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Afganistán ha sido y es un país que está en guerra desde hace ya varios años, un conflicto que
como todos de esta naturaleza deja miles de muertos; la vida de los hombres se desvanece con
tan sólo mencionar “bajas civiles o militares”. Algunos de estos seres humanos se proclaman
líderes que desean, o continuar con la guerra o dar fin a ésta, líderes que desean pelear por lo que
ellos creen justo. En este país asiático, Massoud se convirtió en un hombre a seguir: un héroe.
Esta categoría fue otorgada más por los medios de comunicación extranjeros que por sus mismos
compatriotas, figura mítica que nace después de derrotar al gran ejército rojo, y que avanza con
su muerte al ser declarado “héroe nacional”, algo paradójico en un país lleno de conflictos
interétnicos y donde difícilmente podríamos hablar de una “identidad nacional”.
Cuando leí sobre Massoud y Afganistán me dí cuenta de la dimensión de aquello que cité en un
principio, es realmente difícil comprender motivos y deseos ajenos (incluso a veces propios),
sobre todo en este caso, de un hombre en cuya cultura no he estado inmersa directamente y de la
cual, muchos “conocemos” algo sólo a través de los medios masivos que nos proporcionan
información sesgada y que obedecen a intereses netamente particulares.
Mi objetivo inicial era encontrar la identidad (es) de Ahmed Sha Massoud que aún no
había sido construida por los medios de comunicación internacionales, me refiero a sus años de
formación y la imagen que de él tenía la gente de Afganistán, no sus seguidores ni detractores,
sino el “pueblo” que se supone él estaba defendiendo. Para comprender motivos y conocer un
poco las historias que se han construido de un hombre que se convirtió en guerrillero, revoltoso
para unos, libertador para otros. Sin embargo no lo logré plenamente porque la vida de Massoud
se conoce muy poco y de manera muy indirecta.
Para comprender a un hombre es necesario entender su entorno, su pasado y el del lugar en el
que actúa, por tal razón decidí organizar este trabajo a partir de una interpretación de las historias
de Afganistán. La primera parte, historia en general de Afganistán la presento como introducción
para seguir con un poco de la vida de Massoud, y la incursión de este en el ámbito militar y
político del país. Sigue el apartado de la guerra civil y el avance de los Taliban, la resistencia de
Massoud y el Frente Unido, para terminar con la muerte del comandante Massoud.
Espero que este texto refleje las impresiones que me dejó la historia (o las historias) de
un país que hoy sigue en guerra y donde aún está sufriendo la intervención de ejércitos
extranjeros y donde los grupos internos continúan su pelea por el poder y para imponer “la
verdadera forma de vivir”, y la gente sigue con hambre y perdiendo familiares y sueños.
Massoud en la lucha
Grupos armados de diversos orígenes se levantaron contra la invasión de la URSS pero, a pesar
de su enemigo en común, no lograron una cohesión importante entre sí. De esos grupos, uno de
los más fuertes era el partido Jamiat-e-islami, cuya cabeza era Barhannudin Rabbani, apoyado
por el comandante Massoud. La zona de influencia y acción de Massoud era el norte en la
provincia de Badkhshan principalmente y en algunas partes de las provincias de Ghowr y Herat.
Por la misma multiplicidad de cuerpos afganos, los motivos resultaban distintos, para Massoud el
motivo de la lucha lo expuso en una entrevista posterior con la CNN, cuando la agencia le
preguntó: ¿por qué se oponían al Partido Democrático Popular de Afganistán? El comandante
contestó:
“Antes que los comunistas tomaran el poder, todos sabían que eran marionetas de
Rusia. Todo el pueblo de Afganistán sabía que desde tiempos de Pedro, la Unión
Soviética quería tener las condiciones adecuadas para ocupar los países de la región y
conseguir sus propios objetivos. Eran ateos y sus ideas e ideología no estaban en
conformidad con nuestra cultura. Y gradualmente el pueblo de Afganistán fue
conociendo sus caras, excepto por el desastre y la tragedia, no trajeron nada en
beneficio de la gente”[7].
Aquí es importante detenernos un poco en la frase que marqué en negritas, pues resulta vital ya
que gran parte de los combatientes afganos estaban de acuerdo en este punto, aunque no en las
formas de proceder; y es por este tipo de ideología que fueron nombrados como
fundamentalistas.
Del término ‘fundamentalismo’ encontré varias definiciones, en primer lugar la que da Otero
Novas, quien escribió que este concepto, con el sentido que actualmente se le da, se convirtió de
uso general a finales de la década de los setenta en el siglo XX, ‘cuando cae el Sha de Persia, y la
toma de poder en el irán por Jomeini y sus seguidores’. Para Otero el fundamentalismo nace
cuando se tratan de imponer convicciones personalmente poseídas a través de coacción legitima
o ilegítima, física o psicológica…[8], Otero también cita a Kienzler para definir el surgimiento
de los fundamentalismo religiosos, según él, nacen “en el momento en que se afirmen de forma
rigurosa las leyes religiosas y se pretenda reglamentar todo según lo que estas dicen”[9].
Leah Renold explica en su artículo “Fundamentalismo” que el término surgió a finales del siglo
XIX para definir a un movimiento cristiano, que defendía la recuperación de las creencias
fundamentales del cristianismo para resistir los “embates contra la fe”[10]. En la mayoría de los
medios de comunicación se ha difundido con un sentido negativo para designar a aquellos
movimientos en contra de la modernidad y la libertad de pensamiento, sobre todo después de los
atentados en Nueva York el 11 de septiembre de 2001, sin embargo se ha ligado al Islam, visto
este último como una religión monolítica y llena de ‘terroristas’.
Si analizamos estas demarcaciones propuestas, el término fundamentalismo se puede
usar desde distintos aspectos, según el objetivo que se proponga al designarlo. Creo que debemos
tomar la advertencia de Renold en serio, y tratar estos términos con cuidado, para evitar la
discriminación y condena, además que suele ser usado para justificar guerras y homogeneizar
culturas.
Los levantamientos en contra de la invasión de tropas soviéticas, expresados ideológicamente en
las palabras de Massoud, los podríamos considerar, a mi parecer, dentro de un movimiento en
específico del Islam: el islamismo, también muy variado, que “pretende la revitalización del
Islam en las personas y en la sociedad… busca la creación de espacios públicos islámicos…[,]
esos espacios engloban tanto a la sociedad como al Estado. La instauración del Estado islámico
se convierte en uno de sus objetivos intermedios para lograr la islamización del entorno”[11].
Pero esto sólo para ofrecer un marco de referencia, de un movimiento a nivel regional que
grupos de varios países venían desarrollando desde la década de los setentas, y la mayoría de
cuyos miembros fueron entrenados militarmente en Afganistán, donde la Jihad[12] afgana sirvió
como experimento para que los mujahedeen partieran a la luchas hacia otras latitudes como
Cachemira.
Recursos para “la libertad” (a la guerra)
Arabia Saudí, Pakistán, Irán y Estados Unidos fueron los países que más aportaron en la guerra
de guerrillas. El primer país lo hizo a nivel financiero, según Baltar motivado “por una mezcla de
pragmatismo político con aspiraciones de liderazgo en el mundo islámico”, para apoyar a los
pashtun sunnitas y para tratar de parar el progreso del chiísmo iraní, cuyo régimen apoyaba sólo
a la minoría afgana de los hazara. Estados Unidos, en la dinámica de la embestida más agresiva
para frenar “el avance del comunismo”, apoyó, sobre todo después de 1981, con armamento,
dinero, apoyo logístico e información de inteligencia, todo a través del Servicio de Inteligencia
de Pakistán (ISI), quien, al parecer, sólo proporcionaba los recursos a los pashtunes islamistas, de
la rama ghilzai, para subordinar la Jihad afgana a sus intereses nacionales. El guerrillero bajo las
órdenes de Pakistán era Gulbuddin Hekmatyar, quien había roto relaciones con Rabbani desde
1976, y desde entonces estaba al mando del partido Hizb-i-Islami.
Massoud, quien seguía bajo el mando de Rabbani y en el Jamiat-i-Islami, desde el comienzo de
la resistencia mujahedden tuvo enfrentamientos constantes con Hekmatyar, por los métodos
‘terroristas’ que empleaba contra la población civil. En varias entrevistas posteriores, Massoud
denunció a Hekmatyar por ‘prestarse’ a los intereses de Pakistán y ‘traicionar’ al pueblo afgano.
La ayuda de estos países contribuyó a marcar más las diferencias tribales, religiosas y
políticas entre los afganos y no ofrecieron una alternativa de concentración, ni cohesión nacional.
Cada apoyo obedecía a los intereses políticos, económicos e ideológicos de los países en
cuestión. Estados Unidos, después de la retirada de los soviéticos se olvidó de la zona.
La figura de Massoud como héroe no surgió después de su muerte, fue después de haber
derrotado a las tropas soviéticas que “entró a la historia” como el guerrillero (que De Ponfilly,
Robert Kaplan y otros, comparan con el Che Guevara) que derrotó a las tropas soviéticas, causó
un gran impacto que un grupo de guerrilleros haya derrotado a un gran ejército[16]; creo que
faltó considerar que para esa época, ya no era el gran ejército y la URSS pasaba por un duro
periodo de reestructuración. Desde este triunfo, Massoud fue ganando reconocimiento en
Occidente, entre sus seguidores más cercanos, y entre algunos sectores de la población afgana.
Muchos periodistas iban a Afganistán a conocer a Massoud y el valle desde donde resistía este
comandante. A partir de ellos, de los hombres que pelearon con él y de su familia y amigos, se
fue conociendo una imagen del “León del Panjsher”: un ‘hombre carismático, bien parecido,
enérgico, franco, no pretencioso, de mirada profunda, que hablaba de manera elocuente y que
siempre iba inmaculadamente vestido, fiel a sus ideales y profundamente religioso; un hombre
que fue un gran estratega’. Si vemos las fotos que se difunden sobre él, siempre aparece con una
sonrisa o pensativo, con una mirada de esperanza, serio, como cuestionándose a sí mismo. Un
hombre que logró organizar un sistema ‘democrático’ en el norte de Afganistán, con comisiones
encargadas de actividades específicas, como el comercio, la enseñanza y con una visión
moderada del Islam. Se construyo un “héroe” para los que los querían tomarlo así, un enemigo y
terrorista para otros, lo importante a considerar es, a mi parecer, que fue una imagen que se
armó, sobre todo, a partir de los medios que difundieron su causa, sin embargo para analizar con
mayor profundidad al hombre, tendríamos que desentrañar el por qué a ciertos medios les
interesaba Massoud en específico, qué representaba para unos y otros. Por tanto es importante
ver que no era sólo uno el que peleaba.
No todos vieron lo que había detrás de Massoud, de las tropas hazaras, uzbecas, pashtunes y de
todos los grupos afganos en pugna (entre sí y contra el extranjero): hombres y mujeres,
campesinos, comerciantes, que peleaban porque no tenían ya nada que perder después de tantos
años de guerra, jóvenes que sólo conocían el hambre, la miseria, la muerte y la guerra entre
‘compatriotas’, las matanzas interétnicas y que la mayoría de ellos, había quedado huérfanos.
Labradores que perdieron sus tierras, o que les era imposible trabajar en ellas por la gran
cantidad de minas antipersonales que fueron lanzadas desde el aire o que simplemente ya no eran
fértiles. Mercaderes que ya no tenían con qué comerciar, ni quién les comprara en aldeas, villas,
pueblos y ciudades en ruinas. Hombres que habían perdido a sus esposas, madres, hijas, hijos,
tíos, a toda su familia, casas y modos de subsistir, en un país que ha estado entre los más pobres
y que ha vivido más de dos décadas de guerra. No eran sólo “civiles o militares” los que caían,
eran hombres y mujeres, niños, seres humanos.
Afganistán ha sido desde hace siglos un territorio en conflicto casi permanente, que ha destruido
ciudades y matado a millones de personas y ha obligado a otras a vivir como refugiados en Irán,
Pakistán y demás países vecinos, sembrando rencores. Las personas aún viven con miedo y con
los recuerdos de una guerra que parece única y nunca tener fin.
Bibliografía
-Baltar Rodríguez, E. Afganistán y la geopolítica internacional. Barcelona: Plaza y Valdés,
2003, 279p.
-Collins, J. Y Glover, R. Lenguaje colateral. Claves para justificar una guerra. Madrid: Páginas
de espuma [2002] 2003, 314 p.
-Hobsbawm, E. Historia del siglo XX.1914-1991. Madrid: crítica, [1995] 2000, 624, p.
-Jordán, J. Profetas del miedo. Aproximación al terrorismo islamista. Pamplona: EUNSA, 2004,
218 p.
-Mencia, MG. Afganistán y el régimen Talibán. Rosario: Universidad Nacional del Rosario,
Centro de Estudios Internacionales del Rosario, 2004, 48h.
-Otero Novas, J. “Introducción” en Otero Novas, J. M. Fundamentalismos enmascarados. Los
extremismos de hoy. Barcelona: Ariel, 2001.
En línea
*Alvi, S. “Death of Masoud” en línea: http://www.viceland.com/int/v8n8/htdocs/
afghanistan.php
*Burns, J. “Threats and responses: assassination; Afghans, too, Mark a day of disaster: A hero
was lost” en línea: http://www.nytimes.com/2002/09/09/world/threats-responses-assassination-
afghans-too-mark-day-disaster-hero-was-lost.html?pagewanted=1
*CNN, Massoud: U.S. forgot it’s ‘moral responsibility’ in Afghanistan, en línea:
http://www.cnn.com/SPECIALS/2001/trade.center/massoud.html
*Jawedan, His Last Interview. En línea: http://jawedan.com/en/content/view/25/40
*Massoud, A.S. Un mensaje al pueblo de Estados Unidos de América en línea:
*http://www.afghan-web.com/documents/let-masood.html , 1998
*http://memri.org/bin/articles.cgi?Page=archives&Area=sd&ID=SP60103
*http://news.bbc.co.uk/2/hi/south_asia/1260050.stm, abril 2001
*http://news.bbc.co.uk/2/hi/south_asia/1537244.stm, septiembre 2001
*http://www.omaid.com/english_section/in_the_press/ASM_EU.htm
*http://www.massoudhero.com
Otros medios
Película: Kandahar. Irán: 2001, 81 min. Director: Makhmalbaf, Mohsen.
Documental: Massoud l’afghan. Francia: 1998, 90min.Director: De Ponfilly, Christophe
14
[1] En el periodo que reinó Zahir, se formaron dos estados independientes en 1947: Pakistán y la Unión India. En el
primero la población pashtun representaba el 15% aproximadamente y con deseos separatistas, que Afganistán
apoyaba, para que se creara un estado independiente pashtun en la frontera de ambos países, desde ahí comenzó una
etapa de crisis diplomáticas que, azuzadas por potencias extranjeras en algunos momentos (sobre todo en el marco
de la Guerra Fría), no harían más que provocar luchas intestinas que irían mermando a la población civil y sus
medios de subsistencia.
[2] Una constitución discutida y aprobada en 1964 por la Loya jirga (consejo de ummas o jefes tribales) en la que se
establecía una monarquía constitucional, sistema parlamentario compuesto de Asamblea Nacional de la cual gran
mayoría de sus miembros era elegidos por sufragio universal, la división de poderes, funcionamiento de partido
políticos siempre y cuando estuvieran acorde al Islam. Libertad de prensa, establecía el dari y el pashtun como
lenguas oficiales. Y establecía que la sharia sería la fuente de derecho sólo en los casos de vacío de las leyes
seculares. Mencia, MG. Afganistán y el regimenté Talibán. Rosario: Universidad Nacional del Rosario, Centro de
Estudios Internacionales del Rosario, 2004.
[3] Karmal lideraba la facción pro soviética del partido comunista, la Parsham. El Partido Comunista Popular
democrático de Afganistán, según Baltar, fue fundado en 1965, estaba influenciado de ideas marxistas, pro
soviéticas y maoístas, reflejadas en sus periódicos Khalq (masas) Parcham (bandera), Shola (llama). De los dos
primeros tomarían el nombre las facciones beligerantes dentro del comunismo afgano.
[4] Apoyados por el clima de un naciente fundamentalismo islamista, en el que distintos países buscaban ser el
estado islámico por excelencia, o formar un Estado panislamista, los implicados a nivel regional: Arabia Saudi, cuya
ideología reinante era el wahabismo; Pakistán, cuyo primer ministro era antisoviético y afín a las ideas
fundamentalistas en el recién reformulado Irán, después de la ‘revolución popular triunfante liderada por el ayatollah
Koimeini’, quien propugnaba un fundamentalismo chiíta.
[5] En www.massoudhero.com citan fragmentos de una entrevista con Farzan y Ghiasi, pero no logré encontrarla
completa o restos de sí existió, y otra con Briggite Sommer, que aún no he encontrado. En el documental de
Christian de Ponfilly, Massoud l’afghan, se puede ver una entrevista con unos periodistas rusos en el 97.
[6] Massoud, AS. un mensaje al pueblo de Estados Unidos de América en línea: http://www.afghan-web.com/
documents/let-masood.html , 1998
[7] CNN, Massoud: U.S. forgot it’s ‘moral responsibility’ in Afghanistan, en línea: http://www.cnn.com/
SPECIALS/2001/trade.center/massoud.html
[8] Otero Novas, J. “Introducción” en Otero Novas, J. M. Fundamentalismos enmascarados. Los extremismos de
hoy. Barcelona: Ariel, 2001. Pág., 16
[9] Kienzler, K. el fundamentalismo religioso. Madrid: Alianza Editorial, 2000. Citado por Otero Novas, J. op. cit.
[10] Para analizar con más detalle: Renold. L. “Fundamentalismo” en Collins, J. Y Glover, R. Lenguaje colateral.
Claves para justificar una guerra. Madrid: Páginas de espuma [2002] 2003
[11] Para consultar con más detalle sobre el islamismo: Jordán, J. Profetas del miedo. Aproximación al terrorismo
islamista. Pamplona: EUNSA, 2004, pág. 39.
[12] Este termino también debe ser revalorado, porque aunque usualmente designa a una ‘guerra santa’, al parecer
originalmente, implica más la superación personal dentro del ámbito espiritual, o seguir la senda del Islam, que una
guerra en contra de los no creyentes occidentales. Jordán analiza el término en el sentido que algunos grupos
islamistas le han dado actualmente. Kenneth Church analiza en concreto los significados históricos que se le han
dado a la Yihad por los ulemas, pero sin una definición universal, al no representar un pilar más establecido en el
Corán, en éste sólo se menciona pero más como una obligación personal, que un mandato y obligación universal
[13] De cuatro entrevistas que encontré en línea, creo que esta con Belorokowicz es la más completa y podría decir
que menos dirigida, para consultarla completa: http://jawedan.com/en/content/view/25/40
[14] Durante esta campaña, de acuerdo con Steve Coll, en una entrevista con un agente de la CIA (ahora exagente)
Massoud dio cuenta de los apoyos que había recibido por parte de la agencia durante la Jihad afgana, quien aseguró
que no recibió tanto como según ‘las cuentas’ del agente, en ese momento denunció de nuevo la intervención de
Pakistán a favor de sus propios intereses. Para consultar un fragmento del libro de Coll, Ghost Wars: the secret
history of the CIA, Afghanistan and Bin Laden, from the Soviet invasion to September 10, 2001:
http://www.newsweek.com/id/53307
[15] http://memri.org/bin/articles.cgi?Page=archives&Area=sd&ID=SP60103
[16] De hecho de Ponfilly también tiene un documental títulado “El valle contra el imperio” que hace notar la idea
de “los pequeños buenos contra los grandes malos”.