Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
A. EMPRÉSTITO:
El empréstito es un préstamo tomado por el Estado, los entes públicos, o las sociedades
mercantiles, que se hace constar en títulos valores; son, en esencia, ingreso de dinero
inmediato, que se devuelve con recursos del futuro. En la época del Liberalismo –
Corresponde al periodo que puede extenderse hasta la Primera Guerra Mundial,
dominado por la influencia de la escuela liberal inglesa, que cree en la superioridad de la
iniciativa privada y reduce la acción del Estado del cumplimiento de las funciones más
esenciales (defensa nacional, educación, justicia)-, en esta concepción el “empréstito” es
un recurso extraordinario, limitado a urgencias excepcionales; sin embargo, el actual
“intervencionismo estatal” y las circunstancias económico-sociales han repercutido sobre
las finanzas públicas en donde el empréstito ya no es un recurso “extraordinario”; puede
ser empleado normalmente y utilizado en sus efectos sobre el mercado de capitales.
2. Sobre la actividad económica privada: Cuando se produce el aumento del gasto público,
existe una tendencia favorable al negocio privado, por el incremento al consumo y la
inversión.
3. Sobre el ahorro privado: Los gastos estatales ocasionan un movimiento ascendente del
ingreso nacional lo que provoca que se eleven los ahorros y el consumo.
4. Sobre la formación de capitales: El principio económico de aceleración indica que el
aumento de la tasa de consumo, después de que se ha alcanzado cierto nivel de empleo
de los recursos, puede tender a provocar un aumento relativamente grande de la
producción de bienes de inversión (formación de capitales).
B. DONACIONES:
La “donación” es la transmisión del dominio y propiedad de una cosa realizada por una
persona a otra que la acepta, por pura liberalidad. Dicha donación se puede dar entre vivos o
por causa de muerte.
En el ámbito estatal las “donaciones”, son ingresos sin contraprestación, recibidos de otros
gobiernos o de instituciones públicas o privadas de carácter nacional o internacional. Estas
donaciones están incluídas dentro de los recursos gratuitos del Estado, ya que consisten en
la entrega no onerosa de bienes por parte de terceros –pueden provenir de terceros países-
al Estado, por lo que son de escasa importacia cuantitativa.
C. TRIBUTOS:
Para el autor Héctor B. Villegas, tributos “son las prestaciones en dinero que el Estado exige
en ejercicio de su poder de imperio en virtud de una ley y para cubrir los gastos que le
demanda el cumplimiento de sus fines". 1
1
Héctor B. Villegas, Ob.Cit., pág. 67
En términos generales, los “tributos” son las sumas de dinero que la Constitución Política
autoriza al Estado para cobrar a los particulares para cubrir los gastos que demanda el
cumplimiento de sus fines. La importancia de la noción jurídica del “tributo” radica en que a
partir de ella se pueden establecer las características comunes de cada una de sus especies.
Exigidas en ejercicio de poder de imperio: elemento esencial del tributo es la coacción, o sea,
la facultad de compeler al pago de la prestación requerida y que el Estado ejerce en virtud de
su poder de imperio (potestad tributaria). La coacción se manifiesta especialmente cuando
se prescinde de la voluntad del obligado en cuanto a la creación del tributo que le será
exigible. La "bilateralidad" de los negocios jurídicos es sustituida por la "unilateralidad" en
cuanto a la génesis de la obligación, es decir, se trata de una prestación unilateral del sujeto
pasivo del tributo hacia el Estado.
En virtud de una ley: no hay tributo sin ley previa que establezca, lo cual significa un límite
formal a la coacción. El hecho de estar contenido el tributo en ley significa someterlo al
principio de legalidad enunciado en el aforismo latino "nullum tributum sine lege". A su vez,
como todas las leyes que establecen obligaciones, la norma tributaria es una regla hipotética
cuyo mandato se concreta cuando ocurre la circunstancia fáctica condicionante prevista en
ella como presupuesto de la obligación.
Para cubrir los gastos que demanda el cumplimiento de sus fines: el objetivo del tributo es
fiscal, es decir, que su cobro tiene su razón en la necesidad de obtener ingresos para cubrir
los gastos que le demanda la satisfacción de las necesidades públicas. Pero este objetivo
puede no ser el único. El tributo puede perseguir también fines extrafiscales, o sea ajenos a
la obtención de ingresos. Así vemos los casos de tributos aduaneros protectores, de
impuestos con fines de desaliento o incentivo a determinadas actividades privadas. Sin
embargo, este objetivo extrafiscal adicional no constituye la esencia jurídica de la institución
del tributo, sino la utilización para objetivos económico-sociales de una herramienta de
intervencionismo.
La doctrina general se adhiere a la división tripartita y considera que hay al menos tres
especies de tributos a saber, en el caso de Guatemala los “tributos” se dividen en: arbitrios,
contribuciones e impuestos, de conformidad con el artículo 10 del Código Tributario.
EL DERECHO TRIBUTARIO
A) DEFINICIÓN DE DERECHO TRIBUTARIO:
Para el autor Héctor B. Villegas, Derecho Tributario es: “el conjunto de normas jurídicas que
se refieren a los tributos, regulándolos en sus distintos aspectos”.2 Por su parte para el autor
Dino Jarach, Derecho Tributario es: “conjunto de normas y principios del Derecho que atañe a
los tributos y, especialmente, a los impuestos”.3
2
Héctor B. Villegas, Ob. Cit., pág. 133
3
Dino Jarach, Ob. Cit., pág. 313
4
Gladys Elizabeth Monterroso Velásquez, Fundamentos Tributarios, pág. 9
Para la autora Catalina García Vizcaíno “El derecho tributario formal o administrativo
complementa al derecho tributario material o sustantivo”,6 y está constituido por las reglas
jurídicas pertinentes para determinar si corresponde que el fisco perciba el tributo y la forma
en que el crédito se trasformará en un importe tributario líquido. Además, agrega que
contiene las normas que otorgan al Estado los poderes de verificación y fiscalización.
Asimismo, se refiere al derecho tributario formal o administrativo como “el derecho de las
determinaciones tributarias”, concibiendo a la determinación como la que tiende a
individualizar el mandato genérico establecido por la ley, y cuya finalidad es declarativa y
formal.
El autor Dino Jarach realiza la siguiente distinción: “el derecho tributario material contiene el
conjunto de normas que disciplinan el tributo y las relaciones jurídicas accesorias, en tanto
que el derecho tributario formal es el conjunto de normas que disciplinan la actividad
administrativa y las relaciones que se vinculan con el tributo”. Para este autor, el derecho
tributario administrativo constituye una rama separada del derecho tributario sustantivo
desde el punto de vista conceptual, pero no desde el punto de vista teleológico. Además, el
citado autor agrega, que el estudio del derecho tributario administrativo comprende el
examen de las facultades y atribuciones de la administración y el de los deberes de los
5
Ibid, pág. 10
6
Catalina García Vizcaíno, Derecho Tributario; tomo II, pág. 1
Ahora bien, para los autores José María Martín y Guillermo F. Rodriguez Usé, el derecho
tributario administrativo carece de autonomía científica, porque ontológicamente pertenece
al derecho administrativo, siendo tributario solo en cuanto a su finalidad. Además, agregan
que el derecho tributario administrativo, como el derecho tributario sustantivo, tiene una
relación de finalidad, que es el nacimiento del crédito tributario y su correspondiente
percepción por el Estado o ente encargado; sin embargo, tienen diferencias que los
distinguen, siendo éstas: a) las fuentes normativas; b) el contenido; c) los sujetos pasivos; y,
d) el objeto de cada una de ellas. Por lo que concluyen en definir al derecho tributario
administrativo como: “la subdivisión del derecho tributario que sistematiza las normas
legales y reglamentarias que establecen los deberes de todos los administrados, y las
correlativas facultades de los organismos administrativos a los cuales se ha encomendado la
actividad recaudadora”.7
7
José María Martín, Guillermo F. Rodríguez Usé, Derecho Tributario General, pág. 209
La autora García Vizcaíno indica que la obligación de pagar el impuesto constituye un deber
material, en tanto que la obligación de suministrar información al Estado para que fiscalice,
determine y recaude los gravámenes configura un deber formal; por lo que concluye, en que
los deberes formales son los medios para lograr el fin último al cual tiene la institución del
tributo, que es la prestación jurídica patrimonial al sujeto activo de la relación. Además,
agrega que el poder del fisco para exigir un comportamiento del particular consiste en un
deber formal de este para con aquél, de modo que las leyes, al mencionar los poderes
fiscales, necesariamente definen los deberes formales. Finalmente, indica que los deberes
formales son generalmente obligaciones de hacer (presentar declaraciones, presentar
comprobantes, etcétera) y, en ciertos casos, de no hacer (permitir inspecciones);
denominando como poderes de fiscalización a los tienden a controlar la corrección con que
los obligados cumplieron sus deberes formales respecto de la determinación, y como
poderes de verificación a los poderes de tipo investigativo-policial, tendientes a verificar si
los particulares cumplen con las obligaciones materiales.
Fuentes del Derecho son todo tipo de normas, escritas o no, que determina la
vinculatoriedad del comportamiento de los ciudadanos y de los poderes de un Estado o
comunidad, estableciendo reglas para la organización social y particular y las prescripciones
para la resolución de conflictos.
La jerarquía de las fuentes hace que en la llamada pirámide normativa, la cúspide de nuestro
Derecho se encuentre ocupada por la constitución, como norma de normas. Bajo ella, rigen
las normas que cuentan con carácter de ley formal, mientras que en la base de dicha
pirámide hallamos los reglamentos.
Por otra parte, las distintas ramas del Derecho cuentan con un sistema propio de fuentes.
Destaca el caso del Derecho penal, donde no existe la costumbre y sólo se aplica la
constitución y la norma penal con rango de ley orgánica, con el fin de establecer las
necesarias garantías de protección de los ciudadanos. En Derecho administrativo, la
costumbre juega un reducidísimo papel, limitado a la organización de la sociedad y bienes de
comunidades rurales (uso por los vecinos de tierras y montes comunales), a la vez que prima
la ley ordinaria, desarrollada por innumerables reglamentos.
Además, las fuentes del Derecho pueden emanar de la distinta organización territorial. Cada
uno de ellos cuenta con su propio sistema de fuentes y juega con el resto de los
ordenamientos de un modo diferente.
Para el caso específico de Guatemala, se tienen las siguientes fuentes para el Derecho
Tributario:
1) Internas:
2) Externas:
A) PRINCIPIO DE LEGALIDAD:
Para las autoras Carmen Díaz Dubón y Lizett Nájera Flores el principio de Legalidad es: “una
garantía constitucional del Derecho Tributario en cuya virtud se requiere que todo tributo sea
sancionado por una ley; entendida esta como la disposición que emana del órgano
constitucional que tiene la potestad legislativa conforme a lo establecido en la constitución
para la sanción de las leyes y que contiene norma jurídica”.8
8
Carmen Díaz Dubón, Lizett Nájera Flores, Derecho Financiero II, pág.18
En materia tributaria, este principio presenta dos aristas: a) Reserva de ley; y, b) Preferencia
de ley. El primero se refiere a que la única fuente creadora de los tributos es la ley, y el de
preferencia de ley consiste en que la ley es superior a cualquier reglamento circular o
cualquier otra clase de disposición, por lo tanto, las normas contenidas en estos no pueden
contrariar u oponerse a las disposiciones de la ley.
9
Héctor B. Villegas, Ob. Cit., pág. 195
fundamento aspectos económicos. Sin embargo, el legislador lo hace con el fin de satisfacer
ciertos postulados de justicia de la sociedad y no con un fin económico por sí mismo, por lo
que cabe decir que efectivamente se auxilia de la ciencia económica, pero que en virtud de
su fin, cae siempre dentro del campo del derecho.
Los más recientes estudios de la ciencia económica coinciden en considerar como índices de
capacidad contributiva los siguientes factores: la renta, el patrimonio y el gasto, ya que se ha
considerado que éstos en su conjunto componen la situación económica global de la
persona.
D) PRINCIPIO DE NO CONFISCACIÓN:
Para la autora Gladys Elizabeth Monterroso Velásquez, se entiende como tributos
confiscatorios: “aquellos fenómenos de excesiva presión fiscal, que obligan al
desprendimiento por parte de los contribuyentes de bienes de su propiedad a los efectos de
poder cumplir con las cargas públicas, verificándose una expropiación indirecta” 10, en el
artículo 243 de la Constitución Política de la República. Con este se trata de que el tributo no
exceda a la capacidad contributiva del sujeto pasivo de tal manera que le extinga su
patrimonio o le impida ejercer la actividad que le da ingreso económico.
El carácter de confiscación del tributo debe ser avaluado en función del sistema, es decir, de
la carga tributaria o de los tributos en su conjunto. Cabe al poder judicial, en el caso
concreto, decir si un tributo es o no confiscatorio.
10
Gladys Elizabeth Monterroso Velásquez, Ob. Cit., pág. 68
En conclusión, este principio establece que el tributo debe ser una prestación que el
contribuyente pueda pagar sin el sacrificio del disfrute normal de sus bienes. Por esta razón
es que no puede tener efecto confiscatorio.
Existen dos formas de doble tributación: la doble tributación interna y la doble tributación
internacional. En Guatemala, a nivel constitucional, únicamente está prohibida la primera de
éstas. No obstante, a nivel de Estados, debido a los procesos de integración económica, se
hace necesario tratar el tema de la doble tributación internacional, a través de convenios
suscritos entre éstos.
es una limitación concreta que debe acogerse en los respectivos textos de las leyes
tributarias específicas.