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Sistema Electoral

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Luz Marga Cusi Mamani. BJulio César Luque Cutipa cWaldir Romero Díaz
E. P Derecho ,Universidad Privada San Carlos Juliaca-Peru

Resumen

El Sistema Electoral es el nombre que da la Construcción Política del Perú al conjunto de instituciones encargadas de la
organización, planificación y ejecución de los distintos procesos electorales que se llevan a cabo en el país. Todas ellas tienen su
sede en la capital, Lima. Es importante para decidir a un alcalde y regidores.

El sistema electoral es el encargado de poner las reglas para las elecciones; además, es el responsable de contabilizar y
emitir los resultados de manera ágil, efectiva y, sobre todo, transparente; y es por eso que se puede decir que la legitimidad de
la democracia depende del sistema electoral.

Cada país tiene un sistema diferente, pudiéndose valorar la efectividad del sistema electoral de acuerdo con los resultados
que brinde (esto quiere decir que, de acuerdo con la variedad de los elegidos, se puede medir dicha efectividad). Para que sea
más claro, es conveniente dar un ejemplo: si en unas elecciones para Congreso (ciento dos curules) son elegidos por parte del
Partido Liberal sesenta Congresistas, por parte del Partido Conservador treinta y cinco y por parte de los demás partidos y
movimientos independientes siete, se puede inferir que, en este caso, el sistema electoral es deficiente, ya que la participación
variada es mínima y el poder se concentra en únicamente dos partidos, lo que hace que el Estado pierda legitimidad.

Palabras clave: Sistema electoral

The Electoral System is the name that the Political Construction of Peru gives to the set of institutions in charge of the
organization, planning and execution of the different electoral processes that are carried out in the country. All of them are based
in the capital, Lima. It is important to decide a mayor and aldermen.

The electoral system is in charge of setting the rules for the elections; In addition, it is responsible for accounting and
issuing results in an agile, effective and, above all, transparent manner; and that is why we can say that the legitimacy of
democracy depends on the electoral system.

Each country has a different system, being able to assess the effectiveness of the electoral system in accordance with the
results that it provides (this means that, according to the variety of those chosen, this effectiveness can be measured). To make it
clearer, it is convenient to give an example: if in elections for Congress (one hundred and two seats), sixty Congressmen are
elected by the Liberal Party, by the Conservative Party thirty-five and by the other parties and movements independent seven, it
can be inferred that, in this case, the electoral system is deficient, since the varied participation is minimal and the power is
concentrated in only two parties, which causes the State to lose legitimacy.

Keywords: Electoral system

1. Introducción

No puede decirse de los sistemas electorales que sean democráticos o no democráticos. Hay regímenes políticos
democráticos y no democráticos, pero, dentro de los primeros, existen los más diversos sistemas electorales; a decir verdad, hay
casi tantos sistemas electorales como países existen. Así, tan democrático puede ser un sistema de representación proporcional o
uno de mayoría, un sistema electoral uninominal o uno plurinominal.

Hay variados ejemplos, exitosos y no exitosos, dependiendo del caso, de unos y de otros, y nadie podría hablar de ellos
como democráticos o no democráticos. En este sentido, tampoco podría decirse de un sistema electoral binominal, como el que
rige en el Perú que sea antidemocrático. Hay muchas críticas que se le pueden dirigir -así como hay muchos que, legítimamente,
lo defienden-, pero no en términos de ser intrínsecamente democrático o no democrático. Lo cierto es que, desde distintos lados y
vertientes, políticas y/o académicas, este sistema ha sido cuestionado, o defendido, por las más diversas razones.

2. Método

Para el presente trabajo se ha empleado el método descriptivo, la población ha estado conformado por el 100% de la población
y una muestra de 50 personas de la ciudad de Juliaca

3. Desarrollo del tema

3.1. Sistema electoral

El Sistema Electoral es el nombre que da la Constitución política del Perú al conjunto de instituciones encargadas de
la organización, planificación y ejecución de los distintos procesos electorales que se llevan a cabo en el país. Todas ellas tienen
su sede en la capital, Lima.

El sistema electoral es uno de los elementos fundamentales del sistema político de un país. Sin embargo, puede causar
equivocaciones debido a la confusión respecto al término. Incluso en la Constitución Política del Perú encontramos un serio error
respecto a lo que en realidad es un sistema electoral.

Un sistema electoral es un conjunto de elementos que, combinados de cierta forma, permiten traducir votos en puestos de
representación. Esto es, en escaños o en cargos de gobierno. No obstante, en la Constitución del Perú, bajo Del sistema
electoral encontramos una descripción de los organismos electorales. Si esto fuera correcto, significaría que países que no tienen
organismos electorales no tendrían sistema electoral.(Salvador, 2017)

3.2. Conformación del Sistema Electoral

El sistema electoral está conformado por el Jurado Nacional de Elecciones; la Oficina Nacional de Procesos Electorales; y el
Registro Nacional de Identificación y Estado Civil. Actúan con autonomía y mantienen entre sí relaciones de coordinación, de
acuerdo con sus atribuciones.

El artículo 177 de la Constitución Política vigente, establece que conforman el sistema electoral peruano tres órganos: El
Jurado Nacional de Elecciones ONE), la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) y el Registro Nacional de
Identificación y Estado Civil (RENIEC).

Sin embargo, como lo hemos señalado, cuando hacemos referencia a los órganos electorales, estamos refiriéndonos a lo
concerniente con la administración electoral no al sistema electoral.(Fernández, 1997)

3.3. Atribuciones del Jurado Nacional de Elecciones

El Jurado Nacional de Elecciones, en un proceso de evolución constitucional iniciado desde 1931, estuvo ejerciendo las
atribuciones propias del Poder Electoral.(Pareja, 1966, p. 373)

La Constitución de 1979, en su Capítulo XIV lo incorpora a la estructura del Estado, poniendo a su cargo los procesos
electorales, de conformidad con el artículo 286 de esta ley de leyes. También le otorga, como parte de sus funciones, "el
conocimiento de las materias relativas al ejercicio del sufragio, la validez o nulidad de las elecciones, la proclamación de los
elegidos, la expedición de credenciales, los procedimientos electorales y las demás señaladas en la ley." Asimismo, en el artículo
294 de dicha Carta Política se estableció que el Registro Electoral y el Registro de Partidos Políticos dependen del Jurado
Nacional de Elecciones, lo cual fortalecía a este organismo como ente rector del Poder Electoral.

El modelo de organización electoral que adopta la Constitución de 1993, como bien acota Enrique Bernales ((Bernales, 1993),
deja de lado la estructura unificada de organización electoral estatuida desde 1931, para distribuir las funciones que antes
correspondían al Poder Electoral, a tres órganos autónomos distintos: Jurado Nacional de Elecciones, en el que recaían todas las
atribuciones de dicho poder; la Oficina Nacional de Procesos Electorales y el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil,
correspondiendo actualmente al Jurado las atribuciones contenidas en el artículo 178 de la Constitución y que pasaremos a
desarrollar a continuación.

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Fiscalizar la legalidad del ejercicio del sufragio y de la realización de los procesos electorales, del referéndum y de otras
consultas populares, así como también la elaboración de los padrones electorales.(Hurtado. 2004)

3.3.1. Fiscalización de la legalidad del ejercicio del sufragio

La estructura de la norma bajo comentario contempla tres supuestos de hecho.

El primero está referido a la fiscalización de la legalidad del ejercicio del sufragio, función que ha sido recogida literalmente
por el inciso b) del artículo 5 de la Ley N° 26486, Orgánica del Jurado Nacional de Elecciones. Consiste básicamente en que el
acto de sufragio se efectúe respetando los actos técnicos previstos en las normas electorales vigentes, lo que implica una labor de
verificación de garantías para que los ciudadanos inscritos en el padrón electoral hagan ejercicio de su derecho a voto observando
su carácter personal, igual, libre, secreto y obligatorio, conforme a lo establecido en el artículo 31 de la Constitución.(Silie, 1999,
p. 244)

3.4. Composición del Pleno del Jurado Nacional de Elecciones

El Jurado Nacional de Elecciones como toda entidad electoral e institución pública tiene sus órganos de gobiernos y
administración, a través de los cuales manifiesta su voluntad política. La formación de esta voluntad tiene un proceso cuya
decisión definitiva es producto de un cuerpo colegiado reunido en Pleno. Desde el Estatuto Electoral de 1931 -inspirado según
Francisco Chirinos Soto en la Ley . Electoral Argentina que diera Roque Sáenz Peña en 1912- el Jurado Nacional de Elecciones
ha sido gobernado por un Pleno integrado por miembros designados por el Poder Judicial y las entidades de la sociedad civil. Su
composición ha ido variando, adaptándose a los cambios de la sociedad peruana y a la estructura del Estado; sin embargo,
debemos reconocer que la fórmula jurídica de este artículo 179 de la Constitución en el fondo sigue manteniendo el mismo
espíritu.

El artículo constitucional bajo comentario, así como el artículo 10 de la Ley Orgánica del Jurado Nacional de Elecciones,
señalan que el Poder Judicial a través de la Corte Suprema de Justicia; el Ministerio Público, mediante la Junta de Fiscales
Supremos; el Colegio de Abogados de Lima; y las universidades públicas y privadas, mediante sus Facultades de Derecho, son
los organismos que deben elegir a los miembros del Jurado Nacional de Elecciones. Esta composición colegiada es de carácter
funcional y garantiza que el Pleno del Jurado esté integrado por magistrados vinculados al Derecho. Si bien esta nueva
composición supera técnicamente a la prevista en la fórmula del artículo 287 de la Constitución de 1979 -que tenía tres
representantes elegidos por sorteo se ha dejado de lado al representante de la Federación Nacional de Abogados del Perú,
miembro que tenía representación gremial a nivel nacional y que actualmente bien podría darle al Jurado Nacional de Elecciones
la perspectiva regional, acorde con el esquema descentralizado que se viene fortaleciendo en el país.(Chirinos, 1997, p. 396)

3.5. Miembros del pleno del Jurado Nacional de Elecciones

Se establecen en este artículo los requisitos e incompatibilidades de los magistrados del Jurado Nacional de Elecciones. El
primer requisito es la edad para el ejercicio del cargo, debiendo el magistrado tener cuarenta y cinco años cumplidos como
mínimo y no exceder los setenta años. La exigencia del mínimo de edad es la misma que se establece en el numeral 3) del
artículo 147 de la Constitución para los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, en tanto que el requisito de no exceder los
setenta años resulta ser muy cuestionable y débil para impedir a los postulantes acceder a esta función. No cabe duda que tal
precepto es otra de las falencias de la Constitución de 1993.

El artículo 39 de esta Carta Magna jerarquiza la función pública y otorga al magistrado de la Corte Suprema el mismo nivel
que los congresistas, los magistrados del Tribunal Constitucional, el Fiscal de la Nación y el Defensor del Pueblo. Es claro que la
referida norma omite a los miembros del Jurado Nacional de Elecciones, pero del tenor de los artículos 13 y 14 de la Ley N°
26486, Orgánica del Jurado Nacional de Elecciones se desprende que estos funcionarios tienen las mismas preeminencias y
honores, aplicándoseles en lo pertinente las mismas normas sobre responsabilidad y sanciones, correspondiéndoles además una
remuneración equivalente a la de un vocal de la Corte Suprema de Justicia de la República. El límite de edad de la norma resta
sentido a la postulación de los magistrados jubilados, en razón de que los vocales de la Corte Suprema, de acuerdo a lo
establecido en la Ley N° 27367, se jubilan a los 70 años de edad.(Cubas, 2000, p. 76)

3.6. Resoluciones del pleno del Jurado Nacional de Elecciones

Una de estas características es precisamente la vocación del Pleno de apreciar los hechos justiciables con criterio de
conciencia, lo que, a decir de Enrique Bernales, implica un "análisis valorativo y sopesado del conflicto que se pretende
resolver". Definitivamente, este ejercicio requiere de un juicio de valor sobre la base de la verdad, la rectitud y la honradez.

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El criterio de conciencia es una categoría de análisis propia del Derecho Procesal Penal, utilizada en el sistema penal
acusatorio para valorar la prueba y, a su vez, distinguida del método de la prueba tasada utilizada en el sistema inquisitivo. Dicha
figura ha sido trasladada a la justicia electoral para que el juzgador no esté sujeto a la aplicación mecánica de la ley. El valorar
los hechos con criterio de conciencia importa un principio metodológico que consiste en el rechazo de las pruebas legales como
suficientes para determinar la decisión final, lo cual constituye una garantía de la verdad.

Con la fórmula jurídica del artículo 181, el Constituyente de 1993 fortaleció la justicia electoral, otorgándole al juzgador
libertad para que aplique su criterio en la valoración de los hechos que son sometidos a su conocimiento. En este sentido, la
valoración de los hechos sobre los cuales el Pleno deberá resolver, están sometidos a un análisis crítico, guardando hasta cierto
punto independencia de la prueba legal, lo que le permite al juzgador contar con un mayor margen para resolver el
conflicto.(Bernales, 1999, p. 661 – 662)

3.7. Jefe de la Oficina Nacional de Procesos Electorales

El Jefe de la Oficina Nacional de Procesos Electorales es nombrado por el Consejo Nacional de la Magistratura por un
período renovable de cuatro años. Puede ser removido por el propio Consejo por falta grave. Está afecto a las mismas
incompatibilidades previstas para los integrantes del Pleno del Jurado Nacional de Elecciones.

3.7.1. Sobre la persona que dirige la Oficina Nacional de Procesos Electorales

No se puede negar el carácter pedagógico que el rótulo "jefe" tiene para esclarecer quién es la máxima autoridad de la Oficina
Nacional de Procesos Electorales, aunque habría sido preferible el uso de un término más usual en la Administración Pública,
como es el de "Director Nacional o Director General de la ONPE". El término "jefe" tiene connotaciones verticales y por lo
tanto, alusiones a regímenes totalitarios, lo que no es deseable en ninguna institución pública, menos aún si es un organismo que
integra la administración electoral.

El uso de un término propio de regímenes castrenses, militares, contrasta con el carácter plural, tríbunalicio y "ciudadanizado"
del Pleno del Jurado Nacional de Elecciones Jurado).

La "ciudadanización" del Pleno fue una respuesta histórica que se dio a la necesidad de ir despolitizando la administración
electoral, y ello legitima al Pleno del Jurado. La legitimación del Jefe de la ONPE se debe a su designación por el Consejo
Nacional de la Magistratura, organismo constitucional autónomo, también pensado como ente ciudadanizado, apolítico
especializado en el nombramiento de jueces y fiscales.

3.7.2. Sobre la Oficina Nacional de Procesos Electorales

La Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) nace con la Constitución de 1993, promulgada durante el gobierno del
Presidente Alberto Fujimori Fujimori, como resultado de la fragmentación del Jurado en 3 entidades públicas aurado, ONPE y el
Registro Nacional de Identificación y Estado Civil-RENIEC), por argumentadas razones de necesidad de especialización, tal
como se puede apreciar a lo largo del Diario de Debates de la Constitución de 1993.

A decir de Enrique Bernales "este artículo tiene excesos de toda índole. Representa, de inicio, el punto de quiebre del régimen
electoral peruano, pues recorta significativamente las atribuciones del Jurado Nacional de Elecciones, encargándole a una
Oficina autónoma la organización de los procesos electorales. Por lo demás, un escrupuloso criterio de unidad y reforzamiento no
habría dado cabida en la Constitución a lo que no es otra cosa que una oficina técnica del Jurado".

La parte final del artículo 182 precisa que al Jefe de la Oficina Nacional de Procesos Electorales "le corresponde organizar
todos los procesos electorales, de referéndum y los de otros tipos de consulta popular, incluido su presupuesto, así como la
elaboración y el diseño de la cédula de sufragio. Le corresponde asimismo la entrega de actas y demás material necesario para los
escrutinios y la difusión de sus resultados. Brinda información permanente sobre el cómputo desde el inicio del escrutinio en las
mesas de sufragio. Ejerce las demás funciones que la ley le señala".

Consideramos que es un error del constituyente de 1993 haber centralizado las funciones electorales de la ONPE en una
persona, porque ello no contribuye a la institucionalidad, ni a la gobernabilidad en democracia, y al ver que ese error no se ha I
repetido al regular las funciones del Jurado Nacional de Elecciones ni del RENIEC, pensamos que estamos frente a un error de
logística, es decir, ante un simple error de técnica legislativa, un error material en la redacción de la norma constitucional.

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Personal; las funciones electorales no tiene precedentes en nuestra historia constitucional. En las muchas cartas políticas
fundamentales que hemos tenido siempre encontramos que la administración electoral (independientemente de las distintas
formas y denominaciones que ha tomado) siempre ha estado presente como tal.(Bernales, 1996, p. 664)

4. Conclusiones

El sistema electoral es uno de los elementos fundamentales del sistema político de un país. No obstante, en la Constitución
del Perú, bajo Del sistema electoral encontramos una descripción de los organismos electorales. Si esto fuera correcto,
significaría que países que no tienen organismos electorales no tendrían sistema electoral.

El sistema electoral está conformado por el Jurado Nacional de Elecciones; la Oficina Nacional de Procesos Electorales; y
el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil. El artículo 177 de la Constitución Política vigente, establece que
conforman el sistema electoral peruano tres órganos: El Jurado Nacional de Elecciones ONE), la Oficina Nacional de Procesos
Electorales (ONPE) y el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (RENIEC).

El Jurado Nacional de Elecciones, en un proceso de evolución constitucional iniciado desde 1931, estuvo ejerciendo las
atribuciones propias del Poder Electoral.(Asimismo, en el artículo 294 de dicha Carta Política se estableció que el Registro
Electoral y el Registro de Partidos Políticos dependen del Jurado Nacional de Elecciones, lo cual fortalecía a este organismo
como ente rector del Poder Electoral.

El modelo de organización electoral que adopta la Constitución de 1993, como bien acota Enrique Bernales ((Bernales,
1993), deja de lado la estructura unificada de organización electoral estatuida desde 1931, para distribuir las funciones que antes
correspondían al Poder Electoral, a tres órganos autónomos distintos: Jurado Nacional de Elecciones, en el que recaían todas las
atribuciones de dicho poder; la Oficina Nacional de Procesos Electorales y el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil,
correspondiendo actualmente al Jurado las atribuciones contenidas en el artículo 178 de la Constitución y que pasaremos a
desarrollar a continuación.

El primero está referido a la fiscalización de la legalidad del ejercicio del sufragio, función que ha sido recogida
literalmente por el inciso b) del artículo 5 de la Ley N° 26486, Orgánica del Jurado Nacional de Elecciones. Silie, 1999, p. 244)

El Jurado Nacional de Elecciones como toda entidad electoral e institución pública tiene sus órganos de gobiernos y
administración, a través de los cuales manifiesta su voluntad política. Chirinos, 1997, p. 396)

Se establecen en este artículo los requisitos e incompatibilidades de los magistrados del Jurado Nacional de Elecciones.
Bernales, 1999, p. 661 – 662)

El Jefe de la Oficina Nacional de Procesos Electorales es nombrado por el Consejo Nacional de la Magistratura por un
período renovable de cuatro años. Está afecto a las mismas incompatibilidades previstas para los integrantes del Pleno del Jurado
Nacional de Elecciones.

El uso de un término propio de regímenes castrenses, militares, contrasta con el carácter plural, tríbunalicio y
"ciudadanizado" del Pleno del Jurado Nacional de Elecciones Jurado).

Representa, de inicio, el punto de quiebre del régimen electoral peruano, pues recorta significativamente las atribuciones
del Jurado Nacional de Elecciones, encargándole a una Oficina autónoma la organización de los procesos electorales. Personal;
las funciones electorales no tiene precedentes en nuestra historia constitucional.

5. Referencias bibliográficas

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Silie G., J. A. (1999). Tratado de Derecho Electoral. Editorial Incat. República Dominicana, Santo Domingo, 1994, p. 244.
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