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Reflexión sobre Pentecostés - "El despertar de la Iglesia"

- Hechos 2,1-11. Primera lectura de la Solemnidad de


Pentecostés

1 Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. 2 De


pronto, vino del cielo un ruido, semejante a una fuerte ráfaga de viento, que resonó en
toda la casa donde se encontraban. 3 Entonces vieron aparecer unas lenguas como de
fuego, que descendieron por separado sobre cada uno de ellos. 4 Todos quedaron
llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en distintas lenguas, según el Espíritu
les permitía expresarse. 5 Había en Jerusalén judíos piadosos, venidos de todas las
naciones del mundo. 6 Al oírse este ruido, se congregó la multitud y se llenó de
asombro, porque cada uno los oía hablar en su propia lengua. 7 Con gran admiración y
estupor decían: «¿Acaso estos hombres que hablan no son todos galileos? 8 ¿Cómo es
que cada uno de nosotros los oye en su propia lengua? 9 Partos, medos y elamitas, los
que habitamos en la Mesopotamia o en la misma Judea, en Capadocia, en el Ponto y
en Asia Menor, 10 en Frigia y Panfilia, en Egipto, en la Libia Cirenaica, los peregrinos
de Roma, 11 judíos y prosélitos, cretenses y árabes, todos los oímos proclamar en
nuestras lenguas las maravillas de Dios». (Hch 2,1-11)

Introducción

Ubicándonos hacia fines del siglo I, fecha de composición del libro de los Hechos, la
Pascua judía asociaba el memorial de la salida de Egipto con la fiesta agrícola de las
semanas, pero el Templo de Jerusalén ya no es el lugar donde se ofrecen los primeros
frutos, ya que fue destruido en el 70 d.C. La referencia a los 50 días nos dice, que se
ha cumplido la promesa de Jesús (Lc 24,48) y, que el acontecimiento cristiano
aventaja a los relatos sobre la Alianza y la entrega de la Ley en el Sinaí.

Contextualización

El texto completo es Hch 2,1-41 "La venida del Espíritu Santo". Dentro del texto
distinguimos las siguientes 5 partes:

I) Pneumatofanía o teofanía del Espíritu (2,1-4)


II) Reacciones por la manifestación del Espíritu y el milagro de Pentecostés (2,5-13)
III) Discurso de Pedro (2,14-36)
IV) Conversión y bautismo (2,37-41)
V) Comunidad cristiana (2,42-47)

Entonces la sección litúrgica (2,1-11) se compone de una parte de que es 2,1-4 más
otra de 2,5-11. Si fichamos las secuencias encontramos:

En la I parte (2,1-4):

1) (2,1-2) En una de las reuniones de oración de los discípulos y algunas mujeres,


entre ellas María (cf. 1,14) perciben que viene del cielo el estruendo de un viento
violento que llena toda la casa.
2) (2,3) Relata la visión de las "lenguas como de fuego" sobre cada uno de ellos.
3) (2,4) Quedan todos llenos del Espíritu Santo y lo manifiestan hablando en "otras
lenguas" (en gr. eterais glossais).

En la II parte (2,5-13):

1) (2,5-6) Los testigos del acontecimiento son atraídos por el sonido (en gr. fones) del
viento violento y ocurre el milagro de que escuchan las lenguas (glossais) en el
dialecto (en gr. dialekto) de cada uno.
2) (2,7-11) Los testigos participan del estado de éxtasis, están atónitos y maravillados,
por el milagro y reaccionan enumerando los pueblos representados.
3) (2,12-13) Los testigos pasan del estado de éxtasis al de perplejidad y se preguntan
qué significa, entre ellos hay quienes reaccionan burlándose.

Entonces, la sección litúrgica de Pentecostés excluye los vv.12-13 para que la lectura
termine en forma positiva en el v.11. Caso contrario, debería seguir la lectura,
mínimamente, hasta el final del discurso de Pedro v.41 para terminar "arriba".

Reflexión

I parte "Pneumatofanía" (2,1-4):

Secuencia 1: 1 Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo


lugar. 2 De pronto, vino del cielo un ruido, semejante a una fuerte ráfaga de viento,
que resonó en toda la casa donde se encontraban.

Tal como ya dijimos en el fichaje de secuencias, la frase estaban todos reunidos en el


mismo lugar se enlaza con Hch 1,14 así que ahí están los discípulos y algunas mujeres,
la Virgen María entre ellos.

El Espíritu Santo se hace presente de manera inesperada, sin mediaciones humanas


que lo traigan, sin shows, sin emocionalismo, sin haber creado un clima previo.

Luego en el v.2 comienza a relatar la pneumatofanía que comienza con un viento


violento (en gr. biaías) de bía (violencia), esta palabra griega el evangelista la usa p.e.
en Lc 16,16 (esfuerzo). Sin duda que sólo por el sonido de una fuerte ráfaga de viento
no se congrega una multitud en un punto de la ciudad (Hch 2,6), sino que debe ser
algo mayor a eso. Por supuesto que al descubrir esto no estamos haciendo una
apología de la violencia sino constatando bíblicamente que se trata de una fuerza
divina (el viento, en gr. pneuma) que desata un acontecimiento cósmico cuando se ha
cumplido el tiempo, cuando ha llegado el júbilo, cuando ha llegado la fuerza del
Espíritu Santo. El estruendo sonó en toda la casa donde estaban reunidos.

Secuencia 2: 3 Entonces vieron aparecer unas lenguas como de fuego, que


descendieron por separado sobre cada uno de ellos. Sigue la pneumatofanía que suma
al símbolo del viento teofánico el símbolo del fuego (Is 30,27; Ez 1,4; Sal 18,13; Sal
29,7; Sal 50,3; Sal 97,3). Se trata de una visión: vieron aparecer. Se posan las
lenguas de fuego sobre cada uno de ellos como el espíritu se posó sobre cada uno los
ancianos de Israel en Nm 11,25 y que luego "comenzaron a hablar en éxtasis".

Secuencia 3: Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en


distintas lenguas, según el Espíritu les permitía expresarse. A diferencia de Nm 11
quedan llenos del Espíritu Santo pero igualmente hablan en éxtasis "diferentes
lenguas". Entendemos que se trata de un hablar extático, una manifestación
ocasionada por la llenura del don del Espíritu Santo: hablar en lenguas,
glosolalia, iubilaeus quinquagesimus o jubileo pentecostal.

Sobre esto, debemos decir que la manifestación del "hablar en lenguas" sobrepasa a
una realidad puramente cristiana, existiendo antecedentes en la cultura griega.

II perícopa "Reacciones por la manifestación del Espíritu" (2,5-13):

Secuencia 1: 5 Había en Jerusalén judíos piadosos, venidos de todas las naciones del
mundo. 6 Al oírse este ruido, se congregó la multitud y se llenó de asombro, porque
cada uno los oía hablar en su propia lengua.

Para celebrar la Fiesta de las Semanas (shavuoth) había peregrinos de todo el mundo,
cuando se escucha el sonido estruendoso se congrega una multitud como la anunciada
por los profetas Isaías y Zacarías (Is 26,13; 49,22; 60,4.9; Za 8,7-8). Ahora ya no
tiene sentido preguntarnos en qué lugar se relata que ocurre este acontecimiento ya
que, como vemos, para Lucas hay otros intereses más importantes como son la
universalidad y el cumplimiento del tiempo anunciado por los profetas. Aunque nunca
menciona el lugar específico, al principio pareciera ser un sitio habitual de reunión en
relación a 1,12-14 ¿el aposento alto? pero en este momento el lugar físico a perdido
total relevancia para describir una dinámica que va desde lo íntimo de la comunidad
cristiana hasta lo universal que comprende a representantes de todas las naciones del
mundo. En referencia al lugar, al autor sagrado sólo le interesa que esto acontece en
Jerusalén.

Luego nos dice que la multitud queda confusa (en gr. sunjeo) porque escuchaban cada
uno en su propio idioma (en gr. dialekto), sistema de signos convencionales. El milagro
consiste en una interpretación simultánea del hablar en lenguas extático de los
discípulos a cada uno de los testigos del acontecimiento.

Secuencia 2: 7 Con gran admiración y estupor decían: «¿Acaso estos hombres que
hablan no son todos galileos? 8 ¿Cómo es que cada uno de nosotros los oye en su
propia lengua? 9 Partos, medos y elamitas, los que habitamos en la Mesopotamia o en
la misma Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia Menor, 10 en Frigia y Panfilia, en
Egipto, en la Libia Cirenaica, los peregrinos de Roma, 11 judíos y prosélitos, cretenses
y árabes, todos los oímos proclamar en nuestras lenguas las maravillas de Dios».

La reacción se transforma en éxtasis y se asombraron por el milagro de escucharlos en


sus propios idiomas (dialekto). La palabra dialekto la usa el evangelista siempre para
hablar de un idioma p.e. Hch 1,19; 21,40; 22,2; 26,14.

Así, la Iglesia despertaba a la misión encomendada por Jesucristo. El advenimiento del


Espíritu Santo es un puente entre la Iglesia y el mundo, representado en esos 17
pueblos. Todos escuchan en sus lenguas las grandezas de Dios.

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