La novela Los Altísimos fue publicada El mismo capítulo en la
por su autor en 1959. La edición de edición de EUV, comienzo de la si- EUV, catorce años después, muestra guiente manera: cambios significativos en la estructura AI despertar, a l cabo de sintáctica del discurso. No se trata de un sueño tranquilo, descubro junto a adiciones, sino que, por el contrario, se mi cama una máquina cuadrada, man- ha buscado eliminar del relato del na- tada sobre ruedas. Estoy exciminán- rrador una serie de momentos no na- dola, cuando entra L. rrativos que abultaban e¡ discurso de- -Esta máquina le enseña- teniendo innecesariamente, a veces, el rá nuestro idioma en pocas horas. ritmo de la narración. Así, por ejem- Me alarga una especie de plo, al comenzar el capítulo Ill, en la casco, unido a l aparato mediante un ed. 59, se lela: cable. Dormí el equivalente de -¿Qué debo hacer? una noche. AI despertar, al cabo de un -pregunta nervioso. sueño tranquilo, vi junto a mi cama una La comparación entre ambos párrafos máquina cuadrada, montada sobre permite puntualizar, o mado de ejem- ruedas, con cuadrantes y dispositivos plo, algunos cambios que Io segunda que me eran conocidos. Estaba exa- edición comporta con respecto a la de minándola, con la falta de entusiasmo 1959. En primer lugar, salta a la vista que no me abandona desde mi desper- la acuñación de los nuevas imágenes tar en la clínica, cuando entra L. de ¡as situaciones comunes a ambos Se acerca sin saludar, y textos (en la ed. 59 se hablaba de un me dice: micrófono; en la ed. 73 se trota de un casco. La modernización no es casual. -Esta máquina le ense- En 1969, Hugo Correa publicó Los Tí- ñará nuestro idioma en pocas horas. teres, una de cuyas situaciones recu- Quédese tranquilo y verá coma toda rrentes era el empleo de cascas que resulta fácil. proyectan la personalidad del usuario Cage una especie de mi- hacia su sosías). En segundo lugar, el crófono, y, luego de silabear una ci- discurso del narrador ha experimenia- . ,.- -lave, se enciende una lucecita en- L- rre 11 do alteraciones notables. En la ed. 59 > - 7 ?n IALLLR DE LETRAS 3 1973
plicatorios que estón absolutamente de en un momento preciso de su desarro-
más y que han desaparecido de la ed. 110: cuando una generación de novelis- 73. Tal es el caso, por ejemplo, de la tas ha madurado la experiencia acu- expresión "con cuadrantes y dispositi- mulada o partir de la década de los vos que me eran desconocidos" (ed. 59). años cuarenta en adelante, interiori- Esta intromisión del narrador en la se- zóndolo en una imagen literaria que cuencia narrativa sobraba de plano, alcanza autonomia completa y que pues el lector ya sobía que el protago- pretende dar cuenta de los problemas nista se hallaba en un mundo insólito existenciales del hombre contemporá- para él. Finalmente, es notable tom- neo. Los compañeros de generación de bién el primer plano que ha alcanzado Hugo Correa acuñarán sus imágenes el parlamento de los personajes, debi- de Io realidad usando moterioles de do a que el narrador de la ed. 73 omi- la experiencia histórica o de lo tradi- te las expresiones introductorias evi- ción literaria nacional, elementos que tando osi el estilo indirecto. serón transferidos a un cosmos abso- En buenas cuentas, estos lutamente particular. Correa, por el cambios, como otros que se pueden de- controrio. osienta el problema existen- tectar a lo largo del relato, tienen CO- cia1 del hombre en un mundo literario mo finalidad restringir, en la medida cuyo materiol es absolutomente ajeno que lo permite un discurso en primera a la cotidianidod, encontrando en la persona, la excesiva participación del ciencia-ficción los elementos necesorios narrador en lo relatado, tal como OCU- para su construcción. rría innecesariamente en la primera En este aspecto, Los Alti- edición de la novela. En ésta, la con- simos pertenece a la más alta catego- figuración de la imagen del mundo se ria de este género, es decir, a aquellas veía menoscabada por el prurito del obras cuyo imagen de la realidad esta narrodor que pretendía explicar todo a l servicio de revelar las condiciones hasta en sus más mínimas detalles. De alienantes de la sociedad contemporá- esta forma, persistía una cierta dis- nea y cuya signlficoción trascendente tancia entre el lector y la materia re- no puede sino ser, en consecuencia, presentada que no era favorable a las profundamente pesimista. Nos encon- convenciones del asi llamado género tramos en presencia de un relato que de ciencia-ficción, donde el fenómeno narro las experiencias de un terrestre signado por Ortega como hermetismo trasladado sin saberlo, a un mundo es fundamental en el Droceso de la desconocido, a un doneta erronte lla- , . - -. ,, ,, -, ,,,-. , .- Más alló de estas obser- narración es, por lo tanto, el extraño vaciones de orden técnico, es indudo- en el mundo y su desarrollo permite ble que Cos Altísimos es una obra im- desplegar ante el lector la visión com- portante para cualificar el desarrollo pleto de una civilización que, si bien de la narrativa chilena. La ciencia-fic- nada tiene que ver en su estructura ción es una forma literaria poco traba- social con la nuestra, constituye una jado en nuestro pais y el caso de Hugo posible etapa futura del proceso tec- Correa es el de un escritor que, pese a nológico terrestre. El elemento básico su individualidad solitaria en esta ver- en la configuración de la obra es, tiente literaria, ha alcanzado un re- pues, el espacio. No obstante, no es nombre más allá de nuestras fronteras. fácil clasificar Los Altísimos, de acuer- Los Altísimos surge a la vida literaria do a los géneros narrativos estableci- dos por Kayser, como una novela es- un extratio en Cronn que es, a la vez, pocial sin más ni más. Aquí no se trato el propio narrador. de un ambiente físico, geográfico o De este hecho, es decir, costumbrista, ni social; en lo aparente, de lo presencia de un narrador-perso- es uno forma de civilización y! en lo naje, o representado en la historia, profundo y esencial, una formo de exis- deriva lo característica más resoltante tencia. Si se permite la definición, nos del discurso: su doble perspectiVa. En hallaríamos aquí enfrentados o un es- efecto, Hernán Vorela o X, relata des- pacio existencial donde el comporta- de un punto de vista distanciado sus miento de los personajes y el acontecer primeras experiencias en Cronn. En el mismo están 01 servicio de mostrar la discurso alternan y se confunden los naturaleza cósmica de la situación hu- momentos en que su conocimiento del mono. E l relato proyecta, pues, o nivel mundo es relativo, cuando narra desde de la totalidad universal, el rasgo bá- la perspectiva de sí misma como per- sico de la condición humana entendi- sonaje, con aquellos en que, desde la da como dependencia de algo o dl- perspectiva distanciado propia del mo- guien superior, en su encadenamiento mento de la enunciación, universaliza infinito. En esta cadena, los que olvi- sus experiencias particulares o nos tros- dan su condición deben pagar lo culpa mite lo historia de Cronn onterior a su necesaria e inevitable. llegado. Desde este punto de vista, Este narrador-personaje la contemporaneidad de la obra en lo es quien, finalmente, podrá extraer de que se refiere a la interpretación de sus peripecias en el planeta las consi- lo realidad es innegable. Lo expiación derociones sobre la imagen de la exis- o pogo de uno culpa existencial es una tencia en el universo como una cadena situación recurrente en la narrotiva his- infinita, como un sistema jerórquico in- panoamericana y chilena actual (pién- flexible o un ordenamiento al fin del sese, sin ir más lejos, en Hijo de Ia- cual se encuentra una voluntad desco- drón, de Manuel Rojas). to particula- nocido y todopoderosa, similar, por su ridad artístico del relato consiste en presencia o la imagen del Dios de los comunicar esto situación usando los cristianos, pero cualificada por una materioles de la ficción científica, or- aterradora lejanía. ganizados según las experiencias de JOSE PROMIS