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DESARROLLO COGNITIVO.
Está motivada principalmente por la curiosidad: a través del juego con otros niños y de la observación de
conductas sexuales en animales.
Los niños y las niñas tratan de conocer su cuerpo, sus sensaciones corporales, al igual que desean conocer el
mundo en general y esto lo hacen a través del juego.
El juego
El niño empieza a jugar muy pronto y hasta la adolescencia será el juego su ocupación preferida y la que
representará su manifestación más clara. Durante esta etapa el juego cumple un papel determinante, por medio
de esta actividad el niño se descubrirá a sí mismo y al mundo que le rodea.
El juego tiene como propósito:
Reducir temores, adquirir la confianza básica, facilitar la adquisición de roles, diferenciar entre fantasía y
realidad. Buscar seguridad emocional.
La conducta sexual es una conducta aprendida del entorno ambiental. Por esto, es indispensable que el
acompañamiento que los padres hagan del desarrollo sexual del niño sea respetuoso y amoroso lo cual les
permitirá que el niño o la niña pueda ver y sentir la sexualidad como una dimensión satisfactoria en su vida de
adulto.
Es a partir de este momento cuando, cuando cobrará importancia cómo se resuelva la curiosidad o sus
preguntas, la actitud que se tenga ante sus tocamientos o los modelos de pareja, hombres y mujeres, que les
ofrecemos para que se identifiquen.
Entre los 4 y los 6 años aproximadamente aparecen las primeras expresiones de pudor, recato y vergüenza;
principalmente con los extraños. No se dejan ver desnudos ante ellos, mucho menos que los examinen o
pregunten por sus genitales. No distinguen aún los roles sociales de los sexos.
Entre los 6 y los 7 años reconocen roles de género. Quieren ser independientes en los hábitos de higiene que
tienen que ver con sus genitales. Existe ya un completo control de esfínteres.
Complementar:
De cinco años de edad en adelante A los cinco años les agrada besarse a sí mismos y besar a otros niños y niñas
en la mejilla y la boca. Muestran interés por ver revistas de desnudos, exploran órganos sexuales en ellos
mismos, en animales y en muñecos. Se preguntan cómo se nace y cómo se produce todo lo que se expulsa del
cuerpo.
Las conductas de auto estimulación a esta edad tienen intencionalidad exploratoria. Por ejemplo, si un niño va a
orinar y toca su pene tendrá sensaciones agradables y entonces lo manipulará, comportamientos que son
espontáneos, sin los elementos subjetivos del adulto relacionados con lo erótico o las fantasías sexuales.
A los seis años aparece el pudor y se cimienta la comprensión fundamental del rol de género, es decir, cómo se
espera que actúen si son niños o niñas. Los modelos del padre y la madre son determinantes porque en esta edad
es fundamental imitar al progenitor del mismo sexo.
Esta imitación se convertirá en la forma de transmitir valores culturales sobre la sexualidad, pues asumir el rol
de género no es algo simple, ya que este está influenciado por la valoración que la cultura le da a cada rol,
masculino o femenino.
A los siete años los impulsos sexuales no desaparecen, pero son manejados de manera más privada. Si ha
habido actitud de rechazo del adulto a la masturbación pueden aparecer sentimientos de culpa. El autoerotismo
en la niñez casi siempre es algo positivo que ayuda a consolidar la imagen corporal y permite reconocer las
sensaciones del cuerpo.
Sin embargo, hay que estar atentos porque en algunos casos no es saludable si ocurre en momentos de ansiedad
o preocupación, pues se puede estar imposibilitado para detener la conducta a pesar de habérsele sugerido no
hacerlo en público o puede intentar tocar a otras personas sin hacer caso del deseo del otro de no ser tocado.
Cuando se observan estas características es necesario buscar ayuda profesional.
Recomendaciones
Por lo expuesto, el ejercicio de la responsabilidad adulta en el desarrollo de la sexualidad de niños, niñas y
adolescentes consiste la promoción de los límites y el autocontrol enseñando, con el ejemplo, maneras
equitativas y respetuosas de relacionarse, lo cual incluye:
Implementar prácticas de socialización igualitarias, no sexistas
Saber responder a las manifestaciones de la sexualidad infantil y adolescente
Distinguir cuándo el comportamiento de un niño, una niña o un adolescente es expresión de la sexualidad
acorde con la edad, lo cual requiere la intervención del adulto para garantizar el ejercicio de los derechos de los
involucrados o amerita la remisión a un experto
¿Cuándo aparece la curiosidad por los genitales?
Es lógico que, en estas primeras edades, aparezca la curiosidad por los genitales y por las diferencias entre niños
y las niñas o con las personas adultas. A partir de los 6 años hasta los 12 años si preguntamos a los padres y
madres sobre la curiosidad y la actividad sexual de sus hijos e hijas, muchos dirán que es poca.
Sin embargo, ocurre todo lo contrario, es probable que algunos juegos continúen, y que tanto la curiosidad,
como la importancia que tiene lo que se ve y se oye, haya aumentado. Lo que no se ve no significa que no
existe. Será esta una etapa muy adecuada para trabajar desde lo importante, sin prisas y sin urgencias.
¿Cómo debemos nombrar los genitales?
Dentro de la educación sexual está el contribuir a que los genitales sean una parte aceptada de un cuerpo
aceptado. Para ello, es preciso que tengan su nombre, que estos no sean despectivos y que ayuden a distinguir
cada una de las partes.
No vale utilizar otros nombres para una cosa, porque esto puede confundir al niño.
Es decir, que no vale utilizar un mismo nombre para dos cosas. Por ejemplo, 'culete' para referirse al culo y, a la
vez, para la vulva. O 'culete de adelante' y 'culete de atrás' que sigue generando confusión. Dos cosas, dos
nombres.
¿Se puede preparar el camino para abordar ciertos temas en la adolescencia?
La preadolescencia es momento de preparar los cambios futuros, antes de que lleguen, para no llegar tarde. El
mensaje que les debemos dar es: sabemos que nadie se queda sin madurar, cada uno tiene su ritmo, y al final,
sea cual sea el resultado, éste será el de un cuerpo preparado para el placer, el afecto, y para las relaciones
personales y eróticas.
¿Qué debemos hacer cuando descubrimos a nuestro hijo explorando su cuerpo?
Estos tocamientos o masturbación infantil, al principio, tienen como objeto la autoexploración pero, enseguida,
tendrán también como objeto el placer. Es indudable que, los niños o niñas de estas edades que se tocan, lo
hacen porque encuentran sensaciones agradables. No se trata de situarse a favor o en contra, ni de juzgar si es
bueno o malo, sino de valorar si la conducta se presenta de forma adecuada o inadecuada.
No es igual, ni debemos actuar igual, si la masturbación se realiza, en un restaurante, en un parque público o en
el recreo o si lo hace a solas en su cuarto. En los primeros casos se le podrá decir 'esto aquí o ahora no se hace,
cuando estés tu solo'. De este modo se dan criterios, no se juzga, y se señalan alternativas.
¿Qué pasa cuando lo hacen con otros niños y niñas?
Es habitual que niños y niñas, en algún momento, jueguen a tocarse o a desnudarse y lo suelen hacer por varias
razones: por 'curiosidad', tanto por el cuerpo propio como por el del otro, ya sea ese otro del mismo o de distinto
sexo o por 'imitación' de lo que ellos consideran que puede suceder en el mundo adulto y por lo agradable que
pueda resultar el juego en sí mismo.
Si con la masturbación se debía aprender a distinguir entre el ámbito público y el privado, ahora con más razón.
Pero además, ahora, también deberemos estar atentos a que nadie esté jugando a algo a lo que no quiera jugar o
con lo que no se lo pase bien. Si es un juego, tiene que ser querido y divertido para los dos o si no dejaría de ser
un juego.
Estos juegos no tienen trascendencia y casi siempre tienen fecha de caducidad, en cuanto dejen de resultar
novedosos. También podemos aprovechar estas situaciones de charla posterior para hablar de sexualidad: de
diferencias entre los niños y las niñas, de amistad, etc.
¿Qué es lo que no debemos hacer?
- Hacerles sentir que están haciendo algo malo. Regañar, castigar, insultar.
- Prohibir la amistad con ese niño o niña por jugar 'a esos juegos'
- Montar un escándalo que involucre a los demás, por ejemplo a familiares u otros padres o niños y niñas.
- Recordar continuamente el hecho y comentarlo con otras personas.
Cada padre y madre podrá razonar por qué son contraproducentes todas estas reacciones de los adultos. No
vayamos a generar un problema donde no lo hay, o a transmitir un concepto de la sexualidad basado en
el miedo, en lo prohibido, en lo tabú, concepto que cuando queramos cambiar en otras edades, como la
adolescencia o la juventud, ya lleguemos bastante tarde.
En esta edad es normal la curiosidad hacia los videos y las imágenes de contenido sexual. | Fuente: Getty
Images
Los niños comienzan a ser más conscientes de las normas sociales a partir de los 6 años de edad y ello les
permitirá comenzar a regular su comportamiento respecto a su lenguaje y sexualidad. Es en esta etapa cuando
comienzan a ser más pudorosos y recatados, y por ello se dan cuenta que palabras se consideran malas y que no
pueden exponer su cuerpo ante amigos sabiendo lo que es privacidad.
Es así, que comienzan a tener curiosidad sobre la sexualidad de las personas del otro sexo distinto al que él o
ella tiene. Comienzan a explorar pero con más cuidado, porque temen ser castigados por los adultos, siendo aún
una curiosidad sana y que se agudiza cuando quieren saber más sobre el comportamiento sexual de los adultos o
que ellos vivirán en pocos años, eso significa que van aproximándose a la etapa puberal (nombre que evoca a
los vellos púbicos que comienzan a aparecer en el cuerpo a partir de los 8 a 9 años. Se vuelven algo usual el
querer buscar situaciones con contenido sexual (chistes rojos, bromas sobre genitales o ropa interior, videos,
dibujos, revistas, etc. siempre con algún contenido de sexualidad. Así, comienza a aparecer fantasías más
ligadas al romanticismo, “enamoramiento” y gustos por otros niños o niñas.
No es malo dar demasiada información. | Fuente: Getty Images
Entonces, en esta etapa, el comenzar a hablarles de sexualidad (que implica además afectos, amor, valores,
normas, decisiones, etc. ) les ayuda a manejar sus emociones y la presión de sus amistades. Con una
información adecuada pueden tomar control de sus vidas y vivir a futuro relaciones “amorosas” acordes a su
momento. Además, que ello les sirve como información de prevención de abusos físicos y emocionales.
¿Es malo dar demasiada información?
No, porque a información no atenta a los niños, niñas o adolescentes a iniciarse sexualmente ni estar pensando
en sexo a cada instante. Todo lo contrario, se ha visto que la desinformación hace que no se sientan libres de
expresarse y busquen información de forma poco adecuada. Demasiada información la encontrarán en internet
u otros lugares siempre que los padres o profesores no les hablen del tema orienten.
Es así, que si desde niños se les comienza a informar y orientar adecuadamente, ya de adolescentes pueden
tomar mejores decisiones sobre el sexo cuando tienen la información que necesitan y cuando no hay tabú acerca
de lo que se puede hablar en casa. Si consideramos que lo mejor es hablarles cuando sean adolescentes, pues
probablemente sea tarde, ya que los niños no viven en burbujas, sino en una sociedad que trae mucha
información sin límites de sexualidad.
Es normal jugar a tener novio o novia. | Fuente: Getty Images
Comportamientos sexuales comunes entre los 7 y 11 años
- Tocarse los genitales, usualmente en privado.
- Jugar con niños de la misma edad a juegos que involucran comportamiento sexual (como “verdad o
consecuencia”, “botella borracha”, “jugar a la familia”, “al novio/novia”)
- Tratar de mirar a otras personas cuando están desnudas o desvistiéndose.
- Querer más privacidad (por ejemplo rehusar a desvestirse delante de otras personas) y resistirse a hablar con
adultos acerca de temas sexuales.
¿Qué deben saber cómo prevención?
- El abuso sexual puede o no puede incluir tocamientos