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LA GALERÍA DE NICHOS DEL

CEMENTERIO DE LA PLATA
MARÍA CARLOTA SEMPÉ1 y VIRGINIA DUBARBIER1

Introducción

Este trabajo tiene como objetivo mostrar cambios y persistencias ocurridos en la parafernalia
funeraria del Cementerio de La Plata (Lámina 1a) en un sector específico como es el de nichos. Este tipo
de tratamiento del material funerario de cementerios ya registra diversos antecedentes (Alsina Franch
1980, Dethelefsen y Deetz 1966).
Aunque es una opinión común que los cementerios son un lugar donde las cosas ya no cambian y los
muertos no se expresan, “el silencio de los cementerios”, éstos como institución son entidades dinámicas
de alto contenido simbólico y de resignificación permanente (Thomas, 1993). Manifiestan en formas muy
concretas el sistema de pensamiento, creencias y estructura de las sociedades a las que pertenecen (Lurker

▲ Lamina 1
1
Laboratorio Análisis Cerámico. Facultad Ciencias Naturales y Museo. Universidad Nacional de La Plata. Consejo Nacional
de Investigaciones Científicas y Técnicas. Paseo del Bosque s/n. 1900 La Plata. lac@museo.fcnym.unlp.edu.ar

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1992). Trascienden mostrando su historia, los cambios de las ideologías y sus formas de expresarlas a
través del tiempo (Ginex y Selvafolta 1996).
Se ha elaborado una metodología de análisis estilístico para aplicarla al estudio de las bóvedas y
nichos, que es complementada con el análisis documental referente al Cementerio y su contexto histórico
(Sempé y Rizzo 2003).
Los elementos componentes de la parafernalia funeraria entran en la categoría de artes industria-
les. Éstas unen la forma artística y funcional de un objeto en un solo diseño, abarcando ambos aspectos
como dos caras de una misma moneda.
Los productos del arte industrial son objetos que, por su técnica y materiales empleados, tienen
un contenido artístico y cumplen una finalidad práctica. Son fabricados en forma repetitiva y estanda-
rizada.
En estos productos se amalgaman la forma artística y la utilitaria. Son ejemplo de ellos: los
portarretratos, jardineras y floreros que han sido trabajados en metal (hierro, bronce), las molduras de
cemento adicionadas a los frentes de las bóvedas y panteones, las esculturas en mármol, bronce y otros
materiales usados en el arte funerario.
Estos productos industriales se modifican a través del tiempo siguiendo las pautas de variación
de las formas de expresión funeraria. Pueden ser analizados dentro del campo de investigación de los
procesos de cambio sociocultural y económico de una sociedad, a través de recursos como el análisis
tipológico, estilístico y documental.

Metodología
Este trabajo es un resultado parcial del cumplimiento de una de las metas establecidas dentro
del proyecto de investigación “El Cementerio de La Plata y su contexto histórico”, que estamos lle-
vando a cabo en la UNLP, dentro del programa de incentivos. Su enfoque lo incluye en el campo de
investigación en Arqueología Urbana (Renfrew y Bahn, 1993; Schavelzon, 1992). En el mismo, nos
propusimos caracterizar las expresiones funerarias como indicadoras de la identidad sociocultural de
los sectores que componen la comunidad platense; establecer los cambios producidos a lo largo de
más de cien años de su fundación, a fin de determinar y caracterizar el contexto histórico e ideológico
local y nacional.
Marcamos para su realización objetivos específicos tales como:
– explicitar estilística y simbólicamente las manifestaciones funerarias existentes,
– establecer a través de la iconografía funeraria la identidad de los sectores sociales platenses,
– diferenciar temporalmente las modificaciones de las manifestaciones funerarias,
– contextualizar históricamente al Cementerio,
– explicitar los procesos de cambio socioeconómico relacionados con la estructura de la sociedad
platense a través de su impacto en las manifestaciones funerarias.

El análisis estilístico de las manifestaciones funerarias es un recurso de gran efectividad para el


estudio de un registro complejo como el que se encuentra presente en los cementerios (Sempé y Rizzo,
2003), lo que se logra a través del relevamiento fotográfico de dichas expresiones.
A través del arte se puede llegar a las visiones subjetivas de la sociedad, lo que complementado
con fuentes documentales permite objetivar los procesos de cambio cultural e ideológico en determinadas
épocas y lugares concretos. Para ello, fue necesario:
– aplicar el análisis estilístico para establecer los procesos de cambio de las modalidades funerarias
en el tiempo.
– construir tipologías de objetos producidos por la artesanía funeraria.
– diferenciar objetos, funciones, materiales, técnicas y sus variaciones en el tiempo.
– realizar relevamientos fotográficos de nichos.
– consultar catálogos de empresas del ramo.

Estructura Espacial del Cementerio


Dentro de la arquitectura funeraria y ordenamiento espacial del Cementerio de La Plata se distin-
guen principalmente tres sectores claramente demarcados (Rizzo et al., 2000):

190 ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO


• el área de nichos que se ubica en las galerías laterales inmediatas a la entrada (Lámina 1, b
y 1-c). En épocas recientes se han ido extendiendo para ocupar las paredes perimetrales del
Cementerio.
• el área de bóvedas y tumbas de loza sobresalientes que está ubicada en la zona inmediata a la
entrada.
• el área de inhumaciones en tierra que se encuentra más al fondo.

Dentro de estos espacios principales existen subsectores que están demarcando características
relacionadas con la estructura socioeconómica platense, a las que hemos hecho referencia en otros trabajos
(Rizzo 2001a y b Sempé, 2001a Sempé, et al 2000).

Relevamiento y Descripción
El Cementerio se habilita al público en 1887 y recién a partir de 1889 se observa un uso continuo
del mismo en el área de nichos. Hay inhumaciones anteriores, de los años 1841, 1844, 1877, 1885, que
son traslados realizados desde el cementerio de Tolosa, al quedar deshabilitado a partir de la última fecha
(Censo de la ciudad de La Plata, 1910).
Desde su inauguración el Cementerio de La Plata ha contado con un área de nichos, ubicada
a ambos lados de la entrada principal, marcando la influencia italiana en su construcción (Ginex and
Selvafolta, op.cit). Está constituida por 27 arcadas de gran altura, denominadas con letras mayúsculas
y preparadas en su plan inicial para contener 33 nichos por unidad. Ocho de estas arcadas, de la A a la
H, se ubican en la galería Noroeste. Las restantes 19, de la A la S, están del lado izquierdo o galería
Sureste.
Con la colaboración de los alumnos del ciclo lectivo 2000 de la Cátedra de Arte, Tecnología
y Antropología de la Facultad de Ciencias Naturales de la UNLP, se realizó el relevamiento en las
galerías, registrándose un total de 906 nichos de los cuales había ocupados 875, con dos de fecha
indeterminada.
El vencimiento de algunos y su reemplazo por otros nuevos produce cambios en la muestra es-
tadística. Este problema se agudiza por la falta de mantenimiento que provoca pérdidas de elementos,
llegando incluso a la caída y destrucción de las puertas y lápidas de los nichos. Por esta razón el trabajo
tiene una vertiente de rescate de un momento histórico.
Cada arcada fue graficada en una hoja específica, con treinta y tres unidades de inhumación que
tomaron en consideración:
– cantidad de inhumados
– datos de identidad,
– año de deceso
– adornos funerarios existentes en las tapas de nichos.
– modelo, material y cantidad de los mismos.

Análisis de Moda y Popularidad


En este trabajo analizamos moda y popularidad de lápidas, portarretratos, mediojar-dineras,
floreros y sus variantes.
Los nichos fueron separados en seis períodos de 19 años cada uno, desde 1887 hasta 2000, rele-
vándose 875 nichos ocupados. Distribuidos a razón de 258 en la galería Noroeste y 617 en la Sureste,
dos de ellos corresponden al 2001 por lo que N=873 será la base de nuestros cálculos. A causa de que
varios de los nichos registran más de una inhumación el total de muertos es de 1076.
Las inhumaciones previas a 1887 las consideramos de este último año, ya que no pudieron ser
trasladadas con anterioridad a la apertura del Cementerio y en consecuencia, los adornos y lápidas fu-
nerarias fueron actualizados a las en uso en dicho año.
La distribución de los nichos por períodos se observa en los gráficos 1 y 2.
Un 3,21% abarca el período entre 1887-1905, aumentando a 13,06% entre 1906-1924, el mayor
porcentaje 28,29% se registra en el período 1925-1943, descendiendo a 19,93% entre 1944-1962 y a
10,88% entre 1963-1981, volviendo a repuntar a 24,17% entre 1982-2000. Los de fecha indeterminada re-
presentan el 0,46%. Estas magnitudes permiten visualizar la mortalidad a través de más de cien años.

ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 191


▲ Gráfico 1
Nichos: Cantidades por períodos de 19 años

▲ Gráfico 2
Nichos: Porcentual por períodos de 19 años

Parafernalia Funeraria

Los nichos presentan como rasgos característicos los siguientes elementos: la tapa, generalmente
de piedra (mármol, granito, etc.) puede también ser de cloruro de polivinilo y cerámico. Las de piedra
están, en algunos casos, decoradas mediante la técnica lapidaria. La inscripción puede estar grabada
sobre la piedra o sobre una placa de metal.
– placas conmemorativas.
– floreros
– medio-jardineras
– portarretratos
– rosetones
– cruces
– marcos de revestimiento y vidrios.

Los ornamentos tomados en el presente trabajo, como ya señalamos, son los floreros, medio-
jardineras, portarretratos y tapas de nichos, en especial las que presentan letras cinceladas.
La variación en la popularidad y la utilización de los mismos a través de los períodos, la obser-
vamos a continuación, en los gráficos 3 y 4:
Esta tabla muestra que las tapas cinceladas tienen popularidad en la primer época del Cemente-
rio, disminuyen a menos del 20% durante el período 1925-43, pasan de moda a partir de la década de
1960.
Los floreros tienen mínimas variaciones de frecuencia a través de las distintas épocas.
Las medio-jardineras y portarretratos son los dos únicos elementos que aumentan su popularidad a
través del tiempo. Las primeras comienzan con un 11% de frecuencia y entre el segundo y tercer período
se duplican, llegando hacia el final a tener casi un 50%.
Los portarretratos están ausentes en el primer período que va de 1887 a 1905; tienen su mayor
popularidad de más del 25%, en el período 1944-62; disminuyen a un 20% en el último período que va
desde1982-2000.

192 ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO


▲ Gráfico 3
Adornos de Nichos: Cantidad tipos por períodos

▲ Gráfico 4
Adornos de Nichos: Porcentual tipos por períodos

En cada uno de estos ítems se observan variantes importantes relacionadas con los estilos artísticos
imperantes en cada época. Durante las etapas de mayor popularidad las variaciones tipológicas, dadas
en algunos casos por pequeños detalles, fueron importantes.

Floreros

Dentro de este ítem se pueden distinguir varios tipos de acuerdo a su perfil.


Para la determinación de esos perfiles se tomaron diversas superficies de revolución como el
paraboloide, el hiperboloide de una hoja, el romboide, y el trapecio.
Estas figuras geométricas permiten en su desarrollo y combinación contener en términos gene-
rales las categorías de los diferentes modelos de floreros, dentro de los cuales distinguimos seis grupos
descriptos a continuación:
– Paraboloide de revolución (Lámina 2: f-A) pueden tener el borde evertido y franjas decoradas.
La zona basal es convexa terminando en punta.
– Hiperboloide de una hoja con perfil superior compuesto (Lámina 2 f-B): terminan en una zona
basal más bien recta y la base puede ser en punta o recta.
– Romboides (Lámina 2 f-C): se inscriben en una figura de cuatro lados; los inferiores son más
largos que los superiores. La cara frontal esplana. Llevan imágenes de vírgenes, Cristos, nombres
o detalles de estrellas. Hay ejemplares lisos.

ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 193


– Trapecios invertidos (Lámina 2 f-D): en algunos casos la cara frontal es cóncava y aloja en ella
imágenes sagradas; en otros es plana y lisa o con adornos geométricos.
– Formas varias: incluyen floreros en forma de copas con pie, cuyo número no es relevante en la
muestra (f-E).
– Floreros de vidrio: están presentes en cantidades mínimas, posiblemente por la naturaleza del
material (f-F).
Las variaciones temporales de popularidad y moda de los diferentes tipos establecidos se dan en
los gráficos 5 y 6.
La forma más popular es la representada por el tipo f-C, siguiéndole el f-B. El f-C no está presente
en el primer período, en cambio el f-B sí lo está. El f-A aparece con un 29% en la primera época. Su
frecuencia disminuye, aproximadamente en un 10%, en cada uno de los dos períodos siguientes.
Medio-Jardineras

▲ Gráfico 5
Floreros: Cantidad tipos por períodos

▲ Gráfico 6
Floreros: Porcentual tipos por períodos

Las medio-jardineras, que se adosan tanto a las paredes de las bóvedas como a las tapas de los
nichos, forman parte de un grupo mayor: el de las Jardineras. Éstas últimas no van adosadas a las paredes;
suelen ubicarse en las capillas de las bóvedas o sobre las lápidas sepulcrales, en el caso de las sepulturas
de monumento o de las tumbas en tierra.
La tipología elaborada permite diferenciarlas en diez grupos:
– Hemisféricas con lóbulos radiales en la base (Lámina 2 j-A): Tienen decoración de ramos de
flores, especialmente en el borde superior. Suelen tener la inscripción Pax o una cruz.
– Hemisféricas enrejadas (Lámina 2 j-B). Pueden tener una decoración calada similar a la de una
reja o ser en reja ciega. La forma es una sección de círculo. Llevan caras de Cristo o medallones
ovales.
– Hemisféricas de base plana con greca geométrica (Lámina 2 j-C): La zona inferior del cuerpo
es globular, está decorada con motivos fitomorfos o lineales derivados; la zona superior tiene
una guarda rectangular donde se sitúa la greca geométrica.

194 ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO


– Rectangulares de base ligeramente ovaloide (Lámina 2 j-D): Son poco profundas. Se caracterizan
por el predominio de la zona superior y la suave curvatura de la zona basal que no se destaca
como en los ejemplares anteriores. Están decoradas con temas fitomorfos. Presentan una pro-
nunciada marcación del eje central a través de bordes recortados sobresalientes y simétricos.
– Rectangulares (Lámina 2 j-E): Predominan las direcciones horizontales. Estas medio-jardineras
son de poca profundidad y de bordes rectos. Están decoradas con motivos fitomorfos o geomé-
tricos.
– Poliédricas de diseño geométrico (Lámina 2 j-F): este grupo se adscribe claramente al estilo art
decó por sus líneas rectas que determinan superficies facetadas y el predominio de los temas
geométricos, especialmente los triángulos alternos.
– Rectangulares lisas (Lámina 2 j-G): son medio-jardineras con base y boca marcadas por un
reborde; carecen de diseños decorativos o éstos son escasos y pequeños.
– Troncocónicas (Lámina 2 j-H): tienen la forma de un cono truncado invertido. Pueden o no
estar decoradas.
– Ovales de base plana (Lámina 2 j-I): Predominan las direcciones horizontales y los lados son
ligeramente curvos. Están decoradas con temas figurativos.

▲ Gráfico 7
Jardineras: Cantidades tipos por períodos

▲ Gráfico 8
Jardineras: Porcentual tipos por períodos

ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 195


– Mármol: este grupo está constituido por jardineras fabricadas en mármol. Pueden ser rectangu-
lares o en forma de vaso. La mayoría son lisas; otras presentan decoración grabada y/o pintada
(Lámina 2 j-J).
Las medio-jardineras más populares son las j-A, que aparecen en el primer período en un 75%,
disminuyen a un 48% en el segundo período y aumentan hasta llegar a más de un 90% en el último. Estas
medio-jardineras se caracterizan por tener en su mayoría la inscripción Pax.
Las jardineras de mármol son escasas, excepto en un caso, no están adosadas. En general se
encuentran en la línea inferior de nichos, apoyadas sobre un reborde.

Portarretratos (Lámina 2)
Se han determinado 5 grupos; uno circular liso (tipo Pr-E), el resto son ovales, distinguiéndose
cuatro variedades: con marco ancho decorado (Pr-D); marco fino muy decorado (Pr-C); marco fino liso
(Pr-B); y el más abundante (Pr-A), tiene cuatro moños distribuidos simétricamente. Dos en la parte
superior y dos en la inferior.

▲ Lamina 2

196 ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO


▲ Gráfico 9
Portarretratos: Cantidades tipos por períodos

▲ Gráfico 10
Portarretratos: Porcentual tipos por períodos

La presencia de portarretratos está íntimamente ligada al uso de fotos. Éstas hacen su primera
aparición en el Cementerio en los primeros años del siglo XX. Su ausencia en el período 1887-1905
debe estar ligada a la escasa difusión de la técnica del esmaltado fotográfico y del oficio de fotógrafo.
El único modelo de portarretratos con valor estadístico es el Pr-A, que aparece entre 1906-24 con una
frecuencia de 40% y va incrementando a 70% en el siguiente período. Su máximo valor lo adquiere en
1944-62 (81%) y se mantiene con valores superiores al 70% hasta la actualidad. El tipo Pr-B aparece
con un 60% y disminuye abruptamente en los dos períodos siguientes, desapareciendo definitivamente
a partir de 1963. Los otros modelos son escasos y de poca significación estadística.

Tapas de Nichos (Lámina 2)


Sobre 873 nichos con tapas hechas en piedra, bronce o materiales sintéticos, 224 (25,65%) tienen
tapas de piedra con letras cinceladas que sobresalen por su trabajo artístico, escultórico o cincelado y
pueden ser tomadas como una forma de adorno específico, tal como fueron tratados los floreros, jardi-
neras y portarretratos.
La lapidaria se ha desarrollado como un trabajo de taller con maestros y oficiales, desde épocas
remotas hasta el presente. El desarrollo industrial permitió la aplicación de nuevas herramientas como
sierras y otras maquinarias. La demanda de materias primas se cubre, de preferencia, con materiales
disponibles en el lugar y, para variedades requeridas por su calidad y características específicas, se
accede a lugares distantes ya sea por transporte terrestre o marítimo, como ocurre con el mármol de
Carrara.
En el siglo XIX, se extendió el trabajo de reproducción en mármol, a partir de un original en yeso, si-
guiendo la técnica de punteado. Éste es un método tridimensional donde a partir de la distancia entre dos puntos
dados, puede deducirse un tercer punto, mediante la utilización de un transportador con patas ajustables al mo-

ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 197


delo original. Luego, los puntos fijados se trasladan al bloque de mármol, que se va desbastando hasta conseguir
plasmar la figura del modelo original en yeso.
Para variar el tamaño de la reproducción se utiliza una tabla de escala, que modifica proporcional-
mente las medidas de acuerdo al aumento elegido (pantógrafo). Actualmente se trabaja con pantógrafos
computarizados.
Para grabar en hueco, a partir de una superficie plana, se utiliza la escuadra de grabar que establece
una determinada profundidad mediante una varilla vertical de desplazamiento horizontal.
El bloque de cantera es cúbico y de grandes dimensiones. En el taller se coloca en el telar para
cortarlo. Se trabaja por vaivén, con agua y costosísimas sierras diamantadas. Por el sistema tradicional,
hasta no hace muchos años, estos cortes se realizaban con granalla de acero; se tardaba un mes en cortar
todo el bloque. En la actualidad, ese mismo trabajo se resuelve en el día.
En muchos casos se ejecutan las obras dejando la superficie rugosa, en otros se la pule y en otros,
el lustrado completa el trabajo.
El trabajo de pulimento del granito se realiza mediante piedras abrasivas, con distintos gradientes
de calibre de carburo de silicio, material duro, cristalino y transparente. A medida que avanza el trabajo
de pulido se utilizan las piedras de calibre más finas hasta conseguir hacer desaparecer cualquier raya.
El lustre final o brillo se consigue utilizando tapones de plomo y óxido de estaño, mediante fricción. El
mármol, en cambio, se pule con un tratamiento más sencillo: una simple pasada de piedra y luego se
lustra con la aplicación de ácido oxálico.
La utilización de la piedra, en especial en el ámbito funerario, ha estado condicionada por la
distancia a los yacimientos geológicos y por las técnicas vigentes en cada época (Midgley, B., 1982).
Su uso, para la fabricación o elaboración de objetos utilitarios o artísticos ha determinado una clasi-
ficación general de acuerdo a la dureza, en piedras blandas (caliza) y duras (granito). Por su origen
se clasifican en:
* rocas ígneas, estructura cristalina muy dura y resistente como el granito.
* rocas sedimentarias, caracterizadas por tener en su estructura partículas de materiales muy
resistentes aglutinados por componentes naturales, caso de la arenisca y la piedra caliza. La
superficie de estas rocas sufre un templado natural producido por la misma humedad de la
cantera.Este proceso la hace más dura en superficie y preserva su interior. Son muy aptas para
la talla. La presencia de hierro determina su oscilación cromática que va desde el blanco hasta
rojizos de distinta intensidad.
* rocas metamórficas, se originan por haber sido sometidas a altas temperaturas o por una intervención
química. La orientación de sus componentes determinan una fractura laminar. Las más frecuentes
son el mármol y la pizarra con alto contenido de carbonato de calcio. La coloración del mármol
varía desde el blanco puro de Carrara (Italia) y Grecia a los mármoles travertinos de coloración
blanquecina, amarillenta o rojiza que son frecuentes en Argentina. Los mármoles negros aparecen
en el norte europeo y en Uruguay. La pizarra caracterizada por tener una estructura de grano fino
y laminar, es muy apta para los revestimientos. Su coloración varía dentro de los grises azulados
y verdosos.

Mármoles de nuestro país: (Schumann 1987)


– Azul Cielo. 98,1% de Carbonato de Calcio y 1,9 de % Carbonato de Magnesio. Textura: granular
media a gruesa. La cantera se encuentra en Dpto. de Cruz del Eje en la Pcia. de Córdoba.
– Limay Mahuída. Calcita cristalina y óxidos de hierro. La cantera se encuentra en la Pcia. de la
Pampa.
– Puelén Caliza. Carbonática micrítica con fragmentos esqueletales carbonáticos. Textura: granular
fina. Cantera: Pcia. de La Pampa.
– Dolomita. 60% de Dolomita, 20% de Calcita, 10% de Óxido de hierro y arcillas y 10% de
Cuarzo. Textura: granular fina. Cantera: Pdo de Olavarría. Pcia. de Buenos Aires.
- Dolomita listada: 68% de Dolomita, 18% de Calcita, 9% de Óxido de hierro y arcillas, 5% de
Cuarzo. Textura: cristalina granular fina bandeada. Cantera: Pdo. Olavarría. Pcia de Buenos
Aires.
– Travertino Beige (al agua) 93% de Calcita y 7% de Óxido de hierro y arcillas. Textura: crista-
lina granular, fibrosa, vesicular y bandeada. Cantera: Dpto. Albardón y La Laja. Pcia. de San
Juan.

198 ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO


– Travertino Beige (a la veta): 93% de Calcita y 7% de óxido de hierro y arcillas. Textura: cris-
talina granular, fibrosa vesicular y bandeada. Cantera: Dpto. Albardón y La Laja. Pcia de San
Juan. Granitos de nuestro país:
– Gris Perla: 35% de microclino y ortosa, 30% de cuarzo, 18% de biotita, 10% de minerales opacos
y titanita, 2% de Sericita y arcillas. Textura: granular porfírica, granular gruesa. Cantera: Dpto.
San Martín. Pcia: San Luis.
– Gris Mara. 35% de cuarzo,30% de ortoclasa, 20% de biotita, 12% de plagioclasa, 1% de mus-
covita y 1% de minerales opacos. Textura: granular y fina. Cantera: Dpto. de Punilla, Pcia de
Córdoba.
– Marrón Perlado. 50% de cuarzo, 22% de plagioclasa, 20% de Feldespato, 5% de biotita y 3% de
minerales opacos. Textura: granular grueso. Cantera: Dpto. El Cuy. Pcia de Río Negro.
– Marrón Orcollano. 35% de microclino, 28% de cuarzo, 27% de biotita, 8% de plagioclasa y
muscovita, 2% de minerales opacos, apatito y circón. Textura: granular porfírica. Cantera: Dpto.
Cruz del Eje. Pcia. Córdoba.
– Azul Mara. 30% de cuarzo, 25% de microclino, 20% de plagioclasa , 10% de biotita, 6% de
Ortosa, 5% de Sericita y arcillas, 2% de minerales opacos y 1% de apatito. Textura: granular
gruesa a medio. Cantera: Dpto. Peñaloza. Pcia. La Rioja.
– Beige Puna. 32% de cuarzo, 30% de microclino, 20% de biotita y muscovita, 15% de plagio-
clasa, 2% de apatito y minerales opacos. Textura: granular medio. Cantera: Dpto. Cruz del Eje.
Pcia. de Córdoba.
– Fantasía. Cuarzo, feldespato potásico, biotita apatito. Textura: gneísica, cristales orientados en
bandas con “movimiento”. Pdo. de Olavarría. Pcia. de Buenos Aires.
– Marrón Siena. 47% de feldespato, 27% de plagioclasa, 17% de cuarzo, 8% de biotita y 1% de
clorita y muscovita. Textura granular medio. Cantera: El Cuy. Pcia de Río Negro.
– Negro Galaxia. 20% de megacristales de feldespato potásico, en una matrix granosa con biotita,
cuarzo, piroxileno, feldespato potásico. Minerales accesorios: epidolo y apatito. Cantera: Pdo.
Azul. Pcia. de Buenos Aires.
– Rosa Mara. 49% de microclino, 40% de cuarzo, 6% de biotita y muscovita, 5% de plagio-clasa.
Textura: granular medio. Cantera: Dpto. de Potrerillos. Pcia. de San Luis.
– Rosa de Salto. 15% de megacristales de feldespato potásico, 45% de plagioclasa y feldes-pato
potásico, 35% de cuarzo, 7% de biotita, 13% de minerales opacos, titanio y apatita. Textura:
porfírica con fenocristales granulares gruesos. Cantera: Dpto. San Martín. Pcia. San Luis.
– Rojo Dragón. 48% de microclino, 40% de cuarzo, 8% de plagioclasa, 3% de biotita y muscovita
y 1% de minerales. Opacos. Minerales accesorios: Clorita y Epidoto. Textura granular gruesa.
Cantera: Dpto. San Martín. Pcia. San Luis.
– Rojo Imperial Riojano. 27% de ortosa, 25% de cuarzo, 15% de sericita y arcillas, 10% de
plagioclasa, 3% de biotita, 3% de muscovita y 2% de óxido de hierro. Textura: granoblástica
gruesa. Cantera: Dpto. Peñaloza. Pcia. La Rioja.
– Rojo Sierra Chica. 35% de microclino, 30 % de cuarzo, 20 % de clorita, sericita y arcillas, 10%
de biotita y 5% de minerales opacos y anfibol. Textura granular muy gruesa. Cantera: Dpto.
Olavarría. Pcia. Buenos Aires.
– Rojo Mar. 38% de cuarzo, 35% de microclino, 18% de plagioclasa, 5% de biotita, 3% de granate,
1% de apatito. Textura granular medio. Cantera: Dpto. Cruz del Eje. Pcia. Córdoba.
– Rosamar Baveno. 44% de feldespato, 35% de cuarzo, 10% de plagioclasa, 7% de biotita, 2%
de apatito, 2% de granate. Textura: granular medio. Cantera. Pcia. Córdoba.
– San Felipe. 50% de ortosa y microclino, 15% de cuarzo, 15 de sericita y arcillas y 8% de biotita,
7% de Plagioclasa, 3% de minerales opacos, 2% de titanita, apatito y circón. Textura: granular
gruesa a muy gruesa. Cantera: Dpto. Chacabuco. Pcia. San Luis.

En la galería del Cementerio las tapas de nichos se han realizado específicamente en placas de:
– mármol travertino (M-TR),
– mármol blanco de Carrara (M-CAR),
– mármol gris Bardiglio (M-BARD) de acabado rústico.
– mármol negro (M-NEGR)
– granito
Los gráficos de distribución 11 y 12 muestran las frecuencias de los tipos en los períodos con-
siderados.

ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 199


▲ Gráfico 11
Tapas de Nichos de piedra con letras cinceladas
Tipos de Materiales: Cantidades por períodos

▲ Gráfico 12
Tapas de Nichos de piedra con letras cinceladas
Tipos de Materiales: Porcentual por períodos

En los gráficos 11 y 12 observamos que el mármol de Carrara (M-CAR) es el material más utilizado
en todos los períodos. Su empleo crece desde un 43% en el primer período, hasta el 90% en el tercero.
Decrece en el cuarto y asciende en el período quinto a un 75%, cayendo a un 50% en el último.
El mármol gris Bardiglio (M-BARD) es el más popular durante el primer período con un registro
del 52%, valor que desciende en el segundo y tercero hasta desaparecer en el cuarto, reapareciendo con
un 25% en el siguiente período, para decrecer al 13% en el último.
El mármol Travertino es utilizado a partir del cuarto período con un 21% de frecuencia, luego
desaparece su aplicación en el período siguiente y llega a un 13% en el último período.
El mármol negro (M-NEG) es utilizado en un 5% en el primer período, valor que se incre-menta
al 12% en el segundo. En el período siguiente decrece al 3%, aumenta en el cuarto período a un 7%; es
nulo en el quinto y crece al 13% en el sexto período.
La utilización del granito es nula en los períodos primero, segundo y quinto, y alcanza un valor
máximo del 13% en el período 1982-2000.

Modelos de Tapas de Nichos

En la galería, las tapas de nichos con la inscripción cincelada sobre la piedra, se encuentran bajo
distintos aspectos:
La placa sola, con la inscripción grabada directamente en la piedra. Sin ningún otro ornamento.
La placa, como en el caso precedente, pero además con la presencia de un marco lineal perimetral,
realizado con trazos cincelados rectos o curvos (estos últimos generalmente forman motivos vegetales).
Puede estar acompañada por un Cristo de mármol o de metal, de floreros y/ o de medio-jardineras y/o
de portarretratos.La placa que está precedida por una puerta postigo vidriada, puede o no presentar un
marco exterior con o sin decoración. A su vez la puerta postigo en sí puede tener un marco con o sin
decoración.

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Las placas pueden tener un marco exterior en relieve. Éste puede ser liso o tener motivos decora-
tivos (geométricos, fitomorfos, etc.). En algunos casos presenta cuadrados lisos o con dibujos cincelados
en los ángulos, o en otros, puede tener los ángulos redondeados (convexos o cóncavos).
En este trabajo hemos hecho una clasificación general de las tapas de nichos y establecido los
siguientes tipos:
– t-A = placa lisa con letras cinceladas. La inscripción se encuentra grabada en la piedra.
– t-B= placa con postigo vidriada. Comprende en general a las tapas que tiene letras cinceladas
y se encuentran detrás de una puerta vidriada.
– t-C= placa con escena grabada. Tiene la inscripción en la piedra y una escena cincelada.
 t-D= placa con puerta postigo vidriada y escena grabada. Comprende en general a la tapa que

tiene letras cinceladas y una escena cincelada. Se encuentra detrás de una puerta postigo vi-
driada.
– t-E= placa con puerta postigo vidriada y pórtico (Lámina 2, Tn 3). Tapa que tiene letras cin-
celadas; se encuentra detrás de una puerta postigo vidriada que simula la entrada a un templo:
dos columnas laterales y dintel de estilo neoclásico.
– t-F= placa en bajorrelieve (Lámina 2, Tn 1) o en altorrelieve Lámina 2,Tn 2). Tapa que tiene la
inscripción grabada y una escena cincelada en relieve.
– tG= placa negra lisa con letras en negativo. El fondo es desbastado y las letras quedan al mismo
nivel de la placa.

En los gráficos 13 y 14 vemos reflejados los valores de los tipos de tapas de nichos arriba des-
criptos.

▲ Gráfico 13
Tapas de Nichos con letras cinceladas
Cantidad de Tipos por períodos

▲ Gráfico 14
Tapas de Nichos con letras cinceladas
Porcentual de Tipos por períodos

Se observa que el tipo t-A predomina con respecto a los demás tipos a lo largo de todos los períodos.
El valor de 71% del primer período decrece a un 54% en el período que va de 1906-1924; registrándose
en este mismo período un ascenso de t-B a un 31%. Cantidad que desciende en el período siguiente para
llegar a un tope de 25% en el período 1982-2000. Los valores de t-A, por otro lado, alcanzan el 100%
en el período 1963-1981, valor que en el último período decrece a un 75%. Los valores registrados en

ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 201


los demás tipos son insignificantes. Observamos que el registro de t-F corresponde a la presencia de
muy pocas placas en toda la galería y que éstas se encuentran en los primeros períodos. Los gráficos 11
y 12 determinan que la presencia del mármol de Carrara (M-CAR) aumentó en el período 1925-1943,
lo que permitió ejecutar placas del tipo t-F que requerían de un material apto para un trabajo escultórico
y de tallado.
En consecuencia, con la aplicación del mármol de Carrara se dan las formas más artísticas de
tapas de nichos. Se destacan los trabajos del marmolero Luis Migo, romano, quien se instaló en el año
1909, en dos manzanas frente al Cementerio. En esa época, el mármol venía de Italia (Carrara). Migo, por
razones familiares, tuvo que viajar a su país; al regresar, estaba por comenzar la guerra, Mussolini había
prohibido sacar del país todo lo que tuviese valor por lo que el citado marmolero decidió traer bloques
de mármol, angelitos, copones, etc., de escaso valor material que cargó como lastre del barco.
En sus trabajos realizados en mármol de Carrara se destacan las figuras en bajorrelieve (Lá-
mina 2, Tn1, 1924) y en altorrelieve (Lámina 2, Tn2, 1932). En la primera modalidad, la escena
está circunscripta dentro de un arco. Todos sus componentes, en especial el sauce llorón y la figura
femenina sentada, se curvan siguiendo la línea del arco; la tumba y la cruz marcan el eje central de
la composición. El preciosismo de la misma se enfatiza en el detalle de los pliegues del ropaje y el
manto. Este último, genera profundidad porque se ubica en un plano intermedio y es el nexo de las
figuras en primer plano (árbol - mujer) con el fondo. Los pliegues del manto y de la ropa de la mujer
son de líneas mayoritariamente curvas que convergen hacia puntos opuestos. En el lateral derecho lo
hacen hacia la línea vertical de la tumba; en el izquierdo, hacia la línea horizontal que sustenta a la
figura sentada, produciendo una lectura en diagonal del juego de volúmenes. La línea horizontal de la
base, que soporta el peso de las figuras, junto a las líneas verticales laterales enmarcan y profundizan
el carácter de encierro de este escenario.
La composición queda dividida en dos por un eje axial trazado por la cruz ubicada en el fondo.
A ambos lados de ésta, el árbol y la mujer funcionan como figuras que demarcan una disimetría y se
complementan en la lectura circular (Panofsky, 1983).
En un plano simbólico (Gombrich, 1972), estas formas contribuyen a generar un clima de
introspección, silencio y paz para permitir el sueño o el descanso de los muertos. La imagen repro-
duce el entorno: un cementerio y su significado. (CEMENTERIO: Del lat. coemeter_um y éste del
gr.___________: lugar donde descansan los muertos (______: I. 1. poner a dormir. 2. metaf. Poner a
descansar, aquietar, calmar. II. 1. quedar dormido, reposar. 2. del sueño de los muertos: caer dormido,
morir).

Conclusiones
La galería de los nichos, en la entrada del Cementerio, es un sector muy significativo respecto
a la arquitectura institucional. Su presencia es indicadora del estilo italianizante que predomina en la
construcción.
Las grandes arcadas alojan a 906 nichos cuya ocupación abarca desde la inauguración en 1887
hasta la actualidad. Se puede observar que hay un aumento en el porcentaje de nichos ocupados, desde
un 0,5% inicial hasta un 29% en el período 1925-43. A partir de esta fecha disminuye el ritmo de ocu-
pación de los nichos, en cifras de un 10% aproximado por período, proporción que sube, duplicándose,
a un 24% a partir de 1982.
Respecto a los adornos funerarios, los predominantes son los floreros y jardineras, los primeros
varían poco en su representación a través de los segmentos temporales marcados. Dentro de los adornos
más relevantes por su valor estético, las tapas cinceladas son más frecuentes en la primer época y pasan
de moda a partir de 1960.
Las medio-jardineras y portarretratos son los únicos que aumentan su popularidad hacia la ac-
tualidad.
Los portarretratos están ausentes entre 1887-1905. Tienen su mayor popularidad entre 1944-62
y disminuyen su frecuencia en el último período. Este comportamiento estaría relacionado al principio
con el desarrollo de la técnica fotográfica, la existencia de estudios fotográficos y de la difusión de la
profesión. Su desaparición está más relacionada al cambio de la costumbre social de identificar a los
muertos mediante fotos.
En los ítems funerarios analizados se observan variantes importantes relacionadas con los esti-

202 ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO


los artísticos imperantes en cada época. Como un rasgo destacable se observa que en los momentos de
mayor popularidad de un ítem se da la mayor variabilidad tipológica interna, marcada en algunos casos
por pequeños detalles.
La tendencia general actual es la de uniformar los panteones y nichos, como una normativa sur-
gida de las administraciones municipales o de los concesionarios, tal como en el caso de los panteones
del obispado platense, lo que resta variedad a la parafernalia funeraria, esta prohibida la utilización de
fotografías y solo se permite una lápida de granito gris, una cruz simple, el nombre y floreros. Esta misma
tendencia se observa en oros cementerios municipales como los de Rosario, en especial en los panteones
gremiales y colegios profesionales.

Agradecimientos

A Esteban Orsini, alumno del Bachillerato de Bellas Artes, Francisco A. de Santo de la UNLP,
por su colaboración en el trabajo de campo y en fotografía digital.

Notas
1. Sauce: (Salixis, Salicis) árbol de la familia de las salicáceas. En Grecia estaba consagrado a Hécate, a Circe, a Hera y a Perséfone.
Están ligadas con la muerte de la diosa Luna, siendo ésta la que proporciona el rocío y la humedad (Chevalier y Gheerbrandt,
1995).
Sus hojas y su corteza, fuente del ácido salicílico, se usan en hechicería. Es el árbol típico de las orillas de los estanques ya que
necesita de los terrenos húmedos para su crecimiento. También se dice que es el árbol sagrado de los poetas.

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