Vous êtes sur la page 1sur 57

APRENDIENDO A PERDONAR

Reservado todos los derechos.

Queda prohibida la reproducción total o parcial

de esta obra sin la debida autorización del editor.

Copyright by Editorial Vida Alternativa C.A.

Depósito Legal: if25220021502846

ISBN: 980-07-8596-5

Diagramación: Hermary Castellanos

hermarycastellanos@hotmail.com

Editorial VIDA ALTERNATIVA C.A,


ÍNDICE

Introducción...................................................5

Aprendiendo a perdonar....................................7

El Perdón es para Tí........................................10

Los 3 pasos para Perdonar...............................12

El Perdón: La llave de la elicidad......................16

Vengarse o Perdonar, he ahí el ilema................19

Perdonar para ser exitoso................................22

La Biblia y elperdón........................................25

Libérese del rencor.........................................31

Cómo Perdonar..............................................35

Los beneficios del perdón................................38

La energía del perdón.....................................41

Visualización..................................................43

Afirmaciones para el perdón ...........................45

¿Por qué perdonar? .......................................47

El Autor.........................................................50
“El perdón es una acción consciente para limpiar y
cambiar un pensamiento, una emoción o un sentimiento que
aliena la comunicación con nuestra esencia. El perdón nos
hace libres pues, cuando nos perdonamos y perdonamos a
los demás, dejamos de necesitar escondites y disfraces para
ocultar la culpa y la vergüenza que sentimos por haber
decidido pensar que somos víctimas indefensas o
implacables victimarios de los demás”.

Viola Edward
INTRODUCCIÓN

Actualmente el planeta está pasando por una gran


transformación. Hay conflictos en todas partes,
principalmente dentro de nosotros mismos. Estamos
viviendo un momento histórico en la humanidad. Algunas
escrituras hablan del final de los tiempos, ¿qué significa
esto?, ¿acaso se va acabar el mundo? Me inclino a pensar
que los planes de Dios son otros.

¿Por qué llegamos a la situación en que estamos? Hay


muchas razones, pero yo creo que la falta de perdón, el
orgullo, rencor, resentimiento, miedos, rabias...han
contribuido. La conducta basada en estas emociones nos ha
llevado a un bajo nivel de conciencia y debido a esta
estrechez mental actuamos de forma egoísta y negativa.

Siempre digo en mis charlas y talleres: Hay tres maneras


de aprender; escuchando, viendo y llevando golpes. La
mayoría de nosotros elegimos la tercera opción. No es la
más placentera, pero en muchos casos es muy efectiva. La
vida es una gran escuela, y estamos aquí para aprender,
parar crecer, porque una cosa es cierta: si no cambiamos
nuestra actitud, nada cambiará en nuestro entorno.

El cambio de conciencia es crucial para la humanidad, ha


llegado la hora de elevar la rata vibratoria del planeta, es
momento de dar un salto quántico en nuestra evolución, es
momento de iluminarse espiritualmente.
Hay muchos caminos, el perdón es uno de ellos. Cuando
aprendamos a perdonar a nuestro hermano y a nosotros
mismos, ya no habrá necesidad de atacar ni defenderse de
nada. Ya no habrá juicios ni condenaciones, seremos libres,
tendremos paz, podremos vivir todos en el mismo planeta
bajo el mismo sol, con los mismos derechos, con igualdad,
con fraternidad y amor.

El perdón es una bendición, es un regalo que nos ha


dado Dios para que con él podamos aliviar un poco nuestra
carga. Muchas escrituras dicen lo mismo: Perdona y serás
perdonado. Que sería lo mismo decir: perdona y serás
liberado de toda culpa o deseo de venganza; perdona y deja
partir el pasado de tu vida; perdona y sé feliz…

La principal razón para perdonar es, ser feliz. Qué


ganamos llevando por la vida una “mochila” llena de odio,
rencor, resentimiento, etc…, solamente ganaremos una
existencia muy triste, además de las enfermedades que
todas esas emociones negativas pueden generar.

El perdón es una herramienta que se puede aprender a


utilizar, eso mismo, el perdón se aprende. Esa es la idea de
este libro, lo escribí para que puedas poner en práctica las
herramientas que aquí exponemos y puedas lograr en tu
vida los cambios que estás buscando.
APRENDIENDO A PERDONAR

Sobre el tema del perdón, aunque se ha dicho mucho,


siempre podemos aprender algo nuevo.

Hace 2.000 años Jesús, con su sabiduría infinita, vino a


mostrarnos profundas enseñanzas sobre la forma de vivir en
armonía y en paz y si miramos con agudeza sabremos que
todas están basadas en el perdón.

Jesús fue, y sigue siendo el gran maestro del perdón.


Dedicó su vida en difundir un mensaje lleno de amor.
Muchos son los que han desvirtuado su mensaje, pero eso
no cambia la intención con la cual él nos la entregó. Más
adelante veremos algunos ejemplos en la Biblia.

Según el diccionario, perdonar significa “la acción de


detener sentimientos de ira en contra de alguien por
agravios cometidos”. Es cierto, pero cada quien puede definir
el perdón de forma muy particular: liberación, paz interior,
felicidad, armonía, autoestima... Son muchas las palabras
que podemos utilizar para expresar la experiencia del
perdón.

Perdonar es una demostración de amor. Cuando


decidámos dejar partir el pasado y ser felices en el
presente, cuando decidámos reconocer que todos somos
hijos de Dios, y por lo tanto impecables, entonces
estaremos listos para perdonar.
Ahora, ¿qué pasa cuando no perdonamos? La falta de
perdón nos ata, nos encadena a las personas, o al pasado, lo
que nos impide vivir en el presente con plenitud, con alegría.

Aunque para muchos perdonar puede no ser tan sencillo,


en el fondo si lo es. Es sólo cuestión de una decisión que
puede transformar la vida de quien la asume. Muchas veces
nos cuesta perdonar por el hecho de no tener muy claro lo
que es el perdón, o pensar que el perdón es sólo un
concepto, pero va mucho más alla de eso. Por ejemplo:
Perdonar no significa que estemos de acuerdo con lo que
pasó y dejar de darle importancia a lo que sucedió, ni darle
razón a alguien que nos lastimó. Simplemente significa dejar
de lado aquellos pensamientos negativos que aparecen
acerca de alguien o algo que nos causó dolor. Otra cosa que
es muy importante saber es que perdonar no significa
olvidar, significa recordar sin dolor, sin amargura. Cuando tu
dices: Ah, si...yo perdono pero no olvido. Es cierto. Nosotros
tenemos una memoria y seguramente no vamos olvidar
facilmente algo que ha marcado nuestra vida.

Si tienes dificultad para perdonar empieza por aquí:


contesta estas preguntas: ¿Con qué cosas estás resentido?
¿A quiénes no puedes perdonar? ¿Cómo te beneficiaría el
acto de perdonar? ¿Qué pasos podrías dar hoy para empezar
a perdonar?

Al respondernos con sinceridad estas preguntas,


estaremos dando un gran salto en nuestro proceso, porque
el primer paso para poder perdonar es reconocer nuestras
debilidades, nuestros errores y defectos, saber que estamos
aquí para aprender y que la vida es una escuela, que
podemos cambiar nuestro futuro, sacando las lecciones del
pasado para vivir en el presente más conscientes.

Conciliar el pasado con el presente nos permite


aceptarnos, pues si no podemos aceptar el pasado, que hace
parte de nosotros, no podremos aceptarnos, si odiamos
nuestro pasado, nos odiamos a nosotros mismos.

Así que no esperes a que te pidan perdón, no esperes a


que sea el otro quien tome la iniciativa. Eso puede demorar
años y cuanto más tiempo se odia, más tardan las heridas
en curarse. El mejor momento para empezar a perdonar es
ahora. Y como dice el dicho popular: “No dejes para mañana
lo que puedes hacer hoy”.

“Perdonar es el valor de los valientes. Solamente aquel


que es bastante fuerte para perdonar una ofensa, sabe
amar.”

Mahatma Gandhi
EL PERDÓN ES PARA TÍ

Muchos de nosotros queremos resultados rápidos,


queremos resolver nuestros problemas en un dos por tres.
Pero cuando se trata de nuestros sentimientos, de nuestra
programación, de nuestras emociones, tenemos que tener
un poco de paciencia. Seamos realistas, no vamos cambiar
20, 30, 40, años, de la noche a la mañana. Eso no significa
que no haremos nada al respecto, al contrario, trabajaremos
con ahínco para que, poco a poco, vayamos transformando
nuestras vidas.

Yo pienso que vale la pena, no importa el tiempo. Para


unos puede ser más rápido que para otros, pero lo
importante es ir dando paso tras paso, hasta lograr el
objetivo: ser mejores personas y de esa manera, hacer que
nuestro mundo sea un lugar agradable para vivir.

Siempre recuerda esto: el perdón es para ti, no para la


persona que te causó dolor, la herida la llevas tú en tu
pecho, aunque la otra persona también se beneficia con tu
perdón. Cuando decidimos perdonar recuperamos el poder
que habíamos perdido tornándonos víctimas de nuestro
agresor, y cuando nos apropiamos de esa fortaleza interna
ya no necesitamos jugar el juego de víctima y victimario, ya
no necesitamos echar la culpa a los demás, sencillamente
porque nos hacemos responsables de nuestros sentimientos.
Por lo tanto, perdonar es un acto de amor hacia nosotros
mismos, consecuentemente es también un acto de amor
para los demás.

Observa a un niño; está lleno de amor, de pureza e


inocencia, el perdón es innato en él. Cuando éramos niños
también teníamos esas características, pero con el pasar de
los años nos olvidamos de quien realmente somos, los
perfectos hijos de Dios. Nuestra esencia sigue ahí, nunca la
perdimos. El perdón nos ayuda a recordar quien somos, nos
conecta con nuestro niño interno, con nuestra divinidad y
con la divinidad del otro.

Nuestro trabajo aquí es rescatar esa conexión con


nuestra esencia, ¿cómo? Aprendiendo a Perdonar, dejar que
el perdón entre en nuestras vidas. Dejar partir la rabia y el
resentimiento, porque si permitimos que permanezcan
dentro de nosotros y en la medida que alimentamos esas
emociones se trasforman en odio, y entonces se hace más
difícil soltarlas.

El perdón es una poderosa herramienta, que si estamos


dispuestos a usarlo, nuestra vida cambiará completamente,
nada volverá a ser como antes, el pasado se quedará atrás y
ya no le daremos poder para destruir nuestro presente.

El perdón se aprende, y todo depende de en cual medida


estemos dispuestos a perdonar. De nada sirve si tu dices de
la boca para afuera: “Ah.. ok, yo lo voy a perdonar…” o,
“Está bien, te perdono”, si en el fondo no perdonas. El
perdón para ser efectivo tiene que ser hecho de corazón, con
la firme certeza que el mayor beneficiario serás tú mismo. Es
muy dañino llevar una herida por mucho tiempo, muchas
enfermedades son causadas por la falta de perdón. Se ha
demostrado científicamente que el perdón mejora la calidad
de vida de quien lo practica. Hay muchos beneficios:
aumenta la autoestima, te da esperanza, te hace una
persona más abierta, y seguramente mejora las relaciones
personales.
LOS 3 PASOS PARA PERDONAR

Para mí hay tres pasos fundamentales que tenemos que


dar si estamos dispuestos a perdonar: 1) Reconocer que
estamos heridos; 2) Sentir compasión por nuestro agresor;
3) Tomar la decisión de Perdonar

1- Reconocer que estamos heridos, y que la herida


la llevamos nosotros.

Tenemos la tendencia de poner la culpa en los demás por


las cosas que nos pasan a nosotros: “yo me siento así
porque fulano me hizo tal cosa…” “todo lo que me pasó es
por tu culpa...”, etc. Para algunas personas puede ser difícil
entender que nosotros somos los responsables por las
situaciones, tanto agradables como desagradables, que nos
ocurren. Nosotros atraemos las experiencias que nos toca
vivir para crecer y aprender algo que seguramente la
tenemos como una materia pendiente, tal como en la
escuela, para pasar de grado tenemos que aprender las
lecciones…

Por lo tanto tenemos que tomar conciencia que si una


herida no es curada a tiempo puede empeorar con el pasar
de los años, por eso la principal razón para perdonar es
sentirnos bien, estar en paz.

Cuando tomamos conciencia de la causa de nuestro


resentimiento o dolor es mucho más fácil deshacerse de él.
Pero muchas veces la verdadera causa no está en el hecho
que podría parecer el causante del dolor, eso podría ser sólo
un detonante, la causa podría estar mucho más atrás, como
por ejemplo alguna experiencia traumática en la infancia.
Cuanto más ahondamos dentro de nosotros mismos más nos
conoceremos y más fácil será encontrar las respuestas que
buscamos.

Hagamos el siguiente ejercicio:

Toma lápiz y papel y escribe (es muy importante que


escribas, porque estarás usando casi todos tus sentidos):

- Alguien a quien quiero perdonar es……………………………..…

- El motivo por el cual lo quiero perdonar es por


qué…………………………..

- Lo que gano guardando resentimiento


es……………………….

- Lo que gano perdonando es…………………………

- Cómo me siento perdonando a…………….

Puedes ser creativo e inventar tus propias frases.

Al terminar de escribir, toma unas cuantas


respiraciones… estírate… relájate…, no intentes analizar o
buscar explicaciones sobre lo que has hecho, simplemente
siente. Muchas veces el intelecto busca razonamientos, que
de verdad, cuando estamos trabajando con nuestras
emociones, no sirven para nada, más bien estorban.

Así que, date el permiso de sentir, lo que sea…


2-Sentir compasión, ver al agresor como un ser
humano, reconocer al perfecto hijo de Dios que es y
tratar de comprender lo que le llevó a causar daño.

Esto no significa sentirse superior y con derecho a juzgar


y culpar porque sería caer en un círculo vicioso. Significa
simplemente en aceptar el orden divino de las cosas. Dios, o
el Universo, o como lo quieras llamar, nos “utiliza” a
nosotros para sus fines. Recuerda que la vida es una
escuela, y las situaciones que atraemos siempre son
bendiciones.

El hecho de que puedas aceptar el orden divino y


reconocer al hijo de Dios en el agresor, no quiere decir que
tengas que estar de acuerdo con sus acciones, una cosa no
tiene nada que ver con la otra. El tema importante aquí son
nuestros sentimientos, no la historia que haya sido la causa
de nuestro dolor, podemos pasar toda una vida recordando
el hecho en sí y olvidándonos de lo que ese acontecimiento
nos produce. Vuelvo a repetir: lo más importante son
nuestros sentimientos, no las anécdotas.

Trata de comprender la causa de la actitud de la persona


que te ha hecho daño. Yo sé que es difícil aceptar a las
personas, pero te repito que “no somos nuestras acciones”,
además, todos cometemos errores, y por más grave que
haya sido el agravio, todos merecemos el perdón.
3) Tomar la decisión de Perdonar

El fraile dominico Henry Lacordaire dijo: “¿Quieres ser


feliz por un instante? Véngate. ¿Quieres ser feliz para toda la
vida? Perdona”. Así que perdonar es la decisión más
inteligente que podemos tomar. ¿Qué ganamos perdonando?
Son muchas las ganancias: Paz interior; salud física y
mental; incremento de la autoestima; relaciones exitosas, e
incluso podría mejorar tus finanzas, pero…¿qué tiene que ver
el perdón con el dinero? Muchísimo, el perdón tiene que ver
con todos los aspectos de nuestra vida. Al perdonar te
vuelves una persona con más energía, con más creatividad,
ya no pierdes tu tiempo en trivialidades, aunque para ti
puede parecer importante estar enganchado con tu
resentimiento. Diciendo eso no quiero desmerecer los
sentimientos de nadie, pero esa es la verdad. Malgastamos
demasiada energía en cosas que no valen la pena. No vale la
pena cargar por 10, 20 o 30 años una mochila cargada de
“papas podridas”, es demasiado. Cuanto más liviano
estemos, mejor. Nuestro paso por ésta vida será más
gratificante.

Por lo tanto, no esperes más. Decide hoy mismo a


perdonar. Empieza por ti mismo. Perdónate, y luego perdona
a los demás.
“La felicidad yace en la habilidad de perdonar el pasado y
disfrutar el presente. Cuando la puerta de la felicidad se
cierra, otra se abre... Pero a menudo nos quedamos mirando
tanto tiempo la puerta cerrada que no vemos la que ya se ha
abierto para nosotros."

Helen Kéller
EL PERDÓN: LA LLAVE DE LA FELICIDAD

En el libro “Un Curso de Milagros”, en la lección 121 dice


que el perdón es la respuesta a nuestra búsqueda de paz, es
el camino que conduce a la felicidad. También dice
textualmente que ocurre cuando no perdonamos: “La mente
que no perdona vive atemorizada, y no le da margen al
amor para ser lo que es ni para que pueda desplegar sus
alas en paz y remontarse por encima de la confusión del
mundo. La mente que no perdona está triste, sin esperanzas
de poder hallar alivio o liberarse del dolor. Sufre y mora en
la aflicción, merodeando en las tinieblas sin poder ver nada”.

“La mente que no perdona vive atormentada por la duda,


confundida con respecto a sí misma, así como con respecto a
todo lo que ve; atemorizada y airada. La mente que no
perdona es débil y presumida, tan temerosa de seguir
adelante como de quedarse donde está, de despertar como
de irse a dormir. Tiene miedo también de cada sonido que
oye, pero todavía más del silencio; la oscuridad la aterra,
mas la proximidad de la luz la aterra todavía más. La mente
que no perdona no ve errores, sino pecados. ¿Qué puede
percibir la mente que no perdona sino su propia
condenación? ¿Qué puede contemplar sino la prueba de que
todos sus pecados son reales?”

Muchas veces nos negamos a perdonar a quien nos


cometió un agravio por estar aferrados a tener la razón.
Pensamos: “Como lo voy a perdonar si fue él quien me hizo
daño, él es quien tiene que venir a disculparse, mientras eso
no ocurra no lo perdonaré jamás”. El mismo Curso de
Milagros dice: “Qué prefieres ¿tener la razón o ser feliz?”

El hecho de aferrarse a tener la razón puede causarnos


mucho daño. Nos quita la gran oportunidad que tenemos
para ser felices.

La felicidad sólo depende de nosotros, es una actitud


ante la vida. Podemos elegir dejar de tener la razón y ser
feliz aquí y ahora, o seguir tercamente enganchados en el
orgullo, y pasar por la vida de una forma miserable e infeliz.

Hay los que no perdonan porque dicen que este acto


solamente le corresponde a Dios; “quien soy yo para
perdonar”. Con toda certeza les puedo asegurar que Dios no
perdona a nadie por la sencilla razón que Él no ve
pecadores, no ve prostitutas, ladrones, asesinos, sólo puede
ver lo que Él creó. Dios no juzga ni condena a nadie.

Muchas escrituras están de acuerdo en que Dios es


amor, por lo tanto si nosotros somos hechos a imagen y
semejanza de Dios no podemos ser menos que amor.
Entonces, ¿qué es lo que ve Dios en sus hijos? Amor, la
única verdad de lo que realmente somos, lo demás es
creación del ego. Nosotros si vemos prostitutas, ladrones,
asesinos, juzgamos, criticamos y condenamos a nuestros
hermanos y a nosotros mismos.

El perdón es un regalo que nos ha dado el Universo, una


herramienta purificadora, y citando nuevamente el Curso de
Milagros: “El perdón es la respuesta a nuestra búsqueda de
paz, es el camino que conduce a la felicidad”
“El perdón es la llave de la felicidad. Despertaré del
sueño de que soy mortal, falible y lleno de pecado, y sabré
que soy el perfecto Hijo de Dios”.

Un Curso de Milagros
VENGARSE O PERDONAR: HE AHÍ EL DILEMA

Cuenta la historia que hubo cierta vez un maestro muy


sabio quien queriendo enseñar algo acerca del perdón le
pidió a sus alumnos que llevasen a la próxima clase papas y
una mochila.

Ya en clase el maestro le pidió a sus alumnos que


guardaran en la mochila una papa por cada persona a la que
le guardasen resentimiento y que escribieran su nombre en
ella. Como te puedes imaginar algunas mochilas eran
realmente pesadas.

El ejercicio consistía en que durante una semana los


alumnos deberían llevar a todos lados esa mochila cargada
de papas.

Naturalmente la condición de las papas se iba


deteriorando con el tiempo.

El fastidio de acarrear la mochila en todo momento


demostró claramente el peso espiritual que cada uno
cargaba a diario y mientras ponían la atención en ella para
no olvidarla en ningún lado desatendían cosas que eran más
importantes.

La moraleja es que todos tenemos papas pudriéndose en


nuestra mochila.

Pagamos a diario un precio muy alto por mantenernos en


el dolor, en el resentimiento y la negatividad. No dormimos
bien, tenemos baja la autoestima, nos estresamos, nos
enfermamos, en fin, no tenemos paz.
La falta de perdón es como un veneno que tomamos en
un cuenta gotas a diario y que finalmente nos termina
envenenando. Muchas enfermedades son causadas por la
falta de perdón. Personas que pasan 20, 30 años resentidos
con un hermano, la esposa, un jefe... terminan sus días en
la cama de un hospital dónde muchas de las veces se niegan
a perdonar: “Jamás lo perdonaré por lo que me hizo, aunque
me muera...” y se mueren llevando a la tumba todo el
resentimiento, odio, dolor, rabia...y en la próxima vida,
empieza todo otra vez.

Creo que el orgullo es la peor enfermedad que tiene el


ser humano. La incapacidad para reconocer los errores
(tanto de uno mismo como de los demás) y la terquedad,
son los principales obstáculos para poder perdonar.

Muchas veces pensamos que el perdón es un regalo para


el otro sin darnos cuenta que los principales beneficiados
somos nosotros mismos. Recuerda que la herida la llevamos
nosotros en nuestro pecho.

Otras veces no perdonamos para vengarnos de la


persona que cometió un agravio en contra de nosotros: “No
lo perdonaré para que sufra toda su vida”, y resulta que
quien sufre con esa forma de pensar somos nosotros.
Recuerda lo que dijo el fraile dominico Henri Lacordaire:
"¿Quieres ser feliz un instante? Véngate. ¿Quieres ser feliz
toda la vida? Perdona".

Por lo tanto mi querido lector, qué eliges; ¿Ser feliz por


un instante, o por toda la vida? Tu decides.
"No es necesario que sepas cómo perdonar. Sólo es
necesario estar dispuesto a hacerlo. De todo lo demás se
ocupará el Universo”

Louise L. Hay
PERDONAR PARA SER EXITOSOS

Siempre ha sido importante para nosotros sentirnos


exitosos, ya sea en el trabajo, en las relaciones, en las
finanzas, etc. Pero, ¿qué tiene que ver el éxito con el
perdón? Muchísimo. La persona que no perdona no puede
ser exitosa en un cien por ciento, aúnque tenga una relación
estable o un buen empleo, pero si está llena de rencor y
resentimiento, no disfrutará de lo que tiene, nunca podrá ser
feliz y por consiguiente no será totalmente exitosa.

El verdadero éxito consiste en vivir cada instante a


plenitud, ser feliz y estar en paz consigo mismo y con los
demás, y para lograr este estado de SER, tenemos que
hacer uso de esta maravillosa herramienta que es el perdón,
para liberarnos de las cargas del pasado y poder permanecer
en el aquí y ahora, con sus altos y bajos, y estar alerta para
las trampas del ego.

He notado que la mayoría de las personas exitosas que


conozco tienen la capacidad de resolver rápidamente sus
diferencias, han aprendido a perdonar, y muchas lo han
hecho de manera autodidacta, sin haber leído un libro. Estas
personas han entendido la importancia de vivir el presente y
desengancharse del pasado, han entendido que la paz
interior es un requisito básico para ser próspero y exitoso.
La prosperidad y el éxito son un estado de conciencia que
sólo se alcanza cuando entendemos la realidad de la
creación, cuando nos liberamos de las ilusiones del ego y
cuando aprendemos a perdonar.

Indudablemente, todos tenemos derecho al éxito, pero


¿por qué unos lo logran y otros no? ¿Es cuestión de buena
suerte? Por supuesto que no. Hay varios factores inhibidores
del éxito; el trauma del nacimiento, la crianza, el entorno,
entre otros (este tema lo tratamos más detalladamente en
mi libro pero todos ellos pueden ser transcendidos y
superados a través del perdón.

Las personas buscan desesperadamente el éxito fuera de


ellas, ahí nunca lo van a encontrar. El éxito, la prosperidad,
la paz interior, en fin, la felicidad, reside dentro de nosotros.
El perdón es una herramienta que nos ayuda a encontrar
este camino. Hagamos uso de él.
“El perdón es una corrección interna que aligera el
corazón. Se dirige en primer lugar a la paz de nuestra
mente. Si estamos en paz, tendremos paz para dar a los
demás y ése es el don más permanente y valioso que
posiblemente podamos dar”.

Gerald G. Jampolsky
LA BIBLIA Y EL PERDÓN

Puedo Afirmar, con toda certeza, que la Biblia es uno de


los textos sagrados más grandes que tiene la humanidad. Es
un manantial de sabiduría. Escrito intencionalmente en
forma de parábolas para hacer que quien la lea, reflexione y
pueda entender el mensaje que hay detrás de las palabras.

Justamente ese ha sido el error de las religiones que


adoptaron la Biblia como algo de su posesión, han
interpretado su mensaje al pie de la letra, han tergiversado
su contenido y desviado el mensaje a su conveniencia.

La Biblia no deja pasar ni un solo aspecto importante de


la vida humana, aborda todos aquellos factores que son
inherentes a la evolución del ser humano. Y uno de estos
factores es el perdón. Hay unos cuantos pasajes bíblicos que
nos enseñan la importancia de perdonar.

A continuación expondré algunos ejemplos escritos


textualmente:

Mateo 6:12 “Perdónanos nuestras deudas, como


también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no
nos metas en tentación, mas líbranos del mal. [Porque tuyo
es el reino, el poder y la gloria por todos los siglos. Amén.]
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, vuestro
Padre celestial también os perdonará a vosotros.”

Mateo 18:21 “Entonces Pedro se acercó y le dijo: -


Señor, ¿cuántas veces pecará mi hermano contra mi yo le
perdonaré? ¿Hasta siete veces? Jesús le dijo: -No te digo
hasta siete, sino hasta setenta veces siete.”

Lucas 17:3 “Mirad por vosotros mismos: Si tu hermano


peca, repréndele; y si se arrepiente, perdónale. Si siete
veces al día peca contra ti, y siete veces al día vuelve a ti
diciendo: "Me arrepiento", perdónale.”

Efesios 4:31 “Quítense de vosotros toda amargura,


enojo, ira, gritos y calumnia, junto con toda maldad. Más
bien, sed bondadosos y misericordiosos los unos con los
otros, perdonándoos unos a otros, como Dios también os
perdonó a vosotros en Cristo.”

Marcos 11:25,26 “Y cuando os pongáis de pie para


orar, si tenéis algo contra alguien, perdonadle, para que
vuestro Padre que está en los cielos también os perdone a
vosotros vuestras ofensas.”

1 Corintios 13:4 “El amor tiene paciencia y es


bondadoso. El amor no es celoso. El amor no es ostentoso,
ni se hace arrogante. No es indecoroso, ni busca lo suyo
propio. No se irrita, ni lleva cuentas del mal.”

1 Pedro 4:8 “Sobre todo, tened entre vosotros un


ferviente amor, porque el amor cubre una multitud de
errores.”

Gálatas 6:1 “Hermanos, en caso de que alguien se


encuentre enredado en alguna transgresión, vosotros que
sois espirituales, restaurad al tal con espíritu de
mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú
también seas tentado.”
2 Corintios 2:5 “Si alguno ha causado tristeza, no me
ha entristecido sólo a mí, sino en cierta medida (para no
exagerar) a todos vosotros. Basta ya para dicha persona la
reprensión de la mayoría. Así que, más bien, debierais
perdonarle y animarle, para que no sea consumido por
demasiada tristeza. Por lo tanto, os exhorto a que reafirméis
vuestro amor para con él. Porque también os escribí con
este motivo, para tener la prueba de que vosotros sois
obedientes en todo. Al que vosotros habréis perdonado algo,
yo también. Porque lo que he perdonado, si algo he
perdonado, por vuestra causa lo he hecho en presencia de
Cristo; para que no seamos engañados por Satanás, pues no
ignoramos sus propósitos.”

Génesis 45:4 “Entonces José dijo a sus hermanos: -


Acercaos a mí, por favor. Ellos se acercaron, y él les dijo: -
Yo soy José vuestro hermano, el que vendisteis para Egipto.
Ahora pues, no os entristezcáis ni os pese el haberme
vendido acá, porque para preservación de vida me ha
enviado Dios delante de vosotros. Apresuraos, id a mi padre
y decidle: "Así dice tu hijo José: 'Dios me ha puesto como
señor de todo Egipto. Ven a mí; no te detengas. Habitarás
en la zona de Gosén, y estarás cerca de mí, tú, tus hijos, los
hijos de tus hijos, tus rebaños, tus vacas y todo lo que
tienes. Allí proveeré para ti, pues todavía faltan cinco años
de hambre; para que no perezcáis de necesidad tú, tu casa y
todo lo que tienes.”

Génesis 50:19 “Pero José les respondió: -No temáis.


¿Estoy yo acaso en el lugar de Dios? Vosotros pensasteis
hacerme mal, pero Dios lo encaminó para bien, para hacer lo
que vemos hoy: mantener con vida a un pueblo numeroso.
Ahora pues, no tengáis miedo. Yo os sustentaré a vosotros y
a vuestros hijos. Así les confortó y les habló al corazón.”

La Parábola de Hijo Pródigo

En aquel tiempo, se acercaban a Jesús todos los


publicanos y los pecadores para oírle. Y los fariseos y los
escribas murmuraban, diciendo: Éste acoge a los pecadores
y come con ellos.

Jesús les dijo esta parábola: Un hombre tenía dos hijos;


y el menor de ellos dijo al padre: "Padre, dame la parte de la
hacienda que me corresponde." Y él les repartió la hacienda.

Pocos días después el hijo menor lo reunió todo y se


marchó a un país lejano donde malgastó su hacienda
viviendo como un libertino.

Cuando hubo gastado todo, sobrevino un hambre


extrema en aquel país, y comenzó a pasar necesidad.
Entonces, fue y se ajustó con uno de los ciudadanos de
aquel país, que le envió a sus fincas a apacentar puercos. Y
deseaba llenar su vientre con las algarrobas que comían los
puercos, pero nadie se las daba. Y entrando en sí mismo,
dijo: "¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en
abundancia, mientras que yo aquí me muero de hambre!

Me levantaré, iré a mi padre y le diré: Padre, pequé


contra el cielo y ante ti.
Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a
uno de tus jornaleros."
Y, levantándose, partió hacia su padre.

Estando él todavía lejos, le vio su padre y, conmovido,


corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente. El hijo le
dijo: "Padre, pequé contra el cielo y ante ti; ya no merezco
ser llamado hijo tuyo."

Pero el padre dijo a sus siervos: "Traed aprisa el mejor


vestido y vestidle, ponedle un anillo en su mano y unas
sandalias en los pies. Traed el novillo cebado, matadlo, y
comamos y celebremos una fiesta, porque este hijo mío
estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha
sido hallado". Y comenzaron la fiesta.

Su hijo mayor estaba en el campo y, al volver, cuando se


acercó a la casa, oyó la música y las danzas; y llamando a
uno de los criados, le preguntó qué era aquello.

Él le dijo: "Ha vuelto tu hermano y tu padre ha matado


el novillo cebado, porque le ha recobrado sano." El se irritó y
no quería entrar. Salió su padre, y le suplicaba.

Pero él replicó a su padre: "Hace tantos años que te


sirvo, y jamás dejé de cumplir una orden tuya, pero nunca
me has dado un cabrito para tener una fiesta con mis
amigos; ¡ahora que ha venido ese hijo tuyo, que ha
devorado tu hacienda con prostitutas, has matado para él el
novillo cebado!"

Pero él le dijo: "Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo


mío es tuyo; pero convenía celebrar una fiesta y alegrarse,
porque este hermano tuyo estaba muerto, y ha vuelto a la
vida; estaba perdido, y ha sido hallado."

Lucas, 15, 1-3.11-32

Ésta parábola tiene varios significados, no es nuestra


intención querer interpretarla, y creo que no hace falta. Más
claro no puede estar el mensaje del perdón que nos brinda
Jesús con sus inteligentes palabras.

“El hombre no tiene la capacidad de borrar el pasado,


pero sí tiene el poder de perdonar lo que recuerda”.
LIBÉRESE DEL RENCOR

En su libro “Perdonar”, Robin Casarjian nos dice por qué


debemos perdonar: “El motivo más obvio para perdonar es
liberarse de los efectos debilitadores de la rabia y el rencor
crónicos”.

A mi modo de ver y también por mis propias


experiencias, he llegado a la conclusión que una de las
emociones negativa más dañina es el resentimiento (Re-
sentimiento, volver a sentir una y otra vez).

Digo por mis propias experiencias porque he sido una


persona muy rencorosa durante años. Recuerdo cierta vez
cuando era un niño de 12 años que mi madre injustamente
me pegó cuando quien había empezado la disputa fue mi
hermano mayor. Ese hecho me produjo mucha rabia lo que
me hizo tomar la decisión de no hablarle más a mi hermano.
Eso duró 3 años, y luego que volvimos a conversar nuestra
relación nunca más fue la misma.

La principal causa del sufrimiento es el


Resentimiento.

La mayoría de nosotros hemos pasado por situaciones


donde salimos lastimados emocionalmente o, al contrario,
lastimamos a los demás. Lo más importante para nosotros
no son las situaciones en sí, lo que realmente nos va afectar
son las emociones que generan esos eventos: la rabia, el
odio, el resentimiento, etc.
A veces no sabemos como manejar esas emociones y
nos dejamos llevar por nuestros pensamientos negativos, los
cuales nos producen mucho daño, tanto emocional como
físicamente. Está comprobado científicamente que las
emociones negativas, principalmente el resentimiento, son
las principales causas de muchas enfermedades.

¿Qué es el resentimiento?

El resentimiento es:

•Sentimiento contenido de hostilidad contra aquél o


aquellos que consideras que te ha maltratado.

•Irritación y enfado no resuelto sobre un acontecimiento


negativo que te ha sucedido.

•Rabia, furia, agitación emocional que sientes siempre


que se habla de una determinada persona o acontecimiento.

•Incapacidad para perdonar.

•La causa de la desconfianza que sientes al tratar con


personas o acontecimientos que te produjeron dolor en el
pasado.

•Dolor emocional no resuelto que sientes cuando no


logras aceptar una pérdida.

•El malestar sentido después de gastar mucho esfuerzo y


energía para alcanzar algo que finalmente pierdes.

•El resultado de pensar que fuiste víctima de un trato


injusto sin la resolución del problema.

•El sufrimiento prolongado y en silencio cuando una


expresión abierta de dolor es indeseada.
•El rencor hacia una persona o grupo que consideras que
te han impedido lograr ciertas cosas.

•Sentirse ofendido pero guardar silencio cuando crees


que una persona o un grupo ha ignorado o negado tus
derechos.

¿Cómo se manifiesta el resentimiento?

Cuando alguien siente resentimiento hacia una persona o


un grupo:

•Pone mala cara silenciosamente en su presencia o ante


la mención de su nombre.

•Se siente mal cuando una música, una película, o un


programa de televisión le recuerda las interacciones
desagradables que ha tenido con ellos.

•Habla de una manera burlona o degradante de ellos.

•Tienen pesadillas o pensamientos desagradables sobre


ellos.

•Se ve bloqueado en sus esfuerzos de crecimiento


personal sin saber por qué.

•Se siente furioso sin razón aparente.

•Se siente deprimido, abatido, y se encuentra a sí mismo


entrando en círculos cuando intenta superar estas
sensaciones negativas.

•Evita mencionar o discutir cualquier tema que esté


relacionado con su último enfado o malestar acerca de esas
personas.
•Aprieta los dientes y sonríe cuando realmente desea
gritar al oír hablar de esa persona.

•Finge entusiasmo por estar con esa persona cuando en


realidad preferiría no saber nada de ella.

•En ocasiones da lugar a depresión.

¿Conoces a alguien así? Observa las palabras que se


destacan en el texto que acabas de leer. A lo mejor tienes
algún conocido con esas características, o tu mismo has
experimentado esas manifestaciones de resentimiento en tu
propia vida.

Nunca es tarde para cambiar.

Pasé muchos años de mi vida cargando esta pesada


mochila llena de papas podridas, hasta que un día me di
cuenta que podía deshacerme de ella a través del perdón.

Gracias al Rebirthing (Renacimiento) aprendí cómo


perdonar y liberarme de esta gran carga inútil y dañina que
es el resentimiento.

Sondra Ray, una de las pioneras del Rebirthing desarrolló


una fórmula para perdonar que se llama la dieta del perdón,
la cual consiste en un trabajo escrito como planas que se
hace por siete días seguidos. (La Dieta del Perdón fue
inspirada en el pasaje Bíblico, donde Pedro pregunta a Jesús
cuantas veces debe perdonar a la persona que comete un
agravio en su contra – Mateo 18-21)
Dieta del Perdón

En la dieta del perdón, trabajamos a cinco personajes


básicos que son: Yo mismo, Mamá, Papá, el Obstetra y a
Dios. No hace falta explicaciones del por qué debemos
perdonarnos a nosotros y a nuestros padres, pero, ¿Por qué
perdonar al obstetra y a Dios?

El obstetra fue la primera persona que nos manipuló y


controló, que nos pegó y nos hizo daño de una u otra forma.
Claro que lo estaba haciendo con la mejor de las intenciones,
pero nosotros no estábamos interesados en las buenas
intenciones del médico y si en que nos tratara bien, que
fuéramos bien recibidos en esta nueva aventura. Aunque el
parto haya durado sólo unos minutos o unas horas,
guardamos en nuestro subconsciente los recuerdos de este
evento muchas veces cargados de rabia e impotencia. Por
eso perdonamos al obstetra.

Y a Dios, ¿por qué perdonar a Dios? Solamente de


pensar en eso sentimos miedo, “y si Dios se vuelve en
contra de mi y me castiga”. Ese Dios castigador, vengativo,
bueno con unos y malo con otros, que tiene preferencia
entre sus hijos, que está montado en una nube
observándonos con la cara arrugada, esperando que
hagamos algo malo para mandarnos al infierno... es a este
Dios al cual tenemos que perdonar, una falsa imagen que
nos vendieron cuando éramos niños quienes por nuestra
inocencia creíamos en todo lo que los adultos nos decían.
Hacemos la Dieta del Perdón como planas, 70 veces por
7 días, con la columna de respuesta. En la columna de
respuesta o respuesta emocional expresamos lo que
sentimos mientras escribimos las afirmaciones.

Ejemplo:

Afirmación Respuesta

Yo______me perdono a mi

mismo completa y amorosamente No me lo creo,


no merezco

Yo______me perdono a mi

mismo completa y amorosamente Ah, Ah, Ah.....

Cómo hacer la Dieta del Perdón

Afirmaciones por día:

1º y 2º Día: Yo_________me perdono a mi mismo


completa y amorosamente

3º, 4º y 5º Día: Yo_________me perdono por....

6º y 7º Día: Yo_________me perdono a mi mismo


completa y amorosamente

Se trabaja un personaje a la vez, o sea, una semana


para cada uno. Luego cuando se termina de perdonar a los
cinco personajes básicos, podemos agregar al resto de la
lista: novios, esposos, suegras, jefes, instituciones, el
dinero, etc...

Algo importante: la única condición para hacer este


trabajo es que no podemos interrumpirlo. Empezamos y
terminamos. Si por alguna razón lo dejamos de hacer en
cualquiera de los días, tenemos que volver a empezar desde
el primer día. Es una forma de trabajar la honestidad con
uno mismo, al mismo tiempo que se practica cerrar ciclos.
Empiezo algo y lo termino.

Con esta herramienta podemos liberar todos estos


fantasmas que arrastramos del pasado y que nos impiden
vivir de forma libre disfrutando cada momento del presente.
Claro que eso sólo funciona si lo hacemos con el corazón, de
nada sirve hacer la dieta del perdón mecánicamente. Si
tienes alguna duda de cómo realizar este trabajo, busca a un
Renacedor que te de “feeling” y haz un ciclo de sesiones de
Renacimiento. Seguro que eso te ayudará tanto como me
ayudó a mi.

Al concluir la Dieta del Perdón, es recomendable escribir


una carta de completación, donde puedas expresar todos tus
sentimientos. Es una forma de cerrar un ciclo. Puedes
enviarla si así lo deseas o quemarla.

“El perdón me libera y me hace próspero y feliz”


CÓMO PERDONAR

Ahora que hemos llegado hasta aquí, recordemos:

Para perdonar lo primero que se requiere es estar


dispuesto, querer hacerlo. Luego debemos seguir algunos
pasos:

1) Tomar conciencia que si una herida no es curada a


tiempo puede empeorar con el pasar de los años.

2) Sentir compasión, ver al agresor como un ser


humano, reconocer al perfecto hijo de Dios que es y tratar
de comprender lo que le llevó a causar daño. Esto no
significa sentirse superior y con derecho a juzgar y culpar
porque sería caer en un círculo vicioso.

3) Conectarse con la humildad. Ya dijimos que el orgullo


es como una barrera que nos impide perdonar, por tanto
tenemos que aprender a ser humildes. En este paso hay algo
muy importante que aclarar; ser humilde no significa ser
“pendejo” (discúlpeme la expresión, pero es la que me viene
para ilustrar el ejemplo), no significa permitir el abuso.
Podemos ser humildes y perdonar, pero al mismo tiempo
mandar al marido borracho y agresivo para el carrizo, si es
necesario.

4) Perdonarse a sí mismo, reflexionar sobre los errores


propios, ya se hayan cometido consciente o
inconscientemente, perdonarse y superarlos.

5) Aceptarnos tal como somos. Aunque es posible


cambiar nuestra forma de ser, tenemos que aceptarnos,
aprobarnos, amarnos tal como somos ahora. La autoestima
alta es sumamente importante para la salud física y mental.
Además la autoaceptación nos da poder para elegir estar
dónde y con quien queremos estar.

Después de seguir esos pasos y hacer las reflexiones


necesarias para perdonar, sigamos con la parte práctica.

En el capítulo anterior aprendimos cómo trabajar con la


dieta del perdón. En este capítulo veremos una variación de
la dieta que se llama “El Perdón Instantáneo”. Este ejercicio
lleva nada más unos minutos el hacerlo. Podemos ponerlo en
práctica cuando se presenta un conflicto en la cotidianidad y
se quiera solucionar rápido la rabia generada por la
situación.

El ejercicio consiste en repetir diez vecez mentalmente:


“Perdono a _______completa y amorosamente”, y luego se
termina tomando tres respiraciones profundas.

Otra forma de trabajar el perdón instantáneo es:


mientras se produce la situación conflictiva, se mira a los
ojos de la otra persona repitiendo mentalmente: “Reconozco
en ti al Hijo de Dios que eres”, “reconozco tu luz”,
“reconozco tu amor”, “eres luz, eres amor”, “te perdono
completa y amorosamente”.

Este ejercicio es fantástico, minimiza la situación de una


forma espectacular, desarma a la otra persona a tal punto
que puede cambiar su actitud inmediatamente. Se puede
hacer también en la cotidianidad, con cualquier persona que
nos encontremos en el transcurso del día.
“El perdón es un acto propio de personas que han
llegado a una auténtica madurez espiritual.”

Jean Piaget
LOS BENEFICIOS DEL PERDÓN

Es importante no confundir disculpar con perdonar.


Disculpamos a la otra persona cuando logramos entender el
motivo de la agresión, sin embargo podemos seguir
resentidos con esta persona. Pero cuando aunque no
entendemos el por qué de su agresión y aún así no
queremos guardar resentimiento, perdonamos.

Cuando perdonamos, podemos experimentar alivio y paz


interior. Nuestra vida se transforma en algo nuevo. El dolor
desaparece y volvemos a conectarnos nuevamente con
nuestro poder, ya el agresor no tiene ningún poder sobre
nosotros, nos liberamos. Podemos incluso desear que le
vaya bien a la otra persona.

Como dijimos al principio de este libro, para muchos


perdonar puede no ser fácil. Es comprensible. Por ejemplo:
¿Cómo una persona que ha sido violada por su propio padre
lo perdonará fácilmente? O si le han asesinado a un hijo
brutalmente, ¿cómo perdonar al asesino? Por lo general no
se perdona de la noche a la mañana. Es un proceso, en el
cual regresan a la mente los agravios, las heridas y el dolor.
Perdonar es una decisión que puede convertirse en una
actitud para toda la vida con beneficios como:

-No molestarse por la actitud de los demás o


situaciones poco importantes. Conozco a una persona
muy cercana, que tiene esta maravillosa habilidad de no
molestarse por pequeñeces. Es como un niño que pelea con
otro niño, se halan el cabello y en cinco minutos están
jugando juntos otra vez como si no hubiera pasado nada.

-Mayor autoestima, seguridad y valoración de sí


mismo. La actitud del perdón nos hace conectarnos con
nuestro poder, eleva nuestra autoestima, nos hace personas
más seguras con un sentido de autoaprobación.

-Capacidad para reconocer y perdonar sus propios


errores. El perdón nos da claridad, nos hace más concientes
de quiénes somos y por qué estamos aquí. Sabemos que no
somos pecadores, cometemos errores los cuales pueden ser
rectificados a través del perdón.

-Humildad y paz interior. El Perdón nos hace personas


más humildes y nos da el regalo más grande y deseado por
cualquier ser humano: Paz Interior.

-Vida sana tanto a nivel emocional como físico. La


persona que perdona tiene menos posibilidades de contraer
trastornos emocionales como: neurosis, depresiones,
ansiedad, adicciones, anorexia, etc., y físicas como: artritis,
estreñimiento, ataques al corazón, gastritis, úlceras,
cáncer...

-Capacidad para manejar emociones y


sentimientos. El perdón nos permite ser más inteligentes
emocionalmente. Ya no reaccionamos impulsivamente ante
las situaciones como antes. Ahora sabemos que podemos
manejar algo imprevisto de forma positiva. Claro que
podemos caer en la fuerza del hábito y actuar de forma
negativa, pero aún así, lo que sea que sintamos, no durará
mucho tiempo.
“El perdón nos ofrece a todos un regalo que nos
mantiene puliéndonos, de forma que podamos vivir
armoniosamente y ser felices en el presente.”

Robin Casarjian
LA ENERGÍA DEL PERDÓN

Según los metafísicos, la energía del perdón lleva el color


de la Llama Triple; Violeta-Dorado-Azulado. Imagina esta
Llama Triple saliendo de tu corazón partiendo hacia quienes
sientas que puedan haberte hecho algún daño. Envuélvelos
con esta energía.

Pon en práctica a diario la acción de perdonar, utiliza la


energía del perdón para tu sanación y la sanación del
planeta. Recuerda que esa energía proviene de tu SER
SUPERIOR.

Recuesrda que el Perdón si no es hecho con el corazón,


no servirá para nada, la acción de perdonar debe ser
sincera, por tanto, no deben quedar vestigios emocionales
de nada que haya sucedido.

Recuerda que lo que se busca con el perdón es eliminar


el resentimiento de tu vida y liberar a la persona con la cual
se está encadenada, hazlo con mucho amor y agradece
poder soltar la mochila de papas podridas que no te permitía
ser libre.

Utiliza los ejercicios aquí planteados. Tenga en cuenta


que el conocimiento sin la acción tampoco sirve para algo.

Practica la meditación, lee buenos libros, asiste a


seminarios y charlas. Recuerda que cada quien tiene su
tiempo, no esperes resultados inmediatos.
Haz una lista de las personas a las que sientes que tienes
que perdonar, y trabaja una por una.

Recuerda: La principal razón para perdonar es lograr la


paz interior, así que, vale la pena intentarlo.

La energía cuando no circula adecuadamente, se


estanca, lo que produce enfermedades. El perdón es un
“Desestancador Energético”, úsalo.

Esta vida es la gran oportunidad que nos da el Universo


para resolver todo lo que está inconcluso. Aprovechémosla.
Podemos liberarnos de Karmas de vidas pasadas y ataduras
de la actual existencia, APRENDIENDO A PERDONAR.
VISUALIZACIÓN

Antes de empezar la visualización, trae a tu mente la


imagen de esta persona que te hizo algún daño y a la cual
estás dispuesto a perdonar, permítete recordar la situación,
permítete sentir...respira profundo.

Cierra tus ojos, y nuevamente toma unas cuantas


respiraciones profundas. Lleva tu atención a la punta de los
dedos de los pies, relaja tus pies, ahora pon tu atención en
los tobillos, pantorrillas, rodillas, muslos... relaja tus piernas,
siente como cada músculo se va aflojando, relajando. Lleva
ahora tu atención al abdomen y pecho, siente tu respiración.
Lleva ahora tu atención a la punta de los dedos de las
manos, muñecas, antebrazos, brazos, aflojando y relajando
tus miembros superiores. Ahora enfoca tu atención en los
hombros, permite que todo el estrés acumulado en esta
parte de tu cuerpo se disuelva, relaja tus hombros. Pon tu
atención en el cuello, orejas, cara, cabeza... Siente todo tu
cuerpo relajado, de los pies a la cabeza, aflojando,
relajando, soltando cada músculo...

Ahora, imagina un hermoso paisaje, puede ser un lugar


conocido o uno creado por tu imaginación, puede ser una
playa, montañas...donde te sientas mas a gusto. Observa
cada detalle del paisaje, el cielo, su color, si el sol brilla
resplandeciente... si hay flores, pájaros que vuelan
libremente o un río con aguas cristalinas, en fin, imagina un
lugar precioso, donde te sientas bien.
Mirando hacia tu derecha, imagina una hermosa casa, es
la casa de tus sueños, ¿cómo es tu casa?, ¿de qué color?
Ahora vas caminando en dirección a tu casa, abres la puerta,
y para tu sorpresa, ahí mismo, sentado en el mueble de la
sala, está la persona a la que quieres perdonar. Mírala ¿Qué
sientes en tu interior?, ¿rabia?, ¿miedo?, ¿tristeza?,
¿dolor?...

Tú caminas en dirección a la persona y te sientas frente


a ella. Mírala a los ojos, ¿qué siente la otra persona?

Vuelve a recordar la escena donde se produjo el malestar


y utiliza los pasos de cómo perdonar: toma conciencia de
que hay que sanar esta herida; ve al agresor como un ser
humano, como un hijo de Dios; deja partir el orgullo, y con
toda tu humildad, con todo tu amor, dile todo aquello que
nunca has podido decir y que siempre has querido hacerlo.
No te quedes con nada, aprovecha esta oportunidad que tu
mismo has creado en tu mente. Dile cómo te has sentido, la
rabia que sientes, puedes hablar de tu dolor, de tu
tristeza...y cuando hayas terminado, párate frente a esa
persona, tómale de las manos y dile: Su Nombre, te perdono
completa y amorosamente. Te perdono y te libero de mi
vida. Con todo mi amor, me libero a mi mismo de las
cadenas que me ataban a ti... Dale un abrazo y acompáñalo
hacia la puerta y despídelo, observa como se va
desapareciendo en el horizonte de tu paisaje... permite que
se vaya... Siente el alivio de haber soltado este enorme
peso... ya no lo necesitas...
Toma dos respiraciones profundas y poco a poco ve
tomando conciencia de tu cuerpo, lo puedes estirar...y
cuando estes listo, abre los ojos.

AFIRMACIONES PARA EL PERDÓN

1) Yo,__________, me perdono a mi mismo completa y


amorosamente.

2) Yo,______, perdono a______por________

3) Yo,__________, perdono a mis padres completa y


amorosamente.

4) Cuanto más yo,________ , perdono más feliz soy.

5) El perdón es la llave de la felicidad.

6) Yo,_________, elijo dejar partir la lucha de mi vida.

7) Reconozco en mí al hijo de Dios que soy.

8) Yo,_________, soy un ser de luz y de amor.


9) Yo,_________, perdono mi resistencia a perdonar.

10) Para mi,_________, es fácil perdonar.

11) Yo,_________, me amo y me acepto tal como soy.

12) Yo,_________, elijo ser paciente y amoroso conmigo


mismo.

13) Cuanto más perdono, más prospero.

14) Mi éxito está en perdonar.


¿POR QUÉ PERDONAR?

Si después de haber leído este pequeño manual todavía


le queda alguna duda del por qué debemos perdonar, le
contaré algo…

Recientemente recibí un e-mail de mi amigo y tocayo


Mario Liani, quien es numerólogo y tiene un boletín en
Internet. Siempre recibo e-mails de Mario, y la mayoría de
las veces son temas muy interesantes. Bien, el mensaje
consistía en lo siguiente: una mujer le plantea a Mario que el
hecho de pedir perdón o perdonar, era algo pasado de
moda, algo de la era pisciana, porque ella siendo Hija de
Dios no tenía nada que perdonar, que sentirse culpable era
una humillación para el hombre y que todo este embrollo del
perdón era un invento de algún falso dios para distorsionar
más aun la imagen que tenemos de Dios.

Es cierto a medias lo que plantea nuestra amiga, somos


Hijos de Dios, es verdad, pero cometemos errores, y para
llegar al estado al cual ella se refiere, se debe haber disuelto
totalmente el ego, pero veamos que le respondió mi amigo
Mario:

“Pedir perdón con sentimiento se constituye en una


manera espiritual de reconocer que tenemos importantes
cuotas de responsabilidad en todo lo que sucede y por ende,
ese sentimiento nos hace tomar conciencia de cuánto
afectamos a otros sin saberlo.

Reconocer que pudiéramos causar inconscientemente


algo a otros es también reconocer que podemos recibir las
consecuencias de nuestros actos. Al sentir que lo sentimos,
estamos ejerciendo un acto de perdón consciente que va
más allá de sentirnos "impuros" o "que nos equivocamos"
por el hecho de que quizás haya "culpa y castigo".

No creo que se trate de sentirse culpable ante nadie.

Más bien siento que se trata de reconocer que nuestra


dualidad humana nos impide ver cuanta responsabilidad
espiritual tenemos por el mundo que nos rodea, el mundo
que nosotros constantemente creamos con nuestros
pensamientos y acciones.

Pienso que con ese acto de constricción declaramos que


estamos interconectados a través de una sola matriz que
respira al unísono y que deseamos seguir haciéndolo sin
provocar disfunciones en la totalidad.

Si la palabra "lo siento" causa ansiedad (a ti o a otros) -


quizás por conectarla con temas muy personales donde el
haberla dicho colocaría a la persona en una situación de
inferioridad ante otros - te aliento a usar la palabra "gracias"
combinada con "te amo", pues dar las gracias ante una
determinada experiencia equivale a agradecer al Espíritu por
ella y por la comprensión que de ella se derive.

Si has dado las gracias, es sinónimo que tu alma


comprende que la experiencia era necesaria y que las
razones que la activaron están en proceso de sanación.
“Gracias” equivale a aceptación y en la aceptación no hay
ego o rencor: simplemente se acepta lo que es.”

Seguramente cada quien puede sentir y practicar el


perdón de manera diferente, cada quien tiene su propia
energía, y de acuerdo a su estado de conciencia puede
resultar fácil o no.

Entonces… ¿por qué perdonar? Porque perdonando nos


conectamos con nuestro Yo Superior, nos conectamos con
nuestra esencia, con lo que realmente somos: los perfectos
Hijos de Dios”.

Bien, queridos lectores y lectoras, llegamos al final


(o al comienzo) de este trabajo, espero que haya sido
de tu agrado y que las herramientas aquí propuestas
te sirvan para apoyarte en tu proceso de reconciliación
contigo mismo y con los demás.

Gracias.
El AUTOR

Mario Moriani fue editor y director de la Revista Vida


Alternativa, publicada en Venezuela desde 1999 hasta 2009.
Renacedor Profesional graduado en las Escuelas de
Renacimiento de María Luisa Becerra
(www.marialuisabecerra.com) y de Bob Mandel creador del
Proyecto Internacional de Autoestima
(www.bobmandel.com), también ha trabajado con el creador
del Rebirthing; Leonard Orr (www.leonardorr.com) .

Actualmente Mario Moriani se dedica a la práctica de


Renacimiento impartiendo consultas privadas y también se
dedica a la música, amenizando fiestas, matrimonios, etc.
Contacto por whatsapp: +56 9 6302 1646
¿Te gustaría crear un ambiente en tu casa
lleno de paz y armonía? ¿Quieres saber
cómo?
El Feng Shui es una técnica milenaria, con el cual
podemos crear ambientes armónicos que nos hagan sentir
bien. Conozca los símbolos y deidades usados para las curas
del Feng Shui. Tips de Feng Shui es un libro práctico que te
ayudará a descubrir el fascinante mundo del Feng Shui.

Tips de Feng Shui, Símbolos y


Deidades, es un manual para
aquellas personas que quieran
saber cómo se utilizan los objetos
aplicados en éste arte milenario
de armonizar los espacios.

En este e-libro prodrá encontrar,


de forma clara y sencilla, los
significados de los símbolos y
deidades del Feng Shui.

Click aqui para conocer más acerca de este excelente


libro
Si deseas conocer todos nuestros productos, click
aquí: PRODUCTOS

Hasta pronto...

Vous aimerez peut-être aussi