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La confianza es el principio rector del sistema bancario, sector donde Carlos Raúl
Yepes trabajó por largos años. Pero no solo allí es importante este valor. Para el
expresidente de Bancolombia, la confianza debe ser parte del comportamiento
diario de los individuos donde sea que se desarrollen. Sostiene que esta es la base
de todas las relaciones, pues no hay nada que produzca mayores resultados que la
confianza en todos los niveles, personas, empresa o sociedad. Es cierto que hay
fraudes y que las empresas deben protegerse, dice, pero el primer paso para que
exista una relación entre un cliente y una empresa es justamente la confianza. “Si
logramos que los clientes confíen en nosotros, podremos alcanzar mejores
relaciones”, afirma. Por supuesto, considera que la confianza no viene sola, hay que
ganársela.
3 por el respeto
Hoy la sociedad espera que las empresas sean solidarias, humanas, éticas y
respetuosas del medioambiente. El que no entienda esto y que no esté
permanentemente en su búsqueda tendrá su perdurabilidad y existencia en el
mercado seriamente comprometida. Según Yepes, muchos líderes tienen una
desbordada ambición personal que los lleva a actuar con codicia y egoísmo, y sus
metas son conseguir resultados como sea y a costa de quien sea. Esa actitud,
anota, se refleja en la cultura del atajo, del vivo y del avispado. Y la nueva regla de
esa cultura es “con tal de que a mí o a mi empresa le vaya bien, qué me importan
los demás”.
El otro camino que propone Carlos Raúl Yepes es una comunicación más efectiva.
No basta con el mensaje. Hay que asegurar que lo que se dice no caiga en oídos
sordos, sino que se replique y se entienda. Por eso en su trabajo en el banco utilizó
su propio diccionario con palabras como calidez, cercanía, respeto, inclusión,
solidaridad, integridad, responsabilidad, confianza, coherencia y otras más. Afirma
que en la construcción de una cultura el uso del lenguaje es muy importante, al igual
que las buenas maneras, algo que se ha ido olvidando en las organizaciones.
6 Un propósito común
Nada inspira más que tener un propósito común, un norte que entusiasme y al que
se le dedique esfuerzo, cuidado y pasión. Cuando se tiene un propósito común, lo
primero que se debe hacer, dice, es propiciar una agenda para lograr una
transformación cultural, la cual empieza por cada persona, para que todos sean
capaces de transformar las organizaciones, la sociedad y los individuos.
Uno de los grandes males de la sociedad de hoy es la pérdida del respeto por lo
público. Ya la autoridad ha venido desvaneciendo su papel en la sociedad y frente
a las comunidades porque se la considera corrupta, ineficiente e incompetente.
“Dejamos de respetar a las autoridades
–señala– porque empezamos a creer más en los derechos individuales que en los
colectivos”. En las relaciones con el Estado muchos creen que solo tienen derechos
y sobre todo a exigir. Afirma que se ha debilitado el sistema judicial, politizado las
decisiones y llenado el sistema legal de normas que no protegen al ciudadano en
su diario vivir y convivir. Por eso sostiene que hay que volver a las reglas básicas y
mínimas en la relación entre Estado y ciudadanos para que exista un verdadero
reconocimiento de cada uno, de sus obligaciones y sus deberes, para que el
recíproco respeto sea la clave del entendimiento.
“Le estamos poniendo el alma”, fue una de las frases que acuñó Carlos Raúl
Yepes en Bancolombia. Con esto quería desafiar un mercado que ha sido frío y
muchas veces distante. Poner el alma a todo lo que se hace significa hacer un mayor
esfuerzo y un compromiso adicional con la sociedad. Esto implica la capacidad de
servir y hacer felices a las personas del entorno. Los bancos y las empresas, en
general, deben servir a la sociedad, pero además hacerlo con calidez, con cercanía,
con respeto y con inclusión. Hay que recuperar el sentido humano que se ha
desdibujado en muchas compañías, y cambiar esa tendencia.
El primero de septiembre se extendió este beneficio de cero pesos para todos los
estudios de crédito, incluyendo el Hipotecario, así como el pago anticipado de
crédito de consumo y en operaciones no exitosas en cajeros electrónicos de otras
redes.