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La inmigración es más conocida como irse a otro lugar, y si lo vemos detalladamente, podríamos

quedarnos con esta enunciación. Pero, el inconveniente sería precisar que causa que las personas

dejen su lugar de origen para llegar a otro territorio donde no saben que esperar, que tan bien o

mal les ira, si regresarán a ver a las familias que dejan detrás o por el contrario caerán en la

cruzada hacia un futuro mejor. Sin embargo, aún nos quedamos cortos en las preguntas, porque

ahora debemos averiguar que envuelve a nivel económico, político, social e incluso ambiental el

éxodo en los otros países, que medidas deberían tomar, que seguridad les daría abrir sus

fronteras, que tan bueno es acceder el paso o que tan malo es cerrar el paso al inmigrante. Pues,

para ser conscientes, la inmigración no es un argumento nuevo, solo que actualmente está

enumerada como crisis, y por ser una dificultad sus implicaciones y consecuencias son más

visibles para todas las partes que intervienen.

En la película El Norte podemos estructurarla en tres partes. El primer fragmento, va en

Guatemala, donde vemos la existencia y hábitos de la población, los difíciles e inhumanos

trabajos en el campo, almacenando granos de café, su vida en comunidad, bajo la rígida

vigilancia de supervisores, que amenazadoramente les asustan a laborar sin tregua. Aquí

podemos ver una cultura alegre, soñadora, de colores vivos que lucen en las paredes de las casas

o en sus vestimentas, personas de intensa espiritualidad, que conservan su propio idioma y

cierran filas en torno a los suyos.[ CITATION Nav83 \l 2058 ].

Aquí podemos observar las trashumancias en la que se ven obligados la mayoría de las personas

que son emigrantes en cualquier parte del mundo, en especial las personas indígenas que buscan

cambiar su aspecto de vida, incluyéndose en una sociedad civilizada insensata capaz de aceptar
las diferencias de costumbres, cultura y demás rasgos que hacen de la comunidad indígena

autónoma.

La segunda fracción pasa en México, nos ofrecen un país completamente arruinado, sin un norte

definido, donde la lucha se exhibe en la resistencia diaria, plasmando la ciudad fronteriza de

Tijuana, como un lugar de paso, sin vecindarios propios, pero colmada de personas, y donde

surge la lucha de la picardía, la sinvergonzonería y la trasgresión, esa principalmente abyecta y

actúa frente al que ya no tiene nada. El tono cambiante y de crudeza mágica de la primera parte

desaparece, surgiendo únicamente en ciertos instantes de ensoñaciones del par de protagonista.

En la última fase del filme nos hallamos en Estados Unidos, en la California de los desterrados

hispanos, en sus hogares suburbiales, en sus explotadores trabajos en manufacturas textiles,

tabernas, como practicantes de hogar de los blancos de pura cepa Norteamérica, los obligan

como mano de obra barata, pero no los pretende; los regresa al otro lado de la frontera si los

encuentran sin documentos, pero no ponen trabas para que estudien el idioma inglés. Una

falsedad que prefiere no tomar en cuenta la condición de inmigrantes de tantos y tantos

irlandeses, italianos o alemanes que en su momento recorrieron a América, legal o ilegalmente,

en exploración de una tierra adelantada y una vida mejor.

Ahora detener la inmigración no es sencillo, las moderadas consideraciones del nuevo presidente

americano no son las más convenientes, aunque hay que intuir el hecho de que quiere

salvaguardar sus límites, el usar un alocución antinmigrante para ganar votaciones y embestir a

sus vecinos no parece la principal salida, pero para un nación como Estados Unidos que

eternamente ha tenido recelo de los foráneos en su zona el tener un gobernador que les permita

decir todo lo que no se atrevían por temor a ser señalados entiende una buena elección.
En el caso de México, las instauraciones de gobierno le enredan unas malas pasadas, la

extenuación de nuestras instituciones generan perplejidad, las estatutos inconclusos o mal

ejecutados que inquietan los sectores económicos, políticos y sociales, las guerras por control de

espacios entre narcotraficantes que inquietan a civiles y que obligan a la gente a inmigrar hacia el

país del norte y con ello pasar de un extremo a otro en su estilo de vida.

En todo caso, el tema de emigración eternamente será un inconveniente de variadas dimensiones

causada en gran medida por los efectos de otras crisis, por lo que en el sentido más atento del

tema lo catalogaríamos como una derivación de múltiples elementos sin satisfacer el país al que

concierne el migrante, que incitan al individuo a salir de sus dominios, tirar una fortuna al aire e

instalarse en tierras inexploradas y hacer cola con algo que por suerte resulte ser el tan

ambicionado paraíso terrenal que su ajustada tierra no pudo ser.

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