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familiar*
University grandmothers: Professional roles and functions in the family
Lucía Pérez Sánchez**
overlapping of the woman in roles and roles tional ones. Thus, the recognition of the activity
that pass her, trying to perfectly and successfully of the grandmothers can motivate in the impro-
fulfill the labor duties and without missing the vement of the social image of older women,
demands of motherhood. As well an investiga- against subtracting the culture of old. Thus, the
tion of mature women in aging processes but in purpose of this work was to evaluate the role of
relation to the body exploring from perspectives university and professional grandmother in fa-
of pathological aging or with dyes towards ac- mily dynamics, from the subjectivity of women
tive and satisfactory aging, being proposals in and explore the transformation of their identity,
which the value of doing over the Being of the their configurations, and their legacy to the next
woman is emphasized. However, it should be generations. Through a qualitative exploratory,
noted that there are no references to research on transverse and non-experimental study in which
specific adult work in the labor market in diffe- 10 volunteer women, aged 40 years and older,
rent contexts, but on what has happened to the were evaluated by continuous inclusion for con-
family relationship of the role of the grandmo- venience, with in-depth interviews, and the age-
ther who is also inserted in the public world, old questionnaire (CME) was also applied.
there are no references. The education of women
in Mexico, from the time before the arrival of Key words: Grandparenting; Grandparenthood;
Spain and until the mid-twentieth century, was Family function; Female aging; Identities and
marked by education for domestic tasks: mater- binding configurations.
nity, home care, child care, and other activities
Home care, the history of women's college edu-
cation contains elements of exclusion and in- Introducción
clusion. Those who at that time gained access to
the university developed strategies to overcome Ser abuelo no es solamente un cambio
these setbacks. For women to enter the univer- importante en la persona que lo experimenta
sity, many struggles had to happen between op- (con el cual necesitará redefinirse a sí
posing forces that did not conceive that there mismo, así como su posición en la familia),
were different alternatives for women and not sino que también puede ser un factor de in-
just being a mother and a wife. The first univer- fluencia de primer orden en el desarrollo de
sity students entered in careers and placed them- los nietos (Pinazo & Lluna, 2011).
selves in professional environments, which did En este contexto, las relaciones interge-
not represent strong confrontations with the con- neracionales en general y los vínculos que
ceptions of gender of the time. Thus, their pro- los abuelos entablan con los nietos, adquie-
fessional and academic achievements reflected ren un interés entonces mayor, ya que en la
the interplay between their desires and what actualidad el número de personas que llegan
they were allowed according to their socio-cul- a ser abuelos es mayor, así como el tiempo
tural context of the historical moment in which (años) que la convivencia de este vínculo es
they lived. The education of women brought the experimentada, por ello hace necesario re-
discovery of their lives, questioning, reflecting, alizar estudios, en gran medida de tipo cua-
discussing and criticizing their status as women. litativo, que ayuden a profundizar en ca-
However, a question arises: Does university life, racterísticas psicológicas que se presentan
the professionalization of women, have changed en esta dinámica relacional (Castañeda,
Roles that are played within the family? Are Sánchez D., Sánchez A. & Blanc, 2004;
university grandmothers assuming themselves as Castro, 2007; Diale, Longobardi & Sclavo,
women conscious of being grandmothers or mo- 2008; Pinazo & Lluna, 2011; Rico, Serra &
thers autonomously and independently of what Viguer, 2001; Ruiz, Pineda & Valencia,
society expects of them? It is therefore important 2009; Sims & Rofail, 2014; Triadó, Martí-
to address the issues related to the grandparen- nez & Villar, 2000; Wellard, 2013).
thood from the feminine, family, identities and Así también, de manera común la abue-
the new or alternate configurations to the tradi- lidad ha sido asociada a lo femenino, ya
que tanto los cuidados como el juego con familia; acostumbradas a esa exclusión de
los nietos suelen estar más cerca de lo que sus derechos ciudadanos, no vieron los be-
se ha caracterizado como actividades feme- neficios que tendría con la obtención del de-
ninas. Sin embargo, estudios recientes recho al voto.
muestran como los varones han ido acer- Para que la mujer pudiera incursionar en
cándose a roles atribuidos a la mujer el ámbito universitario, tuvieron que pasar
(Osuna, 2006). muchas luchas entre fuerzas opositoras que
Si se agrega además el hecho que en el no concebían la existencia de alternativas
Siglo XXI se disfrutan los logros que trajo diferentes para la mujer y no solo el hecho
el movimiento feminista, en donde la pers- de ser madre y esposa. Sólo el movimiento
pectiva de género ha permitido tener una vi- del feminismo abrió la cultura a las mujeres,
sión crítica de las determinaciones sociales al concebir: “el descubrimiento, la creación
del rol impuesto y modificarlo, junto con las y la práctica de la cultura femenina, que
instituciones que lo propician (familia, es- persigue el objetivo político de realizar la
cuela, iglesia, etc.) de manera que se ajuste revolución de la vida cotidiana… la crea-
a los intereses femeninos (Hierro, 1990), ción de una educación sin distinción de gé-
entonces interesa conocer cómo específica- neros” (Hierro, 1990, p. 15).
mente la educación ha impactado estas nue- La historia de la educación universitaria
vas formas de definir el ser mujer y a su vez de las mujeres contiene elementos de ex-
esto ha modificado los modos de ser abuela clusión e inclusión. Las que en ese mo-
y cómo esto implica transformaciones en el mento lograron acceder a la universidad
tipo de vínculo que se entabla con los nie- desarrollaron estrategias para sortear estos
tos. Por tal razón el área que se explora en contratiempos.
esta investigación es cómo abuelas que son Las primeras universitarias incursiona-
universitarias y profesionales experimen- ron en carreras y se colocaron en ambientes
tan esta etapa de la vida, como así también profesionales, que no representaban en-
sus interrelaciones generacionales. frentamientos fuertes con las concepciones
de género de la época. Siendo así, sus logros
La mujer y la educación profesionales y académicos reflejaban el
inter juego entre sus deseos y lo que tenían
En México, la educación de la mujer permitido de acuerdo con su contexto so-
desde la época prehispánica hasta mediados ciocultural del momento histórico en que vi-
del Siglo XX estuvo marcada por la educa- vieron.
ción para las tareas domésticas: materni- Las mujeres que estudiaban y ejercían su
dad, atención de la casa, el cuidado de los carrera lo eran mayormente en escuelas al-
hijos y otras actividades de cuidado domés- tamente feminizadas, como enfermería, pro-
tico (Hierro, 1990). fesoras, químicas, secretarias, todo este am-
Las mujeres que nacieron en la etapa de biente planteaba siempre la disyuntiva: el
la posrevolución mexicana son quienes ven matrimonio o la carrera. Aunque siempre
en el otorgamiento del derecho al voto. Las existieron las audaces que percibieron cla-
mujeres que se formaron para ser profeso- ramente las discriminaciones hacia su gé-
ras recibieron una formación dentro de la nero y se preocuparon y lucharon de modo
escuela cardenista: la educación socialista, activo para cambiar esta situación (Palermo,
por lo que la enseñanza en las escuelas ru- 2006). Ellas pudieron conciliar ambos te-
rales las había identificado con el servicio a rritorios e incursionaron en lo privado y en
la comunidad. Sin embargo, aunque otras lo público, estos resultados también contri-
crecieron en un ambiente de ruptura con buyen a la memoria histórica, difusión y
las ideas tradicionales aún así, la mayoría de reconocimiento de la vida de las académi-
estas mujeres permanecía en el espacio pri- cas, sus hábitos e intereses, su vida social,
vado, dedicadas a la casa, al cuidado de la profesional y familiar y la dedicación e in-
mentan los cambios en los vínculos, tanto a Esta frase concuerda con lo que descri-
nivel de la identidad como en las esferas de ben Sanz, Mula y Moril (2011) y a lo que
relaciones. Esta categoría está compuesta denominan trascendencia intergeneracional.
por las subcategorías: tipos de interacción y Este tipo de vinculación familiar llevada a
lugar que ocupa la abuela en la familia, asi- cabo por los abuelos -según los hallazgos de
mismo se relaciona con las dimensiones au- la investigación gerontológica- favorece la
tonomía y dependencia, estrategias de calidad de vida del adulto mayor, tal como
afrontamiento y vinculación intergenera- lo describen Castañeda, Sánchez, D., Sán-
cional del Cuestionario Mi Envejecer chez, A. y Blanc (2004) y Ruiz, Pineda y
(CME). Valencia (2009). Así también lo menciona
Así también este concepto se refiere a lo Orosa (2014) ser abuela es un rol constitu-
que se considera como un inconsciente fa- yente de identidad en la vejez. Sin embargo
miliar o vincular en donde las historias an- bajo la luz de la perspectiva de género, esta
cestrales trascienden generacionalmente; en frase abona en la representación de signifi-
este sentido, es posible observar un incons- cados de roles maternales en las mujeres
ciente que desborda los límites de lo plan- adultas mayores, que si bien ya han dejado
teado por Freud (1916) se pasa de un in- su ciclo reproductivo, es en el resguardo
consciente individual a uno de parejas, del legado familiar como subliman este acto
familias o grupos (Berenstein, 1991). de dar vida o preservarla (Freixas, 2007).
Desde la teoría sistémica de la familia, la Continuando con lo referido por Freixas
configuración vincular familiar se refiere (2007), otro rasgo característico de la ma-
al tipo de interacción que diferencia a un ternidad extendida y sublimada a través del
grupo familiar de otro. Según Minuchin y ejercicio de ser abuela, es el cuidado y aten-
Fishman (2001) y Minuchin, Nichols y Lee ción de los nietos, que si bien es cierto, esta
(2011), esta interacción determina la confi- función se ejerce desde una postura más
guración familiar que puede ser rígida, fle- flexible y lúdica, favorece el bienestar sub-
xible, difusa, o clara y ella está basada en jetivo y la autoestima del adulto mayor al
los subsistemas que conforman al sistema compensar las vivencias de pérdidas socia-
familiar. Minuchin y Fishman (2001) y Mi- les que suelen estar presentes en esta etapa
nuchin, Nichols y Lee (2011) establecen de la vida (González & De La Fuente, 2008;
que, si las jerarquías están distribuidas y Sims & Rofail, 2014; Wellard, 2013). Tam-
claramente establecidas de acuerdo con el bién los estudios han mostrado que esta fun-
desarrollo de las competencias de cada in- ción de cuidado a tiempo completo conlle-
tegrante de la familia, la configuración vin- va agobio, insatisfacción, estrés, obligación,
cular será saludable y adaptable a los cam- exceso de trabajo, afectación en el estilo de
bios que el medio exterior le demande. Lo vida y limitando la vida privada, el cuidado
que significa que una configuración vincu- de ellas mismas, las relaciones sociales y las
lar familiar saludable, sería en la que tanto actividades de recreación y de ocio (Sanz et
la familia como los adultos mayores pueden al., 2011). Lo descrito se puede apreciar en
y facilitan la adaptación a los cambios, sean el siguiente extracto:
estos los correspondientes a ciclo vital o a “Esta relación considero que es muy im-
la libertad de elección a cómo se desea vi- portante ya que en la actualidad con la ne-
vir determinado rol familiar. Al respecto, en cesidad del trabajo de los padres, los abue-
las entrevistas las participantes mencionan los participan activamente en las tareas
lo siguiente: escolares, ayudando a los nietos y en oca-
“La abuela es la matriarca, la que cuida, siones hasta recogerlos de su escuela, de
protege, orienta…. Cuenta historias, pre-
serva el legado, que la historia familiar no esta manera la abuela con su experiencia
se pierda…” (Participante 1: Profesora uni- guía y corrige a los nietos, inculcándoles va-
versitaria). lores civiles que los padres y maestros, por
Profesora universitaria (Diabética desde hana, E. & Kahana, B., 1971). Al respecto,
hace 16 años)]. en las entrevistas las participantes relataron
La presencia de estrategias de afronta- lo siguiente:
miento adecuadas, por ejemplo el ahorro, la “En una sociedad en la que aún tienen
prevención de salud: chequeos médicos pe- gran importancia las abuelas, como una
riódicos, atender padecimientos crónicos exaltación del simbolismo asociado a la ma-
(adherencia al tratamiento) y también la ternidad, pero también como un reconoci-
aceptación de los cambios propios de esta miento social al papel que las abuelas han
etapa de vida (uso de anteojos y lo que sea adoptado en muchísimos casos como eje o
necesario para seguir con su vida activa ancla de la familia…” (Participante 3: Pro-
hasta donde sea posible), son una muestra fesora universitaria).
de que la mayor longevidad de las mujeres “Necesariamente la figura de la abuela
no se resume en un mejor estado de salud en ha ido cambiando, ya no es la abuelita de
la vejez, opuestamente, su salud percibida Cri-Cri, que habla del pasado, las abuelas de
es claramente peor que la de los hombres de hoy hablamos del hoy, de nuestro presente;
la misma edad. Sin embargo, su actitud ac- sabemos que somos fundamentales para que
tiva –sus recursos de afrontamiento- frente las generaciones de mujeres continúen; ima-
a la salud es un factor primordial cuando gínate que mis historias de abuela son de
son mayores. A pesar de que la historia del mis tiempos cuando estuve en protestas, en
cuerpo de la mujer ha vivido una historia de movimientos estudiantiles, no puedo ser
alienación que regularmente las ha afec- una abuela normal… Si es que normal es la
tado en términos de salud, las mujeres ma- abuela del reboso de bolitas [esta descrip-
yores tratan de mantenerse activas y salu- ción alude a una canción popular del can-
dables, otra vez contrastando con la creen- tautor Gabilondo Soler, conocido como Cri-
cia de la mujer mayor pasiva y dependiente Cri y que forma parte del legado cultural
tal como ya lo han descrito las investiga- contemporáneo mexicano]” (Participante1:
ciones (Cruikshank, 2003; Tannenbaum, Profesora universitaria).
Cara, Nasmith & Mayo, 2008). Con estas porciones extraídas de las res-
puestas de las participantes se puede refle-
segunda categoría: significaciones aso- xionar que estas mujeres como profesoras
ciadas a la abuelidad. universitarias se asumen como abuelas ac-
tivas, resignificándose no solo ellas, sino
Esta categoría se refiere a los atributos todo un colectivo mayor de mujeres que
esperados y que la sociedad ha conferido a han decidido de manera libre, la forma de
la mujer en el rol de ser abuela, los que ejercer los distintos roles y funciones que le
prevalecen y los que han cambiado. La atañen de acuerdo al momento histórico que
componen las subcategorías sobre signifi- viven, (Hierro, 2000; González, 2015).
caciones asociadas a la abuelidad, y los ro- Es decir, el significado intersubjetivo es
les sociales de género relacionados con el- ya el de una mujer que redefine sus fuentes
ser mujer y abuela, y estos a su vez se de autoestima, extiende el cuidado princi-
vinculan con las dimensiones Sensación de palmente a sí misma a través de la partici-
vejez o sentirse viejo y las Expectativas de pación educativa, reconoce su función de
longevidad que evalúa el CME. depositaria de conocimientos y habilidades,
Constructos subjetivos que han sido aprendidos muchos de ellos en el ejercicio
aceptados y se repiten de generación en ge- del cuidado familiar, y encuentra su valor
neración o que por lo contrario la genera- como transmisora de experiencia y sabidu-
ción más joven los desafía y los resignifica ría vital (Serdio, 2007, 2012).
en nuevos constructos. Tienen que ver con Cuestionando de manera proactiva, el
la experiencia emocional, con la interac- factor emocional participante durante dé-
ción cotidiana y un proceso grupal (Ka- cadas en el mantenimiento del sistema de
carácter fuerte y seca en su trato. Para mí cuarta categoría: nuevas formas de ser
fue una figura luminosa porque siempre abuela.
veía que le brillaban los ojos de emoción al
vernos a mis hermanas y a mí, que vivíamos Las nuevas formas de ser abuela son los
a 8 horas de distancia y solo pasábamos to- modos concretos con los cuales las nuevas
das las vacaciones con ella. A su manera era abuelidades se manifiestan en una sociedad
cariñosa con nosotros… Pero sobre todo cambiante, pero también son modos con los
recuerdo que me decía Marga-rosa, porque que las mujeres deciden perpetuar de ma-
decía que yo parecía una rosa, que le en- nera libre roles específicos atribuidos a la fi-
cantaba platicar conmigo y contarme histo- gura de la abuela. A partir de lo cual se de-
rias de cuando era joven y andaba de novia, rivan las subcategorías sobre la identifica-
siento que conmigo como con nadie, volvía ción particular que la abuela hace de su pro-
a sentirse muchacha. Nunca me regañaba, pio legado que ha decidido dejar a la si-
tal vez porque era poco el tiempo que pasá- guiente generación, es decir, los modos
bamos con ella, pero nunca la vi como una elegidos de manera libre y voluntaria de ser
mujer dura. Recuerdo también que la cuidé abuela. Las dimensiones del CME que co-
en sus últimos días, que la cargaba en bra- rresponden a esta categoría son las que eva-
zos y la cambiaba y le daba de comer, y re- lúan la flexibilidad ante los cambios y las
cuerdo que un día antes de morir me reco- trasformaciones, así como actitud reflexiva
noció y me vio con ese amor que siempre y expresiva.
me hizo sentir. Mi madre fue muy dura y Es la vinculación con la consciencia so-
nada afectuosa con nosotros, por lo que el cial de que se vive en una época de trasfor-
amor de una madre lo sentí de mi abuela…” mación, que supone un corte radical con el
(Participante 3: Profesora universitaria). pasado y es la consciencia de ruptura y dis-
“Creo estoy aprendiendo a ser abuela, continuidad la que estimula la aparición de
conforme voy conociendo más a mi nieta, una cultura de preservación, de memoria
ella me invita a ser abuela… Claro que mis del pasado común, que se convierte en re-
abuelas me enseñaron, sobre todo lo que ferencia cultural de la propia sociedad mo-
no quiero ser, ellas fueron muy frías en sus derna (Ross, 1999). Como puede verse en lo
emociones, creo no es que quisieran serlo, compartido por las entrevistadas en los si-
sino que así aprendieron a serlo también, guientes fragmentos:
por ello yo no quiero ser así, yo seré muy “… Yo como abuela. No me dedico a
cariñosa, juguetona, y si mi nieta es poco cuidarlo [refiriéndose a su nieto], me dedico
expresiva, yo la haré bastante expresiva” a acompañarlo y disfrutar su compañía. Le
(Participante 4: Abuela no universitaria). enseño muchas cosas, palabras, juegos, a ser
Es decir, de lo anterior se puede inferir, ordenado, a ser afectuoso, a respetar, pero
que así como ellas se identificaron con sus no de una manera impositiva. Soy una
abuelas, aprendiendo de ellas e incorpo- abuela muy alegre… y muy platicadora.
rando estilos y formas a su quehacer de Creo que la mayor diferencia es que me
abuela, así ellas se visualizan en una inter- pongo más al nivel de mi nieto…” (Partici-
acción recíproca de continuidad identitaria pante 3: Profesora universitaria).
con sus nietos, tratando de enseñar maneras “Creo que lo que convivimos hace la di-
más flexibles y acordes a este momento so- ferencia, hablo con mis nietos sobre la vida,
cial, histórico y cultural que viven, inclu- dudas, me preguntan sobre lo que hago en
yendo a mujeres que no conviven en la vida mi profesión, ellos han convivido en mi lu-
profesional y académica de la docencia gar de trabajo, conocen mi oficina, mis
universitaria (Miralles, 2010). compañeros, platican con ellos, eso creo es
lo diferente, hay mucha confianza entre nos-
otros, incluso me corrigen en como men-
ciono algunos términos modernos, que si el
pertinente para el análisis fue la que tenía como con generaciones más jóvenes:
relación con los modos de interacción con “Mi relación con mis nietos es muy
los nietos de las mujeres que fueron entre- buena como te he venido diciendo, es de
vistadas, así como con las dimensiones del amigos, no me cuesta trabajo relacionarme,
CME que evalúan lo concerniente a la di- me ha sido más fácil que cuando fui madre,
versificación de apoyos e ideales y las rela- no sé por qué razón, creo ahora mi rol es
ciones intergeneracionales que desarrollan mas de apapachar, cuidar, proteger, pero sin
las mujeres en esta etapa del ciclo de vida esa carga de los padres… somos cómplices,
en la que se encuentran. aunque nunca le resto autoridad a sus papás,
Diversos estudios dan constancia que los para eso están… Me encanta que salgamos
cambios estructurales en la época moderna, a pasear, o que vengan a visitarme, pero
han contribuido al llamado fenómeno de la también en ocasiones les digo, hoy no
verticalización familiar, es decir, hoy más puedo, voy a salir con mis amigas, o tengo
que nunca diferentes generaciones convivi- un compromiso en la universidad, o sim-
rán juntas (Pérez et al., 2014). Esto brinda plemente en ocasiones también me atrevo a
la oportunidad para resignificar los modos decirles, no puedo estoy cansada fue un día
de coexistencia; siendo así que los abuelos o una semana pesada (esto pasa siempre a
por primera vez en la historia pueden con- finales de semestre… ellos ya saben, como
vivir con hijos, nietos y hasta bisnietos. me pongo)… te digo tengo mucha con-
“Los cambios que la estructura familiar fianza con ellos y no pasa nada…” (Parti-
occidental ha ido experimentando durante cipante 5: Profesora universitaria).
las últimas décadas (un menor número de “Lo cuido formalmente – en forma com-
miembros por generación por el descenso partida con su abuelo y su otra abuela, dos
de la natalidad y una mayor coincidencia de o tres tardes por semana. Pero además siem-
múltiples generaciones dentro de una misma pre que puedo me lo llevo de compras, a
familia debido al aumento de la esperanza fiestas familiares o a la playa (dos veces por
de vida), han contribuido a que las relacio- semana por lo regular). Lo que hacemos
nes intergeneracionales y, entre ellas, las todo el tiempo es que jugamos (ya tengo
que se establecen entre abuelos y nietos, una tendinitis rotuliana por andar tanto a ga-
hayan tomado una especial relevancia den- tas y en cuclillas), leemos libros, aprende a
tro del mundo científico” (Celdrán, 2004, p. usar mi iPad y mi computadora, le damos de
252). comer a sus gatos, lo pongo en la bañera a
Aunado a ello, Montpetit, Nelson y Ti- jugar con agua, vamos al parque, corremos,
berio (2016) sostienen que el tipo de rela- nos escondemos, en fin, paso unas tres ho-
ción intergeneracional que se genere dentro ras super divertida… y agotada! Bueno,
o fuera de la familia favorece la mejoría también le doy de comer y lo acuesto a dor-
del bienestar subjetivo de las personas ma- mir, porque mi hija no vuelve hasta las
yores y a protegerlas de los sentimientos de nueve de la noche” (Participante 3: Profe-
soledad (De Jong Gierveld, Dykstra & sora universitaria).
Schenk, 2012), por lo que establecer lazos “Seré sincera, no quiero ser la abuela
cercanos y que además permitan la diversi- ruda y que le tengan miedo, o que sea la
ficación de recursos, apoyos y de ideales o abuelita que siempre está trabajando y de
valores, tanto para las futuras generacio- prisas, no, es mi responsabilidad acercarme
nes, como para las pasadas resulta impor- a ellos, yo soy quien debe propiciar la rela-
tantísimo para el impacto e influencia en un ción, ellos son chiquitos, aprenden de los
afrontamiento hacia el envejecimiento de adultos” (Participante 7: Abuela no univer-
tipo saludable. sitaria).
En las narraciones de las participantes “Disfruto su compañía, tengo dos nietas
esto queda manifiesto, al detallar cómo es mujeres y un nieto hombre, este fue el pri-
su tipo de relación tanto con sus nietos mero… Son tan diferentes cada uno, que
debo ser diferente también como abuela… factores decisivos que van a incidir en la
Pero a todos los amos, de manera diferente, fórmula personal con que cada mujer lo en-
pero los amo… cada uno también conmigo frentar. En este sentido, los factores educa-
tiene una relación distinta… No sé cómo tivos, las experiencias de aprendizaje, el
explicarte, bueno si eres madre me entien- entrenamiento personal, la relación inter-
des, cada persona es distinta por eso no generacional y con el entorno, las motiva-
puedo decirte con exactitud como es mi re- ciones vitales, el estado de salud y econó-
lación con mis nietos, porque con cada uno mico van a ser variables mucho más deci-
es particular… Si algo agradezco a la vida sivas que la edad (Freixas, 2005).
es esto, ser abuela es hermoso…” (Partici-
pante 9: Abuela no universitaria). sexta categoría: relaciones con otras
“Me gusta hablar con ellos, que me pla- mujeres contemporáneas (Familia y ámbito
tiquen sus alegrías, sus preocupaciones, sus profesional).
deseos, y solo quiero complacerlos en todo”
(Participante 1: Profesora universitaria). Las relaciones con otras mujeres con-
“No, mi vida no es monótona, por el con- temporáneas se refiere a cómo se organizan,
trario, hoy en la noche me voy a reunir con se apoyan, propician el intercambio de ex-
unos amigos para celebrar el gusto de estar periencias, con el propósito de generar vín-
juntos y planear unas actividades… Mi vida culos que les provean conocimientos que
no gira en ser solo abuela o madre, o profe- ayudan a trasformar modos específicos de
sora, tengo muchas maneras de ser” (Parti- convivencia. Las subcategorías correspon-
cipante 6: Profesora universitaria). dientes son las que permiten explorar el
De igual manera los comentarios desta- tipo de redes de apoyo que se generan entre
cados, también tienen una coincidencia con mujeres y como lo vivencian las entrevista-
los estudios que se describen en las pasadas das. Así también, en el análisis de las di-
categorías, en donde se enfatiza que las nue- mensiones del CME se identificó su rela-
vas abuelas están resignificando sus formas ción con la diversidad de apoyos y la actitud
de establecer su relación con los nietos, y reflexiva expresiva de cada participante.
esto se vive no solo en la intimidad de la Esta categoría se refiere al concepto de
vida familiar, sino que también se hace pre- sororidad, concepto que alude a la posibili-
sente en otras esferas sociales de estas mu- dad de resignificación y coexistencia entre
jeres entrevistadas, poniendo el acento en el mujeres. Nace en el seno de los movimien-
cómo experimentan este momento de su tos feministas y es un aporte de una figura
vida: ser abuela, estar en proceso de enve- académica referencial del feminismo con-
jecimiento, ser mujer, entre otras. temporáneo como lo es Lagarde (1997,
“No se trata de romper con el pasado, se- 2006). Y no se suscribe solo al ámbito fa-
gún he podido deducir de lo que manifies- miliar, sino a todo escenario en donde las
tan las mujeres, sino de reconducirlo, de mujeres tengan convivencia o interrelacio-
aprovechar la experiencia y potenciar lo po- nes.
sitivo en un nuevo espíritu amplio, gene- “Desde la perspectiva feminista surge el
roso, capaz, entusiasta, lúcido”. Esta mi- término sororidad. Esta palabra se deriva
rada tiene en cuenta, por ejemplo, que: del latín soror, hermana, e -idad, relativo a
“Nuestro presente es un conglomerado de la relación paritaria entre mujeres. Es decir,
cosas excelentes y cosas tremendas, en el se trata de una alianza entre mujeres que
que todas suceden a la vez y configuran propicia la confianza, el reconocimiento re-
una enriquecedora complejidad” (Riviere,
2000, p. 35). cíproco y el apoyo” (Martínez, 2014. s.pp).
En resumen, a la hora de valorar el pro- Las mujeres por naturaleza han desarro-
ceso de envejecimiento femenino la viven- llado recursos que en la edad mayor se con-
cia personal y la manera de afrontarlo son vierten en poderosas fuentes que limitan su
vulnerabilidad, estas fortalezas son las redes nal como en el cuidado de la comunidad
de amistad, vecindad y comunidad que se creada con otras mujeres. Por ello para las
presentan como espacios de apoyo y soli- teóricas de los estudios de género, la soro-
daridad -o mejor dicho de sororidad- con el ridad constituye la esencia de la ética fe-
cual pueden dar o resignificar su sentido menina -a la par de ser un proceso de em-
de vida, en un tiempo -como es el proceso poderamiento- porque favorece la crítica
de envejecer- en el que se hace necesario re- reflexiva de la construcción social y cultu-
organizar y diversificar la escala de valores, ral de ser mujer, sea niña, joven o en nues-
de ideales (Coria, Freixas & Covas, 2005). tro caso mujer grande, como lo diría Hierro
“… la mayoría de la mujeres de mi fa- (2000), llegar a ser una mujer mayor en
milia, es decir, mis compañeras de genera- este tiempo histórico, social y cultural, es
ción: primas y hermanas fuimos universita- llegar al tiempo que ofrece esperanza, pues
rias, en mi familia no hubo eso de “como por primera vez en la historia de la mujeres
mujer debes casarte y tener hijos”… afor- mayores se vinculan y se expresan como su-
tunadamente siempre se nos insistió en que jetas de su propia historia, protagonistas y
a través de la educación es como la gente se agentes activas de su madurez, de su vejez
supera, aunque no todas decidimos lo e incluso de su muerte (Witt, 2005).
mismo, unas se casaron y se dedicaron al “Definitivamente esto es más fácil [hace
hogar, yo no, no me esforcé tanto para aca- referencia a su convivencia en la universi-
bar partiendo cebollas y limpiando una dad con colegas], casi se puede decir que
casa; pero aún así nos respetamos y quere- veo más a ellas como mi familia, convivo
mos mucho, siempre creo nos mostramos todos los días, conozco sus problemas, cri-
solidarias ante cualquier problema fami- sis por las que han atravesado, y en la me-
liar…” (Participante 5: (Profesora univer- dida que puedo ayudo, aunque sea solo es-
sitaria). cuchándolas; aunque no quiero pintar un
Una de las características de la sororidad panorama fantasioso, hay también mucha
es que agrupa a las mujeres, no importa competencia, pero creo no somos nosotras,
cuales sean sus historias o sus formas de es el sistema en el que estamos inmersas lo
asumirse, la sororidad genera esa unión que hace que entremos en esa dinámica, la
comprensiva y de acompañamiento solida- cuestión es que pasa desapercibido, yo me
rio de género, aún cuando sea totalmente he dado cuenta, me observo, me veo y si es
antagónico la manera de enfrentar la vida. doloroso confesarlo, también no he sido so-
La socialización de género ha facilitado las lidaria con otras mujeres, porque no me
conductas de cuidado y atención, cuestiones conviene o porque no encuentro nada que
claves para una vivencia positiva en la etapa me identifique; sin embargo con otras no ha
de la vejez (Freixas, 2008). sido así…” (Participante 5: Profesora uni-
“Bueno, esa es una pregunta difícil, de versitaria).
mi edad solo primas tengo, soy la hija ma-
yor; y mi relación con ellas es buena pero “En una ocasión me dijeron que en los
distante cada quien está muy concentrado trabajos no hay amigas, si es verdad debes
en sus cosas, su familia, convivimos en cuidarte, pero si tengo amigas, si sí tengo
eventos familiares, y sí siempre tienes más amigas, pero la familia es diferente, creo ser
afinidad con algunas y con otras es más más leal a las mujeres de mi familia…”
educación que vínculo, pero creo que de (Participante 1: Profesora universitaria).
mi parte si ocuparán algo por supuesto que “Sí soy muy activa socialmente con otras
apoyo, somos mujeres, es nuestra naturaleza mujeres, participo en actividades grupales:
creo…” (Participante 7: Abuela no univer- grupo de ejercicio, de natación, de litera-
sitaria). tura, amigas, siempre amigas y hermanas…
Estos vínculos con otras mujeres pro- Si fuera necesario, buscaría apoyo en otras
veen conjuntamente, una gran actividad e personas y en mis compañeras, de hecho, lo
implicación, tanto en la propia vida perso-
“Entre las abuelas transicionales y las generaciones más jóvenes, abonando nue-
innovadoras también podemos hallar los así vamente a la idea o concepto de sororidad
llamados deseos nómades deseos variados, descrito con anterioridad (Tobío, 2002).
diversos, que incluyen experiencias a partir En resumen, el análisis y discusión de los
de representaciones genéricas variadas, no resultados de las categorías descritas ante-
dicotomizadas femeninas o masculinas; así riormente, muestran que si bien las abuelas
como deseos que habrán de ser desplegados de hoy en día sean universitarias o no uni-
mediante representaciones no sólo en el ám- versitarias, están vivenciando trasforma-
bito privado, como en las abuelidades tra- ciones en sus modos de ser y de asumirse
dicionales, sino también en el ámbito pú- como mujer en función de abuela, sin em-
blico, no en un único espacio subjetivo y bargo puede notarse una diferencia en las
social, sino en todos aquellos que enri- mujeres universitarias por su acercamiento
quezcan el vínculo entre abuelas y nietos. a la formación educativa superior y el de-
Son deseos sin un centramiento, sin una fo- sempeño profesional, el cual les ha brin-
calización estricta, que fluctúan entre di- dado mayores recursos y oportunidades de
versos objetos”. reflexión crítica de su condición de ser mu-
Las mujeres de hoy se perciben como jer y por ende su ser mujer mayor en fun-
una generación de trasformación, radical- ciones de abuela.
mente diferente de sus propias madres, pero Así también el ámbito académico les
también de sus hijas cuyo futuro culminará, brinda a estas abuelas universitarias, el
estableciendo, el camino que ellas iniciaron, campo propicio para el cultivo de una ima-
lo que puede valorarse como una actitud gen de mujer mayor mas allá del plano del
reflexiva y expresiva, así como de genero- cuerpo físico, generando una resignifica-
sidad ante el propio proceso de envejecer. ción del propio proceso de envejecer. Sin
Muchas de ellas son las iniciadoras de un embargo, esto no es el común mayoritario
nuevo linaje femenino, por lo que las hijas del colectivo femenino, por lo que inspira a
y las nietas son las depositarias de ese deseo la investigación como a la reflexión teórica
de continuidad en un futuro que solo podrán empírica sobre la necesidad de llevar estas
realizar a través de lo que alcancen la ge- temáticas a la conversación, al diálogo, a la
neración más joven de mujeres que vienen reflexión en conjunto de las mujeres (sean
caminando atrás y a lado de estas nuevas universitarias o no), en aras de la construc-
abuelas (Sontag, 1982). ción conjunta de un entramado de expe-
De igual forma en lo concerniente a los riencias y saberes y así enriquezcan su le-
sentimientos de vejez, expectativas de lon- gado generacional, construyendo una
gevidad, de autonomía o dependencia, en cultura de la sororidad (Kubissa, 1995).
sus relatos puede percibirse la sensación de
satisfacción y de gratitud por el momento
que a ellas les toca contemplar, es decir, re- Conclusiones finales
coger el fruto de un trabajo arduo. La idea
central que transmite esta generación de Las abuelas universitarias ejercen un tipo
mujeres a la siguiente -a sus hijas y nietas- de configuración vincular tradicional al de
es que lo principal, por lo que ellas tanto tra- la mujer maternal, sin embargo es clara la
bajaron, es su propia autonomía individual existencia y la disposición a construir la
concretada en su capacidad para mantenerse propia identidad en continuidad a través de
a sí mismas. los cambios obvios de la edad, es decir, se
Esto no es algo menor, se trata de un alejan del significado de abuelidad sinó-
proceso de resignificación colectiva del que nimo de pasividad y dependencia, se asu-
se sienten y son parte y que vincula a las men como abuelas activas y en constante
mujeres de ahora con las de otras épocas autorreflexión de sus funciones y roles con
que iniciaron el camino y también con las los nietos, en concordancia con los mo-
mentos históricos que como mujeres les Las modalidades diversas y de trasfor-
tocó vivir. mación de asumir la forma de ser abuela,
Las abuelas universitarias son las muje- son un reflejo de los cambios que se han vi-
res que tuvieron la oportunidad histórica de vido en esta época posmoderna, la inserción
cuestionar y romper paradigmas, y esto se en el escenario público de la mujer ha pro-
ve reflejado en su identificación con el li- vocado que puedan resignificar y contri-
naje femenino de sus familias, tienen claro buir con estilos nuevos, si bien es cierto
lo que no desean repetir, pero también tie- nuevamente aquí queda claro que el acceso
nen claro lo que sí quieren y que deciden a la educación superior y al mercado labo-
elegir como suyo, por ende darle su acento ral ha roto paradigmas tradicionales en el
personal en el entramando familiar, hacién- rol que desempeña la mujer en la sociedad,
dolo manifiesto en las nuevas formas que aun en las mujeres que no tuvieron la opor-
han encontrado de relacionarse con sus nie- tunidad de ir a la universidad se puede ver
tos. una ruptura en los patrones acostumbrados
En las abuelas universitarias puede ob- a ver en una abuela.
servarse un cambio en el significado inter- Ambos grupos de mujeres entrevistadas
subjetivo de ser abuela y que se ve reflejado rescatan los modos tradicionales aprendidos
en sus sensaciones de ser vieja así como sus de sus propias abuelas, pero haciendo cam-
expectativas y condiciones de longevidad, bios acordes al tiempo que viven. El rasgo
su función de abuela se ve enmarcada por lo más destacado es en cuanto a su cercanía y
que han ido construyendo con el paso de los libertad de expresar sus sentimientos, re-
años en su ámbito profesional y docente, duciendo la percepción de la figura de la
quizá el estar en un contexto académico fa- abuela lejana, altamente reverenciada y en
vorece la germinación de esta manera de ocasiones, temida.
verse y de reflexionarse a sí mismas, y de De tal forma ambos grupos vivencian y
alguna manera la facultad al desarrollar más propician sus relaciones con sus nietos de
plenamente una especie de competencias formas más igualitarias y democráticas, sin
socioemocionales, que permiten que puedan el halo de solemnidad que ellas vivieron
experimentar esta etapa de vida con mayo- con sus abuelas. Esta manera de asumirse
res recursos (Mikulic, Radusky & Crespi, como abuelas posibilita formas protectoras
2015) . antes las pérdidas que se viven en esta etapa
No así en las abuelas no universitarias en de vida, es decir, la posibilidad de vincu-
donde aún persisten los sentimientos de mi- larse con las generaciones más jóvenes, de
nusvalía y pérdidas ante el paso del tiempo, manera más flexibles y diversas, propicia el
es decir a estas mujeres les cuenta más tra- campo fértil para contar con diversidad de
bajo desfigurar ideas heredadas de otras ge- apoyos y recursos intergeneracionales.
neraciones en donde ser viejo es sinónimo Así también, para las abuelas universita-
de pasividad. rias, como para las no universitarias, el
En las abuelas no universitarias, los cam- apoyo de otras mujeres en su vida es muy
bios son menos notorios sin embargo, pue- importante, y un recurso con el cual se li-
den apreciar cambios en sus formas de asu- mita su vulnerabilidad de género, pueden
mir su función de abuela. Se observa su existir desacuerdos en cómo se vive y se en-
vinculación intergeneracional, no como una frenta la vida, pero el hecho de ser mujeres
responsabilidad solo de ellas sino en con- las hace unirse y pensarse en colectivo. Por
junto con la familia y la pareja, y con inter- ello, este es el hallazgo más importante que
cambio en los roles específicos de su gé- se subraya de esta investigación, ya que
nero, es decir la mujer puede ser más aunque se saben solidarias, y han imple-
competitiva y activa y el hombre puede ex- mentado diversas formas de manifestarla, es
perimentar funciones de cuidado y de acer- necesario el reconocimiento de estas for-
camiento emocional con los nietos. mas, dialogarlas y llevarlas al plano de la re-
flexión, hacerlas visibles a ellas mismas no tudiar el ámbito privado de ellas y sus ex-
como cualidades naturales e intrínsecas fe- periencias de vida con otras mujeres.
meninas sino como un acto altamente ético Al respecto, y continuando con esta in-
político de empoderamiento y resignifica- vestigación, se está trabajando ya desde un
ción profunda de la mujer, y sobre todo de diseño socioconstruccionista, basado en los
la mujer en el proceso de envejecimiento. modelos de la narrativa de Michael White y
Finalmente, tanto en un grupo de abuelas el modelo colaborativo de Tom Anderson,
como en el otro, se aprecian similitudes, un proyecto denominado Sororidad en los
ambos grupos asumen que tiene un legado procesos de envejecimiento, y que hasta
que dejar a la siguiente generación. Aunque este momento lleva ya trabajados dos con-
ciertamente, las mujeres universitarias tie- versatorios dialógicos colaborativos.
nen mayores recursos y capacidades de re- El objetivo general de los conversato-
flexión crítica sobre como desean hacer esa rios con mujeres (académicas y no acadé-
trasferencia, y lo que ellas harán al salir del micas) es realizar un ejercicio de auto-re-
escenario y dar paso a la nueva generación, flexión con sentido crítico sobre la expe-
en una muestra de alta capacidad creativa y riencia de ser mujer en proceso de enveje-
de generosidad. cimiento. De tal manera que se generen nue-
Por lo que, al finalizar esta aproximación vas formas de comprensión de la experien-
exploratoria del tema, queda claro que fi- cia que están viviendo, y que todo ello
gura un espacio para abrir una reflexión contribuyera a generar una ampliación de
más profunda. A años de logros en derechos alternativas que resulten en trasformaciones
e igualdades en el plano público de la vida de su realidad con un impacto favorable y
de las mujeres, aún queda por trabajar y es- beneficioso en sus vidas.
58
InterdIscIplInarIa, 2018, 35, 1,
abuelas universitarias
Cuadro 1
datos sociodemográficos de las participantes
Cuadro 2
dimensiones elegidas del cMe (Zarebski, 2011)
Cuadro 3
clasificación de categorías de análisis
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