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Poniendo Fin al Aburrimiento en Clase

Según una encuesta Gallup llevada a cabo entre estudiantes de 13 a 17


años en Estados Unidos, exactamente la mitad de ellos admitía sentirse
aburrido en clase.

Aunque este estudio recoge exclusivamente la opinión de alumnos del


país americano, estas estadísticas se podrían extrapolar con ciertos
matices a otros muchos países. En el fondo, esta cuestión no depende
del país sino del paradigma que vive la educación en el momento
actual.

Por eso, a continuación, profundizamos un poco más en los sentimientos


de los alumnos de hoy en día y en cómo podemos fomentar la
participación para que la motivación por los estudios sustituya al
aburrimiento en clase.

Aburridos, Cansados y Desafiados


En un artículo publicado en la revista Slate, el psicólogo y escritor Robert
Steinberg mencionaba los factores que afectan al rendimiento
académico, incluyendo la diversidad étnica, la condición económica y el
ratio de profesor por estudiante. Sin embargo, el problema real, según
Robert, es la falta de habilidades no cognitivas en los
estudiantescomo, por ejemplo, motivación, autocontrol y determinación.

La encuesta Gallup mencionada anteriormente también parece reforzar


esta teoría. En ella, se les pedía a los estudiantes que eligiesen de entre
un rango de palabras las que mejor describían cómo se sienten en
clase. Las 5 más populares fueron:
1. Aburrido/a (50%)
2. Cansado/a (42%)
3. Feliz (31%)
4. Desafiado/a (31%)
5. Presionado/a (28%)

La excusa de que todos los estudiantes adolescentes se aburren


fácilmente en clase no es ni correcta ni constructiva. Por tanto, forma
parte del rol del profesor la búsqueda de métodos para que los
estudiantes se involucren más y de manera más positiva en su
educación.

Esto ha motivado que muchos educadores pongan en práctica nuevos


modelos de aprendizaje como el blended learning, el aula invertida o
el aprendizaje basado en problemas. Todas estas metodologías tienen
algo común: intentan incrementar la motivación de los estudiantes
proporcionándoles un mayor control sobre su proceso de aprendizaje.

“Los estudiantes están más involucrados en el aprendizaje cuando


forman parte de experiencias académicas significativas en sus clases.
Estas experiencias incluyen investigar un tema particular en profundidad
para entenderlo mejor, aplicar problemas a situaciones y debatir ideas.”

Fuente: The Relationship Between Student Engagement and Academic


Performance; Jung-Sook Lee; The Journal of Educational Research.

Tecnología en el Aula
El rol que la tecnología puede desempeñar en conectar estudiantes con
ideas, lecciones y otros estudiantes es otra de las áreas clave para
combatir el aburrimiento en clase. Según un estudio de la OCDE, un
85% de los estudiantes de 15 años en Estados Unidos usan
ordenadores fuera del aula, con un 49% usándolos a diario.
Además, más de un 80% de estos alumnos admitió haber usado
ordenadores para aprender material escolar.

Con estas estadísticas a la vista, la pregunta es si de verdad las pizarras


pueden competir con las pantallas por la atención de los estudiantes. Sin
importar que tema o asignatura estemos tratando, los recursos
tecnológicos ofrecen una gran ventaja: permiten que los estudiantes
se conviertan en participantes activos en lugar de observadores pasivos.

Así, las nuevas tecnologías proporcionan a los estudiantes acceso a


numerosas herramientas que les permiten crear, compartir y colaborar
de un modo mucho más intuitivo.

Por otro lado, un aula sin nuevas tecnologías implica una mayor
posibilidad de aburrimiento en clase y, en consecuencia, de fracaso
escolar y profesional.

Según el estudio de la OCDE citado anteriormente, “los estudiantes con


poca o nula exposición a ordenadores y a las nuevas tecnologías
pueden encontrarse con muchas dificultades a la hora de incorporarse al
mercado laboral moderno. Los centros educativos tienen una importante
responsabilidad.”

Por tanto, haciendo uso de todas estas evidencias, podemos decir que
la participación de los estudiantes afecta sus resultados académicos
notablemente. Como consecuencia, combatir el aburrimiento en clase y
capturar la atención de los estudiantes debería de estar entre los
objetivos de cualquier profesor. Aquí es precisamente donde entran en
juego las nuevas tecnologías, ya que contribuyen excepcionalmente al
fomento del aprendizaje activo.

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