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Facultad de Economía, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)

EL MARXISMO Y LA CUESTIÓN AGRARIA EN AMÉRICA LATINA


Author(s): Richard L. Harris
Source: Investigación Económica, Vol. 43, No. 169 (JULIO-SEPTIEMBRE 1984), pp. 105-136
Published by: Facultad de Economía, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
Stable URL: https://www.jstor.org/stable/42777152
Accessed: 26-07-2019 20:30 UTC

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Investigación Económica 169, julio-septiembre de 1984, pp. 105-136

EL MARXISMO Y LA CUESTIÓN AGRARIA


EN AMÉRICA LATINA
Richard L. Harris*

La transformación de la propiedad privada diseminada que surge


trabajo individual en propiedad privada capitalista constituye un
ceso incomparablemente más largo, violento y difícil que la transf
ción de la propiedad privada capitalista en propiedad socializada.
primer caso, tenemos la expropiación de las masas por unos cu
usurpadores; en el segundo, tenemos la expropiación de unos
tos usurpadores por las masas (Marx, 1967, 1:76).

La importancia de la "cuestión agraria" es tal que amerita una


consideración y un estudio cuidadoso por parte de todos aquellos
interesen en la historia contemporánea de los pueblos latinoamerican
que se ubica en el centro de todas las consideraciones sobre cómo de
el orden capitalista existente y dar paso a la transformación socialis
América Latina.
El objetivo de este ensayo introductorio sobre el marxismo y la cuestión
agraria en latinoamérica es proporcionar al lector una apreciación del análisis
marxista sobre el carácter y la estructura de la sociedad agraria en la lati-
noamérica contemporánea, así como de las posibilidades de movilizar las
masas rurales en la lucha revolucionaria por el socialismo. Pretende proporcio-
nar una perspectiva general de las cuestiones y problemas más importantes
abordados en la incipiente bibliografía sobre el tema, a la vez que mostrar el
significado teórico y práctico de la teoría marxista en la interpretación de la
realidad latinoamericana.

♦El autor es profesor en el Departamento de Ciencias de la Universidad de San Francis-


co, en California, Estados Unidos. Este artículo apareció originalmente en la revista Latin
American Perspectives , 1978, vol. V. La traducción es de Kasia Michejda.

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106 Investigación Económica

El desarrollo de la agricultura capitalista y la cuestión


DE LOS MODOS DE PRODUCCIÓN PRE-CAPITALIST A EN AMÉRICA LATINA

En el capitulo sobre el "Capital" en los Grundrisse, Marx escribió que la


historia de la tenencia de la tierra es la historia de la formación del capital
moderno:

La historia de la tenencia de la tierra, que mostraría la transformación


gradual del señor feudal en terrateniente, del propietario vitalicio here-
ditario, semitributario y a menudo privado de libertad en agricultor
moderno, y de los siervos, esclavos y aldeanos de la gleba en jornaleros
agrícolas, sería seguramente la historia de la formación del capital moder-
no (Marx, 1973: 252-253).

En el tomo III de El Capital , elaboró su tesis según la cual en el desarrollo


del modo de producción capitalista, las masas están expropiadas de la tierra,
y la agricultura subordinada al capital.

. . .hemos visto que este modo de producción presupone por una parte,
la separación de los productores directos de su posición de simples
apéndices de la tierra (en su calidad de esclavos, siervos, etc.), y por
parte, la expropiación de las masas de sus tierras. . . Transforma la pro-
piedad de la tierra feudal, la propiedad tribal, la propiedad del pequeño
campesino, cualquiera que sea su forma legal, en la forma económica
correspondiente a las necesidades del capitalismo. Es uno de los grandes
resultados del modo de producción capitalista: transforma la agricultura
de un proceso simplemente empírico y mecánicamente reproducido de
la parte menos desarrollada de la sociedad en una aplicación consciente-
mente científica de la agronomía. . . (Marx, 1967 :III:723).

Lenin advirtió sobre el problema de una interpretación excesivamente


rígida de esta tesis y afirmó que si la separación de los productores directos de
la tierra constituye, a la larga, un fenómeno fundamental del capitalismo, la
penetración capitalista de la agricultura ocurre con ". . .una lentitud particular
y a través de formas extraordinariamente diversas" (Lenin, 1971: 163-164).
Una gran controversia ha surgido entre los marxistas en latinoamérica
sobre el motivo por el cual el capitalismo no ha transformado en mayor
medida el sector agrícola de la sociedad latinoamericana. Explicaciones con-
tradictorias se han propuesto para explicar la importancia continua de lo que
parecen ser formas o modos de producción pre-capitalustas y, en particular,
del gran número de campesinos productores con pocas tierras. Una importante
escuela contemporánea del pensamiento marxista afirma que el campesinado
representa la continuidad de un modo de producción pre-capitalista, "mer-
cantil simple", el cual coexiste y está "articulado" con el modo de producción
capitalista que lo abarca. El defensor más destacado de esta perspectiva es

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El marxismo y la cuestión agraria en América Latina 107

Roger Bartra, un intelectual marxista mexicano. En su traba


rural, Bartra caracteriza el modo de producción mercantil
minos siguientes:

El doble carácter de la economía campesina constituye


como modo de producción; este doble carácter se expre
de que se encuentran tanto el capitalista como el trabaja
en la misma persona: el productor directo. Esta dual
hecho de que el campesino. . . está explotado por el cap
del mercado), pero es, al mismo tiempo, el agente direct
ción en el sentido de que trabaja bajo condiciones de pr
pitalistas. . . Y como el capitalismo contiene un pasado f
un futuro socialista, el modo de producción mercantil simp
origen en la economía natural y anuncia su ruina en el c
burgués del productor directo ligado al mercado (Bartra

La combinación del propietario de los medios de producci


dor en la misma persona, el pequeño productor campesino
modo de producción pre-capitalista del modo de producció
amplio, que lo abarca y lo domina.

Aunque vamos a referirnos principalmente a los estudios


escritos por intelectuales de México, es importante señalar
otras partes de latinoamérica comparten la misma perspec
sus colegas mexicanos. Por ejemplo, el sociólogo argentino
caracteriza la Argentina contemporánea en términos muy
utiliza Bartra en su caracterización de México. Dice:

Argentina presenta una situación de desarrollo desigual en donde las


regiones con formas de producción capitalistas (definidas básicamente
por la separación del productor directo de los medios de producción,
asociada con la acumulación del capital con base en la compra y la venta
de la fuerza de trabajo) están combinadas con regiones en las cuales
pueden encontrarse formas de producción no capitalistas del tipo mer-
cantil pequeño (en donde los productores directos son familias que no
emplean trabajadores asalariados y que producen con sus propios medios
de producción). . . El modo de producción capitalista es dominante en la
sociedad en su conjunto y las regiones más atrasadas -con la excepción
de enclaves aislados- se encuentran integradas al mercado monetario y a
los mecanismos del intercambio desigual y de la explotación que trabajan
en contra de los pequeños productores (Villarreal, 1978:83).

El trabajo de Villarreal tiende a apoyar la afirmación de Bartra según la


cual el modo de producción mercantil simple es ". . .sumamente importante
en la historia contemporánea de Latinoamérica" (Bartra, 1975:13).

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108 Investigación Económica

Sin embargo, basándose en sus estudio


llegó a la conclusión de que el modo d
campesinado están sometidos a un pro
del desarrollo capitalista. Es decir, el
está transformando la mayor parte d
del México rural en un proletariado as

. . .cerca del 60% de la población car


salario; otra tercera parte se encuent
rización y de pauperismo. Esto alcan
micamente activa en el sector agríco
ción todavía más grande de la estruc
aumentará y el campesinado se redu

Las conclusiones de Bartra en relació


rural, así como su tesis según la cual e
producción pre-capitalista separado, h
por parte de los medios burgueses y mar
se ha mantenido durante los últimos años sobre esas cuestiones.
Bartra ha sido criticado por otros marxistas por usar erróneamente el
concepto marxista de modo de producción y por confundir la "forma" de
producción del campesino con poca tierra con un modo de producción pre-
capitalista separado. Por ejemplo, en un comentario crítico al libro de Bartra
Estructura agraria y clases sociales en México, Fernando Relio dice:

El modo de producción debe distinguirse de la categoría "forma de pro-


ducción", la cual expresa una relación social específica de producción
(aparceros, diferentes tipos de agricultores propietarios, talleres de
artesanía, productores independientes asociados con firmas capitalistas,
etc.). Estas formas de producción pueden contener elementos de modos
de producción pre-capitalistas, pero forman parte del modo de produc-
ción capitalista y cumplen funciones específicas dentro del sistema. En
este caso, debemos hablar de articulación de formas de producción
dentro del modo de producción capitalista, lo cual asigna a esas formas
su rango e importancia. Mi crítica a Bartra es que. . . no sólo confunde
el modo de producción con la forma de producción, sino que ve un
modo de producción que no existe (1976:101).

En el mismo artículo, Relio critica también el uso de una clasificación tan


estricta del campesinado que acaba por definir la mayoría de los pequeños
productores campesinos como semi-proletarios, y por restringir al campesina-
do como clase a los campesinos medios y ricos solamente (Relio, 1976:102-
103).

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El marxismo y la cuestión agraria en América Latina 109

Relio, al igual que otros intelectuales marxistas, como Ve


Thomsen (1976) y Luisa Paré (1977), difieren de la opinión
grado hasta el cual el desarrollo del capitalismo en las áreas
y proletarizado al campesinado. En general, afirman que los es
del campesinado, a pesar de poder emplearse como trabaj
jornaleros, siguen cultivando, conservando la ideología de
luchando por conservar su pedazo de tierra.
Sobre la cuestión de los modos de producción pre-capitali
rica, además del modo de producción mercantil simple o pe
por marxistas tales como Roger Bartra (1974) y Juan Villa
intelectuales marxistas han identificado modos de produc
"semi-feudales" y "primitivos comunales" en las formaciones sociales
contemporáneas de América Latina. Por ejemplo, los trabajos de Ernesto
Laclau (1973), Ciro Cardoso (1975), Carlos Sempat Assadourian (1973) y
Sergio de la Peña (1978) reconocen que las relaciones feudales de producción
siguen existiendo en latinoamérica. De esta forma pretenden rechazar la tesis
pan-capitalista de la teoría de la dependencia (André Gunder Frank, 1967,
1969) según la cual sólo existe el modo de producción capitalista en América
Latina desde la conquista española. Sin embargo, esto no significa que hayan
vuelto a la "tesis dualista" sobre la existencia autónoma y dual de los sectores
capitalistas y feudales que Frank y otros "teóricos de la dependencia" ataca-
ron originalmente. Según Ernesto Laclau:

. . .afirmar el carácter feudal de las relaciones de producción en el sector


agrario no implica necesariamente que uno mantiene una tesis dualista.
El dualismo implica que no existe ninguna conexión entre los sectores
"modernos" o "progresistas" y los sectores "cerrados" o "tradiciona-
les". . . La posición correcta, al contrario, consiste en ver el sistema en
su totalidad y mostrar la unidad que existe entre la continuación del
atraso feudal en un extremo y el dinamismo aparentemente progresista
del capitalismo en el otro (1973:37).

Laclau abunda y afirma que no es en un análisis de las relaciones de inter-


cambio o de la circulación, como lo sostienen los teóricos de la dependencia,
sino en un rigoroso análisis marxista de las relaciones de producción y de la
articulación entre los modos de producción capitalistas y los modos de produc-
ción pre-capitalistas que subsisten, como la naturaleza esencia de las sociedades
contemporáneas de latinoamérica puede ser correctamente entendida.
La importancia de saber si los modos de producción pre-capitalista, o al
menos su vestigio, siguen existiendo o no en latinoamérica está vinculada a
la cuestión del desarrollo del capitalismo y de la estructura de clase de las
sociedades, en esta región. No es un asunto puramente "teórico". La siguiente
cita tomada de un artículo de Agustín Cueva muestra la importancia ideo-
lógica y política de este problema:

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110 Investigación Económica

. . .la tesis del pan-capitalismo latinoam


uno y solamente un modo de desarro
desde la conquista española hasta la fe
imprescindible para una línea política
ción inmediata de la lucha armada des
igualmente inmediata, el socialismo e
por el vórtice de sus fabricaciones ide
en pensamiento hegemónico por una c
que. . . todos los movimientos que luch
en la mano por la implantación del so
la existencia de un sector feudal en A
convicción era quizás el único punto s
ferencia entre los comunistas, los mao

La referencia de Cuevas a la incongruen


y la práctica revolucionaria de los movim
mente la importancia política de determ
pre-capitalistas siguen existiendo o no e
problema se relaciona directamente con
estrategias revolucionarias y las tácticas
por el socialismo en América Latina.

La teoría marxista y EL CAMPESINADO EN AMÉRICA latina

Algunos críticos del marxismo pretenden que Marx, y por tanto los marxista
consideran al campesinado como una abominación, como un obstácul
desarrollo progresivo de la sociedad humana. Declaran que los marxistas
enemigos del campesinado y desean que éste desaparezca lo más pronto
sible del escenario histórico. Quizás el más famoso de estos críticos, Dav
Mitrany, sostiene esta posición citando fragmentos de los escritos de Mar
los cuales éste analiza términos tales como "idiotas rurales" y "papas en
costal" refiriéndose a los elementos del campesinado (Mitrany, 1951:23-
Un crítico más reciente, Michael Duggett (1975), declara que Marx

ambivalente en sus escritos acerca del campesinado y que el principal problem


radica en que las categorías más importantes de marxismo no pueden exp
adecuadamente la naturaleza y las condiciones del campesinado como cla
Sin embargo, una lectura más profunda de los trabajos de Marx, así com
los de Engels, Lenin y Mao, muestra lo infundado de estas críticas.
En los tomos I y III de El Capital , Marx analiza las condiciones del ca
pesinado en las sociedades pre-capitalistas y capitalistas. Examina la man
como son explotados por el capital y transformados en agricultores asala
dos y en agricultores capitalistas. En ningún lado ofrece una base para
acusación de estar "en contra de los campesinos". Por ejemplo, al expon

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El marxismo y la cuestión agraria en América Latina 111

la expulsión forzada del campesinado de sus tierras y su tra


un proletariado urbano, Marx dice:

Asi fue tratada la gente del campo, primero expropiada


de sus tierras, desalojada de sus casas, transformada en vag
pués azotada, marcada, y torturada por leyes grotescame
dentro de la disciplina necesaria para el sistema de salario

Resulta claro de este y de otros fragmentos, que Marx veía


la suerte de los campesinos bajo las fuerzas destructivas del d
lista. Además, se desprende de una lectura detenida de sus t
referencias hechas por Marx estaban dirigidas a los element
del campesinado, en ciertas situaciones históricas, y no al ca
general o en todas las coyunturas históricas. Así, en su anális
sinos bajo el régimen bonapartista francés, Marx distinguió
campesino "revolucionario" del campesino "conservador":

Que no haya malentendido. La dinastia bonapartista no r


campesino revolucionario sino al campesino conservador,
al campesino que se pone en marcha para superar las con
existencia social, la pequeña propiedad, sino al campesi
consolidarla, no representa al pueblo del campo quien, un
des, quiere derrocar al antiguo orden, sino por el contrari
un asombroso aislamiento dentro del antiguo orden, quie
mismos y a sus posesiones salvados por el fantasma del i
en Marx y Engels, 1972:172-173).

Tal como este fragmento del Dieciocho Brumário de Lui


demuestra, Marx estaba consciente de que al menos ciertos el
todo el campesinado, podían constituir una fuerza revolucio
orden establecido. De hecho, concluye su análisis del campesin
el régimen bonapartista con la afirmación: "Los intereses de
ya no están de acuerdo sino en oposición con los intereses d
con el capital. Por lo tanto, los campesinos encuentran su alia
natural en el proletariado urbano" (Marx y Engels, 1972: 175
Tomando los elementos esenciales de la concepción que M
campesinado como aliado revolucionario del proletariado, Le
un análisis mucho más elaborado del campesinado en países "a
Rusia; en el Segundo Congreso de la Internacional, habló det
su papel esencial en las revoluciones nacionales de los países s
Sin embargo, Lenin siempre concibió al campesinado como u
lucionaria que estaría dirigida por el proletariado. Para el ca
más atrasados advirtió que . .una pequeña producción agríco
inevitablemente una fuerza y una tenacidad particular a los preju

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112 Investigación Económica

burgueses más arraigados, al egoísm


1937, X: 15).
Mao fue mucho más allá en las formul
Para Mao, en las condiciones particulare
ria, éste constituía la "principal clase r
lución china", bajo la dirección del pr
tales como el "Análisis de las clases en
la investigación del movimiento campe
las clases en las áreas rurales" y "La Re
Chino", Mao hizo una importante con
diferenciación de las masas rurales y el p
do pobre en las formaciones sociales
feudalismo (Mao, 1971).
Un número importante de intelectuales
de América Latina han intentado utiliz
Engels, Lenin y Mao para examinar e
pesinado dentro de las formaciones soc
los ejemplos más destacados de este esf
un intelectual marxista franco-canadie
en México. En un ensayo publicado en l
Beaucage utiliza dichas formulacione
maneras en las que los comerciantes r
explotan al campesinado en América L
Beaucage, así como Bartra, Paré y ot
extrae plusvalía de los campesinos pag
situado por debajo de su valor, vendié
a su valor, prestándoles dinero con alt
tierra a cambio de una proporción con
en ésta. Citando a Marx, Beaucage conc

Si hacemos un resumen de la posición


terísticas económicas del campesina
formación social capitalista, podemos
de una clase explotada, pero una cl
mecanismos distintos que la clase tr

Sostiene que las contradicciones entr


el capital son tales que los campesinos
capital comercial y financiero, ya qu
incapaz de soportar las presiones del m
cultura comercial más grande.
El valor del ensayo de Beaucage resid
fundamentales de los teóricos marxist
realidad latinoamericana. Aunque lo ha
basa en ningún ejemplo concreto, su tr

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El marxismo y la cuestión agraria en América Latina 113

tante para los que se interesan en la relevancia de la teoría m


para el análisis del campesinado en América Latina.

La proletarización de la POBLACIÓN RURAL EN AMÉRICA latina

Como lo indicamos anteriormente, marxistas como Roger Bartra afirma


la disolución del campesinado y la proletarización de la población rural e
bastante avanzados en países como México, en donde, declara, 60% d
población económicamente activa en las áreas rurales constituye un prol
riado rural sin tierra y asalariado, mientras otro 33% es de semiproletar
(Bartra, 1974:171). Sin embargo, otros observadores, como Arturo War
dicen que aunque más de la mitad de la población económicamente acti
la agricultura no posee tierra, la mayor parte de este grupo tiene acceso
a través de vinculaciones familiares o como aparcero y arrendatario. S
esta base, Warman (1972) sostiene que estos habitantes rurales, incluso e
caso de que estén empleados como asalariados, no pueden ser considera
como proletariado rural. Gustavo Esteva adopta la misma posición cuan
declara que los asalariados rurales "conservan su calidad de campesin
virtud de sus vinculaciones con el modo de vivir de sus comunidades rurales"
(Esteva, 1978:709).
Luisa Paré ha intentado reconciliar estas perspectivas conflictivas sobre la
proletarización de la población rural, por lo menos en lo que se refiere a la
situación de México:

Dado que se trata de un proceso, la proletarización se extiende desde las


situaciones pre-proletarias. . . hasta la total separación del trabajador de
los medios de producción y la subsistencia de éste por medio esencial-
mente de la venta de su trabajo. Debido al grado de desempleo en México
y a la dinámica del proceso de expulsión del campesinado de sus tierras
como resultado de la competencia, de la toma de tierras o simplemente
de la explosión demográfica, el uso del término descampesinización
aparece necesario y útil a fin de evitar la confusión de la falta de tierras
y el empobrecimiento del campesinado con la proletarización efectiva.
Para hablar de proletarización es necesario que el salario de quien vende
su trabajo sea la base principal de su reproducción (Paré, 1977 :54-55).

Según Paré, el proceso de proletarización, a la inversa de la "descampesiniza-


ción" (la separación del campesinado de una dependencia exclusiva de la tierra
para su subsistencia), es relativamente lento en la mayor parte de América
Latina en comparación con lo ocurrido en los países hoy en día altamente
industrializados. Como medio de autodefensa contra el desempleo, los asala-
riados conservan sus vínculos con una unidad de producción familiar o una
comunidad rural en donde, a pesar del hecho de no poseer tierra, pueden par-
ticipar como aparceros, o trabajando en la producción agrícola con familiares.

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114 Investigación Económica

Paré concluye que el desarrollo cap


ducción no capitalistas en el campo m
tiempo, un número incluso mayor d
En consecuencia, un proletariado agr
desde el punto de vista de las diferen
y refleja el lento proceso de disoluci
desarrollo capitalista en América Lat
La conceptualización de Lenin de lo
sición de la agricultura pre-capitalista
en su análisis del desarrollo del capit
aplicada por varios intelectuales m
naturaleza del desarrollo capitalista
de clase rural en la América Latina c
vías del junker y del farmer de Lenin
del desarrollo capitalista de Marx, p
"vía mexicana" de la transición de la a
capitalista. Según Bartra, la vía mexi
más que una versión particular de lo
desarrollo capitalista en la agricultu
dependiente" (Bartra, 1974:22).
El ensayo de Teresa Meade sobre l
relaciones de producción pre-capitali
talistas en el sector agrario, utiliza
contrariamente a lo que Bartra dedu
que el modelo brasileño es más pareci
dio" está transformado en una empr
trabajadores asalariados. Anthony Wi
clase y la transición agraria en Cent
talismo del hacendado" (básicamen
principal del desarrollo agrícola capit
lismo campesino" (del tipo farmer ) no
agrario en la mayor parte de esta regió
El análisis de Alain de Janvry y Lyn
el desarrollo capitalista ha tomado u
América Latir a rural. Sin embargo, re
cias entre los modelos de desarrollo c
"campesinado semi-proletarizado"
cultivan pequeñas propiedades y tr
agrícolas) ha sido creado por el desarr
Según Cristóbal Kay (1974), a fin de
capitalista sobre la estructura de clas
distinguir entre lo que él califica com
La proletarización interna ocurre c
feudales transforman su organización

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El marxismo y la cuestión agraria en América Latina 115

listas. En tales casos, los siervos o arrendatarios se transform


riado rural empleado por esas unidades de producción t
sostiene que este tipo de proletarización no ha sido el m
América Latina, aunque existan ejemplos en Chile. Otro
tipo se presentan en Centroamérica, según estudios de A
contraste con esta forma de proletarización, Kay afirma
externa ha constituido el modelo principal en Latinoam
también en Europa occidental).
La proletarización externa, según Kay, implica la ex
pequeños productores campesinos, es decir su expulsión del campo. Sin
embargo, este proceso de proletarización externa ha ocurrido sólo parcial-
mente en América Latina; el campesino con poca tierra lo ha resistido.
Además, a la inversa de la situación dada en Europa occidental, este proceso
no crea un hacendado rico o una clase kulak importante en la mayor parte de
América Latina. En lugar de ello, la agricultura capitalista tiende a pasar bajo
el control de un pequeño número de grandes capitalistas agrarios a menudo
asociados con capital extranjero.
Otra característica importante del desarrollo capitalista contemporáneo en
la América Latina rural, es una "relación especial" entre las empresas agrícolas
capitalistas y los productores con poca tierra. Luisa Paré ha analizado un
ejemplo de este fenómeno entre los "cañeros" en México. Estos pequeños
campesinos producen caña de azúcar sobre sus propias tierras, pero están
financiados y organizados por ingenios azucareros privados o del estado.
Venden la caña de azúcar que producen a los capitalistas que los financian a
cambio de una remuneración apenas suficiente para reproducir su fuerza de
trabajo. El control que los ingenios azucareros ejercen sobre esos pequeños
productores ha inducido a Paré a calificar este tipo de productor campesino
de "proletariado disfrazado de campesino" (Paré, 1977:51). Estos producto-
res campesinos, junto con los aparceros, los arrendatarios y los campesinos
que poseen pedazos de tierra pero que trabajan también por un salario como
jornaleros agrícolas, constituyen lo que Paré califica de "semi-proletarios".
Refiriéndose a su carácter de clase ambiguo, declara: "Aunque existen razones
válidas y objetivas para considerar a los semi-proletarios más proletarios que
campesinos, desde un punto de vista ideológico y político hay diferencias
notables entre ellos y el proletariado" (Pare, 1977:50-51). Estas diferen-
cias provienen de su relación continua con la tierra, y de su resistencia a ser
totalmente dependientes del salario para la subsistencia.
La continua dependencia de las tierras de los asalariados rurales y la resis-
tencia campesina a la proletarizáción son interpretados, por algunos observa-
dores, como la única estrategia viable de sobrevivencia bajo las condiciones
contemporáneas para las masas rurales; ya que no tienen acceso a la tierra,
tienen que afrontar la amenaza del desempleo y la de engrosar las masas mar-
ginadas de los inmigrantes rurales en las "ciudades perdidas" urbanas. Por esa
razón, Solon Barraclough predice que:

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116 Investigación Económica

El campesinado seguirá disminuyen


absolutos. Los campesinos ya no tien
fuentes de empleo urbano a gran esc
colonizar, las posibilidades para una m
caso del campesinado de Europa occi

Y Verónica Bennholdt-Thomsen conc

Las vinculaciones con la tierra hoy en


económicas, sino más bien de la situ
que Lenin describe en el caso de la R
para la América Latina contemporán
asalariado total sólo cuando le garant
puede obtener del trabajo sobre su p
ductor campesino en la América L
a conservar su tierra como única fu
económicas que ideológicas (Bennhol

En otros términos, las masas rurales


vínculos con la tierra, ya que el emple
tentes (bajos salarios, inseguridad de t
demanda de trabajo, amplio desempleo,
bajo inadecuada e insegura. Por otra
propiedades campesinas, sus medios de
de sus tierras, sus deudas y la necesida
bienes tales como herramienta y med
productores campesinos a buscar empl
tar el ingreso insuficiente proveniente
masas rurales tienden a adquirir un d
campesinos y de asalariados irregulares
capitalista puesto que pone a su disp
barata cuyos costos de reproducción
capitalista.

El EXCEDENTE DE POBLACION generado por el desarrollo


CAPITALISTA EN LAS AREAS RURALES

En el tomo I de El Capital, Marx desarrolla las leyes generales del modo d


producción capitalista, una de las cuales tiene que ver con el relativo "exce
dente de población" generado por la penetración progresiva de la agricultur
en la producción capitalista. Por ejemplo dice:

Tan pronto como la producción capitalista toma posesión de la agri


cultura, y en proporción a la medida en que lo hace, la demanda de una

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El marxismo y la cuestión agraria en América Latina 117

población agricola activa cae absolutamente. . . parte de


activa está, por lo tanto, constantemente a punto de pasar
riado urbano o a una manufactura. . . Así, esta fuente de
dente de población fluye constantemente (Marx, 1967, 1:

Marx también esboza las condiciones bajo las cuales este rela
de población se convierte en un "ejército de reserva industria
efectos de este último sobre los salarios de la fuerza de trabajo

Considerándolos en su conjunto, los movimientos general


rios están regulados exclusivamente por la expansión y la
del ejército de reserva industrial, y éstos corresponden a
periódicos en el ciclo industrial Por lo tanto, no están dete
las variaciones en la cifra absoluta de la población trab
por la variable proporción en la cual la clase trabajadora es
ejército activo o de reserva, por el incremento o la dismi
cantidad relativa del excedente de población, por el grado
es absorta o liberada (Marx, 1967, 1:637).

En esencia, Marx proporciona una explicación teórica de la


los salarios de la fuerza de trabajo, el nivel de empleo en las á
expansión y la contracción del ejército de reserva industrial const
trabajadores desempleados, y el incremento o la disminución
de población generado por el proceso de acumulación del cap
cultura. Esta formulación teórica ha sido utilizada por varios
analizar la numerosa "población marginada" de los inmigrant
empleados que se han acumulado en los centros urbanos de Am
Verónica Bennholdt-Thomsen, por ejemplo, utiliza la form
Marx sobre el excedente de población y el ejército de reserva
explicar las masas marginadas de los inmigrantes rurales a la
como la relación del campesinado con esas masas marginadas
Thomsen declara que debido a las condiciones históricas espe
talismo en la América Latina contemporánea, la separación de
los medios de producción no está complementada por su a
fuerza de trabajo industrial, como sucede bajo las condicione
del capital en los países capitalistas "metropolitanos". Entonc

Las masas de los desempleados y de los subempleados le s


de manera relativa sino también absoluta al capital; sin em
funcionando como ejército de reserva industrial, ya que
aumentar la presión sobre los salarios de los empleados (Benholdt-
Thomsen, 1976:34).

Ahora tenemos que examinar aquellas condiciones específicas del desarrollo


capitalista que son responsables, en el caso de latinoamérica, de que una

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118 Investigación Económica

población "absolutamente superflua" esté


ción del capital en la agricultura.
Como condición general del desarrol
unidades capitalistas de producción no
como una industria, ya que la naturalez
natural impone un límite a la expansión
de mano de obra que resulta de la mecan
un incremento en la demanda de mano
horizontal del capital (más unidades d
Esta expulsión de mano de obra del cam
(una masa marginada de desempleados pe
no es capaz de absorber el excedente de
capitalista en la agricultura. En América
da del desarrollo industrial, la industria
pequeña proporción de este excedente de
masa de desempleados económicamente
por su capacidad de mantener los sala
industria) proporcionando un enorme ej
reemplazar muchas veces a los que están
1976:34-35; Villarreal, 1978:71-72).
Bajo las condiciones predominantes en
tran separados de la tierra por la expan
capitalistas en la agricultura se enfrentan
por una fuerza de trabajo obligada a trab
var la existencia marginada de un desem
más, muchos de los productores campes
propiedades, tienden a existir bajo las c
camuflada" debido a sus condiciones d
Thomsen, 1976:34; Bartra, 1974:48-51
Algunos marxistas afirman que, a fin
del excedente de población derivado d
Estado se ha visto forzado a to, mar me
la disolución del campesinado. Ésta es la
quien sostiene que el Estado mexicano h
campesinado, principalmente a través d
Agraria, el cual, afirma, está destinado a
da" o excedente de población que ha in
demográfica y políticamente explosivos

La Reforma Agraria y el desarrollo capitalista


en América Latina

América Latina ha sido testigo de numerosos esfuerzos de reformas


en este siglo; México en los años veinte y treinta, Bolivia y Guatem

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El marxismo y la cuestión agraria en América Latina 119

cincuenta, Cuba a principio de los sesenta, Chile en los sese


de los setenta, y Perú a finales de los setenta y en los setenta.
tes, la naturaleza y los efectos de estas reformas han constitu
punto en los análisis marxistas de los últimos años.
La mayoría de los análisis marxistas sobre las reformas a
américa se han limitado a un solo país. Pocos esfuerzos ha
emprender un análisis más profundo de la cuestión en su
aspecto, el análisis comparativo realizado por Alain de Janv
constituye una valiosa contribución al cuerpo del conocimi
el tema de la reforma agraria en América Latina. La comp
de diez y siete reformas en diez países latinoamericanos d
los distintos tipos de programas emprendidos, así como l
que han tenido sobre los sectores de la población rural. U
brimientos más significativos de este estudio es que, en ca
que han estudiado, un sector subsistente del campesinado s
ha sido mantenido como fuente de mano de obra agrícola
tigadores afirman que este hecho muestra el "dualismo fu
entre la agricultura capitalista comercial y la producción ca
hacia la subsistencia.
El intelectual marxista belga, Michel Gutelman (1976), ha intentado pro-
porcionar una perspectiva teórica general sobre la reforma agraria en América
Latina, perspectiva en la que utiliza la teoría marxista de renta de la tierra.
Esta teoría ha sido utilizada también por Guillermo Flichman (1977) para
analizar el desarrollo agrícola en Argentina, y por Héctor Díaz Polanco (1977)
en un análisis de la producción campesina en México. Gutelman declara que
la reforma agraria contribuye al desarrollo capitalista poniendo término a la
renta pagada por grandes terratenientes parásitos quienes, por su mera pose-
sión de grandes extensiones de tierra, pueden obtener grandes ganancias (de
los arrendatarios capitalistas, de los aparceros campesinos, etc.). Con la eli-
minación de los grandes terratenientes por medio de las medidas de reforma
agraria, la plusvalía que anteriormente estaba dirigida a la renta de la tierra se
puede transferir a otros sectores de la economía y/o ser utilizada para la
expansión de la agricultura capitalista. Así, la redistribución de la tierra tiende
a convertirse en una redistribución de la plusvalía, que a su vez favorece al des-
arrollo de la agricultura y de la industria capitalistas (Gutelman, 1976:10-11).
Gutelman sostiene también que las medidas de la reforma agraria son insti-
tuidas generalmente cuando la burguesía se siente lo suficientemente fuerte
como para sacrificar sus grandes extensiones de tierra a la causa de la moder-
nización capitalista. Así, continúa, la mayoría de los ejemplos de reformas
agrarias en América Latina se ha dado no como resultado de la fuerza revolu-
cionaria de las masas, sino como resultado de la fuerza política de la clase
capitalista, y en particular de sus sectores industriales y financieros (Gutelman,
1976:11).
Otros marxistas no concuerdan con las generalizaciones de Gutelman. Ruy
Mauro Marini, por ejemplo, sostiene que la mayoría de las reformas agrarias

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120 Investigación Económica

de latinoamérica han sido instauradas p


incapaces de resistir la presión popular po
rini menciona los casos de Brasil y Argen
políticamente fuerte ha resistido las dem
cambio, se refiere a México, Bolivia, Gua
una burguesía débil confrontó presiones
no pudiendo resistirlas (Marini, 1976).
El análisis de Rodrigo Montoya Rojas de
tituye el estudio de un caso similar a esto
en su ensayo, una de las condiciones q
peruana fue el deterioro de la gran clase
inhabilidad para reproducirse. Su análisis
reforma agraria sobre la estructura de clase
tes; por ejemplo, la burguesía "de mayor
tenientes ha sido eliminada acelerándose
rural.
El caso mexicano constituye un ejemplo de una reforma agraria impulsada
por presiones populares, que ha contribuido al desarrollo capitalista del sector
agrario y a la manipulación del campesinado por el estado burgués. Así, Silvia
Terán escribe en un análisis del carácter de la reforma agraria mexicana:

Es obvio que la presión campesina fue el elemento fundamental para la


redistribución de la tierra, pero el carácter que este proceso adoptó
ajustó las demandas de los campesinos a las necesidades de la acumula-
ción capitalista. . . y generó la formación de nuevas clases y sectores de
clases con formas de conciencia social sin precedente en nuestra historia,
elementos que lejos de contradecir el desarrollo capitalista, lo han pro-
movido efectivamente (Terán, 1976:25).

Terán hace particular énfasis en el papel que la reforma agraria mexicana


ha tenido en la destrucción de las comunidades campesinas tradicionales y
en la creación de una base para el desarrollo de una nueva clase de pequeños
productores campesinos ligados al mercado capitalista. Terán sostiene tam-
bién que el programa de reforma agraria mexicana y el tipo de tenencia de la
tierra creado por él (el "ejido") le han permitido al Estado coptar el apoyo
político del campesinado, y controlar así la reacción de este sector respecto a
la expansión de las relaciones de producción capitalistas en el sector agrícola
(Terán, 1976:23-25).
Análisis como los de Montoya y Terán, así como los recientes estudios de
David Barkin (1978), Cristóbal Kay (1978), Luisa Paré (1977) y Michael
Taussig (1978), constituyen un importante acercamiento al estudio de la
utilización de las reformas agrarias por parte del Estado en América Latina; uti-
lización que busca lograr el control político sobre las masas rurales y crear las
condiciones necesarias para la extensión de las relaciones capitalistas de pro-

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El marxismo y la cuestión agraria en América Latina 121

ducción en la agricultura. El estudio de Kay es particularm


ya que compara las politicas de reforma agraria de las adm
Frei y de Allende en Chile. Las diferencias entre la reforma ag
cristianos, destinada a la extension de la agricultura capitali
de la Unidad Popular, dirigido hacia la socialización de la p
medios de producción en el campo chileno, sostienen la tesi
la cual las características de las reformas agrarias están det
clase o clases que las promueven. Además, el caso chileno m
que una reforma agraria "socialista" en América Latina sól
cabo a través de una acción de las masas revolucionarias, o
auténtica alianza obrero-campesina que posea suficiente fu
conciencia revolucionaria no sólo para tomar el poder del
lizar la tierra sino también para organizar la producción agríco
socialista (Marini, 1976:19; véase también Barraclough y F

La red de explotación entre las ciudades y el campo

Desde una perspectiva marxista, la cuestión agraria no puede anal


de otros fenómenos. Es necesario examinar, al mismo tiempo, l
entre las estructuras rurales y urbanas de la sociedad latinoame
temporánea.
El marxista francés Pierre Vilar (1977:21) ha afirmado que el
concreto de la relación entre las áreas urbanas y rurales es que "
puede vivir sin el campo y lo transforma para satisfacer sus nec
basándose en la investigación de las relaciones entre los sectore
rurales en Brasil, Gláucio Ary Dillon Soares (1976) declara que es
pueden describirse como una "red de explotación" confusa.
La relación o red de explotación entre los sectores rurales y u
manifiesta de diversas maneras. Primero, el bajo nivel de remun
mano de obra en el sector agrícola ha permitido que los países la
nos lleven a cabo un programa de industrialización nacional lim
cual los costos de la mano de obra son sustancialmente inferiores a los de los
países industriales más avanzados. Es decir, los bajos costos de la mano de
obra en la agricultura han mantenido los precios de los productos agrícolas
básicos a un nivel artificialmente bajo, y ello, a su vez, ha permitido que se
paguen sueldos y salarios más bajos a la clase trabajadora urbana, ya que su
costo de vida está ligado a los precios de los bienes agrícolas. Por lo tanto
existe una íntima relación entre la explotación de la fuerza de trabajo agrícola
(incluyendo el campesinado) y la explotación de la fuerza de trabajo indus-
trial urbana. Los bajos sueldos de los primeros contribuyen a mantener bajos
los sueldos de los segundos. Esta tesis es sostenida por la mayoría de los
intelectuales marxistas de América Latina, incluyendo a Roger Bartra (1974:
80-82), Sergio de la Peña (1978: 73-79), Ruy Mauro Marini (1976: 14-19),
Luis Paré (1977: 27-37), Juan Villarreal (1978: 83-117), etcétera.

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122 Investigación Económica

Varios estudios marxistas sobre la cues


tiene que el valor de la plusvalía, produ
campesinos, es transferida del sector ru
trial (véase Amin, 1975; Bartra, 1974; C
Aunque existen diferencias entre los au
a esta transferencia del valor de la plus
campesinos al capital industrial, en térm
desigual que existe entre ambos sectore
afirma que esta transferencia toma la fo
de obra excedente" de los productores c
los bajos precios de mercado que paga la
por los campesinos. Es decir, ya que los
vender sus productos a precios inferiores a
en la producción de estos bienes (materia
sico) no está remunerado y es así apropia
les o comerciales. Según Bartra, los térm
sufrido por los productores campesinos
lación estructural" entre el modo de p
producción capitalista dominante, relació
tación del campesinado por la burguesía
de los productos que los pequeños produc
1974: 82-83).
En un excelente tratado marxista sobre la transferencia del valor en el
sector agrario, Mario Margulis (1978) desafía la posición sostenida por Bartra
y otros según la cual la burguesía urbana se apropia del valor de la plusvalía
de los pequeños productores campesinos. Reconoce que la inserción del cam-
pesinado en una formación social predominantemente capitalista conduce a
su explotación y empobrecimiento; pero declara que esto no «ucede por la
apropiación que de su fuerza de trabajo hace la burguesía comercial e indus-
trial. Según Margulis, el trabajo de los campesinos que no está remunerado
no tiene ningún valor social, es simplemente tiempo de trabajo "perdido" sin
valor transferible. En otros términos, las condiciones de intercambio desigual
tienden a "devaluar" el trabajo de los pequeños productores campesinos, y no
resultan en la transferencia del trabajo excedente hacia los sectores urbanos
(Margulis, 1976: 13-15).
Sin embargo, Bartra sostiene un argumento muy convincente en relación a
la transferencia del valor de la plusvalía que se da como resultado de la rela-
ción parásita impuesta a los campesinos por los intermediarios comerciales.
Según Bartra, "en México, como en otros países atrasados y dependientes, el
grupo de los mercaderes, prestamistas e intermediarios que integra la red de
las relaciones entre los sectores urbanos y rurales alcanza proporciones masi-
vas" (Bartra, 1974: 84-85).
Aunque Margulis reconoce esta explotación, mantiene que bajo estas
condiciones no hay ninguna transferencia del valor de la plusvalía, sino una
"devaluación" del trabajo invertido por los campesinos en la producción de

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El marxismo y la cuestión agraria en América Latina 123

los bienes agrícolas que venden en el mercado. Según Margul


ferencia del valor de la plusvalía se da como resultado de la
campesinado; es decir, cuando el sector campesino contrib
del capitalismo agrario asi como del industrial, al proporc
abundante de mano de obra barata. Sostiene que el bajo cos
y de reproducción de mano de obra en el sector campesino
galidad del consumo que no tiene que comprar muchos de
consumo necesarios en el mercado) lo convierten en un pr
de obra muy eficiente para el resto de la sociedad. Las cond
bles bajo las cuales este sector se articula con el modo de pr
lista garantizan que una reserva abundante de mano de ob
constantemente hacia las empresas capitalistas rurales y u
1978: 7). Casi todos los intelectuales marxistas consider
aspecto importante de la relación entre el sector campesin
sociedad latinoamericana.

La influencia del imperialismo


EN LA AGRICULTURA LATINOAMERICANA

Mientras los marxistas generalmente rechazan la noción de "dep


exterior" como una conceptualización útil para interpretar la re
temporánea de las sociedades latinoamericanas, muchos análisis m
tienden a explicar los rasgos esenciales de estas sociedades en tér
influencias "externas" del capitalismo extranjero y del imperialism
no. De hecho, algunos estudios parecen soslayar la teoría de la dep
no seguir un análisis marxista más riguroso en el cual se muestre el d
"interno" de las formaciones sociales latinoamericanas. Una import
a esta tendencia ha sido elaborada recientemente en México por J
ñeda y Enrique Hett (1978), quienes sostienen que la teoría m
particular el trabajo de Lenin sobre el imperialismo, demuestra que e
y el desarrollo de todas las formaciones sociales deben entenderse en
de las contradicciones básicas "internas" a estas formaciones.
Castañeda y Hett afirman que el desarrollo desigual de los diferentes sec-
tores y regiones de las sociedades latinoamericanas, así como la persistencia
de formas de producción no-capitalistas, son consecuencia del desarrollo
capitalista tardío de estas sociedades y de las contradicciones resultantes de
la articulación de modos o formas de producción no-capitalistas con el modo
de producción capitalista en su fase de desarrollo monopolista capitalista o
imperialista. Ellos demuestran que las formas de producción pre-capitalista
persisten en las formaciones sociales latinoamericanas porque el desarrollo
del capitalismo ha ocurrido en una época relativamente reciente y se ha des-
arrollado en una forma monopolista capitalista o imperialista. Como resulta-
do, la estructura de estas sociedades combina formas de desarrollo capitalista
más recientes, por ejemplo el capital monopolista, con formas de producción

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124 Investigación Económica

preexistentes en áreas en donde el desarro


parcialmente, como en el sector agrario. As
caracteriza por la combinación de formas d
capitalistas y grandes empresas agrícolas c
polistas. Además, las formas de desarrollo
áreas urbanas tienden a acentuar el desarrol
campo. Sin embargo, Castañeda y Hett hacen énfasis en que todas estas
características son el producto de la estructura interna de estas sociedades,
más que de fuerzas externas. Incluso la presencia del capital extranjero y de
varias agencias del imperialismo estadounidense están explicadas en razón
de la dinámica interna de estas formaciones sociales, y no viceversa (Castañeda
y Hett, 1978: 155-158).
Anthony Winson plantea la misma perspectiva que la sostenida por Cas-
tañeda y Hett. Winson opone su sistema conceptual al de "quienes consideran
a los países atrasados del mundo fundamentalmente condicionados por
mecanismos de explotación que existen entre los países". En cambio, declara
que "el campo de la producción y la determinación de las relaciones sociales
de producción bajo las cuales se produce y se apropia el excedente de una
sociedad. . ." constituyen el punto de partida para el análisis de las forma-
ciones sociales en América Central. Rosemary Galli, por su parte, se centra
principalmente sobre los esfuerzos de varias agencias del imperialismo estado-
unidense para mantener y consolidar la pequeña producción campesina en
Colombia. Aunque el ensayo de Galli no dice específicamente seguir la misma
línea que Castañeda y Hett o que Winson, analiza los efectos de los programas
de la "revolución verde" dentro del contexto más amplio de un análisis de
las relaciones de producción y de la lucha de clases en la Colombia rural. En
oposición al enfoque de la teoría de la dependencia, Galli no intenta explicar
las "condiciones internas" en términos de "determinantes externos", sino
que examina los "esfuerzos externos" en relación con la estructura de pro-
ducción y la lucha de clases "internas".
Otros estudios sobre el mismo tema, tales como los de Ernest Feder (1977),
Cynthia Hezitt (1978), no tratan la cuestión de la primacía de los determinan-
tes internos. Sin embargo, exponen detalladamente las distorsiones y las
formas de explotación en el sector agrícola causadas por la inversión extran-
jera, la producción de cultivos para la exportación, la invención de agencias
de asistencia extranjera del gobierno estadounidense, y por la introducción de
la tecnología avanzada del capitalismo internacional. En particular, el control
que ejerce el capital estadounidense sobre el financiamiento y la venta de los
cultivos para la exportación, así como los esfuerzos del gobierno estadouni-
denses para promover la llamada "revolución verde", son considerados como
importantes factores que contribuyen a la explotación de las masas rurales en
América Latina.
El análisis de Feder sobre la dominación del capital y de la tecnología
estadounidense sobre la industria mexicana de la fresa, dominación a la cual
se refiere como el "imperialismo de la fresa", constituye un importante estu-

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El marxismo y la cuestión agraria en América Latina 125

dio de la presencia imperialista en la agricultura comercial lat


El desarrollo de la industria de la fresa en México, tanto como
de muchos cultivos para la exportación producidos en América
contribuido a: a) la destrucción de la agricultura campesina tradicio
grabe reducción en el cultivo de alimentos básicos para el merc
c) la comercialización de la agricultura bajo el creciente control
raciones trasnacionales y sin intermediarios capitalistas naciona
ción de una fuerza de trabajo rural asalariada empobrecida, y e
dependencia de la economía local de las fluctuaciones imposibles
en el mercado internacional. En general, lo mismo se puede dec
ducción de otros cultivos tales como algodón, cacao, plátano, jito
cacahuate, etcétera. Aunque las condiciones específicas difiere
ducto a otro, las consecuencias son las mismas (Feder, 1977: 73
Junto con la creciente penetración del capital extranjero en l
latinoamericana, el gobierno estadounidense y las agencias int
dominadas por los Estados Unidos, tales como el World Ban
American Development Bank, han financiado varios tipos de p
los pequeños productores campesinos en América Latina. En g
programas procuran que los productores utilicen semillas "de prim
fertilizantes, insecticidas, sistema de riego, tractores y otros m
dernos" de cultivo. Sin embargo, tal como lo demuestra el estud
Hewitt sobre los efectos de estos programas en México, en lugar de
ción verde", han promovido una "revolución comercial", en la c
cian sólo los grandes terratenientes y los campesinos ricos (Hew
La cantidad de capital y de tierra necesarios para obtener gana
cativas de la tecnología de la revolución verde es tal que, generalme
sectores privilegiados de la población rural lo han consegudo.
productores, en cambio, a menudo han terminado peor que con
tradicionales. Así, Michael Taussig registra que en el Valle de Cauca, en
Colombia

Comparado con el modo de cultivo campesino tradicional, el nuevo


método ha resultado en una reducción de 40 por ciento en el ingreso
anual por campo para la familia de cultivadores, independientemente
del tamaño de los terrenos, así como en un incremento enorme de la
deuda y de la dependencia del mercado capitalista. . . Las diferencias de
clase se profundizan y adoptan nuevas formas. Una gran proporción
de gente se integra a la fuerza de trabajo de las plantaciones y a las gran-
des granjas capitalistas, mientras que tierras campesinas pasan mucho
más rápidamente al sector agrícola a gran escala ya que mucha gente se
ve en la obligación de vender o alquilar para cubrir su creciente deuda
(Taussig, 1978: 83).

Es interesante notar que los programas de la revolución verde introducidos


en Colombia involucran tecnología menos costosa que los programas origina-

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126 Investigación Económica

les introducidos en México, la India y otras


señala Rosemary Galli, parece que los progr
dos a pacificar a los campesinos sin tener q
esta manera, puede esperarse que la pequeñ
tenga en las áreas en donde la reforma agra
a la existencia de unidades de producción c
falta de tierras cultivables. Sin embargo, co
radica en el hecho de que el pequeño produ
adicional para que rinda la introducción de

La cuestión agraria y la estrategia revolucionaria marxista

Para los marxistas, el análisis de la cuestión agraria en latinoam


destinado a ampliar la base del conocimiento cientifico a par
puede desarrollarse una estrategia revolucionaria correcta para g
por el socialismo. Desde una perspectiva marxista, esa estrategia
ria debe basarse en el estudio científico de la realidad social y, e
del estado de la lucha de clases. Dentro de este cor . exto, es es
minar quiénes son los aliados y quiénes los enemigos de la revo
ejemplo, las clases o fracciones de clase que pueden ser movi
luchar contra el orden social existente (Harnecker, 1975: 202-21
El ensayo de Engels La cuestión campesina en Francia y en
(Marx y Engels, 1972: 633-650), sirve como un primer ejemplo
marxista de la cuestión agraria que tiende a determinar cuáles son
tos de la población rural que pueden ganarse para la lucha revolu
como las condiciones bajo las cuales su apoyo político puede ser
el proletariado revolucionario. Con respecto a esto, es important
Engels hizo un gran esfuerzo para distinguir los diferentes elem
población rural.

La población rural a la cual podemos dirigirnos está formad


mentos muy diferentes, que varían considerablemente en l
regiones. En la Alemania occidental, como en F rancia y en B
valece la agricultura a pequeña escala de los campesinos con p
la mayoría de los cuales son propietarios mientras la minoría
pedazos de tierra. En el noroeste -en Baja Sajonia y en Schle
tein- tenemos una preponderancia de los grandes y medianos
que están obligados a emplear criados e incluso jornaleros. L
sucede en Baviera. En Prusia, este del Elba, y en Mecklenbu
región de los grandes terratenientes y de cultivo a gran escala co
leros, y en medio los pequeños y medianos campesinos en nú
tivamente poco importante y decreciente (Marx y Engels, 19

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El marxismo y la cuestión agraria en América Latina 127

Así, Engels sintió que era necesario tomar en consider


de clase relativamente compleja de la sociedad rural de E
fin de desarrollar una estrategia correcta para movilizar las
Al contestar a su propia pregunta acerca de cuáles de
población rural podrían ganarse para el movimiento rev
describió a los pequeños campesinos como "el caso crític
cuestión". La razón de esto fue su convicción de que ning
revolucionaria podía realizarse "en contra" de la volunta
campesinos; en primer lugar, porque representaban una
blación muy amplia, y en segundo, porque su oposició
revolucionaria había sido un factor crucial en sus derro
apoyo del campesinado francés al régimen reaccionario
Engels pensaba que era posible ganar el apoyo de los peq
debido a que el desarrollo del capitalismo estaba destruy
producción, llevándolos a la miseria (y en última instancia
embargo, advirtió contra el hecho de tratar de ganar su a
preservar sus pequeñas propiedades; en cambio, sugirió qu
de que: "Podemos preservas sus casas y sus campos, sólo
en propiedad cooperativa dirigida de manera cooperativ
sostuvo que debería prometerse al pequeño campesino qu
lo posible para que su suerte sea más tolerante, para faci
cooperativismo en caso de que lo decidiera, e incluso perm
en su pequeña propiedad durante un periodo de tiempo
reflexione sobre el asunto. . ." (Marx y Engels, 1972: 64
En cuanto a los otros elementos de la población rur
categorizaron a los obreros rurales o agricultores como lo
del proletariado urbano, por sus condiciones de explotac
refiriéndose a las grandes propiedades en las cuales esta
trabajadores, Engels dijo:

Sólo las grandes propiedades terratenientes constituy


fectamente sencillo. Estamos confrontados con masas
y nuestra tarea queda claramente definida. Tan pron
partido tome posesión del poder político, simplemen
propiar a los grandes terratenientes igual que a los ma
industria. . . así las grandes propiedades tienen que s
nosotros a los trabajadores rurales que las están cultiv
se organicen en cooperativas (Marx y Engels, 1972: 54

En el caso de los medianos y grandes campesinos, Eng


la obligación del partido de los trabajadores luchar por
criados y jornaleros empleados por éstos. En cuanto a los
campesinos mismos, Engels no tenía muchas esperanzas
movimiento revolucionario, excepto en el caso de aquell
los pequeños campesinos y están enfrentados con su pro

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128 Investigación Económica

causa de la competencia de la agricultu


Engels, 1972: 647-648).
Como Engels, Lenin afirmaba que era
detallado de la población rural (Lenin, 1937, I: 389-53). Basándose en el
análisis de las condiciones particulares de la sociedad rusa durante el periodo
anterior a la revolución bolchevique, desarrolló una estrategia de "dos etapas"
para ganar el apoyo a la lucha revolucionaria de los diferentes elementos de
la población rural. Esta estrategia consistía en: a) luchar primero con todos los
campesinos (pobres, medianos y ricos) contra los grandes terratenientes feu-
dales, y después, b) luchar con los pequeños campesinos contra los kulaks (cam-
pesinos acomodados). Tal estrategia se basaba en el análisis de las condiciones
específicas prevalecientes en la Rusia prerevolucionaria (Lenin, 1937, III).
Debido al carácter semifeudal de la mayor parte de la Rusia rural, Lenin
declaró que el principal antagonismo de clase se situaba entre los campesinos
y los grandes propietarios (feudales). Sin embargo, con la liquidación de los
grandes propietarios, Lenin subrayó que el antagonismo surgido de ladiferen-
cición dentro del campesinado pondría a los campesinos pobres y al proleta-
riado en conflicto directo con los kulaks. Según el análisis de Marx, una
alianza entre el proletariado y los campesinos era necesaria y adecuada sola-
mente durante la etapa que él llamó "revolución democrática burguesa", pero
una vez ganada esta revolución, era necesario que el proletariado dirigiera al
campesinado pobre en una lucha contra la burguesía rural y urbana a fin de
lograr la revolución socialista proletaria (Lenin, 1937, III: 189-301).

El marxismo, las alianzas de clase y la lucha


REVOLUCIONARIA EN AMÉRICA LATINA:

La razón por la cual hemos repasado las principales ideas de la teoria marxista
clásica sobre la obtención del apoyo de las masas rurales en la lucha por el
socialismo, es que estas formulaciones teóricas han constituido un importante
cuerpo de referencia para los marxistas que abordan la cuestión agraria en
latinoamérica. Está claramente mostrado en el análisis de Cristóbal Kay sobre
la política agraria de la Unidad Popular durante el régimen de Allende en Chile:

Un elemento esencial que la política agraria de la up tenía que determi-


nar era no solamente cómo y qué grupos campesinos eran los más fáciles
de movilizar, sino también cuáles lucharían activamente por la toma del
poder y por una transformación socialista del campo. Estoy convencido
de que una de las debilidades cruciales de la política agraria de la UP fue
el concentrar la movilización y la política de distribución de la tierra
en el mismo grupo campesino que los democristianos no pudiendo, por
lo tanto, incorporar a los grupos campesinos que debían haber sido la
piedra angular de la estrategia socialista debido a su mayor potencial
revolucionario (Kay, 1978: 128).

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El marxismo y la cuestión agraria en América Latina 129

Kay afirma que la up no tomó en consideración la proletariza


campesinado que había ocurrido en Chile, y que una verdadera
socialista de la agricultura chilena debió haber dependido, pr
del proletariado rural, en lugar de hacerlo en los campesin
pequeños. Es importante notar que el análisis que hace Kay d
chilena apoya, y es a su vez apoyada, por los primeros anális
Engels acerca de la proletarización de la población rural y de
del proletariado rural como aliado del urbano en la lucha revo
Del mismo tipo, el trabajo de Roger Bartra en México indic
los medianos y pequeños campesinos tienden a asumir una po
pequeño burguesa y que solamente entre el creciente número
agrícolas, campesinos semi-proletarizados y campesinos pobre
para una alianza de clase revolucionaria con el proletariado u
1974). De hecho, Bartra sostiene, como lo hizo Marx en el
mário de Luis Bonaparte, que:

El campesinado no es capaz de controlar el poder, de dirig


de clase de la cual puede finalmente formar parte, o de re
sí misma sola en la política; ello es debido a las peculiaridad
de producción en el cual el pequeño campesino está hundi
lleva a su explotación como propietario a causa de su condi
burguesa (Bartra, 1974, 1974: 156).

Bartra dice más adelante que:

Todos los revolucionarios deseosos de transformar México deberían


comprender que las masas rurales poseen hoy en día un carácter esencial-
mente proletario, y no campesino. . . Hoy, los jornaleros rurales están
viviendo una época de transición, en términos del carácter de su lucha.
Poco a poco, detrás de cada invasión de tierra, cada marcha, cada ma-
nifestación y cada protesta, una lucha auténticamente proletaria está
apareciendo dirigida contra la burguesía y sus representantes políticos. . .
(Bartra, 1974: 171-172).

Como lo indicamos anteriormente, la posición de Bartra ha fomentado una


gran controversia entre los izquierdistas de México; algunos de sus detractores
lo han acusado de ser anticampesino y de implicar que la expansión del capita-
lismo en la agricultura es positiva porque abre el paso al socialismo, proletari-
zando a la población rural. Bartra respondió enérgicamente a estas acusaciones
y llamó a esos críticos de izquierda "populistas románticos", críticos que
en su intento por proteger al campesinado de la extinción están solamente
protegiendo a sus explotadores (Bartra, 1976: 97).
Uno de los críticos más enérgicos de Bartra es Gustavo Esteva, quien afirma
que la característica más importante de la población rural no es su creciente
proletarización sino la forma "colectiva" de su existencia social y sus esfuerzos

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130 Investigación Económica

para permanecer atados a la tierra (Esteva,


respuesta a las fuerzas que trabajan por la d
rización, la resistencia colectiva del campesi
conciencia de clase "campesina" y, en alguno
objetivas de su clase. Llama a este desarro
población rural (Esteva, 1978: 708-709).
Como muestra del desarrollo de la conci
mexicano y de la resistencia colectiva y orga
creciente número de tomas de tierra por cam
proliferación de movimientos campesinos po
últimos afirma que tienden a surgir como -m
y puramente locales de la resistencia campe
terminología de Ramón Fernández Melgarejo
pequeños movimientos locales -"bolas chiq
para formar movimientos más grandes y m
grandes"- cuyo objetivo principal es defen
ejemplo, la protección y preservación de la p
comunidades colectivas rurales. Según Esteva
movimientos campesinos ha dado un impu
campesinado como "clase por sí misma" y
nacional (Esteva, 1978: 707-709).
Como resultado, Esteva sostiene que la
marxistas tales como Roger Bartra, según
abandonar sus demandas por la tierra y caer
luchas sindicalistas de los trabajadores indust
Concluye que el campesinado debe desarroll
políticas y buscar el apoyo de la clase trabaj
y la rápida modernización de su producción
básicos para el mercado nacional. Afirma qu
los asalariados, tanto urbanos como rurales,
de los productos básicos, detendría el flujo d
las ciudades, disminuiría el excedente de po
industrial, y reduciría la presión en los sala
por la enorma población de desempleados qu
(Esteva, 1978: 709-710).
Adoptando las posiciones de intelectuales c
punto de referencia, algunos observadores d
campo lo han simplificado exageradament
maniqueo entre los "campesinistas" (proca
(proproletariado) (Feder, 1977). Sin embar
de los análisis marxistas del sector agrario
extremos; tienden, más bien, a afirmar q
temporánea de la población rural es dema
como para justificar las conclusiones a las c
Así, Silvia Terán (1976), en un excelente a

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El marxismo y la cuestión agraria en América Latina 131

de la población rural en México, afirma que mientras las luc


ción rural, tanto de los pequeños propietarios como de los as
tomado generalmente un carácter campesino, su conciencia y
están afectadas por el empleo asalariado.
Además, Terán afirma que el carácter esencialmente campes
ciencia social de la población rural se debe, principalmente, a
del empleo asalariado bajo las condiciones actuales del desarro
dependiente en América Latina:

Las condiciones que hemos observado nos permiten afi


luchas en el campo -incluso las de los asalariados- poseen
esencialmente campesino debido a la incapacidad del siste
dependiente de proveer empleo asalariado como altern
para la sobrevivencia económica. Por esta razón, los camp
trabajadores buscan refugio en la situación campesina (Ter

En otros términos, la inseguridad del empleo asalariado ob


ción rural a mantener sus vínculos con la tierra y a luchar po
de la forma de existencia campesina. Sin embargo, Terán llam
sobre el hecho de que existen grandes diferencias de concienc
de lucha entre las distintas capas de la fuerza de trabajo agr
que la conciencia social de los trabajadores calificados y más
los cuales tienen en general más seguridad de empleo y trabajo en
agrícolas capitalistas a gran escala, es más proletaria y que est
no aspiran a ser campesinos. Como los trabajadores urbanos, b
sus condiciones de vida organizándose en torno a la demanda
salarios y prestaciones adicionales (Terán, 1976: 33).
El estudio de Terán, entre otros, indica la necesidad de anali
dosamente las diferentes categorías de trabajadores y cam
encuentran en el campo latinoamericano, así como el potenc
rio de cada una de éstas. Quizás uno de los más destacados an
tema que se han llevado a cabo estos últimos años sea de Luisa
mostrado la complejidad de la estructura de clase en Méxi
diversas condiciones del empleo agrícola, las cuales dificultan
de los asalariados dentro de su situación de trabajadores expl
capital (Paré, 1977).
El análisis de Paré demuestra que la población rural semi-pr
que poseen o rentan tierra pero también dependen del em
tiene poco o ningún interés en organizarse para lograr mejore
diciones de trabajo. Ello se debe a que están dispuestos a acep
condiciones de trabajo inferiores, a cambio de un trabajo inter
les deje tiempo para el cultivo de la tierra. Ya que no les inter
de tiempo completo y de todo el año, están dispuestos a servir
obra barata para los capitalistas agrícolas. Son conscientes

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132 Investigación Económica

organizaran y exigieran salarios más elev


empleadores trajeran trabajadores migrator
derían así el ingreso que perciben de los ca
emigrar, ellos también a otros lugares de
hecho, es una práctica típica de parte de los
trabajadores migratorios para romper los es
de trabajo local (Pare, 1977: 227-228).
Según Paré, la naturaleza estacional y mig
fuerza de trabajo agrícola constituye otro f
en sindicatos u organizaciones políticas dur
Bajo estas circunstancias, el único tipo
colectivos son generalmente espontáneos y
que estos asalariados rurales sólo pueden org
de pequeños productores y de su dependen
consecuencias bastante contradictorias. P
pasivos en cuanto a su explotación como
particupar activamente en la lucha milit
tierras, agua, carreteras, etcétera. Paré not
existir en el caso de los trabajadores rurales
sus comunidades rurales, o que viven en co
empresa industrial en la cual trabajan. Así
lucha por mejores condiciones de trabajo y
están empleados, pero desempeñar un pape
comunidades rurales contra las autoridades o los invasores locales de tierras
(Pare, 1977: 226).
Al analizar las condiciones objetivas detrás de la identificación de la
población rural con la forma campesina de existencia social, Paré proporciona
un importante estudio de las posibilidades de movilización de los diferentes
elementos de la población rural hacia una dirección revolucionaria socialista.
Sin embargo, subraya, este tipo de análisis sólo puede tener un valor real si él
analista evita una aplicación mecánica de la teoría marxista a la situación
contemporánea de América Latina. Además, añade que:

Es responsabilidad del movimiento revolucionario y de la vanguardia


proletaria distinguir entre las diferentes capas de la población rural,
reflexionar sobre el significado ideológico de su demanda por la tierra, y
encontrar un modo de transformar estas demandas en una demanda
revolucionaria por la expropiación de todos los medios de producción.
Al mismo tiempo, es necesario evitar las posibles desolaciones sindica-
listas del sindicalismo agrario, y admitir que en sociedades eminente-
mente campesinas , no es posible tachar de un plumazo los millones que
integran la pequeña burguesía rural y que están sometidos al proceso de
proletarización o por lo menos de pauperización, particularmente cuando
no tienen posibilidad de acumulación (Paré, 1977: 233).

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El marxismo y la cuestión agraria en América Latina 133

Pare recuerda a la izquierda que el compromiso militante de las


rurales en los movimientos revolucionarios casi siempre ha estado
sus demandas por la tierra, más que en sus intereses como asalaria
las recientes tomas de tierra en México han sido llevadas a cabo po
rurales hambrientos de tierras, radicalizados por sus condiciones
adversas y por su incapacidad de sobrevivir a través de su empleo
únicamente. Estos hechos de por sí constituyen un argumento i
contra el pernsamiento estereotipado, según el cual la demanda po
es considerada reaccionaria y pequeño burguesa, y la condición d
pendiente del empleo asalariado supuestamente indica una concie
se proletaria (Paré, 1977: 232).
Los esfuerzos de Luisa Paré por examinar el carácter complejo
dictorio de la sociedad agraria, tanto como los intentos similares
otros marxistas contemporáneos, demuestran que debe prestarse
atención al carácter heterogéneo de la población rural de latinoa
a las condiciones bajo las cuales las clases rurales explotadas pueden ser
movilizadas para luchar, junto con el proletariado urbano, para derrocar el
orden capitalista existente y establecer el socialismo.

La relación entre la teoría y la práctica

A guisa de conclusión es importante reconocer la relación entr


marxistas de la realidad social de la América Latina rural, en par
la interpretación teórica de esta realidad, y la práctica social de
ciones y grupos revolucionarios. Desde una perspectiva marxist
de la teoría es que "funcione" en la práctica, es decir interpret
éxito la transformación de la realidad. Marx lo puso claro en sus
Feuerbach , donde afirma que "en la práctica el hombre debe c
verdad, es decir, la realidad y la fuerza, la filiación (Diesseitigkei
samiento, "y que las cuestiones teóricas encuentran su solución e
humana y en la comprensión de esta práctica" (Marx y Engels, 1
Como lo demuestran Florencia Mallon y Cristóbal Kay, tanto la
ción teórica como el análisis de la estructura de clase, de las form
ducción y de la conciencia de clase de la población rural en Am
están directamente relacionados con la lucha de clases. De hecho,
mas con los cuales se enfrentan quienes luchan contra el orden e
lugar a cuestiones y problemas teóricos de análisis marxista
práctica involucrada en la lucha continua por la transformación
ria de América Latina muestra hasta qué punto las interpretacio
existentes de la realidad social son válidas o erróneas. Así, las dif
ahora existen entre los marxistas comprometidos en el análisis
agrario serán reducidas en la práctica social de los grupos y mo
involucrados en la lucha revolucionaria; esta última demostrará
invalidez de las diferentes interpretaciones y suposiciones teóric
hoy en día por intelectuales y activistas políticos marxistas.

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