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OSMORREGULACIÓN

INTRODUCCIÓN:
La sobrevivencia de un organismo individual depende de su capacidad para contrarrestar los cambios del medio
ambiente, de tal manera que, al ser afectado por ellos, sus características internas no experimenten variaciones incompatibles con la
vida. Este continuo ajuste de las condiciones internas es lo que le permite al organismo conservar su integridad e independencia frente
al ambiente.
La osmorregulación consiste en la regulación activa de los equilibrios iónico e hídrico del medio interno. Este
problema es común a todos los animales, porque cada uno necesita regular las concentraciones de agua y de iones en sus células.
Por ejemplo, los protozoos de agua dulce tienen vacuolas contráctiles que expulsan en forma periódica, el exceso de agua que ingresa
por osmosis desde el medio circundante. En muchos organismos pluricelulares, las mismas estructuras que eliminan el exceso de
agua y de iones al exterior, también se encargan de eliminar los desechos metabólicos

DESECHOS METABÓLICOS
Los principales desechos metabólicos son el agua, el dióxido de carbono y los desechos nitrogenados. El CO2 es excretado
principalmente por las branquias, los pulmones u otras superficies respiratorias. Los riñones y otros órganos especializados excretan
los desechos nitrogenados y la mayor parte del agua.
Origen de los desechos nitrogenados: Los aminoácidos provenientes de la digestión proteica son utilizados y, se conjugan de forma
particular para cada especie, produciendo proteínas específicas que son requeridas por las células. Los aminoácidos no utilizados son
desintegrados en un proceso que se inicia con la desaminación, que consiste en que el grupo amino (- NH2) es separado del
aminoácido y convertido en amoníaco, (NH3).
El amoníaco es extremadamente tóxico para las células, de manera que ningún organismo lo acumula en su cuerpo o en el medio
circundante. Los animales que viven en agua dulce y que son muy pequeños, son los únicos que excretan sus desechos nitrogenados
en forma de amoníaco. Los animales más complejos, sobre todo los terrestres, no son capaces de expulsar el amoníaco con la rapidez
necesaria para evitar sus efectos nocivos, por esto muchos lo convierten en productos catabólicos menos tóxicos, como ácido úrico o
urea, que pueden ser eliminados gradualmente.

Los animales que tienen problema con el abastecimiento de agua


transforman el amoníaco en ácido úrico, producto insoluble que excretan
como una sustancia pastosa, suspendida en muy poca agua. Este
mecanismo es una importante adaptación para conservar agua en muchos
animales terrestres, como insectos, reptiles y aves. Como el ácido úrico no
es tan tóxico como el amoníaco, la excreción de él es una ventaja adaptativa
para los embriones de aves y reptiles que comienzan su desarrollo
encerrados en un huevo.
Los animales que no tienen problema para abastecerse de agua,
anfibios y mamíferos, convierten el amoníaco en urea, compuesto soluble
y poco tóxico por lo que puede ser almacenada temporalmente en el
organismo sin causar daño al organismo.
FUNCIONES REGULADORAS DEL RIÑÓN
HUMANO

Para entender las actividades renales que permiten el


equilibrio iónico e hídrico de nuestro organismo, es
necesario recordar las principales características
anatómicas y microanatómicas del riñón humano.

La figura muestra un corte longitudinal del


riñón, en él se observa la corteza que contiene los
corpúsculos renales y los túmulos contorneados
proximales y distales; la médula de aspecto estriado
que contiene los segmentos rectos del asa de Henle y
los tubos colectores, y la pelvis renal cavidad donde
se deposita la orina antes de pasar al uréter.

ESTRUCTURA DEL NEFRÓN

La unidad anatómica y funcional del riñón es la


siguiente. Cada uno está formado por el corpúsculo renal, el
que comprende la cápsula de Bowmann y el glomérulo de
Malpighi , ovillo de capilares derivados de la arteriola aferente,
la que a su vez deriva de la arteria renal. La unión de los
capilares glomerulares origina una arteriola eferente (de menor
calibre que la aferente), la que sale del corpúsculo renal y se
ramifica en una extensa red de capilares peritubulares que
confluyen en una vénula que llega a la vena renal. El
corpúsculo renal se continúa con el túbulo contorneado
proximal, el asa de Henle (con una rama descendente y otra
ascendente) y el túbulo contorneado distal que desemboca en
el tubo colector.

En nuestra especie, cada riñón tiene aproximadamente


un millón de nefrones, cuya función fundamental consiste en la
excreción de urea, agua, sales minerales y otras sustancias, que
son eliminadas en forma de orina. El mecanismo de formación
de la orina comprende 3 etapas: filtración glomerular, la
reabsorción y la secreción tubular.

FORMACIÓN DE LA ORINA

1.- FILTRACIÓN GLOMERULAR:


La sangre que llega al riñón fluye por los capilares glomerulares a una gran presión debido a que el
diámetro de la arteriola eferente es menor que el de la aferente. Debido a esta fuerte presión, el agua y los materiales solubles del
plasma sanguíneo (glucosa, aminoácidos, sales ionizadas y urea atraviesan las paredes de los capilares y de la cápsula de
Bowmann, incorporándose a la cavidad de esta última; sólo escapan a esta filtración las proteínas plasmáticas y los elementos
figurados. El filtrado glomerular es similar al plasma sanguíneo, pero sin proteínas, este filtrado muy diluido fluye hacia el túbulo
contorneado proximal. La sangre concentrada e hipertónica de los capilares glomerulares es llevada por la arteriola eferente hacia
la red de capilares peritubulares. Osmóticamente esta sangre está lista para recuperar el agua del filtrado glomerular.

2.- REABSORCIÓN:
El proceso de reabsorción de agua, sales y otras sustancias, desde el filtrado presente en el túbulo
contorneado proximal hacia la sangre que se encuentra en los capilares peritubulares, puede ser realizada en forma activa como
pasiva. La reabsorción pasiva que es el movimiento de sustancias desde el área de mayor concentración (filtrado) hacia el área de
menor concentración (sangre). También contribuyen las proteínas no- filtrables que permanecen en la sangre, donde ejercen la presión
osmótica necesaria para el regreso del agua a la sangre. La reabsorción activa, se trata de transporte activo que requiere de
moléculas transportadoras capaces de combinarse con la sustancia, para llevarla desde un área de menor concentración a otra de
mayor concentración, la energía es proporcionada por el ATP, la reabsorción activa es selectiva ya que, sólo las sustancias
reconocidas por las moléculas transportadoras pueden atravesar las membranas por este mecanismo. Esta selectividad permite
explicar la capacidad homeostática que tiene el riñón para mantener el nivel normal de ciertas sustancias en la sangre. Por ejemplo, se
reabsorbe normalmente el 100% de la glucosa, en cambio la reabsorción de la urea es tan pequeña que prácticamente toda ella es
excretada.
Alrededor de un 65% del filtrado glomerular es reabsorbido cuando se desplaza por el tubo contorneado proximal, incluye parte del
agua (67%), glucosa, aminoácido, vitaminas,otros nutrientes, iones de Na, Cl, K, bicarbonato. El TCP tiene una estructura adaptada
para la reabsorción. Sus células cilíndricas tienen numerosas microvellosidades, destinadas a aumentar la superficie de reabsorción,
y abundantes mitocondrias para el aporte de ATP en el transporte activo.

Como resultado de la reabsorción en el TCP, el filtrado que


entra al asa de Henle contiene principalmente agua, urea y
gran cantidad de sales (iones). Las ramas descendentes y
ascendentes del asa de Henle, localizadas en la médula
renal, están bañadas por líquido intersticial hipertónico, rico
en NaCl. Las paredes de la rama descendente, con epitelio
plano y sin microvellosidades, son relativamente permeables
al agua y al cloruro de Na, pero relativamente impermeables
a la urea. Cuando el filtrado se desplaza a lo largo de esta
rama, pierde agua por osmosis y gana cloruro de sodio por
difusión pasiva, por lo tanto, cuando llega al extremo inferior
del asa de Henle, se ha convertido en una solución
hipertónica de sales y urea, especialmente NaCl. El líquido
hipertónico sube por la rama ascendente del asa, cuyas
paredes son impermeables al agua; a medida que lo hace el
NaCl es transportado activamente desde el túbulo al líquido
intersticial (en realidad sólo el Na+ es transportado
activamente, pero por carga atrae al ión cloruro.
Cuando el cloruro pasa de la rama ascendente al
líquido intersticial, se mantiene la hipertonicidad de la médula
renal (necesaria para la recuperación del agua), además
facilita la difusión de NaCl a la rama descendente del asa. De
esta manera los iones circulan desde la rama ascendente al
líquido intersticial y de éste a la rama ascendente, este
circuito se denomina mecanismo de contracorriente.

3.- SECRECIÓN TUBULAR:


En el túbulo contorneado distal, con abundantes mitocondrias, pero sin microvellosidades, se reabsorbe
activamente Na y por difusión pasiva agua. También en esta zona se produce la secreción tubular que consiste en agregar ciertas
sustancias, tales como creatinina, potasio. Cuando termina su recorrido por el TCD la orina en formación es isotónica con el plasma
sanguíneo que circula por la red capilar. Cuando circula por el tubo colector tiene que atravesar de nuevo la médula, donde se
mantiene alta la concentración de NaCl.
Las características del tubo colector, pobre en mitocondrias y con un epitelio cilíndrico, indican escasa reabsorción activa. Pero de
acuerdo con las necesidades del organismo, el agua puede salir del tubo por difusión dejando una orina hipertónica que pasa a la
pelvis renal.
FUNCIONES REGULADORAS RENALES
A través de mecanismos homeostáticos, el riñón controla el:
a.- equilibrio hídrico
b.- equilibrio iónico (presión osmótica)
c.- equilibrio ácido-base (pH)
a.- Equilibrio hídrico:
La experiencia nos indica que bebemos agua de acuerdo con las necesidades del organismo. Si disminuimos la
ingesta de agua, aumenta la concentración de sales en la sangre y, en consecuencia, aumenta también la presión osmótica de la
sangre. Cuando la sangre pasa por los capilares del hipotálamo, estimula a receptores sensibles a las soluciones hipertónicas
llamados osmorreceptores, los que estimulan al “centro osmorregulador” del hipotálamo, en respuesta a esta excitación el hipotálamo
secreta ADH u hormona antidiurética (vasopresina).
La ADH es transportada hasta la neurohipófisis que se encarga de liberarla a la sangre, llega a los riñones donde
aumenta la permeabilidad al agua en los túbulos contorneados distales y los tubos colectores. Se reabsorbe mayor cantidad de agua,
aumento del volumen sanguíneo y disminución del volumen de orina excretada.
Cuando se eleva el volumen de agua en la sangre más allá de lo normal, los osmorreceptores detectan el
cambio e influyen sobre el hipotálamo para que deje de producir ADH, disminuye la cantidad de agua reabsorbida, eliminándose un
mayor volumen de orina diluida.
Existen factores que pueden influir en la regulación del equilibrio hídrico, por ejemplo, el consumo de
diuréticos que bloquean la liberación de ADH, aumentando el nivel de orina excretada (té, café, alcohol). En el caso de la diabetes
insípida, el hipotálamo no puede producir suficiente ADH, lo que provoca la excreción de grandes cantidades de orina y en
consecuencia sed intensa.
b.- Equilibrio iónico:
Del total de solutos del agua extracelular, un 90% corresponde a sales de Na , principalmente NaCl. Es
importante recordar que cuando aumenta la concentración de sal en un sitio del organismo, el agua se mueve por osmosis a ese lugar.
Cuando aumenta la ingesta de sal en las comidas, se incrementa la presión osmótica de la sangre, este
aumento es detectado por los osmorreceptores hipotalámicos los que estimulan al centro de la sed ubicado en el hipotálamo,
provocando un deseo irresistible de beber algún líquido. El agua que se ingiere diluye la sal y restablece el balance osmótico de la
sangre; la adición de agua aumenta el volumen sanguíneo el que debe ser restablecido con una disminución de la secreción de ADH,
por lo tanto, se excreta más orina. Esta relación entre la ingesta de sal y el aumento del volumen sanguíneo explica la prohibición de
ingerir sal en las comidas en individuos hipertensos.
Otro mecanismo que regula la concentración de NaCl está relacionado con las glándulas suprarrenales. Cada
vez que disminuye el contenido normal de sal en la sangre y el líquido intersticial, la corteza suprarrenal secreta aldosterona,
hormona que estimula la reabsorción de iones sodio en los túmulos contorneados distales y en los tubos colectores, disminuyendo los
iones sodio y cloruro en la orina. Cuando hay un exceso de sal en la sangre y en el líquido intersticial, disminuye la secreción de
aldosterona y aumenta el contenido de sal en la orina.
La aldosterona se activa por acción de la renina (secretada por el riñón), aunque ella no actúa directamente
sobre la aldosterona sino que ejerce su acción sobre una proteína llamada angiotensinógeno , producida por el hígado y presente en
el plasma. Por acción de la renina el angiotensinógeno se convierte en angiotensina I, la que por acción de una enzima proteolítica
se convierte en angiotensina II, que es el vasocontrictor endógeno más potente, que además actúa sobre la corteza suprarrenal
induciendo la secreción de aldosterona. Si llega a faltar la aldosterona aparece un cuadro de insuficiencia suprarrenal aguda, con
shock, deshidratación y otras perturbaciones que pueden provocar la muerte en pocas horas.

c.- Equilibrio ácido –básico (pH):


El riñón regula la concentración de iones hidrógenos (H+) en el plasma sanguíneo, que se expresa como
pH. Aunque varía dentro de límites muy estrechos, el pH normal de la sangre permanece constante alrededor de 7,4.
El pH de los líquidos del organismo se vuelve ácido o básico, por el aumento o disminución del
contenido de iones hidrógenos, los que son generados por la mayoría de los procesos metabólicos. Por ejemplo, el metabolismo
proteico puede formar ácido sulfúrico, de manera que una dieta rica en proteínas tiende a incrementar la concentración de H+ , cuando
esto ocurre el exceso de iones hidrógenos es eliminado a través de los riñones, manteniendo el pH normal.
Si el pH sanguíneo se vuelve ácido, los H+ son excretados en combinación con NH3 , mientras son
reabsorbidos los iones de Na y de bicarbonato. En el lumen de los túbulos , H+ y NH3 se convierten NH4 + para su excreción.
En la sangre, los iones de sodio promueven la formación de iones hidroxilos (OH+:
+
Na + HOH Na + OH- + H+

Los iones bicarbonatos, se unen a los iones hidrógenos para formar ácido carbónico:

HCO3- + H+ H2CO3 H2O + CO2

Si el pH sanguíneo se vuelve básico se excretan pocos iones hidrógenos y se reabsorben pocos iones de
sodio y bicarbonato.
OTRO ÓRGANO Y EL RIÑON

El corazón tiene influencia hormonal sobre el riñón, las células musculares auriculares producen el factor
natriurético auricular (ANF) u hormona atriopeptina que puede actuar como antagonista al, mecanismo ADH.
Células ubicadas en las paredes auriculares (barorreceptores) controlan la presión sanguínea, cuando
esta se eleva las paredes auriculares se expenden demasiado, entonces las células del miocardio producen el ANF. Esta hormona
permite que tanto el sodio como el agua sean excretados en la orina lo que disminuye la presión sanguínea. El ANF actúa
directamente sobre las células de los túbulos colectores, inhibiendo los efectos de la retención de agua de la ADH.

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