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EL PECADO PÚBLICO

1. ¿QUÉ ES EL “PECADO PÚBLICO”?

RESPUESTA: Se dice que un pecado es “público”, porque es del conocimiento


de segundas o terceras personas. El adjetivo “público”, significa “notorio”,
“patente”, “manifiesto”, “visto” o “sabido” por otros o por todos. Como
locución adverbial, se peca “en público” cuando dicho pecado se hace “notoria
o públicamente”. Por ejemplo, en 1 Corintios 5, Pablo habla de un caso que era
“notorio”, “patente”, “manifiesto”, “visto” o “sabido” por los hermanos, y no
solamente por los dos involucrados en el pecado. Alguien más, aparte de ese
“alguno” y esa “mujer” (v. 1), tenían conocimiento de su pecado. Por eso era
público, y públicamente tenía que ser tratado (v. 4 – “reunidos vosotros”, no
solo los varones, sino la iglesia).

2. ¿PUEDE UNA “OFENSA PERSONAL”, LLEGAR A SER


PECADO PÚBLICO?

RESPUESTA: Sí. En Mateo 18:15, leemos que, “si tu hermano peca contra ti,
vé y repréndele estando tú y él solos”. Dice, “solos”. En este caso, el pecado
cometido no es público, pues no hay una tercera persona que lo sepa, aparte del
ofensor y el ofendido. Este es el proceso a seguir cuando uno peca contra otro,
sin que un tercero se entere del caso. El ofendido NUNCA debe decir a otro
sobre el pecado que su hermano ha cometido contra él. Debe ir con su ofensor
y “reprenderle”, es decir, redargüirlo o convencerlo de su pecado. PERO, si el
ofensor no quiere arrepentirse, entonces el ofendido debe llevar a “uno o dos,
para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra” (v. 16). En este
momento, el caso se torna público, habiendo “uno o dos” más que ya SABEN
del pecado del ofensor. Entonces, si no se arrepiente en este punto, y como ya
es PÚBLICO por saberlo “uno o dos” más, se dice “a la iglesia” (v. 17). ¿Notó
el proceso, y cómo es que un pecado privado, llegó a ser “público”? Porque
llegó a ser “notorio”, “patente”, “manifiesto”, “visto” o “sabido” a “uno” o
“dos” más aparte del ofensor y el ofendido.

3. ¿TRATAR LA OFENSA PUBLICA DE IGUAL MANERA COMO


LA PERSONAL?

RESPUESTA: Muchos cree que en una ofensa PUBLICA se debe seguir el


mismo proceso que en una ofensa personal (visitarlo para que se arrepienta y si
no se arrepiente buscar testigos, y si no entiende llevarlo a la iglesia, Mat.
18:15). En Mateo 18:15-18, Cristo nos enseña lo que se debe hacer cuando una
persona peca contra otra persona. El caso está claro y el pasaje no debe ser
aplicado a otro asunto diferente. Cuando la persona peca públicamente, o de
manera que el pecado viene a ser del conocimiento común, tiene que hacer
confesión pública. Para que el pecador lo haga, hermanos individuales pueden
ir con la persona y exhortarle a hacer confesión pública. La iglesia en reunión
puede hacer del conocimiento de todos, el pecado de la persona para exhortarle
a arrepentirse. Si las circunstancias son como las del caso de Pedro (Gálatas
2:12, 13), es correcto que algún hermano bien enterado del caso reprenda
públicamente a la persona (v. 11-16). Otro caso de reprensión pública se registra
en Hechos 5:1-11. Puede haber circunstancias en que no falta ninguna
reprensión, sino la acción colectiva de la iglesia de excomulgar al hermano
culpable de pecado público (1 Corintios 5). Se complican casos cuando los
hermanos tienen más cuidado de que no se vayan miembros de la congregación
que de que se haga la voluntad de Dios, o bien, de no perjudicar al pecador
cuando es familiar de alguno. Prefieren hacer las cosas diferentes en lugar de
hacer la voluntad de Dios. Como en el caso del fornicario, 1 Corintios 5. Véase
2 Corintios 2:6, 7 (el fornicario se arrepintió luego de la reprensión pública).
Considérese 1 Timoteo 5:20. El Dios de mucha gente, inclusive de mucha gente
que se considera cristiana, no es Jehová Dios, sino ¡sus sentimientos y
emociones! Para los tales está bien ignorar la voluntad de Dios para evitar que
se lastimen los sentimientos de la gente. Muchas veces, pues, lo que predomina
es la cultura (la voluntad humana) y no la Biblia (la voluntad de Dios).

En cuanto a la APLICACIÓN de la disciplina en la iglesia, y desde luego, de la


enseñanza, Pablo escribió al evangelista Timoteo, “Te encarezco delante de
Dios y del Señor Jesucristo, y de sus ángeles escogidos, que guardes estas cosas
sin prejuicios, NO HACIENDO NADA CON PARCIALIDAD” (1 Timoteo
5:21). La palabra griega para decir "parcialidad" es compuesta de pros (hacia)
y klino (inclinar). Literalmente, la idea es la de inclinarse hacia alguno, y esto
para ventaja personal. Es pecado mostrar preferencias facciosas, o favoritismo
según parentela, posición social o de autoridad, u otra consideración humana.

Si en algo más les puedo servir, será un placer.

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