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Abuelas universitarias: Roles y funciones en la vida profesional y

familiar*
University grandmothers: Professional roles and functions in the family
Lucía Pérez Sánchez**

*Investigación realizada para la obtención del título de grado de Psicogerontología.


**Doctora en Psicología, Licenciada en Psicología Educativa, Maestra en Terapia Familiar Sistémica y
especialista en estudios de género y Psicogerontología. Profesora de Tiempo Completo en el Programa
Académico de Psicología del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la
Universidad Autónoma de Nayarit (UAN), México. E-Mail: lucia@systemica.com.mx

Universidad Autónoma de Nayarit (UAN - México).

La autora agradece a la Dra. Graciela Zarebski y a la Maestra Araceli Marconi, de la Universidad


Maimónides (Buenos Aires – Argentina), su orientación, asesoría y dirección en este proyecto.

Resumen identidades y las configuraciones vinculares


nuevas o alternas a las tradicionales. Reconocer
Se informa un estudio cualitativo, cuyo ob- la actividad de las abuelas puede motivar en la
jetivo fue valorar la función de abuela universi- mejora de la imagen social de las mujeres ma-
taria y profesionista, en la dinámica familiar, yores, contrarrestando la cultura del viejismo.
desde la propia subjetivad de mujer y explorar la
transformación de su identidad, configuracio- palabras clave: Abuelidad; Función familiar;
nes vinculares y el legado a las siguientes gene- Envejecimiento femenino; Identidades y las con-
raciones. Se hizo un estudio cualitativo explo- figuraciones vinculares.
ratorio, transversal y no experimental en el que
participaron 10 mujeres voluntarias, de 40 años
o más, por inclusión continua por conveniencia, Abstract
con entrevistas a profundidad y la aplicación
del Cuestionario Mi Envejecer (CME). La ma- The following work is the result of an inves-
yoría de la producción académica en temática re- tigation which by its extension - to be a qualita-
lacionada sobre vida académica de las mujeres tive study - was necessary to be exposed in two
y su relación con sus funciones en la familia parts. This first part presents the theoretical as-
apunta hacia estrés laboral y a la no inclusión en pects that support the research as well as the me-
las tareas domésticas del varón, así como la su- thodology used. The second part will present
perposición de la mujer en funciones y roles the results and their analysis, derived from the
que la sobrepasan, tratando de cumplir perfecta categories that emerged from the in-depth inter-
y exitosamente con los deberes laborales, sin fal- views. It should be mentioned that most of the
tar a las demandas de la maternidad. Pero sobre academic production related to the academic
mujeres adultas mayores profesionistas y activas life of women and their relation to their func-
laboralmente, no existen referencias de investi- tions in the family - although with a broad re-
gaciones. Por ello es de importancia abordar el flection and sharp analysis with a gender pers-
tema de la abuelidad desde lo femenino, familia, pective - points to work stress and non-inclusion
in the domestic tasks of the male, as well as the

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overlapping of the woman in roles and roles tional ones. Thus, the recognition of the activity
that pass her, trying to perfectly and successfully of the grandmothers can motivate in the impro-
fulfill the labor duties and without missing the vement of the social image of older women,
demands of motherhood. As well an investiga- against subtracting the culture of old. Thus, the
tion of mature women in aging processes but in purpose of this work was to evaluate the role of
relation to the body exploring from perspectives university and professional grandmother in fa-
of pathological aging or with dyes towards ac- mily dynamics, from the subjectivity of women
tive and satisfactory aging, being proposals in and explore the transformation of their identity,
which the value of doing over the Being of the their configurations, and their legacy to the next
woman is emphasized. However, it should be generations. Through a qualitative exploratory,
noted that there are no references to research on transverse and non-experimental study in which
specific adult work in the labor market in diffe- 10 volunteer women, aged 40 years and older,
rent contexts, but on what has happened to the were evaluated by continuous inclusion for con-
family relationship of the role of the grandmo- venience, with in-depth interviews, and the age-
ther who is also inserted in the public world, old questionnaire (CME) was also applied.
there are no references. The education of women
in Mexico, from the time before the arrival of Key words: Grandparenting; Grandparenthood;
Spain and until the mid-twentieth century, was Family function; Female aging; Identities and
marked by education for domestic tasks: mater- binding configurations.
nity, home care, child care, and other activities
Home care, the history of women's college edu-
cation contains elements of exclusion and in- Introducción
clusion. Those who at that time gained access to
the university developed strategies to overcome Ser abuelo no es solamente un cambio
these setbacks. For women to enter the univer- importante en la persona que lo experimenta
sity, many struggles had to happen between op- (con el cual necesitará redefinirse a sí
posing forces that did not conceive that there mismo, así como su posición en la familia),
were different alternatives for women and not sino que también puede ser un factor de in-
just being a mother and a wife. The first univer- fluencia de primer orden en el desarrollo de
sity students entered in careers and placed them- los nietos (Pinazo & Lluna, 2011).
selves in professional environments, which did En este contexto, las relaciones interge-
not represent strong confrontations with the con- neracionales en general y los vínculos que
ceptions of gender of the time. Thus, their pro- los abuelos entablan con los nietos, adquie-
fessional and academic achievements reflected ren un interés entonces mayor, ya que en la
the interplay between their desires and what actualidad el número de personas que llegan
they were allowed according to their socio-cul- a ser abuelos es mayor, así como el tiempo
tural context of the historical moment in which (años) que la convivencia de este vínculo es
they lived. The education of women brought the experimentada, por ello hace necesario re-
discovery of their lives, questioning, reflecting, alizar estudios, en gran medida de tipo cua-
discussing and criticizing their status as women. litativo, que ayuden a profundizar en ca-
However, a question arises: Does university life, racterísticas psicológicas que se presentan
the professionalization of women, have changed en esta dinámica relacional (Castañeda,
Roles that are played within the family? Are Sánchez D., Sánchez A. & Blanc, 2004;
university grandmothers assuming themselves as Castro, 2007; Diale, Longobardi & Sclavo,
women conscious of being grandmothers or mo- 2008; Pinazo & Lluna, 2011; Rico, Serra &
thers autonomously and independently of what Viguer, 2001; Ruiz, Pineda & Valencia,
society expects of them? It is therefore important 2009; Sims & Rofail, 2014; Triadó, Martí-
to address the issues related to the grandparen- nez & Villar, 2000; Wellard, 2013).
thood from the feminine, family, identities and Así también, de manera común la abue-
the new or alternate configurations to the tradi- lidad ha sido asociada a lo femenino, ya

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que tanto los cuidados como el juego con familia; acostumbradas a esa exclusión de
los nietos suelen estar más cerca de lo que sus derechos ciudadanos, no vieron los be-
se ha caracterizado como actividades feme- neficios que tendría con la obtención del de-
ninas. Sin embargo, estudios recientes recho al voto.
muestran como los varones han ido acer- Para que la mujer pudiera incursionar en
cándose a roles atribuidos a la mujer el ámbito universitario, tuvieron que pasar
(Osuna, 2006). muchas luchas entre fuerzas opositoras que
Si se agrega además el hecho que en el no concebían la existencia de alternativas
Siglo XXI se disfrutan los logros que trajo diferentes para la mujer y no solo el hecho
el movimiento feminista, en donde la pers- de ser madre y esposa. Sólo el movimiento
pectiva de género ha permitido tener una vi- del feminismo abrió la cultura a las mujeres,
sión crítica de las determinaciones sociales al concebir: “el descubrimiento, la creación
del rol impuesto y modificarlo, junto con las y la práctica de la cultura femenina, que
instituciones que lo propician (familia, es- persigue el objetivo político de realizar la
cuela, iglesia, etc.) de manera que se ajuste revolución de la vida cotidiana… la crea-
a los intereses femeninos (Hierro, 1990), ción de una educación sin distinción de gé-
entonces interesa conocer cómo específica- neros” (Hierro, 1990, p. 15).
mente la educación ha impactado estas nue- La historia de la educación universitaria
vas formas de definir el ser mujer y a su vez de las mujeres contiene elementos de ex-
esto ha modificado los modos de ser abuela clusión e inclusión. Las que en ese mo-
y cómo esto implica transformaciones en el mento lograron acceder a la universidad
tipo de vínculo que se entabla con los nie- desarrollaron estrategias para sortear estos
tos. Por tal razón el área que se explora en contratiempos.
esta investigación es cómo abuelas que son Las primeras universitarias incursiona-
universitarias y profesionales experimen- ron en carreras y se colocaron en ambientes
tan esta etapa de la vida, como así también profesionales, que no representaban en-
sus interrelaciones generacionales. frentamientos fuertes con las concepciones
de género de la época. Siendo así, sus logros
La mujer y la educación profesionales y académicos reflejaban el
inter juego entre sus deseos y lo que tenían
En México, la educación de la mujer permitido de acuerdo con su contexto so-
desde la época prehispánica hasta mediados ciocultural del momento histórico en que vi-
del Siglo XX estuvo marcada por la educa- vieron.
ción para las tareas domésticas: materni- Las mujeres que estudiaban y ejercían su
dad, atención de la casa, el cuidado de los carrera lo eran mayormente en escuelas al-
hijos y otras actividades de cuidado domés- tamente feminizadas, como enfermería, pro-
tico (Hierro, 1990). fesoras, químicas, secretarias, todo este am-
Las mujeres que nacieron en la etapa de biente planteaba siempre la disyuntiva: el
la posrevolución mexicana son quienes ven matrimonio o la carrera. Aunque siempre
en el otorgamiento del derecho al voto. Las existieron las audaces que percibieron cla-
mujeres que se formaron para ser profeso- ramente las discriminaciones hacia su gé-
ras recibieron una formación dentro de la nero y se preocuparon y lucharon de modo
escuela cardenista: la educación socialista, activo para cambiar esta situación (Palermo,
por lo que la enseñanza en las escuelas ru- 2006). Ellas pudieron conciliar ambos te-
rales las había identificado con el servicio a rritorios e incursionaron en lo privado y en
la comunidad. Sin embargo, aunque otras lo público, estos resultados también contri-
crecieron en un ambiente de ruptura con buyen a la memoria histórica, difusión y
las ideas tradicionales aún así, la mayoría de reconocimiento de la vida de las académi-
estas mujeres permanecía en el espacio pri- cas, sus hábitos e intereses, su vida social,
vado, dedicadas a la casa, al cuidado de la profesional y familiar y la dedicación e in-

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terés que mantienen a lo largo de su trayec- La configuración vincular familiar de


toria (Covarrubias & Brito, 2007). los adultos mayores
La vida universitaria de las mujeres trajo
por consiguiente la posibilidad de revertir la La noción de configuración vincular des-
educación tradicional que condicionaba o cribe tanto el modo de relacionarse un su-
condiciona a la obediencia y a la repetición jeto con una persona, objeto, institución o
de patrones acostumbrados de identidad de ideal, como la circunstancia de ese vínculo
género, les posibilitó también conocer que en las representaciones y significados sobre
existen ciclos de vida femenina y que cada el sujeto (Iacub & Sabatini, s/f).
uno de ellos requiere una visión de género. Las configuraciones vinculares repensa-
En palabras de González Marín (2015), das desde esta compleja plataforma de re-
la educación de las mujeres trajo el descu- laciones y determinaciones, permiten dis-
brimiento de sus vidas, el cuestionarse, re- cernir cómo los adultos mayores experimen-
flexionar, discutir y hacer una crítica de su tan los cambios en los vínculos, tanto a ni-
condición como mujeres, ¿qué las mueve en vel de la identidad como en las esferas de
su acción?, ¿cuál es su función en esta so- relaciones.
ciedad?, ¿qué implica ser mujer?, ¿qué es “Cada sujeto tiene un mundo interno po-
ser madre?, ¿cuántas etapas recorre la mu- blado de relaciones vinculares donde cada
jer en su vida?, entre otras. Incluso el ser uno tiene un papel a desempeñar. Es a par-
madre, para Hierro (2000), es la posibilidad tir de estas relaciones vinculares internali-
de construir conocimiento científico: la con- zadas (grupo interno) que nos relacionamos
dición de maternidad en la mujer, cuando se con el mundo externo. Leemos el mundo
hace consciencia de lo que este momento externo desde nuestra experiencia y utiliza-
significa, y se cuestiona y se observa, y no mos ésta para poder conectarnos con lo
se siguen los patrones establecidos por la enigmático de nuestra cotidianeidad” (Gar-
sociedad o lo familiar, puede convertirse ber, 2006, p. 181).
en la expresión más valiosa de la conscien- Mead (1983) sustenta que cada individuo
cia femenina. posee un mundo interno rico en representa-
Desde esta óptica, Hierro propone que ciones de objetos en el que cada uno está
tanto la madre como la hija se trasforman en cumpliendo un rol, por lo que hace posible
maestras y aprendices, en un intercambio la predicción de la conducta de los demás.
dialéctico de lo que se desea ser como mu- En la actualidad con la incursión de la mu-
jer, tanto ser madre como ser hija como un jer en la vida profesional se esperan (tanto
acto consciente de ejercicio de libertad. las propias mujeres como el contexto que
Siguiendo a Hierro, surge un interrogan- las observa) ciertas maneras de actuar y
te: ¿En realidad la vida universitaria, la pro- modificaciones en funciones familiares es-
fesionalización de la mujer, ha modificado pecíficas, tales como maternidad, vida con-
los roles que se juegan dentro del ámbito fa- yugal, y para el tema que nos compete, for-
miliar? ¿Las abuelas universitarias se asu- mas de ejercer la abuelidad y vivir sus pro-
men como mujeres conscientes de ser abue- cesos de envejecimiento.
las o madres de manera autónoma e La familia como uno de esos diversos es-
independiente, de lo que la sociedad espera pacios de intercambio que promueven la
de ellas, llevando a cabo esa conciencia fe- configuración de vínculos en los adultos
menina de la que habla la autora? Por ello es mayores es una categoría de agrupación so-
de importancia abordar las temáticas con re- cial concebida de muy variadas y múltiples
lación a la abuelidad desde lo femenino, fa- formas según las culturas y momentos his-
milia, identidades y las configuraciones vin- tóricos, en que se estudie. La familia tiene
culares nuevas o alternas a las tradicionales. también diversos fines, lo que le otorga un
dinamismo específico y particular; sin em-

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bargo, contiene fundamentalmente la fun- presente y el futuro resultan relevantes, por


ción de protección, procreación y desarrollo lo que hay que construirlo sin disminucio-
de sus miembros (Levi Strauss, 1987). nes.
A su vez, en lo que respecta a las interac- Es de importancia dar cuenta de estos
ciones que se generan en el interior de fa- elementos ya que permite especificar órde-
milia, existen varios espacios de intercam- nes de creencias que preceden el marco de
bio relacional que promueven la configu- los encuentros intergeneracionales y que
ración de vínculos intergeneracionales en tendrán un alto nivel de determinación, en
los adultos mayores, que de acuerdo con lo cualquier encuentro interpersonal.
que describe Mead (1970) pueden darse en Así también, las nuevas formas de ser
tres modalidades, resumidas en la atribución mujer y por ende de ser abuela desde lo
de dos esferas específicas (saber y conoci- que describe Mead, posibilita la resignifi-
miento), y las modalidades son: la postfi- cación de los vínculos, porque al cambiar
gurativa, la cofigurativa y la prefigurativa los roles tradicionales y las funciones, apa-
(ver Figura 1). recen nuevas relaciones intergeneracionales,
¿Qué implicaciones tienen estos modelos quizá más flexibles, alternas y creativas
culturales en la relación con el adulto ma- (Osuna, 2006).
yor? ¿Qué importancia cobra ante la mujer En cuanto a los cambios que trae consigo
universitaria y abuela? Esta tipología revela el rol de abuelos se deben considerar algu-
cierto orden de creencias y de atributos de nos aspectos que menciona Pérez (2007): la
una sociedad frente a las edades del ser hu- abuelidad es una contra transición biológi-
mano y lo que se espera en cada una de ca, dado que no fue una decisión del propio
ellas. Asimismo, permite entender de qué sujeto pasar a esta condición social y rol fa-
forma se producen modificaciones de cul- miliar, sino que depende de otro (sus hi-
tura generacional, cómo se desarrollan las jos/as) para llegar a serlo, y que implicará
luchas por imponer saberes y consolidar es- modificaciones en su vida cotidiana. Esta
pacios de poder al interior de un cierto es una diferencia importante en cuanto a la
grupo -como la familia- y comprender al- toma de decisiones de la mujer puesto que,
gunos aspectos de los vínculos: modos de para ser madre o profesionista, sin duda
intercambio e interrelaciones. ejerció su voluntad, pero para ser abuela
Los cambios sociales escabrosos pueden no fue así, por lo que esto le da una oportu-
generar diferencias internas en los grupos nidad singular para definir, significar y
etarios, intensificando las culturas distin- construir su propio modo de ser abuela; re-
guidas por generación. Mead (1970) señala gresando con Hierro (2000), es una posibi-
que la cultura postfigurativa, favorece la lidad para hacer conocimiento científico.
identidad donde los antepasados son reco- Este tipo de estudios relativos a la cues-
nocidos por las nuevas generaciones y tie- tión de la abuelidad (vejez y familia) posi-
nen un alto nivel de determinación sobre los bilita comprender en qué medida las modi-
jóvenes. En la cofigurativa existe la conno- ficaciones a los modelos de familia social-
tación de una transgresión real o simbólica mente constituidos inciden en los significa-
de las formas culturas o conocimientos an- dos otorgados a los roles de los adultos ma-
teriores. Luego de cambios o procesos re- yores y sus modos de relación e intercambio
volucionarios aparecen nuevos estilos cul- (Salvarezza, 1998). Así también el recono-
turales que dividen las diversas generacio- cimiento de la actividad de las abuelas
nes, provocando con ello un tipo de convi- puede motivar la mejoría de la imagen so-
vencia entre cohortes. Mientras que la cul- cial de las mujeres mayores, contrarrestando
tura prefigurativa favorece la identidad cul- la cultura del viejismo, en la medida en que
tural en construcción, es decir, donde el demuestra que no son meras receptoras de
pasado se considera sin continuidad, los pa- ayudas y servicios por parte de las genera-
dres o antepasados dejan de ser guías, y el ciones más jóvenes.

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La abuelidad clado a lo vivido en la sociedad argentina y


las Abuelas de Plaza de Mayo. El peso sim-
La abuelidad desde una perspectiva ge- bólico, con notoriedad pública de la palabra
rontológica da lugar a las propias habilida- abuelidad abarca conciencia social de bús-
des generativas, sirviendo de función repa- queda de justicia, libertad hasta convertirse
radora para contrabalancear algunas de las en símbolo de la resistencia popular contra
pérdidas que se producen con el envejeci- el terrorismo de Estado. Así, estas Abuelas,
miento. con sus acciones y normativas en pro de la
El conocimiento generado por investi- infancia discriminada han llegado a erigirse
gaciones sobre abuelidad y especialmente, en un modelo mundial que viene a echar por
la precisión del vínculo y la importancia tierra el mito sobre la edad pasiva (Arditi,
social de las relaciones entre abuelos y nie- 1999; Herrera & Tenembaum, 2007).
tos constituye un fenómeno relativamente Galeano (2015) menciona que en el Siglo
reciente, ligado al desarrollo de la Geron- XXI se ensalza la imagen de la mujer que
tología y los derechos de los adultos mayo- sigue el juego de la postmodernidad, pro-
res, así como al fenómeno del incremento poniéndola como una mujer libre, de
en la esperanza de vida (Góngora, 2012; acuerdo a lo ganado en el movimiento fe-
Villalba, 2001; Yerro, 2013). minista. Pero esta relación se invierte
El rol del abuelo o abuela se sujeta con la cuando la mujer envejece, dado que a los
transferencia del conocimiento generacional ojos de la cultura occidental el envejeci-
del pasado y de los orígenes, a la vez que, miento, se aleja del estereotipo deseado.
al mantener una relación con los nietos me- La imagen cambia y el peso de la mirada del
nos tensa por las relaciones de autoridad otro es implacable. Persisten característi-
que ellos mantienen con sus padres, los cas que tradicionalmente se le han otorgado
abuelos se hallan en excelentes condiciones a la mujer mayor: fragilidad, declive, pasi-
para atender a sus nietos ante la ausencia de vidad, necesidad de protección. Además, la
los padres. imagen y presión social demandante de la
Esta relación generacional tiene como maternidad como sinónimo de feminidad, se
principal función el proceso de la consecu- traduce en la vejez, en ser abuela cuida-
ción intergeneracional, el cual está ligado de dora, inactiva y dependiente; otra equipara-
manera cercana al de la construcción de la ción riesgosa (Frexias, 2008; Holstein,
identidad (Garber, 2006). 2006).
La palabra y concepto de abuelidad sur- Como explica Zarebski (2005, 2008), se
gió por la necesidad de establecer un tér- debe considerar un factor de riesgo psíquico
mino que incluyera en la estructuración psí- el construir en un sentido unívoco la iden-
quica individual y familiar, la figura y rol tidad, pues esto tiene que ver con un yo
del abuelo, siendo la médica argentina Pau- ideal que no da lugar a una auténtica reali-
lina Redler (1986), quien lo acuñara (Yerro, zación personal. Es el pasaje a la primacía
2013). del ideal del yo lo que simboliza la falta que
El concepto abuelidad quedó confirmado impulsa al sujeto al futuro. Es absoluta-
posteriormente en las publicaciones en es- mente contraproducente en este sentido, la
pañol que gradualmente comenzaron a re- idea de que la mujer luego de haber tenido
ferirse al tema desde el punto de vista his- hijos ha cumplido con su ciclo, así como los
tórico social. A partir del año 1996 aparece viejos luego de haber llegado a determi-
el término abuelidad en la bibliografía de nada edad.
campos disciplinares en la producción psi- Por ello en este trabajo se abordará cómo
coanalítica, gerontológica, familiológica o estos constructos sociales siguen imperando
sociológica en español. en sociedades modernas y académicas. Y si
El término abuelidad en la actualidad en- son las mismas mujeres quienes reiteran
globa también un movimiento social, an- este legado a las generaciones de mujeres

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más jóvenes, contraponiéndose con el le- producciones contra culturales y antihege-


gado que facilitó el origen al concepto de mónicas de las mujeres en América Latina.
abuelidad sinónimo de activismo social crí- La mayoría de la producción académica
tico. en esta vinculación temática, vida acadé-
mica y familiar apunta hacia estrés laboral
La pertinencia de la temática y a la no inclusión en las tareas domésticas
del varón, así como la superposición de la
Al hacer una revisión de investigacio- mujer en funciones y roles que la sobrepa-
nes previas sobre esta temática específica, san, tratando de cumplir de manera perfecta
aparecen tan solo en las indexaciones cien- y exitosa los deberes laborales y sobre todo
tíficas alrededor de 410.052 artículos cien- maternos (Galhardi de Pujalt, 2007).
tíficos cuantitativos o cualitativos que hacen Sin embargo, cabe destacar que sobre
referencia a profesoras académicas univer- abuelas profesionistas y activas en la vida
sitarias y sus vivencias o experiencias, tra- laboral, post movimiento feminista, no exis-
tando de conciliar su vida profesional y la ten referencias de investigaciones específi-
familiar, así como sus aportes al conoci- camente en el mundo laboral en distintos
miento, en los que se exponen evidente- contextos, pero sobre lo que ha sucedido
mente aún desigualdades pero también lo- con la vinculación familiar del rol de la
gros y avances (Red de Revistas Científicas abuela que además está inserta en el mundo
de América Latina y el Caribe, España y público, tampoco existen referencias.
Portugal -Sistema de Información Científica Existen investigaciones acerca de la mu-
Redalyc- consultado en enero de 2017). jer madura en proceso de envejecimiento,
Se destaca un artículo (Blanco, 2007), sobre todo en lo relacionado con el cuerpo
sobre la conciliación del trabajo y la vida fa- (Calasanti, 2004; Gullette, 1997, 2004;
miliar de las profesoras académicas en Es- Twigg, 2004), pero desde planos de un en-
paña, sin embargo aunque con un análisis vejecimiento patológico o con tintes del en-
agudo y con fuerte perspectiva de género, vejecimiento activo y satisfactorio que en
aborda la vida académica de mujeres jóve- palabras de Frexias (2008), son propuestas
nes en edad reproductiva. Así también se en las que prima el valor del hacer sobre el
encuentra la investigación de Blázquez y de ser. Por lo que justifica lo que se pretende
Bustos (2013), en las que entrevista a aca- explorar y describir aquí: la abuelidad trans-
démicas de México y Cuba, con la intención formadora en sus roles y funciones, y su va-
de conocer sus vivencia y experiencias en loración en el ámbito privado pero que a la
su ámbito universitario y específicamente vez modifica lo público y viceversa. Y de lo
en puestos de gestión y jerarquía, a lo que cual no se encontraron aproximaciones em-
concluyen que las mujeres que acceden al píricas por lo que abre una beta interesante
poder se reivindican como tales, hacen de su a explorar.
herencia cultural una ventaja y buscan ar-
mar sus equipos tanto con mujeres como Objetivo
con hombres. Sin embargo, ello no garan-
tiza que ejerzan el poder con una conscien- El objetivo del estudio fue valorar la fun-
cia de género como para transformar las in- ción de abuela en la actualidad, en la diná-
equidades. mica familiar, desde la propia subjetivad
En estas entrevistas también se da cuenta de la mujer a partir de los 40 años y que a
de las condiciones de las profesoras uni- la par tiene un rol activo como docente uni-
versitarias en Latinoamérica y exponen las versitaria y profesionista, en la ciudad de
diferencias de oportunidades. La autora Tepic Nayarit (México).
concluye que se debe indagar sobre las múl-
tiples formas en las cuales lo femenino no
está contenido en lo masculino, gracias a las

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Método meno y en su diseño el estudio fue de tipo


transversal.
La elección del enfoque fue a través de la
metodología cualitativa, ya que tuvo como Instrumentos
objetivo la descripción de las cualidades de
un fenómeno que pueda abarcar una parte Se administraron los siguientes instru-
de la realidad, y no se trata de probar o me- mentos:
dir en qué grado una cierta cualidad se en- Entrevistas semiestructuradas a profun-
cuentra en un cierto acontecimiento dado, didad de acuerdo con el modelo de Patton
sino de descubrir tantas cualidades como (1990, citado en Rodríguez Gómez, 1996).
sea posible. Es decir, tratar de conocer los - El Cuestionario Mi Envejecer (CME -
hechos, procesos estructuras y personas en Zarebski, 2011), Versión Menores (Vm: me-
su totalidad, y no a través de la medición de nores de 60 años) y versión Mayores (VM:
algunos de sus elementos. La misma estra- a partir de los 60 años); para profundizar en
tegia indica ya el empleo de procedimientos la información recabada.
que dan un carácter único a las observacio-
nes (Taylor & Bogdan, 1986). Muestra
Se realizaron entrevistas semi-estructu-
radas a profundidad tal como lo define Her- Se propuso un estudio de casos y el mé-
nández, Fernández y Baptista (2006) para todo de muestreo fue no probabilístico (Her-
explorar la transformación de la identidad nández, 2006), trabajando con sujetos vo-
de la abuela universitaria, sus configura- luntarios de inclusión continua por conve-
ciones vinculares y su legado a las siguien- niencia, con la técnica de bola de nieve.
tes generaciones como mujer docente uni- Se trabajó con un total de 10 participan-
versitaria y profesionista, obteniendo así tes divididos en dos grupos: uno compuesto
datos que ofrecieron información para en- por cinco mujeres, abuelas y docentes uni-
tender la perspectiva del fenómeno estu- versitarias laboralmente activas de la Uni-
diado. versidad Autónoma de Nayarit, y un grupo
Por ello el método está basado en lo et- comparativo que estuvo formado por igual
nográfico. Dado el tema y objeto de estudio, cantidad de mujeres, abuelas, con caracte-
que consistió en examinar los modos en que rísticas sociodemográficas homogéneas, de-
las personas aplican las reglas culturales dicadas al ámbito del hogar únicamente, no
abstractas y percepciones de sentido común profesionales y residentes en la ciudad de
a situaciones concretas, para que las accio- Tepic Nayarit (ver Cuadro 1).
nes aparezcan como rutinarias, explicables
y carentes de ambigüedad. En consecuencia, Criterios de inclusión.
los significados son un logro práctico por
parte de los miembros estudiados (Taylor & Fueron evaluadas 5 profesoras con una
Bogdan, 1986). edad de 40 años y más, que hubieran ejer-
El estudio tuvo un alcance de tipo ex- cido o se desempeñaran aún en su profesión,
ploratorio - descriptivo pues solo busca es- con una antigüedad mínima de 5 años de la-
pecificar las propiedades, las características bores, y que además ejercieran el rol de
y los perfiles importantes de las personas o abuela con un tiempo mínimo de abuelidad
sujetos de la investigación o fenómeno que de un año al momento de la investigación.
se sometió al análisis. Además el propósito El grupo comparativo estuvo confor-
consiste como lo definen Hernández, Fer- mado por 5 mujeres que no tuvieran forma-
nández & Baptista (2006), en describir si- ción ni actividad profesional, que solo se
tuaciones, eventos y hechos, es decir, cómo hubieran dedicado al hogar y que tuvieran
es y cómo se manifiesta determinado fenó- como mínimo un año de ser abuelas.

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abuelas universitarias

Unidad de estudio. La categorización se realizó a partir del


marco teórico estableciéndose los tópicos o
El contenido del discurso, para analizar temas a explorar en la entrevista a profun-
el material simbólico total obtenido a través didad. Cada categoría contempló subcate-
de la entrevista a profundidad y los cues- gorías que se correspondían congruente-
tionarios aplicados a los participantes. mente y se procedió a su definición opera-
cional, es decir a exponer cómo se encuen-
Procedimiento tra la categoría definida en la realidad teó-
rica, para posteriormente contrastarla con la
La investigación consistió en entrevistar realidad empírica (ver Cuadro 3).
a 10 mujeres que se mostraron dispuestas a Con el análisis se llevó a cabo la organi-
participar en la investigación. Solo cinco de zación y procesamiento de los datos o co-
ellas eran profesionales. Primeramente, se dificación de la siguiente manera (Hernán-
explicaba en qué consistiría, y posterior- dez et al., 2006; Strauss & Corbin, 2002;
mente debían leer la carta de consenti- Taylor & Bodgan, 1986):
miento informado. A continuación, se lle- - Extraer los datos que son significativa-
vaba a cabo la entrevista semi-estructurada mente relevantes para el objeto de estudio.
en profundidad, en la cámara Gesell del - Establecer relaciones de análisis más
Programa de Psicología de la Universidad abstractas que den lugar a conceptos, pro-
Autónoma de Nayarit. Terminada esta se- posiciones, modelos y teorías.
sión que llevaba alrededor de dos horas, se - Este proceso es un ejercicio interpreta-
le entregaba el CME (Zarebski, 2011) según tivo desde el inicio, cargado de abstraccio-
la versión que correspondía, para que pu- nes y subjetividad.
dieran contestarla individualmente y en la - Permite fragmentar los datos en unida-
privacidad de su casa. Dos de estos cues- des analizables.
tionarios fueron entregados vía electrónica - Permite llegar de los datos a ideas.
porque así lo decidieron esas profesoras
dado que era más fácil para ellas, debido a Análisis y discusión de los resultados.
los tiempos que requiere el ejercicio de la
investigación y la docencia dentro de la uni- Derivado del análisis del contenido de
versidad. las entrevistas y de las respuestas del cues-
En el caso de las mujeres que no eran tionario CME surgieron siete categorías con
profesoras de la universidad, se realizó la sus correspondientes subcategorías de aná-
entrevista en su casa, pero de igual manera lisis. A continuación, se describen y se con-
el CME, se les dejaba para ser contestado trastan a la luz de la teoría. También se han
posteriormente. agregado extractos de las narraciones de las
entrevistas que se consideraron importantes
Tratamiento de los datos. en los que las mujeres participantes, deve-
lan la construcción de sus representacio-
La organización y análisis de la infor- nes, creencias, configuraciones vinculares
mación se realizó a través del análisis de sobre la abuelidad y su contrastación con
contenido de lo dicho por cada participante, los modos de ejercicios de abuelidad que se
en la entrevista semiestructurada y las res- dan en lo cotidiano de sus prácticas, las
puestas a las preguntas del CME. El CME cuales son exploradas en el CME.
engloba 25 dimensiones, pero para los fines
de este estudio solo se tomaron en cuenta 10 primera categoría: configuraciones
dimensiones (ver Cuadro 2) que eran las vinculares familiares.
más relevantes para los objetivos propues-
tos y estarían en asociación con las catego- Las configuraciones vinculares son el
rías de análisis. modo en que los adultos mayores experi-

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pérez sánchez

mentan los cambios en los vínculos, tanto a Esta frase concuerda con lo que descri-
nivel de la identidad como en las esferas de ben Sanz, Mula y Moril (2011) y a lo que
relaciones. Esta categoría está compuesta denominan trascendencia intergeneracional.
por las subcategorías: tipos de interacción y Este tipo de vinculación familiar llevada a
lugar que ocupa la abuela en la familia, asi- cabo por los abuelos -según los hallazgos de
mismo se relaciona con las dimensiones au- la investigación gerontológica- favorece la
tonomía y dependencia, estrategias de calidad de vida del adulto mayor, tal como
afrontamiento y vinculación intergenera- lo describen Castañeda, Sánchez, D., Sán-
cional del Cuestionario Mi Envejecer chez, A. y Blanc (2004) y Ruiz, Pineda y
(CME). Valencia (2009). Así también lo menciona
Así también este concepto se refiere a lo Orosa (2014) ser abuela es un rol constitu-
que se considera como un inconsciente fa- yente de identidad en la vejez. Sin embargo
miliar o vincular en donde las historias an- bajo la luz de la perspectiva de género, esta
cestrales trascienden generacionalmente; en frase abona en la representación de signifi-
este sentido, es posible observar un incons- cados de roles maternales en las mujeres
ciente que desborda los límites de lo plan- adultas mayores, que si bien ya han dejado
teado por Freud (1916) se pasa de un in- su ciclo reproductivo, es en el resguardo
consciente individual a uno de parejas, del legado familiar como subliman este acto
familias o grupos (Berenstein, 1991). de dar vida o preservarla (Freixas, 2007).
Desde la teoría sistémica de la familia, la Continuando con lo referido por Freixas
configuración vincular familiar se refiere (2007), otro rasgo característico de la ma-
al tipo de interacción que diferencia a un ternidad extendida y sublimada a través del
grupo familiar de otro. Según Minuchin y ejercicio de ser abuela, es el cuidado y aten-
Fishman (2001) y Minuchin, Nichols y Lee ción de los nietos, que si bien es cierto, esta
(2011), esta interacción determina la confi- función se ejerce desde una postura más
guración familiar que puede ser rígida, fle- flexible y lúdica, favorece el bienestar sub-
xible, difusa, o clara y ella está basada en jetivo y la autoestima del adulto mayor al
los subsistemas que conforman al sistema compensar las vivencias de pérdidas socia-
familiar. Minuchin y Fishman (2001) y Mi- les que suelen estar presentes en esta etapa
nuchin, Nichols y Lee (2011) establecen de la vida (González & De La Fuente, 2008;
que, si las jerarquías están distribuidas y Sims & Rofail, 2014; Wellard, 2013). Tam-
claramente establecidas de acuerdo con el bién los estudios han mostrado que esta fun-
desarrollo de las competencias de cada in- ción de cuidado a tiempo completo conlle-
tegrante de la familia, la configuración vin- va agobio, insatisfacción, estrés, obligación,
cular será saludable y adaptable a los cam- exceso de trabajo, afectación en el estilo de
bios que el medio exterior le demande. Lo vida y limitando la vida privada, el cuidado
que significa que una configuración vincu- de ellas mismas, las relaciones sociales y las
lar familiar saludable, sería en la que tanto actividades de recreación y de ocio (Sanz et
la familia como los adultos mayores pueden al., 2011). Lo descrito se puede apreciar en
y facilitan la adaptación a los cambios, sean el siguiente extracto:
estos los correspondientes a ciclo vital o a “Esta relación considero que es muy im-
la libertad de elección a cómo se desea vi- portante ya que en la actualidad con la ne-
vir determinado rol familiar. Al respecto, en cesidad del trabajo de los padres, los abue-
las entrevistas las participantes mencionan los participan activamente en las tareas
lo siguiente: escolares, ayudando a los nietos y en oca-
“La abuela es la matriarca, la que cuida, siones hasta recogerlos de su escuela, de
protege, orienta…. Cuenta historias, pre-
serva el legado, que la historia familiar no esta manera la abuela con su experiencia
se pierda…” (Participante 1: Profesora uni- guía y corrige a los nietos, inculcándoles va-
versitaria). lores civiles que los padres y maestros, por

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abuelas universitarias

falta de tiempo no lo hacen” (Participante 9: universitaria).


Abuela no universitaria). “Considero que la abuela es uno de los
Aunque la participante habla en tercera vínculos familiares más importantes en el
persona y en plural, es decir -asume que desarrollo social de los niños. Porque des-
este rol lo ejerce en pareja, y no sola- su ide- empeña un papel de “acompañamiento in-
alización es como una mujer abuela en un teresado”, una especie de vínculo cómplice-
rol de madre y esposa a la vez. Al ejercer su maestro-admirador-cuidador que posibilita
función de abuela, educa a los nietos y la integración de los niños al entorno fami-
educa aún a sus hijos, ser abuela pareciera liar y social. Con mayor madurez a veces,
ser la extensión permisiva de seguir siendo que los padres, para afrontar el estrés coti-
madre (Freixas, 2007). diano, la abuela desarrolla el tipo de mater-
No obstante, en esta misma frase, se nidad que desearía haber practicado con sus
puede rescatar una visión positiva del ejer- hijos, dice el dicho que uno aprende a ser
cicio del cuidado y atención –aun siendo padre cuando es abuelo...” (Participante 3:
una prolongación de funciones maternales- Profesora universitaria).
el hecho de asumir las funciones de abueli- Estos dos comentarios presentan a esa
dad en pareja, da cabida a una nueva repre- mujer que hace consciente su labor de ser
sentación y significación vincular con sus abuela, y se autoobserva y se autocorrige,
nietos, lo cual se constata en investigaciones en esa búsqueda de significado que tras-
realizadas por Triadó, Martínez y Villar cienda, pues se sabe que ella es una pieza
(2000a, 2000b), en la que ponen el énfasis importante en el entramado de relaciones en
en la implicación en el cuidado de ambos su vida familiar, y porque no decirlo en la
abuelos, y realizan una diferenciación en vida de otras mujeres; otorgando de forma
el ejercicio de esta función, ninguna menos libre y gratuita, un valor agregado a esta
importante que la otra, los abuelos propor- función, denominado en la teoría geronto-
cionan conocimiento de la vejez y del pa- lógica, socialización inversa, la cual se re-
sado familiar, las abuelas ejercen como cui- fleja a través de las relaciones con las ge-
dadoras y se encuentran más cerca de la neraciones más jóvenes, de tal manera que
realidad cotidiana, concordando con inves- aprenden de ellas, descubren nuevas pers-
tigaciones antecedentes como las de Van pectivas y tendencias y las adoptan sin te-
Rast, Verschueren y Marcoen (1995). mor, incorporando a sus vidas nuevas ideas,
Asimismo se pueden ver resignificacio- gustos y valores (Briones & Tabernero,
nes de esta función cuidadora de los nietos, 2005). En definitiva, se hacen más flexibles,
llevada más allá de la mera disposición de tolerantes y diversas, lo cual enriquece,
tiempo, y en la que queda claro que la etapa también, sus vínculos y contactos persona-
de ciclo vital en la que se encuentran estas les y promueve su disposición a la acepta-
abuelas, les brinda la oportunidad de auto- ción de los importantes cambios sociales y
definirse como mujeres con un alto valor in- familiares con que frecuentemente se en-
trínseco, más allá de los conferidos social- cuentran.
mente a su género, Si bien se saben las Esta nueva forma de asumirse como mu-
portadoras del legado familiar, lo asumen jeres y ser abuelas impacta en su percepción
desde una perspectiva activa, cargada de de calidad de vida, al apelar a recursos ex-
cultura y con un alto grado de autorrefle- clusivos que como mujeres han aprendido a
xión critica de sí mismas (Freixas, 2008; generar, restringiendo su vulnerabilidad y
Hierro, 2000), así se ve en los siguientes convirtiéndolas en personas productivas y
fragmentos seleccionados: activas, más allá del imaginario esperado,
“La abuela ama incondicionalmente… de dependencia y pasividad, tal es el ejem-
su comunicación es cálida, lúdica y diri- plo con el siguiente comentario:
gida a valores humanos que alimenten su “Hacer ejercicio, procurar comer poco
espiritualidad…” (Participante 2: Profesora pero sano, leer y ahorrar” [Participante 1.

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Profesora universitaria (Diabética desde hana, E. & Kahana, B., 1971). Al respecto,
hace 16 años)]. en las entrevistas las participantes relataron
La presencia de estrategias de afronta- lo siguiente:
miento adecuadas, por ejemplo el ahorro, la “En una sociedad en la que aún tienen
prevención de salud: chequeos médicos pe- gran importancia las abuelas, como una
riódicos, atender padecimientos crónicos exaltación del simbolismo asociado a la ma-
(adherencia al tratamiento) y también la ternidad, pero también como un reconoci-
aceptación de los cambios propios de esta miento social al papel que las abuelas han
etapa de vida (uso de anteojos y lo que sea adoptado en muchísimos casos como eje o
necesario para seguir con su vida activa ancla de la familia…” (Participante 3: Pro-
hasta donde sea posible), son una muestra fesora universitaria).
de que la mayor longevidad de las mujeres “Necesariamente la figura de la abuela
no se resume en un mejor estado de salud en ha ido cambiando, ya no es la abuelita de
la vejez, opuestamente, su salud percibida Cri-Cri, que habla del pasado, las abuelas de
es claramente peor que la de los hombres de hoy hablamos del hoy, de nuestro presente;
la misma edad. Sin embargo, su actitud ac- sabemos que somos fundamentales para que
tiva –sus recursos de afrontamiento- frente las generaciones de mujeres continúen; ima-
a la salud es un factor primordial cuando gínate que mis historias de abuela son de
son mayores. A pesar de que la historia del mis tiempos cuando estuve en protestas, en
cuerpo de la mujer ha vivido una historia de movimientos estudiantiles, no puedo ser
alienación que regularmente las ha afec- una abuela normal… Si es que normal es la
tado en términos de salud, las mujeres ma- abuela del reboso de bolitas [esta descrip-
yores tratan de mantenerse activas y salu- ción alude a una canción popular del can-
dables, otra vez contrastando con la creen- tautor Gabilondo Soler, conocido como Cri-
cia de la mujer mayor pasiva y dependiente Cri y que forma parte del legado cultural
tal como ya lo han descrito las investiga- contemporáneo mexicano]” (Participante1:
ciones (Cruikshank, 2003; Tannenbaum, Profesora universitaria).
Cara, Nasmith & Mayo, 2008). Con estas porciones extraídas de las res-
puestas de las participantes se puede refle-
segunda categoría: significaciones aso- xionar que estas mujeres como profesoras
ciadas a la abuelidad. universitarias se asumen como abuelas ac-
tivas, resignificándose no solo ellas, sino
Esta categoría se refiere a los atributos todo un colectivo mayor de mujeres que
esperados y que la sociedad ha conferido a han decidido de manera libre, la forma de
la mujer en el rol de ser abuela, los que ejercer los distintos roles y funciones que le
prevalecen y los que han cambiado. La atañen de acuerdo al momento histórico que
componen las subcategorías sobre signifi- viven, (Hierro, 2000; González, 2015).
caciones asociadas a la abuelidad, y los ro- Es decir, el significado intersubjetivo es
les sociales de género relacionados con el- ya el de una mujer que redefine sus fuentes
ser mujer y abuela, y estos a su vez se de autoestima, extiende el cuidado princi-
vinculan con las dimensiones Sensación de palmente a sí misma a través de la partici-
vejez o sentirse viejo y las Expectativas de pación educativa, reconoce su función de
longevidad que evalúa el CME. depositaria de conocimientos y habilidades,
Constructos subjetivos que han sido aprendidos muchos de ellos en el ejercicio
aceptados y se repiten de generación en ge- del cuidado familiar, y encuentra su valor
neración o que por lo contrario la genera- como transmisora de experiencia y sabidu-
ción más joven los desafía y los resignifica ría vital (Serdio, 2007, 2012).
en nuevos constructos. Tienen que ver con Cuestionando de manera proactiva, el
la experiencia emocional, con la interac- factor emocional participante durante dé-
ción cotidiana y un proceso grupal (Ka- cadas en el mantenimiento del sistema de

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abuelas universitarias

género, es decir, un sistema determinado universitaria).


por un modelo patriarcal que ha definido “… el significado de la abuela, cambia
muy claramente lo masculino y lo feme- porque el ser humano es histórico y cam-
nino en lo que a roles y emociones se re- biante, la realidad de ahora no es la misma
fiere, y donde se le otorgaba a la mujer ma- del Siglo 20. Antes el ropero de la abuela es-
yor -en funciones de abuela- una taba lleno de recuerdos, ahora las abuelas
responsabilidad con tintes milagrosos de trabajan fuera del hogar, la abuela debe es-
conseguir la comodidad, armonía, belleza y tar actualizada para entender los cambios
el bienestar de todos los cohabitantes de la que viven ahora los niños…” (Participante
casa, mediante una entrega amorosa de sí 2: Profesora universitaria).
misma que habría de ser completa y sin De lo anterior, entonces surge una nueva
cuestionamientos (Rodríguez, 2002). Y la pregunta ¿estas nuevas significaciones y re-
muestra queda manifiesta en los siguientes definiciones que tienen estas mujeres, tie-
fragmentos de entrevista: nen un impacto en la sensación de vejez o
“Definitivamente la figura de la abuela de sentirse viejas? Al respecto, se pueden
se está transformando. La abuela ha pasado encontrar diferencias marcadas entre los
de ser una persona anciana, dedicada a las grupos, si bien las profesoras universita-
labores del hogar -que cocinaba mejor que rias, a la pregunta de ¿Te sientes vieja? Sus
nadie y que constituía una fuente inagotable respuestas fueron en el plano de la actividad
de ternura y paciencia hacia toda la familia intelectual, y muy pocas a lo referente a lo
a la que dedicaba su vida entera- a la mujer físico, las mujeres no profesoras universi-
con opciones a decidir ya sea para desarro- tarias, fue en lo que mayor énfasis hicieron.
llar una de dos opciones: “Al mirarme al espejo veo que ya tengo
- Ser una mujer profesional, con sus pro- dientes postizos, uso lentes para ver y al-
pias metas e intereses que no asume el con- gunas canas. Siento que ya no soy la
trol, ni es el centro de la familia, más una misma” (Participante 7: Abuela no univer-
compañera de vida para su pareja, hijos y sitaria).
nietos. “Sí, me siento vieja, después de una ope-
- Constituirse en un accesorio útil para el ración de matriz [esta respuesta hace alu-
cuidado de los niños y algo obligatorio que sión el hecho que posterior a esa interven-
atender. ción quirúrgica, se desencadenó un
Si bien persiste en nuestra sociedad el envejecimiento en sus funciones sexuales
modelo idealizado de la abuela, se puede femeninas]” (Participante 8: Abuela no uni-
identificar claramente la emergencia de las versitaria).
otras dos modalidades. Considero que se “Sí, ahora me dicen que lloro por todo,
han presentado porque nuestra sociedad ac- que por lo tanto ya estoy viejita” (Partici-
tual ha desmitificado y des-institucionali- pante 10: Abuela no universitaria).
zado todo, y una de esas cosas es la familia. “Veo que están llegando los años” (Par-
Con la existencia de familias monoparenta- ticipante 9: Abuela no universitaria).
les, homosexuales, o por asociación, los fa- Estas respuestas concuerdan con la ide-
miliares han tenido también que cambiar. La alización y significación de la abuelidad en
figura de la mujer como jefe de familia, un estado de minusvalía, disminución del
que emerge en el Siglo XX se ha consoli- componente de belleza física y con la ima-
dado como una entidad aceptada social- gen oscura a favor de los modelos que pri-
mente, lo que requirió desarrollar nuevas man la visión del envejecer como el viaje
funciones y romper el mito de la madre su- ineludible hacia la enfermedad y el dete-
misa y dedicada al hogar. Hemos aprendido rioro (Freixas, 2008). Así parece que en es-
a vivir sin cuidado de hombre ni protec- tas mujeres específicamente existen situa-
ción de marido, como decía una querida ciones que les generan dificultad en su
amiga mía…” (Participante 3: Profesora reconocimiento de la imagen que van

InterdIscIplInarIa, 2018, 35, 1, 35-68 47


pérez sánchez

viendo aparecer conforme transcurre la edad tercera categoría: Identificación con


y pueden notarse factores de riesgo para abuelas y legados de la familia.
una percepción de envejecimiento patoló-
gico. A esta categoría corresponden los modos
“La vivencia de un envejecimiento nor- con que las mujeres se identifican con mu-
mal o patológico, está dada en relación a la jeres de su linaje y que permiten configurar
existencia de mecanismos psíquicos que se una identidad que las diferencia como grupo
ponen en juego en este proceso (Zarebski, familiar. Es la forma en que se transmite la
2005), es decir, la construcción que se hace cultura familiar de manera objetiva (Garzón
de la identidad misma, de la significación & Mendoza, 2007). Las subcategorías que
que se hace en relación a la fragmentación corresponden están relacionadas con la
del Yo, situado inicialmente en el cuerpo, al identificación que hicieron las mujeres eva-
mirarlo en el otro; ese otro reflejo de la pro- luadas con las abuelas de sus familias, así
pia vejez anticipada: en el que se construye como el legado que recibieron de las muje-
un proyecto de vejez o se cae en la angus- res mayores que les antecedieron, y también
tia al vivirlo y experimentarlo como ame- con respecto a los aprendizajes que se deri-
naza. Sin duda alguna la vejez cuestiona de van de la relación con sus nietas. Por su
manera directa al Yo en lo relativo al pro- parte, las dimensiones continuidad identi-
ceso identificatorio” (Pérez, Oropeza, Ló- taria y modelos y grados de identificación
pez & Colúnga, 2014, p. 5). del CME son las que corresponden de forma
En cambio, en las abuelas universitarias congruente para su análisis.
existe la posibilidad de construir la identi- Desde la teoría sistémica, cuando se ob-
dad a partir de los cambios que van vi- serva a los individuos que tienen un pasado
niendo con esta etapa, se reconocen como y un futuro gregario, se puede ver que se
parte de un proceso. tratan entre sí de acuerdo con formas orga-
“Sí, sí me siento vieja, aunque eso lo nizadas de conducta. Si hay una generali-
percibo en mi cuerpo, como decía mi zación aplicable al ser humano y demás ani-
abuela: Todo por servir se acaba”, pero hay males, es el ser capaces de aprender a
una cosa que no envejece si la mantenemos organizarse. Estar organizados significa se-
activa y esa es el alma, a mí nadie me quita guir modos de conducta estandarizados y
el gusto de disfrutar una buena lectura, una redundantes y existir dentro de una jerar-
rica compañía con mis amigas, una conver- quía. Las criaturas que se organizan grega-
sación de un tema social o político, incluso riamente forman una escala de estatus o po-
de discutir sobre cómo se da mejor una der en la que cada una ocupa un lugar en la
clase que otra… el cerebro no se muere si lo jerarquía, con alguien por encima y por de-
trabajas…” (Participante 1: Profesora uni- bajo (Minuchin & Fishman, 2001; Minu-
versitaria). chin, Nichols & Lee, 2011), de esta manera
En esta frase queda reflejadas las expec- se aprenden o se desaprenden formas de
tativas y condiciones de longevidad, que interacción. Al respecto en las entrevistas se
no tienen que ver con el elemento biomé- puede constatar lo descrito:
dico, sino que concuerdan con lo que la in- “Por supuesto que aprendí a ser abuela,
vestigación en Gerontología crítica femi- por todas mis abuelas, ellas fueron y son
nista valoriza: la cercana interrelación entre
bienestar físico y psicológico y la insisten- parte de lo hoy soy, no sé si soy una abuela
cia en la importancia de la salud como ele- como ellas lo fueron, porque pues sí, a mí
mento predictor básico del bienestar en las me tocó que me cuidaran, eran mamás en
personas mayores, así como en la función todas las áreas de su vida, era lo que se es-
que juegan los ideales positivos en el la peraba de las mujeres, los tiempos cambian
vida de las mujeres adultas mayores, como a mí me tocó ya ir a la universidad, y si algo
factores de sostenimiento anímico y vital recuerdo es la mirada de mis abuelas, era
(Gannon, 1999). como si a través de mí, ellas estuvieran allí

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abuelas universitarias

conmigo en la universidad… no claro, no la presencia de la mujer deja de tener un


soy igual, yo no cocino como ellas, es más signo de excepcionalidad.
no me gusta o sí pero no tengo tiempo para “Si de lo que se trata es de construir nue-
dedicarle horas a un guiso soy más prác- vas pautas de convivencia, recurramos a
tica…. Ahora que lo pienso, no sé si soy una nuestras abuelas. Hay una gran cantidad de
abuela como ellas, pero bueno que le vamos aprendizaje social que podemos realizar a
hacer, esta es la abuela que intento ser para partir de nuestra experiencia de mujeres y
mis nietos…. Mis hijos corrieron por estos como mujeres. Una experiencia que está
jardines [Señala el exterior, la zona verde poco recogida, que está fragmentada” (Ju-
que se ve por la ventana], y también mis liano, 2005, p. 30).
nietos corren ahora; en lo que soy igual a Sin embargo, al igual que en otros ám-
ellas, es que mis nietos son mi sol, yo fui el bitos hay que ser conscientes de que el he-
sol de mis abuelas….” (Participante 5: Pro- cho de que haya más mujeres en sitios que
fesora universitaria). no eran comunes, para las abuelas antece-
Si bien es cierto que el proceso de enve- soras de estas mujeres, en ningún caso ga-
jecimiento femenino no solo viene marcado rantiza cambios de agenda o prácticas desde
por la continuidad en el rol tradicional de perspectivas feministas, si éstas no se hacen
ama de casa y cuidadora, en la actualidad en consciencia e incluso se les estudia, por
están apareciendo otros formas y escenarios eso es necesario combinar la existencia de
de ser abuela, que conceden a las mujeres una reflexión crítica que posibilite el cam-
mayores el medio para disfrutar de mayor bio en las nuevas generaciones, aún per-
independencia, desarrollo y realización per- siste una memoria colectiva en lo que es
sonal. Estas mujeres universitarias que junto aceptado y delegado por las mujeres de ge-
con mujeres en nuestro país que se desen- neración en generación (Muller & Bermejo,
vuelven como políticas, líderes sociales y 2016), por lo que a pesar de los grandes
religiosas de edad avanzada pueden dar cambios, muchas de ellas siguen en la lucha
cuenta de los cambios que se están produ- constante de resistir y ser valiente para ma-
ciendo paulatinamente, en un andamiaje nifestar lo que sí y lo que no desean ser.
que relaciona tanto modelos de identifica- “Mi abuela siempre fue muy autosufi-
ción con figuras de abuelidad, así como ciente, sabia, dicharachera, alegre, plati-
aprendizajes en la interacción con las gene- cona, sociable… Y solo fue a la escuela
raciones más jóvenes, tal como lo expresa hasta cuarto año de primaria, pero nunca
Ruiz-Alberti: hubo nada que lo convirtiera en una mujer
“Se debe reconocer que los contenidos dependiente económicamente, ni de mi
culturales cambian; por lo tanto nos anima abuelo si quiera” (Participante 1: Profesora
a romper con una idea inmovilista de la universitaria).
edad, que fundamentalmente transmite re- “A mi abuela paterna no la conocí. De mi
signación a las personas, y por el contrario, abuela materna, los recuerdos que tengo
hay que motivar a las mujeres mayores a son ya de una mujer mayor, con una gran
que sigan enriqueciéndose social y cultu- trenza que se enrollaba en la cabeza como
ralmente” (2010, p. 21). una corona, a la manera de Josefa Ortiz de
Pareciera que la lucha de la mujer co- Domínguez, que tenía dentadura postiza, la
menzara a tener fruto en la generación que cual se quitaba por las noches y me daba un
hoy le toca ser abuela, como si el linaje fe- poco de miedito-asquito-fascinación… Co-
menino a través de estas mujeres abuelas y cinaba de-li-cio-so, no muchas cosas pero
universitarias pudieran ver a través de sus los frijoles y la sopa de fideo, jamás me
ojos, lo que ellas por mucho tiempo vinie- han parecido tan sabrosos como lo que ella
ron sembrando, como lo refiere Hierro hacía. No era una mujer muy afectuosa.
(2000) y Frexias (2008), facilitando imagi- Viuda joven, fue cabeza de familia y admi-
narios para las nuevas generaciones donde nistradora de sus tierras. Decía que era de

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pérez sánchez

carácter fuerte y seca en su trato. Para mí cuarta categoría: nuevas formas de ser
fue una figura luminosa porque siempre abuela.
veía que le brillaban los ojos de emoción al
vernos a mis hermanas y a mí, que vivíamos Las nuevas formas de ser abuela son los
a 8 horas de distancia y solo pasábamos to- modos concretos con los cuales las nuevas
das las vacaciones con ella. A su manera era abuelidades se manifiestan en una sociedad
cariñosa con nosotros… Pero sobre todo cambiante, pero también son modos con los
recuerdo que me decía Marga-rosa, porque que las mujeres deciden perpetuar de ma-
decía que yo parecía una rosa, que le en- nera libre roles específicos atribuidos a la fi-
cantaba platicar conmigo y contarme histo- gura de la abuela. A partir de lo cual se de-
rias de cuando era joven y andaba de novia, rivan las subcategorías sobre la identifica-
siento que conmigo como con nadie, volvía ción particular que la abuela hace de su pro-
a sentirse muchacha. Nunca me regañaba, pio legado que ha decidido dejar a la si-
tal vez porque era poco el tiempo que pasá- guiente generación, es decir, los modos
bamos con ella, pero nunca la vi como una elegidos de manera libre y voluntaria de ser
mujer dura. Recuerdo también que la cuidé abuela. Las dimensiones del CME que co-
en sus últimos días, que la cargaba en bra- rresponden a esta categoría son las que eva-
zos y la cambiaba y le daba de comer, y re- lúan la flexibilidad ante los cambios y las
cuerdo que un día antes de morir me reco- trasformaciones, así como actitud reflexiva
noció y me vio con ese amor que siempre y expresiva.
me hizo sentir. Mi madre fue muy dura y Es la vinculación con la consciencia so-
nada afectuosa con nosotros, por lo que el cial de que se vive en una época de trasfor-
amor de una madre lo sentí de mi abuela…” mación, que supone un corte radical con el
(Participante 3: Profesora universitaria). pasado y es la consciencia de ruptura y dis-
“Creo estoy aprendiendo a ser abuela, continuidad la que estimula la aparición de
conforme voy conociendo más a mi nieta, una cultura de preservación, de memoria
ella me invita a ser abuela… Claro que mis del pasado común, que se convierte en re-
abuelas me enseñaron, sobre todo lo que ferencia cultural de la propia sociedad mo-
no quiero ser, ellas fueron muy frías en sus derna (Ross, 1999). Como puede verse en lo
emociones, creo no es que quisieran serlo, compartido por las entrevistadas en los si-
sino que así aprendieron a serlo también, guientes fragmentos:
por ello yo no quiero ser así, yo seré muy “… Yo como abuela. No me dedico a
cariñosa, juguetona, y si mi nieta es poco cuidarlo [refiriéndose a su nieto], me dedico
expresiva, yo la haré bastante expresiva” a acompañarlo y disfrutar su compañía. Le
(Participante 4: Abuela no universitaria). enseño muchas cosas, palabras, juegos, a ser
Es decir, de lo anterior se puede inferir, ordenado, a ser afectuoso, a respetar, pero
que así como ellas se identificaron con sus no de una manera impositiva. Soy una
abuelas, aprendiendo de ellas e incorpo- abuela muy alegre… y muy platicadora.
rando estilos y formas a su quehacer de Creo que la mayor diferencia es que me
abuela, así ellas se visualizan en una inter- pongo más al nivel de mi nieto…” (Partici-
acción recíproca de continuidad identitaria pante 3: Profesora universitaria).
con sus nietos, tratando de enseñar maneras “Creo que lo que convivimos hace la di-
más flexibles y acordes a este momento so- ferencia, hablo con mis nietos sobre la vida,
cial, histórico y cultural que viven, inclu- dudas, me preguntan sobre lo que hago en
yendo a mujeres que no conviven en la vida mi profesión, ellos han convivido en mi lu-
profesional y académica de la docencia gar de trabajo, conocen mi oficina, mis
universitaria (Miralles, 2010). compañeros, platican con ellos, eso creo es
lo diferente, hay mucha confianza entre nos-
otros, incluso me corrigen en como men-
ciono algunos términos modernos, que si el

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abuelas universitarias

WiFi, el whatsapp, etc. Y no me molesta, dificaciones son un reflejo de la creciente


hay intercambio eso es, hay intercambio participación de las mujeres en las institu-
entre nuestras pláticas siempre aprendemos ciones de educación superior, así como su
algo… y aunque es diferente a como a mi participación en el mercado de trabajo y
tocó vivir con mis abuelas, al final esto es que por lo tanto, permite la presencia de
lo importante la abuela transmite un legado nuevas identidades genéricas. Cuestionando
a sus nietos, y que los amo tanto [se llenan el rol tradicional, la educación que recibie-
ron fue un instrumento fundamental de
sus ojos de lágrimas]” (Participante 5: pro- toma de conciencia de su propia identidad y
fesora universitaria). con el que conseguir autonomía, individua-
“Juego, brinco, corro con ella, creo que lidad y, por lo tanto, libertad (Serdio, 2012).
esto no lo hubieran hecho las abuelas de an- Como puede apreciarse en las descrip-
tes… me canso mucho sí, pero me llena de ciones elegidas que hacen las abuelas parti-
energía sus visitas” (Participante 2: Profe- cipantes, hay una marcada diferenciación en
sora universitaria). las formas de relacionarse con sus nietos, se
“Bueno creo que soy diferente, no me asumen que estas formas son decididas por
siento vieja, no me siento abuelita, de ellas de ser abuela -el estilo propio- es la
chongo y reboso, me mantengo en contacto contribución a un legado familiar.
siempre, a diferencia de mis abuelas en las Así también se puede apreciar cómo las
abuelas se perciben como fuente de amor
que la relación fue algo distante y fría, incondicional, compañeras de juegos, dife-
bueno más bien muy solemne, muy de re- renciando el cuidado tradicional con el que
verencia, de hablar de usted, nunca se me ellas han elegido, esto coincide con lo que,
ocurriría que podía hablarle por su nombre Triado, Martínez y Villar (2000) ya mencio-
a mis abuelas, y sin embargo conmigo mis nan, en relación con la forma de establecer
nietos me tienen confianza y hasta me ha- el vínculo de abuela y la edad de ésta. Los
blan y me dicen por mi nombre; como ami- abuelos más mayores se perciben en mayor
gos... Esa es la diferencia mayor que en- porcentaje como modelo de envejecimiento
cuentro, no hay tanta solemnidad en mi y ocupaciones, y fuente de comprensión de
relación con mis nietos” (Participante 7: sus nietos (González et al., 2010).
Abuela no universitaria). Manifestando así entonces actitudes y
Ya en el siglo pasado, Neugarten y posturas de flexibilidad ante los cambios y
Weinstein (1964) realizaron una tipología las transformaciones que misma etapa de
de estilos de ser abuelo/a, y que hasta la fe- vida les demanda, así como también una
cha sigue siendo uno de los estudios más re- actitud reflexiva y expresiva, acentuando
ferenciados, los autores señalaron que exis- la capacidad de adaptación; es decir en al-
ten los abuelos divertidos, formales, distan- gunos casos son respuestas ambivalentes,
tes, cuidadores sustitutos y portadores de re- tanto para el grupo de universitarias como
serva de conocimiento. Esta clasificación la para el de no universitarias; pero fueron
realizaron en base a la valoración de facto- más constantes las narraciones a procesos
res que inciden en el estilo que se ejerce y adaptativos y de saberse distintas en algún
se desempeña en este nuevo rol, y en donde grado con sus abuelas o mujeres predece-
la variable género, ha sido una de las más soras.
investigadas y sobre las que más informa-
ción se posee. Desde entonces numerosas Quinta categoría: relaciones intergene-
han sido las investigaciones que intentaron racionales familiares.
clarificar la topografía de la díada abuelo/a
nieto/a y las repercusiones psicoafectivas y Las relaciones intergeneracionales fami-
de desarrollo que tienen para ambos. liares son las que se establecen entre perso-
Sin embargo, los estudios desde una nas de distintas generaciones, que convi-
perspectiva de género -sobre las nuevas for- ven en un mismo tiempo, y que benefician
mas de ser abuela- concluyen que estas mo- al desarrollo integral. Así, la subcategoría

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pertinente para el análisis fue la que tenía como con generaciones más jóvenes:
relación con los modos de interacción con “Mi relación con mis nietos es muy
los nietos de las mujeres que fueron entre- buena como te he venido diciendo, es de
vistadas, así como con las dimensiones del amigos, no me cuesta trabajo relacionarme,
CME que evalúan lo concerniente a la di- me ha sido más fácil que cuando fui madre,
versificación de apoyos e ideales y las rela- no sé por qué razón, creo ahora mi rol es
ciones intergeneracionales que desarrollan mas de apapachar, cuidar, proteger, pero sin
las mujeres en esta etapa del ciclo de vida esa carga de los padres… somos cómplices,
en la que se encuentran. aunque nunca le resto autoridad a sus papás,
Diversos estudios dan constancia que los para eso están… Me encanta que salgamos
cambios estructurales en la época moderna, a pasear, o que vengan a visitarme, pero
han contribuido al llamado fenómeno de la también en ocasiones les digo, hoy no
verticalización familiar, es decir, hoy más puedo, voy a salir con mis amigas, o tengo
que nunca diferentes generaciones convivi- un compromiso en la universidad, o sim-
rán juntas (Pérez et al., 2014). Esto brinda plemente en ocasiones también me atrevo a
la oportunidad para resignificar los modos decirles, no puedo estoy cansada fue un día
de coexistencia; siendo así que los abuelos o una semana pesada (esto pasa siempre a
por primera vez en la historia pueden con- finales de semestre… ellos ya saben, como
vivir con hijos, nietos y hasta bisnietos. me pongo)… te digo tengo mucha con-
“Los cambios que la estructura familiar fianza con ellos y no pasa nada…” (Parti-
occidental ha ido experimentando durante cipante 5: Profesora universitaria).
las últimas décadas (un menor número de “Lo cuido formalmente – en forma com-
miembros por generación por el descenso partida con su abuelo y su otra abuela, dos
de la natalidad y una mayor coincidencia de o tres tardes por semana. Pero además siem-
múltiples generaciones dentro de una misma pre que puedo me lo llevo de compras, a
familia debido al aumento de la esperanza fiestas familiares o a la playa (dos veces por
de vida), han contribuido a que las relacio- semana por lo regular). Lo que hacemos
nes intergeneracionales y, entre ellas, las todo el tiempo es que jugamos (ya tengo
que se establecen entre abuelos y nietos, una tendinitis rotuliana por andar tanto a ga-
hayan tomado una especial relevancia den- tas y en cuclillas), leemos libros, aprende a
tro del mundo científico” (Celdrán, 2004, p. usar mi iPad y mi computadora, le damos de
252). comer a sus gatos, lo pongo en la bañera a
Aunado a ello, Montpetit, Nelson y Ti- jugar con agua, vamos al parque, corremos,
berio (2016) sostienen que el tipo de rela- nos escondemos, en fin, paso unas tres ho-
ción intergeneracional que se genere dentro ras super divertida… y agotada! Bueno,
o fuera de la familia favorece la mejoría también le doy de comer y lo acuesto a dor-
del bienestar subjetivo de las personas ma- mir, porque mi hija no vuelve hasta las
yores y a protegerlas de los sentimientos de nueve de la noche” (Participante 3: Profe-
soledad (De Jong Gierveld, Dykstra & sora universitaria).
Schenk, 2012), por lo que establecer lazos “Seré sincera, no quiero ser la abuela
cercanos y que además permitan la diversi- ruda y que le tengan miedo, o que sea la
ficación de recursos, apoyos y de ideales o abuelita que siempre está trabajando y de
valores, tanto para las futuras generacio- prisas, no, es mi responsabilidad acercarme
nes, como para las pasadas resulta impor- a ellos, yo soy quien debe propiciar la rela-
tantísimo para el impacto e influencia en un ción, ellos son chiquitos, aprenden de los
afrontamiento hacia el envejecimiento de adultos” (Participante 7: Abuela no univer-
tipo saludable. sitaria).
En las narraciones de las participantes “Disfruto su compañía, tengo dos nietas
esto queda manifiesto, al detallar cómo es mujeres y un nieto hombre, este fue el pri-
su tipo de relación tanto con sus nietos mero… Son tan diferentes cada uno, que

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abuelas universitarias

debo ser diferente también como abuela… factores decisivos que van a incidir en la
Pero a todos los amos, de manera diferente, fórmula personal con que cada mujer lo en-
pero los amo… cada uno también conmigo frentar. En este sentido, los factores educa-
tiene una relación distinta… No sé cómo tivos, las experiencias de aprendizaje, el
explicarte, bueno si eres madre me entien- entrenamiento personal, la relación inter-
des, cada persona es distinta por eso no generacional y con el entorno, las motiva-
puedo decirte con exactitud como es mi re- ciones vitales, el estado de salud y econó-
lación con mis nietos, porque con cada uno mico van a ser variables mucho más deci-
es particular… Si algo agradezco a la vida sivas que la edad (Freixas, 2005).
es esto, ser abuela es hermoso…” (Partici-
pante 9: Abuela no universitaria). sexta categoría: relaciones con otras
“Me gusta hablar con ellos, que me pla- mujeres contemporáneas (Familia y ámbito
tiquen sus alegrías, sus preocupaciones, sus profesional).
deseos, y solo quiero complacerlos en todo”
(Participante 1: Profesora universitaria). Las relaciones con otras mujeres con-
“No, mi vida no es monótona, por el con- temporáneas se refiere a cómo se organizan,
trario, hoy en la noche me voy a reunir con se apoyan, propician el intercambio de ex-
unos amigos para celebrar el gusto de estar periencias, con el propósito de generar vín-
juntos y planear unas actividades… Mi vida culos que les provean conocimientos que
no gira en ser solo abuela o madre, o profe- ayudan a trasformar modos específicos de
sora, tengo muchas maneras de ser” (Parti- convivencia. Las subcategorías correspon-
cipante 6: Profesora universitaria). dientes son las que permiten explorar el
De igual manera los comentarios desta- tipo de redes de apoyo que se generan entre
cados, también tienen una coincidencia con mujeres y como lo vivencian las entrevista-
los estudios que se describen en las pasadas das. Así también, en el análisis de las di-
categorías, en donde se enfatiza que las nue- mensiones del CME se identificó su rela-
vas abuelas están resignificando sus formas ción con la diversidad de apoyos y la actitud
de establecer su relación con los nietos, y reflexiva expresiva de cada participante.
esto se vive no solo en la intimidad de la Esta categoría se refiere al concepto de
vida familiar, sino que también se hace pre- sororidad, concepto que alude a la posibili-
sente en otras esferas sociales de estas mu- dad de resignificación y coexistencia entre
jeres entrevistadas, poniendo el acento en el mujeres. Nace en el seno de los movimien-
cómo experimentan este momento de su tos feministas y es un aporte de una figura
vida: ser abuela, estar en proceso de enve- académica referencial del feminismo con-
jecimiento, ser mujer, entre otras. temporáneo como lo es Lagarde (1997,
“No se trata de romper con el pasado, se- 2006). Y no se suscribe solo al ámbito fa-
gún he podido deducir de lo que manifies- miliar, sino a todo escenario en donde las
tan las mujeres, sino de reconducirlo, de mujeres tengan convivencia o interrelacio-
aprovechar la experiencia y potenciar lo po- nes.
sitivo en un nuevo espíritu amplio, gene- “Desde la perspectiva feminista surge el
roso, capaz, entusiasta, lúcido”. Esta mi- término sororidad. Esta palabra se deriva
rada tiene en cuenta, por ejemplo, que: del latín soror, hermana, e -idad, relativo a
“Nuestro presente es un conglomerado de la relación paritaria entre mujeres. Es decir,
cosas excelentes y cosas tremendas, en el se trata de una alianza entre mujeres que
que todas suceden a la vez y configuran propicia la confianza, el reconocimiento re-
una enriquecedora complejidad” (Riviere,
2000, p. 35). cíproco y el apoyo” (Martínez, 2014. s.pp).
En resumen, a la hora de valorar el pro- Las mujeres por naturaleza han desarro-
ceso de envejecimiento femenino la viven- llado recursos que en la edad mayor se con-
cia personal y la manera de afrontarlo son vierten en poderosas fuentes que limitan su

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vulnerabilidad, estas fortalezas son las redes nal como en el cuidado de la comunidad
de amistad, vecindad y comunidad que se creada con otras mujeres. Por ello para las
presentan como espacios de apoyo y soli- teóricas de los estudios de género, la soro-
daridad -o mejor dicho de sororidad- con el ridad constituye la esencia de la ética fe-
cual pueden dar o resignificar su sentido menina -a la par de ser un proceso de em-
de vida, en un tiempo -como es el proceso poderamiento- porque favorece la crítica
de envejecer- en el que se hace necesario re- reflexiva de la construcción social y cultu-
organizar y diversificar la escala de valores, ral de ser mujer, sea niña, joven o en nues-
de ideales (Coria, Freixas & Covas, 2005). tro caso mujer grande, como lo diría Hierro
“… la mayoría de la mujeres de mi fa- (2000), llegar a ser una mujer mayor en
milia, es decir, mis compañeras de genera- este tiempo histórico, social y cultural, es
ción: primas y hermanas fuimos universita- llegar al tiempo que ofrece esperanza, pues
rias, en mi familia no hubo eso de “como por primera vez en la historia de la mujeres
mujer debes casarte y tener hijos”… afor- mayores se vinculan y se expresan como su-
tunadamente siempre se nos insistió en que jetas de su propia historia, protagonistas y
a través de la educación es como la gente se agentes activas de su madurez, de su vejez
supera, aunque no todas decidimos lo e incluso de su muerte (Witt, 2005).
mismo, unas se casaron y se dedicaron al “Definitivamente esto es más fácil [hace
hogar, yo no, no me esforcé tanto para aca- referencia a su convivencia en la universi-
bar partiendo cebollas y limpiando una dad con colegas], casi se puede decir que
casa; pero aún así nos respetamos y quere- veo más a ellas como mi familia, convivo
mos mucho, siempre creo nos mostramos todos los días, conozco sus problemas, cri-
solidarias ante cualquier problema fami- sis por las que han atravesado, y en la me-
liar…” (Participante 5: (Profesora univer- dida que puedo ayudo, aunque sea solo es-
sitaria). cuchándolas; aunque no quiero pintar un
Una de las características de la sororidad panorama fantasioso, hay también mucha
es que agrupa a las mujeres, no importa competencia, pero creo no somos nosotras,
cuales sean sus historias o sus formas de es el sistema en el que estamos inmersas lo
asumirse, la sororidad genera esa unión que hace que entremos en esa dinámica, la
comprensiva y de acompañamiento solida- cuestión es que pasa desapercibido, yo me
rio de género, aún cuando sea totalmente he dado cuenta, me observo, me veo y si es
antagónico la manera de enfrentar la vida. doloroso confesarlo, también no he sido so-
La socialización de género ha facilitado las lidaria con otras mujeres, porque no me
conductas de cuidado y atención, cuestiones conviene o porque no encuentro nada que
claves para una vivencia positiva en la etapa me identifique; sin embargo con otras no ha
de la vejez (Freixas, 2008). sido así…” (Participante 5: Profesora uni-
“Bueno, esa es una pregunta difícil, de versitaria).
mi edad solo primas tengo, soy la hija ma-
yor; y mi relación con ellas es buena pero “En una ocasión me dijeron que en los
distante cada quien está muy concentrado trabajos no hay amigas, si es verdad debes
en sus cosas, su familia, convivimos en cuidarte, pero si tengo amigas, si sí tengo
eventos familiares, y sí siempre tienes más amigas, pero la familia es diferente, creo ser
afinidad con algunas y con otras es más más leal a las mujeres de mi familia…”
educación que vínculo, pero creo que de (Participante 1: Profesora universitaria).
mi parte si ocuparán algo por supuesto que “Sí soy muy activa socialmente con otras
apoyo, somos mujeres, es nuestra naturaleza mujeres, participo en actividades grupales:
creo…” (Participante 7: Abuela no univer- grupo de ejercicio, de natación, de litera-
sitaria). tura, amigas, siempre amigas y hermanas…
Estos vínculos con otras mujeres pro- Si fuera necesario, buscaría apoyo en otras
veen conjuntamente, una gran actividad e personas y en mis compañeras, de hecho, lo
implicación, tanto en la propia vida perso-

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abuelas universitarias

busco, tengo distintas redes de apoyo (Par- En referencia al envejecimiento y las


ticipante 6: Profesora universitaria). nuevas formas de ser mujer, esto querrá de-
Esta categoría revela una gran capaci- cir una manera distinta de asumirse, identi-
dad reflexiva de las participantes entrevis- ficarse con otras mujeres, que ayude a que
tadas sobre sus propios procesos que como las siguientes generaciones cosechen lo que
mujeres están viviendo, y pone de mani- con gran esfuerzo estas nuevas abuelas tra-
fiesto la necesidad de dar a conocer la com- bajaron, mujeres que vivieron la era de sur-
plejidad que conlleva envejecer, y envejecer gimiento del movimiento feminista, la píl-
siendo mujer, esto constituye uno de los re- dora anticonceptiva y la leche maternizada,
tos de la Psicogerontología en el plano de la factores que propiciaron el escenario para
investigación, puesto que muchos de los grandes cambios sobre el ideal reduccio-
factores que hasta el día de hoy han carac- nista de la mujer maternal (Freixas, 2007).
terizado a la mujer mayor, se están modifi- “Bueno algo que tengo claro es que no
cando sustancialmente y esto será mayor seré eterna, pero que cada momento de la
en las siguientes generaciones (Freixas, vida, es una oportunidad para aprender algo,
2008), tal como lo expresa esta profesora y eso es lo que me sucede en esta etapa, la
universitaria: sensación es de volver a ser niña, y realizar
“Muchas preguntas las había reflexio- con mis nietos lo que me quedo pen-
nado ya, sin embargo escribirlas y narrarlas diente…. Ves, la vida te da siempre la opor-
junto con otra mujer, me generó mayor ob- tunidad…” (Participante 7: Abuela no uni-
jetividad en lo que está siendo vivir este versitaria).
proceso de envejecimiento… te agradezco “Considerando que mi hija ve como
que hayas pensado en mí para participar en interactúo con su hijo y le gustan mucho las
esta investigación” (Participante 5: Profe- cosas que hago con él, creo que está tam-
sora universitaria). bién aprendiendo a ser una abuela como
yo. Que ante todo ve a los nietos como una
séptima categoría: creatividad y gene- fuente de regocijo” (Participante 3: Profe-
rosidad. sora universitaria).
“Cuando voy con mi madre, le doy la
Creatividad y generosidad son los senti- mano para ella baje los escalones. Cuando
mientos de amor y gratitud por lo vivido, y voy con mis hijas, ellas me dan la mano
el deseo de trascender dejando un legado en para que yo baje los escalones” (Partici-
la siguiente generación. Esta categoría se re- pante 6: Profesora universitaria).
fiere a la trascendencia simbólica, es decir, “Me retiraré en un tiempo próximo, amo
el permitir a las generaciones siguientes la lo que hago en mi profesión, pero sé que
continuidad de las tareas, pasar la estafeta, debo retirarme, no porque me asuma vieja,
sensación de satisfacción con lo alcanzado, no me siento así [aquí hace referencia a
y es uno de los rasgos a valorar para deter- perder capacidades cognitivas]; pero creo
que ya es tiempo de hacer cosas diferentes,
minar si existe un envejecimiento patoló- quiero disfrutar de viajar, escribir por es-
gico o saludable, desde la perspectiva de la cribir, platicar con mis amigas… Quiero sa-
Psicogerontología (Zarebski, 2005). Por lir de mi vida rutinaria con lo que respecta
ello, la subcategoría congruente a esto fue lo a mi profesión.” (Participante 5: Profesora
relacionado con los modos con que las mu- universitaria).
jeres evaluadas visualizan la manera en que “Ver a mi familia, lo que se quieren y lo
la siguiente generación vivirá y aprenderá unidos que son, será mi balance y diría ‘Qué
de lo que ellas dejan como legado, y cómo bonita familia me tocó’ y me siento muy or-
esto se relaciona con las dimensiones ex- gullosa de ellos” (Participante 9: Abuela no
pectativas y condiciones de longevidad, au- universitaria).
tonomía y dependencia, y con la actitud re- Los comentarios destacados confirman
lo que expone Burin (2000, p. 3):
flexiva y expresiva, evaluadas en el CME.

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“Entre las abuelas transicionales y las generaciones más jóvenes, abonando nue-
innovadoras también podemos hallar los así vamente a la idea o concepto de sororidad
llamados deseos nómades deseos variados, descrito con anterioridad (Tobío, 2002).
diversos, que incluyen experiencias a partir En resumen, el análisis y discusión de los
de representaciones genéricas variadas, no resultados de las categorías descritas ante-
dicotomizadas femeninas o masculinas; así riormente, muestran que si bien las abuelas
como deseos que habrán de ser desplegados de hoy en día sean universitarias o no uni-
mediante representaciones no sólo en el ám- versitarias, están vivenciando trasforma-
bito privado, como en las abuelidades tra- ciones en sus modos de ser y de asumirse
dicionales, sino también en el ámbito pú- como mujer en función de abuela, sin em-
blico, no en un único espacio subjetivo y bargo puede notarse una diferencia en las
social, sino en todos aquellos que enri- mujeres universitarias por su acercamiento
quezcan el vínculo entre abuelas y nietos. a la formación educativa superior y el de-
Son deseos sin un centramiento, sin una fo- sempeño profesional, el cual les ha brin-
calización estricta, que fluctúan entre di- dado mayores recursos y oportunidades de
versos objetos”. reflexión crítica de su condición de ser mu-
Las mujeres de hoy se perciben como jer y por ende su ser mujer mayor en fun-
una generación de trasformación, radical- ciones de abuela.
mente diferente de sus propias madres, pero Así también el ámbito académico les
también de sus hijas cuyo futuro culminará, brinda a estas abuelas universitarias, el
estableciendo, el camino que ellas iniciaron, campo propicio para el cultivo de una ima-
lo que puede valorarse como una actitud gen de mujer mayor mas allá del plano del
reflexiva y expresiva, así como de genero- cuerpo físico, generando una resignifica-
sidad ante el propio proceso de envejecer. ción del propio proceso de envejecer. Sin
Muchas de ellas son las iniciadoras de un embargo, esto no es el común mayoritario
nuevo linaje femenino, por lo que las hijas del colectivo femenino, por lo que inspira a
y las nietas son las depositarias de ese deseo la investigación como a la reflexión teórica
de continuidad en un futuro que solo podrán empírica sobre la necesidad de llevar estas
realizar a través de lo que alcancen la ge- temáticas a la conversación, al diálogo, a la
neración más joven de mujeres que vienen reflexión en conjunto de las mujeres (sean
caminando atrás y a lado de estas nuevas universitarias o no), en aras de la construc-
abuelas (Sontag, 1982). ción conjunta de un entramado de expe-
De igual forma en lo concerniente a los riencias y saberes y así enriquezcan su le-
sentimientos de vejez, expectativas de lon- gado generacional, construyendo una
gevidad, de autonomía o dependencia, en cultura de la sororidad (Kubissa, 1995).
sus relatos puede percibirse la sensación de
satisfacción y de gratitud por el momento
que a ellas les toca contemplar, es decir, re- Conclusiones finales
coger el fruto de un trabajo arduo. La idea
central que transmite esta generación de Las abuelas universitarias ejercen un tipo
mujeres a la siguiente -a sus hijas y nietas- de configuración vincular tradicional al de
es que lo principal, por lo que ellas tanto tra- la mujer maternal, sin embargo es clara la
bajaron, es su propia autonomía individual existencia y la disposición a construir la
concretada en su capacidad para mantenerse propia identidad en continuidad a través de
a sí mismas. los cambios obvios de la edad, es decir, se
Esto no es algo menor, se trata de un alejan del significado de abuelidad sinó-
proceso de resignificación colectiva del que nimo de pasividad y dependencia, se asu-
se sienten y son parte y que vincula a las men como abuelas activas y en constante
mujeres de ahora con las de otras épocas autorreflexión de sus funciones y roles con
que iniciaron el camino y también con las los nietos, en concordancia con los mo-

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abuelas universitarias

mentos históricos que como mujeres les Las modalidades diversas y de trasfor-
tocó vivir. mación de asumir la forma de ser abuela,
Las abuelas universitarias son las muje- son un reflejo de los cambios que se han vi-
res que tuvieron la oportunidad histórica de vido en esta época posmoderna, la inserción
cuestionar y romper paradigmas, y esto se en el escenario público de la mujer ha pro-
ve reflejado en su identificación con el li- vocado que puedan resignificar y contri-
naje femenino de sus familias, tienen claro buir con estilos nuevos, si bien es cierto
lo que no desean repetir, pero también tie- nuevamente aquí queda claro que el acceso
nen claro lo que sí quieren y que deciden a la educación superior y al mercado labo-
elegir como suyo, por ende darle su acento ral ha roto paradigmas tradicionales en el
personal en el entramando familiar, hacién- rol que desempeña la mujer en la sociedad,
dolo manifiesto en las nuevas formas que aun en las mujeres que no tuvieron la opor-
han encontrado de relacionarse con sus nie- tunidad de ir a la universidad se puede ver
tos. una ruptura en los patrones acostumbrados
En las abuelas universitarias puede ob- a ver en una abuela.
servarse un cambio en el significado inter- Ambos grupos de mujeres entrevistadas
subjetivo de ser abuela y que se ve reflejado rescatan los modos tradicionales aprendidos
en sus sensaciones de ser vieja así como sus de sus propias abuelas, pero haciendo cam-
expectativas y condiciones de longevidad, bios acordes al tiempo que viven. El rasgo
su función de abuela se ve enmarcada por lo más destacado es en cuanto a su cercanía y
que han ido construyendo con el paso de los libertad de expresar sus sentimientos, re-
años en su ámbito profesional y docente, duciendo la percepción de la figura de la
quizá el estar en un contexto académico fa- abuela lejana, altamente reverenciada y en
vorece la germinación de esta manera de ocasiones, temida.
verse y de reflexionarse a sí mismas, y de De tal forma ambos grupos vivencian y
alguna manera la facultad al desarrollar más propician sus relaciones con sus nietos de
plenamente una especie de competencias formas más igualitarias y democráticas, sin
socioemocionales, que permiten que puedan el halo de solemnidad que ellas vivieron
experimentar esta etapa de vida con mayo- con sus abuelas. Esta manera de asumirse
res recursos (Mikulic, Radusky & Crespi, como abuelas posibilita formas protectoras
2015) . antes las pérdidas que se viven en esta etapa
No así en las abuelas no universitarias en de vida, es decir, la posibilidad de vincu-
donde aún persisten los sentimientos de mi- larse con las generaciones más jóvenes, de
nusvalía y pérdidas ante el paso del tiempo, manera más flexibles y diversas, propicia el
es decir a estas mujeres les cuenta más tra- campo fértil para contar con diversidad de
bajo desfigurar ideas heredadas de otras ge- apoyos y recursos intergeneracionales.
neraciones en donde ser viejo es sinónimo Así también, para las abuelas universita-
de pasividad. rias, como para las no universitarias, el
En las abuelas no universitarias, los cam- apoyo de otras mujeres en su vida es muy
bios son menos notorios sin embargo, pue- importante, y un recurso con el cual se li-
den apreciar cambios en sus formas de asu- mita su vulnerabilidad de género, pueden
mir su función de abuela. Se observa su existir desacuerdos en cómo se vive y se en-
vinculación intergeneracional, no como una frenta la vida, pero el hecho de ser mujeres
responsabilidad solo de ellas sino en con- las hace unirse y pensarse en colectivo. Por
junto con la familia y la pareja, y con inter- ello, este es el hallazgo más importante que
cambio en los roles específicos de su gé- se subraya de esta investigación, ya que
nero, es decir la mujer puede ser más aunque se saben solidarias, y han imple-
competitiva y activa y el hombre puede ex- mentado diversas formas de manifestarla, es
perimentar funciones de cuidado y de acer- necesario el reconocimiento de estas for-
camiento emocional con los nietos. mas, dialogarlas y llevarlas al plano de la re-

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flexión, hacerlas visibles a ellas mismas no tudiar el ámbito privado de ellas y sus ex-
como cualidades naturales e intrínsecas fe- periencias de vida con otras mujeres.
meninas sino como un acto altamente ético Al respecto, y continuando con esta in-
político de empoderamiento y resignifica- vestigación, se está trabajando ya desde un
ción profunda de la mujer, y sobre todo de diseño socioconstruccionista, basado en los
la mujer en el proceso de envejecimiento. modelos de la narrativa de Michael White y
Finalmente, tanto en un grupo de abuelas el modelo colaborativo de Tom Anderson,
como en el otro, se aprecian similitudes, un proyecto denominado Sororidad en los
ambos grupos asumen que tiene un legado procesos de envejecimiento, y que hasta
que dejar a la siguiente generación. Aunque este momento lleva ya trabajados dos con-
ciertamente, las mujeres universitarias tie- versatorios dialógicos colaborativos.
nen mayores recursos y capacidades de re- El objetivo general de los conversato-
flexión crítica sobre como desean hacer esa rios con mujeres (académicas y no acadé-
trasferencia, y lo que ellas harán al salir del micas) es realizar un ejercicio de auto-re-
escenario y dar paso a la nueva generación, flexión con sentido crítico sobre la expe-
en una muestra de alta capacidad creativa y riencia de ser mujer en proceso de enveje-
de generosidad. cimiento. De tal manera que se generen nue-
Por lo que, al finalizar esta aproximación vas formas de comprensión de la experien-
exploratoria del tema, queda claro que fi- cia que están viviendo, y que todo ello
gura un espacio para abrir una reflexión contribuyera a generar una ampliación de
más profunda. A años de logros en derechos alternativas que resulten en trasformaciones
e igualdades en el plano público de la vida de su realidad con un impacto favorable y
de las mujeres, aún queda por trabajar y es- beneficioso en sus vidas.

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Figura 1. Tipología de culturas de acuerdo con la atribución de saber y conocimiento.

Cuadro 1
datos sociodemográficos de las participantes

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Cuadro 2
dimensiones elegidas del cMe (Zarebski, 2011)

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Cuadro 3
clasificación de categorías de análisis

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Fecha de recepción: 15 de junio de 2016


Fecha de aceptación: 30 de agosto de 2017

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abuelas universitarias

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