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FIG. 2.-Reacciones inflamatorias a partir del pseudoquiste hasta la formación de granuloma, en esófagos
humanos. A-Pseudoquiste integro en la musculatura lisa. B-Vestigios de pseu,doqu,iste roto, con rexxcibn
intimatoria inicial. C-Reacción inflamatoria con tendenciu a la difu,sión. D-Reacción in$amatoria limitada
linfa-histiocitaria. E-Granuloma epitelioide. F-Granuloma giganto-celular.
Como estas lesiones ocurren muy precoz- servaciones, forzoso es deducir que, en el
mente, se observan mejor poco después de momento de la desint’egración de las leish-
la ruptura del pseudoquiste, momento en manias, se produce la liberación de una
que aún no hay reacción inflamatoria. h substancia en extremo deletérea para la
medida que se desintegran las leishmanias neurona. A nuestro entender, debe tratarse
se observan alteraciones neurónicas, desde de una endotoxina (neurotoxina). Si esta
lesiones nucleocitoplásmicas, hast,a la lisis substancia neurot.óxica es una verdadera
completa de la célula. Basados en estas ob- toxina, una enzima u ot’ra substancia cual-
Noviembre 196’11 ESFERMEDAD DE CHAG,4S 407
FIG. 3.-Lesiones degenerativas de las neuronas (infección experimental en ratas-fase aguda). A-Cere-
belo mostrando numerosos pseudoquistes, algunos rotos; se conserva ta mayor{a de las células de Purkinje.
B-Pseudoquistes rotos en las células de Purkinje en degeneración, algunas completamente alisadas. C-Pseu-
doquistes íntegros en las capas circular y longitudinal del intestino grueso, observ&ndose un ganglio mientérico
con neuronas conservadas. D-P seudoquistes rotos en la musculatura circular del intestino grueso, leish-
mania en desintegración y neuronas del plexo mientérico en fase avanzada de degeneración. E--Neuronas
cardiacas normales. F-ll’euronas cardíacas en degeneración.
faltan, además, los medios de defensa es- mente el “nosos” del “pathos”, en virtud
pecífica del macroorganismo. Esto lo rom- de la compleja inkrdeptndenria entre
probti cn nuestro servicio F. Alcântarn (8), ambos. Por otra parte, en murhos rasos esta
quien hall& en corazones dc ratas chagásiras diferencia se hace evidente, como, por ejem-
en fase aguda, hasta el 81% de las neuronas plo, en la poliomielitis, cuyo proceso infec-
intracardíacas irrcmediablcmente lesiona- cioso se cura y dejan como serurla las paráli-
das. sis. También se desprende de lo expuesto
Ya Carlos Chagas (9) supuso que había que la secuela no siempre permite deduc-
una toxina, y varias observaciones corro- ciones etiopatógenas, purs nos enrontramos
boran su hipótesis. Tenemos la impresión de ante un síndrome.
que esta toxina, en concentraciones altas, Así pues, en la infección por rl Tr?/pano-
pucdc lesionar cualquier tipo de célula, pues soma cruzi distinguimos la enfermedad de
ya verificamos necrosis de células dc la Chagas, cn sentido cskicto, representada por
musculatura lisa, del páncreas y dc la el proceso infeccioso qur evoluciona, a
musculatura del esqueleto cn animales con kavés de una fase aguda septicémica, hacia
parasitismo bastuntr pronunciado. T,os tra- la fase cr6nira latente y pauriparasitaria, a
bajos de Alvarenga (10) mueskran, en la fase consecuencia de la movilización dc las de-
aguda experimental, lesiones necrát)icas fensas específicas drl huésped, rstablerién-
focales en diversos órganos y tejidos. Recicn- dose de este modo un equilihrio rntre el
temenk, McClure (ll) demostró, mediante macroorganismo atarado y el microorga-
el microscopio electrtinico, lrsiones de natu- nismo invasor. Por ot)ra parts, tenemos romo
raleza túxica en las fibras cardíacas, en el secuelas de la fase aguda una destrucri6n,
transcurso de la miocardit,is chagásica aguda más o menos acrntuada, cn ciertos seri-ores
en ratas domésticas (DrUmomys musculus). del siskma nervioso cent,ral, del periférico, o
de ambos, que representa la base de las
“NOSOS” Y ‘%‘ATHOS”
manifest’aciones t,ardías, a las cuales deno-
(Nosos: enfermedad; Pathos: patía, minamos “patías chagásicas”. La Fig. 4
defecto, secuela) demuestra la correlación entre la enferme-
La distinción entre “nosos” y “pathos”, dad y las patías chagásicas.
bien conocida en la patología general, es de
importancia fundamental para comprender FIG. 4.-Demostraci6n esquemdtica de la wolu-
las manifestaciones más diversas de los pro- ción de la enfermedad de Chagas. La línea de puntos
indica parasitemia y parasitismo, y la linea conti-
cesos morbosos. Entiéndese por “nosos” un nua clestrucción de neuronas.
proceso morboso dinámico, cuyo comienzo es,
DEFENSA ESPECIFICA DEL ORGANISMO
en general, bien definido, seguido de un
curso evolutivo limitado o latente. Cuando
es limitado, lo es por la muerte o por la
curación, con secuelas o sin ellas. Cuando es
latente, puede estar sujeto a reagudiza-
ciones. Por “pathos” entiéndese un estado
estático, la mayoría de las veces a conse-
cuencia de un ‘kosos”. En ciertos casos, no
es fácil, sin embargo, diferenciar rigurosa-
ENFERMEDAD DE CHAGAS
*dad representa una continuación silenciosa los rhagásicos crónicos y que han sido descri-
,de la infección aguda por el Trypanosoma tas como componcntcs dc la fase crónica
cruzi, y no puede ser identificada con las bajo la denominarión dc las diversas “formas
manifestaciones tardías característ,icas de crónicas”.
PATIAY CHAGASICAS
Todas las patíaa chagásicas tienen, como 24. PATIAS DEL SISTEM.4 NERVIOSO PERIFERICO
substrato anatómico fundamental, la des- Como el Trypanosoma cruzi es sobre todo
trucción de las neuronas del sistema nervioso un parásito de la musculatura, y la subs-
central o del periférico o de ambos. Se trata, tancia tóxica que deja después de su desin-
por tanto, de neuropatías. Como el sistema tegración actúa sólo a cort,a distancia (16),
nervioso representa en gran parte un “mo- es comprensible que haya destrucción,
derador”, un sistema de regul.ación, princi- principalmente de las células nerviosas que
palmente en el terreno de la periferia se encuentran dentro del tejido muscular.
neurovegetativa, encontramos enlas manifes- Esta intimidad mioneural se halla en los
t’aciones tardías de la enfermedad de Chagas órganos musculares huecos, incluso en el
una patología de las regulaciones. Es evidente corazbn. La musculatura del esqueleto, a
que en esta patología, el clínico y el patólogo pesar de presentar parasitismo acentuado y
,experimental son los que tienen todos los reacciones inflamatorias int,ensas en la fase
recursos a mano. En el material de autopsia aguda, no presenta secuelas tardías. Chagas
nunca es posible poner de manifiesto las observó que la miositis parasitaria es una
perturbaciones de las regulaciones, pudiendo infección muda. Este hecho se comprende
ser demostrados únicament,e, por un lado, el perfectamente al considerar que los músculos
substrato morfológico causante de estos del esqueleto no contienen neuronas.
trastornos y, por otro, las consecuencias Como es sabido, las células nerviosas de
morfológicas resultantes de los mismos.
los plexos intraparietales de los órganos
Mediante investigaciones sistemáticas y
musculares huecos son de naturaleza para-
cuantitativas, mostramos en material hu- simpática. Los ganglios nerviosos simpáticos
mano y experimental las lesiones del sistema
no muestran lesiones generalmente, y cuando
nervioso conducentes forzosamente a tras- éstas ocurren son insignificantes (17), pues
tornos funcionales. Además, nos fue posible
están situadas lejos del tejido muscular
interpretar los hallazgos anatomopatológicos parasitado. Siendo así, se observa en la
,como resultantes de estos trastornos fun-
enfermedad una dest,ruccion casi exclusiva
cionales preexistent’es hace mucho tiempo. de neuronas parasimpáticas de la periferia
Cabe, por tanto, a los clínicos llenar el vacío
neurovegetativa, lo cual ocurre debido a su
entre este substrato causal y el resultado
situación topográfica en la musculatura
final. Para ello, son imprescindibles adecua-
parasitada, y no como resultado de un
das investigaciones encaminadas a compro-
tropismo del parásit,o o de la substancia
bar los t,rastornos funcionales en los chagási-
tóxica procedente de éste. Podemos, por
cos crónicos, incluso sin manifestaciones
tant,o, “cum grano sal&“, considerar las
morfológicas evidentes. En la clasificación
de las patías chagásicas, adoptaremos un patías chagásicas del sistema nervioso peri-
criterio funcional orientado por una pato- férico como patías parasimpáticoprivas,
logía dinámica, en atención a las exigencias cuyo substrato morfológico consta de una
de la correlación anatomoclínica: disminucion, de intensidad variable, de las
A. I’ntías del sistema nervioso periférico: neuronas parasimpáticas. A consecuencia
1) Trastornos de la movilidad; 2) Trastornos de las lesiones dr estas neuronas, son de
de la secreción, y 3) Trastornos de la absor- esperar trastornos de la movilidad, de la
cion. B. Patías del sistema nervioso central. secreción y de la absorción.
Noviembre 19611 EiVFERMEDAD DE CHAGAS 411
ron 1.514 y 2.000 casos, respectivament)c, de y variable como ninguna otra dolencia
megaesófagos cuya etiología chagásica ha- cardíaca. Con sobrada razón, Chagas (28)
bían sospechado. Rezende (21) en 1956 y considrró la forma c,ardíaca crónira como
Rezendc y Rassi (19) en 1958, comprobaron un “capít,ulo nuevo en patología humana”.
que la esofagopatía precede, en general, a la Hast,a hoy, la gran mayoría de los aut,ores se
cardiopatía en lo tocante a exteriorización refieren a la misma denominándola “mio-
clínica. Godoy y Haddad (23)) comprobaron cardit.is chagásira crklica”, t>érmino comple-
cn material no seleccionado, sin manifesta- tamente inadecuado. Desde los clásicos
ciones clínicas, pero con Machado Guerreiro trabajos de Chagas, sabemos que la sinto-
positivo, un 17% de casos con alteraciones matología cardíaca de la fase aguda, a
de la motilidad esofágica. Por consiguienk, consecuencia de la miocarditis, es por com-
la esofagopatía debe ser investigada por pleto distint,a de las manifestaciones cardía-
métodos funcionales, incluso en los casos cas tardías y se caracteriza principalmente
carentes de manifestaciones clínicas. La por alteraciones de la formación y conduc-
primera manifestación clínica está repre- ción del estímulo (29). Laranja y colahora-
sentada por la disfagia, observada por Carlos dores (30) comprobaron, rn 180 pacientes
Chagas (27), la cual, según sus observaciones, de miocarditis aguda, siilo dos casos (1,l %)
ocurriría en algunos casos durante la fase de bloqueo dc la rama derecha en la fase
aguda o inmediatamente después de ésta, lo final, mientras que en la cardiopatfa rri>nica,
que concuerda con las comprobaciones de el bloqueo de la rama drrecha aparece en
Rezende (21). Estas observaciones corro- un r>O’ZZ,aproximadamente. Si la miocardi-
boran nuestras comprobaciones de que la tis fuera realmente la causa de las alkra-
destrucción de neuronas ocurre principal- ciones del ritmo y de los diversos bloqueos,
mente en la fase aguda. La Fig. 7 muestra sería entonces Mgico que tales manifcst,a-
los resultados de investigaciones cuant,ita- cioncs aparecieran sobre todo en la fase
tivas de las neuronas del plexo mientérico, aguda, donde el parasitismo miocárdicw es
en esófagos normales, chagásicos sin mcgae- comparto y el proceso inflamatorio dcma-
sófago y chagásicos con megaesófago pro- siado ostensible, como en ninguna otra mio-
nunciado. * carditis.
Análogas lesiones ncurónicas conduciendo La causa de las manifestaciones tardías del
a aperistalsis y de manifestaciones mrgá- corazón chagásiro consiste esencialmente rn
litas pueden observarse en todos los órganos la dcstrucci6n de las nruronas parasimpáti-
musculares huecos. La Fig. 8-4 expone estas cas de los plexos intracardíacos. Se t,rata,
alteraciones en el intestino grueso y Fig. 8B, pues, de una rardiopat,ía neurógrna, dc una
en el árbol bronquial. cardiopat,ía parasimpáticopriva (31). La
b) Cardiopatia 2/ cardiomegalia. La car- Fig. 9 indica los resultados del recuent,o de
diopatía chagásica es una de las más curio- neuronas de la pared posterior de la aurícula
sas, ya que presenta sintomatología múltiple derecha, entre la desembocadura de las
venas cavas superior e inferior, en 5 casos
* T6cnica: se retiraron 3 anillos de 5 mm. normales y en 51 chagásicos cr6niros.*
aproximadament,e de espesor correspondientes a
En contraste con una media de 4.500
tres niveles (superior, medio e inferior). Estos
anillos se dividieron en fragmentos y se pusieron en neuronas en casos normales, tenemos ot.ra de
parafina. En todos los bloques se practicaron 140 480 neuronas en los casos de cardiopatía
cortes seriados de 7 micras, con un total de 980 chagásica cr<inica. Tenemos, pues, la misma
micras (aproximadamente, 1 mm.). Se contaron situaci6n encontrada en los iirganos muscu-
todas las neuronas en cada s6ptimo corte, evi-
tando así la cuenta repetida de las mismas. nc * Escogemos esta región en virtud de los puntos
este modo, se obtuvo, aproximadamente, el total de referencia fijos, que posibilitan la uniformidad
de neuronas en un anillo de 1 mm. de espesor. Esta del estudio y, además, por ser la región de mayor
técnica se adoptó en todos los recuentos realizados. concentración de neuronas.
i?oviembre í961 ] ENFERMEDAD DE CHAGAS 415
FIG. 7.-Resultados del cómputo de neuronas mientéricas en diez esdfagos normales, diez chapbicos sin
megaes6jago y diez chagásicos con megaesófago acentuado. El gráfico inferior muestra una comparación de
los resultados en el tercio inferior. I = $5 superior; II = ,Si medio; III = $5 inferior.
-
NOIlIld3 Chagásicos sin megas Megaesófago
--
1 1 III 1 II III 1 II III
.- -- / 1
ares huecos. Por tanto, se podría hablar de cas más diversas y complicadas. La mayoría
“aperistalsis de corazón” si la estructura, de los autores acepta hoy la teoría “mió-
enervación y función cardíacas no fuesen gena”. Todo esfuerzo encaminado a probar
mucho más complicadas, y no llevasen el acierto de una de ellas, lo consideramos
también a una patogenia más compleja. completamente inútil e ilógico. Esta pre-
Surge la primera pregunta sobre la fun- gunta es t,an absurda e inoportuna como lo
ción del sist,ema nervioso cardíaco y la im- sería el inquirir si un automóvil funciona
portancia de sus lesiones. Durante un siglo debido al motor (teoría miógena) o al con-
se ha discutido si el corazón funciona sobre ductor (teoría neurógena) . Varios cientíticos
una base miógena o neurógena. La veracidad arguyen que el corazón enervado funciona
de la Yeoría neurógena” de un lado y la perfectamente. Somos completamente con-
“miógena” de otro, fue “demostrada” por trarios a tal afirmación. Las aseveraciones
numerosos investigadores en innumerables de este tipo reflejan claramente una “fisio-
trabajos realizados de acuerdo con las técni- logía de jaula”, que nada tiene que ver con
416 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA
1) Taquicardia
2) Hipersensibilidad de la fibra cardíaca a la
adrenalina, con tendencia a la extrasístole y
fibrilación vrntricular
3) Aumento del consumo de oxígeno
FIG. 8 B.-Resultados del cómputo de neuronas del bronquio principal derecho, en casos normales, en
ehagbsicos sin bronquiectasia y con ella. En virtud de la escasez de neuronas en esta región, éstas se com-
putaron en un anillo de 10 mm.
0
CASOS NORMALES CNAGASICOS SIN BRONOUIECTASIA CNAGASICOS CON GRONRUIECTASIA
Noviembre 19611 ENFERMEDAD DE CHAGAS 417
CONSUMO
DE02
1
ESTIMULO OEL
150% SIMPATICO
:
;4
z
100% t,
Y CIRCULACION CORONARIA ;
"
50%
:
a.
0%
FIG. 12.-Frecuencia de las lesiones postisqué- demostrado por Cerletti y colaboradores (42)
miras (“lesión apical”) en 300 corazones chagásicos. en perros, con métodos funcionales. Büchner
r y colaboradores (43), comprobaron en di-
versos animales sometidos a una hipoxemia
acentuada, que siempre existían necrosis
hipoxémicas en la musculatura del ventrí-
culo izquierdo, principalmente en la región
apical. No interpretaron este hecho, pero
es indudable que estos hallazgos, muchas
veces verificados por otros investigadores,
significan que el ventrículo izquierdo, y
especialmente su región apical, es más
sensible a una oxigenación deficiente causada
por una irrigación relativamente menos
abundante. También esto resulta comprensi-
ble, si se considera que en los recién nacidos
el peso de la masa muscular de los dos ven-
trículos es idéntira o, a veces, la masa muscu-
lar derecha sobrepasa a la izquierda. Cada
masa ventricular está irrigada por una ar-
01
teria coronaria de igual di$metro, con peque-
ñas diferencias de campo de irrigación,
q VENTRICULO OERECHO siendo, por tanto, igual la irrigación en am-
bos lados. En la vida extrauterina, disminuye
precaria. Sería de esperar que tales lesiones la musculatura del ventrículo derecho y au-
se encontraran principalment’e en el ven- menta la masa muscular izquierda, cuya irri-
trículo derecho, donde la discrepancia entre gacion se hace relativamente menos eficaz;
la circulación y la masa muscular, más ésta es la razón del predominio de las lesiones
hipertrofiada en el corazón chagásico, se hipoxémicas en el sector de la arteria coro-
hace más patent’e. Sucede exactamente lo naria izquierda. Como la rama derecha del
contrario (Fig. 12). Este hecho curioso se haz de His recibe su irrigación, en el 95 7%
puede comprender únicamrnte si se cambia de los individuos, exclusivamente de la ar-
el concepto de que el corazón izquierdo es teria coronaria izquierda, se comprende que
más fuerte que el derecho, basado en la los trast,ornos vasculares hipoxémicos de su
verificación morfológica de que el espesor territorio tengan repercusión mucho más fre-
de la pared ventricular izquierda es normal- cuente en la rama derecha del haz de His
mente dos veces mayor que la del ventrículo (BRD en un 50 ‘%) que en su rama izquierda
derecho. Un criterio funcional indica que la (BR1 en un 3 %), irrigada por arteriolas
fuerza de reserva del ventrículo izquierdo es procedent,rs de las dos arterias coronarias.
mucho menor que la del derecho (41). El Barbato y colaboradores (44)) comprobaron
miocardio del ventrículo derecho pesa 50 g. en un 8 5X de los casos estudiados, un blo-
y el del izquierdo 100 g., es decir, que están quco parrial de la rama izquierda, que se
en una relación de 1:2; por ot,ro lado, la explica por la hipoxemia de la parte irrigada
relación entre la presión en la arteria pul- por la arteria coronaria izquierda. Los di-
monar y en la aorta es, cuando menos, de versos bloqueos del sistema conductor, tan
1:4. Por consiguient,e, el ventrículo izquierdo característicos en la cardiopatía chagásica,
trabaja mucho más cerca de los límites de son, por consiguiente, consecuencia de le-
su capacidad y llegará mucho antes a la siones hipoxémicas en distintos niveles de
insuficiencia que el derecho. Este hecho fue este sistema. Carlos Chaaas u (28)\ observó la
Noviembre 1961] ENFERMEDAD DE CHAGAS 421
FIG. 13.-Fibrosis acentuada del nódulo sinusal en la cardiopatia chagiisica avanzada, con bradicardia
acentuada.
422 BOLETIN DE La4 OFICINA SANITARIA PANAMERICANA
FIG. 14.-Distribución cle la cardiopalia chagásica, según la edad y el sexo, en 260 casos.
10 20 30 40 50 60
EDAD EN ANOS
1.000 g. 0 más, que prrscnta todas las lcsionw ya rcquicrcn estudios mucho más complejos y
mencionadas. llevados a cabo en estrecha colaboración
con otros especialistas. La sialoadenopatía,
Hasta aquí, no nos hemos referido a la principalment,e bajo la forma de hipertrofia
miocarditis crónica, y no por que neguemos bilateral de la parótida, fue observada por
su existencia. Existe realmente, pero no se Chagas y est,udiada posteriormente por
le puede atribuir la aparición de las altera-
varios autores en casos de megaesófago (21,
ciones cardíacas que componen el cuadro de
46, 47). Sabemos que esta hipertrofia se
la cardiopatía. Esta miocarditis, en general
encuentra muchas veces relacionada con el
discreta, puede presentarse más o menos
megaesófago (en el material de Rezende (48),
acentuada y funcionar como factor agra-
vante, mas nunca determinante. en un 52 %), pero la hay también en casos
Las lesiones hipoxémicas se observan, chagásiros sin megaesófago. Trátase, en
asimismo, en la parte ascendente de la realidad, de una hiprrplasia, que se mani-
aorta, y reproducen el aspecto de la medione- fiesta clínicamente por medio dc sialorrea,
crasis y causan el adelgazamiento de la y es causada por la enervación parasimpá-
pared, ruptura o aneurisma disecante (Fig. tica de la glándula.
17). Alteraciones semejantes deben ser investi-
gadas en el páncreas exocrina.
2. Trastornos de la secreción Los trastornos de la secreción gástrica y
Partiendo del hecho de que toda secreción, de todo el tubo digestivo deben ser estudia-
tanto exocrina como endocrina, se encuentra dos en la gastropatía chagásica (49) y en la
bajo el conkol del sistema nervioso, son de forma digestiva (48).
espnrar trastornos de la misma cuando éste T,as perturbaciones del sudor, frecuentes
queda comprometido. En realidad, estos cn los chagásicos, fueron estudiadas por
trastornos los hay pero, hasta hoy, han sido Vieira (50) y Armhrust Figueiredo (SI),
muy poco estudiados. Estas alteraciones quienes encontraron respuesta acentuada a
Noviembre 19611 EKFERtiEDAD DE CHAGAS 423
los estímulos colinérgicos (rnecolil, prostig- atención sobre los t2rastornos de la secreción
mina y fisostigmina). insular, pues hemos observado ya tres casos
Es oportuno mencionar la posibilidad de d e d’Ia b e t es chagásica. Reis y colaboradores
que haya endocrinopatías. Llamamos la (5.2) comprobaron anormalidades definidas
424 BOLETIN DE LA OtiICINA SANITARIA PANAMERICANA
FIG. í6.-A-Pequeño aneurisma apical tipico. B-Hipertroja y dilatación globales, Jibrosis subendo-
cardiaca en el ventriculo izquierdo, adelgazamiento de la punta, con trombosis parietal. Trombosis de la
auricula derecha. C-Hipertrofia y dilatación acentuadas con aneurisma de la punta y trombosis parietal
extensa. D-Cardiomegaliu acentuada con gran aneurisma de la punta y zonus extensas de necrosis hipoxémicu.
destruida. Sólo se podría, por medio de me- lucha verdaderamente eficaz contra la en-
didas profilácticas, prevenir o atenuar en fermedad de Chagas solamente será posible
chagásicos latentes las manifestaciones mediante la unión de los esfuerzos de las
tardías, pero graves, resultado de los tras- autoridades sanitarias, de los médicos y de
tornos funcionales. Para alcanzar el éxito en las poblaciones para combatir al transmisor
este propósito, son necesarios estudios fun- de este terrible azote. Si de esta colaboración
cionales en gran escala entre las poblaciones resultara un día el exterminio de la temible
rurales de las zonas endémicas. enfermedad que enluta implacablemente
Para terminar, consideramos conveniente millares de hogares, entonces descansaría-
recordar lo que hemos referido en trabajos mos tranquilos, seguros de haber cumplido
anteriores: el destino del chagásico se decide la abrumadora tarea legada por el inestima-
en la fase aguda y, por consiguiente, una ble investigador Carlos Chagas.
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