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Actividad 1.1.7 ¿Cuál estrategia usaría con los alumnos que inventan
algoritmos alternos para la adición, para la sustracción, la
multiplicación y la división?. Recuerde que la estrategia debe explicar lo
que se haría en clase ante un caso como el señalado.
Actividad 1.2.2 ¿Qué modelo debo enseñar para evitar esa concepción
de aumento asociada a la multiplicación y la adición? Ejemplifique y
explique el modelo que proponga. Acá no se pide que señale cómo se
trabaja en determinado.
1.- Si los dos números son mayores que 1, entonces el producto es mayor
que los factores. Ejemplo: 30 x 700 = 21000
4.- Si los dos factores son menores que 1, entonces el producto es menor
que los dos factores. Ejemplo: 0,2 x 0,56 = 0,112
No cabe duda del carácter urgente que se otorga a las cuestiones relativas a
la equidad, que supone un cambio positivo con respecto al pasado reciente,
en el que se consideraba que la equidad se oponía a la excelencia
(TOMLINSON, 1986). "La cuestión de la equidad" engloba la complejidad de
la diversidad de los estudiantes y de las ideas y tradiciones de las personas
que se dedican a este campo; podríamos referirnos con la misma facilidad a
la "cuestión de la resolución de problemas". La solución debe elaborarse de
manera que se ajuste al discurso dominante; es decir, las soluciones deben
adaptarse a los planes dominantes de reforma e investigación. Algunos
defensores de la reforma de la educación matemática han manifestado que
las escuelas a las que asisten muchos niños de bajo nivel socioeconómico
(NSE) experimentan una elevada tasa de movilidad del profesorado, un
liderazgo inestable y otros problemas que "salen fuera del ámbito de la
educación matemática". Como tenemos que centrar nuestra atención en
aspectos "sobre los que podamos hacer algo" -dicen-, debemos dejar de lado
las cuestiones que se refieren a la escuela y, en cambio, prestar atención al
currículo y a la enseñanza (en otras palabras, resolver un problema más
sencillo, al estilo de POLYA, 1957), como si los educadores de matemáticas
pudieran influir en el currículo y en la enseñanza sin tener en cuenta la
escuela en su totalidad. Nunca se considera que esta visión estrecha de las
matemáticas escolares y de su reforma está muy sesgada por valores; que
no sólo se traduce en una desconexión de la equidad con respecto a la
reforma, sino también en la subordinación de la equidad a los imperativos de
la reforma y, por último, que es probable que conduzca a una nueva
estratificación de las oportunidades o al fracaso completo de los esfuerzos de
reforma. Los educadores multiculturales recomiendan que los profesores
conozcan y comprendan las normas de comunicación de diversos grupos
sociales y culturales (véanse, por ejemplo: DAMEN, 1987; GRANT Y
SLEETER, 1989; HEATH, 1986; NIETO, 1992; SLEETER y GRANT, 1988),
son muy escasas las alusiones a las muchas cosas que tienen que hacer los
profesores de poblaciones estudiantiles de orígenes diversos dentro y fuera
del aula. En el marco de esta concepción más amplia, la buena enseñanza
supone garantizar el acceso de los estudiantes a las oportunidades que
puedan surgir. Los indicadores de una práctica competente son la llegada de
alumnos de distinto origen cultural a las matemáticas avanzadas, la
perseverancia en las asignaturas escogidas y, por último, el acceso de los
alumnos de distintos orígenes a titulaciones y carreras profesionales
superiores relacionadas con las matemáticas. En otras palabras, la buena
enseñanza debe ayudar a los alumnos a mantenerse en la línea de las
matemáticas. De acuerdo con ese perfil, habrá que considerar buenos
profesores a aquellos cuyos alumnos aprueben el examen avanzado de
cálculo. En definitiva, mientras reformamos las matemáticas escolares,
tenemos que garantizar que los diversos grupos tengan acceso al sistema
vigente, con independencia de lo deficitario que parezca a los reformadores.
La utilización de los grupos cooperativos, considerada por la comunidad de la
educación matemática como indicativa de la buena enseñanza, puede
interpretarse como una cuestión de equidad, y la comunicación transcultural
también puede considerarse como un aspecto de la buena enseñanza. A la
preocupación por la equidad en el aprendizaje de los estudiantes se
responde afirmando que los planes de reforma se ocuparán de la equidad,
pero los hechos no concuerdan con tales afirmaciones, salvo los eslóganes
de que la equidad y la excelencia son objetivos compatibles y que la reforma
ayudará a todos los estudiantes.