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I. Introducción
(*) Nota de Redacción: Sobre el tema ver, además, los siguientes trabajos publicados
en El Derecho: Responsabilidad civil por violación del derecho a preservar la propia ima-
gen, por Jorge Bustamante Alsina, ED, 171-94; El abuso del derecho y su inserción como
un nuevo principio del proceso. Su relación con el principio de moralidad procesal, por
Marcos L. Peyrano, ED, 184-1510; El abuso del derecho en la prestación de servicios de
medicina prepaga. Función social de las empresas vinculadas a esa actividad, por Antonio
R. Budano Roig, ED, 197-60; Un caso típico de abuso del proceso, por Osvaldo J. Maffía,
ED, 204-607; Derecho del consumo, noción de consumidor y cláusulas contractuales abu-
sivas, por Luis R. Carranza Torres, ED, 228-121; La cosa juzgada y su utilización abu-
siva, por Víctor M. Castaños Zemborain, ED, 239-319; Actos del dueño por una parte
indivisa y la acción reivindicatoria, por Marcelo E. Urbaneja, ED, 251-265. Todos los
artículos citados pueden consultarse en www.elderecho.com.ar.
(1) Fundamentos del Anteproyecto de Código Civil y Comercial de la Nación, pto.
III, 3.
JUAN PABLO LIMODIO
Se subraya, en primer lugar, una distinción entre derecho y ley que su-
giere, por una parte, que se ha abandonado la visión cerrada del positivismo
jurídico, que identifica el derecho con la ley y daba a esta el lugar privile-
giado dentro de las fuentes del derecho, y, por la otra, la aceptación de que
el derecho es más que la ley ya que “una identificación entre ambos no es
admisible en el estadio actual de la evolución jurídico-filosófica” (2).
El nuevo código se niega a dar definiciones, así lo expresa puntualmente
el Anteproyecto de la Comisión Reformadora, con lo cual no se inclina por
ninguna postura doctrinal, y deja en claro que no se puede sostener esa iden-
tificación propia de la dogmática jurídica.
Cabe entonces dejar planteada la posición del nuevo código respecto de
que una de las funciones que puede cumplir un título preliminar es la de
aportar algunas reglas que confieren una significación general a todo el texto.
De esta manera, el sistema, sin ser cerrado, adquiere un núcleo que lo carac-
teriza y ofrece un marco de comprensión a una gran cantidad de cuestiones
de interpretación y de integración de lagunas.
Esta impronta, que estimamos saludable, ayuda a una mirada sobre la
interpretación, que ya no será interpretación de la ley, sino interpretación
jurídica. Es decir, la búsqueda de soluciones justas con toda la gama de fuen-
tes con las cuales se cuenta (3).
En el nuevo código se busca que todo el trabajo de interpretación deba
recurrir al sistema de fuentes. Se alude así a la necesidad de procurar inter-
pretar la ley conforme a la Constitución Nacional y los tratados vinculados
a derechos humanos en los que el país sea parte, pero con el fin de aportar
coherencia con el sistema de fuentes. A tales efectos, se incorpora un artículo
relacionado con reglas de interpretación (nuevo artículo segundo).
Así, una lectura integradora apuntará a que la decisión jurídica comienza
por las palabras de la ley, también se incluyen sus finalidades, se mencionan
las leyes análogas, las disposiciones que surgen de los tratados sobre dere-
chos humanos, los principios y los valores jurídicos.
Se hace referencia al ordenamiento jurídico permitiendo así superar la
limitación derivada de una interpretación exegética.
Resulta prudente aquí hacer foco en que, por una parte, se establece como
criterio de interpretación en cuanto a valores y principios y, por otra, que
(2) Ídem.
(3) Conf. Vigo, Rodolfo, Interpretación jurídica (del modelo iuspositivista legalista
decimonónico a las nuevas perspectivas), Santa Fe, Rubinzal-Culzoni, 1999.
LA APARICIÓN DE LOS PRINCIPIOS JURÍDICOS EN EL NUEVO CÓDIGO…
Tiene sentido profundizar sobre este principio, toda vez que en la estruc-
tura del nuevo código se lo ubica, junto con la buena fe, como las dos grandes
referencias para el ejercicio de los derechos.
Si se compara su locación dentro de los actos ilícitos que tuvo con la
reforma del año 1968, se observa que, si bien se respeta gran parte del con-
tenido, se lo propone como un instrumento regulador de todo el ordena-
miento.
Aquello que el código hoy propone como principio reconoce un rico ca-
mino doctrinario y jurisprudencial. Es sabido que el desplazamiento hacia la
subjetividad del derecho, propio de la modernidad, alcanza en la época de
las primeras declaraciones de derechos y la codificación de principios del
siglo XIX un exagerado individualismo. Aquel que es considerado como el
primer doctrinario de la teoría, Louis Josserand, sostenía una adecuada refu-
tación de lo que llamaba la absolutización de derechos por la relatividad en
su ejercicio, afirmando entonces que la manera de ejercerlos no puede ser
contraria a su razón de ser, al espíritu del cual no pueden rebelarse, teniendo
en cuenta el papel social que les corresponde.
Concluye diciendo: “Así se afirma la gran directiva de la relatividad de
los derechos, la cual no constituye, a decir verdad, una novedad sino que ha
tomado en estos últimos años bajo el impulso de algunos escritores y con la
autoridad de la jurisprudencia, vuelo poderoso: los mismos legisladores, los
más recientes por lo menos, se han complacido en rendirle homenaje so-
lemne situándola en el umbral mismo de su obra y asegurándole de esa ma-
nera una completa hegemonía” (4).
En lo que hace a la doctrina nacional, esta sostiene que en su momento
el texto del art. 1071, tal como había sido originalmente redactado, implicaba
un óbice para una amplia incorporación del instituto, lo cual no impidió que
lentamente la jurisprudencia lo aplicara en sus fallos, y se cita también como
(4) Josserand, Louis, Cours de droit civil positif français, París, Libraire du Recueil
Sirey, 1938, trad. de André Brun sobre la 3ª ed., Buenos Aires, Bosch y Cía. Editores,
1950, pág. 154.
LA APARICIÓN DE LOS PRINCIPIOS JURÍDICOS EN EL NUEVO CÓDIGO…
(5) Rivera, Julio C. - Medina, Graciela, Código Civil y Comercial de la Nación co-
mentado, Buenos Aires, Thomson Reuters - La Ley, 2014, t. I, pág. 86.
JUAN PABLO LIMODIO
Aquí cabe resaltar que la noción de abuso del derecho individual respecto
del derecho de incidencia colectiva es incluida en el nuevo código en el ca-
pítulo de bienes. La intención es que el ejercicio de derechos individuales
tenga límites respecto de los bienes colectivos, como ocurre con el desarrollo
o consumo sustentable o la función ambiental de los derechos.