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HECHOS
TEXTO COMPLETO:
Cuestiona la validez de la ley local, toda vez que vulnera --según dice-- el "Tratado del
Río de la Plata y su Frente Marítimo", celebrado con la República Oriental del Uruguay
--ratificado por la ley nacional 20.645--, en tanto permite alterar y modificar los límites
de la costa argentina, sin respetar lo prescripto por los arts. 17 y 22 de dicho acuerdo
internacional, que someten cualquier decisión al respecto a la Comisión
Administradora Mixta --formada por miembros de ambos países-- violándose así, a su
entender, el art. 31 de la Constitución Nacional.
Agrega que, dada la importancia que la prevención del daño ambiental reviste en la
actualidad, es necesario ampliar la legitimación procesal a los ciudadanos --como la
actora-- y a las entidades no gubernamentales, para que tengan acceso a la jurisdicción
en los casos de intereses simples o difusos, sin requerir la producción de un daño
concreto y cierto, ni acreditar la afectación de un derecho individual; a todo ello, a
efectos de evitar que no se modifique, destruya o altere su hábitat.
II. Cabe recordar, ante todo, que la Corte en reiteradas oportunidades ha dicho que su
competencia originaria en razón de la materia procede en la medida en que la acción
entablada se funde directa y exclusivamente en prescripciones constitucionales de
carácter nacional, en leyes del Congreso o en tratados con las naciones extranjeras, de
tal suerte que la cuestión federal sea la predominante en la causa (Fallos: 115: 167;
122: 244; 292:625 --La Ley, 1976-A, 267--y sus citas; 311:1588; 1812 y 2154; 313:548,
entre muchos otros).
En el "sub lite", según los términos de la demanda --a cuya exposición de los hechos
corresponde atender de modo principal para determinar la competencia, según el art.
4° del Cód. Procesal Civil y Comercial de la Nación y doctrina de Fallos: 306:1056;
308:229; 312:808; 314:417 y 668-- la actora ha puesto en tela de juicio la ley 11.366 de
la provincia de Buenos Aires porque --a su modo de ver-- sería contraria de cláusulas
constitucionales --arts. 31 y 67 inc. 14-- y de convenio internacional --el "Tratado del
Río de la Plata y su Frente Marítimo", ratificado por la ley nacional 20.645--. Por ello,
entiendo que cabe asignar manifiesto contenido federal a la materia del pleito, toda
vez que la causa se encuentra entre las especialmente regidas por la Constitución
Nacional a las que alude el art. 2° inc. 1° de la ley 48 (Fallos: 311:1900 y 2154).
Ellos, sin abrir juicio --por el momento-- respecto del cumplimiento, en la especie, de
los presupuestos de viabilidad de la acción que se intenta (art. 322, Cód. Procesal). --
Julio 26 de 1994. -- María Graciela Reiriz.
3. Que en hipótesis como la del "sub lite", en las que se pone en tela de juicio
cuestiones concernientes al derecho público local, el litigio no debe ventilarse en la
instancia originaria de este tribunal, ya que el respeto de las autonomías provinciales
requiere que se reserve a sus jueces el conocimiento y decisión de las causas que, "en
lo sustancial", versan sobre aspectos propios del derecho provincial, dictado en uso de
las facultades reservadas de la provincias (arts. 121, 122 y 124, actual Constitución
Nacional).
4. Que resulta propicio recordar que la materia y las personas constituyen dos
categorías distintas de casos cuyo conocimiento atribuye la Constitución Nacional a la
justicia federal. En uno y otro supuesto dicha jurisdicción no responde a un mismo
concepto o fundamento. En el primero lleva el propósito de afirmar atribuciones del
gobierno federal en las causas relacionadas con la Constitución, tratados y leyes
nacionales, así como las concernientes a almirantazgo y jurisdicción marítima. En el
segundo procura asegurar, esencialmente, la imparcialidad de la decisión, la armonía
nacional y las buenas relaciones con los países extranjeros (arts. 116, 117 y 127,
Constitución Nacional, confr. Fallos: 311: 489 --La Ley, 1988-E, 61--).
Son los jueces provinciales quienes deben expedirse al respecto, ya que es imposible
examinar el planteo efectuado sin pronunciarse sobre cada una de las disposiciones en
virtud de las cuales el poder legislativo provincial aprobó el acuerdo al que se hace
referencia (arg. Fallos: 122:242; 306:1310; 311:1588).
6. Que a pesar del intento efectuado por la actora para justificar la jurisdicción
originaria de esta Corte, sobre la base de la cuestión federal que propone, resulta claro
que no es esa la predominante en la causa, sino la ambiental al que en forma extensa
desarrolla en los capítulos 3 y siguientes del escrito inicial. En efecto, es la misma
interesada la que expone que el objetivo para interponer esta acción no es otro que "el
imperio de la ley, y dentro de ella la defensa de la vida, su orden natural y su evolución
constante que siendo "universales y absolutos" no admiten ser transgredidos a
voluntad de intereses sectarios" (ver fs. 51 vta.); para más adelante agregar que "se
han comenzado a cometer y se cometerán, severas alteraciones sustanciales del
ecosistema imperante en la Ribera Bonaerense y demás zonas lindantes y confluentes,
que conforme se describirán en más, burlan elementales derechos de los
conciudadanos que viven y pululan en la zona demarcada por el plan a desarrollar por
el proyecto aprobado por la ley 11.366" (fs. 51 vta. quinto párrafo).
7. Que ello trae aparejado que sean las autoridades administrativas y judiciales del
Estado de la provincia de Buenos Aires las encargadas de valorar si la obra proyectada
afecta aspectos tan propios del derecho provincial, como lo es todo lo concerniente a
la protección del medio ambiente. En efecto, corresponde reconocer en las
autoridades locales la facultad de aplicar los criterios de protección ambiental que
consideren conducentes para el bienestar de la comunidad para la que gobiernan,
como asimismo valorar y juzgar si los actos que llevan a cabo sus autoridades, en
ejercicio de poderes propios, afectan el bienestar perseguido. Tal conclusión cabe
extraerla de la propia Constitución, la que, si bien establece que le cabe a la Nación
"dictar las normas que contengan los presupuestos mínimos de protección", reconoce
expresamente las jurisdicciones locales en la materia, las que no pueden ser alteradas
(art. 41, párr. 3°, Constitución Nacional).
10. Que tampoco surge en el caso la competencia en razón de las personas, ya que --
más allá de la dudosa legitimación que invoca la actora y que ella misma pone en tela
de juicio (ver fs. 51 tercer párrafo)--, este tribunal intepretando la Constitución
Nacional... ha respetado el admirable sistema representativo federal que es la base de
nuestro gobierno, pues si bien ha hecho justiciable a las provincias ante la Nación en
los casos en que por tratarse de un extranjero, o de un vecino de otra provincia, es
necesario, por imperio de la jurisdicción nacional, eliminar la más lejana sospecha de
parcialidad o de afectar las relaciones exteriores conforme a los enunciados del
Preámbulo, jamás ha descuidado la esencial autonomía y dignidad de las entidades
políticas por cuya voluntad y elección se reunieron los constituyentes argentinos, y
cuyas facultades están claramente consignadas en los arts. 67 inc. 11 y 104 y sigtes. de
la Carta Fundamental de la República. Si, so capa de un derecho lesionado, o no
suficientemente tutelado o garantido, la Corte pudiera traer a juicio a sus estrados, a
todos los actos administrativos, legislativos o judiciales de las provincias, según el
régimen unitario el imperante y no el federal que menciona el art. 1° (arg. Fallos:
236:559 --La Ley, 87-326--).
11. Que, en su caso, el art. 14 de la ley 48 consolidará la verdadera extensión de la
jurisdicción provincial y preservará el singular carácter de la intervención de este
tribunal, reservada para después de agotada la instancia local (arg. Fallos: 311:2478).