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Capítulo I: Generalidades 1.1.

Antecedentes Gran parte de la literatura relacionada a la Psicología


y Educación señala que uno de los factores esenciales que tiene influencia en la experiencia
educativa formal de los alumnos es la interacción entre la familia y la escuela (Sarmiento & Zapata,
2014). Asimismo, Weiss, Bouffard, Bridglall y Gordon (2009), coinciden en que el involucramiento
entre ambos contextos de aprendizaje es un elemento fundamental para asegurar el triunfo
escolar en el alumnado. Años atrás, esta relación entre ambos contextos de aprendizaje (escuela y
familia) se plasmaba en una distribución clara e independiente de funciones en la cual la familia
ejercía la tarea de socializar a los niños y la escuela se encargaba de impartir conocimientos. Hoy
en día, debido a los diferentes cambios que han ocurrido en la sociedad, las funciones que ambos
contextos de aprendizaje tenían establecidas se han invertido, ya que se puede adquirir
conocimientos en el contexto familiar gracias a los medios de comunicación y a la tecnología,
como también las escuelas cumplen un rol importante actualmente en el proceso de socialización
de los niños. (ntic.educacion.es, 2015) En estos tiempos, es vital que ambos contextos de
aprendizaje ejerzan un esfuerzo como equipo para cumplir con el papel fundamental de educar a
las nuevas generaciones. Es necesario que, tanto la familia y escuela consoliden una alianza para
lidiar conjuntamente con lo diferentes desafíos que puede implicar la educación
(ntic.educacion.es, 2015). Existen ciertos estudios que pueden evidenciar el impacto positivo que
tiene la interacción entre la familia y la escuela, como es el caso de estudios internacionales 12
como (SERCE Y PISA), que indican que esta interacción entre la familia y escuela ejerce un impacto
notorio en el desempeño y en los aciertos de aprendizaje (Sarmiento & Zapata, 2014). De la misma
forma, Brassett-Grundy (2002) y Desforges y Abouchaar (2003) concuerdan en que existe una
correlación positiva y alta entre el desempeño y participación de la familia en la escuela. La
preocupación de los padres por mantener su trabajo se ve acrecentada por el último informe de la
Organización Internacional del trabajo (OIT) que señala que, debido a las complicadas condiciones
del mercado laboral en Brasil, la tasa de desempleo en América Latina y el Caribe aumentará en un
0.3%. Se estima que durante el 2017 el Perú tendrá una tasa de desempleo de 8.4% lo cual
significará una reducción del empleo en el país (Elcomercio.pe, 2017). Lo anterior, por lo tanto,
podría generar menos involucramiento de la familia en la escuela ya, que estarían los padres más
focalizados en no desatender sus trabajos para no perder sus ingresos mensuales para el afronte
mensual de la carga familiar. De acuerdo a Macia (2016) recomienda que, para enfrentar el gran
reto de educación, tanto la familia y la escuela deben de trabajar conjuntamente en establecer un
lazo estrecho de comunicación sólido y eficaz. Para entablar un vínculo más cercano entre la
familia y colegio, que genere un incremento en el sentido de pertenencia y confianza entre estos
dos agentes esenciales, es fundamental contar con un canal de comunicación bidireccional que
ofrezca posibilidad de tener acceso a información transparente, actualizada y clara y en que se
puedan intercambiar diferentes datos para propiciar una mejor dinámica entre la familia y escuela.
Lo anterior describe que, para poder cimentar una adecuada relación entre familia y colegio, es
vital darles importancia a los canales de comunicación entre, estos dos importantes agentes.

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