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Trabajo final filosofía y literatura.

Juan Esteban Vélez Suarez.

Filosofía y literatura.

Universidad católica Luis Amigó.

Facultad de educación.

Licenciatura en filosofía.

Medellín.

2017

El mito de Sísifo: mirando Getsemaní desde el paraíso.

Un acercamiento a la figura del héroe absurdo desde la postura de Albert Camus.

Sísifo está de pie, con la frente arriba en lo alto del monte, ahora cansado, ahora resignado.

Está ciego, los dioses le han castigado por su deseo de vivir y ahora eterno pero sin futuro,

reconoce que aún al frente de su montaña y su roca está aquel paraíso, la vista sigue siendo

hermosa pero está negada a sus ojos averiados.

La figura de Sísifo en Camus como el mejor ejemplo de un héroe absurdo está enmarcado en

tres momentos:

El castigo:

Sísifo representa al sujeto con deseos inmensos de vivir, que se rebela ante las potencias

superiores para vivir y tratar de vivir a su modo, los dioses lo hacen ciego, Camus señala que
la razón humana se esfuerza por comprender el mundo, pero el mundo es irracional, estamos

ciegos en nuestro afán de darle un orden, ese es el castigo a nuestra curiosidad innata.

(Camus, 1995) Señala que “El obrero actual trabaja durante todos los días de su vida en las

mismas tareas y ese destino no es menos absurdo.” Pero la figura de Sísifo no representa solo

al trabajo, es la representación de todas las acciones humanas, los planes para el futuro que no

son más que saltos de fe, pues no se sabe si habrá un mañana, las relaciones sociales que no

tienen fines reales y en resumen el hecho de vivir sabiendo que moriremos en cualquier

momento.

La conciencia:

Sísifo se siente abrumado en su tarea solo al tener conciencia de ella, probablemente es

cuando mira la roca debajo de la cuesta, como cuando se mira la hoja en blanco antes de

escribir y el reconocimiento de lo que viene y se debe hacer abruma y duele, se conocen los

pasos a seguir, se conoce el posible resultado (es predecible por ser el proceso un producto de

la repetición continua) pero volver a la roca no es solo el trabajo manual, sino también el

intento inacabable del hombre por entender el mundo desde la razón “Todo lo que se puede

decir es que este mundo, en sí mismo, no es razonable. Pero lo que resulta absurdo es la

confrontación de ese irracional y ese deseo desenfrenado de claridad cuyo llamamiento

resuena en lo más profundo del hombre.” (Camus, 1995) Mientras la vida siga sin conciencia,

el absurdo no existe para el sujeto, todos los momentos parecen valiosos, los planes a futuro

se cuidan y se subliman. Pero con la evidencia de la cruel realidad, la muerte, la guerra, el

dolor, se siente la angustia; “Es la victoria de la roca, la roca misma”. (Camus, 1995) Inicia

nuestro propio Getsemaní, la sensación de hastío del mundo en incomprensible y el

reconocimiento de la fragilidad fugaz de nuestro ser, bajamos la cuesta como cordero al


matadero y comenzamos la penosa tarea de vivir con el destino que nosotros mismos

forjamos.

La dicha del hombre absurdo.

Después que el hombre tiene la conciencia y la aceptación del absurdo incomprensible de la

vida conoce también la felicidad, no puede cambiar su destino, vivir es un deseo infinito e

insaciable, el hastío no es suficiente para quebrantar el impulso natural de continuar, el

hombre alza la mirada así como Sísifo toma su roca y la abraza, su mundo no cambiará por

más que lo intente, el disfrute del momento se hace casi inevitable al comprender esta verdad.

Sísifo hizo de su roca su mundo, la amó y amó también su tarea y al llegar a la cima al final

del día podía sentir la satisfacción de su tarea cumplida, porque el trayecto fue lo importante,

nunca se sube la cuesta de la misma forma, no es totalmente igual porque el mundo no es

constante y predecible como la razón humana supone y el vivir es entonces se convierte en la

diversidad de experiencias que no se repiten y que no tienen un fin ni una meta en realidad.

La creación y la estética del absurdo:

En uno de los apartes del texto “El mito de Sísifo” (Camus, 1995) se trata el problema del

papel del artista en el mundo absurdo. La creación estética es para Camus una posibilidad de

pensamiento, pero para que sea creación absurda no se puede hacer referencia al mundo

exterior, esto implicaría un intento de explicar y describir y el mundo no puede ser explicado

ni descrito “Pensar es, ante todo, querer crear un mundo” (Camus, 1995)

En el texto “La estética de Albert Camus” se proponen los límites para una creación estética

verdadera mente absurda y son: “evidenciar que «en la experiencia del absurdo, el

sufrimiento es individual» y, por otro lado, ha de evidenciar los aspectos que sostengan
irrenunciablemente el clima de una vida absurda, el divorcio del sinsentido profundo. Estos

son los límites que proponemos” (Pino, 2012) es de mencionar que toda creación absurda no

puede tener coherencia con la percepción del orden humano racional, el creador debe tomar

varias experiencias aunque sean atemporales y no sean espacialmente coherentes para

describir una idea que surge del interior de su corazón y no de la razón, esto es un verdadero

ejercicio del pensamiento.

En resumidas cuentas, el héroe absurdo es un ser estético y dichoso, consiente de su posición

en el mundo absurdo e irracional, dedicado a su vida y las experiencias individuales que no

están del todo vinculadas, pues el futuro es incierto y el destino lo forja él, con el arte y la

vida, con el actuar diario, disfrutando de la piedra y cargándola con orgullo, siempre deseoso

de vivir por su naturaleza rebelde, empeñado en que sus acciones son su todo por más

absurdas que sean, su mundo es la piedra y la promesa de la cima lo hace dichoso.

Bibliografía
Camus, A. (1995). El mito de Sísifo. Madrid: Alianza Editorial.

Pino, A. H. (2012). La estética de Albert Camus. Salamanca: Universidad de Salamanca.

rey, G. g. (23 de 12 de 2013). A4manos. Obtenido de http://guerraa4manos.com/resenas-


literarias/2013/12/la-felicidad-y-lo-absurdo-albert-camus-en-el-centenario-de-su-
nacimiento-compilacion-de-ensayos/

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