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Resistividad

Marco teórico
La resistividad ρ de un material se define como la razón de las magnitudes del
campo eléctrico y la densidad de corriente:
E
R= (1)
J
Cuanto mayor sea la resistividad, tanto mayor será el campo necesario para
causar una densidad de corriente dada, o tanto menor la densidad de corriente
ocasionada por un campo dado. La unidad que representa la resistividad es el
ohm (Ω), dado que, de la ecuación (1) se desprende que, la diferencia de potencial
eléctrico (V) y densidad de corriente es representada por la intensidad de la
corriente (A). Haciendo analogía a la ley de Ohm, donde Ω=V/I, se obtiene la
resistencia en ohm.
Dado que:
ρA
R= (2)
l
Donde es posible expresar la resistencia a partir de un bloque uniforme (área) y su
resistividad a lo largo de su longitud. Todo material óhmico tiene una resistividad
característica que depende de las propiedades del material y de la temperatura.
Adicionalmente, como se observa en la ecuación (2), la resistividad de una
muestra depende tanto de su geometría como de su resistencia.
Un conductor perfecto tendría una resistividad igual a cero; y un aislante perfecto
tendría resistividad infinita. Los metales y las aleaciones tienen las menores
resistividades y son los mejores conductores. Las resistividades de los aislantes
son mayores que las de los metales en un factor enorme, del orden de 1022. El
recíproco de la resistividad es la conductividad y su unidad es ohm*metro (Ω*m)-1.
La conductividad es el análogo eléctrico directo de la conductividad térmica, por
consiguiente, los buenos conductores eléctricos como los metales, por lo general,
son buenos conductores del calor. Debido a la enorme diferencia en conductividad
entre los conductores eléctricos y los aislantes, es fácil confinar las corrientes
eléctricas a trayectorias o circuitos bien definidos.
Un material que obedece razonablemente bien la ley de Ohm se llama conductor
óhmico o conductor lineal. Para esos materiales, a una temperatura dada, ρ es
una constante que no depende del valor de E. Muchos materiales muestran un
comportamiento que se aparta mucho de la ley de Ohm, por lo que se denominan
no óhmicos o no lineales. En estos materiales, J depende de E de manera más
complicada. Las analogías con el flujo de fluidos son de gran ayuda para
desarrollar la intuición con respecto a la corriente y los circuitos eléctricos. Por
ejemplo, en la fabricación de vino o jarabe de maple, en ocasiones se filtra el
producto para retirar los sedimentos. Una bomba fuerza al fluido sometiéndolo a
presión para que pase a través del filtro; si la tasa de flujo (análoga a J) es
proporcional a la diferencia de presión entre los lados corriente arriba y corriente
abajo (análoga a E), el comportamiento es análogo al que describe la ley de Ohm.

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