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LA EVALUACIÓN CURRICULAR

EN LA TEORÍA DEL PENSAMIENTO COMPLEJO

Ensayo presentado por


MAESTRANTE EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN

LIC. SANDRA LUZ OROZCO VIDAL

Asesor
DR. IGNACIO T. SOLANO VÁZQUEZ

Cuautitlán Izcalli, Estado de México Agosto 2019


ÍNDICE

RESUMEN .............................................................................................................. 3

Palabras Clave ............................................................................................................... 3

INTRODUCCIÓN .................................................................................................... 4

DESARROLLO........................................................................................................ 5

CONCLUSIÓN ...................................................................................................... 16

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ...................................................................... 17


LA EVALUACIÓN CURRICULAR
EN LA TEORÍA DEL PENSAMIENTO COMPLEJO

RESUMEN

El escrito que a continuación se presenta, es un ensayo sobre los logros que


se pueden llevar a cabo en la educación a través de la Evaluación Curricular en
las Instituciones mexicanas llevando a cabo un cambio e implementando la Teoría
del Pensamiento Complejo, a través del análisis y transformación del Plan de
estudios de las Instituciones educativas, rompiendo con el paradigma educativo
tradicional y adecuándolo al contexto de los estudiantes de ahora.

Para lo cual se plantea una perspectiva curricular donde se articule el modelo


pedagógico social, el esquema crítico y el currículo centrado en la solución de
problemas, enmarcado en el paradigma del pensamiento complejo.

Palabras Clave: Evaluación curricular, Teoría del Pensamiento Complejo,


Plan de estudios, Paradigma, Contexto.
INTRODUCCIÓN

Pensar en el proceso educativo de nuestro País en este momento, nos abre


el camino para tratar de cambiarlo desde la conciencia de los seres humanos como
un sistema complejo, a través de la evaluación del currículo del Plan de Estudios de
una Institución. El propósito de este ensayo es darnos cuenta que la educación no
es para un individuo, es para la sociedad, y se lleva a cabo en el aula pero se
metaboliza en la vida. La teoría educativa transcompleja rompe con paradigmas
aplicando una educación que pone al centro el pensamiento complejo.

Así pues, en el aula se utiliza como estrategia una dinámica de interrelación


de todos los actores educativos para lograr individuos que al abandonarla,
interactúen activamente y participen en el mejoramiento de su sociedad. La
información deberá ser llevada al conocimiento en una forma sutil, metabólica y
nunca aislada.

Asimismo, los cambios políticos, culturales y económicos que caracterizan


esta era, nos obligan a replantear los aspectos educativos y la forma de impartir los
conocimientos. Se debe asumir una dinámica que considere el acelerado camino
del conocimiento, articulando los Planes y Programas Educativos con el contexto,
fortaleciendo la transformación de una sociedad con ciudadanos protagonistas y
comprometidos, capaces de asumir los desafíos de una sociedad cambiante y
comprometidos con la educación como fruto del análisis de una comunidad
académica.
DESARROLLO

Esta época, caracterizada por grandes cambios tanto políticos como


culturales y económicos, nos obliga a replantear la educación, tanto en su forma de
impartir los conocimientos como en que esos conocimientos se soporten
académicamente, articulándolos con el contexto, fortaleciendo la construcción de
una nueva sociedad con ciudadanos comprometidos, capaces de apoderarse de los
desafíos que la sociedad le impone. La educación debe ser el fruto del análisis de
la comunidad académica, la cual debe definir las actitudes y aptitudes a adoptar
ante los cambios, así como las implicaciones en la implementación de los Planes y
Programas académicos.

Por otra parte, la educación presenta grandes obstáculos, necesitando de


grandes esfuerzos para avanzar, considerando para el futuro saberes ignorados
actualmente. Algunos autores señalan que el conocimiento es una construcción
interactiva. Los docentes deben aprender a desaprender en el momento de
apoderarse de un pensamiento nuevo fundamentado en la visión actual del mundo,
cimentado en las bases de la complejidad, la transdisciplinariedad y la
transcomplejidad, direccionando la enseñanza hacia el trabajo desde una
concepción basada en la integración total y global, propiciando otras formas de
pensamiento necesario para la transformación de las personas.

Igualmente, en el diseño curricular del pensamiento complejo la


transdisciplinariedad es su soporte, ya que a partir de ésta se lleva a cabo el diseño
del pensamiento complejo, anulando las disciplinas aisladas, sin interacción para
mezclar realidades y problemas en el universo complejo de la educación y la
sociedad. Tomando elementos teóricos de la corriente educativa sistémica y la
gestión del conocimiento, con la ayuda del método del estudio de las causas
técnicas, científicas, económicas y sociales que aceleran la evolución del mundo
moderno, y la previsión de las situaciones que podrían derivarse de sus influencias
conjugadas y las técnicas apropiadas para el desarrollo de un currículo efectivo,
emprendedor y de compromiso social.

Conviene subrayar que la teoría educativa de la complejidad del Profesor


Edgar Morín, presenta las bases sobre las cuales se pueden proponer reformas a
la educación en nuestro País a través de un cambio de paradigmas. Entendiendo
como paradigma aquello que no se limita a cada una de las disciplinas científicas,
sino que incluye la totalidad de la ciencia y su racionalidad. Martínez considera que
los paradigmas de las ciencias no están en crisis, sino el paradigma de la ciencia
en cuanto al modo de conocer. No solamente estamos ante una crisis de los
fundamentos del conocimiento científico, sino también del filosófico y, en general,
ante una crisis de los fundamentos del pensamiento (1997, p. 17).

En ese sentido, Fritjof Capra, nos dice que el paradigma vigente domina
nuestra cultura desde hace varios siglos, formando la sociedad occidental moderna
influyendo significativamente en el resto del mundo. Este paradigma radica
principalmente en la visión del Universo como si fuera un sistema mecánico
compuesto de bloques elementales; la visión del cuerpo humano como si fuera una
máquina; la visión de la vida social como si tuviera que ser forzosamente una lucha
competitiva por la existencia; la creencia en el progreso material ilimitado, que se
debe alcanzar mediante el crecimiento económico y tecnológico. (1991, p. 28)

Parafraseando a Morín: Por esto la importancia de implementar un nuevo


currículo, con un cambio de paradigma que vea al estudiante como un ser complejo
y reflexivo con capacidad para construir conocimientos a través de metabolizar
informaciones. La transcomplejidad es la vinculación de la complejidad con la
transdisciplinariedad y busca lo que está entre, a través y más allá; es una nueva
forma de convivencia humana utilizando las disciplinas educativas. Se debe romper
con la escuela tradicional como el centro y motor del conocimiento y con el currículo
como un instrumento de selección de contenidos.
Sin embargo hay que considerar que vivimos en la complejidad,
erróneamente se cree que esto solo se trabaja en la escuela, pero no, la sociedad,
la familia, e incluso laboralmente estamos inmersos en la complejidad, nos
imaginamos que amamos cuando solamente queremos y nos llega la ilusión cuando
creemos amar, y no nos damos cuenta que el amor es mucho más complejo, mas
infinito. Como seres humanos creemos ser finitos, seres que venimos a este mundo
con el solo fin de nacer, crecer, reproducirse y morir, sin darnos cuenta que desde
la complejidad somos infinitos, somos materia y energía, entretejidos a todos los
niveles.

Por ello, la evaluación de un currículo institucional debe ayudar para llevar al


estudiante a entender este mundo, y los docentes a desarrollar en ellos una visión
lo más próxima a buscar su camino en la complejidad, y ellos, con su juventud y su
energía, con su cuerpo y alma, encontrar en la complejidad y en la reflexión, el
análisis, la comprensión y la motivación, pensando y entendiendo que los problemas
son parte de ellos y deben buscar interrogantes que formen parte del reto de su vida
misma y verlos como elementos vinculantes que los ayuden a entender la vida como
una parte y a la vez como un todo, desarrollando un pensamiento complejo.

Esto es, donde el pensamiento complejo acuñado por el filósofo francés


Edgar Morín (2000), refiere a la capacidad de interconectar distintas dimensiones
de lo real, en donde, ante la emergencia de hechos u objetos multidimensionales e
interactivos, el sujeto se ve obligado a desarrollar una estrategia de pensamiento
que no sea reductiva ni totalizante, sino reflexiva. Morín denominó a dicha
capacidad como pensamiento complejo, una estrategia que tiene una intención
globalizadora de los fenómenos pero a la vez, reconoce la especificidad de las
partes, concepto que promueve un enfoque transdisciplinario y holístico.

Por tanto, el concepto de complejo regularmente se asocia a aquello difícil de


comprender para quien no posea determinadas habilidades o conocimientos
especializados. No obstante, etimológicamente su significado es ligeramente
diferente “lo que está tejido en conjunto”. Por lo cual el pensamiento complejo,
según Morín, se basa en establecer relaciones y complementos, en el estudio del
todo mediante sus defectos y sus efectos, su movimiento y su quietud, tomando en
cuenta la reciprocidad que tiene lugar entre éste y sus partes.

De ahí que el modelo curricular de pensamiento complejo tiene su sustento


teórico y de aplicación en la educación, con Edgar Morín, englobando las
necesidades de una educación capaz de cuestionar al pensamiento mismo. Educar
enseñando la condición humana entendiendo que el individuo es parte del universo
y a la vez es diferente a él, logrando el desarrollo intelectual, moral y afectivo para
toda la Tierra, entendiendo la incertidumbre de lo no predecible, incluso el
pensamiento, sujeto a dudas y reconsideraciones.

Según Morín, es necesario enseñar la comprensión tanto individual como


interpersonal sin desligar el conocimiento del análisis de la cultura propia de cada
sujeto y del planeta. Y a través de la comprensión alcanzar una ética del género
humano, sin fragmentación de los saberes, concibiendo relaciones circulares entre
el todo y las partes, lo general y lo singular, lo simple y lo complejo.

Por lo que se refiere al currículo con enfoque de complejidad tiene su


fundamento filosófico en el reconocimiento y valoración de todas las teorizaciones,
cosmovisiones y formas de pensamiento humano como el arte, la tecnología, la
ciencia, los saberes, la cultura popular, etc.; y toma conciencia de la complejidad en
la convivencia y variedad de enfoques del mundo y la humanidad. Admitiendo la
discusión de pensamiento en todas sus expresiones, más allá de tiempos y espacios
definidos estáticamente.

Al mismo tiempo, la visión psicológica del currículo de pensamiento complejo


con concepción transdisciplinar, muestra la totalidad y a la vez la unidad de la
capacidad del sujeto para responder cognitivamente a las necesidades que le exige
el entorno de manera tanto permanente como cambiante. Admite el conocimiento y
el acto de aprender y enseñar como un todo incompleto que se procesa
continuamente sin verdades totales o procesos concluidos. Visto así, no existe un
currículo final que incluya todas las necesidades y todos los requisitos para transitar
en el mundo del trabajo que también es cambiante.

Asimismo, el diseño curricular considerado de manera compleja, promueve


la capacidad emprendedora, elevando la productividad a través del desarrollo de la
innovación científica, tecnológica y de desarrollo; favoreciendo el crecimiento del
capital social a través de la articulación armónica de las representaciones
constituidas en la sociedad.

También, en los últimos tiempos, la transcomplejidad cobra gran importancia


en educación, ya que cuestiona temas tan profundos pero a la vez tan cercanos
como la vida misma, la sociedad, sus problemas, el futuro de la humanidad y su
formación en el ámbito de las relaciones interpersonales como un proceso de
formación que los vuelve aptos para poder integrarse a la sociedad activa y
productivamente. Los docentes no se deben conformar con solo ser reproductores
de lo que otros construyen, deben insertar sus ideas, conceptos e ideales ayudando
a los estudiantes en la construcción de su propio conocimiento y que lo eleven a
teorías cognitivas pero con respaldo científico.

Al mismo tiempo, el ser humano construye su conocimiento


independientemente de lo que se le enseña en el aula, en donde utiliza su propio
lenguaje, a través de un diálogo con su yo-interno y con la información que tiene, la
metaboliza, sin límite de tiempo y espacio y lo hace a través de la metacognición,
como un elemento de conciencia de lo que él quiere como conocimiento a través de
un pensamiento complejo, basado en su necesidad de investigar, en donde en todo
momento aprende, desaprende y reaprende, de tal manera que el objeto aprendido
tiene varias aristas y varias formas de pensarlo, de reflexionarlo y de apropiarse de
su esencia.
Así pues, la teoría educativa de la transcomplejidad es aplicable a cualquier
contexto y se fundamenta en la no fragmentación del conocimiento. Se ha iniciado
incorporando el enfoque complejo y transdisciplinar, construyendo una base
epistemológica y filosófica para comprender los fundamentos en que se sustenta
este paradigma, incorporándolo al quehacer educativo y generando una pedagogía
donde los estudiantes desarrollen, relacionen, descubran el significado del
conocimiento en su espacio y lo articulen con la metacomplejidad, viendo en el
proceso educativo una alternativa de reflexión compleja más que una formación
escolar en base a los Planes y Programas que forman un currículo; diseñando
teorías educativas transformadoras, universales y cósmicas que respondan a
necesidades actuales y aplicables a cualquier campo de conocimiento, disciplina o
ciencia.

Por otro lado, el perfil de egreso de los estudiantes que se propone a través
del paradigma educativo transcomplejo, va más allá de la enseñanza y el
aprendizaje, es de un sujeto complejizador, investigador transdisciplinar, con
capacidades individuales y sociales para construir, deconstruir y reconstruir
conocimientos siendo un agente reflexivo y propositivo, capaz de integrarse al
mundo con sus propias estrategias de vida; cuyo objetivo es exponer una estructura
de conocimiento fundamentado en la transcomplejidad, repercutiendo en su
desarrollo como ciudadano.

No obstante, no debemos dejar de lado la importancia de las interacciones


entre los sujetos como portadores de nuestra cultura, no olvidando la relación que
existe entre conocimiento y cultura: el conocimiento está en la cultura y la cultura
está en el conocimiento, sin olvidar que la cultura genera los conocimientos que
regeneran la cultura. Es obligación de los sujetos regenerar tanto la sociedad como
su cultura recíprocamente, sin relegar las interacciones entre los sujetos como
productores de cultura y que a su vez producen su modo de conocimiento.
Además de que la transcomplejidad nos lleva a un pensamiento noble,
humanizador, creativo, divergente, sensible, y contrastante, también el pensamiento
transcomplejo es de un nivel superior al pensamiento complejo, el cual ha construido
conceptos científicos educativos muy importantes como aula mente social,
emergentes educativos, metacomplejidad, deconstrucción educativa y
complejidades curriculares. El pensamiento transcomplejo nos habla de mezclar la
realidad en un proceso emergente donde el orden se encuentra en constante
desorden y este a su vez ordenado, inmerso en fluctuaciones donde el no equilibrio
o lo no posible es posible.

Por el contrario, algunos autores, opositores de la teoría educativa


transcompleja critican este modelo, por centrarse en el equilibrio de lo consiente y
lo inconsciente: en la certeza; porque no comprenden que pese al tiempo en el
estamos viviendo nadie tiene la verdad absoluta en sus manos, ni siquiera el
conocimiento, por el simple hecho de someter la realidad de lo social y lo cultural a
lo meramente científico. Dados los sistemas educativos, los estudiantes ven a la
investigación como algo metódico, aburrido, tedioso y muy difícil, punto que los
profesores deben cuidar al querer desarrollar su potencial investigativo, aplicando
la transcomplejidad.

Además, los alumnos que tenemos hoy en nuestras aulas tienen infinidad de
oportunidades para desarrollar un pensamiento creativo e innovador que no
necesariamente nace en la escuela, sino en su sociedad, su familia, su imaginación,
sus sueños, en su ser y en su vida misma. Preguntarse en su día a día, en su aquí
y ahora, en su porqué de su vida, es tener alumnos que piensan en la complejidad.

Con relación a la evaluación curricular de los programas actuales, se da


cuenta de que se plasman tiempos de aula en el proceso enseñanza-aprendizaje a
través de lo que llamamos “asignaturas” como paquetes de información para cumplir
con algo. A través de la transcomplejidad, tiene que haber “sensibilidad cognitiva”,
ese instante que algunos autores llaman “estado de flujo” (Gardner, 2002),
contradictorio con el “estado normal” de las personas y se caracteriza por ser
dinámico, complejo, creativo y que surge de la articulación entre, a través y más allá
de los conocimientos, ideas, pensamientos, razonamientos o simplemente del sentir
o percibir de lo que quieres conocer.

Es decir, del proceso de construcción del diseño curricular transcomplejo


dependerá su éxito, calidad y pertinencia, dentro de los Planes y Programas
formativos elaborados por las Instituciones Educativas, ya que requiere de una
continua problematización e interrogación frente a su pertinencia contextual,
pedagógica y filosófica; el currículo no tiene un término, siempre es algo que se
debe estar construyendo y creando, su naturaleza no es de llegada, sino en el
camino.

Según la teoría de la transcomplejidad, la naturaleza del conocimiento es


compleja y transdisciplinar, y el proceso, individual o social, el conocimiento es
cuestionado, reflexionado y permite que el sujeto adquiera cualidades complejas. El
conocimiento se concibe como un sistema y no como el elemento final del proceso
educativo, sino como un componente más que se incorpora. Los actores educativos
transcomplejos tienen un gran sentido de libertad y ética, son educandos en lo
infinito que pueden o no estar presentes en el proceso; dotados de un gran sentido
metacomplejo, humanístico y social, de incertidumbre e inmersos en una naturaleza
claramente compleja.

Así pues una metodología pedagógica metacompleja, nos obliga a pensar en


nuevas formas de enseñar y aprender desde la coexistencia de lo opuesto, la
incertidumbre y la toma de conciencia a través de lo que ya conoces o aprendes. Al
investigar el mundo social nos damos cuenta que no es constante y universal como
lo habíamos estudiado, sino todo lo contrario, es incierto, relativo y la respuesta a
un problema es otro problema que necesita respuesta al mismo tiempo.
Es decir, se propone el establecimiento no de programas sino de estrategias
para cumplir objetivos en base al análisis de los contextos en donde se aspira a
ejecutarlos, modificándolas en el camino. Al planear una estrategia, se prevén
pautas para abordar los posibles factores de incertidumbre. La estrategia, como el
conocimiento, sigue siendo la navegación en un océano de incertidumbres a través
de archipiélagos de certeza (Morín, 2000:70)

Esto es, en el contexto de la complejidad y la transdisciplinariedad, un tema


a evaluar es la visión del currículo que deseamos. Se ha trabajado con currículos
basados en propósitos y objetivos, cuya meta radica en lo cognitivo. Con currículos
basados en competencias y capacidades, enfocados en el desarrollo de habilidades
y destrezas. Es posible ahora romper con paradigmas y establecer un nuevo
currículo basado en complejidades, como el destinado a generar estrategias según
las necesidades educativas, de ahí que un problema educativo deberá tener una
solución compleja basada en la investigación, en la emancipación, en el libre
albedrío, en la libertad del ser humano.

Así pues, de acuerdo con Arnaz (1981), la Evaluación Curricular debe tomar
en cuenta: 1) La Evaluación de la Eficiencia, que es el grado en que los recursos
son aprovechados durante el proceso. 2) La Evaluación de la Eficacia, que es el
grado de semejanza entre los resultados obtenidos y las metas propuestas en un
currículo. Analizándolos en forma Interna y Externa. La evaluación del contexto es
una evaluación de entrada. La evaluación del proceso es una evaluación interna, la
evaluación del producto es una evaluación externa y ambas tienen que ver con la
eficacia y la eficiencia.

Es decir, en la evaluación interna, de acuerdo a su eficiencia, se evalúa:


congruencia, viabilidad, continuidad, integración y vigencia. Y de acuerdo a su
eficacia: el rendimiento académico: cumplimiento del Plan de Estudios. En la
evaluación externa, de acuerdo a su eficiencia: relaciones costo-beneficio,
contrastación de resultados con otras Instituciones y Planes de estudio. Y de
acuerdo a su eficacia: funciones profesionales, mercado de trabajo y solución de
problemas de la comunidad. La evaluación de un currículo requiere de toma de
decisiones y un alto nivel de reflexión, para analizar el diseño en el cual se
encuentra.

Es probable que el cambio en la educación formal ha sido más de reacción


que de acción, con otra manera de actuar, basado en resultados de investigaciones
y reformas al currículo escolar; tratando de tener una visión integral, con
movimientos de renovaciones permanentes que afecten al sistema desde dentro
hacia afuera.

Por lo que se refiere a la naturaleza del conocimiento, es compleja y


transdisciplinar, dotada de elementos constructivos y reconstructivos, es un vínculo
del proceso complejo de lo que se quiere innovar, sin embargo contiene elementos
de su contexto, de su circunstancia, de su investigación y de su desarrollo, sea éste
individual o social. El conocimiento es cuestionado y reflexionado dentro del proceso
educativo, como el elemento que le permite al sujeto aprender y adquirir las formas
de lo que deseamos complejizar.

Asimismo, la Evaluación Curricular debe formar parte del trabajo en la


planeación educativa, ya que ofrece información de las funciones de un sistema o
de una Institución Educativa, para que partiendo de ésta, se diseñen los cambios
en las políticas Institucionales que fortalezcan o modifiquen aspectos, acciones o
condiciones que las lleven a resultados deseados. La evaluación curricular es un
ejercicio de autoconocimiento que, cuando es llevado a cabo con honestidad,
contribuye a valorar y comprender la labor educativa.

Acerca de la escala de evaluación, se lleva a cabo con sus respectivas


formas mediante las cuales se expresa la finalidad de facilitar la movilidad estudiantil
y docente tanto interna como externamente, y de acuerdo con el modelo de estudio
y los contenidos de las áreas que actúan de manera transdisciplinar en la
investigación y creación de conocimientos científicos, se evalúan aspectos de las
competencias especificadas en los Planes y Programas de Estudio de las
Instituciones.

Esto es, la Evaluación Curricular es un proceso donde, desde la elaboración


nos sirve para darle validez y objetividad, además de establecer la eficacia y
eficiencia a los Planes de estudio, de acuerdo con las innovaciones integradas al
proceso educativo y social actual. Los avances y los resultados que se obtengan
deben servir para adecuar y reestructurar nuevamente un currículo; al proporcionar
la información que permita establecer nuevas bases para modificar, mantener o
cambiar los Planes estructurados anteriormente. Por tanto, la Evaluación Curricular,
en cualquier nivel educativo, se convierte en una herramienta útil en el ámbito
laboral.

Por tanto, un currículo debe trascender a la realidad escolar, convirtiéndose


en un proceso dinámico, incluyendo procesos como las acciones docentes, los
procesos de enseñanza, de aprendizaje, y que relacione lo que sucede dentro del
aula con las normas y lineamientos de los Planes y Programas curriculares.
Recogiendo a su vez los comentarios, deseos y apreciaciones que expresen los
involucrados en este proceso, destacando los efectos causados a través de la
combinación de las determinaciones formales de un Plan de Estudios y los
acontecimientos dentro del salón de clase.

También, los procesos que se llevan a cabo a través de la Evaluación


Curricular, en cuanto al análisis de su diseño y de sus resultados, demandan un
período que comprende el tiempo de duración de la puesta en marcha del currículo
a través de los Planes y Programas de Estudio y uno o dos años. La evaluación
curricular tiene un papel paralelo en todo proceso educativo de acuerdo a la
determinación de los propósitos educativos y de aprendizaje. Desde el momento en
que se describen los aprendizajes esperados, las competencias, las habilidades y
los valores que se pretenden alcanzar, se involucra la evaluación de los resultados,
incluyendo también la manera que en que los estudiantes también abordaran y
fijarán sus metas.

CONCLUSIÓN

Del análisis de este ensayo se concluye que a través de la evaluación


curricular se intenta proporcionar evidencias e información útil que oriente la toma
de decisiones con el objeto de mejorar un programa, así como de relacionar todas
las partes que conforman un plan de estudios. Esto implica la necesidad de evaluar
y adecuar de manera permanente y continua el plan curricular determinando sus
logros y sus fracasos. Es necesario evaluar continuamente los aspectos internos y
externos del currículo; analizando los conceptos presentados podemos decir que la
Evaluación Curricular es un vínculo fundamental de todo proceso educativo que nos
permite determinar los avances y logros obtenidos en el proceso enseñanza
aprendizaje a nivel de contexto.

Según mi punto de vista, el currículo tradicional establece programas rígidos,


con acciones que deben ser realizadas sin variación y en contextos previamente
establecidos. De ahí que los Planes y Programas tienden a bloquearse con el
tiempo, sin condiciones para un cambio y las incertidumbres de las variaciones de
los contextos y del mismo proceso educativo. De aquí la importancia de la
Evaluación Curricular en el Proceso de Innovación Educativa en México, lo cual
requiere tener amplios conocimientos de las exigencias sociales, políticas,
económicas, profesionales y laborales, así como de las características del perfil de
egreso de los estudiantes a formar en las Instituciones Educativas, requerimientos
que deben establecerse a través de estudios que aporten información sistemática
para poder ser integrada al nuevo diseño curricular.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Alfonso, T. H. (s.f.). Desarrollo del pensamiento crítico. Obtenido de Apuntes pedagógicos:


https://www.milenio.com/opinion/alfonso-torres-hernandez/apuntes-
pedagogicos/desarrollo-del-pensamiento-critico

Arnaz, J. A. (1981). La Planeación curricular. Sistematización de la enseñanza. En J. A. Arnaz, La


Planeación curricular. Sistematización de la enseñanza. México: Trillas.

Gardner, H. (2002). Mentes Creativas Una Anatomía a la Creatividad. Paidós, 13.

Martínez, M. (1997). El paradigma emergente. Hacia una nueva teoría de la racionalidad científica.
México: Trillas.

Morín, E. (2000). Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. En E. Morín, Los siete
saberes necesarios para la educación del futuro (pág. 70). Colombia: Ministerio de
Educación Nacional.

Pérez Porto , J., & Gardey, A. (2011). Recuperado el 26 de 07 de 2019, de


https//definicion.de/pensamiento-complejo/

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