Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
2°.- En los casos en que solamente procede la acción penal privada, ésta se
extingue, además de lo establecido en el inciso anterior, por desistimiento o
transacción y, en los delitos contra el honor sexual, también por matrimonio
subsiguiente.
En consecuencia, de los antecedentes legislativos del artículo 78° del Código Penal de
1991, se desprende lo siguiente:
a) Desde 1863 hasta 1991 los delitos sexuales fueron considerados delitos contra
la honestidad, el honor o contra las buenas costumbres.
b) La persecución a instancia de la parte agraviada, el desistimiento como forma de
concluir el proceso, así como el matrimonio como vía de exención de la pena se
hallaban vinculados a los delitos de naturaleza sexual desde el primer proyecto
de Código Penal.
c) El desistimiento como forma de concluir el proceso penal apareció en 1828, en
el proyecto de código penal de Manuel Lorenzo de Vidaurre –el mismo que
dividió los delitos en públicos y privados– y permanece hasta el Código Penal
vigente.
Estas reglas formaban parte de la política criminal para los delitos contra la libertad
sexual. Tal política es entendida como el conjunto de decisiones relativas a los
instrumentos, reglas, estrategias u objetivos que regulan la coerción penal. En su
calidad de decisiones, tienen un elemento eminentemente valorativo, aunque a veces
se las pretenda enmascarar bajo formas técnicas, aparentemente neutrales23.
En derecho penal debe distinguirse con cuidado entre el positivismo filosófico y el positivismo
penal,
como escuela o corriente surgida en Italia. Este último surgió, precisamente, por la aplicación
del
método positivo en derecho penal y se caracterizó, primero por negar el libre arbitrio como
fundamento del castigo penal y sustituirlo por la "responsabilidad social"; segundo, por
considerar al
delito como fenómeno social y no como entre jurídico; y, por último, por sustituir la pena-
retributiva por
medidas de prevención y tratamiento impuestas conforme a la peligrosidad del agente. La
influencia
alcanzada por el positivismo filosófico en los diferentes campos del saber y, en particular, por el
"positivismo italiano" en el derecho penal, propició la incorporación de algunas disposiciones
del proyecto positivista de Ferri en el código penal peruano de 1924. La reacción contra el
positivismo se
materializó en el surgimiento de la corriente espiritualista y fue iniciada en la filosofía por
Alenjandro
Deustua (Sobrevilla 1978: 40). En el campo del derecho, destacó como crítico del positivismo
Víctor
M. Maúrtua, asimismo, como (p. 53) propulsor de las corrientes doctrinarias de cepa hegeliana
y
neokantiana. El fue el autor del proyecto de código penal de 1916 e intervino en la redacción
del texto
definitivo. El rechazo del positivismo por parte de Victor M Maúrtua, explica por qué éste se
inclinó en
el proyecto, teóricamente, por un modelo ecléctico como el helvético y no por el marcadamente
positivista de Ferri. La influencia positivista era tan fuerte que el primer intento de reforma del
código
penal de 1924, tres años después de su entrada en vigencia, estuvo claramente inspirado en
ese
movimiento. Se trató, precisamente, del proyecto Cornejo-Jiménez.