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RESUMEN
Durante la primera semana de cada de enero, dentro de las fiestas realizadas con
motivo de la epifanía, se celebra una danza denominada “de los Xayacates” en la
cabecera municipal de Tlajomulco de Zúñiga. La característica más singular de
dicha danza es sin duda, el evento que conmemora: la fundación del pueblo a raíz
de la derrota y masacre de los invasores tarascos a principios del siglo XVI. Con un
evento tan profano como supuesto origen, la representación dancística está
profundamente entreverada con las tradiciones y organizaciones religiosas católicas
introducidas a raíz de la conquista.
Dado que la danza de los “xayacates” de Tlajomulco no ha sido abordado de
manera detallada por ningún estudioso de las Ciencias Sociales, este no es sino un
primer y breve acercamiento a dicha manifestación cultural. Elementos claves para
comprender la citada danza, sin duda, serán el papel fundante que tiene en la
memoria histórica del pueblo y su cercana relación con una organización de origen
colonial, como la cofradía de antiguo hospital de indios, aún presente en la
localidad. En este trabajo pues, se remontaran sus posibles orígenes coloniales, su
papel en la memoria histórica del pueblo, así como a su evolución reciente y una
breve descripción de la fiesta y danza.
L
as tradiciones orales juegan un papel vital en la conformación y
transformación de la memoria histórica de los pueblos. Dado el papel
central que la memoria tiene como cohesionador social y generadora de
identidad comunitaria, es relevante su estudio.
Así pues, para acercarnos a las tradiciones orales y a la memoria
histórica, la historia oral como metodología de trabajo es ideal, puesto que
permite un acercamiento complementario a otros, como el trabajo etnográfico o
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Ponencia presentada en el II Congreso Universitario de Historia Oral, realizado en la Ciudad
de México, el 8 de noviembre en la UACM Plantel San Lorenzo Tezonco.
documental-histórico. La combinación de dichas metodologías permite una
comprensión más holística de los fenómenos culturales a lo largo del tiempo.
En el presente trabajo se presenta una breve descripción y análisis sobre
la danza de los xayacates a través de la historia oral, contextualizándola a
través de una perspectiva diacrónica.
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Cabe señalar que por Tlajomulco se entenderá la actual población refundada en la colonia. Mientras
que por Tlaxomulco se hace referencia a la efímera población prehispánica fundada tras los conflictos
bélicos entre tarascos, tecuexes y cocas.
Fig. 1.- Señorío tonalteca y sujetos 1530 (ca.). Elaborado por el autor.
valle de Atemajac (Del Paso y Troncoso 1905; Fernández, 1994; Tello, 1997)
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Cuadro 1.- Población en Tlajomulco y pueblos vecinos en el siglo XVI.
cumplido el plazo la reina partía rumbo a Atemajac, donde durante otros cuatro
meses recogía tributo, para regresar finalmente a su corte en Tonalá (Villegas,
1985; Chávez, 2000; Cabrera, comunicación personal, 2009).
Según la tradición oral actual, los tarascos movidos por la expectativa de
arrebatarle a la reina de Tonalá las ricas tierras salitrosas de Zacoalco y
Sayula toman la ofensiva en contra de los súbditos tonaltecas, siendo
derrotados de forma espectacular por el ejército comandado por el cacique
Coyótl, tras lo cual los prisioneros michoacanos fueron obligados a danzar con
sus mujeres antes de ser sacrificados (Lázaro, comunicación personal, 2009).
Sobra decir que algunos datos son evidentemente incorrectos, como el de la
presunta soberanía de la reina de Tonalá sobre la zona de Zacoalco y Sayula.
En contraposición, órnelas describe el conflicto entre tlaxomultecas y tarascos
así:
Es tradición cierta que los tarascos entraron por Matzamitlan con grueso
ejercito, conquistando (mandados por su rey Calzontzin); al rey de Tonalán
le ganaron algunos pueblos, y en los mismos llanos de Tonalán, sus
vecinos, con todos los de sus contornos, vasallos de éste rey de Tonalán,
les hicieron creer a los tarascos que otro día les recibirían y les darían la
obediencia; y debajo de ésta confederación los regalaron y embriagaron de
suerte que, a la madrugada habían quedado muy pocos de ellos vivos
prisioneros. Los que más ayudaron, valerosamente a conseguir éste
triunfo, fueron tres capitanes de guerra: Pitláloc, Copatzi y Pililí, hijos todos
del grande Oxato; dióles en premio las tierras de Tlaxomulco, que eran
bastantes y relevó de aquellos sus tributos por diez años su rey de Tonalán
(Órnelas, 2001: 80-81).
Lo anterior también coincide con la versión recogida por Eduardo Ruíz (2000),
historiador michoacano sobre la presunta entrada tarasca en las inmediaciones
de la actual Guadalajara, y la efímera fundación de un poblado llamado
Huríato.
Conquista y evangelización.
Antes de la llegada de Guzmán a Tonalá, los cocas de Tlaxomulco,
Cuyutlán y Caxititlán le salieron a su encuentro, ofreciéndole obediencia a él y
al monarca español (Tello, 1997; Razo, 1982; Mota, Padilla 1973). Dicho acto,
marco la entrada de la zona al orbe colonial hispano, sin siquiera una gota de
sangre derramada, a diferencia de Tonalá.
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3 En Ixtlahuacán, Colima, Tuxpán, Jalisco y Ostula, Michoacán existen otras danzas denominadas “de los
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xayacates”, que parecen no guardar ninguna relación directa con la que se ejecuta en Tlajomulco. Posiblemente la
coincidencia nominal se deba a lo vago de la etimología: xayacatl=mascara. .
Fig.2 Torre exenta y atrio del templo del hospital en Tlajomulco de Zúñiga, Jal.,
construido en la primera mitad del siglo XVIII entre 1700 y 1720 aproximadamente
(fotografía del autor, tomada el 6 de enero de 2011).
4La danza se representa en enero, porque supuestamente la batalla entre cocas y purépechas ocurrió en enero de
1510, además de que según algunos autores fue en el mismo mes, pero de 1587, que fray Alonso de Ponce
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superior de la orden de los frailes menores, en su vista a Tlajomulco ordeno la elaboración de las figuras de los tres
Reyes Magos (Lázaro y Covarrubias, 2010: 40, Chávez, 2000).
La danza de los Xayacates se inscribe dentro de un ciclo de
celebraciones inicia desde el 28 de noviembre hasta el 6 de enero, aunque a
manera de epilogo, el 2 de febrero, día de la Virgen de la Candelaria muchas
familias solicitan a los xayacates para levantar a los “Niños” de sus
nacimientos, (Lázaro y Covarrubias, 2010: 42) durante el cual se hace notoria
su relación con otras tradiciones, tales como “Los pastores” o pastorela, así
como la participación intensa de la Cofradía del Templo de la Purísima
Concepción en ambas representaciones.
Fig. 3.- (Arriba) Indumentaria actual de los Xayacates de Tlajomulco de Zúñiga, Jalisco,
muy similar a las vestimentas de danzantes michoacanos, en particular a la de la
conocida “danza de los viejitos” (cortesía de don Silvano Lázaro).
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Fig. 4.- Mascara masculina utilizada durante la danza de los Xayacates tlajomulteca. Fue
elaborada en fibra de vidrio por un artesano de San Martín de las Flores, Tlaquepaque,
Jalisco (fotografía del autor).
5 Posiblemente esté hablando de heno, que hasta nuestros días es muy popular en los arreglos navideños,
nacimientos y demás.
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6 Tenemos aquí la muestra de una verdadera batalla campal cuyo inclusión en la fiesta de los reyes se nos escapa,
pero quizá batallas como esta son los antepasados directos de la representación de los Xayacates,
respuestas, se apearon y entraron al patio, delante de Herodes, y hecha su
pregunta llamó Herodes a los sabios, los cuales trujeron un libro grande, y
á instancia del rey buscó uno dellos la profecía, y hallada y relatada a
Herodes, se enojó tanto con él que le quiso poner las manos; arrojo el libro
por el suelo y mando luego al sabio que lo tomase y tronase a leer aquella
profecía, haciéndole hincar de rodillas. Estaba el negro doctor leyendo,
todo turbado y temblando, hojeando el libro, y como al fin tornó a hallar la
profecía y se la mostró a Herodes; tornóse Herodes a enojar con él y tomó
el libro de las manos y diole a otro doctor, el cual, asimismo puesto de
rodillas y con la mesma turbación, buscó y halló la mesma profecía, y lo
mesmo hicieron otros dos o tres, a quién el mesmo Herodes iba dando el
libro; finalmente , viendo Herodes que todos conformaban, dijo a los reyes
que fuesen a buscar al Niño, etcétera, y él se quedo con sus doctores
dando grandes palmadas en la mesa y en el suelo, mostrando tantra cólera
y enojo, soberbia y presunción, así en el aspecto como en los meneos,
obras y palabras, como si de veras estuviera enojado y fuera el mesmo
Herodes. Partidos los reyes de la presencia de Herodes salió luego la
estrella de la ramadilla y torre y prosiguió su curso hasta llegar a la torre
de la iglesia, a cuyo pie, como dicho es, estaba el portal de Bethlem.
Postráronse los reyes ante el Niño y ofreciéronle sus presentes, que erán
unos jarros de plata, haciendo cada uno, puesto de rodillas, una oración
breve en lengua mexicana; el indio viejo llevaba la carga de estos dones
(el cual, según certificaron al padre comisario, hacía más de treinta años
que hacía aquello cada un año en tal día como aquel) puso el chicuitle, y
algo apartado del portal, vuelto hacía el niño, le hablo en pie en la mesma
lengua mexicana, diciendo que no tenía otra cosa que ofrecerle sino
aquella carga que traía y el cansancio que en traerla había pasado, que
todo aquello le ofrecía; luego se descubrió el ángel en la torrecilla
sobredicha y dijo a los reyes que se volviesen a su tierra por otro camino, y
así ellos salieron del patio y la fiesta se concluyó (Ciudad Real, 1993: 101-
103).
Es de notar que dicha fiesta llevaba más de treinta años realizándose, pues el
indio viejo acompañante de los reyes tenía ese tiempo participando de la fiesta,
por lo cual puede deducirse que dicha festividad se remontaba hacía 1550 o
quizá antes. La fiesta fue de tal magnitud que De Ciudad Real señala más
adelante que a la fiesta acudieron 10 o 12 frailes, (aunque en convento de
Tlajomulco moraban solo tres frailes menores) varios españoles “seculares” y
más de 5 mil indios “así de los de aquella guardianía, como de otros pueblos,
porque todos los de aquella comarca acuden a aquella fiesta” (Ciudad Real,
1993: 100 y 103). Así pues se puede hablar de que la gran devoción por los
santos reyes en Tlajomulco y su región circunvecina se remonta directamente
a los inicios de la evangelización en el siglo XVI.
Un rasgo muy notable del relato de De Ciudad Real es que antes de la
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Del relato se desprende que ésta sería una danza hermana de la que se
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Seis de enero de 2011; son casi las seis de la tarde. Repican las
campanas. La fiesta comienza con la llegada de diferentes bandas de tambora,
tambien conocidas como “banda sinaloense” hasta el templo del hospital a dar
gracías a la inmaculada. Tocan canciones populares y labanzas; solo tocan
sus instrumentos, sin acompañamiento vocal. Una a una, las bandas se retiran
respetuosamente sin dar la espalda a la imagen.
Más tarde, llegan los xayacates, vienen a despertar al niño Dios. Se
ofrece la primera “bailada” en honor al divino niño. Los danzantes recorren las
rectas calles de Tlajomulco visitando comercios, cuyos propietarios en
agradecimiento les obsequían mezcal, galletas, o frutas. Luego regresan al
“hospitalito”, para participar en la procesión; durante la primera vuelta el Viejo
Rematado carga entre sus brazos una “charola”, llena de heno y musgo,
dentro de la cual reposa la imagen del niño Dios. En la siguiente vuelta de la
procesión lo carga el Tatita, y finalmente, en la tercera lo carga la “madrina” o
el “padrino” del pequeño Salvador (Chavez, 2000).
Tras la segunda bailada, en la explanada del hospitalito, danzantes y
padrinos se retiran a los portales de la Cofradía, donde serán agasajados con
tamales y atole.
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Fig. 5.- Capilla del hospital adornada para los festejos del 6 de enero; en primer plano
los”arcos de la evangelización” elaborados por los integrantes de la Cofradía. Los
dichos arcos son colocados antes de la fiesta de la Purisima, el día 7 de diciembre, y
permanecen hasta concluir los festejos “decembrinos” y la Epifanía (fotografía del
autor, tomada el 6 de enero de 2011).
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Fig.6.- Interior de la Capilla del Hospital durante los festejos del día de Reyes (fotografía
del autor, tomada el 6 de enero de 2011).
Fig. 7.- Viejo Rematado, personaje que que va a la cabeza de los xayacates
tlajomultecas, y supuestamente representación del lider de los guerreros tarascos
derrotados, según algunos, el cazonci Tzitzís-pandácuare o su hijo Tangaxoan (tomado
de García R., 2004).
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Conclusiones
Los orígenes de la citada danza siguen siendo inciertos. Aunque, realmente los
pocos indicios con los que contamos inclinan la balanza hacía un origen más
bien colonial, más que precortesiano, fruto de la fusión de diversas tradiciones
históricas indígenas y de las prácticas e imágenes religiosas implantadas por
los franciscanos. Los elementos profanos y hasta fársicos de la danza son por
demás interesantes, al estar entremezclados con elementos religiosos.
Para fines del presente trabajo, la pervivencia y transformaciones de la
memoria histórica del pueblo de Tlajomulco ha sido muy interesante. Es de
particular atención la manera en que en la memoria colectiva se olvida unas
cosas, y recuerda otras, en un complejo proceso de re-significación del hecho
histórico que no se apega a los cánones de la academia. Por ejemplo, el inicio
del culto mariano y de la epifanía desempeña un papel central en la memoria
local, como una especie de segunda fundación del pueblo. Muy en especial la
versión que señala que la Virgen decidió quedarse en Tlajomulco, olvidando a
sus fieles de Taximaroa, a manera de una segunda derrota de los tarascos por
los cocas, en una especie de revancha con la cual se reafirma la identidad del
pueblo alrededor de los nuevos símbolos religiosos traídos por los hispanos.
Así pues, el recuerdo de la batalla entre tarascos y tlaxomultecas perdura
en la memoria colectiva en forma de danza, como la fundación del pueblo
infiel; y la llegada de los nuevos símbolos religiosos como el advenimiento de
los indios a su nueva condición de cristianos, de la mano de la refundación de
la población.
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Entrevistas
Entrevista realizada al regidor de cultura de Tlajomulco Don Silviano Lázaro Delgado en la Casa de Cultura de
Tlajomulco de Zúñiga el 25 de Septiembre de 2009.
Entrevista realizada al Sr. Pablo Cabrera González en la Casa de la Cultura de Tlajomulco el 30 de Septiembre de
2009
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