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modelos de procesamiento de la
información.
Argumento 1
El tipo de apego que un niño llega a desarrollar en sus primeros días de vida,
están totalmente relacionados con la manera en que su madre (en general) lo trata.
Si una madre está atenta a las necesidades de el niño y es cariñosa con él, dicho niño
irá desarrollando un buen apego emocional, ahora bien, si su madre es más distante
y poco atenta, el niño no tendrá bien desarrollado ese ámbito (Crittenden, s.f). De esta
forma, tomando en cuenta estas diferencias en la manera en que son criados los niños
y cómo estos se llegan a desarrollar de manera cognitiva y emocional, fue posible
distinguir 4 tipos de apego: Apego seguro, apego ambivalente y apego evitativo y
apego desorganizado. De estos 4 tipos de apego, tomaremos en cuenta a dos:
ambivalente y evitativo.
Evitativo:
Las madres no reconfortan a los niños de manera afectiva, ya que rechazan
conductas afectivas infantiles, siendo castigados por realizarlas. A consecuencia de
esto, el niño aprende a inhibir estas conductas y además, que la expresión de afecto
y conductas infantiles son negativas para él. Cuando la conducta afectiva de la madre
es errática, al infante se le es aún más complejo lograr aprender el significado de los
afectos (Crittenden, 1997).
Cuando la madre demuestra afectividad, el niño demuestra una falsa
proximidad afectiva (debido a las numerosas situaciones en las que sintió rechazo por
su madre), no obstante, cuando el niño responde recíprocamente a este afecto, la
madre puede llegar a inhibir el rechazo hacia el niño (Crittenden, 1997). Crittenden
dice que estas madres actúan de forma que los niños no logran aprender a descifrar
el significado de las señales afectivas y terminan inhibiendo sus propias señales de
deseo y/o rabia (Crittenden, 1997).
Según Crittenden (1997) los niños con apego evitativo son capaces de
organizar su conducta, sin embargo, no logran interpretar o usar señales afectivas.
Ambivalente:
En este caso, las madres demuestran afectividad, pero de una manera
alternada y poco lineal, es decir, en ciertos momentos dan un exceso de atención y
afectividad, y en otros tienden a ser un poco más distantes, causando una confusión
conductual de la afectividad de la madre. Es por esto, que el niño tiende a querer
llamar la atención de la madre de diferentes maneras, tales como estrategias
coercitivas, conductas desarmantes, entre otras. (Crittenden, 1997).
Crittenden (1997) menciona que los niños ambivalentes tienen un refuerzo
afectivo por parte de su madre, pero no han logrado un buen desarrollo cognitivo que
inhibe la oscilación de afecto y conductas que demuestran sus madres.
Entonces se puede decir que las teorías del apego son suficientes para explicar
los problemas de salud mental en chile a través de este modelo, ya que como funcione
el filtro que tenga cada persona y qué información este filtro dejará que sea
procesada, dependerá de su estilo de apego, pues, este determina a qué información
del ambiente atender, también el estilo de apego que tenga cada persona influirá en
el estado de motivación que tenga frente a los estímulos, es decir, a cuales estará
más decidido a prestar atención y a cuáles no.
Argumento 2
Aprendizaje Inconsciente
La investigación algo más sistemática sobre este asunto se inicia a partir del
momento en que Reber (1967) acuña el término aprendizaje implícito para referirse
al conocimiento adquirido sin saberlo (manifestado mediante la conducta) durante
la práctica con tareas experimentales que contienen regularidades o estructuras
sistemáticas, y que no son percibidas como de aprendizaje. Las situaciones
manejadas para investigarlo típicamente incluyen tres componentes: 1) realización
de una tarea que implica exposición, normalmente bastante dilatada, a una situación
gobernada por reglas o regularidades, muchas veces complejas, bajo condiciones de
aprendizaje incidental de tales reglas; 2) estimación, a través de la mejora en la
ejecución de la tarea, del conocimiento adquirido con la práctica acerca de esa
situación; y 3) estimación del grado en que tal mejoría va o no va acompañada de
conocimiento consciente de las reglas supuestamente asimiladas con la práctica y
que subyacerían a la mejoría. Obviamente, en términos generales se considera que
se produce aprendizaje inconsciente cuando el conocimiento explícito manifestado
sobre la configuración de la situación no es capaz de dar cuenta de la mejoría
experimentada en la conducta como consecuencia de la asimilación de esas reglas
con la experiencia (Froufe 2009, pg. 10).
Dentro de los parámetros que Reber postula para que algo pueda ser
considerado un aprendizaje inconsciente, el apego constituye un claro ejemplo de
este, ya que la relación se da entre el cuidador y el niño se forma: 1) bajo condiciones
de aprendizaje incidental de una serie de reglas que la rodean, 2) estimación de la
relación a través del apego que se dé con el tiempo en la relación, por ejemplo: la
estimación que pueda presentar un niño evitante sobre la relación con su madre será
de rechazo, a diferencia de un niño con apego ambivalente no podrá hacer una
estimación clara de la relación con sus cuidadores, debido a que estos cuando el niño
ha intentado expresar o recibir alguna señal o acto de afecto, los cuidadores
responden inconsistentemente (a veces complacientes, otras rechazantes), y 3) la
estimación del grado en que tal mejoría no necesariamente va acompañada de
conocimiento consciente de las reglas supuestamente asimiladas con la práctica y
que subyacerían a la mejoría.
Argumento 3
De las distintas variables que se han de considerar al momento de resolver
problemas, según este modelo del procesamiento de la información, se tomará el
solucionador del problema como una explicación a por qué el apego es suficiente para
explicar la alta tasa de trastornos mentales en los niños en Chile.
La forma en que se vaya a resolver en problema depende de las características
del solucionador, tales como conocimiento teórico, habilidades cognitivas, creatividad,
actitud, ansiedad, edad, sexo, etc (Perales, 1933). De esta forma, es posible decir que
además del desarrollo cognitivo del niño como uno de los grandes limitantes para
recoger información del ambiente y determinar el tipo de esta para poder resolver
problemas, es el apego otro limitante del tipo de información extraída para su posterior
interpretación, la cual finalmente será usada para estructurar un problema con el fin
de resolverlo.
El tipo de información usada en la resolución de problemas depende del apego
del niño, por ejemplo, los niños evasivos encuentran que la actividad cognitiva provee
bases predecibles y relativamente satisfactorias para interactuar con sus cuidadores
y una base adecuada para representarse la conducta de éstos, por ende ellos
aprenden a depender de la cognición para regular su conducta y defenderse de los
afectos, mientras que por otro lado, los niños coercitivos han aprendido a enfatizar el
afecto y descuidan o se defienden de la cognición (Crittenden, 1997). Es esta distinta
fijación en el tipo de información que se va a extraer del ambiente lo que generaría
discrepancias entre niños de diferentes apegos al momento de emplear sus recursos
para resolver problemas.
Desde la psicología cognitiva con un enfoque constructivista, se ha llegado a
considerar este modelo de resolución de problemas como algo independiente de su
estructura lógica y fuertemente dependiente de su representación mental y
comprensión por parte del sujeto y, en definitiva, de sus ideas previas sobre los
conceptos implicados. El apego del niño y su manera de interpretar el mundo junto a
la forma adaptativa en la que recoge información de este influiría en la forma en que
estructuran la resolución de los problemas, por ende, es posible llegar a manifestar
una psicopatología o síntomas de esta por una mala estructuración del problema.
Argumento 4
Los sesgos son errores cometidos de forma sistemática durante el transcurso
del proceso de investigación. Esto gracias a que los conocimientos técnicos previos
son insuficientes, y pueden ocurrir antes, durante o después de que el fenómeno se
haya investigado, impactando en la veracidad de los resultados (Manterola & Otzen,
2015).
Los sesgos más comunes que producen subdiagnóstico sobre los trastornos
mentales en niñas, ocurren 1) por una falta de instrumentos de medición fiables sobre
cómo se expresan los trastornos en ellas, sin tomar en cuenta las diferencias
cualitativas según su género (se expresan distinto no sólo biológicamente, sino
también social y culturalmente) y 2) otro sesgo que se comete está relacionado con
aspectos culturales que influyen en el observador, ya que el observador puede tener
perspectivas de la realidad que son erróneas porque socialmente son aceptadas -
puesto en práctica: la mujer no está llorando porque tenga algún trastorno, sino
porque es propio de la sensibilidad femenina- (Manterola & Otzen, 2015).
Argumento 5
Aludiendo al modelo del inconsciente cognitivo de Froufe, podemos decir que
el niño/a adquiere o procesa de manera inconsciente la relación de apego con sus
cuidadores, lo que haría referencia a que el índice de procesamiento de la información
(IPI) sería mayor al índice de cognición consciente (ICC), lo que a su vez quiere decir
que el niño efectivamente está procesando información afectiva y/o rechazante que
le entregan sus padres, pero no la está haciendo necesariamente consciente, esto
actúa de igual manera en el investigador, quien procesa o integra inconscientemente
desde su cultura y vivencias personales ciertos tipos de sesgos que modelan su
manera de proceder en la evaluación diagnóstica, que termina por ser en los peores
casos poco rigurosa, debido a que, por ejemplo, debido a un sesgo de género el
investigador minimice síntomas descritos por las niñas, devalue su palabra, atribuya
los síntomas que presente a otras causas incidentales o poco relevantes, pero que
debido a su sesgo son invisibles para él, provocando que termine por entregar un
subdiagnóstico en el caso de las niñas.
Referencias