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COHETES ESPACIALES ›

El Falcon 9 descendió suavemente en la base de Cabo Cañaveral tras


lanzar al espacio 11 satélite de comunicaciones
ALICIA RIVERA

23 DIC 2015 - 08:43 CET

SPACE X

Un cohete Falcon9 de la empresa estadounidense SpaceX logró en la madrugada


del martes, por primera vez, el aterrizaje suave de un lanzador espacial tras enviar
a órbita su carga. La hazaña se ha cumplido en la base espacial de Cabo Cañaveral
(Florida, EE UU). “Creo que es un momento revolucionario. Nadie ha logrado traer
intacto un lanzador de tipo orbital”, señaló el director de la compañía,Elon Musk.
Decenas de empleados de la empresa celebraron con vítores y aplausos el éxito
histórico del Falcon9 tanto en la base de lanzamiento como en el cuartel general
de la compañía, en Hawthorne (California).

Con este triunfo, alcanzado en el tercer


Creo que es un momento
intento de aterriza un Falcon9, SpaceX se revolucionario. Nadie ha
coloca de nuevo a la cabeza en la carrera logrado traer un
de los cohetes reutilizables en la que lanzador de tipo orbital”
había tomado la delantera, durante unas
semanas, la empresa competidora Blue
Origin, de Jeff Bezos, con el éxito del
aterrizaje de su lanzador suborbital New
Shepard el pasado 23 de noviembre, en Texas. Los Falcon9 realizaron dos intentos
previos de descenso tras la puesta en órbita de la carga, pero en ambas ocasiones
(en enero y en abril de este año) el blanco era una plataforma flotante situada en el
Atlántico y las dos veces el cohete llegó con demasiada velocidad y se destruyó.

En la madrugada del martes, tras el despegue a las 2.29 hora peninsular española,
desde Cabo Cañaveral, el Falcon 9 puso en órbita once satélites de
comunicaciones de Orbcomm. Pero la primera etapa del cohete, tras separarse de
la segunda, inició el regreso a la base y encendió de nuevo sus motores en dos
fases para ir frenando hasta tocar tierra diez minutos después del despegue.
Aterrizó suavemente, en vertical sobre sus cuatro patas desplegadas, en la Zona
de Aterrizaje 1, antes denominada Plataforma de Lanzamiento 13 y utilizada por la
Fuerza Aérea Estadounidense para ensayos de cohetes y misiles, informa
Space.com. La partida y la llegada no se realizaron en el mismo punto del
complejo espacial: el cohete salió de la Plataforma de Lanzamiento 40 y aterrizo
en la que era antiguamente era la número 13, unos kilómetros al Sur de la primera.

El espectáculo nocturno en la zona de


Cabo Cañaveral fue insólito puesto que
allí llevan décadas viendo despegues de
cohetes, pero no el regreso controlado de
uno de ellos. SpaceX difundió
posteriormente el video de la operación
de aterrizaje impecable del cohete justo
en la diana marcada en la plataforma, así
como fotografías espectaculares, como
una realizada con larga exposición en la
que destacan, sobre el cielo nocturno de
Fotografía de larga exposición en la que se Florida, las dos trazas del cohete: la del
aprecia, en el cielo nocturno de Florida, la doble
traza del cohete Falcon9: la de ascenso y la de ascenso y la del regreso a tierra de la
regreso controlado, diez minutos más tarde, de la
primera etapa del lanzador. SPACEX primera etapa diez minutos más tarde.

El objetivo de estas operaciones de las


nuevas empresas espaciales estadounidenses es lograr hacer cohetes reutilizables
plenamente operativos para abaratar drásticamente el acceso al espacio, con
vistas incluso a facilitar los futuros viajes a Marte. La construcción de un cohete
Falcon9 cuesta 16 millones de dólares (unos 14.6 millones de euros), pero el
combustible supone solo 200.000 dólares (182.000 euros). "Esto significa que la
reducción potencial de coste a largo plazo probablemente es superior a un factor
100", ha señalado Musk, informa Space.com.

La carrera espacial de SpaceX (Musk) y Blue Origin (Bezos) por los cohetes de ida
y vuelta se plasma también en Twitter. Musk felicitó a su competidor tras el éxito
del New Shepard hace unas semanas, pero puntualizando que el próximo hito sería
de un lanzador orbital, el suyo, con lo que señalaba que el cohete de Blue Origin no
lo es (subió hasta poco más de 100 kilómetros, considerada la frontera del
espacio, y sin capacidad de poner cargas en órbita). Bezos ayer se la devolvió en
un tweet, también muy cortésmente: “Felicidades SpaceX por el aterrizaje de una
etapa de propulsión suborbital. ¡Bienvenido al club!”.

La primera etapa del Falcon9 (en total el cohete mide 70 metros de altura) que
ayer logró regresar a la base de lanzamiento, efectivamente, no ascendió más de
unos 80 kilómetros antes de separarse de la segunda etapa y emprender el
regreso, pero el cohete de SpaceX es de puesta en órbita de cargas, es más alto y
más potente que el New Shepard (más pequeño y, de momento, orientado a vuelos
suborbitales para turismo espacial), lo que implica una complejidad tecnológica
mucho mayor.

“Hemos logrado la recuperación de un cohete en una misión que también desplegó


11 satélites. Este es un paso fundamental con cualquier otro cohete que haya
volado antes, ha recalcado Musk hoy.

El Falcon9 (el de esta madrugada ha sido


el sexto lanzamiento de uno de estos El espectáculo fue
cohetes este año) partió con un día de insólito en Cabo
retraso sobre el plan de vuelo que se Cañaveral, donde se han
había fijado debido a ajustes técnicos de visto despegar cohetes
última hora. A los 2.24 minutos del durante décadas,  pero no
despegue, cuando había alcanzado unos el regreso controlado de
80 kilómetros de altura y una velocidad
uno de ellos
de unos 5.850 kilómetros por hora, se
separaron la primera y segunda etapa del
lanzador: una emprendió el regreso al
suelo y la otra continuó el ascenso para poner en órbita los 11 satélites (170 kilos
cada uno) de transmisión de datos de la constelación Orbcomm. La primera etapa
hizo los reencendidos de motores planeaos para el descenso controlado y cerca
del suelo desplegó sus cuatro patas para posarse suavemente en tierra.

Además del éxito rotundo del regreso, este lanzamiento del Falcon 9 supone para
SpaceX retomar las operaciones rutinarias del cohete ya que es el primero desde
el accidente y destrucción del lanzador que sufrió el pasado 28 de junio, cuando
llevaba suministros a la Estación Espacial Internacional (ISS). Desde entonces, los
ingenieros de la empresa han realizado mejoras en el artefacto espacial, sobre
todo en el enfriamiento del combustible. La empresa de Musk tiene un contrato
con la NASA para 12 lanzamientos, por un importe total de 1.600 millones de
dólares (1.463 millones de euros), con la nave de carga Dragon para llevar
suministros a la ISS.

SpaceX tiene previsto lanzar más de una docena de cohetes Falcon9 el año que
viene y Musk no descarta que alguno de ellos lleve ya una primera etapa que se
haya utilizado previamente en otro despegue.Pero el de esta madrugada
probablemente no vuelva a partir y se guarde en algún sitio como recuerdo del hito
histórico conseguido.
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