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5.1 Vida
Tras su frustrada carrera parlamentaria, retorno con ahínco a las actividades académicas, en los 8
años siguientes Belaúnde elevó su voz en diversas ocasiones para denunciar la dictadura de
Odría y su artimaña electoral de 1950 para legitimarse en el poder.
En 1956 lanzo su postuló a la elección presidencial de 17 de junio de ese año con la agrupación
Frente de Juventudes Democráticas, una organización de estudiantes universitarios, fundadas el 6
de agosto de 1955.Empezó su gira proselitista viajando por todo el Perú, “villorio por villorio”,
como él decía. En dos meses realizó más de un centenar de giras y mítines, muchos pueblos
veían por primera vez ese tipo de manifestaciones políticas y casi todos, también por primera
vez, a un candidato a la presidencia de la República.
“Nuestro recorrido por el Perú fue edificante. Todavía recuerdo las multitudes en nuestras
impresionados por unos jóvenes que viajaban sin protección y con escasos soles... “ .
Belaúnde se hallaba en Cajamarca y el 30 de mayo fue avisado que su candidatura había sido
rechazada por el Jurado Nacional de Elecciones, su pretexto de que no estaban las “20 mil firmas
exigidas”. De inmediato retornó a Lima y el 2 de junio encabezó una manifestación en la calle
Tarapacá, sede del Frente Nacional de Juventudes. La gran manifestación política enrumbó por el
jirón de La Unión. La intención era llegar hasta el Palacio de Gobierno. Dice según el relato del
periodista Humberto Castillo Anselmo:
“A la altura de la Plaza la Merced le sale al encuentro la entonces llamada tropa de asalto, con
sus caballos, sus bombas lacrimógenas y el recién estrenado ´rochabús´. Belaúnde y sus
seguidores siguen adelante a los gritos de ¡A Palacio! ¡A Palacio! Se produce el choque.
Llueven las bombas lacrimógenas. Se extiende la tensión. Muchas personas caen al suelo.
Hay heridos y contusos. Belaúnde trepa a una de las ventanas de la Plaza La Merced y lanza una
arenga. El clima es de violencia. Belaúnde da al Jurado Nacional de Elecciones un plazo de
media hora para que inscriba su candidatura presidencial. ´Si no lo hace- dice, decidido-
atacaremos Palacio con nuestros puños...´.
Belaunde logra su cometido, un patrullero con una bandera blanca en alto ingresa a la plaza para
anunciar que la candidatura había sido inscrita, el primer gesto de Belaúnde tras su primer gran
triunfo fue:
“Triunfamos en la vía y, una semana de spués, el 8 de junio de 1956, se realizó la
se las arregló para manejar la burocracia electoral, especialmente en las regiones apartadas...
El 1 de junio de 1956, en su primer envite presidencial Belaúnde obtuvo el 36,7% de los votos
contra el 45% de Prado Ugarteche, un resultado tanto más meritorio cuanto que el ex presidente
recibió el apoyo del proscrito partido de Haya de la Torre, quien aceptó olvidar pasados
antagonismos a cambio del retorno a la legalidad tan pronto como Prado regresara al poder.
Belaúnde denunció haber sido víctima de un fraude y se aprestó a capitanear la oposición
parlamentaria al nuevo Gobierno, en el que iba a servir (1958) su tío Víctor Andrés, jurista y
diplomático eminente, como ministro de Relaciones Exteriores.
Su política social, tratando de combatir la desigualdad con la reforma agraria en 1964, buscando
solucionar los problemas de redistribución y la capacidad técnica requerida.
Se dio un crecimiento demográfico urbano por el movimiento migratorio de las urbes, que generaba el
sector terciario con lo que aparecía el sector informal, además se generó escasez de tierras en un
sector agrario debilitado que aumentaba aún más el crecimiento urbano.
Entre 1963 y 1967, el Perú vivió una etapa de dinamismo económico y social sin precedentes. En
ese periodo, el Producto Bruto Interno tuvo un aumento relativo del 19%.
En el campo de la producción, la política del gobierno estuvo orientada a mejorar la situación del
agro y a acelerar la expansión de la industria, para lo cual, además, se impulsó un agresivo plan
de integración vial destinado a ampliar el mercado interno.
En el sector financiero, se aplicaron políticas para hacer asequible el crédito a las grandes mayorías.
De igual modo, se movilizaron recursos hacia bancos, mutuales y cooperativas para solucionar la
grave escases de viviendas.
5.3.3 Obras
El 3 de octubre de 1968, a pocos meses de terminar su gobierno, Belaúnde fue derrocado por un
grupo de militares de tendencia socialista, liderados por el general Juan Velasco Alvarado
La “página once” fue el pretexto para el golpe; las razones verdaderas fueron evidentemente
otras, pues se sabe que desde mucho antes que estallara dicho escándalo el grupo de oficiales del
Ejército conocidos como los “coroneles nasseristas”
El 3 de octubre de 1968; a pocos meses de terminar su gobierno, Belaúnde fue derrocado por un
grupo de militares de tendencia socialista, liderados por el general Juan Velasco Alvarado
Poco tiempo después de ser desterrado a Argentina, Belaunde se trasladó a Estados Unidos, país en el
que por varios años se dedicó a la docencia universitaria en Harvard y además fue conferencista
en muchas otras universidades norteamericanas.
En diciembre de 1970, mientas visitaba Washington, Fernando Belaunde recibió la triste noticia del
fallecimiento de su madre. De inmediato se trasladó a Lima, donde fue recibido por un nutrido
despliegue policial. La muerte de su madre había deprimido mucho a su padre, por lo que Fernando
Belaunde decidió acompañarlo por un tiempo. Sin embargo, durante la nochebuena de aquel año, fue
detenido, traslado al aeropuerto y obligado a abordar un avión con destino a Estados Unidos.
Dos años más tarde, en mayo de 1972, falleció su padre. Regresó entonces a Lima, pero
permaneció poco tiempo, por las presiones del gobierno militar para obligarlo a retornar al exilio.
Por fin, en el año 1978, en el gobierno de Francisco Morales Bermúdez, Fernando Belaúnde Terry
pudo regresar al Perú y visitar de nuevo todos sus pueblos.
En su segunda administración, Belaúnde asumió con cautela la gestión de la pesada herencia del
régimen militar, que había dejado sumido al país en un formidable marasmo económico, sino en
la ruina, hizo frente a dos fenómenos conocidos en el país, temidos por sus consecuencias
negativas.
El primero fue la crisis económica, agudizada por un descontrol administrativo y cuyas
expresiones fueron la inflación, la recesión y el endeudamiento externo, para hacer frente a una
deuda exterior de 10.000 millones de dólares, un déficit presupuestario equivalente al 9% del
PIB y una inflación del 70% anual, se decantó por una política de subidas salariales moderadas y
alzas en los precios de los alimentos básicos y los combustibles hasta cuatro veces superiores.
“Habíamos dejado –d ice el arquitecto Belaúnde-en 1968, una deuda pequeña, que no
para el servicio de nuestro primer año, nos correspondía pagar 1 756 000 dólares; llegando al
fin del quinquenio, obligaciones de 8 202 000 dólares; ¡es decir, diez veces el monto de nuestra
El segundo fue el Fenómeno de El Niño de 1983, que causó grandes daños en la zona de la costa
norte, principalmente en Tumbes, Piura, Lambayeque y Áncash, debido a las lluvias torrenciales
e inundaciones, destruyéndose poblados, campos de cultivo, puentes y carreteras. Una situación
climatológica contraria se presentó en la zona sureste del Perú, donde hubo una feroz sequía en
la meseta del Collao, matando miles de vacunos, ovinos y auquénidos y convirtiendo en
improductivas las tierras de cultivo. Las pérdidas se valorizaron en 900 millones de dólares, lo
que motivó, por añadidura, que el Producto Nacional Bruto (PNB) descendiera a una cifra
negativa: menos del 13 por ciento ( -13% en 1983).
5.4.5 Obras
En 1968, se estableció el gobierno institucional de las Fuerzas Armadas, presidido por el militar
Juan Velasco Alvarado en representación de las instituciones militares. Este gobierno fue de corte
autoritario y verticalista, se condujo bajo la figura de la revolución, el corporativismo y la
democracia social; además, el nacionalismo y la antioligarquía. Como señala Cotler: “El
corporativismo funciona como un esquema de organización política donde se segmenta a las
clases sociales para integrarlas en organizaciones policlasistas de carácter “funcional”, impuestas
y controladas autoritariamente por el Estado, que les inculca una ideología de conciliación de
clases”.
De esta manera, se pretendió dejar de lado antiguos modelos de gobierno con partidos
tradicionales (considerados obstruccionistas) y organizaciones oligárquicas, ya que se
encontraban muy desprestigiadas, por lo que los militares señalaban que los civiles propiciaban
la ingobernabilidad; por lo que se buscó la revolución mediante el gobierno militar, para cambiar
estructuras que impedían reformas en favor de las clases bajas; además de dar fin al orden
oligárquico.
Es por ello, que se quiso hacer un cambio de la percepción social y las clases, ya que como
señala Peter Klarén, “En retrospectiva, el GRFA (Gobierno revolucionario de las FF.AA)
percibía que la desunión y el subdesarrollo constituían los principales problemas del país, siendo
sus causas la “dependencia externa” del capital extranjero y la “dominación interna” por parte de
una oligarquía poderosa”. Por ello, para el gobierno militar, el subdesarrollo no se debía a falta
de capacidad, sino a falta de oportunidades hacia una población históricamente relegada por la
oligarquía.
Bajo esta premisa, el gobierno militar, reivindicó a la patria a partir de la población
históricamente marginada. Para ello, se realzaron los valores nacionales mediante un discurso
nacionalista, con elementos como el quechua, el indigenismo, el campo y el Inca Túpac Amaru.
En este periodo, el Gobierno central tuvo un total manejo de decisiones a escala global, al punto
de gobernar sin un parlamento y únicamente bajo designio. De esta manera, se buscó fomentar la
participación de la ciudadanía abandonada, mediante propuestas como la Reforma Agraria de
1969, mediante la cual se expropiaron tierras y latifundios, lo que tuvo una severa connotación
política, ya que fue un golpe importante contra el sistema oligárquico; otras reformas fueron la
industrial, educativa y de prensa.
Cabe resaltar, que el gobierno militar ejerció la autodenominada revolución desde arriba, y tuvo
una posición crítica frente al comunismo y capitalismo, por lo que quisieron evitar grupos
guerrilleros marxistas y promovieron la Doctrina de Seguridad Nacional. A pesar de ello, se
practicó un capitalismo de Estado para la ejecución de las reformas, siendo el Estado el eje en los
distintos rubros.
En cuanto al carácter antioligárquico, se señaló que los gamonales eran una limitación para el
país, por lo que se incorporó a los campesinos para un trato más equitativo, para dar fin al
antiguo orden. Adicionalmente, se tuvo una mayor autonomía en cuanto al aspecto internacional.
Esto tuvo como resultado la expansión del órgano estatal, que se evidencia mediante la
intervención estatal en la vida económica y social, la creación de nuevos ministerios, entidades
públicas, empresas estatales y el ejercicio de la institucionalidad sin autonomía. Todo esto se
realizó, para cumplir una serie de objetivos: Remover causas estructurales de conflictos sociales,
redefinir el esquema de redistribución de riquezas, modernizar la economía y conectar al país.
6.2.1 1968-1970
Durante el inicio del gobierno de Velasco el objetivo era la distancia con la atracción
hegemónica que sería el signo distintivo del gobierno respecto a los anteriores. Aquí es posible
identificar dos tendencias: la primera es la criollización que hace referencia a tomar
las posiciones oligárquicas y defenderlas. Es una postura o un acriollarse cuando los caudillos
que tomaban el poder solían romper el estatus que, para luego acomodarse a los grupos de poder
y resultar defendiendo intereses particulares. La segunda postura es la radicalización que hace
referencia a los militares que radicalizaban sus posturas, alejándose del consenso. Lo que más
resalta es la posición nacionalista y anti oligárquica. La tendencia que logró mantenerse fue la
tenencia radical con Velasco en la Presidencia, la resistencia frente al poder de la IPC y el
emprendimiento de la reforma agraria.
6.2.2 1970-1974
El almirante Vargas Caballero pasa al retiro y con él toda la parte de la cúpula del gobierno que
tenía una tendencia conservadora y representaba a la burguesía liberal. Su salida también
significó la derrota de un proyecto político del reformismo liberal. Sin embargo, esta tendencia
luego regresaría con el fin del gobierno militar. Un signo de que seguía latente fue la reacción de
los oficiales de la Marina que con un fuerte espíritu de cuerpo se enfrentó al Gobierno por la
destitución de su jefe. Lo que demuestra la oposición de la Marina hacia Velasco es también el
inicio de una profunda crisis institucional que tuvo su centro en el manejo autoritario del
presidente y en el manejo de la movilización popular.
El desgaste del gobierno era visto por los empresarios desde fuera del juego político ya que no
tenían representantes, pero esperaban que dado que el espacio político se estrechaba se resolviera
solo. La conducción del proceso de revolución donde solo una cúpula gobernaba y no permitían
las infiltraciones impedía articular una apertura para la participación popular. La crisis
económica empujó al gobierno a medidas pragmáticas como reducir el consumo popular e
incentivar la inversión privada, además del aislamiento internacional con toda la represión
aumentó.
6.3.1 La economía
El objetivo económico del Gobierno era el “promover a superiores niveles de vida, compatibles
con la dignidad de la persona humana, a los sectores menos favorecidos de la población,
realizando la transformación de las estructuras económicas, sociales y culturales del país.”12 Si
bien el gobierno de Velasco definió una nueva forma de Estado que poseía poder económico
efectivo, este seguía siendo dependiente del sistema capitalista. Ya que las reglas de juego del
capitalismo aún persistían en el sistema, los sectores industriales pudieron incrementar su poder
económico y conservar su capacidad de influencia.13
Para los militares el estancamiento económico se debía a la monopolización y mala distribución
de los recursos económicos que estaban a merced de los oligarcas y los inversionistas
extranjeros. El objetivo que se proponían era lograr un crecimiento que estuviera determinado
por exportaciones con valor agregado y mayor integración de la economía local. Las actividades
de las empresas extranjeras debían ser limitadas y reguladas, luego, la economía nacional podría
obtener ganancias de un modelo de sustitución de importaciones por productos intermedios, a
través del desarrollo de la industria nacional mediante el incentivo a la importación de bienes de
capital y la restricción de las importaciones de manufacturas.
El propósito de la reforma industrial fue lograr desarrollo industrial permanente, la autonomía
económica nacional significó que los industriales peruanos fueran los principales beneficiarios
del crecimiento industrial, así se dieron incentivos generosos a las industrias para alentar la
reinversión e importación de bienes de capital e insumos. La Ley General de Industrias dio a los
empresarios exenciones tributarias y protección en el mercado. Si antes de la nacionalización las
empresas públicas obtenían beneficios y pagaban impuestos, después de la nacionalización
dejaron de hacerlo, algunas ni siquiera integraron sus actividades al plan de desarrollo nacional.
Para 1975, el sector público era grande y estaba en bancarrota.
6.3.2 Reforma Agraria
Figure 2 Cartel de la
dirección general de reforma
agraria y asentamiento rural
publicado por el Estado del
Perúdurante el gobierno de Juan
La reforma educativa fue dirigida por el general Alfredo Carpio Becerra. La educación fue
considerada como un factor decisivo para la consolidación de las reformas estructurales, para una
verdadera transformación de la sociedad era necesaria una reforma educativa. En tanto la
reforma educativa obedecía a las transformaciones sociales que quería llevar a cabo del régimen,
las metas de la reforma educativa estuvieron ligadas a la política nacional de desarrollo y la
orientación política estatal. Es así que se promulga la Ley General de Educación en 1972.
Desde el gobierno se hizo una crítica a los métodos tradicionales de enseñanza que reproducían
las relaciones de poder al poner énfasis en la superioridad cultural de grupos dominantes. Como
una transformación en la educación debía estar seguida por una transformación en la sociedad,
uno de los pilares de la reforma fue la democratización de la educación, orientado al beneficio de
la población indígena, al buscar mayor igualdad en el acceso a las oportunidades educativas.
Esta reforma creó en el Perú la educación inicial y especial, así como también el bachillerato
público y la enseñanza bilingüe para los quechua-hablantes, promoviendo la construcción de
escuelas en varias zonas del país. Los planteamientos de la reforma educativa fueron premiados
en su oportunidad por la Unesco El debate sobre la situación de la educación en el país se
expandió a la sociedad donde hubo una toma de conciencia sobre la ineficacia de las
instituciones educacionales.
La visión de la educación que se tenía en el gobierno incluía no solo al trabajo realizado en los
centros educativos, sino que se extendía a todo lo que influyera en la formación de individuos.
Así, hubo un énfasis en la necesidad de incorporar a la comunidad al proceso educativo, lo que
se vio reflejado en la creación organismos como los Núcleos Educativos Comunales, cuyo
principal motor era incentivar la movilización y participación popular en la educación. La
integración de la comunidad en los esfuerzos educativos iba más allá de la escuela, se veía la
obra educativa como una responsabilidad colectiva.
Aunque la reforma puso por primera vez a la educación como parte importante del discurso
político, no hubo una correspondencia entre la participación social planteada y la naturaleza de la
reforma educativa en cuanto no lograron consolidarse canales de participación fuertes. Además,
las medidas planteadas por la reforma tuvieron oposición tanto técnica como política. Sin
embargo, el legado dejado por la nuclearización educativa y los programas de educación formal
logró redefinir el papel de la educación en la sociedad.
6.5 Problemas en su gestión y fin de gobierno