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“2013 – AÑO DEL BICENTENARIO DE LA ASAMBLEA GENERAL CONSTITUYENTE DE 1813”

Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección General de Publicaciones

VERSION PRELIMINAR SUSCEPTIBLE DE CORRECCION UNA VEZ


CONFRONTADO CON EL ORIGINAL IMPRESO

(S-3847/13)

PROYECTO DE LEY

El Senado y Cámara de Diputados,…

CAPITULO I - EJERCICIO PROFESIONAL.

ARTÍCULO 1: El ejercicio de la psicopedagogía, como actividad


profesional independiente, quedará sujeto en la República Argentina a
las disposiciones de la presente ley y su reglamentación.

ARTÍCULO 2: Se considera ejercicio profesional de la psicopedagogía


a la aplicación, mediando título habilitante, de los conocimientos,
técnicas y procedimientos psicopedagógicos reconocidos por las
autoridades oficiales competentes, para:
a) la evaluación, promoción y protección del desarrollo y
funcionamiento psicopedagógico de las personas
b) el diagnóstico y el tratamiento y de los trastornos psicopedagógicos;
c) la enseñanza y la investigación;
d) el desempeño de cargos, funciones, comisiones o empleos por
designación de autoridad pública o nombramiento judicial;
e) la evacuación, presentación de certificaciones, consultas,
asesoramientos, estudios, informes, y toda otra actividad lícita que
corresponda a su competencia profesional.

ARTÍCULO 3: Los profesionales psicopedagogos/as podrán ejercer su


actividad autónoma en forma individual y/o integrando equipos
interdisciplinarios, en forma privada o en instituciones públicas o
privadas que requieran sus servicios.
Podrán también hacerlo a requerimiento de profesionales y/o
especialistas en otras disciplinas o de personas que voluntariamente
soliciten su asistencia profesional.

ARTÍCULO 4: Los profesionales psicopedagogos/as ejercen su


actividad en los ámbitos sanitario, educativo y socio-comunitario, sin
perjuicio de todo otro que se determine y/o autorice, en caso de
requerirse autorización.

ARTICULO 5: El ejercicio de cualquier especialidad vinculada a la


psicopedagogía deberá contar en todos los casos con el
correspondiente título de Especialista otorgado por universidad

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nacional, provincial o privada autorizada por el Estado, y la habilitación


de las autoridades competentes.

CAPITULO II - CONDICIONES PARA EL EJERCICIO DE LA


PROFESIÓN.

ARTÍCULO 6: Podrán ejercer la profesión de psicopedagogo/a quienes


para cada caso posean:

1. Título habilitante de Psicopedagogo/a, Licenciado/a en


Psicopedagogía, otorgado por universidad nacional, provincial o
privada habilitada por el Estado, conforme a la legislación vigente, o
título equivalente reconocido como tal por las autoridades pertinentes;

2. Título otorgado por universidades extranjeras que haya sido


revalidado en el país;

3. Título otorgado por universidades extranjeras que en virtud de


tratados internacionales en vigencia haya sido habilitado por
universidad nacional;

4. También podrán ejercer la profesión:


a) Los extranjeros con título equivalente, que estuviesen en tránsito en
el país y fueran oficialmente requeridos en consulta para asuntos de
su especialidad. La autorización para el ejercicio profesional será
concedida por un período de seis meses, pudiendo prorrogarse.
b) Los profesionales extranjeros contratados por instituciones públicas
o privadas con fines de investigación, docencia y asesoramiento,
debiendo obtener autorización al efecto. Esta habilitación no autoriza
al profesional extranjero para el ejercicio independiente de su
profesión, debiendo limitarse a la actividad para la que ha sido
requerido.

ARTÍCULO 7: El ejercicio profesional consistirá en la ejecución


personal e indelegable de los actos enunciados en la presente ley,
quedando prohibido todo préstamo de la firma o título a terceros, sean
estos psicopedagogos/as o no.
Asimismo, queda prohibido a toda persona que no esté comprendida
en la presente ley, participar en las actividades o realizar las acciones
que en la misma se determinan, siendo en caso contrario pasibles de
las sanciones previstas en el Código Penal y toda otra que
corresponda por ley.

CAPITULO III - INHABILIDADES E INCOMPATIBILIDADES.

ARTÍCULO 8: No podrán ejercer la profesión de psicopedagogo/a:


1. Los profesionales que hubieren sido condenados por delitos dolosos
a penas privativas de la libertad e inhabilitación absoluta o especial

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para el ejercicio profesional, por el tiempo de la condena, a cuyos


efectos les será suspendida la matrícula por dicho lapso, que en
ningún caso podrá ser menor a dos (2) años;
2. Los profesionales que padezcan enfermedades incapacitantes y/o
invalidantes determinadas a través de una junta médica y con el
alcance que establezca la prescripción médica y/o la reglamentación.

ARTÍCULO 9: Las incompatibilidades para el ejercicio de la profesión


sólo pueden ser establecidas por ley.

CAPITULO IV - DERECHOS Y OBLIGACIONES.

ARTÍCULO 10: Los profesionales que ejerzan la psicopedagogía


gozan de los siguientes DERECHOS:
1. Ejercer su profesión de conformidad con lo establecido por la
presente ley y su reglamentación, asumiendo las responsabilidades
acordes con la capacitación recibida, en las condiciones que se
reglamenten.
2. Negarse a realizar o colaborar con la ejecución de prácticas que
entren en conflicto con sus convicciones religiosas, deontológicas o
éticas, siempre que de ello no resulte un daño para el paciente.
3. Contar, cuando ejerzan su profesión bajo relación de dependencia
pública o privada, con el adecuado equipamiento, infraestructura,
actualización y garantías que aseguren el cabal cumplimiento de sus
obligaciones.
4. Percibir una contraprestación dineraria acorde a su jerarquía
profesional. Los servicios profesionales del psicopedagogo/a se
presumen onerosos, salvo prueba en contrario.
5. Efectuar diagnósticos, prescribir y conducir tratamientos para el
trastorno psicopedagógico, diseñar y ejecutar actividades y/o
programas para el desarrollo y funcionamiento psicopedagógico;
realizar interconsultas y/o derivaciones a otros profesionales de la
salud y/o educación cuando la naturaleza del problema así lo requiera.
6. Certificar las prestaciones de servicios que efectúen, así como
también las conclusiones de diagnósticos referentes al funcionamiento
psicopedagógico de las personas en consulta.

ARTICULO 11: Los profesionales que ejerzan la psicopedagogía están


OBLIGADOS a:
1. Comportarse con lealtad, probidad y buena fe en el desempeño
profesional, respetando en todas sus acciones la integridad de la
persona humana, sin distinción de ninguna naturaleza, el derecho a la
salud, a la vida y a su integridad desde la concepción y hasta la
muerte.
2. Proteger a los sujetos de las prácticas, asegurándoles que las
pruebas y resultados que obtenga se utilizarán de acuerdo a normas
éticas y profesionales.
3. Prestar la colaboración que les sea requerida por las autoridades

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sanitarias y educativas en caso de emergencias;


4. Guardar el más riguroso secreto profesional sobre cualquier
prescripción o acto que realizare en cumplimiento de sus tareas
específicas, así como de los datos o hechos que se les comunicare
sobre aspectos psicopedagógicos y/o ideológicos de las personas,
salvo cuando fueren relevados del mismo por disposición legal o
judicial.
5. Mantener la idoneidad profesional mediante la actualización
permanente, de conformidad con lo que al respecto determine la
reglamentación.
6. Colegiarse y ejercer la profesión bajo matrícula en las condiciones
que se establezcan.
7. Fijar domicilio profesional dentro del territorio de la República
Argentina.

CAPITULO V - PROHIBICIONES.

ARTÍCULO 12: Queda prohibido a los profesionales que ejerzan la


psicopedagogía.
1. Ejercer la profesión sin estar debidamente matriculados, sin
perjuicio de lo dispuesto en el artículo 22 de la presente.
2. Prescribir, administrar o aplicar drogas o fármacos, o cualquier otro
medio físico y/o químico no autorizado destinado al tratamiento de los
pacientes.
3. Realizar indicaciones terapéuticas fuera de las expresamente
autorizadas por las autoridades competentes dentro de las
competencias de su título.
4. Realizar, propiciar, inducir o colaborar directa o indirectamente en
prácticas que entrañen peligro o daño para la salud, o que signifiquen
trato discriminatorio o menoscabo a la dignidad humana;
5. Intervenir en asuntos en que hubiera o se encontrara actuando otro
profesional psicopedagogo/a, sin la debida notificación a éste.
6. Anunciar o ejercer especializaciones no reconocidas por las
Universidades, los Consejos o Colegios profesionales.
7. Realizar publicaciones y/o anuncios con referencia a técnicas o
procedimientos personales en medios de difusión no especializados si
previamente no han sido sometidos a consideración de su ámbito
profesional específico.
8. Anunciar o hacer anunciar actividad profesional como
psicopedagogo/a publicando falsos éxitos terapéuticos, estadísticas
ficticias, datos inexactos; prometer resultados en la curación o
cualquier otro engaño.
9. Participar honorarios entre psicopedagogos/as o con cualquier otro
profesional, sin perjuicio del derecho a presupuestar y facturar
honorarios en conjunto por trabajos realizados en equipo.
10. Tener participación en beneficios que obtengan terceros que
fabriquen, distribuyan o comercien equipos o elementos de uso
profesional.

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11. Favorecer a organismos, empresas o particulares por cualquier


medio que implique violación de sus deberes éticos profesionales.
12. Delegar en personal auxiliar o técnico, facultades, funciones o
atribuciones privativas de su profesión o actividad y no delegables.
13. Transgredir las disposiciones de la presente ley.

CAPITULO VI - CONTROL, REGISTRO Y MATRICULACIÓN.

ARTÍCULO 13: El control del ejercicio de la profesión, su


representación y el gobierno de la matrícula corresponde
exclusivamente a los respectivos Colegios o Consejos profesionales
que crearen las Provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
debiendo ajustarse a las disposiciones de la presente ley. Serán
conformados únicamente por profesionales psicopedagogos/as.
Las asociaciones o entidades profesionales deberán participar y ser
oídas en su proceso de creación.

ARTICULO 14: Prohíbese el uso por asociaciones o entidades


particulares de la denominación de Consejo o Colegio Profesional, u
otras que por su semejanza puedan inducir a confusión.

ARTÍCULO 15: Sin perjuicio de la existencia de tales Colegios o


Consejos profesionales, las autoridades sanitarias, educativas y
sociales ejercerán los controles que se establezcan en la
correspondiente reglamentación, pero el registro y/o autorización que
otorgaren no sustituirá a la matrícula profesional que confieran
aquéllos.

CAPITULO VII - SANCIONES. PRESCRIPCIÓN.

ARTICULO 16: Los profesionales psicopedagogos/as matriculados


quedan sujetos a las sanciones previstas en esta ley, por las
siguientes causas:
a) Condena judicial por delito doloso con pena privativa de la
libertad, cuando de las circunstancias del caso se desprendiere
que el hecho afecta al decoro y ética profesionales, o que la
misma importe la inhabilitación profesional;
b) Negligencia o ineptitud manifiesta, acciones u omisiones
graves en el desempeño de su actividad profesional;
c) Incumplimiento de las normas establecidas por esta Ley,
por su reglamentación y la autoridad de aplicación

ARTICULO 17: Las sanciones disciplinarias son:


a) Llamado de atención;
b) Suspensión en el ejercicio de la profesión;
c) Exclusión de la matrícula, en los siguientes casos:
I) por haber sido suspendido cinco (5) veces los últimos diez
(10) años;

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II) por haber sido condenado por la comisión de un delito


doloso a pena privativa de la libertad y siempre que, de las
circunstancias del caso, se desprendiere que el hecho afecta
al decoro y ética profesionales.

A los efectos de la aplicación de las sanciones, la autoridad de


aplicación deberá tener en cuenta los antecedentes del imputado.

ARTICULO 18: En todos los casos en que recaiga sentencia penal


condenatoria a un psicopedagogo/a, el Tribunal interviniente debe
comunicar a la autoridad de aplicación, con remisión de copia íntegra
del fallo y la certificación de que se encuentra firme.

ARTICULO 19: Las acciones disciplinarias prescriben a los dos (2)


años de producidos los hechos o de que el damnificado o interesado
hubiere tomado conocimiento de los mismos. Cuando hubiere
condena penal, el plazo de prescripción comenzará a contar desde la
notificación a la autoridad de aplicación.

CAPITULO VIII – EJERCICIO ILEGAL DE LA PROFESION

ARTÍCULO 20: Constituye ejercicio ilegal de la profesión:


a) Ejercer sin estar debidamente matriculado o autorizado por
la autoridad competente.
b) El que sin título ni autorización habilitantes, o excediendo
los límites de la habilitación, anunciare, ofreciere o ejerciere los
servicios de psicopedagogía que describe la presente ley, u
ofreciere la curación de enfermedades o trastornos
psicopedagógicos de las personas, las familias, los grupos o la
comunidad, o realizare diagnósticos, prescribiera, sugiriera o
realizare tratamiento psicomotriz, o cualquier otro medio
destinado al tratamiento de tales enfermedades o trastornos,
diseñare y/o dirigiere programas o actividades, o evacuare
onerosa o gratuitamente consultas sobre cuestiones de la
psicopedagogía reservadas al profesional psicopedagogo/a.
c) El que ejerciere la profesión no obstante habérsele
cancelado la matrícula.
d) Utilizar personalmente o mediante asociaciones,
sociedades, corporaciones, instituciones o entidades,
denominaciones que permiten inferir o atribuir la idea de ejercicio
de la profesión tales como: estudio, asesoría, consultorio,
institución de enseñanza u otra semejante sin tener ni
mencionar, en el caso que lo tengan, al psicopedagogo/a y/o
psicopedagogos/as matriculados encargados directa y
personalmente de las tareas anunciadas

CAPITULO IX - DISPOSICIONES TRANSITORIAS.

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ARTÍCULO 21: Por única vez, se autorizará el ejercicio de la profesión


de Psicopedagogo/a, a quienes habiendo ejercido durante los últimos
diez (10) años inmediatos sucesivos al momento de la promulgación
de la presente Ley, como mínimo, puedan acreditar ante el Consejo o
Colegio Profesional respectivo mediante trabajos realizados en el
ámbito público y/o privado, idoneidad profesional y académica
equivalentes a las enunciadas en el inciso 1) del artículo 6.
Quedan también habilitados por única vez para el ejercicio de la
profesión, quienes a la fecha de entrada en vigencia de la presente ley
posean título o diploma de psicopedagogo/a otorgado por centros de
formación dependientes de organismos nacionales, provinciales o
privados reconocidos por autoridad competente. Estos títulos quedan
equiparados, a todos sus efectos, al de licenciado en psicopedagogía.

ARTÍCULO 22: Hasta tanto sean creados los respectivos Colegios o


Consejos profesionales, la falta de matrícula no será impedimento
para el ejercicio de la profesión, siempre y cuando se posea el
respectivo título profesional habilitante, emanado de autoridad
competente, no se hubiere incurrido en alguno de los supuestos de
inhabilidad o incompatibilidad establecidos en la presente, y se contare
con autorización de la autoridad oficial competente en los casos que
correspondan.

CAPITULO X - DISPOSICIONES FINALES.

ARTICULO 23: Invítase a las Provincias y a la Ciudad Autónoma de


Buenos Aires a adherir a la presente.

ARTICULO 24: Comuníquese al Poder Ejecutivo.

María E. Labado.- Pablo G. Gonzalez.

FUNDAMENTOS

Señor presidente:

La práctica profesional de la psicopedagogía constituye, en nuestro


país, una realidad cuyas características y alcances no cuenten
probablemente con un suficiente conocimiento y difusión, acorde con
su expansión y aporte al bienestar humano.

En ese sentido, la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de


Lomas de Zamora, considera de vital importancia la regulación de
dicha disciplina, entendiendo que es en este contexto histórico, político
y social que podemos afirmar sin lugar a dudas, que los avances en
materia de legislación en nuestro país nos permiten hablar de grandes
reivindicaciones postergadas que tienen como objetivo la generación
de nuevos sujetos de derechos.

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En esa alta casa de estudios funciona un servicio de Atención y


Orientación Psicopedagógica, espacio institucional que se fue
convirtiendo en campo propicio para desarrollar producciones teóricas
y clínicas, plasmadas en dos libros colectivos. La multirreferencialidad
se constituyó en la fuente de un estilo de abordaje de la problemática
considerada, que permite ejercer la suficiente flexibilidad teórico-
clínica como para adoptar una perspectiva u otra, según lo aconsejen
las circunstancias.

Resulta necesario situar a la intervención como psicopedagógica, lo


que significa que centralmente se interesa por los aprendizajes y sus
múltiples manifestaciones, desde una lectura amplia acerca de
circunstancias, determinaciones y contextos que atraviesan a los
pacientes y sus familias. Por lo tanto, los criterios clínicos del abordaje
se preocupan por dilucidar, frente a una consulta determinada, los
siguientes aspectos:

• El despeje de determinaciones genéticas, neurológicas y


neuropsicológicas que pueden incidir primaria o secundariamente
en relación con la variedad sintomática que se presenta, así como
la evaluación de las Funciones Cerebrales Superiores y el
despliegue que el paciente puede realizar de ellas.
• Una lectura lo más completa posible de la configuración subjetiva
que trae el paciente, incluyendo el análisis dinámico de su aparato
psíquico.
• La elucidación de los imaginarios que atraviesan al conjunto
familiar y/o a la escuela, en relación a la presunta situación de
conflicto.
• Una direccionalidad en las intervenciones que posibilite la
asunción de una escena problemática que pueda hallarse oculta, y
al mismo tiempo una actitud alerta acerca de los fenómenos
transferenciales que se ponen en juego en el psicopedagogo.

Como producto de esta construcción, hoy la Psicopedagogía es,


según Marina Müller, “un campo vastísimo, aún no delimitado en todas
sus posibilidades, que estudia y trabaja los aprendizajes sistemáticos y
asistemáticos. Abarca la educación académica en todos sus niveles, y
la educación familiar, vocacional, ocupacional y laboral; se ocupa de la
salud mental, en cuanto aprender implica afrontar conflictos, construir
conocimientos y muchas veces padecer perturbaciones. Incluye el
estudio de las estructuras educativas, sanitarias y laborales en cuanto
promueven, traban o dañan los aprendizajes”, y queda como
compromiso, su regulación.

SOBRE LA PSICOPEDAGOGIA

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La Psicopedagogía se inicia en la Argentina en 1956, con la creación


de la carrera. En aquél momento es concebida en el campo de lo
educativo como una rama de la Psicología, desarrollándose su campo
en dos grandes áreas: la orientación del aprendizaje (acción
preventiva) y la corrección del aprendizaje (acción terapéutica). A lo
largo del tiempo, en la formación de los Psicopedagogos se
sucedieron varios planes de estudios que fueron respondiendo a
exigencias generadas en dos campos: las investigaciones y
producciones científicas de la propia ciencia y por otro, a las
demandas del campo laboral que se fue generando en diversos
servicios tanto en el área de salud como de educación ya sea en
organismos ya existentes como en aquellos que se crearon ad hoc.
Así, en su historia, pueden reconocerse diferentes tipos de abordajes,
tal como lo afirma Elsa Bousquet, que responden a distintos
momentos históricos:

• Primer Momento: desde 1956 a 1970: abordaje


Psicométrico y reeducativo: aquí interesaba la situación
individual, el problema puntual de un sujeto que tiene problemas
para aprender y que los manifiesta en el ámbito de la escuela en
la educación sistemática
• Segundo momento: de 1970 a 1990: Abordaje Clínico:
influye aquí el Psicoanálisis ( tanto la corriente inglesa como la
francesa), se reconoce la subjetividad en su singularidad y se
incorpora la consideración de los contextos no solo escolares
sino familiares
• Tercer Momento: desde 1990 en adelante: abordaje
interdisciplinario y Transversal: influenciado por el paradigma de
la complejidad y los cambios socioculturales, políticos, culturales,
entre otros. El sujeto no interesa como un sujeto individual, sino
que para su comprensión y atención psicopedagógica se incluye
lo macrosocial. Y en este proceso incluir la integración de
diferentes teorías desde el psicoanálisis, el constructivismo, los
desarrollos cognitivos, la psicología social, entre otros, que
permiten la comprensión integral.

Más allá de la historia de la Psicopedagogía, puede afirmarse que el


psicopedagogo asume el desafío de actuar y articular con su acción la
interpretación y la comprensión del proceso de aprendizaje
fortaleciendo, al mismo tiempo, la presencia de identidades
particulares y plenas de significación social. En este contexto complejo
proporcionará la construcción y deconstrucción de valores y actitudes
a fin de que se interroguen nociones de enseñanza que resulten
viables a las necesidades sociales, culturales, político educativas en
sujetos únicos pero atravesados por historias y culturas diversas.

2. FUNDAMENTACIÓN

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El por qué de la Psicopedagogía

El reconocimiento de la Psicopedagogía como un área de


conocimiento científico y de la actividad profesional con entidad propia
constituye la primera razón que justifica la implementación de una
carrera de Nivel Superior que aborde específicamente la temática.

La psicopedagogía nació como una interdisciplina en la confluencia de


espacios conceptuales de la psicología y la pedagogía constituyendo
un entramado que no equivale, como a veces se suele suponer, a la
suma de ambas.

Esto es particularmente visible al comprender la constitución bio-psico-


social del sujeto cognoscente, ya que supone hacer referencia a cómo
las particularidades en la socialización y en la subjetivación,
singularizan la puesta en juego de sus esquemas de aprendizaje.

Teorizar acerca de las articulaciones entre el ser y el aprender es un


desafío en la Psicopedagogía; y la forma de “hacer” es buscando
integrar conocimientos en una visión gestáltica y holística de los
problemas humanos y de su forma analítica de aprender a
resolverlos.

Citando a Najmanovich Denise, “El conocimiento no es el producto de


un sujeto radicalmente separado de la naturaleza sino el resultado de
la interacción global del hombre con el mundo al que pertenece. El
observador es hoy partícipe y creador del conocimiento. El mundo en
el que vivimos los humanos no es un mundo abstracto, un contexto
pasivo, sino nuestra propia creación simbólico-vivencial. Cada
cosmovisión, sistema de ideas y creencias, cada paradigma han
nacido de la interacción intelectual, sensorial y afectiva de los seres
humanos con el mundo. Muchas y muy diversas constelaciones
conceptuales se han mostrado compatibles con una vida
razonablemente eficaz del hombre sobre la Tierra. No hay ningún
criterio que permita decir que alguna haya sido absolutamente superior
a las otras, o que algunos hombres gocen de la preclara propiedad de
la objetividad”.

Tanto la complejidad de los contextos actuales como las de los propios


sujetos que producen problemáticas multicausales, requiere de
miradas que no se agoten en una única disciplina, donde el trabajo
interdisciplinario sume estrategias de intervención más comprensivas y
respetuosas de los mismos.

El proceso de aprendizaje constituye el objeto de estudio científico a


partir del cual se constituye el campo de los saberes
Psicopedagógicos.

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Este proceso de aprendizaje ocurre a un sujeto mirado como:

1. Sujeto cognitivo y su particular manera de construir el


conocimiento.
2. Sujeto deseante y los avatares de su constitución, su
posición frente al aprender, modo particular de activar el
deseo por la incorporación de conocimientos.
3. En su estructura familiar los roles y posicionamiento de los
sujetos en la trama, su fantasmática, su relación con el saber
y el conocer, el modo de vincularse, de tramitar la norma y las
complicaciones derivadas del impacto sobre el síntoma de no
aprender en el hijo.
4. En un contexto socioeconómico-cultural en su calidad de
transmisor de valores, ideologías y expectativas, mediatizado
por las instituciones y sus discursos. Considerando al sujeto
en su condición dialéctica de producto y productor de
contexto/s.

El 2 de noviembre de 1984, la Resolución N° 2473 dictada por el


Ministerio de Educación de la Nación, aprobó las incumbencias
profesionales del Psicopedagogo y del Licenciado en Psicopedagogía.

La Federación Argentina de Psicopedagogos fundada el 17 de


septiembre de 1982 (con la concurrencia de los Colegios de
Psicopedagogos de San Juan, Entre Ríos y Córdoba); participó en la
redacción de las Incumbencias. El profesional Psicopedagogo se
incorporó, en casi todo el país, en gabinetes psicopedagógicos,
generalmente integrando equipos interdisciplinarios, en escuelas,
facultades, institutos; afianzando la inclusión en el campo de la
educación y abriendo el campo de la salud.

En la provincia de Buenos Aires se puede obtener el registro


profesional – matrícula – cumpliendo una serie de requisitos i en el
Ministerio de Salud. Además, la formación a través de Residencias y
Concurrencias hospitalarias se va afianzando.

A nivel nacional, la Resolución Nº 939/2000 del Ministerio de Salud


establece el Programa Médico Obligatorio, y dentro de las
prestaciones de salud mental se incluyen las “entrevistas y tratamiento
psicopedagógico”.

Sin embargo, el Ministerio de Salud de la Nación dicta la Resolución


1337/2001, por la cual crea el Registro Nacional de Prestadores y
estipula la inscripción obligatoria en ese Registro por parte de los
profesionales del ámbito de la salud, excluyendo del listado de las
profesiones, a la Psicopedagogía. Desde que se dictó esta norma la
Federación inició gestiones para subsanar esta exclusión.

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Actualmente y por vía de excepción se abrió un registro para los


psicopedagogos.

INCUMBENCIAS PROFESIONALES DEL TÍTULO DE


PSICOPEDAGOGO/A

(APROBADAS POR EL MINISTERIO DE CULTURA Y EDUCACIÓN


por Resolución N°2473/84, de fecha 2/11/1984)

• Asesorar con respecto a la caracterización del proceso de


aprendizaje, sus perturbaciones y/o anomalías para favorecer las
condiciones óptimas del mismo en el ser humano, a lo largo de
todas sus etapas evolutivas en forma individual y grupal, en el
ámbito de la educación y de la salud mental.
• Realizar acciones que posibiliten la detección de las
perturbaciones y/o anomalías en el proceso de aprendizaje.
• Explorar las características psicoevolutivas del sujeto en
situación de aprendizaje.
• Participar en la dinámica de las relaciones de la comunidad
educativa, a fin de favorecer procesos de integración y cambio.
• Orientar respecto de las adecuaciones metodológicas
acordes con las características bio – psico – socio – culturales
de individuos y grupos.
• Realizar proceso de orientación educacional, vocacional –
ocupacional en las modalidades individual y grupal.
• Realizar diagnósticos de los aspectos preservados y
perturbados comprendidos en el proceso de aprendizaje, para
efectuar pronósticos de evolución.
• Implementar sobre la base del diagnóstico, estrategias
específicas – tratamiento, orientación, derivación – destinadas a
promover procesos armónicos de aprendizaje.
• Participar en equipos interdisciplinarios responsables de la
elaboración, dirección, ejecución y evaluación de planes,
programas y proyectos en las áreas de educación y salud.

INCUMBENCIAS PROFESIONALES DEL LICENCIADO EN


PSICOPEDAGOGÍA

• Asesorar con respecto a la caracterización del proceso de


aprendizaje, sus perturbaciones y/o anomalías para favorecer las
condiciones óptimas del mismo en el ser humano, a lo largo de
todas sus etapas evolutivas en forma individual y grupal, en el
ámbito de la educación y de la salud mental.
• Realizar acciones que posibiliten la detección de las
perturbaciones y/o anomalías en el proceso de aprendizaje.
• Explorar las características psicoevolutivas del sujeto en
situación de aprendizaje.

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• Participar en la dinámica de las relaciones de la comunidad


educativa a fin de favorecer procesos de integración y cambio.
• Orientar respecto de las adecuaciones metodológicas
acordes con las características bio – psico – socio – culturales
de individuos y grupos.
• Realizar procesos de orientación educacional, vocacional –
ocupacional en las modalidades individual y grupal.
• Realizar diagnósticos de los aspectos preservados y
perturbados comprometidos en el proceso de aprendizaje para
efectuar pronósticos de evolución.
• Implementar sobre la base del diagnóstico, estrategias
específicas – tratamiento, orientación, derivación – destinadas a
promover procesos armónicos de aprendizaje.
• Participar en equipos interdisciplinarios responsables de la
elaboración, dirección, ejecución y evaluación de planes,
programas y proyectos en las áreas de educación y salud.
• Realizar estudios e investigaciones referidos al quehacer
educacional y de la salud, en relación con el proceso de
aprendizaje y a los métodos, técnicas y recursos propios de la
investigación psicopedagógica.

INCUMBENCIAS PROFESIONALES DEL PROFESOR EN


PSICOPEDAGOGÍA

(APROBADAS POR EL MINISTERIO DE CULTURA Y EDUCACIÓN


por Resolución N°523/90, de fecha 22/03/1990)

• Ejercicio de la docencia, en el área de su especialidad


(graduado universitario con conocimientos en las áreas
Filosófica, Pedagógica, Psicosociológica y Biológica) en todos
los niveles del sistema educativo.
• Realizar planificación, conducción y evaluación de
procesos de enseñanza y procesos aprendizaje.
• Conducir grupos de aprendizaje e integrar equipos
interdisciplinarios.

POR QUÉ LA PSICOPEDAGOGIA NECESITA UNA LEY DE


EJERCICIO PROFESIONAL

El proyecto de ley que hoy impulsamos representa tanto un punto de


llegada que procura recoger las distintas trayectorias y
manifestaciones, que la profesión viene acumulando de manera
creciente en las últimas décadas, como un punto de partida que las
consolide e integre de manera coherente, articulando racionalmente
las características y efectos de la formación, con las condiciones y
garantías necesarias para la práctica profesional de la Psicopedagogía
en Argentina.

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Al mismo tiempo, servirá para proveer a la profesión de una referencia


regulatoria objetiva y común, no sólo para los propios
psicopedagogos/as, sino también para los distintos ámbitos,
instituciones y personas que reciben sus servicios y constituyen su
campo profesional efectivo.

CARACTERISTICAS DEL PRESENTE PROYECTO

Consideramos que el proyecto que impulsamos, constituye un avance


significativo para la profesión psicopedagogo/a, por cuanto:

a) Define y delimita el campo profesional de la Psicopedagogía:


El Profesional está capacitado para desempeñarse en el área de la
salud y de la educación en relación con los procesos de aprendizaje,
abordando tareas preventivas y asistenciales. Así, cumple su
desempeño profesional en el ámbito del sistema de salud y en el
sistema educativo en sus diferentes niveles y modalidades en la
dimensión pública y/o privada.

Dispone de una sólida formación en lo referente a estrategias de


intervención en relación con distintas dificultades vinculadas al
aprendizaje en los ámbitos individual, grupal, institucional y
comunitario, desde una óptica preventiva, contribuyendo así al
diagnóstico y tratamiento de problemáticas derivadas del contexto,
familiar, institucional y/o social, de niños, jóvenes y adultos.

Interviene en todas las actividades, profesionales, académicas y/o


científicas referidas a los procesos de aprendizaje, vinculadas a la
promoción de formas operativas de aprendizaje, en la prevención, el
diagnóstico y el tratamiento de sus dificultades desde la niñez hasta la
tercera edad.

Posee conocimientos y habilidades en el manejo de tecnología para


diseñar y gestionar programas institucionales de innovación educativa
e implementar actividades especializadas en niveles de planeamiento,
administración, gestión y conducción psicopedagógica en contextos
institucionales diversos.

Su evolución histórica ha ido estructurando un campo profesional


autónomo que no solo está en condiciones de definirse y delimitarse
jurídicamente, sino que exige tales precisiones en razón de su
convivencia con otras profesiones complementarias o afines –
pedagogía, psicología, etc.- muchas de ellas reguladas hace décadas.

b) Confiere legitimación formal a la profesión


La evolución de la formación profesional al nivel de grado universitario,
carece de un adecuado correlato con las condiciones de ejercicio

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profesional. Se ha producido así un desequilibrio entre el componente


académico y el profesional, ya que cimentándose el primero en las
reglas de coherencia conceptual de la propia disciplina, en su carácter
de formación de grado, en la determinación de los alcances del título,
en los procesos de autoevaluación institucional, y de evaluación y
acreditación externa, el segundo se ve devaluado por ausencia de
toda regulación y control.

El ejercicio de la psicopedagogía constituye desde hace décadas una


práctica socialmente reconocida en el ámbito público y privado, de
manera que una ley de ejercicio profesional no la estaría creando,
sino que estaría legitimando esta situación de hecho.

Una profesión reconocida académicamente pero desprovista de


regulaciones para su ejercicio no solo deprecia la práctica profesional,
sino que constituye una gruesa contradicción entre el Estado-educador
y el Estado-garante del bien común

c) Precisa requisitos y alcances de la matrícula profesional

Si bien la certificación académica acredita la posesión de la formación


adecuada y habilita a la vez para el inmediato ejercicio profesional, tal
habilitación requiere materializarse en una matrícula que garantice y
represente la satisfacción de determinadas condiciones personales y
profesionales de idoneidad no solo técnica, sino también ética,
operando como clara línea divisoria entre el ejercicio legal y el ilegal,
distinción que hoy no resulta posible establecer, ni socialmente ni aún
dentro del propio colectivo profesional.

Las normas sobre matrícula profesional permitirán además determinar


las circunstancias sobrevinientes inhabilitantes o que la tornen
incompatible.

A su vez, esta matrícula debe ser administrada por una institución


representativa de la profesión, y no solo de control.

d) Establece una autoridad de control del ejercicio de la profesión

Regular una profesión exige también construir su institucionalidad. Las


normas de ejercicio profesional no valen nada si no se cuenta con una
autoridad legítima que las interprete, vele por su cumplimiento y aún
resuelva eventuales situaciones no previstas creando normas
complementarias. Cualquier norma de ejercicio profesional lo exige.

En este caso, acorde a sus características y desarrollo en nuestro


país, y como ocurre con la mayoría de las profesiones, corresponde
que este control lo ejerzan los propios colegios profesionales cuya
creación este proyecto promueve.

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e) Reconoce otras instancias formadoras precedentes (posgrados,


escuelas e institutos) con relación a la actual formación de grado
universitario (Psicopedagogo y Licenciatura)

Junto con la actual formación de grado universitario, existe una


variedad de otras ofertas históricas en la formación psicopedagogo/a
en Argentina (tecnicaturas y posgrados brindados por instituciones
terciarias y por las propias asociaciones profesionales), que este
proyecto de ley también atiende, incorporando alternativas que –en los
casos donde los contenidos formativos aseguren un ejercicio
profesional solvente- permiten reconocerlas.

f) Jerarquiza la profesión garantizando la autonomía de ejercicio

Reconociendo sus orígenes en la interdisciplina, puede sostenerse no


obstante que la Psicopedagogía reviste autonomía.

Esto no excluye los indispensables canales de cooperación y


articulación con la Psicología, la Fonoaudiología, la Pedagogía, pero sí
implica tomar distancia de toda concepción auxiliar o subordinada,
habida cuenta que ninguna otra profesión subsume o contiene
completamente su campo disciplinar ni sus diversos itinerarios
terapéuticos.

g) Regula las condiciones del ejercicio profesional y de las


actividades de colaboración de la misma, en el sector público y
privado

Esta ley permite desplegar y precisar con claridad las características y


condiciones del ejercicio profesional, y las intervenciones
psicopedagógicas en los distintos ámbitos (salud, educación y socio-
comunitario); y los distintos sectores (público y privado) además de las
relaciones interinstitucionales e interdisciplinarias de articulación y
cooperación; y los deberes y derechos profesionales.

h) Posibilita la colegiación y confiere reconocimiento a las


asociaciones profesionales

La Colegiación reviste interés no solo para el colectivo


Psicopedagogo/a. Opera también como factor equilibrador de la
dinámica profesional: en la representación y defensa del campo
profesional, garantizando la idoneidad y ética del ejercicio, el efectivo
control de la matrícula y la evolución profesional hacia nuevas formas
de servicio.

i) Establece parámetros y prescripciones de orden deontológico

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La ética profesional constituye una dimensión tan relevante como la


técnica y los instrumentos de intervención.

La formulación de deberes y derechos, de los requisitos personales y


técnicos que deben ser satisfechos para el ejercicio profesional, y de
las prescripciones de orden disciplinario que la ley provee para el
ejercicio profesional para todo el territorio nacional, garantizan la
adecuación del servicio profesional a estándares de calidad que la
prestigien, que sean sostenidos en el tiempo y que la sociedad pueda
exigir, y que habrán de integrarse con aquellos otros que los propios
colegios o consejos profesionales establezcan oportunamente.

j) Provee una regulación nacional de carácter supletorio e impulsa


la legitimación de la profesión en las provincias

Considerando la configuración federal de nuestro país, y el poder de


policía sobre las profesiones que corresponde a las respectivas
provincias, esta ley nacional constituye un primer paso –de enorme
importancia sin duda- para un proceso de formalización de la profesión
que deberá complementarse con legislación provincial de adhesión o
de creación local -pero siempre en consonancia con las prescripciones
nacionales que en todo caso habrán de operar como norma supletoria
y orientadora- complementada con la creación de los respectivos
Colegios o Consejos Profesionales locales.

Por todo lo expuesto, solicitamos a nuestros pares la aprobación del


presente proyecto de Ley.

María E. Labado.-

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