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Tesis de licenciatura
Cs. Antropológicas (Orientación Arqueológica)
Numerosas son las personas que han hecho posible este trabajo y a quienes deseo expresar mi
más profundo agradecimiento. Luis Alberto Borrero me ha guiado y acompañado pacientemente
en el diseño y discusión de esta tesis. Su esfuerzo, dedicación, estímulo y generosidad hicieron
que esta tesis fuera una instancia sumamente enriquecedora y divertida para mí.
María Clara Etchichury de Di Lorenzo ha compartido generosamente conmigo largas horas que
no sólo me enriquecieron “geológicamente”, sino que me inspiraron un inmenso respeto y gran
cariño. En ella he encontrado una referente humana invalorable que me estimula a seguir su
ejemplo de generosidad, pasión y dedicación.
A Ramiro Barberena, con quien, desde hace varios años, comparto una bella y enriquecedora
amistad. Las numerosas discusiones mantenidas así como su lectura crítica de versiones previas
de esta tesis han sido de gran ayuda para mí y, sin duda, la han mejorado.
A Nora Flegenheimer, Cristina Bayón y Patricia Escola por organizar con mucho esfuerzo,
compromiso y dedicación el Curso de Talla lítica que año a año llevan adelante. Mi
participación en aquel realizado durante Mayo de 2003 me ha acercado a la tecnología lítica
desde la perspectiva de la praxis, lo que me ha hecho reflexionar y comprender innumerables
problemáticas relacionadas.
A María Teresa Civalero de Biset y equipo (Vanina Dolce, Antonella Divruno, Damián Bozzuto
y Paula Limbrunner) por haberme concedido la posibilidad de concretar mi primer experiencia
arqueológica en equipo con su guía y contenedora compañía. Ha sido mucho lo que he
aprendido de todos ellos.
A Pancho Zangrando, Anahí Re, Analía Castro y Angie Tivoli por tantos años y bellos
momentos compartidos. Su amistad en este largo camino ha sido un permanente estímulo y
alegría para mí.
A Alejandra Elías y Leonardo Paulides, por aunar nuestros esfuerzos en la reflexión “lítica” y
crítica en la persecución del crecimiento. Y, por sobre todo, por nuestra amistad.
A mis compañeras de equipo, Fabiana Martin, Patricia Campan, Liliana Manzi, Lorena
L´Heureux y Judith Charlin, quienes son siempre una estimulante compañía.
A mis padres, Mary y Rubén, y a mi hermana Erica, por haberme dado la posibilidad de elegir y
apoyarme siempre en mis decisiones. Cada uno de ellos siempre me ha ofrecido un ejemplo de
la persona que quiero ser.
A Victor Amiano, por su incondicional apoyo, sensibilidad y alegría. El destino o el azar son
los culpables de que hoy disfrute de su maravillosa compañía.
A todos mis maestros, por haberme estimulado, apoyado y ofrecido la posibilidad de aprender
algo, en algunos casos mucho, de cada uno de ellos. Siempre los recordaré.
Y, por supuesto, a Rubio quien me enseñó que, en muchos casos, una mirada vale más que mil
palabras.
Capítulo 1:
Introducción y objetivos generales
El objetivo de esta tesis es contribuir al entendimiento de las estrategias tecnológicas
implementadas por los grupos humanos que ocuparon un sector de la costa norte de Tierra del
Fuego (Argentina). A partir de estas estrategias y considerando la información arqueológica
disponible para el área, propongo el rol que pudo haber tenido este espacio en la organización
de asentamiento de las poblaciones del norte de la isla. Para ello, examino en una escala local
(Dincauze 1987) los conjuntos artefactuales de superficie localizados en la costa sur de la
bahía San Sebastián. Aquí formulo y aplico un enfoque tafonómico sobre los materiales
líticos provenientes de hallazgos de superficie (Hiscock 1985) como paso previo a la
realización del análisis tecnológico, a fin de explicar y comprender los procesos de formación
que configuraron los conjuntos bajo estudio. Asimismo, sostengo que la construcción de
historias tafonómicas es necesaria para lograr una interpretación adecuada de las evidencias
arqueológicas líticas en todo tipo de contexto.
Figura 1. Mapa de la Bahía San Sebastián (T. Del Fuego). En verde se señala la localidad Los Chorrillos,
donde se ubican los loci estudiados aquí.
La inundación definitiva del puente terrestre que unía la actual isla de Tierra del Fuego con el
continente se produjo hacia el 9000/8000 A.P., como producto de la retirada de los hielos que
ocupaban el extremo oeste del actual estrecho y la elevación global del nivel marino
(Clapperton et al. 1995, McCulloch et al. 1997). Este proceso dio origen al denominado
Estrecho de Magallanes. Existen evidencias de poblaciones humanas en la isla para
momentos previos (unos 3000 años antes, Borrero 1989-1990, Massone 1987) a la formación
de esta barrera natural (estrecho). Borrero (1989-1990, 1992) ha propuesto, desde una
perspectiva biogeográfica, un modelo de vicariancia para explicar los procesos de evolución
divergente en el poblamiento de Tierra del Fuego.
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Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 1
La bahía tiene una forma subcircular y sus dimensiones son unos 55 km en dirección N-S y 40
km E-O. Está rodeada por afloramientos de sedimentitas terciarias y depósitos morénicos del
Cuaternario que afloran en acantilados localizados al norte y sur de la misma (Favier Dubois
2001). El río San Martín es el único curso de agua permanente. Existen además varios bajos
que funcionan como lagunas de agua salobre, luego de las precipitaciones pluviales, y que se
secan durante el verano (Codignoto MS).
San Sebastián delimita el extremo este del istmo denominado Depresión bahía Inútil (Chile) –
bahía San Sebastián (Argentina), que es el remanente de una artesa glacial pleistocénica
(Raedeke 1978). Antes del 7000 A.P., el mar inundó este valle. Durante su posterior
regresión, los depósitos glaciogénicos y los resultantes del retroceso del acantilado terciario
fueron retrabajados (Favier Dubois 2001). Ciertos sectores del istmo se encontrarían
disponibles para la ocupación humana a partir del 6000-7000 A.P. (Bujalesky 1998, Isla et al.
1991). Sin embargo, las geoformas marinas actuales presentes en la Bahía recién habrían
comenzado su formación hacia 5200 años A.P. (Gonzalez Bonorino et al. 1999).
En este caso los datos geológicos tienen alto valor como indicadores cronológicos para los
estudios arqueológicos en el área (Guichón et al. 2000), dado que pueden ofrecernos una
cronología de cuenta larga (sensu Borrero et al. 1992), o máxima antigüedad posible, para las
evidencias arqueológicas encontradas en ella.
Los procesos que modelan la costa fueguina no son homogéneos. Al norte de la bahía San
Sebastián, y continuando en el resto de la costa septentrional hasta el Estrecho de
Magallanes, actúan procesos geomorfológicos erosivos que permanentemente están
retrabajando la zona costera, generando acantilados. En el sector sur de la costa, por el
contrario, la dinámica geomorfológica es acrecional, es decir, deposita en las playas los
sedimentos erosionados, y va produciendo un gradual alejamiento del mar (Favier Dubois
2001, Horwitz 1995, Martin et al. 2004). Esta heterogeneidad tiene implicaciones para las
expectativas sobre la preservación del registro arqueológico en los distintos sectores de la
costa fueguina. En el litoral sur (dentro del cual se encuentra Bahía San Sebastián) presenta
un alto potencial para conservar los restos de las primeras ocupaciones humanas que, de
acuerdo con la información geológica, en algunos sectores podrían remontarse a 5200 años
A.P. Por el contrario, desde el norte de la bahía hasta la costa del Estrecho de Magallanes la
erosión marina habría destruido la evidencia de ocupaciones humanas costeras que podrían
remontarse a ca. 11000 años A.P.
Los materiales líticos aquí analizados provienen del subárea sedimentaria de la bahía San
Sebastián denominado Complejo playa barrera-lagoon (Vilas et al. 1987a y 1999), cuya
formación se remonta a ca. 5200 años A.P. La localidad arqueológica se denomina “Los
Chorrillos” (Isla et al. 1991) y es conocida, al menos, desde la década del ´70 como resultado
de la prospección realizada por Anne Chapman (Horwitz 1995). Es una distribución densa y
continua de evidencias arqueológicas. Sin embargo, en ella se han identificado, hasta el
momento, cinco concentraciones con densidades mayores de materiales. Estos “picos” o sitios
han sido denominados San Genaro 1 a 5 (Favier Dubois 2001).
Aquí me ocuparé específicamente de dos de los cinco loci (Favier Dubois 2001, Horwitz
1995, Martin et al. 2004) ubicados en esta localidad, denominados San Genaro 3 y 4.
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Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 1
Los sitios1 son dos concentraciones en superficie localizadas en dunas litorales longitudinales
vegetadas, ambas expuestas por deflación (Horwitz 1995, Favier Dubois 2001). La
orientación general de los loci según su eje mayor es O - E. Entre las evidencias observadas
en la localidad se encuentran artefactos líticos, valvas de mejillones (Mytilus sp.), restos óseos
de mamíferos marinos (cetáceos, delfines y pinnípedos), peces, roedores y guanacos (Lama
guanicoe), así como también restos óseos humanos (Favier Dubois 2001; Favier Dubois y
Borella 1999; Guichón et al. 2000; Horwitz 1995; Martin et al. 2004). Estudios
geoarqueológicos en el área han identificado un evento pedogenético o superficie de
estabilización sepultada (paleosuelo) cuyo fechado por OCR (Frink 1994) arrojó una edad
mínima para el comienzo de su formación de ca. 1000 años A.P. (Favier Dubois 2001). Se
han realizado diversas investigaciones en los loci San Genaro 1, 2, 3 y 4 (Favier Dubois 1997,
2001; Favier Dubois y Borella 1999; Horwitz 1995, Martin et al. 2004), así como varios
sondeos en San Genaro 5 (Favier Dubois 2001). La zona presenta abundantes señales de
actividad antrópica reciente. Este es el caso de la construcción de caminos realizados por una
empresa petrolera, que ha desencadenado fuertes procesos erosivos que afectan hoy los sitios
(Martin et al. 2004).
Figura 2. Foto aérea de la localidad Los Chorrillos (bahía San Sebastián, Tierra del Fuego). Se incluye
ubicación de los loci San Genaro.
San Genaro 3 (SG3) [53°19’21’’S – 68°17’05’’O] es una hoyada de deflación que se extiende
en sentido O - E y se localiza a 200 m del mar, aproximadamente (figura 2). Presenta un nivel
continuo de valvas de Mytilus sp., expuesto por deflación en un perfil de duna. Se
recuperaron materiales líticos, huesos de peces y un radio y una ulna humanos. Un fechado
sobre valvas proporcionó una edad de 600+/-90 años A.P. (AC 1600) (Favier Dubois 2001).
El suelo enterrado no se ha identificado en la matriz de donde provinieron las valvas fechadas
(op.cit.). Los resultados de dataciones radiocarbónicas practicadas sobre muestras actuales de
Mytilus sp. y Berberis sp. (AC 1502 y 1511) proveen un efecto reservorio de 0+/- 80 años
A.P. (Cordero Otero et al. 2000). En este trabajo utilizaré el fechado absoluto de SG3 sin
aplicar corrección alguna por el efecto reservorio. Aún siendo así, la fecha 600+/-90 años
1
Utilizo aquí el término “sitio” para referirme a todo conjunto de artefactos, independientemente de si existe o no
contemporaneidad entre los elementos de dicho conjunto. Considero que el comportamiento humano es espacialmente
contínuo (Foley 1981), concepción que contrasta con la utilización teórica y analítica tradicional del término “sitio”. Su uso
en este trabajo es práctica y no adhiere en forma alguna a su conceptualización tradicional ni a una interpretación sistémica
de la evidencia.
3
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 1
A.P. será considerada estimativa y la mayor antigüedad de SG3 con respecto a SG4 será
sometida a evaluación utilizando otras líneas de evidencia.
San Genaro 4 (SG4) [53°19’11’’S – 68°17’05’’O] es una gran hoyada de deflación poco
profunda, localizada algo más lejos del mar - a unos 300 m – (figura 2) y es afectada por una
intensa actividad eólica (Martin et al. 2004). Se recuperaron abundantes artefactos líticos,
huesos de cetáceos, guanacos y pinnípedos, así como también numerosos restos humanos
(Favier Dubois 2001, Guichón et al. 2000, Martin et al. 2004). Un fechado sobre un hueso
humano arrojó una edad Moderna (LP-1197). El paleosuelo se observa en superficie
alrededor de la hoyada y se encuentra deflacionado donde afloran los materiales
arqueológicos (Favier Dubois 2001).
La playa de bermas, localizada en las cercanías de ambos loci, ha sido identificada como la
principal fuente secundaria2 potencial (Franco y Borrero 1999). Las materias primas, de
diversas litologías, presentan características que permiten definirlas como aptas para la talla.
Entre las rocas presentes se han identificado dacita, andesita y, en menor proporción, basalto
de muy buena calidad para la talla (Franco 1998).
Los materiales líticos aquí estudiados provienen de recolecciones superficiales llevadas a cabo
por el equipo dirigido por Borrero en la campaña de 1995. Las mismas fueron realizadas
utilizando cuadrículas de 5 por 5 metros que implicaron la recolección de todos los materiales
presentes en superficie en cada una de ellas. Para este trabajo he analizado los artefactos
provenientes de tres cuadrículas de SG3 y tres de SG4. Además, he contado con piezas
producto de recolecciones selectivas (instrumentos, preformas, núcleos) que consideré sólo
cualitativamente en mi estudio puesto que, dadas las metodologías diferentes que guiaron
ambos tipos de muestreos, su inclusión en el análisis cuantitativo podría introducir fuertes
sesgos en los resultados del presente estudio.
2
sensu Luedtke 1979.
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Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 2
Capítulo 2:
Aspectos teórico - metodológicos
2.1 Una perspectiva tafonómica en el estudio de los artefactos líticos
Los conjuntos arqueológicos superficiales suelen considerarse una de las evidencias más
modificadas debido a su calidad de “expuestos” a los diferentes agentes y procesos
postdepositacionales (Lewarch y O´Brien 1981). Dentro del registro arqueológico superficial,
los materiales líticos son, por lo general, los más ubicuos y abundantes. Esta alta frecuencia
se debe fundamentalmente a la mayor resistencia que ofrecen las rocas a la destrucción físico-
química. Esta característica los ha transformado virtualmente en los materiales indestructibles
del registro arqueológico (Hiscock 1985, Schiffer 1987, Sherwood 2001, entre otros). Se
considera que podrán moverse vertical u horizontalmente o hasta fragmentarse, pero
manteniendo su superficie relativamente “fresca” a pesar del paso del tiempo (Wrigth 1983).
Esta perspectiva sobre los conjuntos líticos está implícita principalmente – aunque no
exclusivamente - en los estudios de materiales en estratigrafía (para una discusión al respecto,
ver Lewarch y O´Brien 1981).
Sin embargo, los artefactos líticos también sufren diversas modificaciones que constituyen un
registro con potencial para la investigación arqueológica (Burroni et al. 2002, Petraglia y
Potts 1994, Shea 1999, entre otros). Por esta razón, es necesario aplicar una perspectiva
tafonómica en el estudio de los atributos morfológicos de los artefactos y la composición de
los conjuntos líticos (Hiscock 1985, Pappu 1999). Considero que algunos de los procesos
tafonómicos que actúan sobre los conjuntos óseos (Behrensmeyer 1978, 1991) también
producen modificaciones sobre las rocas (Hiscock 1985, Levi-Sala 1986, Schiffer 1987).
Estas modificaciones, si no son debidamente analizadas, pueden llevarnos a interpretar los
materiales líticos erróneamente (Levi-Sala 1986). Por otra parte, la concepción del registro
arqueológico que subyace a este trabajo incluye en su definición tanto a los procesos de
formación culturales como a los naturales, con especial énfasis en aquellos que actuaron a
posteriori de la depositación de los materiales arqueológicos. Es por ello que considero parte
de la labor arqueológica el comprender y explicar los factores involucrados en la historia
evolutiva del registro arqueológico que estudiamos en la actualidad.
En este trabajo defino a la tafonomía de los artefactos líticos como el estudio arqueológico
y actualístico que describe, define y sistematiza los efectos producidos por los agentes y
procesos naturales y culturales que actuaron sobre los conjuntos artefactuales líticos con
posterioridad a su depositación y hasta el momento de su recuperación en el contexto
arqueológico. A diferencia del estudio de los procesos postdepositacionales en general, la
tafonomía lítica tiene como objeto de estudio específico a los artefactos líticos y la evidencia
de los procesos postdepositacionales que ellos portan. La geoarqueología se encuentra
también dentro del campo de los estudios de procesos postdepositacionales. Los estudios
geoarqueológicos suelen tener como uno de sus objetivos fundamentales la comprensión de la
sucesión de eventos que dio origen a un depósito (Waters 1996). Esta información es
relevante en la medida que provee de un marco histórico 1 a los materiales arqueológicos
comprendidos en esa matriz. Sin embargo, esos mismo materiales – en este caso, los
artefactos líticos – también pueden aportar datos sobre su propia historia de muerte (o con
posterioridad a la depositación). Esto es posible en la medida que los estudios arqueológicos
incluyan entre sus objetivos el análisis tafonómico de los materiales líticos. Si sostenemos
1
Entendiendo por ello la historia de vida de los artefactos en una matriz sedimentaria.
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Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 2
que los artefactos líticos conservan rastros de los procesos tanto culturales como naturales que
los afectaron desde su depositación hasta el momento de la recolección arqueológica, el
análisis de esos rastros puede constituir una vía independiente para la construcción de la
historia tafonómica del registro arqueológico así como una proxy data para la reconstrucción
de la sucesión de eventos que originó un deposito sedimentario. Del mismo modo, la
existencia de rastros naturales sobre un artefacto que no coinciden con los esperables para
materiales en ese depósito nos alertarán sobre la posibilidad de redepositación cultural o
natural de ese artefacto y también permitirán evaluar grados de promediamiento del registro
arqueológico. Considero que los estudios arqueológicos de materiales de superficie
desarrollarán su potencial en la medida que se produzcan sinergias entre los estudios
geoarqueológicos y la tafonomía lítica. La propuesta tafonómica de esta tesis no es concebida
en el vacío: necesita y se complementa con un enfoque geoarqueológico.
Entre los procesos que afectan las características morfológicas de los artefactos líticos se
encuentran la abrasión eólica o corrasión (Camuffo 1995), el transporte hídrico, el pisoteo,
etc. Algunos de sus efectos son: fragmentos de un mismo artefacto pueden presentar colores
y texturas disímiles que dificulten su asociación; una mayor fragmentación que puede derivar
en la sobreestimación de la abundancia del conjunto (Hiscock 2002); la generación de
depósitos secundarios resultantes del transporte y redepositación de artefactos seleccionados
por tamaños, formas, densidades y pesos; y patrones producidos por abrasión natural en los
filos de los artefactos similares a rastros de uso antrópico (Levi-Sala 1986, Shelley y Nials
1986).
En los estudios tafonómicos de materiales óseos son utilizados una serie de conceptos,
algunos de los cuales es necesario presentar aquí (Lyman 1994). La historia tafonómica es la
secuencia general de los procesos y agentes tafonómicos que actuaron sobre un conjunto (op.
cit.). Esta historia, en el caso del estudio de materiales líticos, comienza a posteriori de su
depositación. Un agente tafonómico es la fuente de energía aplicada sobre los elementos del
conjunto, es decir, la causa física inmediata de su modificación. Un proceso tafonómico es la
acción dinámica de un agente (op. cit.). Un efecto tafonómico es el resultado estático de un
proceso tafonómico que ha actuado sobre los materiales de un conjunto (op. cit.).
Uno de los objetivos de los estudios tafonómicos es dar cuenta de la historia tafonómica de un
conjunto actual, ya sea para tratar de factorear las distorsiones creadas o para obtener
información sobre las condiciones que existieron a lo largo del tiempo (Gifford 1981).
Partiendo desde el segundo objetivo mencionado, tanto el artefacto como su contexto
sedimentario son fuentes de información sobre la historia de vida del conjunto, así como
también generadores de expectativas sobre la integridad, resolución (sensu Binford 1981) y
preservación del conjunto arqueológico.
La meta de los estudios tafonómicos es la medición del tiempo tafonómico (Lyman 1994).
Este “tiempo” es de naturaleza ordinal: podemos decir que un fenómeno A es anterior en el
tiempo o más viejo que B (op. cit.). Por ello, desde un enfoque tafonómico, es más adecuado
hablar de secuencias que de cronologías en los casos en que no se cuenta con fechados
obtenidos por métodos de datación absolutos.
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Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 2
Las dunas litorales son acumulaciones de arenas marinas producidas por los vientos. Estas
son siempre asimétricas: la cara que da al viento, es decir “a barlovento”, es convexa y de
pendiente suave; la cara contraria, “a sotavento”, es de pendiente más empinada. Las dunas
litorales en general son parabólicas o longitudinales (Hills et al. 1966, Selley 1976). En el
caso aquí estudiado, los materiales arqueológicos provienen exclusivamente de dunas
longitudinales (sensu Teruggi 1984).
El transporte de las partículas por el viento se da de manera similar que en el agua: las
partículas más livianas y finas (arcillas, limos y arenas finas, menores a 100µm) son llevadas
en suspensión, las arenas (entre 100 y 600 µm) son transportadas por rodamiento o rolido
acompañado de saltación (Reineck y Singh 1980, entre otros). Según Camuffo, las partículas
cuyo tamaño supera los 6 mm no pueden ser movilizadas por el viento (1995:2). La densidad
de los minerales, la forma de las partículas y la cohesión entre los granos por la presencia de
humedad son factores que influyen en el transporte de las partículas sedimentarias. En el
primer caso (densidad), los minerales más pesados se presentan con altas frecuencias en las
hoyadas de deflación, mientras que los livianos son dominantes en las crestas (Ottmann
1967). En el segundo caso (forma), las partículas sedimentarias con mayor superficie que
espesor (como las hojuelas de mica o las láminas de distintas arcillas), son transportadas en
suspensión con mayor facilidad, mientras que aquellas más redondeadas tienden a rodar
mejor (op. cit.). En el caso de la cohesión entre los granos, la ausencia de humedad es un
factor crucial para que las partículas se encuentren libres y sean así deflacionadas
(especialmente en el caso de las arcillas, que por su carga eléctrica tienden a unirse entre sí y
formar flóculos) (op. cit.). La vegetación tiene un papel crucial en inhibir la erosión eólica
(Livingstone y Warren 1996, Panizza 1996, entre otros).
Otro factor que influye el transporte de sedimentos es la velocidad alcanzada por el viento,
pues el diámetro de los granos transportados está en función directa de la velocidad del viento
(Ottmann 1967). Al respecto, Ottmann (1967:93) cita valores determinados
experimentalmente:
En la bahía San Sebastián (Tierra del Fuego, Argentina) se registran ráfagas con una
velocidad máxima de 155 km/h (Favier Dubois 2001) y la presencia de vientos de 60km/h
durante 200 días al año (Vilas et. al 1987). La información para la ciudad chilena de Punta
Arenas2, localizada en las cercanías del extremo este de la depresión bahía San Sebastián –
bahía Inútil, registra vientos con velocidades máximas que oscilan entre los 75 y 150 Km/h
(Santana Aguila 1993-4). Si consideramos estos datos junto con los factores que condicionan
el transporte eólico y los tamaños de partículas susceptibles de ser transportados según los
datos experimentales de Ottmann (1967) así como el umbral de tamaño comunicado por
2
Considero sumamente útil y adecuada la información sobre los vientos registrada en Punta Arenas dada su
localización análoga a mi zona de estudio con respecto a la depresión Bahía Inútil – San Sebastián. Los datos
disponibles en el Servicio Meteorológico Nacional (Argentina) para la estación meteorológica más cercana (Río
Grande, Tierra del Fuego) no resultan aplicables a la Bahía San Sebastián, considerando los antecedentes
bibliográficos y las observaciones de nuestro equipo en el campo (Borrero com. pers.). Esto muy probablemente
resulte de la diferente altitud y ubicación topográfica de ambas localidades que implican en cada caso distintos
grados de protección contra el viento.
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Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 2
Sin embargo, la dinámica de dunas no sólo implica deflación. Los sedimentos erosionados
son depositados posteriormente. Esta depositación producirá, en ocasiones, el sepultamiento
de objetos no movilizados por el viento. Wandsnider (1989:42) ha demostrado, por medio de
trabajos experimentales en médanos, que los artefactos más pequeños y delgados son los
primeros en ser sepultados. Por lo tanto, en los conjuntos líticos de superficie localizados en
este ambiente se observará un doble sesgo: por una parte, la “voladura” de los
microartefactos; por otra, el sepultamiento de artefactos pequeños que no puedan ser
movilizados por el viento pero sí enterrados rápidamente. Considero que ambos procesos
señalan que la fracción artefactual de tamaños pequeños será escasa a nula en los conjuntos
líticos de superficie en un ambiente de dunas. Es decir, la visibilidad de la realización de
ciertas actividades en base a los desechos producidos en ellas (ej.: retoque) será baja a nula
en este tipo de contexto arqueológico. Por lo tanto, la ausencia de microartefactos no deberá
ser asumida mecánicamente como producto de la inexistencia en el locus de actividades que
pudieran generarlos. Las expectativas generadas a partir de datos experimentales pueden ser
directamente falsadas con las muestras aquí analizadas, puesto que las mismas implicaron la
recolección total de los materiales líticos presentes en superficie dentro de las cuadrículas
seleccionadas.
Como mencioné, otro de los efectos derivados del transporte eólico es la abrasión eólica
(corrasión) de la superficie de las rocas. Este fenómeno constituye una de las formas de
meteorización física que afecta a las rocas. Este proceso se manifiesta en el pulido de aristas o
bordes filosos presentes en las rocas y es producto del impacto de la carga sedimentaria de las
corrientes de aire sobre las superficies. Breed y colaboradores (1997) sostienen que no son
las arenas gruesas las partículas más abrasivas sino aquellas más finas (arenas muy finas,
limos y arcillas) que pueden ser llevadas en suspensión. La abrasión se produce cuando las
partículas muy finas, que son llevadas en una corriente de aire subsidiaria al viento
dominante, entran en contacto con la superficie de un obstáculo (ej.: roca) como producto del
vórtice4. Este tipo particular de abrasión es denominado abrasión aerodinámica (op. cit.). Las
arenas, por su parte, modifican más rápidamente las superficies que se encuentran a su
alcance en la zona de saltación5, ya que su peso no les permite alcanzar la altura que logran las
partículas más finas. Por otra parte, las arcillas y limos pueden viajar miles de kilómetros, lo
que implica que pueden modificar superficies fuera del alcance de los granos de arena. De
esta manera, la abrasión eólica también puede ser función de la disponibilidad de partículas
muy finas sueltas y, por tanto, esperable en todas las zonas áridas o semiáridas, no sólo en
aquellas que presenten dunas o depósitos de sedimentos pasibles de ser deflacionados (op.
cit.). Sin embargo, la velocidad de corrasión será mayor en zonas donde se encuentren
disponibles partículas de tamaño arena. El proceso de deflación llegará a su final cuando la
superficie erosionada quede recubierta por partículas sedimentarias que superen el tamaño y
3
Aquí sigo la propuesta de Sherwood (2001) al considerar como microartefactos a aquellos artefactos que
posean tamaños menores o iguales a una grilla de 6.35 mm de lado.
4
Remolino o torbellino de aire producido por la presencia de un obstáculo en el curso o camino de un viento
fuerte.
5
El área de saltación en contextos eólicos tiene una altura máxima estimada en un metro, considerando como
nivel 0 el piso o superficie sometida a erosión (Camuffo 1995).
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Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 2
La intensidad del efecto abrasivo no es sólo función del tiempo de exposición. Ciertas
variables inherentes de las rocas expuestas - como la dureza, homogeneidad, tamaño de grano
y cohesión - condicionan la velocidad con que la erosión eólica deja su impronta sobre las
superficies (Breed et al. 1997, Camuffo 1995).
Los efectos de la meteorización8 son condicionados por la textura, isotropía, tamaño de grano,
conductividad termal y mineralogía de las rocas. En algunos casos, estas características
favorecen la formación de pátinas (Luedtke 1992), mientras que en otros las rocas tienden
directamente a la desintegración, sin generar una superficie de estabilización que posibilite la
depositación de minerales exógenos (Forman et al. 1992) o la redepositación de los minerales
alterados provenientes de la misma roca. La meteorización puede ser física (o mecánica),
química o biológica. Aquí me interesa discutir sólo las dos primeras, puesto que también los
procesos biológicos actúan por medio de transformaciones físico-químicas (Pettijohn et al.
1972). La meteorización física se caracteriza por la modificación morfológica de las rocas sin
afectar su composición química (op. cit.). Algunos ejemplos son las fracturas producidas por
congelamiento, expansión térmica, exfoliación y corrasión (o abrasión eólica). En el caso de
la meteorización química, algunos de los compuestos químicos de la roca reaccionan al medio
resultando en el agregado o pérdida de elementos y la transformación de la roca en otro
material (op. cit.). Es entonces cuando se producen las pátinas. Las reacciones químicas
involucran mayoritariamente la presencia de agua. Los tipos de meteorización química son:
disolución, hidrólisis y oxidación (Gore 1998). La disolución altera las rocas removiendo los
minerales solubles (ej.: halita, calcita) por la reacción con aguas levemente ácidas. La
hidrólisis meteoriza los alumino – silicatos, como los feldespatos, y los transforma en arcilla.
Casi todos los minerales en la tierra se descomponen generando arcilla (con excepción del
cuarzo), particularmente en climas húmedos. La oxidación es el proceso por el cual los
minerales de hierro se descomponen para producir óxido de hierro. Los minerales de silicato
que poseen hierro atraviesan el proceso de oxidación así como también el de la hidrólisis (ej.:
piroxeno, anfíbol y biotita). Algunos minerales son más resistentes a la meteorización, es
decir, son más estables. Uno de los factores que controla la meteorización es la presión y
temperatura en que cristalizan los minerales cuando forman parte del magma. Los minerales
que se formaron a altas temperaturas y presiones son menos estables al ser expuestos al
ambiente superficial de la Tierra y, por ello, se meteorizan más rápidamente (Ehlers y Blatt
6
“Rock varnish was previously called desert varnish because the thin coatings were thought only to form in
desert or semi-desert terrains” (Watchman 2000).
7
“Rock varnish is a dark coating on rocks, typically less than 200 m thick. It is composed of clay minerals
cemented to the underlying rock by oxides of manganese and/or iron” (Dorn, 1994)
8
“Rock weathering involves both physical and chemical process. Physical process, such as frost wedging and
heat spalling, disintegrate the surface of rock and operate principally at the ground surface. Chemical
weathering, such as oxidation, hydrolysis, and dissolution, can occur wherever fluids (especially water) are in
contact with rock surface, in both the surface and subsurface environments, to produce decomposition of the
rock” (Knuepfer 1994)
9
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 2
1980). Esto sucede porque se hallan en condiciones muy alejadas de las que los originaron.
En el caso de los minerales que cristalizaron a menor temperatura y presión, son más estables
ante las condiciones medioambientales. Por lo tanto, como la estabilidad de los minerales se
relaciona directamente con la temperatura y presión de su génesis, la serie de cristalización de
Bowen tiene implicaciones para el estudio de la meteorización mineral. La formulación de
las series de estabilidad de Goldich (1938) sigue el orden de la Serie de Bowen, pero
invertido.
Menos estable (minerales cristalizados a altas temperaturas)
La explicación para la relativa movilidad de estos elementos es el tipo de unión que forman
con el oxígeno en la estructura mineral. El sodio, calcio, potasio y magnesio forman uniones
iónicas que se rompen fácilmente por la fuerza de las moléculas bipolares que componen el
agua (Ehlers y Blatt 1980).
Esto implica que un conjunto artefactual lítico con materias primas diversas depositado en un
mismo ambiente puede presentar variados estados de meteorización aún cuando las
superficies de los materiales hayan sido talladas contemporáneamente. Esto nos alerta sobre
el riesgo de realizar comparaciones dentro de un conjunto sin considerar las materias primas
que lo componen.
Las rocas de composición básica (p.e.: basalto) son menos estables que las ácidas (con altos
porcentajes de cuarzo) al ser expuestas a la humedad de la atmósfera (que es ligeramente
ácida) y tienden a reaccionar y descomponerse químicamente con más facilidad (Ehlers y
Blatt 1980, Schiffer 1987). Por ello, es esperable que las rocas de composición básica dentro
de un conjunto de artefactos contemporáneos en superficie presenten mayores grados de
meteorización química que aquéllas con altos porcentajes de cuarzo en su composición. La
meteorización, en cualquiera de los casos, es mucho mayor y más rápida en las rocas porosas
puesto que presentan una enorme superficie interna (Camuffo 1995, Schiffer 1987).
Algunas rocas, como el granito, se meteorizan por desintegración granular y por ello no
producen superficies estables meteorizadas (Rivard et al. 1992). Es decir, al desencadenarse
un proceso de meteorización (especialmente química), este tipo de rocas se desintegra sin
generar una superficie de meteorización sobre la que puedan formarse pátinas o barnices.
Esto es una consecuencia de la textura y mineralogía de la roca (op. cit.). El único resultado
observable de meteorización en afloramientos de este tipo de rocas es la rigolita, sedimento
producto de la alteración de los minerales. Sin embargo, la gran mayoría de las rocas
seleccionadas por la humanidad por sus características adecuadas para la talla (entre ellas,
homogeneidad, fractura concoidal, ausencia de clivaje, etc.) tienden a desarrollar superficies
de estabilización o “costras” de meteorización. Los arqueólogos denominamos “corteza” a
esas costras y, por lo general, las utilizamos para conocer el tipo de fuente de materia prima
(primaria o secundaria 9), su agente de transporte natural, etc. Esta corteza formada en la
superficie retarda el acceso del agua y el dióxido de carbono disuelto al interior de la roca y
previene el transporte de los productos de la meteorización (Colman 1981). Por lo tanto, el
9
sensu Luedtke 1979.
10
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 2
desarrollo de las costras lentifica la tasa de meteorización y hace de ésta un proceso no lineal.
La formación de lo que comúnmente denominamos corteza excede los objetivos de nuestra
disciplina. Sin embargo, comprender la dinámica implicada en su formación puede constituir
una herramienta útil para discutir problemas arqueológicos (por ejemplo, ver Tuovinen 2002).
Hay dos variables que considero para el estudio de la estabilidad de los elementos líticos
recuperados en contexto de dunas:
11
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 2
puede derivar del uso de esta variable en estudios de estabilidad. Un ejemplo de ello podría
ser un artefacto completamente patinado. A partir de la propuesta del cuadro 1, inferiríamos
que no hubo estabilidad en la vida del mismo. Sin embargo, ésta podría ser el registro de una
vida estable, puesto que la pátina de una parte del artefacto (ej.: una cara) sería producto de la
exposición subaérea, mientras que la que cubre el resto de la pieza (o la cara opuesta) se
habría formado por contacto prolongado y sostenido con el sustrato sobre el que la misma se
encontraba. Esta situación sugiere la necesidad de investigar y aprender a reconocer las
pátinas y sus diferentes orígenes. Aquí planteo esta problemática y delineo los resultados
preliminares de la exploración de ese campo.
ABRASIÓN
1) Abrasión total de una cara mayor estabilidad (más estable)
2) Abrasión parcial10 de una cara
PÁTINA
a) Pátina total sobre la superficie de una cara mayor estabilidad (más estable)
b) Pátina parcial sobre una cara
De la codificación de estas dos variables, los resultados podrán ser, por ejemplo:
En caso que los fenómenos anteriores (abrasión y pátina) se ubiquen en las piezas de forma alterna (i.e.: pátina
en cara ventral y abrasión en cara dorsal), la forma de expresión variará de la siguiente manera:
1/a
La lectura correcta de esta expresión será “pátina parcial en una cara y abrasión parcial sobre la otra”.
Como puede observarse en el cuadro 1, las categorías definidas allí se dividen en “más
estable” y “no estable”, es decir, implican una escala relativa y no absoluta. La ausencia de
una categoría definida como “estable” se debe a que considero que en ninguna circunstancia
los arqueólogos podemos afirmar que un objeto ha permanecido en la misma posición por
ausencia de rastros que señalen que alguna modificación se haya producido. Por lo tanto, el
concepto de “estable” funciona como un ideal a partir del cual se alejan las distintas
situaciones reales. La presencia, en este caso, de abrasión y pátina total en una sola cara del
artefacto indicaría tan sólo que este artefacto registra “más estabilidad” que otros. Aquí la
palabra clave es “registra”.
12
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 2
13
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 2
controlamos todas las variables que pueden introducir modificaciones, podríamos estimar
edades mediante la medición de los anillos. Aún cuando la formación de las cortezas, con el
tiempo, impide que el agua penetre en la roca y por ello disminuye la tasa de meteorización,
en los estadios tempranos de descomposición química el espesor de un anillo puede ser un
buen indicador del tiempo de exposición de una superficie de roca (Baker 2002).
Hiscock (1985) propuso estadios de meteorización análogos a los utilizados para materiales
óseos (Behrensmeyer 1978) para el estudio de conjuntos líticos a fin de establecer
cronologías relativas. Asimismo, se han aplicado métodos químicos sobre barnices del
desierto para la obtención de dataciones absolutas (Dorn 1994, Watchman 2000).
La fragmentación es otro de los efectos más comunes que los procesos tafonómicos producen
sobre los conjuntos líticos. Hiscock (1985, 2002), entre otros, enfatiza la importancia de los
estudios tafonómicos a fin de evaluar la abundancia original de un conjunto lítico. Este autor
ha criticado fuertemente la falta de interés en los estudios líticos de generar propuestas para
medir la abundancia artefactual. Aquí seguiré su propuesta metodológica (Hiscock 2002) que
plantea un número de índices análogos a los utilizados en los estudios tafonómicos para
materiales óseos.
Para medir estos índices, el autor propone las siguientes definiciones operacionales para las
categorías de lascas y fragmentos (Hiscock 2002)
• Completas: son lascas que pueden tener parte de sus márgenes fracturadas pero
conservan el inicio y terminación de la fractura que dio origen a la pieza (son todas
aquellas que no pueden haber generado fragmentos longitudinales o transversales).
• Fragmentos longitudinales: son las “longitudinal cone split fragments” sensu
Crabtree 1972. Cada fragmento presenta parte del talón, del bulbo, parte de la
terminación y un margen lateral (longitudinal derecho e izquierdo). Si un fragmento
con estas características no presentara la parte del talón correspondiente, sería
definida como un fragmento marginal y no como fragmento longitudinal.
• Fragmentos transversales (proximales, distales y mediales): son aquellos fragmentos
que poseen restos de ambos márgenes pero no poseen simultáneamente el inicio y
terminación de la fractura. Cada lasca producirá un fragmento proximal, uno distal
y puede o no generar uno o varios fragmentos mediales.
• Fragmentos marginales: son aquellos que tienen parte de un margen lateral, pero no
contienen la fractura de inicio, de terminación, o porciones del margen opuesto.
• Fragmentos superficiales: son aquellos fragmentos que remueven una parte de la
superficie de la cara ventral o dorsal, pero no poseen iniciación o terminación de la
fractura ni resto de ninguno de los márgenes.
14
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 2
MNF=C+T+L
donde C son todas las lascas completas; T es la categoría más numerosa de fragmentos
transversales (excluyendo los mediales), es decir, los proximales o los distales; L es el
número de fragmentos longitudinales dados por:
L=CL+BL
La relación del MNF y NAS puede ser discutida experimentalmente. Hiscock (1985) aplica el
MNF a varios conjuntos de lascas ensambladas y observa una fuerte correlación entre el
número real y este índice (r: 0,995). Sin embargo, su aplicación es bastante más compleja. El
MNF como ha sido expresado (ver arriba) no incluye los fragmentos mediales. En casos
donde los fragmentos proximales y distales están ausentes, es conveniente incluir el número
de fragmentos mediales en el cálculo del MNF. Para no sobreestimar el número de lascas
(producto de la múltiple fragmentación medial de una lasca) es conveniente dividir ese
número (fragmentos mediales) por un estimado (probablemente 2 – 4) de fragmentos
mediales obtenidos por lasca (op. cit.:255). Esta modificación puede acarrear riesgos de
imprecisión y, según Hiscock, sólo será necesaria en pocos casos. Su recomendación, ante
tales situaciones, es intentar incrementar la muestra.
Otro factor que puede aumentar la precisión del MNF es calcularlo para cada materia prima.
Esto produce valores mayores ya que un fragmento distal de dacita y otro proximal de basalto
contarían por dos lascas diferentes, mientras que si decidimos ignorar la materia prima sobre
la que fueron confeccionados, ambos fragmentos darían cuenta de una sola lasca (op.
cit.:255). El cálculo de la abundancia original por materia prima es también realizado por
otros autores, aunque utilizando métodos distintos (por ejemplo, Bellelli et al. 1998, Franco
2002).
15
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 2
localizados en uno de los sitios aquí analizados (San Genaro 4), es importante tener presente
que la dinámica geomorfológica de este tipo de contextos sedimentarios no es lineal, sino
cíclica. Por lo tanto, cuando nos enfrentamos a un conjunto, ya sea óseo o lítico, debemos
considerar como alternativa que los indicadores de tasa de sedimentación pueden ser resultado
de múltiples eventos relativamente rápidos de exposición y sepultamiento. Por otra parte, la
fragmentación está también vinculada a la densidad de ocupación y por ello se espera que sea
mayor para momentos de ocupación efectiva del espacio (Franco 2002).
2.1.2 Metodología
A fin de evaluar la posible acción selectiva del viento en los conjuntos artefactuales, se mide
el tamaño de cada artefacto utilizando una grilla con intervalos de 5 mm (5 por 5mm, 10 por
10 mm, etc). Se observa el patrón de distribución de los tamaños para evaluar similitudes y
diferencias entre los conjuntos de ambos loci que pueden responder a sesgos de origen
natural.
2.1.2.2 Estabilidad
16
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 2
3. Muy abradido: las aristas y todo otro relieve de la pieza han desaparecido casi
completamente.
Para la definición de los estadios de abrasión aquí utilizados se confeccionó un muestrario con
piezas líticas arqueológicas y experimentales (para el estadio 0) de distintas litologías y
granos provenientes de bahía San Sebastián. Con él se definieron, en base a ejemplos
concretos, los cuatro estadios. Este muestrario funcionó como modelo de comparación para
caracterizar la abrasión presente en cada artefacto. La identificación de los estadios se llevó a
cabo mediante la observación de cada una de las piezas arqueológicas con una lupa binocular
de hasta 50x. La extensión de un mismo estadio (intensidad de abrasión) se describe
utilizando intervalos de porcentajes (25%, 50%, 75% y 100%). Utilicé cara A y B –dorsal y
ventral respectivamente-, dado que en la mayoría de los artefactos es posible reconocer o
definir las mismas. En el caso que una misma cara presente diferentes intensidades, se
controla que los límites de la superficie con menor intensidad de abrasión no se correspondan
con los de un negativo de lascado. Si éste es el caso, se considera que la pieza (o el artefacto
del que formaba parte antes de ser destacada) ha sido retomada.
Se estima la abundancia aplicando el método que sólo contabiliza piezas con talones
enteros(por ejemplo, Andrefsky 1998, Franco 2002) y el MNF (Hiscock 2002) para evaluar
qué método resulta más confiable. A modo de control independiente, se consideran las
materias primas en que están confeccionados los artefactos fragmentados y se examina la
posibilidad que hayan pertenecido a una misma pieza (Franco 2002, entre otros). Se calcula
asimismo el índice de fragmentación a fin de proveer una explicación para el patrón de
fragmentación presente en los loci. En el caso que ocurran diferencias, se proponen los
posibles factores causales involucrados.
Las poblaciones humanas se sirven de diversas estrategias para habitar y explotar un medio
ecológico y cultural específico (Nelson 1991). Estas estrategias dependen de la percepción
humana del entorno, y son el resultado del conjunto de decisiones tomadas por los individuos.
Estas decisiones implican la puesta en práctica de lo que se considera la mejor de las
11
La importancia de esta excepción es aún mayor al considerar que una fuente de materia prima potencial– a
escasos 300 m. aproximadamente – es un depósito secundario de rodados glaciarios.
17
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 2
respuestas disponibles ante una situación particular (Torrence 1989). Si bien la capacidad de
tomar decisiones es un atributo del individuo, la naturaleza misma del registro arqueológico
presenta ciertas dificultades para la visibilidad de las acciones individuales. La realidad
material que enfrenta el arqueólogo mayormente es la sumatoria o el promediamiento de esas
acciones individuales que pueden haberse llevado a cabo sincrónica o diacrónicamente.
Dado que las estrategias vinculadas a la tecnología son uno de los intereses centrales de este
trabajo, considero que el estudio de la organización tecnológica (Nelson 1991) es sumamente
útil. Este enfoque propone estudiar la selección e integración de estrategias vinculadas a la
manufactura, uso, transporte y descarte de instrumentos y demás elementos necesarios para su
producción y mantenimiento (1991:57). Desde esta perspectiva la tecnología tiene por objeto
resolver problemas creados por el medio social y/o natural de un grupo. Así, se espera que
aquellas estrategias que resulten más adecuadas tengan mayor persistencia en el tiempo
(Torrence 1989), ya sea porque las condiciones en que resultó efectiva se mantuvieron
relativamente inalterables y/o por su flexibilidad para enfrentar exitosamente las nuevas.
Esto, visto desde la perspectiva arqueológica, debería traducirse en una mayor representación
de las tecnologías eficientes (Bousman 1993) en los conjuntos arqueológicos. En este punto es
crucial que la estimación de lo que es “eficiente” sea realizada analizando el contexto natural
y social en el que estas tecnologías se encontraban insertas.
18
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 2
Por tratarse de conjuntos superficiales en un ambiente dinámico como el de las dunas, espero
que comportamientos tales como reclamación de artefactos (Camilli y Ebert 1992) sean
visibles en las piezas a partir del análisis tafonómico previo (ver acápite 2.1.1.2, este
capítulo). Me interesa, si es el caso, discutir las razones por las que dicho comportamiento
pudo haber tenido lugar en las cercanías de una fuente de materia prima lítica. Este
comportamiento ha sido identificado en otros lugares del extremo sur de Patagonia y se ha
relacionado al ahorro energético derivado del aprovechamiento de, para el caso de núcleos de
hojas, plataformas de percusión preexistentes sobre las pieza reclamadas, así como la
minimización del riesgo asociado a la calidad de la materia prima (por ejemplo, fisuras
internas, inclusiones) (Franco 1993). El concepto de “litificación del espacio” busca dar
cuenta de conductas humanas que modificaron la disponibilidad de la base de recursos líticos
mediante la distribución de materias primas en sectores donde naturalmente no se encontraban
presentes. Considero que este concepto junto con el estudio de la reclamación, constituyen
una herramienta para entender y explicar aspectos de la tecnología y las estrategias de uso del
espacio de las poblaciones en el pasado.
Analizo las técnicas de formatización empleadas para evaluar si existió alguna relación entre
técnica y calidad y tipo de materia prima empleadas. Considero que los resultados pueden
generar estudios posteriores en torno a las variables de diseño que se priorizaron durante la
manufactura de los materiales de cada locus (Nelson 1991). Asimismo, creo que este tipo de
análisis podría informarnos sobre las percepciones humanas del riesgo vinculadas al
desarrollo de diferentes actividades de subsistencia – tales como caza de guanacos, pinnípedos
y carroñeo de cetáceos - llevadas a cabo por los grupos que ocuparon este área. En base a los
resultados de este trabajo se podrán plantear nuevas agendas de trabajo que incluyan este tipo
de estudios.
2.2.2 Metodología
Como mencioné, examino las muestras de dos loci compuestos por distribuciones
superficiales de materiales líticos localizados en la costa sur de la bahía San Sebastián. Como
lo expuse en el apartado 2.1.1, el estudio tafonómico de los conjuntos debe preceder al
análisis tecnológico a fin de dar cuenta de los procesos postdepositacionales que intervinieron
en la formación del registro arqueológico.
19
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 2
Franco (2002) e incorporando los agregados por esta investigadora. Asimismo, se incluye las
categorías propuestas por Hiscock (2002) para la descripción del tipo de fragmento de lascas
(ver acápite 2.1.1.3, este capítulo).
20
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 2
• Grupo tipológico: sensu Aschero (1975, 1983a). Se agregan los nódulos probados
(Nami 1986a).
• Subgrupo tipológico: sensu Aschero (1975, 1983a).
• Forma base: sensu Aschero (1975, 1983a).
• Módulo de longitud-ancho: sensu Aschero (1983a).
• Cantidad de filos: sensu Aschero (1975, 1983a).
• Longitud, ancho y espesor del filo: sensu Aschero (1975, 1983a).
• Convexidad o concavidad del filo: sensu Aschero (1975, 1983a).
• Ángulo inicial y medido: sensu Aschero (1975, 1983a).
• Ángulo de desgaste del filo: sensu Franco (2002).
• Series de lascados: sensu Franco (2002).
• Presencia / ausencia de reactivación: sensu Franco (1994, 2002).
• Tipo de retoque sensu Aschero (1975, 1983a).
• Inclinación del eje morfológico y el eje de lascado: sensu Dibble (1987), utilizado por
Franco (2002).
• Filo complementario: sensu Aschero (1975, 1983a). Se registraron grupo tipológico,
ángulo medido -para discutir posibilidades de prehensión o enmangue (Franco 2002)-,
tipo de retoque y longitud del filo complementario.
21
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 2
22
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 3
Capítulo 3:
Antecedentes generales y estado del problema
En este capítulo reviso los antecedentes históricos, etnográficos y arqueológicos sobre las
poblaciones nativas del norte de Tierra del Fuego. Dado el volumen de la información
disponible, la revisión que presento a continuación no busca ser exhaustiva. Serán
mencionados aquí sólo aquellos datos considerados pertinentes y relevantes para establecer el
estado de la problemática aquí abordada.
3.1 Historia
El descubrimiento del estrecho de Magallanes nos trae las primeras menciones sobre los
pobladores de Tierra del Fuego. Es el año 1520 y la tripulación de la nave al mando de
Fernando de Magallanes observa desde el mar los grandes fuegos encendidos en la costa de la
Isla. Sin embargo, el primer contacto directo se produjo en 1580, cuando la expedición
dirigida por Sarmiento de Gamboa exploraba la bahía Gente Grande. Este primer contacto
“cara a cara”, a pesar de la actitud pacífica de los selk’nam allí presentes, terminó con el rapto
de uno de ellos por parte de los españoles para que les sirviera de guía (Sarmiento de Gamboa
1950). La presencia europea en la zona fue esporádica durante los trescientos años que
siguieron a aquel primer contacto. Los episodios de maltrato y violencia de los europeos
hacia los nativos se repitieron durante ese tiempo (Borrero 1994). En varias oportunidades,
aún cuando los selk´nam proveyeron pacíficamente de víveres a los tripulantes de diversas
expediciones, fueron raptados y asesinados por los colonos. El paulatino aumento en la
frecuencia de estos encuentros violentos fue resultando en un abandono de las zonas costeras
y la retracción de las poblaciones nativas a las regiones interiores de la isla. Dado que la base
de la subsistencia selk´nam eran los recursos terrestres y el creciente reconocimiento nativo
del riesgo asociado a los lugares más frecuentados por los hombres blancos (las costas), las
poblaciones selk´nam comenzaron su retracción a las áreas interiores implementando lo que
Borrero denomina una estrategia para “evitar el contacto” (Borrero 2001:58).
Para fines del siglo XIX, el interés de los colonos y el gobierno nacional en Tierra del Fuego
se vinculaba fundamentalmente a la explotación de un recurso: el oro. Los centro de
explotación a partir de 1881 se localizaron en San Sebastián, El Páramo, Río de Oro,
Boquerón y Gente Grande, entre otros. La presencia de Julius Popper (quien recibió el apodo
de “El Dictador fueguino”, Braun Menéndez 1937), entre otros “mineros”, tuvo
consecuencias nefastas para las poblaciones ya refugiadas en el interior. Con la era del oro
vinieron aparejadas numerosas expediciones privadas y estatales que buscaban evaluar y
relevar los yacimientos auríferos de la Isla. Es de particular interés aquella enviada por el
gobierno nacional al mando de Ramón Lista en 1886. Lista y los soldados que lo
acompañaban desembarcaron en las cercanías de la bahía San Sebastián. Allí, se produjo un
enfrentamiento armado que costó la vida a 26 o 28 indígenas y numerosas mujeres selk´nam
fueron raptadas para ser enviadas a Buenos Aires (Borrero 2001).
Para principios de 1890 ya se reconoce que la explotación del oro no era tan rentable como se
creía. Entonces se expande una actividad económica que impactará más rotundamente sobre
la estructura de la sociedad selk´nam: la ganadería. Al transformarse las tierras en el nuevo
23
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 3
bien codiciado por la sociedad occidental, los indígenas fueron objeto de literales cacerías y
su presencia fue considerada indeseable y perjudicial para el desarrollo de la naciente
actividad económica. En la actividad minera se necesita abundante mano de obra no
calificada. Más allá de la violencia y los abusos de que fueron víctimas las poblaciones
nativas, éstas conservaban el potencial de transformarse en la mano de obra barata de la
colonia. Pero ¿qué sucede cuando es la tierra lo que se codicia? El indio se vuelve
antieconómico y es visto como un estorbo para el progreso. Más aún si consideramos que las
sociedades selk´nam eran cazadores-recolectores, lo que implicaba el uso de territorios de
grandes extensiones. Para 1897 el gobierno argentino estaba abocado al remate de la tierras y
grandes cargamentos de ovejas desembarcaban incesantemente en las costas de Tierra del
Fuego. En 1914 existían más de 700.000 cabezas de ganado pastando en la Isla. La tierra fue
presa de abruptas demarcaciones con cercos y los espacios de tránsito diario dejaron de estar
disponibles para los grupos nativos. Los guanacos, por su parte, fueron desplazados a zonas
cada vez más marginales como consecuencia del avance del ganado ovino sobre las pasturas.
Así llegamos al nuevo escenario cotidiano de los selk´nam: la tierra parcelada, escasez de
guanacos, abundancia de ovejas. El “guanaco blanco” (Borrero 2001) reemplazó al ancestral
objeto de caza y esto precipitó reacciones aún más violentas e intensivas por parte de los
nuevos estancieros. Así, comenzaron a organizarse expediciones para ahuyentar o matar a los
selk´nam, ahora no vistos ya como un estorbo sino también como una amenaza para la
ganadería. Borrero (2003) refiere el envenenamiento intencional de una ballena varada,
cacerías y emboscadas cuyo claro objetivo era “despoblar” las tierras que debían volverse
“productivas”. Una medida tomada por el gobierno chileno, por ejemplo, para detener los
incidentes cada vez más violentos de ambas partes, fue desterrar a las mujeres y los niños
capturados a la Isla Dawson, donde se encontraba apostada la misión salesiana (Belza 1974).
Si bien los misioneros se encontraban presentes en la isla desde 1875, sus intentos de
establecer contacto con los selk´nam fueron infructuosos hasta 1882. Con el advenimiento de
la explotación minera, las misiones se transformaron en las depositarias de los indígenas
capturados durante los ataques occidentales. Pero su importancia fue mayor para la etapa
ganadera, cuando se esperaba que cada misión fuera una suerte de prisión para los
sobrevivientes de los enfrentamientos con los estancieros. En el caso de la misión de la Isla
Dawson, ésta cumplió el cometido a la perfección: el hacinamiento y las enfermedades
hicieron el resto por sí solas, diezmando a las mujeres y niños. Independientemente de las
intenciones de los misioneros, su accionar fue el puntapié definitivo para la extinción de los
pueblos nativos.
A partir de 1925 la vida de los selk´nam sobrevivientes fue de una naturaleza completamente
distinta a la que llevaban en los días de los primeros contactos. Ahora vivían y trabajaban en
estancias, misiones o migraban a las ciudades. La última selk´nam fue Lola Kiepja, quien
murió en el año 1966. Para 1980 sólo quedaban dos descendientes directos de los pueblos
nativos del norte de Tierra del Fuego.
24
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 3
El valioso trabajo etnográfico de Martín Gusinde aporta numerosos datos sobre los selk´nam.
Sus observaciones corresponden a un período de seis años (1918 – 1924) y sus trabajos
(Gusinde 1951, 1982) poseen abundantes detalles sobre las actividades de subsistencia,
tecnología, religión y costumbres selk´nam.
Asimismo, Anne Chapman (1982), quien realizó investigaciones entre los últimos selk´nam y
sus descendientes durante la década del ´60 y ´70, menciona:
“Lola me contó de un kuash-ketin1 en el que había participado su abuelo
materno. Federico tenía noticia de otro ocurrido en párik, sobre la costa de
la bahía San Sebastián, cuando una ballena varó allí. Fue organizado por el
grupo patrilineal con asiento en dicha bahía, con la certeza que habría
abundante comida para muchas familias” (Chapman 1982:63).
La importancia de los cetáceos en la dieta de los pueblos que habitaron el norte de la isla ha
sido propuesta y discutida por Borrero (1986). Este recurso habría sido crítico en la época
invernal, cuando los guanacos presentan una carne demasiado magra para cubrir las
necesidades energéticas del organismo humano, y hasta podrían haber resultado mortales si
no se las complementaba con otro alimento animal con contenido graso. Los datos actuales
sobre varamientos de cetáceos informados por Goodall (ver Favier Dubois y Borella 1999)
señalan la alta frecuencia de este tipo de eventos en la costa fueguina y, particularmente, en la
bahía San Sebastián. El registro de Goodall menciona diversos varamientos masivos: 15
orcas en 1972; 7 cachalotes en 1977 y, 12 delfines grises en 1992 (op. cit.:34). De hecho, la
mayor tasa de varamientos en la costa atlántica fueguina se produce en bahía San Sebastián
(Goodall 1975). El abundante registro óseo de cetáceos (Borella 1994, 1998; Borella y Favier
Dubois 1994-5, entre otros) asociado a actividades humanas en el área, permite sostener que
la disponibilidad de este recurso ha sido también frecuente en el pasado.
Debemos tener en cuenta que los varamientos pueden haber constituido una fuente de materia
prima ósea para la confección de instrumentos (Borella 1998, Borella et al. 1996, Borella y
Nami 1999). De este modo, la costa también sería una fuente exclusiva de materia prima no
disponible en el interior. Si se realizaron actividades de taller, es decir, la manufactura de
instrumentos sobre restos óseos de cetáceos ¿qué instrumentos líticos se utilizaron en su
producción? ¿qué características esperamos que exhiban? Borella y Nami (1999) exploran
experimentalmente la obtención inicial de formas base en esta materia prima ósea. Ellos
observan un patrón de corte en “v” en materiales óseos arqueológicos que vinculan a
actividades de aserrado y percusión arrojada para la adquisición, por ejemplo, de un
fragmento de costilla. Teniendo en cuenta el aporte de estos autores, la masa que deberían
poseer los instrumentos líticos empleados en la obtención de la forma base así como su
utilización específica (no hay animales con huesos del tamaño de los cetáceos en el interior)
1
Encuentro o reunión de mucha gente (Chapman 1982:61).
25
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 3
Por otra parte, de acuerdo a lo informado por Chapman (1982), los individuos de los distintos
haruwen portarían con ellos su tool kit que podría presentar materiales alóctonos, aunque no
necesariamente proveniente del territorio de su haruwen. El intercambio habría posibilitado
que aún cuando un número de individuos viniera del sur, trajera sus instrumentos
confeccionados sobre materias primas de otras zonas:
Gente del territorio de la madre de Federico (en el cabo Peñas, al sur de Río Grande) llevó
aljabas y arcos para hacer trueques o intercambiar como regalos. Gente del haruwen del K´ami
(lago Fagnano) trajo puntas de flecha. Los de la región de la bahía Inútil ofrecieron ramas de
calafate o de michay para fabricar astiles de flecha. Los habitantes de un haruwen del norte,
famoso por la piedra para alisar astiles, ofrecieron esa piedra. Otros, de hérsk (al sur de Río
Grande), llegaron con mantos de piel de zorro. Los que vivían en los alrededores de la bahía
San Sebastián, proveyeron roedores asados en abundancia para todos .(...) El trueque era una
característica del kuash-ketin, pero no se limitaba sólo a esas ocasiones (cuando varaba una
ballena); ocurría casi en cualquier momento o lugar“ (Chapman 1982:63).
El intercambio aparece en las fuentes etnográficas como una actividad muy difundida y
bastante necesaria en la economía de los pueblos selk´nam. Sin embargo, dada la presencia de
eventos de congregación en las áreas costeras (específicamente en Bahía San Sebastián), sería
difícil distinguir las materias primas (líticas, en este caso) obtenidas por las poblaciones
locales a través del intercambio de aquellas traídas como parte del tool kit por los pobladores
de otros territorios que serían atraídos por el acontecimiento de, por ejemplo, un varamiento.
De un modo u otro, la presencia de materias primas no identificadas localmente puede ser
considerada evidencia de interacciones entre poblaciones de territorios distantes.
26
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 3
identificados, se hallaron restos de fauna extinta [Hippidion sp., Mylodon sp., Canis
(Dusicyon) avus y Lama sp.] asociados a una estructura de fogón. Varias muestras de la capa
V fueron fechadas en c. 10.200 y 10.500 años A.P. (Massone 1987), constituyéndose en las
evidencias de ocupación humana de mayor antigüedad para Tierra del Fuego. La presencia de
fragmentos de puntas tipo “cola de pescado” en el nivel Va fortalece este argumento.
El equipo de Massone ha prospectado y estudiado el área del río San Martín desde la
localidad de San Sebastián, Chile (Massone et al. 1993). Sus trabajos incluyeron el estudio
del faldeo de Cerro de los Onas y la exploración de las lagunas localizadas en las estancias
Dos Marías y Florentina. En el primero identificaron 304 improntas de fondos de vivienda
que habrían sido ocupados, en algunos casos, desde 1400 años A.P. hasta momentos
históricos. Esto último se afirma en base a la presencia de artefactos confeccionados en vidrio
y en metal así como a los resultados de los fechados radiocarbónicos realizados sobre
materiales recuperados en algunos de los fondos de vivienda. Massone et al. (1993)
concluyen que la localidad de Tres Arroyos habría sido ocupada recurrentemente en el
tiempo, utilizando un patrón de asentamiento nucleado. Las evidencias materiales, según
estos autores, estaría dando cuenta de la realización de actividades vinculadas a un
campamento base. Para el área de las lagunas de las estancias arriba mencionadas, los
trabajos de prospección permitieron la identificación de varios loci en superficie que
presentan abundantes restos óseos y materiales líticos. Las frecuencias relativas y tipos de
artefactos presentes en cada sitio fueron utilizados para caracterizarlos como campamentos
habitacionales, campamentos ocasionales de caza-destazamiento y cantera-taller-campamento
(op. cit.: 95-99).
27
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 3
Mapa 1. Localización de sitios y localidades mencionados en este capítulo: 1) Tres Arroyos; 2) Marazzi 1;
3) Cerro Cabeza de León; 4) Bloque Errático; 5) San Genaro; 6) Punta María; 7) Cabo San Pablo; 8)
Estancia María Luisa; 9) Rancho Donata; 10) Bahía Valentín.
El sitio denominado Marazzi 2 (Massone 1997, Urrejola 1971, entre otros) constituye junto
con Marazzi 1 los únicos sitios con materiales arqueológicos en estratigrafía de la localidad.
Fue descubierto por Carlos Urrejola y se ubica sobre una terraza del río Torcido, en un
ambiente fluviomarino. Se emplaza sobre diversas formaciones geomorfológicas y ha sido
por ello dividido en varios sectores para su estudio (Morello et al. 1998). Se recuperaron
abundantes restos faunísticos y malacológicos así como también artefactos líticos. Los
trabajos llevados a cabo en el sector 2 permitieron realizar un fechado del segundo
componente estratigráfico, cuyo resultado fue 910 +/- 70 años A.P. Morello y colaboradores
sostienen que las características morfológicas de las puntas de proyectil recuperadas en el
segundo componente del sector 2 son semejantes a las descritas por Bird (1993) para el
período Fell IV (puntas pedunculadas, de limbo triangular y aletas) y por ello coherentes con
el fechado.
28
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 3
talla fue considerado indicador de que los instrumentos utilizados y abandonados allí fueron
llevados ya manufacturados al locus. Fue definido como un sitio de caza y faenamiento de
guanaco, y vinculado con otros sitios cercanos donde se habría producido el consumo de las
partes transportadas (por ej., CL1) (Borrero y Casiraghi 1980, Borrero 1986).
Sobre la costa sur de la bahía San Sebastián, en las dunas litorales, se ubica la localidad
arqueológica los Chorrillos. Dos loci allí identificados, San Genaro 1 y 2 (SG1 y SG2),
fueron estudiados por Victoria Horwitz (Horwitz 1995). SG1, a unos 390 m. de la línea de
costa, fue definido como un conchero en proceso de deflación. Presenta restos óseos, de
moluscos y artefactos líticos en una extensión de 1000 m2, aproximadamente. Se realizó una
datación radiocarbónica sobre carbones recuperados de un sector vestigial del locus cuya edad
es 1070 +/-80 años A.P. (Beta 51997). El conjunto faunístico presenta restos de guanacos,
mamíferos marinos (cetáceos y pinnípedos), peces, roedores, aves y pingüinos, predominando
los huesos de roedores y peces (op. cit.). El molusco más abundante es Mytilus. En cuanto a
los materiales líticos, obtenidos en la excavación de una cuadrícula de 1 por 1 m, se han
recuperado 28 lascas, 2 bifaces, 1 cuchillo y 1 instrumento indiferenciado (op. cit.). SG2, por
su parte, es un conchero chato en proceso de destrucción por la actividad de una laguna
migratoria. Se ubica a 500 m de SG1 y a 480 m de la línea de costa. Se identificó evidencia
de actividad de roedores en todo el locus, donde asomaban a la superficie vegetada artefactos
líticos y restos óseos de fauna y humanos. Los restos de fauna están compuestos por cetáceo,
guanaco, pinnípedo, ave voladora, roedor y pez. El molusco más representado también es
Mytilus. Los artefactos recuperados de una cuadrícula de 1 por 1 m ascienden a 119 (117
lascas y dos núcleos). Asimismo, se recolectó una punta de proyectil triangular y un raspador.
Guichón et al. (1998, 2000) han realizado el estudio de los restos humanos provenientes de
distintos sectores de la costa de la Bahía San Sebastián. A partir de ellos, junto con
prospecciones sistemáticas y asistemáticas del área, proponen expectativas tafonómicas para
los restos humanos provenientes de los diversos ambientes identificados.
Martin y colaboradores (2004) han estudiado los restos óseos humanos pertenecientes a dos
individuos provenientes del locus denominado SG4. Mediante la realización del análisis de
isótopos estables, estos autores informan que la dieta de estos individuos fue mixta (sensu
Barberena 2002), con un aporte del 30% de recursos marinos a la misma. Asimismo, el
análisis tafonómico de estos restos les permitió concluir sobre la complejidad en la historia de
génesis del registro óseo, afirmando que las características del conjunto manifiestan sucesivos
eventos de sepultamiento y exposición de los materiales estudiados.
La localidad Punta María fue excavada por Borrero y equipo entre 1981 y 1984. Se ubica en
una zona costera con bosque en retracción (Borrero 1986). Está compuesta por varios sitios
29
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 3
La mención de los sitios ubicados al sur de Punta María excede la escala regional propuesta
para estos antecedentes. Sin embargo, para no perder el contexto más amplio en que se
inserta esta tesis, a continuación sintetizo la información arqueológica disponible para los
loci ubicados en y al norte de Península Mitre.
Dos sitios han sido excavados en la localidad de Cabo San Pablo: SP1 y SP7 (Borrero 1986).
En SP1 se encontraron restos de guanacos, peces, cánidos, pinnípedos, cetáceos, roedores y
aves. Es un sitio de 13m2 con escasa dispersión vertical que se ubica a 200 m de la costa. Se
encuentra en el límite del bosque y la estepa. El conjunto de moluscos está casi
completamente compuesta por Patinigera. SP1 centró su abastecimiento en la obtención de
pinnípedos. Los artefactos líticos recuperados incluyen dos puntas de proyectil similares a las
de PM fechadas en 300 años A.P. La presencia de instrumentos sin rastros de uso ha sido
interpretado como posible equipamiento del sitio (Borrero 1986). Por su parte, SP 7 está
ubicado en el bosque.
Unos 30 km hacia el sur de San Pablo, José Lanata y equipo trabajaron en la localidad
denominada Estancia María Luisa (ML) (Lanata 1985, 1996; Muñoz 1996, entre otros). Es
un ambiente de bosque con turberas, muy semejante a San Pablo. Los sitios son concheros y
presentan potencias variables. Un fechado realizado sobre carbones recuperados por debajo
del nivel de conchilla arrojó una edad de 1020 +/- 80 años A.P. (Teledyne I-13994) (Lanata
op. cit).
30
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 3
Jackson ha estudiado la tecnología lítica de los conjuntos más tempranos provenientes de Tres
Arroyos 1 (Jackson 1987, 2001). Entre los instrumentos recuperados menciona fragmentos de
puntas (posibles “cola de pescado”), un cuchillo trabajado bifacialmente, una raedera, dos
raspadores y lascas con rastros complementarios. Se recuperó un núcleo y numerosos
desechos (79% de la muestra). En ambos se identifica mayoritariamente la utilización de
plataformas naturales. Los desechos presentan ángulos de talón, en su mayoría, rectos. Las
materias primas utilizadas son basalto, sílices, toba silicificada, lutitas y calcedonias. Las
características del conjunto lítico y la presencia de restos óseos de fauna con marcas de corte
inclinan a este autor a proponer la realización de actividades de trozamiento en el sitio.
Nami (1988) ha propuesto un modelo para el análisis de los artefactos bifaciales de Fuego-
patagonia. Considera que la variabilidad morfológica entre los bifaces puede ser explicada
como consecuencia de estadios diferentes en la manufactura y/o reactivación de instrumentos
bifaciales (Nami 1989-90). Este autor ha estudiado los artefactos recuperados en la localidad
Rancho Donata y ha propuesto la existencia de una técnica de preparación de núcleos similar
a la denominada “Levallois” en Patagonia meridional y Tierra del Fuego. En uno de los locus
de la localidad, definido por el autor como “taller”, identificó entre núcleos bifaciales,
31
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 3
Ratto (1990, 1991a, 1992) ha realizado el análisis funcional de cabezales líticos recuperados
en contextos cronológicos tardíos (1000 años A.P.) en varias localidades de la costa de Tierra
del Fuego (Punta María, Rancho Donata y Tunel 1). Uno de los objetos de este estudio es
conocer “qué relación existió entre las propiedades físico-mecánicas de las rocas empleadas
en la manufactura de puntas de proyectil y el diseño de las mismas” (1990:171). Su hipótesis
es que el diseño de los cabezales líticos está en relación con las propiedades físico-mecánicas
de las rocas y de la madera utilizada para los astiles; la mecánica de funcionamiento del
sistema técnico; y la resistencia ofrecida por el blanco (Ratto 1992: 38). Para el estudio de los
cabezales, Ratto muestreó los tipos de roca disponible localmente en cada loci sin importar
que se haya o no efectivamente confeccionado artefactos con ellas, para poder definir
calidades para la talla. Una vez en poder de las muestras, define funciones potenciales para
cada una de ellas en base a sus propiedades físico - mecánicas. La formulación de variables
funcionales y morfológicas le permite agrupar los cabezales bajo análisis en cuatro grupos.
La autora concluye que aquellos cabezales con sección biconvexa simétrica y simetría de sus
lados perfecta son aerodinámicamente eficaces. Por su parte, las puntas apedunculadas y
pedunculadas de sección biconvexa asimétrica con una simetría de sus lados imperfecta no
son aerodinámicamente eficaces. Dentro de éstas últimas, las pedunculadas – de módulo
espeso a muy espeso - habrían sido enastiladas en mangos largos (más de 1,50 m) de manera
tal que el cabezal fuera guiado por la rectitud del mango (1990:177), lo que definiría a este
tipo como cabezales de lanzas arrojadas a mano. Dentro del grupo de cabezales con sección
32
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 3
biconvexa simétrica y simetría de sus lados perfecta, aquellos con módulo poco espeso a
espeso y confeccionados con rocas menos resistentes poseen para Ratto “síntomas” (op. cit.)
de haber sido parte de armas de mano no arrojadizas, mientras que los menos espesos de este
mismo tipo serían fijados a astiles delgados para ser propulsados por arcos y, por ende, se
trataría de puntas de flecha. Para Ratto, el conjunto arqueofaunístico que acompaña a los
cabezales, la información etnográfica y el conocimiento de la etología de cada presa nos
permite proponer modelos sobre las estrategias de caza implementadas por los grupos en el
pasado (1992: 38).
Horwitz (1983) ha analizado las raederas de Punta María 2 (Borrero 1985). Sus estudios le
permitieron definirlas como instrumentos confeccionados de modo expeditivo dado que: a)
fueron confeccionadas sobre cualquier forma base que ofreciera un filo largo; b) la
formatización del filo se realizó por medio de retoque y/o retalla marginal; y que c) la materia
prima empleada está disponible localmente.
33
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 4
Capítulo 4:
Estudio tafonómico de San Genaro 3 y 4
Para explicar las similitudes y diferencias observadas en las muestras recolectadas de San
Genaro 3 y 4 (en adelante, SG3 y SG4) podría simplemente postularse similitudes o
diferencias en las actividades humanas que les dieron origen. Dada la propuesta aquí
planteada, parto del supuesto que los patrones observables en el registro arqueológico pueden
ser de origen natural y/o antrópico. Para reducir el riesgo de realizar inferencias falaces sobre
los agentes responsables de los patrones observados en los conjuntos, los materiales son aquí
primeramente analizados desde una perspectiva tafonómica. Se postulan hipótesis nulas, es
decir, que expliquen las características observadas en el conjunto como producto de procesos
postdepositacionales naturales (Potts et al. 1999). Si la hipótesis nula es refutada, la hipótesis
que postula diferencias en la actividad humana seguirá en pie. Por el contrario, en caso que
la hipótesis nula no resulte refutada, los atributos del conjunto vinculadas a ella continuarán
siendo explicados como producto de procesos naturales.
Las recolecciones realizadas en las tres cuadrículas aquí consideradas de SG3 arrojaron un
total de 136 artefactos. Por su parte, las tres cuadrículas de SG4 totalizan 262 piezas. Como
lo he informado en el primer capítulo, las unidades de muestreo en ambas concentraciones
fueron de 5 por 5 m.
1
Las categorías de tamaños son las siguientes: 5= 0 a 5 mm; 10= 5,1 a 10 mm; 15= 10,1 a 15 mm; 20=15,1 a
20 mm; 25= 20,1 a 25 mm; 30= 25,1 a 30 mm; 35= 30,1 a 35 mm; 40= 35,1 a 40 mm; 45= 40,1 a 45 mm; 50=
34
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 4
materiales (se incluyen todas los artefactos recolectados) correspondientes a las seis
cuadrículas estudiadas aquí.
50
40
30
20
10
0
5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80 85 90 95 100
Tamaños (mm)
50
40
30
20
10
0
5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80 85 90 95 100
Tamaños (mm)
50
40
30
20
10
0
5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80 85 90 95 100 >100
Tamaños (mm)
45,1 a 50 mm; 55= 50,1 a 55 mm; 60= 55,1 a 60 mm; 65= 60,1 a 65 mm; 70= 65,1 a 70 mm; 75= 70,1 a 75
mm; 80= 75,1 a 80 mm; 85= 80,1 a 85 mm; 90=85,1 a 90 mm; 95= 90,1 a 95 mm; 100= 95,1 a 100 mm; y
>100= > 100 mm.
35
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 4
Cantidad de artefactos
50
40
30
20
10
0
5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80 85 90 95 100 >100
Tamaños (mm)
50
40
Cantidad de
artefactos
30
20
10
0
5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80 85 90 95 100 >100
Tamaños (mm)
50
Cantidad de
40
artefactos
30
20
10
0
5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80 85 90 95 100 >100
Tamaños (mm)
Como puede observarse en los gráficos, las distribuciones granulométricas de SG3 comienzan
con la fracción 10,1 a 15 mm. Es decir, las partículas artefactuales más pequeñas registradas
en este locus se ubican por encima del umbral de tamaño considerado para definir los
microartefactos (6,35 mm). Por tanto, podemos afirmar que en SG3 no se han recuperado
microartefactos en superficie2.
En el caso de SG4, la fracción más pequeña registrada entre los artefactos es 5,1 a 10 mm. Es
importante mencionar que sólo cuatro artefactos de los 262 que componen la muestra total
poseen este tamaño (1,5 %) y sus dimensiones (longitud y ancho) superan el umbral de
tamaño (6,35 mm) establecido para los microartefactos (10 por 11 mm, 9 por 8 mm, 11 por 9
2
Es importante enfatizar que los materiales provienen de superficie y que tanto las expectativas como el
modelo del que fueron desprendidas están formuladas exclusivamente para colecciones arqueológicas
superficiales.
36
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 4
mm, 12 por 9 mm). Por lo tanto, la ausencia de microartefactos en ambas muestras apoya la
expectativa planteada en el capítulo 2 con respecto a los tamaños artefactuales esperables en
los conjuntos líticos superficiales ubicados en este ambiente.
Una primer cuestión que debe ser evaluada es el tamaño de las muestras aquí comparadas.
Como se desprende de lo informado más arriba, el tamaño de la muestra de SG4 es
aproximadamente el doble de la de SG3 (262 y 136 piezas, respectivamente). Un dato
interesante es que la cuadrícula 1e de SG4 aporta 176 piezas, es decir que excede el total de
materiales recolectado en SG3. Si observamos el gráfico de barras con los tamaños
registrados en la cuadrícula 1e de SG4, la distribución se inclina sensiblemente hacia los
tamaños pequeños. El 87 % de los materiales de esta cuadrícula corresponde a tamaños por
debajo de 40 mm. Es decir que la cuadrícula 1e, por su número y distribución de tamaños,
constituye un importante sesgo si se la promedia con las dos cuadrículas restantes y a partir de
ello se caracteriza a SG4.
Tamaños de SG3 y 4
70
60
Cantidad de artefactos
50
40 SG3
30
SG4
20
10
Lineal
(SG4)
0 Lineal
5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80 85 90 95 100 >100
-10 (SG3)
Tamaños (mm)
Entonces, para retomar nuestra pregunta sobre las diferencias aparentemente planteadas en
cuanto a la moda de los tamaños registrados en SG3 y 4 y ver si esa distinción se mantiene, a
continuación se grafican las curvas de distribución de SG3 y SG4 sin considerar la cuadrícula
1e (Gráfico 8).
Como se puede observar en el gráfico 8, aún sin considerar la cuadrícula 1e, SG4 presenta un
patrón de distribución distinto al de SG3. Para SG3, el 46, 32% de las piezas tiene tamaños
menores a 40 mm; por el contrario, SG4 (sin cuad. 1e) registra un 76,74% de sus piezas por
debajo de 40 mm. Podemos, por tanto, afirmar que las distintas tendencias registradas para la
distribución de tamaños en SG3 y 4 son genuinas y no sólo resultado del sesgo que pudiera
provenir de la inclusión de la cuadrícula 1e.
37
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 4
La pregunta antes planteada sigue, por lo tanto, en pie y sin respuesta: ¿qué puede haber
generado esta diferencia? Y a ésta podemos agregarle: ¿existe algún proceso
postdepositacional que pueda haber producido estos patrones diferentes?
70
SG3
60
Cantidad de artefactos
10
0
-10 5 15 25 35 45 55 65 75 85 95 >100
Tamaños (mm)
El agente natural crítico en las dunas litorales de Bahía San Sebastián es el viento. Éste ha
sido considerado en el capítulo 2 un factor que puede ser determinante dado que, de acuerdo a
las velocidades registradas, posee una energía que puede movilizar / sepultar selectivamente
ciertos tamaños de partículas artefactuales. Con esta idea en mente, podemos plantear la
siguiente hipótesis nula: los distintos patrones de distribución de tamaños registrados en SG3
y 4 son producto de la acción diferencial del viento (transporte y sepultamiento de artefactos).
De esta hipótesis podemos desprender las siguientes consecuencias observacionales (CO):
a) Ausencia de microartefactos.
b) Menor frecuencia relativa de las partículas artefactuales más finas registradas.
38
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 4
14
Cantidad de artefactos
12
10
8 SG3
6 SG4
4 Lineal (SG3)
2 Lineal (SG4)
0
-2 50 55 60 65 70 75 80 85 90 95 100 >100
-4
Tamaños (mm)
Como se observa, las tendencias registradas en ambos conjuntos al considerar las partículas
artefactuales mayores o iguales a 50 mm (es decir, de 45,1 a 50 mm) son similares. De este
modo, podemos concluir que las diferencias registradas en los patrones de distribución de
tamaños de partículas artefactuales en los loci analizados responden a la mayor acción de
procesos tafonómicos (la erosión eólica, fundamentalmente) en SG3, posiblemente vinculado
al menor reparo que ofrece este sector del espacio contra el viento.
Una línea de información independiente es la aportada por los restos óseos recuperados en el
locus SG4. Abundantes restos humanos y esqueletos de roedores articulados (Ctenomys sp.)
fueron descubiertos por un intenso proceso de erosión que no superaba los 12 meses al
momento de su recuperación (Martin et al. 2004). Los restos articulados de roedor son un
claro indicador de una poco prolongada exposición subaérea. Sin embargo, los estudios
tafonómicos de los restos humanos arrojaron un perfil de meteorización maduro (estadios 2, 3
y 4). Martin et al. (2004) señalan que esta evidencia implica la existencia de eventos previos
de exposición de los materiales.
A partir de esta nueva información, podemos agregar a nuestra conclusión previa que SG4
podría presentar una mayor preservación de la fracción fina como resultado de sucesos de
erosión y depositación de sedimentos relativamente rápidos, cuya duración y frecuencia
podrían estar relacionados con el mayor reparo que ofrece este sector de las dunas.
Si todo lo anteriormente planteado fuera correcto, debería resistir una contrastación del orden
tecnológico. Es decir, si SG3 y SG4 son conjuntos que exhiben diferencias en sus
39
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 4
y tamaños de SG3 (incluye las tres cuadrículas). Cuadro 4. Composición por tipos artefactuales
y tamaños de SG4 (incluye las tres cuadrículas).
Ahora examinemos el tamaño de los núcleos. En SG3 el 100% presenta tamaños mayores a
45,1 mm, mientras que en SG4 el 50% de los núcleos posee tamaños menores a 45,1 mm.
Hasta aquí no existe nada de lo observado que no pueda ser explicado como producto de la
mayor exposición de SG3.
Sin embargo, si este fuera el caso, los desechos en SG3 deberían exhibir un comportamiento
similar al de sus instrumentos y núcleos en cuanto a los tamaños. En SG3 los desechos con
tamaños superiores a 45,1 mm representan el 21% de la muestra. Por su parte, los desechos
de SG4 en esos mismos tamaños representan el 9% de la muestra. A diferencia de lo
observado para los instrumentos y núcleos, el patrón de distribución de los tamaños en los
desechos de SG3 es similar al de SG4. De hecho, la predominancia de los desechos de SG3
en tamaños inferiores a 45,1 mm (79%) nos impediría discutir la ausencia de esos mismos
tamaños entre los instrumentos y los núcleos de ese locus como efecto de algún proceso
tafónomico. De haber sido estos últimos los causales de las distribuciones de tamaños, su
efecto debería manifestarse indistintamente en instrumentos, desechos y núcleos.
40
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 4
El concepto de meteorización que utilizo para el estudio tafonómico de los materiales líticos
es de origen geológico (ver capítulo 2) y no es el empleado en la tafonomía ósea
(Behrensmeyer 1978). Como ha sido desarrollado en los lineamientos teóricos de esta tesis,
la meteorización de las rocas puede ser de dos tipos: física y química. De los procesos
involucrados en la meteorización física, me interesa particularmente explorar aquí la utilidad
de la corrasión (o abrasión eólica) para discutir la estabilidad e intensidad de exposición de los
artefactos, dado que ésta es un indicador inequívoco de exposición subaérea. Esto me parece
extremadamente pertinente dada la proveniencia de los materiales objeto de este trabajo
(contexto superficial en ambiente de dunas litorales activas). Dentro de los fenómenos
producto de la meteorización química, las pátinas también poseen un importante potencial
para los estudios tafonómicos líticos (Aschero et al. 1995, Franco 1993). Sin embargo,
considero que la diversidad y complejidad de su génesis (ver capítulo 2) requiere de mayores
estudios y experimentación antes de ser sistemáticamente utilizada en el análisis. En este
capítulo registro la presencia y extensión de pátina en las piezas analizadas para explorar su
comportamiento a nivel del conjunto.
El concepto de estabilidad como ha sido formulado para los estudios tafonómicos sobre
materiales óseos (Borrero 2004) posee un gran potencial para los estudios líticos. Como lo
expuse en la propuesta teórico – metodológica de esta tesis, considero que la evaluación de la
existencia o no de condiciones de estabilidad en un conjunto artefactual puede brindarnos
información sumamente útil para la reconstrucción de su historia de vida.
La estabilidad, como ha sido definida por Borrero (2004), no es una variable sino el resultado
del examen de varias de ellas simultáneamente en un mismo elemento. En el caso de los
materiales óseos, las variables consideradas son, por ejemplo, estadio de meteorización,
marcas de roedores, abrasión, completitud, etc. Aquí considero a la extensión y localización
de la abrasión eólica como las variables clave para analizar la existencia de condiciones de
estabilidad en la vida de un artefacto lítico, y de allí las características promediadas del
conjunto.
Como ya mencioné, la lenta descomposición de las rocas y su mayor resistencia a los
procesos de alteración física en relación a los orgánicos, necesita ser considerada al momento
de plantear el análisis tafonómico de un conjunto artefactual lítico. Para el caso de los
artefactos provenientes de dunas, utilizo a la corrasión para evaluar la existencia de
estabilidad en los conjuntos, puesto que considero que el viento es el principal agente
tafonómico en el contexto geomorfológico del que provienen los materiales objeto de esta
tesis, así como también el que tiene mayores posibilidades de dejar su impronta sobre ellos en
un lapso cronológico geológicamente pequeño.
41
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 4
Como puede apreciarse en los cuadros 5 y 6, los conjuntos de SG3 y 4 presentan perfiles de
estabilidad medios. Entre los artefactos de ambos loci la categoría más representada es 3
(abrasión completa) y algunas de las combinaciones con las categorías de extensión para
pátina (3.a, 3.b, 3.c y 3.d). Ello implica que las piezas permanecieron, al menos, en dos
posiciones y sus superficies estuvieron completamente expuestas por lapsos lo
suficientemente prolongados como para que los procesos tafonómicos dejaran una impronta
perceptible. Insisto aquí en que las categorías planteadas codifican lo registrado sobre las
piezas (y no necesariamente todos los procesos que afectaron a los materiales).
42
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 4
fueron recolectados el locus era entonces una concentración mucho más pequeña en extensión
a la observada en 1999 (Borrero com. pers.). Esto señala que la erosión de la hoyada se
encontraba aún en progreso, destapando a su paso una concentración de materiales de mayor
tamaño a la registrada en 1995 (Borrero com. pers.). Mis propias observaciones de las
muestras artefactuales líticas recolectadas en 1999 (y no incluidas en esta tesis) coinciden con
los resultados de los estudios de Martin et al. (op. cit.) sobre los restos óseos, ya que las
intensidades de abrasión y pátina registradas en esos artefactos no se corresponden con los
esperables sobre materiales líticos expuestos por el lapso de un año (o menos) y no difieren de
las presentes en los artefactos recogidos de las cuadrículas aquí estudiadas. De hecho, si
observamos cuál es la siguiente categoría en importancia en lo que respecta a la extensión de
la abrasión, encontramos que la categoría 1 (abrasión completa de una sola cara), y sus
combinaciones con las categorías para extensión de pátina, es la que ocupa el segundo lugar
en importancia. Esta categoría se corresponde con los registros de mayor estabilidad y se
vincula a la exposición subaérea en una posición predominante a lo largo de la vida del
artefacto. Esta situación podría ser propiciada por sucesivas exposiciones temporalmente
pequeñas que redujeran las posibilidades de que se modificara su posición. Considerando el
alto dinamismo de las dunas activas en ambos loci, las observaciones aportadas por los
estudios tafonómicos sobre materiales óseos en SG4 y los datos acerca de los patrones de
meteorización sobre artefactos aquí presentados, me inclino a considerar como la explicación
más plausible para la formación de los conjuntos de SG3 y 4 aquella que postula sucesivos
eventos de erosión y depositación de la matriz arenosa.
Ext. W Cuad 1 Cuad 2 Cuad 3
0 5 (13,16%) 2 (5,26%) 0 (0%) Estabilidad en SG3
1 2 (5,26%) 2 (5,26%) 3 (6%)
1.a 4 (10,53%) 1 (2,6%) 6 (12%) 30
2.b 2 (5,26%) 0 (0%) 1 (2%)
25
3 16 26 24
(42,11%) (68,42%) (48%) 20 Cuad 3
3.a 3 (7,89%) 0 (0%) 4 (8%) 15
Cuad 2
3.c 6 (15,79%) 7 (18,42%) 11 (22%) 10
E 0 (0%) 0 (0%) 1 (2%) Cuad 1
5
Total 38 (100%) 38 (100%) 50 (100%)
0
Cuadro 5: Categorías de 0 1 1.a 2.b 3 3.a 3.c e
extensión de meteorización
registradas en las tres Gráfico 18: Distribución de categorías de extensión de
cuadrículas de SG3. meteorización registradas en cada cuadrícula de SG3.
43
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 4
Referencias de cuadros 5 y6: 0) no registra pátina o abrasión; 1) abrasión total en una cara; 1.a) abrasión y
pátina total en una misma cara; 1/a) abrasión total de una cara y pátina total en la otra cara; 1.c) abrasión
total de una cara y pátina total en ambas caras; 2.b) abrasión y pátina parcial en una misma cara; 2.d)
abrasión parcial de una cara y pátina total en una cara y parcial en la otra; 3) abrasión total de la pieza; 3.a)
abrasión total de la pieza y pátina total en una cara; 3.b) abrasión total en ambas caras y pátina total en una
cara; 3.c) abrasión y pátina total de la pieza; c) pátina total en ambas caras de una pieza; e) pátina parcial en
ambas caras de una pieza.
Las seis cuadrículas analizadas presentan entre el 65 y 90% de sus piezas con evidencia de
abrasión en toda la superficie (cuadros 5 y 6). Esto nos indica que la mayoría de las piezas
han sido movilizadas y/o desplazadas desde su depositación inicial. Las piezas que presentan
abrasión total de su superficie en SG3 poseen tamaños de 15 a 100 mm. Las piezas de SG4,
por su parte, exhiben para la misma categoría tamaños de 10 a 100 mm.
La segunda categoría más representada entre los artefactos de SG3 y 4 es abrasión total de
una cara. En términos generales, la frecuencia relativas de piezas en esta categoría en cada
conjunto no difieren significativamente entre sí. Las piezas que presentan abrasión total de
una cara en SG3 poseen tamaños de 20 a 80 mm. Las piezas de SG4, por su parte, exhiben
para la misma categoría tamaños de 15 a 50 mm.
Este resultado es coherente y esperable para un ambiente dinámico como lo son las dunas
activas de la localidad Los Chorrillos. Por el momento, podemos postular a la dinámica de la
geoforma como la causa más económica para explicar este fenómeno. La matriz sedimentaria
es movilizada muy frecuentemente, lo que produciría el desprendimiento y deslizamiento del
material artefactual desde su posición inicial en la estratigrafía y/o superficie de la duna bajo
erosión. Por otra parte, la presencia de la categoría abrasión total sobre una cara, segunda en
importancia, y su ocurrencia sobre piezas con un rango de tamaños menores al observado
entre las piezas totalmente abradidas apoyaría las observaciones de Wandsnider (1989) sobre
la mayor rapidez de sepultamiento (y por ello menores posibilidades de modificar su posición)
de las piezas pequeñas. Sin embargo, la presencia de tamaños pequeños (15 y 20 mm)
también entre las piezas con abrasión total de su superficie podría estar dando cuenta de la
presencia de otros agentes involucrados en la producción de los patrones observados en los
conjuntos.
Los siguientes gráficos (20 – 27) muestran la distribución de los estadios de meteorización
registrados en los materiales de cada cuadrícula. Se consideró para cada artefacto el estadio
más avanzado de meteorización registrado en su superficie sin tener en cuenta su frecuencia
relativa sobre la misma.
SG3 cuadrícula 1
W -3 W -0
25 18% 0% W -1
Cantidad de
artefactos
20 33%
15
10
5
0 W -2
W -0 W -1 W -2 W -3 49%
Estadios de W (0 -3)
44
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 4
SG3 cuadrícula 2
30 W -3 W -0
Cantidad de
artefactos
18% 3% W -1
20
30%
10
0 W -2
W -0 W -1 W -2 W -3 49%
Estadios de W (0 - 3)
Grafico 21. Distribución de los máximos estadios de meteorización registrados en las piezas de la
cuadrícula 2 de SG3.
SG3 cuadrícula 3
W -3 W -0
30 12% 0%
Cantidad de
25
artefactos
20
W -1
15 W -2
10 51%
37%
5
0
W-0 W -1 W -2 W -3
Estadios de W (0 - 3)
Grafico 22. Distribución de los máximos estadios de meteorización registrados en las piezas de la
cuadrícula 3 de SG3 .
Cantidad de artefactos
30
25
20 SG3 cuad 1
15 SG3 cuad 2
10 SG3 cuad 3
5
0
W-0 W -1 W-2 W-3
Estadios de W (0 - 3)
Grafico 23. Distribución comparativa de los máximos estadios de meteorización registrados en las piezas
de las tres cuadrículas de SG3 .
Nota: los gráficos precedentes no incluyen artefactos que no poseen una superficie diagnóstica (ej: percutores y yunques)
Las tres cuadrículas de SG3 tienen una distribución similar de estadios de meteorización,
dentro de los que predomina el estadio 2. Sin embargo, a primera vista observamos que la
cuadrícula 3 posee un mayor número de piezas que registran el estadio 1 como el más
avanzado. Esto implica que los materiales de esta cuadrícula registran un menor grado de
exposición subaérea. Entre los artefactos en estadio 1 se destaca la presencia de cinco (71%)
de las siete lascas de adelgazamiento bifacial identificadas en esta cuadrícula. Todos los
ejemplares de este tipo de lascas en el estadio 1 tienen un espesor de 2 mm y un tamaño de
entre 30 y 40 mm. Aún cuando su espesor y tamaño las ubicaría entre las más frágiles ante un
evento de pisoteo, sólo una de las cinco lascas está fracturada. Por otra parte, sólo se
identificaron una y dos lascas de adelgazamiento bifacial en las cuadrículas 1 y 2,
respectivamente. Asimismo, la cuadrícula 3 es la única de SG3 que tiene artefactos con
tamaños entre 10,1 y 15 mm (gráfico 3, acápite 4.2.1). Las diferencias tecnológicas así como
las características de este subconjunto vinculados a una menor exposición, me inclina a
proponer que en el sector donde se recolectaron los materiales de esta cuadrícula se habrían
45
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 4
realizado actividades de talla en un momento más reciente que el registrado en promedio por
los materiales recuperados en las restantes cuadrículas de SG3.
SG4 cuad 1e
W-3 W-0
6% 1%
W-2
Cantidad de
120 22%
artefactos
100
80
60
40 W-1
20 71%
0
W -0 W -1 W -2 W -3
Estadios de W (0 - 3)
Grafico 24. Distribución de los máximos estadios de meteorización registrados en las piezas de la
cuadrícula 1e de SG4.
SG4 cuad 2e
W -3 W-0
30 9% 5%
Cantidad de
artefactos
W -1
20 33%
10
W- 2
0 53%
W -0 W -1 W- 2 W -3
Estadio de W (0 - 3)
Grafico 25. Distribución de los máximos estadios de meteorización registrados en las piezas de la
cuadrícula 2e de SG4.
SG4 cuad 3e
Cantidad de artefactos
W-3 W-0
40 16% 0%
30
20 W-1
50%
W-2
10 34%
0
W -0 W -1 W -2 W -3
Estadios de W (0 - 3)
Grafico 26. Distribución de los máximos estadios de meteorización registrados en las piezas de la
cuadrícula 3e de SG4.
140
Cantidad de artefactos
120
100 Cuad. 1e
80 Cuad. 2e
60 Cuad. 3e
40
20
0
W -0 W -1 W -2 W -3
Estadios de W (0 - 3)
Grafico 27. Distribución comparativa de los máximos estadios de meteorización registrados en las piezas
de las tres cuadrículas de SG4 .
Nota: los gráficos precedentes no incluyen artefactos que no poseen una superficie diagnóstica (ej: percutores y yunques)
46
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 4
Los cuadros 7 y 8 informan los estadios de meteorización registrados por materia prima en
cada loci. Como puede observarse en ellos, la dacita es la roca dominante en ambas muestras,
seguida en importancia por el basalto. Una comparación estricta de los estadios de
meteorización registrados por materia prima me permite controlar que las diferencias
observadas en el grado de abrasión registrado en SG3 y 4 no sean producto de la participación
diferencial de rocas con características texturales y composicionales disímiles en ambos
conjuntos.
SG3 W -0 W -1 W –2 W -3 Tota l
0 1 3 3 7
Andesita 0% 14,29% 42,86% 42,86%
0 4 1 2 7
Basalto 0% 57,14% 14,29% 28,57%
1 43 53 11 108
Dacita 0,92% 39,81% 49,07% 10,19%
Pórfido
dacítico 0 0 2 1 3
Dacita con
foliación 0 0 0 1 1
Sílice 0 1 0 1
Sedimentaria 0 0 0 1 1
Riolita 0 1 0 0 1
Limolita 0 1 0 0 1
Filita 0 0 1 1 2
Total 1 51 60 20 132
Cuadro 7: Estadios de meteorización por materia prima en SG3.
SG4 W -0 W -1 W -2 W - 3 Total
0 1 3 0
Andesita 0% 25% 75% 0% 4
0 32 11 2
Basalto 0% 71,11% 24,44% 4,44% 45
4 128 52 14
Dacita 2,02% 64,65% 26,26% 7,07% 198
Pórfido
dacítico 0 4 0 0 4
Sílice 0 1 3 0 4
Riolita
foliada 0 0 1 0 1
Xilópalo 0 0 0 1 1
Total 4 166 70 17 257
Cuadro 8: Estadios de meteorización por materia prima en SG4.
Nota: los cuadros precedentes no incluyen artefactos que no poseen una superficie diagnóstica (ej: percutores y yunques)
Dada la predominancia de las dacitas en ambos conjuntos (SG3= 81% y SG4= 76,5%),
considero que es pertinente detenernos en su análisis. Partiendo de la base de que las piezas
3
Me refiero aquí sólo a los desechos menores a 15 mm.
47
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 4
Sin embargo, el perfil de meteorización de los artefactos de basalto en SG3 presenta una curva
bimodal (gráfico 28). Como lo mencionara en la página 34, la cuadrícula 3 de SG3 posee una
muestra con un tamaño levemente mayor al observado en las cuadrículas 1 y 2 del mismo
locus. La cuadrícula 3 presenta un mayor número de artefactos en el estadio 1 y, entre ellos,
abundan las lascas de adelgazamiento bifacial. Asimismo, presenta una fracción de tamaño
(10,1 a 15 mm) ausente en las cuadrículas restantes de SG3. Recuerdo estos datos puesto que
el 50% de los artefactos de basalto en el estadio 1 son lascas de adelgazamiento bifacial. De
hecho, son las únicas lascas de este tipo registradas en SG3 en basalto. Por lo tanto, es posible
proponer como causa de la distribución modal de los estadios de meteorización observada
entre los artefactos de basalto la depositación posterior de esas lascas de adelgazamiento
bifacial. Estas últimas serían resultado de un evento de reducción bifacial llevada a cabo en el
locus con posterioridad al momento de depositación promedio registrado entre los artefactos
del conjunto. De esta manera, el estudio de las intensidades de abrasión estarían dando cuenta
de la reocupación del espacio denominado SG3.
SG4
40% SG3
40%
SG4
20%
20%
0%
0%
W-0 W -1 W-2 W-3
W-0 W-1 W-2 W-3
Estadio de W Estadio de W
Grafico 28. Distribución comparativa de los máximos estadios de meteorización registrados por materia
prima en SG3 y SG4.
48
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 4
Por lo tanto, el análisis los registros de abrasión sobre los artefactos de dacita, basalto y
andesita indica, en términos generales, un grado menor de exposición subaérea en los
materiales de SG4.
Como lo planteara al comienzo de este capítulo, los estadios de meteorización podrían dar
cuenta de la variabilidad presente hacia el interior de la categoría 3 (presencia de abrasión en
toda la superficie de un artefacto) que registra la ausencia de condiciones de estabilidad en los
conjuntos. Al cruzar los datos, observo que aproximadamente el 58% de las piezas de SG3
con abrasión total de su superficie exhiben estadios de meteorización diferentes sobre sus
caras. En SG4, en cambio, sólo el 23% de los artefactos en esta categoría presentan estadios
de meteorización distintos en sus caras, predominando aquellos que poseen iguales
intensidades de abrasión en toda su superficie. Estos datos, sumados a la mayor abundancia
de estadios avanzados de meteorización entre los materiales de SG3, implicarían que los
materiales de SG4 agrupadas en la categoría 3 tuvieron una vida menos estable que los
mismos en SG3. Es decir, aún cuando los perfiles de estabilidad inferidos a partir de las
categorías de extensión de abrasión estén dando cuenta de historias similares, la menor
exposición registrada en promedio por los artefactos de SG4 paradójicamente se corresponde
con condiciones de menor estabilidad que imposibilitaron el registro de posiciones “más
estables” a lo largo de la vida de las piezas.
4.2.2.3 La reclamación
49
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 4
En el caso de los materiales aquí analizados, las intensidades diferenciales de abrasión eólica
registradas4 en los materiales son considerados el factor clave y más seguro para poder
considerar de modo inequívoco, a los artefactos que las presenten, evidencia de una conducta
de reclamación5. Las implicaciones tecnológicas de la presencia de piezas retomadas son
desarrolladas en los capítulos siguientes. A continuación, el cuadro 9 informa las frecuencias
relativas y absolutas de artefactos con evidencia de actividades de reclamación.
Nota: no se incluyen artefactos que no poseen una superficie diagnóstica (ej: percutores y yunques)
Cuadro 9: Cantidad de piezas que presentan o no evidencia de reclamación.
Las tasas de reclamación presentes en ambos sitios nos estarían informando no solamente
sobre un tipo de actividad en apariencia bastante difundido sino – y por ello es relevante para
este capítulo – sobre la visibilidad diferencial que ambos conjuntos debieron tener en el
pasado para que los habitantes de la costa pudieran hacer uso de algunos de los artefactos que
los componían (Camilli y Ebert 1992). A partir de esta información puedo concluir que, a
pesar del destape reciente registrado para SG4, la evidencia de actividades de reclamación en
los materiales de este locus sustenta la explicación derivada de otras líneas de evidencia que
señala la exposición reiterada del conjunto en el pasado. Por otra parte, la intensidad diferente
de reclamación registrada en ambos conjuntos podría considerarse un indicador de
disponibilidad y, por ende, visibilidad diferencial de los mismos. Es decir, la mayor tasa de
reclamación registrada en SG3 podría estar indicando que el tiempo que estuvieron expuestos
los materiales fue mayor en este locus, pudiendo estar disponibles o “visibles”durante más
tiempo que los de SG4.
4
Como ha sido explicado en el capítulo 2, sólo serán consideradas evidencia de actividades de reclamación
aquellas piezas que presenten intensidades de meteorización distintas en una misma cara y cuyos límites
coincidan perfectamente con los del negativo de lascado.
5
En términos de Schiffer (1987) son aquellos artefactos que salieron desde el contexto sistémico hacia el
contexto arqueológico para luego ser reincorporados en el sistema conductual.
50
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 4
conjunto de desechos6. Esto provee una estimación mínima dado que, en la mayoría de los
casos7, la extracción de una lasca origina un único talón.
Hiscock (2002) ha construido el índice MNF (número mínimo de lascas). Este índice busca
dar también una estimación mínima pero considerando los fragmentos más representados
definidos por pares (distal/proximal, longitudinal izquierdo/longitudinal derecho) y por
cuartos (proximal derecho, proximal izquierdo, distal derecho y distal izquierdo). De este
modo, aspira a dar mejor cuenta de los artefactos representados.
Aquí compararé (cuadros 10 y 11) las estimaciones de abundancia de los desechos de ambos
loci según el método que denominaré standard (Franco 2002) y el MNF.
N° de desechos Estimación standard MNF 8
Indice de fragment.
SG3 cuadrícula 1 23 13 17 8,69%
SG3 cuadrícula 2 31 13 15 19,35%
SG3 cuadrícula 3 40 19 22 7,5%
SG3 (Total) 94 45 (47,87%) 54 (57,45%) 11,57%
Entre paréntesis, el porcentaje que representa la estimación en cada caso con respecto al total de los desechos contabilizados.
Cuadro 10. Estimación de abundancia artefactual según método standard y MNF, y el índice de
fragmentación por cuadrícula y por el total de la muestra de SG3.
Recordemos que el cálculo del MNF en cada caso incluye las lascas enteras y los fragmentos
transversales (distales o proximales) y los longitudinales (izquierdos o derechos) más
numerosos. No se han identificado desechos representando la categoría de los cuartos
(proximal derecho, proximal izquierdo, distal derecho y distal izquierdo) en la muestra de
ninguno de los loci.
Como puede observarse en los cuadros 10 y 11, la estimación del MNF es más alta que la
arrojada por el método standard. A modo de control independiente, he revisado las piezas
fracturadas considerando las características macroscópicas de sus materias primas. El
número relativamente pequeño de la muestra me permitió hacer esta evaluación independiente
y el resultado fue que ninguno de los fragmentos distales, en los casos en que se los utilizó
para el cálculo del MNF, presentaba materias primas similares o posibilidades de remontaje
con fragmentos proximales. Sin embargo, la presencia de fragmentos longitudinales que
remontaban con piezas pertenecientes a otras cuadrículas me alertó sobre el riesgo de utilizar
el MNF calculado por cuadrícula, ya que si en una de ellas los fragmentos longitudinales más
representados eran los izquierdos y en otra los derechos podría suceder que se contara dos
6
La categoría desechos incluye aquí a los subproductos de la actividad de talla que no presentan rastros
macroscópicos que den cuenta de su utilización a posteriori de la extracción que les dio origen. Los núcleos
quedan excluidos de esta categoría.
7
Si bien podemos asumir que generalmente cada lasca extraída consta sólo de un talón y bulbo, es importante
tener en mente que existen lascas con más de un talón y bulbo. Estas son generalmente producto de golpes
previos insuficientes para lograr la extracción, pero que lograron imprimir los atributos de la percusión en la
pieza. En estos casos, un nuevo golpe - que origina el segundo talón y bulbo - destacan finalmente la pieza.
8
El índice de fragmentación ha sido calculado dividiendo el número de lascas fragmentadas con talón sobre el
número total de los desechos (Franco 2002).
51
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 4
veces una misma pieza9 (lo mismo sucedería con fragmentos distales y proximales si no fuera
posible realizar un control utilizando las materias primas). Por ello, he calculado el MNF
para el total de la muestra de cada locus (el cuadro 12 muestra los resultados). Como puede
observarse, la estimación standard es insensible a los cambios de escala o cálculos parciales y
su posterior suma, dado que sólo implica contar piezas con talones enteros. A diferencia de
éste, el MNF posee un alto riesgo de sobredimensionar la abundancia original de la muestra si
se hacen en un mismo conjunto cálculos parciales (por ejemplo, el MNF por cuadrícula, aún
cuando se realice por cada materia prima presente en ella) y luego se los suma (ver diferencias
entre cuadros 10, 11 y 12). Por lo tanto, creo que la estimación brindada por el MNF puede
considerarse más adecuada (por ser una estimación más elevada) para el estudio total de los
materiales recolectados en un locus. Dado los problemas planteados con los cálculos parciales
de MNF será muy recomendable, en caso de aplicar este índice MNF a una muestra A,
realizar el cálculo nuevamente en caso de incorporarse nuevos materiales B a la muestra. Es
decir, no sería seguro calcular el MNF para la muestra B y sumar su resultado con el MNF
obtenido para la muestra A. Por el contrario, para proceder de un modo seguro, será preferible
unificar las bases de datos de ambas muestras y recalcular el MNF para la nueva muestra
disponible (A+B) sin realizar sumas parciales. Si, en cambio, quisieran evaluarse grados de
fragmentación por unidades de muestreo (como en este caso, las cuadrículas), la aplicación del
método standard será sin duda la opción más adecuada y segura.
Tivoli ha aplicado el índice MNF y el método propuesto por Bellelli et al. (1985) a la muestra
de microdesechos de dos capas del sitio Cerro de los Indios 1. En este caso, ella realizó los
cálculos de abundancia original separadamente por materia prima. Hasta el momento, los
resultados que ha obtenido con los dos métodos no difieren (Tivoli, com.pers.).
N° de desechos Estimación standard MNF
SG3 94 45 (47,87%) 51 (54,25%)
SG4 232 135 (58,18%) 145 (62,5%)
Entre paréntesis, el porcentaje que representa la estimación en cada caso con respecto al total de los desechos contabilizados.
Cuadro 12. Estimación de abundancia artefactual de SG3 y SG4.
Como puede observarse en los cuadros 10 y 11, los desechos de SG4 se encuentran más
fragmentados. Las causas del estado de fragmentación de los conjuntos pueden ser diversas,
involucrando tanto los procesos de manufactura como a los tafonómicos. La dificultad en la
identificación de fracturas producidas por cada uno de ellos (sólo las cone split fractures
pueden ser inequívocamente señaladas como de manufactura) complejiza aún más la
discusión.
El gráfico 30 exhibe la distribución por tamaño y espesor de las lascas enteras de SG3 y 4.
Como puede observarse en él, el extremo de la línea de tendencia de SG4, representando los
mayores tamaños, se aproxima levemente al eje de las x, lo que indica la existencia de un
mayor número de piezas con espesores más delgados en esos tamaños que lo registrado en
9
Este problema es el que en arqueozoología se denomina telescopización (Lyman 1994).
52
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 4
SG3. En el caso de SG3, la tendencia se acerca a la línea Eq, representando el ideal ecuante
(Zingg 1935) o con menor potencial para la fragmentación.
Gráfico 30. Comparación de las tendencias exhibidas por los desechos enteros de SG3 y 4 con la línea Eq.
Esto significa que los desechos enteros de SG4 presentan aún un mayor potencial para la
fragmentación que lo exhibido por la línea de tendencia de los mismos en SG3. Esto podría
estar indicando que una de las causas del mayor índice de fragmentación observado entre los
desechos de SG4 sería resultado de las características morfológicas del conjunto.
En este apartado evalúo los índices de fragmentación por materia prima. Asimismo, realizo el
cálculo de la abundancia original por materia prima utilizando las metodologías standard y
MNF. El problema planteado en el acápite anterior sobre el mayor potencial del MNF para el
sobredimensionamiento de la abundancia original si se realizan cálculos parciales y a
posteriori se los suma, es también válido para el caso de la abundancia original por materia
prima. Esto significa que si se calcula el MNF para una muestra de, por ejemplo, basalto
proveniente de un locus, deberá recalcularse el MNF si posteriormente se recolectan o agregan
nuevas muestras de artefactos en esta materia prima. La suma de los MNF parciales (por
ejemplo, realizados sobre la primer muestra de basalto y, separadamente, sobre la segunda
muestra de esta materia prima) presenta el riesgo de sobredimensionar la abundancia original.
Como lo muestra el cuadro 13, los desechos en dacita se encuentran más fragmentados en
SG4. Cuando observamos la distribución de acuerdo a espesor y tamaño de los desechos
enteros en esta materia prima en ambos loci, notamos que la línea de tendencia de SG4 se
acerca levemente al eje de las x, mientras que la de SG3 lo hace hacia la línea Eq. Por otra
parte, la línea de tendencia de SG4 no alcanza los tamaños mayores que sí se encuentran
representados en SG3. Por lo tanto, es posible sugerir que el mayor estado de fragmentación
observado en las dacitas de SG4 es producto de la morfología de sus lascas, que en apariencia
habrían sido más frágiles que las de SG3 (espesores menores, tamaños mayores).
53
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 4
Entre paréntesis, el porcentaje que representa la estimación en cada caso con respecto al total de los desechos contabilizados.
Cuadro 13. Estimación de abundancia original e índice de fragmentación de los desechos en dacita de SG3
y SG4.
Dacita
SG3 ent eras
75 Linea Eq
70 SG4 ent eras
65
60 Lineal (SG3 ent eras)
55 Lineal (SG4 ent eras)
Espesor (mm)
50
45
40
35
30
25
20
15
10
5
0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80
Tam año (m m )
Gráfico 31. Comparativa de distribución de los desechos enteros de dacita en SG3 y SG4. Se grafican
líneas de tendencias (lineal).
En el cuadro 14 se puede observar que el índice de fragmentación del basalto en SG4 alcanza
un valor similar a lo observado en el mismo locus para la dacita. Para SG3, el tamaño de la
muestra no permite calcular el índice de fragmentación.
BASALTO N° de desechos Estimación standard MNF Indice de
Fragmentación
SG3 5 2 (40%) 2 (40%) N/C*
SG4 41 21 (51,22%) 21 (51,22%) 21,95%
Entre paréntesis, el porcentaje que representa la estimación en cada caso con respecto al total de los desechos contabilizados.
* No se registran lascas fracturadas con talones enteros. Sólo se identificaron desechos indiferenciados y lascas enteras.
Cuadro 14. Estimación de abundancia original e índice de fragmentación de los desechos en basalto de
SG3 y SG4.
SG3 enteras
Basalto Linea Eq
SG4 enteras
35 Lineal (SG3 ent eras)
30 Lineal (SG4 ent eras)
25
Espesor (mm)
20
15
10
5
0
-5 0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75
Tam año (m m )
Gráfico 32. Comparativa de distribución de los desechos enteros de basalto en SG3 y SG4. Se grafican
líneas de tendencias (lineal).
En el gráfico 32, las tendencias delineadas por las piezas recuperadas en ambos conjuntos son
bastantes diferentes. Si bien es probable que la misma sea efecto del tamaño de la muestra de
SG3, es notable que las lascas de ese locus no superen los 35 mm de tamaño y el espesor de
todos los ejemplares recuperados sea 2 mm. En este sentido, el gráfico 32 estaría sugiriendo
que las actividades de talla llevadas a cabo sobre basalto en SG3 produjeron lascas con una
morfología que las haría extremadamente frágiles (lascas de adelgazamiento bifacial, por
54
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 4
ejemplo) y por ello no se habrían recuperado lascas enteras con tamaños superiores a 35 mm,
posible umbral de tamaño para las lascas de 2 mm sujetas a procesos tafonómicos (por
ejemplo, pisoteo). Esta hipótesis deberá ser evaluada en el capítulo siguiente, donde realizo el
análisis tecnológico de los conjuntos.
Por último, el cuadro 15 informa el índice fragmentación para la andesita. Al igual que
sucediera con el basalto, el tamaño y estado de la muestra no permite que este índice pueda ser
calculado para la muestra de SG3. Sin embargo, en SG4 es la materia prima con mayor índice
de fragmentación, aunque es muy posible que el tamaño de la muestra esté sesgando estos
resultados. En cuanto a la distribución de espesores y tamaños de las lascas enteras en los
loci, sólo se ha recuperado una lasca secundaria (50 por 56 por 11 mm) en SG3 y una primaria
42 por 35 por 8 mm) en SG4 , lo que impide la visualización de tendencia alguna para discutir
el potencial para la fragmentación de los desechos en esta materia prima.
ANDESITA N° de desechos Estimación standard MNF Indice de
Fragmentación
SG3 4 1 (25%) 3 (75%) N/C*
SG4 3 2 (66,66%) 3 (100%) 33,33%
Entre paréntesis, el porcentaje que representa la estimación en cada caso con respecto al total de los desechos contabilizados.
* No se registran lascas fracturadas con talones enteros.
Cuadro 15. Estimación de abundancia original e índice de fragmentación de los desechos en andesita de
SG3 y SG4.
10
La mayor fragilidad de algunas materias primas (ej. obsidiana) facilitaría el proceso de fragmentación.
11
Cuanto más alto sea el valor de la relación eje mayor:espesor, mayor será el potencial de esa pieza para la
fragmentación.
55
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 4
El análisis de los estadios de meteorización observados señalan una mayor exposición del
conjunto artefactual de SG3. Asimismo, las evidencias de reclamación entre los materiales de
SG4 parecen ser bastante más escasas que las presentes en SG3, a pesar de que el tamaño de la
muestra de SG4 asciende al doble de la recuperada en SG3. Esto, como fue notado más
arriba, también daría cuenta de una menor exposición del conjunto que habría implicado una
menor disponibilidad de los artefactos para ser “carroñeados” por los pobladores de este área.
Sin embargo, el análisis de los estadios de meteorización (intensidades de abrasión) junto con
la categoría 3 (sin estabilidad) señaló que las piezas de SG4 en esta categoría tuvieron una
vida menos estable que las de SG3.
Los datos cronológicos disponibles, por su parte, indican que SG3 poseería una antigüedad
unos 600 años mayor que SG4. Teniendo en cuenta los datos anteriores, este tiempo puede
resultar significativo para explicar la generación de patrones de origen natural (abrasión
eólica) y culturales (reclamación).
56
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 4
Los patrones tafonómicos identificados en los materiales analizados sugieren una formación
acrecional de los conjuntos arqueológicos estudiados. La misma puede ser explicada, como
ha sido propuesto por Borrero (1986) para sitios costeros del norte de Tierra del Fuego en
general, en términos de una intensa reocupación de la localidad en el pasado.
El argumento que sostiene que los materiales de SG4 han sufrido, en promedio, una menor
exposición que los provenientes de SG3 es sustentado por las diferentes variables examinadas
en este capítulo. Sin embargo, el perfil de meteorización 12 de este conjunto no permite
sostener, al igual que lo han señalado Martin et al. (2004) para los restos óseos, que el mismo
sea resultado de una exposición subaérea reciente sino producto de múltiples eventos de
exposición-sepultamiento. A partir de los datos aquí analizados, considero que ambos
conjuntos han sido afectados por procesos tafonómicos similares (erosión eólica y pisoteo
animal y antrópico, fundamentalmente). Sin embargo, las intensidades de los efectos
registradas en los materiales provenientes de los dos loci difieren. Es posible explicar esta
diferencia como consecuencia de distintos rangos cronológicos, mayor intensidad de
reocupación y/o condiciones microambientales diferentes, vinculadas éstas últimas a la
presencia de un mayor reparo en SG4. En el acápite 4.2.1 he optado por la tercer explicación
para dar cuenta de la mayor presencia de las fracciones artefactuales más pequeñas en SG4.
Asimismo, si SG4 siempre ha sido más reparado, debería haber sido también el más
favorecido para la concurrencia de guanacos. Como lo he discutido en el acápite 4.2.3, la
fragmentación y densidad artefactual registradas en SG4 son mayores a las de SG3. Es
posible explicar la mayor fragmentación de SG4 como consecuencia de mayores actividades
de pisoteo así como también como resultado de las características morfológicas de los
desechos. Cuando consideramos los estadios de meteorización registrados en los materiales
de SG4 encontramos que registran un menor grado de exposición. Esto nos indica que la
fragmentación no es en este caso una variable únicamente dependiente de la exposición y, por
ende, no se vincula exclusivamente a la mayor antigüedad del depósito. Por otra parte, la
menor estabilidad registrada entre los materiales en la categoría 3 (abrasión total de la
superficie artefactual, ver capítulo 1, cuadro 1) de SG4 no podría explicarse como producto de
procesos naturales. La mayor fragmentación y la menor estabilidad registrada en los
12
Entendiendo éste como la distribución de estadios de meteorización en las piezas de un conjunto.
Recordemos que los estadios de meteorización han sido definidos en base a intensidades de corrasión
únicamente.
57
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 4
De este modo, considero que SG4 promedia efectivamente un lapso temporal más reducido
que SG3. Los conjuntos artefactuales de ambos loci difieren en los grados y no en el tipo de
procesos tafonómicos que los afectaron. En el próximo capítulo analizo tecnológicamente los
materiales y evalúo si existen variaciones asignables a diferencias cronológicas. Así
planteados, los estudios tafonómicos de materiales líticos constituyen una vía independiente
en la investigación arqueológica para la generación y evaluación de hipótesis con
implicaciones conductuales.
58
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
Capítulo 5:
El análisis tecnológico de los loci San Genaro 3 y 4
En este capítulo se realiza el análisis tecnológico de los artefactos líticos que componen las
muestras recolectadas en ambos loci en 1995. Asimismo, se evalúan las características de
cada conjunto que quedaron planteadas a partir del análisis tafonómico realizado en el
capítulo anterior. El estudio de los materiales, desde la perspectiva de la tecnología, nos
permite acercarnos a las decisiones tomadas por los individuos en el pasado. El propósito de
este capítulo es evidenciar similitudes y/o diferencias en las decisiones humanas que
originaron cada conjunto artefactual.
Como ya mencioné, en este locus se recolectaron los materiales líticos provenientes de tres
cuadrículas de 25 m2 cada una (75 m2 en total). La muestra está compuesta por 136 artefactos
y presenta una densidad promedio de 1,81 artefactos por metro cuadrado. El cuadro 14
informa la composición de los conjuntos artefactuales recolectados (cantidad y frecuencia
relativa en cada caso).
En el cuadro 14 puede observarse que en todas las cuadrículas predominan los desechos. El
porcentaje de núcleos es similar en todas las muestras, alcanzando valores de 2 y 5%. La
frecuencia relativa de instrumentos oscila entre 19 y el 35%. Aún cuando la muestra
recuperada de la cuadrícula 1 es la más pequeña, es ésta la que posee en términos absolutos y
relativos más instrumentos.
La dacita fue la roca más utilizada (80% de la muestra, aproximadamente) (cuadro 15). Otras
rocas, como basalto, andesita, filita y riolita - en frecuencias menores - completan la muestra.
La dacita es una roca de calidad variable. El conjunto presenta materiales de calidad muy
buena (56%), buena (35%) y - en menor proporción – excelente, regular y mala para la talla
59
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
(cuadro 16). La presencia de desechos en rocas de calidad regular y mala en un sitio cercano
a una fuente de materia prima de fácil acceso y abundantes rocas de muy buena calidad
(Franco y Borrero 1999) es interesante para discutir el rol de esta variable (calidad para la
talla) en las actividades destinataria de los instrumentos producidos.
Calidad para la talla / (1) (2) (3) (4) (5) (6)
Mate ria prim a Qty % m ate ria prim a EX MB+ MB B R M Total
Andesita 7 5,15 Andesita 1 5 1 7
Basalto 7 5,15 Basalto 5 2 7
Dacita 109 80,15 Dacita 2 7 59 37 4 109
Esquisto 1 0,74 Esquisto 1 1
Filita 2 1,47 Filita 1 1 2
Limolita 1 0,74 Limolita 1 1
Pórfido dacítico 3 2,21 pórfido dacítico 3 3
Riolita 1 0,74 Riolita 1 1
Sedimentaria 2 1,47 Sedimentaria 2 2
Sílice 1 0,74 Sílice 1 1
No determinada 2 1,47 No determinada 2 2
Total 136 100,00 Total 2 8 68 47 8 3 136
Cuadro 15. Composición por materia prima de la Cuadro 16. Calidades para la talla por materia
muestra.
prima.
5.1.1 Núcleos
El tipo de terminación de las lascas extraídas de los núcleos fue quebrada, aguda y en
charnela. Aún cuando todos poseen un volumen importante de masa disponible para ser
trabajada (cuadro 17), la presencia de terminaciones quebradas y en charnela en los dos
núcleos de lascados aislados confeccionados en dacita parecerían ser las causales de su
abandono. En el caso del núcleo de lascados aislados de ftanita de ópalo y el discoidal
irregular, las causas de abandono no han podido ser identificadas. Asimismo, sólo estos dos
últimos núcleos presentan evidencias de reclamación, es decir, han sido lascados luego de
haber permanecido depositados algún tiempo.
Todos los núcleos presentan reserva de corteza (entre 25% y 75%). En cuanto al tipo de
plataforma de percusión empleado, en todos los casos fue natural cortical. Sólo el núcleo de
ftanita de ópalo puede haber tenido, además de naturales corticales, plataformas facetadas y
lisas. La presencia de corteza en todos los núcleos indicaría que el descortezamiento no
constituyó un prerrequisito para la reducción de núcleos y/o extracción de formas base. La
utilización de plataformas naturales ha sido identificada en conjuntos provenientes de otros
sectores de la Isla (Jackson 1987, 2001).
1
Determinada microscópicamente por Dr. Eugenio Aragón (UNLP-CONICET-CIC).
60
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
Módulo L-
Mate ria Long. Ancho Es pe s or Volum e n
Tipo de Núcle o Corte za 3 Calidad Cant.Mín.Ext. A de
Prim a (m m) (m m) (m m) (m m )
e xtracc.
De lascados aislados Dacita 50% 118 98 33 MB (3) 5
381.612 0,72
De lascados aislados Dacita 75% 109 89 47 MB (3) 2 -
455.947
Discoidal irregular Dacita 25% 81 61 33 MB (3) 8 -
163.053
Ftanita de
De lascados aislados 50% 60 42 21 MB+ (2) 2 -
ópalo 52.920
Cuadro 17. Características de los núcleos de SG3.
La forma base predominante entre los núcleos es el rodado (75%). En el caso restante, se ha
utilizado como forma base un instrumento no diferenciado, que también fue confeccionado
sobre un rodado (en este caso, ftanita de ópalo). El tipo de núcleo más numeroso de la
muestra es el de lascados aislados (75%). Considero que la predominancia de la forma base
rodado, así cómo la de tipo de núcleo (de lascados aislados), expresarían una estrategia de
explotación no intensiva, ligada muy probablemente a la abundancia local de materias primas
aptas para la talla en la playa de bermas (Franco y Borrero 1999).
Sin embargo, es interesante detenernos en el núcleo de ftanita de ópalo. Esta es una pieza
que presenta características morfológicas y petrográficas muy distintas a las del resto de
muestra. La forma base ha sido un instrumento no diferenciado. Es un núcleo de lascados
aislados, con un volumen cinco veces inferior al más pequeño de los ejemplares recuperados
de este mismo tipo de núcleos (cuadro 17). La materia prima es ftanita de ópalo y el conjunto
no presenta ningún otro artefacto confeccionado en este material. Entre los núcleos del locus,
esta pieza es la única de calidad 2 (MB+) para la talla. La baja frecuencia de la ftanita de
ópalo en el conjunto, su menor tamaño y mejor calidad para la talla así como el hecho de que
la forma base del mismo haya sido un instrumento, tal vez estén marcando un mayor
aprovechamiento de esta materia prima. Pero este núcleo no se encuentra agotado ni se han
identificado causas claras para su abandono. En este punto deseo incorporar información
sobre la textura superficial de su corteza. Los atributos de la misma se corresponden a los
producidos en un ambiente fluvial (superficies sin textura, desgaste de texturas previas y
diseño en v) (Scasso y Limarino 1997). Esta textura no es compartida por la corteza del resto
de los núcleos y no sería la esperada para rodados provenientes de las bermas litorales. Por
lo tanto, el hecho de que este instrumento haya sido reciclado sería concordante con la menor
disponibilidad de esta materia prima en la localidad (Franco com. pers.).
5.1.2 Desechos
La distribución del basalto entre los tipos de desechos es bastante específica: sólo hay lascas
de adelgazamiento bifacial y desechos indiferenciados. Las lascas angulares, que representan
el tipo de desechos más abundantes y con mayor riqueza de materias primas en el locus, no
poseen ningún ejemplar manufacturado sobre basalto. Sin embargo, no debemos descartar la
posibilidad de que alguno de los desechos indiferenciados en esta materia prima (tres en total)
pueda corresponder a una lasca angular. Aún así, es llamativo el hecho de que el espesor de
61
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
los tres es exactamente el mismo: 5 mm (no presentaron posibilidad de remontaje entre sí).
El tamaño de los desechos indiferenciados es de 25 mm en dos de los casos y 40 mm en el
otro. Sólo uno de los desechos posee corteza. Estos datos podrían estar dando cuenta de un
uso acotado del basalto en la manufactura lítica de SG3. Exploraré las posibles implicaciones
de esta situación más adelante en este capítulo.
La mayor variabilidad encontrada en las calidades para la talla de los desechos contrasta con
las observaciones sobre este punto desarrolladas en el acápite anterior. Como fue informado
entonces, los núcleos en todos los casos fueron confeccionados sobre rocas de muy buena
calidad. Por lo tanto, será sumamente importante observar el comportamiento de esta
variable entre los instrumentos recuperados en este locus.
(1) (2) (3) (4) (5) Las calidades para la talla de las materias
EX MB+ MB B R (5)M Total
Andesita 1 2 1 4
primas (cuadro 19) encontradas entre los
basalto 3 2 5
desechos son principalmente muy buena y
dacita 2 7 41 31 2 83
buena. El 9,5% de la muestra está
Filita 1 1
confeccionado sobre rocas de calidad
Pórfido excelente (calidad 1) y mejor que muy
dacítico 1 1
buena (calidad 2). Sólo el 5% de los
riolita 1 1
2 7 46 36 4 0 95
desechos presentó calidad regular (calidad
Total 2,11% 7,37% 48,42% 37,89% 4,21% 0% 100% 5).
Cuadro 19. Calidad para la talla de las
materias primas en los desechos de SG3
El cuadro 20 informa las calidades para la talla observadas para cada tipo de desecho. Las
lascas angulares – el tipo de desecho más abundante en la muestra – presentan calidades 1 a 5
(desde excelente hasta regular para la talla). Sin embargo, el 86% de las mismas se concentra
en las calidades 3 y 4 (muy buena y buena) para la talla.
Las lascas externas (primarias, secundarias, con dorso natural y dorso/angular) son,
principalmente, de calidades 3 (47%) y 4 (47%) para la talla. El 94% de ellas es de dacita.
Esto indicaría que las actividades de reducción inicial se llevaron a cabo predominantemente
sobre dacitas de estas calidades.
62
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
Dentro de los desechos internos, las lascas de arista sólo ascienden a un 3% de la muestra.
Las materias primas empleadas en este caso han sido dacita y andesita. La calidad para la
talla de las mismas es 3 y 4. La escasez de lascas de arista, relacionadas con extracciones
paralelas, se vincularía a la técnica de reducción empleada. Una estrategia de reducción
predominantemente centrípeta como la identificada entre los núcleos no habría tenido como
objetivo extracciones paralelas
(1) (2) (3) (4) (5) Total
Tipo de de s e cho Qty
Tipo de desecho EX MB+ MB B R general
Ls. primaria 8
Ls. primaria 1 4 3 8
Ls. secundaria 6
Ls. secundaria 2 3 1 6
Ls. con dorso nat. 3
Ls. c/dorso natural 1 2 3
Dorso/angular 1 1 2 Ls. dorso/angular 2
Las lascas de adelgazamiento bifacial constituyen el 10% de los desechos. El 30% de ellas
es de calidad 2 para la talla (MB+) y el 60% de calidad 3 (MB), es decir, son en promedio de
mejor calidad que el resto de los desechos de la muestra. Están compuestas en un 80% por
dacita y 20% por basalto. Sus tamaños oscilan entre 35 y 50 mm. Ninguna de ellas presenta
reserva de corteza. Las lascas de adelgazamiento bifacial recuperadas en este locus no son
asignables a la reducción de una misma pieza (por diferencias macroscópicas de las materias
primas tales como color, grano de la roca, etc.). Por lo tanto, su presencia puede asignarse a
la realización de múltiples eventos de adelgazamiento en el locus.
0,1 a 25,1 a 50,1 a 75,1 a
0% 25% 50% 75% 100% Total
ls. primaria 8 8
ls. secundaria 3 3 6
ls. c/dorso natural 3 3
dorso/angular 2 2
ls. angular 34 6 2 3 45
ls. de arista 3 3
Ls. plana 2 2
Ls. adelgaz. bifac. 10 10
Ls. de reactivacion 1 1
Ls. Indiferenciada 8 1 9
nodulo partido 1 1
desecho indif. 4 2 6
Total general 61 10 6 8 10 95
Cuadro 22. Reserva de corteza presente en los desechos de SG3.
63
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
Los tipos de talones (sensu Aschero 1975, 1983a) identificados son informados por el cuadro
24. Entre los desechos de SG3 predominan los talones naturales (29,5%).
64
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
ls. secundaria 1 1 2 4
ls. c/dorso natural 2 2
dorso/angular 1 1
ls. angular 9 6 6 2 1 1 1 26
ls. adelgaz. bifac. 1 1 2 4 1 1 10
ls. de arista 1 2 3
Ls. plana 1 1 2
ls. Indiferenciada 1 1 2
Total 16 11 10 12 1 2 1 1 54
Cuadro 24. Frecuencia absoluta de tipos de talones por tipo de desecho en SG3.
El segundo tipo de talón más abundante en la muestra es el facetado (22%). Si bien es más
numeroso entre las lascas internas (en especial, entre las de adelgazamiento bifacial, donde su
presencia alcanza un 40%), el 16% de los talones facetados (dos piezas) corresponde a lascas
secundarias (75 y 50% de corteza, respectivamente). Considero que este dato no es
incoherente a la luz del patrón de reducción sin descortezamiento previamente mencionado.
Conforme avanzaban las etapas de reducción (manifestadas por una mayor preparación de los
talones facetados), es esperable que las lascas extraídas aún presentaran reserva de corteza.
Los talones lisos y diedros componen el 20% y 22% de la muestra. Los talones lisos están
presentes tanto entre las lascas externas como en las internas. Los diedros, por el contrario,
parecen restringir su presencia a las lascas internas, principalmente a las angulares y de
adelgazamiento bifacial. Esto sugeriría la realización de estadios de reducción bifacial
iniciales en el locus. En este sentido, la ocurrencia de talones facetados, diedros, filiformes y
puntiformes en este tipo de desechos señalaría el desarrollo de estadios más avanzados de
este tipo de reducción.
El cuadro 25 informa los tipos de talones registrados por materia prima. Como puede
observarse, casi el 90% de las piezas que conservan sus talones están confeccionadas en
dacita. Los artefactos en andesita (lascas de arista, secundaria y angular) presentan en todos
los casos talones naturales, lo que se vincularía a la utilización de la técnica de reducción
antes mencionada, donde las extracciones se llevan a cabo sin el previo descortezamiento del
núcleo. En el caso del basalto, sin embargo, los talones registrados son facetado y
puntiforme, y en ambos casos han sido aislados intencionalmente con respecto al resto de la
lasca. Ninguno de estos desechos posee reserva de corteza. Este patrón difiere claramente a
lo observado para el resto de las materias primas. Las características de los artefactos en
basalto enteros (dos lascas de adelgazamiento bifacial) parecen sólo dar cuenta de actividades
de adelgazamiento bifacial. Si a estos datos sumamos la baja frecuencia de desechos y la
ausencia de núcleos en basalto, considero que es posible afirmar que esta materia prima fue
utilizada de un modo bastante específico (instrumentos bifaciales). Asimismo, sólo una parte
de la secuencia de manufactura se habría llevado a cabo en el locus, dada la ausencia de
evidencia de estadios iniciales de formatización de núcleos (por ejemplo, desechos con
reserva de corteza). Sin embargo, la presencia de una preforma bifacial estaría dando cuenta
65
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
El cuadro 26 informa la longitud del eje tecnológico observado por tipo de desechos enteros
en cada materia prima. La mayor frecuencia de desechos en dacita se produce entre los 30 y
50 mm (69%). Sin embargo, las piezas se distribuyen de modo continuo desde los 11 mm
hasta los 89 mm.
Sólo se han recuperado dos piezas enteras en basalto. En ambos casos se trata de lascas de
adelgazamiento bifacial. Las mismas presentan un eje tecnológico de 28 y 35 mm. El mismo
tipo de artefacto en dacita presenta longitudes mayores, entre 33 y 52 mm.
Entre los artefactos de andesita, sólo uno se encuentra entero. Se trata de una lasca
secundaria cuyo eje mide 50 mm. Las lascas secundarias enteras identificadas entre los
desechos en dacita poseen ejes de 39 y 48 mm.
Como puede observarse en el cuadro 26, las lascas de adelgazamiento bifacial poseen
longitudes de entre 28 y 52 mm.
Tipo de desecho/ ls. ls.
ls. ls. dorso/ ls. ls. de Ls. Ls. de ls.
Materia prima longitud eje c/dorso adelgaz. Total
primaria secundaria angular angular arista plana reactivación Indif.
tecnológico (mm) natural bifac.
Andesita 50 1 1
Basalto 28 1 1
Basalto 35 1 1
Dacita 11 1 1
Dacita 22 1 1
Dacita 23 1 1 2
Dacita 29 1 1
Dacita 30 1 1
Dacita 31 2 2
Dacita 32 1 1
Dacita 33 1 1 2
Dacita 37 3 1 4
Dacita 39 1 1 2
Dacita 41 1 1
Dacita 42 1 1
Dacita 44 1 1
Dacita 47 1 1 2
Dacita 48 1 2
Dacita 50 1 1
Dacita 52 1 1
Dacita 53 1 1
Dacita 58 1 1
Dacita 89 1 1
Total 2 3 1 1 11 2 7 2 1 1 31
Cuadro 26. Longitud del eje tecnológico por tipo de desechos (sólo enteros) por materia prima en SG3.
Teniendo en cuenta que el eje morfológico de una punta de proyectil recuperada en el locus
mide 41 mm (ver acápite 1.3), puedo afirmar que los desechos vinculados a los estadios
finales de adelgazamiento y reducción bifacial no se encuentran presentes en los materiales
recuperados. Pero esta ausencia no puede explicarse como producto de procesos tafonómicos
dado que se han recuperado otros tipos de desechos enteros en tamaños inferiores a 30 mm.
Por lo tanto, esta información me permite proponer como causa posible de la falta de
desechos que den cuenta de los estadios finales de adelgazamiento bifacial a la ausencia en el
66
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
locus de actividades de talla vinculadas a ellos2. En el caso del basalto, las mismas pueden
haber alcanzados momentos más avanzados en la manufactura que los evidenciados por los
desechos en dacita. De todos modos, es posible sugerir que las preformas bifaciales en
estado avanzado de manufactura hayan sido trasladadas a otros sectores del espacio. Esto
último debe ser contrastado a una escala espacial mayor a la utilizada en esta tesis.
El cuadro 27 relaciona la longitud del eje tecnológico y el tipo de talón por desecho. Como
puede observarse, los talones naturales tienen una amplia distribución en el espectro de
longitudes, pero se encuentran completamente ausentes en las piezas con ejes tecnológicos
menores a 30 mm. Los lisos, el tipo más numeroso entre los desechos enteros, se presentan a
lo largo del espectro de longitudes, pero no superan los 58 mm. Los diedros, por su parte,
tienen una distribución más restringida (de 23 a 47 mm). Los facetados acotan su
distribución a las piezas con ejes inferiores a 54 mm, pero el 87,5% de ellos se concentra
entre los 33 y 53 mm.
Tipo de talón / Longitud
natural liso Diedro Facetado puntiforme estallado
Materia prima del eje técnico (mm)
Andesita 50 1
Basalto 28 1
Basalto 35 1
Dacita 11 1
Dacita 22 1
Dacita 23 1
Dacita 29 1
Dacita 30 1
Dacita 31 2
Dacita 32 1
Dacita 33 1 1
Dacita 37 1 1 1 1
Dacita 39 1 1
Dacita 41 1
Dacita 42 1
Dacita 44 1
Dacita 47 1 1
Dacita 48 1
Dacita 50 1
Dacita 52 1
Dacita 53 1
Dacita 58 1
Dacita 89 1
Total 6 10 5 8 1 0
Cuadro 27. Tipo de talón por longitud de eje técnico del desecho (sólo considerando las piezas enteras)
según materia prima de SG3.
Por lo tanto, la amplia distribución de los talones naturales en el espectro de longitudes por
eje tecnológico de las piezas parece estar indicando, nuevamente, la ausencia de prácticas de
descortezamiento de núcleo. Esto habría posibilitado que, aún avanzada la secuencia de
reducción, las plataformas de percusión utilizadas fueran naturales. Los datos del cuadro 27,
sin embargo, sugieren como límite o umbral inferior para la presencia de plataformas
corticales las piezas con ejes menores o iguales a 30 mm. Es a partir de allí que los talones
naturales dejan de presentarse en la muestra. Por otra parte, los talones lisos y diedros
también se encuentran distribuidos en todo el espectro de longitudes, con excepción del
sector donde aquellas superan los 58 y 47 mm, respectivamente. Las piezas con estos talones
podrían estar dando cuenta de estadios medios de reducción de núcleos. Así, la presencia de
ejes superiores a los 58 mm sólo entre los talones naturales sugeriría su correspondencia con
estadios más tempranos de talla. Los talones facetados, por su parte, se observan en piezas
2
Es importante tener en cuenta que la fracción artefactual a la que me estoy refiriendo en este punto supera el
umbral de tamaño de los microartefactos (6,25 mm.). En el capítulo anterior he postulado la ausencia de los
microartefactos como producto de la acción de procesos tafonómicos. La discusión aquí, en cambio, gira en
torno a la fracción artefactual comprendida entre 15 y 30 mm.
67
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
cuyos ejes son menores a 54 mm. De esta manera, su presencia podría estar dando cuenta de
etapas más avanzadas del proceso de reducción.
Los cuadros 28 a 30 informan los tipos de talones registrados por tipo de lasca en las
materias primas más frecuentes en la muestra (dacita, andesita y basalto). Como puede
observarse, entre las lascas confeccionadas en dacita, las frecuencias de los talones naturales,
lisos, diedros y facetados son similares. Este dato sugiere el desarrollo de actividades
iniciales y más avanzadas de talla sobre esta materia prima en SG3. Por su parte, en los
desechos de andesita sólo se han identificado talones naturales. Esto indicaría la realización
de etapas iniciales de reducción en nódulos de andesita en el locus. En cuanto a las lascas de
basalto con talones, sólo se identificaron las producidas por adelgazamiento bifacial. Los
talones observados son facetados y puntiformes. Como ya fuera mencionado, el uso de esta
materia prima parece estar vinculado exclusivamente a la realización de actividades de
reducción bifacial en SG3.
DACITA natural liso diedro facetado filiforme puntiforme estallado indif. Total
ls. primaria 1 3 4
ls. secundaria 1 2 3
ls. c/dorso natural 2 2
Dorso/angular 1 1
ls. angular 7 6 6 2 1 1 1 24
ls. adelgaz. bifac. 1 1 2 3 1 8
ls. de arista 2 2
Ls. plana 1 1 2
ls. Indiferenciada 1 1 2
Total 12 11 10 11 1 1 1 1 48
Cuadro 28. Tipo de talón por tipo de lascas de dacita en SG3.
Ángulos de talones /
Materia prima >120° 100° - 120° 80° - 100° 50° - 80° Total
Andesita 1 1 2
Basalto 1 1
Dacita 9 25 4 1 39
Tota l 10 27 4 1 42
Cuadro 31. Ángulo de talones por materia prima de los desechos enteros de SG4.
Los cuadros 32 a 34 informan las reservas de corteza por ángulo de talón de las lascas en
dacita, andesita y basalto. Como puede observarse allí, los ángulos más representados son los
mayores a 120° y aquellos entre 100° y 120°. La abundancia de ángulos inclinados (de 100°
68
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
a más de 120°) así como la representación de todas las categorías de reserva de corteza entre
las lascas que los poseen, indicaría el uso de una estrategia de reducción en la que la
percusión sería aplicada desde el inicio de la formatización del núcleo con ángulos similares a
los utilizados en la reducción bifacial.
100°- 80°- Andesita >120°
Dacita >120° 120° 100° 50°-80°
50,1 a 75% 1
0% 4 9 2
33. Reserva de corteza por ángulo de talón en
0,1 a 25% 3 1
lascas enteras de andesita en SG3.
25,1 a 50% 1
Basalto 100-120°
50,1 a 75% 1 2
0% 1
75,1% a 100% 1 34. Reserva de corteza por ángulo de talón en
Total 6 15 3 0 lascas enteras
Cuadro 32. Reserva de corteza por ángulo de
talón en lascas enteras de dacita en SG3
5.1.3 Instrumentos
Se recuperaron 36 instrumentos en este locus. El cuadro 35 informa los aportes por grupo
tipológico y la roca en que han sido confeccionados. La materia prima predominante es la
dacita. Se presenta en diversos colores y calidades para la talla (54% de calidad MB, 21,60%
de calidad B y 8% de calidad R) (cuadro 36).
Las materias primas sobre las que fueron confeccionados los instrumentos de la muestra son,
principalmente, de calidad muy buena y buena para la talla (38% y 35%, respectivamente).
En este sentido, la distribución de calidades para la talla difiere del patrón observado entre los
desechos (acápite 5.1.2, este capítulo), entre los que hay mayor variabilidad. Esto sugiere
que habría existido una selección en las materias primas utilizadas para la manufactura de
instrumentos.
Pórfido
Grupo Tipológico Andesita Basalto Dacita Esquisto Filita Limolita Riolita Sedimentaria No det. Total
dacítico
Artef. C/rastros comp. 1 1
Artef. Form.Sum 1 1 1 1 1 1 6
Cepillo 1 1
Chopper 2 2
Cortante 1 1
Cuchillo de filo natural 1 1
Cuchillo de filo retocado 7 1 8
Instrumento fragmentado 1 1
Lito modificado por uso 1 1
Ls. C/rastros comp. 4 4
Percutor 1 1 2
Preforma bifacial 1 1 2
Punta de proyectil 1 1
Punta entre muescas 1 1
69
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
Muesca 1 1
Raedera 2 2
Nódulo probado 1 1
Total 3 1 23 1 1 1 2 0 2 2 36
(8,33%) (2,77%) (63,90%) (2,77%) (2,77%) (2,77%) (5,55%) (0%) (5,55%) (5,55%) (100%)
Cuadro 35. Composición de grupos tipológicos según materia prima de los instrumentos de SG3.
El basalto sólo está presente entre los instrumentos con un 2,77% (correspondiente a una
pieza), diferenciándose de este modo de su aporte entre los desechos (5,4%). Siguiendo con
lo observado entre éstos últimos, el basalto continúa también entre los instrumentos asociado
únicamente a actividades de reducción bifacial. La preforma recuperada (sobre la que
remonta una lasca con talón puntiforme aislado) no presenta evidencia de reciclado o uso,
aún cuando se encuentra entera y con una importante masa aún disponible para ser tallada.
La posible causa de abandono de la preforma es un domo (sensu Pintar 2004) producto de
reiteradas terminaciones quebradas y en charnela.
Los cuchillos representan el 24,3% de los instrumentos. Dentro de éstos, los de filo retocado
constituyen el grupo tipológico más abundante (el 22% de los instrumentos), dominados por
el subgrupo tipológico de los filos frontales. La forma base más frecuente entre los cuchillos
es la lasca angular con poca o ninguna reserva de corteza, y talones lisos. El 50% de los
cuchillos de filo retocado posee ángulos iniciales de 45° completándose el grupo con ángulos
iniciales de 30°, 35° y 40°. Los ángulos de desgaste entre estos instrumentos oscilan entre 15°
y 20°, con la excepción de una pieza que presenta un ángulo de desgaste de 30° . El 25% de
los cuchillos de filo retocado presenta evidencias de reclamación.
Las lascas con rastros complementarios presentan ángulos medidos entre 30° y 70°. Las
formas base de este grupo son una lasca primaria, una secundaria, una angular, una
dorso/angular y una lasca con dorso natural. En todos los casos las piezas presentan reserva
de corteza entre 25% y 100%. Todas las piezas son de dacita de calidades 3 y 4 para la talla.
Las raederas pertenecen a los subgrupos tipológicos de filo frontal y convergente con ápice
romo. El ángulo inicial del filo en este grupo es de 50°-55° y el medido en ambos casos es de
70
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
80°. Las formas base identificadas en este grupo son una lasca primaria y un artefacto
bifacial, ambos en dacita, de calidad 4 y 3 para la talla, respectivamente.
Los percutores pertenecen a los subgrupos tipológicos de ápice y arista. La forma base en
ambos casos fueron rodados, con morfología ecuante y prolada (Zingg 1935),
respectivamente. Sus tamaños son 55 mm en un caso, y superior a 100 mm en el otro.
Presentan calidad 5 y 6 para la talla.
El grupo tipológico de los choppers está presente con dos ejemplares confeccionados sobre
dacita de calidad regular para la talla. Sus formas base fueron una lasca primaria y un
rodado, y presentan 50% y 100% de reserva de corteza. Sus tamaños son 90 mm en un caso,
y superior a 100 mm en el otro.
Se han recuperado dos preformas bifaciales. Ambas fueron confeccionadas sobre rocas de
muy buena calidad para la talla. Una de ellas es de dacita y está fracturada; la otra, a la que
ya me he referido más arriba, es de basalto y está entera. La presencia de una lasca de
adelgazamiento bifacial que remonta sobre esta preforma estaría dando cuenta de la
realización de actividades de formatización bifacial en el sitio. La causa de abandono de esta
preforma (de 80 por 65 por 14 mm) parece haber sido una charnela que trató de eliminarse
sin éxito. No presenta signos de haber sido utilizada. En el caso de la preforma en dacita (67
por 95 por 22 mm), se ha identificado un fragmento medial de lasca confeccionado en la
misma materia prima pero no ha podido ser remontada en la pieza. En la preforma en dacita,
parte del filo perimetral presenta evidencia de haber sido utilizado como instrumento.
La única punta de proyectil recuperada en las tres cuadrículas es de dacita gris verdosa (5GY
6/1) de muy buena calidad para la talla. Se trata de una punta bifacial pedunculada de 41 por
35 mm, con las aletas fracturadas y sección biconvexa asimétrica. El tipo de retoque
observado es irregular y los lascados cubren completamente ambas caras. No se han
encontrado desechos con características similares a las de su materia prima en la muestra.
Con respecto a los tipos de retoque observados, sólo los filos de los cuchillos retocados
presentan retoque paralelo corto regular e irregular y escamoso irregular. El resto de los
filos de la muestra presenta retoque irregular, indiferenciado, retalla o rastros
complementarios.
71
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
retocado
Lito mod.p/uso 1 1
Ls. c/rastros
comp. 1 1 2
Muesca 1 1
Nódulo probado 1 1
Percutor 1 1 2
Preforma bifacial 1 1
Punta entre
muescas 1 1
Raedera 1 1
Total 0 0 1 1 2 2 1 2 5 2 2 2 0 1 1 0 0 1 0 0 0 23
Cuadro 38. Módulo de longitud-ancho de instrumentos enteros en SG3.
De los casos en que ha sido posible identificar los talones de las formas base, los lisos y
naturales resultaron ser los más abundantes entre los instrumentos (cuadro 39). A diferencia
de los desechos, donde los talones más representados son los naturales y los facetados, sólo
en un cuchillo de filo frontal ha sido identificado este último tipo de talón.
Sin embargo, la menor frecuencia de los talones facetados entre las formas base de los
instrumentos es esperable considerando que el tamaño de lascas con estos talones apenas
superan los 50 mm de tamaño (ver apartado 5.1.2). Por otra parte, es probable que los talones
facetados se relacionen con actividades de reducción bifacial, y por ello las piezas presenten
esos tamaños. Si observamos el cuadro 40, podemos apreciar que entre los instrumentos, por
el contrario, los tamaños en casi la totalidad de los casos superan el umbral de 50 mm.
Tipo de talón /
Grupo Tipológico natural liso diedroFacetado estalladoTotal
Artef. C/rastros Total general 6 4 1 1 1 13
comp. 1 1 Cuadro 39. Tipo de talón registrado en la forma
Chopper 1 1 base de los instrumentos en SG3.
Cortante 1 1
cuchillo de filo
natural 1 1
cuchillo de filo
retocado 1 4 5
ls. c/rast.comp 2 1 3
Punta entre 1 1
72
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
Un dato interesante que nos permitirá explorar el origen y selección de las formas base
empleada en la manufactura de los instrumentos es considerar, en los casos que sea posible,
tipo y ángulo de talón por grupo tipológico. El cuadro 42 muestra esa información. Hay
entre las lascas con rastros complementarios una con talón facetado cuyo ángulo es mayor a
120°. Se trata de una lasca primaria cuya extracción ha implicado la formatización y
preparación del talón. Como se puede apreciar en el mismo cuadro, las lascas cuyos ángulos
de talón superan los 120° han sido ampliamente utilizadas, específicamente en la confección
de cuchillos. Si consideramos las frecuencias de los ángulos de talones mayores a 120° y
aquellos de 100° - 120° entre los desechos, se hace evidente que las proporciones se invierten
en el caso de los instrumentos. Entre estos últimos, los ángulos mayores a 120° son los más
frecuentes. Esto sugiere nuevamente la selección de formas base para la manufactura de
instrumentos.
73
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
Las diferencias entre las características de los desechos y los instrumentos hasta aquí
planteadas nos indicarían que para la confección de instrumentos descartados en el locus se
han utilizado formas base derivadas de los primeros momentos de reducción de núcleos y en
su formatización no parece haberse invertido mucho esfuerzo. Esto sugeriría la utilización de
una estrategia expeditiva en la confección de los instrumentos. Sin embargo, la abundancia
de desechos sin reserva de corteza es evidencia de que se continuaron las actividades de talla
sobre núcleos con escasa o ninguna reserva de corteza. La información aportada por los
núcleos es coherente con lo observado entre los instrumentos y, por tanto, también contrasta
con las observaciones realizadas sobre los desechos. Una vez más, la explicación que parece
plausible para esta situación es que los materiales formatizados estuvieran siendo trasladados
por los grupos que ocuparon este espacio. La manufactura y descarte de instrumentos sobre
formas base vinculadas a los primeros momentos de reducción de nódulos parece indicar en
esa dirección (cuadro 43). Este argumento parece fortalecerse aún más cuando consideramos
la baja intensidad de retoque observada en la formatización de los instrumentos así como su
prematuro abandono con ángulos de filo pasibles de ser reactivados. Por otra parte, las
diferencias observadas en cuanto a la calidad de los desechos y los instrumentos
estaría dando cuenta de cierta divergencia entre el destino de los objetos formatizados sobre
rocas de calidad 1, 2 y 3 para la talla - de los que sólo quedaron desechos en el locus – y el
de los instrumentos recuperados entre los que las calidades, además de ser más diversas, son
en menor proporción de las calidades para la talla más altas en el ranking (calidades 1, 2 y 3).
Asimismo, las calidades 1 y 2 no han sido identificadas entre los instrumentos. Su presencia
entre los desechos podría estar informando sobre la reducción / preparación de artefactos en
estas calidades in situ y su posterior traslado a otros sectores del espacio.
El cuadro 43 exhibe las formas base identificadas entre los instrumentos. Como puede
observarse, las lascas son la forma base más frecuente (53%). Entre éstas, las lascas primarias
y angulares son las más abundantes (14% y 17%, respectivamente). Sin embargo, es
importante remarcar que los rodados y nódulos han sido la forma base del 20% de los
instrumentos recuperados en SG3.
74
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
Guijarro ls. de
guijarro ls. ls. Dorso/ Ls. Ls. reduc. ls. ls. de núcleo Artef. Artef.
guijarro con Nódulo flanco Indif. Total
chato Primaria secundaria Angularar angular bif. Indif. preparado Bif. Indif.
lascados de núcleo
Artef. C/
1 1
rastros comp.
Artef. Form.
1 1 4 6
Sumaria
Cepillo 1 1
Chopper 1 1 2
Cortante 1 1
cuchillo de filo
1 1
natural
cuchillo de filo
1 1 3 1 1 1 8
retocado
Instrumento
1 1
Fragmentado
Lito modif.p/uso 1 1
ls. c/rast.comp 1 1 1 1 4
Muesca 1 1
Nodulo probado 1 1
Percutor 1 1 2
preforma bifacial 2 2
Punta entre
1 1
muescas
Punta Proyectil 1 1
Raedera 1 1 2
Total general 4 1 1 1 5 1 1 6 1 1 2 1 1 1 8 36
Cuadro 43. Formas base por grupo tipológico en SG3.
El 90% de las materias primas utilizadas es dacita. La andesita y el basalto, las segundas en
frecuencia de la muestra, se presentan en cantidades menores. A pesar de su escaso número,
el análisis realizado me sugiere que la andesita ha sido trabajada de forma similar a la dacita.
La predominancia de talones naturales y reserva de corteza entre los desechos e instrumentos
en esta materia prima señalarían que su procesamiento inicial se habría llevado a cabo en el
locus. En el caso del basalto, se lo encuentra exclusivamente ligado a actividades de
adelgazamiento bifacial, en muy bajas proporciones, sin restos de corteza y con talones
facetados y puntiformes aislados. Los talones aislados implican una mayor inversión
energética para lograr un mejor control de las extracciones. La presencia de una preforma
entera sin evidencias de reciclaje o uso, cuya aparente causa de abandono fue la presencia de
un domo resultado de múltiples terminaciones quebradas y en charnela, apoya este
argumento. Asimismo, la presencia de una lasca de adelgazamiento con talón puntiforme
aislado que remonta sobre ella indicaría la realización de actividades de reducción bifacial en
esta materia prima en el locus. Esto me inclina a pensar que el basalto tuvo un uso
específico: la formatización de instrumentos bifaciales. Su procedencia no ha sido
establecida, pero la ausencia de corteza tal vez implique una secuencia de descortezamiento y
transporte desde otros sectores del espacio de estos núcleos. Su menor disponibilidad
(Franco com. pers.) puede ser la razón de ello.
Por otra parte, la menor frecuencia de dacita entre los instrumentos en relación a lo observado
entre los desechos (69,4% vs. 87,4%) sería evidencia de una mayor utilización en el sitio de
materias primas diversas y, como ha sido observado, también con características (calidades
75
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
En términos generales, los instrumentos no parecen haber implicado una inversión energética
alta. Con excepción de alguno de los cuchillos, la preforma bifacial y la punta de proyectil,
el resto de los instrumentos cuenta con una conformación irregular del filo. Un caso
particularmente ilustrativo al respecto son los choppers. En los dos ejemplares analizados se
utilizaron materias primas de calidad regular para la talla. El retoque que presenta es
irregular. Considero que la funcionalidad de estos instrumentos fue determinante en la
selección de la materia prima y la baja inversión energética implicada en la formatización de
los mismos. El bajo costo implicado, en general, en los instrumentos parece manifestarse en
la falta de reactivación y abandono cuando son aún útiles o reactivables. Sin embargo, la
reclamación de algunos de ellos probablemente se vincule al ahorro energético implicado en
la prueba de la calidad de un nódulo (Franco 1994).
3
Esta afirmación está fundamentada en una revisión de materiales recolectados selectivamente (núcleos,
instrumentos y preformas) que han quedado fuera del análisis aquí desarrollado.
4
Al momento, no se ha recuperado evidencia de reducción bifacial sobre lascas en SG3.
76
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
Categoría Cuad 1e Cuad 2e Cuad 3e Cuadro 44. Composición por categorías artefactuales
artefactual de las cuadrículas de SG4.
Desecho: incluye lascas (enteras y fragmentos) y desechos
Instrumentos 15 (8,5%) 7 (16%) 4 (9,5%) indiferenciados.
Núcleos 3 (1,7%) - 1 (2,4%) Instrumento: incluye lascas con rastros complementarios y litos
modificados por uso.
Desechos 158 (89,8%) 37 (84%) 37 (88,1%)
Total 176 (100%) 44 (100%) 42 (100%)
En el cuadro 44 puede observarse que en todas las cuadrículas predominan los desechos. El
porcentaje de núcleos en la muestra es bajo y sólo están presentes en dos de las cuadrículas
(cuad. 1e: 1,7% y cuad 3e: 2,4%). La frecuencia relativa de instrumentos oscila entre el 8,5 y
el 16%.
Al igual que en SG3, el tipo de cortezas identificadas entre los artefactos corresponde a la
observada en los rodados. Esto nos indicaría que las materias primas utilizadas provienen de
fuentes secundarias. La playa de bermas – a escasos cientos de metros – es la fuente
potencial de este tipo más cercana al sitio.
Mate ria prim a Qty % Calidad para la talla (1) (2) (3) (4) (5) (6)
Total
/ materia prima EX MB+ MB B R M
Andesita 3 1,15 Andesita 2 1 3
Basalto 43 16,41 Basalto 5 34 2 2 43
Dacita 197 75,19 Dacita 2 51 110 25 9 197
Lutita 3 1,15 Lutita 1 2 3
Ftanita 4 1,53 Ftanita 1 3 4
Pórfido dacítico 4 1,53 Pórfido dacítico 1 3 4
Riolita foliada 1 0,38 Riolita foliada 1 1
xilópalo 2 0,76 xilópalo 1 1 2
Calcedonia 1 0,38 Calcedonia 1 1
Ópalo 1 0,38 Ópalo 1 1
Sílice 1 0,38 Sílice 1 1
No determinada 2 0,76 No determinada 2 2
Tota l 262 100,00 Total 2 60 152 33 15 0 262
Cuadro 45. Composición por materia prima de la
Cuadro 46. Calidades para la talla por materia
muestra.
prima.
La dacita fue la roca más utilizada (cuadros 45 y 46). El basalto es la segunda materia prima
en importancia. Otras rocas, como andesita, ftanita, lutita, pórfido dacítico y xilópalo - en
frecuencias menores - completan la muestra. Como lo mencionara antes, la dacita es una
roca de calidad variable. La muestra presenta materiales de calidad 3 (56%), 2 (26%), 4
(12%) y - en menor proporción – 1, 5 y 6 para la talla.
77
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
5.2.1 Núcleos
Se recuperaron 4 núcleos en SG4. Dos de ellos son bipolares, uno es discoidal irregular y el
último es multidireccional (cuadro 47). La materia prima utilizada en todos los casos fue
dacita, con calidades 1, 2 y 3 para la talla. Se identificaron desechos que remontan sobre tres
de los cuatro núcleos, lo que puede considerarse evidencia inequívoca de su reducción in situ.
El volumen de los núcleos bipolares es, en general, más pequeño que el observado en los
núcleos restantes (cuadro 48). Sin embargo, el bipolar de calidad excelente para la talla, posee
un tamaño extremadamente pequeño. Esto, junto con la presencia de terminaciones en
charnela, parecen haber sido las causas de su abandono. La causa de abandono del segundo
núcleo bipolar no pudo ser identificada, ya que sólo presenta terminaciones agudas y aún
posee una masa importante para ser explotada5. Se han recuperado varios desechos
seguramente pertenecientes a este núcleo (un desecho ha podido ser remontado sobre él), una
preforma de punta y un artefacto formatizado con abundante reserva de corteza.
Con respecto a los núcleos mutidireccional y discoidal irregular, aún cuando poseen un
volumen importante de masa disponible para ser trabajada (cuadro 48), presentan
terminaciones quebradas y en charnela que podrían ser las causales de su abandono.
Tres de los núcleos presentan reserva de corteza (entre 50% y 75%) y en todos los casos es de
rodado. Sólo el núcleo bipolar más pequeño no presenta restos de corteza. En cuanto al tipo de
plataforma de percusión empleado, sólo en un caso fue natural cortical (núcleo bipolar de
mayor tamaño). En los restantes núcleos, se utilizaron plataformas preparadas (lisas,
facetadas, estalladas, etc). La presencia de corteza en todos los núcleos con una masa aún
trabajable parece indicar que el descortezamiento no constituyó un prerrequisito para la
reducción de núcleos y/o extracción de formas base.
Módulo
Mate ria long. Ancho Es pe s or
Tipo de Núcle o Corte z a Volum e n Calidad Cant.Mín.Ext. L-A de
Prim a (m m) (m m) (m m ) 3
(m m ) e xtracc.
Bipolar dacita 0% 24 23 6 3.312 EX (1) 3 -
Bipolar dacita 50% 50 28 24 33.600 MB+ (2) 2 -
Discoidal irregular dacita 75% 101 76 41 314.716 MB (3) 13 0,45
Multidireccional dacita 50% 46 43 28 55.384 MB (3) 3 1,28
Cuadro 48. Características de los núcleos de SG4.
La forma base del 50% de los núcleos es el rodado. En el caso del núcleo bipolar más
pequeño no fue posible identificar cuál ha sido la forma base utilizada. El núcleo discoidal
irregular ha sido confeccionado sobre un rodado que posee evidencias de haber sido usado
como percutor antes y después de ser tallado. Recordamos que este núcleo también presenta
evidencias de haber sido un núcleo reclamado. Si intentamos reconstruir la vida de este
5
Esto surge, principalmente, de su comparación con el tamaño del otro núcleo bipolar.
78
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
El tipo de núcleo más numeroso de la muestra es el bipolar (50%). Esto junto con la evidencia
de reclamación y reciclaje sobre el núcleo discoidal irregular parece estar dando cuenta de una
explotación intensiva de los recursos líticos de las calidades para la talla más altas del ranking
(calidad 1, 2 y 3). Asimismo, el número máximo de extracciones observado (13) parece
señalar en la misma dirección.
5.2.2 Desechos
Como mencioné anteriormente, este es el componente más abundante en el locus. Se
recuperaron 232 desechos en total. El 75% de los mismos es de dacita y el 18% de basalto
(cuadro 49). Pórfido dacítico, andesita, lutita y ftanita constituyen las materias primas que
siguen en importancia, aunque su aporte a la muestra es notablemente más pequeño.
Materia prima Pórfido Riolita No
/ tipo de desecho Andesita Basalto Dacita Lutita Ftantita dacítico Foliada Xilópalo Calcedonia Ópalo Sílice det. Total
Ls. primaria 1 1 13 1 1 17
Ls. secundaria 11 1 1 13
Ls. c/dorso natural 2 4 6
Ls. angular 1 27 90 1 1 120
Dorso/angular 1 2 3
Ls. adelgaz. bifacial 4 11 15
Ls. de arista 3 1 4
Ls. de arista doble 1 1
Ls. plana 1 2 3
Ls. Indiferenciada 1 2 19 1 1 24
Hoja 2 2
Desecho bipolar 3 1 4
Desecho indif. 3 12 1 2 1 1 20
Total 3 41 173 3 3 4 0 2 0 1 1 1 232
(% de la muestra) 1,29% 18% 75% 1% 1% 1,72% 0,00% 0,86% 0,00% 0,43% 0,43% 0,43% 100%
Cuadro 49. Composición de materias primas por tipo de desechos en SG4
La dacita está presente en todos los tipos de desechos, mientras que el basalto realiza su aporte
más notable entre las lascas internas (angulares y de adelgazamiento bifacial, principalmente).
(1) (2) (3) (4) (5) (6)
EX MB+ MB B R M Total
Andesita 1 1 2
Basalto 5 33 2 1 41
Dacita 2 42 100 21 8 173
Lutita 1 2 3
Ftanita 3 3
Pórfido dacítico 1 3 4
Riolita foliada 1 1
xilópalo 1 1 2
Calcedonia 1 1
Ópalo 1 1
Sílice 1 1
2 50 139 28 13 0 232
Total 0,9% 21,5% 60% 12% 5,6% 0% 100%
Cuadro 50. Calidad para la talla de las materias primas en los desechos de SG4
79
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
La mayor presencia de desechos con calidades 2 y 3 para la talla (cuadro 50) es concordante
con lo observado entre los núcleos del locus, los que en todos los casos fueron confeccionados
sobre rocas de muy buena calidad.
La calidad para la talla de las materias primas encontradas entre los desechos son
principalmente de calidad 3, 2 y 4 para la talla. El 0,8% de la muestra está confeccionado
sobre rocas de calidad excelente (calidad 1). El 5,6% de los desechos presentó calidad 5
(regular).
El cuadro 51 informa las calidades para la talla observadas para cada tipo de desecho. Las
lascas angulares – el tipo de desecho más abundante en la muestra – presentan calidades 2 a 5.
Sin embargo, el 83% de las mismas se concentran en las calidades 2 y 3 para la talla. Esto
podría estar dando cuenta de una mayor explotación de las rocas que reúnen las características
de las categorías más altas del ranking de calidades para la talla.
Materia prima / tipo (1) (2) (3) (4) (5) (6)
Total
de desecho EX MB+ MB B R M
Tipo de de s e cho Qty
Ls. primaria 5 9 3 17
Ls. primaria 17
Ls. secundaria 9 3 1 13
Ls. c/dorso natural 6 6 Ls. secundaria 13
Las lascas externas (primarias, secundarias, con dorso natural y dorso/angular) son,
principalmente, de calidades 3 (51,3%), 2 (38,5%) y 4 (10%) para la talla. El 77% de ellas es
de dacita. Esto indicaría que las actividades de reducción inicial se llevaron a cabo
predominantemente sobre dacitas de estas calidades.
Las lascas internas, por su parte, exhiben mayoritariamente calidades 3 (64%), 2 (18%) y 4
(12,5%) para la talla. Si comparamos estas frecuencias de calidades para la talla entre los
desechos internos con aquellas informadas en el párrafo anterior para las lascas externas, las
diferencias son notables. La calidad para la talla más representada en cada subgrupo es la 3
(51,3% y 64%). Sin embargo, entre las lascas externas la frecuencia de desechos con calidad
2 es mayor a la observada entre las lascas internas (38,5% vs. 18%). Esto nos señala que las
piezas de esta calidad para la talla habrían sido formatizadas inicialmente (o sometidas a un
desbaste inicial) pero no se habrían continuado tallando en el locus con la misma frecuencia
que aquellas de calidad 3. Si esto último no hubiera sucedido, las frecuencias relativas de las
calidades para la talla entre las lascas externas e internas deberían ser similares. Por lo tanto,
el análisis de las frecuencias de las calidades para la talla entre los desechos parece señalar
que las materias primas de calidad 2 sólo habrían sido formatizadas inicialmente en SG4 para
80
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
luego ser transportadas a otro lugar. Las materias primas sobre las que se habría avanzado en
la reducción in situ serían en mayor medida aquellas con calidad 3 y 4 para la talla.
Dentro de los desechos internos, las lascas de arista sólo ascienden a un 2% de la muestra.
Las materias primas empleadas en estos casos han sido dacita y ftanita. La calidad para la
talla de las mismas es 3 y 4. La escasez de lascas de arista, relacionadas con extracciones
paralelas, se vincularía a las técnicas de reducción empleadas. Una estrategia de reducción
multidireccional, centrípeta y/o bipolar como las identificadas entre los núcleos no habría
tenido como objetivo extracciones paralelas. Esto sugeriría que la extracción de las mismas
podría haberse realizado en otros sectores del espacio. Como he sostenido antes, esto debe ser
contrastado a una escala espacial mayor.
Las lascas de adelgazamiento están compuestas en un 64% por dacita y en un 34% por basalto
y constituyen el 6,5% de los desechos recuperados. Sus tamaños oscilan entre 20 y 55 mm.
Sólo una de ellas presenta reserva de corteza (50% de su cara dorsal). Algunas de estas lascas
pudieron ser remontadas sobre un artefacto bifacial de dacita. Esto me permite afirmar que se
llevaron a cabo actividades de adelgazamiento bifacial en el locus.
Un 36% de las lascas de adelgazamiento bifacial es de calidad 2 (en todos los casos dacita) y
un 64% de calidad 3 (basalto y dacita), es decir, siguen de modo aproximado el patrón de
calidades observado para la muestra de desechos. Sin embargo, la presencia de talones sólo
naturales y lisos entre las lascas de adelgazamiento de calidad 2 para la talla –en contraste con
la presencia de talones diedros, facetados y filiformes en las de calidad 3- estaría dando cuenta
de la realización de estadios de talla menos avanzados sobre las materias primas de esta
calidad. Por el contrario, las lascas de este tipo de calidad 3 presenta talones que estarían
vinculados a momentos más avanzados en la reducción bifacial. De este modo, es posible
proponer que los núcleos de calidad 2 estarían siendo retirados del sitio en estadios de
manufactura anteriores a los alcanzados por los núcleos de calidad 3.
81
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
Los tipos de talones (sensu Aschero 1975, 1983a) identificados son informados por el cuadro
55. Entre los desechos de SG4 predominan los talones lisos (31,40%), seguidos por los
naturales y los facetados con aproximadamente el 20% de la muestra cada uno, y los diedros
con el 14%.
a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a A a
0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1 1,1 1,2 1,3 1,4 1,5 1,6 1,7 1,8 1,9 2 2,1 2,2 2,3 2,4 2,5 2,6 2,7Total
ls. primaria 2 3 1 2 8
ls. secundaria 1 1 1 1 1 1 1 7
ls. c/dorso
natural 1 1 1 3
Dorso/angular 1 1 2
ls. angular 2 1 4 4 1 2 2 2 4 1 3 26
ls. de arista 1 1 1 1 4
Ls. plana 1 1 1 3
ls. adelgaz.
bifac. 1 1 1 1 1 1 6
ls.
Indiferenciada 1 1
Hoja 1 1
Total general 1 0 2 3 7 10 2 2 6 6 0 4 5 2 2 1 4 0 1 1 1 0 0 0 1 61
Cuadro 54. Piezas enteras por tipo de lasca y módulo de longitud – ancho de SG4.
El 90% de las lascas externas no presentan talones naturales (corticales). Si nos concentramos
en las lascas primarias y secundarias –las que esperaríamos que presenten mayor frecuencia de
talones naturales- encontramos que sólo el 18% de ellas presenta talones naturales. Esto
indicaría que las extracciones iniciales se realizarían utilizando plataformas preparadas. La
abundancia de talones lisos y facetados (cuadro 24) podría vincularse a los datos aportados
por el estudio de los núcleos provenientes de este locus (acápite 5.2.1, este capítulo). Como lo
mencioné entonces, se observó el uso de plataformas preparadas en los núcleos recuperados.
Por lo tanto, los datos provenientes de los desechos son coherentes con los recogidos a partir
del estudio de los núcleos. La mayor frecuencia de talones de tipo preparados (no corticales)
en todos los tipos de desechos (aún entre las lascas externas) sugeriría que la técnica de
reducción empleada en SG4 incluía la preparación de la plataforma de percusión previa a la
extracción de las lascas.
La presencia de talones naturales, lisos, diedros y facetados entre las lascas de adelgazamiento
bifacial sugeriría la realización tanto de estadios iniciales como más avanzados de reducción
bifacial en el locus. En este sentido, las piezas bifaciales sobre las que remontan varias lascas
recuperadas en SG4 estarían dando cuenta de la misma situación.
82
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
Natural Liso Diedro Facetado Filiforme Puntiforme Estallado Eliminado Indif. Total
ls. primaria 2 4 3 2 1 12
ls. secundaria 2 4 1 3 10
ls. c/dorso natural 3 1 4
dorso/angular 1 1 1 3
ls. angular 13 23 12 14 3 1 5 1 3 75
ls. adelgaz. bifac. 1 3 2 5 1 1 13
ls. de arista 1 3 4
ls. de arista doble 1 1
Ls. plana 1 2 3
ls. Indiferenciada 5 2 7
Desecho bipolar 1 3 4
Hoja 1 1
Total 28 43 19 27 4 1 11 1 3 137
Cuadro 55. Frecuencia absoluta de tipos de talones por tipo de desecho en SG4.
El cuadro 56 informa los tipos de talones registrados por materia prima. Como puede
observarse, el 76% de las piezas con talones están confeccionadas en dacita. El 21% de ellos
posee talones naturales. Entre los artefactos en basalto (15% de la muestra), en cambio, sólo
un 9% presenta talones naturales. En esta materia prima, el 38% de los talones observados
son lisos y el 19% facetados. Si a estas observaciones sumamos el hecho de que se haya
recuperado una única lasca primaria en esta materia prima (aún cuando es la segunda más
representada entre los desechos) y su talón es facetado, es posible plantear que los núcleos de
basalto habrían ingresado al sitio ya formatizados, o, al menos, con poca reserva de corteza en
ellos. Asimismo, sólo una parte de la secuencia de manufactura se habría llevado a cabo en el
locus, dada la ausencia de evidencia de estadios iniciales de formatización de núcleos o
descortezamiento. Por otra parte, la diversidad de tipos de desechos identificados en basalto,
estaría dando cuenta de actividades (o momentos) de reducción de núcleos de las cuales el
adelgazamiento bifacial representa el 19%.
Tipo de talón /
materia prima Natural Liso Diedro Facetado Filiforme Puntiforme Estallado Eliminado Indif. Total
Andesita 2 1 3
Basalto 2 8 3 4 2 1 1 21
Dacita 23 33 16 21 1 1 9 3 107
Lutita 1 1
Ftanita 1 1 1 3
Pórfido dacítico 3 3
Calcedonia 1 1
Ópalo 1 1
Sílice 1 1
Total 31 44 19 27 4 1 11 1 3 141
Cuadro 56. Frecuencia absoluta de tipos de talones por materia prima en SG4.
El cuadro 57 informa el ángulo de talón por tipo de desecho. El 88% de las lascas externas
presentan ángulos de talón entre 100° y 120° y entre 80° a 100°. El 74% de las lascas internas
poseen talones con ángulos mayores a 100° (de 100° a 120° y mayores a 120°). Siguiendo
con el cuadro 58, donde se exhibe el ángulo medido por tipo de talón, podemos observar que
el 96% de los talones naturales presentan ángulos entre 80° y 100° y entre 100° y 120°. Los
lisos, diedros y facetados, por el contrario, se presentan mayoritariamente en las piezas cuyos
talones miden entre 100° y 120° y/o más de 120° (82%).
83
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
Lo observado hasta aquí parecería sugerir que la variación entre ángulos y tipos de talones y
su correlación con los tipos de lascas podrían estar dando cuenta de distintos momentos en una
secuencia de reducción. Desde los datos arriba discutidos podríamos pensar que las primeras
extracciones (que generarían lascas externas con abundantes talones naturales) poseerían
talones con ángulos entre 80° y 120°. A medida que avanzara la reducción, las lascas
producidas tenderían a presentar talones lisos, diedros y facetados con ángulos entre 100° y
mayores a 120°. Sin embargo, si observamos el cuadro 59, la reserva de corteza presente en
las piezas con diferentes ángulos de talón no covaría (es decir, a mayores ángulos de talón no
disminuye la reserva de corteza). Las lascas sin reserva de corteza entre los talones con
ángulos de 80° a 100° ascienden al 59%, las mismas entre talones con ángulos de 100° a 120°
representan el 70% y aquellas piezas sin reserva de corteza con talones cuyos ángulos superan
los 120° representan el 71 %. Por lo tanto, los datos expuestos en el cuadro 59 no pueden ser
explicados por la secuencia desarrollada en este párrafo.
Ángulo de talón/
Reserva de
corteza >120° 100° - 120° 80° - 100° 50° - 80° Total
0% 15 38 20 3 76
0,1 a 25% 3 4 4 11
25,1 a 50% 4 1 5
50,1 a 75% 1 3 5 9
75,1 a 100% 2 5 4 11
Total 21 54 34 3 112
Cuadro 59. Reserva de corteza de los desechos por ángulo de talón en SG4.
Como puede observarse en el cuadro 60, de modo general, la frecuencia relativa de ángulos de
talones sigue el mismo patrón en las materias primas más abundantes de la muestra (dacita y
basalto).
Ángulos de
talones /
Materia prima >120° 100° - 120° 80° - 100° 50° - 80° Total
Andesita 1 2 3
Basalto 4 (25%) 8 (50%) 4 (25%) 16
Dacita 16 (18%) 43 (50%) 25 (28%) 3 (4%) 87
Lutita 1 1
Ftanita 1 1 2
Pórfido dacítico 1 1
Ópalo 1 1
Calcedonia 1 1
Total 21 54 34 3 112
Cuadro 60. Ángulo de talones por materia prima de los desechos de SG4.
84
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
5.2.3 Instrumentos
Se recuperaron 26 instrumentos en este locus. El cuadro 62 informa los aportes por grupo
tipológico y la materia prima en que han sido confeccionados. La materia prima
predominante es la dacita. Se presenta en diversos colores y calidades para la talla (cuadro
61).
Calidad para la Las materias primas sobre las que fueron
talla / m ate ria (1) (2) (3) (4) (5) (6)
prima EX MB+ MB B R M Total confeccionados los instrumentos de la
Basalto 1 1 7,7%
2 muestra son, principalmente, de calidad 2 y
1 3 para la talla.
Cuarzo 1 2,6%
9 9 2 20
Dacita 45% 45% 10% 76,92%
En términos generales, los instrumentos
1
Filita 1 2,6% siguen el patrón de distribución de las
1
Pórfido dacítico 1 2,6% calidades para la talla observado entre los
Riolita foliada 1 2,6%
1 desechos y los núcleos.
0 9 12 4 1 0 2
Total 0% 34,6% 46,1% 15,4% 3,9% 0% 100%6
Cuadro 61. Calidades de las materias primas
empleadas en la confección de instrumentos.
El basalto, que representa la segunda materia prima en importancia entre los desechos, sigue
ocupando el mismo lugar entre los instrumentos. Sin embargo, su aporte es sólo del 7,7%.
Esta materia prima ha sido utilizada para confeccionar una raedera y una lasca con rastros
complementarios.
Con excepción de dos cuchillos de filo retocado, las materias primas de calidad 2 para la talla
(77%) han sido empleadas en la producción de artefactos bifaciales (cuadro 63).
85
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
Los cuchillos representan el 19,23% de los instrumentos. Dentro de éstos, los de filo
retocado constituyen el único grupo tipológico representado, dominados por el subgrupo de
los filos laterales (60%). Uno de los cuchillos (20%) pertenece al subgrupo tipológico de filo
frontal. La forma base más frecuente entre los cuchillos es la lasca (de arista, angular,
secundaria) con poca o ninguna reserva de corteza. Sólo se han identificado tres talones entre
las formas base, dos de ellos naturales y uno liso. El total de estos instrumentos ha sido
confeccionado en dacita de calidades 2 y 3 para la talla. El 60% de los cuchillos de filo
retocado posee ángulos iniciales de 35° completándose el grupo con ángulos iniciales de 40°.
Los ángulos de desgaste entre estos instrumentos oscilan entre 5° y 15°, con la excepción de
una pieza que presenta un ángulo de desgaste de 40°. El tipo de retoque observado es
paralelo corto regular e irregular y escamoso irregular. El 40% de los cuchillos de filo
retocado presenta evidencia de reclamación, es decir, las piezas utilizadas como formas base
son artefactos reclamados.
Las puntas de proyectil son, junto a los cuchillos de filo retocado, el grupo más numeroso.
Todas ellas han sido confeccionadas en materias primas de calidad 2 y 3 para la talla. El 80%
son de dacita y el 20% (una pieza) es de riolita foliada. En el 80% de los casos fue posible
identificar los subgrupos tipológicos. Tres de ellas presentan pedúnculo diferenciado y aletas
entrantes. La cuarta es apedunculada. Con excepción de una de ellas que se encuentra entera
y fue confeccionada sobre una lasca, todas se encuentran fracturadas en el limbo, el
pedúnculo o las aletas y no ha podido identificarse su forma base. Los pedúnculos
identificados fueron adelgazados por retoque. El 80% de los casos presentan sección
transversal biconvexa simétrica. Los espesores registrados son: 60%, 2 mm; 20%, 3 mm y
20%, 4 mm. El tipo de retoque observado es irregular sin patrón diferenciado, colateral y
paralelo transversal irregular. Los lascados (con excepción de la punta entera) cubren
completamente ambas caras. La punta de proyectill entera (13 x 32 mm) presenta una factura
de menor regularidad que las fracturadas. Su menor tamaño, la sección transversal plano
convexa, la falta de lascados que cubran totalmente ambas caras de la pieza y la irregularidad
en su confección (vistas en plano frontal y sección longitudinal) podrían estar dando cuenta
de la actividad de un tallador menos experto que aquellos involucrados en la confección de
las otras puntas.
Se han recuperado dos preformas de puntas de proyectil. Ambas han sido confeccionadas
sobre dacita de calidad 2 para la talla. Una de ellas ha sido manufacturada sobre una lasca
bipolar extraída del núcleo de dacita de mayor tamaño recolectado en SG4 (acápite 5.2.1, este
capítulo). Sus dimensiones son 22 por 16 por 4 mm (largo, ancho y espesor,
respectivamente). En el caso de la segunda preforma, se trata de un fragmento no
diferenciado.
86
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
El grupo de los artefactos de formatización sumaria presenta dos piezas en la muestra. Una
ha sido confeccionada en dacita y otra en pórfido dacítico, ambos de calidad 4. Es, en
promedio, el grupo con las materias primas de menor calidad para la talla. En un caso la
forma base es un núcleo prismático bidireccional parcial irregular, mientras que en el otro, se
trata de un artefacto no diferenciado. Presentan un 25 y 75% de corteza. En ambos casos el
tipo de retoque es indiferenciado
El grupo de los instrumentos fragmentados está compuesto por dos piezas en SG4. Ambas
han sido confeccionadas sobre dacita, en calidad 2 y 4 para la talla. Las formas base
utilizadas han sido una preforma bifacial y una lasca indiferenciada. La longitud de los filos
fragmentados es de 17 y 20 mm. El tipo de retoque identificado es escamoso irregular.
Las raederas pertenecen al subgrupo tipológico de filo lateral. Han sido confeccionadas
sobre dacita y basalto, de calidades 3 y 4 para la talla, respectivamente. La forma base en
ambos casos ha sido una lasca primaria. El ángulo inicial del filo en este grupo es de 50°-
55° y el medido en ambos casos es de 60°-65°. El tipo de retoque es retalla marginal irregular
e indiferenciado. La conformación del borde de la pieza en basalto es festoneado.
La muesca presente en SG4 es del subgrupo filo angular. Ha sido confeccionada sobre una
materia prima no determinada, de calidad regular para la talla (por la presencia de planos
esquistosos). Ha sido formatizada sobre una lasca primaria muy grande y espesa. La misma
habría sido destacada utilizando percusión con apoyo (por presencia de bulbo difuso).
87
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
Presenta una reserva de 100% de corteza y el talón de la forma base ha sido eliminado por la
formatización de la muesca. El filo es cóncavo semicircular y tiene una longitud de 16 mm.
De los casos en que ha sido posible identificar los talones de las formas base, los lisos y
naturales resultaron ser los más abundantes entre los instrumentos (cuadro 65). Estos datos
siguen, de modo general, el patrón observado entre los desechos, donde los talones más
representados son los lisos (31,40%), naturales y facetados (20% cada uno). Sin embargo,
no se han identificado talones facetados entre los instrumentos. Una posible explicación
para ello sería que las formas base con este tipo de talones no presentaran los módulos de
longitud-ancho buscados para la confección de instrumentos. De hecho, de las nueve lascas
que poseen talones facetados sólo dos (22%) presentan módulos de 1 o más (módulos 1 y
1,6). Aún si fuera así, no podemos descartar la posibilidad de que algunos de los
instrumentos que no presentan talón hayan sido formatizados sobre lascas con talones
facetados.
Tipo de talón / Grupo
Tipológico natural liso Eliminado Total general
cuchillo de filo retocado 2 1 5
Muesca 1 3
Raspador 1 1
Total general 6 4 1 13
Cuadro 65. Tipo de talón registrado en la forma base de los instrumentos en SG4.
88
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
El cuadro 67 informa las formas base identificadas entre los instrumentos. Como puede
observarse, la forma base más utilizada ha sido lasca (46%). Entre ellas, las primarias son las
más numerosas, después de las lascas indiferenciadas.
ls. Ls. ls. de ls. Artef. Preforma
guijarrols. Primaria secundaria angular arista Indif. Indif. Núcleo bifacial Indif.Total
Artef. Form. Sum 1 1 2
Artef. Formatizado 1 1
Artefacto Bifacial 1 1
Bifaz 1 1 2
cuchillo de filo retocado 1 1 1 1 1 5
denticulado 1 1
Instrumento fragmentado 1 1 2
Ls. c/rastros comp. 1 1
Muesca 1 1
preforma de punta de
proyectil 1 1 2
Punta de proyectil 5 5
raedera 2 2
raspador 1 1
Total 1 4 1 1 1 5 3 1 1 8 26
Cuadro 67. Formas base por grupo tipológico en SG4.
89
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
Las reservas de cortezas observadas en el 75% de los núcleos, junto con el número de
extracciones registradas (hasta trece extracciones en un mismo núcleo), podrían ser
indicadores de la ausencia de prácticas de descortezamiento en las explotación de los
rodados. Sin embargo, las plataformas utilizadas para la percusión fueron, las más de las
veces, preparadas (lisas, facetadas, etc.), lo que puede significar la preferencia de este tipo de
plataformas sobre las naturales, tal vez vinculada a la búsqueda de un mayor control sobre los
productos de la talla. La mayor frecuencia entre los desechos de talones lisos (31,4%),
seguidos por los facetados y naturales (20% cada uno), así como la baja frecuencia de talones
naturales entre las lascas primarias y secundarias, parecen señalar en la misma dirección.
El 75% de las piezas ha sido confeccionado en dacita. El basalto es la segunda materia prima
en frecuencia, alcanzando el 16,41% de la muestra. Este último, a diferencia de la dacita,
presenta pocos artefactos con reserva de corteza. El 19% de los desechos en basalto
corresponden a adelgazamiento bifacial. Esto sugiere que el basalto habría ingresado al locus
en forma de núcleos parcialmente descortezados. Por otra parte, aún siendo la segunda en
frecuencia, sólo se recuperaron dos instrumentos en esta materia prima. Uno de ellos es una
raedera formatizada sobre una lasca primaria de esta materia prima que presenta la calidad 4
para la talla. Esto contrasta fuertemente con lo observado en los artefactos de basalto de todo
el conjunto, ya que el 90% de los mismos presenta calidades 2 y 3 para la talla, y sólo se
recuperó una lasca primaria entre los desechos. Por lo tanto, es posible que esta situación
esté dando cuenta de la existencia de una estrategia que buscó economizar el uso del basalto.
La ausencia de estadios más avanzados en la reducción así como de núcleos en esta materia
prima podría estar sugiriendo que los artefactos que originaron los abundantes desechos
recuperados habrían sido transportados a otros sectores del espacio.
Los desechos recuperados, aún cuando presentan mayor variabilidad, siguen en términos
generales el patrón de distribución de las calidades para la talla observadas entre los núcleos.
Las calidades 2 y 3 son las más representadas entre los núcleos, desechos e instrumentos.
Sin embargo, como fuera planteado en el acápite 5.2.2, las lascas externas presentan una
mayor frecuencia de desechos de calidad 2 para la talla, a diferencia de lo observado entre las
lascas internas. Esto, junto con la predominancia de talones lisos o naturales entre las lascas
de adelgazamiento bifacial de la misma calidad, podría estar indicando que sobre ciertos
núcleos sólo se produciría en SG4 una formatización inicial para su posterior transporte a
otros sectores del espacio.
90
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
La presencia de una punta de proyectil pequeña manufacturada sobre una lasca, con secciones
asimétricas y de manufactura irregular, podrían ser producto de la actividad de un tallador
menos experto que aquellos involucrados en la confección de las otras puntas recuperdas.
La mayor frecuencia de lascas primarias utilizadas como forma base de los instrumentos así
como la baja intensidad de retoque registrado podría considerarse evidencia del empleo de
una estrategia expeditiva en la confección de los mismos. Su abandono aún cuando los filos
son útiles o pasibles de reactivar (con ángulos de desgaste relativamente pequeños) apoyaría
esta hipótesis.
En el siguiente capítulo comparo y discuto los aspectos tecnológicos resultantes del análisis
llevado a cabo aquí. De este modo busco establecer líneas de contacto o disrupciones entre
las organizaciones de la tecnología que tuvieron lugar en los dos loci caracterizados en este
capítulo.
91
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
Capítulo 5:
El análisis tecnológico de los loci San Genaro 3 y 4
En este capítulo se realiza el análisis tecnológico de los artefactos líticos que componen las
muestras recolectadas en ambos loci en 1995. Asimismo, se evalúan las características de
cada conjunto que quedaron planteadas a partir del análisis tafonómico realizado en el
capítulo anterior. El estudio de los materiales, desde la perspectiva de la tecnología, nos
permite acercarnos a las decisiones tomadas por los individuos en el pasado. El propósito de
este capítulo es evidenciar similitudes y/o diferencias en las decisiones humanas que
originaron cada conjunto artefactual.
Como ya mencioné, en este locus se recolectaron los materiales líticos provenientes de tres
cuadrículas de 25 m2 cada una (75 m2 en total). La muestra está compuesta por 136 artefactos
y presenta una densidad promedio de 1,81 artefactos por metro cuadrado. El cuadro 14
informa la composición de los conjuntos artefactuales recolectados (cantidad y frecuencia
relativa en cada caso).
En el cuadro 14 puede observarse que en todas las cuadrículas predominan los desechos. El
porcentaje de núcleos es similar en todas las muestras, alcanzando valores de 2 y 5%. La
frecuencia relativa de instrumentos oscila entre 19 y el 35%. Aún cuando la muestra
recuperada de la cuadrícula 1 es la más pequeña, es ésta la que posee en términos absolutos y
relativos más instrumentos.
La dacita fue la roca más utilizada (80% de la muestra, aproximadamente) (cuadro 15). Otras
rocas, como basalto, andesita, filita y riolita - en frecuencias menores - completan la muestra.
La dacita es una roca de calidad variable. El conjunto presenta materiales de calidad muy
buena (56%), buena (35%) y - en menor proporción – excelente, regular y mala para la talla
59
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
(cuadro 16). La presencia de desechos en rocas de calidad regular y mala en un sitio cercano
a una fuente de materia prima de fácil acceso y abundantes rocas de muy buena calidad
(Franco y Borrero 1999) es interesante para discutir el rol de esta variable (calidad para la
talla) en las actividades destinataria de los instrumentos producidos.
Calidad para la talla / (1) (2) (3) (4) (5) (6)
Mate ria prim a Qty % m ate ria prim a EX MB+ MB B R M Total
Andesita 7 5,15 Andesita 1 5 1 7
Basalto 7 5,15 Basalto 5 2 7
Dacita 109 80,15 Dacita 2 7 59 37 4 109
Esquisto 1 0,74 Esquisto 1 1
Filita 2 1,47 Filita 1 1 2
Limolita 1 0,74 Limolita 1 1
Pórfido dacítico 3 2,21 pórfido dacítico 3 3
Riolita 1 0,74 Riolita 1 1
Sedimentaria 2 1,47 Sedimentaria 2 2
Sílice 1 0,74 Sílice 1 1
No determinada 2 1,47 No determinada 2 2
Total 136 100,00 Total 2 8 68 47 8 3 136
Cuadro 15. Composición por materia prima de la Cuadro 16. Calidades para la talla por materia
muestra.
prima.
5.1.1 Núcleos
El tipo de terminación de las lascas extraídas de los núcleos fue quebrada, aguda y en
charnela. Aún cuando todos poseen un volumen importante de masa disponible para ser
trabajada (cuadro 17), la presencia de terminaciones quebradas y en charnela en los dos
núcleos de lascados aislados confeccionados en dacita parecerían ser las causales de su
abandono. En el caso del núcleo de lascados aislados de ftanita de ópalo y el discoidal
irregular, las causas de abandono no han podido ser identificadas. Asimismo, sólo estos dos
últimos núcleos presentan evidencias de reclamación, es decir, han sido lascados luego de
haber permanecido depositados algún tiempo.
Todos los núcleos presentan reserva de corteza (entre 25% y 75%). En cuanto al tipo de
plataforma de percusión empleado, en todos los casos fue natural cortical. Sólo el núcleo de
ftanita de ópalo puede haber tenido, además de naturales corticales, plataformas facetadas y
lisas. La presencia de corteza en todos los núcleos indicaría que el descortezamiento no
constituyó un prerrequisito para la reducción de núcleos y/o extracción de formas base. La
utilización de plataformas naturales ha sido identificada en conjuntos provenientes de otros
sectores de la Isla (Jackson 1987, 2001).
1
Determinada microscópicamente por Dr. Eugenio Aragón (UNLP-CONICET-CIC).
60
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
Módulo L-
Mate ria Long. Ancho Es pe s or Volum e n
Tipo de Núcle o Corte za 3 Calidad Cant.Mín.Ext. A de
Prim a (m m) (m m) (m m) (m m )
e xtracc.
De lascados aislados Dacita 50% 118 98 33 MB (3) 5
381.612 0,72
De lascados aislados Dacita 75% 109 89 47 MB (3) 2 -
455.947
Discoidal irregular Dacita 25% 81 61 33 MB (3) 8 -
163.053
Ftanita de
De lascados aislados 50% 60 42 21 MB+ (2) 2 -
ópalo 52.920
Cuadro 17. Características de los núcleos de SG3.
La forma base predominante entre los núcleos es el rodado (75%). En el caso restante, se ha
utilizado como forma base un instrumento no diferenciado, que también fue confeccionado
sobre un rodado (en este caso, ftanita de ópalo). El tipo de núcleo más numeroso de la
muestra es el de lascados aislados (75%). Considero que la predominancia de la forma base
rodado, así cómo la de tipo de núcleo (de lascados aislados), expresarían una estrategia de
explotación no intensiva, ligada muy probablemente a la abundancia local de materias primas
aptas para la talla en la playa de bermas (Franco y Borrero 1999).
Sin embargo, es interesante detenernos en el núcleo de ftanita de ópalo. Esta es una pieza
que presenta características morfológicas y petrográficas muy distintas a las del resto de
muestra. La forma base ha sido un instrumento no diferenciado. Es un núcleo de lascados
aislados, con un volumen cinco veces inferior al más pequeño de los ejemplares recuperados
de este mismo tipo de núcleos (cuadro 17). La materia prima es ftanita de ópalo y el conjunto
no presenta ningún otro artefacto confeccionado en este material. Entre los núcleos del locus,
esta pieza es la única de calidad 2 (MB+) para la talla. La baja frecuencia de la ftanita de
ópalo en el conjunto, su menor tamaño y mejor calidad para la talla así como el hecho de que
la forma base del mismo haya sido un instrumento, tal vez estén marcando un mayor
aprovechamiento de esta materia prima. Pero este núcleo no se encuentra agotado ni se han
identificado causas claras para su abandono. En este punto deseo incorporar información
sobre la textura superficial de su corteza. Los atributos de la misma se corresponden a los
producidos en un ambiente fluvial (superficies sin textura, desgaste de texturas previas y
diseño en v) (Scasso y Limarino 1997). Esta textura no es compartida por la corteza del resto
de los núcleos y no sería la esperada para rodados provenientes de las bermas litorales. Por
lo tanto, el hecho de que este instrumento haya sido reciclado sería concordante con la menor
disponibilidad de esta materia prima en la localidad (Franco com. pers.).
5.1.2 Desechos
La distribución del basalto entre los tipos de desechos es bastante específica: sólo hay lascas
de adelgazamiento bifacial y desechos indiferenciados. Las lascas angulares, que representan
el tipo de desechos más abundantes y con mayor riqueza de materias primas en el locus, no
poseen ningún ejemplar manufacturado sobre basalto. Sin embargo, no debemos descartar la
posibilidad de que alguno de los desechos indiferenciados en esta materia prima (tres en total)
pueda corresponder a una lasca angular. Aún así, es llamativo el hecho de que el espesor de
61
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
los tres es exactamente el mismo: 5 mm (no presentaron posibilidad de remontaje entre sí).
El tamaño de los desechos indiferenciados es de 25 mm en dos de los casos y 40 mm en el
otro. Sólo uno de los desechos posee corteza. Estos datos podrían estar dando cuenta de un
uso acotado del basalto en la manufactura lítica de SG3. Exploraré las posibles implicaciones
de esta situación más adelante en este capítulo.
La mayor variabilidad encontrada en las calidades para la talla de los desechos contrasta con
las observaciones sobre este punto desarrolladas en el acápite anterior. Como fue informado
entonces, los núcleos en todos los casos fueron confeccionados sobre rocas de muy buena
calidad. Por lo tanto, será sumamente importante observar el comportamiento de esta
variable entre los instrumentos recuperados en este locus.
(1) (2) (3) (4) (5) Las calidades para la talla de las materias
EX MB+ MB B R (5)M Total
Andesita 1 2 1 4
primas (cuadro 19) encontradas entre los
basalto 3 2 5
desechos son principalmente muy buena y
dacita 2 7 41 31 2 83
buena. El 9,5% de la muestra está
Filita 1 1
confeccionado sobre rocas de calidad
Pórfido excelente (calidad 1) y mejor que muy
dacítico 1 1
buena (calidad 2). Sólo el 5% de los
riolita 1 1
2 7 46 36 4 0 95
desechos presentó calidad regular (calidad
Total 2,11% 7,37% 48,42% 37,89% 4,21% 0% 100% 5).
Cuadro 19. Calidad para la talla de las
materias primas en los desechos de SG3
El cuadro 20 informa las calidades para la talla observadas para cada tipo de desecho. Las
lascas angulares – el tipo de desecho más abundante en la muestra – presentan calidades 1 a 5
(desde excelente hasta regular para la talla). Sin embargo, el 86% de las mismas se concentra
en las calidades 3 y 4 (muy buena y buena) para la talla.
Las lascas externas (primarias, secundarias, con dorso natural y dorso/angular) son,
principalmente, de calidades 3 (47%) y 4 (47%) para la talla. El 94% de ellas es de dacita.
Esto indicaría que las actividades de reducción inicial se llevaron a cabo predominantemente
sobre dacitas de estas calidades.
62
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
Dentro de los desechos internos, las lascas de arista sólo ascienden a un 3% de la muestra.
Las materias primas empleadas en este caso han sido dacita y andesita. La calidad para la
talla de las mismas es 3 y 4. La escasez de lascas de arista, relacionadas con extracciones
paralelas, se vincularía a la técnica de reducción empleada. Una estrategia de reducción
predominantemente centrípeta como la identificada entre los núcleos no habría tenido como
objetivo extracciones paralelas
(1) (2) (3) (4) (5) Total
Tipo de de s e cho Qty
Tipo de desecho EX MB+ MB B R general
Ls. primaria 8
Ls. primaria 1 4 3 8
Ls. secundaria 6
Ls. secundaria 2 3 1 6
Ls. con dorso nat. 3
Ls. c/dorso natural 1 2 3
Dorso/angular 1 1 2 Ls. dorso/angular 2
Las lascas de adelgazamiento bifacial constituyen el 10% de los desechos. El 30% de ellas
es de calidad 2 para la talla (MB+) y el 60% de calidad 3 (MB), es decir, son en promedio de
mejor calidad que el resto de los desechos de la muestra. Están compuestas en un 80% por
dacita y 20% por basalto. Sus tamaños oscilan entre 35 y 50 mm. Ninguna de ellas presenta
reserva de corteza. Las lascas de adelgazamiento bifacial recuperadas en este locus no son
asignables a la reducción de una misma pieza (por diferencias macroscópicas de las materias
primas tales como color, grano de la roca, etc.). Por lo tanto, su presencia puede asignarse a
la realización de múltiples eventos de adelgazamiento en el locus.
0,1 a 25,1 a 50,1 a 75,1 a
0% 25% 50% 75% 100% Total
ls. primaria 8 8
ls. secundaria 3 3 6
ls. c/dorso natural 3 3
dorso/angular 2 2
ls. angular 34 6 2 3 45
ls. de arista 3 3
Ls. plana 2 2
Ls. adelgaz. bifac. 10 10
Ls. de reactivacion 1 1
Ls. Indiferenciada 8 1 9
nodulo partido 1 1
desecho indif. 4 2 6
Total general 61 10 6 8 10 95
Cuadro 22. Reserva de corteza presente en los desechos de SG3.
63
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
Los tipos de talones (sensu Aschero 1975, 1983a) identificados son informados por el cuadro
24. Entre los desechos de SG3 predominan los talones naturales (29,5%).
64
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
ls. secundaria 1 1 2 4
ls. c/dorso natural 2 2
dorso/angular 1 1
ls. angular 9 6 6 2 1 1 1 26
ls. adelgaz. bifac. 1 1 2 4 1 1 10
ls. de arista 1 2 3
Ls. plana 1 1 2
ls. Indiferenciada 1 1 2
Total 16 11 10 12 1 2 1 1 54
Cuadro 24. Frecuencia absoluta de tipos de talones por tipo de desecho en SG3.
El segundo tipo de talón más abundante en la muestra es el facetado (22%). Si bien es más
numeroso entre las lascas internas (en especial, entre las de adelgazamiento bifacial, donde su
presencia alcanza un 40%), el 16% de los talones facetados (dos piezas) corresponde a lascas
secundarias (75 y 50% de corteza, respectivamente). Considero que este dato no es
incoherente a la luz del patrón de reducción sin descortezamiento previamente mencionado.
Conforme avanzaban las etapas de reducción (manifestadas por una mayor preparación de los
talones facetados), es esperable que las lascas extraídas aún presentaran reserva de corteza.
Los talones lisos y diedros componen el 20% y 22% de la muestra. Los talones lisos están
presentes tanto entre las lascas externas como en las internas. Los diedros, por el contrario,
parecen restringir su presencia a las lascas internas, principalmente a las angulares y de
adelgazamiento bifacial. Esto sugeriría la realización de estadios de reducción bifacial
iniciales en el locus. En este sentido, la ocurrencia de talones facetados, diedros, filiformes y
puntiformes en este tipo de desechos señalaría el desarrollo de estadios más avanzados de
este tipo de reducción.
El cuadro 25 informa los tipos de talones registrados por materia prima. Como puede
observarse, casi el 90% de las piezas que conservan sus talones están confeccionadas en
dacita. Los artefactos en andesita (lascas de arista, secundaria y angular) presentan en todos
los casos talones naturales, lo que se vincularía a la utilización de la técnica de reducción
antes mencionada, donde las extracciones se llevan a cabo sin el previo descortezamiento del
núcleo. En el caso del basalto, sin embargo, los talones registrados son facetado y
puntiforme, y en ambos casos han sido aislados intencionalmente con respecto al resto de la
lasca. Ninguno de estos desechos posee reserva de corteza. Este patrón difiere claramente a
lo observado para el resto de las materias primas. Las características de los artefactos en
basalto enteros (dos lascas de adelgazamiento bifacial) parecen sólo dar cuenta de actividades
de adelgazamiento bifacial. Si a estos datos sumamos la baja frecuencia de desechos y la
ausencia de núcleos en basalto, considero que es posible afirmar que esta materia prima fue
utilizada de un modo bastante específico (instrumentos bifaciales). Asimismo, sólo una parte
de la secuencia de manufactura se habría llevado a cabo en el locus, dada la ausencia de
evidencia de estadios iniciales de formatización de núcleos (por ejemplo, desechos con
reserva de corteza). Sin embargo, la presencia de una preforma bifacial estaría dando cuenta
65
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
El cuadro 26 informa la longitud del eje tecnológico observado por tipo de desechos enteros
en cada materia prima. La mayor frecuencia de desechos en dacita se produce entre los 30 y
50 mm (69%). Sin embargo, las piezas se distribuyen de modo continuo desde los 11 mm
hasta los 89 mm.
Sólo se han recuperado dos piezas enteras en basalto. En ambos casos se trata de lascas de
adelgazamiento bifacial. Las mismas presentan un eje tecnológico de 28 y 35 mm. El mismo
tipo de artefacto en dacita presenta longitudes mayores, entre 33 y 52 mm.
Entre los artefactos de andesita, sólo uno se encuentra entero. Se trata de una lasca
secundaria cuyo eje mide 50 mm. Las lascas secundarias enteras identificadas entre los
desechos en dacita poseen ejes de 39 y 48 mm.
Como puede observarse en el cuadro 26, las lascas de adelgazamiento bifacial poseen
longitudes de entre 28 y 52 mm.
Tipo de desecho/ ls. ls.
ls. ls. dorso/ ls. ls. de Ls. Ls. de ls.
Materia prima longitud eje c/dorso adelgaz. Total
primaria secundaria angular angular arista plana reactivación Indif.
tecnológico (mm) natural bifac.
Andesita 50 1 1
Basalto 28 1 1
Basalto 35 1 1
Dacita 11 1 1
Dacita 22 1 1
Dacita 23 1 1 2
Dacita 29 1 1
Dacita 30 1 1
Dacita 31 2 2
Dacita 32 1 1
Dacita 33 1 1 2
Dacita 37 3 1 4
Dacita 39 1 1 2
Dacita 41 1 1
Dacita 42 1 1
Dacita 44 1 1
Dacita 47 1 1 2
Dacita 48 1 2
Dacita 50 1 1
Dacita 52 1 1
Dacita 53 1 1
Dacita 58 1 1
Dacita 89 1 1
Total 2 3 1 1 11 2 7 2 1 1 31
Cuadro 26. Longitud del eje tecnológico por tipo de desechos (sólo enteros) por materia prima en SG3.
Teniendo en cuenta que el eje morfológico de una punta de proyectil recuperada en el locus
mide 41 mm (ver acápite 1.3), puedo afirmar que los desechos vinculados a los estadios
finales de adelgazamiento y reducción bifacial no se encuentran presentes en los materiales
recuperados. Pero esta ausencia no puede explicarse como producto de procesos tafonómicos
dado que se han recuperado otros tipos de desechos enteros en tamaños inferiores a 30 mm.
Por lo tanto, esta información me permite proponer como causa posible de la falta de
desechos que den cuenta de los estadios finales de adelgazamiento bifacial a la ausencia en el
66
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
locus de actividades de talla vinculadas a ellos2. En el caso del basalto, las mismas pueden
haber alcanzados momentos más avanzados en la manufactura que los evidenciados por los
desechos en dacita. De todos modos, es posible sugerir que las preformas bifaciales en
estado avanzado de manufactura hayan sido trasladadas a otros sectores del espacio. Esto
último debe ser contrastado a una escala espacial mayor a la utilizada en esta tesis.
El cuadro 27 relaciona la longitud del eje tecnológico y el tipo de talón por desecho. Como
puede observarse, los talones naturales tienen una amplia distribución en el espectro de
longitudes, pero se encuentran completamente ausentes en las piezas con ejes tecnológicos
menores a 30 mm. Los lisos, el tipo más numeroso entre los desechos enteros, se presentan a
lo largo del espectro de longitudes, pero no superan los 58 mm. Los diedros, por su parte,
tienen una distribución más restringida (de 23 a 47 mm). Los facetados acotan su
distribución a las piezas con ejes inferiores a 54 mm, pero el 87,5% de ellos se concentra
entre los 33 y 53 mm.
Tipo de talón / Longitud
natural liso Diedro Facetado puntiforme estallado
Materia prima del eje técnico (mm)
Andesita 50 1
Basalto 28 1
Basalto 35 1
Dacita 11 1
Dacita 22 1
Dacita 23 1
Dacita 29 1
Dacita 30 1
Dacita 31 2
Dacita 32 1
Dacita 33 1 1
Dacita 37 1 1 1 1
Dacita 39 1 1
Dacita 41 1
Dacita 42 1
Dacita 44 1
Dacita 47 1 1
Dacita 48 1
Dacita 50 1
Dacita 52 1
Dacita 53 1
Dacita 58 1
Dacita 89 1
Total 6 10 5 8 1 0
Cuadro 27. Tipo de talón por longitud de eje técnico del desecho (sólo considerando las piezas enteras)
según materia prima de SG3.
Por lo tanto, la amplia distribución de los talones naturales en el espectro de longitudes por
eje tecnológico de las piezas parece estar indicando, nuevamente, la ausencia de prácticas de
descortezamiento de núcleo. Esto habría posibilitado que, aún avanzada la secuencia de
reducción, las plataformas de percusión utilizadas fueran naturales. Los datos del cuadro 27,
sin embargo, sugieren como límite o umbral inferior para la presencia de plataformas
corticales las piezas con ejes menores o iguales a 30 mm. Es a partir de allí que los talones
naturales dejan de presentarse en la muestra. Por otra parte, los talones lisos y diedros
también se encuentran distribuidos en todo el espectro de longitudes, con excepción del
sector donde aquellas superan los 58 y 47 mm, respectivamente. Las piezas con estos talones
podrían estar dando cuenta de estadios medios de reducción de núcleos. Así, la presencia de
ejes superiores a los 58 mm sólo entre los talones naturales sugeriría su correspondencia con
estadios más tempranos de talla. Los talones facetados, por su parte, se observan en piezas
2
Es importante tener en cuenta que la fracción artefactual a la que me estoy refiriendo en este punto supera el
umbral de tamaño de los microartefactos (6,25 mm.). En el capítulo anterior he postulado la ausencia de los
microartefactos como producto de la acción de procesos tafonómicos. La discusión aquí, en cambio, gira en
torno a la fracción artefactual comprendida entre 15 y 30 mm.
67
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
cuyos ejes son menores a 54 mm. De esta manera, su presencia podría estar dando cuenta de
etapas más avanzadas del proceso de reducción.
Los cuadros 28 a 30 informan los tipos de talones registrados por tipo de lasca en las
materias primas más frecuentes en la muestra (dacita, andesita y basalto). Como puede
observarse, entre las lascas confeccionadas en dacita, las frecuencias de los talones naturales,
lisos, diedros y facetados son similares. Este dato sugiere el desarrollo de actividades
iniciales y más avanzadas de talla sobre esta materia prima en SG3. Por su parte, en los
desechos de andesita sólo se han identificado talones naturales. Esto indicaría la realización
de etapas iniciales de reducción en nódulos de andesita en el locus. En cuanto a las lascas de
basalto con talones, sólo se identificaron las producidas por adelgazamiento bifacial. Los
talones observados son facetados y puntiformes. Como ya fuera mencionado, el uso de esta
materia prima parece estar vinculado exclusivamente a la realización de actividades de
reducción bifacial en SG3.
DACITA natural liso diedro facetado filiforme puntiforme estallado indif. Total
ls. primaria 1 3 4
ls. secundaria 1 2 3
ls. c/dorso natural 2 2
Dorso/angular 1 1
ls. angular 7 6 6 2 1 1 1 24
ls. adelgaz. bifac. 1 1 2 3 1 8
ls. de arista 2 2
Ls. plana 1 1 2
ls. Indiferenciada 1 1 2
Total 12 11 10 11 1 1 1 1 48
Cuadro 28. Tipo de talón por tipo de lascas de dacita en SG3.
Ángulos de talones /
Materia prima >120° 100° - 120° 80° - 100° 50° - 80° Total
Andesita 1 1 2
Basalto 1 1
Dacita 9 25 4 1 39
Tota l 10 27 4 1 42
Cuadro 31. Ángulo de talones por materia prima de los desechos enteros de SG4.
Los cuadros 32 a 34 informan las reservas de corteza por ángulo de talón de las lascas en
dacita, andesita y basalto. Como puede observarse allí, los ángulos más representados son los
mayores a 120° y aquellos entre 100° y 120°. La abundancia de ángulos inclinados (de 100°
68
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
a más de 120°) así como la representación de todas las categorías de reserva de corteza entre
las lascas que los poseen, indicaría el uso de una estrategia de reducción en la que la
percusión sería aplicada desde el inicio de la formatización del núcleo con ángulos similares a
los utilizados en la reducción bifacial.
100°- 80°- Andesita >120°
Dacita >120° 120° 100° 50°-80°
50,1 a 75% 1
0% 4 9 2
33. Reserva de corteza por ángulo de talón en
0,1 a 25% 3 1
lascas enteras de andesita en SG3.
25,1 a 50% 1
Basalto 100-120°
50,1 a 75% 1 2
0% 1
75,1% a 100% 1 34. Reserva de corteza por ángulo de talón en
Total 6 15 3 0 lascas enteras
Cuadro 32. Reserva de corteza por ángulo de
talón en lascas enteras de dacita en SG3
5.1.3 Instrumentos
Se recuperaron 36 instrumentos en este locus. El cuadro 35 informa los aportes por grupo
tipológico y la roca en que han sido confeccionados. La materia prima predominante es la
dacita. Se presenta en diversos colores y calidades para la talla (54% de calidad MB, 21,60%
de calidad B y 8% de calidad R) (cuadro 36).
Las materias primas sobre las que fueron confeccionados los instrumentos de la muestra son,
principalmente, de calidad muy buena y buena para la talla (38% y 35%, respectivamente).
En este sentido, la distribución de calidades para la talla difiere del patrón observado entre los
desechos (acápite 5.1.2, este capítulo), entre los que hay mayor variabilidad. Esto sugiere
que habría existido una selección en las materias primas utilizadas para la manufactura de
instrumentos.
Pórfido
Grupo Tipológico Andesita Basalto Dacita Esquisto Filita Limolita Riolita Sedimentaria No det. Total
dacítico
Artef. C/rastros comp. 1 1
Artef. Form.Sum 1 1 1 1 1 1 6
Cepillo 1 1
Chopper 2 2
Cortante 1 1
Cuchillo de filo natural 1 1
Cuchillo de filo retocado 7 1 8
Instrumento fragmentado 1 1
Lito modificado por uso 1 1
Ls. C/rastros comp. 4 4
Percutor 1 1 2
Preforma bifacial 1 1 2
Punta de proyectil 1 1
Punta entre muescas 1 1
69
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
Muesca 1 1
Raedera 2 2
Nódulo probado 1 1
Total 3 1 23 1 1 1 2 0 2 2 36
(8,33%) (2,77%) (63,90%) (2,77%) (2,77%) (2,77%) (5,55%) (0%) (5,55%) (5,55%) (100%)
Cuadro 35. Composición de grupos tipológicos según materia prima de los instrumentos de SG3.
El basalto sólo está presente entre los instrumentos con un 2,77% (correspondiente a una
pieza), diferenciándose de este modo de su aporte entre los desechos (5,4%). Siguiendo con
lo observado entre éstos últimos, el basalto continúa también entre los instrumentos asociado
únicamente a actividades de reducción bifacial. La preforma recuperada (sobre la que
remonta una lasca con talón puntiforme aislado) no presenta evidencia de reciclado o uso,
aún cuando se encuentra entera y con una importante masa aún disponible para ser tallada.
La posible causa de abandono de la preforma es un domo (sensu Pintar 2004) producto de
reiteradas terminaciones quebradas y en charnela.
Los cuchillos representan el 24,3% de los instrumentos. Dentro de éstos, los de filo retocado
constituyen el grupo tipológico más abundante (el 22% de los instrumentos), dominados por
el subgrupo tipológico de los filos frontales. La forma base más frecuente entre los cuchillos
es la lasca angular con poca o ninguna reserva de corteza, y talones lisos. El 50% de los
cuchillos de filo retocado posee ángulos iniciales de 45° completándose el grupo con ángulos
iniciales de 30°, 35° y 40°. Los ángulos de desgaste entre estos instrumentos oscilan entre 15°
y 20°, con la excepción de una pieza que presenta un ángulo de desgaste de 30° . El 25% de
los cuchillos de filo retocado presenta evidencias de reclamación.
Las lascas con rastros complementarios presentan ángulos medidos entre 30° y 70°. Las
formas base de este grupo son una lasca primaria, una secundaria, una angular, una
dorso/angular y una lasca con dorso natural. En todos los casos las piezas presentan reserva
de corteza entre 25% y 100%. Todas las piezas son de dacita de calidades 3 y 4 para la talla.
Las raederas pertenecen a los subgrupos tipológicos de filo frontal y convergente con ápice
romo. El ángulo inicial del filo en este grupo es de 50°-55° y el medido en ambos casos es de
70
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
80°. Las formas base identificadas en este grupo son una lasca primaria y un artefacto
bifacial, ambos en dacita, de calidad 4 y 3 para la talla, respectivamente.
Los percutores pertenecen a los subgrupos tipológicos de ápice y arista. La forma base en
ambos casos fueron rodados, con morfología ecuante y prolada (Zingg 1935),
respectivamente. Sus tamaños son 55 mm en un caso, y superior a 100 mm en el otro.
Presentan calidad 5 y 6 para la talla.
El grupo tipológico de los choppers está presente con dos ejemplares confeccionados sobre
dacita de calidad regular para la talla. Sus formas base fueron una lasca primaria y un
rodado, y presentan 50% y 100% de reserva de corteza. Sus tamaños son 90 mm en un caso,
y superior a 100 mm en el otro.
Se han recuperado dos preformas bifaciales. Ambas fueron confeccionadas sobre rocas de
muy buena calidad para la talla. Una de ellas es de dacita y está fracturada; la otra, a la que
ya me he referido más arriba, es de basalto y está entera. La presencia de una lasca de
adelgazamiento bifacial que remonta sobre esta preforma estaría dando cuenta de la
realización de actividades de formatización bifacial en el sitio. La causa de abandono de esta
preforma (de 80 por 65 por 14 mm) parece haber sido una charnela que trató de eliminarse
sin éxito. No presenta signos de haber sido utilizada. En el caso de la preforma en dacita (67
por 95 por 22 mm), se ha identificado un fragmento medial de lasca confeccionado en la
misma materia prima pero no ha podido ser remontada en la pieza. En la preforma en dacita,
parte del filo perimetral presenta evidencia de haber sido utilizado como instrumento.
La única punta de proyectil recuperada en las tres cuadrículas es de dacita gris verdosa (5GY
6/1) de muy buena calidad para la talla. Se trata de una punta bifacial pedunculada de 41 por
35 mm, con las aletas fracturadas y sección biconvexa asimétrica. El tipo de retoque
observado es irregular y los lascados cubren completamente ambas caras. No se han
encontrado desechos con características similares a las de su materia prima en la muestra.
Con respecto a los tipos de retoque observados, sólo los filos de los cuchillos retocados
presentan retoque paralelo corto regular e irregular y escamoso irregular. El resto de los
filos de la muestra presenta retoque irregular, indiferenciado, retalla o rastros
complementarios.
71
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
retocado
Lito mod.p/uso 1 1
Ls. c/rastros
comp. 1 1 2
Muesca 1 1
Nódulo probado 1 1
Percutor 1 1 2
Preforma bifacial 1 1
Punta entre
muescas 1 1
Raedera 1 1
Total 0 0 1 1 2 2 1 2 5 2 2 2 0 1 1 0 0 1 0 0 0 23
Cuadro 38. Módulo de longitud-ancho de instrumentos enteros en SG3.
De los casos en que ha sido posible identificar los talones de las formas base, los lisos y
naturales resultaron ser los más abundantes entre los instrumentos (cuadro 39). A diferencia
de los desechos, donde los talones más representados son los naturales y los facetados, sólo
en un cuchillo de filo frontal ha sido identificado este último tipo de talón.
Sin embargo, la menor frecuencia de los talones facetados entre las formas base de los
instrumentos es esperable considerando que el tamaño de lascas con estos talones apenas
superan los 50 mm de tamaño (ver apartado 5.1.2). Por otra parte, es probable que los talones
facetados se relacionen con actividades de reducción bifacial, y por ello las piezas presenten
esos tamaños. Si observamos el cuadro 40, podemos apreciar que entre los instrumentos, por
el contrario, los tamaños en casi la totalidad de los casos superan el umbral de 50 mm.
Tipo de talón /
Grupo Tipológico natural liso diedroFacetado estalladoTotal
Artef. C/rastros Total general 6 4 1 1 1 13
comp. 1 1 Cuadro 39. Tipo de talón registrado en la forma
Chopper 1 1 base de los instrumentos en SG3.
Cortante 1 1
cuchillo de filo
natural 1 1
cuchillo de filo
retocado 1 4 5
ls. c/rast.comp 2 1 3
Punta entre 1 1
72
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
Un dato interesante que nos permitirá explorar el origen y selección de las formas base
empleada en la manufactura de los instrumentos es considerar, en los casos que sea posible,
tipo y ángulo de talón por grupo tipológico. El cuadro 42 muestra esa información. Hay
entre las lascas con rastros complementarios una con talón facetado cuyo ángulo es mayor a
120°. Se trata de una lasca primaria cuya extracción ha implicado la formatización y
preparación del talón. Como se puede apreciar en el mismo cuadro, las lascas cuyos ángulos
de talón superan los 120° han sido ampliamente utilizadas, específicamente en la confección
de cuchillos. Si consideramos las frecuencias de los ángulos de talones mayores a 120° y
aquellos de 100° - 120° entre los desechos, se hace evidente que las proporciones se invierten
en el caso de los instrumentos. Entre estos últimos, los ángulos mayores a 120° son los más
frecuentes. Esto sugiere nuevamente la selección de formas base para la manufactura de
instrumentos.
73
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
Las diferencias entre las características de los desechos y los instrumentos hasta aquí
planteadas nos indicarían que para la confección de instrumentos descartados en el locus se
han utilizado formas base derivadas de los primeros momentos de reducción de núcleos y en
su formatización no parece haberse invertido mucho esfuerzo. Esto sugeriría la utilización de
una estrategia expeditiva en la confección de los instrumentos. Sin embargo, la abundancia
de desechos sin reserva de corteza es evidencia de que se continuaron las actividades de talla
sobre núcleos con escasa o ninguna reserva de corteza. La información aportada por los
núcleos es coherente con lo observado entre los instrumentos y, por tanto, también contrasta
con las observaciones realizadas sobre los desechos. Una vez más, la explicación que parece
plausible para esta situación es que los materiales formatizados estuvieran siendo trasladados
por los grupos que ocuparon este espacio. La manufactura y descarte de instrumentos sobre
formas base vinculadas a los primeros momentos de reducción de nódulos parece indicar en
esa dirección (cuadro 43). Este argumento parece fortalecerse aún más cuando consideramos
la baja intensidad de retoque observada en la formatización de los instrumentos así como su
prematuro abandono con ángulos de filo pasibles de ser reactivados. Por otra parte, las
diferencias observadas en cuanto a la calidad de los desechos y los instrumentos
estaría dando cuenta de cierta divergencia entre el destino de los objetos formatizados sobre
rocas de calidad 1, 2 y 3 para la talla - de los que sólo quedaron desechos en el locus – y el
de los instrumentos recuperados entre los que las calidades, además de ser más diversas, son
en menor proporción de las calidades para la talla más altas en el ranking (calidades 1, 2 y 3).
Asimismo, las calidades 1 y 2 no han sido identificadas entre los instrumentos. Su presencia
entre los desechos podría estar informando sobre la reducción / preparación de artefactos en
estas calidades in situ y su posterior traslado a otros sectores del espacio.
El cuadro 43 exhibe las formas base identificadas entre los instrumentos. Como puede
observarse, las lascas son la forma base más frecuente (53%). Entre éstas, las lascas primarias
y angulares son las más abundantes (14% y 17%, respectivamente). Sin embargo, es
importante remarcar que los rodados y nódulos han sido la forma base del 20% de los
instrumentos recuperados en SG3.
74
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
Guijarro ls. de
guijarro ls. ls. Dorso/ Ls. Ls. reduc. ls. ls. de núcleo Artef. Artef.
guijarro con Nódulo flanco Indif. Total
chato Primaria secundaria Angularar angular bif. Indif. preparado Bif. Indif.
lascados de núcleo
Artef. C/
1 1
rastros comp.
Artef. Form.
1 1 4 6
Sumaria
Cepillo 1 1
Chopper 1 1 2
Cortante 1 1
cuchillo de filo
1 1
natural
cuchillo de filo
1 1 3 1 1 1 8
retocado
Instrumento
1 1
Fragmentado
Lito modif.p/uso 1 1
ls. c/rast.comp 1 1 1 1 4
Muesca 1 1
Nodulo probado 1 1
Percutor 1 1 2
preforma bifacial 2 2
Punta entre
1 1
muescas
Punta Proyectil 1 1
Raedera 1 1 2
Total general 4 1 1 1 5 1 1 6 1 1 2 1 1 1 8 36
Cuadro 43. Formas base por grupo tipológico en SG3.
El 90% de las materias primas utilizadas es dacita. La andesita y el basalto, las segundas en
frecuencia de la muestra, se presentan en cantidades menores. A pesar de su escaso número,
el análisis realizado me sugiere que la andesita ha sido trabajada de forma similar a la dacita.
La predominancia de talones naturales y reserva de corteza entre los desechos e instrumentos
en esta materia prima señalarían que su procesamiento inicial se habría llevado a cabo en el
locus. En el caso del basalto, se lo encuentra exclusivamente ligado a actividades de
adelgazamiento bifacial, en muy bajas proporciones, sin restos de corteza y con talones
facetados y puntiformes aislados. Los talones aislados implican una mayor inversión
energética para lograr un mejor control de las extracciones. La presencia de una preforma
entera sin evidencias de reciclaje o uso, cuya aparente causa de abandono fue la presencia de
un domo resultado de múltiples terminaciones quebradas y en charnela, apoya este
argumento. Asimismo, la presencia de una lasca de adelgazamiento con talón puntiforme
aislado que remonta sobre ella indicaría la realización de actividades de reducción bifacial en
esta materia prima en el locus. Esto me inclina a pensar que el basalto tuvo un uso
específico: la formatización de instrumentos bifaciales. Su procedencia no ha sido
establecida, pero la ausencia de corteza tal vez implique una secuencia de descortezamiento y
transporte desde otros sectores del espacio de estos núcleos. Su menor disponibilidad
(Franco com. pers.) puede ser la razón de ello.
Por otra parte, la menor frecuencia de dacita entre los instrumentos en relación a lo observado
entre los desechos (69,4% vs. 87,4%) sería evidencia de una mayor utilización en el sitio de
materias primas diversas y, como ha sido observado, también con características (calidades
75
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
En términos generales, los instrumentos no parecen haber implicado una inversión energética
alta. Con excepción de alguno de los cuchillos, la preforma bifacial y la punta de proyectil,
el resto de los instrumentos cuenta con una conformación irregular del filo. Un caso
particularmente ilustrativo al respecto son los choppers. En los dos ejemplares analizados se
utilizaron materias primas de calidad regular para la talla. El retoque que presenta es
irregular. Considero que la funcionalidad de estos instrumentos fue determinante en la
selección de la materia prima y la baja inversión energética implicada en la formatización de
los mismos. El bajo costo implicado, en general, en los instrumentos parece manifestarse en
la falta de reactivación y abandono cuando son aún útiles o reactivables. Sin embargo, la
reclamación de algunos de ellos probablemente se vincule al ahorro energético implicado en
la prueba de la calidad de un nódulo (Franco 1994).
3
Esta afirmación está fundamentada en una revisión de materiales recolectados selectivamente (núcleos,
instrumentos y preformas) que han quedado fuera del análisis aquí desarrollado.
4
Al momento, no se ha recuperado evidencia de reducción bifacial sobre lascas en SG3.
76
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
Categoría Cuad 1e Cuad 2e Cuad 3e Cuadro 44. Composición por categorías artefactuales
artefactual de las cuadrículas de SG4.
Desecho: incluye lascas (enteras y fragmentos) y desechos
Instrumentos 15 (8,5%) 7 (16%) 4 (9,5%) indiferenciados.
Núcleos 3 (1,7%) - 1 (2,4%) Instrumento: incluye lascas con rastros complementarios y litos
modificados por uso.
Desechos 158 (89,8%) 37 (84%) 37 (88,1%)
Total 176 (100%) 44 (100%) 42 (100%)
En el cuadro 44 puede observarse que en todas las cuadrículas predominan los desechos. El
porcentaje de núcleos en la muestra es bajo y sólo están presentes en dos de las cuadrículas
(cuad. 1e: 1,7% y cuad 3e: 2,4%). La frecuencia relativa de instrumentos oscila entre el 8,5 y
el 16%.
Al igual que en SG3, el tipo de cortezas identificadas entre los artefactos corresponde a la
observada en los rodados. Esto nos indicaría que las materias primas utilizadas provienen de
fuentes secundarias. La playa de bermas – a escasos cientos de metros – es la fuente
potencial de este tipo más cercana al sitio.
Mate ria prim a Qty % Calidad para la talla (1) (2) (3) (4) (5) (6)
Total
/ materia prima EX MB+ MB B R M
Andesita 3 1,15 Andesita 2 1 3
Basalto 43 16,41 Basalto 5 34 2 2 43
Dacita 197 75,19 Dacita 2 51 110 25 9 197
Lutita 3 1,15 Lutita 1 2 3
Ftanita 4 1,53 Ftanita 1 3 4
Pórfido dacítico 4 1,53 Pórfido dacítico 1 3 4
Riolita foliada 1 0,38 Riolita foliada 1 1
xilópalo 2 0,76 xilópalo 1 1 2
Calcedonia 1 0,38 Calcedonia 1 1
Ópalo 1 0,38 Ópalo 1 1
Sílice 1 0,38 Sílice 1 1
No determinada 2 0,76 No determinada 2 2
Tota l 262 100,00 Total 2 60 152 33 15 0 262
Cuadro 45. Composición por materia prima de la
Cuadro 46. Calidades para la talla por materia
muestra.
prima.
La dacita fue la roca más utilizada (cuadros 45 y 46). El basalto es la segunda materia prima
en importancia. Otras rocas, como andesita, ftanita, lutita, pórfido dacítico y xilópalo - en
frecuencias menores - completan la muestra. Como lo mencionara antes, la dacita es una
roca de calidad variable. La muestra presenta materiales de calidad 3 (56%), 2 (26%), 4
(12%) y - en menor proporción – 1, 5 y 6 para la talla.
77
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
5.2.1 Núcleos
Se recuperaron 4 núcleos en SG4. Dos de ellos son bipolares, uno es discoidal irregular y el
último es multidireccional (cuadro 47). La materia prima utilizada en todos los casos fue
dacita, con calidades 1, 2 y 3 para la talla. Se identificaron desechos que remontan sobre tres
de los cuatro núcleos, lo que puede considerarse evidencia inequívoca de su reducción in situ.
El volumen de los núcleos bipolares es, en general, más pequeño que el observado en los
núcleos restantes (cuadro 48). Sin embargo, el bipolar de calidad excelente para la talla, posee
un tamaño extremadamente pequeño. Esto, junto con la presencia de terminaciones en
charnela, parecen haber sido las causas de su abandono. La causa de abandono del segundo
núcleo bipolar no pudo ser identificada, ya que sólo presenta terminaciones agudas y aún
posee una masa importante para ser explotada5. Se han recuperado varios desechos
seguramente pertenecientes a este núcleo (un desecho ha podido ser remontado sobre él), una
preforma de punta y un artefacto formatizado con abundante reserva de corteza.
Con respecto a los núcleos mutidireccional y discoidal irregular, aún cuando poseen un
volumen importante de masa disponible para ser trabajada (cuadro 48), presentan
terminaciones quebradas y en charnela que podrían ser las causales de su abandono.
Tres de los núcleos presentan reserva de corteza (entre 50% y 75%) y en todos los casos es de
rodado. Sólo el núcleo bipolar más pequeño no presenta restos de corteza. En cuanto al tipo de
plataforma de percusión empleado, sólo en un caso fue natural cortical (núcleo bipolar de
mayor tamaño). En los restantes núcleos, se utilizaron plataformas preparadas (lisas,
facetadas, estalladas, etc). La presencia de corteza en todos los núcleos con una masa aún
trabajable parece indicar que el descortezamiento no constituyó un prerrequisito para la
reducción de núcleos y/o extracción de formas base.
Módulo
Mate ria long. Ancho Es pe s or
Tipo de Núcle o Corte z a Volum e n Calidad Cant.Mín.Ext. L-A de
Prim a (m m) (m m) (m m ) 3
(m m ) e xtracc.
Bipolar dacita 0% 24 23 6 3.312 EX (1) 3 -
Bipolar dacita 50% 50 28 24 33.600 MB+ (2) 2 -
Discoidal irregular dacita 75% 101 76 41 314.716 MB (3) 13 0,45
Multidireccional dacita 50% 46 43 28 55.384 MB (3) 3 1,28
Cuadro 48. Características de los núcleos de SG4.
La forma base del 50% de los núcleos es el rodado. En el caso del núcleo bipolar más
pequeño no fue posible identificar cuál ha sido la forma base utilizada. El núcleo discoidal
irregular ha sido confeccionado sobre un rodado que posee evidencias de haber sido usado
como percutor antes y después de ser tallado. Recordamos que este núcleo también presenta
evidencias de haber sido un núcleo reclamado. Si intentamos reconstruir la vida de este
5
Esto surge, principalmente, de su comparación con el tamaño del otro núcleo bipolar.
78
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
El tipo de núcleo más numeroso de la muestra es el bipolar (50%). Esto junto con la evidencia
de reclamación y reciclaje sobre el núcleo discoidal irregular parece estar dando cuenta de una
explotación intensiva de los recursos líticos de las calidades para la talla más altas del ranking
(calidad 1, 2 y 3). Asimismo, el número máximo de extracciones observado (13) parece
señalar en la misma dirección.
5.2.2 Desechos
Como mencioné anteriormente, este es el componente más abundante en el locus. Se
recuperaron 232 desechos en total. El 75% de los mismos es de dacita y el 18% de basalto
(cuadro 49). Pórfido dacítico, andesita, lutita y ftanita constituyen las materias primas que
siguen en importancia, aunque su aporte a la muestra es notablemente más pequeño.
Materia prima Pórfido Riolita No
/ tipo de desecho Andesita Basalto Dacita Lutita Ftantita dacítico Foliada Xilópalo Calcedonia Ópalo Sílice det. Total
Ls. primaria 1 1 13 1 1 17
Ls. secundaria 11 1 1 13
Ls. c/dorso natural 2 4 6
Ls. angular 1 27 90 1 1 120
Dorso/angular 1 2 3
Ls. adelgaz. bifacial 4 11 15
Ls. de arista 3 1 4
Ls. de arista doble 1 1
Ls. plana 1 2 3
Ls. Indiferenciada 1 2 19 1 1 24
Hoja 2 2
Desecho bipolar 3 1 4
Desecho indif. 3 12 1 2 1 1 20
Total 3 41 173 3 3 4 0 2 0 1 1 1 232
(% de la muestra) 1,29% 18% 75% 1% 1% 1,72% 0,00% 0,86% 0,00% 0,43% 0,43% 0,43% 100%
Cuadro 49. Composición de materias primas por tipo de desechos en SG4
La dacita está presente en todos los tipos de desechos, mientras que el basalto realiza su aporte
más notable entre las lascas internas (angulares y de adelgazamiento bifacial, principalmente).
(1) (2) (3) (4) (5) (6)
EX MB+ MB B R M Total
Andesita 1 1 2
Basalto 5 33 2 1 41
Dacita 2 42 100 21 8 173
Lutita 1 2 3
Ftanita 3 3
Pórfido dacítico 1 3 4
Riolita foliada 1 1
xilópalo 1 1 2
Calcedonia 1 1
Ópalo 1 1
Sílice 1 1
2 50 139 28 13 0 232
Total 0,9% 21,5% 60% 12% 5,6% 0% 100%
Cuadro 50. Calidad para la talla de las materias primas en los desechos de SG4
79
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
La mayor presencia de desechos con calidades 2 y 3 para la talla (cuadro 50) es concordante
con lo observado entre los núcleos del locus, los que en todos los casos fueron confeccionados
sobre rocas de muy buena calidad.
La calidad para la talla de las materias primas encontradas entre los desechos son
principalmente de calidad 3, 2 y 4 para la talla. El 0,8% de la muestra está confeccionado
sobre rocas de calidad excelente (calidad 1). El 5,6% de los desechos presentó calidad 5
(regular).
El cuadro 51 informa las calidades para la talla observadas para cada tipo de desecho. Las
lascas angulares – el tipo de desecho más abundante en la muestra – presentan calidades 2 a 5.
Sin embargo, el 83% de las mismas se concentran en las calidades 2 y 3 para la talla. Esto
podría estar dando cuenta de una mayor explotación de las rocas que reúnen las características
de las categorías más altas del ranking de calidades para la talla.
Materia prima / tipo (1) (2) (3) (4) (5) (6)
Total
de desecho EX MB+ MB B R M
Tipo de de s e cho Qty
Ls. primaria 5 9 3 17
Ls. primaria 17
Ls. secundaria 9 3 1 13
Ls. c/dorso natural 6 6 Ls. secundaria 13
Las lascas externas (primarias, secundarias, con dorso natural y dorso/angular) son,
principalmente, de calidades 3 (51,3%), 2 (38,5%) y 4 (10%) para la talla. El 77% de ellas es
de dacita. Esto indicaría que las actividades de reducción inicial se llevaron a cabo
predominantemente sobre dacitas de estas calidades.
Las lascas internas, por su parte, exhiben mayoritariamente calidades 3 (64%), 2 (18%) y 4
(12,5%) para la talla. Si comparamos estas frecuencias de calidades para la talla entre los
desechos internos con aquellas informadas en el párrafo anterior para las lascas externas, las
diferencias son notables. La calidad para la talla más representada en cada subgrupo es la 3
(51,3% y 64%). Sin embargo, entre las lascas externas la frecuencia de desechos con calidad
2 es mayor a la observada entre las lascas internas (38,5% vs. 18%). Esto nos señala que las
piezas de esta calidad para la talla habrían sido formatizadas inicialmente (o sometidas a un
desbaste inicial) pero no se habrían continuado tallando en el locus con la misma frecuencia
que aquellas de calidad 3. Si esto último no hubiera sucedido, las frecuencias relativas de las
calidades para la talla entre las lascas externas e internas deberían ser similares. Por lo tanto,
el análisis de las frecuencias de las calidades para la talla entre los desechos parece señalar
que las materias primas de calidad 2 sólo habrían sido formatizadas inicialmente en SG4 para
80
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
luego ser transportadas a otro lugar. Las materias primas sobre las que se habría avanzado en
la reducción in situ serían en mayor medida aquellas con calidad 3 y 4 para la talla.
Dentro de los desechos internos, las lascas de arista sólo ascienden a un 2% de la muestra.
Las materias primas empleadas en estos casos han sido dacita y ftanita. La calidad para la
talla de las mismas es 3 y 4. La escasez de lascas de arista, relacionadas con extracciones
paralelas, se vincularía a las técnicas de reducción empleadas. Una estrategia de reducción
multidireccional, centrípeta y/o bipolar como las identificadas entre los núcleos no habría
tenido como objetivo extracciones paralelas. Esto sugeriría que la extracción de las mismas
podría haberse realizado en otros sectores del espacio. Como he sostenido antes, esto debe ser
contrastado a una escala espacial mayor.
Las lascas de adelgazamiento están compuestas en un 64% por dacita y en un 34% por basalto
y constituyen el 6,5% de los desechos recuperados. Sus tamaños oscilan entre 20 y 55 mm.
Sólo una de ellas presenta reserva de corteza (50% de su cara dorsal). Algunas de estas lascas
pudieron ser remontadas sobre un artefacto bifacial de dacita. Esto me permite afirmar que se
llevaron a cabo actividades de adelgazamiento bifacial en el locus.
Un 36% de las lascas de adelgazamiento bifacial es de calidad 2 (en todos los casos dacita) y
un 64% de calidad 3 (basalto y dacita), es decir, siguen de modo aproximado el patrón de
calidades observado para la muestra de desechos. Sin embargo, la presencia de talones sólo
naturales y lisos entre las lascas de adelgazamiento de calidad 2 para la talla –en contraste con
la presencia de talones diedros, facetados y filiformes en las de calidad 3- estaría dando cuenta
de la realización de estadios de talla menos avanzados sobre las materias primas de esta
calidad. Por el contrario, las lascas de este tipo de calidad 3 presenta talones que estarían
vinculados a momentos más avanzados en la reducción bifacial. De este modo, es posible
proponer que los núcleos de calidad 2 estarían siendo retirados del sitio en estadios de
manufactura anteriores a los alcanzados por los núcleos de calidad 3.
81
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
Los tipos de talones (sensu Aschero 1975, 1983a) identificados son informados por el cuadro
55. Entre los desechos de SG4 predominan los talones lisos (31,40%), seguidos por los
naturales y los facetados con aproximadamente el 20% de la muestra cada uno, y los diedros
con el 14%.
a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a A a
0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1 1,1 1,2 1,3 1,4 1,5 1,6 1,7 1,8 1,9 2 2,1 2,2 2,3 2,4 2,5 2,6 2,7Total
ls. primaria 2 3 1 2 8
ls. secundaria 1 1 1 1 1 1 1 7
ls. c/dorso
natural 1 1 1 3
Dorso/angular 1 1 2
ls. angular 2 1 4 4 1 2 2 2 4 1 3 26
ls. de arista 1 1 1 1 4
Ls. plana 1 1 1 3
ls. adelgaz.
bifac. 1 1 1 1 1 1 6
ls.
Indiferenciada 1 1
Hoja 1 1
Total general 1 0 2 3 7 10 2 2 6 6 0 4 5 2 2 1 4 0 1 1 1 0 0 0 1 61
Cuadro 54. Piezas enteras por tipo de lasca y módulo de longitud – ancho de SG4.
El 90% de las lascas externas no presentan talones naturales (corticales). Si nos concentramos
en las lascas primarias y secundarias –las que esperaríamos que presenten mayor frecuencia de
talones naturales- encontramos que sólo el 18% de ellas presenta talones naturales. Esto
indicaría que las extracciones iniciales se realizarían utilizando plataformas preparadas. La
abundancia de talones lisos y facetados (cuadro 24) podría vincularse a los datos aportados
por el estudio de los núcleos provenientes de este locus (acápite 5.2.1, este capítulo). Como lo
mencioné entonces, se observó el uso de plataformas preparadas en los núcleos recuperados.
Por lo tanto, los datos provenientes de los desechos son coherentes con los recogidos a partir
del estudio de los núcleos. La mayor frecuencia de talones de tipo preparados (no corticales)
en todos los tipos de desechos (aún entre las lascas externas) sugeriría que la técnica de
reducción empleada en SG4 incluía la preparación de la plataforma de percusión previa a la
extracción de las lascas.
La presencia de talones naturales, lisos, diedros y facetados entre las lascas de adelgazamiento
bifacial sugeriría la realización tanto de estadios iniciales como más avanzados de reducción
bifacial en el locus. En este sentido, las piezas bifaciales sobre las que remontan varias lascas
recuperadas en SG4 estarían dando cuenta de la misma situación.
82
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
Natural Liso Diedro Facetado Filiforme Puntiforme Estallado Eliminado Indif. Total
ls. primaria 2 4 3 2 1 12
ls. secundaria 2 4 1 3 10
ls. c/dorso natural 3 1 4
dorso/angular 1 1 1 3
ls. angular 13 23 12 14 3 1 5 1 3 75
ls. adelgaz. bifac. 1 3 2 5 1 1 13
ls. de arista 1 3 4
ls. de arista doble 1 1
Ls. plana 1 2 3
ls. Indiferenciada 5 2 7
Desecho bipolar 1 3 4
Hoja 1 1
Total 28 43 19 27 4 1 11 1 3 137
Cuadro 55. Frecuencia absoluta de tipos de talones por tipo de desecho en SG4.
El cuadro 56 informa los tipos de talones registrados por materia prima. Como puede
observarse, el 76% de las piezas con talones están confeccionadas en dacita. El 21% de ellos
posee talones naturales. Entre los artefactos en basalto (15% de la muestra), en cambio, sólo
un 9% presenta talones naturales. En esta materia prima, el 38% de los talones observados
son lisos y el 19% facetados. Si a estas observaciones sumamos el hecho de que se haya
recuperado una única lasca primaria en esta materia prima (aún cuando es la segunda más
representada entre los desechos) y su talón es facetado, es posible plantear que los núcleos de
basalto habrían ingresado al sitio ya formatizados, o, al menos, con poca reserva de corteza en
ellos. Asimismo, sólo una parte de la secuencia de manufactura se habría llevado a cabo en el
locus, dada la ausencia de evidencia de estadios iniciales de formatización de núcleos o
descortezamiento. Por otra parte, la diversidad de tipos de desechos identificados en basalto,
estaría dando cuenta de actividades (o momentos) de reducción de núcleos de las cuales el
adelgazamiento bifacial representa el 19%.
Tipo de talón /
materia prima Natural Liso Diedro Facetado Filiforme Puntiforme Estallado Eliminado Indif. Total
Andesita 2 1 3
Basalto 2 8 3 4 2 1 1 21
Dacita 23 33 16 21 1 1 9 3 107
Lutita 1 1
Ftanita 1 1 1 3
Pórfido dacítico 3 3
Calcedonia 1 1
Ópalo 1 1
Sílice 1 1
Total 31 44 19 27 4 1 11 1 3 141
Cuadro 56. Frecuencia absoluta de tipos de talones por materia prima en SG4.
El cuadro 57 informa el ángulo de talón por tipo de desecho. El 88% de las lascas externas
presentan ángulos de talón entre 100° y 120° y entre 80° a 100°. El 74% de las lascas internas
poseen talones con ángulos mayores a 100° (de 100° a 120° y mayores a 120°). Siguiendo
con el cuadro 58, donde se exhibe el ángulo medido por tipo de talón, podemos observar que
el 96% de los talones naturales presentan ángulos entre 80° y 100° y entre 100° y 120°. Los
lisos, diedros y facetados, por el contrario, se presentan mayoritariamente en las piezas cuyos
talones miden entre 100° y 120° y/o más de 120° (82%).
83
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
Lo observado hasta aquí parecería sugerir que la variación entre ángulos y tipos de talones y
su correlación con los tipos de lascas podrían estar dando cuenta de distintos momentos en una
secuencia de reducción. Desde los datos arriba discutidos podríamos pensar que las primeras
extracciones (que generarían lascas externas con abundantes talones naturales) poseerían
talones con ángulos entre 80° y 120°. A medida que avanzara la reducción, las lascas
producidas tenderían a presentar talones lisos, diedros y facetados con ángulos entre 100° y
mayores a 120°. Sin embargo, si observamos el cuadro 59, la reserva de corteza presente en
las piezas con diferentes ángulos de talón no covaría (es decir, a mayores ángulos de talón no
disminuye la reserva de corteza). Las lascas sin reserva de corteza entre los talones con
ángulos de 80° a 100° ascienden al 59%, las mismas entre talones con ángulos de 100° a 120°
representan el 70% y aquellas piezas sin reserva de corteza con talones cuyos ángulos superan
los 120° representan el 71 %. Por lo tanto, los datos expuestos en el cuadro 59 no pueden ser
explicados por la secuencia desarrollada en este párrafo.
Ángulo de talón/
Reserva de
corteza >120° 100° - 120° 80° - 100° 50° - 80° Total
0% 15 38 20 3 76
0,1 a 25% 3 4 4 11
25,1 a 50% 4 1 5
50,1 a 75% 1 3 5 9
75,1 a 100% 2 5 4 11
Total 21 54 34 3 112
Cuadro 59. Reserva de corteza de los desechos por ángulo de talón en SG4.
Como puede observarse en el cuadro 60, de modo general, la frecuencia relativa de ángulos de
talones sigue el mismo patrón en las materias primas más abundantes de la muestra (dacita y
basalto).
Ángulos de
talones /
Materia prima >120° 100° - 120° 80° - 100° 50° - 80° Total
Andesita 1 2 3
Basalto 4 (25%) 8 (50%) 4 (25%) 16
Dacita 16 (18%) 43 (50%) 25 (28%) 3 (4%) 87
Lutita 1 1
Ftanita 1 1 2
Pórfido dacítico 1 1
Ópalo 1 1
Calcedonia 1 1
Total 21 54 34 3 112
Cuadro 60. Ángulo de talones por materia prima de los desechos de SG4.
84
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
5.2.3 Instrumentos
Se recuperaron 26 instrumentos en este locus. El cuadro 62 informa los aportes por grupo
tipológico y la materia prima en que han sido confeccionados. La materia prima
predominante es la dacita. Se presenta en diversos colores y calidades para la talla (cuadro
61).
Calidad para la Las materias primas sobre las que fueron
talla / m ate ria (1) (2) (3) (4) (5) (6)
prima EX MB+ MB B R M Total confeccionados los instrumentos de la
Basalto 1 1 7,7%
2 muestra son, principalmente, de calidad 2 y
1 3 para la talla.
Cuarzo 1 2,6%
9 9 2 20
Dacita 45% 45% 10% 76,92%
En términos generales, los instrumentos
1
Filita 1 2,6% siguen el patrón de distribución de las
1
Pórfido dacítico 1 2,6% calidades para la talla observado entre los
Riolita foliada 1 2,6%
1 desechos y los núcleos.
0 9 12 4 1 0 2
Total 0% 34,6% 46,1% 15,4% 3,9% 0% 100%6
Cuadro 61. Calidades de las materias primas
empleadas en la confección de instrumentos.
El basalto, que representa la segunda materia prima en importancia entre los desechos, sigue
ocupando el mismo lugar entre los instrumentos. Sin embargo, su aporte es sólo del 7,7%.
Esta materia prima ha sido utilizada para confeccionar una raedera y una lasca con rastros
complementarios.
Con excepción de dos cuchillos de filo retocado, las materias primas de calidad 2 para la talla
(77%) han sido empleadas en la producción de artefactos bifaciales (cuadro 63).
85
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
Los cuchillos representan el 19,23% de los instrumentos. Dentro de éstos, los de filo
retocado constituyen el único grupo tipológico representado, dominados por el subgrupo de
los filos laterales (60%). Uno de los cuchillos (20%) pertenece al subgrupo tipológico de filo
frontal. La forma base más frecuente entre los cuchillos es la lasca (de arista, angular,
secundaria) con poca o ninguna reserva de corteza. Sólo se han identificado tres talones entre
las formas base, dos de ellos naturales y uno liso. El total de estos instrumentos ha sido
confeccionado en dacita de calidades 2 y 3 para la talla. El 60% de los cuchillos de filo
retocado posee ángulos iniciales de 35° completándose el grupo con ángulos iniciales de 40°.
Los ángulos de desgaste entre estos instrumentos oscilan entre 5° y 15°, con la excepción de
una pieza que presenta un ángulo de desgaste de 40°. El tipo de retoque observado es
paralelo corto regular e irregular y escamoso irregular. El 40% de los cuchillos de filo
retocado presenta evidencia de reclamación, es decir, las piezas utilizadas como formas base
son artefactos reclamados.
Las puntas de proyectil son, junto a los cuchillos de filo retocado, el grupo más numeroso.
Todas ellas han sido confeccionadas en materias primas de calidad 2 y 3 para la talla. El 80%
son de dacita y el 20% (una pieza) es de riolita foliada. En el 80% de los casos fue posible
identificar los subgrupos tipológicos. Tres de ellas presentan pedúnculo diferenciado y aletas
entrantes. La cuarta es apedunculada. Con excepción de una de ellas que se encuentra entera
y fue confeccionada sobre una lasca, todas se encuentran fracturadas en el limbo, el
pedúnculo o las aletas y no ha podido identificarse su forma base. Los pedúnculos
identificados fueron adelgazados por retoque. El 80% de los casos presentan sección
transversal biconvexa simétrica. Los espesores registrados son: 60%, 2 mm; 20%, 3 mm y
20%, 4 mm. El tipo de retoque observado es irregular sin patrón diferenciado, colateral y
paralelo transversal irregular. Los lascados (con excepción de la punta entera) cubren
completamente ambas caras. La punta de proyectill entera (13 x 32 mm) presenta una factura
de menor regularidad que las fracturadas. Su menor tamaño, la sección transversal plano
convexa, la falta de lascados que cubran totalmente ambas caras de la pieza y la irregularidad
en su confección (vistas en plano frontal y sección longitudinal) podrían estar dando cuenta
de la actividad de un tallador menos experto que aquellos involucrados en la confección de
las otras puntas.
Se han recuperado dos preformas de puntas de proyectil. Ambas han sido confeccionadas
sobre dacita de calidad 2 para la talla. Una de ellas ha sido manufacturada sobre una lasca
bipolar extraída del núcleo de dacita de mayor tamaño recolectado en SG4 (acápite 5.2.1, este
capítulo). Sus dimensiones son 22 por 16 por 4 mm (largo, ancho y espesor,
respectivamente). En el caso de la segunda preforma, se trata de un fragmento no
diferenciado.
86
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
El grupo de los artefactos de formatización sumaria presenta dos piezas en la muestra. Una
ha sido confeccionada en dacita y otra en pórfido dacítico, ambos de calidad 4. Es, en
promedio, el grupo con las materias primas de menor calidad para la talla. En un caso la
forma base es un núcleo prismático bidireccional parcial irregular, mientras que en el otro, se
trata de un artefacto no diferenciado. Presentan un 25 y 75% de corteza. En ambos casos el
tipo de retoque es indiferenciado
El grupo de los instrumentos fragmentados está compuesto por dos piezas en SG4. Ambas
han sido confeccionadas sobre dacita, en calidad 2 y 4 para la talla. Las formas base
utilizadas han sido una preforma bifacial y una lasca indiferenciada. La longitud de los filos
fragmentados es de 17 y 20 mm. El tipo de retoque identificado es escamoso irregular.
Las raederas pertenecen al subgrupo tipológico de filo lateral. Han sido confeccionadas
sobre dacita y basalto, de calidades 3 y 4 para la talla, respectivamente. La forma base en
ambos casos ha sido una lasca primaria. El ángulo inicial del filo en este grupo es de 50°-
55° y el medido en ambos casos es de 60°-65°. El tipo de retoque es retalla marginal irregular
e indiferenciado. La conformación del borde de la pieza en basalto es festoneado.
La muesca presente en SG4 es del subgrupo filo angular. Ha sido confeccionada sobre una
materia prima no determinada, de calidad regular para la talla (por la presencia de planos
esquistosos). Ha sido formatizada sobre una lasca primaria muy grande y espesa. La misma
habría sido destacada utilizando percusión con apoyo (por presencia de bulbo difuso).
87
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
Presenta una reserva de 100% de corteza y el talón de la forma base ha sido eliminado por la
formatización de la muesca. El filo es cóncavo semicircular y tiene una longitud de 16 mm.
De los casos en que ha sido posible identificar los talones de las formas base, los lisos y
naturales resultaron ser los más abundantes entre los instrumentos (cuadro 65). Estos datos
siguen, de modo general, el patrón observado entre los desechos, donde los talones más
representados son los lisos (31,40%), naturales y facetados (20% cada uno). Sin embargo,
no se han identificado talones facetados entre los instrumentos. Una posible explicación
para ello sería que las formas base con este tipo de talones no presentaran los módulos de
longitud-ancho buscados para la confección de instrumentos. De hecho, de las nueve lascas
que poseen talones facetados sólo dos (22%) presentan módulos de 1 o más (módulos 1 y
1,6). Aún si fuera así, no podemos descartar la posibilidad de que algunos de los
instrumentos que no presentan talón hayan sido formatizados sobre lascas con talones
facetados.
Tipo de talón / Grupo
Tipológico natural liso Eliminado Total general
cuchillo de filo retocado 2 1 5
Muesca 1 3
Raspador 1 1
Total general 6 4 1 13
Cuadro 65. Tipo de talón registrado en la forma base de los instrumentos en SG4.
88
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
El cuadro 67 informa las formas base identificadas entre los instrumentos. Como puede
observarse, la forma base más utilizada ha sido lasca (46%). Entre ellas, las primarias son las
más numerosas, después de las lascas indiferenciadas.
ls. Ls. ls. de ls. Artef. Preforma
guijarrols. Primaria secundaria angular arista Indif. Indif. Núcleo bifacial Indif.Total
Artef. Form. Sum 1 1 2
Artef. Formatizado 1 1
Artefacto Bifacial 1 1
Bifaz 1 1 2
cuchillo de filo retocado 1 1 1 1 1 5
denticulado 1 1
Instrumento fragmentado 1 1 2
Ls. c/rastros comp. 1 1
Muesca 1 1
preforma de punta de
proyectil 1 1 2
Punta de proyectil 5 5
raedera 2 2
raspador 1 1
Total 1 4 1 1 1 5 3 1 1 8 26
Cuadro 67. Formas base por grupo tipológico en SG4.
89
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
Las reservas de cortezas observadas en el 75% de los núcleos, junto con el número de
extracciones registradas (hasta trece extracciones en un mismo núcleo), podrían ser
indicadores de la ausencia de prácticas de descortezamiento en las explotación de los
rodados. Sin embargo, las plataformas utilizadas para la percusión fueron, las más de las
veces, preparadas (lisas, facetadas, etc.), lo que puede significar la preferencia de este tipo de
plataformas sobre las naturales, tal vez vinculada a la búsqueda de un mayor control sobre los
productos de la talla. La mayor frecuencia entre los desechos de talones lisos (31,4%),
seguidos por los facetados y naturales (20% cada uno), así como la baja frecuencia de talones
naturales entre las lascas primarias y secundarias, parecen señalar en la misma dirección.
El 75% de las piezas ha sido confeccionado en dacita. El basalto es la segunda materia prima
en frecuencia, alcanzando el 16,41% de la muestra. Este último, a diferencia de la dacita,
presenta pocos artefactos con reserva de corteza. El 19% de los desechos en basalto
corresponden a adelgazamiento bifacial. Esto sugiere que el basalto habría ingresado al locus
en forma de núcleos parcialmente descortezados. Por otra parte, aún siendo la segunda en
frecuencia, sólo se recuperaron dos instrumentos en esta materia prima. Uno de ellos es una
raedera formatizada sobre una lasca primaria de esta materia prima que presenta la calidad 4
para la talla. Esto contrasta fuertemente con lo observado en los artefactos de basalto de todo
el conjunto, ya que el 90% de los mismos presenta calidades 2 y 3 para la talla, y sólo se
recuperó una lasca primaria entre los desechos. Por lo tanto, es posible que esta situación
esté dando cuenta de la existencia de una estrategia que buscó economizar el uso del basalto.
La ausencia de estadios más avanzados en la reducción así como de núcleos en esta materia
prima podría estar sugiriendo que los artefactos que originaron los abundantes desechos
recuperados habrían sido transportados a otros sectores del espacio.
Los desechos recuperados, aún cuando presentan mayor variabilidad, siguen en términos
generales el patrón de distribución de las calidades para la talla observadas entre los núcleos.
Las calidades 2 y 3 son las más representadas entre los núcleos, desechos e instrumentos.
Sin embargo, como fuera planteado en el acápite 5.2.2, las lascas externas presentan una
mayor frecuencia de desechos de calidad 2 para la talla, a diferencia de lo observado entre las
lascas internas. Esto, junto con la predominancia de talones lisos o naturales entre las lascas
de adelgazamiento bifacial de la misma calidad, podría estar indicando que sobre ciertos
núcleos sólo se produciría en SG4 una formatización inicial para su posterior transporte a
otros sectores del espacio.
90
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 5
La presencia de una punta de proyectil pequeña manufacturada sobre una lasca, con secciones
asimétricas y de manufactura irregular, podrían ser producto de la actividad de un tallador
menos experto que aquellos involucrados en la confección de las otras puntas recuperdas.
La mayor frecuencia de lascas primarias utilizadas como forma base de los instrumentos así
como la baja intensidad de retoque registrado podría considerarse evidencia del empleo de
una estrategia expeditiva en la confección de los mismos. Su abandono aún cuando los filos
son útiles o pasibles de reactivar (con ángulos de desgaste relativamente pequeños) apoyaría
esta hipótesis.
En el siguiente capítulo comparo y discuto los aspectos tecnológicos resultantes del análisis
llevado a cabo aquí. De este modo busco establecer líneas de contacto o disrupciones entre
las organizaciones de la tecnología que tuvieron lugar en los dos loci caracterizados en este
capítulo.
91
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 6
Capítulo 6:
Discusión de la organización tecnológica en San Genaro 3 y 4
En este capítulo se compara y discute la información obtenida a partir del análisis tecnológico
de las muestras artefactuales recuperadas en San Genaro 3 y 4. El estudio de las
características compartidas y las diferencias registradas entre los conjuntos constituye una vía
de análisis para aproximarnos a los patrones de uso del espacio de los grupos humanas que
poblaron el norte de la costa fueguina.
6.1 Generales
Entre los conjuntos recuperados en SG3 y 4 la materia prima más frecuente entre los distintos
tipos artefactuales es la dacita (SG3: 80,15%; SG4: 75,19%). Esta materia prima ha sido
registrada en forma abundante en la playa de bermas, la fuente potencial identificada más
cercana a los loci (Franco y Borrero 1999). En ambos sitios, las cortezas presentes en los
artefactos confeccionados en distintas rocas son del tipo observado entre los rodados, es decir
que las materias primas utilizadas habrían sido obtenidas de fuentes secundarias (Nami 1992).
Si a estos datos sumamos que entre los desechos de SG3 y 4 aquellos con reserva de corteza
superan el 30% (SG3: 36%; SG4: 33%), es posible proponer que la mayoría de las materias
primas trabajadas en los loci serían de origen local y que, probablemente, provendrían de las
bermas litorales.
Con respecto a los aportes de otras materias primas a los conjuntos, en SG3 encontramos que
las segundas en importancia son la andesita y el basalto, representando en cada caso el 5,15%
de los artefactos recuperados. A pesar de su escaso número, el análisis de los artefactos en
andesita sugeriría que ha sido trabajada de manera similar a la dacita. La predominancia de
talones naturales y la presencia de reserva de corteza entre los desechos e instrumentos
confeccionados en esta materia prima, indicaría que su procesamiento inicial se habría
realizado en el locus. En cuanto al basalto, la escasa presencia de reserva de corteza sobre los
artefactos sugeriría que esta materia prima habría ingresado al locus en forma de núcleos
preparados o, al menos, que éstos habrían sido previamente descortezados. Asimismo, se
registra una alta frecuencia de preparación de borde y plataforma así como también de talones
aislados en las lascas de basalto. Esto podría estar dando cuenta de conductas que buscaron
economizar esta materia prima (Franco 2002). La causa de ello podría ser la escasez de esta
litología en la localidad (Franco com. pers.). La predominancia de lascas de adelgazamiento
bifacial entre sus desechos, así como la presencia de una preforma bifacial (con una lasca que
92
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 6
remonta sobre ella) entre los instrumentos recuperados en SG3, parecerían indicar que el
basalto habría sido utilizado específicamente en la formatización de instrumentos bifaciales y
que dicha actividad habría sido realizada in situ. Sin embargo, la ausencia de desechos
vinculados a etapas más avanzadas en la reducción bifacial, sugeriría que las preformas de
basalto habrían sido transportadas a otros sectores del espacio para continuar con su
formatización.
En SG4, la segunda materia prima más frecuente es el basalto, con un 16,41% de la muestra.
Entre los desechos en esta materia prima predominan las lascas internas, presentándose tan
sólo una lasca primaria. Se registra una alta frecuencia de preparación de borde y plataforma
así como de talones aislados entre las lascas de esta materia prima. Como se observara en
SG3, esta roca parece también haber ingresado al locus en forma de núcleos previamente
formatizados o descortezados. Sin embargo, a diferencia de ese locus, el tipo de desecho en
basalto más numeroso en SG4 es la lasca angular (66%), seguido por las de adelgazamiento
bifacial (10%). Esto podría estar indicando la utilización de técnicas de reducción más
diversas o la realización de un mayor número de etapas o momentos en la reducción de esta
materia prima en SG4 con respecto a lo registrado en SG3 (sólo lascas de adelgazamiento
bifacial). A pesar de su alta frecuencia en el conjunto, sólo dos instrumentos confeccionados
sobre basalto han sido recuperados en SG4. Se trata de una raedera y una lasca con rastros
complementarios, cuyos tamaños son 55 y 45 mm, respectivamente. La forma base de la
primera ha sido una lasca primaria de calidad 4 (buena) para la talla. Sin embargo, entre los
artefactos de basalto en general, se observa que el 90% de los mismos presentan calidad 2 y 3
para la talla. Pero sólo dos desechos superan el tamaño de 45 mm, y uno de ellos es de
calidad 5 (regular) para la talla. Por lo tanto, el basalto parece haber sido una materia prima
conservada también en SG4. La ausencia de núcleos y/o instrumentos bifaciales en esta roca
me inclina a proponer que los mismos estarían siendo trasladados a otros sectores del espacio.
Lo mencionado en los dos párrafos precedentes sugiere que la explotación del basalto
practicada en ambos loci buscó economizar esta materia prima. Se han recuperado materiales
que dan cuenta de la realización de eventos de adelgazamiento bifacial sobre basalto tanto en
SG3 como en SG4. En el primero, las evidencias artefactuales (lascas y preforma)
recuperadas sugieren que su uso se vincularía exclusivamente a la producción de bifaces. Sin
embargo, en SG4, la ausencia de artefactos bifaciales en basalto, la mayor frecuencia de esta
materia prima entre los desechos y la menor abundancia de lascas de adelgazamiento bifacial,
podrían estar sugiriendo una mayor variabilidad en las actividades de reducción realizadas in
situ (mayor número de estadios, distintas técnicas de talla, etc.). La ausencia de instrumentos
bifacilaes terminados o núcleos confeccionados sobre basalto en SG3 y 4 sugeriría el traslado
de las piezas formatizadas fuera del sitio.
El estudio de las calidades para la talla registradas entre los artefactos de ambos loci señala
algunas diferencias. En la muestra de SG3 predominan las calidades para la talla 3 y 4,
mientras que en SG4, lo hacen las calidades 2 y 3. Esto podría implicar que los atributos o
características buscadas por los talladores en las rocas habrían sido diferentes en cada sitio.
Estas diferencias se mantienen al comparar las frecuencias de las categorías de calidad para la
talla separadamente por núcleos, instrumentos y desechos provenientes de SG3 y 4. Es decir,
las calidades para la talla son siempre “mejores” (más altas en la escala) en los materiales de
SG4. Por lo tanto, es posible sugerir que los criterios de selección de las materias primas en
ambos loci fueron distintos. La causa de esta diferencia podría ser la finalidad diferencial de
los artefactos a formatizar. Sin embargo, esta hipótesis debe ser evaluada con la realización
de nuevos estudios en el futuro.
93
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 6
Los núcleos recuperados en ambos loci presentan, en su mayoría, reserva de corteza (con la
excepción del núcleo bipolar más pequeño de SG4). El tipo de corteza identificado sobre
todos los núcleos es de rodado. Esto indicaría el carácter secundario de la/s fuente/s de
aprovisionamiento. Entre las formas base identificadas, predominan los rodados. Sólo un
núcleo de SG3 fue confeccionado sobre un instrumento no diferenciado (núcleo de ftanita de
ópalo).
Se ha identificado posibles causas de abandono para el 50% de los núcleos de SG3. Para los
restantes, las mismas permanecen desconocidas. En SG4 se han identificado posibles causas
de abandono para el 75% de los núcleos. Esto podría estar sugiriendo que los núcleos de SG3
fueron abandonados con mayor frecuencia que en SG4 cuando aún podía continuarse su
reducción. El mayor volumen en promedio observado entre los núcleos de SG3 parece
señalar en la misma dirección.
Las técnicas de reducción identificadas en SG3 implican en todos los casos extracciones
centrípetas, incluyendo dentro de éstas la técnica de reducción bifacial. En SG4 se
registraron, en cambio, extracciones multidireccionales, centrípetas, bidireccionales
(observadas en núcleo utilizado como forma base para la confección de un instrumento) y
bipolares.
Las calidades para la talla de los núcleos de SG4 son 1, 2 y 3, mientras que en SG3 son sólo 2
y 3. Esto podría estar dando cuenta de la aplicación de criterios diferentes en la selección de
materias primas por parte de los individuos que habitaron cada locus. Otra posibilidad que
podría explicar estas diferencias es que en SG4 se estuvieran utilizando materias primas
provenientes de fuentes más diversas. Sin embargo, como se mencionara anteriormente,
estas hipótesis deben ser evaluadas con nuevos estudios.
Como en el caso de los núcleos, la materia prima predominante entre los desechos de ambas
muestras es la dacita (SG4:87,4% y SG3:75%). En SG3, el basalto y la andesita aportan un
4,4 y 4,2% a la muestra de desechos. En SG4, en cambio, el aporte del basalto asciende al
18% de la muestra de desechos. En SG4, predominan los desechos internos en basalto
(85,3% de la muestra de basalto). En SG3 los desechos de basalto sólo son internos, y entre
las lascas enteras, sólo pudieron reconocerse de adelgazamiento bifacial. La baja frecuencia
de corteza entre los desechos de basalto en ambos loci sugeriría que esta materia prima ha
ingresado a los sitios ya descortezada, probablemente en forma de núcleos formatizados.
94
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 6
En cuanto a las calidades para la talla, los desechos en SG3 presentan mayor variabilidad que
lo observado entre los núcleos del mismo locus. Asimismo, las mayores frecuencias relativas
corresponden a las calidades 3 y 4 para la talla. En SG4, la variabilidad -en cuanto a calidades
para la talla- también es mayor entre los desechos. Sin embargo, las mayores frecuencias
relativas registradas entre los desechos siguen lo planteado para los núcleos, predominando
las calidades 2 y 3 para la talla.
En ambos loci las lascas externas representan un porcentaje importante de la muestra de los
desechos (SG3: 20%, SG4: 20%). Esto sugeriría que se llevaron a cabo estadios iniciales de
reducción in situ en SG3 y 4.
Las calidades para la talla de las materias primas de las lascas de adelgazamiento bifacial son
100% de tipo 2 y 3 en SG4. En SG3, la calidad de las mismas es en el 90% de los casos de
tipo 2 y 3. Por lo tanto, esto estaría sugiriendo la aplicación de criterios de selección similares
sobre las rocas utilizadas para la formatización de piezas bifaciales.
Los módulos de longitud-ancho entre los desechos de SG4 son superiores a los observados
entre los desechos de SG3. Por ejemplo, las lascas angulares alcanzan módulos de 1,9 en
SG4, mientras que el máximo observado en SG3 es 1,3. Esto podría estar dando cuenta de la
búsqueda de módulos mayores en la extracción de formas base en SG4. Este punto será
contrastado con la información disponible en el apartado sobre instrumentos en este capítulo.
En SG3 predominan los talones naturales (29,6%), mientras que en SG4 los lisos son los más
abundantes (31,4%). Si consideramos el tipo de lasca más numeroso en ambos conjuntos (las
angulares), encontramos que entre las de SG3 predominan los talones naturales. En SG4, por
su parte, este mismo tipo de lasca posee mayoritariamente talones lisos. Esto es coherente
con lo observado entre los núcleos de cada loci. En SG3, las plataformas identificadas entre
los núcleos son en todos los casos naturales. En SG4, por el contrario, se presentó una mayor
diversidad de tipos de plataformas, entre las que se incluyen, naturales, lisas, diedras,
estalladas y, probablemente, facetadas. Estas diferencias estarían dando cuenta de modos
distintos de reducción de núcleos. En SG3, se percutiría directamente sobre la corteza del
rodado, mientras que en SG4, una vez que se destacaran las primeras lascas de un nódulo, se
preferirían las plataformas sin corteza para continuar la reducción.
Entre las lascas de adelgazamiento bifacial de SG4 predominan los talones lisos, diedros y
facetados. Para la misma categoría de desechos en SG3 predominan los diedros y los
facetados. La menor presencia de talones lisos entre las lascas de adelgazamiento bifacial de
SG3 podría estar dando cuenta de la realización más acotada a etapas avanzadas de reducción
bifacial en este locus.
En SG4 predominan los talones con ángulos de 100º a 120º y de 80º a 100º. En SG3, por su
parte, predominan los ángulos mayores a 120º y de 100º a 120º. Esta diferencia podría
considerarse una evidencia más del empleo de distintas secuencias y/o técnicas de reducción
95
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 6
en cada locus. La de SG3 sería una reducción de tipo centrípeta, en muchos casos bifacial.
En SG4, se realizarían extracciones centrípetas, multidireccionales y bidireccionales.
La materia prima predominante entre los instrumentos es la dacita en ambos loci. La calidad
de la materia prima de los instrumentos de SG3 sigue la distribución de las calidades
observadas sobre los desechos y difiere de lo observado entre los núcleos. En SG4, la calidad
de las materias primas utilizadas en la confección de instrumentos sigue la distribución de las
calidades observadas en los desechos y los núcleos, con la presencia de materias primas de
calidad 4. Esta calidad no ha sido identificada entre los núcleos del sitio, pero se presenta en
las mismas proporciones entre los instrumentos y desechos (15% entre los instrumentos, 12%
entre los desechos).
En SG3 los instrumentos con reserva de corteza del 100% ascienden al 22% de la muestra
mientras que en SG4 sólo alcanzan el 11%.
El grupo tipológico más numeroso en ambas muestras es el de los cuchillos con filo retocado
(en SG4 éstos son igualados en número por las puntas de proyectil). Asimismo, también son
éstos los instrumentos con mayor evidencias de reclamación (representan el 50% de los
instrumentos reclamados registrados en ambos loci). La mayor tasa de reclamación observada
entre los cuchillos de filo retocado puede ser efecto del mayor tamaño de la muestra de este
grupo tipológico con respecto a los restantes representados. La ausencia de evidencias de
reclamación entre las puntas de proyectil de SG4 junto con el hecho de que el 80% de las
mismas presenta algún tipo de fractura, podría estar informando que el estado de estos
instrumentos no los hizo atractivos para su carroñeo.
En SG3 el subgrupo dominante dentro de los cuchillos es el de filo frontal, mientras que en
SG4 lo es el de filo lateral. Esta diferencia probablemente se vincule a los menores módulos
de longitud-ancho observados entre las lascas de SG3. Los cuchillos de filo frontal de este
mismo sitio registran módulos de longitud-ancho de 0,6 a 1,3 y ángulos de desgaste de 15 a
30°. SG4 exhibe en sus cuchillos de filo frontal un ángulo de desgaste de 15° y módulos de
longitud-ancho de 1,6. Esto último podría estar dando cuenta, a diferencia de lo observado en
SG3, de una mayor estandarización en la forma, uso y descarte de los cuchillos en ese locus.
En SG4 se registra una mayor presencia de bifaces, preformas bifaciales y puntas de proyectil.
Las lascas con rastros complementarios son abundantes en SG3 (14%) mientras que en SG4
sólo alcanzan el 4% (un ejemplar). Estas diferencias podrían estar indicando la presencia de
un componente expeditivo mayor en la tecnología de SG3.
96
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 6
medido es de 80°. Esto señalaría una estandarización en la selección de los ángulos iniciales
y un descarte pautado cuando el filo alcanza los 80°. En SG4, a diferencia de lo que sucede
con los cuchillos, se observa una mayor diversidad en los ángulos iniciales (45° y 55°) y los
medidos (50° y 65°) de las raederas. De los datos expuestos en este párrafo se desprendería
que los ángulos de desgaste (inicial menos el medido) son menores entre las raederas de SG4.
En este locus, la única pieza que arrojó un ángulo medido de 80º ha sido el raspador.
En las recolecciones arqueológicas llevadas a cabo en SG4 durante 1999 (y cuyos materiales
no se incluyeron en los análisis llevados a cabo en esta tesis) se recuperó un sobador entero de
arenisca rojiza (170 por 91 por 53 mm.) con rastros macroscópicos de uso (pulido en cara
activa) y un rodado entero de color rojo cuya materia prima puede ser ftanita de ópalo. El
tamaño de este último (52 por 33 por 31 mm) señalaría que, aún cuando no presenta
modificación antrópica alguna, este nódulo habría sido trasladado al locus para ser trabajado
bipolarmente.
Se ha observado una baja frecuencia de instrumentos reactivados así como desechos que den
cuenta de esta actividad. Pero no debemos olvidar que los ángulos registrados entre los
instrumentos de ambos loci no dan cuenta de un uso intensivo de los mismos (muchos de ellos
presentan potencial para ser activos) y, tal vez por ello, no sería esperable la presencia de
evidencias de reactivación. Una causa posible para esto sería que las estadías en la costa,
aunque numerosas, fueran de corta duración.
En cuanto al estado de los instrumentos, en SG3 el 70% de los mismos está entero mientras
que en SG4 sólo el 35% de los instrumentos lo está. El 92% de los instrumentos enteros de
97
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 6
SG3 presentan tamaños mayores a 55,1 mm, mientras que en SG4 sólo el 55% de los mismos
posee tamaños mayores a 55,1 mm.
En el análisis tecnológico de las muestras provenientes de ambos loci, el núcleo con mayor
número de extracciones ha sido identificado en SG4 (13 extracciones). Sin embargo, en
promedio, los núcleos de ambos sitios presentan un número bastante menor de extracciones (2
a 5). Un factor importante a tener en cuenta en esta discusión es el volumen de los núcleos
que podría estar dando cuenta del menor tamaño de los nódulos explotados o de una
explotación más intensiva de los mismos. La presencia de porcentajes de reserva de corteza
similares entre los núcleos de ambos loci indicaría que los tamaños de los nódulos
seleccionados y reducidos en SG4 fueron, en promedio, menores a los de SG3.
Para evaluar las calidades para la talla de las materias primas presentes entre los desechos,
deseo considerar las calidades 1 y 2 de modo conjunto ya que la primer categoría es muy
escasa en la muestra. Esto probablemente se deba al agregado de la calidad 2 a la escala, la
que permitió dar cuenta de la variabilidad existente entre las materia primas. De todos modos,
las calidades 1 y 2 representan las rocas con la “mejor” calidad para la talla.
En SG3 el 8% de los desechos exhiben calidades 1 ó 2 para la talla, mientras que en SG4 los
desechos con materias primas en estas categorías ascienden al 22%. En el caso de los
núcleos, en SG3 el 25% (un ejemplar) presenta estas calidades para la talla. En el caso de
SG4, el porcentaje de núcleos en estas categorías es del 50% (dos ejemplares).
Los ángulos de desgaste observados sobre los cuchillos de filo retocado (el grupo tipológico
más numeroso entre los instrumentos de ambos loci) presentan patrones bastantes distintos en
SG3 y 4. Mientras que en el primer sitio oscilan entre 5° y 30°, en el segundo el 60% de los
cuchillos presenta ángulos de desgaste de 15°.
En base al examen de los patrones observados en las muestras analizadas en esta tesis,
pudimos observar algunas diferencias entre SG3 y 4. A continuación, evalúo el significado
de esas diferencias en términos de sus implicaciones para discutir las estrategias de uso del
espacio que generaron los conjuntos artefactuales de estos loci.
1
Las categorías para la talla son de carácter tentativo ya que el nódulo se encuentra entero. Las mismas han
sido asignada en base a las características similares de su corteza con las del núcleo recuperado en este mismo
locus.
98
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 6
En SG3, en cambio, las características del conjunto artefactual lítico se alejan parcialmente de
lo observado en SG4. Sin embargo, esa distancia puede ser significativa en términos de la
modalidad de uso del espacio costero.
En SG3, el 70% de los instrumentos recuperados se encuentran enteros. Como lo mencionara
en párrafos previos, en SG3 predominan las dacitas (roca disponible localmente) con una
frecuencia relativa superior a la observada en SG4 (87% en SG3 vs. 75% en SG4) y el 86% de
las calidades para la talla registradas en SG3 son 3 y 4. La presencia de calidades 1 y 2 en
bajas proporciones en SG3 y su mayor presencia en SG4, estarían dando cuenta de la
disponibilidad regional de rocas con estas calidades para la talla. Por lo tanto, en SG3 el
rango de explotación y/o aprovisionamiento de materias primas manifestado por los artefactos
recuperados sería preponderantemente local, mientras que en SG4 el mismo parecería estar
dando cuenta de una escala espacial mayor de explotación.
Los artefactos en basalto - que han sido identificado en bajos porcentajes en SG3 – están en
todos los casos vinculados a actividades de reducción bifacial. Como lo propuse más arriba,
esta materia prima parece haber sido utilizada de modo bastante específico en SG3, mientras
que en SG4 sólo el 20% de los artefactos recuperados en esta roca son evidencia inequívoca
de actividades de reducción bifacial. El basalto habría sido conservado en ambos sitios, pero
su utilización en SG3 se restringiría exclusivamente a la producción de artefactos bifaciales.
En el acápite 5.1.1 del análisis tecnológico de SG3 observamos que los tres núcleos restantes
(además del de ftanita de ópalo) están formatizados sobre rodados de dacita de calidad 3 para
la talla. El volumen de los mismos va de 163.053 a 455.947 mm3. El número máximo de
extracciones de cada núcleo es 8, 5 y 2. Dos de ellos son núcleos de lascados aislados y uno
discoidal irregular. En los dos primeros casos, las terminaciones en charnela fueron
propuestas como causas del abandono de los mismos; en el caso del núcleo discoidal, no fue
posible identificar una causa posible para ello. De todos modos, la masa disponible en todos
los casos parece indicar que el agotamiento no fue causa de abandono de ninguno de los
núcleos.
Es notable que el 11% de los instrumentos en SG3 son lascas con rastros complementarios.
Las mismas son en todos los casos de dacita de calidades 3 y 4 para la talla (calidades
disponibles entre los guijarros de las bermas litorales).
La presencia de un nivel de valvas de Mytilus sp. y restos de peces en SG3, sugerirían que el
uso de este espacio estaría vinculado a la explotación de recursos marítimos costeros.
99
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 6
100
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 7
Capítulo 7:
Conclusiones sobre las estrategias de uso del espacio de SG3 y 4
Esta tesis ha tenido dos instancias de análisis que proveyeron información con implicaciones
para discutir las estrategias de uso del espacio implementadas por los grupos humanos que
habitaron los loci aquí estudiados. Por una parte, el análisis tafonómico, cuyo principal
objetivo fue identificar y discutir los agentes causales de los patrones observados en las
muestras artefactuales. Enfocándose en los registros de los procesos que actuaron sobre los
artefactos líticos a posteriori de su depositación, este estudio me permitió dar cuenta de la
historia formacional de los conjuntos, caracterizándolos en términos de su resolución e
integridad. De este modo, se identificaron variables con potencial para la investigación
arqueológica que permitieran acercarnos a las conductas humanas que originaron los
artefactos recuperados en los loci. Por otra parte, se llevó a cabo el análisis de un conjunto de
variables morfológicas con implicaciones tecnológicas que me posibilitaron delinear
similitudes y diferencias en el origen conductual de los conjuntos artefactuales de SG3 y 4.
Las dunas litorales de la bahía de San Sebastián habrían ofrecido un espacio reparado de los
vientos, factor que parece haber condicionado la localización de los asentamientos en otros
sectores del norte de la Isla (Borrero 1979, 1981, 1986; Massone et al. 1993). El registro de
actividades de reclamación y equipamiento del espacio, así como la historia acrecional
propuesta a partir del análisis de las intensidades de corrasión registradas en los conjuntos,
señalarían que este espacio costero habría sido ocupado recurrentemente en el tiempo. Este
comportamiento ha sido evidenciado en otros lugares del norte de Tierra del Fuego, como es
el caso de las localidades Tres Arroyos y Marazzi (Chile), y Cabeza de León (Argentina).
Sin embargo, aún cuando este sector de la costa presenta evidencias de un intenso uso, el
mismo no habría sido homogéneo en términos de las actividades allí desarrolladas. Como ha
sido discutido en los capítulos anteriores, en ambos loci se habría llevado a cabo la
formatización inicial de núcleos, que posiblemente fueron transportados a otros sectores del
espacio. En el caso del basalto, la recuperación casi exclusiva de desechos internos, con altos
porcentajes de lascas de adelgazamiento bifacial entre ellos, señalaría que esta materia prima
habría ingresado a ambos sitios ya formatizada, o al menos como núcleos (tal vez bifaciales)
ya descortezados. A pesar de la fuerte vinculación del basalto a actividades de reducción y
adelgazamiento bifacial, no se han recuperado puntas de proyectil en esta materia prima en las
muestras. En términos generales, los materiales de SG3 y 4 dan cuenta de un uso poco
intensivo de los instrumentos. No se han registrado ejemplares agotados y sólo unos pocos
presentan evidencias de reactivación. Los instrumentos no presentan estandarización en sus
tamaños o formas base. Esto sumado a la baja inversión en la formatización de los mismos
podría estar dando cuenta de una estrategia expeditiva en su manufactura, uso y descarte.
Pero a estas características se suman otras que no son compartidas por los conjuntos y que
estarían dando cuenta de la variabilidad en los usos del espacio costero sur de bahía San
Sebastián.
101
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 7
retoques irregulares, formas base con reserva de corteza) sugeriría la utilización de una
estrategia expeditiva en su manufactura. La alta tasa de reclamación, la baja frecuencia de
actividades de reactivación junto con escasas evidencias de agotamiento como causa posible
para el abandono de núcleos e instrumentos, podrían considerarse indicadores de abandono
temporal de las piezas y la existencia de expectativa de regreso al locus. Las sucesivas
visitas a SG3 habrían provisto este espacio con materias primas líticas previamente no
disponibles, en forma de instrumentos, núcleos y desechos, pasibles de ser utilizados. Este
proceso de litificación del espacio (Martinez 1999) habría modificado, aunque tal vez no
intencionalmente, la disponibilidad y distribución de las materias primas líticas en el espacio
costero estudiado.
Por otra parte, en SG3 se ha registrado una mayor frecuencia relativa de instrumentos. Entre
estos últimos se cuenta con la presencia de choppers de gran tamaño. Si a estos datos
sumamos la identificación de un nivel de valvas de Mytilus sp., la recuperación restos de
peces y la mayor cercanía al mar de este locus, es posible proponer a SG3 como un espacio en
el que se desarrollaron actividades vinculadas a la explotación de recursos marinos como
moluscos, peces y cetáceos. Como resultado de la explotación de los dos primeros no
esperaría que el componente lítico reflejara ninguna particularidad, dado que en la misma no
estaría necesariamente involucrado el uso de artefactos líticos específicos. Como lo
mencionara en el capítulo 3, para el caso del carroñeo de la carne de cetáceos varados,
considero que muy probablemente se utilizaran instrumentos de corte. Los cuchillos y las
lascas con rastros complementarios de SG3 representan el 36% de los instrumentos
recuperados. Entre las últimas predominan los ángulos medidos de 30° (75%). Por lo tanto,
el instrumental de SG3 estaría sugiriendo que las actividades de corte tuvieron un papel
importante en la composición del conjunto. La presencia de choppers con un peso importante
(entre 0,3 y 0,4 Kg)podría relacionarse a la extracción inicial de formas base sobre huesos de
cetáceos para la confección de instrumentos (Borella y Nami 1999). En todos los caso, estos
instrumentos presentaron ángulos iniciales de 70-75° y medidos de 85°, lo que podría estar
dando cuenta de la presencia de ángulos pautados para la manufactura y el abandono de este
tipo de instrumentos. En cuanto a la presencia de percutores así como la existencia de reserva
de corteza y el muy probable origen local de las materias primas empleadas en los
instrumentos recuperados, sugiere que estos últimos habrían sido confeccionados, utilizados y
descartados en el sitio.
En el caso de SG4, se registraron materias primas con calidades para la talla de las más altas
del ranking y litologías que no han sido identificadas locamente. En los casos que fue posible
reconocer las formas base de los núcleos de esas materias primas, se observó que las mismas
fueron rodados de volumen reducido. En muchas ocasiones, la talla bipolar aparece asociada
a ellos, ya que su tamaño habría impedido el uso de otra técnica para la reducción. Este uso
relativamente intensivo de las materias primas aparentemente escasas localmente, no sería
concordante con el abandono del núcleo bipolar de dacita, con un volumen de 33.600 mm3,
registrado en este mismo locus1. Más aún, si consideramos que sobre uno de sus desechos –
de los varios recuperados en SG4- se formatizó una preforma de punta de proyectil. Sin
embargo, este abandono prematuro puede entenderse a la luz de la conducta involucrada en la
depositación en el sitio del sobador entero y el nódulo de ftanita de ópalo, a los que se hizo
mención en el capítulo anterior. Estas evidencias pueden considerarse indicadores de la
existencia de una conducta de equipamiento del espacio en SG4. A diferencia de lo planteado
1
Recordemos que junto con éste, se recuperó un núcleo bipolar de 3.312 mm3 con un desecho que remonta sobre
él. Esto sugeriría que este reducido núcleo continuó siendo tallado con un tamaño diez veces menor al
mencionado en este párrafo.
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Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 7
para SG3, en SG4 la presencia del sobador estaría dando cuenta de la acción deliberada de
proveer con dicho instrumento a ese espacio, al que sin duda se planificaba volver.
SG4 presenta varios conjuntos de artefactos que, por similitudes macroscópicas de sus
materias primas y relaciones de ensamblaje, habrían sido destacados de un mismo artefacto.
Esto parece dar cuenta de la formatización in situ de algunos instrumentos y/o núcleos que no
han sido recuperados en la muestra. Con respecto a los instrumentos de SG4, el porcentaje de
cuchillos iguala al de las puntas de proyectil. Si junto a estas últimas consideramos las
preformas y bifaces recuperados en el sitio, que podrían estar dando cuenta de distintos
momentos en la manufactura de los cabezales líticos (únicos instrumentos bifaciales
terminados recuperados en el locus), tenemos que el 35% de los instrumentos estarían
representando la producción y descarte de puntas de proyectil. Los cuchillos, por su parte,
comprenden 19% de los instrumentos. Como fuera mencionado en el capítulo anterior, en
SG4 se ha recuperado un raspador en la muestra y varios más en las recolecciones realizadas
en 1999 (no analizadas aquí). Las materias primas empleadas para su manufactura no se han
registrado entre los artefactos de ninguno de los loci estudiados en este trabajo. El raspador
incluido en la muestra bajo análisis fue formatizado sobre una lasca primaria extraída
bipolarmente de un rodado cuyo eje mayor no pudo exceder los 40 mm. Se trata de un nódulo
de calcedonia, materia prima que no ha sido identificada entre las disponibles localmente.
Franco (1998) ha observado guijarros de calcedonia en Punta Páramo (un ejemplar de 40 mm)
y en la desembocadura de Río Cullen. Sin embargo, la presencia de material arqueológico
asociado y la baja frecuencia de estos guijarros, puede sugerir que los mismos hayan sido
transportados y depositados por los grupos humanos en este sector. Esta autora también
menciona la presencia de raspadores confeccionados sobre lascas primarias en esta materia
prima (Franco op. cit.: 45). Jackson, quien también refiere a un raspador similar, identificó
guijarros de calcedonia menores a 40 mm en acarreos fluvio-glaciares en el sistema de
2
Recordemos que en este locus se recuperó un núcleo de ftanita de ópalo cuyas características lo señalaría como
materia prima no local.
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Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 7
lagunas de las Estancias Dos Marías y Florentina (Jackson 2001:71). Por lo tanto, la
calcedonia aparece disponible en bajas proporciones y pequeños tamaños en algunos sectores
del interior (y tal vez en la costa). Las evidencias arqueológicas recuperadas hasta el
momento en el norte de la Isla señalan que su utilización estaría específicamente involucrada
en la manufactura de raspadores. El análisis de las muestras aquí realizado apoya esta
hipótesis.
Si consideramos los instrumentos de ambos loci, encontramos que sólo las puntas de proyectil
presentan evidencias de inversión energética mayor en la formatización. Los artefactos
bifaciales identificados serían preformas de ese instrumento. La mayor inversión energética
en términos de la formatización, así como de la selección de rocas con calidad 2 y 3 para la
talla, estarían dando cuenta de la percepción de un riesgo mayor asociado a la actividad en
que este instrumento estaría involucrado. En base a la información etnográfica y las
evidencias arqueológicas, podemos decir que los recursos animales que tuvieron importancia
en la dieta de los pobladores del norte de Tierra del Fuego fueron los guanacos, pinnípedos,
cetáceos, peces, aves, roedores y moluscos. De todos ellos, el guanaco ha sido señalado por
ambas líneas de información como el más importante en la alimentación de los grupos
humanos del norte de la Isla. Asimismo, es el que presentaría mayor riesgo asociado, aún
cuando el costo de falla -dada la presencia de otros recursos alternativos disponibles - no fuera
extremadamente alto (Torrence 1989). Asimismo, es importante tener en cuenta que un
fracaso en la caza de guanaco puede ser rápidamente corregido con otro evento de caza. Por
lo tanto, la vinculación de las puntas de proyectil a la caza del guanaco y la mayor inversión
de energía involucrada en su confección podrían en parte estar dando cuenta de la búsqueda
de reducir el costo de falla en la adquisición del recurso más importante de la dieta. Las
características de los recursos alimenticios alternativos y su frecuencia en el consumo no
parecen haber generado la producción de instrumentos que implicaran inversiones de tiempo
y energía similares.
En cuanto a la cronología, los elementos fechados (restos óseos humanos en SG4 y valvas de
Mytilus sp. en SG3), la historia formacional compleja inferida a partir del análisis de los
perfiles de meteorización y las evidencias de reclamación así como las diferencias funcionales
identificadas entre ambos loci, me inclinan a pensar que las fechas disponibles difícilmente
puedan utilizarse para discutir las edades de los conjuntos artefactuales. Aún siendo así,
considero que es importante remarcar que los estudios georaqueológicos (Favier Dubois
2001) y los tafonómicos aquí realizados sugieren que el conjunto artefactual recuperado en
SG4 sería el más tardío.
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Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 7
La ausencia de materias primas europeas (como el vidrio y el hierro) entre las evidencias
recuperadas en los loci San Genaro, así como su presencia en sitios con cronologías similares
en zonas interiores del norte la Isla (Massone et al. 1993), no pueden explicarse en términos
de conservación (especialmente en el caso de artefactos de vidrio). Por el contrario, la falta
de estas materias primas en los conjuntos costeros podría estar dando cuenta del uso
decreciente de este espacio para la localización de asentamientos de uso intenso y
relativamente contínuo dada, a partir de 1580, la peligrosa y cada vez más frecuente presencia
del hombre blanco. El hecho de que los primeros asentamientos de los conquistadores se
fueran localizando en las zonas cercanas a la costa (Borrero 1994, 2001) habría restringido las
posibilidades de los grupos nativos de acercarse a ellas. Si consideramos que los grupos
selk´nam aplicaron la “estrategia de evitar el contacto” (op. cit.), las costas serían las zonas de
mayor exposición al peligro de “encuentro” con los blancos. El cambio hacia un patrón
logístico en el uso del espacio (Borrero 1994) habría implicado que la costa comenzara a ser
utilizada de un modo menos intenso. Este uso generaría un registro poco denso, y por lo
tanto, menos visible que aquel producido en épocas anteriores al contacto. Por lo tanto, una
expectativa arqueológica para estos conjuntos artefactuales costeros sería la ausencia o baja
frecuencia de materiales que den cuenta del momento histórico o de contacto. La estrategia
de evitar el contacto con los blancos habría conllevado el envío de grupos logísticos a la costa
en lugar del tradicional traslado del grupo completo que implica una instalación más
importante (Borrero 1994).
El estudio de los procesos tafonómicos y sus efectos sobre los conjuntos líticos constituye una
vía compleja, pero demasiado interesante como para ser ignorada en las investigaciones
arqueológicas. Aquí he presentado el estudio tafonómico de conjuntos costeros localizados en
superficie. Considero que el estudio tafonómico de conjuntos líticos provenientes de otro tipo
de ambientes proveerá nuevos datos para discutir y enriquecer el enfoque aquí propuesto. En
la medida en que contemos con más información, podremos evaluar la importancia de las
variaciones en las condiciones locales para las tasas de meteorización. Asimismo, la
observación de las mismas variables en contextos estratigráficos con fechados
radiocarbónicos disponibles aportarán mayores elementos para la discusión. Sin embargo, la
utilización de estadios de meteorización en el análisis de conjuntos artefactuales necesita
también del planteo de pistas experimentales y nuevas observaciones para profundizar nuestro
conocimiento sobre los tiempos involucrados en los procesos de descomposición química y
105
Borraz z o, K.B. Hacia una tafonomía lítica Capítulo 7
El análisis de los conjuntos líticos de SG3 y 4 delinea nuevos caminos que nos remiten a una
escala espacial mayor e involucra líneas de evidencia cada vez más diversas. Lo que he hecho
aquí, entonces, es analizar las expectativas regionales derivadas del estudio de dos loci.
Todos y cada uno de nuestros esfuerzos tienen un propósito: conocer y comprender el modo
de vida de las poblaciones del norte fueguino. Esta tesis aspira a enriquecer el background
arqueológico disponible para la persecución de ese propósito.
106
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