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HISTORIA

Los afrobolivianos fueron traídos del África, para trabajar en condiciones infrahumanas en las
minas de plata de Potosí, soportado el frío y la altura de 4200 metros sobre el nivel del mar,
situación a la que no estaban acostumbrados. Cuando la baja de la minería migraron hacia los
yungas de La Paz. Llegaron a los yungas a través de 3 caminos incaicos: El Choro, Taquesi y
Yunga Cruz. En los yungas tuvieron que aprender a cultivar la hoja de coca. Los terratenientes
dueños de haciendas en la zona yungueña requerían de los servicios de los ahora
afrobolivianos para los trabajos de agricultura, donde también los explotaron como esclavos. En
el año 1945, el Presidente Gualberto Villarroel promulgó el Decreto Supremo Nro 319, que
declara abolidos los servicios de Pongueaje y Mitanaje. En el año 1952, se eliminó el trabajo
gratuito y la servidumbre. El 2 de agosto de 1953 mediante Decreto Ley N° 3464 se abolió el
“pongueaje” y “mitanaje”, lo que favoreció a los afrobolivianos porque los libró de la esclavitud,
también se les otorgó tierras donde viven y trabajan actualmente. En febrero de 1992 se llevó a
cabo la Primera Asamblea de Naciones Originarias y del Pueblo, en la que participaron varias
direcciones de las organizaciones Originarias e Indígenas a la cabeza de la CSUTCB y la
CIDOB, la misma tenía el objetivo de que las Naciones Originarias y el Pueblo cuenten con un
instrumento de poder y unidad, que constituya interlocutor válido para el todo el pueblo, que
recupere su territorio y sea portador de los contenidos ideológicos de: clase, nación identidad y
cultura, para la construcción de un Estado Multinacional, Pluricultural, Plurilingüe, Socialista
Comunitario, Democrático con dignidad, participativo, con respeto mutuo entre los pueblos
originarios, clase media empobrecida, pueblos mestizos y pueblo negro.

ORGANIZACIÓN SOCIAL

La organización social de los afrobolivianos, se basa en la familia nuclear, la unidad familiar,


muestra lazos muy fuertes entre sus miembros, debido a la segregación que existe por su color.
Esto refleja su cerrada organización étnica, al interior de la misma mantienen vivos rasgos de
su cultura de origen.

ASPECTO CULTURAL

El pueblo Indígena afroboliviano tiene una fuerte raíz cultural, basada en sus ancestros
migrados del África, el sufrimiento de sus mayores por la esclavitud en Potosí y su asimilación
natural del pueblo Aymara. Los afrobolivianos hacen de la Saya, una verdadera expresión
cultural musical, donde plasman las inquietudes sociales, alegrías, penas, críticas con coplas
rimadas al ritmo africanoide de tambores, las mismas que llevan la picardía de los copleros que
sobre la marcha improvisan estrofas de expresión grupal y social. a música como en la mayoría
de los pueblos indígenas también acompañaba cosechas, el trabaja y las fechas
conmemorables de las comunidades. Los Idiomas y sus variaciones dialécticas, la música, la
actitud y forma de ser del afroboliviano, es una especial mezcla de la raza negra, el aymara y
del mestizo criollo con personalidad propia. Religión y Mitología: Los afrobolivianos además de
tener influencia cristiana, conservan todavía elementos de rituales de la macumba y del Vuh-
duh; sobre todo en las poblaciones de Chicaloma y Mururata, perviven algunas tradiciones
aunque con los nombres cambiados y/o totalmente olvidadas.

TIERRA Y TERRITORIO

En cuanto a la tenencia de tierra, son pocos los afrobolivianos que tienen títulos de propiedad
de sus tierras y las propiedades comunitarias que poseen, pertenecían a del pueblo. Es
importante destacar que gran parte de la población afroboliviana viven en ciudades como La
Paz y Santa Cruz.

ACTIVIDAD PRODUCTIVA

Los afrobolivianos tienen como actividad económica principal la agricultura de roza, tumba y
quema. Cultivan principalmente coca, la que constituye la base económica del hogar y que es
la fuente fundamental de la economía de la comunidad, también cultivan café, cítricos, plátano,
yuca, papaya y cereales para autoconsumo. La coca se planta cuando la tierra está cansada, el
cocal dura aproximadamente 30 años. El café es el arábico de rendimiento pobre, pero
resistente a los suelos empobrecidos y a las lluvias variables. No necesita almácigo, se siembra
directamente dentro del cafetal y cuando la planta está grande, se la saca para transplantarla
en hoyos grandes, tres o cuatro plantas en cada uno, estas actividades se realizan entre los
meses de enero y marzo. Después de podar los árboles de café, el terreno lo utilizan para
plantar plátanos yuca, papaya y otras frutas.

Productos Comercializados: Coca, café, cítricos, plátanos, yuca y papaya. Actividades de


Subsistencia: Agricultura, fruticultura, caficultura y artesanía Venta de mano de obra, extracción
de madera. Organizaciones Productivas o de Comercialización: Cuentan con las
organizaciones de comercialización ACOPCA; ADEPCOCA.

DONDE HABITAN

Habitan en los yungas paceños, a una altura sobre el nivel del mar, que varía entre los 800 y
200 metros, la temperatura ambiente es superior a los 17° C, la precipitación fluvial anual es de
2000 mm. Problemas ambientales: El desgaste de nutrientes de los suelos, debido a que la
planta de coca, la misma que los absorbe, la falta de abonos y fertilizantes y el denominado
chaqueo son los problemas ambientales que afectan gravemente el medio ambiente de los
afrobolivianos.

IDIOMA

Los Afrobolivianos, hablan el castellano y el aymara deformados en la pronunciación y a veces


en lo semántico.

arroz: Aró, aló


tamboril: bomba

vela: candela

mayordomo: caporal

lo he: loi

usted: oté

látigo: suraigo

llores: yorís

madre: mai

padre: pai

Pueblo Afroboliviano inaugura su Instituto de Lengua y Cultura en Tocaña

“La lengua afroboliviana es una lengua que en este momento se encuentra en un proceso de
reconstrucción, revitalización”, dijo Bianca Vargas, técnica del Instituto de Lengua y Cultura
Afroboliviana “Andaveris-Pinedo-Barra”.

el afroboliviano es una mezcla del castellano, lenguas nativas africanas, aymara y el quechua,
puesto que esta comunidad tuvo convivencia con los indígenas.

La lengua afroboliviano es una lengua amenazada porque con la excepción de pocas personas,
las jóvenes en Bolivia no hablan afrobolibviano porque no es aplicable en el país. Otro
problema es que el gobierno de Bolivia y organizaciones lingüísticas no reconocen
afroboliviano como una lengua, o un criollo, sino un dialecto. Sin embargo, los hablantes del
afroboliviano refutan esta opinión del gobierno y de los lingüísticos. En septiembre de 2013,
han empezado el Instituto de Lengua y Cultura Afroboliviano para que promueva y proteja su
visión de su propio lengua como un fuente de una identidad y un patrimonio único.

¿Cómo es el lenguaje afroboliviano? El lenguaje tradicional afroboliviano tiene muchas


diferencias sistemáticas frente al castellano andino así como el subdialecto paceño que se
habla en los Yungas. Estas diferencias son de índole fonética (la pronunciación) y de
morfosintaxis (gramática). Entre los rasgos fonéticos principales podemos mencionar: • La S
final de palabra se pronuncia como J o desaparece como en el dialecto camba; • La R final de
palabra desaparece: trabajá, llové, mujé = mujer y mayó = mayor. • La LL se realiza como Y:
eyu(s) = ellos. El dialecto afroyungueño tradicional es la única variedad yeísta del castellano
boliviano; todas las demás variedades regionales, tanto del altiplano como del oriente, el
Chaco, la región amazónica, etc. distinguen cabalmente la LL y la Y. • Con frecuencia la E final
se pronuncia I y la O final se pronuncia U: sirvi [sirve], vieju [viejo] • Los contornos de
entonación (la “melodía” del habla) son diferentes del dialecto andino. Con estas diferencias
sistemáticas y otras del mismo tipo el lenguaje tradicional afroboliviano merece por lo menos el
estatus de dialecto distinto de la lengua castellana. Pero hay también diferencias sistemáticas
de gramática que distingue el dialecto tradicional afroyungueño de cualquier otra variedad del
castellano en todo el mundo: • Los sustantivos plurales no cambian: lu patrón [los patrones], lu
mujé [las mujeres], lu(s) persona mayó [las personas mayores]. Este es el único rasgo del
habla tradicional afroyungueña que también se presenta con cierta frecuencia entre los
afrodescendientes mayores de Chicaloma. • El género femenino no se emplea para los
sustantivos: lu mujé = la mujer/las mujeres, lu juamía = la familia, etc. • Aunque en la actualidad
los afrodescendientes yungueños emplean los pronombres tú y vos y las formas verbales
correspondientes al igual que los demás residentes del altiplano, en el dialecto tradicional sólo
se emplea el pronombre singular oté, aun entre familiares y personas de confianza. El plural es
otene. El pronombre ele reemplaza a él, ella; eyu reemplaza a ellos ,ellas; se dice nojotro en
vez de nosotros. • Los verbos mantienen la forma de la tercera persona singular para todos los
casos: yo va trabajá, nojotro creció junto; yo ta comeno (estoy comiendo); yo pasó uno(s)
cuanto mes; nojotro va leé; yo llegó ese día; igualmente nojotro tenía que buscá; eye no sabe. •
Es frecuente la eliminación de los artículos definidos en contextos donde el castellano a nivel
mundial los requiere: mujé también trabajaba hacienda; negro fue a la guerra; perro ta flojo [los
perros son flojos, para cazar los chanchos de monte].. • En el habla rápida el verbo estar,
reducido a ta, puede combinarse con el infinitivo en vez del gerundio: eje perro ta ladrá (está
ladrando); yo ta tomá (estoy tomando) mi plato; carro ta subí (el carro está subiendo); ta vení
de mi casa (estoy viniendo). • A veces se producen preguntas “no invertidas”, es decir sin
cambiar el orden de las palabras: ¿qué oté ta tomá? (¿qué estás tomando?); ¿de qué nojotro
pobre va viví?; ¿ande pue oté viví? (¿dónde vives?) • El uso de palabras “de relleno” como jay
y pue(s) difiere sistemáticamente de otras variedades bolivianas. Unos ejemplos de jay son:
nojotro fue jay Coroico; eje lu mujé ta jay la cocina [aquellas mujeres están en la cocina]; yo
nuay jay minga [no tengo minga]; así jay mi ha dició [así me dijo]; yo miró jay. Unos ejemplos
del empleo de pue(s)/poh en el dialecto tradicional son: qué poh ta hací eje niña? [¿qué hace
aquella muchacha?]; ¿qué poh oté quiere? [¿qué quieres?]; ¿andi pueh tia ta i? [¿adónde va
Ud. señora?]. Por estas diferencias y algunas otras podemos insistir que el lenguaje tradicional
afroboliviano merece el estatus de lengua distinta a la castellana, como por ejemplo el
portugués, el catalán, etc. De hecho el lenguaje tradicional afroboliviano es tan distinto del
castellano andino como el portugués brasileño, aunque en ambos casos la comprensión mutua
es considerable. ¿Es “correcto” el dialecto afroboliviano tradicional? Muchos de los rasgos
gramaticales del dialecto tradicional afroyungueño no serían aceptables en el castellano del
altiplano, ni de otros países hispanohablantes: combinaciones como yo conocio [conocí], lu
mujé [las mujeres], ele [ella] eh mi comadre no ocurren en otras variedades de la lengua
española, y al escucharlas entre la población afroboliviana algunos piensan equivocadamente
que son errores o viciosismos del habla. En el caso del dialecto tradicional afroyungueño no se
trata de un “castellano mal aprendido” ni de un “castellano mal hablado”, sino de la expresión
legítima de una comunidad de habla, que se deriva de los contactos entre el castellano y una
variedad de lenguas africanas durante la época de la esclavitud. Hoy en día es la lengua nativa
de los afroyungueños; no es el balbuceo infantil o lenguaje de aprendiz. El que habla el
castellano como segunda lengua y que no lo domina por completo, siendo hablante nativo de
una lengua originaria del país o bien de una lengua extranjera (el inglés, el alemán, etc.), suele
cometer errores gramaticales, caracterizados por su inconsistencia y la ausencia de un sistema
replicable que describa el habla de todos los aprendices. Es posible, por ejemplo, que el verbo
conjugado no concuerde con el sujeto gramatical, pero las desviaciones y errores varían de un
momento a otro, y de un aprendiz a otro. Es más: el que aprende una segunda lengua comete
cada vez menos errores a medida que adquiere un dominio completo de dicha lengua. Por otra
parte, el lenguaje afroboliviano tradicional es consistente en cuanto a sus diferencias con
respecto al castellano andino. El afroboliviano que dice yo llegó no lo dice porque haya
conjugado mal un verbo del castellano sino porque dentro de su propia lengua—la lengua
tradicional afroboliviana—así se conjuga correctamente el verbo. Toda comunidad de habla
define su propio buen hablar. Dentro de las comunidades afrobolivianas este lenguaje
tradicional es correcto; por lo tanto no tiene sentido hablar de un castellano “malo” o preferir
hablar “civilizao” como dicen algunos afrodescendientes en los Yungas. El hecho de que
algunas expresiones afrobolivianas no sean aceptables en otros dialectos del castellano es
irrelevante. En España, el Caribe, México, Centroamérica y muchos países sudamericanos, por
ejemplo, es inaceptable la frase Juan me pidió que le haga un favor; hay que decir que le
hiciera, etc. En Bolivia, sin embargo, esta frase es aceptable. Tampoco se conocen el chuño o
la quinua en aquellos países, donde además la pollera es una palabra arcaica sin vigencia
cotidiana. El castellano boliviano no pierde nada de valor por el hecho de que algunas de sus
palabras más queridas no aparezcan en el léxico de otros países hispanoparlantes. Asimismo
en castellano es incorrecto decir el leche, el sal, pero estas formas son correctamente
femeninas en portugués, una lengua muy similar al castellano pero que tiene sus propias
normas gramaticales. Cada comunidad de habla define sus propias normas con entera
autonomía; por lo tanto hay que aceptar que el lenguaje tradicional afroboliviano es completo y
correcto dentro de las comunidades donde se habla.

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