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LA ASERTIVIDAD EN LA EMPRESA

La comunicación es la clave del éxito de una empresa en la que existe un buen ambiente
de trabajo. El buen ambiente se define en parte, por la motivación que tiene un trabajador
en la empresa y por la ilusión que tiene en su rutina diaria. Es decir, si el empleado se
siente más feliz en su trabajo mayor será su rendimiento laboral. La verdadera clave
del éxito de una empresa reside en una comunicación asertiva que implica dos
elementos: la capacidad de expresar los sentimientos y las emociones propias de forma
clara y directa. Asimismo, el respeto y la consideración hacia las personas del entorno.

En primer lugar, se trata de una cualidad que se debe cultivar y desarrollar con el tiempo.
Asimismo, tiene que ver con elementos como la confianza, la autoestima, la seguridad y el
respeto hacia uno mismo y los demás. En segundo lugar, el terreno de la dirección
empresarial debe tener una conducta asertiva, ya que es fundamental para el éxito de las
actividades y decisiones. Por ejemplo, un gerente asertivo es aquel que establece límites
claros, dirige acertadamente cada una de las fases de los procesos y evita el estrés y la
falta de motivación entre sus colaboradores.

La asertividad: ejemplos y consideraciones

No existe una única fórmula para aplicar la asertividad a la dinámica empresarial, ya que
cada organización tiene sus métodos y sus necesidades. Lo único cierto es que aquellas
que aplican conductas de este tipo, están más cerca de alcanzar sus metas y objetivos;
la asertividad es sinónimo de claridad y pragmatismo. Es por ello, que es necesario
entender aún más el concepto a través de una serie de estrategias de asertividad
empresarial recomendadas por especialistas en el sector laboral. Además, cada una de
ellas va acompañada de un ejemplo concreto.

 Claudicación simulada:
En la sala redacción de un periódico, un jefe de sección y un redactor discuten sobre si el
diario debe publicar una foto sobre los refugiados del norte de África. El redactor es
partidario de hacerlo; el jefe de sección, no. La claudicación simulada consiste en dar la
razón al otro parcialmente; puede que en un primer momento las posturas no cambien,
pero esa flexibilidad permitirá que el debate sobre la foto vaya por otro lado. Al final, lo
más probable es que el jefe y su redactor lleguen a un acuerdo.

 Metacomunicación:

Esta estrategia es especialmente útil en situaciones de crisis. Por ejemplo, dos miembros
de un equipo de marketing analizan el fracaso de su última estrategia de mercado y la
reunión acaba en temas personales ajenos al objeto de análisis. Es decir, metacomunicar
consiste en que los dos involucrados sean conscientes de que el diálogo se ha salido de su
curso y es necesario reconducirlo.

 Pregunta asertiva:

Un director creativo presenta ante un grupo de socios la nueva imagen corporativa que se
le ha encargado diseñar un par de días atrás. Es la imagen que la empresa usará a partir de
ahora. Sin embargo, tras la reunión no hay consenso sobre la conveniencia de la imagen
propuesta. En vez de enfadarse ante las críticas, el director creativo asume una postura
receptiva. Para ello, responde a cada una de las intervenciones con una pregunta asertiva
como: ¿A qué te refieres? o ¿Por qué piensas eso?. El objetivo es que, más allá de si las
críticas son bienintencionadas o no, el director creativo obtenga más información sobre
las razones de los socios para opinar eso.

 No entrar al trapo:

Se trata de una situación parecida a la del segundo ejemplo. Sin embargo, la diferencia
radica en que la actitud beligerante es exclusiva de uno de los dos actores del diálogo.
Mientras éste pierde el control y lleva la conversación a temas personales o de cualquier
otra naturaleza, el otro espera con tranquilidad a que se calme. De hecho, no entrar al
trapo implica realizar apuntes asertivos en un tono respetuoso o amable.

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