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III
Facultad de Artes
UNC
Lo que se configura como primera unidad temática (cc. 17 -21) es claro desde el plano motìvico,
predominando lo tríadico. La textura homofónica contribuye al establecimiento de Re menor,
tarea que la introducción cumple solo de modo parcial, con la ejecución de quintas-cuartas
(cc.2-14) que recién en el c. 17 toman un sentido armónico menos ambiguo. Ocurre algo similar
en la aparición de la segunda unidad temática (cc.74-76) que se introduce en el V de la nueva
tónica (Sib mayor): recién en el c. 76 se percibe el reposo sobre el primer grado. Si bien la
ejecución de la primera unidad en Sib mayor (cc. 9) supone una articulación hacia el nuevo
centro tonal, la preparación de su dominante se realiza recién en cc. 71-73 con el uso del acorde
de sexta aumentada y el V de Fa mayor. La falta de preparación de la dominante se compensa
aquí con el cambio textural y la reducción del ritmo armónico y densidad cronométrica sobre
la entrada del tema.
En torno al orgánico, se vislumbra, en primer lugar, una conducta orquestal ligada a acciones
dramáticas que interrumpen el devenir del discurso. Es el caso del ritardando a tempo de cc.
196-197, que tanto en cc. 214-215 como en cc. 507-508 mantiene la misma orquestación, en
vientos maderas, que ejecutan un pasaje que termina en cadencia de primer aspecto. Otro
ejemplo es el de los cc. 27-29 donde la trompeta y el timbal dialogan con el resto de la orquesta.
Si observamos otra situación similar, en el comienzo del desarrollo (c.160) su accionar queda
reducido a una corchea pero que continúa interpelando al devenir sostenido en las demás partes.
Otro aspecto importante viene a ocupar el tratamiento de la armonía, si bien la sintaxis puede
no ser clara por momentos (dada la extensión de los límites de las frases temáticas o bien por
su eliminación), es en los sitios como el del c. 88 donde no hay dudas del establecimiento de
una tonomodalidad en la presentación de material temático.
Por último, siendo el primer movimiento de una obra que se instala en el denominado ciclo de
sonata, la forma allegro de sonata, se confirma en la última parte de la pieza, donde se ejecutan
las dos unidades temáticas en un plano de igualdad jerárquica y se genera de esta manera, una
dialéctica entre ambas estructuras.