho Humano al medio ambiente sano, en
tanto, de alguna forma u otra, todos resentimos los efectos en las esferas públicas como
privadas, y a niveles individuales y colectivos, efectos que no sólo afectan la esfera social o
cultural de las comunidades expuestas sino además desequilibran los sistemas financieros, en
virtud de que, en muchas ocasiones, se vuelve más costoso producir, escasean los insumos,
incluso el agua, se tiene que invertir más en programas de mitigación y/o atención de desastres,
en contingencias de salud pública, además del costo de responder por el incumplimiento a
compromisos de protección nacional a nivel internacional.
1 BRAVO MELGOZA, Víctor Miguel, Medios de control constitucional en México y España, Tepantlato.,
México, Universidad Tepantlato, cuarta época, núm. 37, septiembre 2012, p. 32.
MARISCAL URETA, Karla Elizabeth / MARTÍNEZ LAZCANO, Alfonso Jaime
Control de constitucionalidad a través del Amparo colectivo mexicano frente al derecho a un medio ambiente sano y derechos conexos 293
Una característica que distingue a los sistemas judiciales en los Estados Democráticos
de Derecho, es precisamente el contar con medios de control constitucional que le permitan
al ciudadano defender sus derechos fundamentales frente a los actos de autoridad que los
restrinjan, transgredan o vulneren.2
Ahora bien, como señalan Rodríguez y Gil Rendón, la defensa de la Constitución puede
dividirse en dos categorías fundamentales:
Así entonces, la importante función del amparo para México, nos hace plantear un sin
número de aspectos y elementos importantes e interesantes alrededor de este juicio del
mantenimiento del orden constitucional. “Nos hemos acostumbrado a resaltar al individuo
y sus derechos, pareciere entonces, complicado u ocioso trascender en el plano de los
derechos al aspecto colectivo”.4 Sin embargo, como individuos, convivimos cotidianamente
y de manera natural en colectivo, sosteniendo derechos individuales que convergen con los
que poseemos de forma colectiva o grupal.
Cuando hablamos de la protección de los Derechos Humanos a través del juicio de
amparo es común pensar en derechos estrictamente individuales, como el derecho a la
2 CLAUDE TRON, Jean, “¿Qué hay del interés legítimo?”, Primera parte, Revista del Instituto de la Judicatura
Federal, México, núm. 33, 2012, p. 271.
3 RODRÍGUEZ, Marcos del Rosario y Gil Rendón, Raymundo, “El Juicio de Amparo a la luz de la reforma
constitucional de 2011”, Quid Iuris, México, Tribunal Estatal Electoral de Chihuahua, volumen 15, 2011, p. 38.
4 MARISCAL URETA, Karla Elizabeth, Medio ambiente sano. Derecho colectivo global, Porrúa, 2015, p. 129.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
294 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
libertad o la vida, sin embargo, existen derechos colectivos como el medio ambiente sano, la
sanidad, seguridad social, que también deben ser protegidos por el amparo, en esta lógica se
ha permitido en México el amparo colectivo a través de la figura del interés legítimo. Como
personas poseemos derechos individuales y al formar parte de la colectividad adquirimos
otros que son de nosotros y además de todos los del colectivo, luego entonces, somos en el
mismo momento sujetos de derechos colectivos, pero también de derechos individuales.
Como advertimos estas reglas enmarcaron la acción de amparo hasta antes de 2011, así la
acción de amparo sólo procedía ante la presencia del agravio personal y directo, que implica
5 Sin embargo, el juicio de amparo es creación del siglo XIX, primero en la Constitución Yucateca de 1840 y
posteriormente en la Constitución Federal de 1857 y la primera ley de amparo data de 1861.
6 Actualmente, a partir de la reforma a la Constitución de 2011, se denominan a los derechos fundamentales:
Derechos Humanos.
7 Que más que principios son reglas procesales, similares la mayoría a las de cualquier proceso ordinario.
8 Este alcance de la sentencia se le conoce también como Formula de Otero.
9 SE conoce como autoridad responsable a la que es demanda en el juicio de amparo por ser ésta a quien el
quejoso atribuye los actos u omisiones que presuntamente violan Derechos Humanos.
10 En la práctica judicial resulta inoperantes en la mayoría de los casos sanción alguna para las autoridades
responsables.
MARISCAL URETA, Karla Elizabeth / MARTÍNEZ LAZCANO, Alfonso Jaime
Control de constitucionalidad a través del Amparo colectivo mexicano frente al derecho a un medio ambiente sano y derechos conexos 295
una legitimación para accionar a partir del interés jurídico, y en cuyo caso, la sentencia solo
protegerá a quién se haya ostentando como quejoso en el asunto constitucional, presupuestos
emanados de la implantación de la relatividad de la sentencia, que fue efectiva en su origen,
criterio que a la fecha ha sido superado ampliando la legitimación al interés legítimo que
permite la procedencia de la acción en aquellos que de manera indirecta pudiera afectar la
subsistencia de la conducta o acto reclamado.
Ahora bien, la verdad de las cosas, es que aun a pesar de que el juicio de amparo constituyó
un instrumento importantísimo para le defensa del orden constitucional y la protección de
los derechos, necesitaba renovarse y actualizar sus contenidos para lograr hacer realidad su
función: la defensa eficiente de la Constitución.
A pesar de que no está definido si las disposiciones de las acciones colectivas del Código
Federal de Procedimientos Civiles son supletorias del amparo colectivo, hay tribunales
colegiados que se han manifestó que no.
Rodríguez y Gil Rendón, nos dicen sobre la reforma constitucional al juicio de amparo
que: Establece un cambio en la cultura jurídica mexicana sin precedente”.14 En este sentido,
no podemos asegurar a ciencia cierta si el cambio realmente es sin precedente, pero si
concordamos es que nos parece el más significativo a la fecha.
I. Por normas generales, actos u omisiones de la autoridad que violen los Derechos
Humanos reconocidos y las garantías otorgadas para su protección por esta Constitución,
así como por los Tratados Internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte;
II. Por normas generales o actos de la autoridad federal que vulneren o restrinjan la
soberanía de los estados o la esfera de competencia del Distrito Federal, y
III. Por normas generales o actos de las autoridades de los Estados o del Distrito Federal
que invadan la esfera de competencia de la autoridad federal.
13 Tesis: III.2o.A.8 K (10a.), Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro 33, Agosto de 2016, Tomo
IV, p. 2505.
14 RODRÍGUEZ, Marcos del Rosario y Gil Rendón, Raymundo, op. cit., p. 41.
MARISCAL URETA, Karla Elizabeth / MARTÍNEZ LAZCANO, Alfonso Jaime
Control de constitucionalidad a través del Amparo colectivo mexicano frente al derecho a un medio ambiente sano y derechos conexos 297
Del análisis al contenido del artículo 103 constitucional vigente, advertimos un cambio
importante, específicamente en la fracción I, en virtud de que el juicio de amparo procede
en controversias por normas generales, actos u omisiones de la autoridad que violen los
Derechos Humanos reconocidos y las garantías otorgadas para su protección en la propia
Constitución, así como por los Tratados Internacionales de los que el Estado Mexicano sea
parte, incluyéndose ahora, lo que corresponde a las reformas constitucionales de fechas 06 y
10 de junio de 2011, en materia de amparo y Derechos Humanos, respectivamente, producto
del impacto de las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Del estudio abordado por el Dr. Carbonell, rescatamos precisamente que con la reforma
se han incluido para la acción de amparo nuevos criterios como la interpretación conforme,
que radica en interpretar los preceptos constitucionales a la luz de la Convención Americana
de los Derechos Humanos y los postulados que emanan de la Corte Interamericana también
de Derechos Humanos, así como el principio pro persona, que enfatiza en aplicar la norma
que más convenga en el caso concreto, es decir, que mayor protección brinde o la que
menor perjudique, y finalmente el Control de Convencionalidad que establece la obligación
de armonizar los Derechos Humanos de fuente internacional con los de fuente nacional-
constitucional al momento de ser interpretados.
15 CARBONELL, Miguel, “La reforma constitucional en materia de Derechos Humanos”, El mundo del abogado.
Una revista actual, México, julio de 2011, pp. 130-132.
16 BECERRA RAMÍREZ, Manuel, “Notas sobre la reforma constitucional del 2011 en materia de Derechos
Humanos, desde la perspectiva del Derecho Internacional”, en Pampillo Baliño, Juan Pablo y Munive Páez, Manuel
Alexandro (coords.), Obra jurídica enciclopédica en homenaje a la Escuela Libre de Derecho en su primer centenario,
México, Porrúa, Volumen Derecho Internacional Público, 2012, p. 142.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
298 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Por ello consideramos que se establece una fusión dada entre las dos reformas
constitucionales de junio de 2011, a través del contenido de la fracción primera del artículo
103 constitucional, como nos dice Basurto17, no sólo serán objeto de acción de amparo los
Derechos Humanos reconocidos en la Constitución, sino también los que estuvieren previstos
en los Tratados Internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte. Luego entonces, los
Derechos Humanos de los tratados son hoy normas constitucionales.
Ahora bien, por cuanto al artículo 107 constitucional, se amplía el objeto de protección
del juicio de amparo, se incorpora el interés legítimo, se establecen figuras como el amparo
adhesivo, se refuerza la actividad jurisdiccional con la creación de los Plenos de Circuito,
además de sé que ampliaron las excepciones al principio de definitividad abriendo la
posibilidad para una declaratoria general de inconstitucionalidad.
Por lo que hace a los cambios, es decir, aquellos que modifican los conceptos jurídicos
tradicionales del juicio de amparo, en apreciación de Hernández León, la reforma introdujo
lo siguiente:
17 PÉREZ BASURTO, Vicente, “Comentarios a la reforma constitucional en materia de amparo, contra las
omisiones de la autoridad que vulneren los Derechos Humanos y las garantías individuales”, en Abreu Sacramento,
José Pablo y Lelclercq, Juan Antonio (coords.), La reforma humanista, Derechos Humanos y cambio constitucional
en México, México, Konrad Adrenaver Stiftung–Miguel Ángel Porrúa-Senado de la República, 2011, p. 442.
18 HERNÁNDEZ LEÓN, Carlos, “Análisis de la reforma a la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos en materia de amparo del 06 de junio de 2011”, Jurípolis, México, Instituto Tecnológico de Monterrey,
Campus Ciudad de México, volumen 1, no. 13, 2012, pp. 18-19
MARISCAL URETA, Karla Elizabeth / MARTÍNEZ LAZCANO, Alfonso Jaime
Control de constitucionalidad a través del Amparo colectivo mexicano frente al derecho a un medio ambiente sano y derechos conexos 299
4. EL AMPARO COLECTIVO
Una modalidad del amparo colectivo especifico se da en materia agraria, con características
distintas del juicio de amparo en general, a partir de su creación mediante decreto de 28 de
junio de 1976, publicado en el Diario Oficial el 29 del mismo mes y año, en vigor, a los 15
días de su publicación o sea el 14 de julio de 1976, que reformó y adicionó la Ley de Amparo,
estructurando en el libro segundo el amparo en materia agraria20, se pueden enunciar de
la siguiente manera los cambios de aquella época raíz del derecho agrario colectivo: 1a.
Estatuyen un régimen procesal específico de amparo, para proteger y tutelar a los núcleos
de población ejidal o comunal y a los ejidatarios y comuneros en sus derechos agrarios. 2a.
Consignan para el juzgador la obligación de suplir la deficiencia de la queja21, tanto en la
demanda, como en la revisión. 3a. Señalan qué personas están legitimadas para interponer
la acción constitucional en nombre de un núcleo de población. 4a. Simplifican la forma de
acreditar la personalidad. 5a. Otorgan facultades al juzgador para allegarse las constancias
que justifiquen dicha personalidad. 6a. Establecen la improcedencia del desistimiento, de la
caducidad y del sobreseimiento por consentimiento. 7a. Instalan la posibilidad jurídica de
continuar el trámite de un amparo promovido por un campesino, por aquel que tenga derecho
de heredarlo. 8a. Amplían el derecho de reclamar, en cualquier tiempo22, actos que afecten
a núcleos ejidales o comunales, lo que se traduce en la prohibición de sobreseer en el juicio
con base en la causal de improcedencia, cuando el amparo se haya interpuesto por dichos
núcleos. 9a. Limitan el derecho de reclamar, en un término de 30 días, actos que causen
perjuicios a ejidatarios o comuneros. 10a. Facultan a los Jueces de primera instancia para
admitir la demanda de amparo y decretar la suspensión provisional, en los casos en que se
reclamen actos que atenten o puedan tener como efecto privar de sus derechos a un núcleo
de población. 11a. Instituyen la obligación del Juez de recabar, oficiosamente, las pruebas23
que se consideren convenientes y le dan amplias facultades para acordar las diligencias que
se estimen pertinentes y para solicitar de las autoridades los elementos probatorios idóneos,
lo que implica la prohibición de resolver en contra de los ejidatarios, comuneros o núcleos
de población por deficiencia de pruebas. 12a. Obligan a examinar los actos reclamados tal y
como aparezcan probados aun cuando sean diferentes a los invocados en la demanda. 13a.
Fijan un término de 10 días para interponer el recurso de revisión. 14a. Prohíben que se
tenga por no interpuesta la demanda o el recurso de revisión por falta de copias y, obligan a
19 MARTÍNEZ LAZCANO, Alfonso Jaime, “Impacto del Sistema Interamericano de Derechos Humanos en las
jurisdicciones nacionales.” Revista Republicana 18, Bogotá, 2015, p.29.
20 En la nueva Ley de Amparo no se contempla el Libro Segundo, sino el juicio de amparo en materia agraria
se regula con sus peculiaridades de manera general en la ley.
21 Obligación prevista en la Ley de Amparo vigente en el artículo 79, fracción IV.
22 Con la Ley de Amparo vigente el término es de siete años (artículo 17, fracción III)
23 Obligación prevista en la Ley de Amparo vigente en el artículo 75.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
300 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
ordenar su expedición24. 15a. Implantan el derecho de los núcleos de población para hacer
valer su queja en cualquier tiempo. 16o. Instauran la obligación del Ministerio Público de
vigilar que se cumplan las sentencias dictadas en favor de los núcleos ejidales o comunales.
17a. Exigen la procedencia de la suspensión de oficio cuando los actos reclamados entrañan
la afectación de los bienes agrarios de núcleos de población, o bien, su sustracción del
régimen jurídico ejidal. 18a. Ordenar la no exigencia de la garantía para que surta efectos
la suspensión. 19a. Decretan la obligación del Juez de acordar las diligencias necesarias
para precisar los derechos agrarios, la naturaleza y los efectos de los actos reclamados. 20a.
Determinan la obligación de las autoridades responsables de rendir sus informes justificados,
no sólo de la manera más precisa que conduzca al conocimiento exacto de los hechos, sino
también, acompañándolos de todos los elementos y constancias para precisar los derechos
agrarios y los actos reclamados. 21a. Sujetan a término y a requisitos para rendir los informes
justificados. 22a. Crean el régimen para evitar que los ejidatarios, comuneros y núcleos de
población puedan quedar sin defensa.25
Como hemos venido planteando, el juicio de amparo colectivo es una figura posible a la
luz de las reformas constitucionales en materia de derechos humanos y de amparo de junio
de 2011, en extrema vinculación con la incorporación de las acciones colectivas en 2010; y
su objeto recae en la violación a los derechos colectivos constitucionales de fuente nacional
como internacional, pero también a aquellos derechos que no siendo colectivos de origen se
manifiestan en una colectividad, conocidos como individuales homogéneos.
24 Obligación prevista en la Ley de Amparo vigente en los artículos 88, 100, 110 y 177.
25 Volumen 103-108, Primera Parte, Semanario Judicial de la Federación, Pleno de la SCJN, 7ª Época, p. 13.
26 BURGOA ORIHUELA, Ignacio, El juicio de amparo, trigésima edición, México, Porrúa, 1999, p. 903.
27 VÁZQUEZ GÓMEZ, Bisogno, Francisco, “El proceso al servicio de los derechos”, Cuestiones constitucionales,
México, UNAM, Instituto de investigaciones Jurídicas, núm. 26, enero-junio 2012, pp. 407-408.
MARISCAL URETA, Karla Elizabeth / MARTÍNEZ LAZCANO, Alfonso Jaime
Control de constitucionalidad a través del Amparo colectivo mexicano frente al derecho a un medio ambiente sano y derechos conexos 301
exclusivo sino de aquella que resulte de un grupo de personas que se encuentran en las
mismas circunstancias y que ven transgredidos sus derechos colectivamente, o bien, cuando
algún gobernado considere que se ha violentado su derecho y no puede acreditar un interés
jurídico, como puede suceder en el caso ambiental, cuando un gobernado estime violado su
derecho al medio ambiente porque cerca del lugar donde vive exista una obra con autorización
gubernamental que afecte los procesos bióticos28 del lugar de manera nociva.
Ahora bien, por cuanto al amparo colectivo, advertimos que se encuentra fundamentado
en los artículos 103 y 107 de nuestra Constitución, asimismo se detalla en la Ley de Amparo
vigente, permitiendo la defensa por violación a derechos colectivos mediante el interés
legítimo, no obstante como se dijo, tratándose del amparo colectivo, no existen disposiciones
particulares para su tramitación, por lo cual se debe ajustar a los presupuestos normativos
generales. Así, como nos dice Burgoa29, el titular de la acción de amparo y, por ende, el
quejoso en la relación jurídico-procesal que se forme a consecuencia de su ejercicio, es el
sujeto víctima de cualquier contravención a alguna garantía constitucional, cometida por
cualquier autoridad del Estado. Y Ahora también, de cualquier violación a Derechos Humanos
contenidos en los tratados internacionales de los que México sea parte.
sujeto para desempeñar por sí mismo los derechos de que es titular. En el ámbito procesal, la
capacidad es la aptitud o facultad para comparecer en juicio por sí mismo o en representación
de otro.
Luego entonces, el interés legítimo, es el supuesto que permite constituir como quejoso
en el amparo a aquella persona que resulte presuntamente afectada por un acto en virtud de
la afectación a un derecho reconocido por el orden jurídico.. Es entonces quién posee interés
legítimo para interponer la acción de amparo colectivo.
La tesis identificada con el número IV.1o.A.7 K31, nos dice sobre el interés legítimo en los
juicios de amparo, que es aquel interés personal -individual o colectivo-, cualificado, actual,
real y jurídicamente relevante, que pueda traducirse, si llegara a concederse el amparo, en un
beneficio jurídico en favor del quejoso. Asimismo, se señaló, como no se hizo en la reforma
constitucional ni en el nueva Ley de Amparo, que dicho interés deberá estar garantizado
por un derecho objetivo, sin que dé lugar a un derecho subjetivo, por ello, debe haber
una afectación a la esfera jurídica del quejoso en sentido amplio, que puede ser de índole
económica, profesional, de salud pública, o de cualquier otra índole, no obstante, que éste
interés legítimo objetivo no debe confundirse con el interés simple que no supone afectación
a su esfera jurídica en algún sentido, de tal manera que con esta tesis se amplía lo plasmado
en los artículos 103 y 107 constitucionales como en la Ley de Amparo vigente.
La tesis 1a. LXXXIV/2014,32 nos revela que los derechos colectivos no pueden ser
efectivamente valorados con los esquemas tradicionales o clásicos diseñados para los derechos
individuales, resaltando que los procesos colectivos llevan inmerso un interés general, y en
suma correlación, la obligación de los juzgadores es propiciar que estos procedimientos sean
cada vez más ágiles, sencillos y flexibles en aras de que las pretensiones de la colectividad
gocen de un efectivo acceso a la justicia.
La tesis 1a. LXXXIV/2014,33 define el interés legítimo en el amparo, en tanto sostiene que
el quejoso debe acreditar que se afecta su esfera jurídica con el acatamiento de las llamadas
normas de acción, a fin de demostrar su legitimación para instar la acción de amparo, es decir,
31 Tesis IV.1o.A.7 K, Seminario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro 4, t. II, marzo
2014, p. 1813.
32 Tesis 1a. LXXXIV/2014, Seminario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro 4, Tomo
I, marzo 2014, p. 531.
33 Ídem.
MARISCAL URETA, Karla Elizabeth / MARTÍNEZ LAZCANO, Alfonso Jaime
Control de constitucionalidad a través del Amparo colectivo mexicano frente al derecho a un medio ambiente sano y derechos conexos 303
para ser considerado sujeto legitimado debe encontrarse en una especial situación en su esfera
jurídica, y en complemento con lo vertido en la tesis IV.1o.A.7 K, ya citada con antelación
en este apartado, esa especial situación se puede determinar en una afectación a la esfera
jurídica del quejoso en sentido amplio, que puede ser de índole económica, profesional, de
salud pública, o de cualquier otra índole.
En la tesis 2a. LXXX/2013,34 nos dice que deberá acreditarse el interés legítimo
considerando que: a) exista una norma constitucional en la que se establezca o tutele algún
interés difuso en beneficio de una colectividad determinada; b) el acto reclamado transgreda
ese interés difuso, ya sea de manera individual o colectiva; y, c) el promovente pertenezca
a esa colectividad. Lo anterior, porque si el interés legítimo supone una afectación jurídica
al quejoso, éste debe demostrar su pertenencia al grupo que en específico sufrió o sufre el
agravio que se aduce en la demanda de amparo, y que en el caso de que no se demuestren los
supuestos antes comentados, la acción de Amparo será improcedente.
En la tesis 1a. CXXIII/201335, se establece una obligación para los juzgadores a efecto de
identificar y calificar la legitimidad accionada por intereses legítimos, toda vez que, se exige
que al momento de determinar la admisión o no de una demanda de amparo, se consideren
provisionalmente y cuidadosamente las relaciones jurídicas en que se insertan las personas,
a fin de determinar individualmente las posibilidades de perjuicios o privación de beneficios
que tengan una incidencia en los núcleos protectores de los derechos humanos, según el caso
de que se trate, para lo cual no sólo interesa la relación directa de la autoridad o la ley con el
quejoso (verticalmente), sino el análisis integral de la red de relaciones jurídicas en que se
encuentran las personas (horizontal).
La tesis I.9o.A.8 K 36 sostiene que la acción colectiva debe ser promovida por quien
cuenta con una legitimación derivada de la pertenencia a un grupo social determinado o
determinable, en el que sus miembros están ligados entre sí o a la contraparte, por una
relación jurídica previa, que hace que la pertenencia a ese grupo sea definida, es decir, la
acción colectiva de Amparo o Amparo Colectivo se encamina a la protección de los derechos
individuales homogéneos, o bien, a los colectivos en sentido estricto.
34 Tesis 2a. LXXX/2013, Seminario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro XXIV, Tomo
3, septiembre 2013, p. 1854.
35 Tesis 1a. CXXIII/2013, Seminario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro XXII, Tomo
1, julio 2013, p. 559.
36 Tesis I.9o.A.8 K, Seminario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro XIX, Tomo 3,
abril 2013, p. 1998.
37 Tesis I.1o.A.E.36 K, Seminario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro 23, Tomo IV,
octubre 2015, p. 4015.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
304 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
esté tutelada por el derecho objetivo para que, en caso de obtener el amparo, pueda traducirse
en un beneficio para el quejoso (entendido en lo individual o colectivo).
Como advertimos del análisis a las tesis anteriores, aunque algunas son todavía tesis
aisladas, se armoniza por un lado el procedimiento de acciones colectivas ordinarias con el de
la acción de amparo colectivo, además se determinan los criterios para estimar la existencia
del interés legítimo e inclusive se establecen las obligaciones de los juzgadores al respecto,
aunque éstas no se definen a nuestro juicio todavía de manera clara y concisa.
El interés legítimo es aquel que otorga la facultad para concurrir ante un órgano
jurisdiccional a solicitar la protección de un derecho que se tiene no en forma exclusiva,
sino que se comparte con una pluralidad de afectados que pueden ser determinables o
indeterminables.38
El ser los Derechos Humanos para todos sin distinción y poseer las características de
interdependencia e indivisibilidad, abre un gran parámetro para la protección judicial.
Evolución necesaria del Juicio de amparo en México. Todos tenemos el derecho humano
de impugnar las resoluciones o decisiones de las autoridades cuando consideremos que son
equivocadas. Sí, éstas también comenten errores, muchas veces involuntarios, otras tantas
por ignorancia e inclusive de manera dolosa.
Recurso sencillo, rápido y eficaz. Frente al yerro de la autoridad que representa una
arbitrariedad para que este derecho sea real en forma general debe reunir las características
de sencillo, rápido y eficaz.
Cuestiones. ¿El juicio de amparo es un recurso sencillo?, ¿es obligación que el juicio de
amparo sea sencillo?, ¿es elemental para cumplir con los mandatos de la Constitución y los
tratados internacionales de derechos humanos y prevenir, investigar, sancionar y reparar las
violaciones que el juicio de amparo sea sencillo?, ¿si el juicio de amparo no es sencillo esto
permite arbitrariedades a pesar de que los jueces se percaten de violaciones a los derechos
humanos?
ésta contiene, es decir, a modificar lo que sea contrario a la Convención y a crear las normas
nacionales necesarias para adecuarse a los estándares internacionales de protección de
derechos humanos e inclusive, ante la existencia de disposiciones vigentes antagónicas a la
Convención dejarlas de aplicar a través del control difuso de convencionalidad al que están
obligados todos los jueces de la república mexicana.
1. Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso
efectivo ante los jueces o tribunales competentes, que la ampare contra actos que violen sus
derechos fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la presente Convención,
aun cuando tal violación sea cometida por personas que actúen en ejercicio de sus funciones
oficiales”.
Pero además, y ello grave en demasía, las tesis asiladas o jurisprudencias de los tribunales
federales, que más que certidumbre y seguridad jurídica provocan un caos por no ser
conformes los sentidos de los criterios emitidos, lo que genera una enorme diversidad de
interpretaciones para una misma situación.
Por ejemplo, que hay muchos, la Suprema Corte de Justicia de la Nación primero “dijo”
-2011- que sólo era obligatoria jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos que resulte de los casos en los que México sea parte y la demás jurisprudencia
únicamente eran criterios orientadores no vinculantes, después de no mucho, “dijo” -2014- es
obligatoria toda la jurisprudencia de las casos que conoce este tribunal americano.
De hecho existe una lucha interna entre diversas posiciones en el Poder Judicial, si se
puede decir así: la progresista, la menos actualizada y los que van de comparsa.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
306 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Una pregunta más ¿de todo ello tienen que sufrir las personas que pretenden acceder a la
“justicia”?
En este punto, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha determinado:
Asunto. Trámite del juicio de amparo y solicitud y trámite del ejercicio de la facultad
de atracción. Mediante la que se resuelven los autos relativos a la Solicitud de Ejercicio de
la Facultad de Atracción 83/2013, para conocer del amparo directo 941/2012 del índice del
Tercer Tribunal Colegiado del Décimo Segundo Circuito, cuyo tema de fondo implica, entre
otras cuestiones, determinar los supuestos de legitimidad para promover una acción colectiva
difusa en términos del Código Federal de Procedimientos Civiles y del “Acuerdo General
del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal que adiciona el diverso acuerdo general que
reglamenta la organización y funcionamiento del propio Consejo, por el que se crea y regula
el registro de las asociaciones civiles a que se refiere el artículo 585, fracción II, en relación
con el 619, del Código Federal de Procedimientos Civiles”, publicado el 30 de mayo de 2012.
39 CORTE IDH. Caso de la Comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni Vs. Nicaragua. Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 31 de agosto de 2001. Serie C No. 79, Párrafo 112
40 Suprema Corte de Justicia de la Nación, http://www.cjf.gob.mx/buscador.html?cof=FORID%3A10&cx=008
481728582972907838%3Aaqkmikiniee&ie=UTF-8&q=amparos+colectivos, consultada en febrero 2016.
MARISCAL URETA, Karla Elizabeth / MARTÍNEZ LAZCANO, Alfonso Jaime
Control de constitucionalidad a través del Amparo colectivo mexicano frente al derecho a un medio ambiente sano y derechos conexos 307
En este sentido, los recurrentes sostienen que cuando se intenta una acción colectiva
difusa en protección del medio ambiente no es necesario que los actores constituyan una
asociación civil, como lo establecen los artículos 619 y 620 del Código referido.
Asimismo, los recurrentes afirman que la demanda sólo puede desecharse en el momento
de la certificación a que se refiere el artículo 591 del Código Federal de Procedimientos
Civiles, es decir, contrario al estudio que realizó la autoridad responsable, el cumplimiento
de los requisitos que establece el artículo referido, respecto de la legitimación activa en la
causa, únicamente se puede realizar hasta que el juez efectúe la certificación a que se refiere
tal precepto; así que, desde su perspectiva, la autoridad no puede modificar el procedimiento
establecido y menos aún bajo el argumento de que resultaría ocioso continuar con un proceso,
tal como lo hizo.
Análisis interpretativo del órgano judicial. Ante la interposición del amparo colectivo
en cita, el órgano judicial habrá de ocuparse de dar respuesta a las siguientes interrogantes:
¿Quiénes son los sujetos legitimados para interponer una acción colectiva difusa?, si para la
promoción de una acción colectiva difusa, ¿debe exigirse el requisito de treinta miembros de
una comunidad registrados ante el Consejo de la Judicatura Federal o bien, en razón de que
el derecho a protegerse no puede ser dividido y la colectividad no puede ser determinada, tal
requisito no resulta aplicable?, cuestiones que aún se están dirimiendo por el órgano juzgador.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
308 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
III. Las asociaciones civiles sin fines de lucro legalmente constituidas al menos un año
previo al momento de presentar la acción, cuyo objeto social incluya la promoción o
defensa de los derechos e intereses de la materia de que se trate y que cumplan con los
requisitos establecidos en este Código, y
Decisión. Ejercer la facultad de atracción para conocer del juicio de amparo directo
941/2012, del índice del Tercer Tribunal Colegiado del Décimo Segundo Circuito, ya que se
está en presencia de un asunto de interés y trascendencia, cuya resolución tendrá un impacto
en el ámbito procesal civil federal en lo concerniente a la promoción de acciones colectivas.
Ahora bien, como ya expusimos, el asunto ha recorrido un vasto camino desde la acción
colectiva ordinaria hasta el amparo vía interés legítimo, y derivando en la facultad de
atracción, no obstante, el expediente relativo no ha sido aún conclusivo en su análisis y
habrá que esperar a verificar el último criterio judicial que puede en el caso de atender a
los conceptos de violación de la parte quejosa abrir un punto de oportunidad para aquellos
intereses colectivos derivados de difusos que no pueden cumplir con el requisito de al menos
30 miembros. Pensemos, por ejemplo, en comunidades pequeñas, en las que igual que en
otras mucho más grandes, se puede estar vulnerando el derecho al medio ambiente con el
mismo impacto general y que aún permanecen en estado de indefensión. 41
El acceso a la justicia para la protección del derecho al medio ambiente sano, adecuado
o ecológicamente equilibrado mantiene implícita la posibilidad de obtener una solución
jurídica pronta y expedita de un conflicto de naturaleza ambiental, en donde lo que se busque
es restituir el derecho conculcado. Ahora bien, como nos dice Herrera Torres, el acceso a la
justicia en general puede presentar barreras u obstáculos, como el costo y el tiempo del litigio
en el caso de demandas y la fuerza de los litigantes, así como sus diferentes capacidades
económicas y técnicas para reclamar justicia, y la capacidad de la organización de los propios
litigantes. 42
Sin embargo, también se dice que el acceso a la justicia ambiental puede presentar algunas
complicaciones adicionales, por la complejidad científico-técnica de los casos ambientales
y los intereses en juego que pueden ser sociales, económicos o políticos.43 Aunado a esto,
el derecho a un medio ambiente sano se ha considerado complejo porque sirve de pauta
para otros derechos, es decir, se encuentra enlazado a derechos como el derecho a la salud,
a la alimentación, a la vida, al patrimonio artístico y cultural, a los derechos de los pueblos
indígenas u originarios, entre otros.
Pero además de ello, porque la tutela judicial efectiva del derecho a un medio ambiente
sano radica en preservar el equilibrio ecológico que amenaza o violenta al medio ambiente y
lo puede convertir en insano para el ser humano tanto en la esfera individual como colectiva.
Hecho que es difícil acreditar o bien, salvaguardar a través de la suspensión.
Por ello para el caso específico de la protección colectiva del derecho al medio ambiente
sano como Derecho Humano mediante mecanismos de control constitucional como el juicio
de amparo colectivo no es suficiente con permitir la procedencia de la acción de amparo
vía interés legítimo, en consecuencia, se debe legislar sobre las figuras y principios de
procedimiento que permitan la defensa efectiva de dicho Derecho Humano.
El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en su artículo 14, detalla que todas
las personas son iguales ante los tribunales, las Cortes de Justicia y que tendrán derecho a
ser oídas públicamente con las debidas garantías por un tribunal competente, independiente e
imparcial, establecido por la ley, en la substanciación de cualquier acusación.
• Acceso a la jurisdicción.
• A un juez competente, imparcial y predeterminado por la ley.
• A la tutela judicial efectiva.
• A un juicio justo.
• A la igualdad ante la Ley y los tribunales de justicia.
• A la no discriminación por motivo de raza, nacionalidad, condición social, seco,
ideología política o religión.
• A la presunción de inocencia.
• Irretroactividad de la ley penal.
• Responsabilidad penal individual.
• Derecho a la defensa y asistencia letrada.
En este sentido, como señala Muñoz Barrelt47, la tutela efectiva de los intereses
ambientales se ha desprendido del concepto de la responsabilidad ambiental, que se estudia
como la integración de tres áreas del derecho: la responsabilidad civil, la responsabilidad
penal y la responsabilidad administrativa. No obstante, en la vulneración del derecho al
medio ambiente sano, pueden verse trastocadas garantías constitucionales esenciales como la
violación directa a Derechos Humanos de fuente nacional y/o internacional, la violación a los
derechos de las comunidades indígenas, del derecho a una educación en valores ecológicos,
del derecho a la salud, de acceso al agua, del derecho a decidir sobre la rectoría y planeación
respecto de los bienes ambientales, y del derecho de propiedad originaria de los recursos
naturales, entre otros.
Finalmente, Rubio Escobar, manifiesta que “la efectividad del amparo no solamente debe
medirse en relación con los efectos de la sentencia sino también con su tramitación en cuanto
a la agilidad y prontitud; las medidas cautelares como la suspensión para preservar la materia
del juicio y además la ejecución del fallo”.49 A este respecto, consideramos que, tratándose
del derecho a un medio ambiente sano, se debe colocar especial cuidado en virtud de la
vulnerabilidad de su objeto de tutela.
Por ello, el juicio de amparo colectivo además de consagrarse a nivel normativo como un
medio abierto a la legitimación de intereses individuales y colectivos, debe ser en la operación,
Ahora bien, en términos de estadística, para el caso del amparo colectivo, la Suprema
Corte de Justicia de la Nación50, en su base de datos hasta febrero 2016, respecto de los
casos presentados, menos del 5% son expedientes fundamentados en asuntos de naturaleza
ambiental, y pocos han tenido realmente éxito, lo cual nos revela, que aún hay mucho por
hacer en términos de acceso a la justicia y tutela judicial efectiva, porque estás estadísticas
nos parecen un reflejo de la complejidad del sistema de justicia, de factores que involucran
aspectos socio-económicos y de la falta de destrezas jurídicas provocadas en muchas
ocasiones por el desconocimiento de la materia en los litigios de naturaleza ambiental tanto
en acciones colectivas como en amparos colectivos.
En este sentido consideramos que la defensa del derecho a un medio ambiente sano
requiere de formas integrales de tutela y procuración de justicia en relación la efectividad y
cumplimiento de la norma ambiental.
Al respecto, conviene precisar que la defensa de los derechos colectivos medio ambientales
solo es posible cuando construimos esquemas de tutela integral y establecemos criterios
y reformas armonizadas que en extrema concordancia articulen una estrategia eficaz, por
ello, sobre el amparo colectivo ambiental, creemos que la Ley de Amparo es muy tibia para
reglamentar su tratamiento, pues efectivamente por un lado abre la legitimación al concepto
de interés legítimo, pero en el resto de los apartados no establece ninguna disposición
específica que le de viabilidad a ésta figura.
Lo anterior, nos coloca en el riesgo de acumular procesos sin tutela efectiva y le maximiza
el trabajo a la Corte para emitir criterios al respecto, que esclarezcan el camino procesal más
idóneo para el amparo colectivo.
7. CONCLUSIONES
Segunda. Los procesos o acciones colectivas son los instrumentos procesales viables para
el tratamiento jurídico del derecho a un medio ambiente sano en su ámbito colectivo, sin
embargo, el mecanismo contemplado para el caso de México a partir de la reforma de 2010 al
Tercera. Las reformas a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos del 06
y 10 de junio de 2011 tanto en materia de Derechos Humanos como del juicio de amparo, en
correlación con la reforma de 2010 para la inclusión de las acciones colectivas, representan
un importante avance para la tutela de los derechos colectivos, no obstante, dichas reformas
no son aún suficientes.
1. INTRODUCCIÓN
3 "Los autores que defienden la doctrina monista sostienen que existe una unidad esencial de todos los
ordenamientos jurídicos". ACEVEDO, Domingo. Relación entre el derecho internacional y el derecho interno. Revista
IIDH, volumen 16, en Biblioteca virtual Universidad Nacional Autónoma de México. En http://www.juridicas.unam.
mx/publica/librev/rev/iidh/cont/16/dtr/dtr8.pdf
HURTADO QUINTERO, William Felipe
Excepción de inconvencionalidad como mecanismo de protección de derechos políticos: 317
Caso Gustavo Petro vs Colombia
Se refiere al diálogo jurídico que sostienen las normas de alcance nacional en relación
con las normas de plano internacional. Como ya se ha mencionado, el neoconstitucionalismo
propende por una protección efectiva de los Derechos Humanos, es por eso que los Estados
Constitucionales, por medio del bloque de constitucionalidad, se adhieren a sistemas
internacionales de promoción y protección de Derechos Humanos, convirtiendo las cartas
internacionales sobre la materia, en norma de alcance constitucional.
Es por este tipo de razones que algunos autores han afirmado que la teoría del bloque de
constitucionalidad, más que la adopción de cartas internacionales, persigue su jerarquización
en nuestro sistema jurídico interno para dotarlas de eficacia jurídica.
Por tanto, para integrar un postulado reconocido en una carta internacional de Derecho
Humanos, se deben presentar las siguientes circunstancias: (i) que dicho tratado o convenio
haya sido ratificado por el Congreso de la República a través de un instrumento legislativo y
(ii) que verse sobre Derechos Humanos. Esto permitirá (i) la dotación de efectos jurídicos a
la disposición internacional por incorporarse al texto constitucional local y (ii) la generación
de un diálogo multinivel entre sistemas locales e internacionales de protección de Derechos
Humanos.
“Es importante recalcar que por la naturaleza propia de los fallos de la Corte IDH,
éstos gozan no sólo de una eficacia inter partes, sino además de unos efectos reflejos o
irradiadores del orden internacional de los Derechos Humanos en el orden nacional”11
“En los términos del artículo 68 de la Convención, las sentencias de la Corte IDH
obligan a los Estados en todo caso en que sean partes, Pero además de esos efectos
directos inter partes, las sentencias, especialmente de incompatibilidad, tienen efectos
generales o erga omnes, de modo que obligan a otros Estados, así no hayan sido
parte dentro del caso de responsabilidad internacional resuelto, en virtud del efecto
irradiador que la doctrina les predica, e incluso de carácter de norma de ius cogens con
el que se califica la protección de los Derechos Humanos”12
tiene dos modalidades: (i) la concentrada y (ii) la difusa; la primera a cargo de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, y la segunda bajo la batuta de todos los operadores
judiciales del Estado colombiano.
El control difuso de convencionalidad podrá ser ejercido por (i) la Corte Constitucional
en el marco del control abstracto de constitucionalidad o (ii) por cualquier juez o autoridad en
el estudio de casos concretos. Cuando el control difuso de convencionalidad es ejercido por
cualquier autoridad para la resolución de conflictos concretos, se le denominará excepción
de inconvencionalidad
Salvo el caso que sirve de ilustración para el desarrollo de este trabajo en relación con los
Derechos Políticos del exalcalde de Bogotá D.C. Gustavo Francisco Petro Urrego, son pocos
los ejemplos de aplicación de la excepción de inconvencionalidad en Colombia y por ende,
su reconocimiento jurídico ha partido más de la academia que de la regulación positiva o el
desarrollo jurisprudencial.
Hace referencia a que cualquier autoridad, sea judicial, administrativa o particular, está
legitimada para ejercer el control difuso de convencionalidad. Al respecto, es común escuchar
que la excepción sólo puede ser presentada ante los jueces, bajo una errada interpretación que
se trae del sistema español con la “cuestión de inconstitucionalidad”16, pero es importante
14 MORA, Jorge Andrés. La excepción de inconvencionalidad y su aplicación en los procesos judiciales. En:
Revista Electrónica de la Facultad de Derecho. Edición 6, Costa Rica, 2014. Pág. 9
15 HURTADO QUINTERO, William Felipe. Excepción de inconvencionalidad en el ordenamiento jurídico
colombiano. En: Justicia convencional: neoprocesalismo internacional. Ediciones Nueva Jurídica y Universidad de
Valencia. Bogotá D.C., 2017. Pág. 131.
16 "La cuestión de constitucionalidad se configura en el artículo 163 de la Constitución Española, como una
facultad del juez ordinario"cualquier juez o magistrado con independencia de la instancia en la cual desempeñe sus
funciones- de plantear, ante el Tribunal Constitucional, las dudas de constitucionalidad que tenga sobre una ley o
norma con rango de ley siempre y cuando se cumplan, simultáneamente, los dos requisitos siguientes: que se trate
de una norma aplicable al caso que deba resolver este juez en su instancia y que de la validez de esta norma dependa
HURTADO QUINTERO, William Felipe
Excepción de inconvencionalidad como mecanismo de protección de derechos políticos: 321
Caso Gustavo Petro vs Colombia
Existen dos condiciones objetivas para que pueda operar el mecanismo de la excepción,
éstas son, por una parte: (i) que la contradicción entre la norma y la constitución sea clara
y evidente, que para el caso en particular no exija un desgaste racional para identificarla,
condición objetiva sobre la cual se refirió el Dr. José Gregorio Hernández en sentencia T-063
de 1995, manifestando:
el fallo del proceso" CASTELLA ANDREU, Josep. La intervención de las partes del juicio A QUO en la cuestión de
inconstitucionalidad. En: http://historico.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/trcons/cont/4/est/est11.pdf
17 CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-122 de 2011. M. Po. Juan Carlos Henao.
18 QUIROGA NATALE, Edgar Andrés. "Derecho procesal constitucional y excepción de inconstitucionalidad
en Colombia". En: "Derecho procesal constitucional". VC Editores. Tomo V, Bogotá, 2014
19 CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T-063 de 1995. M. Po. José Gregorio Hernández.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
322 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
De otro lado, (ii) que la norma llamada a ser inaplicada sea una reproducción de otra
que haya sido desvirtuada por el tribunal competente por su inconstitucionalidad. Esta
afirmación se encuentra reproducida casi que de forma literal en la sentencia de la Corte
Constitucional con nomenclatura T-685 de 2003, obrando como magistrado ponente el Dr.
Eduardo Montealegre:
Sin embargo, esta última no goza de carácter absoluto, pues es sabido que el mero
ejercicio del control de constitucionalidad no garantiza su integralidad respecto de la
convencionalidad. Es por eso, como se observará en otro subtitulo, que actualmente existen
posiciones encontradas entre la Corte Constitucional y el Consejo de Estado frente al ejercicio
del control difuso de convencionalidad, pues el máximo tribunal constitucional considera
que éste no es obligatorio y el Estado sólo debe acatar los mandatos interamericanos cuando
se le obliga en sede judicial transnacional por parte de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos22, mientras que el Consejo de Estado opina que corresponde a una obligación
Estatal garantizar el cumplimiento de la CADH de forma oficiosa23.
Este aspecto lo explica el maestro Rey Cantor con claridad en su obra “El control de
convencionalidad de las leyes”, así:
“Artículo 23. Derechos Políticos: 1. Todos los ciudadanos deben gozar de los
siguientes derechos y oportunidades: a) de participar en la dirección de los asuntos
públicos, directamente o por medio de representantes libremente elegidos; b) de votar
y ser elegidos en elecciones periódicas auténticas, realizadas por sufragio universal e
igual y por voto secreto que garantice la libre expresión de la voluntad de los electores,
y c) de tener acceso, en condiciones generales de igualdad, a las funciones públicas
de su país. 2. La ley puede reglamentar el ejercicio de los derechos y oportunidades
a que se refiere el inciso anterior, exclusivamente por razones de edad, nacionalidad,
residencia, idioma, instrucción, capacidad civil o mental, o condena, por juez
competente, en proceso penal”
Si bien es cierto los derechos políticos contemplan diversas esferas, por la temática
propuesta es necesario matizar su alcance en lo relacionado con el sufragio, que en términos
constitucionales se le conoce como el derecho a elegir (sufragio activo) y ser elegido (sufragio
pasivo).
En general, los derechos políticos son garantías individuales, pero su ejercicio impacta
integralmente el funcionamiento de la sociedad y las instituciones del Estado. El derecho
a elegir y ser elegido no es la excepción, pues su legitimidad se asocia al rol democrático
que cumplen los individuos en la sociedad y dan forma a la democracia representativa28; sin
embargo, éstos no son absolutos y pueden limitarse, atendiendo los principios de juridicidad,
necesidad y proporcionalidad. Dicha posibilidad de restricción está regulada en la CADH en
su Artículo 23.2 cuando afirma que “La ley puede reglamentar el ejercicio de los derechos
y oportunidades a que se refiere el inciso anterior, exclusivamente por razones de edad,
nacionalidad, residencia, idioma, instrucción, capacidad civil o mental, o condena, por juez
competente, en proceso penal”, aspectos que se concatenan con los principios mencionados y
que resultan plenamente aplicables a los Estados que han ratificado el Pacto de San José, entre
ellos Colombia. En este sentido, es menester reconocer que la libertad configurativa que tiene
el legislador en el ordenamiento jurídico interno frente a la restricción de derechos políticos
no puede exceder los presupuestos fijados por la norma convencional interamericana.
28 CORTE INTERAMETICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso Castañeda Gutman vs. Estados Unidos
Mexicanos, 2008.
29 CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE COLOMBIA. Artículo 40.
HURTADO QUINTERO, William Felipe
Excepción de inconvencionalidad como mecanismo de protección de derechos políticos: 325
Caso Gustavo Petro vs Colombia
partidos, movimientos y agrupaciones políticas sin limitación alguna, así como formar parte
de ellos y difundir sus ideas libremente; (iv) revocar el mandato de mandatarios electos
popularmente conforme a la legislación; (v) tener iniciativa en las corporaciones públicas;
(vi) interponer acciones públicas en defensa de la Constitución y de la ley; y (vii) acceder
al desempeño de funciones y cargos públicos. Estos derechos se reconocen como derechos
fundamentales.
Sobre las funciones del Procurador General de la Nación, dice el numeral 6 del artículo
277 de la Constitución de 1991:
30 La Constitución Política señala otras vías de restricción de derechos políticos no asociadas la función de la
Procuraduría General de la Nación, entre ellas la comisión de delitos (artículo 122) y en razón de la nacionalidad o
la edad (artículos 172, 177 y 191). De otro lado contempla la posibilidad de suspender la ciudadanía (artículo 98).
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
326 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Ahora bien, considerando que el texto constitucional remite al aparto legal para determinar
cuáles son las sanciones que la Procuraduría puede imponer, es relevante citar lo que sobre el
particular se desarrolla en el Código Disciplinario Único. Esta norma establece los siguientes
tipos de sanción31: (i) destitución e inhabilidad política, (ii) suspensión en el ejercicio del
cargo, (iii) multa y (iv) amonestación escrita.
La misma norma contempla que la inhabilidad política puede ascender a veinte años, y
cuando se trate de faltas que involucren un detrimento patrimonial al Estado, puede llegar a
ser permanente32.
31 "Artículo 44. Clases de sanciones. El servidor público está sometido a las siguientes sanciones:
1. Destitución e inhabilidad general, para las faltas gravísimas dolosas o realizadas con culpa gravísima.
2. Suspensión en el ejercicio del cargo e inhabilidad especial para las faltas graves dolosas o gravísimas culposas.
3. Suspensión, para las faltas graves culposas.
4. Multa, para las faltas leves dolosas.
5. Amonestación escrita, para las faltas leves culposas."
32 "Artículo 46. La inhabilidad general será de diez a veinte años; la inhabilidad especial no será inferior a
treinta días ni superior a doce meses; pero cuando la falta afecte el patrimonio económico del Estado la inhabilidad
será permanente”
HURTADO QUINTERO, William Felipe
Excepción de inconvencionalidad como mecanismo de protección de derechos políticos: 327
Caso Gustavo Petro vs Colombia
De acuerdo con esto, los derechos políticos sólo pueden ser limitados bajo el estricto
acatamiento del principio de legalidad –juridicidad-34 y debe perseguir una finalidad avalada
por la CADH35. A continuación se analizará cada una de las condiciones analógicamente
con las disposiciones de derecho local que regulan la limitación de derechos políticos en
Colombia.
Hace referencia al soporte jurídico que tiene la medida restrictiva, el cual no sólo debe
motivarse desde el derecho interno, sino que debe capitular los elementos jurídicos que
sobre la materia ofrece el Sistema Interamericano de Promoción y Protección de Derechos
Humanos. En ese orden de ideas, aunque existe una aparente legitimidad formal de las
De acuerdo con lo anterior, la regulación interna que habilita las medidas de restricción de
derechos políticos por parte de la Procuraduría General de Nación no cumple con el requisito
de juridicidad al apartarse del tenor normativo de la CADH.
Se refiere a “que la causa que se invoque para justificar la restricción sea de aquellas
permitidas por la Convención Americana, previstas en disposiciones específicas que se
incluyen en determinados derechos”38, y aunque la CADH no establece explícitamente
finalidades avalen la restricción de derechos políticos, en su artículo 23 se mencionan
algunas razones por las cuales pueden regular las garantías generadas por éstos, entre esas
razones están la edad, nacionalidad, residencia, idioma, instrucción, capacidad civil o mental
o aquellos casos donde hay condena penal, por cuanto se puede concluir que la finalidad de
la medida debe ser proporcional y coherente con las obligaciones adquiridas ante el Sistema
Interamericano de Promoción y Protección de Derechos Humanos.
- Es claro que los derechos políticos no son absolutos y bien puede el Estado Colombiano
incorporar en su ordenamiento jurídico medidas que los limiten cuando se presentan
determinadas circunstancias.
“El artículo 23.2 de la Convención determina cuáles son las causales que permiten
restringir los derechos reconocidos en el artículo 23.1, así como, en su caso, los
requisitos que deben cumplirse para que proceda tal restricción. En el presente caso,
que se refiere a una restricción impuesta por vía de sanción, debería tratarse de una
‘condena, por juez competente, en proceso penal’. Ninguno de esos requisitos se ha
cumplido, pues el órgano que impuso dichas sanciones no era un ‘juez competente’,
no hubo ‘condena’ y las sanciones no se aplicaron como resultado de un “proceso
penal”, en el que tendrían que haberse respetado las garantías judiciales consagradas
en el artículo 8 de la Convención Americana”
Considerando que para el caso de Leopoldo López Mendoza la sanción fue impuesta por
la Contraloría General de la República de Venezuela y no por una autoridad judicial, se puede
emplear un esquema de interpretación analógica39 para concluir que las normas que habilitan
la limitación de derechos políticos en Colombia por parte de la Procuraduría General de
la Nación, son abiertamente inconvencionales y sobre ellas puede recaer la excepción de
inconvencionalidad bajo la doctrina del control de convencionalidad.
39 "Permite trasladar la solución jurídicamente prevista para un caso, a otro caso distinto, no regulado por el
ordenamiento jurídico, pero que es semejante al primero, tiene una concepción tradicional, según la cual es permitido
colmar lagunas con base en la identidad de la razón (la aplicación analógica)" ANCHONDO, Víctor Emilio. Métodos
de interpretación jurídica. Instituto de investigaciones jurídicas de la UNAM. En: http://historico.juridicas.unam.mx/
publica/librev/rev/qdiuris/cont/16/cnt/cnt4.pdf
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
330 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
El caso que ha levantado la polémica sobre el tema en relación con el Sistema Interamericano
de Promoción y Protección de Derechos Humanos, es el expediente del exalcalde del Distrito
Capital de Bogotá, Gustavo Francisco Petro Urrego, quien fue inhabilitado para ejercer
funciones públicas mediante sanción impuesta por la Procuraduría en el año 2013. En el
presente capítulo se revisarán las circunstancias fácticas y las consecuencias jurídicas que
hasta ahora se han ocasionado.
7.1.1. Sanción
La referida sanción fue suspendida por orden de tutela del Tribunal Administrativo
de Cundinamarca, pero en sede de impugnación la decisión fue revocada por el Consejo
de Estado, quien consideró que el actor contaba con el medio de control de Nulidad y
Restablecimiento del Derechos para alegar su pretensión. Finalmente, el 19 de marzo de
2014, el Presidente de la Republica Juan Manuel Santos Calderón, mediante Decreto 570 de
2014 ejecutó la decisión de la Procuraduría y destituyó al Alcalde Mayor.
El entonces Alcalde de Bogotá D.C., a través del Colectivo de Abogados José Alvear
Restrepo, presentó ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos – en adelante
CIDH- una solicitud de medidas cautelares el día 28 de octubre de 2013 cuando aún estaba
en curso el proceso disciplinario, por el desconocimiento de los derechos a la integridad
personal, a las garantías judiciales y los derechos políticos, todos contemplados en el Pacto
de San José. Con posterioridad, el 20 de enero de 2014, la defensa de Gustavo Petro presentó
HURTADO QUINTERO, William Felipe
Excepción de inconvencionalidad como mecanismo de protección de derechos políticos: 331
Caso Gustavo Petro vs Colombia
El 21 de abril de 2014, la sala civil del Tribunal Superior de Distrito Judicial de Bogotá,
dando respuesta a Acción de Tutela presentada por un ciudadano que consideró vulnerado
su Derecho al Sufragio Activo, amparó los derechos políticos del ciudadano y del Alcalde
en virtud de las medidas cautelares solicitadas por la CIDH y ordenó al Presidente acatar la
medida cautelar 374-13 y por ende, dejar sin efectos los actos administrativos que le resulten
en contravía y como medida de protección efectiva, la restitución en el cargo de Gustavo
Petro.
Cabe resaltar que previo al pronunciamiento final por parte del Consejo de Estado, el 25
de octubre de 2017 la CIDH aprobó informe sobre el Caso Gustavo Petro, el cual resultó
desfavorable a los intereses del Estado. El referido documento incluyó, entre otras, las
siguientes recomendaciones43: (i) Dejar sin efectos los actos administrativos sancionatorios
que impusieron inhabilidad política a Gustavo Petro y (ii) adecuar la Constitución Política de
1991 y el Código Disciplinario Único que contemplan la posibilidad de imponer sanciones
de inhabilidad a cargo de la Procuraduría General de la Nación y ajustarla a la CADH.
“De acuerdo con los pronunciamientos mencionados, es claro que para la Corte
IDH los derechos políticos son derechos humanos, pero no absolutos, que pueden
ser restringidos por las condiciones señaladas en el artículo 23.2 de la CADH,
restricciones que en cada Estado Parte deben cumplir los requisitos de legalidad,
finalidad, necesidad y proporcionalidad, como han sido explicados por la Corte, y
que cuando se trata de la restricción por vía de una sanción, ella no puede ser distinta
a la que imponga un juez penal, mediante una condena dictada dentro de un proceso
penal”44
Los siguientes elementos permiten identificar que el fallo del Consejo de Estado incorpora
la aplicación de la excepción de inconvencionalidad:
43 COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Informe caso Gustavo Petro vs. Colombia.
25 de octubre de 2017.
44 CONSEJO DE ESTADO. Sentencia del 15 de noviembre de 2017. M.P. César Palomino Cortés. Expediente
110010325000201400360 00(1131-2014)
HURTADO QUINTERO, William Felipe
Excepción de inconvencionalidad como mecanismo de protección de derechos políticos: 333
Caso Gustavo Petro vs Colombia
El caso del exalcalde de Bogotá D.C., cuyo litigio estratégico ha involucrado acciones
tanto de justicia local como trasnacional, sirve de plataforma para reconocer en la excepción
de inconvencionalidad una institución jurídica efectiva para la defensa de Derechos
Humanos contemplados en la CADH y que no son garantizados en el ordenamiento jurídico
colombiano, tal y como sucede con los denominados derechos políticos. Su aplicación goza
de legitimidad jurídica y desde el punto de vista del litigio estratégico, puede considerarse
como un verdadero mecanismo de prevención de litigios internacionales.
46 CASTRO BUITRAGO, Carlos Eduardo. La génesis del control de convencionalidad: ejercicio del control de
convencionalidad difuso por parte del Consejo de Estado Colombiano 2006-2014. En: El control de convencionalidad,
Revista JUS Público 17. Universidad Católica de Colombia, Bogotá D.C., 2016. Pág. 27.
CAPÍTULO XVI
1. PLANTEAMIENTO GENERAL
El Origen del Hábeas Corpus proviene de dos voces latinas que quiere decir “que
tenga el cuerpo”, su origen no es tan claro se dice que sus inicios se dan en Inglaterra
en el año 1640, en las actas que garantizaban la libertad individual a la persona que se
encontraba ilegalmente presa, permitiéndoles acudir a la High Court of Justice. (Alta
Corte de Justicia).
Por otra parte varios tratadistas no han podido establecer con exactitud cual es el
origen verdadero del habeas corpus, por cuanto tratadistas como Domingo Garcia
Belaunde, sostiene que el orígen se encuentra en Grecia, en la antigüedad griega el
Habeas Corpus ha estado históricamente referido a la libertad personal o física, y a los
medios de cómo ésta debe ser protegida. La idea misma de libertad es muy antigua,
y en lo que respecta a Occidente, aparece por vez primera en la cultura griega, cuyos
políticos, historiadores, literatos y filósofos, hicieron de ella algo fundamental para el
desarrollo de las ciudades 1.
El jurista Enrique Echeverria, dentro sus investigaciones, manifiesta que el Habeas corpus
tuvo su creaciòn en la antigua Roma y se hablaba de ese recurso tan importantisimo que se
convertiría para nuestra legislaciòn las instituciones principales de la cual aun mantenemos.
Ya en la edad media, se tiene como origen del habeas corpus, la tradiciòn aglosajona, que
especificiamente se remotan a la epoca del rey Juan sin tierra, quien expidio la famosa Carta
Magna el 15 de Junio de 1215.
No existe certeza cientifica la cual permita establecer cual es el verdadero origen de lo que
hoy conocemos como la garantia jurisdiccional de habeas corpus.
La eficacia del habeas corpus proviene de siglos atrás los cuales garantizan el derecho
humano a la libertad siendo tan eficaz que ha sido adopatado por muchas culturas.
La finalidad del Habeas Corpus es garantizar uno de los derechos mas fundamentales que
tiene el ser humanos despues del derecho a la vida, como es el derecho de libertad.
Los Tratadistas no todos tienen un mismo concepto de lo que es habeas corpus unos lo
consideran como un derecho, o un recurso y tambien como una garantia jurisdiccional ,de
acuerdo a la legislaciòn en la cual se encuntre estabelcida, por cuanto si se encuentra en una
constituciòn puede ser un derecho constitucional, o en otras puede ser considerado como una
garantia de carácter jurisdiciònal, como tambien puede ser considerado como un recurso,
dependiendo de la ley en la cual se encuentre establecido.
Este mecanismo de protección constitucional es clara, por cuanto ya sea como recurso,
derecho o garantia, tiene como fundamento que una corte o juez, revise la situaciuòn juridica
de un ser humano que ha perdido su libertad y tiende a recuperar la libertad, cuando la misma
se encuntre alejada de derecho.
El Habeas Corpus preventivo tiene como finalidad prevenir actos que violen un derecho
constituciònal diferente al de la libertad, pese a estar privado de la libertad legalmente,
podria verse afectado en derechos, como la integridad física, la integridad sexual e inclusive
el derecho fundamental a la vida.
1 Garcia, Domingo. Los Origenes del Habeas Corpus, tomado de Dialnet. Los Origenes Del Habeas Corpus.
5144010. pdf. p. 48.
2 Mata, David. El Habeas Corpus Correctivo como Mecanismo de Control. Ediciones Nueva Juridica, Panama.
2015. p. 206.
RIOFRIO, Milton Eduardo
El recurso constitucional de habeas corpus en Ecuador 337
La acciòn de Habeas Corpus tiene caracteristicas especificas que a pesar de que las
legislaciones sean diferentes las caracteristicas son propias y nadie las puede modificar.
El Habeas corpus tiene que ser tramitado de manera rapida e incluso cuando se presenta
un habeas corpus, el juez o tribunal que lo tramita, tiene que dejar de lado la tramitaciòn de
los demas procesos ordinarios, y otorgar la prioridad necesaria para la tramitaciòn de esta
acción.
El Habeas Corpus es jurisdiciónal por cuanto no existe otra autoridad que puede realizar
su tramitación y posterior ejecución, ningùna autoridad se podra negar a su petición.
El Habeas Corpus como se lo habia mencionado tiene una gran evolucion al expandirse
en las legislaciones a nivel casi mundial.En la legislaciòn Española se encuentra reconocido
con rango constitucional, en el artículo 17 numeral 4 que establece; la ley regulará un
procedimiento de «habeas corpus» para producir la inmediata puesta a disposición judicial
de toda persona detenida ilegalmente. Asi mismo, por ley se determinará el plazo máximo de
duración de la prisión provisional3.
Los países del continente europeo, influenciados por Francia, han acogido en sus textos
los derechos de libertad pero no han implementado en sus respectivas constituciones un
proceso eficaz como el Habeas Corpus anglosajón5.
En América su aplicación, ha sido la base para todas las normativas americanas, con
excepción de estados Unidos, que han adoptado el sistema de comon law, pero esto no ha
sido impedimento para también adoptar el habeas corpus desde sus primeras legislaciones.
Incluso durante la propaganda realizada por parte de Hamilton, Jay y otros para la
aprobación de la Constitución de Estados Unidos en el Federalista, en el número LXXXIV,
se manifiesta; el privilegio del recurso de habeas corpus no se suspenderá, excepto cuando
la seguridad publica lo requiera, en los casos de rebelión o invasión7.
de detención con las formalidades de ley y las justificaciones de hecho y de derecho que
sustenten la medida.
Esta Constitución no señalaba que autoridad es competente para tramitar este recurso. Por
este motivo se limitó su aplicación hasta 1933, mediante decreto Legislativo, se expidió la
Ley de Derecho de Hábeas Corpus que determinaba como autoridades competentes para su
conocimiento a el presidente del Concejo Municipal, el presidente del Consejo Provincial, el
presidente del Consejo de Estado.
El estado ecuatoriano a partir del año 2008, cuenta con una nueva Carta Magna, y a
partir del año 2009, se promulgo la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control
Constitucional, la cual norma de manera formal, los procedimiento a seguir en la aplicación
de garantías constitucionales como el habeas data, habeas corpus, acción de protección
(Acción de Amparo) entre otras.
Art. 43.- Objeto.- La acción de hábeas corpus tiene por objeto proteger la libertad, la vida,
la integridad física y otros derechos conexos de la persona privada o restringida de libertad,
por autoridad pública o por cualquier persona, tales como:
5. A que, en caso de ser una persona extranjera, incluso antes de haber solicitado refugio
o asilo político, no ser expulsada y devuelta al país donde teme persecución o donde
peligre su vida, su libertad, su integridad y su seguridad;
10. A ser puesta a disposición del juez o tribunal competente inmediatamente y no más
tarde de las veinticuatro horas siguientes a su detención12.
Sin duda alguna el Ecuador es uno de los países que han evolucionado el ámbito de
protección de derechos, a través de la aplicación del habeas corpus, de manera preventiva y
correctiva.
5. BIBLIOGRAFIA
12 Ley Organica de Garantias Jurisdicionales y Control Constitucional, Suplemento Registro Oficial Nª 52 del
22 de Octubre de 2009.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
342 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
1. INTRODUCCIÓN
Los citados hechos que generan el comportamiento culposo del prestador del servicio
de salud pueden ser analizados a través del neuroderecho. La relación íntima existente
entre el médico, con las normas reglas y principios que lo gobiernan, pueden generar
tensiones entre el entendimiento o comprensión de la norma y su aplicación; todo,
* Profesor e investigador, conferencista a nivel nacional e internacional. Doctor en Bioética médica – derecho
de la responsabilidad y daño indemnizable de la Universidad Militar Nueva Granada; con pasantía de investigación
doctoral en la Universidad Nacional Autónoma de México UNAM. Becario del programa de Alta formación
doctoral en ciencias jurídicas de la Universidad Ca Foscari de Venecia-Italia. Candidato a doctor en Derecho de la
Universidad de Salamanca – España. Magister en Derecho de la Universidad de los Andes. Especializado en Derecho
Comercial de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín, Derecho Penal y Probatorio de la Universidad del
Rosario. Este capítulo de libro es un producto del proyecto “El precedente vinculante de los fallos proferidos por la
CIDH en la responsabilidad médica en Colombia (2012 – 2015)”; acta CJPE011-008, realizado para la Facultad de
Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad de San Buenaventura, Sede Bogotá. joselopezoliva@hotmail.com
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
344 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
La libertad de decisión del paciente y las reacciones emocionales del prestador en salud
en la realización de un procedimiento médico están regulados por normas sustanciales y
procesales que son comprendidas por los involucrados en la relación entre el facultativo y el
usuario del servicio en salud. La trasgresión de la norma puede generar una responsabilidad
jurídica para las partes: la interrupción del embarazo no autorizado por la ley, la realización
de un procedimiento de legrado para extraer al nasciturus por mera liberalidad del facultativo,
entre otros, son conductas que pueden contravenir las normas con la consecuente imposición
de una pena como juicio de reproche ejemplarizante.
En un proceso judicial se trata de buscar la certeza de los hechos que generaron un daño
al paciente; con el propósito de llegar a la citada certeza, existen medios de prueba que son
practicados en el juicio, como el interrogatorio del médico, del paciente o del testigo de quien
se indaga acerca del hecho que produjo el daño. Sin embargo, quienes deponen en calidad
de testigos o de partes, pueden faltar a la verdad con el propósito de evitar la responsabilidad
jurídica propia o de un tercero, o en su defecto, endilgar responsabilidades a terceros a través
de la delación. En este sentido, se presenta el siguiente problema de investigación:
documentos estudiados acerca del tema objeto de investigación. Este capítulo de libro es
un producto del proyecto denominado “El precedente vinculante de los fallos proferidos
por la CIDH en la responsabilidad médica en Colombia (2012 – 2015)”; acta CJPE011-
008, realizado para la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad de San
Buenaventura, Sede Bogotá.
1 Los procesos por responsabilidad internacional por mala praxis médica, pueden cursar en la Corte Interamericana
de Derechos Humanos (CoIDH) con sede en la ciudad de San José de Costa Rica, que está conformada por jueces que
buscan interpretar las normas reglas y principios que consagra la Convención Americana de Derechos Humanos, con
el propósito de concretar la voluntad de los Estados miembros del Sistema Interamericano de Derechos Humanos; a su
vez, los citados operadores de justicia direccionan el ordenamiento jurídico a la garantía de los valores consagrados en
la Convención, que crea el Sistema Interamericano compuesto por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
(CIDH) y la Corte Interamericana de Derechos Humanos CoIDH.
2 En cuanto a la neurociencia, se realiza esta importante reflexión: “La pregunta por la naturaleza de las
sensaciones, de la capacidad de moverse, de hablar, reír o llorar es secular en el hombre. La relación de estos fenómenos
con el sistema nervioso ha sufrido vaivenes históricos hasta la emergencia de un cuerpo de doctrina enfocado al
esclarecimiento de la estructura y función del sistema nervioso: la Neurociencia. Hoy estamos en plena revolución de
este campo del saber, pues la Neurociencia moderna es el resultado de la convergencia de varias tradiciones científicas:
la Anatomía, la Embriología, la Fisiología, la Bioquímica, la Farmacología, la Psicología y la Neurología. Otras
disciplinas científicas más modernas, incluyendo las ciencias de la Computación o la Bioingeniería se han sumado
al reto de comprender el sistema nervioso y las conductas que de él emanan. El carácter interdisciplinario es singular
y propio de la Neurociencia entre otras ciencias y está en la base de su extraordinaria pujanza y atractivo. Siguiendo
este esquema conceptual, presento a continuación los hitos fundamentales en la evolución de este campo del saber”.
Cavada, C. (Web 1). Historia de la Neurociencia. Madrid: Universidad Autónoma de Madrid. Extraído 28/02/2017
desde http://www.senc.es/docs/Historia_de_La_Neurociencia_CC.pdf
3 Periódico Portafolio (Web 2) ¿Neuroderecho? Jurídica Lexbase Colombia. Publicación del 23/04/2012
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
346 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Es importante resaltar, que el neuroderecho no debe ser confundido con las teorías del
doctrinante, médico y criminólogo italiano Cesare Lombroso, quien hace referencia
8 En el neuroderecho, es relevante el estudio de las neuronas. “Una propiedad fundamental de las neuronas es su
capacidad para producir impulsos eléctricos y codificar la información que reciben y transmiten mediante cambios
en la frecuencia de disparo de dichos impulsos. La frecuencia de disparo de potenciales de acción es fundamental
para determinar la cantidad de neurotransmisor que libera una neurona, porque determina la cantidad de calcio
que entra a través de canales de calcio sensibles al voltaje en la membrana plasmática. Por ello, hemos estudiado
cómo la liberación sináptica y la extrasináptica dependen de la frecuencia de disparo de la neurona. La liberación
de serotonina a partir de terminales sinápticas es muy difícil de analizar en neuronas in situ dentro del Sistema
Nervioso, porque las terminales sinápticas se encuentran en ramificaciones axonales lejanas al soma y sus efectos son
difíciles de localizar”. Trueta, Citlali, Cercós & Montserrat. Regulación de la liberación de serotonina en distintos
compartimientos neuronales. Salud mental, 35(5), 435-443. 2012. Extraído 09/03/2017 desde http://www.scielo.org.
mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-33252012000500011&lng=es&tlng=es.
9 Imagen extraída 26/02/2014 desde http://www.taringa.net/posts/ciencia-educacion/17141438/Misterios-del-
cerebro-sin-explicacion-cientifica.html. (Web 4).
10 El profesor Van Weezel es profesor de Derecho Penal Pontificia Universidad Católica de Chile. El citado
profesor manifiesta lo siguiente: “En un caso de asesinato en el estado de Maharashtra (India), en junio de 2008,
el juez aludió de forma explícita el resultado de un escáner cerebral como prueba de que el cerebro del sospechoso
poseía “un conocimiento experimental acerca del crimen que sólo el asesino podía poseer”, y le condenó a cadena
perpetua (State v. Sharma, No. 508/07 (Court of Sessions Judge, Pune, 12 de junio de 2008, India). Lo que ese juez
tuvo a la vista fue una “imagen por resonancia magnética funcional” o IRMf. Las imágenes del cerebro generadas a
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
348 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Dicho daño que genera perjuicios al paciente es analizado por el neuroderecho, porque al
existir una acción generadora de daños hay una reacción del sistema normativo, que ordena
la imposición de sanciones a quien es capaz de entender la norma instituida y la consecuencia
producida; es decir, el prestador en salud tiene la plena libertad de obedecer o trasgredir la
norma establecida12. A su vez, en el interrogatorio de parte efectuado al prestador en salud
se busca la confesión del procesado, partiendo del fundamento de que esta herramienta es
útil para esclarecer los hechos de la demanda y para que sean generadas las consecuencias
jurídicas pertinentes para el inculpado, o para los terceros involucrados en los hechos que son
objeto de la investigación13.
través del IRMf se elaboran a partir de la medición de las diferencias entre las propiedades magnéticas de la sangre
cuando ésta fluye por las distintas regiones cerebrales. Su uso está ligado a lo que se denomina “teoría modular” del
cerebro, según la cual distintos tipos de actividad están asociados a diferentes regiones del cerebro, principalmente
de la corteza cerebral. El IMRf no mide la actividad neuronal directamente, sino que utiliza el flujo sanguíneo como
una medida indirecta de dicha actividad. Cuando en la actualidad se habla del potencial de las investigaciones
neurocientíficas en el ámbito jurídico, se está pensando en este tipo de pruebas. Las promesas son impresionantes”.
Van, I. Derecho y neurociencias Consecuencias de los avances neurocientíficos para la imputación jurídica. Santiago
de Chile: Instituto de Chile. 2014.
11 Bruner. Making Stories. Law, Literature, Life, Cambridge, Mass, London. 2002.
12 Demicheli & Cortina. Todo lo que se diga a favor de la importancia de la educación es poco. España y Estados
Unidos.2011. Extraído 28/02/2014 desde http://fundacioninternationalstudies.org/.
13 Corte Constitucional de Colombia. Anuario Iberoamericano de Justicia Constitucional, 2015, no 2, p. 105-137.
14 En este sentido, se observa el diálogo existente entre las disciplinas médica y jurídica. “De modo que, lejos de
contradecir –y mucho menos “eliminar”– a las disciplinas, el enfoque ‘de la Complejidad’ lo que hace es nutrirse de ellas
para realimentarlas posteriormente con sus propias elaboraciones. Lo mismo realizan otros saberes transdisciplinarios
como la Bioética Global y el Holismo Ambientalista. Otra cuestión importante es distinguir entre disciplina y enfoque
disciplinario. La transdisciplinariedad no elimina las disciplinas, pero sí pone fin al predominio de los enfoques
disciplinarios, es decir, a la pretensión exagerada que supone que desde la perspectiva de una disciplina aislada se
puede aportar un conocimiento totalizador sobre el mundo”. Sotolongo & Delgado. La revolución contemporánea
del saber y la complejidad social. Hacia unas ciencias sociales de nuevo tipo. Argentina: Red de bibliotecas virtuales
de ciencias sociales de América Latina y del Caribe CLACSO. 2006.
15 El daño al paciente, es generado por el denominado evento adverso. El evento adverso está relacionado con […]
las lesiones o complicaciones involuntarias que ocurren durante la atención en salud, los cuales son más atribuibles a
LÓPEZ OLIVA, José
La exclusión de la prueba por la utilización del neuroderecho en procesos por responsabilidad médica 349
médicos, y mientras esto ocurre el “examinador”, es decir, quien opera el polígrafo, observa
principalmente el ritmo cardiaco, la presión arterial y todo lo relacionado con la actividad
electro-cutánea del interrogado; todo, es monitoreado para identificar los niveles de todo tipo
de señales sensoriales. Así, las fluctuaciones u oscilaciones pueden indicar que el interrogado
está faltando a la verdad, situación que está sujeta a la interpretación del verificador16.
ésta que a la enfermedad subyacente y que pueden conducir a la muerte, la incapacidad o al deterioro en el estado de
salud del paciente, a la demora del alta, a la prolongación del tiempo de estancia hospitalizado y al incremento de los
costos de no-calidad. Por extensión, también aplicamos este concepto (señala la norma) a situaciones relacionadas con
procesos no asistenciales que potencialmente pueden incidir en la ocurrencia de las situaciones arriba mencionadas”.
Ministerio de Protección Social. Resolución número 1446 del 8 de mayo de 2006, “Por la cual se define el Sistema
de Información para la Calidad y se adoptan los indicadores de monitoria del Sistema Obligatorio de Garantía de
Calidad de la Atención en Salud”. 2006.
16 López, G. Análisis del uso de detectores de mentiras. Argentina: El Cid Editor apuntes. 2009.
17 La neurona es una “Unidad morfológica y funcional del tejido nervioso altamente especializada y sin capacidad
de reproducirse. Cada neurona está formada por un cuerpo celular o soma, unas prolongaciones citoplasmáticas
denominadas dendritas y una prolongación axial, el axón. Las funciones del soma se relacionan con el mantenimiento
metabólico y el crecimiento de la propia célula. Las dendritas constituyen la parte neuronal especializada en la recepción
de la excitación: reciben una señal, la transforman en un impulso nervioso y la conducen hasta el axón; éste es el
responsable de la conducción de la excitación en dirección opuesta a la zona dendrítrica, es decir, hasta el extremo
terminal del axón. Las neuronas se pueden clasificar en motoras o sensitivas; las motoras o eferentes conducen el
impulso nervioso desde el encéfalo hasta los músculos, lugar donde la corriente nerviosa se traduce en movimiento,
y las sensitivas o aferentes que conducen el impulso desde la periferia al sistema nervioso central y permiten la
relación del organismo con el ambiente exterior”. Brouchoud, V. Grupo Doctissimo, Francia: Lagardère Active. 2000.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
350 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
3.1. Antecedentes del uso del polígrafo y la vulneración del habeas data
18 Cela & Marty. Caos Y Consciencia. Una Introducción Al Pensamiento de Walter J. Freeman. Giséle.
Universidad de las Islas Baleares: Psicothema, Vol. 7, ne 3. pp. 679-684 ISSN 0214 – 9915. 1995.
19 Van, I. Derecho y neurociencias Consecuencias de los avances neurocientíficos para la imputación jurídica.
Santiago de Chile: Instituto de Chile. 2014.
LÓPEZ OLIVA, José
La exclusión de la prueba por la utilización del neuroderecho en procesos por responsabilidad médica 351
Los resultados de las citadas valoraciones eran graficados de acuerdo a los protocolos de
la época. Con posterioridad, en 1921, Jhon Larson establece cuatro variables al momento
de la utilización del citado detector: el ritmo cardiaco, el ritmo respiratorio, la presión de
la sangre, así como la respuesta galvánica o eléctrica de la piel20. Este tipo de datos son
estimados como no comportamentales por la Ley 1581 del 2012, y, a su vez, considerados de
especial protección constitucional y convencional.
Para establecer la verdad sobre los hechos que generaron un daño al paciente el polígrafo
puede ser uno de los procedimientos más adecuados y exactos, de todos los instrumentos
disponibles actualmente para los procesos judiciales. Sin embargo, en Colombia esta práctica
es considerada poco confiable y recurrentemente transgresora de los derechos fundamentales
de los involucrados en un proceso: el prestador en salud demandado, el paciente en su
condición de víctima o el testigo que narra los hechos objeto de la investigación judicial. Por
un lado, hay quienes señalan que el polígrafo es un instrumento o procedimiento alternativo
que genera un nivel de confianza y precisión; por otro lado, se indica que con su utilización
pueden verse transgredidos los derechos humanos de las personas. Además, se reitera que
20 Adicionalmente, se indica en el citado documento que con el transcurso del tiempo el instrumento “fue mejorado
por Leonard Keeler entre 1930 y 1940, Keeler era un agente del Departamento de Policía Berkeley (California),
quien creó el polígrafo de tres canales que imprimía sus resultados en papel, adoptando este el nombre de “Pacto
Keeler Polígrafo”. La herramienta del polígrafo consta de 4 componentes que son los que registran las reacciones
de la persona examinada: Bandas Neumos: Son las que Miden las variaciones de la respiración cuando se mienten.
Canal Cardiovascular: Al mentir mide las variaciones de la presión arterial. G.S.R: Al mentir mide las variaciones de
conductancia de nuestra piel (Electrodérmico). Procesador Polígrafo (Data Pac): Es la central física del instrumento,
cuenta con conectores de alta calidad de grado médico. Sensores Movimiento (Cuatro): Están ubicados en la silla,
brazos y pies, miden cualquier movimiento no autorizado o manipulación durante la prueba. Gráficos Continuos: El
software da unos gráficos los cuales se evalúan numéricamente. Concluyendo si mintió o no a la pregunta”. Sanabria,
H. Informe de ponencia para primer debate al proyecto de ley 048 de 2012 Cámara. Comisión primera constitucional,
Cámara de Representantes, Congreso de la República de Colombia. 2012.
21 Para ampliar este tema Cfr. (Ovejero, 2012, p. 121). “El instrumento del polígrafo ha experimentado un cambio
dramático en la década pasada. Por muchos años, los polígrafos eran esos instrumentos que usted ve en las películas
con las pequeñas agujas con líneas en una sola tira del papel del movimiento en sentido vertical. Éstos se llaman los
polígrafos análogos. Hoy, la mayoría de las pruebas del polígrafo se administran con la Digital Equipment. El papel
del movimiento en sentido vertical se ha substituido por algoritmos sofisticados”. López, G. Análisis del uso de
detectores de mentiras. Argentina: El Cid Editor apuntes 2009; Masip & Alonso. Verdades, mentiras y su detección:
Aproximaciones verbales y psicofisiológicass. 2006.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
352 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
En suma, el polígrafo es una herramienta que tiene como objetivo detectar la falsedad de
los hechos declarados por la persona al ser interrogada. Esta práctica no es nueva, porque en
las culturas antiguas de la zona del oeste de África las tribus utilizaban un huevo de pájaro
que era entregado de mano en mano, al momento que era practicado el interrogatorio a las
personas involucradas en un conflicto. La persona a quien se le rompía el huevo del ave, una
vez esta estaba en circulación, era considerada responsable de las conductas investigadas; lo
anterior, porque se infería que el nerviosismo en la persona denotaba la responsabilidad del
hecho indagado.
3.3. Los protocolos del uso del polígrafo y la vulneración de los derechos humanos
del procesado
• Preparar el tema acerca del cual se realizarán las preguntas, en este caso, al prestador
en salud investigado en un proceso por responsabilidad médica.
22 En los estrados judiciales, el prestador en salud puede faltar a la verdad cuando es interrogado por la contraparte
o por el operador de justicia. “Este análisis esquemático de las principales situaciones que típicamente pueden ocurrir
en los contextos judiciales muestra que las buenas narraciones pueden ser falsas y que las narraciones verdaderas
pueden ser sin embargo malas narraciones. No es fácil establecer si, en la práctica, y en todos los sistemas procesales,
las buenas narraciones desplazan a las narraciones verdaderas, como dice Twining.161 Probablemente tienden a
preferirse las buenas narraciones, incluso si son falsas, más que las narraciones verdaderas, especialmente cuando los
relatos verdaderos son narrativamente defectuosos. Sin embargo, esta preferencia puede variar, dependiendo del tipo
de juzgador (jurado o juez profesional), y ciertamente dependiendo del tipo de contexto en que la story judicial sea
relatada. Un reportero puede preferir un buen relato sin preocuparse mucho acerca de su veracidad, mientras que un
juez puede preferir el relato verdadero, incluso si es narrativamente pobre. En todo caso, el problema que nos preocupa
se refiere al tipo de narración que debe ser preferido como fundamento para una decisión judicial. Si compartimos el
supuesto que hay una diferencia entre un proceso judicial y un concurso literario, podemos inclinarnos a creer que
solo las narraciones verdaderas entregan una reconstrucción precisa de los hechos en cuestión. Las buenas narraciones
que incluyen enunciados falsos o infundados llevarían probablemente a una decisión defectuosa, imprecisa y no
confiable. Esta es la razón principal que explica por qué sostener que “el razonamiento narrativo, aunque necesario,
es inherentemente defectuoso”162 puede ser quizás un poco radical, pero apunta sustancialmente en una dirección
correcta, al menos cuando se refiere a las aproximaciones narrativistas más extremas al problema de la decisión
judicial acerca de los hechos”. Taruffo, M. Narrativas judiciales. Revista de derecho (Valdivia), 20(1), 231-270. 2007.
LÓPEZ OLIVA, José
La exclusión de la prueba por la utilización del neuroderecho en procesos por responsabilidad médica 353
los interrogados. Sin embargo, las partes en la práctica del interrogatorio pueden faltar a la
verdad en el ejercicio de los derechos de acción, de contradicción y de defensa. Además, el
profesional en salud o el paciente tienen la posibilidad de utilizar estrategias al ser interrogados;
por ejemplo, maniobras relacionadas con la disminución de la respuesta fisiológica utilizando
las denominadas “preguntas control”27.
A través de este tipo de preguntas se trata de indagar acerca del hecho generador del daño
y sus posibles causas, efectuando la misma pregunta al indagado, pero, con una redacción
diferente a la formulada inicialmente. Las nombradas “preguntas de control”, se utilizan con
el objetivo de comprobar la veracidad de las respuestas del médico, del paciente demandante
en el proceso judicial o de un tercero. En cuanto a la disminución de la respuesta fisiológica
el médico indagado en un proceso judicial, por ejemplo, tiene la posibilidad, una vez sea
sometido al polígrafo, de reducir el nivel de ansiedad con la ingesta de medicamentos; de esta
manera, logra que sea más complejo para el examinador diferenciar entre las respuestas que
faltan a la verdad, y las que se ajustan a la realidad del hecho dañoso.
En el análisis que se realiza una vez utilizado el polígrafo intervienen varias disciplinas;
así, el esfuerzo interpretativo para la búsqueda de la veracidad de las respuestas realizadas
por el médico o el paciente requiere del diálogo de saberes, entre los siguientes campos:
Madison y Vanderbilt, ya empezaron a ofrecer grados conjuntos de medicina y de derecho. Gracias a este programa,
se pueden obtener los dos títulos en apenas 7 años”. Cfr. Periódico Portafolio (Web 2) ¿Neuroderecho? Jurídica
Lexbase Colombia. 2017. Publicación del 23/04/2012.
27 Muñoz, J. Evaluación de la Credibilidad mediante Indicadores Psicofisiológicos, Conductuales y Verbales.
España: Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid. 2004.
28 Imagen extraída de la publicación realizada por la Facultad de ciencias, neurobioquímica de la Universidad
Javeriana de Colombia. 2013.
LÓPEZ OLIVA, José
La exclusión de la prueba por la utilización del neuroderecho en procesos por responsabilidad médica 355
29 “Por otra parte, la interdisciplina la comprendemos como aquel esfuerzo indagatorio, también convergente,
entre varias disciplinas –y, por lo mismo, en ese sentido, presupone la multidisciplinariedad– pero que persigue el
objetivo de obtener “cuotas de saber” acerca de un objeto de estudio nuevo, diferente a los objetos de estudio que
pudieran estar previamente delimitados disciplinaria o incluso multidisciplinariamente. La Ingeniería Genética y la
Inteligencia Artificial, entre otras, se ofrecen como ejemplos de la interdisciplina. Sotolongo & Delgado. La revolución
contemporánea del saber y la complejidad social. Hacia unas ciencias sociales de nuevo tipo. Argentina: Red de
bibliotecas virtuales de ciencias sociales de América Latina y del Caribe CLACSO. 2006.
30 García, E. Conferencia neurociencia y neuroética. República Dominicana: Fundación Global democracia y
desarrollo. 2013.
31 Antes del proceso, el médico involucrado en hechos que le hayan generado daño al paciente, puede ser
interrogada a través de la denominada prueba extrajudicial, que se efectúa ante un juez de la República.
32 Sotolongo & Delgado. La revolución contemporánea del saber y la complejidad social. Hacia unas ciencias
sociales de nuevo tipo. Argentina: Red de bibliotecas virtuales de ciencias sociales de América Latina y del Caribe
CLACSO. 2006.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
356 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
La admisión del uso de dispositivos en procesos judiciales es poco frecuente en las Cortes
que hacen parte de la rama jurisdiccional del poder público, incluidas las altas corporaciones
colombianas. En lo que concierne a Estados Unidos, Nuevo México es el único Estado
del país norteamericano que admite los resultados del examen del polígrafo, siempre que
previamente haya sido admitida la utilización de este recurso por parte de los involucrados
en el proceso judicial; adicionalmente, en este Estado se requiere el aval del juez a cargo del
proceso para la práctica de esta herramienta porque, de lo contrario, la prueba será excluida33
Asimismo, la discusión principal que genera el uso del polígrafo se centra en la exactitud
o inexactitud de las respuestas evaluadas por esta herramienta jurídica, que depende de las
características personales del interrogado; es perfectamente viable que la persona interrogada
sea un “experto” en faltar a la verdad en los procesos judiciales34, evento que dificulta la
efectividad del uso del polígrafo que tiene como finalidad: detectar las inconsistencias en que
incurre el interrogado. Por lo anterior, se hace necesario el apoyo de otras disciplinas como
la psicología y la psiquiatría, por ejemplo, que hacen más efectiva la tarea de la búsqueda
de la verdad material y procesal. En el caso de la psicología esta es considerada una de las
disciplinas más relevantes para el desarrollo de la neurociencia, porque
33 Este proceso puede cursar en el Sistema interamericano de derechos humanos está compuesto por la Comisión
interamericana de derechos humanos (CIDH) y la Corte interamericana de derechos humanos (CoIDH), que está
integrada por jueces quienes profieren fallos generadores de precedentes vinculantes para los países miembros del
Sistema, que son estudiados de forma insuficiente en áreas como el derecho de daños derivados de la prestación en
salud, hecho que justifica la ejecución de este proyecto por su necesidad y pertinencia. López, G. Análisis del uso de
detectores de mentiras. Argentina: El Cid Editor apuntes. 2009.
34 Por esta razón, existen Instituciones que avalan el uso del polígrafo; es el caso de las compañías de vigilancia
privada, donde el riesgo de contratar personal no idóneo, puede ser significativo. En este sentido, […] existe una
norma para el caso de las personas que se vinculan o se encuentran vinculados a una empresa que presta servicios
de vigilancia y seguridad privada, pues de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 105 de la Resolución 2852 del 8
de agosto de 2006, modificada por la Resolución 2417 del 26 de junio de 2008, expedida por la Superintendencia de
Vigilancia y Seguridad Privada, ¿Los servicios de vigilancia y seguridad privada podrán implementar en los procesos
de selección de personal propio, el examen psicofisiológico de polígrafo, luego desde el punto de vista normativo, sería
este el único sector de la producción, autorizado para aplicar a sus candidatos, dichas pruebas, teniendo en cuenta en
todo caso, que su realización, necesariamente deberá ser adelantada por personal idóneo, y se deberá contar con la
autorización expresa de la persona a examinar. Por último, la normatividad laboral no contiene alguna disposición que
prohíba o que permita la aplicación de este tipo de pruebas, siempre y cuando se guarden los lineamientos señalados”.
Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada de Colombia. Respuesta 13984 de 26 de junio de 2012, dirigida
a la Comisión primera constitucional, Cámara de Representantes, Congreso de la República de Colombia. 2012.
LÓPEZ OLIVA, José
La exclusión de la prueba por la utilización del neuroderecho en procesos por responsabilidad médica 357
35 Cavada, C. (Web 1). Historia de la Neurociencia. Madrid: Universidad Autónoma de Madrid.2017. Extraído
28/02/2017 desde http://www.senc.es/docs/Historia_de_La_Neurociencia_CC.pdf.
36 Ovejero, A Fundamentos de psicología jurídica e investigación criminal. España: Ediciones Universidad de
Salamanca. 2012.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
358 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
37 Sanabria, H. Informe de ponencia para primer debate al proyecto de ley 048 de 2012 Cámara. Comisión
primera constitucional, Cámara de Representantes, Congreso de la República de Colombia. 2012.
38 Es importante señalar que “[…] el juez actúa en nombre del Estado como director del proceso, lo que implica
que en ejercicio de su función para establecer la realidad fáctica de los hechos que se debaten ante la jurisdicción, se
encuentre investido de la potestad de formular interrogatorio a las partes, tendiente a esclarecer la realidad, con la que
deben ser consecuentes las sentencias, no solo en lo formal, sino con la verdad material, haciendo efectiva la garantía
constitucional establecida en el artículo 228 de la Carta para la prevalencia del derecho sustancial, sin menoscabo
del debido proceso”. Cfr. Corte Constitucional de Colombia. Sentencia C-599-99. Demanda de inconstitucionalidad
contra el artículo 208 (parcial) del Código de Procedimiento Civil, modificado por el artículo 21 de la Ley 794 de
LÓPEZ OLIVA, José
La exclusión de la prueba por la utilización del neuroderecho en procesos por responsabilidad médica 359
Sin embargo, la Corte Suprema de Justicia colombiana ha considerado que los derechos
de las personas son vulnerados con la utilización de este tipo de dispositivos, al señalar que
el polígrafo
[…] contribuye a afianzar más el fin que los medios, debido al dramático
proceso de instrumentalización a que se somete a la persona, de quien se
extraen mediciones tomadas del monitoreo de las reacciones del sistema
nervioso autónomo, para convertir al propio individuo en instrumento de
corroboración de una verdad a la que debe llegar la administración de justicia
con absoluto respeto a la dignidad humana. En suma, todas esas razones
llevan a la Sala a colegir que el polígrafo no es admisible como medio de
prueba en el contexto de la teleología de la investigación penal y por esa razón
se abstiene de desarrollar el segundo punto relacionado con su confiabilidad,
que es de carácter técnico-científico, enfatizando que los motivos que llevan a
descartar su uso dentro del proceso penal nada tienen que ver con su empleo
en otras áreas, como ocurre con los procesos de selección de personal39.
2003. Referencia: expediente D-7592. M.P. Nilson Pinilla Pinilla. Bogotá, D. C., veinte (20) de agosto de dos mil
nueve (2009). 1999.
39 Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Penal. Proceso 2647, de agosto 1 de 2008. M.P. Sigifredo
Espinosa Pérez. 2008.
40 Rationality in Ac¬tion, MIT Press. (trad. cast.: Razones para actuar, Barcelona, Círculo de Lectores, 2000.
En: Libertad y neurobiología, libre albedrío y neurobiología. 2001.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
360 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
En suma, quien depone en calidad de parte o testigo lo que hace es repetir la historia de los
hechos que generaron un daño al paciente; la historia narrada en el despacho judicial puede
ser falsa o verdadera, pero, con la expresa prohibición en Colombia de dispositivos como
el polígrafo es más sencillo para el deponente faltar a la verdad. Por esta situación, serían
vulnerados los derechos de la víctima a la verdad, a la justicia y a la reparación integral de los
perjuicios generados por el daño galénico. Así las cosas, al realizar la respectiva ponderación
de los derechos prima la protección de las garantías del indagado, sobre los derechos del
sujeto pasivo de la acción, citados con anterioridad en este párrafo.
Existe el anti-cientifismo con tendencias alarmistas que se opone a la práctica y el uso del
polígrafo o comúnmente denominado “detector de mentiras”. Lo anterior, porque se generan
interrogantes en la investigación científica relacionados con los límites de esta cuando es
involucrado el cerebro humano, a través de la búsqueda de la verdad con la utilización de
métodos no convencionales. Los citados límites los impone la denominada “ética de la
neurociencia” que indaga acerca de las operaciones morales del cerebro, es decir, identifica
los móviles o motivaciones de la conducta humana41, que puede ser comprobada a través del
uso del polígrafo.
41 Demicheli & Cortina. Todo lo que se diga a favor de la importancia de la educación es poco. España y Estados
Unidos. Extraído 28/02/2017 desde http://fundacioninternationalstudies.org/ 2017.
42 En este punto, es relevante establecer lo siguiente: “[…] es inconstitucional el interrogatorio de parte en cuanto
desconoce el mandato 33 de la Carta, según el cual, nadie podrá ser obligado a declarar contra sí mismo, el artículo 8°
de la Convención Americana de Derechos Humanos, aprobada por Colombia por medio de la Ley 16 de 1972, cuya
observancia se impone por disposición del artículo 93 de la Carta, estatuyó ese fuero para acusaciones delictivas.
Por tanto, afirma que no se desconoce que dentro del proceso civil y en desarrollo de la diligencia de interrogatorio
de parte, el preguntado pueda abstenerse de responder sobre hechos que impliquen responsabilidad penal, propia o
de sus parientes dentro los grados especificados”. • Corte Constitucional de Colombia. Sentencia C-599-99.
Demanda de inconstitucionalidad contra el artículo 208 (parcial) del Código de Procedimiento Civil, modificado
por el artículo 21 de la Ley 794 de 2003. Referencia: expediente D-7592. M.P. Nilson Pinilla Pinilla. Bogotá, D. C.,
veinte (20) de agosto de dos mil nueve (2009). 1999.
LÓPEZ OLIVA, José
La exclusión de la prueba por la utilización del neuroderecho en procesos por responsabilidad médica 361
Uno de los usuarios del servicio de salud más propensos a sufrir lesiones en la prestación
del servicio médico es la madre gestante, por un inadecuado diagnóstico médico por parte
del facultativo especialista en radiología o ginecología. Es relevante señalar, que la mujer
al ser informada acerca de su estado de embarazo, puede presentar diversas reacciones,
por ejemplo, es factible que experimente alegría opacada por la incertidumbre, el miedo,
la situación de frustración, el enfado recurrente, es decir, una mixtura de conductas que
involucra sentimientos diversos.
Además, la madre gestante debe ser informada de acuerdo a los protocolos establecidos
por la Institución, con el objetivo de tomar las decisiones pertinentes de acuerdo a su
estado de salud, y la condición médica del que está por nacer. De no seguir los protocolos
médicos la madre gestante puede sufrir daños que producen perjuicios patrimoniales o
extrapatrimoniales, en los que se incluyen los perjuicios psicológicos y psiquiátricos que
generan conductas violentas, posteriores a la ocurrencia del daño médico.
Tanto el paciente como el prestador en salud al ser interrogados deben manifestar la verdad
de los hechos que generaron el daño. Sin embargo, la verdad está relacionada con el grado
de conocimiento de los involucrados en el proceso, de acuerdo al contexto al que pertenecen,
es decir, tanto el médico como el paciente narran los hechos desde su realidad empírica, y
a partir de sus pretensiones; para el caso del médico, él busca ser absuelto, contrario a la
pretensión del paciente que demanda la verdad y la reparación del perjuicio producido por el
daño en la prestación del servicio. En este orden de ideas, cada
43 López, N. Como cambia el cerebro. Un aborto inducido. España: Cuadernos de bioética. XXIII. 2012/2.
44 La profesora Natalia López, en el informe ACRE No, 9, relacionado con cómo cambia el cerebro un aborto
inducido” señala lo siguiente: “Los trastornos o las complicaciones psiquiátricas son enormemente complejos. Estas
alteraciones aparecen como un desenlace precipitado, o por lo menos favorecido, por algo que ha ocurrido previamente.
Los tipos del desenlace son muy diversos. Pueden ser una emoción negativa y ansiedad, trastornos afectivos como
la depresión, problemas de conducta como abuso de sustancias, reactivación de trastornos psiquiátricos existentes
previamente, intento de suicidio o suicidio consumado y la aparición de un nuevo trastorno psiquiátrico” (López, N,
2012). Igualmente, “Cuestiones como la voluntad, la consciencia y el deseo vuelven a tener un lugar de primer orden
en el mundo de la actividad del cerebro estudiada por los neurofisiólogos”. • Cela & Marty. Caos Y Consciencia.
Una Introducción Al Pensamiento de Walter J. Freeman. Giséle. Universidad de las Islas Baleares: Psicothema,
1995. Vol. 7, ne 3. pp. 679-684 ISSN 0214 – 9915. 1995.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
362 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
El uso del polígrafo en el proceso judicial permite establecer si los perjuicios demandados
por el paciente concuerdan con la realidad. En general, el polígrafo es el instrumento más
exacto disponible en la actualidad, sin embargo, esta práctica es restringida en los tribunales
judiciales de Colombia. El citado dispositivo es comúnmente utilizado para buscar la
evidencia que incrimine a un sospechoso; sin embargo, esta evidencia puede ser excluida
por no seguir los conductos o protocolos regulares por parte de la autoridad estatal, que
utiliza dispositivos tecnológicos como el polígrafo. Por esta situación, es escasa la esperanza
de utilizar con validez el uso del polígrafo, por la vulneración de derechos constitucional y
convencionalmente amparados, además, de sus debilidades básicas46.
45 Taruffo, M. Narrativas judiciales. Revista de derecho (Valdivia), 20(1), 231-270. Extraído 08/03/2017 desde
http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-09502007000100010&lng=es&tlng=es. 10.4067/
S0718-09502007000100010. 2007.
46 Masip & Alonso. Verdades, mentiras y su detección: Aproximaciones verbales y psicofisiológicass. 2006.
47 “La discapacidad es un concepto que evoluciona y que resulta de la interacción entre las personas con
deficiencias y las barreras debidas a la actitud y al entorno que evitan su participación plena y efectiva en la sociedad,
en igualdad de condiciones con las demás, f) Reconociendo la importancia que revisten los principios y las directrices
de política que figuran en el Programa de Acción Mundial para los Impedidos y en las Normas Uniformes sobre la
Igualdad de Oportunidades para las Personas con Discapacidad como factor en la promoción, la formulación y la
evaluación de normas, planes, programas y medidas a nivel nacional, regional e internacional destinados a dar una
mayor igualdad de oportunidades a las personas con discapacidad, g) Destacando la importancia de incorporar las
cuestiones relativas a la discapacidad como parte integrante de las estrategias pertinentes de desarrollo sostenible,
h) Reconociendo también que la discriminación contra cualquier persona por razón de su discapacidad constituye
una vulneración de la dignidad y el valor inherentes del ser humano, i) Reconociendo además la diversidad de las
personas con discapacidad”. Organización de las Naciones Unidas. Convención sobre los derechos de las personas
con discapacidad. New York (USA). 2006.
LÓPEZ OLIVA, José
La exclusión de la prueba por la utilización del neuroderecho en procesos por responsabilidad médica 363
sentir, por lo que, hay que considerar el carácter integral o totalitario del sistema ético, tanto
en su forma de derecho como de moral”48.
En este orden de ideas, el paciente está llamado a obrar en derecho, pero a partir de la
ética, por ejemplo, al demandar el pago de la indemnización del daño emergente producido
por el evento adverso galénico: por una parte, el daño emergente está relacionado con todas
las erogaciones o gastos que ha sufrido la víctima, como consecuencia de una mala práctica
médica. Por otra parte, el lucro cesante hace referencia a lo dejado de percibir por la víctima
del daño médico sanitario, como resultado de la negligencia médica generadora de perjuicios
de este tipo.
48 Hay profesionales de la medicina que consideran lo siguiente: “Es un compromiso ético: si no se lee, no se está
aplicando el mejor conocimiento al paciente, y es en todos los niveles del proceso clínico; por ejemplo, a los pacientes
oncológicos hay que darles malas noticias con base en la clinimetría; no se le puede decir: me parece que usted si se
deja operar le puede suceder esto o aquello o es posible que su resultado sea bueno o malo. Esas palabras ya tienen
que desaparecer; ya hay un elemento numérico, calculado por investigación clínica, que siendo probabilístico es la
medida de la incertidumbre y es la más exacta aproximación a la verdad”. Rubiano, J. Clinimetría: un imperativo
moral del cirujano moderno Conferencia: Rafael Casas Morales 2012. rev. colomb. cir. [online]. 2012, vol.27, n.4.
ISSN 2011-7582. Bogotá. 2012. ; De Cupis, A. El Daño, Teoría General de la Responsabilidad civil. Traducción de
la segunda edición italiana por Ángel Martinez Sarrión. Barcelona: Editorial Bosch S.A. 1975.
49 En concordancia, es relevante la siguiente reflexión: “[…] que todo esto se puede comprobar y, por lo tanto,
que podemos localizar las zonas precisas y diversas en el cerebro en las que se produce el pensamiento sobre la
justicia y la toma de decisiones basadas en normas: ¿qué podríamos deducir de esto? Y, sobre todo, ¿de qué modo
incide esto en el debate entre teóricos puros y sociólogos?”. Van, I. Derecho y neurociencias Consecuencias de
los avances neurocientíficos para la imputación jurídica. Santiago de Chile: Instituto de Chile. 2014; Muñoz, J.
Evaluación de la Credibilidad mediante Indicadores Psicofisiológicos, Conductuales y Verbales. España: Colegio
Oficial de Psicólogos de Madrid. 2004.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
364 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
El juez es quien debe evitar cometer errores que pueden vulnerar el derecho a la justicia.
Es él quien dirige el interrogatorio de parte a la víctima del daño médico, con el objetivo de
establecer el perjuicio moral sufrido por ella; es el juez en razón de sus facultades legales y
constitucionales quien interpreta la norma, dirige el proceso judicial, aplica las sanciones en
caso de falsedades, ordena la práctica de pruebas de oficio y aprecia de manera integral los
indicios.
Sin embargo, al juez le está vedado realizar preguntas que impliquen una responsabilidad
penal al interrogado. Por ende, “[…] si la parte que está interrogando apunta a implicaciones
de tal naturaleza, así el cuestionamiento sea conducente, pertinente y útil, el juez, deberá
intervenir para informar al absolvente que no está obligado a responder, hallándose
constitucionalmente exonerado de decir la verdad”51 .
50 Taruffo, M. Narrativas judiciales. Revista de derecho (Valdivia), 20(1), 231-270. Extraído 08/03/2014 desde
http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-09502007000100010&lng=es&tlng=es. 10.4067/
S0718-09502007000100010. 2007.
51 Corte Constitucional de Colombia. Sentencia C-599-09. Demanda de inconstitucionalidad contra el artículo
208 (parcial) del Código de Procedimiento Civil, modificado por el artículo 21 de la Ley 794 de 2003. Referencia:
expediente D-7592. M.P. Nilson Pinilla Pinilla. Bogotá, D. C., veinte (20) de agosto de dos mil nueve, 2009.
52 “Se está en presencia de un nuevo sistema clasificatorio del daño que acepta la existencia de tres modalidades
del mismo: los patrimoniales, los morales y el biológico. Diferenciándose el biológico en cuanto al moral en la
medida en que el primero es la lesión en sí misma considerada, y otra diferente, son los sufrimientos, el dolor y los
afectos que de dicha lesión se pueden derivar, lo que constituiría el efecto o daño moral; sin embargo, ambos hacen
parte del daño no patrimonial, esto es, no susceptible de contenido económico” (Gil, p.10) “Desde esa perspectiva, se
insiste, el daño a la salud comprende toda la órbita psicofísica del sujeto. En consecuencia, la tipología del perjuicio
inmaterial se puede sistematizar de la siguiente manera: i) perjuicio moral; ii) daño a la salud (perjuicio fisiológico
o biológico); iii) cualquier otro bien, derecho o interés legítimo constitucional, jurídicamente tutelado que no esté
comprendido dentro del concepto de “daño corporal o afectación a la integridad psicofísica” y que merezca una
valoración e indemnización a través de las tipologías tradicionales como el daño a la vida de relación o la alteración
grave a las condiciones de existencia o mediante el reconocimiento individual o autónomo del daño (v.gr. el derecho
al buen nombre, al honor o a la honra; el derecho a tener una familia, entre otros), siempre que esté acreditada en el
proceso su concreción y sea preciso su resarcimiento, de conformidad con los lineamientos que fije en su momento
esta Corporación” (Consejo de Estado de Colombia, 2011). “El daño puede generar incapacidades en el paciente,
tales como paraplejias o cuadriplejias. Los Estados Partes reafirman el derecho inherente a la vida de todos los seres
humanos y adoptarán todas las medidas necesarias para garantizar el goce efectivo de ese derecho por las personas con
LÓPEZ OLIVA, José
La exclusión de la prueba por la utilización del neuroderecho en procesos por responsabilidad médica 365
La citada información negativa creada por el hecho médico generador de un daño puede
originar perjuicios psicológicos o psiquiátricos, donde el paciente, en el último caso, se
obliga a ingerir medicamentos; las medicinas son prescritas por un médico psiquiatra con el
propósito, por ejemplo, de elevar los niveles de serotonina en el cerebro alterados por el hecho
médico sanitario generador del daño. La serotonina es un conjunto de neurotransmisores
localizados en el sistema nervioso central, que son fundamentales en la variación de la
conducta del ser humano en sociedad, el manejo de las
discapacidad en igualdad de condiciones con las demás. El respeto por la diferencia y la aceptación de las personas
con discapacidad como parte de la diversidad y de la condición humanas; lo que supone también el derecho a nacer
diferente”. Organización de las Naciones Unidas. Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad.
New York (USA). 2006.
53 Cela & Marty. Caos Y Consciencia. Una Introducción Al Pensamiento de Walter J. Freeman. Giséle.
Universidad de las Islas Baleares: Psicothema, 1995. Vol. 7, ne 3. pp. 679-684 ISSN 0214 – 9915. 1995.
54 Trueta, Citlali, Cercós & Montserrat (Web 3). Regulación de la liberación de serotonina en distintos
compartimientos neuronales. Salud mental, 35(5), 435-443. Extraído 09/03/2017 desde http://www.scielo.org.mx/
scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-33252012000500011&lng=es&tlng=es. 2012.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
366 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Así las cosas, el paciente puede sufrir alteraciones en su sistema nervioso una vez
ocurrido el daño ocasionado por una mala praxis médica, que eleva el nivel de excitabilidad
en su comportamiento, es decir, la víctima sufre un perjuicio psicológico. Este es un perjuicio
que debe ser probado a través de peritos psiquiatras que establecen el trauma producido al
paciente; una vez identificado el trauma el juez procede a emparejar y valorar el monto de la
indemnización a imponer al prestador en salud, a favor del paciente que es víctima de este
tipo de perjuicio extrapatrimonial.
55 “[…] muestra un par de neuronas de Retzius formando una sinapsis en cultivo”. Trueta, Citlali, Cercós &
Montserrat (Web 3). Regulación de la liberación de serotonina en distintos compartimientos neuronales. Salud mental,
35(5), 435-443. Extraído 09/03/2017 desde http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-
33252012000500011&lng=es&tlng=es. 2012.
56 “[…] El balance entre la facilitación y la depresión cambia dependiendo de la frecuencia de disparo (Trueta
y De-Miguel, en preparación), pero en cualquier caso, un tren de diez impulsos produce la liberación de únicamente
unas decenas de vesículas de serotonina”. Trueta, Citlali, Cercós & Montserrat (Web 3). Regulación de la liberación
de serotonina en distintos compartimientos neuronales. Salud mental, 35(5), 435-443. Extraído 09/03/2017 desde
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-33252012000500011&lng=es&tlng=es. 2012.
LÓPEZ OLIVA, José
La exclusión de la prueba por la utilización del neuroderecho en procesos por responsabilidad médica 367
En conclusión, por un lado, el hecho de informar a los padres del que está por nacer de
manera inadecuada, o el abstenerse de hacerlo genera que ellos pierdan la oportunidad de
tener un hijo; por otro lado, el hecho de informar de manera errada acerca del estado de salud
del nasciturus generaría la pérdida de la posibilidad de acogerse a la despenalización parcial
del delito de aborto, hecho que, según la doctrina foránea, genera un daño que produce
perjuicios inmateriales, que deben ser reparados.
8. CONCLUSIONES
9. BIBLIOGRAFÍA
• López, G. Análisis del uso de detectores de mentiras. Argentina: El Cid Editor apuntes.
2009.
• López, N & Esteban, S, & Rodriguez, H. Inicio de la vida de cada ser humano ¿qué
hace humano el cuerpo del hombre? Cuadernos Bioética XXII. 2011/2ª.
• Organización de las Naciones Unidas. Convención sobre los derechos de las personas
con discapacidad. New York (USA). 2006.
• Rationality in Action, MIT Press. (trad. cast.: Razones para actuar, Barcelona, Círculo
de Lectores, 2000. En: Libertad y neurobiología, libre albedrío y neurobiología. 2001.
• Sanabria, H. Informe de ponencia para primer debate al proyecto de ley 048 de 2012
Cámara. Comisión primera constitucional, Cámara de Representantes, Congreso de
la República de Colombia. 2012.
Webgrafía
• Caraballo, J. Imagen extraída del blog de Javier Carballo. Extraído 25/02/2017 desde
http://elblogdejaviercaraballo.blogspot.com/search?q=pol%C3%ADgrafo 2011.
1. INTRODUCCIÓN
De esta forma, la justicia transicional se iría consolidando como instrumento útil para
aquellos Estados que han necesitado superar contextos de graves y masivas violaciones a los
derechos humanos, para lo cual han replicado herramientas judiciales y extrajudiciales. No
obstante, al examinar los diversos contextos donde ha sido aplicada la justicia transicional se
ha podido encontrar que no siempre la misma se ha utilizado con el propósito de fortalecer la
sociedad, superar los errores del pasado, evitando caer en los mismos, por el contrario, ha sido
tomada como herramienta para librar de responsabilidades a los principales perpetradores
de violaciones a los derechos humanos, llevando a que quienes se encuentran en principal
situación de vulnerabilidad -es decir, la víctimas- queden sin recursos a los que acudir para
lograr la reivindicación de sus derechos.
A partir del anterior contexto, se buscará plantear en las siguientes páginas los resultados
de una investigación que buscaba responder ¿cuál ha sido la postura jurisprudencial que ha
tenido la Corte Interamericana de Derechos Humanos frente a los principales componentes
de la justicia transicional? Para el desarrollo del problema jurídico antes mencionado se
establecerá el concepto y la relevancia de la justicia transicional, posteriormente se describirán
los principales elementos de la justicia transicional en relación con las víctimas, desde donde
se considerará, además, el rol que ha tenido el control de convencionalidad en el análisis de
dichos componentes por parte de la Corte Interamericana y finalmente se analizará el impacto
que ha tenido la posición jurisprudencial de este tribunal internacional en los ordenamientos
internos de los Estados americanos.
2. JUSTICIA TRANSICIONAL
Adentrarse en el estudio de la justicia transicional implica hallar una serie de encuentros y
desencuentros frente a qué significa la misma, cuál es su origen, su finalidad, sus mecanismos
de aplicación y su efectividad. Desde una perspectiva institucional, la Organización de
Naciones Unidas a través de su Secretario General, en un importante reporte del año 2004
indicó que la justicia transicional puede ser entendida como: “toda la variedad de procesos y
mecanismos asociados con los intentos de una sociedad por resolver los problemas derivados
de un pasado de abusos a gran escala, a fin de que los responsables rindan cuentas de sus
actos, servir a la justicia y lograr la reconciliación. Tales mecanismos pueden ser judiciales o
extrajudiciales y tener distintos niveles de participación internacional (o carecer por completo
de ella) así como abarcar el enjuiciamiento de personas, el resarcimiento, la búsqueda de la
verdad, la reforma institucional, la investigación de antecedentes, la remoción del cargo o
combinaciones de todos ellos”1.
1 Informe del Secretario General “El Estado de derecho y la justicia de transición en las sociedades que sufren
o han sufrido conflictos”. S/2004/616, August 23, 2004.
SÁNCHEZ VALLEJO, Juliana
Justicia Transicional y Control de Convencionalidad: Posición Jurisprudencial de la 377
Corte Interamericana Frente a la Verdad, la Justicia y la Reparación
Asimismo, se trata de un concepto que encuentra una estrecha relación con los procesos de
construcción y mantenimiento de la paz, Paul Van Zyl lo plantea en los siguientes términos:
“La justicia transicional se entiende como el esfuerzo por construir paz sostenible tras un
período de conflicto, violencia masiva o violación sistemática de los derechos humanos. El
objetivo de la justicia transicional implica llevar a juicio a los perpetradores, revelar la verdad
acerca de crímenes pasados, brindar reparaciones a las víctimas, reformar las instituciones
abusivas y promover la reconciliación”3.
Por otro lado, frente al origen del concepto suele vincularse como primeros referentes el
período de las Guerras Mundiales, sin embargo, su consolidación es relativamente reciente,
la mayoría de la doctrina coincide al señalar “el período de finales de los ochenta y mediados
de los noventa como aquel en el que empezaba a surgir el campo”7 principalmente en los
países del cono sur de América8. Ahora bien, conviene señalar que se trata de un concepto
2 Ambos, Kai. El marco jurídico de la justicia transicional. En “Justicia de transición: Informes de América
Latina, Alemania, Italia y España”. Konrad Adenauer Stiftung. 2009.
3 Van Zyl, Paul. Promoviendo la justicia transicional en sociedades post conflicto. En Justicia Transicional:
Manual para América Latina. ICTJ. 2011.
4 Véase Guillermo O’Donnell y Philippe C. Schmitter, Transitions From Authoritarian Rule: Tentative Conclusions
About Uncertain Democracies 6 (1998) (en el cual definen la transición como el intervalo entre un régimen político
y otro).
5 Véase Transitional Justice: How Emerging Democracies Reckon With Former Regimes (Neil J. Kritz ed.,
1997) que contiene una recopilación útil.
6 Teitel, Ruti. Genealogía de la justicia transicional. En Justicia Transicional: Manual para América Latina.
ICTJ. 2011.
7 Arthur, Paige. Cómo las “transiciones” reconfiguraron los derechos humanos: una historia conceptual de la
justicia transicional. En Justicia Transicional: Manual para América Latina. ICTJ. 2011.
8 Ahora bien, esto no significa que no puedan encontrarse antecedentes incluso antiguos, en este sentido, Paige
Arthur manifiesta: “(…) Por dónde comenzar una historia del campo de la justicia transicional no es una cuestión fácil
de resolver. Se nos vienen a la mente los juicios, que sentaron precedente, realizados por los aliados a los criminales
de guerra nazis en Núremberg, o las políticas de derechos humanos del presidente argentino Alfonsín después de que
la junta militar acabara. Pero las medidas que nosotros asociamos con la justicia transicional, ciertamente, no son
nada nuevo. En Stay the Hand of Vengeance, Gary Bass repasa una historia de tribunales de crímenes de guerra de
por lo menos doscientos años de antigüedad. En Closing the Books: Transitional Justice in Historical Perspective,
Jon Elster ha escrito sobre juicios y purgas de hace más de dos mil años, durante las revueltas políticas en la antigua
Atenas (…)”. Arthur, Paige. Cómo las “transiciones” reconfiguraron los derechos humanos: una historia conceptual
de la justicia transicional. En Justicia Transicional: Manual para América Latina. ICTJ. 2011.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
378 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
que, de acuerdo con Ruti Teitel9 ha atravesado tres etapas de desarrollo: 1. Su origen, que
se remonta a la Primera Guerra Mundial, y expansión (internacionalismo) tras la Segunda
Guerra Mundial. 2. Una fase de auge local, presentada en el periodo de la posguerra fría a
partir de “la ola de transiciones hacia la democracia y modernización que comenzó en 1989”
y 3. Una fase de “estado estable, de la justicia transicional, está asociada con las condiciones
contemporáneas de conflicto persistente que echan las bases para establecer como normal un
derecho de la violencia”.
2.1. Verdad
9 Teitel, Ruti. Genealogía de la justicia transicional. En Justicia Transicional: Manual para América Latina.
ICTJ. 2011..
10 De Greiff, Pablo. Algunas reflexiones acerca del desarrollo de la Justicia Transicional. Disponible en: http://
corteidh.or.cr/tablas/r29408.pdf..
11 Ibidem.
12 Ibidem.
13 Ambos, Kai. El marco jurídico de la justicia transicional. En “Justicia de transición: Informes de América
Latina, Alemania, Italia y España”. Konrad Adenauer Stiftung. 2009.
14 Ibidem.
15 La doctrina reconoce el Protocolo Adicional a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949 relativo
a la protección de las víctimas de los conflictos armados internacionales (Protocolo I) como primer instrumento
internacional en consagrar el derecho a la verdad.
SÁNCHEZ VALLEJO, Juliana
Justicia Transicional y Control de Convencionalidad: Posición Jurisprudencial de la 379
Corte Interamericana Frente a la Verdad, la Justicia y la Reparación
Por otro lado, desde los sistemas regionales de protección de los derechos humanos
también se ha tratado el tema directa o indirectamente. Es así como, debe reconocerse que en
el Sistema Interamericano se ha estudiado y reconocido de manera más específica el derecho
a la verdad. Por su parte, “ni el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ni la Comisión
Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos se han referido explícitamente a la cuestión
del derecho a la verdad. No obstante, ambos órganos regionales de protección de derechos
humanos han abordado la cuestión del derecho de las familias a conocer la suerte corrida por
sus seres queridos”18.
Verdad y justicia transicional están íntimamente ligadas, pues esta última implica
que sea dada a conocer la verdad sobre lo sucedido. Esta finalidad puede cumplirse vía
judicial o extrajudicial, desde donde se puede reconstruir la realidad de múltiples casos que
juntos permitirán construir la memoria histórica, es decir, se garantiza la verdad desde las
dimensiones individual y colectiva.
La vía judicial como mecanismo de garantía del derecho a la verdad va de la mano con el
deber de los Estados de investigar, juzgar y sancionar a los responsables de las violaciones
a los derechos humanos para lo cual debe disponer de su aparato estatal. Por otro lado, los
mecanismos extrajudiciales pueden ser definidos por el mismo Estado, no obstante, el medio
más frecuente es la conformación de una Comisión de la Verdad, el cual ha sido ampliamente
16 En este sentido, pueden verse entre otros: Resolución No. 65/196 “Proclamación del 24 de marzo como Día
Internacional para el Derecho a la Verdad en relación con las Violaciones Graves de los Derechos Humanos y para la
Dignidad de las Víctimas”, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 27 de diciembre de 2010;
Resolución No. 2005/66, “El derecho a la verdad”, de 20 de abril de 2005 de la antigua Comisión de Derechos Humanos
de las Naciones Unidas; Resolución Nos. 9/11, “El derecho a la verdad”, de 24 de septiembre de 2008; Resolución
AG/RES. 2662 (XLI-O/11), “El Derecho a la Verdad”, adoptada por la Asamblea General de la Organización de los
Estados Americanos, el 7 de junio de 2011; Informe del Relator Especial sobre la independencia de los magistrados
y abogados, Leandro Despouy. “Administración de Justicia y derecho a la verdad” y Grupo de trabajo sobre las
desapariciones forzadas o involuntarias de las Naciones Unidas. “Comentario General sobre el derecho a la verdad
en relación con las desapariciones forzadas”.
17 Informe final revisado acerca de la cuestión de la impunidad de los autores de violaciones de los derechos
humanos (derechos civiles y políticos) preparado por el Sr. L. Joinet de conformidad con la resolución 1996/119 de
la Subcomisión, documento de las Naciones Unidas E/CN.4/ Sub.2/1997/20/Rev.1 de 2 de octubre de 1997, párr. 17.
18 Comisión colombiana de juristas. Derecho a la verdad y derecho internacional. Bogotá, 2012.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
380 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
recomendado por las Naciones Unidas19 y aplicado en múltiples casos, estimándose que para
el año 2005 existían cerca de 40 alrededor del mundo20. En general, estas han tenido un efecto
positivo al “contribuir a refutar las mentiras oficiales y los mitos relativos a las violaciones
de los derechos humanos”21.
Pese a que hoy en día la conformación de una Comisión de la Verdad sea vista como un
medio en apariencia efectivo para la reconstrucción de la memoria histórica, debe tenerse
en cuenta que se requieren condiciones mínimas para poder investigar en circunstancias
imparciales, pues, por ejemplo, si existen normas que impiden auscultar determinado grupo
de personas, probablemente los resultados que presente no logren evidenciar la realidad de lo
sucedido. Es por lo anterior que Paul Van Zyl afirmó en el caso de la Comisión de la Verdad
de Sierra Leona que el que “haya logrado algunos resultados se puede atribuir en parte al
hecho de que no se haya respetado la amnistía general incluida en el acuerdo y a que se haya
creado la Corte Especial de Sierra Leona para enjuiciar a quienes cargaban con la mayor
responsabilidad por las violaciones de los derechos humanos. Si esto no hubiera sucedido,
la Comisión habría funcionado en un clima de absoluta impunidad y habría sido vista como
un intento inadecuado por disfrazar o compensar este hecho, por parte de los signatarios del
Acuerdo de Paz de Lomé”22.
2.2. Justicia
Los estudios sobre la justicia transicional han llevado al análisis del concepto de justicia
desde nuevas y controversiales posturas, pues lleva consigo “una idea de responsabilidad y
equidad (fairness) en la protección y vindicación de derechos y la prevención y castigo de
infracciones. Justicia implica consideración de los derechos del acusado, de los intereses
de las víctimas y del bienestar de la sociedad a largo plazo. Es un concepto arraigado en
todas las culturas y tradiciones nacionales y, aunque su administración implica usualmente
mecanismos judiciales formales, son igualmente relevantes mecanismos tradicionales de
resolución de conflictos”23. Desde esta perspectiva, el concepto de justicia va más allá
de los juicios penales y debe incluir otros mecanismos. No obstante, lo anterior, diversas
investigaciones demuestran que en su mayoría las víctimas ven realizada esta dimensión de
19 Osuna Patiño, Néstor y Páez Ramírez, Manuel. Fundamento convencional y alcance de los derechos de las
víctimas de graves violaciones a los derechos humanos. Universidad Externado de Colombia.
20 Comisión de Derechos Humanos. Estudio sobre el derecho a la verdad. Informe de la Oficina del Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Documento E/CN.4/2006/91, 9 de enero de
2006, párr. 50.
21 Al respecto Van Zyl también menciona que: “Las comisiones brindan a las víctimas una voz en el discurso
público y los testimonios de estas pueden. El testimonio de las víctimas en Sudáfrica ha hecho imposible negar que la
tortura era tolerada oficialmente y que se dio de manera extendida y sistemática. Las comisiones de Chile y Argentina
refutaron la mentira según la cual los opositores al régimen militar habían huido de esos países o se habían escondido
y lograron establecer que los opositores habían sido “desaparecidos” y asesinados por miembros de las fuerzas de
seguridad como parte de una política oficial. Darles una voz oficial a las víctimas también puede ayudar a reducir sus
sentimientos de indignación e ira”. Van Zyl, Paul. Promoviendo la justicia transicional en sociedades post conflicto.
En Justicia Transicional: Manual para América Latina. ICTJ. 2011.
22 Van Zyl, Paul. Promoviendo la justicia transicional en sociedades post conflicto. En Justicia Transicional:
Manual para América Latina. ICTJ. 2011.
23 Ambos, Kai. El marco jurídico de la justicia transicional. En “Justicia de transición: Informes de América
Latina, Alemania, Italia y España”. Konrad Adenauer Stiftung. 2009.
SÁNCHEZ VALLEJO, Juliana
Justicia Transicional y Control de Convencionalidad: Posición Jurisprudencial de la 381
Corte Interamericana Frente a la Verdad, la Justicia y la Reparación
El uso de las amnistías ciertamente genera opiniones divididas26, hay quienes las ven
como un medio para la pacificación, la reconciliación y la construcción de una democracia
(tal como en su momento fue vista la amnistía en Uruguay, que fue aprobada dos veces por
el pueblo), mientras que otros sectores las ven como un obstáculo para la justicia y, por ende,
para la democracia.
24 Al respecto Kai Ambos indica que: “De acuerdo con Kiza, Rathgeber y Rohne (nota 5), p. 97, cuadro 18, el
79% de las víctimas entrevistadas en Afganistán, Bosnia y Herzegovina, Camboya, Croacia, República Democrática
del Congo, Israel, Kosovo, la antigua República Yugoslava de Macedonia, los territorios palestinos, Filipinas y
Sudán deseaban la persecución de los autores. El 68% de los entrevistados querían que los autores fueran juzgados y
sentenciados a la pena de muerte (el 4%), a la prisión (el 36%) o a una sanción monetaria (el 45%)”.
25 Memorándum Promotion of National Unity and Reconciliation Bill (“Carta para la Promoción de la Unidad
Nacional y la Reconciliación”) de 1995, ‹www.doj.gov.za/trc/legal/b30_95.htm›, p. 230...
26 Cantón, Santiago. Leyes de amnistía. En Justicia Transicional: Manual para América Latina. ICTJ. 2011.
27 Méndez, Juan. Responsabilización por los abusos del pasado. En Justicia Transicional: Manual para América
Latina. ICTJ. 2011.
28 Artículos 6 a 8 de la CPI.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
382 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Pues bien, no puede olvidarse que “el interés justicia ha de ser complementado con los
derechos de las víctimas de los crímenes internacionales nucleares (…); estos derechos van
mucho más allá de la persecución penal e incluyen, además del derecho a la justicia, los
derechos a la verdad y reparación en sentido amplio (…). Por otro lado, otra consecuencia
del concepto amplio de justicia es que deben ser desarrolladas y aplicadas alternativas a la
persecución penal (…), en particular comisiones de la verdad (efectivas) (...). Sin embargo,
las medidas alternativas, en general, solo pueden complementar y no sustituir a la justicia
penal (…). Para eso, deben ofrecer una vía alternativa seria para afrontar el pasado y, como
tal, deben tomar en consideración efectivamente el interés de las víctimas (…). En última
instancia, la admisibilidad de limitaciones al interés de justicia depende del resultado de
un complejo proceso de ponderación de los intereses en conflicto que es llevado a cabo a
través de un test de proporcionalidad de tres niveles (...). Este test conduce, en su tercera fase
de la proporcionalidad stricto sensu, a algunas importantes limitaciones (ratione materiae
y personae) y exigencias (especialmente, alguna forma de responsabilidad) que deben ser
tenidas en cuenta para evaluar la admisibilidad de las medidas de exención (…). De ello se
sigue un enfoque bifurcado en cuanto a la admisibilidad de amnistías (...): Por un lado, las
amnistías absolutas (blanket amnesties) son generalmente inadmisibles (enfoque estricto),
dado que su objetivo primario es sepultar por completo crímenes pasados a través de prohibir
toda investigación (...); por el otro, las amnistías condicionales (“responsables”) son, en
principio, admisibles (enfoque flexible), dado que —a diferencia de las amnistías generales—
no eximen automáticamente de castigo a los autores, sino que condicionan la exención a
la ejecución de ciertos actos o concesiones por el beneficiario; por ejemplo, a la promesa
incondicional de deponer las armas, la satisfacción de legítimas exigencias de las víctimas,
en particular, una completa revelación de los hechos, el reconocimiento de responsabilidad
y el arrepentimiento (...) otras exenciones plenas (autoamnistías absolutas, amnistías
condicionales sin una Comisión de la Verdad) no pasarán el test de complementariedad (…).
En caso de exenciones parciales —por ejemplo, una atenuación considerable del castigo a
cambio de desmovilización y cooperación plena— la admisibilidad en el sentido del artículo
17 depende de la medida en que el respectivo proceso satisfaga el interés de justicia —por
ejemplo, empleando mecanismos alternativos de justicia, en particular una CVR efectiva y/o
sanciones no punitivas”29.
A partir de lo anterior, es claro que las amnistías no son admisibles en todos los casos, es
más, en muchas circunstancias se han convertido en un factor que promueve la impunidad,
por ello, durante la II Conferencia Mundial de Derechos Humanos (1993) se exhortó a
los Estados a “derogar la legislación que favorezca la impunidad de los responsables de
violaciones graves de los derechos humanos, (...) y sancionar esas violaciones (...)”30.
¿Qué debe entonces hacer un Estado ante un escenario donde se hallan crímenes
internacionales o graves violaciones a los derechos humanos? De acuerdo con Juan Méndez,
quien ha sido relator especial en Naciones Unidas, el Estado debe tomar las medidas necesarias
29 Ambos, Kai. El marco jurídico de la justicia transicional. En “Justicia de transición: Informes de América
Latina, Alemania, Italia y España”. Konrad Adenauer Stiftung. 2009.
30 Naciones Unidas, Declaración y Programa de Acción de Viena (1993), parte II, párr. 60.
SÁNCHEZ VALLEJO, Juliana
Justicia Transicional y Control de Convencionalidad: Posición Jurisprudencial de la 383
Corte Interamericana Frente a la Verdad, la Justicia y la Reparación
para investigar, juzgar y sancionar a los perpetradores de los crímenes, separándolos de los
cargos de autoridad -si es que los ocupan-. Además, deben garantizar el derecho a la verdad
en favor de las víctimas, ofreciéndoles las reparaciones a que haya lugar31. Para Méndez, un
punto que no puede olvidarse es que la selectividad es inevitable, pues “ningún sistema de
justicia en el mundo pretende que se sancione a todos y cada uno de los casos de conducta
anti normativa”32, por tanto, la selectividad podrá ser vista con buenos ojos “siempre y
cuando las reglas sean claras y no discriminen sobre la base de una categoría prohibida”, por
supuesto, también deberán ser “razonables y claras para el público y no sujetas a cambios
para favorecer las necesidades políticas del momento o para aliviar presiones sobre los líderes
democráticos”.
2.3. Reparación
Sin duda, una vez se encuentra la responsabilidad internacional del Estado, quienes
son víctimas del hecho dañino deben ser reparadas, ahora bien, ¿qué debe entenderse por
reparación? De acuerdo con Pablo de Greiff, “el término se emplea en un sentido amplio
para referirse a todas aquellas medidas que se pueden adoptar para resarcir los diversos tipos
de daño que puedan haber sufrido las víctimas como consecuencia de ciertos crímenes33”34.
La reparación trae consigo una serie de retos que todo Estado debe afrontar para lograr tal
objetivo, entre ellos, determinar los criterios para que una persona sea considerada víctima,
tras lo cual habrá que identificarlas, estableciendo las medidas que habrán de implementarse
respecto de ellas, en consideración a los recursos (o la falta de estos) que posea el Estado.
Según la doctrina propia del derecho internacional, la reparación incluye medidas de
restitución, rehabilitación, compensación, satisfacción y garantías de no repetición35.
Vale agregar que las medidas para resarcir los daños pueden darse a través de distintos
mecanismos, el más usual o tradicional, de acuerdo con Cristian Correa es el de la adjudicación
judicial, a través del cual “las víctimas demandan a tribunales la obtención de una reparación
a la totalidad de los daños y sufrimiento padecidos”36, esto supondrá, como es lógico, que la
víctima deberá tener un rol activo en el proceso, a fin de que se acceda a sus pretensiones.
31 Méndez, Juan. Responsabilización por los abusos del pasado. En Justicia Transicional: Manual para América
Latina. ICTJ. 2011.
32 Ibidem.
33 Véanse los textos de Falk (cap. 13) y Carrillo (cap. 14) en The Handbook of Reparations, Pablo de Greiff, ed.
ICTJ (Oxford: Oxford University Press, 2006). Véanse también los artículos que aparecen en State Responsibility
and the Individual: Reparation in Instances of Grave Violations of Human Rights, Albrecht Randelzhofer y Christian
Tomuschat, eds. (La Haya: Martinus Nijhoff Publishers, 1999).
34 De Greiff, Pablo. Justicia y reparaciones. En Justicia Transicional: Manual para América Latina. ICTJ. 2011.
35 Ibidem.
36 Correa, Cristián. Programas de reparación para violaciones masivas de derechos humanos: lecciones de las
experiencias de Argentina, Chile y Perú. En Justicia Transicional: Manual para América Latina. ICTJ. 2011.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
384 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
esfuerzo por llegar a todas las víctimas a través de acciones que reparen, en lo máximo
posible, las secuelas del daño, y en garantizar que estas violaciones no volverán a cometerse.
Esto se traduce, normalmente, en políticas de verdad, justicia, reparación y garantías de no
repetición. Ellas se apoyan unas a otras, pues difícilmente las víctimas se sentirán reparadas
mediante la entrega de bienes materiales si no hay un reconocimiento de los hechos, de las
responsabilidades o si no se modifican las estructuras que las hicieron posibles”37.
3. JURISPRUDENCIA INTERAMERICANA
37 Ibidem.
38 Ibidem.
39 Van Zyl, Paul. Promoviendo la justicia transicional en sociedades post conflicto. En Justicia Transicional:
Manual para América Latina. ICTJ. 2011.
SÁNCHEZ VALLEJO, Juliana
Justicia Transicional y Control de Convencionalidad: Posición Jurisprudencial de la 385
Corte Interamericana Frente a la Verdad, la Justicia y la Reparación
Cuando se habla de autoamnistías, estas pueden ser entendidas como aquellas “expedidas
a favor de quienes ejercen la autoridad y por éstos mismos”, y difieren de las amnistías,
dado que estas “resultan de un proceso de pacificación con sustento democrático y alcances
razonables, que excluyen la persecución de conductas realizadas por miembros de los diversos
grupos en contienda, pero dejan abierta la posibilidad de sancionar hechos gravísimos, que
ninguno de aquéllos aprueba o reconoce como adecuados”40.
Así, pues, a continuación, se desarrollarán algunos de los principales casos en los que la
Corte ha estudiado contextos de transición:
La Corte antes de esta sentencia había tratado sucintamente la problemática que supone
la presencia de amnistías o autoamnistías para la consecución del deber de investigar, juzgar
y sancionar a los responsables de violaciones a los derechos humanos, punto que es esencial
para lograr la realización de los derechos de las victimas a la verdad, la justicia y la reparación,
así puede verse en la Sentencia sobre reparaciones del Caso Castillo Páez (1998) y en la
Sentencia acerca de reparaciones del Caso Loayza Tamayo (1998). Sin embargo, es con esta
40 Voto concurrente del juez Sergio García Ramírez en la sentencia del caso Barrios Altos Vs. Perú.
41 Corte IDH. Caso Gomes Lund y otros (“Guerrilha do Araguaia”) Vs. Brasil. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de noviembre de 2010. Serie C No. 219.
42 Este caso analiza hechos ocurridos el 3 de noviembre de 1991. La Corte encontró responsable al Estado del
Perú por la muerte y lesiones de un grupo de personas por parte de agentes militares, así como la falta de investigación
y sanción de los responsables de los hechos.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
386 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
sentencia que este Tribunal marca un antes y un después dentro del Sistema Interamericano
al afirmar que tales normas no pueden permitirse a la luz de la Convención, exponiéndolo en
los siguientes términos:
“(…) 41. Esta Corte considera que son inadmisibles las disposiciones de
amnistía, las disposiciones de prescripción y el establecimiento de excluyentes
de responsabilidad que pretendan impedir la investigación y sanción de los
responsables de las violaciones graves de los derechos humanos tales como la
tortura, las ejecuciones sumarias, extralegales o arbitrarias y las desapariciones
forzadas, todas ellas prohibidas por contravenir derechos inderogables reconocidos
por el Derecho Internacional de los Derechos Humanos. (…)
Por otro lado, en la sentencia de interpretación de este caso, la Corte precisa un aspecto
que generaría un precedente interamericano importante sobre el control de convencionalidad
frente a las leyes de amnistía y es que la decisión de erradicar las autoamnistías, despojándolas
de toda validez jurídica, no se generaba con un mero efecto inter partes, referido solo al caso
concreto -Barrios Altos-, sino que iba más allá, teniendo efectos generales o erga omnes
43 De allí que el juez García Ramírez indique en escritos posteriores que el ejercicio del control de convencionalidad
ha estado presente de manera constante en la jurisprudencia, aunque no se hubiese dado aún tal nombre.
SÁNCHEZ VALLEJO, Juliana
Justicia Transicional y Control de Convencionalidad: Posición Jurisprudencial de la 387
Corte Interamericana Frente a la Verdad, la Justicia y la Reparación
para cualquier otra investigación que se viera obstaculizada por las leyes de amnistía en el
Perú, lo cual se traducía en la eliminación de dicha norma del ordenamiento, sobre todo
teniendo en cuenta que según la normatividad peruana la decisión de la Corte hacía parte del
ordenamiento interno, por tanto, fue la Corte misma quien eliminó -por vía directa- las leyes
de amnistía del Perú. Esto, por supuesto, generó un hondo impacto pues fueron reabiertos un
sinnúmero de casos, archivados muchos años atrás. Además, representó un triunfo para los
derechos humanos, que, no obstante, entró en conflicto con los defensores de la seguridad
jurídica, dado que cientos de personas cuyos procesos habían sido archivados décadas atrás
estaban siendo juzgados en su vejez por los crímenes de su juventud, cuando en apariencia
ya existía una decisión frente a los mismos.
Fue esta la consecuencia que trajo el que la Corte hubiese considerado que “la promulgación
de una ley manifiestamente contraria a las obligaciones asumidas por un Estado parte en la
Convención constituye per se una violación de ésta y genera responsabilidad internacional
del Estado. En consecuencia, dada la naturaleza de la violación constituida por las leyes de
amnistía No. 26479 y No. 26492, lo resuelto en la sentencia de fondo en el caso Barrios Altos
tiene efectos generales, y en esos términos debe ser resuelto el interrogante formulado en la
demanda de interpretación presentada por la Comisión”.
Ahora bien, es necesario distinguir dos momentos dentro del análisis que realiza la Corte
respecto del incumplimiento del artículo 2. Una vez el Tribunal constata la existencia de una
ley de amnistía que lleva a que los responsables de violaciones a los derechos humanos no
puedan ser investigados, juzgados y sancionados, entiende que desde el momento en que se
44 El caso se refiere a la responsabilidad internacional del Estado por la desaparición forzada y ejecución
extrajudicial de diez personas por parte de agentes militares, así como por la falta de investigación y sanción de los
responsables, de hechos presentados el 22 de mayo de 1991, en la Universidad Nacional Enrique Guzmán y Valle-
La Cantuta.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
388 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
El caso La Cantuta Vs. Perú resulta interesante puesto que se encontró que el Estado
había adecuado su ordenamiento interno tras la sentencia Barrios Altos, y, por tanto, solo
habría incumplido el artículo 2 en un primer momento:
“189. (...) [L]a Corte concluye que, durante el período en que las leyes de amnistía
fueron aplicadas en el presente caso (...), el Estado incumplió su obligación de adecuar
su derecho interno a la Convención contenida en el artículo 2 de la misma, en relación
con los artículos 4, 5, 7, 8.1, 25 y 1.1 del mismo tratado, en perjuicio de los familiares.
A su vez, no ha sido demostrado que, posteriormente y en la actualidad, el Estado haya
incumplido con dichas obligaciones contenidas en el artículo 2 de la Convención, por
haber adoptado medidas pertinentes para suprimir los efectos que en algún momento
pudieron generar las leyes de amnistía, declaradas incompatibles ab initio con la
Convención en el caso Barrios Altos. Tal como fue señalado (...), dicha decisión se
revistió de efectos generales. En consecuencia, dichas “leyes” no han podido generar
efectos, no los tienen en el presente ni podrán generarlos en el futuro (…)”
Por otro lado, frente al control de convencionalidad, ¿qué implica este para un Estado? la
Corte precisó en esta sentencia que el contenido del artículo 2 conlleva a “i) la supresión de las
normas y prácticas de cualquier naturaleza que entrañen violación a las garantías previstas en
la Convención o que desconozcan los derechos allí reconocidos u obstaculicen su ejercicio, y
ii) la expedición de normas y el desarrollo de prácticas conducentes a la efectiva observancia
de dichas garantías45. El Tribunal ha entendido que la obligación de la primera vertiente
se incumple mientras la norma o práctica violatoria de la Convención se mantenga en el
ordenamiento jurídico46 y, por ende, se satisface con la modificación47, la derogación, o de
algún modo anulación48, o la reforma49 de las normas o prácticas que tengan esos alcances,
según corresponda”.
En cuanto al derecho a la verdad, puede apreciarse el importante rol que cumplen las
Comisiones de la Verdad dentro de los procesos de construcción de la memoria histórica.
Es así que el análisis de contexto que realiza la Corte se basa en muchas de las conclusiones
45 Cfr. Caso Almonacid Arrellano y otros, supra nota 6, párr. 118; Caso Ximenes Lopes, supra nota 6, párr. 83,
y Caso “La Última Tentación de Cristo” (Olmedo Bustos y otros). Sentencia de 5 de febrero de 2001. Serie C No.
73, párr. 85.
46 Cfr. Caso “La Última Tentación de Cristo” (Olmedo Bustos y otros), supra nota 142, párrs. 87 a 90.
47 Cfr. Caso Fermín Ramírez, supra nota 128, párrs. 96 a 98, y Caso Hilaire, Constantine y Benjamin y otros.
Sentencia de 21 de junio de 2002. Serie C No. 94, párr. 113.
48 Cfr. Caso Caesar. Sentencia de 11 de marzo de 2005. Serie C No. 123, párrs. 91, 93 y 94.
49 Cfr. Caso Almonacid Arrellano y otros, supra nota 6, párr. 118, y Caso Raxcacó Reyes, supra nota 128, párr. 87.
SÁNCHEZ VALLEJO, Juliana
Justicia Transicional y Control de Convencionalidad: Posición Jurisprudencial de la 389
Corte Interamericana Frente a la Verdad, la Justicia y la Reparación
que la Comisión de la Verdad y Reconciliación del Perú estableció frente a las violaciones
a los derechos humanos entre 1989 y 1992, entre ellas, que la práctica de ejecuciones
extrajudiciales se extendieron al territorio nacional, volviéndose “más selectivas y se
practicaron en combinación con otras formas de eliminación de personas sospechosas de
participar, colaborar o simpatizar con las organizaciones subversivas, como la práctica de
desaparición forzada de persona”. Además, “los miembros de las Fuerzas Armadas son
aquellos a quienes se les atribuye la mayor proporción (más del 60%) de las víctimas de
desaparición forzada causada por agentes estatales”50.
“190. (…) [L]a Corte observa que la aplicación de la Ley de Justicia y Paz se
encuentra en una primera etapa de actos procesales relacionados con la recepción de
versiones libres de algunas personas desmovilizadas. En una segunda etapa futura se
determinará si los desmovilizados que se han postulado cumplen o no los requisitos
de elegibilidad para acceder a los beneficios respectivos. (…)
50 Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, 2003, Tomo VI, “Patrones en la Perpetración
de los Crímenes y Violaciones a los Derechos Humanos”, págs. 79 a 81...
51 El caso se refiere a la responsabilidad internacional del Estado por la falta de investigación de la ejecución
extrajudicial de doce personas, y las lesiones de tres, por parte de grupos paramilitares, así como la falta de investigación
y sanción de los responsables de los hechos. En este caso la Corte encontró que “el Estado permitió la colaboración
y participación de particulares en la realización de ciertas funciones (tales como patrullaje militar de zonas de orden
público, utilizando armas de uso privativo de las fuerzas armadas o en desarrollo de actividades de inteligencia
militar), que por lo general son de competencia exclusiva del Estado y donde éste adquiere una especial función de
garante. En consecuencia, el Estado es directamente responsable, tanto por acción como por omisión, de todo lo que
hagan estos particulares en ejercicio de dichas funciones, más aún si se tiene en cuenta que los particulares no están
sometidos al escrutinio estricto que pesa sobre un funcionario público respecto al ejercicio de sus funciones. (…)”.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
390 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
194. Los Estados tienen el deber de iniciar ex officio, sin dilación y con debida
diligencia, una investigación seria, imparcial y efectiva, tendiente a establecer
plenamente las responsabilidades por las violaciones. Para asegurar este fin es
necesario, inter alia, que exista un sistema eficaz de protección de operadores de
justicia, testigos, víctimas y sus familiares. (…) En tal sentido, son inadmisibles las
disposiciones que impidan la investigación y eventual sanción de los responsables de
estas graves violaciones.
En relación con el derecho a la verdad, la Corte recordó que esta tiene dos dimensiones.
Desde la esfera individual debe garantizar “que las víctimas y sus familiares conozcan las
causas y los responsables de la violación a sus derechos humanos”52, preferiblemente a través
de una investigación judicial, seria e imparcial53, donde las víctimas “puedan formular sus
pretensiones y presentar elementos probatorios y que éstos sean analizados de forma completa
y seria por las autoridades antes de que se resuelva sobre hechos, responsabilidades, penas y
reparaciones”54. Por otro lado, desde la dimensión colectiva, en esta sentencia la Corte reitera
que “la satisfacción de la dimensión colectiva del derecho a la verdad exige la determinación
procesal de la más completa verdad histórica posible, lo cual incluye la determinación
judicial de los patrones de actuación conjunta y de todas las personas que de diversas formas
participaron en dichas violaciones y sus correspondientes responsabilidades”.
En relación con las medidas de reparación, la Corte destacó que “el Estado tiene el
deber ineludible de reparar de forma directa y principal aquellas violaciones de derechos
humanos de las cuales es responsable, según los estándares de atribución de responsabilidad
internacional y de reparación establecidos en la jurisprudencia de esta Corte”, para ello,
debe evitar poner a las victimas cargas procesales excesivas que impidan su reparación.
En este mismo sentido, hizo referencia a las medidas tomadas a través de la jurisdicción
52 Corte IDH. Caso Myrna Mack Chang Vs. Guatemala. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 25 de
noviembre de 2003. Serie C No. 101.
53 Ibidem.
54 Corte IDH. Caso de la Masacre de La Rochela Vs. Colombia. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de
11 de mayo de 2007. Serie C No. 163.
SÁNCHEZ VALLEJO, Juliana
Justicia Transicional y Control de Convencionalidad: Posición Jurisprudencial de la 391
Corte Interamericana Frente a la Verdad, la Justicia y la Reparación
El caso Gelman Vs. Uruguay ha sido especialmente relevante, por muchos aspectos,
entre ellos, afronta el debate entre la prevalencia de los derechos humanos sobre las
decisiones democráticas, desarrolla el control de convencionalidad y su ejercicio por todas
las autoridades estatales y más aún, se trata de un caso en el que podría considerar que existió
una “protección a la dimensión colectiva de la verdad” cuando ordena al Estado, a petición de
los representantes de las víctimas, garantizar a todos los ciudadanos el acceso a los archivos
públicos, de forma que “todo el pueblo uruguayo pueda conocer la verdad de los hechos
ocurridos durante la época del terrorismo de Estado”55.
La novedad que representa este caso es el análisis que realiza la Corte de las condiciones
en las que debe darse la verdad, la justicia y la reparación dentro del contexto de un conflicto
armado no internacional. Al respecto, habría que aclarar que a pesar de que la Corte no
puede declarar las infracciones al Derecho Internacional Humanitario, esta ha entendido
que no puede dejar de lado los instrumentos internacionales que son aplicables cuando el
Estado se encuentra en un conflicto no internacional, circunstancia desde la cual examinará
el respeto y garantía de los derechos humanos. Dado lo anterior, la Corte estableció el alcance
de las normas de la CADH en el conflicto salvadoreño partiendo de tratados tales como los
Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949 y en particular el artículo 3 común a los
cuatro convenios, el Protocolo II adicional a los Convenios de Ginebra de 1949 relativo a
la protección de las víctimas de los conflictos armados sin carácter internacional del 8 de
junio de 1977 y el derecho internacional humanitario consuetudinario, “como instrumentos
complementarios y habida consideración de su especificidad en la materia”.
286. (…) [E]n el Derecho Internacional Humanitario una obligación de los Estados
de investigar y juzgar crímenes de guerra. Por esta razón, “las personas sospechosas
o acusadas de haber cometido crímenes de guerra, o que estén condenadas por ello”
no podrán estar cubiertas por una amnistía. Por consiguiente, puede entenderse que
el artículo 6.5 del Protocolo II adicional está referido a amnistías amplias respecto de
quienes hayan participado en el conflicto armado no internacional o se encuentren
privados de libertad por razones relacionadas con el conflicto armado, siempre que no
se trate de hechos que, como los del presente caso, cabrían en la categoría de crímenes
de guerra e, incluso, en la de crímenes contra la humanidad.
55 Osuna Patiño, Néstor y Páez Ramírez, Manuel. Fundamento convencional y alcance de los derechos de las
víctimas de graves violaciones a los derechos humanos. Universidad Externado de Colombia.
56 El caso se refiere a la responsabilidad internacional del Estado por un operativo militar efectuados entre
el 11 y el 13 de diciembre de 1981, en siete localidades del norte del Departamento de Morazán, en las cuales
aproximadamente un millar de personas habrían perdido la vida, así como por la falta de investigación de los hechos
y sanción a los responsables.
SÁNCHEZ VALLEJO, Juliana
Justicia Transicional y Control de Convencionalidad: Posición Jurisprudencial de la 393
Corte Interamericana Frente a la Verdad, la Justicia y la Reparación
288. De lo antes descrito se colige que la lógica del proceso político entre las partes
en conflicto, que llevó al cese de las hostilidades en El Salvador, imponía la obligación
a cargo del Estado de investigar y sancionar a través de “la actuación ejemplarizante”
de los tribunales de justicia ordinarios al menos las graves violaciones de derechos
humanos que estableciera la Comisión de la Verdad, de modo tal que no quedaran
impunes y se evitara su repetición.
Respecto al deber de investigar, la Corte recalcó que “248. El deber de investigar es una
obligación de medios y no de resultado, que debe ser asumida por el Estado como un deber
jurídico propio y no como una simple formalidad condenada de antemano a ser infructuosa, o
como una mera gestión de intereses particulares, que dependa de la iniciativa procesal de las
víctimas, de sus familiares o de la aportación privada de elementos probatorios. 249. De igual
modo, dicho deber impone la remoción de todo obstáculo de jure y de facto que impida la
investigación y juzgamiento de los hechos y, en su caso, la sanción de todos los responsables
de las violaciones declaradas, así como la búsqueda de la verdad. (…)”.
No sobra agregar que este deber de investigar no es de iniciativa privada, es decir, las
graves violaciones a los derechos humanos deben ser investigados oficiosamente por el
Estado, en consecuencia, se trata de un deber que no puede ser trasladado a las víctimas.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
394 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
4. CONCLUSIONES
En este sentido, ha explicado respecto al derecho a la verdad, que tiene dos dimensiones:
una individual, que puede ser alcanzada de manera eficiente a través de las investigaciones
judiciales que deben ser iniciadas ex officio por el Estado; y una dimensión colectiva que
implica que la sociedad tiene el derecho a conocer su pasado y a construir su memoria
histórica, para lo cual juegan un rol importante las Comisiones de la Verdad.
Los estándares en esta materia se pueden sintetizar en los siguientes aspectos: los Estados
tienen el deber de respetar y garantizar los derechos establecidos en la Convención conforme
a los parámetros establecidos en los artículos 1 y 2 de la CADH, por tanto, deben superar
aquellos obstáculos que dentro del derecho interno les impidan el cumplimiento de sus
obligaciones internacionales, en especial si generan impunidad frente a graves violaciones a
los derechos humanos.
SÁNCHEZ VALLEJO, Juliana
Justicia Transicional y Control de Convencionalidad: Posición Jurisprudencial de la 395
Corte Interamericana Frente a la Verdad, la Justicia y la Reparación
Ahora bien, en cuanto al mecanismo que debe emplear cada Estado para modificar
su ordenamiento interno conforme a los parámetros de la Convención, la Corte no
especifica un camino en concreto, sino que deja la puerta abierta para que cada Estado
tome la mejor opción conforme a su ordenamiento interno. Esta postura si bien
puede parecer ambigua resulta racional si se consideran las múltiples variantes que
existen entre los ordenamientos internos de cada Estado Parte de la Convención. Si
se compara, pueden verse grandes diferencias entre la actitud tomada por Perú tras el
fallo del caso Barrios Altos y la de Uruguay tras la sentencia del caso Gelman. En el
primer caso, Perú optó por no realizar ninguna medida legislativa al considerar que
la decisión de la Corte de invalidar y dejar sin efectos jurídicos las leyes de amnistía
entraban por vía directa al ordenamiento jurídico y, por lo mismo, los organismos
jurisdiccionales reabrieron las investigaciones a que hubo lugar. Por otro lado, en el
caso de Uruguay, el Estado consideró que el proceso de adecuación legislativa era
mucho más complejo57, no solamente promulgó una ley y un decreto que buscaban
remover los obstáculos que representaba la ley de amnistía, sino que además, la
Suprema Corte de Justicia había declarado la inconstitucionalidad de la ley 18.831
-de amnistía-, no obstante, con la dificultad que tal declaratoria solo tenía efectos inter
partes, es decir, en el caso concreto que había sido sometido a la Suprema Corte, lo
cual significaba que si bien el Estado había realizado un esfuerzo significativo para
dar cumplimiento a la sentencia interamericana para ese momento “aún no era posible
medir el efecto real que estas decisiones han tenido en relación con la reapertura de las
investigaciones archivadas, ni en relación con el avance de aquellas que puedan estar
afectadas por alguna de las eximentes de responsabilidad”58.
Como colofón de lo anterior, las normas de autoamnistía no producen efectos jurídicos
según la Corte, es decir, ni para el pasado, presente o futuro. Más allá de eso, será cada Estado
el que deberá establecer las medidas pertinentes para que esa carencia de efectos sea realidad,
ya sea que implique una reforma legislativa, una nulidad, una derogación, una sentencia de
inconstitucionalidad, entre otros mecanismos. Claro está, la determinación de la invalidez de
estas normas no se aplica únicamente al caso concreto del que conoce la Corte sino desciende
a todos aquellos casos que se hayan visto obstaculizados por la misma. Esto es factible puesto
que la fuente de la violación a los derechos humanos se trata de una norma de alcance general
(ley), por tanto, la decisión interamericana debe tener el mismo alcance. Esta decisión no solo
genera que el Estado debe cumplir con sus obligaciones internacionales, sino que, además,
57 Así puede verse en la Resolución de Supervisión de cumplimiento de la sentencia del caso Gelman Vs. Uruguay.
58 Ibidem.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
396 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
lleva a que el mismo propenda porque las graves violaciones a los derechos humanos puedan
ser resueltas en sede interna.
1. INTRODUCCIÓN
* Capítulo de libro que expone resultados de investigación del proyecto titulado “Desafíos contemporáneos
para la protección de Derechos Humanos en escenarios de posconflicto desde enfoques interdisciplinarios”,
que forma parte de la línea de investigación Fundamentación e implementación de los Derechos Humanos, del
grupo de investigación Persona, Instituciones y Exigencias de Justicia, reconocido y categorizado como Tipo
A1 por COLCIENCIAS y registrado con el código COL0120899, vinculado al Centro de Investigaciones Socio
jurídicas (CISJUC), adscrito y financiado por la Facultad de Derecho de la Universidad Católica de Colombia.
** Abogado y especialista en Derecho Público de la Universidad Autónoma de Colombia, especialista y
Magister en Docencia e Investigación con énfasis en las ciencias jurídicas de la Universidad Sergio Arboleda
y Magister en Derecho de la misma casa de estudios, estudiante de Doctorado en Derecho en la línea de
investigación de Derecho Constitucional de la Universidad de Buenos Aires- Argentina. Docente Investigador
y Líder del grupo de investigación Persona, Instituciones y Exigencias de Justicia de la Universidad Católica
de Colombia. Contacto: jacubides@ucatolica.edu.co.
*** Estudiante de Derecho. Auxiliar de Investigación del Grupo de Investigación “Persona, Instituciones
y Exigencias de Justicia” e integrante del Semillero de Investigación “Observatorio de Justicia Constitucional
y Derechos Humanos” de la Universidad Católica de Colombia. Contacto: pabarreto04@ucatolica.edu.co.
**** Abogado de la Universidad de la Amazonia y Administrador de Empresas de la Universidad Nacional
Abierta y a Distancia UNAD, especialista en gerencia del talento humano de la Universidad de la Amazonia,
Maestrante en Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario de la Universidad Católica de Colombia.
Investigador del Grupo de investigación Observatorio Ambiental y de Paz de la Universidad de la Amazonia.
Contacto: gerencia@fajardomurciaabogados.com.
1 La importancia de los Derechos Humanos radica en que “Una de las realidades que más aflige a la
humanidad es la constante presencia de conductas por las cuales una persona en contra de otra, vulnera
gravemente sus derechos fundamentales (…).” Cubides Cárdenas, Jaime Alfonso y Barreto Cifuentes, Paula
Andrea, “Positivización del ordenamiento convencional interamericano en Colombia, en Eduardo, Velandia
(Dir. Científico), Derecho Procesal Constitucional: Codificación Procesal Constitucional, Bogotá, Colombia:
Ediciones Nueva Jurídica, 2017, p. 674.
2 Vivas Barrera, Tania Giovanna, Pulido Ortiz, Fabio Enrique y Cubides Cárdenas, Jaime Alfonso,
“Perspectivas actuales para el estudio de los Derechos Humanos desde sus dimensiones”, Revista Logos, n°
5, 2013, p. 99.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
398 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
como propósito la protección de los Derechos Humanos; creado por el Sistema Interamericano
de Derechos Humanos, el cual se consolidó formalmente en 1969, pero con raíces teóricas
establecidas desde 19483.
3 “En 1948 se aprueba la Carta de la Organización de los Estados Americanos por 21 países (actualmente son 35
miembros), 32 en el seno de la IX Conferencia Interamericana celebrada en Bogotá. En esa misma reunión se aprobó la
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, primer documento internacional con una proclamación
general de derechos, ya que se anticipó varios meses a la Declaración Universal. La Convención Americana de Derechos
Humanos (en adelante CADH) fue suscrita en San José, Costa Rica, en 1969, entrando en vigor en 1978; instrumento
que debe complementarse con sus protocolos adicionales. El sistema se integra por la Comisión Interamericana, cuya
sede se encuentra en Washington, D.C., si bien la Comisión se estableció en 1959, inició funciones al año siguiente;
y la Corte Interamericana, radicada en San José, Costa Rica, comenzando sus actividades en 1979. Hasta la fecha, de
los 35 países que integran la OEA, 24 han ratificado la CADH (con la denuncia de Trinidad y Tobago, una infructuosa
separación del Perú, y una recomendación de denuncia por la Sala Constitucional de Venezuela); 34 mientras 21 países
han aceptado la competencia contenciosa de la Corte Interamericana, lo que representa que más de 500 millones de
personas están bajo su jurisdicción. Esta dimensión supranacional configura una especie de “amparo internacional”
Ferrer Mac-Gregor, Eduardo, “Interpretación conforme y control difuso de convencionalidad: El nuevo paradigma
para el juez mexicano”, Estudios Constitucionales, 9.2, 2011, p. 542.
CUBIDES CÁRDENAS, Jaime / BARRETO CIFUENTES, Paula Andrea / FAJARDO RICO, Antonio
La incidencia del Control de Convencionalidad (CCV) en la justicia transicional implementada en Colombia 399
2. JUSTICIA TRANSICIONAL
Por lo cual, una de las definiciones más acertadas que se pretenden evidenciar en el
presente capítulo es la siguiente:
Sin embargo, se encuentra que existen diferentes debates y problemas7 en torno a la justicia
4 (…) la finalidad misma del Estado es fortalecer la unidad de la Nación y asegurar a sus integrantes la vida,
la convivencia, el trabajo, la justicia, la igualdad, el conocimiento, la libertad y la paz. Cubides Cárdenas, Jaime
Alfonso, Grandas Ferrand, Angélica María y González Garcete, Juan Marcelino, “Constitucionalismo multinivel
(CM): El nuevo paradigma en la protección de los derechos fundamentales”, en Oscar, Agudelo (Ed.), Perspectivas
del constitucionalismo, Bogotá, Colombia: Universidad Católica de Colombia, 2015, p. 46..
5 Ibarra Padilla, Adelaida María, “Justicia transicional: la relación Derecho Poder en los momentos de transición”,
Revista de Derecho, n° 45, 2016, p. 243.
6 Ibid.
7 “La justicia transicional, en opinión de Uprimny hace referencia a un problema muy antiguo, relativo a lo que
debe hacer una sociedad frente al legado causado por graves atentados contra la dignidad humana, una vez se sale de
una guerra civil o de un régimen tiránico y se debe responder frente al castigo para los responsables y a la consecuente
reparación del tejido social dañado, intentando de esta forma favorecer la reconciliación.” Díaz Colorado, Fernando,
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
400 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Es importante destacar que la justicia transicional necesariamente debe incluir una parte
de “impunidad”10,
(…) esta impunidad, entendida en los términos del sistema transaccional tradicional
punitivo de justicia, significa que, para algunos de los crímenes cometidos en el
período violento, no se aplicará la misma pena contemplada en los códigos y, además,
que los criminales podrán ser sujetos de otro tipo de favorabilidades jurídicas.11
Desde otra perspectiva, se encuentra que los únicos intervinientes en la justicia transicional
no son solo víctimas, victimarios y Estado, ya que, también se inmiscuye la sociedad en
general, esto, debido a los crímenes que tienen característica de lesa humanidad y porque esta
misma sociedad tiene el derecho y el deber ya sea de aceptar o de rechazar los términos del
acuerdo, debido a que es la llamada a legitimarlos.12
“La justicia transicional y la justicia restaurativa frente a las necesidades de las víctimas”, Umbral Científico, n° 12,
2008, p. 119.
8 “Kritz considera que las políticas de reparación tienen tres objetivos: (1) constituir una ayuda económica a la
pérdida que ha sufrido la víctima, (2) hacer un reconocimiento oficial por parte de la nación del sufrimiento de sus
víctimas y (3) ser un recurso disuasivo para que, en el futuro, el Estado o los grupos que causaron la violencia no
incurran en esas conductas dado el costo económico de tales abusos.” Gamboa Tapias, Camila de, “Justicia transicional:
dilemas y remedios para lidiar con el pasado”, Revista Estudios Socio-Jurídicos, 7, n° Esp, 2005, p. 32.
9 “(…) como lo señalan Uprimny y Saffon, no hay que olvidar que en los actuales momentos los procesos de
Justicia Transicional, deben contemplar las recomendaciones jurídicas impuestas por la legislación internacional
y en el caso presente frente a las disposiciones de la Corte Penal Internacional, fundamentalmente en lo atinente
a la individualización de los actores que cometieron crímenes de lesa humanidad y a las exigencias para proteger
los derechos de las víctimas, mediante la búsqueda de la verdad y la reparación como elemento fundamental para
alcanzar la reconciliación.” Díaz Colorado, Fernando, “La justicia transicional y la justicia restaurativa frente a las
necesidades de las víctimas”, Umbral Científico, n° 12, 2008, p. 119.
10 “Otro debate significativo se ha dado en torno a la posibilidad de sustituir la justicia transicional con un
esquema de justicia restaurativa, centrado en amplias reparaciones para las víctimas y en la atenuación de las penas
para los victimarios. Autores como Uprimny (2009) y Uribe de Hincapié (2007) han señalado los límites de este
enfoque, porque podría convertirse en un argumento oportunista que abre paso a la impunidad, y además no asegura
una reparación efectiva para los derechos vulnerados de las víctimas. Según lo denuncian estos autores, detrás de todo
este fenómeno se esconde el objetivo de minimizar el alcance punitivo del castigo.” Rodríguez Rodríguez, Carolina,
“Postconflicto y justicia transicional en Colombia: balance de nuestra experiencia”, Hallazgos, 8, n° 15, 2011, p. 145.
11 Herrera Jaramillo, Carlos José y Torres Pacheco, Silvana, “Reconciliación y justicia transicional: Opciones
de justicia, verdad reparación y perdón”, Papel Político, n° 18, 2005, p. 86.
12 Herrera Jaramillo, Carlos José y Torres Pacheco, Silvana, “Reconciliación y justicia transicional: Opciones
de justicia, verdad reparación y perdón”, Papel Político, n° 18, 2005, p. 88.
CUBIDES CÁRDENAS, Jaime / BARRETO CIFUENTES, Paula Andrea / FAJARDO RICO, Antonio
La incidencia del Control de Convencionalidad (CCV) en la justicia transicional implementada en Colombia 401
13 “La función que ejerce el control de convencionalidad como sistema complementario, debe ser llevada a cabo
en cada uno de los cuerpos judiciales internos o autoridades, con el fin de evitar que sus decisiones infrinjan las reglas
establecidas por la Corte IDH.” Cubides Cárdenas, Jaime Alfonso, Sánchez Baquero, Mayra Nathalia y Pérez Sua,
Claudia Paola, “El nuevo control difuso de convencionalidad como mecanismo para la protección de los Derechos
Humanos”, Revista del Observatorio de Derechos Humanos, n° 10, 2013, p. 51.
14 Cubides Cárdenas, Jaime Alfonso, Chacón Triana, Nathalia y Martínez Lazcano, Alfonso Jaime, “El control
de convencionalidad (CCV): retos y pugnas. Una explicación taxonómica”, Academia & Derecho, n° 11, 2016, p. 62.
15 Martínez Lazcano, Alfonso Jaime y Cubides Cárdenas, Jaime Alfonso, “Influencia de la Corte Interamericana
de Derechos Humanos y del Control de Convencionalidad (CCV): Análisis de dos casos paradigmáticos”, Eficacia del
Sistema Interamericano de Derechos Humanos, Colombia, Universidad Católica de Colombia, Jus Público, 2015, p. 97.
16 Cubides Cárdenas, Jaime Alfonso, “El origen del Control de Convencionalidad (CCV) y sus implicaciones
para los Estados que reconocen el Sistema Interamericano de Derechos Humanos (SIDH)”, Ambiente Jurídico, n°
15, 2013, p. 108.
17 Sagüés, Néstor Pedro, “Obligaciones internacionales y control de convencionalidad”, Estudios Constitucionales,
n° 8.1, 2010, p. 120.
18 La Corte Interamericana de Derechos Humanos a través de sus “patrones hermenéuticos generales imponga su
observación por aquellos para pugnar porque los actos internos se conformen a los compromisos internacionalmente
asumidos por el Estado” Bazán, Víctor, “El control de convencionalidad: incógnitas, desafíos y perspectivas”, Justicia
constitucional y derechos fundamentales, 2012, p. 28.
19 Bazán, Víctor, “Control de convencionalidad, aperturas dialógicas e influencias jurisdiccionales recíprocas”,
Revista europea de derechos fundamentales, n° 18, 2011, p. 67.
20 “Ser llevado a cabo, primero por los cuerpos judiciales domésticos, haciendo una ‘comparación’ entre el
derecho local y el supranacional, a fin de velar por el efecto útil de los instrumentos internacionales, sea que surja de
los tratados, del ius cogens o de la jurisprudencia de la Corte IDH; y luego esa tarea debe ser ejercida por el Tribunal
regional si es que el caso llega a sus estrados” Hitters, Juan Carlos, “Control de constitucionalidad y control de
convencionalidad. Comparación (Criterios fijados por la Corte Interamericana de Derechos Humanos)”, Estudios
Constitucionales, n° 7.2, 2009, p. 124.
21 Ventura Robles, Manuel, “El Control de convencionalidad y el impacto de las reparaciones emitidas por la Corte
Interamericana de Derechos Humanos”, Revista do Instituto Brasileiro de Direitos Humanos, n° 13.13, 2016, p. 201.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
402 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Sin embargo, cabe aclarar que el Derecho no es estático, por lo cual, pueden llegar a
existir dificultades en la aplicación del Control de Convencionalidad cuando la opinión
e interpretación de las normas convencionales por parte de los tribunales sea variada y
disgregada.27
Desde esta perspectiva, específicamente en el caso colombiano “el ejercicio del control de
convencionalidad aparece como una actividad que el Estado colombiano difícilmente podrá
evadir, salvo que se arriesgue voluntariamente a una nueva declaratoria de responsabilidad
internacional por violación de la Convención.”28 Es importante destacar que tanto el control
de constitucionalidad como el control de convencionalidad “están orientados a garantizar los
contenidos de la Constitución Política y de la Convención Americana de Derechos Humanos;
adicionalmente, reafirman el principio de primacía que subyace a ambos instrumentos”29
22 Vivas Barrera, Tania Giovanna y Cubides Cárdenas, Jaime Alfonso, “Diálogo judicial trasnacional en la
implementación de las sentencias de la Corte Interamericana.” Entramado, n° 8, 2012, p. 188.
23 “Resulta una garantía judicial que cada vez se torna mucho más eficaz y eficiente en aras de darle pleno
reconocimiento y protección de los derechos.” López Hernández, Natividad del Carmen. El control de convencionalidad
frente a los derechos de las víctimas en el marco de la justicia transicional en Colombia, BS thesis, Universidad
Militar Nueva Granada, 2016, p. 32.
24 En este punto, es necesario aclarar la figura del plazo razonable reparativo, que (…) es el que determina la
Corte IDH para el Estado miembro que ha sido hallado responsable de transgredir la CADH; así, es obligado a reparar
a las víctimas en un plazo razonable (…). Ver más Cubides Cárdenas, Jaime Alfonso, Castro Buitrago, Carlos Eduardo
y Barreto Cifuentes, Paula Andrea, “El plazo razonable a la luz de los estándares de la jurisprudencia de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos”, en Jaime, Cubides (Ed.), Desafíos contemporáneos de la protección de los
derechos humanos en el Sistema Interamericano, Bogotá, Colombia: Universidad Católica de Colombia, 2017, p. 23.
25 Amaya, Jorge Alejandro, “Tensiones entre decisiones de los órganos del Sistema Interamericano de Derechos
Humanos y el derecho interno de los Estados en materia de derechos políticos”, LEX, n° 14.18, 2016, p. 12.
26 Rosario Rodríguez, Marcos del, “La aplicación por parte de las autoridades administrativas del control difuso
de constitucionalidad y convencionalidad”, Cuestiones Constitucionales, n° 33, 2015, p 20.
27 Pereyra Zabala, Gastón, “El control de convencionalidad en el sistema interamericano de derechos humanos”,
Revista de derecho, n° 6, 2011, p. 174.
28 Quinche Ramírez, Manuel Fernando, “El control de convencionalidad y el sistema colombiano”, Revista
Iberoamericana de Derecho Procesal Constitucional, n° 12, 2009, p. 189.
29 Monar Espinosa, Yeny Fernanda, El Sistema Interamericano de Derechos Humanos y las decisiones de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos. Un bloque que goza de fuerza vinculante, BS thesis, Universidad
Militar Nueva Granada, 2016, p. 40.
CUBIDES CÁRDENAS, Jaime / BARRETO CIFUENTES, Paula Andrea / FAJARDO RICO, Antonio
La incidencia del Control de Convencionalidad (CCV) en la justicia transicional implementada en Colombia 403
Lo cual se evidencia en gran parte con el acceso que tengan las mismas a la verdad,
dependiendo principalmente de la disposición de los victimarios a confesar plenamente
30 “La reparación y restauración también se encuentran en un estado precario. No hay un reconocimiento de las
víctimas, ni en el sentido estadístico ni en el social. En primer lugar, no se cuenta con un consolidado departamental
ni nacional, que permita establecer quiénes son las víctimas, cuántas son o donde están, ni cuales fueron los modos
o agentes de la victimización. En segunda instancia, no se ha dado un proceso de reconocimiento social debido a
la ausencia de estrategias verdaderamente inclusivas, diseñadas por el Estado o por la sociedad civil.” Rodríguez
Rodríguez, Carolina, “Postconflicto y justicia transicional en Colombia: balance de nuestra experiencia”, Hallazgos,
8, n° 15, 2011, p. 146.
31 Rodríguez Rodríguez, Carolina, “Postconflicto y justicia transicional en Colombia: balance de nuestra
experiencia”, Hallazgos, 8, n° 15, 2011, p. 144.
32González Chavarría, Alexander, “Justicia transicional y reparación a las víctimas en Colombia”, Revista
Mexicana de Sociología, 72, n° 4, 2010, p. 646.
33 “En primer lugar, en la transición han jugado un papel central la comunidad internacional y los organismos
internacionales (Organización de Naciones Unidas [ONU], Organización de Estados Americanos [OEA], y las
Organizaciones No Gubernamentales [ONG]) que pueden actuar como entes asesores y/o garantes de una transición
justa. Además, estos organismos están en capacidad de ayudar financieramente y con personal experimentado en esta
clase de procesos. Otro aspecto esencial en un proceso de transición es el carácter democrático que debe tener tal
proceso como proyecto político para lidiar seriamente con el pasado, y el rol que deben asumir los gobiernos de la
transición para crear legal y políticamente espacios de participación democrática.” Gamboa Tapias, Camila de, “Justicia
transicional: dilemas y remedios para lidiar con el pasado”, Revista Estudios Socio-Jurídicos, 7, n° Esp, 2005, p. 33.
34 “En Colombia, esencialmente, el centro del debate ha girado en torno a modelos aplicados de seguridad
nacional y procesos de paz, junto con leyes de amnistía, que por consenso internacional es sabido, son nulas de manera
absoluta, junto con las disposiciones de indultos y prescripción, siempre que pretendan impedir la investigación,
procesamiento, y sanción de los implicados en graves violaciones de derechos humanos, por ello se ha concluido que,
aquellas deben ser inamnistiables e imprescriptibles, ante en imperativo de cumplir con los estándares internacionales
que exigen la aplicación y desarrollo de un marco normativo, que en todo caso, debe garantizar la protección de los
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
404 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
llevarán a cabo en relación con esta. Desde esta perspectiva, se inmiscuye la importancia del
Control de Convencionalidad en la implementación de la justicia transicional en determinado
país, más aún en un país como Colombia, en donde el mismo se ha comprometido con
diferentes tratados y convenios internacionales.
derechos humanos de las víctimas, muy especialmente, el derecho a la verdad, justicia, y reparación, junto con las
exigencias de medidas de no repetición.” Palacios Valencia, Yennesit, “Justicia transicional y responsabilidad del
Estado: A propósito del Estado colombiano y el proceso de paz”, Revista Direito e Práxis, 7, n°15, 2016, p. 415.
CUBIDES CÁRDENAS, Jaime / BARRETO CIFUENTES, Paula Andrea / FAJARDO RICO, Antonio
La incidencia del Control de Convencionalidad (CCV) en la justicia transicional implementada en Colombia 405
5. CONCLUSIONES
Las dos características principales de la justicia transicional que cobran importancia para
el presente capítulo son tanto los mecanismos judiciales y extrajudiciales como la protección
de los derechos de las víctimas.
En primer lugar, los mecanismos que se deben utilizar para implementar una justicia
transicional próspera, eficaz y legítima deben ir en concordancia con los mecanismos legales
tanto nacional como internacionalmente, y que los mismos se encuentren dentro de los
parámetros convencionales. Es indispensable tener en cuenta el Control de Convencionalidad
para llevar a cabo dicha tarea, debido a que como se evidenció en la anterior tabla, cada etapa
del proceso es de vital importancia para que los respectivos procesos que se inmiscuyan en la
implementación de esta justicia sean legítimos internacionalmente.
Ahora bien, las víctimas son los principales actores a la hora de evidenciar la importancia
del Control de Convencionalidad en la justicia transicional, esto, en cuanto los Derechos
Humanos evaluados desde el ámbito interamericano son fundamentales en cuanto a la
interpretación que se le da a la Convención Americana de Derechos Humanos, como se
mencionó en el título anterior, en relación con la interpretación directa y real de los mismos.
35 Botero Marino, Catalina y Restrepo Saldarriaga, Esteban, “Estándares internacionales y procesos de transición
en Colombia”, en Rodrigo, Uprimmy (Ed.), ¿Justicia transicional sin transición?, Bogotá, Colombia: DeJuSticia,
2006, p. 55.
CAPÍTULO XX
1. INTRODUCCION
A ello se aduna que los Tratados Internacionales tienen la misma jerarquía que las
constituciones, como por ejemplo se encuentra regulado en Argentina. Ello sucedió
a partir del caso “Ekmedjian” de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN)
del año 19921 y su posterior regulación constitucional en el artículo 75 inc. 22, donde
describe al Tratado Internacional de Derechos Humanos con jerarquía constitucional
(TIJC), mientras que el resto de los tratados internacionales tienen Jerarquía Supralegal
(TIJSL).
Si bien en un inicio, tuvo un camino sin muchos sobresaltos, en los últimos tiempos
se ha cuestionado el grado de superioridad o de cumplimiento que deben tener en los
países las decisiones de organismos internacionales de Derechos Humanos (ej. Comisión
y la Corte Interamericana de Derechos Humanos).
Al respecto, debemos tener en cuenta que los fallos de los tribunales de justicia
internos son última instancia y hacen cosa juzgada, sin embargo, ello se vio cuestionado
ante las decisiones de los organismos internacionales de derechos humanos. Como
consecuencia de ello, se nos presenta el siguiente interrogante ¿La Corte IDH podría
revocar una sentencia de última instancia de justicia interna de los estados miembros?
En caso afirmativo, ¿sería correcto entonces, que la Corte IDH sea una cuarta instancia
judicial y, modifique una sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada?
* Juez Federal Civil y Comercial de la Capital Federal de la República Argentina. Presidente de la Asociación
Argentina de Justicia Constitucional. Vicepresidente de la Asociación Mundial de Justicia Constitucional.
1 Fallos 315:1492.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
410 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
a. Dejar sin efecto la condena civil impuesta a Jorge Fontevecchia y Héctor D’Amico.
La Dirección General de Derechos Humanos del Ministerio de Relaciones Exteriores
y Culto de la Nación remitió a la Corte Suprema un oficio en el que se hace saber
el pedido formulado por la Secretaria de Derechos Humanos de la Nación para que
el Tribunal cumpla, en lo que corresponda y de conformidad con su competencia,
la sentencia dictada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso
“Fontevecchia y D’ Amico vs. Argentina”3.
b. Publicar un resumen oficial de su sentencia elaborado por la Corte Suprema, por una
sola vez, en el Diario Oficial y en un diario de amplia circulación nacional, así como
publicar la sentencia completa de la Corte Interamericana en la página del Centro de
Información Judicial de la Corte Suprema;
c. Entregar las sumas reconocidas en dicho fallo, comprensivas del reintegro de los
2 CSJN in re: “Menem, Carlos Saúl cl Editorial Perfil S.A. y otros s/daños y perjuicios sumario”. Fallos: 324: 2895.
3 Corte IDH in re: “Fontevecchia y D’ Amico vs. Argentina”, en fecha 29 de noviembre de 2011 (fs. 37 del
expte. 6439/2012.
MARANIELLO, Patricio
Alcances y aplicación de los fallos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos 411
En relación con el punto “c”, la Corte dijo que las obligaciones allí impuestas se encontraban
fuera del alcance de las actuaciones labradas, toda vez que no resulta necesaria la intervención
judicial para que el Estado argentino proceda voluntariamente a su cumplimiento, de acuerdo
con la distribución constitucional de competencias entre los distintos poderes del Estado.
Pero lo que ha sido materia de debate y desarrollo del caso en cuestión fue el punto
“a”. En relación con ello, la Corte no cumplió con dicho punto por los fundamentos que se
desarrollaron en los considerandos que se transcribirán a continuación:
4 Art. 68. 1. Los Estados Partes en la Convención se comprometen a cumplir la decisión de la Corte en todo
caso en que sean partes.
5 Conf. doctrina de Fallos: 327:5668, voto de la jueza Highton de Nolasco, considerando 6°.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
412 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
De modo inicial podemos decir que dicho fallo nos lleva a considerar, por un lado, que
lo establecido por la Corte IDH es de cumplimiento obligatorio para nuestro país, según se
encuentra establecido en el artículo 68.1. de CADH, pero los alcances de dicha decisión lo
tendrán en el ámbito internacional, a través de comunicaciones y determinaciones, siempre a
través de vías estatales con el Gobierno Argentino y no jurisdiccional, con lo cual no alcanza
ello a dejar sin efecto una sentencia de nuestro país.
Y no puede considerarse que la Corte IDH sea una cuarta instancia de revisión y
nulificación de las sentencias pasadas en autoridad de cosa juzgadas en sus respectivos
Estados Miembros.
Tal consideración también fue sostenida por la Corte Europea de Derechos Humanos en
los casos “Schenk v. Switzerland”, 10862/84, sentencia del 12 de julio de 1988; “Tautkus v.
Lithuania”, 29474/09, sentencia del 27 de noviembre de 2012; entre otros.
6 Art. 63. 1. Cuando decida que hubo violación de un derecho o libertad protegidos en esta Convención, la
Corte dispondrá que se garantice al lesionado en el goce de su derecho o libertad conculcados. Dispondrá, asimismo,
si ello fuera procedente, que se reparen las consecuencias de la medida o situación que ha configurado la vulneración
de esos derechos y el pago de una justa indemnización a la parte lesionada.
MARANIELLO, Patricio
Alcances y aplicación de los fallos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos 413
Si consideramos que la Corte IDH no constituye una cuarta instancia, no tiene atribuciones,
ni modificatorias, ni nulificatorias de las sentencias de última instancia pasadas en autoridad
de cosas juzgada interna por parte de los Estados Miembros de ese organismo Internacional.
El margen de apreciación nacional fue una creación del Tribunal Europeo de Derechos
Humanos con su doctrina desarrollada a partir de los casos “Lawless v. Ireland”10; “Handyside
v. The United Kingdom”11, y expresada más recientemente en el caso “Lautsi and Others v.
Italy”12.
7 Artículo 108.- El Poder Judicial de la Nación será ejercido por una Corte Suprema de Justicia, y por los demás
tribunales inferiores que el Congreso estableciere en el territorio de la Nación.
8 Fallos: 256:114; 289:193; 318:986; 319:1973; 328:2429; 329:3235, 5913; 330:49, 251; 338:1575; entre
muchos otros.
9 CHITTHARANJAN Félix Amerasinghe, “Jurisdiction of International Tribunals”, Kluwer Law International,
La Haya, 2003, p. 389.
10 En este caso la Comisión Europea de Derechos Humanos (en adelante CEDH) indico que el Estado tenía
un cierto margen de apreciación en cuanto a las acciones que debía tomar para proteger la vida de la nación (Caso
Lawness c. Irlanda, sentencia del15 de noviembre de 1960). Es en el año de 1971 cuando el Tribunal Europeo de
Derechos Humanos (TEDH) utiliza por primera vez la expresión “margen nacional de apreciaci6n”, en el Caso De
Wilde, Ooms et Versyp contra Bélgica, en el cual indica que la medida de detención contra grupo de vagabundos
no vulnero el art. 8.2 de la CEDH toda vez que el Estado pudo tener razones valederas y necesarias para defender el
arden y prevenir las infracciones. penales contra la moral, la salud y la reputación de los otros.
11 Es en este caso donde se aplicó por primera vez esta doctrina sobre libertad de expresión (TEDH in re:
“Handyside c. Reino Unido”, del 7 de diciembre de 1976).
12 Corte IDH: “Lautsi and Others v. Italy”, sentencia del 18 de marzo de 2011.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
414 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
En nuestro país, el art. 27 de la Carta Magna prescribe “el Gobierno federal está obligado
a afianzar sus relaciones de paz y comercio con las potencias extranjeras por medio de
tratados que estén en conformidad con los principios de derecho público establecidos en
esta Constitución”. Estos principios se traducen en el modo en que deben ser interpretadas
las obligaciones internacionales asumidas por el Estado argentino y estableciendo una esfera
de reserva soberana, delimitada por los principios de derecho público establecidos en la
Constitución Nacional, a los cuales los tratados internacionales deben ajustarse y con los
cuales deben guardar conformidad.14
Esta comprensión del art. 27, lejos de haber sido alterada por la reforma de 1994, ha
sido reafirmada con ella. Así lo ha entendido el constituyente argentino cuando al otorgar
jerarquía constitucional a la CADH -entre otros tratados internacionales sobre derechos
humanos- ha establecido expresamente que sus normas “no derogan artículo alguno de
la primera parte de esta Constitución”, reafirmando la plena vigencia de los principios de
derecho público establecidos en la norma fundamental como valladar infranqueable para los
tratados internacionales15.
Esta fórmula “ha nacido de los términos y del espíritu de nuestra Constitución, los que
no podían ser desvirtuados por ningún tratado sin exponerse a caer en nulidad” (Carlos
Saavedra Lamas, “En torno a la Constitución que nos rige”, Academia Nacional de Derecho
y Ciencias Sociales, Buenos Aires, 1957, p. 21). En el mismo sentido se expresó Joaquín V.
La Corte IDH ha sostenido reiteradamente tal obligatoriedad cuando en dos casos contra
Venezuela (casos Apitz Barberay otros y López Mendoza), el Estado sostuvo que no daría
cumplimiento a las Sentencias con base en que la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia de ese país emitió decisiones en el 2008 y 2011 que declaraban la “inejecutabilidad”
de tales Sentencias de la Corte Interamericana. Este Tribunal ha afirmado que aun cuando
exista una decisión del tribunal de más alta jerarquía en el ordenamiento jurídico nacional
declarando tal “inejecutabilidad”, ello no puede oponerse como una justificación para el
incumplimiento de lo dispuesto por este Tribunal internacional18.
17 Cfr. Responsabilidad internacional por expedición y aplicación de leyes violatorias de la Convención (arts. 1 y
2 Convención Americana sobre Derechos Humanos). Opinión Consultiva OC-14/94 de 9 de diciembre de 1994. Serie
A No. 14, párr. 35; Caso Castillo Petruzzi y otros Vs. Perú. Supervisión de Cumplimiento de Sentencia. Resolución de
la Corte Interamericana de Derechos Humanos de 17 de noviembre de 1999, Considerando 4, y Caso López Lone y
otros Vs. Honduras. Supervisión de Cumplimiento de Sentencia. Resolución de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos de 25 de mayo de 2017, Considerando 15.
18 Cfr. Caso Apitz Barbera y Otros (“Corte Primera de lo Contencioso Administrativo”) Vs. Venezuela.
Supervisión de Cumplimiento de Sentencia. Resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de 23
de noviembre de 2012, Considerando 39, y Caso López Mendoza Vs. Venezuela. Supervisión de Cumplimiento de
Sentencia. Resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de 20 de noviembre de 2015, Considerando 8.
19 Argentina es Estado Parte de la Convención Americana sobre Derechos Humanos desde el 5 de septiembre
de 1984 y reconoció la competencia contenciosa de este Tribunal en esa misma fecha.
20 Mutatis Mutandi, Caso Baena Ricardo y otros Vs. Panamá. Competencia. Sentencia de 28 de noviembre de
2003. Serie C No. 104, párr. 128.
MARANIELLO, Patricio
Alcances y aplicación de los fallos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos 417
Este principio también ha sido utilizado por la Corte IDH a la hora de evaluar cuáles
reparaciones es necesario ordenar, al tomar en cuenta medidas que previamente se hubieren
dispuesto en el ámbito interno para reparar la violación, conforme a criterios objetivos y
razonables22. En el presente caso, precisamente porque la violación no se resolvió ni se reparó
en el ámbito interno, las víctimas activaron los mecanismos de protección internacional, los
cuales no pretenden sustituir a las jurisdicciones nacionales, sino complementarlas en la
protección de derechos humanos23.
Finalmente, aclaró que su decisión anterior de fecha 29 de noviembre de 2011, no
implicaba que esta Corte Suprema tuviese la necesidad jurídica de revocar su sentencia del 25
de septiembre de 2001 registrada en Fallos: 324:2895.24 Y sugirió, asimismo, que el Estado
Argentino podía cumplir con la manda contenida en el punto dispositivo del párrafo 137 de
su sentencia anterior, mediante “algún otro tipo de acto jurídico, diferente la revisión de la
sentencia” como, por ejemplo, la realización de una “anotación indicando que esa sentencia
fue declarada violatoria de la Convención Americana por la Corte Interamericana” (párrafo
21)
21 Cfr.Caso Acevedo Jaramillo y otros Vs. Perú. Interpretación de la Sentencia de Excepciones Preliminares,
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de noviembre de 2006. Serie C No. 157, párr. 66; Caso Gelman
Vs. Uruguay, supra nota 25, Considerando 70, y Caso Duque Vs. Colombia. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 26 de febrero de 2016. Serie C No. 310, párr. 128.
22 Cfr. Caso Cepeda Vargas Vs. Colombia. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia
de 26 de mayo de 2010. Serie C No. 213, párrs. 139, 140 y 246, y Caso Rodríguez Vera y otros (Desaparecidos del
Palacio de Justicia) Vs. Colombia. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 14 de
noviembre de 2014. Serie C No. 287, párr. 595.
23 Cfr. Caso Duque Vs. Colombia, supra nota 59, párr. 128, y Caso Andrade Salmón Vs. Bolivia. Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 1 de diciembre de 2016. Serie C No. 330, párr. 93.
24 Párrafos 16 35.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
418 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Y toda vez que esta Corte Suprema consideraba que la anotación sugerida por la Corte
Interamericana no vulneraba los principios de derecho público establecidos en la Constitución
Nacional (artículo 27), resultaba adecuado acceder lo sugerido.
Por ello, se resolvió, en forma muy novedosa y dando cumplimiento con lo ordenado por
la Corte IDH -sin dejar sin efecto la sentencia de la CSJN-, que se asentase junto a la decisión
registrada en Fallos: 324: 2895 la siguiente leyenda:
La Argentina a partir del caso “Ekmedjian” de 1992 ha pasado de ser dualista a monista,
confirmado todo ello en la incorporación del artículo 75 inciso 22 de la Constitución Nacional
en la reforma de 1994. Este monismo no es un monismo automático, teniendo en cuenta
sobre todo frente a las interpretaciones expansivas de los tratados que ha realizado en muchas
ocasiones la propia Corte Interamericana de Derechos Humanos.
La Corte Suprema de Justicia en el caso “Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto”,
al igual que ha ocurrido en lo resuelto en el precedente “Cantos”25 y sus antecedentes26,
resolvió que está fuera de discusión que las sentencias de la Corte Interamericana son en
principio de cumplimiento obligatorio. Aunque esto no inhibe al tribunal de aplicación, de su
facultad de verificar si lo resuelto se encuentra sostenido en los términos del Tratado, a los
cuales califica de “marco de sus potestades remediales.27
Además “el mecanismo restitutivo… de dejar sin efecto la sentencia de esta Corte pasada
en autoridad de cosa juzgada”, “no se encuentra previsto por el texto convencional” y que esto
es fundamental para la aplicación de las reglas de la Convención de Viena pues “determina
los límites de la competencia remedial de los tribunales internacionales que es… limitada
de la manera prescrita en los instrumentos que los han constituido”. Resulta pues admisible
tanto que “se garantice al lesionado en el goce de su derecho o libertad conculcado”, como se
lo reparen en la medida de lo posible incluida una “justa indemnización” pero esto no incluye
la caducidad de la “sentencia dictada en sede nacional”. 28
Además, debemos tener en cuenta que la protección internacional dada por la CADH es
de naturaleza convencional complementaria o coadyuvante, y subsidiaria29. El primer caso
de los hechos y las pruebas presentadas en las causas particulares’ (Corte IDH, caso ‘Atala Riffo y niñas c. Chile’,
sentencia de 24/02/2012).
30 Considerando 7, voto coadyuvante.
31 Considerando 11, voto mayoritario.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
420 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
todas las decisiones judiciales de los estados partes de la CADH es de exclusiva función de
la Corte IDH y no de la CSJN.
Pues la CSJN es última instancia judicial y sus decisiones revisten el carácter de cosa
jugada constitucional y convencional, pero tan solo en el examen de compatibilidad con
la CADH, la última instancia pertenece a la Corte IDH. El fundamento constitucional de
lo expresado precedentemente lo encontramos en los artículos 27 y 31, reafirmando la
plena vigencia de los referidos principios de derecho público “establecidos en la norma
fundamental y en el artículo 75 inc. 22 de la reforma constitucional de 1994 al establecer que
los tratados con jerarquía constitucional “no derogan artículo alguno de la primera parte de
esta constitución”, como valladar infranqueable para los tratados internacionales32
En el voto del Ministro Rosatti agrega una definición que refuerza el carácter supremo de
la Corte en materia de interpretación del derecho público argentino, dentro de un espíritu de
“diálogo jurisprudencial” que procure “mantener la convergencia decisional entre los órganos
con competencia para dirimir conflictos en los ámbitos nacional e internacional, reconociendo
a la CIDH como último intérprete de la Convención y a la Corte Suprema de Justicia como
último intérprete de la Constitución Nacional”.
Ello así, la Corte IDH no tiene facultades para dejar sin efecto, ni pedir que se deje sin
efecto una sentencia del Máximo Tribunal de Justicia de un Estado Parte pasado en autoridad
de cosa juzgada material y formal. Tan solo puede exigir a los Estados perdidosos -por
violación de algún derecho convencional-, una justa, total e integral indemnización por los
daños ocasiones, y dejar sentado en las sentencias locales que dicha decisión, fue violatoria
de la Convención Americana de Derechos Humanos.
7. LA NECESIDAD DE UNA LEY QUE REGULE LA EJECUCIÓN
INTERNA DE LAS SENTENCIAS DE LA CORTE IDH
Es de nuestra plena convicción la implementación por parte de Argentina (y de todos los
Estados Partes de la CADH) de una ley que permita establecer un procedimiento de ejecución
de las sentencias de la Corte IDH.
La solución brindada en algunos países europeos ha sido incorporar los efectos de las
sentencias internacionales al orden interno vía recurso de revisión de las sentencias pasadas
en autoridad de cosa juzgada. Ello nos parece una opción claramente viable: otorga seguridad
jurídica en términos constitucionales y convencionales33. El fundamento debe buscarse en la
concreción del efecto útil de las disposiciones del PSJCR. Con ello pueden acaso evitarse
tensiones tales como la sucedida en el caso “Derecho, René”34.
32 Cita de Fallos 317:1282 Cafés La Virginia. Considerando 19 voto mayoritario, y 5/6 voto coadyuvante.
33 GUTIERREZ COLANTUONO, Pablo: “La dimensión dinámica y abierta de los derechos humanos, la
Constitución Nacional y las Administraciones Publicas”, LL diario del 18 de enero de 2018.
34 CS, 29/11/2011, “Derecho, René J. s/ incidente de prescripción de la acción penal”, causa 24.079. Ver en
especial los votos disidentes de los jueces Argibay y Fayt.
MARANIELLO, Patricio
Alcances y aplicación de los fallos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos 421
Al respecto, la Corte IDH recuerda que corresponde al Estado asegurar que no se torne
ilusoria la efectividad del Sistema Interamericano al someter a las víctimas a un complejo
proceso a nivel internacional, para que después del mismo, quede al arbitrio de órganos del
Estado cuándo deben ser cumplidas las reparaciones ordenadas para subsanar la violación en
su perjuicio. La ejecución de las Sentencias de la Corte Interamericana es parte fundamental
del derecho de acceso a la justicia internacional35. Lo contrario supone la negación misma de
este derecho para víctimas de violaciones de derechos humanos que se encuentran amparadas
por una sentencia de la Corte Interamericana36.
La regulación normativa debe respetar el ordenamiento jurídico interno, ser subsidiaria y
revestir cierta gravedad. En dicha normativa se debería facultar al Poder Ejecutivo a atender
los efectos de una sentencia, sin revocar un acto de otro Poder. Es el caso de solventar la
reparación económica del daño infringido por la sentencia nacional que, según la Corte IDH,
haya incumplido los compromisos internacionales.
Luis F. Lozano propone establecer para esas sentencias, un recurso de revisión, a la
manera del que existe para las condenas penales, dotando de esta competencia revisora a
la única clase de autoridad nacional apta para recibirla, la judicial. El procedimiento de
revisión debería dar ocasión a que quien se viera perjudicado con ella pudiese exponer sus
defensas. Entre ellas el examen de cuáles serían los efectos suprimibles a fin de dar plenitud
al derecho de quien ha denunciado la violación ante la CIDH, distinguiéndolos de aquellos
que no impacten sobre esos derechos. Por ejemplo, derecho de un perito a percibir honorarios
de una parte distinta de quien ha acudido a la tutela del sistema interamericano. Otra parte
necesariamente será el Estado Federal. Como principio, porque es el obligado, también, por
el pronunciamiento de la Corte IDH y, asimismo, en la medida en que le tocara asumir el
deber de solventar créditos del beneficiario de la sentencia que se estima en pugna con el
Pacto Interamericano.37
7.1. Perú
35 Cfr. Caso Baena Ricardo y otros Vs. Panamá. Competencia, supra nota 41, párrs. 82 y 83, y Caso Supervisión
conjunta de 11 casos Vs. Guatemala. Supervisión de Cumplimiento de Sentencia. Resolución de la Corte Interamericana
de Derechos Humanos de 21 de agosto de 2014, Considerando 14.
36 Cfr. Caso Baena Ricardo y otros Vs. Panamá. Competencia, supra nota 41, párrs. 82 y 83.
37 LOZANO, Luis Francisco: “El cumplimiento de la condena de la Corte Interamericana a dejar sin efecto un
fallo nacional”, LL –diario- del 24/12/2017.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
422 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
7.2. Colombia
7.3. Guatemala
Promover la oportuna ejecución de las sentencias que se dicten en los juicios (incluye
organismos internacionales de los que Guatemala sea parte; -Pacto de San José, Corte
Interamericana de Derechos Humanos, etc.-). Lo que se ha hecho en distintos casos en los
que se ha ordenado más que una reparación monetaria, es que la Procuraduría General de la
Nación pone en conocimiento de la Corte Suprema de Justicia de Guatemala la decisión de la
Corte IDH para su cumplimiento, la misma que dicta la “ejecución de sentencia”, ordenando
así investigaciones y procedimientos que respeten las debidas garantías.
7.4. Ecuador
38 Bravo Rubio, Diana: “El cumplimiento de los fallos de la Corte IDH, buenas prácticas del caso Colombia”
Comité Editorial Del Ministerio De Relaciones Exteriores, Colombia, 2009.
MARANIELLO, Patricio
Alcances y aplicación de los fallos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos 423
7.5. España
39 El primer caso encuentra sus fundamentos en el propio Preámbulo de la Convención Americana de Derechos
Humanos.
40 Y en lo que respecta la subsidiaridad surge de “la exigencia del tratado de agotamiento de los recursos internos
en forma previa al acceso al sistema regional. (Artículo 46. 1. A y 61. 2, CADH).
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
424 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Al respecto, debemos decir que no existe un órgano superior a otro, pues considerar
que la Corte de Justicia o la Corte IDH, tienen un rango superior es poner la discusión en
caminos sin rumbos. Lo correcto es decir que ambos tienen funciones diferentes, por un lado,
la interpretación y respeto de la Convención Interamericana y por otro lado la protección del
derecho público argentino.
Ninguno tiene facultades para nulificar la decisión del otro órgano, con motivo de
establecer el alcance y el contenido de una decisión internacional o nacional. Pero sí debe
existir, como lo señalara el juez de la Corte Rosatti45 en el caso mencionado, un espíritu de
“diálogo jurisprudencial” que procure mantener la convergencia decisional entre los órganos
con competencia para dirimir conflictos en los ámbitos nacional e internacional, reconociendo
CAPÍTULO XXI
1. INTRODUCCIÓN
3 Corte IDH. Caso Almonacid Arellano vs. Chile. Excepciones preliminares, Fondo, Reparaciones y Costa.
Sentencia del 26 de septiembre de 2006. Serie C No. 154, párr. 124.
4 Sobre la inconvencionalidad de las leyes de amnistía existe una vasta jurisprudencia de la Corte IDH dentro de
la que se puede citar: Caso Barrios Altos vs. Perú. Fondo. Sentencia de 14 de marzo de 2001. Serie C, No. 75; Caso
Almonacid Arellano y otros vs. Chile. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 26 de
septiembre de 2006. Serie C, No. 154; Caso La Cantuta vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 29 de
noviembre de 2006. Serie C, No. 162; Caso Gomes Lund y otros (Guerrilha do Araguaia) vs. Brasil. Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de noviembre de 2010, Serie C, No. 219; Caso Gelman
Vs. Uruguay. Fondo y Reparaciones. Sentencia de 24 de febrero de 2011 Serie C, No. 221.
5 Alguno ejemplos de la utilización del derecho comparado por parte de la Corte de San José se pueden ver en
las sentencias Heliodoro Portugal vs. Panamá y Tiu Tojín vs. Guatemala tuvo en cuenta sentencias de tribunales
internos de Bolivia, Colombia, México, Panamá, Perú, y Venezuela sobre la imprescriptibilidad de delitos permanentes
como la desaparición forzada. Además, en la sentencia Atala Riffo y Niñas Vs. Chile utilizó pronunciamientos de
Tribunales Constitucionales y de su homóloga la Corte Europea de Derechos Humanos para reconocer la orientación
sexual como una categoría protegida por la Convención Americana.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
430 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
“Así, por ejemplo, tribunales de la más alta jerarquía en la región se han referido y han
aplicado el control de convencionalidad teniendo en cuenta interpretaciones efectuadas por
la Corte Interamericana. La Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia de Costa
Rica ha señalado que: debe advertirse que si la Corte Interamericana de Derechos Humanos
es el órgano natural para interpretar la Convención Americana sobre Derechos Humanos
[…], la fuerza de su decisión al interpretar la convención y enjuiciar leyes nacionales a
la luz de esta normativa, ya sea en caso contencioso o en una mera consulta, tendrá –de
principio- el mismo valor de la norma interpretada.
Esto es así por dos razones jurídicas concretas a saber: 1) El objeto de la competencia de
la Corte Interamericana de Derechos Humanos; y, 2) La aplicación de la doctrina del efecto
útil de las sentencias que versan sobre Derechos Humanos.
6 Corte IDH. Caso Cabrera García y Montiel Flores. Excepciones preliminares, Fondo, Reparaciones y Costa.
Sentencia del 26 de noviembre de 2010. Serie C No. 220, párr. 1.
7 Cfr. ALBANESE Susana. La internacionalización del derecho constitucional y la constitucionalización del
derecho internacional. En ALBANESE, Susana (coord.). El control de convencionalidad. Ed. Ediar, Buenos Aires, 2008.
8 VELANDIA CANOSA Eduardo Andrés. Derecho Constitucional Convencionalizado, p. 367 – 384. En ID,
MIRANDA BONILLA Haideer y OROZCO SOLANO Víctor. Los principios cardinales del derecho constitucional.
Ed. Nueva Jurídica, Bogotá, 2017.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
432 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
de Justicia. Ese órgano especializado fue creado con la reforma que se llevó a cabo en el mes
de mayo de 1989 de los artículos 10 y 48 de la Constitución. Posteriormente, se promulgó
la Ley de la Jurisdicción Constitucional, en el cual se desarrollan los diferentes procesos
constitucionales, competencias y funciones dentro de las que se destacan conocer en forma
exclusiva, los recursos de amparo, hábeas corpus, ejercer el control de la constitucionalidad
de las normas a través del conocimiento de acciones de inconstitucionalidad, consultas de
constitucionalidad y consultas judiciales de constitucionalidad y resolver los conflictos de
competencia entre los poderes del Estado9.
Por su parte, la Sala Constitucional desde sus primeros años de funciones ha mostrado
particular atención en la utilización de los instrumentos que conforman el Derecho Internacional
de los Derechos Humanos (DIDH) reconociendo que no solamente tienen un valor similar
a la Constitución, sino que, en la medida que otorguen mayores derechos o garantías a las
personas, priman sobre la norma fundamental10. Además, los jueces constitucionales han
establecido un carácter obligatorio a las opiniones consultivas y sentencias de la Corte IDH
con independencia de que el país haya sido parte o no en el proceso11. En este sentido se han
declarado inconstitucionalidad normativa interna por ser contraria a criterios interpretativos
desarrollados en opiniones consultivas.
9 Sobre el modelo de justicia constitucional costarricense se puede consultar: JINESTA LOBO Ernesto. Derecho
Procesal Constitucional. Ed. Guayacán, 2015. HERNÁNDEZ VALLE Rubén. Derecho Procesal Constitucional. Ed.
Juricentro, San José, 2014. ROCAFORT PIZA, Rodolfo. La Justicia Constitucional en Costa Rica. Ed. Investigaciones
Jurídicas, Primera Edición, 2004.
10 Sala Constitucional. Sentencias número 3435-1992, 5759-1993 y 2313-1995.
11 Sala Constitucional. Sentencias número 2312- 1995, 1682, 3043 y 4276 todas del 2007.
12 Sala Constitucional. Sentencia número 9685-2000.
MIRANDA BONILLA, Haideer
La Aplicación del Control de Convencionalidad en recientes sentencias de la Sala Constitucional de Costa Rica 433
en el caso Gelman de marzo de 2013 en la que realizó la distinción entre los efectos directos
e indirectos de las sentencias convencionales.
13 ARMIJO SANCHO Gilbert. La tutela supraconstitucional de los derechos humanos en Costa Rica, p. 39 – 62.
En Revista Ius et Praxis, vol. 9, núm. 1, 2003 Universidad de Talca, Chile.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
434 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
que son las siguientes: a) El control de convencionalidad debe ser ejercido, incluso, de
oficio, aunque las partes intervinientes no lo hayan instado o requerido y b) al ejercer el
control de convencionalidad, los jueces y Tribunales Constitucionales, gozan del “margen de
apreciación nacional”, sea como un todo que tiene plenitud hermética, para poder concluir
si una norma nacional infringe o no el parámetro de convencionalidad; consecuentemente,
no pueden hacerse análisis aislados como si el ordenamiento jurídico estuviere constituido
por compartimentos estancos o segmentados. Cabe destacar que el margen de apreciación
nacional es un concepto jurídico indeterminado que permite la convergencia y armonización
del derecho nacional y del interamericano, estableciendo un umbral de convergencia que
permite superar la relatividad de las tradiciones jurídicas nacionales”14.
“(…) En este sentido, la autoridad para conocer de las infracciones a las normas
constitucionales, como las convencionales de derechos humanos, debe ser ejercida por la
jurisdicción constitucional, porque se complementan unas y otras, naturalmente se atraen
(doctrina que se evidencia en la sentencia de la Sala Constitucional No. 1995-2313), y,
en consecuencia, los mismos mecanismos que tienen los jueces para elevar consultas de
constitucionalidad, pueden utilizarse para las consultas por convencionalidad (según los
criterios señalados en la sentencia de la Sala Constitucional No. 1995-1185). En estos casos,
los artículos 102 y siguientes de la Ley de la Jurisdicción Constitucional, transmutan para
dar cabida al control de convencionalidad cuando la norma de derecho nacional se opone al
corpus iuris interamericano u otros compromisos internacionales de derechos fundamentales.
Esta transformación de las normas de la Ley de la Jurisdicción Constitucional no proviene
de una decisión en el vacío, sino en atención a lo sostenido por la Corte Interamericana
de Derechos Humanos en el caso Trabajadores Cesados del Congreso, que impone este
control a los jueces, y en consecuencia el Estado, debe actuar conforme”. (Lo subrayado no
corresponde al original).
ordinario la desaplicación de la norma por considerar que es inconvencional, sino que debe
presentar consulta judicial de “convencionalidad”. Esa tesis coincide con lo expuesto por la
Corte Costituzionale en las sentencias números 348 y 349 del 2007 en las que determinó que
cuando juez ordinario tiene serias dudas sobre la inconvencionalidad de normativa interna
que no es superable en vía interpretativa no puede desaplicarla sino que tiene la obligación
de presentar la cuestión incidental ante ella20. Nótese que la Corte IDH ha reiterado en su
jurisprudencia que la Convención Americana no impone un modelo específico para realizar
un control de constitucionalidad y convencionalidad21, motivo por el cual la determinación
del modelo de convencionalidad en sede nacional es decisión discrecional de los Estados.
20 En la sentencia número 348-2007 la Corte Constitucional indicó: “Il giudice comune non ha, dunque, il potere
di disapplicare la norma legislativa ordinaria ritenuta in contrasto con una norma della Convenzione Europea dei
Diritti Umani (CEDU), poiché l’asserita incompatibilità tra le due si presenta come una questione di legittimità
costituzionale, per eventuale violazione dell’art. 117, primo comma della Costituzione, di esclusiva competenza del
giudice delle leggi”.
21 Corte IDH. Caso Liakat Ali Alibux Vs. Suriname. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 30 de enero de 2014, Serie C No. 276, párr. 124.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
438 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
En los recursos de hábeas corpus donde los privados de libertad aleguen tortura o maltrato
por parte de funcionarios penitenciarios o estatales se ha determinado que la carga de la
prueba recae sobre éstos. Sobre el tema es de gran importancia lo dispuesto en el voto número
2014-7274 en el que se indicó:
personal de todo individuo que se halla bajo su custodia (Caso López Alvarez), por lo que
-en consecuencia- recae en el Estado la obligación de proveer una explicación satisfactoria
y convincente que permita desvirtuar las alegaciones sobre su responsabilidad (Caso
Juan Humberto Sánchez).- Asimismo, ha establecido que “una de las condiciones para
garantizar efectivamente los derechos a la vida, a la integridad y a la libertad personales
es el cumplimiento del deber de investigar las afectaciones a los mismos, que se deriva
del artículo 1.1 de la Convención en conjunto con el derecho sustantivo que debe ser
amparado, protegido o garantizado. La obligación de investigar constituye un medio
para garantizar los derechos protegidos en los artículos 4,5 y 7 de la Convención, y su
incumplimiento acarrea la responsabilidad internacional del Estado”. (Caso Velásquez
Rodríguez Honduras; Kawas Fernández vs. Honduras; Campo Algodonero vs México;
Fernández Ortega y otro vs México). En la misma línea, la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos ha establecido que aun cuanto la aplicación de tortura o tratos crueles
inhumanos o degradantes no haya sido denunciada ante las autoridades competentes, en
todo caso en que existan indicios de su ocurrencia el Estado deberá iniciar de oficio y de
inmediato una investigación.
IV. De conformidad con la misma jurisprudencia citada, ese deber de investigación efectiva
debe hacerse en forma diligente para evitar la impunidad y así como evitar que los hechos
se repitan, de manera que una vez que las autoridades estatales han tenido conocimiento del
hecho, deben actuar de oficio y sin dilación, para efectuar una investigación, seria, imparcial
y efectiva por todos los medios legales disponibles y orientada a determinar la verdad, y
eventual castigo de los autores responsables de los hechos. En ese contexto, las sanciones
administrativas o penales tienen un rol importante para crear la clase de competencia y
cultura institucional adecuada para frenar patrones sistemáticos de abuso a los derechos
fundamentales, los cuales no se podrían evitar si las personas responsables continúan en sus
cargos con posiciones de autoridad que pueden generar impunidad y crear las condiciones
para que los factores que inciden en el contexto de violencia persistan o se agraven.
V.- También es absolutamente claro que la situación particular de una persona privada
de libertad, limita y dificulta su actuación y acceso a elementos probatorios que respalden
su denuncia, en ésta sede de tutela constitucional y en tal sentido, la regla según la cual
corresponde al accionante probar todos los hechos en que fundamenta su acción de
amparo, debe aplicarse de manera flexible porque en la situación de vulnerabilidad en que
se encuentra, éste sólo debe probar aquellos hechos que le sea posible demostrar desde
su situación particular y por el contrario, como se indicó supra, la jurisprudencia de la
Corte Interamericana exige que sean las autoridades responsables de los detenidos los que
desvirtúen en forma fehaciente los hechos denunciados. Estas circunstancias demuestran que
estamos en este caso frente a un claro desequilibrio de las posiciones procesales, que debe
corregirse desplazando la carga de la prueba, con el fin de no impedir el equitativo ejercicio
y acceso a la justicia y el descubrimiento de la verdad”22. (Lo subrayado no corresponde al
original).
“No obstante en el trámite del proceso extraditorio que se analiza, no hacen las
autoridades recurridas la diferencia si la persona a extraditar no ha sido juzgada. No le dan
el tratamiento distinto al reclamado que ya ha sido juzgado y condenado por los tribunales
del Estado requirente, en cuyo caso basta acompañar certificación literal de la sentencia
ejecutoriada, y al reclamado que no ha sido juzgado, dando por cumplidos los requisitos de
la extradición sin verificar si el expediente aportado por el Estados solicitante, contiene o no
las pruebas y documentos para dar las garantías procesales. En efecto, la posición que asume
el tribunal penal recurrido, que tramita la extradición, se limita a corroborar cuáles son los
hechos por los que se le viene investigando al extraditable, cuál es el tipo penal aplicable
y cuál sería su eventual sanción, haciendo total omisión de la verificación de la prueba o
los indicios comprobados que contiene el expediente. Sobre este particular, a criterio de
esta Sala, tal posición contraviene lo dispuesto en los artículos 37 y 39 constitucionales,
porque la extradición, en el caso particular en que el amparado extraditable no ha sido
juzgado en el país requirente, para ser concedida, debe contar con la prueba o los indicios
mínimos razonables, que consten al expediente. Es una exigencia mínima para legitimar el
ejercicio de la privación de libertad con el fin de acatar la petición del país requirente. En
este asunto, la decisión de extradición que se analiza omite verificar si el Estado solicitante
aportó la documentación probatoria idónea para sustentar la entrega de la persona al Estado
requirente, tal y como lo dispone la normativa que regula el trámite de extradición contenida
en el Art. 11.1.a de la Convención Interamericana sobre Extradición, en relación con el 9.c.
2 de la Ley de Extradición, que es la número 4795 de 16 de julio de 1971.
“Así las cosas, al quedar fehacientemente demostrado en este asunto, que el extraditable
no ha sido juzgado ni condenado por los tribunales del Estado requirente y, tal y como ya
se explicó, no basta para garantizar el debido proceso al amparado, la sola comprobación
de la solicitud formal de la extradición por parte del Estado requirente, así como tampoco
es suficiente determinar cuáles son los hechos por los que se le viene investigando, cuál
es el tipo penal aplicable y cuál sería su eventual sanción, resulta imperativo constatar
por parte de la autoridad penal, en los casos en que el extraditable no ha sido juzgado
y condenado por el Estado requirente, que se haya aportado al expediente elementos de
prueba o indicios, suficientes e idóneos, que justifiquen la retención del extraditado para
someterse a la pretensión represiva del Estado requirente. Esto es, no puede eludirse el
examen de la comprobación de la prueba o indicio suficiente contra el amparado, para que
se le prive de su libertad y se le someta a un enjuiciamiento, donde lo que se cuestiona es la
perseguibilidad y no la punibilidad”.
En la presente resolución son de particular interés las razones adicionales del Magistrado
Cruz Castro quien estimó que el Estado venezolano presenta serias debilidades jurídico-
políticas para asegurarle al amparado un enjuiciamiento que cumpla con las garantías
básicas de un debido proceso, esto conforme a las normas constitucionales y el derecho
internacional de los derechos humanos, lo cual se ve reforzado con el hecho que denunciaron
la competencia contenciosa de la Corte IDH y la falta de independencia judicial24. Al
respecto, para fundamentar esa afirmación el juez constitucional indicó:
24 BREWER CARIAS Allan. El rol del juez constitucional en Venezuela en la demolición del Estado de
Derecho. En http://allanbrewercarias.com/. ID El golpe a la democracia dado por la Sala Constitucional. Ed. Jurídica
Venezolana, 2014. El juez constitucional al servicio del autoritarismo y la ilegitima mutación de la Constitución: el
caso de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela (1999 – 2009). En Revista de Derecho
Administrativo, número 21, 2009, España.
MIRANDA BONILLA, Haideer
La Aplicación del Control de Convencionalidad en recientes sentencias de la Sala Constitucional de Costa Rica 443
judiciales en un sentido amplio. El poder penal requiere la vigencia efectiva del derecho
internacional de los derechos humanos, lo que no se aprecia en este caso. Por eso el informe
del Consejo Económico y Social (E/c.12/Ven./CO3) del 19 de junio señala su preocupación
por dicha denuncia, porque puede afectar la vigencia efectiva de los derechos fundamentales.
buen manto para ocultar la arbitrariedad y el abuso de poder. En el informe recién citado se
mencionan las declaraciones de Gabriela Kanul, en las que expresó su preocupación por la
“..interferencia del poder político en el poder judicial y el incremento de los incidentes que
vulneran los derechos humanos de los jueces y fiscales venezolanos…” (ver página 520 del
informe)
5. CONCLUSIONES
El control de convencionalidad tiene dos manifestaciones: una de carácter concentrado
que ejerce la Corte IDH, y otra de carácter difuso que ejercen los jueces a nivel nacional.
En este sentido, se reconoce la existencia de un control de convencionalidad en sede
internacional y otro en sede nacional. En el plano nacional es de gran interés su aplicación
por las jurisdicciones constitucionales de la región.
Al respecto, la Sala Constitucional desde sus primeros años de funciones ha ejercido un
efectivo control de convencionalidad. Lo anterior, se evidencia en el valor “supraconstitucional”
que le ha reconocido a los Tratados Internacionales de Derechos Humanos, en la medida en
que brinden un mayor ámbito de protección al que ofrece la Constitución25. Además de ese
valor privilegiado extendido a la Convención Americana y a la jurisprudencia de la Corte
IDH declarando en varias oportunidades la inconstitucionalidad de una norma nacional por
ser contraria al parámetro de convencionalidad, incluso con fundamento en lo dispuesto en
una opinión consultiva a las cuales les ha otorgado un carácter vinculante reconociendo.
Lo anterior demuestra como la jurisdicción constitucional ha realizado un “control de
convencionalidad preventivo”, término incorporado y utilizado recientemente por la propia
Corte IDH en la opinión consultiva OC-2226.
25 ARMIJO SANCHO Gilbert. La tutela supraconstitucional de los derechos humanos en Costa Rica, p. 39 – 62.
En Revista Ius et Praxis, vol. 9, núm. 1, 2003 Universidad de Talca, Chile.
26 CORTE IDH. Opinión Consultiva OC-22/16 del 26 de febrero de 2016 solicitada por la República de Panamá.
Titularidad de Derechos de las Personas Jurídicas en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos (Interpretación
y alcance del artículo 1.2, en relación con los artículos 1.1, 8, 11.2, 13, 16, 21, 24, 25, 29, 30, 44, 46 y 62.3 de la
MIRANDA BONILLA, Haideer
La Aplicación del Control de Convencionalidad en recientes sentencias de la Sala Constitucional de Costa Rica 445
Nótese además que tales criterios interpretativos fueron tomados en cuenta por la Corte
IDH en la formalización del control de convencionalidad en el fallo Almonacid Arellano
vs. Chile y en las posteriores sentencias en las que se ha perfeccionado ese instituto. Al
respecto, en la sentencia Cabrera García y Montiel Flores vs. México se indicó: “Así, por
ejemplo, tribunales de la más alta jerarquía en la región se han referido y han aplicado el
control de convencionalidad teniendo en cuenta interpretaciones efectuadas por la Corte
Interamericana. La Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia de Costa Rica ha
señalado que: debe advertirse que si la Corte Interamericana de Derechos Humanos es el
órgano natural para interpretar la Convención Americana sobre Derechos Humanos […],
la fuerza de su decisión al interpretar la convención y enjuiciar leyes nacionales a la luz de
esta normativa, ya sea en caso contencioso o en una mera consulta, tendrá –de principio- el
mismo valor de la norma interpretada”.
Convención Americana sobre Derechos Humanos, así como del artículo 8.1.a y b del Protocolo de San Salvador),
párr. 26.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
446 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
llevado a cabo en algunos de los casos sin citar expresamente la jurisprudencia de la Corte
IDH, sin embargo, se reconoce el criterio interpretativo de convencionalidad. No obstante
esa interacción no es ajena a conflictos o desacuerdos, tal y como aconteció en la sentencia
número 1692-2016 donde la Sala Constitucional declaró la inconstitucionalidad del decreto
ejecutivo que implementaba la fecundación in vitro en nuestro ordenamiento. En tal sentido,
lo importante es que estas diferencias no desencadenen en una guerra entre jurisdicciones,
sino que exista una sana retroalimentación a fin de garantizar una efectiva protección27.
6. BIBLIOGRAFÍA
27 Sobre el tema se puede consultar el interesante estudio de PÉREZ SALAZAR Gonzalo. Algunas notas
sobre el diálogo judicial entre la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia y la Corte Interamericana
de Derechos Humanos, pp. 241 – 256. En ID (Coordinador). VI Congreso Internacional de Derecho Procesal & IV
Congreso de Derecho Administrativo. Homenaje al Prof. Carlos Ayala Corao. Universidad Monteávila, Caracas, 2017.
MIRANDA BONILLA, Haideer
La Aplicación del Control de Convencionalidad en recientes sentencias de la Sala Constitucional de Costa Rica 447
PÉREZ SALAZAR Gonzalo. Algunas notas sobre el diálogo judicial entre la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia y la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, pp. 241 – 256. En ID (Coordinador). VI Congreso Internacional de Derecho
Procesal & IV Congreso de Derecho Administrativo. Homenaje al Prof. Carlos Ayala Corao.
Universidad Monteávila, Caracas, 2017.
En materia procesal penal uno de los temas que mayor conflicto despierta en el
ámbito práctico es la prisión provisional como medida cautelar personal en la medida
en que entre esta institución procesal y los postulados principialistas de la mayoría de
las constituciones políticas de América Latina se generan tensiones que están llamadas
a resolverse vía aplicación de contenidos constitucionales, empero, la realidad actual
de un contexto globalizado, también en el mundo jurídico, obliga a observar nuestra
realidad ya no solo desde la vista de las cartas políticas de cada país individualmente
considerado sino desde una vista regional con lo cual necesario se hace analizar cómo
la figura del control de convencionalidad ha empezado a generar criterios que obligan
a restringir el uso indiscriminado de la prisión preventiva y a aplicarla, como es su real
naturaleza, bajo lineamientos de la mayor residualidad, excepcionalidad y absoluta y
probada necesidad.
Lo anterior comportó que dentro de los procesos de formación de los juristas de América
Latina sólo se concediera importancia a la Ley como tal, pero muy poca – o ninguna –
relevancia a las constituciones de los Estados, con lo cual los estatutos procesales penales
de la región establecían exigencias normativas para que fuese procedente la imposición
de medidas cautelares sobre las personas procesadas,siendo la más representativa de
ellas la prisión preventiva, pero sin ningún tipo de soporte principialista que orientara la
interpretación y aplicación de dicha institución procesal con lo cual la limitación de los
ejercicios hermenéuticos y de valoración en la actividad judicial permitió la cotidianidad de
las detenciones cautelares producto de la aplicación “irracional” de la Ley bajo la tradicional
fórmula silogística desde antiguo aplicada.
2 HERRERA, Carlos Miguel. “La polémica Schmitt-Kelsen sobre el guardián de la Constitución” En “Revista
de estudios políticos” Nº 86. Centro de Estudios Políticos y Constitucionales. Madrid. España. 1994. ISSN 0048-
7694 PÁG 195-228.
3 Recuérdese que en el mundo jurídico anglosajón-norteamericano la fuente del control de constitucionalidad
de la Ley tiene su origen reconocido en la sentencia Marbury vs Madison si bien en ese contexto realmente el primer
antecedente de control abstracto de constitucionalidad se dio en la sentencia del caso Bonham en 1606 donde el Juez
Edward Coke propuso la supremacía del common law sobre actos del parlamento y de la corona. Al respecto véase
QUIROGA NATALE, Edgar Andrés. “Derecho y Justicia Constitucional Multinivel”. Tesis Postdoctoral del autor
citado. Universidad de Bolonia (Italia). 2017. Pág. 172.
3 GARCÍA VILLEGAS, Mauricio. “CONSTITUCIONALISMO ASPIRACIONAL: DERECHO, DEMOCRACIA
Y CAMBIO SOCIAL EN AMÉRICA LATINA” en revista “Análisis Político”, [S.1.], v. 25, n. 75, p. 89-110, mayo
2012. ISSN 0121-4705. Disponible en https://revistas.unal.edu.co/index.php/anpol/article/view/43508. Fecha de
acceso: 10 dic 2017. Expone el autor como las más relevantes: Brasil en 1988, Colombia en 1991, Paraguay en 1992,
Perú en 1993, Ecuador en 1998, Venezuela en 1999, Ecuador de nuevo en 2008 y Bolivia en 2009.
4 Colombia en su artículo 4º constitucional de forma expresa expone el valor normativo de las cláusulas
constitucionales y su supremacía sobre otras formas normativas con lo cual, de contera, nace para este país la figura
RUÍZ HERNÁNDEZ, Andrés Fernando
La prisión preventiva en América Latina. Una mirada desde el control de convencionalidad 485
de control de constitucionalidad conocida como “excepción de inconstitucionalidad”; en Perú dicho valor normativo
se consagra en el artículo 51 de la Constitución Política de 1993; en Ecuador, en materia de vigencia de derechos y
garantías constitucionales, el artículo 18 de la Constitución de 1998 ya consagraba dicho valor normativo (Al respecto
ver TRUJILLO VÁSQUEZ, Julio César. “La fuerza normativa de la Constitución ecuatoriana actual”. Foro: revista
de derecho. 3 (II Semestre, 2004): 89-108. Universidad Andina Simón Bolívar (UASB). Quito. 2004. ISSN 1390-
2466) y la Constitución Política de 2008 consagra el título IX a la supremacía de la Constitución para, en el cuerpo
del artículo 424, expresamente dar la Constitución Política el valor de norma suprema; en Chile el artículo 6º de la
Constitución de 1980, etc.
5 Argentina tiene la acción de amparo en el artículo 43 de su Constitución Política desde el año de 1994 con
la reforma de ese año; en Colombia está consagrada bajo la denominación de “acción de tutela” en el artículo 86
superior; en Perú está consagrada de forma expresa en el artículo 200 numeral 2º bajo el mismo nomen iuris que en
Argentina: Acción de amparo; en Ecuador, en la Constitución Política de 2008 la “acción de protección” se consagra
en el artículo 88, etc. Lo anterior, sin perjuicio de hacer cita del Hábeas Corpus como acción o mecanismo de
protección exclusivo del derecho de libertad.
6 Se hace referencia a la incorporación de formas de superación de tensiones entre principios o de justificación
de medidas que puedan afectar derechos y garantías fundamentales, constitucionales o superiores como lo son el test
de ponderación, el de proporcionalidad, el de razonabilidad, etc. Al respecto véase, entre otros, ALEXY, Robert. “El
concepto y la validez del Derecho” (J. Malem Seña, trad.), Barcelona, Gedisa, 1997. ALEXY, Robert. “Teoría de la
argumentación jurídica” (M. Atienza e I. Espejo, trad.), Madrid, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales,
2007. ALEXY, Robert. “Teoría de los derechos fundamentales” (C. Bernal Pulido, trad.), Madrid, Centro de Estudios
Políticos y Constitucionales, 2007.
7 RUÍZ HERNÁNDEZ, Andrés Fernando. “1991-2011: Reflexiones sobre 20 años de constitucionalización del
derecho penal en Colombia” capítulo de libro en “Estado y Derecho en clave constitucional”. Universidad Pedagógica
y Tecnológica de Colombia. Tunja. 2012. ISBN 978-958-44-9886-1.
8 En el caso colombiano hubo una manifestación expresa de lo manifestado: el sistema penal oral acusatorio fue
introducido en el ordenamiento jurídico colombiano a través del acto legislativo 03 de 2002 que modificó el artículo
250 constitucional y a través del cual se introdujo la figura del juez de control de garantías; dicha reforma constitucional
dio lugar a la expedición del actual Código de Procedimiento Penal (Ley 906 de 2004). Con ocasión de la modificación
constitucional mencionada, la Corte Constitucional en sentencia de análisis transversal de constitucionalidad de la
Ley 906 de 2004, la sentencia C-591 de 2005, expuso que el juez de control de garantías no puede entenderse que
depende jerárquicamente de la Corte Suprema de Justicia dejando en claro que ello no es producto del arbitrio del
legislador sino producto de la naturaleza de la función que entran a desarrollar en el marco del proceso penal; así, si
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
486 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Todo lo hasta acá expuesto implicó, en teoría, que de forma efectiva se deberían abandonar
las prácticas nocivas para los derechos tales como la superficialidad en las exigencias
probatorias y argumentativas que avalaban restricción de derechos, como ocurre con la
libertad cuando hay prisión preventiva; que la presunción de inocencia contaría realmente con
el hecho de que al procesado se le tratara como inocente hasta que su responsabilidad penal no
bien formalmente se denominan jueces penal de control de garantías su real espectro funcional es preminentemente
constitucional más que penal.
9 Al respecto véase Corte Constitucional. Sentencia C-774 de 2001. En esta providencia la Corte establece que la
imposición de prisión preventiva (En Colombia denominada medida de aseguramiento de detención preventiva) sólo
con base en las exigencias de Ley si bien comporta la legalidad de la medida a la vez implica la inconstitucionalidad
de la misma toda vez que debe demostrarse en el caso concreto que la medida a aplicar, pese a lo que se establece
normativamente, es proporcional; en caso de que la medida sea solo legal mas no constitucional queda abierta la
posibilidad de que vía recurso de amparo (denominada en Colombia acción de tutela) se restablezca de la vulneración
directa en que el ente acusador estaría incurriendo la vigencia del derecho de libertad y de debido proceso. No está
de más mencionar que esta sentencia es control de constitucionalidad abstracto del anterior estatuto procesal penal
(Ley 600 de 2000) toda vez que en virtud de la implementación del sistema penal oral acusatorio se expidió en el
año 2004 el actual Código de Procedimiento Penal (Ley 906 de 2004).
RUÍZ HERNÁNDEZ, Andrés Fernando
La prisión preventiva en América Latina. Una mirada desde el control de convencionalidad 487
quedara acreditada y con que se buscaría en tiempos razonables definir la situación jurídica
del procesado; desafortunadamente, pese a las transiciones constitucionales y normativas,
a la implementación e impulso de nuevos instrumentos concretos de control constitucional
de esas medidas, al desarrollo que la jurisprudencia, especialmente constitucional1011, ha
efectuado al respecto, etc. la prisión preventiva es una de las formas de más fácil procedencia
para afectar derechos constitucionales en general, y derecho de libertad en particular.
10 DEL RIO LABARTHE, Gonzalo. “La prisión preventiva en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional”. En
“Anuario de Derecho Penal”. 2008. Disponible en http://perso.unifr.ch/derechopenal/assets/files/anuario/an_2008_04.
pdf fecha de consulta 14 de diciembre de 2017.
11 RUIZ HERNÁNDEZ, Andrés Fernando. “El control constitucional de la medida de aseguramiento de
detención preventiva” capítulo de libro “Estudios de Derecho Procesal Constitucional”. Ed. VC Editores. Bogotá.
2011. ISBN 978-958-99462-0-6.
12 Bloque de constitucionalidad en sentido lato hace referencia al bloque normativo de derecho interno de un
Estado que se da entre el texto constitucional y un compendio de normas de la más alta jerarquía como las leyes
estatutarias y/o orgánicas. Un muy adecuado acercamiento al tema se puede apreciar en UPRIMNY, Rodrigo. “El
bloque de constitucionalidad en Colombia. Un análisis jurisprudencial y un ensayo de sistematización doctrinal”.
Disponible en https://www.dejusticia.org/wp-content/uploads/2017/04/fi_name_recurso_46.pdf. Fecha de consulta:
11 de diciembre de 2017.
13 Bloque de constitucionalidad en sentido estricto (strictu sensu) que hace referencia a los tratados internacionales
que versen sobre derechos humanos aprobados y ratificados y que no sean susceptibles de suspensión en vigencia de
estados excepcionales. Al respecto UPRIMNY, Rodrigo. Ob. Cit.
14 Control concreto entendido como análisis constitucional en casos particulares en donde
la decisión judicial cuenta con alcances exclusivos para las partes (efectos inter-partes por
regla general) como en el caso de la acción de amparo de Perú o acción de tutela en Colombia.
15 Control abstracto entendido como control de constitucionalidad de las leyes. Por regla
general este tipo de control es concentrado y cuenta con efectos erga-omnes.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
488 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Con todo, no es igual que dichos instrumentos internacionales deban ser valorados,
interpretados y entendidos como bloque con la Constitución Política de cada país por parte
de la correspondiente autoridad judicial constitucional de cierre, a que esas actividades
se desarrollen por una autoridad judicial propia del sistema contenido en el instrumento
internacional mismo; efectivamente, son muy pocos los sistemas que cuentan con su propio
esquema de justicia y dentro de los cuales los dos más representativos son, en primer lugar,
el que deriva del Convenio Europeo de Derechos Humanos adoptado por el Consejo Europeo
y cuyo órgano de justicia es el Tribunal Europeo de Derechos Humanos más conocido como
Tribunal de Estrasburgo y, en segundo término, el que deviene de la Convención Americana
de Derechos Humanos cuyo órgano de justicia es dual como ya se mencionó conformado
por la Comisión y la Corte. Bajo ese entendido, se parte del deber por parte de los Estados
miembros de acatar las decisiones que esos sistemas de justicia dispongan.
Así, debe recordarse que con la entrada en vigencia de la Constitución Política de 1991
que cumplía con las características reseñadas al inicio de este escrito se expidió el Decreto
2700 de 199116 como estatuto procesal penal, entre otras razones, con ocasión de que la
naciente carta política creo un órgano nuevo encargado del ejercicio de la acción penal: la
Fiscalía General de la Nación con lo cual se requería de una normatividad que diera lugar
al desarrollo efectivo del ámbito funcional de dicha entidad; en dicho estatuto si bien se
hablaba de una pluralidad de alternativas como modalidades de medida de aseguramiento
(conminación, caución, prohibición de salir del país, detención domiciliaria y detención
preventiva) a renglón seguido se establecía que en los casos de competencia de los jueces
regionales la única modalidad admitida era la detención preventiva.17
16 Es necesario aclarar que por expreso mandato del artículo 150 constitucional referente a las leyes y competencias
del congreso en el numeral 2º se le encarga al legislativo de la expedición de los códigos, sin embargo, este Código
de Procedimiento Penal se expidió por decreto en virtud de que así estaba dispuesto por el artículo 5º, literal “a”
transitorio de la misma Constitución referente a las facultades extraordinarias conferidas al Presidente de la República
para expedir las normas de organización y funcionamiento de la Fiscalía General de la nación así como las normas
del procedimiento penal.
17 Decreto 2700 de 1991. Artículo 388. “Requisitos sustanciales. Son medidas de aseguramiento para los
imputables, la conminación, la caución, la prohibición de salir del país, la detención domiciliaria y la detención
preventiva, las cuales se aplicarán cuando contra del sindicado resultare por lo menos un indicio grave de
responsabilidad, con base en las pruebas legalmente producidas en el proceso.
En los delitos de competencia de los jueces regionales sólo procede como medida de aseguramiento, la detención
preventiva.”
18 Pese al señalamiento efectuado debe mencionarse que en los diversos análisis efectuados a dicha norma en
sede de control abstracto de constitucionalidad la Corte siempre declaró exequible la norma (Corte Constitucional,
Sentencias C-150 de 1993, C-106 de 1994 y C-774 de 2001) tan solo en su último pronunciamiento exigió al fiscal
no solo cumplir con las exigencias de ley sino con el agotamiento del test de proporcionalidad so pena de someter
su decisión de detención preventiva a control constitucional concreto vía acción de tutela (Corte Constitucional.
Sentencia C-774 de 2001).
19 Ley 600 de 2000. Artículo 356: Requisitos. Solamente se tendrá como medida de aseguramiento para los
imputables la detención preventiva….
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
490 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
las actuaciones penales por encarcelar para investigar en lugar de investigar para encarcelar
y generó en el ente persecutor la cultura de la privación de la libertad como regla general.
Finalmente, con la reforma constitucional que dio paso al sistema procesal de tendencia
acusatoria20 se expide la Ley 906 de 2004 que a diferencia de los estatutos antes mencionados
indica estar en perfecta alineación con los postulados principialistas constitucionales y
consagra no solo una serie de principios rectores de todo el procedimiento sino principios
especiales del régimen de la libertad y su restricción. Efectivamente, los artículos 295 y 296
establecen, el primero de ellos, la regla hermenéutica bajo la cual la interpretación de las
normas que restrinjan el derecho de libertad debe hacerse de forma restrictiva y su aplicación
de forma excepcional y bajo lineamientos de necesidad, adecuación, proporcionalidad y
razonabilidad y el segundo los fines mismos de la medida de aseguramiento (cualquiera
que sea su modalidad) que guardan plena identidad con los fines cautelares reseñados en
el artículo 250 constitucional modificado aunando que no bastó con su enumeración en
esta norma sino que son desarrollados de forma individual21 en el mismo cuerpo legal para
establecer de forma individual sus propios requisitos; aunado a ello se consagra todo un
abanico de opciones o modalidades de medida cautelar personal divididas entre privativas y
no privativas de la libertad22 y en donde se cuenta con norma expresa de los eventos en los
cuales procede la prisión preventiva.23
26 Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC). Oficina Asesora de Planeación y Grupo Estadística.
Informe Estadístico 2017 Nº 1º. Pág. 35. Disponible en http://www.inpec.gov.co/portal/page/portal/Inpec/Institucion/
Estad%EDsticas/Estadisticas/Informes%20y%20Boletines%20Estad%EDsticos/1%20INFORME%20ENERO%20
2017.pdf.
27 Ibídem. Pág. 28.
28 Véase Corte Constitucional de Colombia. Sentencias T-153 de 1998 y T-388 de 2013. Igualmente se sugiere
consultar las sentencias T-762 de 2015 y más recientemente la T-197 de 2017.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
492 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Con todo, otro aporte de esta Ley 1760 de 2015 en el desarrollo de los contenidos y
postulados garantistas de origen constitucional se efectuó en el sentido que la calificación
jurídica de la conducta investigada no es per se forma de presumir o probar la configuración y
acreditación de alguno o algunos de los fines constitucionales de la medida de aseguramiento
con lo cual se realizó un aporte de gran valía en defensa efectiva del principio de presunción
de inocencia.
Posteriormente se expide la Ley 1786 de julio 1º de 2016 que da unos pasos atrás en dicho
sentido garantista cuando adiciona una clase de delitos30 respecto de los cuales es factible la
duplicación de los términos de duración de la prisión preventiva a la par que aplazó en un año
más la entrada en vigencia de la regulación que la Ley 1760 de 2015 consagraba en punto de
las causales de libertad.
29 Sólo es posible duplicar el término de vigencia de la prisión preventiva cuando la competencia funcional para
conocer del caso sea de los jueces penales del circuito especializados, cuando sean 3 o más las personas procesadas
o cuando se trataré de actos de corrupción en los términos de la Ley 1474 de 2011. Ley 1760 de 2015 Artículo 1º.
30 Se hace referencia a los delitos del Título IV del Libro II del Código Penal (Ley 599 de 2000), es decir, los
delitos contra la Libertad, Integridad y Formación Sexuales. Ley 1786 de 2016.
RUÍZ HERNÁNDEZ, Andrés Fernando
La prisión preventiva en América Latina. Una mirada desde el control de convencionalidad 493
En el marco del derecho internacional público se tiene que el principio pacta sunt servanda
implica el compromiso serio y de buena fe de dar cumplimiento a las obligaciones que un
Estado adquiere con otro u otros o con organismos internacionales, empero, no es común
que aunado a dicho principio una de las obligaciones de los Estados consista en acomodar,
desarrollar o cuando menos armonizar su ordenamiento jurídico interno con los términos del
correspondiente instrumento internacional del que se trate.
Pues bien, la Convención Americana de Derechos Humanos cuenta con una cláusula que
se ha erigido como la puerta de acceso de la figura del “Control de Convencionalidad”; en
efecto, el artículo 2º de la Convención menciona:
Con dicha cláusula se tiene que un gran marco de acción que tiene la Corte frente a
las obligaciones de los Estados parte de la Convención se da en el contexto que dicha
responsabilidad por vulneración de los derechos humanos no solo es por acción sino,
igualmente, por omisión y es recurrente que los ordenamientos jurídicos internos de los
Estados parte no hayan desarrollado en todo o en parte el total del clausulado de la Convención
como se exige en el artículo 2º trascrito lo que ha dado lugar a que, en no pocas ocasiones, la
Corte Interamericana demande ante las omisiones mencionadas una respuesta activa de las
autoridades judiciales y administrativas de los Estados miembros en defensa de las garantías
y de los derechos convencionalmente estipulados; así, por ejemplo, en el año 200831 la Corte
hace un llamado a los jueces de los Estados parte de la Convención para que “ex officio”
así como realizan control de constitucionalidad entre sus respectivas constituciones y las
normas jurídicas de derecho interno realicen un “control de convencionalidad” a efectuarse
entre los términos de la Convención y las normas de sus respectivos ordenamientos jurídicos
habilitando así a las autoridades judiciales de los Estados miembros a la interpretación y
aplicación directa de las cláusulas convencionales que en mejor y mayor medida optimicen
la vigencia de los derechos consagrados en dicho instrumento internacional.
31 CIDH. Caso Trabajadores Cesados del Congreso (Aguado Alfaro y otros) contra Perú. Sentencia de 24 de
noviembre de 2006.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
494 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Así, en el marco propio de la defensa de los derechos humanos si bien se tiene que en el
sistema interamericano de justicia se debate exclusivamente la responsabilidad de los Estados
por violación de dicha clase de derechos, ello no es óbice para que la Corte Interamericana
dé el ejemplo y exponga la línea bajo la cual se debe, en cumplimiento del mencionado
artículo 2º convencional, dar efectividad a los derechos convencionalmente consagrados
no solo definiendo la responsabilidad del Estado enjuiciado sino, si es del caso, ordenar
modificaciones a sus ordenamientos jurídicos internos tanto a nivel constitucional33 como
legal34 o dejando sin efectos normas jurídicas de un Estado35 ante la incompatibilidad con la
Convención.
Así, si bien el informe de 2017 es extenso por la manifiesta pluralidad de aristas que
aborda en el análisis, se tiene que la Comisión Interamericana en punto de política criminal
reseña especialmente medidas tanto legislativas como judiciales referentes a la prisión
preventiva en donde respecto de las primeras se pronuncia sobre los términos de duración
de la detención preventiva, la imposición de mayores requisitos para decretar la misma y
la configuración de procesos abreviados o inmediatos entre otros en tanto que respecto de
las medidas judiciales referencia el desarrollo y los avances jurisprudenciales así como los
desafíos a los funcionarios judiciales, punto este sobre el que en especial versa el ámbito de
control de convencionalidad al que se ha venido haciendo referencia.
En punto judicial, debe decirse que aún con bastante antelación a los términos del
informe de la Comisión, la Corte Constitucional de Colombia ha mantenido de forma
37 Corte Constitucional. Sentencia C-209 de 2007. En el marco del proceso penal colombiano se consideró por
parte de la Corte que no solo la fiscalía como titular de la acción penal cuenta con legitimidad por activa para la
solicitud de la imposición de medida de aseguramiento, sino que la misma situación se hace predicable de la víctima
o su representante judicial. Esta sentencia fue base misma de la modificación normativa que en este sentido introdujo
el artículo 59 de la Ley 1453 de 2011 al artículo 306 de la Ley 906 de 2004 (Código de Procedimiento Penal) referente
a la solicitud de imposición de medida de aseguramiento.
38 El ámbito subjetivo es necesario analizarlo de cara a determinar, en el contexto del ordenamiento jurídico
colombiano, si respecto de la persona del procesado se da alguna situación que avale la sustitución de la detención
preventiva intramural por detención preventiva domiciliaria como en los eventos de ser cabeza de familia o sufrir
grave enfermedad, etc.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
496 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
pacífica y reiterada por años una línea jurisprudencial acerca de los términos bajo los cuales
la procedencia del decreto de la prisión preventiva no sólo debe cumplir requisitos de Ley
sino de constitucionalidad también.
La situación que demanda explicación en este punto es por qué si la dinámica legislativa
y judicial en Colombia se acompasa con lo sugerido por la Comisión en su informe de 2017
sobre prisión preventiva hay tantas personas privadas de la libertad en este país en virtud de
la figura de la detención preventiva. La respuesta indefectiblemente nos devuelve al inicio
de este escrito: la formación de quienes son autoridad judicial. De allí, justamente, que sea el
segundo ítem de las recomendaciones judiciales la que cobre mayor relevancia: los desafíos
de los funcionarios judiciales.
Apropiado sería, entonces, que desde los órganos encargados del control de
constitucionalidad en los diversos países de América Latina se desarrollara un impulso a la
cultura del control de convencionalidad al dejar de ser visto como un desafío a la soberanía
jurídica y judicial de los Estados y ser tomado como una dimensión normativa conglobante
con los respectivos ordenamientos jurídicos de derecho interno que permita maximizar
la vigencia de los derechos y garantías que se ven comprometidos con la aplicación de la
institución procesal de la prisión preventiva y, por esta vía, materializar la plurimentada
residualidad y excepcionalidad de esta institución procesal que en la práctica, actualmente, se
erige como la mayor amenaza, vía política criminal, a la presunción de inocencia y el derecho
de libertad pese a su acérrima defensa que en teoría se hace de los mismos.
CAPÍTULO XXIII
1. INTRODUÇÃO
A Lei da Anistia (Lei 6.683/1979) que ainda vige no Brasil é um problema que traz
à discussão uma temática muito atual, que é a justiça de transição. Foi feita uma análise
sobre o controle de convencionalidade dentro do Sistema Interamericano de Direitos
Humanos, em especial diante de um dos maiores desafios para a Justiça do Brasil, que é
o não cumprimento de uma sentença da Corte Interamericana de Direitos Humanos por
estar em desacordo com uma decisão prolatada pelo Supremo Tribunal Federal.
condenados nos mesmos moldes em razão de violações durante regimes de ditadura e leis
de anistia buscaram soluções para efetivar as sentenças, em especial pelo entendimento já
pacificado de que os crimes de tortura e outros de alta gravidade não podem ser passíveis de
indulto, perdão ou anistia.
Abordou-se, assim, o funcionamento e competências do Sistema Interamericano de
Direitos Humanos, que foi criado pela Carta da OEA, na Conferência de Bogotá, de 30
de março a 2 de maio de 19481. Dos 35 Estados-membros da Organização, somente 25
ratificaram a Convenção Americana de Direitos Humanos (Pacto de São José, de 1969), que
entrou em vigor em 1978, ao atingir o número mínimo de ratificações. Desses 25, 22 países
aceitaram a competência da Corte Interamericana, mas todos estão sujeitos ao trabalho da
Comissão2.
Com isso, tornou-se possível verificar a relevância da atuação dos órgãos internacionais
de proteção de direitos humanos nos assuntos que envolvem violação de direitos, bem como
as decisões sobre a tentativa dos Estados de impedir que haja investigação
e punição aos responsáveis por crimes cometidos durante períodos de ditadura, como
no caso do Brasil, condenado pela Corte IDH no caso Gomes Lund e outros (“Guerrilha do
Araguaia”), e que também será analisado neste trabalho.
2. O TRABALHO DA COMISSÃO INTERAMERICANA DE DIREITOS
HUMANOS
O organismo não jurisdicional chamado de Comissão Interamericana de Direitos
Humanos é órgão da Organização dos Estados Americanos que entre as suas atribuições
realiza atividades investigativas, faz “recomendações” e também realiza um juízo de
admissibilidade, foi o primeiro órgão a se manifestar no caso de Justiça de Transição
envolvendo o Brasil, o caso Gomes Lund Vs. Brasil.
As finalidades desse órgão que tem sede em Washington, nos Estados Unidos, são “a
promoção dos direitos humanos”, na interpretação do parágrafo 23, que estabelece “certas
atribuições da Comissão Interamericana de Direitos Humanos3. Portanto, nos termos do
artigo 106 da Carta da OEA:
haverá uma Comissão Interamericana de Direitos Humanos que terá por principal função
promover o respeito e a defesa dos direitos humanos e servir como órgão consultivo da
Organização em tal matéria. Uma Convenção Interamericana sobre direitos humanos
estabelecerá a estrutura, a competência e as normas de funcionamento da referida Comissão,
bem como as dos outros órgãos encarregados de tal matéria.
A Comissão, portanto, possui dupla vinculação, pois esta se submete aos regulamentos
dos dois principais tratados do Sistema: a Carta da OEA e a Convenção. E, exercendo as
competências então definidas, esse órgão fez a apreciação da denúncia do caso envolvendo
o Estado e o governo brasileiro e a Lei da Anistia, que foi apresentado em 07 de agosto de
1995, até a sua admissibilidade em 06 de março de 20014.
4 Caso n° 11.552 (“Guerrilha do Araguia” Gomes Lund e Outros vs. Brasil). Relatório de Admissibilidade.
Disponível em: https://www.cidh.oas.org/annualrep/2000port/11552.htm
5 REY CANTOR, Ernesto. Acesso Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Bogotá: Colômbia, 2010. p. 18.
6 FIX-ZAMUDIO, Héctor. Reflexões comparativas sobre los sistema interamericano y europeo de protección
de los derechos humanos <in> Derecho Internacional de los Derechos Humanos. Cultura y Sistemas Jurídicos
Comparados, (Méndez Silva – coordenador). Cidade do México: Instituto de Investigações Jurídicas, 2008. p. 203.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
464 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
no âmbito de suas leis internas e seus preceitos constitucionais, bem como disposições
apropriadas para promover o devido respeito a esses direitos;
Também os artigos 50 e 51 da Convenção trazem disposições que a Comissão pode
formular proposições e recomendações, fixando prazo para cumprimento dessas medidas
pelo Estado e enfim decidindo se o Estado tomou tais medidas.
Assim, o procedimento instaurado perante a Comissão para preservar um direito não
tem um julgamento, e por consequência não termina com uma sentença, mas sim com uma
Recomendação, a qual tem caráter vinculante e que também é outorgado aos informes.
3. ORGANIZAÇÃO E COMPETÊNCIAS DA CORTE INTERAMERICANA DE
DIREITOS HUMANOS
Os idiomas oficiais da Corte são os mesmos adotados pela OEA, ou seja, o espanhol,
português, inglês e o francês. Os idiomas de trabalho serão os que a Corte escolha a cada ano.
No entanto, para um caso especial, faculta-se aceitar também como idioma de trabalho o de
uma das partes, sempre que seja língua oficial8.
7 No Estatuto da Corte Interamericana de Direitos Humanos, o art. 23 dispõe sobre o quorum para deliberação
e sobre o desempate pelo Presidente.
8 Art. 20 do Regulamento da Corte Interamericana de Direitos Humanos.
TIBIRIÇÁ AMARAL, Sérgio / DOMENE EUGENIO, Aléxia
Atuação do Sistema Interamericano e justiça de transição: controle de convencionalidade 465
na sentença da Corte IDH do caso Gomes Lund vs. Brasil
Com relação à atuação da Corte Interamericana de Direitos Humanos, ela tem competência
consultiva e contenciosa, como estipula também o art. 2 do Estatuto da Corte Interamericana
de Direitos Humanos, o qual declara que a Corte exerce função jurisdicional e consultiva.
Sobre tais funções, segundo Thomas Buergenthal, citado por Piovesan e outros9:
Sua função jurisdicional é regida pelas disposições dos artigos 61, 62, e 63 da Convenção.
E sua função consultiva se rege pelas disposições do artigo 64 da Convenção.
2) Indenização, seja por danos materiais em dano emergente e lucro cesante; ou por
danos imateriais – situação mais frequente nas condenações, quando o direito não
pode ser restituído in natura, como o direito à vida (por exemplo, no Caso Damião
Ximenes Lopes vs. Brasil, par. 220);
9 GOMES, Luiz Flávio; PIOVESAN, Flavia; TRINDADE, Antônio Augusto Cançado; DULITZKY, Ariel E.;
GALLI, Maria Beatriz; MELO, Mônica de; PFEIFFER, Roberto Augusto Castellanos; KRSTICEVIC, Viviana. O
sistema interamericano de proteção dos direitos humanos e o direito brasileiro. São Paulo: Revista dos Tribunais,
2000. p. 220.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
466 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
6) Reparação por dano ao projeto de vida (Caso Gelman Vs. Uruguai, par. 294).
Ernesto Ray Cantor10 revela que as sentenças apresentam peculiaridades e afirma que
por vezes são necessárias medidas cautelares, antes das decisões de mérito, quando diante
de situações emergenciais que necessitam de atuação prévia. Assim, os argumentos jurídicos
ordenam reparações integrais que correspondem a determinar que o Estado faça reparações
para as vítimas ou familiares, como indenizações por danos materiais emergentes e lucros
cessantes, danos imateriais, medidas satisfativas como pagamento de multas, de reabilitação
com devolução de bens, tratamentos psicológicos, e adequação da sua legislação nacional.
A Corte IDH, como ressalta Nestor Pedro Sagúes11, importou o modelo europeu, e o
aperfeiçoou. Inicialmente, na década de 70, o Conselho Constitucional da França na decisão
10 REY CANTOR, Ernesto. Acesso Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Bogotá: Colômbia, 2010. p. 27.
11 SAGÜÉS, Néstor Pedro. El “control de convencionalidad” em el sistema interamericano, y sus anticipios
em el âmbito de los derechos econômicos-sociales. Concordancias y diferencias com el sistema europeo. Biblioteca
jurídica virtual del instituto de investigaciones jurídicas de la UNAM. Disponível em: http://biblio.juridicas.unam.
mx/libros/7/3063/16.pdf.
TIBIRIÇÁ AMARAL, Sérgio / DOMENE EUGENIO, Aléxia
Atuação do Sistema Interamericano e justiça de transição: controle de convencionalidade 467
na sentença da Corte IDH do caso Gomes Lund vs. Brasil
Com base em tratados, a Corte Interamericana buscou construir essa mesmo superioridade
dos tratados de direitos humanos diante das normas internas, embora não houvesse nas
Américas um processo de integração semelhante entre os países.
Os princípios são importantes para o entendimento, pois são vetores que alcançam o
ordenamento jurídico dos membros da OEA. Eduardo Andrés Velandia Canosa16 ressalta que
os princípios também estão disseminados no Pacto de São José da Costa Rica.
Como visto, não se pode acessar diretamente a Corte, que pede uma petição ou, no
dizer de Ernesto Ray Cantor17, uma estimulação externa, uma etapa de solução pacífica não
jurisdicional, que é justamente feita pela Comissão, que vai também analisar os princípios,
entre eles o esgotamento dos recursos internos, a complementariedade, a vedação ao
retrocesso e o princípio pro homine.
O esgotamento dos recursos internos, ou seja, esgotamento das vias nacionais, previsto no
art. 46.1, “a” da Convenção, é requisito de admissibilidade de uma petição ou comunicação
a ser analisada pela Comissão e ao mesmo tempo princípio que orienta a ação da Comissão.
Este princípio nos remete à obrigação do Estado ao aderir à Convenção, de que os direitos
humanos e garantias devem inicialmente ser protegidos dentro do âmbito doméstico, o que
faz afirmar que existe também o princípio da complementariedade ou suplementariedade da
jurisdição internacional.
No entanto, como fica patente na leitura do referido artigo 46, o esgotamento não
é absoluto, havendo exceções previstas no art. 46.2, que são: “a” se não existir o devido
processo legal na legislação interna; “b” não se houver permitido o acesso aos recursos
da jurisdição interna, ou houver sido impedido de esgotá-los; e “c” se houve demora
injustificada na decisão sobre o caso. Afastando-se a exigência do esgotamento em razão da
deficiência do Estado em fornecer ou apreciar os recursos acionados.
Sendo um requisito de admissibilidade, caso seja acolhida, a petição não terá continuidade
no Sistema, contudo, raramente os Estados conseguem que tal exceção preliminar seja
acolhida, em face de demora injustificada ou impedimento de acesso aos recursos. No caso
“Guerrilha do Araguaia”, o Brasil tentou utilizar-se do argumento que não haviam sido
esgotados os recursos internos, citando inclusive a Arguição de Descumprimento de Preceito
Fundamental nº 153, mediante a qual o Supremo Tribunal Federal iria se manifestar sobre
a Lei de Anistia nº 6.683/79, o qual não foi aceito pela Comissão, e depois também foi
rechaçado pela Corte ao apreciá-lo18.
Caso haja dificuldade no exercício desses recursos ou injustiça na sua apreciação, deve
haver uma ação internacional. Mas, reiteramos, aplica-se o princípio da complementariedade,
acionando-se o Sistema Interamericano apenas no caso de haver falha, vício ou necessidade
de correção da atuação estatal.
18 Corte IDH. Caso Gomes Lund e outros (“Guerrilha do Araguaia”) vs. Brasil. Sentença de 24 de novembro
de 2010. Serie C, n. 219. parrs. 32-42.
TIBIRIÇÁ AMARAL, Sérgio / DOMENE EUGENIO, Aléxia
Atuação do Sistema Interamericano e justiça de transição: controle de convencionalidade 469
na sentença da Corte IDH do caso Gomes Lund vs. Brasil
exemplo, vemos que aqueles direitos trazidos nos documentos da Carta da OEA e da
Declaração Americana foram reiterados na Convenção Americana e aperfeiçoados nos
tratados regionais específicos advindos nos anos seguintes.
No Brasil, temos como exemplo a proibição da prisão civil do depositário infiel que
está prevista como possibilidade no art. 5º, inciso LXVII, da Constituição Federal do Brasil,
confrontando com o art. 7.7 da Convenção Americana, o qual prevê apenas a prisão civil
do devedor de obrigação alimentar. Dessa forma, a Convenção é a norma mais benéfica, e
deve prevalecer. Foi o que ocorreu no Brasil, vedando-se a prisão do depositário infiel em
decisão do Supremo Tribunal Federal, de 3 de dezembro de 2008, no Recurso Extraordinário
466.343-SP – possível afirmar que se revestiu de forma de controle de convencionalidade.
5. JUSTIÇA DE TRANSIÇÃO
Esse reconhecimento, como explica Carlos M. Ayala Corao21, pode correr quando os
Estados depositam seus instrumentos de ratificação ou adesão, que pode se dar em qualquer
19 MAZZUOLI, Valério de Oliveira. Curso de direitos humanos. São Paulo: Método, 2014. p. 7.
20 Foi criada em 1959 mediante a Resolução VIII da Quinta Reunião de Consulta de Ministros das Relações
Exteriores.
21 AYALA CORAO, Carlos M. Las modalidades de las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos. In: FERRER MAC-GREGOR, Eduardo y ZALDÍVAR LELO DE LARREA, Arturo (coordinadores). La
ciência Del derecho procesal constitucional, Tomo IX, Madrid: Marcial Pons/UNAM IIJ xd la UNAN, 2008. p. 293.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
470 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
momento visto que alguns membros da OEA, ainda não reconheceram a competência. O
Brasil faz parte da Convenção por meio da promulgação feita pelo decreto 678, reconhecendo
a competência contenciosa da Corte Interamericana dos Direitos Humanos em 1998, através
do Decreto Legislativo 89, estando sujeito aos deveres da Convenção Americana como
explicam Valério de Oliveira Mazzuoli e Luiz Flávio Gomes22.
Fica claro que não há um único modelo para o processo de justiça de transição, devido
as peculiaridades dos Estados. A justiça de transição é produto de experiências históricas de
cada país.
22 GOMES, Luiz Flávio; MAZZUOLI, Valério de Oliveira. Comentários à convenção americana sobre direitos
humanos: Pacto de San José da Costa Rica. 2. ed. São Paulo: Revista dos Tribunais, 2009. p. 7.
23 Conselho de Segurança da ONU - UN Security Council - The rule of law and transitional justice in conflict
and post-conflict societies. Report Secretary-General-S/2004/616.
24 BICKFORD, Louis. ‘Transitional Justice,’ in The Encyclopedia of Genocide and Crimes against Humanity.
ed. Dinah Shelton, Detroit: Macmillan Reference USA, 2004, v.3, p. 1045-1047.
TIBIRIÇÁ AMARAL, Sérgio / DOMENE EUGENIO, Aléxia
Atuação do Sistema Interamericano e justiça de transição: controle de convencionalidade 471
na sentença da Corte IDH do caso Gomes Lund vs. Brasil
de um aparato legal que possibilite a responsabilização dos agentes que tenham praticado as
violações; e d) garantir a reparação das vítimas, por meio de ações que visem a reparação
material e simbólica e também de acordo com a sistematização que a Corte IDH faz desde
1988, no julgamento do primeiro caso contencioso, o caso Velásquez Rodríguez v. Honduras.
6. CONTROLE DE CONVENCIONALIDADE
Tal atuação em face de normas internas dos Estados reflete o controle de convencionalidade
realizado pela Corte.
É o que explica Manuel Ventura Robles, juiz da Corte IDH, citado por Eduardo Andrés
Velandia Canosa e Diana Johanna Beltrán Grandes27:
25 CUBIDES CÁRDEAS, Jaime Alfonso; BARRETO CIFUENTES, Paula Andrea. Positivización del
ordenamiento convencional interamericano em Colombia. In: Derecho Procesal Constitucional – Codificación
Procesal Constitucional Derecho Comparado. Organizador – Eduardo Andrés Velandia Canosa, Bogotá: Uniservidad
La Gran Colombia, Asocíacion Colombiana de Derecho Procesal Constitucional y Asociación Mundial de Justicia
Constitucional (Ediciones Nova Jurídica), 2017. p. 663.
26 VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés. Derecho procesal constitucional transnacional. El proceso ante
la Corte Interamericana de Derechos Humanos. In: Derecho Procesal Constitucional, Bogotá: VC Editores Ltda,
2014. p. 87.
27 VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés; BELTRÁN GRANDE, Diana Johanna. La Justicia Constitucional
y su modelo transnacional. In: Derecho Procesal Constitucional, Tomo III, Volumen I. Bogotá: VC Editores Ltda,
2012 p, 117.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
472 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
A Corte IDH já determinou que todos os juízes e tribunais ao aplicar o direito interno
devem realizar o controle de convencionalidade com relação à Convenção Interamericana,
como fica claro no julgamento Almonacid Arellano vs. Chile28, de 2006, que declarou a
invalidade do decreto de anistia chileno29, a Lei n. 2.191 de 1978, que se referia ao perdão
dos crimes cometidos durante a ditradura de Augusto Pinochet, entre 1973 a 1978.
A Corte completa sua posição no mesmo ano, no julgamento do caso Trabajadores Cesados
del Congreso vs. Peru, quando afirma que esse reconhecimento pode ocorrer de ofício30:
“los órganos del Poder Judicial deben ejercer no sólo un control de constitucionalidad,
sino también “de convencionalidad” ex officio entre las normas internas y la Convención
Americana”.
28 O caso Almonacid Arellano vs. Chile é considerado o leading case no que tange a inconvencionalidade das
leis de anistia.
29 Corte IDH. Caso Almonacid Arellano e outros vs. Chile. Sentencia de 26 de septiembre de 2006. Serie C,
n. 154. par. 145.
30 Corte IDH. Caso Trabajadores Cesados del Congreso (Aguado Alfaro y otros) vs. Peru. Sentencia de 24 de
noviembre de 2006. Serie C, n. 158. par. 128.
31 Voto concurrente razonado del Juez Sergio Garcia Ramirez a la sentencia de la Corte Interamericana De
Derechos Humanos en el caso Tibi vs. Ecuador, del 7 de septiembre de 2004 Serie C, n.. 114.
TIBIRIÇÁ AMARAL, Sérgio / DOMENE EUGENIO, Aléxia
Atuação do Sistema Interamericano e justiça de transição: controle de convencionalidade 473
na sentença da Corte IDH do caso Gomes Lund vs. Brasil
Esse tipo de controle se concretiza com uma sentença proferida pelo tribunal localizado
na Costa Rica, que determine a modificação, revogação, anulação ou reformas de normas
ou mesmo políticas executivas internas, visando proteger os direitos humanos. Portanto, em
tese, em nosso entendimento o campo material no Brasil são leis ou atos normativos em nível
federal, embora em outros países, como na Colômbia se aceite espécies normativas estaduais
e municipais34.
O controle de convencionalidade pode ser realizado por mais de uma vida, sendo um
controle dual. Pode ser um controle concentrado ou controle difuso, sendo que o concentrado
é feito na Corte IDH e o difuso, a cargo os juízes de qualquer jurisdição em nível interno,
incluindo, no caso do Brasil, o Supremo Tribunal Federal. Talvez, a melhor classificação seria
dividir em controle de convencionalidade interno, que poderia ser difuso ou concentrado e
internacional, que seria concentrado na Corte.
32 MAZZUOLI, Valério de Oliveira. Coletânea de direito internacional, Convenção Americana Sobre Direitos
Humanos (1969). São Paulo: Revista dos Tribunais, 2010, p. 736.
33 Corte IDH. Caso “A Última Tentação de Cristo” (Olmedo Bustos e outros) Vs. Chile. Sentença de 5 de
fevereiro de 2001. Serie C, n. 73. par. 97.
34 VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés; BELTRÁN GRANDE, Diana Johanna. La Justicia Constitucional
y su modelo transnacional. In: Derecho Procesal Constitucional, Tomo III, Volumen I, 2012, p, 118. Ao abordar o
controle feito pela Constituição da Colômbia, os dois autores aceitam que o controle de convencionalidade atinja
também outras espécies normativas além das federais: “acto legislativo, ley, decreto ley, decreto legislativo, decreto
reglamento, ordenanzas departamentales, decretos expedidos por el governador departamental, acuerdos municipales
o decretos emanados del alcalde municipal”.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
474 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
O julgamento que marca esse entendimento que se trata de uma obrigação, de um dever
previsível no Pacto, é no caso Almonacid Arellano e outros vs. Chile, quando a Corte IDH
declarou que o Judiciário chileno aplicou uma norma que teve como efeito acabar com
as investigações relativas à execução do senhor Arellano, tendo como consequência a
impunidade dos responsáveis pelo crime. Na decisão, os juízes interamericanos afirmaram
que mesmo com os equívocos do Poder Legislativo do Chile de legislar contrariamente à
Convenção ao editar a norma de anistia, o Judiciário teria a obrigação de tornar a norma
inválida por não ser compatível com o Pacto.
Também já vimos que, no caso Trabajadores Cesados del Congreso vs. Peru, a Corte
estabeleceu que os juízes e órgãos em todos os níveis tem a obrigação de exercer de ofício
um controle de convencionalidade entre as normas internas e a Convenção, dentro das suas
competências, o que reforça ainda mais o dever dos órgãos judiciais internos em realizar
controle de convencionalidade.
Por controle concentrado ou via de ação deve se entender aquele processo transnacional
apresentado diante da Corte. Será denominado como via de ação, uma vez que deve existir
uma provocação externa, que coloque em movimento a jurisdição americana, ao qual
geralmente corresponde ao Informe apresentado pela Comissão diante da Corte. As sentenças
proferidas no exercício desse controle gozam de efeito vinculante, pois devem ser acolhidas
por todos os Estados-partes.
Por outro lado, o controle difuso na Corte é denominado via incidental ou de exceção. É
o que se apresenta nos processos internos, como aconteceu no Brasil com a prisão civil por
dívida, a qual o Supremo Tribunal Federal entendeu a prevalência das normas da Convenção
sobre o Código Civil. Portanto, se trata de um controle concreto, que pode se apresentar em
processos civis, penais, administrativos ou constitucionais35.
Essa decisão foi seguida pela doutrina e também pela própria Corte, que reafirmou que
existe responsabilidade internacional do Estado pela elaboração e aplicação de leis violadoras
da Convenção, como está expresso nos artigos 1 e 2 da Convenção, e como ficou claro nas
manifestações da Corte: na Opinião Consultiva 14/94, no caso Genie Lacayo Vs. Nicaragua
e também no caso “A Última Tentação de Cristo” (Olmedo Bustos e outros) vs. Chile.
Vejamos este último caso trazido: Olmedo Bustos e outros procuraram a Corte devido a
Por isso, as vítimas e prejudicados, como Ciro Colombara López que perdeu seu
emprego na Universidade Católica do Chile, acionaram a Comissão e Chile não adotou
as recomendações, não revertendo as decisões internas. O caso foi enviado para a Corte
Interamericana, e por fim o Chile acabou sendo condenado com base em violação do artigo
13, combinado com o artigo 1.1 (Aplicação dos Direitos e Deveres) e artigo 2 (Obrigação
de adequar a legislação interna) da Convenção. Como reparação dos danos, o Chile deveria
retirar a e censura prévia, que viola o Estado Democrático de Direitos, e permitir a exibição
do filme, o que configura o controle de convencionalidade sobre a regra que estipula a censura
no direito interno do Chile.
No caso do Brasil, a temática do controle fica patente no caso Gomes Lund e Outros
(“Guerrilha do Araguaia”), que pede a revogação da Lei de Anistia (Lei 6.683/1979), que
foi considerada recepcionada pelo Supremo Tribunal Federal, ou seja, compatível com a
Constituição Federal, o que demonstra uma contrariedade ao entendimento reiterado da
Corte sobre leis de anistia.
Este caso teve origem na petição apresentada dia 7 de agosto de 1995, pelo Centro pela
Justiça e o Direito Internacional (CEJIL) e pela Human Rigths Watch/Américas, em nomes
das pessoas desparecidas e seus familiares no contexto da Guerrilha do Araguaia.
Desde 2006, quando invalidou a Lei n. 2.191 do Chile, que anistiava os crimes durante o
governo ditatorial de Augusto Pinochet, a Corte IDH já tinha entendimento que esses tipos
36 Vide nota 20 supra. Caso Gomes Lund e outros (“Guerrilha do Araguaia”) Vs. Brasil. par. 1.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
476 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
de crimes de tortura e desaparecimento forçado, devido à sua natureza, não poderiam ser
alvo de indulto, graça ou perdão. Operou-se no caso um controle de convencionalidade numa
questão ocorrida durante um período denominado Justiça de Transição, tema trabalhado nos
tópicos anteriores.
Mas essa jurisdição supranacional, de acordo com Pablo Dario Villalba Bernié38 se deve
dar uma amplitude no tocante ao conteúdo, que advém da transcendência de que adquiriu nos
últimos anos o controle de convencionalidade, já são só limitada a questão interpretativa e
de aplicação dos precedentes jurisprudenciais da Corte IDH, mas com ampliação para todo
o direito processual.
Mas, há outras opiniões doutrinárias contrárias que defendem que a Lei da Anistia é uma
borracha que apaga o passado e serve de base para construção da democracia.
37 Corte IDH. Caso Montero Aranguren y otros (Retén de Catia) Vs. Venezuela. Sentença de 5 de julho de 2006.
Série C, n. 150, par. 39; Caso Baldeón García Vs. Peru. Sentença de 6 de Abril de 2006. Série C, n. 147, par. 38; Caso
Acevedo Jaramillo e outros Vs. Peru. Sentença de 7 de fevereiro de 2006, Série C, n. 144, par 173; e Caso Blanco
Romero e outros Vs. Venezuela. Sentença de 28de novembro de 2005. Série C, n. 138, par. 55.
38 VILLALBA BERNIÉ, Pablo Darío. Contenido del derecho procesal constitucional. Deveria incluir la
jurisdicción constitucional supranacional y el juicio político? In: Derecho Procesal Constitucional (Eduardo Andrés
Velandia Canosa, Coord.). VC Editores Ltda/Universidad Santo Tomás de Aquino (Tunja). Bogotá, 2015. p. 159.
39 Vide nota 20 supra. Caso Gomes Lund e outros (“Guerrilha do Araguaia”) Vs. Brasil. par. 325.3.
40 Criada pela Lei n. 9.1140/95.
41 Brasil. Secretaria Especial dos Direitos Humanos. Comissão Especial sobre Mortos e Desaparecidos Políticos.
Direito à verdade e à memória. Brasília, 2007. p. 30. Disponível em: http://www.sdh.gov.br/assuntos/mortos-e-
desaparecidos-politicos/pdfs/livro-direito-a-memoria-e-a-verdade.
TIBIRIÇÁ AMARAL, Sérgio / DOMENE EUGENIO, Aléxia
Atuação do Sistema Interamericano e justiça de transição: controle de convencionalidade 477
na sentença da Corte IDH do caso Gomes Lund vs. Brasil
Em razão disso, até 2017, o Brasil ainda não cumpriu esta parte da sentença da Corte
IDH, que se refere à incompatibilidade da anistia com a Convenção:
325. [...]
Nesse sentido, Fernando G. Jayme43 diz que uma das violações “mais frequentes nestes
regimes é a prática do desaparecimento de pessoas (...)”. A atuação das autoridades e da
jurisdição interna dos estados são incapazes de evitar ou apresentar uma solução adequada,
no sentido de julgar os responsáveis por tais atos hediondos, compele as vítimas ou seus
familiares a recorrerem à proteção supletiva e complementar do sistema interamericano dos
direitos humanos, que tem na Corte seu órgão soberano.
Desde o julgamento do caso Gomez Palomino Vs. Peru, de 2005, a Corte utilizou outros
tratados da OEA para invalidar normas. No caso foi usado a Convenção Interamericana
42 Vide nota 20 supra. Caso Gomes Lund e outros (“Guerrilha do Araguaia”) Vs. Brasil. par. 240.
43 JAYME, Fernando G. Direitos humanos e sua efetivação pela Corte Interamericana de
direitos humanos. Belo Horizonte: Del Rey, 2005. p. 124.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
478 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Para a Corte, a investigação dos fatos é uma forma de reparar a violação sofrida, o que
infelizmente não ocorreu, já que, como já dito, a Ação Ordinária proposta com o intuito
de obter acesso aos documentos oficiais atinentes as ações militares perpetradas contra
a Guerrilha do Araguaia apresentou demora excessiva, violando os artigos 8.1 e 13 da
Convenção47.
No que diz respeito aos documentos considerados secretos ou confidenciais pelo Brasil,
a Corte relembrou que, em se tratando de violações de direitos humanos, o Estado não
pode se negar a oferecer as informações solicitadas, independentemente de o documento
ser considerado por ele secreto ou confidencial, seja por interesse público ou segurança
nacional48.
44 MAZZUOLI, Valério de Oliveira. O controle jurisdicional da convencionalidade das leis, 4. ed. São Paulo:
Revista dos Tribunais, 2016. p. 68.
45 Vide nota 20 supra. Caso Gomes Lund e outros (“Guerrilha do Araguaia”) Vs. Brasil. par. 197.
46 Vide nota 20 supra. Caso Gomes Lund e outros (“Guerrilha do Araguaia”) Vs. Brasil. par. 199.
47 Vide nota 20 supra. Caso Gomes Lund e outros (“Guerrilha do Araguaia”) Vs. Brasil. Parágrafos 184 a 185,
201, 220 a 225.
48 Vide nota 20 supra. Caso Gomes Lund e outros (“Guerrilha do Araguaia”) Vs. Brasil. par. 202.
TIBIRIÇÁ AMARAL, Sérgio / DOMENE EUGENIO, Aléxia
Atuação do Sistema Interamericano e justiça de transição: controle de convencionalidade 479
na sentença da Corte IDH do caso Gomes Lund vs. Brasil
Com relação à Lei de Acesso à Informação, esta veio para salientar o disposto na
Constituição de 1988 e na Convenção Americana, de modo que, conforme artigo 21 da
aludida Lei, “não poderá ser negado acesso à informação necessária à tutela judicial ou
administrativa de direitos fundamentais”, e nem poderão ser objeto de restrição de acesso as
“informações ou documentos” que tratem de violações de direitos humanos praticadas por
autoridades públicas ou a mando delas.
Tal Ação foi julgada em 29 de abril de 2010, anos depois da denúncia feita pela Comissão
a Corte IDH, sendo que o Supremo Tribunal Federal, por 7 (sete) votos a favor e 2 (dois)
votos contra, considerou recepcionado o disposto no § 1º do artigo 1º da Lei n. 6.683, de 19
de dezembro de 1979 pela norma suprema brasileira. Portanto, o Brasil ainda não acatou a
decisão de controle e invalidação da Lei da Anistia, e mais, ainda declarou-a compatível a
Constituição Federal de 1988, uma constituição democrática e denominada de constituição-
cidadã, sendo uma conduta incoerente.
Entretanto, muito embora ainda sejam nítidas algumas resistências, como a ADPF nº
153, diante de outros atos do governo brasileiro, como a concessão de indenizações, criação
da Comissão da Verdade, criação da Lei de Acesso à Informação, busca pelas vítimas
desaparecidas e nunca encontradas e identificadas, entre outros aspectos, espera-se pelo
cumprimento total do disposto na sentença do Caso Guerrilha do Araguaia.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
480 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
8. CONCLUSÕES
Entre as funções exercidas, em especial pela Corte IDH, está a realização do controle de
convencionalidade, que consiste na análise de compatibilidade entre as normas internas do
Estado-parte da Convenção e este tratado.
O dito exame de compatibilidade deve ser feito sobre todos os atos normativos ou não,
bem como as sentenças proferidas pelo Judiciário, tomando como parâmetro a Convenção
e seus Protocolos Adicionais, além da jurisprudência da Corte IDH, que é o órgão que tem
autoridade para interpretar as disposições nos casos contenciosos que são levados para sua
apreciação.
O Brasil, até 2017, fez uma opção por um modelo de justiça de transição que se afasta
do processo penal e do enfoque punitivo dos autores dos crimes cometidos durante a
Ditadura Militar. A Lei de Anistia n° 6.683/79 foi considerada recepcionada pelo Supremo
Tribunal Federal na ADPF nº 153 e essa interpretação veda a responsabilização criminal
dos violadores. Devido a esse entendimento da corte suprema, não existem precedentes
de julgamentos penais dos agentes do Estado que foram autores de tortura, homicídios,
sequestros, desaparecimentos forçados e outros crimes contra a humanidade praticados sob
o regime ditatorial.
Essa responsabilização penal por todos os atos cometidos é defendida por organizações
humanitárias, e devido à sentença da Corte IDH e ao seu posicionamento reiterado (desde o
caso Almonacid Arellano vs. Chile) é considerada primordial para diminuir o sentimento de
injustiça. Segundo esta posição, a investigação e punição dos responsáveis seria uma forma
de lidar com o passado, consolidar a democracia e fortalecer uma cultura de respeito aos
direitos humanos.
Comissão Especial de Mortos Desaparecidos (Lei 9.140/95), que tem um acervo importante
sobre vítimas e sobre as atrocidades sofridas; c) o trabalho da Comissão de Anistia, no
âmbito do Ministério da Justiça (Lei 10.559/02), que também reúne relevante material; d)
a publicação do livro Direito à Memória e à Verdade, lançado pela Secretaria Especial de
Direitos Humanos da Presidência da República em 2007; e, mais recentemente, em 2009,
e) a criação do Centro de Referência das Lutas Políticas no Brasil, denominado Memórias
Reveladas, institucionalizado pela Casa Civil da Presidência da República e implantado no
Arquivo Nacional; e f) a instituição, por Decreto Presidencial, do 3º Programa Nacional de
Direito Humanos – PNDH (Instituído pelo Decreto Presidencial nº 7.037/09 e disponível em
http://portal.mj.gov.br/sedh/pndh3/pndh3.pdf).
I. INTRODUCCIÓN
Empero, ello comporta analizar los alcances del control o examen de la convencionalidad,
los efectos que se producen al respecto, así como, el acatamiento interno y externo por el
Estado.
A su vez, el Inc. 1., del Art. 1., de la Convención Americana sobre Derechos Humanos,
acerca de la obligación de respetar los derechos, señala: “Los Estados Partes en esta
Convención se comprometen a respetar los derechos y libertades reconocidos en ella y a
garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona que esté sujeta a su jurisdicción(…)”.
Luego, tenemos que el Poder Judicial debe ejercer una especie de “control de
convencionalidad” entre las normas jurídicas internas que aplican en los casos concretos y la
Convención Americana sobre Derechos Humanos. En esta tarea, el Poder Judicial debe tener
en cuenta no solamente el tratado, sino también la interpretación que del mismo ha hecho la
Corte Interamericana, intérprete última de la Convención Americana. En el mismo sentido:
Caso La Cantuta Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas (Casos: Almonacid Arellano y
otros Vs. Chile. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de
fecha 26/09/06, y La Cantuta Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de fecha
29/11/06, párr.173).3
2 GARCÍA BELAUNDE, Domingo. El control de convencionalidad y sus problemas. En: Revista Pensamiento
Constitucional. N° 20. En línea: recuperado en fecha 27/07/17 de http://revistas.pucp.edu.pe/index.php/
pensamientoconstitucional/article/viewFile/14888/15428. Lima, 2015. p. 136.
3 S/a. Control de convencionalidad. En: Cuadernillo de Jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos. Nº 7. En línea: recuperado en fecha 20/07/17 de http://www.corteidh.or.cr/tablas/r33825.pdf. San José,
Costa Rica, p. 04.
4 NOGUEIRA ALCALÁ, Humberto. El uso del derecho convencional internacional de los derechos humanos
en la jurisprudencia del tribunal constitucional chileno en el periodo 2006-2010. En: Revista Chilena de Derecho.
En línea: recuperado en fecha 20/07/17 de http://www.scielo.cl/pdf/rchilder/v39n1/art07.pdf. Chile. 2012, p. 07.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
452 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Además, es de verse lo estatuído por los Incs. 1. y 2. respectivamente del Art. 25., de la
citada Convención, la que en relación a la Protección Judicial, establece: “Toda persona tiene
derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o
tribunales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales
reconocidos por la Constitución, la ley o la presente Convención, aun cuando tal violación
sea cometida por personas que actúen en ejercicio de sus funciones oficiales”, y “Los Estados
Partes se comprometen: a) a garantizar que la autoridad competente prevista por el sistema
legal del Estado decidirá sobre los derechos de toda persona que interponga tal recurso; b)
a desarrollar las posibilidades de recurso judicial, y c) a garantizar el cumplimiento, por las
autoridades competentes, de toda decisión en que se haya estimado procedente el recurso”.
5 STEINER, Christian y URIBE, Patricia (Coordinadores). Convención Americana sobre Derechos Humanos
Comentada. En línea: recuperado en fecha 18/07/17 de https://www.sitios.scjn.gob.mx/codhap/sites/default/files/
acc_ref/Convencion_Americana_sobre_Derechos_final.pdf. México. 2016, p. 609.
TORRES MANRIQUE, Jorge Isaac
Breves consideraciones a propósito del examen de la convencionalidad. luces, sombras y agenda pendiente 453
En ese sentido, señalar que para exista, se pueda plasmar o aplicar el control de
convencionalidad, ambos requisitos (el parámetro y el objeto de control) se constituyen en
basilares como concurrentes. Así, de carecer de ambos o alguno de ellos, la empresa de
examen convencionalidad no podrá ser efectuado.
En el caso “Almonacid Arellano y otros c/. Chile”, la Corte aclara que la finalidad del
instituto es procurar que las normas de la Convención o cualquier otro tratado “no se vean
mermadas” por normas o disposiciones internas contrarias a su tenor, objeto y fin. En el
caso “Trabajadores Cesados del Congreso c/. Perú”, se especifica el fin de la institución al
indicarse que se debe “velar porque el efecto útil de la Convención no se vea mermado o
anulado” por normas o disposiciones contrarias a su tenor, objeto y fines. En definitiva, como
6 CAMARILLO GOVEA, Laura Alicia y ROSAS RÁBAGO, Elizabeth Nataly. El control de convencionalidad
como consecuencia de las decisiones judiciales de la Corte Interamericana de Derechos. En Revista del Instituto
Interamericano de Derechos Humanos. Vol. 64. En Línea: recuperado en fecha 28/07/17 de http://www.
academia.edu/31026894/El_control_de_convencionalidad_como_consecuencia_de_las_decisiones_de_la_Corte_
Interamericana_de_Derechos_Humanos. San José, Costa Rica, 2013, p. 132.
7 TORRES ZÚÑIGA, Natalia. El control de convencionalidad: alcances y características. Algunos aspectos de
su aplicación en la práctica del tribunal constitucional peruano y de la corte interamericana de derechos humanos.
En: Cuaderno de Trabajo del Centro de investigación, capacitación y asesoría jurídica. PUCP. N° 6. En Línea:
recuperado en fecha 28/07/17 de http://www.jus.uio.no/smr/english/people/aca/ntorres/docs/nueva-serie---cuaderno-6.
pdf. Lima, 2013, pp. 14- 15.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
454 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
8 JINESTA L. Ernesto. “Control de convencionalidad ejercido por los Tribunales y Salas Constitucionales”.
En FERRER MAC-GREGOR, Eduardo (Coord.). El Control difuso de la convencionalidad. Diálogo entre la Corte
Internacional de Derechos Humanos y los jueces nacionales. En Línea: recuperado en fecha 28/07/17 de http://www.
ernestojinesta.com/_REVISTAS/CONTROL%20DE%20CONVENCIONALIDAD%20EJERCIDO%20POR%20
LOS%20TRIBUNALES%20Y%20SALAS%20CONSTITUCIONALES.PDF. Fundación Universitaria de Derecho,
Administración y Política S.C. México, 2012, p. 9.
9 JINESTA L. Ernesto. Ob. Cit., pp. 24-26.
TORRES MANRIQUE, Jorge Isaac
Breves consideraciones a propósito del examen de la convencionalidad. luces, sombras y agenda pendiente 455
Al respecto, es preciso dejar constancia que no podría aplicarse de manera idéntica para
todos los casos en todos los países, en tanto que las sentencias de la Corte IDH, se pronuncian
para casos específicos y no genéricos.
Entonces, la compatibilidad se torna viable como de justeza, esto es, que las decisiones
judiciales compatibilicen con el derecho convencional, que se armonicen y no lo contradigan.
Esa sería una aplicación desapasionada como norteadora, pero sobre todo que abrace sus
postulados. Ello, en el marco de la subsidiariedad.
Las Opiniones consultivas sobre leyes y proyectos de ley tienen efectos vinculantes para
el Estado que la solicita y para los Estados que han ratificado la CADH y otros instrumentos
del SIDH. Las sentencias de la Corte IDH tienen efectos de cosa juzgada para los Estados
involucrados en la vía contenciosa y de cosa interpretada para el resto de Estados que
forman parte del SIDH y han aceptado la competencia contenciosa de la Corte IDH. La
declaratoria de inconvencionalidad de una norma por parte de la Corte IDH no involucra su
anulación, derogación, pérdida de vigencia de forma automática, ya que la Corte IDH no es
un tribunal supraconstitucional y su jurisdicción es subsidiaria. La facultad de crear normas,
reinterpretarlas, anularlas o inaplicarlas sigue siendo una potestad exclusiva del Estado. La
Corte IDH realiza un re-envío de su decisión al Estado condenado, a fin de que este tome las
medidas necesarias para adecuar el derecho interno a los estándares del SIDH.10
9. PROBLEMAS DE SU APLICACIÓN
i) El que una sentencia de la Corte IDH debería aplicarse, es decir, hacerla suya el Estado
demandado. Esto significa que a veces es necesario desarchivar casos judiciales y abrir nuevos
procesos, con las complicaciones que eso conlleva. Es decir, un nuevo juicio en donde no
se aplicará la ley que fue cuestionada, sino los principios que se desprenden de la sentencia
interamericana. Y con la posibilidad de que el juicio, al final, exceda el plazo razonable que
la misma Corte se ha esmerado en rescatar y reafirmar, y ii) Otro punto que ha surgido, es
que la sentencia no queda limitada al caso concreto. La Corte considera que lo decidido por
ella puede o debe tener aplicación en todos los casos o situaciones similares. Y si por ejemplo
lo que llegó a la Corte fue un proceso que involucraba a veinte personas, aun cuando no
hubiesen ido sino 10, también a los no concurrentes debería aplicárseles los principios de
una sentencia emitida en un proceso en el cual no participaron y al cual deberán someterse.
10 TORRES ZÚÑIGA, Natalia. El control de convencionalidad: deber complementario del juez constitucional
peruano y el juez interamericano (similitudes, diferencias y convergencias). En línea: recuperado en fecha 28/07/17
de http://tesis.pucp.edu.pe/repositorio/handle/123456789/1367. Lima, 2012, pp. 352- 353.
11 GARCÍA BELAUNDE, Domingo. Ob. Cit., p. 138.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
456 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Adquiere así la sentencia un carácter expansivo, es decir, aplicable a todos los involucrados,
aun cuando no hubiesen comparecido ante la Corte. Con lo cual, sin lugar a dudas, resultó
afectado el derecho de defensa.
- Así, concordamos con el Prof. Aguila Grados, cuando señala que: “(…)la jurisprudencia
de la CIDH debe abrir un debate y análisis crítico. Esto aún es una tarea inconclusa.
Incluyendo su última joya: el Control de Convencionalidad. Esbozaremos algunas razones
por las que dicho Control aún está en un proceso de gestación: 1) El alcance del Control en
cada uno de los países no está definido. La jurisprudencia de la Corte no ha sido, en este tema,
ni consistente ni clara; 2) La CIDH no ha determinado si el Control se realiza sólo sobre la
base de sentencias en procesos contenciosos o alcanza a medidas provisionales y opiniones
consultivas; 3) La Convención Americana de Derechos Humanos no señala en forma alguna
que las decisiones de la Corte serán erga omnes (esto es, tendrán la forma de precedente).
Las interpretaciones al respecto son tan subjetivas como volátiles. Y, lo más grave 4) No ha
quedado claro qué autoridades tiene la potestad de hacer el Control de Convencionalidad, ni
los parámetros a utilizar, ni las sanciones que acarrearía su incumplimiento”.13
Por otro lado, cabe señalar que si en su momento, ante la llegada del Estado Constitucional
de derecho (que dejó atrás al otrora Estado de derecho), que trajo también consigo la
constitucionalización del derecho, en tanto que la Constitución Política se enarbolaba como
tutela y garante de un nuevo orden jurídico; ahora nos encontramos asistiendo al ingreso
a una nueva etapa, en la cual, es la Constitución que se torna complementada, viéndose
la misma convencionalizada, dando lugar a la convencionalización del derecho. Así, esta
actual etapa es en la que la Convención Americana sobre Derechos Humanos se yergue (si se
quiere) por encima de las Constituciones de los Estados democráticos del mundo entero. Esto
es, al Estado Convencional de derecho
En ese sentido, consideramos que dentro de los estadíos o etapas de la escala evolutiva
que comporta la administración de justicia, el Estado Convencional de derecho se ubica en
la cuarta. Así, sostenemos como tales a: i) Estado de naturaleza, ii) Estado de derecho, iii)
11. CONCLUSIONES
- Ello, no hace más que ofrecer una lectura de lo rezagado que se encuentra en sistema
jurídico mundial en relación a la defensa y salvaguarda de los derechos humanos.
- Por ello, somos contestes que el control de la convencionalidad: “(…)ha ido surgiendo
lentamente y se ha perfilado, recién, a partir del año 2006, como se ha visto. Y ha
sido aceptado paulatinamente por los Estados que han reconocido la competencia
contenciosa de la Corte. Se trata, pues, de un principio que ha tenido una creación
y concreción pretoriana. En el caso del Perú, ha sido aceptado muy pronto y aun
antes de que dicho control surgiera, por nuestro Tribunal Constitucional. En cuanto
al Poder Judicial, es todavía incipiente la acogida de dicho control, más aún cuando
son muchas las causas que no llegan a la Corte Suprema de la República, y menos
aún al Tribunal Constitucional. Pero es de esperar que esto se vaya expandiendo en
forma progresiva en los próximos tiempos y en forma prudente”.14
- No se debe perder de vista que el magistrado constituye en juez del caso (litigio) y del
proceso. En consecuencia, dejamos constancia que en ningún caso el mismísimo juez
debe vulnerar derechos fundamentales de los justiciables. Es que, en dichos términos
debe salvaguardar el derecho a la protección judicial, esto es, que el juez no puede
permitir que se lesionen derechos fundamentales de los justiciables (al desacatar lo
juridizado por la Convención Americana sobre Derechos Humanos) y a fortiori de
manera alguna, dicha lesión o vulneración provenga del propio juez, en perjuicio de
los mismos.
- Somos contestes en que: “Ya no hay pretextos para afianzar lo que de antemano
sabemos que corresponde ejercer: la actividad protectora de los derechos humanos.
El método de control no debe considerarse un límite para la defensa a la dignidad
humana y su entorno, cuya exclusividad, reitero, dejó de ser competencia de algunas
autoridades del Estado dado que la protección de los derechos humanos es facultad
genérica del gobierno y obligación común de las personas”.15
12. SUGERENCIAS
18 ALONSO TELLO MENDOZA, Juan. La doctrina del control de convencionalidad: dificultades inherentes y
criterios razonables para su aplicabilidad. En Revista Prudentia Iuris. N° 80. En línea: Recuperado en fecha 27/07/17
de http://www.corteidh.or.cr/tablas/r35042.pdf. Argentina, 2015, p. 214.
QUINTA PARTE
EL DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL
COMO GARANTÍA DE LA JUSTICIA TRANSICIONAL
CAPÍTULO XXV
1. INTRODUCCIÓN
Dentro del desarrollo que ha tenido la humanidad como especie son varios los momentos
en los cuales la contraposición de intereses ha sido el escenario por el cual se han logrado
la creación y formación de nuevos paradigmas para su evolución1, convirtiendo a estos
conflictos en aspectos sociales que son inherentes a las relaciones interpersonales, inter
comunales o incluso entre los Estados2, no obstante, a pesar de la posible condición negativa
de su denominación, solo se puede calificar sus impactos una vez se establezca el mecanismo
por el cual se le da solución, dado que a partir del se pueden construir nuevos escenarios
de dialogo3 o por el contrario mantener la imposición contrapuesta de los deseos entre las
* Capitulo resultado del proyecto de investigación denominado ‘Radiografía de la Violencia Política Colombiana:
el Estado Social de Derecho en Cuidados Intensivos’, que integra la línea de investigación ‘Retos y transformaciones
del derecho’ del grupo de investigación ‘Derecho Verde’, registrado con el código COL0043709 en Colciencias,
adscrito y financiado por la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Fundación Universitaria Agraria de
Colombia (Uniagraria).
** Abogada de la Universidad Libre. Especialista en ciencias penales y criminológicas de la Universidad Nacional
de Colombia. Magister en Derecho de la Universidad La Gran Colombia.
*** Abogado y conciliador de la Fundación Universitaria Agraria de Colombia, Especialista en Derecho
Administrativo la Facultad de Posgrados de la Universidad Santo Tomás de Aquino. Contacto: wisman_diaz@
hotmail.com.
1 Como lo fue en su momento el renacimiento que en contraposición a las concepciones teológicas busco que
cada una de las ciencias se enfocaran en el hombre..
2 Teorías consensualitas: La organización de cualquier sistema social tiende a la auto compensación entre los
actores y las fuerzas que articulan sus estructuras y su funcionamiento. Los conflictos sociales son pues situaciones
anómalas, fruto de una alteración en el discurso normal de la vida social, de manera que tenderán a ser explicados
en términos espasmódicos. Teorías conflictivistas: La sociedad encierra dentro de sí una serie de contradicciones y
objetivos colectivos contrapuestos que provocan confrontación de intereses. Por esta razón, el conflicto es inherente
a cualquier dinámica social, es un imperativo estructural y un motor del cambio social. Cadarso, Pedro Luis Lorenzo.
“Principales teorías sobre el conflicto social.” Norba. Revista de historia 15 (1995): 237-253.
3 El desafío cuando estamos ante un conflicto es tener la voluntad, las diferentes partes, de resolver ese conflicto.
Partiendo positivamente de dicho supuesto, la primera tarea consiste en abrir el espacio para su reflexión. Ruiz Restrepo,
Jaime. “Elementos para una teoría del conflicto. Primera parte: a propósito del conflicto.” (2005).
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
500 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
4 La Sociología del conflicto estudia diversos procesos de transformación, considerando aspectos sobre el
derecho que tienen de los pueblos a la guerra, hasta los procesos de pacificación. Tanto la política como la guerra
deben existir para solucionar conflictos, así señala que la guerra es el estado más terrible e injusto que pueda crear la
racionalidad humana. Puesto que la guerra implicará la aniquilación y el exterminio del enemigo, no hay posibilidad
de conciliación, la única posibilidad de mantener la vida es eliminando la vida del otro. La violencia desmedida,
ilimitada y científicamente dirigida es el elemento de la guerra, sus medios: las estrategias, el mando y la doctrina, sus
espacios: el aire, el mar, el territorio, su esencia: el arma y la información. Quien domine estos elementos conquistará
las batallas. Mercado Maldonado, Asael, & Guillermo González Velásquez. “La teoría del conflicto en la sociedad
contemporánea.” Espacios públicos 11.21 (2008).
5 En un extremo podría colocarse a la guerra, la expresión más cruenta del conflicto, aquella que suele ocasionar
elevados costos en materia de vidas humanas y sufrimientos. En el otro polo podría situarse a la competencia, otra
expresión típica del conflicto social, por regla general pacífica. Las confrontaciones bélicas han producido grandes
cambios históricos y han sido, a veces, justas o necesarias. La competencia suele ser considerada deseable o conveniente,
como en materia económica, donde se le juzga imprescindible para evitar prácticas monopólicas que deterioran la
calidad de los productos o de los servicios, cuando no generan costos exagerados para el consumidor o usuario. En
medio de estas dos tipologías de conflicto, se encuentran otras múltiples expresiones del antagonismo social, lo que
representa diferencias de escala y de naturaleza. Silva García, Germán. “La teoría del conflicto. Un marco teórico
necesario.” Prolegómenos. Derechos y valores 11.22 (2008).
6 Apenas cinco años más tarde era J. Suau quien ponía de relieve que durante los trescientos últimos años
“han estallado en el conjunto del planeta unos 500 conflictos bélicos: 80 en el siglo XVIII, 170 en el siglo XIX y
aproximadamente 260 en el siglo XX. Pérez, Juan García. “El fenómeno de la guerra en el siglo xx. Una aproximación
a la dinámica, geografía, Modos operatorios y naturaleza de los conflictos armados.” Norba. Revista de Historia.
2008 (2008): 89-115.
7 La singularidad del antisemitismo está asociada, en primer lugar, a su recurrencia y permanencia histórica, de
modo tal que ha precedido y rebasa históricamente al racismo; en segundo lugar, al hecho de que a la fundamentación
racial de la discriminación le precedió la cultural y la religiosa y, en tercer lugar, a que éstas han interactuado con otras
fuentes y móviles de índole social, económica y política. Bokser, Judit. “El antisemitismo: recurrencias y cambios
históricos.” Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales 44.183 (2001).
8 De esta manera se denomina a la dictadura a un régimen de excepción que, por circunstancias particulares, se
ejerce sin control. Ello implica que el poder de los gobernantes sobre los gobernados no conoce ninguna restricción, o
sea que, dicho ahora en términos constitucionales, que las garantías fundamentales se hallan abolidas. Permanecemos
así muy cerca de una acepción clásica. Al especificar que la dictadura implica la concentración de todo el poder en
manos de un hombre, de una clase, de un partido, de una institución (ejército, clero, etc.), explicitamos en un sentido
más contemporáneo nuestra definición. La dictadura entendida de esta manera puede ser de diferentes tipos, abarcando
desde el autoritarismo al totalitarismo. Obviamente un régimen de esta clase se instaura en ruptura con el orden
político anterior. Existe un estado de excepción solamente en relación con una regla. La dictadura supone entonces
una normalidad constitucional, sino liberal, que viene a interrumpir o violar -o por lo menos supone un consenso
normativo contra el cual se inscribe-. Por lo tanto, el problema de la dictadura es completamente inseparable del de
la legitimidad. Y si bien resulta fácil descubrir el carácter dictatorial de un gobierno en el marco de sistemas políticos
muy institucionalizados, donde se manifiesta un consenso relativamente grande respecto de un orden político deseable,
no siempre es esa la situación. Rouquié, Alain. “Dictadores, militares y legitimidad en América Latina.” Dictaduras
y dictadores. Crítica y utopía latinoamericana de Ciencias Sociales 5 (1981).
CÁRDENAS HERRERA, Ana Betty / DIAZ CASTILLO, Wisman Johan
Estándares internacionales y regionales para la implementación de la Justicia Transicional en las sociedades que transiten hacia la Paz 501
Problema que establece para esta investigación como objetivo determinar cada uno
de los estándares de carácter internacional sobre justicia transicional, acudiendo para su
alcance y solución a la metodología deductiva que permita consolidar en un primer momento
i) la conceptualización de esta figura, para con posterioridad compilar y catalogar los
pronunciamientos de nivel internacional en esta temática, para finalizar con la enunciación
de los símiles entre los casos particulares de justicia transicional, que adquiere sus
elementos teóricos por medio de técnicas como el rastreo de fuentes bibliográficas, líneas
jurisprudenciales entre otros que son analizados por medio de métodos cualitativos que han
conllevado a la presentación de estos enunciados ya descritos.
“La Justicia Transicional9 tiene sus inicios muy probablemente en épocas muy distantes,
como en Atenas, después de la derrota con Esparta en el 404 A.C. y su posterior restauración
democrática en el 403 A.C.” 10. Este tipo de justicia, es una concepción “asociada con
períodos de cambio político11, caracterizados por respuestas legales que tienen el objetivo
de enfrentar los crímenes cometidos por regímenes represores anteriores”12; de este modo,
“se ha entendido como un mecanismo13 que busca garantizar un balance entre los derechos
9 “Este neologismo tomado de la lengua inglesa se conoce hoy a todo el conjunto de teorías y prácticas derivadas
de los procesos políticos por medio de los cuales las sociedades tratan de ajustar cuentas con un pasado de atrocidad
e impunidad, y hacen justicia a las víctimas de dictaduras, guerras civiles y otras crisis de amplio espectro o larga
duración, con el propósito de avanzar o retornar a la normalidad”. Valencia Villa, Hernando. “Diccionario Espasa
Derechos Humanos.” Colombia: Espasa (2003).
10 Justice, L. Bickford Transitional. 3 The Encyclopedia of Genocide and Crimes Against Humanity.” (2004):
1045-1047.
11 “puede ser definida como la concepción de justicia asociada con períodos de cambio político”. O’donnell,
Guillermo, and Philippe C. Schmitter. Transitions from authoritarian rule: Tentative conclusions about uncertain
democracies. JHU Press, 1998.
12 Rúa Delgado, Carlos Felipe. “Los momentos de la justicia transicional en Colombia.” Revista de Derecho
43 (2015).
13 “una herramienta para la reconciliación y la construcción de paz consistente en diferentes mecanismos judiciales
y extrajudiciales excepcionales y transitorios orientados a la investigación, juzgamiento y sanción de los principales
perpetradores de graves violaciones a los derechos humanos cometidas en el marco de un conflicto armado, y que
incluye además el derecho de las víctimas a conocer la verdad, a una reparación por daño físico y moral, a la memoria
y, sobre todo, a la garantía de no repetición”. Ibarra Padilla, Adelaida Maria. “Justicia Transicional: La relación
Derecho-Poder en los momentos de transición.” Revista de Derecho 45 (2016): 237-261.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
502 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
de las víctimas a la verdad, justicia y reparación, y las medidas que permitan la posible
terminación”14 de esos conflictos, por lo cual, se configura como “un conjunto de medidas
judiciales y políticas que diversos países han utilizado como reparación por las violaciones
masivas de derechos humanos”15, “mediante los cuales se llevan a cabo transformaciones
radicales de un orden social y político determinado; que enfrentan la necesidad de equilibrar
las exigencias contrapuestas de paz y justicia”16; asimismo; cada una de estas facetas
conlleva a la determinación de que la justicia transicional “contiene dos referentes a saber: el
jurídico y el político. El jurídico se refiere al cumplimiento de los estándares internacionales
enunciados, mientras que el político implica la transición en sí”17. Más no se trata tan sólo
de mecanismos generalizados en la finalidad ya tratada, sino que esta justicia transicional
condensa preceptos aptos para los Estados pero que mantiene,
14 Saldarriaga Osorio, Diana Milena, and Lina Alexandra Cárdenas Roncancio. “Procesos de justicia transicional
en latinoamérica.” (2017).
15 Peña Orozco, Gina Piedad. De la justicia transicional en Colombia: un estudio de la ineficacia de la verdad.
BS thesis. 2015.
16 Uprimny, Rodrigo, and María Paula Saffon. “Usos y abusos de la justicia transicional en Colombia.” Anuario
de derechos humanos 4 (2008).
17 Rúa Delgado, Carlos Felipe. “La justicia anamnética como construcción complementaria del paradigma de
justicia transicional: Una mirada desde el caso colombiano.” Ius et Praxis 22.1 (2016): 455-492.
18 Benavides, Farid Samir. Justicia en épocas de transición: Conceptos, modelos, debates, experiencias. Institut
Català International per la Pau, 2011.
19 Declaración de Moscú, 1943, 13 de octubre, Aliados.
CÁRDENAS HERRERA, Ana Betty / DIAZ CASTILLO, Wisman Johan
Estándares internacionales y regionales para la implementación de la Justicia Transicional en las sociedades que transiten hacia la Paz 503
territorios de otros estados, salvo para los fines previstos en la presente declaración y tras
una consulta conjunta”20, fines en caminados a materializar dicha transición. Encontrando en
el articulado del Acuerdo de Londres del 8 de octubre de 1945, junto con los Estatutos del
Tribunal Militar Internacional de Nuremberg, hacen mención a como uno de los mecanismos
por los cuales se puede obtener de forma rápida el cambio hacia la paz es por medio de los
juicios a los responsables de los crímenes contra la paz, la guerra y contra la humanidad que
se obtiene dicho objetivo, evidenciando que uno de los primeros elementos por los cuales se
logró la transición consistió en los juicios de aquellas personas encontradas responsables por
la comisión de delitos durante el periodo de guerra.
“toda la variedad de procesos y mecanismos asociados con los intentos de una sociedad
por resolver los problemas derivados de un pasado de abusos a gran escala, a fin de que los
responsables rindan cuentas de sus actos, servir a la justicia y lograr la reconciliación. Tales
mecanismos pueden ser judiciales o extrajudiciales y tener distintos niveles de participación
internacional (o carecer por complejo de ella) así como abarcar el enjuiciamiento de personas, el
resarcimiento, la búsqueda de la verdad, la reforma institucional, la investigación de antecedentes,
la remoción del cargo o combinaciones de todos ellos”23 (Subrayado fuera del texto)
20 Ibidem
21 Naciones Unidas, Consejo de Seguridad, 1993, Resolución 827.
22 Naciones Unidas, Consejo de Seguridad, 1994, Resolución 955.
23 Naciones Unidas, Consejo de Seguridad, Secretario General, informe “El Estado de derecho y la justicia de
transición en las sociedades que sufren o han sufrido conflictos”, 2004, S/2004/616.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
504 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Desarrollando este contenido explícito sobre justicia transicional la ONU a través del
Consejo Económico y Social, elaboro un Conjunto de principios actualizado para la protección
y la promoción de los derechos humanos mediante la lucha contra la impunidad en el año
2005, en el cual, se sintetiza desde el preámbulo la importancia que tiene para la comunidad
internacional obtener la paz y la reconciliación a través de mecanismos adecuados que no
infrinjan el ordenamiento universal, al ser “consciente de que no existe reconciliación justa y
duradera si no se satisface efectivamente la necesidad de justicia”24, aseverando igaulmente
que, “el perdón, que puede ser un factor importante de reconciliación, supone, como acto
privado, que la víctima o sus derechohabientes conozcan al autor de las violaciones y que
éste haya reconocido los hechos”25.
Trayendo a colación que dicho conjunto de principios integra cada uno de los derechos
de las víctimas de violaciones de derechos humanos y del derecho internacional humanitario
a la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición, aplicándose en aquellos
eventos al termino de los cuales “en el marco de un proceso que da lugar a un diálogo nacional
en favor de la democracia o a negociaciones de paz para poner fin a un conflicto armado,
se llega a un acuerdo”26 donde las partes intervinientes deciden “tomar medidas contra la
impunidad y la repetición de las violaciones de los derechos humanos”27, dirigidas a lograr
determinar la existencia “de responsabilidad penal por parte de los autores de violaciones,
así como de responsabilidad civil, administrativa o disciplinaria”28 de los mismos; agregando
dentro de los elementos de la justicia transicional el respeto de los derechos de las víctimas,
además, de dar dentro de esta figura un papel importante a los acuerdos que se elaboren en
pro de la transición.
“en situaciones de justicia de transición en que las sociedades nacionales tratan de reparar
graves daños y perjuicios infligidos como resultado de violaciones manifiestas y masivas de
los derechos humanos, los Estados tienen la obligación moral y política de adoptar medidas
reparadoras generales y de introducir programas detallados que ofrezcan reparación a
categorías más amplias de víctimas afectadas por las violaciones”29
24 Naciones Unidas, Consejo Económico y Social, Comisión de derechos humanos, Conjunto de principios
actualizado para la protección y la promoción de los derechos humanos mediante la lucha contra la impunidad. E/
CN.4/2005/102/Add.1.
25 Ibidem
26 Ibidem
27 Ibidem
28 Ibidem
29 Naciones Unidas, Oficina Del Alto Comisionado De Las Naciones Unidas Para Los Derechos Humanos,
instrumentos del estado de derecho para sociedades que han salido de un conflicto Programas de reparaciones, 2008.
CÁRDENAS HERRERA, Ana Betty / DIAZ CASTILLO, Wisman Johan
Estándares internacionales y regionales para la implementación de la Justicia Transicional en las sociedades que transiten hacia la Paz 505
investigación seria de los abusos cometidos en el pasado”30, asimismo, ii) de que se hayan
concluido las confrontaciones y el conflicto en si mismo, sin olvidar que, iii) “debe haber
interés por parte de las víctimas y los testigos en que se realice ese proceso de investigación
y en cooperar con él”31
A su vez, dentro de uno de los elementos que ha sido trato desde el Tribunal Penal Militar
de Nuremberg sobre el enjuiciamiento de los responsables en la comisión de graves crímenes
contra los derechos humanos y el derecho internacional humanitario, adquiere nuevos
componentes a través de la ONU, para quien
“Una expresión de condena firme y formal por parte de las instituciones del Estado
comprometidas con los derechos humanos y los valores democráticos también puede ayudar
a convencer tanto a los ciudadanos como a las instituciones de la importancia fundamental de
esos valores. Los juicios pueden ayudar a establecer la distinción entre conductas admisibles
y conductas condenadas por el Estado, lo que contribuye a la confianza del público en las
instituciones públicas”32
Perceptos que se complementa con el tratamiento que se les da a las amnistías, figuras
juridificas que para las Naciones Unidas
“son incompatibles con los tratados de derechos humanos que no se ocupan expresamente
del enjuiciamiento pero que se ha interpretado de manera coherente que requieren que los
Estados partes inicien procedimientos penales cuando haya violaciones graves. Las amnistías
relativas a violaciones graves de derechos humanos y del derecho humanitario pueden violar
también el derecho internacional consuetudinario”33
“Las instituciones que vulneraron los derechos humanos y defendieron los intereses
partidistas de unos pocos han de convertirse en instituciones que protejan los derechos
humanos, prevengan los abusos y sirvan a los ciudadanos de forma imparcial. Las instituciones
disfuncionales y discriminatorias, temidas por los ciudadanos, deben transformarse en
instituciones eficientes y justas que gocen de la confianza de la población”34
30 Naciones Unidas, Oficina Del Alto Comisionado De Las Naciones Unidas Para Los Derechos Humanos,
instrumentos del estado de derecho para sociedades que han salido de un conflicto Comisiones de la Verdad, 2006
31 Ibidem.
32 Naciones Unidas, Oficina Del Alto Comisionado De Las Naciones Unidas Para Los Derechos Humanos,
instrumentos del estado de derecho para sociedades que han salido de un conflicto Iniciativas de enjuiciamiento, 2006
33 Naciones Unidas, Oficina Del Alto Comisionado De Las Naciones Unidas Para Los Derechos Humanos,
instrumentos del estado de derecho para sociedades que han salido de un conflicto amnistía, 2009.
34 Naciones Unidas, Oficina Del Alto Comisionado De Las Naciones Unidas Para Los Derechos Humanos,
instrumentos del estado de derecho para sociedades que han salido de un conflicto Iniciativas de enjuiciamiento, 2006
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
506 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
“Las Naciones Unidas son uno de los símbolos más potentes del empeño internacional para
alcanzar la paz y generan la confianza de las personas afectadas por los conflictos, necesaria
a los efectos de consolidar las medidas para lograr los objetivos de largo plazo del estado de
derecho. Las Naciones Unidas, a menudo una de las primeras organizaciones internacionales
sobre el terreno durante los conflictos y en el período inmediatamente posterior a estos, está
en condiciones de mostrar avances tempranos, visibles y tangibles hacia el estado de derecho
que, a su vez, fortalecen la confianza pública en los acuerdos políticos”
Llegando a la conclusión por parte de las Naciones Unidas que, “las diversas contribuciones
que las medidas de justicia de transición pueden aportar al fortalecimiento del estado de
derecho en los países que las han aplicado”37.
35 Naciones Unidas, General, Asamblea. “Principios y directrices básicos sobre el derecho de las víctimas de
violaciones manifiestas de las normas internacionales de derechos humanos y de violaciones graves del derecho
internacional humanitario a interponer recursos y obtener reparaciones.” Resolución 60.147 (2006): 16.
36 Naciones Unidas, Consejo de Derechos Humanos. “Informe del Relator Especial sobre la promoción de la
verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición, Pablo de Greiff.” Misión a España. ONU (2014).
37 Naciones Unidas, Asamblea General, notas del Secretario General, Promoción de la verdad, la justicia, la
reparación y las garantías de no repetición, 13 de septiembre, 2012.
CÁRDENAS HERRERA, Ana Betty / DIAZ CASTILLO, Wisman Johan
Estándares internacionales y regionales para la implementación de la Justicia Transicional en las sociedades que transiten hacia la Paz 507
En relación con las medidas de reparación, la Corte resalta que “el Derecho Internacional
contempla la titularidad individual del derecho a la reparación”38, derecho que en los casos de
justicia transicional los Estados tiene que “asumir su deber de reparar masivamente a números
de víctimas que exceden ampliamente las capacidades y posibilidades de los tribunales
internos, los programas administrativos de reparación constituyen una de las maneras
legítimas de satisfacer el derecho a la reparación”39. Entendiendo que en su “un conjunto con
otras medidas de verdad y justicia, siempre y cuando se cumplan con una serie de requisitos
relacionados” 4041. En lo cual, ase alusión a como “[...] los acuerdos de paz aprobados por las
Naciones Unidas nunca pueden prometer amnistías por crímenes de genocidio, de guerra, o
de lesa humanidad o infracciones graves de los derechos humanos [...]”4243
38 Corte IDH. Caso de las Comunidades Afrodescendientes Desplazadas de la Cuenca del Río Cacarica (Operación
Génesis) Vs. Colombia. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 20 de noviembre de
2013. Serie C No. 270, Párrafo 470.
39 Ibidem.
40 Ibidem.
41 entre otros, con su legitimidad -en especial, a partir de la consulta y participación de las víctimas -su adopción
de buena fe; el nivel de inclusión social que permiten; la razonabilidad y proporcionalidad de las medidas pecuniarias,
el tipo de razones que se esgrimen para hacer reparaciones por grupo familiar y no en forma individual, el tipo de
criterios de distribución entre miembros de una familia (órdenes sucesorales o porcentajes), parámetros para una
justa distribución que tenga en cuenta la posición de las mujeres entre los miembros de la familia u otros aspectos
diferenciales tales como si existe propiedad colectiva de la tierra o de otros medios de producción. Ibidem.
42 Corte IDH. Caso Gelman Vs. Uruguay. Fondo y Reparaciones. Sentencia de 24 de febrero de 2011. Serie C
No. 221, Párrafo 198.
43 [...] los acuerdos de paz aprobados por las Naciones Unidas nunca pued[e]n prometer amnistías por crímenes
de genocidio, de guerra, o de lesa humanidad o infracciones graves de los derechos humanos [...]Corte IDH. Caso
Gomes Lund y otros (Guerrilha do Araguaia) Vs. Brasil. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 24 de noviembre de 2010. Serie C No. 219, Párrafo 150.
44 Corte IDH, Caso Anzualdo Castro vs. Perú. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia
de 22 de Septiembre de 2009. Serie C, núm. 202, párr. 179.
45 Ibidem.
46 Corte IDH, Caso Gelman vs. Uruguay. Fondo y Reparaciones. Sentencia del 24 de febrero de 2011. Serie C,
núm. 221, párr. 243.
47 Corte IDH, Caso Barrios Altos vs. Perú, sentencia de fondo de 14 de marzo de 2001, Serie C No. 75.
48 Di Cerisano, Federico Sersale. “Justicia transicional en las Américas: el impacto del Sistema Interamericano.”
Revista IIDH 57 (2013): 115-136.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
508 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
De esta manera en una misma temática, la Organización de las Naciones Unidas, junto
con sus órganos, además, del SIDH, han proferido diversidad de presupuestos de carácter
tanto regional como internacional al respecto, a partir de los cuales se puede establecer la
descripción de los Estándares Internacionales para la implementación de la justicia transicional
en las naciones que transitan hacia la democracia y el fortalecimiento del Estado de Derecho,
categorizándolos en tres tipos, uno finalista, otro instrumental y el ultimo legitimador, estos
dos últimos tipos en su ejecución se realiza de forma simultánea.
49 Naciones Unidas, Oficina Del Alto Comisionado De Las Naciones Unidas Para Los Derechos Humanos,
instrumentos del estado de derecho para sociedades que han salido de un conflicto Iniciativas de enjuiciamiento, 2006
50 “son incompatibles con los tratados de derechos humanos que no se ocupan expresamente del enjuiciamiento
pero que se ha interpretado de manera coherente que requieren que los Estados partes inicien procedimientos penales
cuando haya violaciones graves. Las amnistías relativas a violaciones graves de derechos humanos y del derecho
humanitario pueden violar también el derecho internacional consuetudinario”. Naciones Unidas, Oficina Del Alto
Comisionado De Las Naciones Unidas Para Los Derechos Humanos, instrumentos del estado de derecho para
sociedades que han salido de un conflicto amnistía, 2009.
51 Corte IDH, Caso Anzualdo Castro vs. Perú. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia
de 22 de Septiembre de 2009. Serie C, núm. 202, párr. 179.
CÁRDENAS HERRERA, Ana Betty / DIAZ CASTILLO, Wisman Johan
Estándares internacionales y regionales para la implementación de la Justicia Transicional en las sociedades que transiten hacia la Paz 509
de los estándares de tipo finalista. Dentro de los instrumentales, se existen las i) comisiones
de la verdad que no solo buscan obtener la verdad de lo ocurrido durante los periodos de
conflicto violento, sino lograr restablecer los tejidos sociales frágiles de las nacionales en
transito hacia la paz. Asimismo, los ii) mecanismos de reparación son formas que permiten
materializar la justicia transicional en los casos en concreto al darles poner dentro del objeto
mismo de la transición a las víctimas.
52 Naciones Unidas, General, Asamblea. “Principios y directrices básicos sobre el derecho de las víctimas de
violaciones manifiestas de las normas internacionales de derechos humanos y de violaciones graves del derecho
internacional humanitario a interponer recursos y obtener reparaciones.” Resolución 60.147 (2006): 16.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
510 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
53 Parenti Pablo F y Pellegrini Lisandro. Argentina. En Ambos, Kai, Ezequiel Malarino, and Gisela Elsner.
"Justicia de transición: informes de América Latina, Alemania, Italia y España." (2009).
CÁRDENAS HERRERA, Ana Betty / DIAZ CASTILLO, Wisman Johan
Estándares internacionales y regionales para la implementación de la Justicia Transicional en las sociedades que transiten hacia la Paz 511
54 Santalla Vargas, Elizabeth. Bolivia. En Ambos, Kai, Ezequiel Malarino, and Gisela Elsner. "Justicia de
transición: informes de América Latina, Alemania, Italia y España." (2009).
55 Ibidem.
56 Guzmán Dalbora José Luis, Chile. En Ambos, Kai, Ezequiel Malarino, and Gisela Elsner. "Justicia de transición:
informes de América Latina, Alemania, Italia y España." (2009).
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
512 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
57 Rocha de Assis Moura Maria Thereza, et al. En Ambos, Kai, Ezequiel Malarino, and Gisela Elsner. "Justicia
de transición: informes de América Latina, Alemania, Italia y España." (2009).
58 Ibidem.
59 Ventura Jaime Martínez. El salvador. En Ambos, Kai, Ezequiel Malarino, and Gisela Elsner. "Justicia de
transición: informes de América Latina, Alemania, Italia y España." (2009).
CÁRDENAS HERRERA, Ana Betty / DIAZ CASTILLO, Wisman Johan
Estándares internacionales y regionales para la implementación de la Justicia Transicional en las sociedades que transiten hacia la Paz 513
humanos y reunificar a la
sociedad salvadoreña”59
Perú “El conflicto interno que “El juzgamiento de estos hechos ha sido posible
vivió el Perú a partir de solo recientemente, al término del conflicto y con
1980 y que se extendió la plena reinstauración del régimen democrático
casi hasta fines de los tras su ruptura el 5 de abril de 1992. Así, la
años noventa dio lugar a superación del pasado ha tenido como punto de
innumerables hechos de referencia los trabajos de la Comisión de la
violencia por los grupos Verdad y Reconciliación, cuyo informe final se
alzados en armas, en hizo público en agosto del 2003, el cual puso de
particular Sendero relieve la comisión de graves crímenes de lesa
Luminoso y el humanidad e infracciones al DIH por todos los
Movimiento participantes del conflicto y señaló múltiples
Revolucionario Túpac recomendaciones en el plano de las reparaciones,
Amaru, las fuerzas social, económico, político, legal, etcétera.
armadas y policiales, y Aunque sus funciones de investigación no
de organizaciones tuvieron naturaleza jurisdiccional, tampoco se ha
paramilitares como el renunciado a la punición; los casos expuestos por
Grupo Colina”61 la comisión han generado varias investigaciones
judiciales actualmente en curso”62
Paraguay. “A fi n de hacer frente a “Paralelamente a la aplicación del derecho penal
las violaciones de común se creó una Comisión de Verdad y Justicia,
derechos humanos principalmente con la finalidad de hacer posible el
ocurridas durante la conocimiento de la verdad de los hechos ocurridos
vigencia del régimen del en tiempos de la dictadura. Por otro lado, se
general Alfredo previeron recursos legales que permitan a las
Stroessner (1954-1989), víctimas la obtención de una reparación
se recurrió en el económica y también la posibilidad de una
Paraguay a la aplicación reparación simbólica”63.
del derecho penal en su
forma clásica. No se
diseñaron ni
implementaron
60 Ibidem.
61 Caro Coria Dino Carlos. Perú. En Ambos, Kai, Ezequiel Malarino, and Gisela Elsner. "Justicia de transición:
informes de América Latina, Alemania, Italia y España." (2009).
62 Ibidem.
63 Ibidem.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
514 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
mecanismos que
permitan el sacrificio de
las exigencias de justicia
en favor de exigencias de
verdad o
reconciliación”63.
6. CONCLUSIONES
Los conflictos hacen parte de la cotidianidad human en cada uno de sus niveles de
interacción ya sea inter personal, inter comunal o incluso entre los Estados, n obstante, esta
figura no expone sus efectos con su simple definición, sino que para valorar sus implicaciones
es necesario analizar de forma conjunta su existencia y los modos por los cuales se ha
intentado resolver, en ese orden de días, los conflictos resultes ser positivos en los eventos
donde la resolución de los mimos crearon nuevos escenarios de diálogo para la construcción
social e integral de la humanidad, empero, cuando no se resuelven y se mantienen pueden
alcanzar niveles de violencia drásticos al punto se presentar graves afectaciones a los derechos
humanos. Dentro de los medios de resolución la justicia transicional ha sido la forma a través
d ella cual se ha buscado consolidar la paz en los conflictos violentos que se han presentado a
lo largo del siglo XX en que sus impactos han sido devastadores para la especie,
Dentro de los primeros escenarios en los cuales se buscó consolidar la paz por medios que
64 Alfonso César. Paraguay. En En Ambos, Kai, Ezequiel Malarino, and Gisela Elsner. "Justicia de transición:
informes de América Latina, Alemania, Italia y España." (2009).
CÁRDENAS HERRERA, Ana Betty / DIAZ CASTILLO, Wisman Johan
Estándares internacionales y regionales para la implementación de la Justicia Transicional en las sociedades que transiten hacia la Paz 515
permitieran la transición hacia ese estado, se encuentra lo enunciado por el Tribunal Penal
Militar de Nuremberg que estableció como uno de los primeros elementos para esta transición
el enjuiciamiento de cada uno de los responsables de crímenes contra la paz, la humanidad y
de guerra, a lo cual se ardieron los estatutos de los Tribunales Penales Internacionales para la
Ex – Yugoslava y Ruanda en la cual exponían la connotación de estos enjuiciamientos para
facilitar la reconciliación dentro de las sociedades afectadas por los conflictos.
(Footnotes)
2 Santalla Vargas, Elizabeth. Bolivia. En Ambos, Kai, Ezequiel Malarino, and Gisela
Elsner. “Justicia de transición: informes de América Latina, Alemania, Italia y
España.” (2009).
3 Ibidem.
4 Guzmán Dalbora José Luis, Chile. En Ambos, Kai, Ezequiel Malarino, and Gisela
Elsner. “Justicia de transición: informes de América Latina, Alemania, Italia y
España.” (2009).
5 Rocha de Assis Moura Maria Thereza, et al. En Ambos, Kai, Ezequiel Malarino, and
Gisela Elsner. “Justicia de transición: informes de América Latina, Alemania, Italia y
España.” (2009).
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
516 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
6 Ibidem.
7 Ventura Jaime Martínez. El salvador. En Ambos, Kai, Ezequiel Malarino, and Gisela
Elsner. “Justicia de transición: informes de América Latina, Alemania, Italia y
España.” (2009).
8 Ibidem.
9 Caro Coria Dino Carlos. Perú. En Ambos, Kai, Ezequiel Malarino, and Gisela
Elsner. “Justicia de transición: informes de América Latina, Alemania, Italia y
España.” (2009).
10 Ibidem.
11 Alfonso César. Paraguay. En En Ambos, Kai, Ezequiel Malarino, and Gisela Elsner.
“Justicia de transición: informes de América Latina, Alemania, Italia y España.”
(2009).
12 Ibidem.
CAPÍTULO XXVI
1. INTRODUÇÃO
O Brasil entende como recepcionada a Lei da Anistia, que traz uma divergência
pelas decisões conflitantes da Corte. A Corte havia feito uma análise sobre o controle de
convencionalidade dentro do Sistema Interamericano de Direitos Humanos, em especial,
diante de um dos maiores desafios para a Justiça do Brasil, que é o não cumprimento de
uma sentença da Corte Interamericana de Direitos Humanos por estar em discrepância
com uma decisão prolatada pelo Supremo Tribunal Federal.
Uma decisão do Supremo pode autorizar, dentro do ordenamento brasileiro, que a
Corte IDH tenha uma sentença desobedecida. O Sistema regional deve ser utilizado
pelas pessoas dos países signatários do Pacto de San José e das Organização dos
Estados Americanos. A finalidade dos dois órgãos é a responsabilizar os Estados-
membros por violações dos direitos humanos. No Equador, por exemplo, existe a ação
de incumprimento de sentenças e ditames constitucionais.
Tratou-se um Sistema que foi criado pela Carta da OEA, na Conferência de Bogotá,
de 30 de março a 2 de maio de 19481. Dos 35 (trinta e cinco) Estados-membros da
Organização, apenas 25 (vinte e cinco) ratificaram Convenção, que entrou em vigor em
1978, contudo, todos estão sujeitos ao trabalho da Comissão.
Utilizamos, para tanto, os métodos de pesquisa dedutivo (partindo de premissas
maiores para premissas menores), documental (analise de legislação, jurisprudência
e decisões da Corte IDH), bibliográfico (estudo de obras, artigos científicos, revistas
jurídicas, dentre outros) e estudo de caso.
* Doutoranda pela Universidade Estadual do Norte do Paraná – UENP. Mestre em Ciências Jurídicas
pela Universidade Estadual do Norte do Paraná – UENP. Especialista em Direito Penal e Processo Penal pela
Universidade Estadual de Londrina. Graduada em Direito pelas Faculdades Integradas “Antonio Eufrásio de
Toledo” de Presidente Prudente. Professora de Direito Penal no Centro Universitário Antônio Eufrásio de
Toledo de Presidente Prudente. Advogada criminalista.
** Mestre em Ciências Jurídicas pela Universidade Estadual do Norte do Paraná – UENP, graduado em
Direito pelo Centro Universitário Antônio Eufrásio de Toledo de Presidente Prudente. Professor de Introdução
ao Estudo do Direito no Centro Universitário Antônio Eufrásio de Toledo de Presidente Prudente. Advogado.
1 Na mesma Conferência se aprovou a Declaração Americana dos Direitos e Deveres do Homem.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
518 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
2. O TRABALHO DA COMISSÃO
O organismo não jurisdicional denominado de Comissão Interamericana de Direitos
Humanos é órgão da Organização dos Estados Americanos que possui como uma das suas
atribuições fazer “recomendações”. Neste diapasão: “a promoção dos direitos humanos”
dentro de promover a observância e a defesa dos direitos humanos, na interpretação do
parágrafo 23, que estabelece “certas atribuições da Comissão Interamericana de Direitos
Humanos2.
Assim, dispõe o artigo 106 da Carta da OEA:
haverá uma Comissão Interamericana de Direitos Humanos que terá por principal função
promover o respeito e a defesa dos direitos humanos e servir como órgão consultivo da
Organização em tal matéria. Uma Convenção interamericana sobre direitos humanos
estabelecerá a estrutura, a competência e as normas de funcionamento da referida Comissão,
bem como as dos outros órgãos encarregados de tal matéria.
A Comissão, deste modo, possui dupla vinculação, visto que está prevista e se submete
aos regulamentos dos dois principais tratados, quais sejam: a Carta da OEA e a Convenção.
No entanto, no caso do controle de convencionalidade, a Comissão pode desempenhar um
controle não jurídico.
São realizadas duas sessões ao ano, contudo os “comissionados” podem convocar
sessões extras ou realizar visitas “in loco” aos Estados, com o intuito de averiguar aspectos
concernentes a casos específicos em andamento ou para elaborar relatórios a respeito da
situação geral dos direitos humanos nos países visitados. As visitas têm como escopo levantar
dados, bem como, investigar as questões denunciadas.
Existem outras importantes funções, como divulgação e encontros com grupos, além de
diversas relatorias, que se dedicam a temas relevantes.
A maior parte da doutrina considera que a comissão é um órgão não jurisdicional de
solução de conflitos, não obstante outros afirmem que seja quase-jurisdicional, como faz
Ernesto Rey Cantor3. O procedimento instaurado para salvaguardar um direito não possui um
julgamento e não termina com uma sentença, mas como Recomendação, que tem natureza
vinculante e é outorgado aos informes.
Para Hector Fix-Zamudio, todos os trabalhos da Comissão são importantes posto que
alcança todos os Estados-membros da OEA, mas o referido órgão realiza “instrução e a
investigação das violações dos direitos humanos”4, previamente ao julgamento na Corte, em
outras palavras, realiza um juízo de admissibilidade.
Inserido nessas atividades, os artigos 50 e 51, sendo ainda num plano secundário o 41.
B, aduzem:
quando o estime conveniente, aos governos dos Estados-membros para que adotem
medidas progressivas em favor dos direitos humanos dentro do marco de suas leis internas
e seus preceitos constitucionais, que de maneira igual também seja tomadas disposições
apropriadas ao devido respeito a esses direitos.
A base são os seguintes tratados:
• Declaração Americana dos Direitos e Deveres do Homem;
• Pacto de San José da Costa Rica;
• Protocolo Adicional da Convenção Americana dos Direitos Humanos em matéria de
Direitos Econômicos, Sociais e Culturais (Protocolo de San Salvador);
• Protocolo Adicional da Convenção relativo a abolição da Pena de Morte;
• Convenção Interamericana para Prevenção da Tortura;
• Convenção Interamericana Sobre Sequestro e
• Convenção Interamericana para Prevenir, Punir e Erradicar a Violência contra a
Mulher ou Convenção de Belém do Pará5.
A este conjunto declaratório de tratados e convenções, juntamente com os protocolos,
denomina-se de acordo. Como afirma Jaime Alfonso Cubides Cárdenas e Paula Andrea
Barreto Cifuentes6, como “Corpus Iuris Convencional”, pois a língua espanhola define a lavra
“cuerpo” como o conjunto em geral. Além disso, qualquer tratado sobre direitos humanos em
nível das Nações Unidas também se converte em um fator normativo para o “Corpus”, a luz
da interpretação judicial.
Podemos afirmar, portanto, que o Sistema exerce um papel de suma importância na defesa
dos direitos humanos no Continente.
3. CORTE INTERAMERICANA
A Corte Interamericana de Direitos Humanos é um órgão judicial autônomo que possui
sede na cidade de San José, na Costa Rica, criado pelo Pacto de San José com o intuito de
aplicar e interpretar a Convenção Americana de Direitos Humanos (Pacto de San José) e
outros tratados acima elencados. Trata-se do segundo órgão do Sistema Interamericano de
Proteção dos Direitos Humanos (SIPDH), contudo alcança apenas os signatários do Pacto.
A Corte é composta por sete juízes, nacionais dos Estados – Membros da OEA, eleitos a
título pessoal entre juristas da mais alta autoridade moral, de reconhecida competência em
matéria de direitos humanos, que ostentem as condições exigidas para o exercício das mais
elevadas funções judiciais.
Não podem existir dois juízes da mesma nacionalidade de acordo com o que reza o
artigo 52. A votação é secreta, por voto da maioria absoluta, na Assembleia Geral, a partir
de uma lista de candidatos proposta (artigo 53). O mandato dos magistrados será de seis
anos e somente poderão ser reeleitos uma vez. O mandato de três dos juízes designados na
primeira eleição expirará ao final de três anos. Logo após a referida eleição, determinar-se-
ão por sorteio, na Assembléia Geral, os nomes desses três juízes. Caso ocorra a extinção do
mandato por alguma hipótese anormal, como morte, renúncia, incapacidade permanente, ou
remoção dos juízes, as vagas serão ocupadas por outro juiz eleito para substituir o que perdeu
o mandato, completando o período deste (artigo 54). O quórum para as deliberações da Corte
é composto por cinco juízes (artigo 56).
As decisões da Corte serão tomadas pela maioria dos juízes presentes. Nos casos de
empate, o Presidente terá o voto de qualidade7.
Não há impedimento da atuação de um juiz em julgamento do qual ele é nacional de
algum dos Estados-parte no conflito. Elucida o artigo 55 da Convenção que o juiz, que for
nacional de algum dos Estados-membros em caso submetido à Corte, manterá o seu direito de
conhecer. Mesmo quando verificada esta situação, outro Estado-parte no mesmo caso poderá
indicar uma pessoa de sua escolha para integrar a Corte, na qualidade de juiz “ad hoc”.
Contudo, é necessário que o juiz “ad hoc” reúna as mesmas condições de elegibilidade
de um juiz da Corte8. Se, dentre os juízes chamados a conhecer do caso, nenhum deles for
da nacionalidade dos Estados-partes, cada um poderá designar um juiz “ad hoc”. Se vários
Estados-partes na Convenção tiverem o mesmo interesse no caso, serão considerados como
uma só parte, para os fins das disposições anteriores. Se restar dúvida, a Corte decidirá9.
Os idiomas oficiais da Corte são os mesmos adotados pela OEA: o espanhol, português,
inglês e o francês. Os idiomas de trabalho serão os que a Corte escolha a cada ano. Entretanto,
em situações excepcionais, faculta-se aceitar também como idioma de trabalho o de uma das
partes, desde que seja língua oficial10.
A Corte Interamericana de Direitos Humanos possui competência consultiva e contenciosa,
conforme dispõe o artigo 2ª do Estatuto da Corte Interamericana de Direitos Humanos que
declara que a Corte exerce função jurisdicional e consultiva. Sua função jurisdicional é
regida pelas disposições dos artigos 61, 62, e 63 da Convenção; e sua função consultiva,
pelas disposições do artigo 64 da Convenção. De acordo com Thomas Buergenthal, citado
por Piovesan et al11:
16 MAZZUOLI, Valério de Oliveira. Coletânia de direito internacional, Convenção Americana Sobre Direitos
Humanos (1969), p. 736.
17 VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés; BELTRÁN GRANDE, Diana Johanna. La Justicia Constitucional
y su modelo transnacional <in> Derecho Procesal Constitucional, Tomo III, Volumen I, p, 118. Ao abordar o controle
feito pela Constituição da Colômbia, os dois autores aceitam que o controle de convencionalidade atinja também
outras espécies normativas além das federais: “acto legislativo, ley, decreto ley, decreto legislativo, decreto reglamento,
ordenanzas departamentales, decretos expedidos por el governador departamental, acuerdos municipales o decretos
emanados Del alcalde municipal.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
524 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Outro fragmento histórico trazido pelo autor20 foi a transição do regime francês, inobstante
ele mesmo reconhecer que houvesse outros regimes que também encontram pontos da justiça
de transição, como é o caso de Camboja, Timor Leste e Coréia do Sul.
Apesar de a revolução francesa ter um caráter muito mais absolutório do que as transições
atenienses, os elementos essenciais da justiça de transição verificáveis no fato histórico são as
políticas de punição dos conspiradores contra o regime estabelecido após a quebra do poder
monárquico21.
Há quem diga que o termo transição deveria ser interpretado de outro modo, na medida em
que não se trata necessariamente de apenas reger novos contornos do regime a ser adotado,
mas de uma revisitação do passado. Contudo, ficamos com a lição de BUANI22 quando expõe
em seus escritos que
18 Cf. ELSTER, Jon. Transitional justice in historical perspective. New York: Cambridge University Press,
2004, p. 3.
19 Texto original: Democratic transitional justice is almost as old as democracy itself. In 411 b.c. and then again
in 404–403 b.c., the Athenians saw the overthrow of democracy by an oligarchy, followed by defeat of the oligarchs
and restoration of democracy. In each case, the return to democracy went together with retributive measures against
the oligarchs. In 403, the Athenians also took steps toward restitution of property that had been confiscated by the
oligarchic regime. The next episode of transitional justice occurred more than two thousand years later, in the English
Restoration.
20 Cf. ELSTER, Jon. Transitional justice in historical perspective. New York: Cambridge University Press,
2004, p. 47.
21 Cf. ELSTER, Jon. Transitional justice in historical perspective. New York: Cambridge University Press,
2004, p. 48.
22 Cf. BUANI, Christiani Amaral. A justiça de transição: ápice da internacionalização do direito? Revista de
Direito Internacional. Brasília, Vol 9, n. 4, 2012, p. 128.
DE MATOS LIMA MADRID, Fernanda / NOYA DOS SANTOS, Lucas Octávio
Aportes sobre justiça de transição 525
De toda forma, pode-se dizer que essa etapa da justiça de transição teve como símbolo
os julgamentos de Nuremberg, desenvolvendo-se a partir de 1945, em condições específicas,
que não se protraíram e que começaram a se alterar a partir dos anos 50, com a Guerra Fria.
Teve, portanto, como características de cooperação entre os Estados, a aplicação de uma
justiça internacional e o desenvolvimento do conceito de reconstrução nacional, aplicado à
Alemanha de reduzida soberania no pós-guerra.
Não se pode olvidar, contudo que o período pós-guerra e seu êxtase inicial tomaram
novos rumos com a corrida armamentista e o advento da guerra fria, que assolou o mundo no
espectro de uma guerra nuclear e, então, surge-se um novo momento de tensão.
23 Cf. TEITEL, Ruti. Transitional justice genealogy. Harvard Human Rights Journal. Vol. 16, p. 69-94,
2003, p. 70.
24 Cf. ELSTER, Jon. Transitional justice in historical perspective. New York: Cambridge University Press, 2004, p. 01.
25 Cf. ELSTER, Jon. Transitional justice in historical perspective. New York: Cambridge University Press, 2004, p. 80.
26 Cf. JAPIASSÚ, Carlos Eduardo Adriano; MIGUENS, Marcela Siqueira. Justiça de transição: uma aplicação
dos Princípios de Chicago à realidade brasileira. In: SABADELL, Ana Lucia; SIMON, Jan-Michael; DIMOULIS,
Dimitri. (org.) Justiça de transição: das anistias às comissões de verdade. São Paulo: Editora Revista dos Tribunais,
2014, p. 228.
27 Cf. TEITEL, Ruti. The Law and Politics of Contemporary Transitional Justice. Cornell International Law
Journal. Vol. 38, n. 3, 2005, p. 839.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
526 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Outra caraterística que se deve ao modelo de transição extraído da segunda fase da justiça
de transição é a criação das leis de anistia, como forma de pacificação política e recriação do
regime subsequente.
O modelo da segunda fase pareceu avançar alguns dos objetivos de lei da justiça penal
em sociedades de transição, nos quais as instituições jurídicas estavam funcionando sob
condições de transição estressadas. Visto em uma perspectiva genealógica, o principal
objetivo das comissões da verdade não era a justiça, mas a paz30. (tradução nossa).
Nos regimes ditatoriais latino-americanos, verificou-se uma tendência em criar uma lei de
anistia — tida por alguns como auto anistia em razão de trazer maiores benefícios aos agentes
estatais do que propriamente aos rebeldes após a transição — que dava ares de perdão aos
crimes cometidos por ambos os lados.
Na terceira fase, coloca-se este processo de transição em um patamar além dos níveis
nacionais de jurisdição, integrando-se o processo político de conversão de um regime em
outro a um organismo internacional jurisdicionado para que, a partir destes conceitos globais
de proteção dos direitos humanos, se obtenha uma incursão da justiça internacional32.
28 Cf. TEITEL, Ruti. Transitional justice genealogy. Harvard Human Rights Journal. Vol. 16, p. 69-94,
2003, p. 78.
29 Cf. TEITEL, Ruti. Transitional justice genealogy. Harvard Human Rights Journal. Vol. 16, p. 69-94, 2003, p. 79.
30 Texto original: The second phase model did appear to advance some of the rule-of-law aims of criminal justice
in transitional societies, in which legal institutions were functioning under stressed transitional conditions. Seen in a
genealogical perspective, the primary aim of truth commissions was not justice but peace.
31 Cf. NINOS, Carlos. Juicio al mal absoluto. Buenos Aires: Ariel, 2006, p. 10.
32 Cf. JAPIASSÚ, Carlos Eduardo Adriano; MIGUENS, Marcela Siqueira. Justiça de transição: uma aplicação
dos Princípios de Chicago à realidade brasileira. In: SABADELL, Ana Lucia; SIMON, Jan-Michael; DIMOULIS,
Dimitri. (org.) Justiça de transição: das anistias às comissões de verdade. São Paulo: Editora Revista dos Tribunais,
2014, p. 233.
33 Cf. NAGY, Rosemary. Transitional Justice as a Global Project: Critical Reflections. In: Third World Quarterly,
Vol. 29, No. 2, 2008, p. 280.
DE MATOS LIMA MADRID, Fernanda / NOYA DOS SANTOS, Lucas Octávio
Aportes sobre justiça de transição 527
A justiça transitória também implica um período de interregno fixo com um fim distinto;
Ele passa por um passado violento ou repressivo e um futuro pacífico e democrático. As
noções de ‘romper com o passado’ e ‘nunca mais’, que se alinham com os mecanismos de
transição dominantes, moldam um sentido definitivo de ‘agora’ e ‘então’.34 (tradução nossa).
Em sua expedição rumo à compreensão da justiça de transição, Bassiouni faz uma análise
do período pós conflito e traz uma leitura que nos leva à reflexão sobre a aplicação dos
princípios de Chicago a um contexto de profundas mudanças estruturais de um regime para
outro.
Ao iniciar suas lições, Bassiouni37 especifica que a grande relevância do estudo dos
princípios de Chicago para a justiça pós conflito está em um fato preponderante para a
transição de um regime anterior autoritário para um regime posterior democrático. Explica
o autor que
34 Texto original: Transitional justice also implies a fixed interregnum period with a distinct end; it bridges a
violent or repressive past and a peaceful, democratic future. Notions of ‘breaking with the past’ and ‘never again’,
which align with the dominant transitional mechanisms, mould a definitive sense of ‘now’ and ‘then’.
35 Cf. NAGY, Rosemary. Transitional Justice as a Global Project: Critical Reflections. In: Third World Quarterly,
Vol. 29, No. 2, 2008, p. 287.
36 Texto original: International law and transnational norms must have a heightened role in transitional
circumstances precisely because national legal and political systems are weak or corrupt. At the same time, remote
institutions and narrowly conceived mechanisms and analyses will not change ordinary people’s lives for the better.
37 Cf. BASSIOUNI, M. Cherif. The Chicago Principles on Post-Conflict Justice. International Human Rights
Law Institute, 2007, p. 08.
38 Texto original: The Chicago Principles on Post-Conflict Justice highlight the long-term value of a firm
commitment to accountability integrated within a broad-based plan for national reconstruction and reconciliation.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
528 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Verificamos, desta feita, que a análise deste primeiro princípio preza pela investigação
formal de todos os aspectos que envolvem violações de direitos humanos ocorridas no período
anterior, pautando-se por todas as máximas do devido processo legal, como a imparcialidade
e independência do órgão julgador, a individualização da pena e da conduta, respeitar o
duplo grau de jurisdição, vedação do bis in idem, proteção de testemunhas e dos oficiais que
trabalham na resolução do caso e, por fim, a publicidade dos atos processuais.
No concernente ao direito de defesa dos acusados, há uma certa limitação que deve ser
observada, como é o caso da mitigação de estatutos que sobreponham os direitos dos acusados
ao direito das vítimas de violações de direitos humanos ou de direito humanitário. Também
deve ser rechaçada a alegação de que apenas praticou as violações imputadas em razão de
que obedecia a ordens superiores, assim como os superiores são igualmente responsáveis,
verificando a proporcionalidade da pena em relação ao seu grau de participação nos atos
violadores40.
A series of guiding principles that establish clear foundational commitments regarding post-conflict justice may
help negotiators resist the temptation to avoid an engagement with questions of justice in order to achieve expedient
political settlements.
39 Cf. BASSIOUNI, M. Cherif. The Chicago Principles on Post-Conflict Justice. International Human Rights
Law Institute, 2007, p. 29-30.
40 Cf. BASSIOUNI, M. Cherif. The Chicago Principles on Post-Conflict Justice. International Human Rights
Law Institute, 2007, p. 32-33.
41 Cf. BASSIOUNI, M. Cherif. The Chicago Principles on Post-Conflict Justice. International Human Rights
Law Institute, 2007, p. 35.
DE MATOS LIMA MADRID, Fernanda / NOYA DOS SANTOS, Lucas Octávio
Aportes sobre justiça de transição 529
O Estado, segundo esses princípios, não pode se escusar de exercer a jurisdição para
garantir o acesso de seus jurisdicionados aos fatos reais que levaram às alegadas violações,
sob pena de promover um amargo esquecimento como base de um frágil regime democrático.
É tido como o segundo princípio máximo justiça pós conflito, ou justiça de transição, que
os Estados devem respeitar o direito à verdade e encorajar investigações formais de violações
passadas por meio de comissões da verdade ou outras instituições43.
Insta salientar que dentre os deveres institucionais das comissões da verdade encontramos
os princípios da imparcialidade e independência, que devem reger os trabalhos em pauta,
bem como a determinação de responsabilidade das violações de direitos humanos imputadas
a indivíduos ou grupos de indivíduos, inclusive, envolvendo a população em geral em
consultas públicas.
42 Texto original: States that provide amnesty or other mechanisms to reduce individual legal responsibility for
past crimes shall do so in consideration of international law. States should ensure that amnesty policies are linked to
specifc mechanisms of accountability to discourage impunity and support the goals of post-conflict justice. Amnesty
is more acceptable when it provides protection to low-ranking perpetrators, child soldiers, those responsible for less
serious crimes, and those forced to commit violations.
43 Cf. BASSIOUNI, M. Cherif. The Chicago Principles on Post-Conflict Justice. International Human Rights
Law Institute, 2007, p. 37.
44 Cf. BASSIOUNI, M. Cherif. The Chicago Principles on Post-Conflict Justice. International Human Rights
Law Institute, 2007, p. 39.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
530 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
As vítimas têm direito a um acesso igual e efetivo à justiça, informações factuais sobre
violações e reparações adequadas, efetivas e rápidas. Os Estados devem respeitar os direitos
individuais e coletivos das vítimas à justiça. Os Estados devem divulgar os remédios aplicáveis
e disponibilizar os meios legais, institucionais, diplomáticos e consulares adequados para
promover o acesso das vítimas à justiça. (tradução nossa)46
Dentre os aspectos reparatórios elencados estão a restituição (atinente aos bens materiais
eventualmente confiscados), compensação (atinente aos danos imateriais sofridos),
reabilitação (atinente aos cuidados médicos, psicológicos ou sociais) e as garantias de não
repetição.
Em respeito ao quarto princípio de Chicago, o Estado deve promover uma agenda que
estabeleça vetos políticos, sanções e medidas administrativas ávidas à barrar qualquer
movimentação cujo objetivo seja retornar ao estado anterior. E aqui fazemos um paralelo
muito importante com o chamado progresso moral da humanidade de Bobbio47, quando este
evidencia que:
O ciclo de políticas públicas deve conter uma agenda voltada à publicidade das
investigações e conclusões às quais se chegou. Isto no sentido de educar e conscientizar a
população acerca dos erros do passado em relação à violência política passada e preservar a
memória histórica48, com fundamento básico no quinto princípio de Chicago.
45 Cf. BASSIOUNI, M. Cherif. The Chicago Principles on Post-Conflict Justice. International Human Rights
Law Institute, 2007, p. 45.
46 Texto original: Victims have the right to equal and effective access to justice, factual information concerning
violations and adequate, effective and prompt reparations. States shall respect victims’ individual and collective rights
to justice. States shall publicize applicable remedies and make available appropriate legal, institutional, diplomatic,
and consular means to promote victims’ access to justice.
47 Cf. BOBBIO, Norberto. A era dos direitos. Tradução: Carlos Nelson Coutinho, 7 ed., Rio de Janeiro:
Elsevier, 2004, p. 26.
48 Cf. BASSIOUNI, M. Cherif. The Chicago Principles on Post-Conflict Justice. International Human Rights
Law Institute, 2007, p. 51.
DE MATOS LIMA MADRID, Fernanda / NOYA DOS SANTOS, Lucas Octávio
Aportes sobre justiça de transição 531
Por fim, em seu último princípio, Bassiouni49 explica que é dever do Estado a promoção
de reformas legislativas, estruturais e ter como programa fixo de governo a restauração da
confiança pública no funcionamento das instituições como fundamento à boa governança e
do bom andamento do regime democrático.
Dentre os vários aspectos do último princípio encontram-se, por exemplo, a reforma para
a independência do poder judiciário, ratificação de convenções internacionais de proteção
dos direitos humanos, adotar programas estratégicos dentro do contingente militar para
promoção da defesa dos direitos humanos, rever a aplicação das leis ampliando os direitos e
garantias fundamentais, combate à corrupção e, também, o monitoramento das violações de
direitos humanos.
É possível identificar, portanto, que muito dos princípios básicos de justiça pós-conflito são
norteadores da interpretação e aplicação das normas de proteção dos direitos humanos dentro
do sistema interamericano de direitos humanos, na medida em que podemos verificar que a
jurisprudência da Corte IDH caminha no mesmo sentido do que se extrai do entendimento de
referidos princípios, conforme trataremos a seguir.
49 Cf. BASSIOUNI, M. Cherif. The Chicago Principles on Post-Conflict Justice. International Human Rights
Law Institute, 2007, p. 56.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
532 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
En el presente caso Barrios Altos, haciendo uso libre y pleno, como le corresponde,
de los poderes inherentes a su función judicial, la Corte, por primera vez en un caso de
allanamiento, además de haber admitido el reconocimiento de responsabilidad internacional
por parte del Estado demandado, también ha establecido las consecuencias jurídicas de
dicho allanamiento, tal como se desprende de los categóricos párrafos 41 y 43 de la presente
Sentencia, (…)
Resta claro, portanto que a Corte IDH rechaça a criação de leis de anistia, determinando
como princípio básico da justiça de transição no sistema de proteção interamericano de
direitos humanos.
Outro julgamento que marca esse entendimento de obrigação, de um dever previsível no
Pacto é no caso “Almonacid Arellano vs. Chile”, em 2006, em que a Corte IDH declarou
que o Judiciário chileno aplicou uma norma que teve como efeito encerrar as investigações
relativas à execução do senhor Arellano, resultando na impunidade dos responsáveis pelo
crime. Na decisão, os juízes do Pacto asseveraram que, mesmo com os equívocos do Poder
Legislativo do Chile de não legislar contrariamente ao Pacto, o Judiciário teria a obrigação
de tornar a norma invalida.
No Brasil, a temática fica patente no caso Gomes Lund e Outros (Guerrilha do Araguaia),
que requer a revogação da Lei de Anistia, que foi considerada recepcionada pelo Supremo
Tribunal Federal.
Existem outros julgamentos que consolidaram esse entendimento como Manuel Cepeda
Vargas vs. Colombia e Cabrera García e Montiel Flores vs. México.
Por controle concentrado ou via de ação deve se entender aquele processo transnacional
apresentado diante da Corte. Será denominado como via de ação, uma vez que deve existir
uma provocação externa, que coloque em movimento a jurisdição americana, ao qual
geralmente corresponde ao Informe apresentado pela Comissão diante da Corte. As sentenças
proferidas no exercício desse controle gozam de efeito vinculante, pois devem ser acolhidas
por todos os Estados-partes.
Por outro lado, o controle difuso na Corte é denominado via incidental ou de exceção. É
o que se apresenta nos processos internos, como aconteceu no Brasil com a prisão civil por
DE MATOS LIMA MADRID, Fernanda / NOYA DOS SANTOS, Lucas Octávio
Aportes sobre justiça de transição 533
dívida, a qual o Supremo Tribunal Federal entendeu a prevalência das normas da Convenção
sobre o Código Civil..
Em virtude deste tipo de controle, qualquer Juiz ou Tribunal do Brasil pode não aplicar
uma lei que confronta a Convenção Americana dos Direitos Humanos, dando aplicação direta
ao tratado. Portanto, se trata de um controle concreto, que pode se apresentar em processos
civis, penais, administrativos ou constitucionais50.
Essa decisão foi seguida pela doutrina e também pela própria Corte, que reafirmou que
existe responsabilidade internacional do Estado pela elaboração e aplicação de leis violadoras
da Convenção, como está nos artigos 1. e 2, como ficou claro na Opinião Consultiva 14/94
no caso Lacayo vs. Nicaragua e também na “Ultima Tentação de Cristo vs. Chile”, um
julgamento contencioso.
Olmedo Bustos e outros procuraram a Corte devido a uma censura envolvendo o
Conselho de Qualificação Cinematográfica do Chile, que vetou a exibição do filme “A Última
Tentação de Cristo”, que, segundo o órgão, atentava contra os dogmas religiosos do país, que
é confessional católico. Na Justiça do Chile, a censura foi confirmada ao filme
Por isso, as vítimas acionaram a Comissão e Chile nada fez. Foi para Corte Interamericana,
pois os envolvidos tiveram prejuízos e Ciro Colombara López, uma das vítimas, perdeu seu
emprego na Universidade Católica do Chile. O Chile acabou sendo condenado com base em
violação dos do artigos 13 e artigos 1.1 (Aplicação dos Direitos e Deveres) e 2 (Obrigação
de adequar a legislação interna) da Convenção, em face de Juan Pablo Olmedo e outros.
Como reparação dos danos, o Chile deveria retirar a e censura prévia, que viola o Estado
Democrático de Direitos, e permitir a exibição do filme, o que configura um tipo de controle
de convencionalidade.
Ainda pagar às vítimas a indenização pelos gastos realizados com os processos internos
e o processo internacional ante o sistema interamericano, não sendo caso de indenização por
danos matérias ou morais. Outros casos El Amparo vs. Venezuela, Caballero Delgado vs.
Colômbia, Castilllo Pàez vs. Peru, Suarez Romero vs. Equador, Castillo Petruzzi e outros
vs. Colômbia, “Barrios Altos” vs. Peru, Periódico “La Nacion” vs. Costa Rica, Caesar vs.
Trinidad e Tobago, Fermin Ramírez vs. Guatemala, Raxcacó Reys vs. Guatemala e Almonacid
Arellano v.s Chile.
8. CASO GOMES LUND VS. BRASIL
Desde 2006, quando invalidou a Lei 2191 do Chile, que anistiava os crimes durante o
governo ditatorial de Augusto Pinochet, a Corte IDH já tinha entendimento que esses tipos
de crimes de tortura e desaparecimento forçado, devido à sua natureza, não poderiam ser alvo
de indultos, graça ou perdão. Operou-se no caso um controle de convencionalidade numa
questão ocorrida durante um período denominado Justiça de Transição.
Mas essa jurisdição supranacional, de acordo com Pablo Dario Villalba Bernié51 se deve
dar uma amplitude no tocante ao conteúdo, que advém da transcendência de que adquiriu nos
últimos anos o controle de convencionalidade, já são só limitada a questão interpretativa e
de aplicação dos precedentes jurisprudenciais da Corte IDH, mas com ampliação para todo
o direito processual.
E a sentença no Caso Gomes Lund e outros - Guerrilha do Araguaia Vs. Brasil em
seus pontos resolutivos, decidiu, por unanimidade que as disposições da Lei da Anistia
são invalidas e precisam ser revogadas, pois impossibilitava a punição de torturadores e
assassinos, pois são crimes que não prescrevem e não podem ser anistiados. Mas, há outras
opiniões doutrinárias contrárias que defendem que a Lei da Anistia é uma borracha que apaga
o passado e serve de base para construção da democracia.
De outra parte, em nível interno há um julgamento do Supremo Tribunal Federal contrário
a essa decisão de revogação Lei da Anistia, que ao contrário diz sobre sua importância. O
STF conheceu a validade da lei surgindo desde então um confronto da justiça interna com a
internacional.
Até 2017, o Brasil ainda não cumpriu a sentença:
[...] impedem a investigação e sanção de graves violações de direitos humanos são
incompatíveis com a Convenção Americana, carecem de efeitos jurídicos e não podem
seguir representando um obstáculo para a investigação dos fatos do presente caso, nem
para a identificação e punição dos responsáveis, e tampouco podem ter igual ou semelhante
impacto a respeito de outros casos de graves violações de direitos humanos consagrados na
Convenção Americana ocorridos no Brasil. (Grifo nosso)
Há uma determinação de invalidar a Lei da Anistia, que deve ser declarada não
recepcionada e no parágrafo 325.4-7 da sentença, declarou:
[...] é responsável pelo desaparecimento forçado e, portanto, pela violação dos direitos ao
reconhecimento da personalidade jurídica, à vida, à integridade pessoal e à liberdade pessoal,
estabelecidos nos artigos 3, 4, 5 e 7 da Convenção Americana sobre Direitos Humanos, em
relação com o artigo 1.1 desse instrumento, em prejuízo das pessoas indicadas no parágrafo
125 da presente Sentença, em conformidade com o exposto nos parágrafos 101 a 125 da
mesma.
O desaparecimento forçado de pessoas ocorrido no regime militar viola o direito à
integridade pessoal, pois desrespeita a integridade psíquica e moral dos familiares, que tem a
certeza de suas mortes, mas estão privados de seus corpos, como está na sentença(Parágrafo
240): “a privação do acesso à verdade dos fatos sobre o destino de um desaparecido constitui
uma forma de tratamento cruel e desumano para os familiares próximos”, sendo dever das
democracias proporcionarem aos familiares uma rápida e eficaz reparação.
51 Cf. VILLALBA BERNIÉ, Pablo Darío. Contenido del derecho procesal constitucional. Deveria incluir la
jurisdicción constitucional supranacional y el juicio político? <in> Derecho Procesal Constitucional(Eduardo Andrés
Velandia Canosa) Bogotá VC Editores Lta/Universidad Santo Tomás de Aquino (Tunja), 2015, p. 159.
DE MATOS LIMA MADRID, Fernanda / NOYA DOS SANTOS, Lucas Octávio
Aportes sobre justiça de transição 535
Desde o julgamento Gomez Palomino Vs. Peru, de 20.11.2005, a Corte utilizou outros
tratados da OEA para invalidar normas e controlar a constitucionalidade. No caso foi usado
a Convenção Interamericana sobre o Desaparecimento Forçado de Pessoas, aprovada em
Belém do Pará em 1994.
Para Valério de Oliveira Mazzuoli52, o caso Gudiel Álvarez e outros (Diário Militar) Vs.
Guatemala, de 20.11.2011 serviu para a Corte reforçar o entendimento, que devem ser usados
como parâmetros outros tratados, como as Convenções sobre Desaparecimento Forçado e
para Prevenir e Punir a Tortura.
Noutro aspecto, tal situação também constituiu violação ao direito à liberdade de
expressão, uma vez que esta compreende, conforme entendimento da Corte53, a “liberdade
de buscar, receber e difundir informações e idéias de qualquer natureza”, sendo direito de
qualquer cidadão o acesso às informações sob o domínio do Estado, ressalvadas as restrições
autorizadas pela Convenção. Assim, para a Corte, nos países democráticos deve vigorar o
“princípio da máxima divulgação”, e prevalecer “a presunção de que toda informação é
acessível, sujeita a um sistema de exceções”54.
Para Corte, a investigação dos fatos é uma forma de reparar a violação sofrida, o que
infelizmente não ocorreu, já que, como já dito, a Ação Ordinária proposta com o intuito
de obter acesso aos documentos oficiais atinentes as ações militares perpetradas contra
a Guerrilha do Araguaia apresentou demora excessiva, violando os artigos 8.1 e 13 da
Convenção55.
No que diz respeito aos documentos considerados secretos ou confidenciais pelo Brasil,
a Corte relembrou que, em se tratando de violações de direitos humanos, o Estado não
pode se negar a oferecer as informações solicitadas, independentemente de o documento
ser considerado por ele secreto ou confidencial, seja por interesse público ou segurança
nacional56.
Por fim, a Corte condenou o Brasil pela violação dos arts. 1°, 2°, 3°, 4°, 5°, 7°, 8°, 13 e
25 da Convenção, confirmando os pedidos da Comissão, que pediam condenou o Brasil a
pagar indenização pelos danos materiais, imateriais sofridos e restituição das custas e gastos
processuais em âmbito interno e perante o Sistema Interamericano, assim como “tipificar
o delito de desaparecimento forçado de pessoas em conformidade com os parâmetros
interamericanos”, “realizar um ato público de reconhecimento de responsabilidade
internacional a respeito dos fatos do presente caso”, “oferecer o tratamento médico e
psicológico ou psiquiátrico que as vítimas requeiram”, “realizar todos os esforços para
52 Cf. MAZZUOLI, Valério de Oliveira. O controle jurisdicional da convencionalidade das leis, 4. ed. São
Paulo: Revista dos Tribunais, 2016, p. 68.
53 Corte IDH. Caso Gomes Lund y otros (“Guerrilha do Araguaia”) Vs. Brasil. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de noviembre de 2010. Serie C No. 219, par. 197.
54 Corte IDH. Caso Gomes Lund y otros (“Guerrilha do Araguaia”) Vs. Brasil. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de noviembre de 2010. Serie C No. 219, par. 199.
55 Corte IDH. Caso Gomes Lund y otros (“Guerrilha do Araguaia”) Vs. Brasil. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de noviembre de 2010. Serie C No. 219, pars. 184 a 185, 201, 220 a 225.
56 Corte IDH. Caso Gomes Lund y otros (“Guerrilha do Araguaia”) Vs. Brasil. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de noviembre de 2010. Serie C No. 219, pars. 202.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
536 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
1. LA JUSTICIA
En este escrito examinamos algunos conceptos de justicia como los expresados por
Jhon Rawls, el marxismo y Norberto Bobbio.
Jhon Rawls en su teoría de la justicia define la justicia como valor y concepto social
que se apoya en el contrato social el cual gira entorno a la libertad y la igualdad de
oportunidades. Además, la democracia de propietarios y pluralista es compatible con
esta idea de justicia.
En suma, la justicia puede ser vista como un valor y un concepto social. Además, como
un falso problema, el verdadero problema es la igualdad en condiciones materiales de vida.
Finalmente, la justicia puede ser abordada en relación con la validez y la eficacia de la norma.
2. JUSTICIA TRANSICIONAL
2.1. Concepto
2.2. Características
La justicia de excepción tendía a ser una justicia política. En cambio la justicia transicional
tiende a ser una justicia legal. Es decir, la justicia transicional es más justicia que un arreglo
político.3
1 Orozco, I (2009). Justicia transicional en tiempos del deber de memoria. Bogotá: edit. Temis. p. 11.
2 Cuervo, J (2007). Justicia transicional: modelos y experiencias internacionales Bogotá: U. Externado. P. 15.
3 Orozco, I. Op. Cit. p. 59.
BARÓN BARRERA, Guillermo Andrés
Justicia transicional como trasplante jurídico 541
La justicia transicional tiene un déficit fuerte de legitimidad en la medida que las penas a
los victimarios son bajos, a pesar de haber cometido crímenes en masa.
La justicia transicional sobre todo en cuanto justicia penal internacional, está llamada a
perseguir a los “peces gordos” y no a los simples ejecutores. Por eso es limitado y parcial.
La justicia penal debe estar en el centro de la justicia transicional, por cuanto solo
ello garantiza el privilegio de las imputaciones individuales de responsabilidad sobre las
imputaciones colectivas.7
4 Ibíd., p. 65.
5 Ibíd., p. 75.
6 Ibíd., p. 77.
7 Ibíd., p. 89.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
542 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Desde el punto de vista de las víctimas, el tema de la reparación resulta central, por cuanto
para algunos de ellos las reparaciones son la manifestación más tangible de los esfuerzos que
hace el estado por remediar los daños que han sufrido, el dilema es reconstruir y reparar. La
reparación y la reconciliación son dos caras de una misma moneda.9
2.2.10. Pedagógica
Los primeros procesos de justicia transicional que fueron conocidos como tales se
adelantaron ante instancias judiciales domésticos. Los procesos penales más recientes
se han adelantado frente a tribunales internacionales o mixtos, y lo como competidores,
complementos o sustitutos de la justicia doméstica.10
Los derechos de las víctimas son: derechos derecho a la verdad, la justicia y la reparación.
Los derechos de las víctimas son: derecho a la verdad, derecho a la justicia, derecho a
obtener una reparación y garantía de no repetición.
Los derechos de las víctimas son una respuesta a las atrocidades que permiten acarrear
posturas con principio opuesto o contradictorios.
8 Ibíd., p. 117.
9 Ibíd., p. 128.
10 Ibíd., p. 147.
11 Cuervo, J. (2007). Justicia transicional: modelos y experiencias internacionales. Bogotá: U. Externado. p. 47.
BARÓN BARRERA, Guillermo Andrés
Justicia transicional como trasplante jurídico 543
Las víctimas tienen unos recursos efectivos y dignos para hacer valer sus derechos
vulnerados. Pero, existe la polémica sobre la amnistía y los indultos.
Las víctimas tengan acceso a recursos efectivos y dignos para hacer valer sus derechos
vulnerados. Este deber de justicia supone el deber del Estado de investigar las violaciones,
identificar, capturar y sancionar a los responsables, permitir que las víctimas puedan convertirse
en parte civil en los procesos penales o acudir a la justicia contencioso administrativo. En fin,
se trata de impedir la impunidad, la responsabilidad central del derecho a la justicia está en
cabeza de los poderes judiciales y es una forma de contribuir el derecho a la verdad.14
El debate o la polémica gira en torno a las amnistías y los indultos. El art. 150 No. 17
C.N. lo consagra para los delitos políticos y con el pago de indemnización. No admiten el
otorgamiento de auto amnistías, amnistías en blanco, leyes de punto final o cualquier otra
modalidad que impida a las víctimas el ejercicio de un recurso judicial.
Sobre la reparación, los mínimos son los siguientes: a) El Estado siempre mantendrá
su deber reparador, aunque los victimarios no quieran o no puedan hacerlo; b) Deben ser
garantizada la igualdad de las víctimas en los procesos indemnizatorios; c) El Estado debe
distinguir la dimensión individual y colectiva de las reparaciones: d) La reparación colectiva
debe ser considerada desde dos puntos de vista: primero, la reparación a una sociedad que
ha sufrido las violaciones; segundo, la reparación a grupos humanos directamente afectados,
pero cuya visión del mundo solo es posible la vida en el seno de sus comunidades; e) Es
indispensable contemplar la dimensión interdisciplinaria de la reparación, especialmente
en torno a la rehabilitación; f) Las garantías de no repetición se encuentran estrechamente
ligadas a los componentes de verdad y sanción.17
2.4. Legislación
A nivel general la ley 795 de 2005 cumplió los propósitos de una justicia transicional
desde el momento en que el grupo armado que se acogía a ella aceptaba su desmovilización
con la consiguiente entrega de sus armas, confesión de sus delitos y reparación a las víctimas,
con la única compensación de obtener una rebaja sustancial de sus penas.
En particular a nivel de la reparación, existe una dispendiosa tarea de reparar a las víctimas
en medio de la guerra y la confrontación, sobretodo en lo correspondiente a la restitución de
sus bienes inmuebles.
La ley de justicia y paz pretende que este sea un proceso integral que repone, compense
y rehabilite material, moral y simbólicamente tanto de manera individual como colectiva a
las víctimas.
En la citada ley el derecho a la reparación se tramita como incidente dentro del proceso
penal. Procede a instancia de: la víctima, el fiscal delegado, el Ministerio Público a instancia
de la víctima. Parte de la pretensión de la víctima, da prelación a la conciliación. Es fijada por
la autoridad judicial competente.
La ley 975 de 2005 consagra los siguientes actos de reparación: entrega al Estado de
bienes obtenidos ilícitamente para reparación, declaración pública que restablezca la dignidad
de las víctimas, reconocimiento público de haber causado daño a las víctimas, declaración
pública de arrepentimiento, solicitud de perdón dirigido a las víctimas y promesa de no
repetición de actos. Colaboración eficaz para la localización de secuestrados o desparecidos
y la localización de los cadáveres de las víctimas. Búsqueda de los desaparecidos y de los
restos de personas muertas, ayuda para identificarlos y volverlos a inhumar, según tradiciones
familiares y comunitarios.
Los principios que rigen la ley de víctimas son: dignidad, principio de buena fe, igualdad,
garantía del debido proceso, justicia transicional, condenas en subsidiariedad, coherencia
externa, coherencia interna, enfoque diferencial, participación conjunta, respeto mutuo,
obligación de sancionar a los responsables, progresividad, gratuidad, sostenibilidad, principio
de prohibición de doble reparación y de compensación, principio de complementariedad,
acción de repetición y subrogación, derecho a la verdad, justicia y reparación integral,
colaboración armónica.
En cuanto a la reparación integral, la citada ley, en el art. 25 señala que: las víctimas
tienen derecho a ser reparadas de manera adecuada, diferenciada, transformadora y efectiva
por el daño que han sufrido como consecuencia de las violaciones de que trata el art. 3
de la presente ley. La reparación comprende las medidas de restitución, indemnización,
rehabilitación, satisfacción y garantía de no repetición, en sus dimensiones individual,
colectiva, material, moral y simbólica. Cada una de estas medidas será implementada a favor
de la víctima dependiendo de la vulneración en sus derechos y las características del hecho
victimizante. “El citado artículo se desarrolla en profundidad en los art. 69 a 70. Art. 132 a
134 (indemnización por vía administrativa), art. 151 y 152 (reparación colectiva), art. 175
(plan nacional de atención y reparación integral a las víctimas), art. 177 (fondo reparación
integral a las víctimas).
Los principales puntos de esta iniciativa son: se fortalecen los derechos de las víctimas a
la verdad, la justicia y la reparación y garantía de no repetición en los mecanismos de justicia
transicional. Se limita la aplicación de los instrumentos de justicia transicional a los grupos
armados que hayan suscrito acuerdos de paz con el gobierno nacional o a quienes se hayan
sometido a un proceso de desmovilización, excluyendo así de estos mecanismos a cualquier
tipo de delincuencia común.
El acto legislativo repara algunas de las debilidades que ha mostrado la ley de justicia y
paz, ser un complemento para la ley de víctimas y sentar las bases para un proceso de paz con
la guerrilla. Pretendo agilizar el proceso de justicia transicional.
La crítica a esta reforma constitucional por la derecha es que genera impunidad y para la
izquierda es que es un obstáculo para la paz pues constitucionalizar la justicia transicional
implica desplazar el dilema paz – guerra y por el dilema justicia – paz; el combatiente rebelde
por el terrorista. Así las cosas, la justicia transicional constitucionalizada aleja la paz.
El TJ tiene lugar entre teorías generales del derecho producidas por naciones imperiales
globales que se incorporan en naciones periféricas como teorías locales del derecho
BARÓN BARRERA, Guillermo Andrés
Justicia transicional como trasplante jurídico 547
Teorías locales del derecho en relación con las teorías generales del derecho. La teoría local
del derecho nacida del viaje y el trasplante teórico tiene las siguientes características: a) las
tradiciones jurídicas periféricas no tienen una teoría porque son empresas profesionalizantes,
dogmáticas, formalistas, anti teóricas de la educación y practica teórica; b) no existe diversidad
local de las teorías trasplantadas; c) a nivel local las convierten en historia intelectual o
sociología jurídica.
El derecho comparado compara normas y no teorías del derecho. La teoría comparada del
derecho busca ayudar a estructurar las particularidades de la teoría implícita en la práctica de
los sistemas jurídicos periféricos. Primero, un trasplante y recepción. Luego, la adaptación y
transmutación de materiales iusteóricos.
La teoría comparada del derecho debe ser un intento de desarrollar filosofía jurídica y
teorías del derecho desde sitios de recepción. la teoría del derecho latinoamericano debe
ser el resultado de comparaciones teóricas entre norte y sur y sur-sur. Además, como los
operadores jurídicos entienden el derecho en la región.
Los sitios de producción son lugares que se encargan de engendrar las teorías del
derecho y sitios de recepción son aquellas zonas donde mediante lecturas interpretativas y
modificatorias, se acogen las teorías y/o discursos engendrados.
La justicia transicional tiene como sitio de producción una nación imperial como los
estados unidos en particular la escuela de leyes de Harvard. Esta es la justicia para aplicar en
Afganistán e Irak en el tránsito de una dictadura a una democracia liberal.
La justicia transicional se ampara bajo la sombrilla de la teoría del derecho del common
law y su filosofía jurídica. La principal fuente del derecho es la jurisprudencia, la ley se
interpreta a la luz de la equity, las costumbres y la moralidad. La constitución tiene un
carácter mas material que formal.
La justicia transicional se incorporó al país como justicia especial para la paz. Las
modificaciones y transformaciones van ligadas a la filosofía y teoría del derecho que abanderan
las escuelas de derecho de la clase dominante de Colombia alimentadas por concepciones del
derecho provenientes del common law y de las escuelas de derecho donde estudiaron los hijos
de la clase dominante.
Ahora bien, la figura jurídica, justicia transicional, que incorporó la clase dominante a
Colombia no corresponde a nuestra realidad, la cual era un conflicto armado entre una fuerza
beligerante y un Estado capitalista neoliberal en donde hay una población civil protegida por
el derecho internacional humanitario.
con una negociación de paz acompañada de amnistías e indultos. Permite que se repare
integralmente a las víctimas por actos terroristas. No niega el carácter de beligerantes y
rebeldes a los guerrilleros; pero no abandona a las victimas cuando a estos se les a ocasionado
daños involuntarios por actos terroristas. Finalmente, los jueces administrativos, el Tribunal
Administrativo y el Consejo de Estado son los guardianes de la soberanía nacional en la
medida que están facultados por los artículos 2, 16, 93 y 90 de la Constitución Nacional;
artículo 16 de la ley 446 de 1998 y la ley 905 de 2006 para reparar integralmente a las
victimas y evitar ser desplazados por jurisdicciones internacionales o justicias transicionales.
Esa sería la justicia para las victimas.
En Francia, existen dos grandes regímenes de indemnización a las víctimas: uno que
descansa en el principio de reparación y otro que se apoya en el principio de solidaridad. En el
primero, el fundamento de la indemnización reside en la imputación de la responsabilidad del
autor del acto que origina el daño y en la obligación para aquel de reparar las consecuencias
de ese acto. En el segundo, el fundamento reside en el reconocimiento por el poder público
de asumir la indemnización del daño de manera casi automática, por fuera de cualquier
investigación de responsabilidad, haciendo prevalecer el principio de la solidaridad.
El riesgo terrorista constituye un riesgo extremo por excelencia cuya ocurrencia no puede
analizarse por medio de las herramientas actuariales clásicas, y para el cual la víctima no
dispone de información sobre el nivel al cual ella está expuesta; presenta características que
no permiten que sea enteramente asumido por las compañías de seguros y las reaseguradoras
privadas. Su cobertura, justifica acudir en forma creciente a la garantía del Estado.
Así las cosas, en Francia se globaliza los riesgos y se combina responsabilidad con
solidaridad. Los actos terroristas se asimilan a actos de guerra.
El art. 15 de la ley 418 de 1997 se entiende por víctimas aquellas personas de la población
civil que sufran perjuicios en su vida o grave deterioro en su integridad personal o en sus
bienes, por razón de atentados terroristas, combates, secuestros, ataques y masacres en el
marco del conflicto armado interno.
La población civil la integran los no combatientes y que no hacen parte de los ejércitos
en guerra. Es decir, aquellos que no son parte activa en las hostilidades. La población civil
no debe ser objeto de operaciones militares. Se protege los bienes indispensables para la
supervivencia de la población civil. En la guerra está prohibida hacer padecer hambre a la
población civil, así como lo desplazamiento forzado. El protocolo II protege a las víctimas
del conflicto armado interno colombiano. A la población civil durante el conflicto no se le
pueden afectar sus derechos humanos y sobre ellos no deben recaer operaciones militares,
tampoco sobre los hospitales y los refugios de estos.
Examinemos las características del delincuente por convicción. Los criterios para
calificar el combatiente – rebelde. El concepto de terrorismo y la frontera con el combatiente
– rebelde. La posición de la Corte Suprema de Justicia.
La Corte Suprema de Justicia en concepto de Junio 26 de 1982 dijo: “El delito político
tiene un objetivo final invariable que le es consustancial, se prospecta buscando una
reparación efectiva y se realiza con supuesta justificación social y política. Si estas son las
notas características de este tipo de delito, cabe precisar: a) Que envuelve siempre un ataque
a la organización política institucional del Estado; b) Que se ejecuta buscando el máximo de
trascendencia social y de impacto político; c) Que se efectúa en nombre y representación real
o aparente de un grupo social o político; d) Que se inspira en principio políticos, filósofos
y sociales determinables; y e) Que se comete con fines reales o presuntos de reivindicación
socio-política”.
La justicia transicional sería un obstáculo para el diálogo de paz con los rebeldes en
la medida que no permite amnistías e indultos. La justicia transicional es aplicable a una
situación postconflicto donde la correlación de fuerzas le es desfavorable a los rebeldes.
En caso de una victoria de los rebeldes, este tipo de justicia no tendría lugar. Aunque los
crímenes de guerra serían objeto de tribunales para su juzgamiento.
Sin embargo, existen criterios doctrinarios como los de Tamayo Jaramillo quien considera
que no debe existir responsabilidad del Estado por actos terroristas. El citado autor, considera
que la indemnización se debe amparar en la solidaridad social. Considera que cuando hay una
lucha frente a frente por defender un poblado o una región, las operaciones son de guerra. Lo
mismo ocurre cuando, por razones preventivos, previas a un combate, el Estado causa daño
a los particulares.18 El acepta la responsabilidad del Estado por operaciones de guerra o actos
terroristas en caso de fallo del servicio.
La responsabilidad del Estado tiene lugar cuando ocurren actos terroristas, es decir,
cuando hay terrorismo. Habría que tener en cuenta en qué casos hay terrorismo, cuando se
trata de una operación guerrillera realizada en las ciudades inspirada en las acciones de los
montoneros o tupamaros y con fines propagandísticas que pueden confundirse con terrorismo
y en tal caso sobrevendría la responsabilidad del Estado.
5. CONCLUSIONES
b) La justicia transicional es una justicia especial para las víctimas: hay que distinguir
victimas pobres de las ricas. A las primeras, la justicia es un falso problema, el
verdadero problema es la desigualdad en condiciones materiales de vida. Si hay
igualdad, hay justicia.
d) La responsabilidad del Estado por actos terroristas sería una alternativa a la justicia
transicional ya que a través de ellas las víctimas podrían resarcir el daño antijurídico
que no estaban obligadas a soportar.
6. BIBLIOGRAFIA
Orozco, I. (2009). Justicia transicional en tiempos del deber de memoria. Bogotá: edit.
Temis – Universidad de los Andes.
Minow, M. et. al. (2009). Justicia transicional. Bogotá: Siglo del Hombre Editores.
1. INTRODUCCIÓN
* El presente capítulo de libro hace parte del proyecto de investigación denominado “sentencias de
unificación y extensión de fallos”, adscrito al Grupo de Investigación en Derecho Privado y del Proceso,
perteneciente al Centro de Investigaciones de la Universidad Libre, identificado con el número 11010120, del
cual es integrante el autor.
** Abogado especialista en Derecho Procesal Constitucional de la Corporación Universitaria Republicana,
maestrando en Derecho Procesal Constitucional de la Universidad Nacional Lomas de Zamora – Argentina,
coordinador editorial de la Revista Internacional de Justicia Constitucional, miembro de la Asociación
Colombiana de Derecho Procesal Constitucional, de la Asociación Mundial de Justicia Constitucional, del
Centro Iberoamericano de Investigaciones Jurídicas y Sociales. Especializando en Derechos Humanos de la
Escuela Superior de Administración Pública – ESAP. frealcubpov@yahoo.com.co.
*** Coordinador y profesor de la Maestría en Derecho Procesal de la Universidad Libre (Bogotá),
investigador adscrito al Grupo de Investigación en Derecho Privado y del Proceso del Centro de Investigaciones
de la Universidad Libre; profesor del Master en Justicia Constitucional y Derechos Humanos de la Universidad
de Bolonia (Italia), de la Maestría en Derecho Constitucional de la Universidad Libre (Cali, Colombia) y de la
UEES (Guayaquil, Ecuador), de la Maestría en Derecho Procesal Constitucional de la Universidad Nacional
de Lomas de Zamora (Argentina) y de la maestría en derecho Constitucional y Procesal Constitucional de la
Universidad Mayor de San Andrés (Bolivia); profesor de la Especialización en Derecho Constitucional de la
UBA (Argentina) y de la Especialización en Justicia Constitucional de la Universidad de Pisa (Italia); profesor
visitante de la Universidad de Bolonia (Italia). Presidente de la Asociación Mundial de Justicia Constitucional;
ex presidente de la Asociación Colombiana de Derecho Procesal Constitucional; miembro de las asociaciones
Argentina de Derecho Constitucional, Argentina de Derecho Procesal Constitucional, Brasileña de Derecho
Procesal Constitucional y Paraguaya de Derecho Procesal Constitucional. eduardoandresvelandiacanosa@
acdpc.co.
1 Constitución Política de Colombia, artículo 103.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
556 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Así las cosas, el conflicto armado colombiano que desde épocas de la independencia ha
agobiado a este territorio fue una causa del retraso e inutilidad de la participación ciudadana
ya que centenares de activistas terminaron soportando simultáneamente varios hechos
víctimizantes2 que atentan contra los Derechos Humanos.
Sin duda alguna, todos los delitos son reprochables, pero la desaparición forzada es
uno de los vejámenes que causa más sufrimiento a los afectados ya que los familiares de la
víctima no tienen la certeza sobre el paradero de su ser querido y por ende no pueden hacer
el proceso de duelo respectivo3.
Para evitar el sufrimiento de las personas, en el caso de Colombia, se llevó a cabo entre
el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias un proceso de pacificación que trajo
consigo la disminución de atentados terroristas en contra de la población civil y las fuerzas
militares, aunque ello no signifique el logro definitivo de la paz.
Sin duda alguna, el consenso trajo consigo beneficios para la comunidad y quizá por ello
los negociadores decidieron someter a consideración popular los acuerdos alcanzados en la
ciudad de la Habana sin prever la falta de legitimidad de los mismos y las críticas de sectores
representativos de la sociedad4.
2 La ley 1448 de 2011, conocida como Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, a dado origen a la clasificación
de los hechos victimizantes, encontrándose entre otros el desplazamiento, el homicidio, el secuestro, las amenazas,
las lesiones personales y las lesiones psicológicas...
3 Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso 19 Comerciantes vs. Colombia, Sentencia del 5 de julio de
2004, P.32 y ss., disponible en: http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_109_esp.pdf.
4 Para ampliar la información puede ver: Redacción de El País, “Ocho grandes críticas al acuerdo de paz y
la respuesta del Gobierno a ellas”, diario El País, 27 de agosto de 2016, disponible en: http://www.elpais.com.co/
proceso-de-paz/ocho-grandes-criticas-al-acuerdo-de-paz-y-la-respuesta-del-gobierno-a-ellas.html.
5 Para ver el resultado de las votaciones puede acudir a la página web de la Registraduría Nacional del Estado
Civil, http://plebiscito.registraduria.gov.co/99PL/DPLZZZZZZZZZZZZZZZZZ_L1.htm.
CUBILLOS POVEDA, Fredy Alonso / VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés
La desaparición forzada de los mecanismos de participación ciudadana en Colombia tras los acuerdos de paz de 2016 557
Resulta difícil comprender que tras los acuerdos de paz el gobierno quiera limitar los
mecanismos de participación, ya que lo más adecuado es fortalecerlos para que la pluralidad
de ideas conviva dentro de un contexto de tolerancia y los individuos no tengan que acudir de
nuevo a las armas para ser escuchados.
Con este introito queremos decir que los mecanismos de participación ciudadana se
vieron afectados en la época de conflicto armado, pero tras las negociaciones de paz su
desaparición es inminente, no por la exclusión de ellos del ordenamiento jurídico sino porque
se condicionan al extremo, se desfinancian o se desacatan sus decisiones.
6 El fast track es “un mecanismo contemplado en el acto legislativo número 1 de 2016, que reduce el número de
debates -en el Congreso- que se requieren para la aprobación de leyes y reformas constitucionales. En este caso, de
todas las que se necesitan para aterrizar el acuerdo de paz que el Gobierno firmó con las FARC.” Revista Semana,
disponible en: http://www.semana.com/nacion/articulo/fast-track-que-es-y-por-que-es-importante/509302.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
558 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
2. LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA
Varias son las vertientes que ha tenido la democracia; se encuentran entre ellas la
democracia directa, la liberal y la participativa, con la primera se tiene derecho al voto
para elegir a los representantes del gobierno, con la segunda, los individuos tienen mayores
libertades civiles, de expresión y de asociación porque la interferencia del estado es mínima,
y con la tercera, la participación de los ciudadanos alcanza su máximo esplendor.
Así las cosas, en la democracia participativa “los ciudadanos deben ser más activos,
informados y racionales no sólo para elegir a sus representantes, sino también para
participar en la toma de decisiones. Esto se da en función de una mejor educación ciudadana,
desarrollo de una cultura política e incluso en debates públicos que permitan discutir las
diferentes opciones”7.
“aquel proceso por el cual los sujetos, a título individual o colectivo, desarrollan
una acción tendiente a vincular una expectativa o una opinión con los ámbitos público
o político. En el caso de que la acción se oriente al espacio público, la participación
adquiere modalidades de movimiento social o de organización de interés; mientras que si
la orientación se refiere al espacio político, puede adquirir el carácter de militancia en un
partido o de participación en los procesos electorales a través del ejercicio del derecho a
votar y ser votados9”.
Los mecanismos que hacen efectiva la participación ciudadana los establece cada Estado
de acuerdo a la consolidación de su institucionalidad, por ejemplo en Colombia el artículo
7 Rodriguez Burgos, Karla, Democracia y tipos de democracia, Universidad Autónoma de Nuevo León, disponible
en: http://eprints.uanl.mx/8477/1/Documento2.pdf.
8 Peraza, Arturo, “Democracia participativa y derechos humanos” Revista Aportes Andinos, Programa Andino
de Derechos Humanos, Universidad Andina Simón Bolívar, Marzo 2005, disponible en: http://repositorio.uasb.
edu.ec/bitstream/10644/791/1/RAA-13-Peraza-Democracia%20participativa%20y%20derechos%20humanos.pdf.
9 Sánchez Ramos, Miguel Ángel, La participación ciudadana en la esfera de lo público Espacios Públicos, vol.
12, núm. 25, 2009, pp. 85-102 Universidad Autónoma del Estado de México Toluca, México, p. 91-92, Disponible
en: http://www.redalyc.org/pdf/676/67611350006.pdf.
CUBILLOS POVEDA, Fredy Alonso / VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés
La desaparición forzada de los mecanismos de participación ciudadana en Colombia tras los acuerdos de paz de 2016 559
Bajo este contexto, también podemos señalar que la participación ciudadana es un derecho
fundamental ya que el artículo 40 de la ley superior señala:
4. EL VOTO
“el derecho de participación política por excelencia y consiste en la facultad que tiene el
ciudadano de manifestar su voluntad en favor de los candidatos a ocupar cargos de elección
popular de todo tipo, es decir, le permite actuar como miembro del órgano encargado de la
designación.
En ese orden de ideas, el voto es una sola institución que puede tener dos variables, una
que permite expresar la intensión-votar y otra que es la facultad de postulación- ser votado.
“el derecho a votar y ser votado son una misma institución vista desde sus dos lados,
pero que no deben contemplarse como derechos aislados o diferentes el uno del otro, ya
que durante la celebración de los comicios, los aspectos activo y pasivo del voto convergen
en el candidato electo, formando una unidad encaminada a la integración legítima de los
poderes públicos, pues su afectación no sólo se resiente en el derecho a ser votado en la
persona del candidato, sino en el derecho a votar de los ciudadanos que lo eligieron como su
representante, y ello también incluye el derecho de ocupar el cargo”14.
5. EL PLEBISCITO
La idea de citar al pueblo para preguntarle si está o no de acuerdo con una actuación se
da a partir del siglo IV A.C. cuando las autoridades romanas para legitimar sus decisiones
acudían a la asamblea de los plebeyos con el fin de escuchar sus opiniones15.
13 Héctor Fix Fierro, Los derechos políticos de los mexicanos. Un ensayo de sistematización, México, Editado
por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, 2005, p. 48 (col. de cuadernos de divulgación sobre
aspectos doctrinales de la Justicia Electoral. Número Ocho).
14 Franco Cuervo, Juan José, El derecho humano al voto, México, CNDH México, 2016, p. 32, disponible en :
http://appweb.cndh.org.mx/biblioteca/archivos/pdfs/fas-CTDH-Derecho-Voto.pdf.
15 Rosa Hernández, Gonzalo Julián, Formas de participación ciudadana el plebiscito, p.3. se puede consultar en:
http://derecho.posgrado.unam.mx/congresos/congreibero/ponencias/GonzaloJulianRosaHernandez.pdf.
16 Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, 22ª Edición, 2001..
17 Rosa Hernández, Gonzalo Julián, op. cit., nota 16. P.7.
CUBILLOS POVEDA, Fredy Alonso / VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés
La desaparición forzada de los mecanismos de participación ciudadana en Colombia tras los acuerdos de paz de 2016 561
6. EL REFERENDO
Según la ley 134 de 1994, “la consulta popular es la institución mediante la cual, una
pregunta de carácter general sobre un asunto de trascendencia nacional, departamental,
municipal, distrital o local, es sometido por el Presidente de la República, el gobernador o el
alcalde, según el caso, a consideración del pueblo para que éste se pronuncie formalmente
al respecto. En todos los casos, la decisión del pueblo es obligatoria”20.
La consulta popular puede gestarse tanto por iniciativa de la comunidad o por decisión
de los gobernantes, quienes realizan una pregunta con su respectiva motivación y
posteriormente la someten a consideración en el cuerpo colegiado de su territorio donde se
decide la viabilidad del cuestionamiento; luego los documentos son enviados a control de
los tribunales administrativos ya que allí se revisa la constitucionalidad del proyecto y de ser
ajustado a la norma de normas se da paso a la jornada de votación.
18 Palacio Vargas, Ana María, el referendo, ¿ilusión de la democracia o tristeza para el pueblo?, disponible
en: http://cienciasjuridicas.javeriana.edu.co/documents/3722972/7363669/73-98.pdf/3ae54c04-7a9d-4b0d-b498-
77560278a5b3.
19 Ley 134 de 1994, artículos 3, 4 y 5.
20 Artículo 8 de la ley 134 de 1994..
21 Corte Constitucional, T-121 de 2017.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
562 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
7. EL CABILDO ABIERTO
El cabildo abierto es una reunión pública donde los concejos municipales o las juntas
administradoras locales, les brindan un espacio a los habitantes del territorio para que
participen directamente en la corporación con el fin de discutir asuntos de interés para la
comunidad22.
“la congregación del pueblo soberano para discutir libremente, acerca de los asuntos que
le interesen o afecten.” También ha señalado que el instrumento referido “se constituye en la
forma más efectiva para que los ciudadanos residentes en los respectivos entes territoriales,
puedan discutir y estudiar los asuntos que son de interés para la comunidad”. Igualmente
precisó que mediante el mismo se pretende “ampliar los escenarios de participación de los
ciudadanos y, en concreto, que la comunidad política de manera directa y pública, intervenga
y decida acerca de los asuntos propios de la respectiva población. (…)”. Asimismo advirtió
que en el cabildo “los habitantes tienen el derecho de participar directamente en la discusión
que tenga ahí lugar con el fin de expresar su opinión, sin intermediarios, sobre los asuntos
de interés para la comunidad”23.
8. LA INICIATIVA LEGISLATIVA
“la posibilidad de tener iniciativa legislativa y normativa ante las diversas corporaciones
públicas, tiene la naturaleza de un derecho político fundamental de origen constitucional,
atribuido a todo ciudadano, con miras a que pueda participar en la conformación, ejercicio
y control del poder político. Ciertamente, dentro de los derechos políticos que consagra la
Constitución está el de “tener iniciativa en las corporaciones públicas”, que se establece
además como mecanismo de participación ciudadana. Este instrumento ofrece a los
ciudadanos en ejercicio, a las organizaciones cívicas, sindicales, gremiales, indígenas o
comunales del orden nacional, departamental, distrital o municipal o local, la posibilidad de
presentar los proyectos de leyes, ordenanzas, acuerdos o resoluciones que estimen oportunas.
Igualmente, la posibilidad de promover iniciativas de carácter legislativo y normativo o de
elevar una solicitud de referendo, siempre y cuando se cumpla con los requisitos que la ley
exija para su ejercicio24.
Las iniciativas pueden ser auténticas, no auténticas, propias e impropias; las auténticas
se dan por parte de los órganos que están facultados para iniciar el proceso legislativo, las
no auténticas se dan porque son presentadas por los legitimados por activa, las propias son
las que exigen unos requisitos para ser presentadas, y las impropias exigen menos requisitos
para su trámite25.
La revocatoria del mandato es un derecho político que les permite a los ciudadanos dar
por terminado el mandato que le han conferido a un gobernador o a un alcalde26.
Para que se revoque el mandato se necesita una votación total mínima del 60% de aquella
con la cual se produjo la elección y sólo en el supuesto de que tal porcentaje se alcance, se
tendrá en cuenta la votación favorable o desfavorable a la revocatoria: ésta únicamente
ocurrirá si el número de votos que la prohíjan es igual al 60% de quienes hayan respondido a
la convocatoria. A juicio de la Corte esta disposición es constitucional por cuanto encaja en la
función por ella confiada al legislador: la de reglamentar el ejercicio del voto programático.
Es claro que dentro de esa reglamentación juega papel de señalada importancia la definición
acerca del número de sufragios con el cual se produce la revocatoria del mandato. Además,
los porcentajes requeridos en este asunto por la ley resultan razonables27.
Para cerrar este acápite, podemos decir que los mecanismos de participación ciudadana
son amplios y facultan a la población para exigir sus derechos y promover cambios sociales
que beneficien al conglomerado y controlen a las ramas del poder público.
En esta sección haremos una efímera referencia a la guerra que ha soportado Colombia;
y decimos referencia porque este tema ha sido motivo de grandes investigaciones, libros
y artículos periodísticos pero nosotros solo nombraremos aspectos genéricos del asunto
abordado.
Desde la época de independencia se han presentado batallas donde los grupos por sus
ideales políticos, quieren dominar a su contrincante e imponerle las reglas o formas de
gobierno, supuestamente porque son de mejores condiciones para los administrados.
incidentes de violencia política fueron constantes en diversas regiones, por lo tanto paz en
todo su contexto nunca hemos tenido”29.
El interés general ha sido la causa de muchas discordias, aunque este sea solo un motivo
aparente que lleva consigo otros intereses dependiendo de la ideología de derecha o de
izquierda que profesen los grupos que se disputan el poder por medio de las armas.
Un hecho que acrecentó el disgusto entre los seguidores de los partidos políticos
tradicionales como lo son el liberal y el conservador, lo produjo el asesinato de Jorge Eliécer
Gaitán, magnicidio que fue cometido al parecer sin ninguna idea política30 pero que en
ultimas terminó siendo el detonante del periodo conocido como “la violencia”.
“El 9 de abril de 1948, en el mismo día en que inició sus sesiones la IX Conferencia
Panamericana en Bogotá, se produjo el asesinato del líder populista a manos de un sicario,
provocando lo que pasó a la historia como el “Bogotazo”. Las masas enardecidas carentes de
una dirección política se lanzaron a las calles de la capital y demás poblaciones en protesta,
destrozando edificios públicos y comerciales. La Policía se rebeló y distribuyó armas entre
la población. Aunque los líderes liberales llamaron a través de la radio al pueblo a iniciar
la revolución contra el gobierno conservador, no pudieron ejercer ningún tipo de control y la
situación devino en un movimiento desordenado que pudo ser controlado a viva fuerza por
el Ejército”31.
Tras la muerte del caudillo, los campos colombianos inician un periodo de combates
donde los Chulavitas y los Pájaros32 asesinan a familias liberales, y estos a su vez se organizan
en cuadrillas para defenderse y proteger los bienes que eran destruidos por las llamas de los
colaboradores del gobierno.
Los grupos que contrariaban al estado fueron fuertes en los llanos orientales, Tolima,
Huila y Sumapaz, allí los insurgentes vinculaban campesinos a sus filas y se tomaban pueblos
para asesinar a policías o despojarlos de sus armas.
En 1953 llega al poder el general Gustavo Rojas Pinilla, quien portando el deseo de
alcanzar la paz anuncia que está dispuesto a otorgar la libertad incondicional a todos los
guerrilleros que entreguen sus armas, acto con el cual logro desmovilizar varias agrupaciones
insurgentes en Antioquia, Tolima, Santander, y quizá el más importante, el de los llanos
orientales.
29 Vallejo Sánchez, Rodrigo, Estamos en guerra, La Crónica del Quindío, 16 de julio de 2012, disponible en:
http://www.cronicadelquindio.com/noticia-noticia_opinion-op-6004.htm.htm.htm.htm..
30 Para entender todas las hipótesis que se han construido alrededor del asesinato de Gaitán se recomienda ver
el libro “el Asesinato de Gaitán y otros procesos famosos” de Tiberio Quintero Ospina, Editorial ABC, Bogotá D.C.
31 El nuevo diario, la muerte de Jorge Eliecer Gaitán y sus consecuencias en Colombia, disponible en: https://
www.elnuevodiario.com.ni/opinion/20768-muerte-jorge-eliecer-gaitan-sus-consecuencias-colo/. .
32 Se recomienda leer el libro Cóndores no entierran todos los días de Gustavo Álvarez Gardeazábal.
CUBILLOS POVEDA, Fredy Alonso / VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés
La desaparición forzada de los mecanismos de participación ciudadana en Colombia tras los acuerdos de paz de 2016 565
Un líder de esta organización liberal armada era Pedro Antonio Marín, quien en 1952,
según relató otro fundador de las Farc, Jaime Guaracas años después, se metió a un curso
de formación de cuadros del Partido Comunista, en la hacienda El Davis, entre Rioblanco
y Ataco en Tolima y luego se convirtió en liberal comunista, con el nombre de guerra de
‘Manuel Marulanda Vélez’, tomado del de un sindicalista asesinado. Las tensiones entre
liberales puros, llamados “limpios”, y liberales comunistas comenzaron a crecer y en una
primera conferencia guerrillera de 1955, cuando los rebeldes sumaban unos 130 hombres,
intentaron resolver estas peleas internas”34.
La cita anterior empieza a mostrar el nacimiento de las FARC, una organización campesina
que organizadamente se defendió de los atropellos que realizaba el gobierno con personas
externas a sus filas llamadas paramilitares, quienes asesinaban sin consideración alguna.
Las FARC se iniciaron como una guerrilla de autodefensa que reivindicaba la lucha
radical agraria, luego incorporaron el discurso marxista-leninista y, tras la caída de la
Unión Soviética, el bolivariano de corte nacionalista”35.
Las aproximaciones enumeradas no culminaron de forma positiva y es por ello que esta
guerrilla es una de las más antiguas del mundo36 y ha visto nacer y fenecer en Colombia a
otras organizaciones insurgentes como: el MOEC, ADO, MIR, MAQL, M-19, ELN, EPL, y
UC entre otras37.
Los atentados que cometieron las FARC causaron gran atención de la comunidad
internacional y por ello hubo financiación externa para combatirlos, quizá los hechos de
mayor impacto fueron el secuestro de tres contratistas norteamericanos38 y el cautiverio de la
candidata presidencial Ingrid Betancourt39.
Los delitos que cometieron las diferentes columnas del movimiento guerrillero eran
rechazadas por el gobierno quien no solo respondía mediante comunicados sino también
35 Noticias Caracol, La historia de las FARC: 52 años de un doloroso conflicto, disponible en: https://noticias.
caracoltv.com/acuerdo-final/la-historia-de-las-farc-52-anos-de-un-doloroso-conflicto.
36 ABC Internacional, Las FARC, la guerrilla más vieja del mundo, renuncian a su principal fuente de financiación,
disponible en: http://www.abc.es/internacional/20140518/abci-farc-banda-anuncio-201405172007.html.
37 Villamizar, Darío, Las guerrillas en Colombia- una historia desde los orígenes hasta los confines, 2017,
Bogotá, Penguin Random House Grupo Editorial, diagrama de interacción de grupos guerrilleros en Colombia,
entre páginas 416 y 417.
38 El espectador, judicial, guerrillero de las farc admite secuestro de contratistas estadounidenses, disponible
en: https://www.elespectador.com/noticias/judicial/guerrillero-de-farc-admite-secuestro-de-contratistas-es-
articulo-581782.
39 El espectador, así fue el secuestro de Íngrid Betancourt, disponible en: https://www.elespectador.com/noticias/
paz/articulo-asi-fue-el-secuestro-de-ingrid-betancourt.
40 Diario el Tiempo, diputados, una herida que duele como el primer día, se puede consultar en: http://www.
eltiempo.com/archivo/documento/CMS-16623453.
CUBILLOS POVEDA, Fredy Alonso / VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés
La desaparición forzada de los mecanismos de participación ciudadana en Colombia tras los acuerdos de paz de 2016 567
con actividades bélicas como la Operación Fénix41 con la cual se dio de baja al dirigente
guerrillero Alfonso Cano; este operativo suscito discusiones con la República de Ecuador por
haberse ejecutado en territorios limítrofes de las naciones.
La presión de las fuerzas militares hizo que se abrieran nuevas posibilidades de finalizar
la guerra por la vía del dialogo, y fue en el gobierno de Juan Manuel Santos donde se llegó
a un encuentro capaz de solucionar real y jurídicamente el conflicto interino de nuestro país.
Pese a las adversidades, el acuerdo de paz tuvo éxito y por eso se dice que:
41 Para ampliar la información se puede ver: Radio televisión nacional de Colombia, Operación Fénix y la caída
de Raúl Reyes, disponible en: https://www.radionacional.co/linea-tiempo-paz/operacion-fenix-caida-raul-reyes.
42 Noticias Caracol, repase aquí la historia del proceso de paz entre Santos y las FARC, disponible en: https://
noticias.caracoltv.com/colombia/repase-aqui-la-historia-del-proceso-de-paz-entre-santos-y-las-farc.
43 El tiempo, ¿Por qué Santos sí pudo dialogar con las Farc?, disponible en: http://www.eltiempo.com/politica/
proceso-de-paz/procesos-de-paz-en-colombia-44168.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
568 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Las discusiones se demoraron más de tres años y cada punto acordado se iba dejando
plasmado en un documento el cual ya finalizado fue puesto a consideración de la ciudadanía
el día domingo 2 de octubre del año 2016.
“se puede decir que la delegación del Gobierno, liderada por Humberto de la Calle
y Sergio Jaramillo, Alto Comisionado para la Paz y la de las FARC, con Iván Márquez
al frente, lograron poner fin a un parte de guerra implacable: ocho millones de víctimas,
entre los siete millones de desplazados, más de 260.000 muertos, decenas de miles de
desaparecidos… Una batalla fratricida a la que se puso fin el pasado 26 de septiembre. Más
de 1.300 días de conversaciones entre el equipo del Gobierno, una amalgama de políticos,
militares, empresarios y jurista y la delegación de las FARC, comandada por sus principales
líderes. Una negociación que ha producido un documento de 297 páginas, en su mayor parte
ilegible para el ciudadano de a pie, que los colombianos decidieron no refrendar el pasado
2 de octubre. La consulta no iba a solucionar los problemas del país. Tampoco a paliar el
dolor sufrido. Pero, incluso tras el triunfo del no, este proceso será la primera piedra de un
nuevo camino”44.
El llamado plebiscito por la paz fue un mecanismo de participación ciudadana con el cual
el gobierno, en el marco de los diálogos de la Habana, buscó que los colombianos aprobaran
o rechazaran los acuerdos a firmar con la guerrilla de las FARC45.
Los resultados de las votaciones no eran las esperadas por el gobierno ni por las FARC
ya que “Colombia, en una de las votaciones más trascendentales en su historia, dijo ‘No’
al plebiscito por la paz. Aunque el ‘Sí’ superó el umbral de los 4.536.993 de votos, no logró
superar en votos a la opción del ‘No’ y por tanto el proceso de paz no será refrendado”47.
El “NO” gano con 6.431.376 votos, equivalentes al 50,21% de los votos, mientras que
el “SI” obtuvo 6.377.482 respaldos, equivalentes al 49,78% de votantes48, siendo esta una
elección muy apretada con la cual se reflejó la polarización del país frente a un tema en
común.
Después de conocerse los resultados del plebiscito se inició una discusión en torno a
lo que debía realizarse para que las negociaciones efectuadas en Cuba no se perdieran y se
recrudeciera la violencia en el territorio colombiano.
De acuerdo a lo afirmado por César Rodríguez Garavito a la BBC, son 5 las vías por las
que se podía optar49, una de ellas es volver a la guerra, que aunque a la fecha se veía distante
ello no significaba que no fuera posible.
Otro escenario era dilatar y volver el tema una propuesta de gobierno para el año 2018;
de igual forma otra posibilidad que existía era que el congreso implementara lo acordado
de una forma autónoma, lo cual resultaba problemático porque la Corte Constitucional en
el ejercicio del control de constitucionalidad podía declarar inexequibles las leyes que se
adoptaran al respecto.
El ofrecimiento de realizar una nueva negociación fue acogido y por eso se vincularon al
proceso los promotores del “NO”, quienes hicieron unas exigencias con las que se modificó
lo pactado inicialmente. El cierre de los nuevos diálogos se concluyó el 24 de noviembre de
2016 con una segunda firma de los acuerdos.
Haciendo referencia a este evento, el diario El Tiempo narra: “El acto comenzó con la
interpretación del himno nacional por parte de Cecilia Silva Caraballo, cantante del grupo
cartagenero Tambores del Cabildo. Acto seguido, y en medio de una serie de aplausos y
arengas que gritaban ‘Sí se pudo’, el presidente Santos y ‘Timochenko’ firmaron el texto con
las modificaciones frente a los 750 invitados al teatro Colón de Bogotá”50.
Los beneficios que trajo la firma de los acuerdos son perceptibles porque disminuyeron
los atentados en contra la población civil, pero el atentado más grave que se cometió en este
proceso de paz, a nuestro juicio, es la burla de los mecanismos de participación ciudadana.
49 Cosoy, Natalio, BBC Mundo, 5 escenarios que tiene Colombia después del “no” en el plebiscito por la paz,
disponible en: http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-37548453.
50 El tiempo, Gobierno y Farc firman nuevo acuerdo de paz en Bogotá, disponible en: http://www.eltiempo.com/
politica/proceso-de-paz/ceremonia-de-la-firma-del-nuevo-acuerdo-de-paz-en-vivo-44497.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
570 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
De otro lado, los temas discutidos en la Habana debían puntualizarse por el Congreso de
la República mediante el fast track, o procedimiento legislativo especial para la paz, y fue
por ello que se expidieron muchas leyes de manera rápida y de forma diferente al ritual que
se exige tradicionalmente por la Constitución.
De conformidad a lo anterior, se hace necesario decir que no todos los asuntos podían
tramitarse por el procedimiento especial, únicamente se permitiría el debate de cuestiones
vinculadas con los acuerdos.
Un tema que se intentó replantear por la vía rápida fue la participación ciudadana ya que
los acuerdos buscan el fortalecimiento de la planeación democrática y participativa. Los
mecanismos que iban a padecer las reformas eran la consulta popular y la revocatoria del
mandato.
Todo estaba listo para reformar estas instituciones jurídicas pero el proyecto no supero el
debate en comisión y fue archivado; la iniciativa decía que en las consultas populares
Con esta reforma se quería afectar otro mecanismo de participación ciudadana como es la
consulta popular, pero afortunadamente el proyecto no fue aceptado porque de lo contrario las
51 Revista ambiental Catorce 6, Así se buscará modificar las consultas populares mediante fast track en el
Congreso, disponible en: https://www.catorce6.com/actualidad-ambiental/legales/14657-asi-se-buscara-modificar-
las-consultas-populares-mediante-fast-track-en-el-congreso.
CUBILLOS POVEDA, Fredy Alonso / VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés
La desaparición forzada de los mecanismos de participación ciudadana en Colombia tras los acuerdos de paz de 2016 571
Esta reforma se quiso acuñar porque las consultas populares estaban determinando que
se prefería la conservación del medio ambiente y no las actividades mineras, es decir, la
ciudadanía estaba frenando a través de las consultas populares la llamada locomotora de la
minería y por eso el gobierno quiso limitar el mentado instrumento de participación.
Ahora, como no fue posible imponer esta limitante, el gobierno opto por no financiar las
consultas y dijo que los territorios donde se iba a desarrollar el mecanismo, eran los que la
debían de financiarlas, a sabiendas que los municipios no cuentan con los recursos para hacer
efectivo este mecanismo de participación ciudadana.
14. CONCLUSIONES
El conflicto armado interno que vivió Colombia causo centenares de atropellos contra
los Derechos Humanos y la democracia, aunque de una u otra forma los mecanismos de
participación sobrevivieron a esos atentados.
52 La Registraduría Delegada en lo Electoral por medio de los oficios 052501, 052513, 052515 y 052480 informo
a los municipios mencionados que se aplazaban las consultas por falta de presupuesto. La consulta popular de Une
Cundinamarca estaba programada para el día 12 de noviembre de 2017, la de la Macarena - Meta estaba programada
para el día 26 de noviembre de 2017, la del Castillo – Meta para el día 03 de diciembre de 2017 y la de Córdoba –
Quindío estaba programada para el día 03 de diciembre de 2017.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
572 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Los diálogos de paz celebrados entre el gobierno colombiano y las FARC disminuyeron
los atentados terroristas y conllevaron a la desmovilización del grupo guerrillero.
La decisión del referendo del 02 de octubre de 2016 fue desconocida por los dirigentes
del gobierno y ello ha sido una forma de desaparecer forzadamente los mecanismos de
participación.
El intento de reformar las leyes que regulan la consulta popular, y su posterior disminución
de recursos, son otra tendencia que conlleva a la eliminación de la democracia participativa.
15. BIBLIOGRAFÍA
- ABC Internacional, Las FARC, la guerrilla más vieja del mundo, renuncian a
su principal fuente de financiación, disponible en: http://www.abc.es/internacio-
nal/20140518/abci-farc-banda-anuncio-201405172007.html
- Arteaga Nava, Elisur, la iniciativa legislativa, sección doctrina, disponible en: https://
www.azc.uam.mx/publicaciones/alegatos/pdfs/23/25-01.pdf
- Cosoy, Natalio, BBC Mundo, 5 escenarios que tiene Colombia después del “no” en
el plebiscito por la paz, disponible en: http://www.bbc.com/mundo/noticias-ameri-
ca-latina-37548453
- Diario el Tiempo, diputados, una herida que duele como el primer día, se puede con-
sultar en: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-16623453
- El tiempo, ¿Por qué Santos sí pudo dialogar con las Farc?, disponible en: http://www.
eltiempo.com/politica/proceso-de-paz/procesos-de-paz-en-colombia-44168
- El tiempo, Gobierno y Farc firman nuevo acuerdo de paz en Bogotá, disponible en:
http://www.eltiempo.com/politica/proceso-de-paz/ceremonia-de-la-firma-del-nuevo-
acuerdo-de-paz-en-vivo-44497
- El tiempo, las claves para entender el plebiscito por la paz, disponible en: http://www.
eltiempo.com/politica/proceso-de-paz/que-es-el-plebiscito-por-la-paz-51196
- El tiempo, polarización del país, reflejada en resultados del escrutinio, disponible en:
http://www.eltiempo.com/politica/proceso-de-paz/resultados-plebiscito-2016-42861
- Franco Cuervo, Juan José, El derecho humano al voto, México, CNDH Méxi-
co, 2016, disponible en: http://appweb.cndh.org.mx/biblioteca/archivos/pdfs/
fas-CTDH-Derecho-Voto.pdf
- Héctor Fix Fierro, Los derechos políticos de los mexicanos. Un ensayo de sistemati-
zación, México, Editado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación,
2005.
- Noticias Caracol, repase aquí la historia del proceso de paz entre Santos y las FARC,
disponible en: https://noticias.caracoltv.com/colombia/repase-aqui-la-historia-del-
proceso-de-paz-entre-santos-y-las-farc
- El tiempo, ¿Por qué Santos sí pudo dialogar con las Farc?, disponible en: http://www.
eltiempo.com/politica/proceso-de-paz/procesos-de-paz-en-colombia-44168
- Página web de la Registraduría Nacional del Estado Civil, http://plebiscito.registradu-
ria.gov.co/99PL/DPLZZZZZZZZZZZZZZZZZ_L1.htm
- Palacio Vargas, Ana María, el referendo, ¿ilusión de la democracia o tristeza
para el pueblo?, disponible en: http://cienciasjuridicas.javeriana.edu.co/docu-
ments/3722972/7363669/73-98.pdf/3ae54c04-7a9d-4b0d-b498-77560278a5b3
- Peraza, Arturo, “Democracia participativa y derechos humanos” Revista Aportes An-
dinos, Programa Andino de Derechos Humanos, Universidad Andina Simón Bolívar,
Marzo 2005, disponible en: http://repositorio.uasb.edu.ec/bitstream/10644/791/1/
RAA-13-Peraza-Democracia%20participativa%20y%20derechos%20humanos.pdf
- Procuraduría General de la Nación, Instituto de Estudios del Ministerio Público, Guía
de participación ciudadana, disponible en: https://www.procuraduria.gov.co/html/si-
tio_guia/docs/Cartilla_Guia_participacion.pdf
- Revista ambiental Catorce 6, Así se buscará modificar las consultas populares me-
diante fast track en el Congreso, disponible en: https://www.catorce6.com/actuali-
dad-ambiental/legales/14657-asi-se-buscara-modificar-las-consultas-populares-me-
diante-fast-track-en-el-congreso
- Rodriguez Burgos, Karla, Democracia y tipos de democracia, Universidad Autóno-
ma de Nuevo León, disponible en: http://eprints.uanl.mx/8477/1/Documento2.pdf
- Rosa Hernández, Gonzalo Julián, Formas de participación ciudadana el plebiscito, se
puede consultar en: http://derecho.posgrado.unam.mx/congresos/congreibero/ponen-
cias/GonzaloJulianRosaHernandez.pdf
- Sánchez Ramos, Miguel Ángel, La participación ciudadana en la esfera de lo público
Espacios Públicos, vol. 12, núm. 25, 2009, Universidad Autónoma del Estado de Mé-
xico Toluca, México, Disponible en: http://www.redalyc.org/pdf/676/67611350006.
pdf
- Vallejo Sánchez, Rodrigo, Estamos en guerra, La Crónica del Quindío, 16 de julio
de 2012, disponible en: http://www.cronicadelquindio.com/noticia-noticia_opi-
nion-op-6004.htm.htm.htm.htm
- Verdad Abierta, el origen (1953-1964) disponible en: http://www.verdadabierta.com/
la-historia/la-historia-de-las-farc/4295-el-origen-1953-1964
- Villamizar, Darío, Las guerrillas en Colombia- una historia desde los orígenes hasta
los confines, 2017, Bogotá, Penguin Random House Grupo Editorial, diagrama de
interacción de grupos guerrilleros en Colombia.
CAPÍTULO XXIX
1. INTRODUCCIÓN
El objeto de esta ponencia, es tratar los principales desafíos que presenta el sistema
de protección de los derechos humanos. Para ello, vamos a hacer referencia a dos grandes
desafíos. El primero, en el ámbito interno de los Estados en los que se permite que sus
tribunales constitucionales puedan conocer de las demandas de amparo por violación de
derechos fundamentales. En estos casos, como vamos a poner de manifiesto, surge el
grave problema de la saturación de estos Tribunales, e interesa analizar cuáles son las
respuestas normativas y prácticas que se dan a este problema.
Pues bien, la sistemática que adoptamos responde a los dos grandes problemas o
desafíos a los que nos hemos referido.
* El presente trabajo ha sido realizado en el marco del Proyecto de Investigación número de referencia
DER2015-69722-R (MINECO/FEDER), del Ministerio de Economía y Competitividad del Gobierno de España.
Ponencia presentada en el ix Congreso Internacional de Derecho Procesal Constitucional y L Encuentro de
la Asociación Mundial de Justicia Constitucional, los días 24, 25 y 26 de mayo de 2018, Bogotá, Colombia.
Asociación Colombiana de Derecho Procesal Constitucional.
** Profesor Titular de Derecho Procesal. Doctor en Derecho por las Universidades de Bolonia (Italia) y
Valencia (España). Área de Derecho Procesal. Departamento de Derecho Administrativo y Procesal. Facultad
de Derecho. Universidad de Valencia (España). Luis.a.cucarella@uv.es Vicepresidente para Europa de la
Asociación Mundial de Justicia Constitucional.
1 A partir de ahora TEDH.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
576 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
2 Sobre el sistema europeo de control de constitucionalidad, GROPPI, T.; CELOTTO, A.; OLIVETTI, M., La
Justicia constitucional en Europa. FUNDAp, 2004; AGUDO ZAMORA, M. J., “El modelo institucional europeo
de justicia constitucional”, en La Reforma del Tribunal Constitucional: actas del V Congreso de la Asociación de
Constitucionalistas de España (PÉREZ TREMPS, P., coord.), 2007, págs. 219-242.
3 En general, sobre estos dos modelos, HUERTA OCHOA, C., La acción de inconstitucionalidad como control
abstracto de conflictos normativos. Boletín mexicano de Derecho Comparado, año XXXVI, núm. 108, septiembre-
diciembre 2003, págs. 927-950; PULIDO ORTIZ, F. E., Control constitucional abstracto, concreto, maximalista y
minimalista. Revista Prolegómenos- -Derechos y valores, volumen XIV, núm. 27, julio-diciembre 2011, págs. 165-180.
4 En el caso español, el control en abstracto se hace a través del mal llamado recurso de inconstitucionalidad.
Decimos que es un mal llamado recurso porque en sentido estricto, es un proceso autónomo que se sigue ante el
Tribunal Constitucional español (a partir de ahora TCE) para el enjuiciamiento de si una norma se adecua o no a la
Constitución. A dicho “recurso” se refiere el art. 161.1 a) de la Constitución española de 28 de diciembre de 1978 (a
partir de ahora CE/1978). En concreto, el artículo citado establece cuál es la competencia del TCE. En lo que al proceso
de inconstitucionalidad, se indica que el TCE tiene competencia para conocer “del recurso de inconstitucionalidad
contra leyes y disposiciones normativas con fuerza de ley. La declaración de inconstitucionalidad de una norma
jurídica con rango de ley, interpretada por la jurisprudencia, afectará a ésta, si bien la sentencia o sentencias recaídas
no perderán el valor de cosa juzgada”.
5 Sobre la legitimación para el ejercicio de esta acción, el art. 162.1 a) CE/1978 dispone que están legitimados
“para interponer el recurso de inconstitucionalidad, el Presidente del Gobierno, el Defensor del Pueblo, 50 Diputados,
50 Senadores, los órganos colegiados ejecutivos de las Comunidades Autónomas y, en su caso, las Asambleas de
las mismas”.
6 La CE no establece plazo para el ejercicio de la acción de inconstitucionalidad, sin embargo, dicho plazo
está previsto en la Ley Orgánica 2/1979, de 3 octubre, del Tribunal Constitucional (a partir de ahora LOTC). el art.
33.1 LOTC dispone que “el recurso de inconstitucionalidad se formulará dentro del plazo de tres meses a partir de
CUCARELLA GALIANA, Luis Andrés
Defensa de la Constitución y amparo de derechos humanos: Legitimación plural y tutela colectiva 577
los tribunales constitucionales, situación que contrasta claramente con la existente en otros
ordenamientos de América latina7.
En la línea de lo que estamos exponiendo, suele ser frecuente que los ordenamientos jurídicos
europeos en los que se ha adoptado un sistema concentrado de control de constitucionalidad
de las normas, atribuyan a los jueces de la jurisdicción ordinaria una función de colaboración
con el tribunal constitucional en el control de constitucionalidad del ordenamiento jurídico.
Nos explicamos. Estos jueces no pueden declarar la inconstitucionalidad de las normas, ni
tampoco pueden dejar de aplicarla en el caso concreto. Sin embargo, se les permite que
puedan suspender el proceso y plantear esa duda al tribunal constitucional9. En este caso,
inmediatamente a continuación debe concretarse si cualquier juez de la jurisdicción ordinaria
puede plantear esta cuestión, o solamente los de rango superior, o también, se plantea la
cuestión de si las partes pueden solicitar al juez que plantee dicha cuestión y cuál es el grado
de vinculación del juez a dicha petición.
la publicación de la Ley, disposición o acto con fuerza de Ley impugnado mediante demanda presentada ante el
Tribunal Constitucional (…)”.
7 Sobre estas regulaciones puede verse, a título de ejemplo, REY CANTOR, E., Acción popular de
inconstitucionalidad. Estudios constitucionales: Revista del Centro de Estudios Constitucionales, año 1, núm. 1,
2003, págs. 343-355. Puede verse publicado también en Revista Iberoamericana de Derecho Procesal Constitucional,
núm. 1, 2004, págs. 117-128; BREWER-CARÍAS, A. R., La acción popular de inconstitucionalidad en Venezuela
y su ilegítima restricción por el juez constitucional. Estudios constitucionales, año 9, núm. 2, 2011, págs. 623-638.
8 En general, sobre este modelo, VÉLEZ, J. M., El control concreto de constitucionalidad. Revista Jurídica de
Derecho Público, tomo 5, Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, págs. 19-75.
9 En el caso español, el art. 29.1 LOTC dispone que “la declaración de inconstitucionalidad podrá promoverse
mediante:
a) El recurso de inconstitucionalidad.
b) La cuestión de inconstitucionalidad promovida por Jueces o Tribunales”.
El art. 35.1 LOTC dispone que “cuando un Juez o Tribunal, de oficio o a instancia de parte, considere que una
norma con rango de Ley aplicable al caso y de cuya validez dependa el fallo pueda ser contraria a la Constitución,
planteará la cuestión al Tribunal Constitucional con sujeción a lo dispuesto en esta Ley”.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
578 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
A la vista de estas consideraciones, creemos que puede ser interesante, exponer cómo es
la regulación del proceso de amparo constitucional seguido en España, para así poder recoger
cuáles son los desafíos que presenta.
El artículo 161.1 b) CE/1978 incluye entre las competencias del TCE la de conocer “del
recurso de amparo por violación de los derechos y libertades referidos en el artículo 53.2 de
esta Constitución, en los casos y formas que la ley establezca11”.
10 Sobre la competencia de los tribunales constitucionales en este punto, HERRERA GARCÍA, A., El recurso de
amparo en el modelo kelseniano de jurisdicción constitucional ¿un elemento atípico?. Indret: revista para el análisis
del Derecho, núm. 1, 2011, págs. 1-28.
11 Sobre la protección de los derechos fundamentales en el ámbito europeo, SÁIZ ARNAIZ, A., El Tribunal
de Justicia, los Tribunales Constitucionales y la tutela de los derechos fundamentales en la Unión Europea: entre
CUCARELLA GALIANA, Luis Andrés
Defensa de la Constitución y amparo de derechos humanos: Legitimación plural y tutela colectiva 579
Por otro lado, debe tenerse presente que la intervención del TCE se prevé
constitucionalmente como subsidiaria, es decir, una vez que se ha intentado el amparo ante la
Jurisdicción ordinaria y éste no se ha conseguido (art. 53.2 CE/197812).
Por otro lado, debemos indicar que la posibilidad de interponer la demanda de amparo
está sometida a plazo. Éste varía según el sujeto que haya producido la violación.
Así, si la violación tiene lugar en un acto sin valor de ley procedente de los órganos
parlamentarios del Estado o de las CCAA, el plazo para poder interponer la demanda de
amparo es de tres meses desde que dicho acto sea firme14 (art. 42 LOTC).
Según dispone el artículo 162.1 b) CE/1978, están legitimados “para interponer el recurso
de amparo, toda persona natural o jurídica que invoque un interés legítimo, así como el
Defensor del Pueblo y el Ministerio Fiscal15”.
La LOTC, al reglar los sujetos legitimados, distingue según el acto contra el que se
interponga la demanda de amparo.
14 En relación con la demanda de amparo en este caso, en cuanto a la legitimación activa, el TCE erróneamente ha
hecho extensivo el requisito de la legitimación previsto para la demanda de inconstitucionalidad cuando la presentan
diputados o senadores. Sobre esta cuestión, véase, PULIDO QUECEDO, M., La agrupación ocasional de diputados
como parte procesal en el recurso de amparo: (nota sobre la STC 98/2009, de 27 de abril). Corts: Anuario de derecho
parlamentario, núm. 21, 2009, págs. 75-98.
15 Sobre el papel del Defensor del Pueblo en la Justicia constitucional, BASSOLS COMA, M., El Defensor del
Pueblo en el sistema constitucional: sus relaciones con las Cortes Generales; Administración Pública y Administración
de Justicia. Anuario de la Facultad de Derecho de Alcalá de Henares, núm. 8, 1998-1999 (ejemplar Homenaje al
profesor Dr. Don Luis García de San Miguel), págs. 21-46; DÍAZ CREGO, M., Defensor del Pueblo y Justicia
Constitucional: entre la declaración de intenciones y el exceso competencial. Teoría y realidad constitucional, núm. 26,
2010, págs. 307-352. Sobre la legitimación activa del MF para la demanda de amparo, DOMÍNGUEZ GARCÍA, F., La
legitimación del Ministerio Fiscal para interponer recurso de amparo: Pronunciamientos del Tribunal Constitucional.
RJC vol. 100, núm. 3, 2001, págs. 741-776. Sobre el interés legítimo para presentar la demanda de amparo, GÓMEZ
MONTORO, A. J., El interés legítimo para recurrir en amparo: La experiencia del Tribunal Constitucional español.
Cuestiones constitucionales: revista mexicana de derecho constitucional, núm. 9, 2003.
CUCARELLA GALIANA, Luis Andrés
Defensa de la Constitución y amparo de derechos humanos: Legitimación plural y tutela colectiva 581
El TCE está integrado por un total de doce magistrados (art. 159.1 CE/1978). Este Tribunal
se divide en dos Salas, y éstas a su vez, de dividen en Secciones. Pues bien, la competencia
para conocer de las demandas de amparo la tienen las Salas y también las Secciones (art. 48
en relación con los arts. 8.1, 10.1 y 11 LOTC). La competencia de estas últimas se introdujo
fruto de la reforma de la LOTC llevada a cabo con la LO 6/2007, 24 mayo16. En la exposición
de motivos de esta ley, el legislador puso de manifiesto que con esta opción se “incrementa
sustancialmente la capacidad de trabajo del Tribunal17”.
16 Sobre esta reforma, ARAGÓN REYES, M., La reforma de la ley orgánica a del Tribunal Constitucional.
Revista de Derecho del Estado, núm. 21, 2008, págs. 7-35; DÍAZ REVORIO, F. J., Tribunal Constitucional y procesos
constitucionales en España: Algunas reflexiones tras la reforma de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional
de 2007. Estudios constitucionales: Revista del Centro de Estudios Constitucionales, núm. 2, 2009, págs. 81-108.
17 En doctrina, ARAGÓN REYES, M., La reforma de la ley orgánica…, cit. págs. 8-9.
18 El art. 56.2 LOTC dispone que “ello no obstante, cuando la ejecución del acto o sentencia impugnados produzca
un perjuicio al recurrente que pudiera hacer perder al amparo su finalidad, la Sala, o la Sección en el supuesto del
artículo 52.2, de oficio o a instancia del recurrente, podrá disponer la suspensión, total o parcial, de sus efectos,
siempre y cuando la suspensión no ocasione perturbación grave a un interés constitucionalmente protegido, ni a los
derechos fundamentales o libertades de otra persona”.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
582 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
En el supuesto en que se cumpla con todos los requisitos, la decisión sobre la admisión
de la demanda de amparo corresponde a las Secciones. Para que éstas puedan admitir una
demanda es precisa la unanimidad de todos sus magistrados, debiendo controlar que la
demanda cumple con todos los requisitos relativos a si lo que se pide es susceptible de ser
tramitado a través del proceso de amparo (art.50.1 a) en relación con el art. 41 LOTC), si el
demandante tiene legitimación activa (art. 50.1 a) en relación con el art. 46 LOTC), y si se
cumplen los requisitos formales analizados (art. 50.1 a) en relación con el art. 49 LOTC).
Los otros aspectos procedimentales que se contemplan son los relativos a las providencia
de inadmisión que pueda dictarse (art. 50.3 LOTC21), posibilidad de subsunción de defectos
(art. 50.4 LOTC22), remisión de las actuaciones al TCE (art. 51 LOTC23) y vista (art. 52
La regulación se completa con lo previsto en los apartados 3 a 6 del art. citado. El art. 57 LOTC regula la
modificación de la suspensión del acto por el que se reclame el amparo y el art. 58 LOTC, la indemnización por
perjuicio derivados de la concesión o denegación de la suspensión del acto por el que se reclamó el amparo
19 Estos apartados disponen que “con la demanda se acompañarán:
a) El documento que acredite la representación del solicitante del amparo.
b) En su caso, la copia, traslado o certificación de la resolución recaída en el procedimiento judicial o administrativo.
3. A la demanda se acompañarán también tantas copias literales de la misma y de los documentos presentados
como partes en el previo proceso, si lo hubiere, y una más para el Ministerio Fiscal”.
20 El art. dispone que “de incumplirse cualquiera de los requisitos establecidos en los apartados que anteceden,
las Secretarías de Justicia lo pondrán de manifiesto al interesado en el plazo de 10 días, con el apercibimiento de que,
de no subsanarse el defecto, se acordará la inadmisión del recurso”.
21 Este art. dispone que “las providencias de inadmisión, adoptadas por las Secciones o las Salas, especificarán
el requisito incumplido y se notificarán al demandante y al Ministerio Fiscal. Dichas providencias solamente podrán
ser recurridas en súplica por el Ministerio Fiscal en el plazo de tres días. Este recurso se resolverá mediante auto,
que no será susceptible de impugnación alguna”.
22 Ese artículo dispone que “cuando en la demanda de amparo concurran uno o varios defectos de naturaleza
subsanable, se procederá en la forma prevista en el artículo 49.4; de no producirse la subsanación dentro del plazo fijado
en dicho precepto, la Sección acordará la inadmisión mediante providencia, contra la cual no cabrá recurso alguno”.
23 El artículo dispone que “1. Admitida la demanda de amparo, la Sala requerirá con carácter urgente al órgano
o a la autoridad de que dimane la decisión, el acto o el hecho o al Juez o Tribunal que conoció del procedimiento
precedente para que, en plazo que no podrá exceder de diez días, remita las actuaciones o testimonio de ellas.
2. El órgano, autoridad, Juez o Tribunal acusará inmediato recibo del requerimiento, cumplimentará el envío dentro
del plazo señalado y emplazará a quienes fueron parte en el procedimiento antecedente para que puedan comparecer
en el proceso constitucional en el plazo de diez días”.
CUCARELLA GALIANA, Luis Andrés
Defensa de la Constitución y amparo de derechos humanos: Legitimación plural y tutela colectiva 583
LOTC24). Se trata de cuestiones que creemos que su análisis excede del objetivo que nos
hemos marcado en este trabajo.
Con todo lo más relevante de esta tramitación que hemos expuesto brevemente es el
hecho de que el legislador, en el año 2007 quiso hacer frente a la situación de casi colapso
del TCE y ello afectó a la regulación del recurso de amparo25. La doctrina señala que con
esta reforma se “elimina la dimensión subjetiva del amparo para dotarlo, exclusivamente,
de un significado objetivo. Del anterior amparo-tutela, que procedería siempre que hubiese
habido vulneración de derechos, se pasa a un amparo-control, que únicamente se ejercerá por
el Tribunal cuando en el caso se dé un supuesto de “especial trascendencia constitucional26”.
“El sistema constitucional español se asienta ya sobre una práctica política de más
de cinco lustros de experiencia. Sus instituciones se han revelado como eficaces
instrumentos de regulación de la convivencia, y entre ellas el Tribunal Constitucional
ha cumplido con una tarea especialmente relevante, como centro de equilibrio del
sistema de poderes separados, territorial y funcionalmente, que la Constitución
articula. Las funciones atribuidas al Tribunal Constitucional por la Constitución
se desarrollan en la Ley Orgánica Reguladora de la Institución de acuerdo con el
mandato de su artículo 165: la protección de la supremacía constitucional, y la
consiguiente depuración del ordenamiento de las normas contrarias a los mandatos
constitucionales, se complementan con la protección de derechos fundamentales, así
como la resolución de conflictos territoriales. La pretensión del constituyente de dotar
de la mayor eficacia al órgano de control de constitucionalidad es comprensiva de
todas y cada una de las mencionadas facetas. La presente reforma pretende reordenar
la dedicación que el Tribunal Constitucional otorga a cada una de sus funciones para
cumplir adecuadamente con su misión constitucional”.
24 Este artículo dispone que “1. Recibidas las actuaciones y transcurrido el tiempo de emplazamiento, la Sala dará
vista de las mismas a quien promovió el amparo a los personados en el proceso, al Abogado del Estado, si estuviera
interesada la Administración Pública, y al Ministerio Fiscal. La vista será por plazo común que no podrá exceder de
veinte días, y durante él podrán presentarse las alegaciones procedentes.
2. Presentadas las alegaciones o transcurrido el plazo otorgado para efectuarlas, la Sala podrá deferir la resolución
del recurso, cuando para su resolución sea aplicable doctrina consolidada del Tribunal Constitucional, a una de sus
Secciones o señalar día para la vista, en su caso, o deliberación y votación.
3. La Sala, o en su caso la Sección, pronunciará la sentencia que proceda en el plazo de 10 días a partir del día
señalado para la vista o deliberación”.
25 Sobre la situación de colapso del TCE, MARTÍNEZ SOSPEDRA, M., Camino del colapso: notas sobre los
rendimientos del Tribunal Constitucional español y propuestas para su reforma. Cuadernos constitucionales de la
Cátedra Fadrique Furió Ceriol, núm. 47, 2004, págs. 67-96.
26 ARAGÓN REYES, M., La reforma de la ley orgánica…, cit. pág. 29. También puede verse, CABAÑAS
GARCÍA, J. C., El recurso de amparo que queremos: reflexiones a propósito de la Ley Orgánica 6/2007, de 24 de
mayo, de reforma parcial de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional. Revista española de Derecho constitucional,
núm. 88, 2010, págs. 39-81; ESPINOSA DÍAZ, A., El recurso de amparo: problemas antes, y después, de la reforma.
Indret: Revista para el Análisis del Derecho, núm. 2, 2010.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
584 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Esta reforma se hace siendo consciente del gran número de demandas de amparo que
llegan al TCE. Como se indica en el apartado II de la exposición de motivos, esto hace este
tipo de procesos ocupen casi todo el tiempo y los medios materiales y personales del Tribunal,
además de que los procedimientos sean lentos. Ante esto, las opciones legislativas que se
toman son. Por un lado, se reforma la regulación sobre la admisión de las demandas. Por otro
lado, se incrementan las posibilidades de que los jueces de la jurisdicción ordinaria puedan
controlar las violaciones de derechos fundamentales, evitándose que necesariamente deba
acudirse al TCE. Este último objetivo se pretende alcanzar con la reforma del artículo 241.1
Ley Orgánica del Poder Judicial, que contempla el incidente de nulidad de actuaciones27.
Si atendemos a las palabras del legislador expresando estas cuestiones, podemos destacar
las que siguen:
“La experiencia acumulada tras más de 25 años de actividad del Tribunal Constitucional
desde su creación ha puesto de manifiesto la existencia de una serie de situaciones y
circunstancias en la realidad práctica que con el transcurso del tiempo han llegado
a convertirse en problemas para el mejor resultado del trabajo del Tribunal. Entre
ellas destaca, por un lado, el crecimiento del número de recursos de amparo hasta el
punto de ocupar casi todo el tiempo y los medios materiales y personales del Tribunal.
Por otro lado, la realidad de los hechos ha permitido también constatar la lentitud de
los procedimientos que se desarrollan ante este Alto Tribunal, cuestiones todas ellas
respecto de las que es el momento de dar respuesta legislativa. En este sentido, esta
Ley Orgánica intenta dar solución a todo este conjunto de problemas, y para ello
procede a adecuar la normativa para dar respuesta a los problemas y exigencias que
se derivan de la realidad práctica del funcionamiento y organización del Tribunal
Constitucional.
27 Sobre esta reforma, en el apartado III de la exposición de motivos se afirma que “la protección y garantía
de los derechos fundamentales no es una tarea única del Tribunal Constitucional, sino que los tribunales ordinarios
desempeñan un papel esencial y crucial en ella. Por ello, y con la intención de aumentar las facultades de la jurisdicción
ordinaria para la tutela de los derechos fundamentales se modifica el incidente de nulidad de actuaciones del artículo
241.1 de la Ley Orgánica 6/1985, de 1 de julio. De este modo se introduce una configuración del incidente de nulidad
de actuaciones mucho más amplia, porque se permite su solicitud con base en cualquier vulneración de alguno de
los derechos fundamentales referidos en el artículo 53.2 de la Constitución en lugar de la alegación de indefensión o
incongruencia prevista hasta el momento. Esta ampliación del incidente de nulidad de actuaciones previo al amparo
busca otorgar a los tribunales ordinarios el papel de primeros garantes de los derechos fundamentales en nuestro
ordenamiento jurídico”. En doctrina, BACHMAIER WINTER, L., La reforma de la LOTC y la ampliación del
incidente de nulidad de actuaciones. Revista General de Derecho Procesal, núm. 13, 2007.
CUCARELLA GALIANA, Luis Andrés
Defensa de la Constitución y amparo de derechos humanos: Legitimación plural y tutela colectiva 585
28 Base de datos Aranzadi Westlaw (a partir de ahora BDAW) RTC 2008\188 AUTO.
29 Destacamos las siguientes palabras del TCE: “La admisión a trámite del presente recurso de amparo, interpuesto
tras la entrada en vigor de la reforma introducida en la Ley Orgánica de este Tribunal (LOTC) ( RCL 1979, 2383) por
la Ley Orgánica 6/2007, de 24 de mayo ( RCL 2007, 1000) , exige verificar que la demanda de amparo cumple los
requisitos establecidos en el art. 50.1 LOTC, en la redacción resultante de dicha reforma. La exposición de motivos
de la citada Ley Orgánica 6/2007 destaca, entre las reformas que aborda, la nueva configuración del recurso de
amparo y, singularmente, la de su trámite de admisión. En dicha exposición de motivos se llama la atención sobre
que, si bien el sistema anterior a la reforma se basaba en la previsión de «causas de inadmisión tasadas», la reforma
introduce un sistema en el que «el recurrente debe alegar y acreditar que el contenido del recurso justifica una decisión
sobre el fondo por parte del Tribunal en razón de su especial trascendencia constitucional, dada su importancia para
la interpretación, aplicación o general eficacia de la Constitución». Esta novedad supone, tal como también incide
la exposición de motivos, una inversión del juicio de admisibilidad, ya que «se pasa de comprobar la inexistencia
de causas de inadmisión a la verificación de la existencia de una relevancia constitucional en el recurso de amparo
formulado», por lo que el examen de admisión consistirá, materialmente, en «la comprobación en las alegaciones
del recurrente de la existencia de relevancia constitucional en el recurso». En coherencia con esta intención, los
arts. 49 y 50 LOTC han recibido una nueva redacción por la Ley Orgánica 6/2007, estableciendo el nuevo régimen
jurídico de admisibilidad de los recursos de amparo. A esos efectos, el art. 50.1 LOTC dispone que sólo se acordará
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
586 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
la admisión del recurso de amparo «cuando concurran todos los siguientes requisitos: a) Que la demanda cumpla con
lo dispuesto en los artículos 41 a 46 y 49. b) Que el contenido del recurso justifique una decisión sobre el fondo por
parte del Tribunal Constitucional en razón de su especial trascendencia constitucional, que se apreciará atendiendo
a su importancia para la interpretación de la Constitución, para su aplicación o para su general eficacia, y para la
determinación del contenido y alcance de los derechos fundamentales». Así pues, en consonancia con esta nueva
exigencia de fondo de que para la admisión del recurso de amparo deba concurrir, además de la lesión de un derecho
fundamental del recurrente tutelable en amparo [arts. 53.2 y 161.1 b) CE ( RCL 1978, 2836) y art. 41 LOTC], una
especial trascendencia constitucional del asunto [art. 50.1 b) LOTC], el art. 49.1 in fine LOTC, en la redacción
resultante de la Ley Orgánica 6/2007, establece que «En todo caso, la demanda justificará la especial trascendencia
constitucional del recurso». Por tanto, el recurso de amparo, conforme a lo dispuesto en el art. 50.1 a) LOTC, no
puede ser admitido a trámite si el recurrente no cumple —además de los restantes requisitos procesales previstos
en los arts. 42 a 44 LOTC— la ineludible exigencia impuesta por el art. 49.1 in fine LOTC de justificar de manera
expresa en la demanda de amparo la especial trascendencia constitucional del recurso, cuya naturaleza sustantiva se
refleja en la expresión «en todo caso» empleada por el precepto. Ello sin perjuicio, claro está, de la apreciación por
parte de este Tribunal, atendiendo a los criterios señalados por el art. 50.1 b) LOTC acerca de si, cumplida aquella
exigencia por el recurrente, el recurso de amparo reviste efectivamente una especial trascendencia constitucional que
justifique una decisión sobre el fondo por parte del Tribunal Constitucional.
30 Así se afirma que “la exigencia prevista en el art. 49.1 in fine LOTC (RCL 1979, 2383) de que en la demanda
de amparo se justifique en todo caso la especial trascendencia constitucional del recurso es, además, un requisito
insubsanable”.
31 Así se afirma que “cumple advertir que la carga de justificar la especial trascendencia constitucional del recurso
de amparo es algo distinto a razonar la existencia de la vulneración de un derecho fundamental. La argumentación sobre
la concurrencia de la lesión de un derecho fundamental por la resolución impugnada es un presupuesto inexcusable
en cualquier demanda de amparo y a esa exigencia se refiere el inciso inicial del art. 49.1 LOTC (RCL 1979, 2383)
cuando establece, como contenido de la demanda, la exposición clara y concisa de los hechos que la fundamenten y
la cita de los preceptos constitucionales que se estimen infringidos, fijando con precisión el amparo que se solicita
para preservar o restablecer el derecho o libertad que se considere vulnerado. Pero además, en virtud de la reforma
operada por la Ley Orgánica 6/2007 (RCL 2007, 1000) , que añade el transcrito inciso final al art. 49.1 LOTC, en todo
caso el recurrente habrá de justificar expresamente en su demanda de amparo la especial trascendencia constitucional
del recurso, sin que corresponda a este Tribunal reconstruir de oficio la demanda cuando el recurrente incumpla la
carga de argumentación que sobre él recae en orden a justificar esa especial trascendencia constitucional que, a su
juicio, reviste el recurso de amparo que ha interpuesto”.
32 BDAW 2008\289 AUTO.
33 BDAW 155\2009.
CUCARELLA GALIANA, Luis Andrés
Defensa de la Constitución y amparo de derechos humanos: Legitimación plural y tutela colectiva 587
2.2.4. Resolución
El proceso de amparo termina con el otorgamiento del mismo o con la denegación (art.
53 LOTC). El contenido de la sentencia que otorgue el amparo se concreta en el artículo 55
LOTC34. Los pronunciamientos que incluye dicha sentencia son:
34 Sobre los efectos de esta sentencia, DÍEZ-PICAZO GIMÉNEZ, I., Reflexiones sobre el contenido y efectos
de las sentencias dictadas por el Tribunal Constitucional en recursos de amparo, en La sentencia de amparo
constitucional: actas de las I Jornadas de la Asociación de Letrados del Tribunal Constitucional, 1996, págs. 17-74.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
588 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Si la violación del derecho fundamental ha tenido lugar en una decisión de un juez, con
el objeto de por preservar la independencia de éste, se prevé que el TC se limite a concretar
si dicha violación se ha producido, absteniéndose “de cualquier otra consideración sobre la
actuación de los órganos judiciales” (art. 54 LOTC).
3.1. Ámbito
3.2.1. El TEDH
3.2.2.1. La predeterminación
40 Véase sobre estas consideraciones, RIPOL CARULLA, S., El sistema europeo de protección…, cit. pág. 22
en la que afirma que “este esfuerzo por concentrarse en los <derechos mínimos que son absolutamente indispensables
para determinar los principios cardinales del funcionamiento de la democracia política>, supuso renunciar por el
momento a la definición y protección de las libertades profesionales y los derechos sociales”.
41 RIPOL CARULLA, S., El sistema europeo de protección…, cit. pág. 27.
42 Sobre este principio, ORTELLS RAMOS, M., Introducción al Derecho Procesal (con BONET NAVARRO,
J.; MASCARELL NAVARRO, M. J.; CÁMARA RUIZ, J.; JUAN SÁNCHEZ, R.; BELLIDO PENADÉS, R.;
CUCARELLA GALIANA, L. A.; MARTÍN PASTOR, J.; ARMENGOT VILAPLANA, A.). Aranzadi, 2013, págs.
109-115.
43 Se evitan así, los problemas que desde un punto de vista procesal, plantearon en su día los tribunales de
Nüremberg, o el Tribunal penal internacional constituido para el enjuiciamiento de los crímenes de guerra cometidos
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
590 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
El TEDH es un órgano que se constituye en el ámbito del CEDH y que por lo tanto,
tiene el carácter de supranacional. Presupuesto para que este órgano pueda conocer de los
diferentes asuntos que le competen y sus decisiones puedan surtir eficacia en cada uno de
esos Estados, es que se le reconozca jurisdicción. Es decir, ningún poder fuera de la soberanía
de cada uno de los Estados de Europa, puede configurar la Jurisdicción de esos Estados.
Ahora bien, nada impide que en el ejercicio de su poder soberano, los Estados renuncien a
parte de su soberanía para reconocer jurisdicción al TEDH44.
3.2.2.3. Funciones
La referencia a las labores jurisdiccionales del TEDH nos conduce a plantearnos cuáles son
las funciones que el CEDH le atribuye. Es decir, tenemos que concretar si nos encontramos
ante un verdadero órgano jurisdiccional.
De entrada, el hecho de que el CEDH denomine a este órgano como “tribunal”, sumado
al hecho de que, se refiera a los integrantes del mismo como “jueces”, pone de relieve el
carácter jurisdiccional del órgano. Ahora bien, no basta con la denominación que se le dé, o
las palabras que se utilicen, sino que debemos constatar si al TEDH se le atribuyen verdaderas
funciones jurisdiccionales.
Para resolver esta cuestión, debe tenerse presente el artículo 32 CEDH que dispone que
“la competencia del Tribunal se extiende a todos los asuntos relativos a la interpretación y
la aplicación del Convenio y de sus Protocolos que le sean sometidas en las condiciones
previstas en los arts. 33, 34, 46 y 47”. La integración de los citados artículos, evidencia
cuáles son las funciones del TEDH. Así, conoce de las demandas que den origen a un proceso
declarativo por violación de derechos fundamentales45. Dicha demanda puede presentarla
cualquier persona física, organización no gubernamental o grupo de particulares “que se
considere víctima de una violación, por una de las Altas Partes Contratantes, de los derechos
reconocidos en el Convenio o sus Protocolos” (art. 34 CEDH46).
Se trata efectivamente, de una actuación del TEDH en la que se “juzga” si ha habido una
violación de un derecho reconocido en el CEDH o sus protocolos. La actuación del Tribunal
en la antigua Yugoslavia. Sobre los problemas relativos al primero de los tribunales citados, GIMENO SENDRA, J.
V., La experiencia de los “juicios de Nürenberg” y la necesidad de crear el Tribunal Penal Internacional. La Ley:
Revista jurídica española de doctrina, jurisprudencia y bibliografía, núm. 1, 1998, págs. 1766-1768.
44 El problema está, como luego veremos, en que creemos que no basta con se reconozca jurisdicción a dicho
Tribunal. Los Estados deben ir más allá, y articular mecanismos efectivos para que las sentencias dictadas por este
Tribunal puedan surtir eficacia directa en el ámbito interno. Posteriormente analizaremos este problema.
45 Sobre esta competencia, SÁNCHEZ LEGIDO, A., La reforma del mecanismo de protección del Convenio
europeo de derechos humanos. Colex 1995, págs. 175-179.
46 Esta disposición añade que “las Altas Partes Contratantes se comprometen a no poner traba alguna al ejercicio
eficaz de este derecho”.
CUCARELLA GALIANA, Luis Andrés
Defensa de la Constitución y amparo de derechos humanos: Legitimación plural y tutela colectiva 591
es con desinterés objetivo, es decir, actuando por vía de heterotutela47, y con eficacia de
cosa juzgada, ya que sus decisiones no son revisadas por ninguna otra instancia nacional o
supranacional48. Es el demandante el que determina subjetivamente el proceso y el que lo
dota de objeto. Por lo tanto, cuando el asunto llega al TEDH, éste es ajeno a la cuestión sobre
la que juzga. No se trata, por lo tanto, de un órgano administrativo que por vía de autotutela
imponga su decisión49.
b’) En relación con el incumplimiento por un Estado de las obligaciones derivadas del
CEDH o de sus Protocolos
El artículo 33 CEDH pone de manifiesto que el TEDH también tiene competencia para
conocer de las demandas que un Estado parte interponga con otro, cuando se incumpla alguna
de las obligaciones derivadas del CEDH o de sus protocolos50.
Si se presta atención al artículo 46.1 CEDH, se constata que las “las Altas Partes
Contratantes se comprometen a acatar las sentencia definitivas del Tribunal en los litigios
en que sean partes”. Y el apartado 2 añade que “la sentencia definitiva del Tribunal será
transmitida al Comité de Ministros, que velará por su ejecución”. Nótese que el TEDH
carece de instrumentos coercitivos para poder exigir, por la fuerza, el cumplimiento de sus
decisiones. Es decir, se atribuye al Tribunal la competencia para poder “juzgar”, pero no para
poder “ejecutar lo juzgado”. Es el Comité de Ministros, el que de acuerdo con las funciones
que tiene atribuidas, debe velar por la ejecución de las sentencias51. Sin embargo, la ejecución
forzosa queda en manos del Estado condenado. Es aquí donde se plantean los problemas y
desafíos a los que queremos atender con la presente ponencia.
47 Sobre esta nota característica de la actuación jurisdiccional, ORTELLS RAMOS, M., Introducción al Derecho
Procesal (con BONET NAVARRO, J.; MASCARELL NAVARRO, M. J.; CÁMARA RUIZ, J.; JUAN SÁNCHEZ, R.;
BELLIDO PENADÉS, R.; CUCARELLA GALIANA, L. A.; MARTÍN PASTOR, J.; ARMENGOT VILAPLANA,
A.), cit. págs. 135-141.
48 En general, sobre esta eficacia de la actuación jurisdiccional, ORTELLS RAMOS, M., Introducción al
Derecho Procesal (con BONET NAVARRO, J.; MASCARELL NAVARRO, M. J.; CÁMARA RUIZ, J.; JUAN
SÁNCHEZ, R.; BELLIDO PENADÉS, R.; CUCARELLA GALIANA, L. A.; MARTÍN PASTOR, J.; ARMENGOT
VILAPLANA, A.), cit. págs. 130-132.
49 Existen posiciones doctrinales que sostienen que el TEDH, en ocasiones, acaba actuando como un verdadero
tribunal constitucional europeo. Se subraya esta posibilidad, sobre la base de que el Tribunal, ha permitido que
pueda interponerse una demanda por quien potencialmente sea víctima de una violación que pueda producirse en
una norma interna de un Estado. Por esta vía, se sostiene que el TEDH acaba asumiendo una función de control de
constitucionalidad de la normas, llevando a cabo recomendaciones al Estado para la reforma de su ordenamiento interno.
Véase en este sentido, RODRÍGUEZ, A., Integración europea y derechos fundamentales, cit. págs. 121-122. También
puede verse, ROLLNERT LIERN, G., El protocolo nº11 al Convenio Europeo de los Derechos Humanos y el nuevo
Tribunal Europeo de Derechos Humanos: ¿hacia un Tribunal Constitucional Europeo? Cuadernos constitucionales
de la Cátedra Fadriuque Furió Ceriol, núm. 13, 1995, págs. 239-257.
50 Sobre esta competencia, SÁNCHEZ LEGIDO, A., La reforma del mecanismo de protección del Convenio…,
cit. págs. 171-175.
51 El art. 46.3 CEDH añade que “cuando el Comité de Ministros considere que la supervisión de la ejecución
de una sentencia definitiva resulta obstaculizada por un problema de interpretación de dicha sentencia, podrá remitir
el asunto al Tribunal con el objeto de que éste se pronuncie sobre dicho problema de interpretación. La decisión de
remisión al Tribunal se tomará por mayoría de dos tercios de los votos de los representantes que tengan derecho a
formar parte del Comité”.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
592 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Una vez que el artículo 46.1 CEDH señala que los Estados partes deben acatar las
sentencias del Tribunal, los restantes párrafos del artículo regulan los aspectos relativos a la
supervisión de la ejecución forzosa que lleva a cabo el Comité de Ministros. Así, con carácter
general, este papel del Comité se recoge en el artículo 46.2 CEDH en el que se dispone que
“la sentencia definitiva del Tribunal será transmitida al Comité de Ministros, que velará por
su ejecución”. En el desarrollo de esa labor de supervisión, nos podemos encontrar con varias
situaciones.
La primera, que el Estado condenado lleve a cabo las actuaciones necesarias para dar
cumplimiento a la sentencia dictada. En este caso, el interés del demandante vencedor resulta
satisfecho.
En segundo lugar, se puede dar el caso de que el Comité constate que la ejecución forzosa
resulta obstaculizada por un problema de interpretación de dicha sentencia. En este caso, el
Comité remite al TEDH el asunto para que se pronuncie sobre este problema interpretativo
(art. 46.3 CEDH54).
En tercer lugar, es posible que el Estado condenado se niegue a acatar la sentencia dictada.
En este caso, el Comité remite al Tribunal la cuestión acerca de si esa Parte ha incumplido la
obligación de acatar la sentencia (art. 46.1 en relación con el art. 46.4 CEDH). Si el Tribunal
concluyera que se ha producido el incumplimiento, remite dicha conclusión al Comité para
que examine las medidas que sea preciso adoptar (art. 46.5 CEDH55).
52 Sobre esta cuestión, RUIZ MIGUEL, C., La ejecución de las sentencias del Tribunal Europeo de Derechos
Humanos. Un estudio sobre la relación entre el Derecho nacional y el internacional. Tecnos, Madrid, 1997; RIPOL
CARULLA, S., El sistema europeo de protección…, cit. págs. 73-114.
53 En todo caso, debe tenerse presente que los Estados parte del CEDH han asumido el compromiso de acatar
las sentencias del TEDH (art. 46.1 CEDH).
54 El art. añade que la decisión de remisión al Tribunal se toma por mayoría de dos tercios de los votos de los
representantes que tengan derecho a formar parte del Comité.
55 Esta disposición añade que “en caso de que el Tribunal concluya que no se ha producido violación alguna del
párrafo 1, remitirá el asunto al Comité de Ministros, que pondrá fin a su examen del asunto”.
CUCARELLA GALIANA, Luis Andrés
Defensa de la Constitución y amparo de derechos humanos: Legitimación plural y tutela colectiva 593
Sin embargo, desde nuestro punto de vista, creemos que los Estados parte deben hacer un
esfuerzo normativo para articular algún mecanismo procesal interno. Se trata en definitiva, de
actuar consecuentemente. La adhesión al CEDH y a sus Protocolos, debe hacerse con todas
las consecuencias. Por lo tanto, si el Estado parte del Convenio es condenado por violación
un derecho fundamental, debería permitir que el ciudadano cuyo derecho ha sido violado, sea
realmente restituido a la situación anterior al momento en que se produjo la violación.
Es por ello, por lo que a continuación vamos a exponer algunos mecanismos de los que
podría hacerse uso, siempre y cuando los Estados parte lo regularan en su ordenamiento
interno.
Este mecanismo ha sido utilizado en ocasiones muy excepcionales por el TCE58, y eso
a pesar de que el ordenamiento jurídico español no contempla que pueda demandarse en
amparo ante el tribunal constitucional cuando se haya dictado una sentencia condenatoria
56 Para un estudio comparado de la cuestión, RUIZ MIGUEL, C., La ejecución de las sentencias del Tribunal
Europeo de Derechos Humanos, cit. págs. 72-108.
57 En este sentido, MORENILLA ALLARD, P., Los derechos fundamentales y su protección jurisdiccional
(con GIMENO SENDRA, V.; TORRES DEL MORAL, A.; DÍAZ MARTÍNEZ, M.). Colex, Madrid 2007. pág. 893
afirma que “no existe, sin embargo, en España –como tampoco en la mayor parte de los Estados europeos Partes
en el Convenio- una regulación legal de la ejecución de las Sentencias del Tribunal de Estrasburgo, de manera que
permita su encaje en el sistema judicial español a efectos de anular el acto o la resolución firmes que han causado
la vulneración del derecho fundamental constatada en aquellas Sentencias”. Esta situación, es la que explica que el
artículo 41 CEDH permita que la parte demandante ante el TEDH, pueda solicitar que se le conceda una satisfacción
equitativa, cuando el Derecho interno de la parte demandada, no permita reparar de manera perfecta, las consecuencias
de la violación del derecho.
58 En general, sobre la ejecución de las sentencias del TEDH en el Derecho español, RUIZ MIGUEL, C., La
ejecución de las sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, cit. págs. 109-161; BUJOSA VADELL. L.
M., Las sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y el ordenamiento español. Tecnos, Madrid 1997.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
594 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
contra España. Así puede apreciarse en la sentencia 245/1991, 16 noviembre, dictada como
consecuencia de la demanda de amparo que interpusieron tres condenados en sentencia
penal, cuyos derechos fueron amparados por la sentencia del TEDH de 6 de diciembre de
1988, Barberá, Messegué y Jabardo, contra España59.
Estos tres condenados, solicitaron al Tribunal Supremo español que anulara la sentencia
por la que habían sido condenados. El Tribunal, en sentencia de 4 de abril de 1990 denegó
dicha anulación al no haber una ley específica que le permitiera llevarla a cabo, afirmando
que ante ello, lo único que podría hacerse es solicitar un indulto al Gobierno en relación
con la pena todavía no cumplida, y respecto a la que ya se había cumplido, que se diera una
reparación pecuniaria. Frente a esta sentencia, estas tres personas se dirigieron en amparo
ante el Tribunal constitucional y éste concedió dicho amparo, teniendo en cuenta la infracción
de los derechos fundamentales que el TEDH había detectado60.
Si bien esta sentencia presenta gran interés, no puede perderse de vista que presenta un
voto particular muy interesante en el que se cuestiona que el TCE pueda tomar esa decisión61.
59 Véase, RODRÍGUEZ, A., Integración europea y derechos fundamentales, cit. págs. 151-154.
Para un estudio de esta sentencia, SORIA JIMÉNEZ, La problemática ejecución de las sentencias del Tribunal
Europeo de Derechos Humanos: (análisis de la STC 245/1991j, Asunto Barberá, Messegué y Jabardo). Revista
española de derecho constitucional, año 12, núm. 36, 1992, págs. 313-358.
60 En este sentido, en el fundamento jurídico 4º de la sentencia se afirmaba que “desde luego, nuestro legislador
no ha adoptado ninguna disposición que permita a los Jueces ordinarios la revisión de las Sentencias penales firmes
a consecuencia de una Sentencia del TEDH. Por su parte el Tribunal Supremo ha entendido que la vigente legislación
procesal no se lo permite. En la demanda se sostiene que la vía por ellos utilizada, el recurso de nulidad, hubiera
permitido al Tribunal Supremo corregir la violación del derecho fundamental y que la Sentencia del Tribunal Supremo
supone una interpretación del art. 240.2 LOPJ lesiva del art. 24.1 C.E., ya que el alto Tribunal debería haber interpretado
el carácter definitivo de la Sentencia, no como Sentencia firme, sino como Sentencia definitivamente ejecutada, lo
que no ocurriría en el presente caso al tratarse de una condena penal en curso de ejecución. Sin embargo, el Tribunal
Supremo interpretando el art. 240 de la L.O. 6/1985, en un sentido que nuestra STC 185/1990 ( RTC 1990\185), no
ha considerado contrario al art. 24. C.E., ha llegado a la conclusión de que la legislación procesal penal vigente no le
permitía anular las Sentencias penales firmes, aun en curso de ejecución, y la propia Sentencia invoca el art. 123.1 C.E.
para referirse a la competencia de este Tribunal Constitucional en materia de garantías constitucionales. Se trata de una
motivación en modo alguno irrazonable ni arbitraria, que aunque satisface el derecho a la tutela judicial efectiva de
los solicitantes de amparo -que es un derecho a utilizar aquellos remedios que ofrece la legislación procesal vigente,
pero que no implica ni permite que, los órganos judiciales establezcan o «inventen» cauces procesales no previstos
legalmente-, produce un resultado que objetivamente supone la consolidación, en la vía judicial, de la situación de
infracción del derecho a un proceso público con todas las garantías, en especial si se tiene en cuenta que la denegación
de la declaración de nulidad hubo de acompañarse de la revocación del Auto de la Audiencia Nacional que suspendió
la ejecución de la condena de los recurrentes”.
61 En este sentido, afirma que “en el orden penal sólo es posible la impugnación y revocación de las Sentencias
firmes mediante el llamado recurso de revisión, que trata de restablecer las exigencias de la justicia material cuando
la condena se ha producido por error del órgano judicial, pero ninguna de las causas o motivos de revisión previstas
en el art. 954 L.E.Cr. puede considerarse que comprende también -ni siquiera acudiendo a una interpretación
extensiva- el supuesto en que un Tribunal internacional, como es el de Estrasburgo, declare que en el proceso penal
seguido en España se vulneró el art. 6.1 del Convenio. Para ello sería necesario modificar el ordenamiento jurídico
interno como han hecho algunos Estados. En el presente caso no se ha acudido al recurso de revisión, pero se ha
tratado de conseguir el mismo efecto mediante el recurso de nulidad, no existiendo cauce legal para ello, porque,
según nuestro sistema procesal, contra la Sentencia que ha ganado firmeza no es posible ejercitar una pretensión
autónoma de nulidad. Al no ser posible ejecutar en España la Sentencia del Tribunal Europeo, ni reconocerle efectos
anulatorios invalidantes en un proceso autónomo, ni subsumirla entre las causas de revisión penal, la Sentencia de
la Sala Segunda del Tribunal Supremo de 4 de abril de 1990 está motivada y fundada en Derecho, da respuesta a la
pretensión deducida por los recurrentes de amparo y no vulnera el derecho a la tutela judicial efectiva consagrado en
CUCARELLA GALIANA, Luis Andrés
Defensa de la Constitución y amparo de derechos humanos: Legitimación plural y tutela colectiva 595
Al hecho de que sea necesaria la previsión legal de este motivo de amparo ante el
Tribunal constitucional, debemos sumar un dato más que hace que este mecanismo no
pueda generalizarse. En este sentido, hay que tener presente que para que sea efectivo el
mismo, es necesario que estemos hablando de un sistema nacional de control concentrado de
constitucionalidad. Es cierto que este sistema es mayoritario en Europa, pero existen países
en los que rige un sistema de control difuso, y por lo tanto, no tienen Tribunal Constitucional
al que encomendar esta posibilidad de anular las sentencias internas cuando se conceda un
amparo internacional.
Y en segundo lugar, hay que añadir que en los países europeos en los que hay un sistema
concentrado de control de constitucionalidad, no todos los tribunales constitucionales tienen
atribuida la competencia para conocer de las demandas de amparo.
Existen algunos países que han adoptado este mecanismo para garantizar el efectivo
cumplimiento de las decisiones dictadas por el TEDH. Así ocurre, por ejemplo, en Alemania,
Francia o Luxemburgo, para poder revisar sentencias penales firmes63. No obstante, nosotros
creemos que esta posibilidad de revisión debería darse de cualquier tipo de sentencia firme,
sea penal o no.
que se pueda quebrar la eficacia de cosa juzgada de una sentencia, cuando la sentencia se ha
obtenido injustamente64.
el art. 24.1 C.E. La vulneración de los derechos a un proceso con todas las garantías y a la presunción de inocencia
no cabe predicarla en esa Sentencia”.
62 Así ocurre, por ejemplo, con el auto del Tribunal constitucional 96/2001, 24 abril, o con las sentencias 240/2005,
10 octubre; 313/2005, 12 diciembre; 70/2007, 16 abril; 197/2006, 3 julio; 70/2007. Sobre las mismas, MORENILLA
ALLARD, P., Los derechos fundamentales…, (con GIMENO SENDRA, V.; TORRES DEL MORAL, A.; DÍAZ
MARTÍNEZ, M.), cit. pág. 895. Véase también, RODRÍGUEZ, A., Integración europea y derechos fundamentales,
cit. págs. 158-159.
63 En este sentido, MORENILLA ALLARD, P., Los derechos fundamentales…, (con GIMENO SENDRA, V.;
TORRES DEL MORAL, A.; DÍAZ MARTÍNEZ, M.), cit. pág. 892 afirma que países como Noruega, Luxemburgo,
Malta, el cantón suizo de Appenzell, Alemania y Francia han establecido como motivo de revisión penal de sentencias
firmes, la emisión de una sentencia del TEDH concediendo el amparo.
64 Son tradicionales motivos de revisión, por ejemplo, que los documentos que fueron decisivos para emitir la
sentencia se declaren posteriormente falsos en virtud de sentencia penal, o que el testigo cuya declaración fue esencial
para la obtención de la sentencia, sea condenado posteriormente por falso testimonio.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
596 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Cuando se revisa una sentencia, en realidad lo que se hace es reabrir de nuevo el proceso
para permitir enjuiciar de nuevo, habiendo eliminado ese dato o hecho que determinó que
la sentencia que finalmente se dictó, fuera injusta. Pues bien, creemos que lo que deberían
hacer los ordenamientos internos de los países europeos, es incluir entre los motivos de
revisión de una sentencia firme, que el TEDH dicte una sentencia por violación de un derecho
fundamental.
Pues bien, éste es el sistema que se ha acabado adoptando en España en virtud de la Ley
Orgánica 7/2015, de 21 de julio, por la que se modifica la Ley Orgánica 6/1985, de 1 de julio,
del Poder Judicial.
En esta Ley se llevan a cabo diferentes reformas del ordenamiento jurídico español. En lo
relativo a la ejecución de sentencias del TEDH, en el preámbulo se afirma que:
“Se incluye, también, una previsión respecto de las sentencias del Tribunal Europeo
de Derechos Humanos que declaren la vulneración de alguno de los derechos
reconocidos en el Convenio Europeo para la protección de los Derechos Humanos
y Libertades Fundamentales y en sus Protocolos, estableciéndose que serán motivo
suficiente para la interposición del recurso de revisión exclusivamente de la sentencia
firme recaída en el proceso «a quo». Con ello se incrementa, sin lugar a dudas, la
seguridad jurídica en un sector tan sensible como el de la protección de los derechos
fundamentales, fundamento del orden político y de la paz social, como proclama el
artículo 10.1 de nuestra Constitución”.
De esta manera, el artículo 5 bis de la LOPJ, pasa a disponer que “se podrá interponer
recurso de revisión ante el Tribunal Supremo contra una resolución judicial firme, con arreglo
a las normas procesales de cada orden jurisdiccional, cuando el Tribunal Europeo de Derechos
Humanos haya declarado que dicha resolución ha sido dictada en violación de alguno de los
derechos reconocidos en el Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos
y Libertades Fundamentales y sus Protocolos, siempre que la violación, por su naturaleza y
gravedad, entrañe efectos que persistan y no puedan cesar de ningún otro modo que no sea
mediante esta revisión”.
* Abogado Universidad Libre. Docente titular y catedrático de Derecho Procesal Civil y Probatorio de
las Universidades Libre, Santo Tomás y Sergio Arboleda. Docente de Maestría en Derecho Procesal, Derecho
Privado y Responsabilidad Médica. Profesor de Postgrados en Derecho Procesal y Probatorio, Arbitramento,
en Derecho de Familia y M.A.S.C. Abogado asesor y litigante en asuntos de derecho civil y comercial, en
arbitramento. Miembro de la Asociación Colombiana de Derecho Procesal Constitucional y Asociación
Mundial de Justicia Constitucional. hfarevalo@gmail.com.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
598 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
1 La cita textual que se hace de los aspectos generales inherentes a las medidas cautelares, corresponden a lo
indicado en otros trabajos, que, presentados por el autor de la ponencia, son de su autoría y son considerados adecuados,
dado el tema central de ésta. Aspectos tales como los presupuestos, características y clasificación de las cautelares,
son de necesaria cita en esta ponencia, dado la importancia que se quiere advertir frente a las medidas cautelares en
general; en particular respecto de las conducentes y pertinentes frente a la implementación entre nosotros de una
justicia transicional.
ARÉVALO F., Héctor Francisco
Justicia transicional, medida cautelar, componente necesario de efectividad del derecho protegido 601
Surge a partir de entonces las demás formas de solución al conflicto, así: autodefensa,
autocomposición y heterocomposición.
Esta última forma, la heterocompositiva, consiste en la solución del conflicto a partir de
la intervención de un tercero, el Estado. La decisión estatal que se adopte, para el caso el
órgano jurisdiccional, tendrá fuerza vinculante a partir de la firmeza de la providencia que
se profiera, sea a partir de la cosa juzgada materia, en ocasiones de la cosa juzgada formal.
Sin embargo, al justiciable por legal y justa que sea la providencia que se profiera, no es
suficiente, en ocasiones en verdad no le dice nada en cuanto a la satisfacción de su derecho, la
mera obtención de justicia formal. La persona siempre propugna por lograr la efectivización
de sus derechos, o lo que es lo mismo, obtener del Estado justicia material. Clara diferencia
existe entre los conceptos de justicia meramente formal frente a la anhelada justicia material;
la cual, de lograrse, aleja al individuo de la posibilidad de caer en justicia por mano propia,
situación antonimia del derecho y las formas civilizadas de dirimir la controversia.
Surge por tanto un interrogante: ¿es suficiente la decisión de fondo que, adoptada por el
juzgador, dirima el conflicto en favor del justiciable, quien acudió al órgano jurisdiccional?
Sin duda la respuesta es no. Si fuere suficiente la mera decisión jurisdiccional, tendríamos
que aceptar que bastaría la existencia de justicia formal. Entonces, como se necesita de
justicia material, de verdadera efectivización; como se podría afirmar, que la sociedad palpe
la justicia, sin duda uno de los mecanismos para lograrlo, en nuestro sentir, el más importante,
es la medida cautelar.
2. CONCEPTO Y DEFINICIÓN DE MEDIDA CAUTELAR
Si acudimos a la etimología de la palabra cautela se es coincidente en señalarse que ello
corresponde a lo “cauto”, al obrar de manera sigilosa, al actuar con prudencia y cuidado.
También se alude a la forma como se lleva a cabo un procedimiento, con reserva,
discreción o circunspección. Cierto grado de sutileza, astucia, disimulo y sagacidad.
A partir del significado etimológico precedente, se edifica hoy lo que, en el proceso de
naturaleza jurisdiccional, incluyendo el trámite arbitral, se viene a conocer como cautela,
medida cautelar, medida preventiva, medida previa, etc.
Son varias las definiciones de MEDIDA de CAUTELA, a saber: “Se llama cautelar el
proceso cuando en vez de ser independiente sirve para garantizar (establece una cautela para)
el buen fin de otro (definitivo). CARNELUTTI, Francisco. Instituciones del Nuevo Proceso
Italiano, tradujo Jaime Guasp Delgado.
GUILLERMO CABANELLAS las define como “el conjunto de disposiciones tendientes
a mantener una situación jurídica o de asegurar una expectativa o derecho futuro”
El maestro PARRA QUIJANO2, respecto de la función de la medida cautelar cita a
CALAMANDREI, quien sobre el particular enseñó:
2 PARRA QUIJANO, hace la aludida mención en su ponencia sobre medidas cautelares innominadas, a propósito
del XXXIV Congreso de Derecho Procesal en Medellín, año 2013. Texto de las memorias, página 302 y s.s.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
602 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
“La función de las medidas cautelares nace de la relación que se establece entre dos
términos: La necesidad de que la providencia, para ser prácticamente eficaz, se dicte sin
retardo, y la falta de aptitud del proceso ordinario para crear sin retardo una providencia
definitiva”.
El postulado de Calamandrei, en cita del maestro PARRA QUIJANO, nos permite desde
ya anticipar uno de los presupuestos de las medidas cautelares, el periculum in mora.
Consideramos definir la MEDIDA CAUTELAR como el mecanismo por el cual, en el
trámite administrativo, en el proceso judicial, o previo a este, se solicita, o en ocasiones el
juez oficiosamente, precaviendo la demora en el trámite, decreta una o varias medidas de
seguridad o garantía de efectividad del futuro fallo a proferirse; o para la protección actual
del derecho objeto del litigio, e intervinientes en el trámite judicial.
Varios aspectos de la precitada definición requieren de comentario:
• Las medidas cautelares son de aplicación tanto en el proceso judicial propiamente
dicho como en otras actuaciones igualmente jurisdiccionales, a saber, el proceso
arbitral. También se decretan y practican en actuaciones adelantadas por o ante otros
funcionarios públicos –no jueces en esencia, pero a quienes la ley en ocasiones les
otorga ese carácter- en procesos específicos, es el caso de la jurisdicción coactiva y
las Superintendencias ejerciendo funciones jurisdiccionales.
• Como es usual las medidas cautelares recaen sobre bienes u otros derechos de la
persona; pudiendo caer sobre la persona misma, respecto de quien se proferirá
decisión judicial.
CONTRACAUTELA.
ARÉVALO F., Héctor Francisco
Justicia transicional, medida cautelar, componente necesario de efectividad del derecho protegido 603
El decreto y práctica de la cautela depende del hecho mismo que obre en el plenario,
aún inaudita parte verosimilitud del derecho exigido, o del cual se busca su declaración o
liquidación. A partir de un mínimo de prueba, el peticionante de la cautela deberá demostrar
al juzgador, aun sumariamente, que la apariencia de verosimilitud del derecho se acerca a lo
posible, y por ende se impone desde ya asegurar anticipadamente el cumplimiento del futuro
fallo favorable a quien las peticiona, o la inmediata necesidad de proteger el derecho objeto
del litigio o las personas mismas que intervienen en el contencioso.
Se reitera, debe obrar en el expediente un mínimo de prueba sobre la verosimilitud del
derecho que se alega, de ahí que el presupuesto refiere en esencia a la existencia de un humo
de buen derecho, lo tenue, pero en todo caso creíble, posible.
Ese humo de buen derecho, varios de nuestros ordenamientos procesales lo contienen en
la norma bajo la denominación de apariencia de buen derecho. Así, el Código General del
Proceso en el artículo 590 que regula las cautelas en los procesos declarativos, numeral 1º,
literal c), inciso tercero, enseña que el juez tendrá en cuenta la apariencia de buen derecho al
momento de decretar la cautela.
Claro, sin duda, el juzgador deducirá esa apariencia de buen derecho del mínimo de prueba
que el interesado deberá aportar al momento de solicitar o proponer la medida cautelar. Aquí
de obligatorio cumplimiento el principio de necesidad de la prueba. El fumus boni iuris no
puede surgir de la actividad caprichosa del juzgador, tampoco del mero argumento soporte de
la pretensión incoada, no, este presupuesto se cumple a partir de un mínimo de prueba, la cual
aún, hallándose inaudita pars, le permite establecer al juzgador apariencia de credibilidad
frente al derecho pretendido.
Sobre la apariencia de buen derecho también refiere por ejemplo el artículo 32, inciso
cuarto, ley 1563 de 2012, el actual estatuto arbitral nacional e internacional. El CPACA
no hace referencia expresa a este presupuesto, ello en la medida del especial tratamiento
que tiene la cautela en el proceso contencioso administrativo, a voces del artículo 233 de
ese estatuto. Presentada por el accionante la petición de la cautela, primeramente, se le
correrá traslado al demandado, a fin de manera separada a la contestación de la demanda, se
pronuncie sobre dicha petición. Bajo esta forma, no se puede predicar que el proceso ante
el contencioso administrativo la cautela ocurra por regla general inaudita pars, una de las
características más importantes de lo cauto, de lo cautelar.
No obstante, lo anterior, consideramos que el presupuesto del fumus boni iuris, no está
íntegramente desconocido en el proceso contencioso administrativo. Veamos, el artículo 231
del CPACA dentro los requisitos para decretar las cautelas, a numeral 2º señala que será
procedente la cautela cuando el demandante haya demostrado, así fuere sumariamente, la
titularidad del derecho o de los derechos invocados. Ese demostrar “así fuere sumariamente”
no es otra cosa que inaudita parte ir probando que le asiste razón en el derecho invocado, y
que, por tanto, se requiere desde ya, anticipadamente, garantizar la efectividad del mismo una
vez ocurra su declaración en el plenario. Necesaria extensión de este presupuesto se advierte
en los requisitos que el artículo 234 del citado ordenamiento procesal, a fin de decretar y
practicar medidas cautelares de urgencia.}
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
604 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
●ACCESORIEDAD ●MUTABILIDAD
●RAZONABILIDAD ●JURISDICCIONALIDAD:
Instrumentalidad:
Sin duda la medida cautelar se constituye en el instrumento de efectividad del derecho
que la accionante procura sea protegido o declarado por vía jurisdiccional, no es autónoma la
cautela, su existencia, su práctica, depende del trámite de un proceso judicial o en todo caso
de una actuación que se constituya en jurisdiccional.
Provisionalidad:
La medida cautelar es esencialmente provisional, es decir, es regla que la cautela en algún
momento se levante, expire. La provisionalidad está íntimamente ligada a la accesoriedad
en la medida que se requiere por regla la existencia de un proceso judicial. Es posible que
la cautela se levante y el proceso continúe, pero no lo contrario; salvo algunas excepciones
la cautela puede ir más allá del proceso en el cual se decretaron y practicaron, pero en todo
caso el legislador se aseguró colocar un límite en el tiempo para que el beneficiado con su
práctica realice la actuación judicial que corresponda, so pena que se levanten aún de oficio.
Así por ejemplo es posible practicar cautelas de embargo y secuestro de bienes en el proceso
de restitución de inmueble arrendado, terminar este con Sentencia en firme a favor de las
pretensiones y las cautelas subsisten en el tiempo, limitado ello a que el interesado provoque
ejecución dentro de los sesenta (30) días siguientes a la ejecutoria del fallo, en su defecto
desde la notificación del auto de obedecimiento a lo resuelto por el superior, o a la ejecutoria
del auto que aprueba las costas del proceso. Igual ocurre con la práctica de cautelares en el
proceso declarativo, regulado hoy en el artículo 590 del CGP.
Si se ha practicado medidas cautelares anteriores a la sentencia y esta resultare favorable,
dichas cautelas se constituyen en medidas ejecutivas. Ejemplo en el proceso ejecutivo singular
quirografario, previo a la notificación del auto de mandamiento se embargan y secuestran
bienes, posterior se profiere Sentencia o auto de seguir adelante la ejecución, según el caso,
se procede luego al avalúo y remate de bienes para satisfacer el crédito indubitado, aquí lo
que comenzó bajo el concepto de cautela provisional, se convirtió en medida ejecutiva o de
ejecución propiamente dicha.
Garantista:
La eficacia de la decisión jurisdiccional o lo que es lo mismo la garantía de eficacia de un
número nutrido de fallos radica en las cautelas oportuna y legalmente practicadas, se requiere
una sentencia con alcance material, no meramente formal.
Accesoriedad:
Como lo hemos indicado previamente, las medidas cautelares innominadas se
caracterizan por hacer parte de un proceso principal, del cual justamente buscan garantizar,
en lo posible anticipadamente, el cumplimiento del futuro fallo favorable que se profiera, o
ser el mecanismo de protección actual del objeto del litigio. Aun cuando que se decreten y
practiquen de manera extraprocesal, luego harán parte de un proceso, tal como lo determina
los artículos 23 y 589 del CGP.
Distinto se predicará cuando estamos frente al proceso cautelar con el halo de autonomía
que lo caracteriza.
ARÉVALO F., Héctor Francisco
Justicia transicional, medida cautelar, componente necesario de efectividad del derecho protegido 607
Urgencia:
La práctica de la medida cautelar en esencia busca que la garantía de eficacia sea
inmediata, impidiendo que el obligado se sustraiga a la satisfacción del derecho que se
declare o se ordene en el fallo, por ejemplo, mediante actos de insolvencia, simulación etc.,
o evitando que prosiga la agresión o cese la amenaza inminente. Es lo que justifica que las
cautelas se practiquen previo a la vinculación del demandando al proceso, que se utilice en
su práctica la sorpresa.
Esta característica toma relevancia a partir de lo normado en el artículo 588 del nuevo
estatuto procesal civil –CGP- referido a lo inmediato que se debe pronunciar el juez, cuando
de definir sobre una petición de cautela se trate. Regulación en nada novedosa en la medida
que el artículo 685 del derogado CPC así igualmente lo regulaba, obligación que en el mejor
de los casos en rara ocasión se cumplió.
Carácter ejecutivo:
El poder de ejecución que emana de la jurisdicción se materializa cuando previo al fallo
judicial se aseguró su cumplimiento, así se evita el fallo meramente formal. Un fallo no tiene
efectividad por sí mismo, se logrará en la medida que practicadas cautelas se materialice el
derecho.
Proporcionalidad:
La medida cautelar no puede superar en su práctica el derecho eventual que se requiere
garantizar. Aquí surge por ejemplo la posibilidad de la reducción de embargos, derecho
consagrado en el artículo 600 del CGP, o el beneficio de competencia establecido en el
artículo 445 del mismo ordenamiento.
Mutabilidad:
Por regla general las medidas cautelares son mutables, es así como por ejemplo un embargo
practicado sobre bienes del deudor se pueden luego considerar excesivos y ordenarse de
oficio o a petición de parte su reducción, o cambiar una cautela ya practicada por otra que
ofrezca mayor garantía, etc.
En materia de cautelas personales por violencia intrafamiliar se pudo haber decretado
frente al agresor el desalojo de la casa de habitación que comparte con la víctima, luego se
provoca la demanda de divorcio con base en causal tercera y allí se decreta la Separación de
residencia provisional de los cónyuges, nótese que se mutó la cautela.
Razonabilidad:
Presupuesto íntimamente ligado al de la proporcionalidad, en el sentido que el Juez
al decretar y ordenar la práctica de la medida cautelar no puede apartar de su gestión la
imparcialidad que lo obliga. El principio de igualdad que se predica genéricamente de las
partes en el proceso, el derecho que se pretende proteger, o la obligación que se exige, no es
aliciente para que el juzgador proceda a practicar sin control alguno toda cautela que le sea
solicitada por la parte.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
608 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Advierte el inciso 3º del literal c) numeral 1º del artículo 590 del CGP que el juzgador
al decretar la cautela, a más de tener en cuenta la apariencia del buen derecho, también la
necesidad, efectividad, y proporcionalidad de la medida, pudiendo en todo caso decretar una
menos gravosa o diferente a la solicitada. Igualmente tendrá que establecer su alcance, su
duración, pudiendo disponer su modificación, sustitución o cese de la medida.
2.8. Clases de medidas cautelares
La clasificación más amplia que se conoce hoy de las medidas cautelares es aquella que
las señalan como nominadas e innominadas.
La medida cautelar nominada tiene en la legislación un propósito y fin bien definido,
se establece como el mecanismo de garantía anticipada de cumplimiento o efectividad de
futuro fallo a proferirse. En tanto que la cautela innominada, es precisamente aquella, la
cual carece de una denominación pre establecida, procede a petición de parte y tiene en su
decreto y práctica una doble función: de una parte, ser mecanismo anticipatorio de garantía
de efectividad, respecto del fallo de fondo a proferirse; de otro lado, ser el mecanismo actual
de protección del objeto involucrado en el proceso, evitar que se le cause un daño, evitar las
consecuencias de aquél que ya se haya causado o prevenir su realización.
A partir de su objeto, es fácil advertir la importancia de la cautela innominada en aras a
preservar y garantizar los derechos fundamentales de todos los actores involucrados en aquel
conflicto, del cual, justamente a consecuencia de una negociación y consecuentes acuerdos,
se pretende dejar atrás, llegándose o intentándose llegar a la paz.
Los Estados una vez logran superar la confrontación armada deben en todo caso juzgar
y condenar al infractor, acudiendo para ello a las reglas que permitió el acuerdo y la
normatividad consensuada para que ocurra un juzgamiento con equidad, garantismo, pero a
su vez seguridad de verdad revelada en favor de las víctimas y garantía de no repetición, con
reparación efectiva
La normatividad excepcional que se establezca para el juzgamiento que permita “transitar”
la transición, no solo puede referirse al aseguramiento de una protección general, abstracta
e indeterminada de las víctimas, bajo un concepto de “logro de paz” meramente teórico; se
requiere que la normatividad que se implemente, para el caso Colombiano justamente en
estos días la instalación del Tribunal que juzgará a los diversos actores del conflicto armando
que está llamando a su fin con guerrilla de las FARC, denominada en su sigla JEP, en verdad
propendan por la efectiva reparación, no solo el aspecto general de la transición, por el solo
hecho de “pasar la página”.
Resulta que cuando el justiciable sabe a ciencia y conciencia que será o está siendo
juzgado, pero que además de ese juzgamiento lo más probable, casi con viso de seguridad,
será condenado, siempre tratará de adoptar medidas tendientes a evadir, a burlar la eficacia
y eficiencia de la justicia y el fallo que se profiera; elusión tanto en lo personal como en
lo patrimonial, que luego deviene en nugatorio el falo y sus alcances. Ejemplos de esta
sabida elusión abundan por doquier, basta recordar eventos del pasado siglo veinte, como los
dirigentes nazis, los cuales en su mayoría evadieron a perpetuidad el Tribunal de Núremberg,
otros puestos a buen recaudo años después, pero ya por su avanzada edad, el carácter aflictivo
ARÉVALO F., Héctor Francisco
Justicia transicional, medida cautelar, componente necesario de efectividad del derecho protegido 609
de la pena impuesta se hizo nugatorio o bastante atenuado. Razones estás que llevó en su
momento al Estado Israelí a emprender una verdadera casería de nazis alrededor del mundo,
para luego ser enjuiciados en territorio semita, en el mejor de los casos sin el lleno de garantías
al debido proceso.
A finales del pasado siglo el juzgamiento de los criminales de guerra en los Balcanes,
cuando varios de ellos huyeron de la zona, pudiéndose solo apresarse a algunos y enjuiciados
o condenados, de otros se perdió el rastro. Recientemente acudíamos en vivo y en directo,
gracias a los medios de comunicación, al suicidio del reo bosnio-croata, el general Slodoban
Praljak, quien, en plena sala de audiencias, cuando la Corte leía veredicto condenatorio,
ingirió veneno que portaba consigo en un pequeño recipiente.
En todos estos eventos y otros tantos, se advierte ausentes medidas de urgencia, que
hubiesen evitado la evasión, prontamente la captura e inmovilización jurídica y material de
grandes fortunas, patrimonio que, sin duda, debe estar destinado a la reparación del daño
causado a las víctimas, pero también al Estado mismo como un todo. En el caso del general
bosnio-croata, una medida provisoria, innominada y diseñada para el caso concreto, vale
decir, para el momento o época del juzgamiento y condena, hubiese podido la muerte de
quien, en todo caso, era un ser humano. Hoy, aun no se escucha que responsabilidad le cabe,
sin duda, a Tribunal que estaba juzgando, cuando los magistrados y personal de seguridad
impávidos vieron el suicidio del condenado y no adoptaron medida alguna para salvaguardar
su vida, siendo su obligación.
Nótese que este caso, la preocupación de todos en la sala de audiencias, fue lo estrictamente
jurídico, más brilló por su ausencia la protección del individuo, del ser humano, quien en
todo caso también era sujeto de protección, aun su responsabilidad penal. Claro ejemplo de
ausencia de una medida provisional de protección, aun cuando claramente no era la víctima
del genocidio, era el victimario, según la condena impuesta; pero frente a la diligencia del
Tribunal que lo juzgó o condenó, fue víctima por ausencia de protección, el veneno que
ingirió nunca debió haber estado en su poder. Ahí surge una responsabilidad.
3. JUSTICIA TRANSICIONAL Y PRÁCTICA DE MEDIDAS CAUTELARES
Como se advirtió las cautelas en términos generales son nominadas e innominadas,
personales y patrimoniales.
Respecto del específico evento de lograrse no solo una justicia transicional, además
retributiva, entre nosotros –Colombia- disponemos de antecedente, así la Ley 975 de 2005,
sobre justicia y paz, a propósito del sometimiento de grupos paramilitares. Suficiente
jurisprudencia sobre este proceso, nutre el ámbito jurídico y señala directrices que, en el
actual proceso nativo y los porvenires, permitirán adoptar medidas de urgencia, garantistas
y anticipatorias, que en verdad permitan efectivizar prontamente la pretendida reparación,
en la medida que los conceptos de justicia transicional, deben ir a la par con los de justicia
reparativa o restauradora del derecho vulnerado.
Una vez los involucrados, incluso en delitos de lesa humanidad, perciban a propósito
del juzgamiento una cercana sentencia, sin duda buscarán sin duda evadir el cumplimiento
de la resolución judicial, entonces, por ejemplo, la normatividad a implementarse por la
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
610 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
JEP debe contemplar sin ambages medidas cautelares nominadas personales, tal como la
prohibición de salida del país, el retiro de salvo conductos, la obligatoriedad que de forma
constante indiquen el lugar de su arraigo, presentación periódica ante el Magistrado que lo
requiera, etc. Pero también ciertas medidas cautelares innominadas, así la prohibición de
acudir a ciertos actos y lugares públicos, en los cuales, de ocurrir, ya viene constituyéndose
en una afrenta y ofensa grave a los ciudadanos de bien, varios de ellos otrora víctimas de
aquellos. A su vez la prohibición de contacto directo con la víctima en la medida que dicha
circunstancia constituye o puede constituir un riego para todos. En suma, con estas medidas
se debe enviar sendos mensajes, de un lado la necesaria aflicción que de suyo debe sentir
todo aquel, que, sin perjuicio de la presunción de inocencia, se sabe partícipe en los actos que
ahora se están juzgado; pero correlativamente con el mensaje que debe recibir tanto víctimas
como ciudadanía en general, sobre la supremacía del Estado y el sometimiento de quien se
sabe de una u otra manera está involucrado.
El Tribunal que juzgue, en todo caso debe tener la potestad de decretar y practicar
cautelas innominadas, ello indistintamente la posición que tenga la persona en el proceso de
justicia transicional, en la medida que esta cautela tiene como propósito básico, proteger el
objeto actual del proceso, en ocasiones las personas mismas. Consideramos que, en el evento
de justicia transicional, a diferencia de lo normado en otros ordenamientos procesales, la
cautela innominada no se debe decretar exclusivamente a petición de parte, dada la especial
naturaleza de este conflicto, podrán igualmente ser decretadas de oficio.
En lo patrimonial está a la orden del día los señalamientos sobre el ocultamiento de bienes
de propiedad o en posesión de los grupos armados que están en vía de desmovilización,
luego respecto de otros grupos que se acojan a la negociación, incluso que sean sometidos
por la fuerza del Estado. Aquí también las normas que van regir el juzgamiento bajo los
parámetros de justicia transicional, deben contener un marco normativo, que, inherente a la
cautela patrimonial, impida la evasión del patrimonio ilegalmente adquirido, la obligación
de declarar en verdad el poseído, pero a su vez eficaces normas que permitan rápidamente
obtener la declaratoria de simulación de aquellos bienes puestos en cabeza de testaferros,
con los cuales directamente o bajo la conversión en dinero circulante, permita una, al menos,
decente reparación económica tanto a las víctimas individualmente, como al erario público,
afectado por décadas por el conflicto armado. La prohibición de enajenar, la sanción punitiva
y patrimonial a aquellos, que, no obstante habérseles dado un plazo prudencial para denunciar
el testaferrato del cual hacen parte, no lo han denunciado ante la autoridad establecido con
ese fin. Una vez la incautación de bienes un procedimiento rápido que lleve al remate de los
mismos, disponiendo así del capital necesario para la reparación. Justicia transicional de la
mano con justicia reparativa y/o restaurativa.
Si bien lo que debe primar es lo consensuado, no lo impositivo, no se puede perder de vista
que el orden legal establecido representado en el Estado, debe disponer de las herramientas
necesarias para que los acuerdos de paz, la filosofía de lo que es una justicia transicional,
no se convierta en otra ocasión para burlar los derechos de las víctimas, máxime cuando en
ciertos segmentos de la sociedad, la vergüenza, la ética y la decencia brillan por su ausencia.
CAPÍTULO XXXI
1. INTRODUCCIÓN
1 La Fuerza Pública la compone la Policía Nacional y las Fuerzas Militares de conformidad con el artículo
216 de la Constitución Política de Colombia, “La fuerza pública estará integrada en forma exclusiva por las
Fuerzas Militares y la Policía Nacional”. Seguidamente, el artículo 217 constitucional dispone que la Nación
tendrá para su defensa unas Fuerzas Militares permanentes constituidas por el Ejército, la Armada y la Fuerza
Aérea.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
612 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
En este sentido, nos preguntamos ¿cuál es el alcance del tratamiento que brinda la
Jurisdicción Especial de Paz2 en Colombia para la Fuerza Pública a la luz de los estándares
del Sistema Interamericano de Derechos Humanos?
La preocupación, emana sobre el alcance de dicha situación jurídica para los Agentes del
Estado, tomando como referencia las sanciones internacionales de la Corte Interamericana
de Derechos Humanos sobre Estados de Latinoamérica, aplicando la forma más notoria del
control de convencionalidad ejercido por la Corte sobre normas incompatibles a la luz de la
Convención, y es la dispuesta en la línea decisional que contiene la regla de proscripción de
la impunidad en los casos de amnistías, indultos y leyes de perdón. Esa línea está constituida
por una secuencia fácilmente reconstruible desde las sentencias de fondo proferidas en:
Barrios Altos vs Perú (2001); Caso Almonacid Arellano y otros vs Chile (2006); Caso Gomes
Lund Y Otros (“Guerrilha Do Araguaia”) Vs. Brasil (2010), y en el Caso Gelman vs Uruguay
(2011), Masacre del el Mozote y Lugares Aledaños vs El Salvador (2012), Tarazona Arrieta
vs Perú (2014).
2 Una de las ideas para entender el proceso de Paz del Gobierno Colombiano con las FARC, se sumerge a un
proceso con justicia; es decir, el Gobierno Nacional y las FARC acordaron en los principios sobre víctimas que no
iban a intercambiar impunidades. Así, se creó un Sistema Integral que prohíbe la concesión de amnistías para crímenes
internacionales y graves violaciones a los derechos humanos, y crea un Tribunal Especial para la Paz para investigar,
juzgar y sancionar, y asegurar la rendición de cuentas por los crímenes más graves y representativos. Para acceder y
mantener cualquier tratamiento penal especial de justicia será necesario contribuir a la verdad, la reparación de las
víctimas y la no repetición.
3 La creación de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) se plasmó en el acuerdo del 09 de noviembre de
2016 del acuerdo final del 24 de noviembre (Gobierno Nacional, 2016); las partes acuerdan sobre Ley de Amnistías,
Indultos y Tratamientos Penales Especiales: Que el Gobierno Nacional presentará ante el Congreso de la República
la propuesta de proyecto de Ley de Amnistías, Indultos y Tratamientos penales especiales, cuyos contenidos se
adjuntan a este Acuerdo.
4 El acuerdo Final de Paz del 24 de noviembre de 2016 define a la Jurisdicción Especial para la Paz como
“una jurisdicción especial que ejerce funciones judiciales de manera autónoma y preferente sobre los asuntos de su
competencia, en especial respecto a conductas consideradas graves infracciones al Derecho Internacional Humanitario
o graves violaciones de los Derechos Humanos.”
QUINTERO GÓMEZ, Hugo Ramón / ARTUNDUAGA CÉSPEDES, Jose Ricardo
Jurisdicción Especial de Paz para la Fuerza Pública a la luz del Sistema Interamericano de Derechos Humanos - caso Colombia 613
“No es un tipo de justicia blanda. Intenta proporcionar las medidas de justicia relevantes
en las condiciones políticas de cada momento. Si sólo pretende esquivar la aprobación de
medidas de justicia coherentes, no será más que una impunidad más sutil”.5
Además, el relator de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre verdad,
justicia, reparación y garantías de no repetición, Pablo de Greiff, instó a los gobernantes del
mundo, a no ver la Justicia Transicional como una forma especial de Justicia, a que se resistan
de pensar que la Justicia Transicional es una forma “blanda” de justicia. Complementó,
al definirla como una estrategia para lograr que la justicia corrija violaciones masivas de
derechos humanos en tiempos de transición; no es un nombre para un tipo de justicia distinta.6
Desde su finalidad, podemos decir que la justicia de transición “abarca toda la variedad de
procesos y mecanismos asociados con los intentos de una sociedad por resolver los problemas
derivados de un pasado de abusos a gran escala, a fin de que los responsables rindan cuentas
de sus actos, servir a la justicia y lograr la reconciliación”7. Se entiende entonces que, los
mecanismos de la justicia transicional abordan la herencia de violaciones a los derechos
humanos y al derecho internacional humanitario durante la transición de una sociedad que se
recupera de un conflicto o un régimen autoritario.
En estos términos, la justicia transicional se proyecta más allá de ser una determinada
forma de justicia, para ser considerada como un cuerpo o conjunto de mecanismos empleados
en “condiciones extraordinarias” que, como el nombre lo indica, implican una transición
hacia la democracia y la paz. Así mismo, Davis (2009) resalta que en los procesos de justicia
transicional los mecanismos que le dan forma y cuerpo se sitúan alrededor de la figura de
las víctimas, asegurando que estas sean reconocidas y empleando todos los instrumentos
judiciales y no judiciales para una reparación integral que les devuelva su dignidad8.
10 Naciones Unidas. (2005). Conjunto de principios actualizado para la protección y promoción de los derechos
humanos mediante la lucha contra la impunidad. En Comisión Colombiana de Juristas, Principios internacionales
sobre impunidad y reparaciones (Gustado Gallón Giraldo y Michael Reed Hurtado ed., págs. 33- 53). Bogotá D.C.
QUINTERO GÓMEZ, Hugo Ramón / ARTUNDUAGA CÉSPEDES, Jose Ricardo
Jurisdicción Especial de Paz para la Fuerza Pública a la luz del Sistema Interamericano de Derechos Humanos - caso Colombia 615
La forma más notoria del control de convencionalidad ejercido por la Corte Interamericana
sobre normas, es la dispuesta en la línea decisional que contiene la regla de proscripción de la
impunidad en los casos de amnistías, indultos y leyes de perdón.
En el caso Barrios Altos vs Perú (2001)12, el Congreso peruano promulgó una ley de
amnistía, la cual exoneraba de responsabilidad a los militares, policías, y también a civiles,
que hubieran cometido, entre 1980 y 1995, violaciones a los derechos humanos o participado
en esas violaciones. No se realizaron mayores investigaciones ni se sancionaron a los
responsables.
forzadas, todas ellas prohibidas por contravenir derechos inderogables reconocidos por el
Derecho Internacional de los Derechos Humanos”. (2001, pág. 15).
“…que las leyes de amnistía adoptadas por el Perú impidieron que los familiares
de las víctimas y las víctimas sobrevivientes en el presente caso fueran oídas por un
juez, conforme a lo señalado en el artículo 8.1 de la Convención; violaron el derecho
a la protección judicial consagrado en el artículo 25 de la Convención; impidieron la
investigación, persecución, captura, enjuiciamiento y sanción de los responsables de
los hechos ocurridos en Barrios Altos, incumpliendo el artículo 1.1 de la Convención, y
obstruyeron el esclarecimiento de los hechos del caso. Finalmente, la adopción de las leyes
de autoamnistía incompatibles con la Convención incumplió la obligación de adecuar el
derecho interno consagrada en el artículo 2 de la misma”. (2001, pág. 15).
La Corte estimó necesario enfatizar que, a la luz de las obligaciones generales consagradas
en los artículos 1.1 y 2 de la Convención Americana, los Estados Partes tienen el deber de
tomar las providencias de toda índole para que nadie sea sustraído de la protección judicial
y del ejercicio del derecho a un recurso sencillo y eficaz, en los términos de los artículos 8 y
25 de la Convención. Es por ello que los Estados Partes en la Convención que adopten leyes
que tengan este efecto, como lo son las leyes de autoamnistía, incurren en una violación de
los artículos 8 y 25 en concordancia con los artículos 1.1 y 2 de la Convención.
En la misma línea, Caso Almonacid Arellano y otros vs Chile (2006)13, en 1978 se adoptó
el Decreto Ley No. 2.191, mediante el cual se concedía amnistía a todas las personas que
hayan incurrido en hechos delictuosos entre 1973 y 1978. Debido a esta norma no se investigó
adecuadamente la muerte del señor Arellano ni se sancionó a los autores del hecho.
13 Caso Almonacid Arellano y otros vs Chile (Corte Interamericana de Derechos Humanos 26 de 09 de 2006).
QUINTERO GÓMEZ, Hugo Ramón / ARTUNDUAGA CÉSPEDES, Jose Ricardo
Jurisdicción Especial de Paz para la Fuerza Pública a la luz del Sistema Interamericano de Derechos Humanos - caso Colombia 617
La corte IDH declaró que el Estado de Chile incumplió sus obligaciones derivadas de los
artículos 1.1 y 2 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, y violó los derechos
consagrados en los artículos 8.1 y 25 de dicho tratado, en perjuicio de la señora Elvira del
Rosario Gómez Olivares y de los señores Alfredo, Alexis y José Luis Almonacid Gómez,
al pretender amnistiar a los responsables de delitos de lesa humanidad, el Decreto Ley No.
2.191 es incompatible con la Convención Americana y, por tanto, carece de efectos jurídicos,
a la luz de dicho tratado.
De otra parte, en el Caso Gomes Lund Y Otros (“Guerrilha Do Araguaia”) Vs. Brasil
(2010)14, cuando en 1979 el Estado dictó una ley de amnistía. En virtud de dicha ley, hasta
la fecha el Estado no ha investigado, procesado o sancionado penalmente a los responsables
de las violaciones de derechos humanos cometidas durante el régimen militar.
Por lo tanto, la Corte nuevamente reiteró que Las amnistías o figuras análogas han sido
uno de los obstáculos alegados por algunos Estados para investigar y, en su caso, sancionar
a los responsables de violaciones graves a los derechos humanos.
“Esta obligación implica el deber de los Estados Parte de organizar todo el aparato
gubernamental y, en general, todas las estructuras a través de las cuales se manifiesta el
ejercicio del poder público, de manera tal que sean capaces de asegurar jurídicamente el
libre y pleno ejercicio de los derechos humanos. Como consecuencia de esta obligación,
los Estados deben prevenir, investigar y sancionar toda violación de los derechos
reconocidos por la Convención y procurar, además, el restablecimiento, si es posible, del
derecho conculcado y, en su caso, la reparación de los daños producidos por la violación de
derechos humanos. Si el aparato del Estado actúa de modo que tal violación quede impune
y no se restablece, en cuanto sea posible, a la víctima en la plenitud de sus derechos, puede
afirmarse que ha incumplido el deber de garantizar su libre y pleno ejercicio a las personas
sujetas a su jurisdicción”. (2010, pág. 53).
14 Caso Gomes Lund Y Otros (“Guerrilha Do Araguaia”) Vs. Brasil (Corte Interamericana de Derechos Humanos
24 de 11 de 2010).
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
618 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
En ese sentido, las leyes de amnistía, en casos de graves violaciones a los derechos
humanos, son manifiestamente incompatibles con la letra y el espíritu del Pacto de San
José, pues infringen lo dispuesto por sus artículos 1.1.y 2, es decir, en cuanto impiden
la investigación y sanción de los responsables de las violaciones graves de los derechos
humanos y, consecuentemente, el acceso de las víctimas y sus familiares a la verdad de lo
ocurrido y a las reparaciones correspondientes, obstaculizando así el pleno, oportuno y
efectivo imperio de la justicia en los casos pertinentes, favoreciendo, en cambio, la impunidad
y la arbitrariedad, afectando, además, seriamente el estado de derecho, motivos por los que
se ha declarado que, a la luz del Derecho Internacional ellas carecen de efectos jurídicos.
En especial, las leyes de amnistías afectan el deber internacional del Estado de investigar
y sancionar las graves violaciones de derechos humanos al impedir que los familiares de las
víctimas sean oídos por un juez, conforme a lo señalado en el artículo 8.1 de la Convención
Americana y violan el derecho a la protección judicial consagrado en el artículo 25 del mismo
instrumento precisamente por la falta de investigación, persecución, captura, enjuiciamiento
y sanción de los responsables de los hechos, incumpliendo asimismo el artículo 1.1 de la
Convención.
En ese mismo sentido, las investigaciones internas han sido abiertas bajo la figura del
homicidio, excluyendo otros delitos como la tortura, desaparición forzada y sustracción de
identidad, con la que se hace posible que la causa sea declarada prescrita por los tribunales
nacionales. El Tribunal reiteró que, por tratarse de un caso de graves violaciones de derechos
humanos, en particular desapariciones forzadas, es ésta la tipificación que debe primar en
las investigaciones que corresponda abrir o continuar a nivel interno. Además, por tratarse
de un delito de ejecución permanente, es decir, cuya consumación se prolonga en el tiempo,
al entrar en vigor la tipificación del delito de desaparición forzada de personas, la nueva ley
resulta aplicable, sin que ello represente su aplicación retroactiva.
La Corte (2011) concluyó, entonces, que el Estado Uruguayo violó los derechos a las
garantías judiciales y a la protección judicial, previstos en los artículos 8.1 y 25.1 de la
Convención Americana, en relación con los artículos 1.1 y 2 de la misma y los artículos I.b y
IV de la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas, por la falta de
una investigación efectiva de la desaparición forzada de María Claudia García Iruretagoyena
y la sustracción, supresión y sustitución de identidad y entrega a terceros de María Macarena
Gelman, en perjuicio de Juan y María Macarena Gelman. Además, debido a la interpretación
y a la aplicación que se le ha dado a la Ley de Caducidad, la cual carece de efectos jurídicos
respecto de graves violaciones de derechos humanos, el Estado ha incumplido su obligación
de adecuar su derecho interno a la Convención, contenida en el artículo 2 de la misma, en
relación con los artículos 8.1, 25 y 1.1 del mismo tratado y los artículos I.b, III, IV y V de la
Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
620 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
“Esto debido a que las amnistías o figuras análogas han sido uno de los obstáculos
invocados por algunos Estados para no cumplir con su obligación de investigar, juzgar
y, en su caso, sancionar a los responsables de graves violaciones a los derechos humanos”.
(2012, pág. 112).
Por esta razón, la Corte, determinó que la ley de Amnistía General para la Consolidación
de la Paz ha tenido como consecuencia la instauración y perpetuación de una situación
de impunidad debido a la falta de investigación, persecución, captura, enjuiciamiento y
sanción de los responsables de los hechos, incumpliendo asimismo los artículos 1.1 y 2 de
la Convención Americana, referida esta última norma a la obligación de adecuar su derecho
interno a lo previsto en ella. Así lo dijo la Corte:
16 Caso Masacre del el Mozote y Lugares Aledaños vs El Salvador (Corte Interamericana de Derechos Humanos
25 de 10 de 2012).
QUINTERO GÓMEZ, Hugo Ramón / ARTUNDUAGA CÉSPEDES, Jose Ricardo
Jurisdicción Especial de Paz para la Fuerza Pública a la luz del Sistema Interamericano de Derechos Humanos - caso Colombia 621
“La Corte constata que el procedimiento en el presente caso fue reabierto por el tribunal
interno competente luego de que la Corte Interamericana estableciera que las Leyes de
Amnistía N°. 26.479 y 26.492 eran incompatibles con la Convención Americana, y que
las mismas carecían de efectos. Con respecto a lo anterior, el referido Juzgado Penal de
Lima indicó que “por aplicación extensiva corresponde aplicar lo resuelto por la Corte
Interamericana al presente caso, en mérito a que la tramitación del proceso […] se resolvió
en aplicación de las Leyes [N° 26.479 y Nº 26.492]; consecuentemente se orden[ó] el
desarchivamiento proceso seguido contra [Antonio] Mauricio Evangelista Pinedo”. Al
respecto, el Estado indicó, de manera general, que “a partir de la [s]entencia del [c]aso
Barrios Altos, [se habían] adoptado medidas conducentes a que las leyes de amnistía no
[tuvieran] efecto jurídico interno alguno” (pág. 29).
Vale la pena decir que en el sistema interno del Estado Peruano impuso la siguiente
condena:
“El 23 de julio de 2008 la Sala Penal Nacional emitió sentencia condenando a Antonio
Mauricio Evangelista Pinedo como autor de los delitos de homicidio simple en agravio
de Zulema Tarazona Arrieta y Norma Teresa Pérez Chávez, y del delito de lesiones graves
en agravio de Luís Alberto Bejarano Laura, estableciendo que el mismo había “actuado
con dolo eventual” considerando además que “los actos de la investigación practicados
no revela[ron] una decisión de asesinar a los pasajeros”. Como “factores atenuantes” el
tribunal interno tomó en cuenta que el imputado al momento de los hechos tenía dieciocho
años de edad y que admitió los hechos contenidos en la acusación fiscal, declarándose
responsable del delito que se le imputaba y responsable de la reparación civil para obtener
la atenuación punitiva, se le condenó a 6 años de pena privativa de libertad, con descuento
de su privación de libertad de 13 de septiembre de 1994 hasta el 29 de agosto de 1995,
ordenado por el Juzgado Militar, y desde el 19 de junio de 2008”. (pág. 19).
Como veíamos, es importante realizar esta apreciación, toda vez que ni siquiera la ley de
Amnistía N° 26.479 tuvo efectos para delitos como “homicidio simple” y lesiones graves”,
cuando a la luz de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el resumen de sentencias
17 Caso Tarazona Arrieta y otros vs Perú (Corte Interamericana de Derechos Humanos 15 de 10 de 2014).
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
622 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
3.2. Alcance del tratamiento que brinda la Jurisdicción Especial de Paz en Colombia
a la Fuerza Pública a la luz de los estándares del Sistema Interamericano de Derechos
Humanos
Dado dado el inminente riesgo de afectación de los principios del Acuerdo Final por
el otorgamiento de tratos asimétricos a los miembros de la Fuerza Pública respecto del
tratamiento otorgado a las FARC-EP; los Agentes del Estado no deberían recibir los mismos
beneficios que podrían eventualmente ser concedidos a miembros de las FARC. Deben estar
sujetos a normas más estrictas, tanto porque el Estado se define a sí mismo como un Estado
democrático, social de Derecho, se rige bajo unos principios como los que establece la
Constitución Política de Colombia, sus fines esenciales y sus obligaciones internacionales.
Aunque, con el acuerdo de paz, los tratamientos penales especiales diferenciados para
agentes del Estado se definen en la Sala de Situaciones Jurídicas de la Jurisdicción Especial
encargada de definir la situación jurídica de todos quienes hayan accedido a la Jurisdicción
Especial para la Paz.
De acuerdo con la ley 1820 del 30 de diciembre de 2016 que regula las disposiciones sobre
amnistía, indulto y tratamientos penales especializados; la Sala de Definición de Situaciones
Jurídicas de la Jurisdicción Especial para la Paz, en aplicación del principio de favorabilidad
regulado en dicha ley, aplicará cualquiera de los mecanismos de resolución definitiva de la
situación jurídica a los agentes del Estado, entre ellos la renuncia a la persecución penal, a
quienes hayan sido condenados, procesados o señalados de cometer conductas punibles por
causa, con ocasión o en relación directa o indirecta con el conflicto armado.
b. Delitos que no fueron cometidos por causa, con ocasión o en relación directa o
indirecta con el conflicto armado.
Ahora bien, con el Decreto ley 706 de 2017 se fortalecen más esos beneficios para los
Agentes de Estado, se extiende de tal manera como la revocatoria o sustitución de las medidas
de aseguramiento. Precisamente, estas medidas son exclusivamente aplicables respecto de
quienes se haya proferido una orden de captura que no ha sido ejecutoriada.
“…que las amnistías o figuras análogas han sido uno de los obstáculos invocados por
algunos Estados para no cumplir con su obligación de investigar, juzgar y, en su caso,
sancionar a los responsables de graves violaciones a los derechos humanos”. (2012, pág.
112).
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
624 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
a. Una multa con arreglo a los criterios enunciados en las Reglas de Procedimiento y
Prueba.
b. El decomiso del producto, los bienes y los haberes procedentes directa o indirectamente
de dicho crimen, sin perjuicio de los derechos de terceros de buena fe.
3. Cuando el recluso haya cumplido las dos terceras partes de la pena o 25 años de
prisión en caso de cadena perpetua, la Corte examinará la pena para determinar si
ésta puede reducirse. El examen no se llevará a cabo antes de cumplidos esos plazos.
El panorama más completo que se puede generar mediante las medidas de justicia
transicional también proporcionaría una base para la depuración de militares como parte de
la reforma del sector de seguridad, un paso esencial para evitar la repetición de los abusos.
19 International Crisis Group. (2013). Justicia transicional y los diálogos de paz en Colombia.
International Crisis Group, 62.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
626 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Por esta razón, es trascendental, identificar conductas delictivas y redes, requiere dar a los
investigadores acceso a las fuentes, incluyendo a los materiales confidenciales. Hacer visible
las conexiones entre los agentes del Estado y los actores armados ilegales, establecer la
existencia de políticas de Estado criminales y adjudicar responsabilidad penal a funcionarios
específicos, necesita no solo juicios sino también la coordinación entre los mecanismos de
búsqueda de la verdad y las investigaciones penales adecuadas y pertinentes para resolver
los casos.
En efecto, se logra evidenciar que los Jueces Colombianos han tenido moderación al
momento de aplicar las disposiciones que otorga el tratamiento para los miembros de la
Fuerza Pública en la JEP. En este sentido, es de mucho cuidado y su deber conlleva acatar los
lineamientos parámetros, estándares, disposiciones de tratados internacionales en el SIDH
y sus estándares en la jurisprudencia sobre amnistía, indulto y normas análogas, en aras
de prevenir una eventual y futura responsabilidad internacional del Estado Colombiano por
algún caso que se pueda llevar a instancia de la CIDH, y se demuestre incompatibilidad del
ordenamiento interno con el Supranacional.
4. CONCLUSIONES
20 El Espectador. (13 de 11 de 2017). Trasladan nuevamente al coronel (r) Hernán Mejía al Cantón Sur. Redacción
Judicial.
QUINTERO GÓMEZ, Hugo Ramón / ARTUNDUAGA CÉSPEDES, Jose Ricardo
Jurisdicción Especial de Paz para la Fuerza Pública a la luz del Sistema Interamericano de Derechos Humanos - caso Colombia 627
b) El hecho de que las violaciones hayan sido cometidas por un subordinado no eximirá
a sus superiores de responsabilidad, en particular penal, si éstos sabían o tenían
motivos para saber, en unas circunstancias determinadas, que dicho subordinado
estaba cometiendo, o iba a cometer dicho delito y si no tomaron todas las medidas
necesarias para impedir o castigar el delito.
Por otro lado, la Fiscal de la Corte Penal Internacional, reconoce como un aspecto
importante del marco jurídico que regula la JEP, la exclusión de crímenes del Estatuto Roma,
como los crímenes de lesa humanidad y el genocidio, de las amnistías, indultos, y del beneficio
especial de renuncia a la persecución penal, conforme está prevista en la Ley de Amnistía.
Pero, para la Corte el inconveniente que se presenta es con relación a la sistematicidad de la
21 Bensouda, F. (2017). Informe sobre las actividades de examen preliminar 2017. Corte Penal Internacional.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
628 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
conducta que trata el artículo 16 transitorio, incluso del artículo 3° del acto legislativo 01 de
2017. En este sentido, dice el informe:
“Sin embargo, en relación con los crímenes de guerra el requisito legal de que la
conducta haya sido cometida de forma sistemática podría llevar a que se dicten amnistías
u otras medidas similares en favor de individuos responsables por crímenes de guerra que,
si bien no fueron cometidos en forma sistemática, podrían no obstante estar abarcados por
la jurisdicción de la CPI. Un resultado así podría tornar admisible ante la CPI cualquier
caso o casos que quedara(n) sin abordar – producto de la inacción nacional o la falta de
disposición o de capacidad del Estado en cuestión de llevar realmente a cabo los procesos –
y podría también violar normas de derecho internacional consuetudinario”. (pág. 8).
Por último, la Jurisdicción Especial para la Paz, deberá garantizar un sistema integral, la
cual no se puede lograr sin verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición.
La cuales deben cumplir con las mismas garantías de un proceso normal. Tal vez se
modifiquen las penas que se les van a aplicar a los responsables, pero deben tener todas las
garantías ordinarias que tiene una persona, debido proceso, juez natural, etc. La garantía
efectiva para las víctimas está en la sanción de quienes delinquieron y en la esperanza de que
no se vuelvan a repetir los hechos, de que haya paz.
22 Ámbito Jurídico. Sin sanción no habrá paz, tiene que haber justicia: Manuel Ventura Robles. En diálogo
con ÁMBITO JURÍDICO explicó su perspectiva sobre el proceso de paz en Colombia y enfatizó la importancia
de respetar los derechos de las víctimas en el marco de la justicia transicional. Así mismo, explicó que la
jurisprudencia interamericana ha proscrito las leyes de amnistías generales e indultos, con fundamento en los
instrumentos internacionales de protección, particularmente la Convención Americana de Derechos Humanos
o Pacto de San José de Costa Rica, considerando que los responsables de los crímenes deben ser sancionados.
https://www.ambitojuridico.com/noticias/general/constitucional-y-derechos-humanos/sin-sancion-no-habra-paz-
tiene-que-haber#.
CAPÍTULO XXXII
* Capítulo de libro que expone resultados de investigación del proyecto titulado “Desafíos contemporáneos
para la protección de Derechos Humanos en escenarios de posconflicto desde enfoques interdisciplinarios”,
que forma parte de la línea de investigación Fundamentación e implementación de los Derechos Humanos, del
grupo de investigación Persona, Instituciones y Exigencias de Justicia, reconocido y categorizado como Tipo
A1 por COLCIENCIAS y registrado con el código COL0120899, vinculado al Centro de Investigaciones Socio
jurídicas (CISJUC), adscrito a la Facultad de Derecho de la Universidad Católica de Colombia y financiado por el
Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación COLCIENCIAS, con una joven investigadora
seleccionado por la Convocatoria N° 775 Nacional de Jóvenes investigadores e innovadores por la paz 2017.
** Abogado y especialista en Derecho Público de la Universidad Autónoma de Colombia, especialista y
Magister en Docencia e Investigación con énfasis en las ciencias jurídicas de la Universidad Sergio Arboleda
y Magister en Derecho de la misma casa de estudios, estudiante de Doctorado en Derecho en la línea de
investigación de Derecho Constitucional de la Universidad de Buenos Aires- Argentina. Docente Investigador
y Líder del grupo de investigación Persona, Instituciones y Exigencias de Justicia de la Universidad Católica
de Colombia. Contacto: jacubides@ucatolica.edu.co.
*** Abogada de la Universidad Católica de Colombia. Magíster en Derechos Humanos, Democracia y
Justicia Internacional por la Universitat de Valencia. Doctorado (en curso) en Derechos Humanos, Democracia
y Justicia Internacional por la misma casa de estudios. Joven Investigadora financiada por COLCIENCIAS
por la Convocatoria N° 775 Nacional de Jóvenes investigadores e innovadores por la paz 2017, asociada a la
Universidad Católica de Colombia. Integrante del Grupo de Investigación “Personas, Instituciones y Exigencias
de Justicia” reconocido en A1 por Colciencias con código COL0120899 del Centro de Investigaciones Socio-
Jurídicas dela Universidad Católica de Colombia (CISJUC).
1 Por la cual se dictan medidas de atención, asistencia y reparación integral a las víctimas del conflicto
armado interno y se dictan otras disposiciones.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
630 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
víctimas de las violaciones de derechos dentro del conflicto armado interno2. Y, por ende,
pretende enfrentar y aliviar el conjunto de violaciones masivas e individuales de los derechos
de las victimas3 que trasciende con la firma del Acuerdo Final en el año 2012.
En épocas de posacuerdo, lo que se quiere es diferenciar una situación en el que las víctimas
del conflicto armado sean beneficiarios de las indemnizaciones (por vía administrativa o
judicial), que dan paso a la reparación integral4 del daño ocasionado. La metodología que
se plantea es la científica exploratoria-descriptiva, demostrando la preocupación primordial
en describir las características más importantes, llevando a cabo una visión general de tipo
aproximativo respecto de la problemática planteada.
2. INTRODUCCIÓN
El acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable
y duradera con la decisión mutua de poner fin al conflicto armado nacional, no solo contó
con la intervención del gobierno colombiano, sino que se unió un gran grupo colectivo que
ayudaría a acabar de igual modo con la violencia y el enfrentamiento armado, que permitiría
dar el gran paso hacia el diálogo y el consenso al pacto o acuerdo que pusieron fin a este5.
“Los derechos de las víctimas del conflicto armado colombiano son fundamentales y
tienen protección constitucional. Es por ello que el Estado tiene como deber garantizar
su protección y ejercicio, estableciendo medidas que les permitan a los afectados conocer
la verdad de lo ocurrido, acceder de manera efectiva a la administración de justicia, ser
reparados de manera integral y garantizar que los hechos victimizantes no se vuelvan a
repetir” (Sentencia T-083, 2017).
Dentro de los procesos de Justicia Transicional debe existir, a nivel operativo, un censo
de las víctimas que deben ser escuchadas y que deben tomar parte en el proceso, a la vez
que se crean comisiones encargadas de velar para que salga a la luz la verdad de lo ocurrido
(Román, 2011)7. De igual forma, la reparación de las víctimas no debe ser vista solo desde
el punto económico, sino que además debe incluir el apoyo global necesario, es decir, apoyo
médico y psicológico con el fin de ayudarles en la superación de sus aflicciones (Contreras
& Andreu, 2015, p. 170).
Por lo tanto, la justicia transicional se conoce como el mecanismo que tienen los Estados
con conflictos armados internos que posibilita la reparación de las víctimas a las violaciones
masivas de los derechos humanos ocasionadas por grupos al margen de la ley (García, 2015,
p. 9). Es entonces, donde se deja ver que la actual justicia transicional presenta dificultades
frente a la capacidad de brindar garantías normativas a las víctimas del actual Proceso de
Paz, puesto que los solos avances legislativos en la materia no bastan a la hora de hablar de
una reparación integral, si los victimarios persisten en no reconocer la comisión de tan grave
acción. (García, 2015, p. 9).
Frente al derecho a la reparación integral8, estipula la ley, que debe consistir en una
reparación para las víctimas de manera adecuada, diferenciada, transformadora y efectiva por
el daño que han sufrido como consecuencias de las violaciones (Art. 25, Ley 1448 de 2012).
Una vez más el Estado queda corto en la forma e implementación de sus mecanismos porque,
no subsana de manera adecuada la sistematización de sus acciones. Para entender un poco
más el tema, seguidamente se hará un recorrido histórico puntual acerca de la Reparación
integral y luego, se analizarán los componentes de esta figura para establecer cuáles son sus
pros y sus contras. Más adelante se planteará el sentido formal de la Corte Interamericana
de Derechos Humanos (en adelante Corte IDH). Se introducirán unas excepciones dentro
del marco de la justicia transicional en Colombia, componente básico y modular para la
existencia de la Reparación Integral y se darán unas conclusiones.
8 La Constitución Política de 1991 no consagró de forma expresa un derecho de las víctimas de conductas
punibles a obtener reparación por el daño sufrido. Con todo, el artículo 94 de la misma previó el carácter no
taxativo ni excluyente de los derechos fundamentales expresamente reconocidos por el texto superior o el bloque de
constitucionalidad, al disponer que “La enunciación de los derechos y garantías contenidos en la Constitución y en los
convenios internacionales vigentes, no debe entenderse como negación de otros que, siendo inherentes a la persona
humana, no figuren expresamente en ellos” (Corte Constitutional, Sentencia C-163 de 2000).
CUBIDES CÁRDENAS, Jaime / SIERRA ZAMORA, Paola Alexandra
Reparación integral de las victimas en la justicia transicional: 633
Historia, debate y actualidad dentro del Acuerdo de Paz firmado por el Gobierno de Colombia y las FARC-EP
“Es la reparación integral más grande que se ha se planteado en el país, una reparación,
con la encomienda del presidente de no convertirse en una medida asistencialista si no algo
que perdure y otorgue herramientas a ciudadanos renovados”.
Teniendo como punto de partida estas finalidades, se incluyó en el texto del Acuerdo Final
todo un “andamiaje” institucional que permita hacer realidad los derechos a las víctimas9.
Y por lo mismo, el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición (en
adelante SIVJRNR), contemplado en el quinto punto del Acuerdo de Paz, está compuesto por
varias instituciones y mecanismos que buscan hacer efectivos los derechos de las víctimas
del conflicto10.
9 Acción CaPaz, Sistema integral de verdad, justicia, reparación y no repetición, Colombia, 2017, pp. 1-32.
10 Para Más Información, Véase: Acción Capaz, Un Nuevo Campo Colombiano: Reforma Rural Integral,
Colombia, 2017, p. 13.
11 Creado mediante el Decreto-Ley 588 del 5 de abril de 2017 que organiza y pone en marcha la CEV.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
634 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Por último, es de verdadera importancia la Jurisdicción Especial para la Paz (en adelante
JEP)12, que tiene como objetivo la contribución a la reparación de las víctimas, a la lucha
contra la impunidad y al logro de una paz estable y duradera.
Así, en el texto del Acuerdo Final se establecen siete (7) medidas de reparación integral
para la construcción de paz, que son:
d. Rehabilitación psicosocial.
12 La JEP es en esencia la cara judicial del Acuerdo de Paz, el mecanismo de justicia transicional al que podrán
acudir miembros de las Farc que estén comprometidos en crímenes, pero también civiles y personal de las fuerzas
armadas que voluntariamente soliciten acogerse a la JEP por delitos cometidos en el marco del conflicto armado
colombiano. La finalidad de la JEP es investigar, esclarecer, perseguir, juzgar y sancionar las graves violaciones de
derechos humanos e infracciones al DIH presentadas durante el conflicto armado.
13 Dice la Corte Interamericana de Derechos Humanos: las medidas de satisfacción tienen repercusión pública
(Corte IDH. Caso Tiu Tojín Vs. Guatemala. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 26 de noviembre de 2008.
Serie C No. 190, párr. 67), y entre ellas se incluyen medidas como las siguientes: publicación de la sentencia de ese
tribunal en la que se determina que existieron violaciones a los derechos humanos (Corte IDH. Caso Rodríguez Vera y
otros (Desaparecidos del Palacio de Justicia) Vs. Colombia. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 14 de noviembre de 2014. Serie C No. 287, párrs. 572 y 573; Corte IDH. Caso Atala Riffo y niñas Vs.
Chile. Solicitud de Interpretación de la Sentencia de Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 21 de noviembre
de 2012. Serie C No. 254, párr. 259). Por su parte, las medidas de rehabilitación tienen como propósito garantizar
una atención adecuada a los padecimientos psicológicos y morales sufridos por las víctimas (Corte IDH. Caso de la
Masacre de Las Dos Erres Vs. Guatemala. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 24
de noviembre de 2009. Serie C No. 211, párr. 269) y finalmente, las garantías de no repetición tienen la finalidad de
prevenir que las infracciones a los derechos humanos vuelvan a ocurrir.
14 Por medio del cual se crea un título de disposiciones transitorias de la constitución para la terminación del
conflicto armado y la construcción de una paz estable y duradera y se dictan otras disposiciones.
15 Es importante aclarar que las medidas de reparación integral para las víctimas del conflicto armado, se
implementan en el país desde el año 2011, en el marco de la Ley 1448 de 2011 o Ley de Víctimas, las cuales comprenden
a su vez acciones, actividades y medidas de restitución, indemnización, rehabilitación, satisfacción y garantías de
no repetición, desde una perspectiva o dimensión individual y colectiva, pero también material, moral y simbólica.
CUBIDES CÁRDENAS, Jaime / SIERRA ZAMORA, Paola Alexandra
Reparación integral de las victimas en la justicia transicional: 635
Historia, debate y actualidad dentro del Acuerdo de Paz firmado por el Gobierno de Colombia y las FARC-EP
Restitucióm
16 Por el cual se crea el programa de reparación individual por vía administrativa para las víctimas de los grupos
armados organizados al margen de la ley.
17 Para profundizar, véase: VISBAL, Janiel David Melamed. Justicia transicional y alternatividad penal en
Colombia: un análisis comparativo de los modelos de justicia transicional aplicado a las AUC y aplicable a las
FARC-EP. 2017. Tesis Doctoral. UNED.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
636 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Por restitución se entiende el conjunto de medidas que, siempre y cuando sea posible,
tratan de restablecer la situación previa de la víctima, es decir, a través de esta medida se
busca restablecer el estado de las cosas a las circunstancias vividas por la víctima antes del
sufrimiento de su violación a los derechos humanos o al Derecho internacional humanitario18.
Indemnización
18 Ibidem.
19 Con relación a las compensaciones pecuniarias, la Corte IDH ha sostenido que ésta procede por dos conceptos:
el “daño material” y el “daño inmaterial”. Según dicho tribunal, el daño material abarca “la pérdida o detrimento
de los ingresos de las víctimas, los gastos efectuados con motivo de los hechos y las consecuencias de carácter
pecuniario que tengan un nexo causal con los hechos del caso”. Por su parte, el daño inmaterial “puede comprender
tanto los sufrimientos y las aflicciones causados a la víctima directa y a sus allegados, el menoscabo de valores muy
significativos para las personas, así como las alteraciones, de carácter no pecuniario, en las condiciones de existencia
de la víctima o su familia” (Corte Constitucional, Sentencia C – 344 de 2017).
CUBIDES CÁRDENAS, Jaime / SIERRA ZAMORA, Paola Alexandra
Reparación integral de las victimas en la justicia transicional: 637
Historia, debate y actualidad dentro del Acuerdo de Paz firmado por el Gobierno de Colombia y las FARC-EP
“(…) El daño material supone la pérdida o detrimento de los ingresos de la víctima, los
gastos efectuados con motivo de los hechos y las consecuencias de carácter pecuniario que
tengan un nexo causal con los hechos del caso sub judice”.
Rehabilitación
Por ello, la rehabilitación se refiere a aquellas medidas tales como atención médica y
psicológica, servicios legales y sociales qué ayuden a las víctimas a adaptarse a la sociedad,
a recuperarse tanto física como emocionalmente de los trastornos y secuelas que han dejado
los hechos traumáticos de los cuales han sido objeto. En este sentido, según Sandoval (2009,
p. 55) la Corte Interamericana de Derechos Humanos ampliamente se ha ocupado no solo de
la indemnización por daños materiales e inmateriales sino también de los beneficios de salud
y educación para las víctimas en una manera diferente a la de la indemnización20.
“(…) otorgar a las víctimas y a sus familiares atención médica y psicológica, que sea
brindada gratuitamente y de forma inmediata, a través de sus instituciones de salud, estatales
o privadas, especializadas en la atención de víctimas de hechos de violencia, tratamiento
médico y psicológico requerido por las víctimas, de manera que se les brinden tratamientos
colectivos, familiares e individuales, previo dolencias que presentan tales personas asegurando
que se proporcione el tratamiento más adecuado y efectivo”.
Satisfacción21
20 Ibidem, p, 12.
21 Ibidem.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
638 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
a) llevar a cabo una investigación seria y eficaz sobre la desaparición de la víctima, así
como identificar y procesar a todos los responsables, ya sean (…) autores materiales
o intelectuales (…).
b) el resultado del proceso deberá ser públicamente divulgado, para que la sociedad
guatemalteca conozca la verdad;
d) nombrar un “Salón de los Derechos del Niño: Marco Antonio Molina Theissen” con
el objeto de reivindicar la memoria de los “niños y niñas” que sufrieron la violencia
durante la época del conflicto armado y, en particular, se mantenga una exposición en
memoria de la víctima;
f) designar un día nacional de los niños desaparecidos víctimas del conflicto armado
interno en Guatemala;
g) crear becas de promoción de la infancia y, en particular, que se instituya una beca que
lleve el nombre de Marco Antonio Molina Theissen para facilitar el acceso a la carrera
de ingeniera a jóvenes sin recursos económicos;
l) otorgar los recursos materiales necesarios para que los miembros del Servicio de
Investigación Criminal de la Policía Nacional Civil puedan desempeñar su labor
investigativa; y
Garantías de no Repetición22
Es allí donde está uno de los nudos fundamentales de la situación actual de la política de
22 Ibidem, p. 12.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
640 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
reparación integral en Colombia, sin que sea claro, todavía, como se puede implementar un
programa de reparaciones que pueda mitigar realmente el impacto de los daños padecidos por
las víctimas del conflicto armado. (Villa & Insuasty, 2015, p. 426).
En este contexto, el tener que desarrollar los mecanismos de transición en medio de las
hostilidades que se viven casi que, a diario propias de un conflicto armado interno, da lugar,
con posterioridad a la firma del Acuerdo Final a la terminación de este tipo de circunstancias
propias de la violencia acaecida. Por lo tanto, su implementación debe transcurrir en medio
de una confrontación armada, con violaciones sistemáticas de derechos humanos frente a
actores armados que no han sido derrotados militarmente por las Fuerzas de Seguridad del
Estado.
Y es que hay que entender, y confrontar, que con la Firma del Acuerdo Final para la
terminación del conflicto armado no termina la guerra. Se necesitan tiempo para lograr una
adecuada implementación, tiempo para lograr una adecuada sistematización y tiempo para
lograr una adecuada armonización, eso sin contar con las adversidades que puedan ocurrir en
el tiempo y espacio que requiera.
Y no es por ser pesimistas, pero hay que tener en cuenta que ese tipo de adversidades
como excepción son de crucial importancia para lograr la tan anhelada paz estable y duradera
que Colombia tanto anhela y llama a gritos. Por lo mismo, el Estado colombiano es el que
tiene uno de los papeles más importantes en este punto del Acuerdo, y la sociedad en general
debe manejar y soportar (como siempre) todas las circunstancias que eso acarrea.
23 Consúltese: BANNOY, Cruz, et al. Las victimas militares en Colombia y su derecho a la reparación integral.
2017. Tesis de Licenciatura. Universidad Militar Nueva Granada.
CUBIDES CÁRDENAS, Jaime / SIERRA ZAMORA, Paola Alexandra
Reparación integral de las victimas en la justicia transicional: 641
Historia, debate y actualidad dentro del Acuerdo de Paz firmado por el Gobierno de Colombia y las FARC-EP
Este esfuerzo trata de equilibrar la paz y la justicia de tal forma que permita la concertación
de una salida negociada de la guerra sobre la base de un intercambio que por un lado, busca
obtener verdad y reparación a cambio del establecimiento de beneficios penales a través
de penas alternativas para aquellos combatientes que cumplan con las precondiciones de
desarmarse y desmovilizarse, cesen las hostilidades, colaboren efectivamente con la justicia
aportando de manera eficaz al esclarecimiento de la verdad mediante la figura procedimental
de versión libre y cumplan con el compromiso de reparación a las víctimas (Gómez, 2008,
p. 4).
Las víctimas también han tenido profundas dificultades para obtener una adecuada
reparación integral como consecuencia de las conductas criminales desarrolladas por las
AUC a lo largo del conflicto armado, pese a que las disposiciones de la ley se encuentran
ajustadas a parámetros internacionales y establecen la titularidad de la responsabilidad de
reparar a las víctimas, en primer lugar en cabeza de los penalmente responsables, seguido por
los civilmente responsables según la figura de la responsabilidad civil solidaria y finalmente
bajo la responsabilidad estatal subsidiaria156 (Huber, 2007, pp.303-332).
7. CONCLUSIONES
• En el escenario de la Reparación Integral que vive el país, se evidenciaron falencias
y debilidades institucionales respecto a la adecuada prestación de servicios de salud,
apoyo psicosocial a las víctimas, incumplimiento en las promesas respecto a la for-
mación educativa y al otorgamiento de soluciones de vivienda. Estas prestaciones de
servicios se encuentran plasmadas en la Ley 1148 de 2011 y hace parte integra de la
presente ponencia por la informalidad de la referida Ley.
• El proceso de Reparación Integral a las víctimas en Colombia está lejos de ser consi-
derado como satisfactorio. Aunque la Ley 1448 de 2011 fija lo estándares de retribu-
ción económica, en los procesos de Reparación Integral estos topes no se cumplen y
no se llevan a cabo afectando a unas y favoreciendo a otras.
24 Véase: MELAMED, V.; DAVID, Janiel. La justicia transicional: la llave hacia una salida negociada al conflicto
armado en Colombia. Revista de relaciones internacionales, estrategia y seguridad, 2017, vol. 12, no 1.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
642 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
• Por último, resulta repetitivo, pero de gran importancia dejar en claro que se espera
mucho con el actual proceso de paz y se progresa poco. La labor legislativa que se
adelanta hoy por hoy es de bastante importancia para todos los sectores que afronta el
país en cuanto a reconstrucción, rehabilitación y resarcimiento de la paz. Por lo tanto,
debe tenerse muy en cuenta los procedimientos legislativos de cada una de las leyes
que tienen que aprobarse para llevarse a cabo un verdadero proceso y procedimiento
de paz. Por lo tanto, la Reparación Integral en Colombia debe repensarse y ajustarse a
los verdaderos lineamientos constitucionales y presupuestales del país.
CAPÍTULO XXXIII
1. PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD
Para definir este principio creo que es necesario conocer el significado de la palabra en
su estado natural, para entender más claramente el concepto se debe aplicar en el mundo
del derecho, la Real Academia de la lengua española lo define como la “conformidad o
proporción de unas partes con el todo o de cosas relacionadas entre sí”1, es decir, que
existe una semejanza o igualdad de las partes que componen algo y que se relacionan en
conjunto y no de manera individual, en la ciencia de las matemáticas, las proporciones
nos permiten identificar las relaciones de las partes entre sí, que a su vez componen un
todo, además nos ayuda a identificar otras variables de la interacción de esas partes en
una mayor o menor medida, ejemplo de ello es cuando deseamos saber qué cantidades
de ingredientes necesitamos para la preparación de una receta para 5 personas, pero
únicamente conocemos la fórmula de la receta para 8 personas, otro ejemplo que nos
permite entender con más claridad la proporción de la relación existente entre los
elementos, seria cuando para mover un vehículo que pesa 2 toneladas empleamos las
fuerza de 4 personas, pero deseamos saber cuántas personas son necesarias para mover
un vehículo de 1 tonelada, resolver esta cuestión es muy fácil, se necesitarían 2 personas
puesto que es la mitad del peso a mover y siendo necesario emplear la mitad de la
fuerza, pero lo que más nos interesa de la proporcionalidad respecto de las ciencias
jurídicas es relación o interacción que existen entre esos los elementos, que conllevan
necesariamente una causa y un efecto, así como la causa en el ejemplo anterior, es la
fuerza aplicada por parte de las personas que empujan y el efecto sería el movimiento
en sí del vehículo, habiendo hecho esta aclaración definiremos que entiende el derecho
por proporcionalidad.
Para darle efectividad a los derechos fundamentales es necesario que sean por parte del
Estado respetados en su máxima expresión y limitados en una menor medida, situación que
tiene que ver con los fines y la noción del Estado de Derecho y el Estado Democrático, en
materia penal el principio de proporcionalidad va más allá de ser una técnica o criterio que se
encuentra inmerso en el actuar de la administración de justicia en el sentido de adecuación o
congruencia, es por ello que en algunas ocasiones el principio de proporcionalidad es llamado
también principio o método de ponderación3.
2 Bernal Cuellar, Jaime y Montealegre Lynett, Eduardo. El Proceso Penal, Tomo I, Fundamentos Constitucionales
y Teoría General, 2013, p. 387.
3 Ibidem, 2013, p. 388.
ESPÍNDOLA SOTO, John Freddy
Importancia de la aplicación del principio de proporcionalidad en el marco de la justicia transicional 645
Ferrajoli el prenombrado principio no nos manifiesta cuándo y cómo prohibir sino cuándo y
cómo castigar4, tampoco se estudiaba la necesidad o idoneidad de las sanciones penales, más
bien era evitar que el castigo fuese superior a la infracción penal.
Éste tiene que ver con la eficacia preventiva de las penas, es decir, que permite contribuir
a los fines preventivos de la misma norma, pues debe estudiarse si la sanción impuesta en
un caso concreto no solo prevendrá la continuidad delictual, sino también la reinserción
social del condenado para su convivencia en comunidad, si tales circunstancias se pueden
comprobar estaríamos hablando de una verdadera idoneidad frente a la sanción penal.
4 FERRAJOLI. Derecho y Razón. Teoría del garantismo penal. TraducciónAndrés Ibáñez, Editorial Trotta, Madrid, 1989 p. 353.
5 Principio de Proporcionalidad y Derechos Fundamentales en la Determinación Judicial de la Pena. Lara
Bonilla, p. 133, 2010.
6 Ibídem, p. 133-134.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
646 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Es la ponderación que debe realizarse entre los bienes jurídicos tutelados y las limitaciones
o restricciones de los derechos fundamentales de la persona a sancionar, puede entenderse
también como el balance que se hace entre el costo de la afectación de derechos fundamentales
y los beneficios de protección que impone la pena, un ejemplo de ello sería, que para proteger
un bien jurídico tutelado como la vida, sea necesario e idóneo restringir o limitar el derecho
a la libertad del procesado imponiéndole una pena privativa de la libertad en establecimiento
carcelario, pues si no se restringe la libertad el condenado, podría continuar con su actividad
delincuencial, no siendo beneficioso para prevenir y proteger la vida como bien jurídico
tutelado.
2. CONTROL DE CONVENCIONALIDAD
2.1. Origen
De otra parte señaló que la tarea del órgano jurisdiccional internacional es similar al de los
Tribunales Constitucionales de la región, pues ambos en función de sus propias competencias
observan las normas, principios y valores, ello significa que el Tribunal interno debe controlar
la constitucionalidad en procura de ajustar la actividad del poder publicó de agentes y órganos
dentro de la esencia misma del Estado de Derecho, y el Tribunal internacional controla la
7 Corte IDH Caso Myrna vs Guatemala, 25 noviembre de 2003, Voto Concurrente Sergio García Ramírez
párrafo 27: “Para los efectos de la Convención Americana y del ejercicio de la jurisdicción contenciosa de la Corte
Interamericana, el Estado viene a cuentas en forma integral, como un todo. En este orden, la responsabilidad es
global, atañe al Estado en su conjunto y no puede quedar sujeta a la división de atribuciones que señale el Derecho
interno. No es posible seccionar internacionalmente al Estado, obligar ante la Corte sólo a uno o algunos de sus
órganos, entregar a éstos la representación del Estado en el juicio --sin que esa representación repercuta sobre el
Estado en su conjunto-- y sustraer a otros de este régimen convencional de responsabilidad, dejando sus actuaciones
fuera del “control de convencionalidad” que trae consigo la jurisdicción de la Corte internacional.”
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
648 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Es así como en un comienzo el Juez García Ramírez impulsa en sus votos concurrentes
la necesidad de aplicar el control de convencionalidad, con en fin de que se de cumplimiento
a las decisiones y postulados que en ejercicio de sus funciones señala la Corte IDH, puesto
que los fallos dictados deben hacérseles extensivos a todos los órganos que componen el
Estado que fue llamado a responder, independientemente que un solo de dicha nación haya
sido quien vulneró el tratado, mas aún cuando el Estado miembro de la convención le asiste
la responsabilidad internacional de respetar y hacer cumplir el pacto.
8 Corte IDH Caso Tibí vs Ecuador, 07 septiembre de 2004, Voto Concurrente Sergio García Ramírez párrafo 3:
“En cierto sentido, la tarea de la Corte se asemeja a la que realizan los tribunales constitucionales. Estos examinan
los actos impugnados --disposiciones de alcance general-- a la luz de las normas, los principios y los valores de
las leyes fundamentales. La Corte Interamericana, por su parte, analiza los actos que llegan a su conocimiento en
relación con normas, principios y valores de los tratados en los que funda su competencia contenciosa. Dicho de otra
manera, si los tribunales constitucionales controlan la “constitucionalidad”, el tribunal internacional de derechos
humanos resuelve acerca de la “convencionalidad” de esos actos. A través del control de constitucionalidad, los
órganos internos procuran conformar la actividad del poder público --y, eventualmente, de otros agentes sociales--
al orden que entraña el Estado de Derecho en una sociedad democrática. El tribunal interamericano, por su parte,
pretende conformar esa actividad al orden internacional acogido en la convención fundadora de la jurisdicción
interamericana y aceptado por los Estados partes en ejercicio de su soberanía.”
9 Corte IDH Caso Almonacid Arellano y otros vs Chile, 07 septiembre de 2004, párrafo 124. “La Corte es
consciente que los jueces y tribunales internos están sujetos al imperio de la ley y, por ello, están obligados a aplicar
las disposiciones vigentes en el ordenamiento jurídico. Pero cuando un Estado ha ratificado un tratado internacional
como la Convención Americana, sus jueces, como parte del aparato del Estado, también están sometidos a ella, lo que
les obliga a velar porque los efectos de las disposiciones de la Convención no se vean mermadas por la aplicación
de leyes contrarias a su objeto y fin, y que desde un inicio carecen de efectos jurídicos. En otras palabras, el Poder
Judicial debe ejercer una especie de “control de convencionalidad” entre las normas jurídicas internas que aplican en
los casos concretos y la Convención Americana sobre Derechos Humanos. En esta tarea, el Poder Judicial debe tener
en cuenta no solamente el tratado, sino también la interpretación que del mismo ha hecho la Corte Interamericana,
intérprete última de la Convención Americana.”
ESPÍNDOLA SOTO, John Freddy
Importancia de la aplicación del principio de proporcionalidad en el marco de la justicia transicional 649
(…)
2.2. Concepto
“a) Consiste en veri car la compatibilidad de las normas y demás prácticas internas con la
CADH, la jurisprudencia de la Corte IDH y los demás tratados interamericanos de los cuales
el Estado sea parte; b) Es una obligación que corresponde a toda autoridad pública en el
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
650 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
2.3. Alcance
Es así como, los Estados miembro deben atender y cumplir con las obligaciones
internacionales derivadas del pacto, además de las pautas o criterios que se realicen
de la interpretación del mismo, dado que se les impone aplicar la jurisprudencia dictada
independientemente si el Estado es o no parte de la causa que se adelantó dentro del sistema
interamericano de DDHH, puesto que los países miembros se encuentran vinculados por
el Tratado. Para una mayor compresión dicho en otras palabras, pese a que el efecto de
las sentencias de la Corte IDH es de carácter inter partes10, los criterios utilizados en sus
decisiones tendrán una semejanza al efecto que la Corte Constitucional Colombiana ha
decantado como el inter pares11, es decir, que en casos semejantes al decidido en principio
deben aplicarse los fundamentos que se tuvieron en cuenta para decidir el caso en concreto
independientemente de su participación en la causa, pues es clara en señalar que:
10 Es decir, que la decisión que se adopta el juez no tienen un alcance general, impersonal y abstracto, sino
particular y concreto, además los efectos del cumplimiento de las decisión solo es obligatorio para las partes en litigio.
11 Corte Constitucional Colombiana Auto A071 febrero 27 de 2001, Magistrado Ponente Manuel José Cepeda. (…)
cuando en la parte resolutiva de sus providencias decide inaplicar una norma y aplicar de manera preferente un precepto
constitucional, la resolución adoptada tiene efectos respecto de todos los casos semejantes, es decir inter pares (…).
12 Caso Gelman Vs. Uruguay. Supervisión de Cumplimiento de Sentencia. Resolución de la Corte Interamericana
de Derechos Humanos del 20 de marzo de 2013.
ESPÍNDOLA SOTO, John Freddy
Importancia de la aplicación del principio de proporcionalidad en el marco de la justicia transicional 651
2.4 Aceptación del Estado Colombiano por parte del Tribunal Constitucional
13 Corte Constitucional Sentencia de Constitucionalidad C-500 de julio 16 de 2014, Magistrado Ponente Mauricio
Gonzáles Cuervo.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
652 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Estado de El Salvador, el cual se concretó con el fin de dar por terminado el conflicto armado
interno que atravesaba el país, observó una serie de irregularidades en la legislación que no
permitieron la realización en pleno de los principios de Justicia, Verdad y Reparación de
las víctimas, por el contrarío permitían en muchos casos la impunidad respecto de crímenes
contra el Derecho Internacional Humanitarios.
“26. En cuanto al elemento justicia, el deber jurídico del Estado de investigar y sancionar
las más graves violaciones de los derechos humanos es - como lo ha dicho reiteradas veces
la Corte - una obligación de medio y forma parte del deber de garantía estipulado en la
Convención. Por medio de éste, los Estados deben poner a disposición de las víctimas los
remedios adecuados para hacer efectivos sus derechos. Sin embargo, un conflicto armado
y la solución negociada del mismo abre varios interrogantes y plantea enormes exigencias
jurídicas y éticas en la búsqueda de la armonización entre justicia penal y paz negociada.
28. Se puede entender que este deber estatal se descompone en tres elementos. Primero,
la actividad orientada a investigar y esclarecer los hechos. Segundo, la identificación de
las responsabilidades individuales. Tercero, la aplicación de sanciones proporcionales
a la gravedad de las violaciones. Aún cuando la aspiración de la justicia penal debe ser
efectivizar satisfactoriamente estos tres ámbitos, si se dificulta la concreción de la sanción
penal, los otros componentes no deberían verse afectados o diferidos.
30. Dentro de ello, resulta necesario diseñar formas a través de las cuales deben ser
tratadas las personas sindicadas de haber cometido graves crímenes como los mencionados,
en el entendido de que un proceso de paz negociada procura que los actores armados opten
por la paz y se sometan a la justicia. Así, por ejemplo, en el difícil ejercicio de ponderación
y la compleja búsqueda de estos equilibrios podrían diseñarse y encontrarse rutas para
penas alternativas o suspendidas pero, sin perder de vista que ello puede variar de manera
sustancial de acuerdo tanto al grado de responsabilidad en graves crímenes como al
grado de reconocimiento de las propias responsabilidades y aporte de información de lo
ocurrido. De allí se pueden derivar diferencias importantes entre los “ejecutores” y quienes
desempeñaron funciones de alto mando y dirección.
33. Como ha sido señalado en ciertos análisis, el componente reparatorio tiene sus
propias dificultades - y hasta imposibilidades - cuando se trata de casos masivos y extendidos
de atropellos a los derechos de las personas . En este tipo de situaciones parecería que entre
los objetivos de estos programas masivos de reparaciones no está tanto la restitución a
las víctimas al status quo ante sino dar señales claras de que se respetará plenamente los
derechos y la dignidad de las personas . En cualquier caso, la legitimidad y eficacia de
los programas de reparaciones en este tipo de circunstancias requiere, como ingrediente
fundamental, el diseño y puesta en funcionamiento de mecanismos efectivos de participación
de las personas a quienes los programas están dirigidos .
34. Finalmente, un ingrediente reparatorio fundamental, no sólo para las víctimas sino
para la sociedad en su conjunto, son los recuentos y pedidos de perdón por los perpetradores
y los reconocimientos de responsabilidad. La plena confesión de los hechos en los que se
podría haber tenido responsabilidad es un ingrediente ineludible – pero no único - de la
reparación. Además, es un mensaje hacia la sociedad de cara a cerrar el camino de la
violencia como ruta para el procesamiento de las diferencias políticas o sociales. Estos
“monumentos didácticos” , al ser un recuento de atrocidades le recuerdan a la sociedad lo
que puede ocurrir cuando se desata un conflicto armado y refuerzan las capacidades de la
sociedad frente a las amenazas futuras de que algo así pudiera repetirse.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
654 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Por ello se reitera que el principio de proporcionalidad de las penas necesariamente nos
ayuda a determinar quantum punitivo teniendo en cuenta la ponderación que debe realizarse
entre varios elementos, los cuales comportan tanto la conducta cometida como el tipo penal
cometido en cada caso en concreto, pues permitiría equiparar la mejor sanción a imponer
según la gravedad de la conducta delictual, además evita que el castigo impuesto sea
excesivo o por el contrario insuficiente, lo cual debe ponderarse con el verdadero respeto de
la limitación o restricción de los derechos fundamentales en el ejercicio del poder punitivo
del Estado.
4. LISTA DE REFERENCIAS
1. NOTA PREVIA
2. INTRODUCCIÓN
“Este 29 de agosto empieza una nueva historia para Colombia. Silenciamos los
fúsiles. Se acaba la guerra con las FARC” (negrillas fuera de texto) Dijo el Presidente
Juan Manuel Santos. Palabras de internodio entre el inicio de las conversaciones en
la Habana el 23 de febrero de 2013 y la firma final del Acuerdo el 24 de noviembre
de 2016 en el Teatro Colón de la ciudad de Bogotá. D.C. pululando en el tránsito de
dichas fechas la firma del documento que dio inicio al proceso -26 de agosto de 2012-
la firma anticipada al plebiscito el 26 de septiembre en Cartagena. Es decir un buen
número de hechos inesperados e insospechados tuvieron cabida al interior del curso de
la negociación como con mayores veras ahora después de aparentemente terminada esta.
Lo cierto es que en este lapso de tiempo hay dos hechos de vital trascendencia: la
implementación del Acuerdo bajo reglas que en un comienzo no se tenían previstas y
la expresión del pueblo, adversa a lo creído por el gobierno iba a ser su postura en un
ejercicio democrático a través del plebiscito, el cual también demandó sesudo estudio para
serle propuesto al pueblo para su pronunciamiento frente a tan delicado tema como es el de
la negociación sobre la paz.
Por lo anterior este trabajo académico revisa, en lo posible el antes, el ahora y el después,
entendido éste como las posibles consecuencias del Acuerdo, sobre el final de la guerra en
Colombia, como marco dentro del que se han movido todas las formas de violencia que
han dado pie a la sistemática vulneración de los derechos humanos y fundamentales de los
connacionales. Único camino para alcanzar tal empeño, acudir a la memoria para relacionarla
con la justicia pero también con la paz, habida cuenta que si no siempre la justicia es reflejo
de la paz, ésta sí sin excepción es reflejo de la justicia.
En el primer capítulo se hará una breve recopilación de los hechos históricos más
relevantes y dadores de certeza acerca del momento en el que nosotros nativos fuimos
despojados de nuestras tierras. En el segundo capítulo, como producto de lo delatado por la
historia señalaremos el tratamiento que a la búsqueda por la paz se ha dado en Colombia y
cómo en efecto permanecen inscritos en los diferentes modelos y metodologías las huellas
de un pasado presente.
Por tan triste suceso histórico basaron su subsistencia en el saqueo de tesoros y cosechas,
y en la desmesurada explotación de la población, tuvieron como objetivo convertirse en
focos desde los cuales salían expediciones de exploración y conquista. Estas expediciones
fueron avanzando hacia el interior del país, encontrándose con otras que llegaron desde el
suroccidente y que perseguían los mismos propósitos (…) la idea de El Dorado sirvió de
perfecta motivación. La siguiente etapa sería en la que, una vez explorados los sitios más
significativos y habiendo tomado conciencia de las posibilidades, los europeos se enfrentaron
entre sí para delimitar sus territorios y las riquezas que estos implicaban; para este propósito
recurrieron a la intriga, a la traición, al engaño, al abuso de autoridad y, finalmente, a
lo que mejor sabían hacer; a la guerra. Se presentaron entonces conflictos armados entre
las distintas tropas, llegando a casos extremos de “toma y dame”, como los presenciados en
torno a la posesión de Antioquia. Sin duda, primer hecho histórico de reconocido carácter
genocida que si bien no reportado como tal en los espacios de la literatura universal de los
pueblos, pero tampoco el Gran Juicio llevado por los contradictores ideológico religiosos de
la época, lo importante es que sus efectos en nuestra cultura, subyacen intocables3.
En 1545 apareció la obra destinada a justificar los saqueos y los abusos en América; allí
Juan Ginés de Sepúlveda expuso sus argumentos en favor de la servidumbre natural de los
indígenas, de la guerra justa contra ellos y de la inevitable dominación de la razón de
los españoles, más prudentes y perfectos, sobre los bárbaros de ultramar. Para este erudito,
que nunca pisó el continente sometido, sus habitantes eran ingenio, virtud y humanidad, tan
inferiores a los españoles como los niños a los adultos, o las mujeres a los varones; y había
tantas diferencias entre ellos como las que hay entre los monos y los hombres4.
Las Casas, sin embargo, desde un principio dejó en claro cómo debía entenderse el
encuentro entre las culturas, y cómo debían ser las relaciones entre los distintos grupos
humanos, en una frase que sintetiza su pensamiento y, desde luego, su vida “Todos los pueblos
del mundo son hombres”5. Dentro de tal contexto, como se ve los siglos que transcurrieron
1 ESCALLÓN LARGACHA, Eduardo; Colombia. Gran Enciclopedia de Colombia. Tomo I. Editorial Círculo
de Lectores.2007. Pg. 130.
2 Ibídem. Pg. 131.
3 Ibídem. Pg. 159.
4 Ibídem. Pg. 164.
5 Ibídem. Pg. 164.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
660 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
entre 1550 y 1810 se han denominado “Época colonial” debido a la presencia y al dominio
público por parte de los españoles en lo que actualmente comprende el territorio de Colombia.
Es acertado llamar este periodo del modo como se ha hecho, porque, en efecto, en estos
siglos asistimos a un proceso de colonización, en el cual un grupo humano emprende la
tarea de dominar y controlar un territorio distinto al suyo tradicional, y a sus pobladores,
de modo sistemático y permanente, apareciendo al comienzo de este proceso dos grupos
definidos: los dominadores y los dominados, dicho en otros términos, los vencedores y
los vencidos. El fenómeno de la colonización española tuvo como objetivo primordial la
apropiación de riquezas del nuevo territorio, generando un sistema de explotación que
podría caracterizarse como de “economía extractiva”, por no generarse en el territorio
explotado procesos de acumulación de inversión de las riquezas extraídas6.
Punto clave del nacimiento del régimen presidencial con un internodio virreinato desde
Andrés Díaz Venero de Leiva y una dictadura Militar de Gustavo Rojas Pinilla (1564 hasta
hoy). Esta periodización obedece, ante todo, a un criterio político, es decir, está relacionado
con los sucesos institucionales y las instancias formales decisorias del Estado; y los
acontecimientos que se tienen en cuenta, desde esta perspectiva, son aquellos que tienen
que ver con medidas y cambios impulsados por los aparatos de gobierno8. Periodos que han
venido manteniendo sus formas como se verá luego en desarrollo del tema específico de la
paz, con un tratamiento político en cabeza de los partidos tradicionales a los que hubo de
dar origen y vida histórica la supuesta emancipación. De ahí los acertados comentarios que
al respecto hace nuestro condiscípulo de Maestría en Filosofía Latinoamericana Dr. Damián
Pachón Soto: “Una descolonización epistemológica en América Latina es la base para una
emancipación intelectual, para una lucha contra la subalternidad y el colonialismo mental.
Si emancipamos la epistemología, fácilmente emanciparemos la economía y la historia. Así
pues, nuestro pensamiento dejará de ser siervo de la filosofía occidental9.
6 BARRERA MONROY, Eduardo; Colombia. Gran Enciclopedia de Colombia. Tomo I. Editorial Círculo de
Lectores.2007. Pg. 181.
7 BARRERA MONROY, Eduardo; Colombia. Gran Enciclopedia de Colombia. Tomo III. Editorial Círculo de
Lectores.2007. Pg. 183.
8 Ibídem.
9 TOVAR, Leonardo; Bogotá D.C., Colombia. Cuadernos de filosofía latinoamericana. Vol. 29 – No. 99. Editorial
Universidad Santo Tomás. 2008.
MARTÍNEZ QUINTERO, Ricardo
Justicia transicional. La reinterpretación de un sueño constitucional a partir de un nuevo pensamiento 661
En medio de esta vorágine conflictiva, el “país del sagrado corazón” se iría articulando
paulatinamente al mercado global de las sustancias ilícitas. La entrada se daría durante el
gobierno de Alfonso López Michelsen con la mal llamada “bonanza marimbera” (forjaría el
camino para la posterior venta de coca y heroína), y el ingreso masivo de capitales ilegales
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
662 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
con la “ventanilla siniestra”. Esto avivó las coaliciones regionales ansiosas de soberanía
que empezaron a contar con una financiación propia. Entre estos casos las FARC, que con
el cubrimiento de su ideal militarista podrían llegar en algunos casos, y como lo hicieron,
a convertirse en autoridad local promoviendo modalidades de orden y formas de justicia.
En lugar de sofocar las llamas de odios y temores parecían cada vez más enardecer con los
nuevos fenómenos que problematizaba más y más la situación del país. Lo cierto es que se
fue tramitando la ilegalización de territorios enteros y forjando la figura del “campesinado
ilícito” con lo que cortó todo circuito de bienes y representación con el Estado.
Si bien es cierto, han existido varios aportes investigativos que difieren en los factores
originarios de la violencia actual, aunque casi en todos se comparten las causas de su
prolongación10. De acuerdo con la repasada historia, el tema de la paz ha sido de constante
tratamiento en nuestro país sobre todo desde la tribuna política pasando, por la legislación
positiva. Esa que confluyó con el momento histórico en que la estabilidad del Estado se
encontraba seriamente comprometida por los rigores de la violencia emanadas de las distintas
organizaciones al margen de la ley, en especial las dedicadas al narcotráfico y las opositoras
al régimen constitucional. Unas y otras, autoras de delitos conocidos en el orbe internacional
como de lesa humanidad. De esta manera la Constitución de 1991 registra dos aspectos
cofundamentales:
10 MARTINEZ ALDANA, Pablo Josué; Bogotá D.C., Colombia. Ensayo presentado en la catedra de problemas
colombianos orientada por la docente Leonor Carriazo Gastelbondo. – Facultad de Comunicación Social. Pontificia
Universidad Javeriana 2017.
MARTÍNEZ QUINTERO, Ricardo
Justicia transicional. La reinterpretación de un sueño constitucional a partir de un nuevo pensamiento 663
A partir de estos hechos, el paso teórico de un individualismo jurídico hacia una filosofía
social, plasmada en el artículo primero de la Carta. Dentro de cuyo catálogo se encuentra la
paz como valor y deber. La jurisprudencia constitucional ha concluido que ella es un objetivo
de primer orden dentro del esquema de organización política adoptado por la Constitución.
Se le reconoce la triple condición de derecho, deber y valor fundante del mismo modelo,
lo cual conlleva a obligaciones directas en, al menos tres aspectos definidos (i) un deber
estatal de diseño e implementación de acciones normativas y de política pública dirigidas a
la superación del conflicto armado, y, en general, al logro de la convivencia pacífica; (ii) un
deber social de preferir la solución pacífica como mecanismo exclusivo y constitucionalmente
admisible de resolución de las controversias; y (iii) el logro progresivo de la plena vigencia
de los derechos fundamentales, presupuesto insustituible tanto para la paz como para la
preservación del orden democrático. Concebido desde una perspectiva material11.
Constitución de 1991 que con todo y el artículo 22 al buen estilo García Marquiano, nuestra
realidad superó la ficción y como consecuencia de ello la búsqueda por la materialización de
la paz frente a la permanencia del aumento de la criminalidad en todas sus formas, alterando
el cuadro axiológico y deontológico por doquier, llevó al gobierno de Álvaro Uribe Vélez
en el año 2005 a la promulgación de la Ley 975 conocida en el retrato de nuestra historia
como “Ley justicia y paz”. La misma que por su carácter de textura abierta generó en punto
a la deducción que debía hacerse para entender la posición de los desmovilizados frente a
la posibilidad de participación o retorno a la actividad política. Es decir que este tema no es
nuevo, mucho menos novedoso, hoy por hoy.
Ciertamente el posterior acto legislativo 01 de 2012 expedido dentro del Gobierno de Juan
Manuel Santos, denominado “Marco jurídico para la paz” permitió a la Corte Constitucional
mediante la Sentencia C-577 de 2014 referirse no apenas a las restricciones ratione materiae
y ratione personae sino de una definición de la criminalidad política a partir de las claves
político- criminales y procesales- penales que desarrollan y pueden desarrollar los proyectos
11 BALANTA MEDINA, María Patricia; Cartagena. Colombia. El paradigma de la paz: Un desafío para los
jueces. Memorias XXXVII Congreso Colombiano de Derecho Procesal. 2017. Pg. 532.
12 BELTRÁN SIERRA, Alfredo; Cartagena. Colombia. Los fines del Estado y la jurisdicción especial para la
paz. Memorias XXXVII Congreso Colombiano de Derecho Procesal. 2017. Pg. 340.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
664 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
“La guerra ha cambiado pues ha degradado y se ha tornado cada vez más cruel. Hace
unos pocos años, en una columna que fue reconocida con el premio Simón Bolívar, León
Valencia, un exguerrillero que dejó las armas cuando empezó a advertir los primeros signos
de degradación del conflicto, dijo que habíamos entrado en la fase más siniestra de esta
guerra. Recordó entonces en su columna las pruebas de supervivencia de los secuestrados
de las FARC, en las que no había “el menor recato para mostrar a estos seres macilento y
tristes, lacerados en sus cuerpos y vejados en su espíritu”; recordó también cómo después de
la operación militar en la que cayó abatido el entonces líder del secretariado de las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Raúl Reyes, los militares colombianos
trajeron al país su cadáver para exhibirlo también sin pudor; y recordó finalmente el episodio
en el que un guerrillero “se apareció con una mano cercenada de su compañero de armas,
Iván Ríos, ante la fuerza pública, para reclamar la recompensa por haberlo asesinado a
traición”. Por la misma época en que se publicó esta columna, en agosto de 2008, salió a la
luz pública el caso de los jóvenes de Soacha asesinados por el Ejército para hacerlos pasar
como guerrilleros abatidos en combate, abriendo así el triste y vergonzoso episodio de los
llamados falsos positivos.
13 UPRIMMY YEPES Rodrigo, SÁNCHEZ DUQUE Luz María, SÁNCHEZ LEÓN Nelson Camilo, Bogotá
D.C., Colombia. Justicia para la paz. 2013. Pag 11.
MARTÍNEZ QUINTERO, Ricardo
Justicia transicional. La reinterpretación de un sueño constitucional a partir de un nuevo pensamiento 665
Suceso inesperado por el gobierno actual que dio pie a una acción inmediata no solo
para reivindicar la maltratada imagen de los contertulios nacionales en la Habana sino
para rescatar la esencia constitucional de la paz prevista en la Carta de 1991 en punto de la
búsqueda de aquella para garantizar una convivencia dentro de su marco y por contera un
orden justo.
Para dicha dinámica, se dijo, habían sido introducidos en un nuevo Acuerdo los aspectos
por cuya oposición los representantes del “no” fundamentaban su contrariedad frente a la
negociación. Documento llevado y firmado en el Teatro Colón el 24 de noviembre de 2016 que
incluía la expedición de una ley de amnistía e indulto de la cual quedarían excluidos los delitos
de lesa humanidad, sin que ello implicara la derogación de la Ley 418 de 1997 sucesivamente
prorrogada por periodos de cuatro años, pues ésta contiene las normas ordinarias que le
permiten al Presidente de la República conceder indultos cuando las conveniencias públicas
así lo exijan para preservar el orden público14. Conforme a lo pactado en el Acuerdo Final
para la Terminación del Conflicto Armado y la Construcción de una Paz Estable y Duradera
y de acuerdo con lo expresado anteriormente, como instrumento para lograrla se expidió por
el Congreso de la República la Ley 1829 de 30 de diciembre de 2016 mediante la cual se
reguló lo atinente a la concesión de amnistías e indultos y los delitos conexos con éstos, así
como el tratamiento penal especial diferenciado para Agentes del Estado que hubieren sido
condenados, procesados o indiciados de haber cometido conductas punibles por causa, con
ocasión, o en relación directa o indirecta con el conflicto armado15.
Lograda la meta política del Gobierno de refrendación del Acuerdo por el Congreso,
se expidió el Acto Legislativo No. 1 de 4 de abril de 2017. En este se dispuso en su art. 1
incluir en la Constitución Política un nuevo título transitorio denominado Sistema Integral
de Verdad, Justicia, Reparación y no Repetición a cuyas consecuencias desde lo político, lo
económico y lo social se hará referencia en el capítulo correspondiente.
14 BELTRÁN SIERRA, Alfredo; Cartagena. Colombia. Los fines del Estado y la jurisdicción especial para la
paz. Memorias XXXVII Congreso Colombiano de Derecho Procesal. 2017. Pg. 343.
15 BELTRÁN SIERRA, Alfredo; Cartagena. Colombia. Los fines del Estado y la jurisdicción especial para la
paz. Memorias XXXVII Congreso Colombiano de Derecho Procesal. 2017. Pg. 344.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
666 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Con el marco teórico experimental planteado, sin duda alguna en Colombia, hay una
justicia transicional. Esto es la conservación del texto Constitucional de 1991 “Estado Social
de Derecho” como régimen pero con la incorporación del Acuerdo suscrito en el Teatro Colón
de Bogotá el 24 de noviembre de 2016. En el que se posibilitan caminos de reingreso a la
sociedad mayor de los excombatientes garantizándoles el ejercicio de los derechos propios de
la democracia. A los que voluntariamente habían renunciado por la ejecución de maniobras
contrarias al orden Constitucional preestablecido. Entre ellos la participación en política y en
programas de productividad económica.
Así, por ejemplo bajo la creencia, para demostrar que en Colombia nada es nuevo, de
que los comunistas salidos de uno de los partidos tradicionales amenazaban con apropiarse
del poder, otrora de los conquistadores y bautizado con el nombre de colonia con Andrés
Díaz Venero de Leiva, Felipe Salazar Santos Magistrado de la Corte Suprema de Justicia,
Senador de la República y Representante a la Cámara escribió: Lo ocurrido en Villarrica
y Sumapaz fue una ocupación militar y política de tierra arrasada. Fue una persecución
indiscriminada contra todo sospechoso de comunista y comunistas eran los que ellos (el
gobierno) decían que eran comunistas. Aunque sí los había, de tiempo anterior, en Sumapaz,
Cunday y Villarrica y parte de Icononzo (…) ese no era el problema fundamental. La base
del conflicto real en Cunday, por ejemplo, era la mayoría liberal que los conservadores en
alianza con las fuerzas del gobierno querían liquidar a tiros. El conflicto ilustra claramente
el caso de Teófilo Rojas (alias “Chispas”) en Rovira. “Chispas”, que había sido guerrillero
liberal de la Gran Violencia, así con mayúsculas, regresó del monte y se acogió a la amnistía
de Rojas. Reconstruyó su finca, se casó, se organizó. Pero el alcalde seguía creyendo que
era un hombre peligroso y una noche que “Chispas” no estaba en su casa, llegó la policía
a matarlo. Como no lo encontraron le incendiaron la casa, le mataron a los animales, le
16 Ibídem.
17 Ibídem. Pg. 23.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
668 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Situación que como se sabe vivimos y palpitamos en nuestros seres testimonialmente como
consecuencia de otros sucesos como el del Frente Nacional que reedificó estructuralmente
la política bipartidista, en un primer momento bajo la denominación de un frente civil desde
el gobierno de Alberto Lleras Camargo hasta Guillermo León Valencia (1958-1966), luego
como férreo Frente Nacional desde Carlos Lleras Restrepo hasta Misael Pastrana Borrero-
progenitor del más tarde Presidente Andrés- y de ahí Alfonso López Michelsen –hijo de
Alfonso López Pumarejo- Julio César Turbay Ayala, Belisario Betancur Cuartas, Virgilio
Barco Vargas, César Gaviria Trujillo, Ernesto Samper Pizano, Andrés Pastrana Arango,
Álvaro Uribe Vélez y actualmente Juan Manuel Santos, nieto del hermano de Eduardo Santos.
Tradicionalismo bajo cuyos gobiernos la profundización de las crisis han dejado pervivir
una guerra con rostro naciente en la conquista. Desde el fusilamiento de los próceres hasta
las más altas magistraturas del Estado. El gobierno del presidente Betancur fue de gran
importancia pues marcó el inicio de una nueva política estatal para el manejo del conflicto
social al reconocer el carácter político del fenómeno guerrillero19. El ejemplo más importante
de esta política fueron las conversaciones con los grupos de oposición armada, con miras a
encontrar soluciones pacíficas de orden político. Esta nueva política de manejo del orden
público se conoció como “proceso de paz”20. El 18 de noviembre de 1982, el Congreso aprobó
la Ley de Amnistía (Ley 35), basada en el proyecto presentado por el socialista Gerardo
Molina. Esta fue más amplia que la fracasada del presidente Turbay y se completó en 1985 con
una ley de indulto21. Tras la puesta en libertad de cientos de guerrilleros amnistiados, vinieron
las conversaciones con las Fuerzas Armadas Revolucionarias- Ejército del Pueblo (FARC-
EP), con la Autodefensa obrera (ADO), y con el Movimiento 19 de Abril (M-19)22. Barco
compartió el diagnóstico de su predecesor en la presidencia, de que “había causas objetivas
y subjetivas de la violencia”. De allí el énfasis de su programa de gobierno en los aspectos
reformistas. Retomó y fortaleció el programa del Plan Nacional de Rehabilitación, al tiempo
que reinició, aunque un poco tardíamente las conversaciones de paz con la guerrilla. La
llamada “política de cambio para la reconciliación, normalización y rehabilitación” intentó
institucionalizar y ampliar la política de paz y de la anterior administración y acercar el
Estado y sus instituciones a la comunidad, a través del diálogo directo23.
18 DONADIO, Alberto; Colombia. Gran Enciclopedia de Colombia. Tomo III. Editorial Círculo de Lectores.2007.
Pg. 175.
19 FLÓREZ MALAGÓN, Alberto G.; Colombia. Gran Enciclopedia de Colombia. Tomo III. Editorial Círculo
de Lectores.2007. Pg. 238.
20 Ibídem.
21 Ibídem.
22 Ibídem.
23 Ibídem. Pg. 246.
MARTÍNEZ QUINTERO, Ricardo
Justicia transicional. La reinterpretación de un sueño constitucional a partir de un nuevo pensamiento 669
Armado Quintín Lame (MAQL) y el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), los
que al momento del tránsito gubernamental, hacían parte, junto con las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC-EP) y la Unión Camilista del Ejército de Liberación
Nacional (UC-ELN), de la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar. Aunque el gobierno de
Gaviria retomó las negociaciones garantizando las ofertas ya pactadas –reincorporarlos a
la sociedad civil en condición de actores políticos a la par que proveer planes de desarrollo
a través del Plan Nacional de Rehabilitación para las regiones que enmarcaban su radio
de influencia- aprovechó la decisión ya tomada de convocar a una Asamblea nacional
Constituyente. En acatamiento de lo así dispuesto, entre enero y mayo de 1991, las tres
organizaciones depusieron las armas. En contra de las expectativas de quienes consideraban
que el éxito de las negociaciones descritas incidiría en atraer hacia la concertación de la paz
a los grupos remisos, las FARC-EP y la UG-ELN, estos se mantuvieron ajenos al proceso24.
El 9 de julio de 1998, el presidente Pastrana dio el primer paso en el cumplimiento del
proceso de paz con las FARC-EP, al reunirse en persona con su legendario líder Manuel
Marulanda Vélez. Con base en la Ley 418 de 1997, el gobierno expidió en octubre 14 la
Resolución No. 85 mediante la cual le reconoció a la organización guerrillera su carácter
político como premisa para iniciar los diálogos e hizo posible la desmilitarización del territorio
donde estos se llevarían a cabo. Esta zona de distensión que comprendía los municipios de
Vistahermosa, La Uribe, Mesetas y Macarena, en el Meta, y el de San Vicente de Caguán, en
el Caquetá, tendría una vigencia de 90 días, que el presidente prorrogó sucesivamente casi
hasta el final de su mandato.
El otro gran tema de discordia con las guerrillas fue el Plan Colombia, que a juicio suyo
no sólo era una agresión contra ellas “sino contra el pueblo colombiano”. Las medidas
ya aludidas que tomaron para hacerse sentir al respecto, así como la continuidad en sus
ataques contra la fuerza pública, el uso de armas de efectos indiscriminados, las ejecuciones
fuera de combate, el reclutamiento forzoso –incluso de niños-, los secuestros y asesinatos
de funcionarios públicos, entre otros actos cotidianos, justificando en febrero de 2002 la
decisión del presidente de terminar la parodia de paz con esta organización y mantener la
solución de fuerza a la que se había visto compelido desde mediados del año anterior26. Con
24 ORTIZ, María Carlota; Colombia. Gran Enciclopedia de Colombia. Tomo III. Editorial Círculo de
Lectores.2007. Pg. 255 y 256.
25 Ibídem.
26 Ibídem. Pg. 275.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
670 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
una contundente victoria en primera vuelta Álvaro Uribe Vélez llegó al poder, movilizando
a un gran número de colombianos en torno al lema de la campaña “mano firme, corazón
grande”, que contenía la reiterada inconformidad del país frente al fracaso de un proceso de
paz, que antes de debilitar el poder de la insurgencia, multiplicó sus zonas de influencia y
permitió la expansión de paramilitarismo27.
27 LONDOÑO C., Adriana Marcela. Gran Enciclopedia de Colombia. Tomo III. Editorial Círculo de
Lectores.2007. Pg. 280.
28 Ibídem.
29 Ibídem. Pg. 282.
30 Ibídem. Pg. 283.
31 Ibídem.
32 Ibídem.
MARTÍNEZ QUINTERO, Ricardo
Justicia transicional. La reinterpretación de un sueño constitucional a partir de un nuevo pensamiento 671
Toda forma de violencia tiene su origen en la conquista por el arrasamiento que por
el uso de la fuerza en detrimento de los nativos propició el borrón de su identidad y
cultura ancestral. Lo que traduce eurocentrismo, colonialidad y violencia epistémica.
33 Ibídem.
34 Ibídem.
35 Ibídem.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
672 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
La manera como se resolvieron los conflictos políticos armados del pasado enseña
bastante para el presente, la historiografía ha aportado al conocimiento de aquellos
procesos de paz aunque, debe señalarse con énfasis, ha sido mayor el interés sobre el
contenido de la guerra en sus componentes políticos y militares36.
El permanente estado de guerra ha abierto compuertas a las más amargas experiencias
de quebranto a los derechos de la común unidad nacional destellando en “La
corrupción” en las instituciones públicas y privadas, incluidas las educativas en
todos los niveles, cuyas prácticas vienen aplastando la deontología académica para
en su lugar rendir pleitesía a la endogamia, el rosquismo, la plutocracia, expresiones
de aliento colonial expuesto en la animosidad por la apropiación de lo público sin
calidades profesionales ni éticas. Un estigma del clientelismo.
Las distintas peculiaridades en los procesos de paz adelantados confirman una justicia
transicional con especial énfasis en interés reconocido jurisprudencialmente por la Corte
Constitucional mediante la Sentencia C-577 de 2014, en el sentido de haberse propulsado el
principio de la libertad de configuración legislativa como la rectificación de la potestad del
legislador para definir político criminalmente los hechos constitutivos de delitos conexos
al delito político. Esto como consecuencia de la ley de Justicia y Paz – Ley 975 de 2005.
Punto sobre el que de manera innegable se erigió el acuerdo con las FARC dando alcance a
contenidos de interpretación legal inesperados por la forma como afectarán el pensamiento y
el sentir no solo en sentido formal sino material del derecho.
Contexto este, mostrario del entorno físico, político, histórico legal y cultural en el que
se considera el actual hecho político. Pues se itera, la consideración sobre el delito político
fue el denotado y detonador del momento actual de Colombia. Fenomenología del contexto
sobre el que también por las razones de las estrategias aplicadas para superar el conflicto,
conllevó al legislador a normarlo en el Decreto 3011 de 2013 en el artículo 1537.
La jurisdicción de justicia y paz, por su parte, ha estimado que el contexto cumple los
siguientes objetivos: (i) establecer los ejes transversales a partir de los cuales se pueda
articular explicaciones y miradas panorámicas a un fenómeno de violencia y macro
criminalidad disímil y dinámico; (ii) brindar una lectura cercana a la realidad social a través
36 BERNAL PULIDO Carlos; BARBOSA CASTILLO Gerardo; CIRO GÒMEZ Andrés Rolando. Justicia
Transicional: el caso de Colombia. Abril de 2016. Universidad Externado de Colombia. Pg. 369 y 370.
37 RAMELLI ARTEAGA, Alejandro; Cartagena. Colombia. El análisis en contexto: Aspectos probatorios.
Memorias XXXVII Congreso Colombiano de Derecho Procesal. 2017. Pg. 230. “Art. 15 Definición de contexto.
Para efectos de la aplicación del procedimiento penal especial de justicia y paz, el contexto es el marco de referencia
para la investigación y juzgamiento de los delitos perpetrados en el marco del conflicto armado interno, en el cual
se deben tener en cuenta aspectos de orden geográfico, político, económico, histórico, social y cultural. Como parte
del contexto se identificará el aparato criminal vinculado con el grupo armado organizado al margen de la Ley, y sus
redes de apoyo y financiación.
MARTÍNEZ QUINTERO, Ricardo
Justicia transicional. La reinterpretación de un sueño constitucional a partir de un nuevo pensamiento 673
Con base en el Acuerdo y los actos legislativos, se señalan algunas de las principales
consecuencias de su contenido aprobado por la Cámara y Senado, con aval de la Corte
Constitucional, en especial las relacionadas con la justicia penal, por lo demás, el último
tratado en la negociación como precedente de la remoción del referente justicia para el
derecho, sustituido por el de la paz, según se diera cuenta en renglones atrás.
Esta forma de pensar la justicia hace que el proceso, de ser un espacio irreal
deshumanizado y excesivamente dogmático, pase a ser un escenario para el encuentro
víctima- victimario, un espacio para el testimonio que creativamente enlaza la experiencia
pasada y la presente, y la proyecta a un futuro para que el pasado no quede en el olvido, y
para que aquel que recibe la experiencia pueda rehacerla y aprender de ella. Se trata de una
justicia anamnética que nos comunique una experiencia a través del encuentro que se hace
posible en el proceso penal, una experiencia histórica del mal radical que lucha para evitar la
repetición de este41 (Negrillas fuera del texto original).
En el caso del A.L. 1/17 que crea el SIVJRNR, la relatividad de la CJ no es una inferencia
ni una situación potencial, sino un mandato que afecta tanto decisiones penales como
disciplinarias y administrativas (Art. Transitorio 5, inc.1)43. Nueva experiencia procesal que
desde una apreciación en el ámbito de lo enseñado sobre la seguridad jurídica, esta cede ante
el argumento social del posible cambio del infractor restaurador frente a un nuevo Investido
como juez por el Estado con la aceptación previa de quien incurso en la transicionalidad
promueve sin ningún otro requisito, la revisión de su caso. En reciente pronunciamiento de la
Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, sala de Casación Penal, en sede de revisión dijo:
41 Ibídem.
42 ROJAS BETANCOURTH, Danilo; Cartagena. Colombia. Cosa juzgada, relativización y justicia permanente.
Memorias XXXVII Congreso Colombiano de Derecho Procesal. 2017. Pg. 575.
43 Ibídem. Pg. 577.
MARTÍNEZ QUINTERO, Ricardo
Justicia transicional. La reinterpretación de un sueño constitucional a partir de un nuevo pensamiento 675
Proloquio reconocedor de “La plena seguridad jurídica” a que refiere el art. 5 del Acto
Legislativo 1/17.
Esa concepción, propia del criterio de control efectivo desarrollado por la Corte
Internacional de Justicia para establecer la responsabilidad internacional de los Estados por
hechos ilícitos cometidos por particulares, no tiene aplicación en el ámbito de la responsabilidad
penal. No son comparables los estándares de juzgamiento de Estados por violaciones a sus
obligaciones internacionales que aquellos propios del juzgamiento de individuos (personas
naturales) por la comisión de actos criminales48. Nueva situación que irrumpe abruptamente
en la concebida forma de ver el derecho cuya cara muestra otra. Técnicamente la inclusión
de un elemento normativo al concepto de responsabilidad de mando.
44 CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, Sala de Casación Penal; Magistrado Ponente FERNANDO LEÓN
BOLAÑOS PALACIOS. Revisión, Radicación No. 47739.
45 IBÁÑEZ GUZMÁN, Augusto; Cartagena. Colombia. La responsabilidad en la justicia transicional. Una
reflexión por la convivencia. Memorias XXXVII Congreso Colombiano de Derecho Procesal. 2017. Pg. 366.
46 Ibídem.
47 Ibídem. Pg. 368.
48 Ibídem. Pg. 369.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
676 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Espacio dentro del cual se hipotiza la presencia de las víctimas como el eje sobre el
cual se mueven las razones éticas en referencia a la solidaridad. Dado lo anterior por la
abstracción de la naturaleza de derechos humanos fundamentales a los fines de la justicia
transicional. Permanente estado de tensión entre los conocidos resultados de la justicia frente
a los contemplados por la paz como presupuesto de la convivencia en medio del ejercicio
pleno de los derechos por parte de los coasociados.
“Last but not least”, la justicia transicional debe concebirse, ajustarse y ejecutarse a
partir de una construcción más participativa e inclusiva que sirva además para una completa
definición de los derechos y deberes de los distintos miembros de la sociedad, en los diferentes
roles llamados a jugar en la transición y el posconflicto50. Porque en procesos de transición,
el peso específico de lo democrático está llamado a incrementarse más allá de su significado
representativo (Sentencia C-577 de 2014), dadas las ponderaciones políticas que se crean
para fijar excepciones y limitación de derechos, en vista de la urgencia de la situación en
términos de violación grave y uso de la fuerza por parte del Estado. Puesto que también se
quiere alcanzar un objetivo de paz después de más de medio siglo de conflicto y violencia que
han transformado la cultura social51.
49 BALANTA MEDINA, María Patricia; Cartagena. Colombia. El paradigma de la paz: Un desafío para los
jueces. Memorias XXXVII Congreso Colombiano de Derecho Procesal. 2017. Pg. 544.
50 BERNAL PULIDO Carlos; BARBOSA CASTILLO Gerardo; CIRO GÒMEZ Andrés Rolando. Justicia
Transicional: el caso de Colombia. Abril de 2016. Universidad Externado de Colombia. Pg. 119.
51 Ibídem. Pg. 120.
MARTÍNEZ QUINTERO, Ricardo
Justicia transicional. La reinterpretación de un sueño constitucional a partir de un nuevo pensamiento 677
al que se pueda llegar no es un componente aislado, del cual se pueden derivar legítimas
frustraciones e insatisfacciones, sino parte de un ambicioso proceso de transición hacia la
tolerancia recíproca y paz52.
Con base en esto, ocluye Uprimny diciendo que aparte de las fórmulas sugeridas, múltiples
variaciones resultarían posibles53. En su opinión, los criterios, que no son exhaustivos, serían
i) a mayor responsabilidad del victimario y mayor gravedad del crimen, menos posibilidad
de limitar el deber de castigo, ii) a mayor satisfacción de otros derechos, más posibilidades
de limitar el deber de investigar y sancionar, iii) a mayor contribución a la paz, mayores
posibilidades de limitar este deber; iv) a mayor garantía de no repetición, mayor posibilidad
de limitar de este deber; y v) a mayor discusión y legitimación democrática de los beneficios
punitivos, mayor deberá ser la deferencia de los organismos judiciales por las decisiones
tomadas en el proceso democrático. Todo lo anterior, sin afectar el contenido esencial del
deber de investigar y sancionar54.
Año 2016
• Caso Pretelt.
• Escándalo de Reficar
• El Cartel de la Hemofilia.
Año 2017:
• Desfalco a Ecopetrol.
• Escándalo en Colpensiones.
• Escándalo de Llanopetrol.
• Escándalo de Corpourabá.
• Escándalo en Coljuegos.
• El Cartel de la Chatarrización.
• Caso Odebrecht.
• El cartel de la toga
Finalmente doloroso, más que por lo arraigado a esa cultura de desorden ético, por sus
efectos deletéreos en la posibilidad de una postura de cambio profundo capaz de enfrentar la
crisis desde el ámbito de la formación: la separación del cargo del Rector de una Universidad
MARTÍNEZ QUINTERO, Ricardo
Justicia transicional. La reinterpretación de un sueño constitucional a partir de un nuevo pensamiento 679
Pública del orden Nacional con sede en la capital de la República56, como consecuencia de
una decisión de la Sala Segunda del Honorable Consejo de Estado que encontró espurio y
fraudulento su nombramiento, fallo para cuyo cumplimiento tuvo que acudirse al mismo
incidente de desacato previa decisión de tutela en favor del respeto constitucional a que
se deben tal clase de instituciones dentro de un Estado Social de Derecho57. Principal
consecuencia del Acuerdo: La situación de enfrentamiento entre una negociada paz y una
sociedad que la recibe en medio del crecimiento del flagelo de la corrupción en todas sus
dimensiones.58
a) Las normas para la terminación del conflicto armado y la construcción de una paz
estable y duradera. b) La Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia
y la no Repetición y Unidad de Búsqueda de Personas dadas por desaparecidas en el
contexto y en razón del conflicto armado. c) La jurisdicción Especial para la Paz. d) La
reparación Integral en el sistema de verdad, justicia, reparación y no repetición. e) La
prohibición de extradición. f) La participación en política. g) Las normas aplicables
a los miembros de la fuerza pública para la terminación del conflicto armado y la
construcción de una paz estable y duradera. h) La prevalencia del Acuerdo Final
para la Terminación del Conflicto Armado y la Construcción de una Paz Estable y
Duradera.
56 Ver fallo Consejo de Estado emitido el 17 de mayo de 2017, Radicado 11001032800020160007200. M.P.
Lucy Jeannette Bermúdez Bermúdez.
57 http://www.universidad.edu.co/index.php/noticias/15035-en-contra-de-su-voluntad-y-para-evitar-carcel-
consejo-superior-de-u-col-mayor-de-cundinamarca-elige-rectora.
58 El Tiempo; Colombia. “Los escándalos de corrupción que más han robado a los colombianos” (en español
Latino). El tiempo web. Consultado el 03 de septiembre de 2017.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
680 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Desde ese punto de vista lo primero que vale la pena destacar es la iteración en la
adhesión de normas a un texto Mayor cuyas características originales referían a permanencia
e irreformabilidad. Lo más seguro porque provenía de una acción también inusual en la
que resultó conveniente por ducto de una Asamblea Nacional Constituyente, un régimen
democrático edificado en el individualismo, por una propuesta adversa que cargada de
solidaridad colectiva en el papel de brújula, dispersaron los antagonismos como resultado de
la aplicación de un catálogo de derechos fundamentales de los que, predicaron los grupos al
margen de la ley, le eran privados al pueblo en su ejercicio.
Los procesos colectivos, por otra parte, son viejos conocidos no solo de los juristas
colombianos, sino de la sociedad colombiana en general, desde la previsión de las acciones
populares y de las acciones de grupo como vías de protección constitucional en la Carta
Política de 199161. En esta línea, la Corte en su comunicado dice que al revisar el Acto
Legislativo en lo atinente a las investigaciones de la JEP en contra de civiles y terceros, esto
es, no combatientes, los incisos 2 y 3 del artículo 16 transitorio son inexequibles porque de
donde se sigue una vez más el análisis de una justicia transicional excepcional, más allá de
la declarada especialidad en torno a los sujetos adjetivados o cualificados, en cuyo favor se
adelanta, una vez estos asuman el compromiso del régimen de condicionalidad62.
59 BUJOSA VADELL, Lorenzo; Cartagena. Colombia. Víctima colectiva y postconflicto. Memorias XXXVII
Congreso Colombiano de Derecho Procesal. 2017. Pg. 203.
60 Ibídem. Pg. 204.
61 Ibídem.
62 (i) Dejación de armas; (ii) Obligación de contribuir activamente a garantizar el éxito del proceso de
reincorporación a la vida civil de forma integral; (iii) Obligación de aportar verdad plena en los términos del inciso
octavo del artículo transitorio 5º del artículo 1º del A.L. 01 de 2017. (iv) Garantizar la no repetición y abstenerse
de cometer nuevos delitos, o delitos de ejecución permanente, después del primero (1º) de diciembre de 2016, en
particular, conductas asociadas con cualquier eslabón de la cadena de producción de los cultivos de uso ilícito y
sus derivados; (v) Contribuir a la reparación de las víctimas, y en particular a decir la verdad en relación con los
MARTÍNEZ QUINTERO, Ricardo
Justicia transicional. La reinterpretación de un sueño constitucional a partir de un nuevo pensamiento 681
procedimientos y protocolos para inventariar todo tipo de bienes y activos; y (vi) Entregar los menores de edad, en
particular las obligaciones específicas establecidas en el numeral 3.2.2.5 del Acuerdo Final.
63 Parágrafo 1 del artículo 7 transitorio: “parágrafo 1°. Los magistrados de la JEP, el Director de la Unidad de
Investigación y Acusación, los juristas expertos extranjeros que actuarán en calidad de amicus curiae, el Secretario
Ejecutivo de la JEP, el Presidente o Presidenta inicial de la JEP, los comisionados de la Comisión para el Esclarecimiento
de la Verdad, la Convivencia y No Repetición, y el Director de la Unidad de Búsqueda de personas dadas por
Desaparecidas en el contexto y en razón del Conflicto Armado serán seleccionados por un Comité de Escogencia que
gozará de autonomía e independencia y que ·será conformado por reglamento expedido por el Gobierno nacional.
El Secretario Ejecutivo de la JEP será designado por el Responsable del Mecanismo de Monitoreo y Verificación
de la Organización de Naciones Unidas y confirmado por el Comité de Escogencia. Los miembros del Comité de
Escogencia no asumirán ninguna responsabilidad personal por la selección de los magistrados, comisionados y
demás funcionarios que deben escoger en virtud de este artículo transitorio. En relación con los funcionarios de la
JEP, el Secretario Ejecutivo nominará a las personas seleccionadas por el Comité, quienes se posesionarán ante el
Presidente de la República.”
64 “Artículo transitorio 15°. Entrada en funcionamiento y plazo para la conclusión de las funciones de la JEP. La
JEP entrará en funcionamiento a partir de la aprobación de este Acto Legislativo sin necesidad de ninguna norma de
desarrollo, sin perjuicio de la aprobación posterior de las normas de procedimiento y lo que establezca el reglamento
de dicha jurisdicción. El plazo para la conclusión de las funciones de la JEP consistentes en la presentación de
acusaciones por la Unidad de Investigación y Acusación, de oficio o como consecuencia de las resoluciones de la
Sala de Reconocimiento de Verdad, de Responsabilidad y Determinación de los Hechos y las Conductas, será de 10
años contados a partir de la entrada efectiva en funcionamiento de la totalidad de salas y secciones de la JEP, y un
plazo posterior de 5 años más para concluir su actividad jurisdiccional, plazo este último que de ser necesario podrá
ser prorrogado mediante ley, para concluir su actividad, a solicitud de los magistrados de la JEP. El plazo para recibir
informes por la Sala de Reconocimiento de Verdad, de Responsabilidad y Determinación de los Hechos y las conductas
será de 2 años desde que se haya constituido la totalidad de las salas y secciones de la JEP y podrá prorrogarse por
la misma Sala hasta completar un periodo máximo de 3 años, salvo causa excepcional debidamente motivada en la
que el plazo podrá ser moderadamente extendido por la Sala de Reconocimiento de Verdad, de Responsabilidad y
Determinación de los Hechos y las conductas. En todo caso y sin limitación temporal alguna podrá constituirse, en
cualquier momento en que resulte necesaria, la Sección de estabilidad y eficacia de resoluciones y sentencias, de
conformidad con lo dispuesto en el inciso 2° del artículo 7° transitorio y en el inciso final del artículo 12° transitorio
de este Acto Legislativo.” “Artículo transitorio 27°. Prevalencia del Acuerdo Final. En caso de que con posterioridad
a la aprobación del presente Acto Legislativo, se aprobaran leyes o normas que al otorgar tratamientos diferenciados
a agentes del Estado o a otras personas por conductas relacionadas directa o indirectamente con el conflicto armado,
fueran combatientes o no combatientes, provocaren que los anteriores sean excluidos de la competencia de la
Jurisdicción Especial para la Paz, o tuvieren como resultado la inaplicación de dicha jurisdicción o la inaplicación de
las condiciones referidas a las sanciones que se recogen en el Acuerdo final de 24 de noviembre de 2016 respecto de
dichas personas, el Tribunal Especial para la Paz ejercerá su jurisdicción preferente en las materias de su competencia
conforme al presente Acto Legislativo”.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
682 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
o status quo referido a una alternativa pensada desde lo político como lo indispensable para
alcanzar una convivencia pacífica. Eso sí, con el gran riesgo por la inacción legislativa de cara
a luchas cuya existencia motivará el futuro. Estado de cosas del que en sana hermenéutica
deviene explicativo el por qué del orden en la propuesta política de paz, equidad y educación.
Esta última como la justicia dentro de la negociación en su trato. Verdaderas excepciones que
ponen en evidencia, no que el orden de los factores no altere el producto, sino que a tales
extremos hemos llegado hasta el fomento de ecuaciones jamás imaginadas, debido al olvido
que sobre nuestra propia identidad hemos recibido por el impacto de la guerra a través de sus
principales aliados, destacándose en el aquí y el ahora: La corrupción.
Dígase además, terminando este trabajo, tal como se advirtió en los renglones introitos,
en este momento la discusión sobre la manera de llevar a los estrados judiciales la decisión
negativa del Legislativo respecto a las circunscripciones especiales para la paz. Excepción
adicional. Igualmente la reciente puesta en funcionamiento de la comisión de la verdad, de la
que se espera consulta de la historia, muchos años atrás de 1985. En la historia todo tiene un
principio y el de nuestra guerra el 12 de octubre de 1492. Hoy todos, sin excepción, víctimas
de ella.
Así, aparte de los símbolos individuales y de las variantes en el empleo de los universales,
no se sabe nunca si un elemento del sueño debe interpretarse simbólicamente o conforme a su
verdadero sentido, y se sabe, en cambio, con seguridad, que no todo el contenido del sueño
debe interpretarse simbólicamente65. El simbolismo onírico va mucho más allá de los sueños.
No pertenece a ellos como cosa propia, sino que domina de igual manera la representación
en las fábulas, mitos y leyendas, en los chistes y en el folklore permitiéndonos descubrir
las relaciones íntimas del sueño con estas producciones. Mas debemos tener en cuenta
que no constituye un producto de la elaboración del sueño, sino que es una peculiaridad –
probablemente de nuestro pensamiento inconsciente- que proporciona a dicha elaboración el
material para la condensación, el desplazamiento y la dramatización66.
65 FREUD, Sigmund; Barcelona. España. Los textos fundamentales del psicoanálisis. 1986. Pg. 166.
66 Ibídem. Pg. 167.
67 MARTÍNEZ QUINTERO, Ricardo. Bogotá. Colombia. Revista Investigación Criminal. Universidad La Gran
Colombia. Volumen 1. Máximos Responsables en el Derecho Penal Internacional – El caso colombiano- 2017. Pg. 114.
MARTÍNEZ QUINTERO, Ricardo
Justicia transicional. La reinterpretación de un sueño constitucional a partir de un nuevo pensamiento 683
Se trata de lo que Walter Benjamin llama “tiempo vacío” en sus “Tesis sobre el concepto
de historia”. También Frantz Fanon, para describir el tiempo introducido por el dominio
colonial sobre el pueblo, habla de “tiempo muerto”68. Desde esta perspectiva, la única manera
para superar esa coacción que desde el derecho en su forma política tradicional se nos viene
ejerciendo logrando con esto el olvido del ayer (donde se encuentra el génesis de la guerra)
y la anulación del porvenir como verdadera alteridad, es implementando un pensamiento
liberado frente al estado de excepción constituido por el Acuerdo final suscrito entre el
gobierno actual y el grupo conocido como las FARC.
La justicia consistiría en hacer del mundo un bien, un bienestar común. Eso implica dos
momentos: la justicia como tarea, dado que el mundo no es ese bien, sino un desorden; y
tomar el mal estado del mundo como punto de partida de la tarea70. Se trata, por tanto, de
encontrar el lugar de cada cual en la construcción de la realidad, de ahí la importancia que
tiene visibilizar lo oculto en la construcción fáctica de la historia. Esa visibilización de los
sin-nombre (tarea de la memoria) en el supuesto de una construcción justa71.
68 REYES Mate, ZAMORA José A. Barcelona. España. Justicia y Memoria. Hacia una teoría de la justicia
anamnética. 2011. Pg. 14.
69 Ibídem. Pg. 26.
70 Ibídem. Pg. 37.
71 Ibídem.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
684 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
esta última que requiere ser superada deontológicamente por convicción de emancipación
epistémica y no del aprovechamiento de aparentes líderes que con el pretexto de la libertad
buscan nuevos espacios de esclavismo a partir de supuestas ideologías protectoras de aquella.
Ese es uno de los grandes riesgos, el entorno diseña el tamaño del compromiso. No a la
recidiva pese a la constante actividad preposterada encontrada a lo largo de este último
trance histórico en Colombia. Cuestión de cuidado por resultar propulsoras hacia juicios de
realidad comprometidos por los que en ellos hemos estado atrapados siempre con base en
eufemismos, falaces promesas, juegos lingüísticos y cinismos.
9. CONCLUSIONES
Sabemos poco de nosotros por nosotros mismos y si la Paz es la tranquilidad del orden,
mucho falta para alcanzarla. A manera de epítome puede aducirse la cuestión actual de la
transicionalidad como una ruta con recorrido experiencial desde el pasado sin la advertencia
sobre la importancia de determinar el verdadero génesis del flagelo de la violencia y de la
guerra en Colombia, a lo que inminentemente puede dar respuesta: La historia. Situación
que a pesar de ser racionalmente entendible la urgencia de tomar medidas para detener la
barbarie, seguimos carentes del uso lingüístico del plural mayestático lo que reproduce la
sintomatología que muestra el alejamiento o longincuidad de la sociedad respecto a los males
que la aquejan. La representatividad del pueblo a través de los políticos está cuestionada como
nunca por las consabidas maniobras de los miembros de esa clase frente a las expectativas de
sus electores. Huella de la colonia.
De esta forma la justicia transicional requiere mirarse como un compromiso de todos con
todos y para todos, a pesar de las aporías y dobles lógicas contradictorias que contiene el
Acuerdo, que obvio conllevarán grandes tensiones y que en este escrito quedaron expuestas.
Tensiones cuya solución no puede dejarse en manos de nadie distinto a nosotros mismos,
que somos los destinatarios de las consecuencias de las mismas. En este orden de ideas,
convencido está el autor de que esta transicionalidad conserva la nota de especialidad respecto
de los combatientes a quienes por esa inconcusa calidad le son brindadas prerrogativas
connaturales al ejercicio de una negociación política, pero la irrefutable característica es
la de ser a todas luces “excepcional”. De ahí la creación de la jurisdicción especial con un
órgano igualmente especial, producto de la negociación, la misma que concluyera con el
tema alusivo a la justicia.
Pero en lo que atañe al Acuerdo del “Colón” nombre que remembra el año 1492, es
este habilitador de un espacio que jamás fue pensado por los constituyentes de 1991, en la
MARTÍNEZ QUINTERO, Ricardo
Justicia transicional. La reinterpretación de un sueño constitucional a partir de un nuevo pensamiento 685
esperanza que el texto oferente del Estado Social de Derecho sería el camino definitivo hacia
la paz. Empero, ello no fue así, continuó la guerra degradándose y las instituciones públicas y
privadas corrompiéndose, hasta las de educación superior, en clara resonancia a la enseñanza
de apropiarse de lo público y lo ajeno en beneficio particular.
1. INTRODUCCIÓN
En tal contexto, particular importancia debería asumir, por un lado, la conclusión en vía
“definitiva” de las violaciones fiscales intervenidas en el pasado, con el objetivo de lograr
alguna forma de “amnistía” con relación a las mismas. De otro lado (argumento que no
seraprofundio en el presente trabajo), ocurrirá que las partes involucradas en el proceso de
paz se dediquen a individuar modalidades compartidas, si es necesario incluso mediante la
previsión de formas de federalismo fiscal ad hoc3, para la actuación y la compliance de las
obligaciones de origen tributario que, fuera de las áreas históricamente controladas por las
FARC, son respetadas por los contribuyentes colombianos en base a la legislación tributaria
existente.
Se trata de un mecanismo que ha tenido mucho éxito en los últimos años en Italia – y que,
además, ha sido también adoptado en otros Países de la Unión Europea – y que se inscribe
en el marco de la modificación de la disciplina del derecho tributario internacional que,
como es de conocimiento, se caracteriza por el fortalecimiento de los procedimientos para el
intercambio automático de informaciones entre los Estados y por la “reducción” de espacios
para el mantenimiento de capitales no declarados en Estados extranjeros no colaborativos
(c.d. ‘Paradisi fiscali’)6.
terms of the amount of revenue to be raised – with an eye to equity, efficiency and simplicity – and the items and
persons to be taxed.”
3 Ver F. VANISTENDAEL, Legal framework for taxation. Division of tax powers between the central and local
governments, V. THURONY (ed.) Tax law design and drafting, cit., pp. 62 y siguientes.
4 Ver R. AVI YONAH, M. LANG, Comparative fiscal federalism, Kluwer Law International, 2016; R. CORDEIRO
GUERRA, Diritto tributario internazionale, Cedam, 2016.
5 Ver, ex multis, M. CARDILLO, La voluntary disclosure: aspetti critici, in Diritto e pratica tributaria, 2015, pp.
906 y siguientes ; C. GLENDI, Voluntary disclosure: le ripide procedure (per il purgatorio più o meno salvifico o il
suicidio sanzionatorio del peccatore fiscale in via di non sempre spontaneo o totale pentimento, in Diritto e pratica
tributaria, 2015, pp. 906 y siguientes; M. LEO, Raddoppio dei termini e voluntary disclosure: tutto risolto?, in Il Fisco,
2015, pp. 2017 y siguientes; C. SANVITO, La voluntary disclosure evita la confisca di prevenzione sui proventi da
reati tributari?, in Il Fisco, 2015, pp. 838 y siguientes; A. PERINI, Voluntary disclosure: l’elenco incompleto delle
fattispecie non punibili, in Il Fisco, 2015, pp. 348 y siguientes; A. IORIO, S. MECCA, Effetti penali della voluntary
disclosure, in Il Fisco, 2014, pp. 723 y siguientes.
6 Ver R.S. AVI-YONAH, International tax as international law, Cambridge, 2007; C. KEUSCHNIGG, M.P.
DEVEREUX, The arm’s length principle and distortions to multinational firm organization, Journal of International
Economics, 2013, pp. 432 y siguientes; S. JOGARAJAN, Stamp, Seligman and the drafting of the 1923 Experts’
Report on double taxation, World tax journal, 2013, pp. 368 y siguientes; M.P. DEVEREUX, R. DE LA FERIA,
RONCO, Stefano María
Acuerdo de paz y formas de amnistía en materia tributaria: consideraciones desde un enfoque comparativo 689
El caso de la legislación italiana en tema de voluntary tax disclosure
En las siguientes páginas, después de proporcionar una breve descripción de las principales
características de la disciplina de sanciones existente en Italia en materia tributaria, se
procederá a tomar en consideración los elementos que distinguen el mecanismo legislativo
en tema de voluntary tax disclosure, destacando cómo este régimen permite, por un lado, la
regularización del capital y asset detenidos en violación de la disciplina fiscal aplicable y,
por otro lado, ofrecer salvaguardias significativas destinadas a evitar que, a través del uso
meramente instrumental y abusivo de tal instrumento “de favor”, se permita ingresar en la
economía lícita a capitales que no son objeto de mera evasión fiscal, sino que son fruto del
lavado de dinero en cuanto constituyen el producto de una actividad criminal, como el tráfico
de drogas o la corrupción.
Junto a los institutos penales previstos por el D.Lgs. n. 74 del 10 de marzo del 2000, el
ordenamiento de sanciones tributario italiano también incluye una disciplina específica de
derecho de matriz administrativa, cuyos principios están inspirados en el derecho penal y
están establecidos en el D.Lgs. n. 472 del 18 de diciembre del 19977.
Defining and implementing a destination-based corporate tax, Oxford University centre for business taxation, 2012,
working paper 14/07; M.P. DEVEREUX, J. VELLA, Are we heading towards a corporate tax system fit for the 21st
century?, Oxford University centre for business taxation, 2014, working paper 14/25.
7 Ex multis, ver F. TESAURO, Istituzioni di diritto tributario. Parte generale, Torino, 2009, pp. 313 y siguientes;
G. MARONGIU, Le sanzioni amministrative tributarie: dall’unità al doppio binario, Rivista di diritto tributario, I,
2004, pp. 373 y siguientes; A. GIOVANNINI, Sui principi del nuovo sistema sanzionatorio non penale in materia
tributaria, Diritto e pratica tributaria, I, 1997, pp. 1188 y siguientes; L. DEL FEDERICO, Le sanzioni amministrative
nel diritto tributario, Milano, 1993; Id., Introduzione alla riforma delle sanzioni amministrative tributarie: i principi
sostanziali del D.Lgs. n. 472/1997, Rivista di diritto tributario, I, 1999, pp. 107 y siguientes; L. TOSI, Profili soggettivi
della disciplina delle sanzioni tributarie, Rassegna tributaria, 1999, pp. 1328 y siguientes; R. CORDEIRO GUERRA,
Illecito tributario e sanzioni amministrative, Milano, 1996; C. FAVA, Sanzioni tributarie e persone giuridiche tra
modelli penalistici e specificità del settore, Milano, 2006.
8 Ver, para una primera introducción sobre la doctrina del derecho penal en materia, A. LANZI, P. ALDROVANDI,
Diritto penale tributario, Padova, 2014, pp. 95 y siguientes; E.M. AMBROSETTI, I reati tributari, E.M. AMBROSETTI,
E. MEZZETTI, M. RONCO, Diritto penale dell’impresa, Bologna, 2016, pp. 461-463; E. MARELLO, Raddoppio
dei termini per l’accertamento e crisi del ‘doppio binario’, in Rivista di diritto tributario, III, 2010, pp. 95-97; Id.,
Evanescenza del principio di specialità e dissoluzione del doppio binario: le ragioni per una riforma del sistema
punitivo penale tributario, in Rivista di diritto tributario, III, 2013, pp. 269 y siguientes; A. CARINCI, Il principio
di ne bis in idem, tra opportunità e crisi del sistema sanzionatorio tributario, Archivio penale, 3, 2016, p. 2 e p. 5-6.
9 Ver F. TESAURO, Istituzioni di diritto tributario. Parte generale, cit., p. 313.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
690 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
En tal contexto, es evidente la importancia crítica que el elemento subjetivo asume, como
condición para la imputación a título de sanción. Esto es, a primera vista, comprensible
considerando la complejidad de la materia tributaria, el repentino cambio a nivel normativo
y, a veces, la inestabilidad de las interpretaciones de la jurisprudencia y de la misma práctica
de la Administración financiera.
Cabe mencionar, en particular, la disposición del art. 5, comas 1 y 3 del D. Lgs. 472/1997,
en la cual se afirma, en relación al caso del profesional que asiste al contribuyente en el
cumplimiento de las obligaciones fiscales, que “las violaciones cometidas en el ejercicio de la
actividad de asesoría tributaria y que impliquen la solución de problemas de especial dificultad
son punibles sólo en caso de dolo o culpa grave. La culpa es grave cuando la impericia o
la negligencia del comportamiento son indiscutibles y no es posible dudar razonablemente
del significado y del ámbito de aplicación de la norma violada y, de consecuencia, resulta
evidente la macroscópica inobservancia de las elementales obligaciones tributarias”10.
No se trata, por otra parte, de la única norma destinada a “reducir” la esfera de acción de
la disciplina de sanciones administrativa, considerando que existen en el mencionado D.L.gs.
472/1997 otras disposiciones, calificadas por la doctrina como causas de no punibilidad, que
son finalizadas a excluir, cuando recurren determinadas circunstancias, la aplicación de la
sanción tributaria11.
En este sentido, por ejemplo se puede mencionar lo dispuesto en el art. 6, coma 2, del
D.Lgs, 472/1997 en la parte en la que determina la causa de no punibilidad derivada del
alcance indeterminado de la ley tributaria: “no es punible el autor de la violación cuando
la misma es determinada de objetivas condiciones de incertidumbre sobre el alcance y
sobre el ámbito de aplicación de las disposiciones a las cuales se refiere, así como de la
indeterminación de las solicitudes de información o de los modelos para las declaraciones y
para el pago”.
10 Ver el articulo 6, D.Lgs. 472/1997: “le rilevazioni eseguite nel rispetto della continuità dei valori di bilancio e
secondo corretti criteri contabili e le valutazioni eseguite secondo corretti criteri di stima non danno luogo a violazioni
punibili. In ogni caso, non si considerano colpose le violazioni conseguenti a valutazioni estimative, ancorché relative
alle operazioni disciplinate dal decreto legislativo 8 ottobre 1997, n. 358, se differiscono da quelle accertate in misura
non eccedente il cinque per cento”.
Con respecto a la ley penal ver el articulo 4, D.Lgs. 74/2000: “ai fini dell’applicazione della disposizione
del comma 1, non si tiene conto della non corretta classificazione, della valutazione di elementi attivi o passivi
oggettivamente esistenti, rispetto ai quali i criteri concretamente applicati sono stati comunque indicati nel bilancio
ovvero in altra documentazione rilevante ai fini fiscali, della violazione dei criteri di determinazione dell’esercizio
di competenza, della non inerenza, della non deducibilità di elementi passivi reali”.
11 En la doctrina se afirma que las causas de la non sanción en asuntos tributarios son: “1) l’errore incolpevole
sul fatto; 2) l’errore di diritto, derivante da ignoranza inevitabile della legge tributaria; 3) l’incerta portata della legge
tributaria; 4) l’imputabilità ad un terzo del mancato pagamento del tributo; 5) la forza maggiore” (F. TESAURO,
Istituzioni di diritto tributario. Parte generale, cit., p. 320).
RONCO, Stefano María
Acuerdo de paz y formas de amnistía en materia tributaria: consideraciones desde un enfoque comparativo 691
El caso de la legislación italiana en tema de voluntary tax disclosure
En primer lugar, el art. 6, apartado 3, del D.Lgs. 472/1997, que establece que “el
contribuyente, el sustituto y el responsable del impuesto no son punibles cuando demuestran
que el pago del tributo no ha sido realizado por un hecho denunciado a la autoridad judicial
y atribuible exclusivamente a terceros”.
Se trata de una hipótesis sin duda importante, que muchas veces encuentra aplicación
práctica en todos aquellos casos en los cuales, por ejemplo un profesional u otra persona
encargada por el contribuyente, no haya, de mala fe, procedido al pago de la cantidad debida
al vencimiento del plazo, apropiándose de los fondos proporcionados por el contribuyente.
Existe una segunda hipótesis digna de mención, en la que un contribuyente, tercero con
respecto a quien “formalmente” ha realizado la conducta prohibida, pueda ser llamado a
responder de la sanción administrativa a título de responsabilidad: se trata de la hipótesis
disciplinada en el art. 9, D.Lgs. 472/1997, relativa al concurso de personas en el cometimiento
del ilícito tributario12. La norma en cuestión afirma, de hecho, que “cuando varias personas
concurren en una violación, cada una de ellas está sujeta a la sanción establecida por esta
violación”.
Es, de hecho, conocido que la individuación de los criterios para aplicar las sanciones
punitivas a las empresas y a los entes han representado tradicionalmente un problema
complejo y de no inmediata solución.
En este contexto vale la pena, ahora, referirse al régimen introducido por el legislador
italiano e materia de “autodenucia” del contribuyente por irregularidades fiscales cometidas
en el pasado.
La disciplina en examen fue introducida, en un primer momento, con la Ley n. 186 del
15 de diciembre del 2014, publicada en la Gaceta Oficial n. 292 del 17 de diciembre del
Ne consegue che per i soggetti diversi da quelli appena richiamati, la responsabilità continua ad essere riferita alla
persona che ha commesso la violazione, ferma restando la responsabilità solidale del soggetto nel cui interesse è
stata commessa - se diverso dall’autore della violazione stessa – ai sensi dell’articolo 11 del d.lgs. n. 472 del 1997”.
15 Ver, ex multis, R. CORDEIRO GUERRA, Il principio di personalità, in AA.VV., Diritto sanzionatorio
amministrativo, A. GIOVANNINI, A. DI MARTINO, E. MARZADURI (eds.), Milano, 2016, pp. 1439 y siguientes.
16 Ver, ex multis, F. BATISTONI FERRARA, Sub Art. 7, d.l. 30 settembre 2003, n. 269, AA.VV., Commentario
breve alle leggi tributarie. Accertamento e sanzioni, G. FALSITTA, A. FANTOZZI, G. MARONGIU, F. MOSCHETTI
(eds.), Padova, 2011, pp. 809 y siguientes; C. FAVA, Sanzioni tributarie e persone giuridiche tra modelli penalistici
e specificità del settore, cit.ell’ggettivo e soggettivo orre u.; e disposizione si vedano ragrafi precedenti.te esti ai fini
dell’ggettivo e soggettivo orre u.
17 A. GIOVANNINI, Per una riforma del sistema sanzionatorio amministrativo, in AA.VV., Diritto sanzionatorio
amministrativo, cit., pp. 1386-1388; C. FAVA, Sanzioni tributarie e persone giuridiche tra modelli penalistici e
specificità del settore, cit., p. 116.
RONCO, Stefano María
Acuerdo de paz y formas de amnistía en materia tributaria: consideraciones desde un enfoque comparativo 693
El caso de la legislación italiana en tema de voluntary tax disclosure
2014 (en adelante “ley”), relativa a las “Disposiciones en materia de emersión y retorno de
capitales detenidos en el exterior así como el fortalecimiento a la lucha contra la evasión
fiscal. Disposiciones en materia de auto-lavado de dinero”.
Esta disciplina, fue posteriormente prorrogada con el Decreto Ley n. 193 del 22 de
octubre del 2016, convertido, con modificaciones, en la ley n. 225 del 1 de diciembre del
2016, relativa a las “Disposiciones urgentes en materia fiscal y para el financiamiento de
exigencias impostergables”, que ha inserido el artículo 5-octies en el decreto ley n. 167
del 28 de junio del 1990, convertido, con modificaciones, en la ley n. 227 del 4 de agosto
del 1990, contextualmente estableciendo la reapertura de los plazos del procedimiento de
colaboración voluntaria disciplinada por la ley n. 186 del 15 de diciembre del 2014, en un
período de tiempo que va desde el 24 de octubre del 2016 hasta el 31 de julio del 2017.
En este sentido, de hecho, el procedimiento delineado por la ley, en conformidad con las
líneas trazadas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE),
no solamente tiene como objetivo proporcionar al contribuyente un instrumento que le
permita definir su condición fiscal anterior sino que además, excluyendo el anonimato y con
la finalidad de garantizar los principios de la espontaneidad y de exhaustividad, contiene
medidas instrumentales para asegurar efectivamente en el futuro el respeto de las mismas.
18 Ex multis, ver F. ARDITO, La cooperazione internazionale in materia tributaria, Padova, 2007; L.E.
SCHOUERI, M.C. BARBOSA, Transparency: from tax secrecy to the simplicity and reliability of the tax system,
British Tax Review, 2013, pp. 666 y siguientes; P. BAKER, Automatic exchange of information – the arrival of a new
international norm of taxation, British Tax Review, 2013, pp. 371 y siguientes; L.U. CAVELTI, Automatic information
exchange versus the witholding tax regime globalization and increasing sovereignty conflicts in international taxation,
World Tax Journal, 2013, pp. 172 y siguientes; A.J. COCKFIELD, The limits of the international tax regime as a
committment projector, in Virginia Tax Review, 2013, pp. 59 y siguientes; S. CAPOLUPO, Presupposti e limiti della
cooperazione fiscale tra gli Stati UE, in Corriere tributario, 2011, pp. 1757 y siguientes; F. NOSEDA, Article 26 of
the OECD Model Tax Convention – group requests – the birth of a new international standard? Recent developments
in Switzerland and potential ramifications for other jurisdictions, British Tax Review, 2014, pp. 1 y siguientes; P.
ADONNINO, Lo scambio di informazioni tra le Amministrazioni finanziarie, Diritto e pratica tributaria, 2008,
pp. 705 y siguientes; B.J.M. TERRA, P.J. WATTEL, European tax law, Kluwer Law International, 2012, 413 y
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
694 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
De hecho, también las Autoridades fiscales italianas han emprendido un camino finalizado
a orientar las actividades operativas en la dirección del máximo uso de la información derivada
de los intercambios automáticos introducidos por las normas adoptadas en conformidad con
los acuerdos de los Países miembros de la OCDE, con respecto a algunos tipos de ingresos,
incluidos los ingresos financieros.
A la luz de este camino, por lo tanto, se ha vuelto muy difícil para el contribuyente
mantener capitales ilícitamente en el extranjero, dado el creciente compromiso de la
“Autoridad Fiscal Italiana” en el intercambio de información con las autoridades extranjeras
destinado a la identificación de los capitales ilícitamente detenidos fuera de las fronteras
nacionales.
Particular atención ha sido puesta por el legislador en lo referente a la lucha contra los
ilícitos penales no relacionados con las violaciones de la disciplina tributaria.
Además, la disciplina introducida con tal régimen no constituye una novedad, vista la
existencia de anteriores formas de amnistía, como las amnistías tributarias recurrentes en el
sistema tributario italiano a partir de los primeros años del 2000 que se caracterizaban por la
previsión de una cláusula destinada a convertir en irrelevantes las hipótesis de evasión fiscal
sancionadas penalmente, pero que habían siempre garantizado la punibilidad por los delitos
de lavado de dinero, cuyos productos se originaban en los delitos no relacionados con los
ilícitos fiscales, sino que por el contrario, se originaban en fraudes fiscales u otras hipótesis
particularmente graves de delitos sancionados por la disciplina penal - tributaria20.
siguientes; M. HELMINEN, EU tax law. Direct taxation, IBDF, 2013, pp. 307 y siguientes; C. GARBARINO,
Manuale di tassazione internazionale, Milano, 2005; D. LERMER, S. PINNOCK, Exchange of information to become
a key element in multilateral cooperation, International Transfer Pricing Journal, 2011, pp. 393 y siguientes; G.
MARINO, La cooperazione internazionale in materia tributaria, tra mito e realtà, Rassegna tributaria, 2010, pp. 433
y siguientes; J. OWENS, Moving towards better transparency and exchange of information on tax matters, Bulletin
for International Taxation, 2009, pp. 557 y siguientes.
19 Ver A. GULLO, voce Autoriciclaggio, in Il libro dell’anno del diritto 2016 Treccani, G. LEO, F. VIGANO’
(eds.), Istituto della Enciclopedia Italiana, Roma, 2016.
20 Ver, ex multis, A. GIOVANNINI, Provento illecito e presupposto dell’imposta personale, Milano, 2000; A.
MARCHESELLI, Le attività illecite tra Fisco e sanzione, Padova, 2001; M. BEGHIN, La tassazione dei redditi da
proventi illeciti, Corriere tributario, 2002, pp. 3280 y siguientes; G. FALSITTA, La tassazione dei proventi da reato
nell’analisi della giurisprudenza dell’ultimo decennio, Rassegna tributaria, 2001, pp. 1123 y siguientes.
RONCO, Stefano María
Acuerdo de paz y formas de amnistía en materia tributaria: consideraciones desde un enfoque comparativo 695
El caso de la legislación italiana en tema de voluntary tax disclosure
querido garantizar que solamente los delitos tributarios puedan ser objeto de una previsión
de no punibilidad, mientras que en lo referente a los ingresos de origen ilícito reconducibles
a delitos no fiscales sigue manteniéndose en la nueva disciplina también la sanción penal.
Esto, con el objetivo principal de evitar que a través del abuso del régimen de favor de
recuperación de los capitales detenidos en el extranjero, algunos contribuyentes de mala
fe intenten portar a la luz capitales que, en realidad, proceden de conductas penalmente
relevantes no relacionadas con las violaciones de la disciplina fiscal, como, por ejemplo,
ocurre en los casos de tráfico de estupefacientes o de corrupción.
5. CONSIDERACIONES FINALES
Las consideraciones que fueron expuestas en los parágrafos anteriores también parecen
de interés respecto al problema objeto de examen, relativo a la individuación de un régimen
fiscal “transitorio”, destinado a definir las cuestiones pendientes de origen tributario relativas
a los miembros de las FARC y de otros contribuyentes colombianos que hayan puesto en
marcha en pasado actividades económicas en territorios controlados, de hecho, por parte de
tal entidad.
Un objetivo, este último, que parece oportuno y que podría ser alcanzado con la emersión
de los capitales de origen ilícito derivados de la evasión fiscal mediante el pago de los
impuestos debidos y de un adecuada carga de sanciones, con el intento de meter nuevamente
en circulación en la economía sana tales sumas sin el “estigma” de la ilegalidad derivada de
su origen fiscalmente irregular. Por otro lado, como establecido también en el acuerdo de
paz, subsiste la necesidad ineludible de evitar que los ingresos que se originan en delitos no
fiscales, sino de otra especie, puedan ingresas así en la economía sana.
Régimen fiscal que, como se indicó anteriormente, al mismo tiempo prevé un mecanismo
de definitiva regularización de las violaciones fiscales, aunque penalmente relevantes, y
garantiza que no se pueda obtener alguna “amnistía” o regularización para los ingresos y
capitales de origen ilícito cuyo origen sea atribuible a delitos y crímenes no fiscales.
En particular, como se ha visto, con la previsión de una sanción específica para las
hipótesis del auto-lavado de dinero y la subsistencia de salvaguardias significativas dirigidas
a contrastar todas las forma de lavado de dinero, el legislador italiano se ha asegurado de
contrastar eficazmente tal eventualidad.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
696 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Parece, por lo tanto, que este enfoque pueda ser tomado válidamente como un modelo en
términos comparativos, con las debidas diferenciaciones y ajustes, también con referencia a
la situación colombiana, con el objetivo de lograr una forma de regularización definitiva de
las violaciones fiscales intervenidas en el pasado en los territorios controlados por las FARC,
sin que, por este motivo, tenga lugar una forma encubierta de “amnistía” para aquellos
capitales que, por el contrario, tienen origen en ilícitos de matriz distinta de la fiscal.
SEXTA PARTE
JURISDICCIÓN INDÍGENA Y JUSTICIA
TRANSICIONAL
CAPÍTULO XXXVI
Así, la Constitución Política posee fuerza vinculante dentro del ordenamiento jurídico,
por lo cual su aplicación directa puede observarse en aquellos casos en que existan vacíos
jurídicos o normativos que regulan determinada materia, puesto que todas aquellas leyes que
la contravengan deberán ser expulsadas del ordenamiento jurídico por la Corte Constitucional,
como máximo ente encargado de garantizar la supremacía e integridad del texto supra legal.
En tal medida, procede para la defensa de los derechos de los pueblos indígenas el
ejercicio de la acción de tutela, y por lo mismo, se descarta la necesidad de acudir al uso
inclusive de la acción popular prevista en el artículo 88 superior, desarrollada por la Ley 472
de 1998. Así mismo, es necesario recordar que la determinación de estos derechos, así como
la de cuál es su esencia y contenido, está fuertemente ligada a lo establecido en precitado
Convenio 169 de la OIT “sobre pueblos indígenas y tribales”. Es por ello que la consulta
previa, el debido proceso y la protección de las tierras de resguardo donde habitan las
comunidades indígenas son derechos fundamentales que protegen a dichos grupos étnicos,
en cumplimiento de lo establecido por el Convenio 169 de la OIT, a la luz de la jurisprudencia
de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
De otra parte, señalaron los mismos que ese derecho a la propiedad de los pueblos
indígenas se extiende sobre todas aquellas tierras y recursos que ellos usen en el momento
presente y sobre aquellas que poseyeron en el pasado y de las cuales fueron despojados, con
las cuales mantengan una especial relación a partir de un vínculo de memoria colectiva. Es por
esto que la Corte Interamericana suele considerar al respecto diversas pruebas relacionadas
con la ocupación histórica de las tierras por parte de las comunidades indígenas, o con la
existencia de prácticas tradicionales de subsistencia, rituales o sanación, que contribuyan a
clarificar esa presencia histórica5.
De igual forma indican también dichos organismos que conforme a esa misma posición,
los Estados están obligados frente a los pueblos indígenas y tribales a otorgarles de manera
3 La inclusión de este convenio dentro del bloque de constitucionalidad se deriva del hecho de desarrollar un
tema de derechos humanos y fue reconocida al menos desde la sentencia SU-039 de 1997. Este planteamiento ha
sido posteriormente reiterado en gran cantidad de decisiones, entre ellas las sentencias SU-383 de 2003, C-208 de
2007 (M. P. Rodrigo Escobar Gil), C-620 de 2003, C-030, C-461 y C-864 de 2008 (M. P. Marco Gerardo Monroy
Cabra), C-175 y C-615 de 2009, C-063, T-745 y C-915 de 2010 (M. P. Humberto Antonio Sierra Porto), C-702 de
2010 (M. P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub), C-641 de 2012 (M. P. Nilson Pinilla Pinilla) T-384A de 2014 (M. P.
Gabriel Eduardo Mendoza Martelo).
4 Este principio se desarrolla por primera vez en la sentencia T-380 de 1993 (M. P. Eduardo Cifuentes Muñoz) y
es posteriormente reiterado, en varios otros fallos, entre ellos T-001 de 1994 (M. P. José Gregorio Hernández Galindo),
T-254 de 1994, SU-039 de 1997, SU-383 y T-955 de 2003, C-180 de 2005 (M. P. Humberto Antonio Sierra Porto),
T-778 de 2005, T-979 de 2006 y C-461 de 2008.
5 Como ejemplos de la línea jurisprudencial de la Corte Interamericana sobre el tema, citó las sentencias
correspondientes a los casos de las comunidades Mayagna (Sumo) Awas Tingni contra Nicaragua (agosto de 2001)
y Yakye Axa contra Paraguay (junio de 2005).
CAMARGO SOLANO, Álvaro
Conflicto de competencia entre la jurisdicción especial indígena y la jurisdicción ordinaria en el marco de la justicia transicional colombiana 701
Este matiz fue determinante para la concesión del amparo en varios de los casos
más emblemáticos sobre derechos de las comunidades indígenas revisados por la Corte
Constitucional en sus primeros años, entre ellos los resueltos por varias sentencias simbólicas7,
entre ellas la sentencia relacionada con la fumigación de cultivos ilegales en los departamentos
del suroriente del país, con presencia de comunidades indígenas, especialmente en cuanto a
que dicha práctica podría implicar grave afectación de los ecosistemas de esas regiones y
poner en riesgo tanto la salud como la seguridad alimentaria de sus habitantes.
Tanto así que se ha definido la identidad cultural como “el conjunto de referencias culturales
por el cual una persona o un grupo se define, se manifiesta y desea ser reconocido; implica
las libertades inherentes a la dignidad de la persona e integra, en un proceso permanente, la
diversidad cultural, lo particular y lo universal, la memoria y el proyecto”8
Así mismo, el parágrafo del artículo 330 de la Carta política hace referencia a la explotación
de los recursos naturales en los territorios indígenas, manifestando que la misma “se hará
sin desmedro de la integridad cultural, social y económica de las comunidades indígenas”9,
principio que ha promovido las consultas previas dentro de las comunidades afectadas. 10
los pueblos U’wa y Motilón-Barí respectivamente; T-652 de 1998 (M. P. Carlos Gaviria Díaz) sobre la construcción
del embalse de Urrá dentro del área de influencia del pueblo Emberá-Katío; SU-383 de 2003 sobre la fumigación de
cultivos ilícitos en los departamentos del sur-oriente del país.
8 Ruiz Chiriboga, Oswaldo. El Derecho A La Identidad Cultural De Los Pueblos Indígenas Y Las Minorías
Nacionales: Una Mirada Desde El Sistema Interamericano. Disponible en: http://www.corteidh.or.cr/tablas/r23477.pdf
9 Constitución Política de Colombia, 1991. Artículo 330.
10 Leer sentencias T-380 de 1993, SU-039 de 1997, T-652 de 1998, SU-383 y T-955 de 2003, T-880 de 2006,
T-769 de 2009, T-547 de 201, T-745 de 2010, T-1045A de 2010.
CAMARGO SOLANO, Álvaro
Conflicto de competencia entre la jurisdicción especial indígena y la jurisdicción ordinaria en el marco de la justicia transicional colombiana 703
Todo ello conlleva a que existan mecanismos encaminados a la debida garantía y defensa
del derecho al territorio y a la propiedad colectiva de la tierra, y al pleno ejercicio del
mismo sin ninguna obstrucción. Tanto así que el ya mencionado Convenio 169 de la OIT
en su artículo 13 reconoció que “Al aplicar las disposiciones de esta parte del Convenio,
los gobiernos deberán respetar la importancia especial que para las culturas y valores
espirituales de los pueblos interesados reviste su relación con las tierras o territorios, o con
ambos, según los casos, que ocupan o utilizan de alguna otra manera, y en particular los
aspectos colectivos de esa relación”13.
Así mismo, el artículo 14 del mismo instrumento estableció que “Deberá reconocerse
a los pueblos interesados el derecho de propiedad y de posesión sobre las tierras que
tradicionalmente ocupan (…) deberán tomarse medidas para salvaguardar el derecho de
11 Leer T-778 de 2005 (M. P. Manuel José Cepeda Espinosa), T-1105 de 2008 (M. P. Humberto Sierra Porto),
T-973 de 2009 (Mauricio González Cuervo), T-680 de 2012 (M. P. Nilson Pinilla Pinilla), T-800 de 2014 (M. P.
Gabriel Eduardo Mendoza Martelo), T-247 de 2015 (M. P. María Victoria Calle Correa), T-283 y T-312 de 2016 (M.
P. Gloria Stella Ortiz Delgado).
12 Corte Constitucional (2012). Sentencia T-680-12. M.P. Nilson Pinilla Pinilla.
13 Convenio 169 de la OIT, artículo 13.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
704 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
los pueblos interesados a utilizar tierras que no estén exclusivamente ocupadas por ellos,
pero a las que hayan tenido tradicionalmente acceso para sus actividades tradicionales y de
subsistencia”14.
Reconoció además dicho Convenio el derecho que tienen los pueblos indígenas a ser
consultados, específicamente en situaciones que afectaran los territorios por ellos ocupados,
el deber de los Estados de garantizar los derechos de propiedad y posesión sobre dichos
territorios y el derecho a no ser trasladados o despojados de dichas tierras.
Así, bajo dicho desarrollo normativo, la Corte Constitucional se pronunció por primera vez
sobre las comunidades indígenas en la sentencia T-188 de 1993, fallo en el que se reconoció que
el derecho a la propiedad colectiva de la tierra de las comunidades indígenas es de naturaleza
de derecho fundamental, toda vez que dichas comunidades le atribuyen al mismo una gran
importancia. Una década después, la Corte Constitucional volvió a pronunciarse al respecto
mediante la sentencia T-955 de 2003, en donde el Tribunal dirimió el conflicto surgido por la
afectación del derecho de propiedad colectiva de una comunidad afrodescendiente del Choco
por la explotación de madera y manifestó que el derecho fundamental de tales comunidades
a la propiedad colectiva de las tierras “no nace en Colombia apenas en 1991 con la vigencia
de la nueva Constitución y del Convenio 169 de la OIT, sino que se remonta al menos a
1967, pues mediante la Ley 31 de ese año se incorporó al derecho interno el ya referido
Convenio 107 de la OIT, antecedente del actualmente vigente, que pese a su carácter parcial
e incipiente, al menos en comparación con el que hoy rige, incorporaba y reconocía ya ese
derecho”15.
14 Ibidem.
15 Corte Constitucional Colombiana. Sentencia T-052-17. M.P. GABRIEL EDUARDO MENDOZA MARTELO.
Tres (3) de febrero de dos mil diecisiete (2017).
16 Ibidem.
CAMARGO SOLANO, Álvaro
Conflicto de competencia entre la jurisdicción especial indígena y la jurisdicción ordinaria en el marco de la justicia transicional colombiana 705
directamente”, y ii) el derecho de éstos a “decidir sus propias prioridades en lo que atañe al
proceso de desarrollo, en la medida en que éste afecte a sus vidas, creencias, instituciones
y bienestar espiritual y a las tierras que ocupan o utilizan de alguna manera”, así como
a “participar en la formulación, aplicación o evaluación de los planes y programas de
desarrollo nacional y regional susceptibles de afectarles directamente”17.
También en relación con las condiciones en que debe realizarse la consulta, desde la
Sentencia SU-039 de 1997, esta corporación ha requerido:
b) Que la comunidad sea enterada e ilustrada sobre la manera como la ejecución de los
referidos proyectos puede conllevar una afectación o menoscabo a los elementos que
constituyen la base de su cohesión social, cultural, económica y política y, por ende,
el sustrato para su subsistencia como grupo humano con características singulares.
de los intereses para que los derechos de las comunidades indígenas no se vean sometidos;
v) que las autoridades ambientales no pueden expedir licencias sin la verificación de que se
haya llevado a cabo el proceso consultivo; vi). Que se garantice que los beneficios sociales
de la ejecución del evento objeto de consulta sean compartidos y vii) que durante el proceso
consultivo las minorías cuenten con el acompañamiento de la procuraduría General de la
Nación y la Defensoría del Pueblo.
Es sabido que el Acuerdo Final de Paz contiene el proceso de negociación entre el Actual
Gobierno del presidente SANTOS y la Guerrilla de las FARC-EP, cuyo objetivo es garantizar
“la paz estable y duradera” para el país. Dentro de dicho acuerdo implementado el 26 de
noviembre de 2016, se encuentran importantes ejes que abarcan las principales problemáticas
del país.
Tanto es así que es posible evidenciar que dentro del primer punto del, dedicado a la
Reforma Rural Integral y cuyo objetivo es contribuir a la transformación estructural del
campo, se encuentran algunos apartados que se refieren a los indígenas, dentro de los cuales
nos permitimos resaltar los acápites más representativos.
El Acuerdo se refiere al deber del Estado de garantizar el bienestar y el buen vivir para
los indígenas, para que de este modo puedan ejercer plenamente sus derechos y se alcance
la convergencia entre la calidad de vida urbana y la calidad de vida rural, respetando el
enfoque territorial, el enfoque de género, la cosmovisión y la diversidad étnica y cultural de
las comunidades.
Ahora, el extendido Acuerdo Final de Paz hace referencia al capítulo étnico, que reconoce
la importancia e influencia que han tenido los pueblos indígenas en la construcción y
20 Acuerdo Final Para La Terminación Del Conflicto Y La Construcción De Una Paz Estable Y Duradera. 24
de noviembre de 2016.
CAMARGO SOLANO, Álvaro
Conflicto de competencia entre la jurisdicción especial indígena y la jurisdicción ordinaria en el marco de la justicia transicional colombiana 707
Así, el acuerdo hace referencia a principios básicos a tener en cuenta respecto de los
pueblos indígenas y minorías étnicas, tales como “la libre determinación, la autonomía y el
gobierno propio, a la participación, la consulta y el consentimiento previo libre e informado;
a la identidad e integridad social, económica y cultural, a los derechos sobre sus tierras,
territorios y recursos, que implican el reconocimiento de sus prácticas territoriales ancestrales,
el derecho a la restitución y fortalecimiento de su territorialidad, los mecanismos vigentes
para la protección y seguridad jurídica de las tierras y territorios ocupados o poseídos
ancestralmente y/o tradicionalmente”21.
Ahora, desde la vía jurídica, las comunidades indígenas pueden acudir a la creación de
mecanismos de resolución de conflictos de tenencia, uso y de fortalecimiento de la producción
alimentaria cuando se trate de conflictos que comprometan sus derechos. Empero, dado que
la jurisdicción indígena se encuentra constitucionalmente protegida, el Acuerdo Final de Paz
sólo tendrá campo de acción mediante los M.A.S.C22 en los casos referidos con anterioridad.
Así, dichos mecanismos judiciales contarían con un enfoque étnico, garantizando la
participación y consulta para la aplicación de dichos mecanismos, cuando así se requiera.
En cuanto a la Justicia Especial para la Paz o JEP, contemplada dentro del Acuerdo
final, se hace alusión a la competencia de la misma para conocer de los casos en los que
los integrantes de los pueblos indígenas se vean inmersos, ya sea como víctimas o autores
de los tipos penales. Tanto así que se plasmó dentro inciso segundo del artículo 9 del Acto
Legislativo 01 de 2017 relativo a la competencia, lo siguiente:
21 Ibídem.
22 Mecanismos Alternativos de Solución de Conflictos.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
708 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Con el fin de puntualizar, es menester destacar que en materia de víctimas del conflicto:
“Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición” el diseño y ejecución del
Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición respetará el ejercicio de las
funciones jurisdiccionales de las autoridades tradicionales dentro de su ámbito territorial de
conformidad con los estándares nacionales e internacionales vigentes.
Empero, cabe resaltar que la jurisdicción indígena pertenece a otra categoría de justicia,
pese a que tradicionalmente es la justicia ordinaria la que opera en Colombia, sin embargo
dado el actual proceso de Post Conflicto que atraviesa el país, se requiere claridad jurídica
sobre la operatividad legal, toda vez que la declaratoria de inexequibilidad del inciso segundo
del artículo 9 del Acto Legislativo 01 de 2017, deja entonces un vacío sobre cómo resolver
el conflicto de competencias cuando se vea inmersa la Jurisdicción Especial Indígena y la
Justicia Especial para la Paz.
Se debe partir entonces de lo consagrado en el artículo nueve del Acto Legislativo 01 del
2017, puesto que la Justicia Especial para la Paz, es el mecanismo encargado de articular con
la Jurisdicción Especial Indígena, empero, al tiempo se establece que deben ser incluidas las
decisiones establecidas por las autoridades tradicionales.
Lo anterior divaga dentro de la incertidumbre jurídica, puesto que las Altas Cortes no se
han pronunciado de manera contundente con referencia a la Jurisdicción Especial Indígena,
por lo tanto, es preciso destacar los principales pronunciamientos que direccionan la situación
de los indígenas victimarios.
Puntualmente, es menester establecer que dentro de los límites de la relación entre las
dos jurisdicciones, Justicia Especial para la Paz y la Justicia Especial Indígena, debe primar
el respeto por las garantías y derechos de los indígenas privados de la libertad, puesto que se
debe garantizar la protección de la información de los procesos llevados a cabo por la JEI,
que serán competencia de la JEP.
24 Corte Constitucional. Expediente RPZ-003 –Sentencia C-674/17 (noviembre 14) M.P. Luis Guillermo
Guerrero Pérez. 2017.
25 Sentencia T 515-06. Corte Constitucional. 2016.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
710 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Cabe resaltar, que cuando el indígena sea privado de la libertad, previa autorización de
autoridad de la comunidad indígena, podrá cumplir la sanción al interior de su territorio, en
cuanto las instalaciones indígenas cuenten con lo estipulado por el régimen aplicable en la
Justicia Especial para la Paz.
Dentro del mismo pronunciamiento, es posible evidenciar que el fuero indígena ha sido
definido como un derecho de los miembros de las comunidades indígenas, adquirido por
el hecho de pertenecer a las mismas, lo cual garantiza la posibilidad de ser juzgados por
sus autoridades indígenas, conforme a sus normas y procedimientos, y cuyo objeto es el
juzgamiento acorde con los usos y costumbres propias de la cultura.
26 Ibídem.
27 Sentencia T 685- 15. Corte Constitucional. 2015.
CAMARGO SOLANO, Álvaro
Conflicto de competencia entre la jurisdicción especial indígena y la jurisdicción ordinaria en el marco de la justicia transicional colombiana 711
involucren bienes jurídicos universales no podrían ser conocidas por esa jurisdicción. Esta
Sala reitera que disiente de ese planteamiento, pues el elemento objetivo evaluado de manera
individual no basta para excluir la competencia de la jurisdicción especial indígena por
restringir de manera excesiva e injustificada la autonomía de las comunidades28.
Con referencia a las autoridades propias el Decreto Ley 1953 de 2014 establece lo
siguiente:
Reconoce además el decreto que los pueblos indígenas contarán con competencias como:
Gobernarse por autoridades propias en virtud de la llamada ley de origen, derecho propio y
todos aquellos derechos reconocidos dentro del citado referente normativo y los preceptos
constitucionales y legales.
Por su parte, la Justicia Especial para la Paz debe adoptar las medidas necesarias
para proteger los principios fundamentados en las costumbres indígenas, garantizando
principalmente el adecuado cumplimiento de la pena restrictiva de la libertad. Por lo tanto,
es menester dar claridad jurídica a la situación de los indígenas victimarios dentro del Post
Conflicto.
la jurisdicción especial indígena para juzgar casos que involucren la integridad sexual de
niños? Sin embargo, el pronunciamiento jurisprudencial abarca un importante contenido con
referencias a las reglas sobre la competencia de la jurisdicción indígena y la jurisdicción
ordinaria.
4. CONCLUSIONES
Ahora, dado el actual proceso de Post Conflicto que atraviesa el país, cabe resaltar que la
jurisdicción indígena pertenece a otra categoría de justicia, y pese a que tradicionalmente es la
justicia ordinaria la que opera en Colombia, se requiere claridad jurídica sobre la operatividad
legal de los indígenas victimarios del conflicto armado con la Guerrillas de las FARC.
Los victimarios provenientes de estas comunidades, deben tener certeza acerca del
proceso legal por medio del cual serán juzgados, esto hace parte del respeto por la justicia
indígena y por la Justicia Especial Indígena, lo cual se encuentra previamente consagrado en
el Acuerdo Final de Paz.
5. BIBLIOGRAFÍA:
Acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una Paz estable y
duradera. 24 de noviembre de 2016.
Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo OIT sobre pueblos indígenas
y tribales.
Corte Constitucional de Colombia. Sentencia C-113 de 1993. Veinticinco (25) días del
mes de marzo de mil novecientos noventa y tres (1993), Bogotá.
Corte Constitucional, Sentencia C-674/17, M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez. Catorce
(14) de Noviembre de dos mil diecisiete (2017), Bogotá.
Corte Constitucional, Sentencia SU-039/97, M.P. Antonio Barrera Carbonell, febrero tres
(3) de mil novecientos noventa y siete (1997), Bogotá.
Corte Constitucional, Sentencia T-002/12, M.P. Juan Carlos Henao Perez, Once de Enero
de dos mil doce (2012), Bogotá.
Corte Constitucional, Sentencia T-195/15, M.P. Maria Victoria Calle Correa, diecisiete
(17) de abril de dos mil quince (2015), Bogotá.
Corte Constitucional. Sentencia T-680-12, M.P. Nilson Pinilla Pinilla, veintisiete (27) de
Agosto de (2012), Bogotá.
Corte Constitucional, Sentencia T-685/15, M.P. Myriam Ávila Guzmán, cuatro (4) de
noviembre de dos mil quince (2015), Bogotá.
Corte IDH. Fallo de noviembre 28 de 2007, Caso Pueblo Saramaka vs. Surinam.
1. INTRODUÇÃO
Parece evidente, conquanto se revele útil frisar, que a abordagem econômica aqui
pretendida é aquela voltada especificamente ao desenvolvimento econômico, tal como
estampado e tratado no artigo 170 e seguintes da Constituição Federal, e não algo mais
afeto a uma teoria econômica.
* Doutor em Direito Público pela Instituição Toledo de Ensino de Bauru, SP; Mestre em Direito Político
e Econômico pela Universidade Presbiteriana Mackenzie, São Paulo, SP; Coordenador da Pós-Graduação
em Direito da Universidade Cruzeiro do Sul, sistema EAD; Professor da Universidade Zumbi dos Palmares;
Professor Titular de Direito Público na Universidade Municipal de São Caetano do Sul, SP; Advogado; autor
de obras jurídicas. antonio@baetaminhoto.com.br.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
718 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
completa se dava justamente na área demarcada pelo Supremo Tribunal Federal, passando a
ser, de tal julgamento em diante, terra indígena, e local de onde os produtores rurais tiveram
que se retirar.
Saber até que ponto o julgamento em foco atingiu os objetivos esperados de uma decisão
tão ampla e com conseqüências tão profundas para a realidade local em que se encontra a
reserva, descortinar as características do ativismo judicial e como sua manifestação está se
dando em solo brasileiro e, por fim, projetar que tipo de conseqüências podem ser intuídas do
inter-relacionamento de todos esses elementos, é o objetivo central deste estudo.
Pela expressão ativismo judicial se buscou e ainda se busca caracterizar aquela conduta
de protagonismo adotada pelo Poder Judiciário quanto à consecução, implementação e
concreção de políticas públicas ou mesmo princípios e/ou valores estampados, via de regra,
na constituição.
Essa noção, no entanto, deve ser melhor entendida e, inclusive, ver-se inserida na questão
da teoria da separação dos poderes estatais, a fim de se evitar juízos superficiais ou apressados
quanto aos seus caracteres mais destacados.
A obra acima destacada é de 1748 e se voltava, como não poderia ser de outro modo,
às condições sócio-políticas dadas àquela altura, fundamentalmente ligadas a uma estrutura
de um poder absolutista, no que se refere ao campo político, e ainda buscando um rumo em
busca da modernidade, relativamente ao campo social.
em relação àquelas observadas no século XVIII, quando surge a teorização da separação dos
poderes.
Esse ganho administrativo ganhou especial relevo com a mudança da configuração estatal
observada especialmente na primeira metade do século XX. De um Estado absenteísta e
imerso num liberalismo de feição ainda bastante ortodoxa, com, ainda mais, poucas funções
a desempenhar, vemos o começo do século passado assistir ao surgimento de um Estado de
feição mais social, gradativamente voltado à implementação e proteção de direitos coletivos.
Além desses direitos, o Estado que surge dessa inflexão de forças e de eventos históricos
– 1ª Guerra Mundial, Revolução Russa, Constituição Mexicana, Constituição de Weimar
– também assume um papel muito mais protagônico na atividade econômica, algo que
encontrará uma espécie de síntese na política do New Deal de Roosevelt, nos EUA.
Esse “novo” Estado, tal como acima exposto, se vê assim às voltas com muitas outras
atividades inexistentes ao tempo da teorização primitiva da separação dos poderes. A
limitação do poder segue sendo importante neste contexto, mas o ganho de eficiência em
termos administrativos, a obtenção de uma burocracia estatal mais eficiente, é um ponto a
ser levado em conta, especialmente quando buscamos uma análise mais contemporânea da
repartição do poder estatal.
Esta visão, a bem da verdade, nem é exatamente tão contemporânea assim, eis que
Carl Schmitt, por exemplo, já a indicava como sendo um elemento vital, anotando que “a
constituição inglesa representada por Montesquieu garante a liberdade dos cidadãos não
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
720 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
através da separação dos poderes, mas através do equilíbrio dos poderes”1. E na mesma
linha segue Madame de Staël-Holstein2:
O equilíbrio dos poderes não significa o jogo dos contrapesos, que nada mais
seria do que um equilíbrio de forças que originaria um conflito ininterrupto entre
os poderes para obter a supremacia. Equilibrar os poderes significa a série de
combinações que os leva a encontrar um acordo.
É precisamente neste último aspecto que se insere, no final, o âmago do que se poder
nominar como sendo um verdadeiro ativismo judicial. Como já dissemos, portanto, não
é qualquer ato pretensamente heterônomo praticado pelo Poder Judiciário que poderá ser
classificado, e no mais das vezes criticado, como sendo a prática do ativismo judicial, mas
fundamentalmente aquele que, descolando-se do ato jurisdicional mais ortodoxo ou clássico,
visa o atingimento de um alvo político por meio de um julgamento.
O transporte de funções entre os poderes não é algo novo e nem deveria causar surpresa,
como já referenciamos acima, neste mesmo trabalho. A questão que nos parece relevante é
observar a intensidade desse fenômeno, especialmente no Brasil.
Em locução que acabou por se consagrar na doutrina, o professor Lenio Streck se refere
ao Brasil como exemplo de nação “de modernidade tardia”3, ou seja, estados que ainda não
completaram a tarefa já concluída por países desenvolvidos de garantir a concretização de
direitos fundamentais – destacadamente os individuais de primeira e segunda geração – e
implementação definitiva da democracia.
O pré-citado professor defende que, para lidar com essa realidade, devemos ter aqui uma
postura ativista de nossos tribunais, com o escopo central de concretizar direitos e políticas
Como parece ser bastante evidente, a linha adotada acima não é livre de resistências,
dentro e fora do Brasil. Talvez o mais destacado crítico dessa postura ativista (e também
“substancialista), seja o filósofo Jürgen Habermas, que, nesta discussão, ficou alinhado ao
que se usou nominar de “procedimentalistas”.
De modo bastante direto, Habermas defende que o “tribunal constitucional deve ficar
limitado à tarefa de compreensão procedimental da Constituição (...) limitando-se a proteger
um processo de criação democrática do direito”5.
4 HABERMAS, J. Direito e Democracia – entre faticidade e validade. vol. I, Rio de Janeiro: Tempo Brasileiro,
1997, p. 245 e segs.
5 Idem, ibidem, p. 247.
BAETA MINHOTO, Antonio Celso
A demarcação da reserva indígena “Raposa Sierra del Sol” como manifestação de justiça de transição: 723
limites do ativismo judicial na proteção das minorias
Mas, ainda que o ativismo possa ser visto como uma espécie de necessidade para países
como o Brasil, o fato é que a fixação de limites para tal atividade – e o próprio questionamento
sobre sua relevância como elemento edificador da democracia brasileira – segue sendo tema
candente, imerso em polêmica e cujo equacionamento não parece ser nem simples e nem de
alcance fácil num horizonte mediano de tempo.
Bem por isso, iremos destacar, logo adiante, caso submetido ao crivo do Supremo Tribunal
Federal em que o ativismo judicial se mostrou bastante presente. Trata-se do caso que ficou
conhecido como “Reserva Raposa Serra do Sol” em que a corte maior do país determinou
a demarcação continua de reserva indígena já existente e o fez colocando de lado certos
direitos para prestigiar outros.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
724 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Raposa Serra do Sol (Raposa) é uma área de terra indígena situada no nordeste do estado
brasileiro de Roraima, nos municípios de Normandia, Pacaraima e Uiramutã, entre os rios
Tacutu, Maú, Surumu, Miang e a fronteira com a Venezuela, foi criada destinada à posse
permanente dos grupos indígenas ingaricós, macuxis, patamonas, taurepangues e uapixanas.
A reserva destacada é uma das maiores porções de terra indígena do país, com 1.743.089
hectares e 1000 quilômetros de perímetro. Quase 27% do território amazônico hoje é ocupado
por terras indígenas, sendo que 46,37% de Roraima correspondem a estas áreas.
Formada por imensas planícies, semelhantes às das regiões de cerrado, e por cadeias
de montanhas, na fronteira entre Brasil, Venezuela e Guiana, a Raposa acabou atraindo
produtores rurais que passaram a se dedicar ao cultivo de arroz, eis que as terras eram de boa
qualidade.
Esses produtores de arroz teriam chegado à região no início da década de 1970, quando
compraram as terras de antigos fazendeiros. Até 2008/2009, eram produzidas ali 160.000
toneladas de grãos por ano, em uma área de aproximadamente 100 mil hectares, na borda sul
da reserva Raposa Serra do Sol, às margens do Rio Surumu.
O impacto da produção agrícola na região era de tal magnitude que o governo estadual
de Roraima incentivava a vinda de novos produtores e também lhes fornecia calcário – para
utilização na lavoura – a preços subsidiados ou mesmo gratuitamente em certos casos.
Como resultado dos conflitos constantes entre produtores rurais e índios, foi determinada
a desocupação de toda a área da reserva em 2007. Em 2008, contudo, o Estado de Roraima
interpôs uma representação no STF (Pet 3388) reivindicando a suspensão da ordem de
desocupação. A representação foi acatada por unanimidade no Supremo e a chamada Operação
Upatakon III foi suspensa até o julgamento de todos os processos relativos à homologação
das terras indígenas.
Ato declaratório de uma situação jurídica ativa pré-existente. Essa a razão de a Carta
Magna havê-los chamado de “originários”, a traduzir um direito mais antigo do
que qualquer outro, de maneira a preponderar sobre pretensos direitos adquiridos,
mesmo os materializados em escrituras públicas ou títulos de legitimação de posse
em favor de não-índios. Atos, estes, que a própria Constituição declarou como “nulos
e extintos” (§ 6º do art. 231 da CF).
Cada etnia autóctone tem para si, com exclusividade, uma porção de terra
compatível com sua peculiar forma de organização social. Daí o modelo contínuo
de demarcação, que é monoétnico, excluindo-se os intervalados espaços fundiários
entre uma etnia e outra. Modelo intraétnico que subsiste mesmo nos casos de etnias
lindeiras, salvo se as prolongadas relações amistosas entre etnias aborígines venham
a gerar, como no caso da Raposa Serra do Sol, uma condivisão empírica de espaços
que impossibilite uma precisa fixação de fronteiras interétnicas. Sendo assim, se essa
mais entranhada aproximação física ocorrer no plano dos fatos, como efetivamente
se deu na Terra Indígena Raposa Serra do Sol, não há como falar de demarcação
intraétnica, menos ainda de espaços intervalados para legítima ocupação por não-
índios, caracterização de terras estaduais devolutas, ou implantação de Municípios.
Estes últimos argumentam que vários índios trabalhavam nas lavouras de arroz e que a
relação com os produtores rurais era ao menos estável. Mas, tudo leva a crer que esse grupo
não foi ouvido ou não foram consideradas as suas colocações como razões de decidir por
parte do Supremo Tribunal Federal.
Parece claro ter entrado em cena um desejo de compensação por parte da Suprema Corte
em favor das comunidades indígenas, algo bastante peculiar a uma justiça de transição.
Mas, também como seria de se esperar, a ausência de conhecimento específico do tema por
parte dos ministros julgadores sobre o tema em questão, levou-os, ao cabo e ao fim, a uma
formação de juízo distorcida e distante da realidade.
Respeitado autor já consignava, em 2003, bem antes portanto de toda a diatribe envolvendo
a questão da reserva em foco, que “o Brasil se diferencia pelo grau de reconhecimento legal
formal dos direitos territoriais de seus povos indígenas, bem mais avançado que em vários
outros países da Amazônia e da América Latina”, e prossegue o mesmo autos observando
que o resultado “é que hoje está incluída em terras indígenas uma porção de terras e florestas
da Amazônia significativamente maior daquela incluída em Unidades de Conservação, ainda
mais em comparação com os países amazônicos vizinhos. Segundo a WWF do Brasil3 as
UC’s de proteção integral cobrem 2% do território brasileiro, enquanto na Colômbia, o
mesmo dado sobe para 7,9% e na Venezuela chega a 22%”6.
O julgamento destacado deveria ter considerado que os índios têm direitos a serem
compostos com os direitos dos não-índios, afastando-se, como, afinal, foi feito, de uma
imposição dos direitos dos primeiros sobre os segundos. A ideia de descontinuidade da
reserva – tal como existente antes do julgamento – foi vista pelo STF como um mal em si e
não como um ajustamento natural da sociedade ali existente.
O que se observa, num olhar critico, é que o julgamento em foco parece não ter levado
em conta alguns aspectos:
A. Não parece ter sido considerado no bojo do julgamento o fato de que muitos produtores
rurais ali estavam instalados há muito tempo e o faziam de boa-fé e, ainda mais, apoiados em
títulos regulares. Parece-nos de pouca juridicidade, ainda mais, contrastar tais títulos com o
direito dos índios que seria meta-jurídico ou transcendental, eis que, se assim fosse, estariam
os índios, então, acima das próprias disposições de um Estado Democrático de Direito,
configurando uma espécie de demiurgos reunidos em grupo.
6 LAURIOLA, Vicenzo. Ecologia global contra diversidade cultural?. Ambiente & Sociedade - Vol. V - no
2 - ago./dez. 2002 - Vol. VI - no 1 - jan./jul. 2003, pp.165-189.
BAETA MINHOTO, Antonio Celso
A demarcação da reserva indígena “Raposa Sierra del Sol” como manifestação de justiça de transição: 727
limites do ativismo judicial na proteção das minorias
B. A ocupação das terras pelo não-índios era com claro viés produtivo, algo que impactava
não somente na atividade econômica do Estado de Roraima, mas na vida de muitos índios,
ligados de algum modo a atividade rural desenvolvida naquela região. Tudo leva a crer que
estes indivíduos, também índios, simplesmente não foram ouvidos.
C. Como bem observou o Ministro Marco Aurélio Mello em seu voto divergente, nenhum
prejuízo experimentariam os índios com a demarcação descontínua de suas terras, eis que já
há entre eles uma divisão natural em subgrupos étnicos, compostos por povos com dialeto,
hábitos, costumes e cultura diferenciadas entre si. A demarcação contínua não parece ter
representado, pois, qualquer ganho neste sentido. E falar em marcação contínua para se
evitar um “etnocídio” revela abordagem excessivamente subjetiva e até mesmo panfletária
no contexto de um julgamento como esse.
D. O julgamento não revela, como deveria, ter ocorrido aqui uma real ponderação
de valores, buscando-se uma solução parcimoniosa que procurasse a harmonização dos
interesses em jogo e não a simples adjudicação de um direito em prol de uma parte sem se
considerar, com a profundidade devida, os interesses dispostos no entorno da questão. Desse
modo, transparece que o direito à demarcação foi posto acima de qualquer outra consideração,
transmutando-se numa espécie de “superdireito”, o que não é adequado para a solução de um
conflito complexo como esse.
E. A Reserva possui mais de 1,7 milhões de hectares, sendo que a área ocupada pelos
produtores de arroz alcançava apenas 160.000 hectares, ou seja, menos de 10% da área da
Reserva. A simples exposição desse dado parece-nos suficiente para autorizar a conclusão
que, de fato, faltou equilíbrio e ponderação no julgamento em foco.
5. CONSIDERAÇÕES FINAIS
Pode-se dizer que o Ativismo Judicial foi bem exemplificado neste caso, quando na
busca de efetivar sua função de guardião da Constituição Federal, acabou o STF nem mesmo
em exercer funções legislativas apenas, mas verdadeiramente agiu como se agente político
integrante do executivo fosse, como se formulador de políticas públicas fosse, o que está
longe de ser atividade típica do Poder Judiciária e está distante até mesmo de ser atividade
atípica ou imprópria.
como beneficiários. Nestes dois casos, notadamente no segundo, houve intensa consulta
prévia ao julgamento, com sessões públicas em que especialistas puderam expor suas ideias
subsidiando os julgamentos futuros.
No caso da Reserva Raposa Serra do Sol isso não ocorreu e nota-se, pelo teor dos votos
e do conteúdo da ementa, que a mais do que necessária ponderação de valores – afinal o
direito fundamental dos índios a uma vida digna em sentido lato não está acima do direito de
propriedade dos produtores e nem do direito a uma vida digna dos não-índios ali existentes –
não marcou presença no julgamento em foco como deveria.
Essa Democracia e esse Estado de Direito, contudo, devem ser exercitados do modo
mais coletivo possível e nas instâncias mais ventiladas à participação popular, o que o
Poder Judiciário não tem como abrigar, eis que, por natureza, deve a atividade jurisdicional
primar pela atividade técnica, desenvolvida por homens com capacitação técnica adequada
para a busca do lícito e do correto dentro de um sistema jurídico-normativo posto, sendo tal
atividade, no mais das vezes, contramajoritária.
Portanto e para tanto a questão que exsurge é: O ativismo judicial na intenção de proteger
uma minoria, não acaba por criar outra? Com essa problemática levantada quem é a minoria
a ser protegida e como ela deve ser protegida? Os produtores rurais ali envolvidos – e seus
funcionários, familiares, empresas coligadas – não acabaram ficando numa situação de ainda
maior desamparo que os próprios índios?
Nada disso parece ter sido considerado no julgamento em destaque. Como já dito, o
principio a ser observado pelo STF no caso deveria ter sido o da razoabilidade. Os arrozeiros
poderiam se encontrar protegidos pela Constituição, notadamente através de uma interpretação
com viés econômico do art.170.
Ocorre que ao privilegiar uma parte, os índios por outro lado criou-se um desincentivo
para todo um mercado. Por ser uma parte fértil onde o cultivo de arroz se implantou de forma
perfeita, a decisão pela preservação total da área prejudicou a produção local.
A instabilidade gerada pelas decisões do Supremo são alvos de críticas, pois esbarra
na falta de legitimidade democrática da Justiça, mesmo que a decisão seja melhor que a
estabelecida pelo legislador. E cria para a população uma perspectiva bastante preocupante:
o eventual autoritarismo dos juízes. Uma minoria passaria a ditar os rumos de várias questões
de relevo transcendental para a sociedade. Convém neste contexto lembrar o alerta de Jean-
Jacques Rousseau7:
Uma das maiores ameaças à soberania popular decorre da incessante ação dos
magistrados e suas vontades particulares contra a vontade geral. Para se compreender
o processo de consolidação da democracia é necessário, portanto, ir além do estudo
da formação da vontade democrática e analisar de que forma os órgãos encarregados
de aplicar essa vontade têm cumprido a sua missão
Esta “euforia” com os princípios abriu um espaço muito maior para o decisionismo
judicial. Um decisionismo travestido sob as vestes do politicamente correto, orgulhoso
com seus jargões grandiloquentes e com a sua retórica inflamada, mas sempre um
decisionismo. Os princípios constitucionais, neste quadro, converteram-se em
verdadeiras “varinhas de condão”: com eles, o julgador de plantão consegue fazer quase
tudo o que quiser. Esta prática é profundamente danosa a valores extremamente caros
ao Estado Democrático de Direito. Ela é prejudicial à democracia, porque permite que
juízes não eleitos imponham a suas preferências e valores aos jurisdicionados, muitas
vezes passando por cima de deliberações do legislador. Ela compromete a separação
dos poderes, porque dilui a fronteira entre as funções judiciais e legislativas. E ela
atenta contra a segurança jurídica, porque torna o direito muito menos previsível,
fazendo-o dependente das idiossincrasias do juiz de plantão, e prejudicando com isso
a capacidade do cidadão de planejar a própria vida com antecedência, de acordo com
o conhecimento prévio do ordenamento jurídico.
O contraponto ora formulado não pode, por outro lado, servir como simples censura a
uma atuação mais vigorosa dos tribunais, especialmente o STF que, inegavelmente, vem
tutelando a regulamentando questões importantíssimas como o aborto de feto anencéfalo, a
união homossexual, as cotas étnicas e muitas outras.
6. REFERÊNCIAS
CAMPBELL, Joseph e MOYERS, Bill. O poder do mito. São Paulo: Palas Athena,
1993.
COULANGES, Fustel de. A cidade antiga. São Paulo: Martins Fontes, 1987.
9 GOMES, Luiz Flávio. O STF está Assumindo um “Ativismo Judicial” sem Precedentes? in Revista eletrônica
Universo Jurídico, disponível em www.uj.com.br, acesso em 02.11.2017.
BAETA MINHOTO, Antonio Celso
A demarcação da reserva indígena “Raposa Sierra del Sol” como manifestação de justiça de transição: 731
limites do ativismo judicial na proteção das minorias
POVOA, José Liberato Costa. Sua excelência o juiz: um cidadão comum. in “Revista da
OAB/GO 19/37”, ano V, abril-junho/1991.
PRADO, Lídia Reis de Almeida. O juiz e a anima: reflexos sobre a prestação jurisdicional.
São Paulo: EDPUC, 2003.
1. A MODO DE INTRODUCCIÓN
Los ejes temáticos que serán analizados son los principales criterios adoptados por
la Corte IDH y considero oportuno igualmente formular algunos planteamientos que
* Profesor de la Escuela Judicial del Paraguay. Profesor de Derecho Procesal Civil, Constitucional y
Administrativo de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Asunción.
Profesor de la Maestría y Doctorado en Derecho Procesal Civil de la Facultad de Derecho de la Universidad
Intercontinental, de la Universidad Pacífico. Doctor en Derecho por la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales,
y Doctor en Ciencias Políticas por la misma facultad, ambas de la Universidad Nacional de Asunción. Miembro
de la Asociación Mundial de Justicia Constitucional. Miembro de la Asociación Colombiana de Derecho Procesal
Constitucional. Miembro de la Asociación Panameña de Derecho Procesal. Miembro de la Asociación Brasileña
de Derecho Constitucional, Miembro de la Asociación Paraguaya de Derecho Procesal Constitucional. Miembro
del Colegio de Abogados Procesalistas Latinoamericano. Autor de varias obras sobre derecho Procesal Civil y
Procesal Constitucional. Doctor en Derecho. Tratadista y Conferencista Internacional.
1 Según cálculos, alrededor del 10 por ciento de la población de América Latina está constituida por
grupos étnicos que se diferencian del resto de la población nacional por su cultura y sus modos de vida.
Tradicionalmente, esta parte de la población ha sido víctima de constantes injusticias, discriminaciones y de
violación de sus derechos más básicos.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
734 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Para los pueblos indígenas, los derechos colectivos son esenciales, son aquellos
derechos cuyo reconocimiento y ejercicio es necesario para garantizar su existencia misma.2
La Corte IDH ha sostenido anteriormente, con base en el artículo 1.1. de la Convención, que
los miembros de los pueblos indígenas y tribales precisan ciertas medidas especiales para
garantizar el ejercicio pleno de sus derechos, en especial respecto del goce de sus derechos
de propiedad, a fin de garantizar su supervivencia física y cultural.3
2 Cfr. GÓMEZ, M., «Derechos indígena y constitucionalidad» Antropología jurídica: perspectivas socioculturales
en el estudio del derecho. Anthropos, Barcelona, 2002, pp. 267 y ss.
3 En primer lugar cabe aclarar que existe una diferencia entre una comunidad indígena y un pueblo tribal. Los
primeros —según nuestro criterio— son originarios de la zona geográfica en la cual se ubican, mientras que los
segundo—son un pueblo que no es indígena a la región pero que comparte características similares con los pueblos
indígenas, como tener tradiciones sociales, culturales y económicas diferentes de otras secciones de la comunidad
nacional, identificarse con sus territorios ancestrales y estar regulados, al menos en forma parcial, por sus propias
normas, costumbres o tradiciones.
4 Los derechos humanos fueron concebidos—a nuestro entender— como «derechos fundamentales de los
individuos» frente al Estado. Desde esta concepción es la persona humana, cualquiera sea su identidad y cultura,
quien tiene la titularidad de los mismos y quien puede exigir su cumplimiento.
GONZÁLEZ GARCETE, Juan Marcelino
Las acciones de los pueblos indígenas en defensa de sus derechos colectivos y el rol de la Corte IDH 735
individuales, los pueblos indígenas como tales, reivindican principalmente sus derechos
humanos en términos de derechos colectivos o de grupos. En ese sentido, Rodolfo
Stavenhagen sostiene que es preciso reconocer que «ciertos derechos humanos individuales
solamente pueden ser ejercidos plenamente en forma colectiva».5
Del anterior razonamiento se desprende que el derecho consuetudinario puede ser aplicado
con prevalencia sobre el derecho interno de un Estado, siempre y cuando no sea contrario a
las disposiciones de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
En la sentencia del caso Bámaca Velásquez sobre el fondo del asunto, quedó establecida
la responsabilidad del Estado guatemalteco por la violación, entre otros, de los derechos a
la libertad personal, a la integridad personal y a la vida, por la desaparición forzada de un
miembro de la etnia mam, perteneciente a la cultura maya. Ahora bien, la primera sentencia
de la Corte IDH que trata específicamente sobre los derechos humanos de los pueblos
indígenas fue dictada en el año 2001 en el caso de la Comunidad Mayagna (Sumo) Awas
Tingni6 contra Nicaragua7. Debido a los estándares fijados a raíz de este caso, surgió una
extensa bibliografía sobre sus alcances y consecuencias tanto para los pueblos indígenas
como para la comunidad jurídica internacional.8
5 STAVENHAGEN, R., «Los derechos indígenas: algunos problemas conceptuales», Revista IIDH Vol.15,
Instituto Interamericano de Derechos Humanos, San José, 1991, p.132.
6 La Comunidad Awas Tingni es una comunidad indígena asentada en la Costa Atlántica de Nicaragua conformada
por más de seiscientas personas. Subsisten de la agricultura familiar y comunal, de la recolección de frutas y plantas
medicinales, la caza y la pesca. Estas actividades, así como el uso y goce de la tierra que habitan, son llevadas a cabo
dentro de un espacio territorial de acuerdo con un esquema de organización colectiva tradicional. Al momento de la
demanda la Comunidad no contaba con un título real de propiedad sobre sus tierras. La demanda se originó por la
concesión hecha por el Estado a una empresa maderera internacional, sobre tierras consideradas por la Comunidad
como su territorio ancestral, sin contar con el acuerdo de la Comunidad indígena.
7 Corte IDH., Caso de la Comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia
de 31 de agosto de 2001. Serie C No. 79.
8 Al respecto, ver ANAYA, J., Los pueblos indígenas en el derecho internacional, Trotta, Madrid, 2005, pp.
362 y ss.; BERRAONDO, M. «Pueblos indígenas y recursos naturales bajo el sistema interamericano de derechos
humanos. Entre la privatización y el ejercicio de los derechos humanos», Caminos hacia el reconocimiento: Pueblos
indígenas, derechos y pluralismo, Universitat de Girona, Girona, 2005, pp. 173 y ss.; RODRÍGUEZ-PIÑEIRO, L., El
caso Awas Tingni y la norma internacional de propiedad de las tierras y recursos naturales», Avances en la protección
de los derechos de los pueblos indígenas, Dykinson, Madrid, 2004, pp. 221 y ss.
9Sin embargo, la importancia de esta sentencia se encuentra en la interpretación evolutiva que realizó este tribunal
internacional, dando una nueva lectura al artículo 21 de la Convención Americana, sobre el derecho a la propiedad
privada en relación a los pueblos indígenas, así como el papel que juega el territorio en la identidad colectiva.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
736 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
misma. También alegó la responsabilidad del Estado por no haber garantizado un recurso
efectivo para responder a las reclamaciones de la Comunidad sobre sus derechos de propiedad.
Según el razonamiento de la Corte IDH, si bien en Nicaragua existe una normativa que
reconoce y protege la propiedad comunal indígena, en la legislación doméstica no se establece
un procedimiento específico para la demarcación y la titulación de las tierras ocupadas por
las comunidades indígenas. Debido a esta falta de regulación, y por la falta de efectividad
de las demandas interpuestas por la Comunidad ante las instancias internas para lograr la
demarcación y concesión de sus tierras, declaró la responsabilidad del Estado de Nicaragua
por la falta de una tutela efectiva, rápida y sencilla de los derechos de la comunidad indígena.10
Este fallo reitera que la posesión de las tierras por las comunidades indígenas debe
bastar para que obtengan el reconocimiento oficial de la propiedad comunal. Sin embargo,
como los miembros de la comunidad de Moiwana no son indígenas de la región sino un
pueblo tribal, la Corte IDH hace un breve análisis al respecto y concluye que por la relación
omnicomprensiva con sus tierras tradicionales y por el concepto de propiedad en relación a la
comunidad como un todo, los miembros del pueblo tribal N’djuka, pueden ser considerados
dueños legítimos de sus tierras tradicionales.14
13 En este caso Moiwana contra Suriname, determinó que una comunidad tribal tenía «una relación profunda
y abarcativa respecto de sus tierras ancestrales» que no se encontraba «en el individuo, sino en la comunidad en su
conjunto». Esta relación especial con la tierra, así como su concepto comunal de propiedad, conllevó a que la Corte
IDH aplicara a la comunidad Moiwana su jurisprudencia en relación con las comunidades indígenas y sus derechos a
la propiedad comunal, de conformidad con el artículo 21 de la Convención, leído en conjunto con los artículos 1.1. y
2 de dicho instrumento, les asigna a los Estados la obligación positiva de adoptar medidas especiales para garantizar
a los integrantes de los pueblos indígenas y tribales el ejercicio pleno e igualitario del derecho a los territorios que
han usado y ocupado tradicionalmente.
14 Puede observarse entonces, de acuerdo a esta jurisprudencia, que no sólo las comunidades indígenas pueden
ser titulares de la propiedad comunal sobre sus tierras ancestrales, sino que de igual manera pueden serlo los pueblos
tribales.
15 Corte IDH., Caso de la Comunidad indígena Yakye Axa. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 17 de
junio de 2005. Serie C No. 125.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
738 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
vendidas a empresarios británicos, y en las que actualmente se encuentran las estancias Loma
Verde, Maroma y Ledesma.
En el caso de la Comunidad Indígena Yake Axa, la Corte IDH señaló además que, en lo
que respecta a pueblos indígenas, es indispensable que los Estados otorguen una protección
efectiva que tome en cuenta sus particularidades, sus características económicas y sociales,
así como su situación de especial vulnerabilidad, su derecho consuetudinario, valores, usos y
costumbres.16 Ahora bien, ante la exigencia de protección de los derechos de estos grupos, en
tanto colectivos, Claudio Nash ha señalado que ello sólo es posible a través de la elaboración
de una argumentación sobre derechos individuales. Agrega que, conceptualmente es preciso
distinguir entre derechos humanos que fructifican en sociedad o que requieren de la sociedad
para ejercerse y los derechos cuyo titular es un colectivo. Los primeros claramente están
protegidos por el sistema de derechos humanos; sin embargo, los segundos presentan muchas
dificultades teóricas y prácticas, lo que se ha traducido en un acercamiento zigzagueante de
la jurisprudencia internacional.17
Es así que ante los sistemas internacionales de protección de derechos humanos en general
y en especial ante el sistema interamericano de derechos humanos se vienen planteando un
número cada vez más creciente de casos relativos a los derechos indígenas18, ya sea derechos
humanos individuales de los miembros de los pueblos indígenas, como aquellos que les
pertenecen por su condición de grupos, es decir, sus derechos colectivos. En esta sentencia,
la Corte Interamericana reitera su postura con respecto a incluir el derecho a los recursos
naturales dentro del derecho al uso y goce de la tierra. En palabras de la Corte IDH, La
cultura de los miembros de las comunidades indígenas corresponde a una forma de vida
particular de ser, ver y actuar en el mundo, constituido a partir de su estrecha relación con
sus territorios tradicionales y los recursos que allí se encuentran, no sólo por ser estos su
principal medio de subsistencia, sino además porque constituyen un elemento integrante de
su cosmovisión, religiosidad y, por ende, de su identidad cultural.19
16 Como se puede notar de lo precedente, la Corte Interamericana protege derechos civiles y políticos clásicos,
pero por tratarse de grupos que se diferencian de la población general, decide que se tomen medidas diferenciadas
que consideren las características propias de tales grupos a fin de lograr un acceso efectivo e igualitario a la justicia.
17 Cfr. NASH, C., Protección de los derechos humanos indígenas en el Sistema Interamericano, Ponencia
presentada Seminario «Derechos Indígenas: Tendencias Internacionales y realidad de los pueblos indígenas del norte
de Chile», Universidad Arturo Prat, Iquique-Chile, 2003, p. 9.
18 A pesar de las dificultades descriptas en los párrafos precedentes los derechos colectivos de los pueblos
indígenas ya han comenzado a aparecer en el discurso de los derechos humanos así como en los procedimientos ante
los órganos internacionales de protección.
19 Ibídem., párr. 135.
GONZÁLEZ GARCETE, Juan Marcelino
Las acciones de los pueblos indígenas en defensa de sus derechos colectivos y el rol de la Corte IDH 739
Esta sentencia resulta muy importante por los estándares fijados en relación de garantías
que debe cumplir el Estado en caso de imponer restricciones a los derechos de propiedad, a
fin de garantizar la subsistencia de la Comunidad como pueblo tribal. Entre ellas se incluye
el derecho de participación del pueblo en los planes de desarrollo, inversión, exploración o
extracción que se realicen dentro de su territorio; que el pueblo se beneficie de dicho plan y
que siempre se realice un estudio previo de impacto social y ambiental.
Por último, la Corte IDH se pronunció sobre el derecho que tienen los pueblos indígenas y
tribales al reconocimiento de su personalidad jurídica para que puedan gozar de sus territorios
según sus tradiciones. En palabras de la Corte Interamericana, «el derecho a que el Estado
reconozca su personalidad jurídica es una de las medidas especiales que se debe proporcionar
a los grupos indígenas y tribales a fin de garantizar que éstos puedan gozar de sus territorios
según sus tradiciones. Ésta es la consecuencia natural del reconocimiento del derecho que
tienen los miembros de los grupos indígenas y tribales a gozar de ciertos derechos de forma
comunitaria».20
Al respecto, en el caso Mayana (Sumo) Awas Tingni la Corte señaló que entre los indígenas
existe una tradición comunitaria sobre una forma comunal de la propiedad colectiva de la
tierra, en el sentido de que la pertenencia de esta no se centra en un individuo sino el grupo
y su comunidad.
Los indígenas por el hecho de su misma existencia tienen derecho a vivir libremente en
sus propios territorios; la estrecha relación que los indígenas mantienen con la tierra debe ser
reconocida y comprendida como la base de sus culturas, su vida espiritual, su integridad y
su supervivencia económica. Para las comunidades indígenas la relación con la tierra no es
meramente una cuestión de posesión y producción, sino un elemento material y espiritual del
que deben gozar plenamente, inclusive para preservar su legado cultural y trasmitirlo a las
generaciones futuras.
21 El tribunal ha considerado que la estrecha vinculación de los integrantes de los pueblos indígenas con sus
tierras tradicionales y los recursos naturales ligados a su cultura que ahí se encuentren, así como los elementos
incorporales que se desprenden de ellos, deben ser salvaguardados por el artículo 21 de la Convención Americana.
22 Corte IDH., Caso Aloeboetoe y otros. Reparaciones y Costas. Sentencia de 10 de septiembre de 1993. Serie C No. 15.
23 En su antigua práctica, los casos ante la Corte IDH pasaban por dos etapas, una de admisibilidad y otra de
fondo. La primera era proseguida por una sentencia sobre excepciones preliminares, y la segunda por una sentencia
sobre el fondo. Posterior a éstas se dictaba la sentencia sobre reparaciones. A partir del año 2001 comienza a dictar
una sentencia en la cual reúne todos los anteriores aspectos.
GONZÁLEZ GARCETE, Juan Marcelino
Las acciones de los pueblos indígenas en defensa de sus derechos colectivos y el rol de la Corte IDH 741
Además, en el caso Yakye Axa el tribunal señaló que «tanto la propiedad privada de los
particulares como la propiedad comunitaria de los miembros de las comunidades indígenas
tienen la protección convencional que les otorga el artículo 21 de la Convención Americana».
Las decisiones de la Corte IDH al respecto se han basado en la relación especial que los
integrantes de los pueblos indígenas y tribales tienen con su territorio, y en la necesidad de
proteger su derecho a ese territorio a fin de garantizar la supervivencia física y cultural de
dichos pueblos.
De acuerdo con la jurisprudencia de la Corte IDH según lo establecido en los casos Yakye
Axa y Sawhoyamaxa, los integrantes de los pueblos indígenas y tribales tienen el derecho de
ser titulares de los recursos naturales que han usado tradicionalmente dentro de su territorio
por las mismas razones por las cuales tienen el derecho de ser titulares de la tierra que han
usado y ocupado tradicionalmente durante siglos.
De allí la necesidad de proteger las tierras y los recursos que han usado tradicionalmente:
se trata de prevenir su extinción como pueblo. Es decir, el objetivo y el fin de las medidas
requeridas en nombre de los miembros de los pueblos indígenas y tribales es garantizar que
podrán continuar viviendo su modo de vida tradicional y que su identidad cultural, estructura
social, sistema económico, costumbres, creencias y tradiciones distintivas serán respetadas,
garantizadas y protegidas por los Estados.
Debido a la conexión intrínseca que los integrantes de los pueblos indígenas y tribales
tienen con su territorio, es necesaria la protección del derecho a la propiedad sobre este, de
conformidad con el artículo 21 de la Convención, para garantizar su supervivencia.
De este modo, el derecho a usar y gozar del territorio, en el contexto de los miembros
de los pueblos indígenas y tribales, carecería de sentido si no estuviera conectado con los
recursos naturales que se encuentran dentro del territorio.
Por ello, el reclamo por la titularidad de las tierras de los integrantes de los pueblos
indígenas y tribales deriva de la necesidad de garantizar la seguridad y la permanencia del
control y el uso de los recursos naturales por su parte, lo que a su vez mantiene ese estilo de
vida.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
742 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Esta conexión entre el territorio y los recursos naturales necesarios para su supervivencia
física y cultural es exactamente lo que se precisa proteger, conforme al artículo 21 de la
Convención, para garantizar a los miembros de los pueblos indígenas y tribales el uso y goce
de su propiedad.
De este análisis se entiende que los recursos naturales que se encuentran en los territorios
indígenas y tribales que están protegidos en los términos del artículo 21 son aquellos
recursos que esos pueblos han usado tradicionalmente y resultan necesarios para la propia
supervivencia, desarrollo y continuidad del estilo de vida.
En ese sentido es dable señalar previamente que la Corte IDH ha analizado el derecho
de personas particulares a obtener el reconocimiento de su personalidad jurídica conforme el
artículo 3 de la Convención Americana. De este modo, el tribunal convencional lo ha definido
como el derecho a ser reconocido legalmente como sujeto de derechos y obligaciones. Es
decir, el «derecho al reconocimiento de la personalidad jurídica representa un parámetro
para determinar si una persona es titular o no de los derechos de que se trate, y si los puede
GONZÁLEZ GARCETE, Juan Marcelino
Las acciones de los pueblos indígenas en defensa de sus derechos colectivos y el rol de la Corte IDH 743
5. A MODO DE CIERRE
24 En el caso de los pueblos tribales, la Corte IDH señaló que el reconocimiento del derecho a la personalidad
jurídica de dichos pueblos como un conjunto ayudaría a evitar violaciones a sus derechos humanos, ya que los
representantes verdaderos de la personalidad jurídica serían elegidos conforme a sus propias tradiciones y autoridades
locales, y las decisiones que afecten la propiedad sería la responsabilidad de aquellas autoridades y no la de los
miembros individuales.
25 El derecho a la propiedad protege tanto las tierras de las comunidades indígenas o tribales como los recursos
naturales que en ellas se encuentran, que han usado tradicionalmente dentro de su territorio y que son necesarios para
la propia supervivencia, desarrollo y continuidad del estilo de vida de dichos pueblos.
26 La posesión tradicional de los indígenas sobre sus tierras tiene efectos equivalentes al título de pleno dominio
que otorga el Estado. Por tanto, la posesión tradicional otorga a los indígenas el derecho a exigir el reconocimiento
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
744 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Tratándose de intereses estatales, a fin de garantizar que las restricciones impuestas a los
pueblos indígenas respecto del derecho a la propiedad por la emisión de concesiones dentro
de su territorio no impliquen una denegación de su subsistencia como tal, el Estado debe
cumplir las siguientes tres garantías, que es preciso incluir como elementos para evaluar la
proporcionalidad de la restricción: a) asegurar la participación efectiva de los miembros del
pueblo en relación con todo plan de desarrollo, inversión, exploración o extracción que se
lleve a cabo dentro de su territorio; b) garantizar que los miembros del pueblo se beneficien
razonablemente del plan que se lleve a cabo de su territorio y c) garantizar que no se emitirá
ninguna concesión dentro de dicho territorio a menos y hasta que realice un estudio previo
de impacto social y ambiental.
Con ello se intenta preservar, proteger y garantizar la relación especial que los miembros
del pueblo indígena o tribal tienen con su territorio, la cual a su vez asegura su subsistencia
como pueblo.
Por otra parte, y no obstante su importancia, la Corte IDH ha reiterado que el derecho
de propiedad no es un derecho absoluto y, por consiguiente, puede sujetarse a ciertas
restricciones permitidas, así como al denominado juicio de ponderación o proporcionalidad
en caso de colisión de derechos.28
En este contexto al analizarse las restricciones sobre el derecho de los miembros de los
pueblos indígenas y tribales, debe considerarse si implican una denegación de las tradiciones
y costumbres «de un modo que ponga en peligro la propia subsistencia del grupo y de sus
integrantes», lo que se supondría privar al derecho de su contenido esencial.
De esta forma, el Estado podrá restringir a los miembros de los pueblos indígenas el
derecho al uso y goce respecto de las tierras y los recursos naturales de los que tradicionalmente
son titulares, únicamente cuando la restricción se encuentra prevista por la ley, sea idónea
para alcanzar el fin legítimo que persiga (compatibilidad de fines e idoneidad de medios), sea
necesaria y afecte en la menor medida posible el derecho en cuestión y proporcional respecto
de los fines que se pretende alcanzar con la medida.
En ese sentido, «los Estados deben tener en cuenta que los derechos territoriales indígenas
abarcan un concepto más amplio y diferente que está relacionado con el derecho colectivo
a la supervivencia como pueblo organizado», y que al desconocerse el derecho ancestral de
los miembros de las comunidades indígenas sobre sus territorios podría estar afectando otros
derechos básicos, como el derecho a la identidad cultural y la supervivencia misma de las
comunidades indígenas y sus miembros.
28 El Estado tiene el deber de establecer los procedimientos efectivos para el reconocimiento, la demarcación, la
reivindicación y la restitución de las tierras y los territorios indígenas, como la de consultar a los pueblos indígenas, de
buena fe, a través de procedimientos culturalmente adecuados y desde las primeras etapas, respecto de programas de
desarrollo que los involucren y, por tanto, debe brindar la información necesaria a fin de que acepten con conocimiento
y de forma voluntaria el plan de desarrollo o inversión propuesto. Cuando se trate de planes de desarrollo o de
inversión a gran escala que tendría un mayor impacto dentro del territorio, el Estado no solo tiene la obligación de
consultar con los pueblos involucrados, «sino también debe obtener el consentimiento libre, informado y previo de
estos, según sus costumbres y tradicionales».
CAPÍTULO XXXIX
La protección del ecosistema ha cobrado tal magnitud e importancia que nos ordena
hacer un alto en el camino para recordar que sus afectaciones tienen repercusiones en
el sistema global, lo cual muestra claramente que todo el hábitat en el que vivimos
es único, y que por lo tanto se detenta una inminente protección ambiental de toda la
comunidad internacional, dado que las protecciones individuales de cada estado suelen
ser superficiales y no garantizan realmente la protección que requiere.
* Investigación realizada conforme el convenio marco entre la Universidad Nacional del Mar del Plata
y la Universidad la Gran Colombia dentro de la línea de derecho ambiental.
** Doctoranda en Derecho Universidad Nacional del Mar del Plata-Argentina- Magister en Derecho
Administrativo, Docente titular de Derecho Público e Investigadora de la Universidad La Gran Colombia
Bogotá Facultad de Derecho. Investigadora principal del proyecto: Justicia Transicional y control
convencional. Memoria histórica a través de la música, construyendo caminos de paz. Directora del semillero
de investigación Ciro Angarita Barón. Correo electrónico: Claudia.martinez@ugc.edu.co.
*** Doctora en Derecho de la Universidad Nacional del Mar del Plata, Docente titular de Derecho
Ambiental e investigadora de UNdMP Facultad de Derecho. Licenciada en Ingles Academia Cultural
Inglesa- Mar del Plata-Argentina, co-investigadora del proyecto de investigación Salud Ambiental. Correo
electrónico: claudialujanoviedo@hotmail.com.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
748 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Podría sostenerse así, que “los principales factores que han contribuido a la
internacionalización de los problemas ambientales y la aplicación inmediata del derecho
son: La contaminación Fronteriza, La exportación de la Contaminación, y la Creciente
Globalización del sistema económico.”(Juste, J. 1999), lo que obligan a adoptar medidas en
relación con el medio ambiente, permitiendo que el Derecho Ambiental se desarrolle no solo
para responder a la problemática climática, sino también para factores de protección de la
humanidad.
Para hacer realmente efectiva esta nueva tendencia proteccionista fue necesario que
se señalaran políticas orientadoras para los Estados que pudiesen materializar la nueva
realidad. Como referencias podemos indicar:
El principio entendido como una convicción colectiva de los cuales emanan criterios de
protección y orientación, enmarcados en un estatus de concepciones permanente y universales,
que dentro de un ordenamiento jurídico establecen los juicios a seguir, son determinantes en
el derecho Ambiental.
Pese a que existen muchos principios que regulan el derecho ambiental para el presente
estudio tan solo haremos relevancia a los dos principios rectores.
a. Principio de prevención
Como parte de la reiteración de una convivencia pacífica para todos y cada uno de los
países, el principio fortalece la soberanía territorial del Estado, en el sentido del manejo
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
750 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
ambiental que este les dé a sus recursos, constituyéndose en una competencia exclusiva
y excluyente del Estado en su territorio. También determina que cada Estado pese a ser
soberano, solo lo es en la medida en que requiere que las actividades que se llevan a cabo
dentro del ámbito de jurisdicción no perjudiquen el medio ambiente de los demás, en otras
palabras “emana de la soberanía territorial con un carácter dual, afirmar la libertad de acción
en el propio territorio, pero rechaza todo efecto perjudicial venido de fuera”. (Barboza, 1999)
De ahí la gran relevancia de este principio, el cual por sus características tiene la
posibilidad de anticipar las posibles consecuencias de todas las conductas que puedan generar
dicho deterioro ambiental, aplicable, por lo tanto, en cualquier campo y más aún en materia
climática, de protección de la capa de ozono, de prevención de desertificación, entre otros
que por su particularidad son poco determinables.
Como orientador del derecho ambiental, armoniza en tanto hace virar el énfasis de
toda la política pública para evitar que el daño se produzca, de tal manera que el principio
de prevención se aplica en los casos en los que es posible conocer las consecuencias que
tendrá sobre el ambiente el desarrollo de determinado proyecto, obra o actividad, para que la
autoridad competente pueda adoptar decisiones antes de que el riesgo o el daño se produzca,
con la finalidad de reducir sus repercusiones o de evitarlas, actúa en función de la certeza
científica.1
a. Principio de precaución
Diferente al principio de prevención, este tiene como fin: actuar frente a una amenaza de
daño irreparable al ambiente y deberá proceder en la adopción de medidas que anticipen el
probable perjuicio. En ocasiones la falta de certeza científica es un pretexto para retrasar las
medidas, pues el desconocimiento en cuanto a las consecuencias exactas a corto o a largo
plazo de ciertas actividades no servirá como razón de la adopción de medidas de protección
del ambiente, lo cual hace que se requiera más trabajo por parte de aquellos que desean
invocarlo, sin embargo, ello no deja de lado que su aplicación sea inminente si así se
requiere.
Principio 15. Con el fin de proteger el medio ambiente, los Estados deberán aplicar
Conforme las diferentes visiones en las que se ha analizado el medio ambiente se puede
observar la tendencia a expresarse sobre este mismo unas con más apropiación, otras con más
protección y otras con tendencias mixtas, sin que aún se logre a llegar a ningún único punto
de partida, por ello será necesario retomar algunas de las más relevantes.
Esta visión consintió que todas las acciones humanas impactaran la naturaleza sin ningún
control “habilitando la explotación de los recursos naturales por estar estas al servicio y bajo
el dominio de los seres humanos, además es común que este enfoque muestre como intereses
contradictorios los de observación de la naturaleza y los del desarrollo humano”.4
Con el transcurrir del tiempo y la concienciación del ser humano sobre su propia
supervivencia a través de una posición bio-céntrica, busca revertir el proceso de devastación
ocasionado por la mala interpretación de su “derecho”, construyendo normas que protejan
el ecosistema mediante las constituciones y con la adopción de tratados internacionales
implementándolos en sus políticas encaminadas a la protección de los elementos esenciales
de la vida tales como: el agua , el aire, el suelo, la flora , la fauna entre otros para que
2 Francoist Ost. Naturaleza y Derecho. Para un debate ecológico en profundidad. Ediciones mensajero. 1996.
p.30-31..
3 Sentencia T-622 de 2016.
4 Arrieta Quesada, Liliana. Lecturas sobre derecho del medio amiente: La legitimación procesal en el derecho
ambiental. Universidad externado de Colombia. 2005. P.17.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
752 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Hablar hoy de la naturaleza como sujeto de derechos no es una postura nueva, ya que
muchos juristas y ecologistas lo han propuesto en el pasado por lo que no es un tema tan
lejano e increíble, sin embargo, pese a que nuestra relación intrínseca con el ecosistema
como fuente vida ha evolucionado, no ha sido suficiente para otorgarle de plano esta
categoría a la naturaleza.
Para algunos concebirla como sujeto de derecho implicaría un primer gran problema: la
capacidad de representación, es decir, si como sujeto de derechos, los ejercería por si misma o
por intermedio de otro; luego, el segundo interrogante estará encaminado a determinar si, el
medio ambiente, siendo sujeto de derechos, también sería sujeto de obligaciones. Esta última
posición ha contrarrestado con los grandes movimientos sociales actuales en procura del
medio ambiente, pues si bien no es posible que logre su representación materialmente, esto
se soluciona mediante una fórmula sencilla, como es cierto que los seres humanos hacemos
parte intrínseca del medio ambiente, por lo que cualquier persona podrá representarlo sin
que tenga ningún interés particular, y es éste el derecho que lo legitimará para actuar en su
representación, por lo tanto aquella vieja interlocución que sostenía la falta de legitimidad
no tiene hoy cabida en el nuevo derecho cambiante y progresivo.
Con respecto a las obligaciones que la Naturaleza pudiera llegar a tener, por ser un sujeto
de derecho, no podrá darse taxativamente, toda vez que la misma como fuente de vida de
todas las especies, no se encuentra obligada para con los seres humanos, por el contrario, es
aquí donde el papel del derecho juega un rol primordial de carácter ético garantizando la
subsistencia para las generaciones presentes y futuras, por ello el derecho tiene el deber de
lograr que se respete la capacidad, el sustento y la regeneración del ecosistema.
Otra posición procesal establece que al demostrar un interés legítimo para accionar y
exigir la tutela del ordenamiento jurídico, se reconoce un derecho sustantivo ad causam12,
por lo que, con fundamento en el imperio constitucional de que cualquier persona pueda
hacer uso efectivo de los recursos, instancias y garantías que le permitan el goce de un
ambiente sano, todas las personas físicas y jurídicas tienen legitimidad procesal tanto por
activa como por pasiva, mediante acciones personales, difusas o colectivas.
De tal manera que se denota el reconocimiento de los varios componentes con los
que cuenta el derecho ambiental, puesto que el mismo tiene una connotación básicamente
colectiva y naturalista, posición cambiante en el entendido que el derecho a un medio
ambiente sano es un derecho humano y fundamental e interdependiente y que como tal,
constantemente incorpora nuevos titulares del derecho tales como las generaciones futuras,
quienes en este momento no pueden hacer efectivo su derecho y depende de las inmediatas
para hacerlo prevalecer.
Estos juicios tuvieron origen en Suiza, Alemania, Holanda. Uno de los primeros animales
en ser juzgado y condenado a muerte por un homicidio de un infante fue un cerdo en el año
de 1266, toda esta caracterización se debió a que los animales eran considerados parte de
la familia y por lo tanto tenia los mismos derechos que cada uno de ellos, de tal manera
que esta especie de personificación, en ocasiones les llevaba a considerarlos casi humanos
capaces de soportar los castigos de sus actos.
Como parte del derecho de contradicción se requerían que tuviesen acceso al derecho de
defensa, en el cual podían ser representados por una persona idónea en el oficio jurídico y
a ejercer sus derechos a la defensa por medio de un tercero14 este principio del derecho nos
lleva a suponer como los animales no eran solo entendidos como objetos accesorios y de
propiedad de una persona sino que por el contrario hace parte de su relación de vida familiar,
de ahí que buscaran acceder a encontrar una verdadera defensa técnica, “Es ejemplar el
caso del jurista BARTHELEMY DE CHASSANEÉ, reconocido como un excelente abogado
y orador, quien tuvo la oportunidad de participar como defensor en varias causas civiles
iniciadas contra animales ante los tribunales eclesiásticos, especialmente insectos y ratas,
y llevar a cabo brillantes defensas haciendo uso inclusive de las clásicas maniobras de los
abogados para dilatar los procesos como impugnar las citaciones a los acusados llevadas
13 Molina Roa Javier Alfredo. Universidad Externado de Colombia. Derechos de la naturaleza. Historia y
tendencias actuales. 201. P. 22-23.
14 Molina. Op. Cit., P. 26 revisar esta.
MARTÍNEZ LONDOÑO, Claudia Patricia / LUJAN OVIEDO, Claudia
El medio ambiente como víctima del conflicto armado en Colombia y los pasivos ambientales dentro de la justicia transicional 755
a cabo a través de un ujier u oficial, las cuales se convertían en un verdadero ritual que
garantizaba la efectividad del juicio o su nulidad de no ser efectuadas en debida forma” 15
Para citar algunos casos está, en Francia en 1386 una cerda que se había comido el
brazo de un niño, fue ajusticiada, pero el detalle impresionante es que compareció vestida de
hombre y fue tratada como tal;16 en el año de 1416 cuatro cerdos son absueltos por atacar
y herir de gravedad a un niño , debido a que la víctima no murió de sus heridas17; en 1545
los habitantes del pueblo Saint Julien pierden la demanda instaurada en contra de una plaga
de gorgojos gracias a los argumentos de su defensor en donde señalo que ellos tenían los
mismos derechos de los hombres creados por Dios; para este mismo tiempo se refiere el
caso de unos gusanos que atacaban un cultivo en la ciudad de suiza de Chur los cuales
fueron demandados ante el tribunal provincial , el juez declino excomulgarlos en razón que
eran criaturas de Dios que tenían derecho a vivir y era injusto privarlas de su subsistencia
y se limitó a relegarlos a una región boscosa18 en 1520 el juez de la localidad de Glurs,
les prohibió a los ratones de la región la voracidad, aunque les concedió una excepción
temporal a los más jóvenes y hembras en estado de gestación19, en América se refiere un
juicio en 1713 contra una colonia de termitas que poco a poco fue debilitando las vigas de
madera de un monasterio localizado en la ciudad de Piedade no Maranhao, el defensor
adujo la pereza de los frailes en el mantenimiento ya que estas eran solamente criaturas
industriosas y trabajadoras, el juez ordenó a los frailes ofrecer leñas para su alimentación y
a estas abandonar el monasterio y limitarse a su ración.
15 Ibid.,p.,26.
16 https://elpais.com/elpais/2015/12/17/ciencia/1450369696_771294.html.
17 Molina. Op. Cit., P 29.
18 Ibid. P., 29.
19 Ibid. P., 30.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
756 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
20 La ley de origen entendida como la ciencia tradicional de la sabiduría y del conocimiento ancestral para el
manejo de todo lo material y lo espiritual. Su cumplimiento garantiza el equilibrio y la armonía de la naturaleza, el
orden y la permanencia de la vida, del universo y de nosotros mismos, como guardianes de la naturaleza.
21 https://www.elespectador.com/noticias/medio-ambiente/el-monte-al-que-le-otorgaron-los-mismos-derechos-
que-una-persona-articulo-729884.
MARTÍNEZ LONDOÑO, Claudia Patricia / LUJAN OVIEDO, Claudia
El medio ambiente como víctima del conflicto armado en Colombia y los pasivos ambientales dentro de la justicia transicional 757
El segundo caso trato el tema de la “Chimpancé Cecilia”, en el 2016, quien durante sus
treinta años de cautiverio vivió en lamentables condiciones en zoológico de la provincia
de Mendoza. La Asociación de funcionarios y Abogados por los derechos de los animales
(Afada) y el Proyecto Gran Simio presentaron un habeas corpus para considerarla “persona
no humana”, es decir, sujeto de derecho el cual fue concedido por la juez María Alejandra
Mauricio, reconociéndola como tal y ordenando su traslado a un santuario natural de Brasil.
También, los derechos intelectuales, como parte de los derechos de los animales, es
retomado en el caso de las “Monkey Selfies”,(2017), la situación en concreto se remonta a
las selfies tomadas por la Macaco “Naruto” de una cámara del fotógrafo David Slater quien
la había dejado dispuesta en el bosque para capturar lo que allí sucediera, sin embargo ella
(Naruto) obturo la maquina auto fotografiándose de una manera muy natural. Las fotos
trascendieron el mundo logrando tanto éxito económico, que se discutió quién era el titular
de este derecho.
En las diferentes cartas políticas del mundo, permitieron nuevamente que los reclamos
sociales tomaran fuerza y volvieran a retomar el tema del reconocimiento de derechos
propios a la naturaleza como un sujeto de derechos. El gran avance se observa claramente
en la constitución de Ecuador proclamando la naturaleza como sujetos de derechos en el
capítulo séptimo de los derechos de la naturaleza: Art. 71.- La naturaleza o Pacha Mama,
donde se reproduce y realiza la vida, tiene derecho a que se respete integralmente su
existencia y el mantenimiento y regeneración de sus ciclos vitales, estructura, funciones y
procesos evolutivos.
en el norte de la India, por lo que tendrán los mismos derechos que las personas.22 Este
rio sagrado utilizado por millones de personas para sus ceremonias religiosas también es
venerado por esta cultura, lo cual requiere que sus aguas sagradas estén limpias, sin embargo
actualmente llegan a ellas aguas residuales y contaminadas por las industrias. De ahí la
denotada importancia como recurso hídrico con una protección especial tal y como la que
gozan las personas y así garantizar su subsistencia.
3.2. Las nuevas tendencias ecológicas que contagiaron a las altas cortes en Colombia
Las altas Cortes en sus diferentes fallos han protegido los derechos de los animales,
ríos y paramos lo cual ha llevado que en esta última década la justicia haya reconocido
ampliamente derechos al medio ambiente basándose en nuestra constitución ecológica:
“La protección jurídica del medio ambiente es hoy una necesidad universalmente
reconocida, una necesidad socialmente sentida, de dar una respuesta contundente a las
intolerables agresiones que sufre el medio ambiente. El desarrollo sin planificación y los
avances científicos fueron ampliando considerablemente el impacto industrial en el entorno.
El problema ecológico y todo lo que este implica es hoy en día un clamor universal, es
un problema de supervivencia.
22 http://www.elcomercio.com/tendencias/tribunal-derechos-india-rioganges-contaminacion.html. Si está
pensando en hacer uso del mismo, por favor, cite la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha
tomado este contenido. ElComercio.com.
23 http://www.diariodemallorca.es/vida-y-estilo/mascotas/2017/12/12/congreso-debate-mascotas-dejen-
cosas/1271300.html.
MARTÍNEZ LONDOÑO, Claudia Patricia / LUJAN OVIEDO, Claudia
El medio ambiente como víctima del conflicto armado en Colombia y los pasivos ambientales dentro de la justicia transicional 759
“…la protección del ambiente implica incluir a los animales, desde la perspectiva de
la fauna, amparada en virtud del mantenimiento de la biodiversidad del equilibrio natural
de las especies y, en salvaguardarlos de sufrir padecimientos sin una justificación legítima.
Lo anterior revela “un contenido de moral política y conciencia de la responsabilidad que
deben tener los seres humanos respecto de los otros seres vivos y sintientes…..”
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
760 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
“…cuando las actividades de erradicación de cultivos ilícitos (i) puedan afectar los
cultivos que sí son lícitos, y (ii) conllevan un efecto importante en la relación vital de las
comunidades étnicas con la tierra, las fuentes de agua y el entorno de sus territorios….,
generan una afectación directa sobre estas comunidades y, por lo tanto, están sujetas a
la consulta previa, aunque no existan usos ancestrales de la hoja de coca. El principio de
precaución exige que el Estado controle los riesgos contra la salud humana por medio de
una regulación constitucionalmente razonable, cuando hay evidencia objetiva de dichos
riesgos, aunque la evidencia no sea concluyente”.
Aunque la decisión fue revocada por la Sala de Casación Civil y Agraria, es de gran
importancia lo señalado por el Tribunal toda vez que se abre paso al reconocimiento de los
seres sintientes no humanos como sujetos de derecho para garantizar su protección mediante
decisiones jurídicas.
los derechos del río en conjunto con las comunidades étnicas que habitan en la cuenca
del río Atrato en Chocó; de esta forma, el río Atrato y su cuenca -en adelante- estarán
representados por un miembro de las comunidades accionantes y un delegado del Estado
colombiano. Adicionalmente y con el propósito de asegurar la protección, recuperación
y debida conservación del río, ambas partes deberán diseñar y conformar una comisión
de guardianes del río Atrato cuya integración y miembros se desarrollará en el acápite de
órdenes a proferir en la presente sentencia…
Dentro del acuerdo suscrito, entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia
FARC EP Y El Gobierno Nacional suscrito el 24 de Noviembre de 2017, el medio
ambiente tuvo poca representación, dentro de los seis (6) puntos del acuerdo se refirieron
específicamente a los derechos sociales y económicos, que dieron fin al conflicto, sin
embargo en su lectura se puede observar que el tema ambiental es solo de carácter accesorio
en razón a que solo se refiere a este en los eventos en que se denota la importancia en la
Reforma Rural integral y dentro de esta : las zonas de reserva campesina, la frontera agrícola
y protección de zonas de reserva. Igualmente señala como la creación del Fondo Nacional
de Tierras será desarrollado por la jurisdicción especial agraria Implementando el Programa
Nacional Integral de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito en Parques Nacionales Naturales
y finalmente adelantar los programas de limpieza y descontaminación de los territorios de
minas antipersonal (MAP), artefactos explosivos improvisados (AEI) y municiones sin
explotar (MUSE), o restos explosivos de guerra (REG).
MARTÍNEZ LONDOÑO, Claudia Patricia / LUJAN OVIEDO, Claudia
El medio ambiente como víctima del conflicto armado en Colombia y los pasivos ambientales dentro de la justicia transicional 763
Sin embargo dentro del escrito, se observa que no existe ningún acápite especial con
relación a la reparación del daño ambiental, situación que es fácil de revisar a lo largo
de los más de 60 años de conflicto, esto en el entendido que no solo los seres humanos
vieron afectados sus bienes jurídicamente tutelados, también el ecosistema colombiano en
diferentes regiones sufrió de manera abrupta un deterioro involuntario de su ciclo de vida,
producido en razón del conflicto.
Nos detendremos a revisar cada uno de los puntos del acuerdo de paz de los ítems que
tienen relación con el medio ambiente24:
24 http://www.altocomisionadoparalapaz.gov.co/procesos-y-conversaciones/Documentos%20compartidos/24-
11-2016NuevoAcuerdoFinal.pdf.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
764 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
La jurisdicción Agraria: En el marco de esta jurisdicción especial que se cree, tendrá una
adecuada cobertura y capacidad en el territorio, con énfasis en las zonas priorizadas, y con
mecanismos que garanticen un acceso a la justicia que sea ágil y oportuno para la población
rural en situación de pobreza, con asesoría legal y formación especial para las mujeres sobre
sus derechos y el acceso a la justicia y con medidas específicas para superar las barreras que
dificultan el reconocimiento y protección de los derechos de las mujeres sobre la tierra, en el
tema ambiental se garantizará la función social y ecológica de la propiedad con fundamento
en los siguientes lineamientos: 1) la sostenibilidad socio-ambiental y la conservación de
los recursos hídricos y de la biodiversidad; 2) la compatibilidad entre vocación y uso del
suelo rural; 3) la prioridad de la producción de alimentos para el desarrollo del país, que
permita que coexista con otras actividades económicas y promocionando su progresión hacia
la autosuficiencia; 4) las particularidades sociales, culturales y económicas de los territorios,
orientada hacia la sostenibilidad socio-ambiental, el bienestar de los pobladores rurales y el
crecimiento económico con equidad.
Cierre de la frontera agrícola y protección de zonas de reserva, este es uno de los puntos
que más relación existe con el tema ambiental es el cual establece: que “con el propósito
de delimitar la frontera agrícola, proteger las áreas de especial interés ambiental y generar
para la población que colinda con ellas o las ocupan, alternativas equilibradas entre medio
ambiente y bienestar y buen vivir, bajo los principios de Participación de las comunidades
rurales y Desarrollo sostenible, el Gobierno Nacional.
Para el desarrollo del Plan, el Gobierno Nacional tendrá en cuenta los propios
emprendimientos de convivencia y desarrollo, y la participación de las comunidades y
organizaciones rurales —hombres y mujeres— como garantía del cumplimiento de los
propósitos de este punto, sin perjuicio de los intereses comunitarios y socio-ambientales y
del bien común. Apoyará a las comunidades rurales que actualmente colindan con, o están
dentro de, las áreas que deben tener un manejo ambiental especial detalladas previamente, en
la estructuración de planes para su desarrollo, incluidos programas de reasentamiento o de
recuperación comunitaria de bosques y medio ambiente, que sean compatibles y contribuyan
con los objetivos de cierre de la frontera agrícola y conservación ambiental, tales como:
prestación de servicios ambientales, dando especial reconocimiento y valoración a los
intangibles culturales y espirituales y protegiendo el interés social; sistemas de producción
alimentaria sostenible y silvo-pastoriles; reforestación.
MARTÍNEZ LONDOÑO, Claudia Patricia / LUJAN OVIEDO, Claudia
El medio ambiente como víctima del conflicto armado en Colombia y los pasivos ambientales dentro de la justicia transicional 765
Para construir la paz es necesario encontrar una solución definitiva al problema de las
drogas ilícitas, incluyendo los cultivos de uso ilícito y la producción y comercialización de
drogas ilícitas. 4.1. Programas de sustitución de cultivos de uso ilícito. Planes integrales
de desarrollo con participación de las comunidades —hombres y mujeres— en el diseño,
ejecución y evaluación de los programas de sustitución y recuperación ambiental de las áreas
afectadas por dichos cultivos. Se creará y pondrá en marcha un nuevo Programa Nacional
Integral de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito (PNIS).
Acuerdo con las comunidades: En los casos en los que no haya acuerdo con las
comunidades, el Gobierno procederá a la erradicación de los cultivos de uso ilícito,
priorizando la erradicación manual donde sea posible, teniendo en cuenta el respeto por los
derechos humanos, el medio ambiente, la salud y el buen vivir.
Durante más de seis décadas el ecosistema colombiano, uno de los más diversos del
mundo, ha sufrido los embates de la guerra ocasionados por los actores del conflicto armado.
El enfrentamiento entre el estado y las Fuerzas Armadas revolucionarias de Colombia FARC
fueron tan fuertes que en medio de su disputa política y militar y con miras a debilitarse
el uno al otro, se desafiaron en espacios naturales sin medir las consecuencias de lo que
ocasionaban allí convirtiéndolo en una víctima silenciosa y sin defensa.
Midieron sus fuerzas utilizando a un tercero que por defecto no les pertenecía a ninguno
de ellos, usaron los recursos naturales a su libre albedrio y conforme sus intereses sin que
reconocieran que estos son de un colectivo general, de generaciones inmediatas y futuras,
con un fin egoísta y egocéntrico, llevándose consigo los derechos de la naturaleza, bajo la
creencia medieval de la regeneración de los mismos en cualquier circunstancia.
A. Deforestación
La disputa dentro del territorio colombiano por parte de los grupos insurgentes no solo
se traduce en dominio político e ideológico, ha implicado igualmente que sea utilizado para
la expansión de los cultivos ilícitos que fortalece su brazo económico para mantenerse en la
lucha armada, pero ello ha implicado que su esparcimiento requiera del uso de espacios
que son del colectivo social tales como reservas y parques naturales, en donde la tala
indiscriminada ha generado tal deforestación que en ocasiones es irreversible el impacto
MARTÍNEZ LONDOÑO, Claudia Patricia / LUJAN OVIEDO, Claudia
El medio ambiente como víctima del conflicto armado en Colombia y los pasivos ambientales dentro de la justicia transicional 769
causado, convirtiendo este ecosistema en víctima de la irracionalidad del hombre y más aun
de un conflicto en el cual nunca ha tomado parte.
Los Bosques han sido durante décadas víctimas del conflicto mediante los cultivos
ilícitos de coca y amapola, los departamentos más afectados han sido Caquetá, Guaviare y
Putumayo con las mayores extensiones de selva perdida precisamente convirtiéndose en
el cáncer que lo está consumiendo, para el año 2014 la guerrilla deforestó 15mil hectáreas
de bosque, de las cuales el 54 por ciento correspondió a bosque primario, denominado así
por su importancia ecológica, y 46 por ciento de bosque secundario.25
Un estudio realizado por la oficina de las Naciones Unidas contra la droga, sobre el
monitoreo del cultivo, señalo que los cultivos crecieron fuertemente en Parques Nacionales
Naturales (45%), pero este crecimiento se concentra en dos (2) parques principalmente: La
Macarena y Nukak; ambos al oriente del país en el núcleo Meta - Guaviare26, áreas protegidas
como reserva natural.
Este mismo balance determinó que el Putumayo registró 6,148 hectáreas sembradas con
cultivos ilícitos de coca; le sigue Guaviare, con 3,851 hectáreas27, pese a que se observa una
leve disminución de los cultivos en otros departamentos con áreas protegidas, también es
claro que la problemática continua y lo que es más grave aún se ha dispersado. “Los cultivos
de coca en Putumayo y Caquetá se caracterizan por una alta dispersión; sin embargo en el
2012 se puede observar una tendencia al crecimiento en el piedemonte al sur del Caquetá y en
el sector Caguán – Orteguaza. Las zonas donde más se redujeron se encuentran en la frontera
con Ecuador, por actividades de erradicación manual”, asegura el informe.
Los cultivos ilícitos, además de representar una amenaza para los recursos biológicos, son
rechazados por la mayoría de la población en razón a que ha afectado sus vidas y su entorno
natural, disminuyendo los recursos naturales y hasta su propia subsistencia, adicionalmente,
es calificada como el problema que más ha perjudicado la salud general de tal manera que
esta consecuencia del conflicto armado es uno de los principales hechos que más preocupa
a los pobladores. Por eso, el 40 por ciento de la población considera que los medios de
comunicación deberían dar mayor cobertura al tema de los cultivos ilícitos en las áreas de
reserva natural, ubicándose por encima de temas como la explotación minera, los desastres
naturales y el abandono estatal.
25 https://www.kienyke.com/politica/el-prontuario-criminal-ambiental-de-la-guerrilla.
26 http://www.unodc.org/documents/crop-monitoring/Colombia/Colombia_Monitoreo_de_Cultivos_de_
Coca_2014_web.pdf.
27 http://www.unodc.org/documents/crop-monitoring/Colombia/Colombia_Monitoreo_de_Cultivos_de_
Coca_2014_web.pdf.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
770 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Las fuentes hídricas, en la misma medida de los bosques, se han visto gravemente
afectadas con la contaminación, en algunos casos los cultivos de coca vierten a las cuencas
los insumos químicos que se emplean en el proceso del alcaloide, de manera inmediata se
afecta el desarrollo y supervivencia de las especies subacuáticas y como efecto colateral
afecta a las comunidades que derivan su sustento de estas fuentes de agua. Para este mismo
fin, se realizan la desviación de los cauces o ubican diques que secan las partes bajas de
los cursos de agua, lo que genera drenaje en lagunas y humedales; igual situación se observa
cuando se plantan cultivos cerca de las corrientes de agua se provoca erosión. Ese material
erosionado es arrastrado a la parte superficial de las fuentes y hace que el agua se ponga
turbia, lo que impide el paso de luz y por lo tanto irrumpe el ciclo de los ecosistemas donde
se presenta.
Por otra parte, los ríos han sido uno de los recursos hídricos más afectados por los
atentados de las Farc, quienes concentraron sus ataques contra oleoductos petroleros. Desde
el inicio del conflicto y hacia 1968 empezaron los ataques al oleoducto Caño Limón –
Coveñas, a suelos y ríos han caído grandes cantidades de barriles de petróleo por atentados
a construcción, y es que en Colombia, a lo largo de los últimos 30 años, se han derramado
casi cuatro millones de barriles, una cantidad que es comparable con la tragedia ambiental
ocasionada por la petrolera Exxon Valdés en 1989, en Alaska, o con la explosión de la planta
de British Petroleum (BP) en el golfo de México en 2010, que causó revuelo internacional
por los daños al ecosistema.
Dentro de los hallazgos más importantes con relación a la afectación de los ríos indican:
28 file:///C:/Users/ok/Downloads/humanitaria7.pdf.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
772 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Por ello es preciso establecer dentro de las políticas públicas actuales, la forma en la que
el medio ambiente como víctima del conflicto armado será reparado, con el fin de cumplir
con los compromisos de orden internacional adquiridos y en cumplimiento de nuestra
constitución ecológica para que esta no quede como un ilusión , sino que realmente se
puedan palmar las acciones que permitan recuperar lo que las manos de unos hombres ha
dañado de manera egoísta y mezquina y que pertenecen a toda la humanidad, a través de la
determinación de los llamados pasivos ambientales.
Como parte del proceso evolutivo del derecho ambiental en el mundo, el reconocimiento
de la naturaleza como sujeto de derecho, surge como consecuencia del paradigma de
la responsabilidad por daños ocasionados a los ecosistemas, el cual establece que se
desarrolle teóricamente la forma en que se podría determinar la ocurrencia del mismo y
sus elementos concluyentes, al igual que la iniciativa de prácticas legislativas en cada país
tendientes a la protección de este derecho colectivo por parte de los estados.
29 http://www.elnuevosiglo.com.co/index.php/articulos/10-2016-paramos-y-mineria.
MARTÍNEZ LONDOÑO, Claudia Patricia / LUJAN OVIEDO, Claudia
El medio ambiente como víctima del conflicto armado en Colombia y los pasivos ambientales dentro de la justicia transicional 773
Por ello es necesario plantear desde ya un mecanismo propio para la imputación del
daño ambiental, complementado con un sistema de reparación de carácter colectivo que
inicie con el sistema preventivo, lo que implicaría el desarrollo de un sistema procesal
propio tal como lo es el constitucional sin tener que acudir a la jurisdicción contenciosa
Administrativa o a la civil en donde la protección de este derecho colectivo se desnaturaliza.
Este régimen propio deberá propender por el reconocimiento del medio ambiente
instaurando acciones propias por daños al ambiente diferentes a las orden civil y
administrativo, en donde la titularidad sea común reconociéndolo como sujeto de derecho
y la legitimación por activa sean todos aquellos que consideren afectado su entorno, o el
de las generaciones futuras, es decir todos los ciudadanos que gozan del derecho a un medio
ambiente adecuado, rompiendo así con la necesidad del establecimiento de un nexo causal,
en donde en ocasiones es dispendioso establecer la relación del daño, que salta a la vista, con
quien lo ocasiono, siendo solo determinante demostrar los efectos que causaría al ambiente
y por consecuencia los humanos, a los seres no humanos.
Aquí, en este punto ingresamos a una aproximación teórica de los “pasivos ambientales”,
sin embargo hoy no existe una definición unánime, en razón a que este nuevo concepto surge
inicialmente del concepto de “Pasivo” pero desde el punto de vista contable entendido
como una deuda o una obligación; desde la óptica del derecho el termino pasivo se relaciona
directamente al “sujeto”, por lo que, para el derecho penal, el sujeto pasivo es sobre quien
recae el ilícito, es decir “es el titular del bien jurídico protegido o lesionado en el Delito”
30
; en términos tributarios se entiende por sujeto pasivo como aquel que “está obligado al
pago de una suma de dinero por concepto de tributo y sus accesorios, siempre y cuando
ocurra el presupuesto de hecho establecido en la ley”31, es decir, son todas aquellas personas
obligadas al pago de tributos en favor del sujeto activo que es el Estado; y finalmente, en
términos civiles es la parte que está obligada, “es decir es aquella persona de quien se espera
el cumplimiento de una acción”32.
30 Collazos Soto, Marisol, Derecho Penal I Capítulo 13. La tipicidad, Curso 2006/07 Licenciatura en Criminología.
UMU, disponible en: http://www.marisolcollazos.es/Derecho-Penal-I/Derecho-Penal-I-13-Tipicidad.html.
31 Moya M., E. J. (2009). Elementos de Finanzas Públicas y Derecho Tributario. Caracas: Mobilibros.d.
32 Universidad Interamericana para El Desarrollo UNID, Las Obligaciones en el Derecho Civil, disponible en
http://moodle2.unid.edu.mx/dts_cursos_mdl/lic/DE/ODC/S01/ODC01_Lectura.pdf.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
774 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Sin embargo este término ha evolucionado tanto que existen algunas aproximaciones
al concepto que hoy naturalizan el tema ecológico, “entendido como un daño se puede ver
desde la visión de deuda ecológica, por cuanto, ésta es una obligación con la humanidad,
adquirida en razón de los daños, en ocasiones irreversibles, a la base biofísica de las
sociedades, provocados por islas de privilegio, economía del despilfarro e industrias de la
barbarie, cuya consecuencia ha sido el empobrecimiento y exclusión de amplias mayorías
humanas, etnocidio y avallasamiento de culturas…”33
Artículo 2°.- Definición de los Pasivos Ambientales Son considerados pasivos ambientales
aquellas instalaciones, efluentes, emisiones, restos o depósitos de residuos producidos
por operaciones mineras, en la actualidad abandonadas o inactivas y que constituyen un
riesgo permanente y potencial para la salud de la población, el ecosistema circundante y la
propiedad.
Para nuestro caso, Colombia, no existe una definición jurídica, lo cual nos lleva a que
fácilmente se confunda el pasivo ambiental con el daño ambiental y por lo tanto con la
responsabilidad ambiental, situaciones jurídicas totalmente distintas en su origen, relación
y nexo causal. Por ello para determinar que es “pasivo ambiental” es necesario establecer
unos criterios, que como se indicó anteriormente eviten, por un lado caer en el tema del daño
ambiental y por otro lado, permitan cierta certeza jurídica a los administrados de que estamos
hablando temas estrictamente relacionados con el hábitat humano; el Ministerio de Minas
y Energía 34 determina el pasivo surgiría después de la sanción por cuanto allí surge o bien la
obligación de pagar una suma de dinero, o bien la obligación de restaurar el medio ambiente
Así las cosas, podrían considerarse algunos criterios que permiten definir la configuración
de un pasivo ambiental, sin que sea una enumeración taxativa, las siguientes características:
1. Los efectos ambientales que no han sido manejados, prevenidos, compensados o mitigados
durante la ejecución de la actividad, a pesar de haber existido normatividad, estándares y
requisitos en la licencia ambiental, permisos, autorizaciones o concesiones otorgados.
2. Los efectos ambientales que implican riesgo para la salud humana o para los ecosistemas
como consecuencia de la contaminación derivada del enterramiento, del abandono, del
almacenamiento inapropiado subterráneo o en superficie o de los derrames de residuos
peligrosos, sustancias químicas e hidrocarburos o elementos radiactivos.
33 Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, ANH y Universidad Nacional de Colombia. (2009).
Manejo de áreas devueltas con pasivos ambientales - sector de hidrocarburos.
34 UPME la valoración de pasivos ambientales en Colombia, énfasis sector eléctrico. Resumen ejecutivo. Febrero
de 2002. Pág. 14 (Estudio elaborado por Econometría).
MARTÍNEZ LONDOÑO, Claudia Patricia / LUJAN OVIEDO, Claudia
El medio ambiente como víctima del conflicto armado en Colombia y los pasivos ambientales dentro de la justicia transicional 775
4. Los efectos ambientales generados por el cierre definitivo de una actividad por una razón
distinta a la orden de una autoridad ambiental, como sería el caso de una liquidación
de una sociedad titular de dicha actividad. Este criterio aplicaría cuando se produce esa
situación y no han sido resueltos los efectos ambientales generados.
6.3. Responsabilidad
35 Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, ANH y Universidad Nacional de Colombia. (2009).
Manejo de áreas devueltas con pasivos ambientales - sector de hidrocarburos.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
776 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Dicho de otra manera, el pasivo huérfano, por su propia naturaleza, deberá ser asumido
por los Estados, en razón a los costos de recuperación, algunas características a señalar son:
Frente a ello podría utilizarse las multas recaudadas por violaciones a la legislación
ambiental, en la medida en que los recursos provenientes de las mismas se integren a un fondo
cuyos recursos sean destinados exclusivamente a la reparación de daños en los casos no ha
sido posible identificar al causante, mediante las reglas de imputación de la responsabilidad.
MARTÍNEZ LONDOÑO, Claudia Patricia / LUJAN OVIEDO, Claudia
El medio ambiente como víctima del conflicto armado en Colombia y los pasivos ambientales dentro de la justicia transicional 777
7. CONCLUSIONES
A manera de colofón podemos señalar de manera sucinta que la evolución del derecho
ambiental ha ido de manera creciente y constante plasmándose en una protección que
se trasforma constantemente en un interés general de todos los individuos, involucrando
de manera directa a todos y a cada uno de los estados para que puedan tomar las medidas
necesarias y así establecer los patrones de protección individual y colectiva como
compromiso para con las generaciones futuras con quienes tenemos desde ya una deuda.
La existencia de principios rectores que orientan esta rama del derecho es necesaria y
fundamental en la toma de decisiones frente a la presentación de un peligro inminente que
llegare a causar un daño al ecosistema, tal cual son el principio de prevención y precaución
que si bien son distintos los dos permiten tomar las medidas necesarias a precaver cualquier
posible impacto ambiental.
humanos pero sintientes otorgándoles una categoría dentro del derecho que antes no se
concebida y que por ser determinantes en la vida del hombre se les debe protección especial.
Casos de relevancia en donde se reconoce esta categoría están en países como nueva
Zelanda, Ecuador, Bolivia, Argentina y Colombia en donde la Corte Constitucional en la
sentencia T-622 de 2016 señalo al rio Atrato como sujeto especial de derecho y estableció
unas pautas para que se proceda a su inminente protección y se inicie su recuperación, luego
de que allí se realizara un análisis sobre la explotación ilegal de la minería.
Este reconocimiento ha obligado a que los estados establezcan políticas públicas para su
amparo, sin embargo para el caso Colombiano y dentro del marco del conflicto tenemos que
el acuerdo de paz suscrito entre el Gobierno y las FARC EP no se tuvo en cuenta el medio
ambiente y mucho menos los posibles mecanismos de reparación, se plasmaron temas de
reserva forestal y delimitación agrícola que podría tomarse como temas ecológicos, pero es
ausente de manera taxativa la solución a la problemática presentada durante los 60 años de
conflicto armado.
De ahí que se pueda afirmar que el medio ambiente en Colombia también ha sido una
víctima silenciosa del conflicto armado en donde los diferentes actores lo tomaron a su libre
disposición sin importar las consecuencias que por su actuar se pudieran llegar a causar los
ríos, los páramos, los bosques, los animales , la flora y la fauna han sufrido notablemente
con su actuar hasta el punto que existen zonas en donde su recuperación es casi imposible,
generándose lo que hemos llamado pasivos ambientales que por sus características hace
dificultoso individualizar el determinante del daño causado, configurándose en su gran
mayoría en pasivos huérfanos.
Lo antedicho es aún más cierto, según ya se anticipó, con respecto a la noción de buen
vivir, en consideración del desarrollo relativamente reciente que ha venido encontrando
en la cultura jurídica —por lo menos, en la cultura jurídica de impronta occidental y en
comparación con el otro concepto que en el Acuerdo la acompaña como “gemelo”, o sea
el bienestar, mucho más conocido y estudiado como tal o bajo el nombre inglés de welfare.
Más bien, es precisamente esa particular declinación del buen vivir, presentado
principalmente en estricta relación con el bienestar, que hace del Acuerdo un terreno jurídico
novedoso para explorar.
La magnitud y el interés de la materia y de los temas que se abren son evidentes. Asimismo,
parece muy claro que un trabajo como este solo puede aspirar a sentar unas premisas basilares
para estudios más complejos que, a partir de allí, se podrían desarrollar en el futuro. En este
sentido, el objetivo del escrito es precisamente intentar ofrecer unos materiales preliminares
para el estudio de cómo el concepto de buen vivir y, con ello, el horizonte teórico innovador
en el cual el mismo se inscribe, hayan sido desarrollados en el Acuerdo Final, y de una
manera tan estrecha con un concepto aparentemente extraño o por lo menos diferente como el
de bienestar. Eso podría resultar útil tanto para estudios de carácter general sobre el concepto
de buen vivir cuanto para análisis más específicos sobre el alcance y la interpretación de las
normas del Acuerdo.
Con este fin, en los párrafos siguientes se intentarán lograr unos objetivos muy específicos.
3 Entre otros, ver Hidalgo Flor, F., Buen vivir, Sumak Kawsay: Aporte contrahegemónico del proceso andino,
Utopía y Praxis Latinoamericana, vol. 16, n° 53, Venezuela, 2011, pp. 85-94; Acosta, A., El Buen Vivir en el camino
del post-desarrollo. Una lectura desde la Constitución de Montecristi, Fundación Friedrich Ebert, FES-ILDIS,
Ecuador,2010.
PERONA, Riccardo / ZAVATTERI, Alessandro
El buen vivir: un principio innovador en el marco del acuerdo final 781
todas las tradiciones y los desarrollos de la noción: entonces, lo que se hará es simplemente
considerar los orígenes lingüísticos y antropológicos del concepto y, brevemente, su
recepción en los ordenamientos bolivianos y ecuatoriano. La elección de estos Países se
justifica en consideración de la relevancia de los desarrollos que su derecho ha tenido en
relación con nuestro tema y también de la oportunidad de sentar el marco teórico considerando
experiencias diferentes a la que constituirá el objeto del estudio sucesivo, o sea la colombiana.
Lo antedicho se llevará a cabo en el párrafo 2.
4 El fenómeno del neconstitucionalismo es considerado por muchos lados algo indefinito, hasta un verdadero
enmascramiento de asuntos tradicionales, presentados bajo una nueva etiqueta. En realidad, representa cambios
importantes en la visión tradicional y formal del derecho, specialmente en América Latina, donde las nuevas
constituciones de Nicaragua (1987), Brasil (1988), Colombia (1991), Paraguay (1992), Perú (1993), Argentina (1994),
Venezuela (1999), Ecuador (2008) y Bolivia (2009), junto a los textos constitucionales ya existentes en Costa Rica,
México y Chile, han consagrado la acogida y el replanteamiento del neocosntitucionalismo en el subcontinente. En
particular, esta corriente jurídica influye mucho en el diseño de las sociedades, trayendo consigo nuevos enfoques en
la materia de los derechos fundamentales y nuevas perspectivas mutuas entre gobernantes y gobernados basadas en
la garantía de los mismos. En el marco institucional, ella conlleva un nutrido catálogo de derechos, la rigidez de las
Constituciones que los reconocen, la consideración de éstas últimas como normas directamente aplicables y el papel
central de los jueces en la interpretación y aplicación de los mandatos constitucionales. Ver Castel, R., 2013; Pozzolo,
S., Neoconstitucionalismo y especificidad de la interpretación constitucional, Cuadernos de Filosofía del Derecho.
Actas del XVIII Congreso Mundial de la Asociación Internacional de Filosofía Jurídica y Social, núm. 21, vol. II,
pp. 339-353, Alicante, 1998; Carducci, M. (a cura di), Il “nuevo constitucionalismo” andino traalterità indigenista
e ideologia ecologista, Diritto pubblico comparato ed europeo, numero monografico, 2012. Específicamente sobre
el tema del bienestar, ver además Bagni, Silvia, Dallo Stato del bienestar allo Stato del buen vivir. Innovazione e
tradizione nel costituzionalismo latino-americano, Bologna-Italia, 2013.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
782 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Para entender lo que sea en realidad el buen vivir, cabe empezar contextualizando ese
concepto en el marco de la lengua y la cultura aymara, dentro de las cuales fue acuñada la
fórmula original suma qamaña.
Hay que considerar como la raíz conceptual qama, agregándole varios sufijos, cobre
matices tanto variados cuanto reveladores: por ejemplo, qamäwi describe una reunión de
personas que se encuentran para conversar en amistad; qamasa, además de ser el gerundio
del verbo que significa “vivir/convivir”, se refiere al carácter, el valor, el coraje, la fuerza
vital, necesarios para vivir y compartir con los demás, expresando tal vez la relación más
directa entre la raíz qama, el elemento vital de la Madre Tierra, y los hombres que la habitan6;
asimismo, es muy diciente la oposición entre las palabras qamiri, que significa “rico” en
sentido material, y waxcha, que se utiliza para hablar de la pobreza, aunque su significado
original sea “huérfano, abandonado”: eso parece sugerir que la auténtica riqueza consiste no
tanto en el vivir, sino en el con-vivir7, o sea en el coexistir en amor y armonía con las otras
personas y con el medio ambiente que nos rodea, revelando una visión del mundo y la vida
bastante compleja y espiritual. Tal reconstrucción se compagina con el hecho de que, con
qama-ña, existe otra palabra para referirse a la vida, es decir jaka-ña; la diferencia es que ésta
última se utiliza con un sentido estrechamente biológico, opuesto a “muerte”8.
En cuanto al adjetivo que acompaña la palabra qamaña, o sea suma, él significa “bonito,
gracioso, agradable, bueno, amable”, pero también “precioso, excelente, cumplido, perfecto”,
expresando un sentido de plenitud, el máximo grado de algo.9
En conclusión, es posible darse cuenta de que suma qamaña tiene un alcance más amplio
que el de las palabras “buen vivir” entendidas al pie de la letra: se tiene que interpretar come
una alusión a la más alta forma de vida, representada por los valores del compartir, el amor y
el respeto hacia los demás, el medio ambiente y la Madre Tierra; como una filosofía de vida
capaz de convertirse en propuesta política y principio de derecho.
5 Ver Albó, X., SUMA QAMAÑA=BUEN CONVIVIR, Revista Obets, vol. 4, p. 26, Bolivia, 2009.
6 Ibid.
7 Ibid., p. 27; p. 28: “Es que suma qamaña en realidad no es ‘vivir bien’ sino ‘el saber convivir y apoyarnos los
unos a los otros’”. Y elsuma qamiri pasa a ser el que vive y convive bien porque es acogido por todos y sabe acoger
y colaborar a todos con lo poco o mucho que tiene. En cierta manera ya no puede darse individualmente sino sólo
en y con un grupo social mayor.
8 Ibid.
9 Ibid.
PERONA, Riccardo / ZAVATTERI, Alessandro
El buen vivir: un principio innovador en el marco del acuerdo final 783
2.2. El desarrollo del buen vivir como principio jurídico en los ordenamientos
boliviano y ecuatoriano
Aunque no sea de rango constitucional, para entender de cuál forma el buen vivir vive
dentro el ordenamiento jurídico boliviano, cabe mencionar también la “Ley marco de la Madre
Tierra y desarrollo integral para vivir bien”, específicamente su artículo 9, según el cual “El
Vivir Bien a través del desarrollo integral en armonía y equilibrio con la Madre Tierra, debe
ser realizado de manera complementaria, compatible e interdependiente de los siguientes
derechos: 1. Derechos de la Madre Tierra [...]; 2. Derechos colectivos e individuales de
las naciones y pueblos indígenas originarios campesinos, comunidades interculturales
y afrobolivianas[...]; 3. Derechos civiles, políticos, sociales, económicos y culturales del
pueblo boliviano para Vivir Bien a través de su desarrollo integral [...]; 4. Derecho de la
10 Ibid., p. 38.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
784 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
población rural y urbana a vivir en una sociedad justa, equitativa y solidaria sin pobreza
material, social y espiritual, en el marco del goce pleno de sus derechos fundamentales”.
3.1. La expresión “buen vivir” en el texto global del Acuerdoy sus relaciones con la
expresión “bienestar”
Unos datos, para decirlo así estadísticos pueden ayudarnos a introducir el discurso. La
expresión “buen vivir” aparece en el texto del Acuerdo por un total de treinta y uno (31)
veces; en veinte y seis(26) casos, se encuentra mencionada junto a la palabra “bienestar”
(“bienestar y ben vivir”; “el bienestar y el buen vivir”), la cual a su vez aparece en el texto
por un total de treinta y nueve (39) veces.
En la mayoría de los casos, entonces, bienestar y buen vivir son citados juntos: el buen
vivir, en particular, aparece raramente como concepto autónomo, encontrándose a penas cinco
veces (5). En cambio, el bienestar demuestra una independencia un poco mayor, apareciendo
sin su gemelo trece (13) veces.
Dicho lo anterior desde el punto de vista general, parece también relevante considerar
la densidad con el cual la expresión “buen vivir”, junto o menos con el “bienestar”, aparece
en las diferentes partes del acuerdo. En este sentido, se puede observar que las nociones
examinadas se concentran principalmente en los Puntos 1, 4 y 5.
En primer lugar, las dos se encuentran en el resumen que se hace del Punto 1 en la
Introducción: “El Punto 1 contiene el acuerdo ‘Reforma Rural Integral’, que contribuirá a
la transformación estructural del campo, cerrando las brechas entre el campo y la ciudad y
creando condiciones de bienestar y buen vivir para la población rural. La “Reforma Rural
Integral” debe integrar las regiones, contribuir a erradicar la pobreza, promover la igualdad
y asegurar el pleno disfrute de los derechos de la ciudadanía”.
De una manera más importante, sin embargo, entre los Principios sentados en el Punto
1se encuentran “Bienestar y buen vivir: el objetivo final es la erradicación de la pobreza y la
satisfacción plena de las necesidades de la ciudadanía de las zonas rurales, de manera que
se logre en el menor plazo posible que los campesinos, las campesinas y las comunidades,
incluidas las afrodescendientes e indígenas, ejerzan plenamente sus derechos y se alcance la
convergencia entre la calidad de vida urbana y la calidad de vida rural, respetando el enfoque
territorial, el enfoque de género y la diversidad étnica y cultural de las comunidades”.
Además, en el marco del numeral 1.2, “Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial
(PDET)”, se prevé: “1.2.1. Objetivo: el objetivo de los PDET es lograr la transformación
estructural del campo y el ámbito rural, y un relacionamiento equitativo entre el campo y
la ciudad, de manera que se asegure: - El bienestar y el buen vivir de la población en zonas
rurales—niños y niñas, hombres y mujeres— haciendo efectivos sus derechos políticos,
económicos, sociales y culturales, y revirtiendo los efectos de la miseria y el conflicto […]”.
Entre los “Principios” de la misma parte (4.1.1) se prevé, además, el “Respeto y aplicación
de los principios y las normas del Estado social de derecho y convivencia ciudadana: el
logro de las transformaciones estructurales de los territorios que garanticen el bienestar
y el buen vivir de las comunidades afectadas por la presencia de cultivos de uso ilícito y
el tránsito hacia las economías legales, implica la aplicación y el respeto por parte de las
instituciones y de la ciudadanía de los principios y las normas del Estado social de derecho,
el fortalecimiento de los valores democráticos, la convivencia ciudadana, y la observancia
de los derechos humanos”.
En el Punto 4.1.2 concernientes a los objetivos con lo que debe cumplir el Programa
Nacional Integral de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito, implementado en el marco y
como parte de la Reforma Rural Integral (RRI), se encuentran las siguientes previsiones:
“- Superar las condiciones de pobreza de las comunidades campesinas, y en particular de
los núcleos familiares que las conforman, afectados por los cultivos de uso ilícito, mediante
la creación de condiciones de bienestar y buen vivir en los territorios; y contribuir a las
transformaciones estructurales de la sociedad rural que resulten de la implementación de
la Reforma Rural Integral (RRI) y de la puesta en marcha de los componentes del Punto 2
‘Participación Política’. […] - Asegurar la sostenibilidad del PNIS en los territorios como
garantía para la solución definitiva al problema de los cultivos de uso ilícito mediante una
intervención continua y persistente del Estado, que se debe manifestar en condiciones de
bienestar y buen vivir para las comunidades; y mediante la participación y compromiso de
todos y todas, incluidas las FARC-EP luego de la firma del Acuerdo Final en el marco de su
reincorporación económica y social”.
La misma subsección sigue con otros numerales que citan el bienestar y el buen vivir.
En particular, el numeral 4.1.3.2, “Acuerdos con las comunidades”, prevé: “Un fundamento
indiscutible de la solución definitiva al problema de los cultivos de uso ilícito seencuentra en
el carácter voluntario y concertado y, por tanto, en la manifiesta voluntad de lascomunidades
—hombres y mujeres— de transitar caminos alternativos a los cultivos de uso ilícito, yel
compromiso del Gobierno de generar y garantizar condiciones dignas de vida y de trabajo
para elbienestar y buen vivir. Con el fin de formalizar ese compromiso y la decisión de
sustituir los cultivosde uso ilícito, se celebrarán acuerdos entre las comunidades, el Gobierno
Nacional y las entidadesterritoriales, previo a la puesta en marcha del Programa en un
territorio.El acuerdo incluye la formalización del compromiso tanto de las comunidades con
la sustituciónvoluntaria y concertada, la no resiembra, el compromiso pleno de no cultivar
ni estar involucrado enlabores asociadas a los cultivos de uso ilícito ni de participar en la
comercialización ilegal de lasmaterias primas derivadas de estos, como el compromiso del
Gobierno con la ejecución del plan deatención inmediata y la puesta en marcha del proceso
de construcción conjunta participativa yconcertada de los planes integrales municipales
y comunitarios de sustitución y desarrollo alternativo”. En el mismo numeral, se hace
una referencia individual al buen vivir, así: “En los casos en los que no haya acuerdo con
las comunidades, el Gobierno procederá a la erradicación de los cultivos de uso ilícito,
priorizando la erradicación manual donde sea posible, teniendo en cuenta el respeto por
los derechos humanos, el medio ambiente, la salud y el buen vivir. El Gobierno, de no ser
posible la sustitución, no renuncia a los instrumentos que crea más efectivos, incluyendo
la aspersión, para garantizar la erradicación de los cultivos de uso ilícito. Las FARC-EP
consideran que en cualquier caso en que haya erradicación esta debe ser manual”.
En unos casos el buen vivir, junto o menos con el bienestar, aparece también en el Punto
5 del Acuerdo. En particular, en la subsección “5.1. Sistema Integral de Verdad, Justicia,
Reparación y No Repetición - 5.1.1.Verdad - 5.1.1.1. Comisión para el Esclarecimiento de
la Verdad, la Convivencia y la No Repetición”, se prevé que “la Comisióndeberá promover
la convivencia en los territorios, en el entendido de que la convivencia no consiste en el
simple compartir de un mismo espacio social y político, sino en la creación de un ambiente
transformador que permita la resolución pacifica de los conflictos y la construcción de
la más amplia cultura de respeto y tolerancia en democracia. Para ello promoverá un
ambiente de dialogo y creará espacios en los que las victimas se vean dignificadas, se hagan
reconocimientos individuales y colectivos de responsabilidad, y en general se consoliden
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
792 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
Ahora bien, el objeto principal de este trabajo es el buen vivir, así que las bases que se han
puesto podrán servir a futuros estudios básicamente en relación con la siguiente pregunta:
cómo ese concepto, bajo la luz de los orígenes y los desarrollos mencionados en el marco
teórico, aparezca declinado en relación con la nociónde bienestar en el marco del Acuerdo.
El desafío será el de estudiar los desarrollos teóricos del concepto y, al mismo tiempo, de
especificar el alcance interpretativo de las normas del Acuerdo.
Ya se señaló que contestar a esa pregunta no constituye el objetivo de este trabajo y que
simplemente se indicarán algunas líneas que la futura reflexión podría abordar.
En este sentido, cabe señalar que el buen vivir, en su acepción originaria, se relaciona de
manera muy estrecha tanto con los derechos humanos como con los derechos fundamentales
consagrados por muchas constituciones latinoamericanas, incluso la Constitución Política de
Colombia de 1991. No obstante, a la vez representa una propuesta para un nuevo paradigma
económico-social, de ahí es importante evitar fáciles malentendidos sobre los reales alcances
de tal noción, a comenzar de no confundirla, por lo menos en principio, con la de “bienestar”
—palabra que suena bastante familiar, aunque tal vez, sobre todo dentro de los ordenamientos
europeos y de EE.UU., se tenga el hábito de expresar ese concepto con la palabra welfare.
Esta cautela aparece más aún necesaria si se considera que a menudo el propio término
welfare —al pie de la letra “bienestar”— es entendido como sinónimo de “Estado Social
de Derecho”15. En efecto, esta última expresión, que se encuentra estrechamente asociada
al principio de “bienestar y buen vivir” en el Punto 4 del Acuerdo, es utilizada por la
Constitución Política de Colombia para definir la naturaleza del ordenamiento nacional, en el
cual se desarrollará el posconflicto.
Por eso, cuando en la letra del Acuerdo Final, el bienestar y el buen vivir conforman un
solo principio, podría configurarse el riesgo de que, a causa bien de las similitudes entre
las palabras bien del nexo con el concepto de Estado Social de Derecho, los significados se
puedan confundir.
Al respecto, primero que todo parece importante asegurar que la recurrencia de las dos
palabras en el binomio mencionado no induzca a considerar el buen vivir como un apéndice
o una declinación del bienestar. Los conceptos, según parece razonable afirmar, quedan
diferentes. De hecho, es revelador que, a través de la conjunción “y”, se quiso separar los
conceptos y presentarlos como unidos pero al mismo tiempo distintos, sin endíadis.
15 Ver infra, nota 23, Gudynas, E.: “[...] el buen vivir no es un sinónimo de una dolce vita del despilfarro o
haraganería subsidiada por el Estado”.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
794 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
De esta manera, se puede observar cómo, en efecto, el bienestar, así como se ha entendido
tradicionalmente, pueda sin duda coexistir con una situación de buen vivir, siempre y cuando
se considere una noción de bienestar de la cual beneficie toda la colectividad. El buen vivir
como tal, en efecto, rechaza el “vivir mejor”, o sea el bienestar de unos a costa de otros, y
apunta a un equilibrio entre la satisfacción de los individuos y de la comunidad en la cual
ellos viven16: expresa, así, una visión comunitaria de las relaciones humanas y una tentativa
de recuperar lo colectivo, lo público y por ende la solidaridad. La calidad de vida jamás
representa un valor de por sí, sino que ella debe ser una condición común y compartida por
todos los integrantes de la sociedad, en el respeto de las diferencias, por lo cual no tendría que
hablar de “buen vivir”, sino más bien de “buen convivir”.17
La naturaleza, en el horizonte conceptual del buen vivir, no tiene que ser vista como
un instrumento para explotar y agotar, sino como una madre para cuidar, con sus propios
tiempos y exigencias. La relación con el medio ambiente es seguramente uno de los aspectos
fundamentales del buen vivir, que ha llevado importantes novedades en los ordenamientos
jurídicos que primeros acogieron este principio. En particular, bajo su luz empezó el camino
para difundir la conciencia de que la Madre Tierra (o Pacha Mama) no es solo un objeto,
sino un vero y propio sujeto de derecho, del cual no es posible apropiarse sin límites. Al
contrario, solamente es posible sustraer a la Madre Tierra lo que se le puede devolver, y
siempre respetando sus ritmos: se rechaza, así, una visión antropocéntrica del mundo, para
proponer una coexistencia armónica entre el hombre y la naturaleza18. No casualmente, el
16 Ver Huanacuni, F., Buen Vivir/Vivir Bien. Filosofía, políticas, estrategias y experiencias regionales andinas,
Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI) Lima, 2010, p. 11: “El Vivir Bien no es lo mismo que el
vivir mejor, el vivir mejor es a costa del otro. Vivir mejor es egoísmo, desinterés por los demás, individualismo, sólo
pensar en el lucro”; Houtart, F., El concepto de Sumak Kawsai (Buen Vivir) y su correspondencia con el bien comun
de la humanidad, Instituto de Altos Estudios Nacionales-AEN, Ecuador, 2011, p. 4:“David Choquehuanca refiere
la oposición entre ‘vivir bien’ y ‘vivir mejor’, lo que, por afán de consumir siempre más, provocó las deviaciones
del sistema capitalista. Por el contrario, el Suma Qamaña significa la complementariedad social, rechazando la
exclusión y la discriminación y buscando la armonía de la humanidad con la ‘Madre Tierra’, respetando las leyes de
la naturaleza. Todo esto constituye una cultura de la vida, en oposición a la cultura de la muerte (D. Choquehuanca,
2010, 57-74)”; Acosta, A., 2010, p.26: “Con esta Constitución, a diferencia de lo que imponía el pensamiento
neoliberal, se quiere recuperar lo público, lo universal, lo gratuito, la diversidad, como elementos de una sociedad
que busca sistemáticamente la libertad, la igualdad y las equidades, así como la solidaridad en tanto elementos
rectores del Buen Vivir”.
17 Ver Albó, X., 2009, p. 28: “Es que suma qamaña en realidad no es ‘vivir bien’ sino ‘el saber convivir y
apoyarnos los unos a los otros”.
18 Ver Ramírez, L.V. y Atriano, R.Á., Universidad de Vigo, España, 2014: reseña sobre Acosta, Alberto El
buen vivir. Sumak Kawsay, una oportunidad par imaginar otros mundos, Icaria, Barcelona, 2013, p. 2: “Ante la vieja
discusión del antropocentrismo, en la perspectiva del Buen Vivir con la visión de los derechos humanos y los derechos
de la naturaleza, se debe transitar del actual antropocentrismo al biocentrismo, lo cual exige un proceso de mutación
sostenido y plural, como requisito fundamental para llevar a cabo la gran transformación esperada por las grandes
PERONA, Riccardo / ZAVATTERI, Alessandro
El buen vivir: un principio innovador en el marco del acuerdo final 795
principio del buen vivir se encuentra tan desarrollado en el Punto del Acuerdo concerniente
al campo colombiano.
Finalmente, el buen vivir impulsa al hombre a pensar de otra forma no sólo las relaciones
entre individuo y comunidad y entre hombre y medio ambiente, sino también entre las mismas
comunidades, tanto a nivel nacional como a nivel global, de acuerdo con la perspectiva
holística que ya se mencionó.
Por eso, han sido evidenciadas las similitudes entre el buen vivir y el principio del “bien
común de la humanidad”, que apareció por primera vez en 2008, a cabo de la cumbre de las
Naciones Unidas, en la que, frente a las dramáticas situaciones detectadas en muchas zonas
del mundo, desde las preocupantes consecuencias del cambio climático hasta los numerosos
conflictos armados, se discutió de la necesidad de abarcar nuevos modelos de desarrollo19.
La cuestión del desarrollo es el núcleo central del debate sobre el buen vivir, cuyos
teóricos consideran que las propuestas de un patrón socio-económico conforme a lo que
los indígenas llaman sumakkawsay/suma qamaña son algo diferente, por ejemplo, de las
concernientes el así llamado “desarrollo sostenible” o “capitalismo verte”: mientras éste es
un modelo alternativo de desarrollo, el buen vivir quiere ser una alternativa al desarrollo
mismo, aspirando a lograr un cambio del entero paradigma civilizatorio20.
Entre otros, el buen vivir se enfrenta a dos conceptos básicos del desarrollo global
como entendido hoy día: “agotamiento” y “acumulación”. La primera palabra se asocia a
la explotación sin control de los recursos productivos naturales y las fuentes de energía,
mientras que la segunda se relaciona al abismo social que separara a los Países con un PIB
muy alto de aquéllos con un PIB mínimo, y hasta dentro de éstos últimos, algunos puñados
de personas cada vez más ricas de una masa de personas cada vez más pobres.
mayorías pobres del planeta. Este será un emprendimiento, político en esencia, que nos conmina permanentemente
a incorporar la cuestión del poder, que no se resuelve simplemente conquistando el gobierno. Entonces, la tarea es
organizar la sociedad y la economía asegurando la integridad de los procesos naturales, garantizando los flujos de
energías y de materiales en la biosfera, sin dejar de preservar la biodiversidad del planeta”.
19 Ver Houtart, F., 2011, pp. 16-17: “Durante la sesión 2008-2009 de la Asamblea General de las Naciones
Unidas, el concepto de ‘Bien Común de la Humanidad’ fue presentado como un instrumento nocional de salida a las
múltiples crisis que afecta a la humanidad y al planeta. No se trataba solamente de proponer regulaciones al sistema
capitalista, sino también alternativas a su lógica de creación de riquezas a costa de destrucciones ecológicas graves
y de desigualdades sociales profundas. El ‘Bien Común de la Humanidad’ significa la producción y la reproducción
de la vida y sirve de referencia o de parámetro fundamental para la organización social humana y para la relación
con la naturaleza. [...] Esta palabra tiene además un sentido que va más allá del ‘Bien Común’ como contrapuesto
al ‘Bien individual’ y que fue considerablemente debilitado por el individualismo del liberalismo económico. Para
su realización se necesita cumplir con los fundamentos de la vida colectiva de la humanidad en la tierra, es decir, la
relación con la naturaleza y el reconocimiento de la necesidad de regeneración de la tierra, la producción material
de la vida, la organización social y política colectiva y la expresión del sentido y de la ética. El ‘Bien Común de la
Humanidad’ se presenta como una meta, un ideal, una utopía, en el sentido positivo del término, destinado a orientar
la acción. La proximidad del concepto de ‘Bien Común de la Humanidad’ con el de Sumak Kawsai y el de Suma
Qamaña es obvia, como con otras expresiones de otros pueblos y de otras culturas, que sería interesante estudiar”.
20 Ver Acosta, A., 2010, p. 15: “El crecimiento económico es apenas un medio, no un fin. Escribir ese cambio
histórico es el mayor reto de la humanidad si es que no se quiere poner en riesgo la existencia misma del ser humano
sobre la tierra. Y en la Constitución de Montecristi se dio un paso pionero a nivel mundial, la Naturaleza se convirtió
en sujeto de derechos. […] La liberación de la Naturaleza de esta condición de sujeto sin derechos o de simple objeto
de propiedad, exige un esfuerzo político que le reconozca como sujeto de derechos. Y esta lucha de liberación empieza
por reconocer que el sistema capitalista terminará por destruir las condiciones biofísicas de existencia”.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
796 Derecho Procesal Constitucional. Garantía Jurisdiccional de la Constitución
En conclusión, el buen vivir es “una oportunidad para imaginar otros mundos”21, cuyos
aspectos específicos todavía no se pueden describir de manera unívoca, dado que, a pesar
de las tentativas hechas para describir el alcance general del principio considerado, hay que
admitir que se trata de un concepto todavía en construcción, respecto al cual se confrontan
variadas y distintas posturas22. Y al respecto, a partir del 30 de noviembre de 2016, también
la institucionalidad colombiana ha oficialmente bajado al ruedo del debate para aportar su
contribución.
21 Como lo dice Alberto Acosta (2013, obra citada) en el título de su artículo, citado en las notas anteriores.
22 Gudynas, E., Tensiones, contradicciones y oportunidades de la dimensión ambiental del Buen Vivir, en: Vivir
bien: ¿Paradigma no capitalista?, Ivonne Farah H. y Luciano Vasapollo, coordinadores, CIDES - UMSA y Plural,
p. 232: “El buen vivir es un concepto en construcción, tal como alerta Alberto Acosta (2008). Esto plantea algunas
dificultades, y varias posibilidades. Entre las primeras se encuentra que existen distintos énfasis sobre los contenidos
del buen vivir, y que éstos representan distintas posturas teóricas, prácticas políticas, e incluso diferencias entre sus
expresiones normativas, especialmente en Bolivia y Ecuador. Pero, por otro lado, como es un proceso en marcha,
es posible incidir en los actuales debates para avanzar hacia mejores conceptualizaciones, evaluaciones sobre los
aciertos o dificultades en sus primeras aplicaciones prácticas, y mayores precisiones. A pesar de esta diversidad,
existe un creciente consenso sobre las fronteras del buen vivir y sus contenidos claves, y sobre las posturas que deben
ser evitadas (por ejemplo, Acosta 2008, Tortosa 2009, Walsh 2010, o los ensayos en Acosta y Martínez 2009). En
primer lugar, no está demás apartar las críticas superficiales: el buen vivir no es un sinónimo de una dolce vita del
despilfarro o haraganería subsidiada por el Estado. En segundo lugar, todas las aproximaciones coinciden en que
este nuevo concepto es resultado de la inconformidad frente a los estilos de desarrollo convencionales, y de que es
necesario un cambio radical”.
ÍNDICE DE CAPÍTULOS Y AUTORES
Primera Parte
DOGMÁTICA DEL DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL
Segunda Parte
CONTROL E INTERPRETACIÓN CONSTITUCIONAL
Tercera Parte
PROCESOS CONSTITUCIONALES
CAPÍTULO XIV
CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD A TRAVÉS DEL
AMPARO COLECTIVO MEXICANO FRENTE AL DERECHO
A UN MEDIO AMBIENTE SANO Y DERECHOS CONEXOS
Karla Elizabeth Mariscal Ureta (México)
Alfonso Jaime Martínez Lazcano (México)..........................................................291
Cuarta Parte
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL TRANSNACIONAL Y
CONTROL DE CONVENCIONALIDAD
Quinta Parte
EL DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL COMO GARANTÍA DE LA
JUSTICIA TRANSICIONAL
Sexta Parte
JURISDICCIÓN INDÍGENA Y JUSTICIA TRANSICIONAL