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i.

Daño Emergente: Por definición, es el empobrecimiento que sufre el


damnificado como consecuencia de directa y súbita del daño. Se produce
una sustracción de una utilidad económica ya existente en el patrimonio del
sujeto al momento de verificarse el daño. Coloquialmente, “Tenía algo y
luego lo perdí”.

De esta manera, Carlos Calvo afirma lo siguiente:

“Ello así, toda vez que el daño patrimonial puede manifestarse de dos
formas:

a) Como la pérdida o disminución de valores económicos ya


existentes, es decir, un empobrecimiento del patrimonio – Daño
Emergente- (…)”1

ii. Lucro Cesante: El daño mismo ha impedido e impide que nuevas utilidades
puedan ingresar al patrimonio del afectado. Es una pérdida de una utilidad
que el damnificado presumiblemente conseguiría de no haberse
verificado el evento dañoso. La víctima pierde la causalidad para obtener
una utilidad económica. Así, Fabián Elorriaga de Bonis lo define de la
siguiente manera:

“ Para configurar el lucro cesante sólo deben tenerse en cuenta las


ganancias netas que habría experimentado la víctima de no ocurrir el
siniestro, y no los ingresos bruto, pues ello sería tanto como operar a
favor de la víctima un enriquecimiento incausado, toda vez que se
tratarla (sic) de ingresos que no se iban a recibir efectivamente por la
víctima (…) ”2

iii. Daño Moral y Daño a la Persona: El daño a la persona se puede definir


como todo aquél menoscabo que sufre la persona en su condición de ser
humano y, por su parte, el daño moral vendría a ser aquél menoscabo que
afecta a la integridad psicológica de las personas; siendo que el segundo no
debería entenderse como una categoría individual de daño. Así, el referido
profesor plasma su definición en las siguientes palabras:

“ El daño a la persona, como su expresivo nombre lo delata,


comprende todo daño que se puede causar a la persona, al ente ser
humano. Es decir, en esta genérica noción se incorporan todos los
daños anteriormente no contemplados por el derecho, el que se

1
CALVO COSTA, Carlos. El Daño Resarcible. Buenos Aires: Hammurabi. 2005. Pp. 250
2
ELORRIAGA DE BONIS, Fabián. “ Los Daños Corporales y sus consecuencias”. En En La
Responsabilidad Civil y la Persona en el Siglo XXI. Lima: IDEMSA. 2010. Pp. 128.
limitaba a resarcir, con una visión individualista-patrimonialista, tan
sólo los daños causados al patrimonio (…).

(…) el mal llamado daño moral no es una instancia autónoma o


diferente del daño a la persona sino que se trata de la lesión a uno de
los aspectos psíquicos no patológicos de la misma, de carácter
emocional. De ahí que, a la altura de nuestro tiempo, carece de
significado seguir refiriéndose obstinadamente a un supuesto daño
moral. Lo que se daña son los principios morales de una persona.
Este especifico daño al bagaje moral causa, en la persona que lo
sufre, perturbaciones psiquicas de distinta magnitud intensidad,
generalmente no patológicas. (…) De ahí que el mal llamado daño
moral – que es exquisitamente jurídico- se incorpora como un
específico aspecto del más amplio espectro del genérico daño a la
persona en la categoría del daño psicosomático, preponderantemente
de carácter psíquico.”3

Inimputabilidad por diligencia ordinaria


Artículo 1314º.- Quien actúa con la diligencia ordinaria requerida, no es imputable por la inejecución de
la obligación o por su cumplimiento parcial, tardío o defectuoso.

Caso fortuito o fuerza mayor

Artículo 1315º.- Caso fortuito o fuerza mayor es la causa no imputable, consistente en un evento
extraordinario, imprevisible e irresistible, que impide la ejecución de la obligación o determina su
cumplimiento parcial, tardío o defectuoso.

Dolo
Artículo 1318º.- Procede con dolo quien deliberadamente no ejecuta la obligación.

Culpa inexcusable
Artículo 1319º.- Incurre en culpa inexcusable quien por negligencia grave no ejecuta la obligación.

Culpa leve
Artículo 1320º.- Actúa con culpa leve quien omite aquella diligencia ordinaria exigida por la naturaleza
de la obligación y que corresponda a las circunstancias de las personas, del tiempo y del lugar.

Indemnización por dolo, culpa leve e inexcusable

Artículo 1321º.- Queda sujeto a la indemnización de daños y perjuicios quien no ejecuta sus obligaciones
por dolo, culpa inexcusable o culpa leve. El resarcimiento por la inejecución de la obligación o por su
cumplimiento parcial, tardío o defectuoso, comprende tanto el daño emergente como el lucro cesante, en
cuanto sean consecuencia inmediata y directa de tal inejecución. Si la inejecución o el cumplimiento
parcial, tardío o defectuoso de la obligación, obedecieran a culpa leve, el resarcimiento se limita al daño
que podía preverse al tiempo en que ella fue contraída.

3
FERNÁNDEZ SESSAREGO, Carlos. “Deslinde conceptual entre daño a la persona, daño al
proyecto de vida y daño moral”. En Revista Foro Académico Nº 8, Pp. 21 – 24.
Responsabilidad Extracontractual

Indemnización por daño moroso y culposo


Artículo 1969º.- Aquel que por dolo o culpa causa un daño a otro está obligado a indemnizarlo. El
descargo por falta de dolo o culpa corresponde a su autor.

Responsabilidad por riesgo


Artículo 1970º.- Aquel que mediante un bien riesgoso o peligroso, o por el ejercicio de una actividad
riesgosa o peligrosa, causa un daño a otro, está obligado a repararlo.

Irresponsabilidad por caso fortuito o fuerza mayor


Artículo 1972º.- En los casos del Artículo 1970º, el autor no está obligado a la reparación cuando el daño
fue consecuencia de caso fortuito o fuerza mayor, de hecho determinante de tercero o de la imprudencia
de quien padece el daño.

Reducción judicial de la indemnización


Artículo 1973º.- Si la imprudencia sólo hubiere concurrido en la producción del daño, la indemnización
será reducida por el juez, según las circunstancias.

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