El trabajo en Colombia, todo un reto de supervivencia
Colombia es un país que se basa económicamente de la agricultura y extracción de
minerales, no goza de fama industrial o de innovación tecnológica trascendental. Pero es el mejor en flores y café, no digo que no sea un orgullo, pero ¿Si pudiera ser también el mejor en dignidad laboral y educación?. Con los recientes paros (camionero, agrario y de docentes) deberíamos empezar a pensar que están parando los sectores que mueven y sostienen a nuestro país. No estoy de acuerdo con la ministra Gina Parody y su teoría que dice: “El docente promedio colombiano que menos gana, gana 2´000.000 de pesos”. Una afirmación un poco, por no decir que bastante, alejada de la realidad. El modelo de “escalafonar” o clasificar los docentes por su formación, y su manera de permitir avanzar en éste, no se relaciona a la forma de pagos. Los transportadores , quienes son para mí, el grupo más importante de los trabajadores colombianos, además de los docentes, son quienes más se ven afectados por las peripecias económicas de nuestros gobernantes. ¿Cómo es posible que alguien que le lleva la comida a la tienda a la gente no tenga derecho a pensionarse?¿A una seguridad social?. Colombia y sus dirigentes también ha dejado de lado otro sector de gran importancia: la educación, pues sus docentes se desgastan cada vez más, con grupos cada vez más grandes. Debido a la inexperiencia, los nuevos talentos deben luchar sagazmente para obtener un puesto en cualquier institución educativa. De igual manera aquellos docentes viejos, con más experiencia que vida, se niegan a dejar sus cargos, cargos con 2 o 3 pensiones atrás. Con el agro la situación no parece dar signos de mejora, los precios de productos importados aún son bajos frente a los de producción nacional, esto al compás de insumos y costos de comercialización con alto precio. Este desequilibrio presiona al campesino a buscar otras formas de ingreso, en la ciudad, sumándose a los niveles de pobreza media nacional. Pues el campesino, solo sabe hacer lo que la naturaleza le ha enseñado: a cultivar y criar ganado. No digo que esto sea menos productivo que cualquier otra profesión, pero el costo de ésta no baja. No soy partidario de la entrada de multinacionales agrícolas que solo llegan a cultivar, extraer y erosionar, y después se van como si nada, soy partidario de que la comida que compro en la tienda tenga el esfuerzo del campesino grano a grano, que el campo pueda seguir alimentando a sus habitantes y poderles dar una mejor vida.
Quiero que Colombia, el campo y la ciudad piensen esto: ¿Por qué los cosméticos tienen vitamina A, B y C, y nuestros alimentos importados tienen colorantes y saborizantes sintéticos?