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Negociar es un proceso muy parecido a vender, aunque con algunas diferencias. Ya hemos dicho que
vender es persuadir, convencer al posible cliente para que piense y actúe como el vendedor quiere
que éste actúe y, siempre, en beneficio de ambas partes.
En la negociación, también una parte intenta persuadir a la otra. Se ha dicho que negociar es un
proceso de resolución de un conflicto entre dos o más partes, pues hay siempre, bajo la negociación,
un conflicto de intereses. Puede ser un intercambio social que implique una relación de fuerza, una
lucha sutil por el dominio.
Durante todo proceso de negociación, seguramente usted necesitará superar ciertos impases
impuestos por la otra parte involucrada en dicho proceso. Para ello usted, como buen negociador,
deberá hacer uso de algunas técnicas que le permitan a usted tomar el control de la negociación.
Hacer una pausa: no insista demasiado, procure siempre dejar una salida honrosa para la otra
parte; ella ya puede estar convencida, más no desea dejar la negociación como un "perdedor"
proceso. Cambie un miembro del grupo, por ejemplo al líder del grupo o a algunas de las
personas menos activas. Con ese cambio conseguirá que la negociación se encarrile hacia
colocándolos entre profesionales afines según profesiones o con actividades afines, tales
gerentes: ellos se entenderán seguramente mucho mejor ya que "hablan por lo general un
mismo lenguaje".
Otra forma de tomar el control de una negociación, es proponer cambios en las condiciones
que ya se acordado. Proponga, por ejemplo, establecer un mayor plazo para el próximo
encuentro; ofrezca una ventaja adicional que sepa que será positivamente valorada por la otra
parte y que a usted no le suponga un importante extra. Podría también ofrecer un plan de
pagos diferente al presentado en una primera ocasión, cambie el tipo de contrato, o algunas
de las especificaciones, como puede ser, pasar de un valor fijo a términos porcentuales.
Cualquier cambio pequeño que usted pueda ofrecer y que éste sea aceptado por la otra parte,
Otra manera de tomar el control de una negociación que no avanza, es plantear la posibilidad
de dejar para más tarde el asunto objeto del impase y proseguir la negociación tratando un
punto menos conflictivo. Este tipo de estrategia le ayudará a ir consiguiendo mayor consenso
con la otra parte que negocia y hasta es posible que gracias a ello, cuando retomen el tema
pausado, logren llegar a un acuerdo de forma mucha más rápida que si hubieran seguido
Otro cambio que puede proponer con el fin de avanzar en su proceso de negociación, es pedir
a la otra parte hacer un cambio de sala. Por ejemplo, si por la mañana estaban negociando en
el despacho, proseguir dichas negociaciones en otro lugar más neutro mientras se comparte
un almuerzo. Hacer un cambio de aire y de instalación, le será de utilidad para que ambas
partes puedan distenderse un poco y ver las cosas desde otra perspectiva.
Haga uso el humor, siempre y cuando tenga la clara finalidad de distender las tensiones. Es
impresionante lo que un chiste puede hacer para aclarar el ambiente, especialmente si fuera
relacionado con un asunto objeto del impase. Eso sí, si usted considera que el humor no es lo
Otros aspectos que debe tener en cuenta para avanzar en toda negociación, es por ejemplo, el
evitar el responder las agresiones con más agresiones; recuerde siempre contraponer
emociones con hechos y datos concretos. Mantener la calma y procure siempre mantener la
Hable, refuerce y enfatice todo aquello que han acordado de mutuo acuerdo hasta el
momento. Con ello maximizará el poder de los puntos en común y alentará a la otra parte a
estar más abierta a nuevos acuerdos. Dé por hecho que recalcando eso el clima tenderá a
La evaluación de la negociación no es un aspecto meramente formal, sino que tiene una gran utilidad
para la organización y para las futuras negociaciones. No debe olvidarse que la mejor forma de
desarrollada. Más aún, como todo proceso colectivo, requiere también una evaluación colectiva:
b) como todo colectivo integrado por personas adultas, es necesario que cada uno asuma sus
responsabilidades, para lo cual todos los participantes de la negociación están expuesto a ser
evaluados por sus pares, con la finalidad de ir conociendo las capacidades y habilidades, pero
también las debilidades, de modo que en el futuro cada uno pueda asumir los papeles y tareas
Una primera etapa debe ser la evaluación personal que cada negociador hace, para luego ser puesta
en común. Para esta evaluación personal, es conveniente preguntarse primero cómo se ha sentido
cada dirigente, es decir, si frente al proceso se ha sentido cómodo, o por el contrario le resultó muy
papel que le correspondió asumir fue el adecuado; que defectos se reconoció y que virtudes o
capacidades descubrió, etc. Segundo, será necesario que cada dirigente dé su parecer sobre lo positivo
o negativo de los otros compañeros, siempre con el fin de ayudar al otro a superarse y a descubrir sus
mayores capacidades. Por último, cada uno deberá evaluar el trabajo en equipo, si se logró un trabajo
realmente integrado y de colaboración, si esta modalidad permitió o no una mejor negociación, etc.
EVALUACIÓN DE OBJETIVOS
En un segundo momento, se deberá evaluar el cumplimiento de los objetivos propuestos inicialmente,
para lo que tendrá que retomarse la planificación de la negociación, revisar los objetivos que se
definieron y cotejarlos con los resultados. No basta, simplemente, con saber si se cumplieron o no los
objetivos: interesa principalmente conocer las causas, ya sea del «éxito» o del «fracaso».
los objetivos puede ser resultado de que la organización se subestimó y se propuso objetivos inferiores
a sus capacidades y a las posibilidades que la/s empresa/s tenían de responder a las demandas. Por
otra parte, el incumplimiento de los objetivos puede obedecer a que estos fueron muy ambiciosos (lo
organización. Interesa, en particular, responder si la estrategia y las tácticas utilizadas fueron las
resultados están en función de los intereses de dichos trabajadores. Es necesario, por tanto, saber de
forma lo más «objetiva» posible, cuál es la opinión y el grado de satisfacción o insatisfacción de los
representados.
dicho proceso. Es posible encontrar que los trabajadores se sintieron motivados con el proceso,
(porque se les consideró, se recogieron sus intereses, estuvieron siempre informados, etc.).; pero no
necesariamente satisfechos con el resultado. Puede darse la situación inversa, o una satisfacción en
ambos aspectos o insatisfacción absoluta. Lo relevante es poder precisar la evaluación del colectivo
Para efectuarla es recomendable trabajar con un sistema de consulta colectiva, como por ejemplo una
encuesta, en lo posible elaborada con la ayuda de algún asesor. También es conveniente, como
(no representantes) de los distintos sectores, con los que se pueda profundizar en temas que parezcan
relevantes. Es siempre importante que la utilización de estos instrumentos permita la libre expresión
de los trabajadores, de forma que sus opiniones traduzcan lo que realmente están pensando.
EVALUACIÓN BIPARTITA
Dependiendo de la calidad de la relación entre la parte laboral y empresarial, es importante poder
avanzar a una cuarta etapa, en la cual se evalúe el proceso de negociación en forma conjunta.
No se trata de reanudar la negociación directa, sino que se trata de que las relaciones laborales puedan
son las actitudes de cada parte que favorecieron o dificultaron la negociación como un proceso de
de “heridas” que se pueden haber producido en momentos duros, o de mucho conflicto y da un punto
de partida para lo que será la nueva negociación, permitiendo que las partes en forma anticipada fijen
asumir sus responsabilidades y por lo tanto estar dispuesto a ser evaluado por sus pares. Es necesario,
así, valorar y reconocer las capacidades y logros del equipo y de cada integrante, velando por
1. Evaluación personal: es importante que cada dirigente se pregunte sobre lo que ha significado el
proceso, además que dé su parecer sobre lo positivo o negativo de los otros compañeros, y por último
y cotejarlos con los resultados. Interesará principalmente conocer las causas, ya sea del «éxito» o del
«fracaso».
3. Evaluación colectiva: es necesario saber en la forma más «objetiva» posible, cuál es la opinión y
el grado de satisfacción o insatisfacción de los representados, tanto respecto del proceso mismo, como
sindical y patronal. Es indispensable que la relación laboral pueda enriquecerse, y verificar en qué