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Escuela Normal Superior "OsvaldoMagnasco"

Profesorado de Enseñanza Secundaria en Historia.

Espacio curricular: Seminario Historia de las Ideas II

Ciclo Lectivo: 2016

Curso: Segundo año

Profesor: Corvoisier, Gabriela

Actividad: Guía de preguntas Unidad II La Ilustración Francesa y la


división de Poderes (Montesquieu)

Alumnos: Brassesco Daniel Alberto

García, María José

Juárez, Renata
Libro I Cap. I

1/2) El Universo, según Montesquieu está atravesado por leyes, que son producto de las
relaciones entre los seres vivos y no vivos, conscientes e inconscientes, reglas
inmutables e invariables, que son una constante en dichas relaciones. Los seres
inteligentes pueden hacer sus propias leyes, pero también existen leyes no escritas,
dadas por las relaciones de justicia preexistentes. Estas relaciones son lo que Zaffaroni
identifica dentro del medioambiente, del que todos los seres forman parte y las leyes son
el necesario derivado del reconocimiento del hombre como parte integral de la
naturaleza, formando un todo; los derechos del hombre y las leyes que delimitan su
obrar deben contemplar esta condición del ser humano como parte de la naturaleza, que
más allá del bien material es bien jurídico. El Universo, según Montesquieu está
atravesado por leyes, que son producto de las relaciones entre los seres vivos y no vivos,
conscientes e inconscientes, reglas inmutables e invariables, que son una constante en
dichas relaciones. Los seres inteligentes pueden hacer sus propias leyes, pero también
existen leyes no escritas, dadas por las relaciones de justicia preexistentes.

3) Las relaciones de equidad son anteriores a las leyes del hombre, son relaciones de
justicia. Pero como los seres inteligentes lo son en forma limitada, las leyes creadas por
éstos no tienen la perfección de las leyes naturales, que son invariables. Además los
hombres, a diferencia de los demás seres, no siguen invariablemente las leyes que ellos
mismos han creado.

4) Como se mencionara anteriormente, para Montesquieu, las bestias siguen leyes


naturales, invariables y constantes, mientras que los humanos siguen leyes que son
fruto de su razonamiento; son leyes falibles. Además, los hombres no siempre se
atienen a estas leyes positivas.

Las leyes de las bestias son las que se dan por las relaciones que se establecen entre
ellas y la naturaleza, es decir lo que en la obra de Zaffaroni se identifica como el
medioambiente, en concordancia con los paradigmas ecológicos que se manejan en la
actualidad.

Para Montesquieu hay una relación directa entre el apego a las leyes naturales
dependiendo del nivel de organización de los seres vivos: por ejemplo las plantas son
más constantes que las bestias más complejas, ya que en ellas no se detecta sentimiento
ni conocimiento. El hombre es capaz de quebrantar las leyes creadas por Dios y los
hombres mismos, ya que más allá de su inteligencia, es presa de sus pasiones, al igual
que las bestias. En síntesis, las bestias siguen leyes naturales y los hombres son capaces
de crear las suyas, leyes positivas que guíen su moral por sobre las pasiones, pero tiene
el albedrío que le permite acatar estas leyes o ignorarlas y ahí reside la principal
diferencia entre ambos.

5) Montesquieu escribió sobre los “remedios” que morigeran o corrigen al hombre


como ser inteligente pero a la vez limitado. Las leyes de la religión recuerdan al
hombre sobre su Creador y le impiden ser presa de sus pasiones; las leyes morales le
permiten poder vivir en sociedad; las leyes políticas le recuerdan sus deberes para con
la sociedad y regulan la convivencia en la misma.

Libro I Cap. II y III

1) Montesquieu concibe al hombre en estado de naturaleza como un ser que sólo tiene la
idea de conservarse a sí mismo. No posee conocimiento, pero sí la facultad de conocer.
En este estado teme a todo lo que no conoce y por lo tanto es un ser débil y tímido, que
no ataca a sus semejantes, por ese mismo temor, por lo que la paz es necesariamente
la primera de las leyes naturales que rigen su vida.

2) Siguiendo a Montesquieu, las leyes que gobiernan al hombre naturalmente son la paz,
la necesidad de alimentarse y satisfacer sus necesidades, la atracción de la proximidad
con los de su misma especie, el deseo de convivir con sus semejantes.

3) La idea de mando, surge para Montesquieu y al contrario de lo que afirma Hobbes, de


las complejidades crecientes que surgen al entrar el hombre en la sociedad, por lo que la
guerra no es un estado natural en el mismo. Cuando el hombre conoce conceptos como
la propiedad y la posesión, surge también el deseo de posesión y poder asociados a la
misma. Así surgen los conflictos alrededor de la posesión de bienes y poder; todas las
disputas son producto del abandono del estado natural al pasar el hombre a vivir en
sociedad.

4) Cuando el hombre empieza a vivir en sociedad, es cuando éste entra en el estado de


guerra, al concluir la igualdad primitiva del estado natural y comenzar cada uno a
utilizar sus ventajas (fuerza, astucia, etc.) en detrimento de sus semejantes. Las leyes
son para Montesquieu una necesidad, un “tratado de paz” entre los ciudadanos.

5) El derecho posee diversas ramas:

Derechos de gentes: se funda naturalmente en el principio de que todas las naciones


deben hacer la paz y si hacen la guerra, el daño debe ser el menor posible, sin perjuicio
de los intereses de ambas partes; este principio debe ser el origen de todas las leyes que
forman el derecho de gentes.

Derecho político: hace a las leyes que forman el gobierno. No hay sociedad posible sin
un gobierno. La reunión de todas las fuerzas particulares forman el Estado Político.
Esta fuerza puede estar en manos de uno solo de varios. El gobierno más conforme a la
naturaleza es el que se ajusta a la disposición particular del pueblo para el cual se
establece el poder.

Las fuerzas particulares no pueden reunirse si no se reúnen todas las voluntades, que se
denominan Estado Civil.

La ley es la aplicación de la razón humana sobre el gobierno de todos los pueblos. Las
leyes políticas y civiles de cada nación no deben ser otra cosa que casos particulares en
los que se aplica la misma razón humana. Las leyes que se hicieron para una nación no
pueden ser aplicadas en otra.

Todas las leyes dependen de la naturaleza física del país, población, religión, del grado
de libertad posible de cada pueblo, clima, costumbres, etc., que deben estar armonizadas
unas con otras y con el objeto del legislador.

Estas relaciones son las que conforman lo que Montesquieu llama el espíritu de las
leyes.

Libro II Cap. I

1) Existen para Montesquieu tres tipos principales de gobierno:

Republicano: en él es el pueblo o una parte de él quien ejerce soberanía.


Monárquico: el gobierno es ejercido por uno, pero con sujeción a leyes fijas y
preestablecidas.

Despótico: el gobierno está en manos de uno solo, sujeto a su voluntad y capricho.

Las leyes relativas a la democracia¸ es decir al gobierno republicano. El pueblo es


monarca cuando vota y en otros aspectos es súbdito. Las leyes que regulan el sufragio
son fundamentales porque determinan quién debe gobernar.

El pueblo soberano debe serlo hasta donde le es posible, cuando se le hace


materialmente imposible debe delegar el poder en sus ministros. Los ministros sólo
tienen poder legítimo si son elegidos por el pueblo. Un pueblo soberano necesita ser
guiado por un senado o consejo elegido por el voto. Montesquieu considera que el
pueblo está perfectamente capacitado para elegir gobernantes o jueces o legisladores,
por sus respectivos méritos. Pero el pueblo no es capaz por sí solo de manejar
cuestiones complejas de gobierno, internas y externas.

Montesquieu toma el ejemplo de Grecia y Roma, donde se dividió al pueblo en clases


dependiendo de su grado de riqueza. Siendo las clases más pudientes las que podían
aspirar a un cargo público, más allá de que todos pudiesen tener derecho a votar.

2) Las leyes que determinan l voto son fundamentales para la democracia y deben ser
públicos para Montesquieu, ya que él observó que la ruina de Roma se produjo cuando
el sufragio pasó a ser secreto como relató Cicerón, al no poder el pueblo seguir el
ejemplo de los personajes ilustrados. Otra ley fundamental es que el pueblo emita sus
leyes.

Lo peor que puede suceder a una democracia es que el pueblo pierda su apasionamiento
y su interés en las cuestiones públicas o peor, que sea corrompido para que no se
preocupe en lo más mínimo por quién y cómo es gobernado.

Cap. III

1) El poder está en pocas manos y el pueblo es contemplado a lo sumo como los


vasallos en las monarquías. Los aristócratas hacen las leyes y las hacen ejecutar. En una
aristocracia el pueblo no tiene voz ni voto.

La mejor aristocracia es aquella en la que la parte del pueblo excluida

Una aristocracia debe estar compuesta en lo posible, para Montesquieu, por familias
populares; la aristocracia será más perfecta mientras más se asemeje a la democracia,
como más imperfecta será cuanto más se asemeje a una monaruía.
Dentro de la aristocracia la facultad de elegir magistrados es poseída por el grupo de
nobles. La aristocracia tiene un régimen de elección propio, donde están
preestablecidas normas sobre quién es apto para asumir el gobierno. La peor forma de
aristocracia es aquella en la que el pueblo vive en estado de servidumbre. Para
Montesquieu es importante que la duración de una magistratura sea breve, ya que sería
peligroso perpetuarse en el poder.

Capítulo IV

1) En la monarquía el gobierno reside en el príncipe, fuente de todo poder político


y civil. Su poder corre a través de poderes intermediarios como las leyes y los
nobles.

El poder del clero es conveniente en una monarquía, porque supone una barrera contra
la arbitrariedad ilimitada del déspota.

No basta que haya rangos intermedios, tiene que haber un depósito de leyes, separado
del consejo del príncipe, que no suele contar con la confianza ni simpatía del pueblo.
Este consejo no es permanente se renueva y no es numeroso, no puede interpretar la
voluntad del pueblo.

Capítulo V

1) En el gobierno despótico por naturaleza se encarga del poder una sola persona, y
al resto nada.
Un déspota no puede confiare en varios consejeros, que se disputarán su favor.
Montesquieu pone como ejemplo a los príncipes de Oriente, que nombra a un
visir (lo que identifica como ley fundamental en los estados despóticos) al que le
delegan el poder.
Cuanto mayores sean el territorio y la población, mayores serán las dificultades
y menor el interés en gobernar del déspota. Por regla general, el poder recaerá en
un visir, que tendrá la facultad de gobernar.

Libro III

1) La diferencia entre naturaleza y principio es que la naturaleza es la esencia (lo


que lo hace ser) y el principio es lo que lo hace obrar. La naturaleza es la
estructura particular y el principio, las pasiones humanas que lo mueven.
2) La naturaleza del gobierno republicano es que gobierne el pueblo en cuerpo o
bien algunas familias, en el monárquico que el príncipe tenga el poder supremo
y la ejecución de leyes preestablecidas, la naturaleza del gobierno despótico es la
voluntad y capricho del gobernante.
3) El principio fundamental de un gobierno republicano es la virtud de quienes
formulan y hacen cumplir las leyes y que el incumplimiento de las mismas, en
este tipo de gobierno, sólo puede venir de la corrupción de la república, en este
caso se puede dar al Estado por perdido. El gobierno republicano depende
principalmente de la moralidad y carácter de la mayoría.

En los gobiernos monárquicos las leyes suplen a la virtud. El motor de las acciones de
cada clase es el honor, el preconcepto de cada persona. El honor y las leyes alcanzan el
objeto del gobierno como la virtud misma.

En un gobierno despótico no hay distinción posible, no hay honor,siendo en él todos


esclavos. El principal resorte o motor del poder es el temor al soberano, que tiene la
facultad de perdonar o quitar la vida a cualquiera de sus súbditos.

2) El gobierno templado o moderado se diferencia del despótico por el respeto al


honor, que reina tanto sobre el príncipe como el reino y modera la voluntad o
capricho del soberano. En un gobierno templado el monarca es más ilustrado y
los ministros mucho más hábiles que en los gobiernos despóticos.

La libertad es importante para un Estado que necesite de súbditos capaces de


desarrollar sus facultades de trabajar, comerciar y elegir a quienes se encargan de la
formulación de leyes, que hacen a la convivencia en sociedad, y deben hacerlas
cumplir. En este caso la libertad es muy importante en los gobiernos republicanos.
No deja de serlo tampoco en las monarquías con leyes preestablecidas, donde en
época de Montesquieu se estaba produciendo el nacimiento de un sistema político
liberal y el capitalismo como sistema económico, ambos dependientes e un grado de
libertad amplio para poder funcionar y mantenerse en el tiempo. Es impensable que
exista una sociedad sin reglas que establezcan parámetros de convivencia, pero
como reflexiona Plutarco, estas leyes son –o deberían ser- expresión del respeto
básico a la condición de ser humano, de la empatía y reconocimiento del otro como
persona con dignidad, derechos y deberes más allá de que estos conceptos se
desarrollaran siglos más tarde. Por eso es correcta la analogía que hace Plutarco: las
leyes dan forma de código normas que hasta el momento se dan, como menciona
Montesquieu en la forma de relaciones naturales de justicia y equidad.

Hay que tener en cuenta que Montesquieu perteneció a un contexto histórico donde
aparece un conocimiento secular, que buscaba explicar los diversos fenómenos de la
naturaleza. Estos fenómenos, que parecían hasta entonces complejos, comenzaron a
ser explicados por leyes simples, como los principia de Newton. Las ciencias
naturales influyeron el pensamiento filosófico, político y jurídico. Hay coincidencias
entre Montesquieu y Zaffaroni, en el sentido que el pensador francés habla de leyes
no escritas, que regulan las relaciones entre los seres de la naturaleza, relaciones que
de hecho existen y son objeto de estudio de otra ciencia de reciente aparición: la
ecología, que ha influenciado desde el siglo XX el pensamiento filosófico, político y
jurídico contemporáneos. Prueba de esto son corrientes filosóficas como la ética
ambiental, movimientos políticos como el ecologismo y el pensamiento jurídico que
dio origen a Constituciones como la de Ecuador, donde se considera al hombre
como parte integrante del medioambiente. Las leyes son un necesario producto del
equilibrio entre ley y naturaleza. Zaffaroni representa esta corriente de pensamiento
y ejemplifica en su obra la consideración que se ha dado durante la historia al
mundo natural y sus seres con respecto al hombre y las leyes de los hombres.
Montesquieu fue visionario al interpretar la ley positiva como falible pero
perfectible, al ser un producto humano, pensamiento adelantado a su época, cuando
aún faltaba para que las ciencias sociales se separaran de los paradigmas de las
ciencias naturales y se tomara conciencia de que cada ser humano es único.

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