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Hajek, E.R. 1989.

El ambiente atmosférico en América Latina: vel global o local) el que activa la dis­
características, variabilidad, deterioro. Contribuciones. (CIEDLA
Buenos Aires.) 6: 105-113.
persión de todos estos com ponentes a
muchos sectores, a veces muy distan­
tes de sus lugares de origen.
Las preocupaciones actuales en va­
rias partes de América Latina van aso­
ciadas al importante deterioro de la
calidad del aire en muchas áreas, lo
que sin duda se orienta a un deterioro
de la calidad ambiental y por ende de
la calidad de vida para las poblaciones
locales.
La presente contribución pretende
desarrollar, en breve espacio, algunas
ideas respecto del ambiente atmosféri­
co en América Latina, sus característi­
cas, su variabilidad y su deterioro. No
es intención del autor dar una visión
com pleta sobre este tema, sino más
bien señalar algunos de los puntos de
interés que resumen su preocupación
al respecto. T am poco se podría lograr
una visión globalizante en una perspec­
tiva internacional sin el apoyo de nu­
merosas personas que han trabajado
estos temas en sus propios países y
que con seguridad manejan casuísti­
cas detalladas m ucho más finas que lo
que se presenta aquí. El trabajo, en­
tonces, debe considerarse una visión
de aproxim ación a estas problemáticas,
Ernst R. Hajek * invitando a pensar y a incursionar en
ellas con más dedicación y detalle.
El ambiente atmosférico Hechas estas aclaraciones, se desa­
en América Latina: rrollarán a continuación los tres pun­
tos siguientes en torno al ambiente
características, variabilidad,
atm osférico en América Latina: a) Ca­
deterioro** racterísticas; b) Variabilidad, y c) De­
terioro.
El ambiente atm osférico es una de
las fuentes primarias de elementos que
sustentan la vida en la Tierra y es a la
* El autor es Profesor Titular del Departa­
vez el gran depósito de desechos que m ento de E cología, Facultad de Ciencias Bio­
resultan de la interacción del hom bre lógicas, Pontificia Universidad Católica de
con los recursos naturales. Es cierto Chile, Santiago, Chile.
también que no sólo la actividad del ** Versión abreviada de la ponencia presen­
hombre genera partículas y gases que tada en el Seminario Internacional “ El me­
se descargan en grandes cantidades en dio am biente entre la política y la e c o n o ­
mía. C ontribuciones latinoamericanas y eu­
la atmósfera, sino que también lo ha­ ropeas’ , organizado p or la Fundación Kon-
cen los procesos naturales. Es el pro­ rad Adenauer, a través de CIEDLA, en Men­
pio movimiento de la atmósfera (a ni­ doza, del 26 al 28 de abril de 1988.

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a) Características del ambiente Venezuela, Guyana, Surinam, Guyana
atm osférico francesa, Colom bia, Perú, Panamá, Ni­
caragua, Costa Rica, Honduras, Guate­
El sector de América Latina, mira­ mala, M éxico y tod o el grupo de islas
do co m o una unidad de tipo adminis­ que corresponden al Caribe y Antillas.
trativo (las regiones naturales no guar­ Los climas de tipo seco se representan
dan relación con las fronteras de los principalmente en la vertiente o c ci­
países) muestra, en perspectiva climá­ dental de América del Sur, incluyendo
tica, una alta diversidad de con d icio­ países com o Chile y Perú, en los cua­
nes naturales. Ello está dado por una les predomina el tipo desértico o ári­
serie de factores que tienen relación do. Por otra parte, una gran extensión
con las zonas de altas y bajas presiones de Argentina y el área nororiente de
de la atmósfera, la proporción de tie­ M éxico están influenciados por los ti­
rras y mares, la presencia de cordille­ pos de clima desértico o árido, y de
ras y áreas montañosas que actúan c o ­ estepa o semiárido, respectivamente.
m o “ biom bos clim áticos” , y una serie Los climas subtropicales no tienen
de peculiaridades locales dadas por la gran expansión areal, y el sector que
topografía, la exposición de laderas a se encuentra influenciado por este ti­
la radiación solar, los vientos locales, po corresponde a parte de Chile, Ar­
entre otros. gentina, Uruguay, Paraguay y Brasil.
En el primer caso, tiene relación con
Las características generales atmos­ la zona central de Chile que está in­
féricas pueden representarse a través fluenciada por el tipo de clima subtro­
de los climas de la Región. La diversi­ pical con veranos secos (mediterráneo).
dad de éstos es tal que en esencia es­ El sector nororiente de Argentina, to ­
tán conform ados por numerosos m o­ do el Uruguay y parte del Paraguay y
saicos con particularidades locales de Brasil (suroriental) están dominados
difícil distinción y descripción. La fal­ por un clima de tipo subtropical llu­
ta de Estaciones m eteorológicas co n ­ vioso. Los climas templados en el área
tribuye a esta dificultad. Es por ello de estudio no tienen una gran cober­
que necesariamente las sistematizacio­ tura espacial; se encuentran represen­
nes globales de los climas de esta Re­ tados únicamente en la parte sur de
gión (y del m undo en general) se ha­ Chile y corresponden a un tipo de cli­
cen sobre los grandes tipos dominan­ ma templado oceánico. En cuanto a
tes. los climas de altura, éstos cortan toda
La diversidad de climas en América la parte occidental de América del Sur,
Latina puede simplificarse reduciendo form ando una franja que va desde Ve­
el análisis a cinco grandes grupos de cli­ nezuela por el norte hasta Chile aus­
mas (tropical húm edo, seco, subtropi­ tral por el sur. Este clima se da especí­
cal, templado y de altura), subdividi- ficamente en la parte alta de la Cordi­
dos a su vez en siete tipos climáticos llera de los Andes y Altiplano bolivia­
(tropical lluvioso, tropical de alternan­ no.
cia seca y húmeda, desértico o árido,
de estepa o semiárido, subtropical con b) Variabilidad del ambiente
verano seco, subtropical húm edo, y atm osférico. Las Precipitaciones
templado o c e á n ic o ).1
La variabilidad del ambiente en nu­
Los tipos de clima tropical abarcan merosas ocasiones se traduce en desas-
gran parte de América del Sur, Améri­
ca Central y el Caribe, y los países que
se encuentran bajo su predom inio c o ­ 1 Trewartha, G., A n In trod uction to clima-
rresponden a Brasil, Paraguay, Bolivia, t e , Me Graw, New Y ork, 1968.

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tres que resultan de la interacción del de América Latina y el Caribe están
Hombre con los sistemas naturales (ca­ expuestas a riesgos naturales resultado
so de inundaciones, sequías, ciclones). de eventos extremos que se relacionan
En muchas partes debería ya acep­ con este factor. Entre los principales
tarse conceptualm ente el hecho de puede citarse a las sequías, los ciclones
que la variabilidad o la irregularidad tropicales y las inundaciones.
de algunos parámetros del ambiente f í ­ Es cierto que el daño que se produ­
sico atm osférico es la norma. Lo ante­ ce por los eventos anotados arriba tie­
rior, debido al hecho que, por ejem plo, ne relación, por una parte, con el ca­
las precipitaciones son altamente fluc- rácter e intensidad de dicho aconteci­
tuantes entre años y que el prom edio miento y, por otra, con el grado de de­
de ellas rara vez ocurre, cuando habla­ sarrollo de las infraestructuras existen­
mos de variabilidad nos deberem os re­ tes. En muchos casos, más que la inten­
ferir, entonces, a las desviaciones con sidad propia de los eventos, producto
respecto al prom edio. En ese sentido, de la variabilidad atmosférica, es la fa­
la variabilidad es lo que más caracteri­ lla o insuficiencia de las estructuras f í ­
za a los sistemas naturales y con ma­ sicas y organizativas de las com unida­
yor razón al sistema atm osférico. des humanas establecidas en dichos lu­
Cuando hablamos de variabilidad, ade­ gares la causa principal de los daños.
más, lo asociamos con los llamados de­
Revisaremos brevemente las sequías,
sastres naturales que “ no son más que
los ciclones tropicales y las inundacio­
elementos energéticos de la naturaleza
nes.
aún no controlables por el hombre,
que en consecuencia son portadores
de destrucción o de desorden dentro
Las sequías
de la frágil armonía construida por el
trabajo humano. Desde la lógica cien­
Si bien la sequía se ha def’nido de
tífica actual, en consecuencia, sólo es
muy diversas maneras (y ello tiene im­
posible clasificarlos co m o desastres
portantes proyecciones socio-econ ó­
naturales en razón de las nefastas co n ­
micas y de asistencia), en general pue­
secuencias que tienen sobre la organi­
de considerarse com o un período du­
zación artificial de la civilización” . 2
rante el cual el agua es insuficiente pa­
Ello implica que sólo en perspectiva ra satisfacer un determinado requeri­
humana una sequía o una inundación miento de uso. O sea esencialmente la
debería considerarse co m o un desastre sequía se relaciona con algún estándar
natural, dado que en ausencia de asen­ hum ano4 . La sequía es uno de los más
tamientos humanos, una sequía no pasa solapados eventos de la naturaleza, da­
de ser sino una variación normal de las do que en ocasiones se manifiesta muy
precipitaciones y una inundación, mu­ lentamente y puede durar tiem po ex­
chas veces, no pasa de ser la crecida de tenso.
un río u otro cuerpo de agua. Por lo
tanto, “ mientras el hom bre no pueda
controlar el clima, por ejemplo, las al­ 2 P ro y ec to para el establecim ien to de la red
ternativas de sequía o inundación se­ de form ación am biental para A m érica Latina
y El Caribe, RED-D .G .5. (M im eo), PNUMA-
guirán representando grandes desajus­ O RPALC, Programa de las Naciones Unidas
tes en el sistema económ ico-social” . 3 para el M edio Am biente, M éxico, 1982.
3 Ibid.
Com o se expresó anteriormente, la
4 Miewald, R. D., “ Social and Political Im-
m ayoría de los desastres que resultan pacts o f D rought” , en N orth Am erican
de la variabilidad atmosférica, se rela­ D roughts, Rosem berg, R. J. (ed .), Westview,
cionan con el agua. Muchas regiones C olorado, 1978, págs. 79-101.

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Si bien de acuerdo a los anteceden­ do, pueden fluctuar entre 6 y 9 días,
tes señalados por C E PA L5 existen cua­ pero pueden variar desde unas pocas
tro tipos de sequía, que en esta región horas hasta cuatro semanas 7. De acuer­
se reconocen com o sequía permanen­ d o a los datos de CEPAL, com o pro­
te, cíclica, estacional, y contingente, m edio, 8 ciclones tropicales pasan ca­
debe indicarse que algunos de estos ti­ da año sobre el Caribe y las zonas ad­
pos no deberían considerarse com o ta­ yacentes del Océano Atlántico, así c o ­
les, dada la observación hecha antes. m o sobre el Océano Pacífico, frente a
Particularmente el tipo llamado de Centroamérica y M éxico. Todos los
“ Sequía permanente” mueve a con fu ­ países del Caribe y de Centroamérica
sión, por cuanto dicho en forma sim­ experimentan ciclones regularmente,
ple, un desierto es un desierto, y no en especial durante el verano y el o to ­
debe considerarse com o un territorio ño. En años recientes, Cuba, Dominica,
en que haya sequía. La sequía es au­ Guatemala, Haití, Jamaica, Martinica,
sencia de agua, en sectores donde nor­ M éxico, Nicaragua, la República D o­
malmente hay lluvias. T am poco p o­ minicana y Santa Lucía fueron afecta­
dría considerarse sequía a la llamada dos por tormentas y ciclones tropica­
“ estacional” . Debe insistirse aquí que les, algunos de ellos (por ejemplo Cu­
sequía es catástrofe porque afecta a la ba y M éxico) varias veces 8.
población. Por ejem plo, en Chile no Los ciclones tropicales son acom pa­
hay catástrofes porque no llueve en ñados por lluvias torrenciales y por
verano en sus regiones de climas semi- fuertes vientos y la marcada concen­
áridos o subhúmedos. tración de las precipitaciones en p o co
Las sequías tienen variados efectos tiempo, lo que agrava los problemas
sobre el hom bre, que van desde sufri­ (Honduras, 600 mm en tres días en
mientos y muertes, debido al hambre 1982 y en la misma tormenta Nicara­
y a la escasez de agua potable, pasan­ gua, 860 mm ; y Cuba, también en
do por enfermedades asociadas con la 1982, 800 mm en nueve días).
falta de agua, muerte de ganado, pér­ Los ciclones tropicales que causan
didas de cosechas, acciones sobre la muertes y heridos entre los humanos
población urbana, la generación de y destruyen la propiedad, arrancan
energía hidroeléctrica, la actividad in­ igualmente la cubierta vegetal en tie­
dustrial; acciones sobre la cubierta ve­ rras cultivadas costeras y los efectos a
getal natural, erosión del suelo, des­ largo plazo se traducen en aguas estan­
trucción de fauna, y daños a los e co ­ cadas y pantanos, con la consecuente
sistemas terrestres y acuáticos6 . proliferación de vectores de enferme­
Un año lluvioso que sigue a un pe­ dades9.
río d o seco muchas veces agrava el pro­
blema de la sequía, más que solucio­
narla, dado que el ya grave deterioro
de los sistemas ecológicos, se agudiza
en una espiral descendente de em peo­
ramiento de la calidad de ambiente. 5 L os recursos hídricos de A m érica Latina
y el Caribe: riesgos naturales relacionados
con el agua, Com isión E conóm ica para A m é­
rica Latina y el Caribe (C E PA L), Santiago,
1987.
L os ciclones tropicales
6 Ibid.

Definidos co m o tormentas circula­ 7 Ibid.


res con velocidades de viento rotatorio 8 Ibid.
que superan los 32 metros por segun­ 9 Ibid.

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Inundaciones cas y lentas (llanuras inundables del
curso m edio de los ríos Paraná y Para­
guay, en Argentina, Bolivia, Brasil y
En general se trata, entre los tipos Paraguay, los tramos inferiores del
más corrientes de desastres en Améri­ Magdalena en Colom bia, las llanuras
ca Latina, de aquellos que dicen rela­ de los tramos inferiores del Magdalena
ción con el desborde de las aguas inte­ en Colombia, las llanuras de los tra­
riores. Las causas normalmente están mos superiores del O rinoco en Vene­
asociadas con fuertes y /o prolongadas zuela, el valle del río Guayas en el
lluvias, factor con el cual está relacio­ Ecuador y el valle del Beni en Bolivia).
nado el caudal de los ríos. Tal es el ca­ En contraste a lo anterior, los ríos cor­
so de intensidades altas de lluvias esta­ tos de la vertiente del Pacífico están
cionales (Paraguay, 1982), fuertes llu­ vinculados con las crecidas repentinas.
vias en algunas áreas de la costa del Pa­ Son peligrosas en la medida que trans­
cífico de Sudamérica (1982-1983, curre muy p o co tiem po entre el c o ­
Ecuador, y la parte septentrional de m ienzo de la tormenta y la llegada de
Perú y Bolivia). Otra causa es el inten­ la onda de crecida. Por ejemplo, se ci­
so y extenso derretimiento de las nie­ tan los casos de 1982 del río M apocho
ves, lo que habitualmente se da a par­ en Chile, y las crecidas repentinas en
tir de los 28 grados de latitud sur, en Bolivia en 1983, y en el norte del Perú,
que las cuencas superiores de los A n­ especialmente el Departamento de Piu-
des reciben aportes importantes de ra, en 1982-83 11.
agua de glaciares y derretimientos es­ En síntesis, las inundaciones, que
tacionales 10. son muy frecuentes en América Lati­
También las inundaciones pueden na, han afectado, desde 1979 a Argen­
producirse por com binaciones de los tina, Barbados, Bolivia, Brasil, C olom ­
factores antes m encionados. Por ejem ­ bia, Cuba, Chile, Ecuador, El Salvador,
plo, las intensas lluvias de 1986 y el Guatemala, Guyana, Haití, Honduras,
derretimiento de la nieve (por frentes Jamaica, M éxico, Nicaragua, Paraguay,
cálidos de altura) causó una inunda­ Perú, República Dominicana y Vene­
ción en las regiones centrales de Chile, zuela. Los daños en términos de las
con enormes pérdidas en infraestruc­ econom ías locales son notables.
turas públicas, principalmente carrete­ Los efectos de las inundaciones
ras y puentes. En el caso de Chile (Es- abarcan una amplia gama: seres huma­
pinoza et al. datos no publicados) en nos muertos o heridos, destrucción de
el período 1975-1986 hubo 407.618 edificios, de sistemas de abastecimien­
personas damnificadas, 306 muertos, to de agua y alcantarillado y diversas
10.479 casas destruidas, 77.998 vivien­ obras de infraestructura social, empan-
das dañadas, 3.424 cortes de servicios tanamiento de grandes sectores, difu­
básicos (agua, electricidad, gas y alcan­ sión de enfermedades, destrucción de
tarillado), 1.239 caminos cortados o productos manufacturados, contam i­
inundados, 561 esteros, ríos y canales nación, destrucción de la cubierta ve­
desbordados y 552 puentes destruidos getal y los ecosistemas terrestres, muer­
o cortados, por efecto de las inunda­ te de fauna y contaminación de ríos y
ciones. lagos. Muchas inundaciones a su vez
Las características de la inundación
son a veces determinadas por el tama­
ño de la cuenca aportante de agua (Es-
pinoza et al., datos no publicados). En 10 L os recursos hídricos de Am érica Latina
y El Caribe, op. cit.
ríos grandes el flujo es relativamente
lento y las inundaciones son periódi­ H Ib id.

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van asociadas a deslizamientos de tie­ El caso de la Zona Metropolitana
rras, lo que agrava el fenóm eno. de Ciudad de M éxico

Com o antecedentes generales pue­


c) El deterioro del am biente de citarse que se trata de un área con
atm osférico. E fectos sobre 17 millones de habitantes, 3 millones
la población de vehículos y 30.000 giros industria­
les. En cuanto a la geografía del sector,
La población de América Latina, que es una cuenca rodeada de montañas.
según estimaciones de 1984 12 bordea Las condiciones climáticas generales
los 400 millones de habitantes, tiene están caracterizadas por vientos dom i­
en el período 1980-1985 un crecim ien­ nantes noreste, en invierno ocasional­
to porcentual anual de 2,3 por ciento mente del suroeste, y form ación de in­
y se concentra en prom edio (datos de versiones térmicas, por localización
1980) en un 66 por ciento en el am­ geográfica, a nivel de superficie. Du­
biente urbano. Dicha población en gran rante las inversiones los contaminantes
medida está gestando, o soportando, se acumulan en una capa de aire p o co
un deterioro paulatino del m edio am­ profunda, lo que deteriora su calidad.
biente, que resulta evidente com o Durante febrero, marzo y abril, la con ­
‘ c o sto ” del desarrollo de la región. Es taminación del aire se incrementa por
cierto que en m uchos sectores existe tormentas de polvo generadas por vien­
una viva preocupación al respecto, pe­ tos provenientes del norte que arras­
ro en otros que requieren de un mayor tran las partículas de suelo. Entre 1974
progreso, podría estarse inclinando a y 1984 se incrementó en la atmósfera
aceptar el deterioro, co m o parte del la concentración de partículas suspen­
avance econ óm ico y social. didas (de 65 a 400 m icrogram os/m 3 y
el bióxido de azufre (de 40 a 100 mi­
El deterioro del m edio atm osférico crogram os/m 3 ) 14.
esencialmente debe entenderse com o De las fuentes de contaminación fi­
la contam inación (por gases y partícu­ jas (que corresponden a un 15 por
las). Parte del aumento de la contam i­ ciento ,del total) un 58 por ciento está
nación está relacionado con el aumen­ form ado por bióxid o de azufre, un 17
to del parque industrial y una porción por ciento de partículas y un 13 por
significativa con el incremento de ve­ ciento de óxidos de nitrógeno, entre
hículos (de pasajeros y comerciales). los principales; las fuentes móviles
que corresponden a un 80 por ciento
Dadas las limitantes respecto a la es­ del total aportan esencialmente m onó-
casez de datos com pletos, el autor qui­ xido de carbono en un 89 por ciento e
siera tomar solamente tres casos y d o ­ hidrocarburos en un 9 por ciento, en­
cumentar éstos de una manera general, tre los principales); finalmente las
a m od o de ejem plo del deterioro del
ambiente atm osférico. Estos casos son
los de Ciudad de M éxico, región del
Medio Paraiba (Brasil), y Santiago de 12 “ C on cice R eport on The W orld Popula-
Chile. Además se señalarán adicional­ tion Situation in 1 9 8 3 ” , Population Studies,
N ° 85, Departament o f International E cono-
mente, en términos aún más generales, m ic and Social Affairs, United Nations, New
algunos otros sectores para los cuales Y ork, 1984.
se ha indicado problemas de contam i­ 13 Estado del M edio A m b ien te en Am érica
nación atmosférica. Los datos, no pu­ Latina y El Caribe (S/P ), PNUMA, Naciones
blicados, corresponden a estudios de Unidas, 1988.
PN U M A13. 14 Ibid.

110 CONTRIBUCIONES 1/8 9


fuentes naturales (que corresponden a 300.000 vehículos, 320 procesos in­
un 5 por ciento) hacen un aporte de dustriales, 102 calderas, 8 terminales
un 100 por ciento de partículas y pol­ de transporte, 840.000 residencias,
vo 15. 163 distribuidoras de com bustible lí­
En el caso de las partículas por fuen­ quido.
tes fijas, el mayor aporte está dado por Se trata de una ciudad rodeada por
fábricas de cem ento con cerca de un cerros altos, sin posibilidades efectivas
58 por ciento, seguido de la industria de intercambio de aire. Los contam i­
química con un 17 por ciento y los nantes residen largo tiempo. Diversos
procesos de com bustión (calderas), factores juegan en esta perspectiva:
con un 13 por ciento 16. vientos relativamente débiles, mayores
en verano que en invierno y con direc­
ción variable entre el día y la noche.
El caso de la región del M edio La dirección cambiante mueve los co n ­
Paraiba, Brasil taminantes en la dirección de las m on­
tañas andinas durante el día y el en­
Se trata aquí de la presencia de in­ friamiento nocturno las vuelve a m o­
dustrias del Medio Paraiba (principal­ ver hacia el centro y la parte más baja
mente m unicipios de V olta Redonda de la ciudad en la noche. Existe ade­
y Barra Mansa); siderurgia, producción más un bajo grado de turbulencia (48
de cem ento y elaboración de produc­ por ciento de condiciones estables, 31
tos quím icos. La geografía está carac­ por ciento inestables, 21 por ciento
terizada por una zona rodeada de m on­ neutras), capas de inversión de tem pe­
tañas donde las condiciones m eteoro­ ratura en altura, asociadas al Antici­
lógicas impiden la dispersión de los clón del Pacífico y una inversión de
contaminantes em itidos a la atmósfera superficie nocturna (capa de inversión
por la actividad industrial. de 400 m en invierno y 200 m en días
De acuerdo a un estudio de FEE- críticos).
M A 17, existen com pañías siderúrgicas En cuanto a las concentraciones de
responsables de las emisiones del mu­ contaminantes, para el m onóxido de
nicipio de Volta Redonda (producción carbono se señalan valores de 35 a 85
de coque, con emisión de gases de alta m icrogr./m 3 . La norma es sobrepasada
toxicidad) y emisión de ácido sulfúri­ del orden del 60 por ciento de las ve­
co y cloruro de am onio, y una indus­ ces. El b ióxid o de azufre muestra valo­
tria relacionada con el procesam iento res entre 10 y 70 m icrogr./m 3 . En in­
de estaño (que emitiría óxidos de azu­ vierno hasta 130 m icrogr./m 3 . A lto ni­
fre, com puestos de arsénico y partícu­ vel de sulfatos sobre partículas muy fi­
las formadas por óxidos de estaño). nas (menores que 3 mieras), las que pe­
En Barra Mansa aportaría al deterio­ netran con facilidad en el sistema res­
ro atm osférico una siderúrgica y una piratorio. Hidrocarburos: invierno, su­
empresa de elaboración de carburos. perior a 5 ppm ; en primavera más ele­
Ambas se encuentran rodeadas por vi­ vadas. Oxidos de nitrógeno: 40 micro-
viendas. gram os/m 3. En el centro de la ciudad,
160 m icrogram os/m 3 y máximos de

El caso de la zona M etropolitana


de Santiago de Chile 15 In form e sobre el Estado del M edio A m ­
biente en M é x ic o , SEDUE, Subsecretaría de
E cología, Editores FOC, M éxico, 1986.
Los antecedentes generales indican 16 Estado del M edio ambiente, op. cit.
en el Gran Santiago la existencia de 17 Ib id.

CONTRIBUCION ES 1 /8 9 111
400 m icrogram os/m 3, claramente su­ ta América Latian dentro de un con ­
periores a la norma. Partículas entre texto atm osférico global, y cóm o pu­
un 70 y 75 por ciento es de origen an- diesen estos aportes inducir parte del
trópico, de pequeño diámetro (fácil­ cambio global, que a su vez obviamen­
mente respirables). Las concentracio­ te va a repercutir sobre la misma re­
nes más elevadas se observan en oto- gión.
ño-invierno. Casi siempre superior a la
norma.
Conocidas son las proyecciones de
Las fuentes móviles son responsables los cambios en los niveles de ozon o,
del 83 por ciento del total de los ó x i­ que se traducen en un aumento de los
dos de nitrógeno, del 78 por ciento de niveles de radiación ultravioleta, que
los hidrocarburos y del 98 por ciento inducen cáncer a la piel, aumento de
del m on óxid o de carbono. enfermedades oculares, daños en los
sistemas inmunes, menor rendimiento
Otras áreas de América Latina con de cultivos y maderas, desequilibrio de
antecedentes de contam inación (datos la ecología oceánica, degradación de
parciales). pinturas y plásticos. Esta disminución
De acuerdo a estudios de PN U M A 18, de la capa de ozon o, junto al aumento
también se registran situaciones de de los gases atmosféricos puede indu­
cir un clima más cálido y húmedo, lo
contam inación atmosférica en Argenti­
que a su vez se traduce en que los cul­
na (Buenos Aires, Córdoba, Rosario y
tivos se desplazan hacia los polos, au­
Mendoza), en Colom bia (M edellín),
mentan los desiertos y pastizales, se
Cuba (Ciudad de La Habana), Guate­
reducen las zonas boscosas, se amena­
mala (Ciudad de Guatemala), Perú (Li-
za la agricultura marginal, hay subida
ma-Callao, Oraya, lio Chimbóte y Ca-
del nivel del mar e inundaciones en sec­
jamarquilla, por plantas de harina de
tores costeros, y desequilibrio de e co ­
pescado y minerales de hierro), Vene­
sistemas. Por otra parte, el aumento
zuela (Caracas, Valencia y eje Barcelo-
de los gases atmosféricos, y particular­
na-Puerto La Cruz-Guanta).
mente el bióxid o de carbono puede
En casi todas ellas, el fenóm eno se significar que las plantas crecen más
relaciona con los mismos tipos de co n ­ grandes, ciertos rendimientos aumen­
taminantes: B ióxido de azufre, m on ó­ tan, las malezas crecen más grandes,
xido de carbono, óxidos de nitrógeno, los suelos se em pobrecen, se requiere
partículas e hidrocarburos. de más fertilizante, se produce un de­
Cabe preguntarse aquí: ¿Cuál es la sequilibrio de ecosistem as19. El even­
contribución que América Latina está tual aporte de América Latina, así
haciendo al deterioro global atmosféri­ proyectado, debería movernos a refle­
co y cuánto de su aporte podría indu­ xión. Por lo demás, con los eventuales
cir parte de los cam bios que se vislum­ cambios antes anotados, probablemen­
bran a futuro (calentamiento de la at­ te se podrían agudizar los problemas
mósfera, cam bios clim áticos globales)? de la variabilidad climática ya discuti­
Es sin duda una cuestión aún dentro da en la segunda parte de este escrito,
de las proyecciones y objetivos de este con sus fenóm enos derivados de se­
escrito. Sin embargo, debería ser m oti­ quías, inundaciones y ciclones.
vo de preocupación futura (incluso
política, por las proyecciones interna­
cionales), saber de qué m od o se inser­ 18 Estado del M edio ambiente, op. cit.
19 The greenhouse gases, UNEP/GEMS, Uni­
ted Nations Environment Programme, Nairo­
bi, 1987.

112 CONTRIBUCION ES 1/8 9


Consideraciones finales form ación existente en América La­
tina y el Caribe sobre estas proble­
A m odo de síntesis final, el autor se máticas. Dicha inform ación debe
permitirá anotar algunas conclusiones basarse en patrones comparables.
que emanan de lo anterior y algunas b) Hace falta, tal vez, en algunas reu­
proyecciones para la acción futura. niones de síntesis, elaborar m étodos
1. El ambiente atm osférico en Am é­ de m edición, sistematización e inter­
rica Latina es muy diverso, encontrán­ pretación de la inform ación, y esta­
dose representados variados tipos de blecer vías adecuadas para su difu­
climas y sus expresiones de ecosiste­ sión. Se debe además evaluar los va­
mas que, m oviéndose entre extremos cíos del conocim iento y de qué m o­
de desiertos fríos y cálidos, hasta bos­ do éstos van a ser llenados.
ques tropicales lluviosos otorga al am­
c) Lo anterior va orientado a la gene­
biente terrestre igualmente una gran
ración de proyectos relevantes que
diversidad. La ocupación humana está produzcan inform ación útil aplica­
presente en todos ellos. ble que ayude a la toma de decisio­
2. La variabilidad del ambiente at­ nes. Muchos proyectos, incluso aca­
mosférico es elevada. Este factor no démicos, en relación al m edio am­
está aún debidamente estudiado y pon­ biente, carecen de relevancia en ese
derado, y se desconoce su evolución sentido.
futura. d) Una revisión profunda y el desarro­
3. Las inundaciones y las sequías llo de discusiones amplias respecto
son expresiones y consecuencias de la de cuánta contaminación y dete­
variabilidad de la atmósfera. D escono­ rioro nuestros respectivos países
cida esta variabilidad, las proyecciones van a aceptar en términos de su de­
de sus consecuencias son también im- sarrollo. ¿C óm o evaluar la mal lla­
predecibles. Sin embargo, tanto las mada “ ventaja comparativa” (que
inundaciones com o las sequías deben se tendría por carecer los países de
considerarse sólo co m o tales en la me­ legislación ambiental específica y
dida que afectan al hom bre donde éste estricta) para el desarrollo de indus­
se encuentre. En el funcionam iento de trias, aún contaminantes declinadas
la naturaleza no existen tales fenóm e­ en otras áreas?
nos. Sólo pueden señalarse allí (sin el Es cierto que el concierto latinoame­
hombre presente), los aumentos o dis­ ricano tiene muchos autores, y buenos;
minuciones de las precipitaciones, o lo que se requiere, sin duda alguna, es
las crecidas de ríos o lagos. un director con batuta resolutiva ca­
paz de interpretarlos.
4. Con respecto al deterioro atmos­
férico en América Latina efectivam en­
te hay casos muy importantes y graves.
Los ejemplos presentados son sólo una
muestra muy pequeña y seguramente
hay otros tan significativos, que debe­
rán conocerse a medida que se avance
en el con ocim ien to y en la integración
de éste.
5. De to d o lo anterior cabría seña­
lar algunos caminos:
a) Es necesaria una sistematización, en
un docum ento único, de toda la in­

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