Poesía en América, América en la poesía

La primera ponencia que se llevó a cabo fue el análisis del elemento del ‘‘mar’’ en la
poesía de la escritora Alfonsina Storni. Se empieza haciendo hincapié en la
revaloración de la mujer en la Literatura como un acto feminista donde la imagen de
las escritoras son las que resaltan. Luego se pasa al análisis del elemento ya
mencionado en su poesía. Este elemento natural se dice que es uno de los más
fundamentales e importantes que aparece de forma asidua en diversos poemas de la
autora.

La poetisa se refiere al mar como un ser o un ente que tiene vida propia y, por ende,
tiene cualidades y características relativas al ser humano. Verbigracia: ‘‘Mar dormido’’,
entre otras más que se hallan en sus diversas obras. El mar es un ser viviente,
además también representa un aspecto fúnebre, el final de la vida al acabar en el mar.

No solo eso, sino también el mar, como rasgo simbólico, podría representar la
salvación ante el hecho de la muerte. La única forma de sobrevivir a este inexorable
estado es uniéndose al mar. Por eso, la ponente explica cómo se mantiene el deseo
de ser como el mar, pertenecer al mar y ser uno con él. Tener un aspecto fuerte,
indomable y dejarse llevar por el viento.

La segunda ponencia tuvo como tema central la reivindicación de la poesía femenina.

En este caso se tomará a la poeta Eunice Odio como autora a estudiar, ya que dentro
de su poesía se manifiestan aspectos de revaloración femenina, en su poemario ‘‘Los
elementos terrestres’’.

Esta forma de escribir de la poetisa Eunice nos muestra un ángulo diferente de la vida,
para ser específicos, su obra contiene aspectos eróticos, así que nos muestra otra
forma de ver estas situaciones apasionadas. Ya no será el típico caso del varón,
desde la perspectiva masculina y tosca, sino también se colocará a la mujer como
referencia de todo lo que puede experimentar en ese momento, de este modo el varón
solo toma el papel de ser pasivo.

Se puede apreciar todo lo que sucede en este acto erótico, pero desde el punto de
vista femenino. Esto de por sí ya es una forma de protesta ante lo establecido.
Siempre te toma al varón como el narrador y se cuentan las experiencias de este en el
momento, pero esta obra da un giro totalmente diferente. La mujer es quien ahora
experimenta, disfruta, vive y te lo cuenta. No se le da tanta importancia al varón, sino
solo breves descripciones.

Además de revalorar a la mujer, es una forma de romper con los esquemas y

prejuicios sociales sobre las féminas, considerándolas de seres que tienen que
mantenerse ‘‘puros’’, ‘‘virginales’’. Que ellas no pueden experimentar este tipo de
cosas. Esto persiste hasta en nuestros tiempos, idea que debería ser eliminada por
completo, ya que la mujer también tiene derecho a decir lo que siente y narrar sus
placeres sexuales, los varones no somos los únicos que disfrutamos, sino también las
mujeres y eso uno nunca lo toma en cuenta y lo ve como si fuera negativo.