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Alfonso Dastis y Bruno Rodríguez el pasado lunes en Madrid. FERNANDO ALVARADO EFE
La diplomacia española tiene un grave problema: las estrategias a veces dependen más del
color ideológico de quien ocupa La Moncloa que de los intereses de Estado. Otra
característica que asoma de vez en cuando es su falta de reflejos. Ambas cosas se han
dado la mano en las relaciones con Cuba.
Esta joya del Caribe que España perdió con dolor en 1898 dando lugar a un cataclismo
nacional cargado de pesimismo ha sido en las últimas décadas un elemento de
confrontación política interna que no ha hecho ningún bien a ninguna de las dos partes.
Desde que Felipe González visitó la isla en 1986, Madrid inició una estrategia de alejamiento
que culminó con la política de mano dura de José María Aznar. Este logró que en 1996 la
Unión Europea adoptara una posición común de reducir al mínimo las relaciones
diplomáticas. España, con 250 empresas radicadas en la isla, es el tercer socio comercial de
Cuba y el primero europeo. Así que si había un país perjudicado por ese distanciamiento en
nombre de los derechos humanos (un asunto que no parecía preocupar con otras naciones)
ese era España. Dura posición que tampoco logró la apertura democrática del régimen.
http://elpais.com/elpais/2017/04/21/opinion/1492793273_889978.html 1/2
2017-4-23 España no puede perder Cuba dos veces | Opinión | EL PAÍS
La falta de reflejos de España era evidente hasta que, por fin, la posición común europea
pasó a mejor vida en 2016 y el mismo partido que fue de Aznar rectificaba el tiro
intensificando las relaciones. El lunes pasado la diplomacia española acogía al canciller
cubano Bruno Rodríguez en Madrid y aceptaba la invitación cursada al Rey y al presidente
del Gobierno de visitar oficialmente la isla. El ministro de Exteriores Alfonso Dastis tiene
razón. Más vale tarde que nunca. Dastis asegura que tal visita se realizará antes de que
Castro abandone el poder, lo que tiene planeado para febrero del próximo año.
El tiempo apremia y el momento es óptimo, cuando Donald Trump sigue sin dar señales de
querer revocar la política de apertura de su predecesor. ¿Será capaz de darse un poco de
prisa el parsimonioso Mariano Rajoy? Otros peor posicionados se adelantan. España no
puede perder Cuba; otra vez. Un veterano diplomático, mucho más moderado, lo expresa de
otra manera: España está ya bien situada en la isla, pero podía estar mejor.
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