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COMUNICACIÓN, ORAL Y
NARRADOR
TÉCNICAS DE EXPRESIÓN ORAL Y PERSUASIÓN PARA GERENTES
AUTOR: Luis Martín Trujillo Flórez
INICIO
2
2 POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
INTRODUCCIÓN
La
oralidad
es
uno
de
los
momentos
más
importantes
que
tiene
nuestra
especie
para
poder
sobrevivir.
Necesario
y
altamente
unido
a
la
memoria,
es
una
expresión
viva
del
hombre.
El
dinamismo
que
desde
su
génesis
se
alimenta
de
las
estructuras
orales,
trata
de
ser
un
reflejo
del
“mundo
de
la
vida”
con
el
que
el
hombre
intenta
explicar
el
entorno.
Desde
Tespis
hasta
Homero,
desde
Dante
hasta
Calderón
de
la
Barca,
desde
Molière
al
Bomm
latinoamericano,
es
la
oralidad,
y
sus
relaciones
con
la
escritura
y
la
imagen,
un
medio
de
comunicación.
La
Oralidad
es
un
lugar
donde
confluye
la
historia
de
las
sociedades
que
ha
sido
construida
y
vuelta
a
cimentar
por
la
creatividad
humana.
Pero,
¿hemos
definido
lo
que
significa
oralidad?
Desde
un
comienzo,
parece
que
el
término
esta
“implícito”
y
no
nos
detenemos
a
observar
una
definición
precisa.
Para
ello,
realizaremos
un
recorrido
en
donde,
por
medio
de
unas
características
propias,
podamos
deducir
exactamente
el
término.
Hoy
en
día
que
estamos
en
la
era
de
la
comunicación
y
la
información,
la
oralidad,
al
contrario
de
lo
que
podría
pensarse,
adquiere
un
papel
cada
vez
más
importante
en
las
interacciones
humanas,
ya
no
sólo
pensamos
en
una
persona
hablando
ante
un
grupo
de
personas,
pensamos
en
oradores
que
pueden
ser
vistos
por
millones,
con
una
variedad
de
herramientas
tecnológicas
que
pueden
favorecer
a
sus
propósitos,
sin
embargo,
toda
la
tecnología
todavía
no
reemplaza
la
actitud,
la
empatía
y
el
impacto
que
puede
generar
un
buen
orador
con
su
discurso.
Cada
día
las
organizaciones
requieren
de
personas
altamente
comunicativas
en
sus
equipos
y
aquellas
que
están
llamadas
a
liderar
equipos
de
trabajo
deben
desarrollar
estas
competencias,
en
el
recorrido
de
este
módulo
trabajaremos
en
cómo
ser
cada
día,
un
orador
que
persuada
a
clientes
y
empleados
a
través
de
un
discurso
ameno
y
contundente.
RECOMENDACIONES ACADÉMICAS
Antes
de
iniciar
con
nuestro
módulo,
todas
las
cartillas
vienen
con
su
componente
práctico
que
se
realiza
en
videos
de
refuerzo
con
su
nombre
y
tema
para
cada
semana.
Es
importante
la
teoría
pero,
para
hablar
en
público
la
práctica
constante
es
lo
más
importante.
Por
consiguiente,
este
material
pierde
todo
sentido
si
no
se
ven
los
videos
de
refuerzo
que
permiten
darle
una
parte
práctica
al
material
escrito,
de
igual
manera
los
objetos
de
aprendizaje
están
pensados
para
ampliar
o
complementar
algunos
temas
vistos,
todo
con
el
fin
de
tener
consejos,
recomendaciones
que
pueden
ser
muy
útiles
cuando
vamos
a
hablar
ante
un
público
e
intentar
persuadirlo.
Desde
la
introducción,
sabemos
que
la
oralidad
es
importante
para
el
hombre:
ha
estado
presente
en
la
línea
que
hace
que
nuestra
especie
se
confronte
y
reflexione
a
sí
misma.
También,
vemos
que
tiene
que
ver
con
otros
constructos
simbólicos
humanos:
la
escritura
y
la
imagen.
Incluso,
las
primeras
líneas
nos
hablan
de
la
oralidad
cercana
a
la
memoria
como
si
fuera
una
especie
de
tecnología
del
intelecto
Goody
Jack
(1996).
Es
decir,
que
es
una
herramienta
propia
de
la
especie
humana
que
contiene
en
sí
misma
una
gran
carga
simbólica
y
que
se
usa
para
poder
poner
límites
a
las
influencias
maravillosas
que
el
hombre
no
puede
comprender
de
su
entorno,
porque
definir
con
palabras
se
vuelve
una
primera
tarea
para
comprender
el
mundo
que
rodea
al
conglomerado
humano.
Es
cierto,
en
los
lugares
más
alejados
del
ámbito
humano
se
observaron
costumbres
nativas
de
reunirse
al
anochecer,
frente
a
la
fogata
que
rompía
la
oscuridad,
a
escuchar
y
narrar
los
cuentos
teogónicos
y/o
cosmogónicos
de
los
grupos
humanos.
Un
buen
uso
de
tal
herramienta
primitiva,
que
representaba
la
vocalidad,
podría
dar
al
que
narraba
el
poder
de
describir
el
mundo
circundante.
En
las
Islas
Trobriand,
cerca
de
Nueva
Guinea,
uno
de
los
antropólogos
más
inquietos
de
occidente
Bronislaw
Malinowski,
observaba
a
los
“dueños
de
los
relatos”
contar
los
“kwkwanwebu”
o
cuentos
maravillosos.
Estos
no
eran
más
que
formas
de
explicar
el
mundo
que
toca
a
la
tribu
en
su
quehacer
diario.
Malinowski
(1985).
Si
resaltamos
el
hecho
de
decir
que
la
oralidad
es
una
tecnología
al
servicio
de
los
conglomerados
humanos,
podríamos
argumentar
que
es
suprema
desde
el
amanecer
del
hombre,
en
relación
con
sus
semejantes,
hasta
el
siglo
XV
de
nuestra
era,
e
incluso
mucho
tiempo
después.
Mencionamos
aquí
el
siglo
XV
por
el
hecho
concreto
de
la
producción
impresa
de
libros
en
lenguas
diferentes
al
latín
que
se
populariza
con
Gutenberg,
según
Havelock
(1996).
La
oralidad
entonces,
es
necesaria
para
que
nuestra
especie
avance
en
su
reflexión
de
sí
misma.
Asimismo,
es
el
primer
peldaño
en
el
sendero
que
llevó
al
hombre
a
ser
consciente
de
sí
mismo.
Así
es,
en
la
larga
experiencia
humana,
tanto
en
la
pre-‐historia
como
en
la
historia,
concurren
evidencias
de
un
proceso
de
interacción
entre
hombres.
4
4 POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
Conglomera
Comunicación
e
Hombre
dos
Interacción
Humanos
Para
resaltar
lo
anterior,
podemos
mencionar
lo
dicho
por
el
pensador
alemán
Federico
Nietzsche,
gran
genealogista
de
la
moral,
que
nos
sorprende
con
una
justificación
de
tal
proceso
entre
los
hombres,
en
el
parágrafo
354
de
su
obra
“La
Ciencia
Jovial”.
En
su
proceso
“prehistórico”,
al
hombre
le
fue
menester
comunicarse
oralmente
puesto
que
“la
penuria,
ha
obligado
por
mucho
tiempo
a
los
hombres
a
comunicarse,
a
entenderse
rápida
y
sutilmente
frente
a
los
otros”
(Nietzsche,
1999).
Y
así,
la
comunicación
por
medio
de
la
oralidad
ha
hecho
posible
una
acumulación
de
saberes.
Es
claro
que,
un
primer
paso,
para
dicha
acumulación
es
el
discurso
oral
y
luego,
se
han
vinculado,
poco
a
poco,
lo
escrito
y
la
imagen.
Nietzsche
nos
dice
además
que:
• allí
(en
el
acto
de
comunicación
efectiva
e
interacción
del
hombre)
surge
por
fin
un
excedente
que
se
ha
acumulado
paulatinamente
y
que
ahora
espera
que
la
reparta
con
derroche
de
la
misma
manera
que
los
oradores
predicadores,
escritores,
todos
los
cuales
son
animales
hombres
que
se
ven
al
final
de
una
larga
cadena
(Nietzsche,
1999
).
Ese
excedente,
es
la
tecnología
oral
que
el
hombre
utiliza
para
-‐menesterosamente-‐
sobrevivir
en
su
entorno.
Por
esto,
es
importante
resaltar
que
la
práctica
de
la
oralidad
y
su
transmisión
en
las
sociedades
humanas
determinan
el
conocimiento
entre
ellos
mismos,
es
la
forma
de
interacción
humana
fundamental,
según
Clifford
(1994).
¿Qué
importante
tiene
entonces
la
oralidad
en
nuestro
entorno?
Todos,
en
algún
momento
de
nuestra
vida,
nos
convertimos
en
una
especie
de
narradores
que
acumulan
experiencias
y
las
manifiestan
hacia
los
demás.
Allí
radicaría
otra
característica
de
la
oralidad:
nos
sirve
como
un
referente
tanto
individual,
como
colectivo
del
concomimiento
de
la
especie.
Nos
recuerda
Benjamín,
pensador
alemán
del
siglo
XX,
que
el
papel
del
narrador
oral
en
una
sociedad
es:
• Así
considerado,
el
narrador
es
admitido
junto
al
maestro
y
al
sabio.
Sabe
consejos,
pero
no
para
algunos
casos
como
el
proverbio,
sino
para
muchos,
como
el
sabio.
Y
ello
porque
le
está
dado
recurrir
a
toda
una
vida.
(Por
lo
demás,
una
vida
que
no
sólo
incorpora
la
propia
experiencia,
sino,
en
no
pequeña
medida,
también
la
ajena.
En
el
narrador,
lo
sabido
de
oídas
se
acomoda
junto
a
lo
más
suyo.)
Su
talento
es
de
poder
narrar
su
vida
y
su
dignidad;
la
totalidad
de
su
vida.
El
narrador
es
el
hombre
que
permite
que
las
suaves
llamas
de
su
narración
consuman
por
completo
la
mecha
de
su
vida
(Benjamín,
1977).
Al
ser
narradores,
poseemos
un
talento
innato
para
manifestar
e
interactuar
con
el
otro
la
realidad
que
nos
compete.
En
la
oficina,
en
el
hogar,
en
las
reuniones
familiares
“los
buenos
conversadores”
son
los
que
conservan
la
“memoria”
del
grupo
y
reflexionan
sus
experiencias.
La
estructura
del
grupo
puede
verse
cuando
es
producida
e
interpretada
por
un
narrador.
Él
comunica
el
mundo
que
rodea
al
grupo,
en
otras
palabras,
el
buen
orador
comunica
e
interactúa
con
su
entorno
de
manera
eficiente,
llevándolo
incluso
a
tener
procesos
de
persuasión
efectivos
en
la
búsqueda
de
un
bien
común.
2. Semiósfera
¿Y qué es lo que describe el que desea tener el nombre de narrador?
La
respuesta
es
simple.
Puede
narrar
su
entorno
o
puede
narrar
sus
memorias
y
puede
narrar
su
experiencia,
de
un
hecho
particular,
o
puede
reflexionar
las
implicaciones
morales-‐éticas
de
sus
actuaciones.
El
ícono
de
la
estrella
de
David
nos
remite
a
la
historia
de
un
pueblo
que
aunque
no
es
el
nuestro,
puede
tener
vínculo
con
nuestras
creencias
y
al
escuchar
una
canción,
ella
nos
brinda
la
idea
de
la
situación,
los
símbolos
históricos
que
reflejen
costumbres
de
quien
la
elaboró.
6
6 POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
De
la
misma
manera
que
tenemos
una
atmósfera
que
nos
rodea
y
que
nos
brinda
sustento
vital,
así
mismo
tenemos
una
de
símbolos.
Una
red
de
significados
simbólicos
que
rodean
nuestras
costumbres
y
cotidianidades:
una
semiósfera.
Es
por
medio
de
la
semiósfera
donde
podemos
encontrar
la
red
de
significados
simbólicos
que
entrañan
mi
comunidad
humana
según
Lotman
(1996).
Existen
entonces
tres
tipos
de
semiósferas:
• Logósfera
Donde
prima
el
poder
de
la
palabra
oral,
siendo
la
primera
red
de
significados
simbólicos
del
hombre.
Siempre
está
presente
en
los
procesos
de
interacción
humana,
aunque
existe
una
discusión
sobre
el
papel
de
ésta
en
la
comunicación
de
la
imagen.
Al
respecto,
aunque
una
imagen
dice
más
que
mil
palabras,
una
palabra
puede
sugerir
mil
imaginarios.
• Grafósfera
Es
una
red
de
significados
simbólicos
donde
existe
justamente
una
presencia
del
grafo,
es
decir,
de
la
palabra
escrita.
Aparece
cuando
la
historia
humana
surge
pero
se
afianzará
con
toda
la
reforma
protestante
del
siglo
XVI.
Es
ahora
una
de
las
atmósferas
de
significado
que
contiene
más
poder
aunque
aún
conserva,
en
una
dinámica
de
interacción,
la
logósfera.
• Vidéosfera
Desde
el
surgimiento
de
las
cuevas
de
Altamira
hasta
el
cinematógrafo,
la
imagen
está
siempre
presente
en
la
elaboración
humana.
Desde
las
últimas
décadas
del
Siglo
XIX
hasta
la
aparición
de
la
“imagen
en
movimiento”,
como
resultado
del
cine,
la
imagen
ha
avanzado
hasta
convertirse
en
una
atmósfera
de
significados
muy
poderosa
en
nuestra
sociedad,
más
con
el
avance
de
las
Tecnologías
de
la
Información
y
la
Comunicación.
Videósfera
Grafósfera
medios
de
comunicación
y
la
imagen.
Estas
semiósferas
nos
hacen,
justamente,
elaborar
momentos
de
significados
del
entorno
en
donde
vivimos.
Narramos,
comunicamos,
lo
que
nos
rodea
ya
sea
por
medio
de
la
palabra
oral
o
por
medio
de
la
para
escrita;
representamos
el
mundo
que
nos
rodea
por
medio
de
las
semiósferas
y
nos
convertimos
en
sujetos
intérpretes
de
la
realidad,
de
acuerdo
a
lo
que
afirma
Lotman
(1996).
¿Cuál
es
el
papel
de
la
oralidad
en
estas
semiósferas?
Desde
un
punto
de
vista
general
y
como
veremos
en
la
definición
de
persuasión,
la
oralidad
es
una
herramienta
precisa
que
nos
constata
la
forma
y
fondo.
Una
sociedad
que
utiliza
las
semiósferas
y
la
oralidad,
como
bien
indica
Gemma
(2006),
“no
sólo
es
una
contraseña
del
pensamiento,
es
decir,
forma
parte
de
una
sociedad
que
confiere
a
las
palabras
el
poder
de
hacer
cosas
y
el
poder
sobre
las
cosas”.
Con
todo,
las
atmósferas
de
significado
denominadas
aquí
semiósferas
son
el
lugar
donde
todos
nosotros
interpretamos
el
mundo
que
nos
rodea.
Pero,
¿Qué
hacer
cuando
cada
experiencia
y
cada
Ser
humano
tienen
una
interpretación
diferente
del
mundo?
8
8 POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
3. Ágora
Narrativa
Hagamos
algo
de
historia:
en
el
mundo
griego
existía
la
expresión
Ágora
que
significa
lugar
de
reunión.
Es
en
el
Ágora
donde
se
definían
y
discutían
las
decisiones
más
importantes
para
las
ciudades-‐estado
de
Grecia
y
las
acciones
administrativas,
lo
democrático.
En
este
lugar,
todos
los
ciudadanos
gozaban
de
un
carácter
especial:
aunque
tuvieran
diferencia
de
estrato
social
o
ideológico,
era
allí
donde
se
veía
al
otro
como
un
igual,
como
un
par;
un
sitio
donde
se
llegaban
a
consensos
y
donde
se
mostraba
un
acuerdo
en
la
diferencia.
El
ágora
narrativa
es
justamente
eso:
es
un
lugar
simbólico
por
medio
del
cual
los
miembros
de
un
acto
comunicativo
(emisor-‐receptor)
entablan
un
consenso
y
hablan
un
lenguaje
que
puedan
entender
las
partes.
Es
entonces,
la
siguiente
cuestión
necesaria
en
este
punto
de
la
argumentación:
¿cómo
ponerse
de
acuerdo?
La
narración
y
la
oralidad
nos
enseñan
que
existen
elementos
comunes
en
nuestros
procesos
comunicativos,
momentos
que
sirven
para
que
cualquier
persona
pueda
entender
determinada
situación-‐historia
con
una
carga
de
significado
simbólico.
Es
decir,
el
narrador,
quien
cuenta
la
historia,
dispone
de
una
serie
de
signos
que
hacen
que
el
mensaje-‐historia
pueda
ser
entendido
por
los
miembros
de
su
conglomerado.
¿Por
qué
son
tan
impactantes
y
recordadas
las
grandes
historias
clásicas?
Porque
hablan
de
valores
y
temas
que
los
grupos
humanos
pueden
sentir:
amor,
valor,
heroísmo,
desamor,
la
preocupación
por
la
muerte,
el
valor
de
la
amistad,
el
espíritu
de
grupo,
entre
otros.
El
Ágora
entonces,
es
el
lugar
donde,
por
medio
de
herramientas
que
hay
en
las
semiósferas,
yo
llego
al
entendimiento
con
mi
interlocutor
para
que
comprenda
el
mensaje
de
manera
clara
y
definida,
no
importa
si
él
no
proviene
de
mi
mismo
grupo.
¿Qué
hacer
cuando
estamos
en
un
sitio
donde
no
podemos
escuchar
a
nuestro
interlocutor?
Recurrimos
al
lenguaje
de
señas,
una
serie
de
construcciones
no-‐verbales
que
todos
pueden
entender
(el
pulgar
arriba
significa
“todo
bien”;
la
mano
agitándose
puede
decir
“hasta
pronto”).
Ahora
bien,
si
existe
un
nexo
semiosférico
con
mi
interlocutor,
es
decir,
si
el
que
recibe
mi
mensaje
pertenece
a
mi
grupo,
recurrimos
a
los
signos
y
símbolos
para
que
se
haga
más
efectivo
el
mensaje.
Si
nuestro
interlocutor
no
pertenece
a
nuestro
grupo,
identificaremos
cual
podría
ser
el
“factor
común”
de
comunicación
y
“filtraremos”
el
mensaje
para
que
sea
entendido.
Filtro
Figura
3.
Nexo
semiosférico
En
ese
orden
de
ideas,
nosotros
recurrimos
a
ese
lugar
llamado
“Ágora”
cuando
deseamos
poner
en
palabras
de
nuestro
interlocutor
la
narración-‐historia-‐concepto
para
que
pueda
entenderlo.
Pero
no
es
unidireccional
ese
lugar:
allí,
el
otro
actúa
como
un
igual
en
el
proceso
y
con
ello,
cuando
existe
un
consenso,
se
utiliza
el
lugar
como
un
sitio
donde
el
receptor
también
transforma
lo
que
desea
decirle
al
emisor
o
narrador.
Orador
Ágora Receptor
10
10 POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
¿Cómo
podemos
realizar
este
mensaje
para
que
pueda
ser
útil,
efectivo
y
en
ultimas,
comprensible?
Usamos,
en
efecto,
las
herramientas
que
tenemos
en
los
ambientes
simbólicos
y
por
medio
de
ellas
utilizamos
el
arte
de
la
persuasión.
La
finalidad
que
debe
pretender
el
narrador-‐orador-‐locutor,
en
su
proceso
comunicativo,
es
convencer
a
su
interlocutor
de
la
veracidad
de
las
opiniones
e
ideas
que
presenta.
Para
eso,
necesitamos
del
arte
de
la
persuasión.
4. Persuasión
Pero
necesitamos
de
una
serie
de
elementos
concretos
para
que
cambiemos
los
que
se
mencionan
en
la
definición.
Se
ha
descubierto
que
la
oralidad
puede
ser
un
vehículo
poderoso
para
interactuar
con
el
otro:
por
medio
de
la
comunicación
oral
podemos
persuadir
(en
los
temas
por
venir
podremos
profundizar
de
otros
elementos
concretos
que
complementan
la
oralidad
como
lo
es
los
no
verbales
y
los
visuales,
que
hacen
parte
de
otras
semiósferas).
Si
planteamos
este
tema
a
nivel
empresarial,
la
oralidad
y
la
persuasión
irán
de
la
mano
para
optimizar
el
manejo
organizacional.
Los
puntos
concretos
que
hacen
parte
de
la
persuasión
son:
la
pasión,
la
motivación,
la
generación
de
confianza
en
el
otro,
y
en
sí
mismo;
y
el
refuerzo
del
ágora
narrativa.
5.1. Pasión
No
hay
mejor
manera
de
persuadir
a
otro,
que
cuando
se
escucha
lo
que
deseamos
decirle
con
pasión.
La
pasión
es
una
fuerza
implícita
y
un
compromiso
emocional
que
se
tiene
en
cualquier
actividad.
Es
por
medio
de
ésta,
que
se
puede
mostrar
un
plus
adicional
en
las
tareas
cotidianas
y
en
las
relaciones
afectivas
o
fraternales,
con
miembros
de
un
grupo
determinado.
Imprimir
pasión
no
solo
implica
fuerza,
sino
además,
imponerle
un
sello
personal
y
único
a
lo
que
se
está
haciendo.
Basándonos
en
el
tema
concreto
de
la
presente
semana,
cuando
utilizamos
la
Contar
historias
está
incluido
en
nuestra
esencia
como
seres
humanos:
crecimos
como
especie
y
nos
remitimos
a
nuestro
conocimiento
por
medio
de
historias
bien
contadas.
Narrar
historias
con
pasión
es,
entonces,
un
punto
fundamental
en
el
arte
de
la
persuasión
porque
invita
a
plantearse,
en
el
ágora,
motivos
para
que
el
interlocutor
sienta
que
esa
historia
contada
es
de
importante
para
él.
Pero
no
nos
llamemos
a
engaño:
a
no
todos
les
gusta
apasionadamente
las
mismas
cosas.
A
algunos
les
gustará
tener
un
automóvil
que
pase
de
1
a
100
en
9.5
segundos,
mientras
a
otros
les
gusta
la
seguridad
en
el
arranque;
a
algunos
le
gustará
apasionadamente
una
película
de
miedo
y
a
otros,
solo
les
gusta
las
comedias
románticas
y
a
algunos
les
apasionará
tener
contacto
con
personas
divertidas,
mientras
que
a
otros,
con
personas
misteriosas
y
calladas.
¿Cómo,
entonces,
poder
persuadir
apasionadamente
a
aquellos
que
no
ven
el
mundo
a
través
del
filtro
con
el
que
usted
ve
el
mundo?
Hay
que
generar
un
ambiente
adecuado
para
poder
generar
“nuevas
pasiones”.
La
gente
a
nivel
empresarial
quiere
ser
parte
de
algo
ganador,
como
dice
Peter
Schulz,
antiguo
presidente
de
Porsche:
“si
quieres
atraer
y
retener
a
los
mejores,
necesitas
hacerles
sentir
que
forman
parte
de
algo
que
es
más
grande
que
ellos”.
En
el
campo
de
la
oralidad,
solo
contando
con
pasión
y
convicción
es
como
el
otro
siente
que
tiene
conexión
con
la
historia
que
escucha:
lo
mueve,
lo
emociona
y
lo
motiva.
En
el
plano
de
la
interlocución,
los
extremos
del
proceso
comunicativo
escuchan
la
historia
del
otro
y
al
identificarse,
sienten
que
tienen
un
objetivo
común.
5.2. Motivación
La
motivación
es
un
movimiento
interno.
Te
invita
a
realizar
cosas
que
antes
no
se
creía
o
no
se
veía
necesario
realizar.
Es
una
fuerza
que
impulsa
un
momento
diferente
al
que
se
tiene.
La
expresión
latina
Motus,
justamente
uno
de
los
orígenes
de
la
expresión
motivación
significa
lo
que
avanza,
lo
que
se
mueve.
En
el
plano
de
la
oralidad,
la
motivación
y
la
sugerencia
van
por
el
mismo
camino.
En
efecto,
cuando
se
narra
una
buena
historia,
se
invita
al
interlocutor
a
situarse
en
la
situación
narrada.
Sugerir
es
invitar
a
moverse
del
sitio
donde
se
encuentra
y
optar
por
otro
sitio.
Es
en
la
motivación
donde
se
plantea
una
situación
que
invite
al
otro
a
considerar
que
lo
expuesto,
lo
dicho,
lo
comunicado
puede
tener
un
significado
importante.
Motivar
es
invitar
al
otro
a
asumir
una
conexión
desde
la
interacción.
Así, motivar te lanza a que tengas una conducta o una acción para un objetivo determinado.
Cuando
existe
un
proceso
de
motivación
hay
que
tener
en
cuenta
tres
elementos
concretos:
lo
que
se
desea
de
la
situación
determinada,
es
decir
lo
que
se
mentaliza
y
planea
para
lograr
la
12
12 POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
situación;
lo
que
se
dimensiona,
cuáles
pueden
ser
los
límites
de
aquello
que
se
desea
y
lo
que
se
persevera
para
alcanzar
el
objetivo
deseado.
Desde
el
campo
oral,
estos
elementos
de
la
motivación
están
involucrados
en
definir
el
tema
que
se
narra;
cuáles
son
los
límites
de
lo
narrado;
y
el
horizonte
de
sentido,
que
cuando
se
narre
la
historia,
cuando
se
comunique
un
tema
o
se
realice
una
exposición,
el
locutor
muestre
que
va
hacia
un
punto
determinado
y
que
tiene
un
panorama
claro
a
donde
llegar.
Siempre,
en
los
procesos
de
la
historia
buscamos
un
héroe:
alguien
con
quien
identificarnos
y
darle
nuestro
apoyo
silencioso
en
el
proceso
de
escucha.
En
el
campo
corporativo,
generar
confianza
es
sin
más
esperar
un
punto
de
vista
adecuado
para
enfilar
todos
nuestros
esfuerzos
para
formar
un
fin.
Realmente,
una
historia
es
efectiva
porque
te
ayuda
a
comprender
el
entorno
y
a
tomar
decisiones
que
no
habías
visto.
En
ultimas,
parece
una
idea
“clara
y
distinta”,
es
decir
que,
ningún
ataque
escéptico
puede
con
esa
verdad
simple
y
concreta
[Meditaciones
metafísicas
de
Descartes]
(Descartes,
s.f.).
Pero
esas
ideas
solo
se
lograrán
en
un
ambiente
de
equilibrio
justo.
En
otras
palabras,
para
generar
confianza,
el
otro
debe
ver
que
su
interlocutor
es
su
igual:
ver
y
sentir
simbólicamente
ello,
en
el
camino
de
la
familiaridad
que
conlleva
a
la
confianza.
Proporcionar
un
punto
de
vista
por
medio
del
cual
el
otro
se
sienta
identificado,
no
es
una
tarea
reciente.
Los
grandes
inventores
de
la
retórica
sostienen
que
la
mejor
manera
de
que
exista
una
respuesta
positiva,
por
parte
de
una
audiencia
que
escucha,
es
cuando
esa
audiencia
se
“identifica”
con
lo
que
ve
como
si
fuera
una
catarsis
(ARISTÓTELES.
Retórica).
El
término
griego
no
solo
quiere
decir
literalmente
“exudación”
sino
además,
identificación.
Existe,
en
efecto,
varias
formas
de
identificar
al
otro
para
que
la
confianza
fluya:
por
medio
del
humor,
de
la
ensoñación
y
de
la
piedad.
Si
se
observa
con
detenimiento,
las
historias
que
se
repiten
constantemente
tienen
esos
tres
factores
o
al
menos
uno
de
ellos.
Las
historias
que
hacen
reír;
las
que
producen
una
emoción
gigante,
que
hace
recordar
los
momentos
de
amor
o
fraternidad;
y
las
historias
que
producen
piedad
o
incluso
convocan
un
dolor
del
pasado.
De
la
misma
manera,
la
identificación
genera
confianza
y
allí
existe
una
inclusión
del
mundo
y
de
la
vida
del
interlocutor:
cuando
existe
la
familiaridad
el
interlocutor
puede
aceptar
de
manera
más
efectiva
o
con
mayor
percepción,
la
historia
que
se
está
contando.
Ya
se
ha
hablado
del
ágora
narrativa:
un
espacio
simbólico
donde
unos
y
otros,
al
sentirse
iguales,
pueden
formar
verdaderos
consensos.
En
la
oralidad
es
el
lugar
concreto
donde
el
narrador
invita
al
público
a
escuchar
la
historia
desde
un
lenguaje,
que
tal
vez,
pueda
ser
diferente
y
que
tiene
un
objetivo
o
emoción
común:
una
serie
de
significados
simbólicos
comunes.
Con
esto
las
interacciones,
no
sólo
se
hacen
eficaces
sino
además
constructivas,
para
el
grupo
al
que
se
pertenece,
según
Thompson
(1998).
Evitar
el
ruido
comunicativo
es
esencial
para
que
ese
terreno
común
fructifique.
Ahora
bien,
desde
el
punto
de
vista
de
la
persuasión
no
existe
una
mejor
forma
de
sugerir
un
cambio
de
actitud
sobre
una
acción
u
objetivo,
que
cuando
se
invita
al
interlocutor
a
participar
en
los
acuerdos
consensuales.
Esto
se
hace
cuando
se
escucha
la
historia
que
el
otro
tiene
que
contar.
Es
allí,
desde
un
punto
de
vista
más
ético
que
otra
cosa,
que
al
ponerse
en
el
lugar
del
otro,
pueden
escucharse
sus
interpretaciones
sobre
la
realidad
que
desea
cambiar
y/o
potenciar.
¿De
qué
sirve
contar
una
historia
si
no
se
escucha,
atentamente
primero,
la
historia
que
el
otro
desea
contar?
Aquel
que
lea
con
atención
puede
detenerse
en
este
punto
de
la
lectura
y
al
levantar
los
ojos
decir:
¿pero
cómo
hago
para
escuchar
al
otro
su
historia?
Se
hace
entonces
importante
poder
observar
con
detenimiento
la
reacción
que
se
tenga
en
el
acto
comunicativo.
Con
ello
poner
en
la
marcha,
adaptar
y
adoptar
posturas
que
consigan
de
manera
efectiva
optimizar
el
medio
por
el
cual
el
mensaje
se
está
enviando:
cambiar
la
postura
corporal,
agudizar
el
tono
de
voz,
hacer
énfasis
en
la
identificación
emocional,
entre
otras.
Una
historia
nunca
se
cuenta
de
la
misma
manera,
y
siempre
tendrá
un
matiz
diferente
dependiendo
de
aquel
que
la
esté
escuchando.
Por
ende,
debemos
buscar
en
el
ágora
que
exista
interacción
e
identificación
en
todo
momento:
lograr
esto
hará
que
la
labor
de
persuasión
sea
más
efectiva
y
que
el
objetivo
se
alcance
exitosamente.
14
14 POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
7. Ruido
comunicativo
A
manera
de
conclusión,
podemos
entonces
poner
al
ruido
comunicativo
como
el
otro
extremo
del
espectro
que
se
ha
planteado
en
la
presente
cartilla.
Es
cierto,
cuando
no
existe
un
proceso
de
comunicación
adecuado,
cuando
se
ha
delineado
mal
la
persuasión
o
el
mensaje
se
ha
distorsionado,
estamos
hablando
de
un
ruido
comunicativo.
Es
claro
pensar
en
una
comunicación
clara
cuando
deseamos
interactuar
con
los
demás.
Pensando
en
ello,
el
nexo
entre
el
emisor,
el
receptor
y
el
mensaje
debe
estar
funcionando
en
óptimas
condiciones.
El
problema
es
que
si,
en
algún
momento,
uno
de
los
elementos
de
este
pacto
comunicativo
presenta
falla,
podríamos
hablar
de
un
ruido
comunicativo.
Pensemos
en
el
caso
del
emisor
y
su
posible
falla.
Cuando
el
que
tiene
la
intención
de
emitir
el
mensaje
no
es
claro
es
quien
posee
un
ruido.
El
emisor
debe
hacer
conciencia,
justo
después
de
emitir
el
mensaje,
que
este
fue
recibido
de
manera
clara.
En
ocasiones,
no
existe
ese
momento
por
falta
de
reciprocidad
dinámica
con
el
receptor
y
otras
veces,
el
emisor
piensa
que
el
receptor
entiende
perfectamente
su
visión
de
la
historia,
mensaje
o
idea
que
está
transmitiendo
generando
una
mala-‐interpretación.
Ocurre
que
el
emisor
puede
tener
error
dentro
del
medio
en
el
que
transmite
el
mensaje
(pensando
en
un
lugar
donde
existe
gran
interferencia
de
ruido
y
el
emisor
intenta
darle
un
mensaje
al
receptor).
Asimismo,
puede
ocurrir
que
el
emisor
no
hable
el
mismo
lenguaje
que
el
receptor.
El
ruido
también
puede
estar
en
el
mensaje
transmitido.
Un
mensaje
incompleto
causa
ruido
de
inmediato.
Por
ejemplo:
realizamos
una
llamada
telefónica
por
un
móvil
y
uno
de
los
que
mantienen
la
conferencia
telefónica
entra
en
un
sector
donde
la
señal
se
hace
defectuosa,
el
mensaje
llega
entre
cortado,
errado
o
incompleto.
Pero
uno
de
los
puntos
que
pueden
llevar
a
un
ruido
comunicacional,
a
partir
del
mensaje,
se
encuentra
en
aquellos
mensajes
que
pueden
ser
interpretados
en
varios
sentidos;
no
importa
cuál
es
la
intención
original
del
autor,
pero
el
mensaje
es
interpretado
de
forma
ambigua,
generando
ruido
y
confusión.
Ruido
por
el
receptor.
El
receptor
puede
generar
ruido
cuando
no
entiende
el
mensaje
correctamente
por
múltiples
factores:
desconcentración,
sobre-‐interpretación,
desconocimiento
del
pacto
lingüístico
general,
entre
otras.
Por
ello,
uno
de
los
puntos
importantes
en
el
proceso
oral
debe
ser
la
claridad
en
el
mensaje
y
la
reciprocidad
dinámica
que
puede
lograrse
de
manera
directa
o
indirecta.
De
manera
directa
es
cuando
el
emisor
pregunta
constantemente
si
lo
dicho
es
comprendido
de
la
manera
o
intención
deseada.
De
manera
indirecta,
cuando
el
emisor
verifica,
no
con
preguntas
directas
sino,
con
otros
elementos
del
lenguaje.
El
ruido
puede
evitarse
cuando
existe
un
contacto
directo
y
claro
entre
las
partes
del
pacto
comunicativo.
En
la
oralidad,
este
es
un
debate
muy
inquietante
porque
en
ocasiones,
si
no
se
esclarece
el
contenido
del
mensaje,
se
puede
contar
una
historia
romántica
o
emotiva
y
puede
interpretarse
como
si
fuera
una
historia
jocosa
o
incluso
de
tristeza.
Pero
para
ello,
se
hace
importante
una
herramienta,
que
se
explicará
en
puntos
posteriores
de
éste
curso,
la
geografía
vocal.
16
16 POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
8. El
Hombre
que
es
lúdico
y
su
persuasión
El
hombre
es
un
ser
social
por
naturaleza:
él
mismo
ha
descubierto
que
tiene
en
su
interior
fuerzas
de
creación-‐razón
y
de
cambio-‐pasión.
Las
culturas,
con
el
paso
del
tiempo,
determinaron
que
esas
fuerzas,
en
constante
equilibrio,
hacen
que
el
hombre
avance
en
su
percepción
de
ser
actuante
y
cambiante
en
el
mundo.
Lo
apolíneo
y
lo
dionisiaco,
en
el
hombre,
tiene
un
equilibrio
en
lo
que
Huizinga
(1968)
denomina
“lo
lúdico”
que
va
desde
Apolo
Dios
de
la
inspiración
y
la
armonía,
hasta
Dionisio
Dios
del
vino
y
el
exceso
creador.
En
su
análisis,
investigó
y
reconstruyó
una
serie
de
pautas
culturales
del
pasado
para
llegar
a
entender
de
manera
eficaz
lo
que
significa
el
juego.
El
juego
es
un
fenómeno
que
tiene
en
sí
mismo
una
red
de
significados
simbólicos
que
pueden
tener
una
función
social.
Es
allí
donde
lo
sublime
del
espíritu
humano
y
la
transformación
del
alma
creativa
se
manifiestan
por
medio
del
juego.
Es
claro
pensar,
como
argumenta
Huizinga,
que
antes
de
la
aparición
de
la
cultura,
el
juego
se
encontraba
en
las
dinámicas
humanas.
Es
por
ello
que,
es
un
elemento
a
considerar
en
el
desarrollo
efectivo
de
la
interacción,
en
general
y
la
persuasión,
en
particular.
En
sí
mismo,
el
juego
tiene
un
importante
elemento
dentro
del
sentido
de
la
persuasión.
Una
manera
concreta,
de
poder
persuadir,
es
por
medio
de
herramientas
lúdicas
que
efectivamente
sirvan
para
ponerse
en
camino
al
consenso
y
la
interacción
comunicativa.
En
ese
orden
de
ideas,
“juego”
esta
distanciado
de
la
costumbre
que
lo
determina
como
algo
“liviano”,
es
para
Huizinga
una
de
las
manifestaciones
más
significativas
de
la
raza
humana,
“pues
de
éste
surgen
actos
tan
importantes
como
el
culto
y
el
rito”.
La
cultura
entonces,
tiene
una
necesidad
ambivalente
con
el
juego:
viene
de
él
y
justamente
ella
hace
necesario
un
acto
cultural.
En
medio
de
todas
las
estructuras
de
sentido
humano,
el
juego
se
comporta
como
un
ente
catalizador
de
la
cultura,
y
viceversa.
Desde
el
modelo
pedagógico,
el
juego
es
una
herramienta
que
va
más
allá
de
la
red
de
significados
simbólicos
de
un
conglomerado
social
determinado.
Para
un
grupo,
es
más
fácil
con
la
interacción
y
la
lúdica
aprender
un
proceso
que
simplemente,
repetirlo
como
en
el
modelo
tradicional
de
la
re-‐producción
del
conocimiento.
En
cuanto
a
la
mirada
comunicativa,
los
sujetos
tienen
un
proceso
que
puede
facilitar
llegar
a
acuerdos,
cuando
se
tienen
herramientas
lúdicas
en
la
formulación
de
un
objetivo.
Lo lúdico como un elemento de la persuasión: del Homo Ludens al Homo Videns
Este
camino
de
integrar
en
los
procesos
lúdicos
como
una
vía
persuasiva,
lo
muestra
Huizinga
cuando
reflexiona
el
papel
del
juego
en
los
procesos
rituales.
Es
natural
que
el
hombre
juegue,
ésta
en
su
naturaleza,
y
aparece
como
un
factor
común
entre
todas
las
culturas.
Con
la
adopción
de
una
oralidad
secundaria,
y
por
medio
del
desarrollo
de
los
medios
masivos
de
comunicación,
el
hombre
entra
en
una
dimensión
de
juego
aún
más
amplia
convirtiéndose
en
un
Hombre
que
ve,
un
Homo
Videns.
Mientras
el
hombre
juega
de
manera
natural,
ha
construido
una
red
de
significados
que
están
cercanos
al
desarrollo
de
los
medios
masivos
de
comunicación.
Así,
el
hombre
que
juega
da
paso
al
hombre
que
observa:
al
hombre
que
ve,
consume
y
deja
que
las
determinaciones
se
alejan
de
los
consensos,
para
entrar
en
las
ideas
propias
de
líderes
de
opinión
o
tendencias
efímeras
según
Sartori
(1996).
18
18 POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
El
homo
videns
toma
una
opinión
de
los
medios
masivos
de
comunicación;
el
homo
ludens
es
una
tendencia
innata
del
espíritu
humano.
Así
las
cosas,
lo
que
podemos
argumentar
en
este
punto
es
que
el
Ser
como
ser
humano,
pasa
de
pensar
a
imaginar:
de
encontrarle
un
sentido
a
la
realidad
que
lo
rodea
y
a
dotar
su
mundo
de
un
desborde
en
la
imagen
producida,
para
generar
una
opinión.
Para
citar
de
Sartori,
es
el
paso
siguiente
en
el
punto
común
de
la
lúdica
y
la
persuasión
con
la
nueva
tendencia
comunicacional
producida
por
un
avance
de
la
“videósfera”
de
la
actualidad
en
los
grupos
humanos.
Veamos
la
Figura
5.
Hombre
que
interactúa
Homo
Ludens
Homo
Videns
Es
aquí
donde
la
lúdica
de
los
retos
de
un
minuto,
cobra
una
importancia
inusitada
en
la
construcción
de
sentido
de
un
posible
encuentro
comunicativo.
En
efecto,
el
acertijo
es
una
pregunta
abierta
que
invita
a
la
solución
de
un
problema
determinado.
Su
formulación
invita
a
una
solución
producto
de
un
proceso
de
“esfuerzo”
mental
por
parte
del
interlocutor.
Un
hombre
está
a
punto
de
ir
a
un
viaje
muy
importante
de
negocios.
Antes
de
su
viaje,
lo
aborda
el
vigilante
del
edificio
donde
él
vive
y
le
dice:
-‐
Respetado,
¡no
viaje!
Anoche
soñé
que
su
avión
sufriría
un
desperfecto
y
posiblemente
nadie
sobreviva
a
ese
vuelo.
El
Hombre
de
negocios
al
escuchar
tal
petición,
decide
retrasar
su
vuelo
un
día.
Esa
tarde
en
los
medios
masivos,
se
anuncia
el
accidente
del
avión,
cumpliéndose
el
vaticinio:
todos
sus
150
pasajeros
murieron.
El
hombre
decide
recompensar
al
vigilante
pero
lo
despide.
¿Por
qué?
Este
acertijo
es
muy
conocido
y
sirve
para
ejemplificar
una
situación,
que
si
bien
se
sale
de
control,
está
encaminada
a
despertar
e
invitar
a
nuestro
interlocutor
a
solucionarlo.
Los
retos
de
un
minuto
son
sin
más,
una
herramienta
muy
efectiva
para
abrir
conversatorios,
reuniones
o
conferencias.
Responden
al
modelo
lúdico:
Tienen
una
regla,
se
está
planteando
una
situación
que
se
aleja
de
la
realidad
pero
no
es
tan
inverosímil,
y
se
invita
a
una
solución.
Lo
bueno
de
los
“retos
de
un
minuto”
es
que
hacen
efectivamente
que
la
imagen
de
lo
descrito
se
encuentre
muy
viva
y
presente,
haciendo
una
participación
más
activa
en
el
receptor
del
mensaje.
Es
sin
más
una
forma
de
reforzar
el
ágora
narrativa,
pero
por
medio
de
imágenes.
Se
invita
a
que
los
participantes
traten
de
resolver
el
problema.
Así
las
cosas,
en
este
mundo
lleno
de
las
interconexiones
y
la
sobre
información
da
por
el
consenso
del
homo
videns
un
acertijo,
reta,
invita,
estructura
y
persuade
a
un
auditorio
determinado.
En
ocasiones,
esa
rapidez
líquida
le
da
a
los
problemas
o
dificultades,
más
o
menos
importancia
de
las
que
merecen.
Es
en
estas
dinámicas,
del
verdadero
Mc
Mundo,
donde
se
actúa
en
la
resolución
de
problemas.
20
20 POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
Uno
de
los
puntos
fundamentales
para
acceder
a
un
problema
o
reto
de
un
minuto
es
justamente
limitarlo.
Leer
el
problema,
entenderlo,
identificarlo
y
poderlo
enunciar.
Son
pasos
para
poder
reconocerlo
y
aceptar
la
sugerencia
de
escuchar
el
texto
y
entenderlo
para
poder
solucionarlo.
Existe,
en
esta
reflexión,
al
menos
dos
tipos
de
problemas:
• Los
que
están
mal
estructurados.
• Los
que
están
bien
estructurados.
Los
problemas
bien
estructurados
son
aquellos
cuyos
pasos,
que
guían
a
la
resolución
de
los
mismos,
se
identifican
con
claridad
y
distinción
(termino
que
se
analizará
en
el
transcurso
del
curso).
Los
mal
estructurados,
en
cambio,
tienen
como
característica
la
confusión
o
ambigüedad
de
esos
elementos
necesarios
para
su
inferencia,
causando
ruido
o
en
ultimas,
un
mal
acto
educativo.
Según
Stemberg
y
Spear
citado
por
Caldeiro
(1996):
el
problema
establecido,
puede
estar
en
la
categoría
de
un
relato
claro
que
plantea
un
problema
concreto:
¿por
qué
el
hombre
que
salva
su
vida
haciendo
caso
a
las
advertencias
del
vigilante
lo
despide?
“Los
problemas”
como
categoría
de
estudio,
también
pueden
entrar
en
el
campo
de
la
alteridad.
A
las
preguntas:
¿cómo
debería
presentarse
un
problema?,
¿cómo
se
puede
comprender
mejor?
y
¿qué
podemos
o
no,
escoger
en
su
posible
solución?
Se encuentran las siguientes alteridades para solucionar retos de un minuto:
• Claridad
y
distinción
(Identify).
• Un
examen
detallado
del
problema
(Analyze).
• Debería,
el
problema,
tener
elementos
para
sondear
y
escoger
la
mejor
posibilidad
de
solución
(Aplication).
• Debería
invitar
a
una
valoración
razonable
de
una
información
establecida
(Evaluate).
Este
“deber
ser”
de
los
problemas
bien
estructurados,
puede
llevarnos
a
comprender
mejor
el
acertijo
en
particular
e
invitarnos
a
la
formulación
de
una
solución
consensuada,
donde
todos
aportan
sin
experiencia.
Claridad y distinción
Hay
que
recordar
que
desde
el
discurso
del
Método
de
René
Descartes,
hay
una
definición
de
claridad
y
distinción.
Una
idea
es
clara
cuando
se
puede
señalar
todos
los
elementos
sin
la
menor
duda;
será
distinta
cuando
se
exhiba
plenamente
diferenciada
de
otras
sin
lugar
a
equívoco.
Estas
características
dan
cuenta
de
los
límites
del
problema
o
de
la
comprensión
del
asunto,
un
“identify”.
La
distinción
implica
que
se
muestre
de
una
manera
determinada
y
no
de
otra.
Así,
no
hay
nada
mejor
para
resolver
un
problema
que
saber
dónde
está:
identificarlo
real
y
efectivamente.
El
problema
de
las
redes
sociales
y
su
implicación
en
el
mundo
de
la
vida
de
los
jóvenes
estudiantes,
por
ejemplo,
debe
verse
en
dos
sentidos:
observar
para
quién
es
un
problema
y
si
le
es
distinto
de
otros
problemas
de
su
“universo
conceptual”.
¿Es
claro
y
distinto,
entonces,
el
problema
del
despido
del
vigilante?
Podemos
decir,
en
un
primer
momento,
que
el
problema
se
encuentra
bien
planteado
porque
muestra
en
su
interior
elementos
que
sirvan
para
una
solución,
pero
ello
puede
darse
en
el
campo
de
la
persuasión.
En
los
planteamientos
de
los
problemas,
existen
ya
objetivos
concretos
de
solución.
Una
vez
limitado
el
problema,
el
deber
ser
en
la
configuración
y
resolución
de
problemas,
es
decir,
un
escrutinio
exacto
del
mismo.
Recordando
las
palabras
de
Cartesio:
“Dividir
cada
una
de
las
dificultades
que
examinase
en
tantas
partes
como
fuera
posible
y
como
requiriese
para
resolverlas
mejor”
(Descartes,
1989).
• La
mejor
descripción
de
este
punto
es:
reducir
lo
complejo
en
unidades
simples
para
su
mejor
comprensión.
Dividir
en
partes
más
simples
hasta
encontrar
la
claridad
y
distinción
de
los
objetos,
situaciones
y
modelos
problemáticos.
Pero
hay
que
ir
un
paso
más
allá
del
modelo
cartesiano
en
el
análisis
del
problema.
Se
hace
importante
observarlo
desde
varios
puntos
de
vista.
Tal
focalización
contextual
anuncia
las
líneas
de
solución
de
un
problema,
porque
se
va
de
un
hecho
desconocido
a
uno
conocido.
De
acuerdo
a
lo
que
afirma
Hernández
(2003).
• Hay
que
anotar
que,
una
vez
dividido
en
partes
simples,
se
hace
evidente
una
reconstrucción
del
problema:
dividirlo
en
partes
simples
y
luego
re-‐estructurarlo.
Este
proceso,
el
autor
del
método,
lo
denomina
síntesis.
22
22 POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
De
acuerdo
con
Descartes
(1989):
“conducir
por
orden
mis
pensamientos,
comenzando
por
los
objetos
más
simples
y
más
fáciles
de
conocer
para
ascender
poco
a
poco,
como
por
grados,
hasta
el
conocimiento
de
los
más
compuestos,
suponiendo
incluso
un
orden
entre
los
que
se
preceden
naturalmente
unos
a
otros".
1. En
esta
descripción
se
puede
comparar
esta
forma
de
conocer
un
problema
con
un
proceso
de
deducción:
de
lo
más
simple
a
lo
más
complejo.
Siempre
observando
los
nuevos
conocimientos
y
comparándolos
con
los
que
ya
se
tenían,
haciendo
entonces
una
comparación
ordenada
e
inteligente
de
los
elementos
que
componen
el
problema.
Es,
sin
duda,
un
camino
muy
certero
para
comprender
un
problema
que
tiene
en
sí
mismo
el
germen
de
la
hermenéutica.
Solución
Si
el
hombre
que
advierte
a
su
jefe
es
un
vigilante,
no
debería
estar
dormido
sino
justamente
vigilando
en
la
noche.
Por
ello,
lo
despide
aunque
lo
recompensa.
Con
todo,
la
invitación
es
abordar
lo
lúdico
como
una
herramienta
de
persuasión
efectiva,
y
poder
centrar
la
atención
del
público
cautivo
en
la
resolución
particular
de
un
reto
o
un
problema
común:
que
puede
ser
un
reto
de
minuto
o
un
acertijo.
Cosmogónico: relativo a las explicaciones sobre el cosmos y lo que el hombre no podía entender.
24
24 POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
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Llavori
Enseñar
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